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1929 4 SERVICIO DE PUBLICACIONES AGRICOLAS Año XXIII. Octubre. Núms. 19-20. Estas <Hojas= se remlten gratis a quien las pide. Hojas Diuulgadoras MINISTERIO DE ECONO^IÍA DIRECCIÓN GENERAL UE AGRICULTURA La pa,tat^. 1?^tracto de varios trabajos, h^ cho ' por el Servicio de Publicaciones Abrícolas. Introducción. Se le ha llamado, y con justicia, «el pan del pobre». Por su composición, no es, ni se acerca a ser, tui alimento completo, mas se presta admirablemente a entrar en infinidad de combina- ciones con otros alimentos que podemos llamar más fuertes, pero mucho más caros, 5- como el cultivo de la patata es de gran rendimiento, los tubérculos se vendierou por mucho tiempo en los mercados sumamente baratos, haciendo así posible el pro- blema de lle^ar a una alimentación sana y económica. Las v^lrias plagas que atacan a la patata, y qtte en estos últimos años redo- blaron su acción, han sido causa de un eYtraordinario encareci- miento; las clases populares ven agrav^idas sus dificultades eco- nómicas, y el agricultor ve disminuídos sus beneficios. No es posible hacer el estudio completo de la patata en un trabajo de pocas pá;inas. Nuestro prop^sito se reduce a esponer varias noticias que puedan ser útiles a los agricultores, a título de orientación para luchar en mejores condiciones contra 1^L^ di- ficultades y los enemigos de cultivo tan interesante. El cultivo en España. No todos se dan clara cuenta de lo que el cultivo de la pata- ta representa en la economía española. Según las estadísticas formadas y publicad^^s por el Consejo

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1929 4 SERVICIO DE PUBLICACIONES AGRICOLAS Año XXIII.Octubre. Núms. 19-20.

Estas <Hojas= se remlten gratis a quien las pide.

Hojas DiuulgadorasMINISTERIODE ECONO^IÍA

DIRECCIÓN GENERAL UE AGRICULTURA

La pa,tat^.1?^tracto de varios trabajos, h^ cho

' por el Servicio de PublicacionesAbrícolas.

Introducción.

Se le ha llamado, y con justicia, «el pan del pobre». Por sucomposición, no es, ni se acerca a ser, tui alimento completo,mas se presta admirablemente a entrar en infinidad de combina-ciones con otros alimentos que podemos llamar más fuertes,pero mucho más caros, 5- como el cultivo de la patata es de granrendimiento, los tubérculos se vendierou por mucho tiempo enlos mercados sumamente baratos, haciendo así posible el pro-blema de lle^ar a una alimentación sana y económica. Las v^lriasplagas que atacan a la patata, y qtte en estos últimos años redo-blaron su acción, han sido causa de un eYtraordinario encareci-miento; las clases populares ven agrav^idas sus dificultades eco-nómicas, y el agricultor ve disminuídos sus beneficios.

No es posible hacer el estudio completo de la patata en untrabajo de pocas pá;inas. Nuestro prop^sito se reduce a esponervarias noticias que puedan ser útiles a los agricultores, a títulode orientación para luchar en mejores condiciones contra 1^L^ di-ficultades y los enemigos de cultivo tan interesante.

El cultivo en España.

No todos se dan clara cuenta de lo que el cultivo de la pata-ta representa en la economía española.

Según las estadísticas formadas y publicad^^s por el Consejo

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Agronómico, en el año de 192ó, el cultivo de la patata ocupó unasuperficie total de 300.1?4 hectáreas. La producción alcanzó lasuma de 31.o49.S78 quintales métricos, valorados en 620.^132.000pesetas.

En 1927, las cifras fueron todavía mayores. La superficielle^ó a 308.^85 hectáreas; la producción, a 36.100.595 quintalesmétricos, o sea 3.^10 millones de hilos, y la valoración oficial, a66?.4-13.36`_? pesetas.

'1'rátase, pues, del cultivo que, en orden al valor de la pro-clucción, sigue inmediatamente a los de cereales y leguminosas,viñedo y oli^^ar, que ocupan los primeros lugares.

^To hay provincia española en que no se pmduzca la patata,pero la distribución del cultivo es muy desigual. Refiriéndonosal año de 1927, vemos que la producción pasó de cinco millonesy medio de quintales métricos en Lugo, se acercó mucho a loscuatro millones en La Coruiia y pasó de dos en Oviedo, y fué,apro:cimadamente, de millón y medio de quintales en T3urgos,Barcelona, Valenciá, y algo menos en Orense.

El orden de las z-aloraciones oficiales no es el mismo. Figuraa la cabeza la provincia de La Coruña, con i8,39 millones depesetas, y siguen: Lugo, con 72,S8; liarcelona, con 36,09; Lérida,con 2-4,01; Ciudad Real, con 30,b4; Soria, con 18,83; Burgos,con 18,15; alicante, con 1i,S0; Avila, con 1d,5S.

Datos fundamentales.

La patata, llamada por los botánicos Solc^l^iti^^a tubeyosuvn, esuna planta herbácea, anual, de raíces vivaces, flores blancas oteñidas de color morado, más o menos fuerte, y frutos globulo-sos del grosor de una cereza. EI carácter más señalado de estaplan.ta lo constituyen los tubérculos (patatas), a los que se con-sidera hoy como expansiones de la e^tremidad de las ramassubterráneas: son masas de células llenas de almi^ón, por entrelas cuales pasan algunos vasos y fibras leñosas. En los tubércu-los aparecen varias yemas (ojos) con la misma disposición regu-lar que en los tallos aéreos, pero todavía de mayor facultad ger-minativa, pues se desarrollan hast^t sin tierra, cuando se guar-dan las patatas en un sitio sombrío y htzmedo. De ahí la dificultadqtte tiene la buena conservación dc las patatas.

Variedades.

Hay más ile d00 variedades de patatas. E1 tamaño de los tu-bérculos ^-aría desde el de una nuez, con peso de pocos gramos,

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al de un melón de varios kilos; las formas pueden referirse atres fundamcntales: esférica, ovoidal y alargada, casi cilíndrica;el color de la «carne» puede ser blanco, gris pálido, amarillo,rojizo, violado y hasta negruzco; la piel puede ser lisa y rugosa.

Entre las ^c-^iriedades extranjeras más afamadas se citan:l^^cto^^, .llraj^jolí^^, Rosa ter^áj^r^rtaa, Roycal o Itaglcsa, Hoj^ cle oy-lz^c^ y Blcrrccltrzr^rl, que están calihcadas como tempran<^s y seplantan ele cliciembre ^ febrero; Nla^rzar^rr bo^arr^r^, Cannclk, Sau-cisse, Holait^desa i^oja, Copo dc nicvr^ y Elefa^ite Ulccnco, quefiguran entre las que, por ser más sensibles ^1 frío, no puedenplantarse en pleno invierno, y se 1as ll^^ma patatas tardías, sién-do las seis muy estimadas, por su tinura y buen gusto, para laaliment^icicín humana. Hay otras, con l^is que se ha buscado ]amayor 1^roducciGn posible para nutrir los animales domésticos,y por tal motivo se las llama fó^^rczjcrns; tales son las llamadasImpcYa.tor, I^rstitrrto ^le 13e^rtavais, 111^rravilla ^le A7^rzéricn, Fa-vo^•ita rle Flaiad^s, Lcc Jeairce, ete., al^unas de las cuales, ^- so-bre todo las clos primeras, se emplean corrientemente en losusos culinarios por su buena calidad. Ori-as variedades se desti-nan de preferencia a la eYtracción rle la fécula o a las destile-rías, y por ello se las llama ila^zastriales, como ocurre eon la h^a-peratoY (ya citadr^ anteriormente), H^rri^rosrr s^oja, 1lspczsia,Victoria ^^lrrgar^slrr, ^ltcrras, Gigantc sin t;,zral, F_lef^zyzl'e blancomejoya^la, etc. Las variedades ricris en féculas clan del 19 al 24por 100 de este producto.

Como ^•ultivadas en España aparecen más de cien varieda-des. Las más extendidas, entre las de ori^^en y nombre español,son: las Grrlle,,rrs, que se cultivan en las cuatro provincias de sunombre y en las de Vizcaya, liurgos, Valladolid, Soria, Cáce-res, Badajoz, Sevilla y alguna otra; las ITla^aclac,;as, que de lacomarc^l de su origen se h<^n extendido a Badajoz, Cáceres,iaén, Toledo, Soria, Valencia, i\Iála^a, Cbrdoba, Sevilla y Huel-va, y las 13rr^,^alesas, que aparecen citadas en los informes deToledo, Guadalajara y Cuenca.

Entre las de procedencia extranjera están más generalizadasen Espa^ia las llamadas h^apeYator o E^^zperari'or, ^rulgo Ir^glesa,que se c^iltiva cn Uranada, Lugo, Vizcaya, Cuenca (donde noha tenido ^ran aceptación) y Huesca;^Earh^ yose, o «rosa tem-prana», muy precoz, de piel rosada y carne amarilla, que se citaen Granada, fllava, Vizcaya, Huelva, Canarias (para la etpor-tación), "Coledo, Cuenca, 7aragoza y Teruel; 11.1agnza^a bonni^i,en Lugo (donde tiende a desaparecer), Canarias (para la expor-

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tación), ti izcaya (donde ha sido introducida, con otras varieda-des, por la Diputación pro^^incial), y Toledo; Canadk, en Grana-da, Vizcaya y Palencia; Marjolízz, en Vizcaya; Elefarzte blayzco,en Huesca; Kidney y Ro^^al, en Jaén; Profesor Mcerker y Gi-gante a^ul, en Lugo; Holrrrrcfcsas, en varias provincias, y seña-ladamente en Jaén; Copo de uieve, en Granada y Jaén; Up todate, en Canarias; Izzstitrrto dc I3eauvais, en Vizcaya, y algunasotras.

Hay variedades que aparecen citadas con un nombre de pro-cedencia más o menos ezacto, sin que sea fácil identificarlascon ese dato solo. Háblase, por ejemplo, de patatas: Cczstella-nas, en Jaén; Churras y de Grcadalaviar, en Castellón; Came-^•anas, Moruyzas y Sa^^^apedranas, en Soria; Granadinas, en Má-laga; Malagueizas, en Navarra; Carzariczs, en Avila; Padrone-sas y de Reiizosa, en Lugo; Sayttanderiuas, en ^lmería; Villena(de poco rendimiento, pero muy fina), en l3aleares; Eva1•iŝta oZamoraT2a, en La Coruña; de Tobarzczr y de Clziriwel, en ^^,'lur-cia; de Aizover y de la rllnzu^zia, en Soria. Todo esto sin contarcon otras denominaciones más vagas, como Frcavacesa, Alev^aayaa(Murcia), Azlaericana (Jaén), etc., etc. ^Iuchas de estas varieda-des no tienen nombre especial en la comarca de origen.

Citadas con nombres indicadores de algunas de sus propie-dades hay varias, como: ^v^zczrilla, en Gerona; ^nzarilla globo,en Guipúzcoa; Blayzca, en :11ava, Soria, Guipúzcoa, Caste116n yNavarra; Bla^nquilla de Berolado, en Logroño, distinguiéndosedos clases: una tardía y otra temprana; Ezacarzzarla, en Guipúz-coa; Morada de Moyadra^ólr, en Guipúzcoa; O^o colorczdo, en Te-ruel; Roja castellayaa, en ^"alencia; Roya, en Navarra; ^^'e^va,en Canarias; Tempra^zilla, en Navarra, y muchas más.

Con nombres más o menos caprichosos menciónanse: Pobas,en Teruel; Bonitas, Hueverrzs y Pall^zet•as, en Canarias (culti-vadas para el consumo interior); Mo^•rrzdas, en rllicante; Morri-llo, en Oviedo; Ull foiado, en Castellón; Yc^rzrz, e^^ León y Sala-manca; I3ufet, alto y bajo, muy estimadas como variedades deinvierno en las provincias de :lTála^a, E3aleares, Castellón y Ge-rona; J^rdra, en Murcia; Ullct, en Castellón; Bolczdo, en Balea-res, etc., etc.

Entre las variedades españolas se distinguen, por su finuraygusto agradable, las Mayzclregas y las .-lstrrriazzrrs o de «Riñónblanco» y«Riñón encarnado», suponiéndose que la primera esuna adaptación de la Earlv Rose inglesa, y que la segunda lo esde la Farineuse rouge, aunque otros las refieren al tipo inglés

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Ki^i'^rcy. Son estimaclísimas también, aunque muy localizadas,las Ibicerzses, de Ibiza. I,a de _lt^io^z^e^v, al:;o menos fina que lasanteriores, no es tampoco tan bast^t como algunas patatas galle-gas, y tiene la ventaja de ser muy feculenta y re^istente; se cul-tiva mucho en Toledo }- en la parte meridional dc: la provinciade lladrid. La Salelrr^lre^"ra, ovalaaa, morena y bast^tnte precoz,se culti^-a en las pro^-incias de Sevill<t y Cádiz. Con el nombrede _^ra,,oiresas ha}- más de una variedad, ^eneralmente alarga-das y grandes, mu}^ compactas y de t<ícil conservación.

La época de la hlantacióti varía mucho, no sólo con las va-riedades, sino tambiCn de una provincia a otra. Lo más g^nerales que la siembra de patatas temhranas se ha^a en febrero ymarz^, }^ la de las tardías, en ma}-o }- junio; hasta j^tlio se alargaen I,adajoz. En las comarcas a(tas y frías del interior (.lvila,Se^ovia, Soria, Teruel, EIuesca), lo m^ts frecuente es que se re-duzca el período de siembra a los nieses de abril y mayo. 1'or elr.ontrario, en las zonas del litor^tl <<ue se caracterizan por un cli-ma benigno, la plantación de las v^triedades tem^^ran<is se ade-lanta mucho, hasta enero (Corufia, 1'ontevedra, i\Zurcia), y aunhasta diciembre (\Iálaga, =^imerí^t). l:n la parte co^tera de lahrovincia de 13arcelon^i se distin^,ueu tres époc^ls de planta^ión:Lma de noviembre a marzo, par^i c^!,er en abril y junio; otra demarzo a mayo, para co^er en septiembre v octubre, y otra dejunio a a;osto, para c_osechar de noviembre a enero. L;n el lito-ral de Gr,tnada siemhran las mu}- tem^^ranas de l.° de noviem-bre a mediados de diciembre, y las que llaman de «entretiempo^,en todo el mes de enero.

La enorme abunclancia de variedades se debe a los esfuerzosyue han hecho los cultivaclores, buscando plantas de mayor ren-dimiento o más resistentes a las enfermedacles.

Antecedentes históricos,

"Cocl^ts las patatas cultivacl<ts son modificaciones de la patatasilvestre, que crece espontánea en ^mérica. Son muchas las ci-tas en que se la declara procedente de lo que hop son los 13sta-dos Unidos, y en especial de Virginia. Pero hay aquí una confu-sión. En realidad, la patata llegó a Europa procedente del Perú,y fueron los españoles quienes la trajeron.

EI primer recuerdo que de e(la se tiene nos lo ha suministra-do la Prehistoria recientemente. ^^ lo lar^o del árido desierto queforma la costa del I'acífico ^- del norte de Chile se encuentra unaserie de sepultur^ts o cementerios, en los cuales las momias es-

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tán acompañaclas, no solamente de plantas secas y sus produc-tos, sino tambi^n de vasos de cerámica. 11 causa de la falta delluvia en estas regiones, el suelo queda impres;nado de nitratosódico, que actúa como excelente antis^ptico para los objetos deorigen orgánico, y se han llegado a encontrar en las tumbas enperfecto estldo de conservación. Entre ellos podemos citar ju-días (Plrrrseolus vzrlguris, Ph^scolars lurrrrirrs), cacahuete (Aycz-chis lr^po;aca), calabazas (CaiYCasybz.'^a pepo, C. l^ge^aavia^, y, loque es más para nuestro propósito: tub^rculos de patata (Solcr-nzcnz trrbc^^oszazla), ya secos, ya representaclos en objetos de cerá-mica de los Quichuas. Esto nos hace creer que y a entonces seculti.vaban las patatas en aquellas regiones peruanas.

La primcra cita histórica cle la patata se ^.ncuentra en 1554,en la Crónica del Perú escrita por Pedro de Cieza de León, edi-ción de 1\mberes, página 2-h;, donde describe brevemente el tu-bérculo, y dice que es comestible hervido.

La segunda cita es la del jesuíta P.,José de Acosta, que vivióen ]a América del Sur por los años de 1^71 a l:^i^, y escribió unaHistoria Natural de Indias, publicada en Sevilla en 1590.

El primero que hizo una descripción completa y publicó undibujo de la patata fué John Gerard, en ]59^; pero se equivocóen la procedencia y el nombre, llamándola 13atatrr vr.'rgi^2i^ziza.De ahí la confusión que padecieron despu^s muchos autores.

La patata se cultivó primero en España y en ltalia como ob-jeto de curiosidad, y después para alimento de los cerdos. Losirlandeses fueron los primeros que en Europa la emplearon enla alimentación humana; su ejemplo fué pronto seguido por In-glaterra (1) y Alemania (?), pero se consideraba a la patata comoun alimento vil y sólo se daba a los presos y a los prisionerosde g^uerra. l:n Francia inspiraba la patata gran repugnancia, yla preocupación popular llegó a suponer que los que comían pa-tatas eran pronto atacados por la lepra. Con ocasión del hambrede 1769, se trató en Francia de encontrar plantas que en tiemposde escasez pudieran suplir a las empleadas comúnmente. Par-mentier ensayó el empleo de varias plantas, y, en vista del pocoresultado obtenido, se acordó de que, estando prisionero en Ale-mania, había tenido que comer patatas muchas veces, y decidió

(1) Ln 1664 se publicó en Inglaterra el primer folleto preconizando elcultivo de la patata como planta alimenticia para el hombre.

(2) La introducción de la patata en Prusia se debió a Federico elGrande, según consta en circulares de 1756 y 1757.

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propagar el cultivo de este tubérculo, para lo cual tuvo el acier-to de procurarse desde t1n principio el apoyo de Luis ^VL Loque tal vez no se hubiera implantado mediante un^t predicacic5nrazonada, se hizo por seguir la moda que impuso la Corte.

Cuentan que, para contrarrestar la creencia de que l^ts pata-

tas eran venenosas y acarreraban gran número de enfcrmedades,

Parmentier, a la sazón farm^tcéutico de los Inválidos, dió uu ban-

quete que tuvo gran resonancia. Convidó a 13enjamin Franhlin,

Lavoisier y otros personajes ilustres y les sirvió patatas guisa-

d'dS de Var10S n10dOS.

Todavía se decía que no con^-enía su cultivo, porque escluil-maría el suelo. Para deshacer est^ falsedacl, obtuvo I'armentierde Luis ?^VI permiso para plantar patatas en un sitio llamaclo«Les Sablons», conocido por su esterilidad. Luego ripareció elcampo como un jardín. L:1 pueblo comenzó a creer a Parmentier.Para conseg^uir mejor su objeto, hizo éste que el campo fuesecustodiado por soldados con uniforme, durante el día, como pre-texto de evitar la depredación. De noche retirábanse los solda-dos, y entonces la gente, atraída por el fruto prohibido, sacabade allí patatas y las plantaba en sus huertos. Esto era precisa-mente lo que quería Parmentier. Desde entonces, fué ya generalsu cultivo en Francia.

Terrenos y zortas de cultivo.

La patata resiste todos los climas, desde el del Ecuador hast<tArkangeL Sin embargo, es preciso defenderla con gran cuidadocontra las heladas-, y en los países cálidos vegeta bien, si no fal-ta la humedad, pero da productos inferiores. Los terrenos másadecuados son los fr.escos y ligeros, de considerable profundi-dad y bien esponjados; la composición preferible para las tierrases la arcillo-silícea y la arcillo-calcárea. Las tier.ras muy areno-sas, las excesivamente htímedas y las fuertes y compactas noson a propósito, y aun menos las de poco fondo. La patata puedecultivarse a casi todas ]as altitudes; pero en terrenos más bajosde 360 metros y más altos de i50 metros sobre el nivel del mar,necesita cinco y hasta siete meses para 1legar a poderse cose-char. En la parte superior de la zona templada, en altitudes de500 a 600 metros, y con temperaturas medias de unos 23 grados,se puede obtener producto a los cuatro meses y medio de plan-tar, y aun repetir la cosecha por seg-^mda vez.

En Espaila, la meseta central de Castilla, la zona de la T1an-cha, casi toda la región aragonesa y 1a llamada de Alava están

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en condiciones muy ventajosas para este cultivo. La vertientecantábrica se presta bastante menos; pero, en cambio, en la zonacentral de Galicia y en gran parte de Asturias tiene la patatauna importancia señalada. Resulta, pues, que en la mayor partede la Península puede constituir este cultivo una copiosa fuentede riqueza.

Composición y abonos necesarios. Resumen de las reglas gene-rales de cultivo.

La composición de la patata varía bastante con las diferentes

clases. Del est udio de 90 análisis ha deducido Lethéby el si-

guiente promedio: :^laterias nitrogenadas, 2,1; almidón, etcétera,

18,8; aZlicar, .3, Ĝ ; grasa, 0,`^; materlaS salinas, ^,7; agua, /^; t0-

tal, 100. Las cenizas tienen d9,8 por 100 de potasay 19,1 por 100de ácido fosfórico. En las hojas y tallos hay un tanto por cientode nitrógeno algo mayor que eñ los tubérculos, el mismo de cal,y un tanto por ciento bastante más pequeño de ácido fosfórico yde potasa.

Se ha calculado que, por término medio, una producción de20 toneladas de patatas representa extraer del suelo 170 kilogra-mos de potasa, 37 cle ácido fosfórico, 100 de nitrógeno y 90 decal. Es, por tanto, planta que necesita abundancia de abonos; yno basta con el estercolado y los nitratos, sino que es precasoc^ov^zplctar sar acciórz co^z Zos c^bonos potásicos y los fosfatados.

Como es planta que ca^zsa mucho las tierras, no tanto por lagran cantidad de substancias minerales que de ella extrae (y queal cabo pueden restituirse con los abonos) como por los residuosque deja y las toxinas o venenos que la planta segrega, y quedañarían mucho a otras plantas análogas que siguieran inme-diatamente, la planta debe cultivarse en rotación de cosechas.En algunas zonas de Aragón se aconseja frecuentemente una ro-tación de cuatro años, ocupando uno el cáñamo y dos ]os cerea-les; en Galicia suele preferirse la alternativa con las raíces y lasplantas pratenses; autores estimables proponen la rotación si-guiente: patatas, trigo, i-ezas, trigo o cebada, trébol, y tambiénesta otra: patatas, trigo (sembrando trébol en medio de él a prin-cipio de primavera), trébol, trigo. En cada comarca habrá queatenerse, para decidir, a las condiciones del clima, suelo y mer^cados.

Las labores preparatorias del suelo deben hacerse dos o tresmeses antes de enterrar los tubérculos; han de ser profundas, delaya o arado dc vc^^tec^ei^a, y, en este último caso, repetirse dos

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y aun tres veces (1). Inmediatamente se estercola en cantidad de20 a 25.000 Iig. por hectárea. A1 mes siguiente de la estercola-dura puede esparcirse a voleo el superfosfato de cal y el sulfatode potasa, íntimamente mezclados, y en la proporción de 450 ki-logramos del primero por 150 del segundo. Días antes de proce-der a la plantación, se distribuye el sulfato de amoníaco (unos175 hg.) y el nitrato de sosa (2^0 a 300). Si el terreno no es sufi-cientemente calcáreo, debe agregarse análoga cantidad de yeso,que ayuda, además, a hacer más suelta la tierra.

El superfosfato es sustituíble por las escorias «Thomas» encantidad que dé el mismo ácido fosfórico utilizable, y en vez delnitrato de sosa, puede emplearse una cantidad equivalente denitrato de cal.

Las fórmulas de abonos que hemos indicado no deben mirar-se como una prescripción absoluta, sino como cantidades apro ^ximadas y con relación a terrenos medios y a cosechas de 15 a20.000 I^g^. por hectárea. A veces se han obtenido 35.000 Kg., yhasta se ^: i tan ejemplos de 60 y aun de 100.000; claro está queesto es exrepcional; pero ni aun excepcionalmente sería fácilobtenerlo sin emplear cantidades de abonos mucho mayores quelas indicadas. En cambio, son mucho más frecuentes (y en estosúltimos años, sobre todo) las ocasiones en que no se logra obte-ner ni 10.000 Iig. siquiera. Es una gran verdad que en el cultivode la patata aao tlebe^^z ziaanca cŝcati^nayse los rrboyaos; pero la pe-queñez de la cosecha puede obedecer a la degeneración de lavariedad empleada, a la insuficiencia del cultivo, a las enferme-dades y plagas diversas, etc., etc.; mientras todo esto no se co-rrija, de poco serviría, por sí solo, emplear cantidades de abo-nos que fuesen, por ejemplo, dos o tres veces las correspon-dientes a la cosecha probable. En las tierras graníticas, y enbastantes de las arcillosas, puede reducirse hasta la tercera par-te la cantidad de abono potásico, sobre todo si se emplea elyeso. No es conviente prescindir nunca por completo del abonopotásico.

Por regla general, las patatas tempranas requieren mayorcantidad de abono, y, sobre todo, más rápidamente absorbible

(1) Bellenout, en su sistema especial de cultivo intensivo para obte-ner grandes cosechas, recomienda que se haga un desfonde previo a laprofundidad de un metro con la pala o la garlancha, o arar, cuando me-nos, -10 ó 45 cm. Claro es que lo primero constituye un caso verdadera-mente eatremo.

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que las tardías. Un autor americano da como guía, para equi}i-brar los diversos componentes en un abono comp}eto, la normade que en el tota} resulte haber: de 5 al 7 por 100 de nitrógenopara los cultivos tempranos, y del 2 al 4,5 por 100 para los tar-díos; del 6 al 8 por 100 de ácido fosfórico, y del S al 10 por 100de potasa. Esta última puede suministrarse en forma de sulfatoo de c}oruro, siendo preferib}e el primero.

Es frecuente recomendar que se haga la plantación a distan-cias de 60 cm. de surco a surco, y de 50 de go}pe a go}pe, lo queviene a dar 33.000 plantas por hectárea. Otros prefieren ponerlos tubérculos más próYimos, y distanciar, en cambio, los surcoshasta 70 y aun 80 cm.

Unos quince días después de la plantación debe procedersea extirpar }as malas hierbas, que dañarían al desarrollo de laplanta; deben seguirse haciendo las labores necesarias para con-servar el terreno limpio y mullido, recalzando bien las plantas,para facilitar la formación y desarrollo de los tubérculos.

Un aporcado de 14 ó 15 cm. es muy conveniente, pues se havisto que los gérmenes arrastrados por las aguas penetran raravez a más de L cm. de profundidad.

Hace bastantes años acostumbraban muchos a suprimir lasflores, creyendo que con esto se favorecía el desarrollo del tu-berculo; algunos autores insisten en que así se aumenta un pocoel rendimiento, y otros califican a esa práctica de ineficaz.

La reco}ección de la patata conviene aplazarla para cuandolas plantas han muerto completamente, porque así el productoes mayor y la conservación más fácil. Sin embargo, las destina-das a la plantación no deben cogerse demasiado maduras.

Los efectos de la helada son desastrosos para la patata. Aldeshelarse, las patatas toman una consistencia blanda, un olordesagradable, y quedan igualmente impropias para la germina-ción y para la a}imentación. Recientemente, un profesor francésde Agricultura ha recomendado que, para deshelar las patatas,se las sumerja varias veces, durante una hora, en agua fresca,en vez de hacerlo en agua caliente, como suele hacerse. Debeponerse cuidado en secar las patatas perfectamente después dedesheladas.

Riegos.

Las patatas cultivadas en secano son ordinariamente másnutritivas y sabrosas y se conser^-an mejor que las de regadío,pero las cosechas son mucho más reducidas. En el peso de la

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patata recién cosechada entra el agua por un 70 ó un 75 por 100;una cosecha abundante representa una gran cantidad de aguafijada en ]os tubérculos, y, por tanto, otra muchísimo mayor quese ha puesto en movimiento en la vegetación. Se comprende,según esto, la ventaja de los riegos, pero han de ser mu^- discre-tamente administrados. Fuera de tiempo o demasiado abundan-tes dañan más que favorecen, perdiéndose entonces, no sólo encalidad, sino también en cantidad. Es frecuente oír entre losagricultores experimentados que los patatares sc deseca^z ye-

gkndolos. No se olvide que las aguas son a veces vehículo parael transporte de gérmenes de un lugar a otro y, sobre todo, des-de la tierra al nivel de los tubérculos.

De ninguna manera ha de regarse inmediatamente despuésde plantar; si las llu.vias no han proporcionado suficiente hume-dad, debe regarse antes de la plantación.

El riego siguiente no debe darse hasta que las plantas esténbien nacidas y la mata alcance unos cinco centímetros de altu-ra. Después se regará a medida que el aspecto de la hoja indi-que la necesidad: un color verde, muy obscuro o negruzco, re-vela la falta de hum.ed.ad; los tonos claros o amarillentos acusanagua en exceso.

Los caballones deben ser altos, y en cada vez ha de regarsepor un surco sí y otro no, utilizando en los riegos pares los sur-cos que no se regaron en los impares. Esto dificulta que el aguase reuna en exceso en algunas porciones de tierra.

Es preferible que el agua corra muy despacio, y bastantetiempo, por tm surco estrecho y profundo, que no dar suelta auna corriente ancha ^^r rápida durante corto rato. El agua no debellegar a más de la mitad de la altura de los caballones. Así sereparte mejor; va primero a la parte profunda, de ]a que ascien-de, por capilaridad, a la superficial, y favorece especialmente eldesarrollo de las raíces profundas, que es lo que más convienea la salud de la planta.

Después de estar formados los tubérculos, deben suprimirselos riegos en absoluto, para que aquéllos puedan madurar endebidas condiciones.

Como para la generalidad de las plantas, es preferible elagua potable a la salobre de pozo, y se ha de evitar el regar conagua demasiado fría.

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La patata temprana,por L. HERNÁNDEZ ROBREDO,

Ingeniero Agrbnoino.

Principales variedades de patata temprana.

De todas las variedades de patatas tempranas, semitempra-nas y tardías, hoy se conocen en el mundo unas 1.280 varie-dades.

En cuanto a nombres, unas llevan el de una procedencia máso menos exacta, otras son conocidas por nombres que expresanalguna de sus propiedades o forma o color. Y es muy frecuenteque no sólo entre las de España, si que también entre las extran-jeras, una misma variedad esté bautizada con nombres diferen-tes, según la comarca en que se cultiva.

Para concretar, citaremos solamente las tempranas más co-nocidas hoy en España, como son las Early rose en Inglaterra,Rose hative en Francia o Rosa temprana en España, que es unade las primeras que se extiendieron en nuestro país, y que hoyconstituye, con otras, base de exportación desde Canarias y deconsumo en nuestra Patria; la Marjolín, la Holandesa o Quaran-taine de la Halle, o Cuarentena del Mercado, o Quarantaine deNoisy; la Víctor o Kidney perfectionné, la Royal Kidney o Ri-ñón real, la Feuille d'ortis u Hoja de ortiga, la Blanchard, laHolladaise hative u Holandesa precoz, la Quarantaine platehative o sutton's Seedling Kedney, la Holandesa rosa y las co-nocidas en España con los nombres de Riñón encarnado yblanco.

Terreno.

Requiere terrenos ligeros, profundos y frescos, sin ser exce-sivamente húmedos.

Las tierras muy arcillosas o fuertes no convienen, pues aconsecuencia de su cohesión y tenacidad, impiden el crecimientode las patatas, y hay que evitar esto precisatnente en las varie-dades tempranas, que, en general, son ya de pequeño tamaño.

También son perjudiciales los terrenos muy húmedos, puessi bien en las variedades tardías, por ocupar el terreno duranteel verano, la siempre perniciosa influencia del exceso de hume-dad no se haría notar tanto, en las variedades tempranas, comoocupan la tierra precisamente los meses de más lluvias y de me-

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nos evaporacibn, debemos proporcionarles terrenos que no su-men a esas circunstancias la humedad excesiva de ellos. Esta,como el agua estacionada, determina la podredumbre, y, ade-más, se obtienen patatas insípidas, acuosas y de mal gusto ydifícil conservacibn.

Los terrenos de acarreo, como los de vegas y valles en ge-neral, son adecuados, por su profundidad, permeabilidad, soltu-ra y su humedad no excesiva.

Exposición.

Dada ]a época en que se desarrolla el cultivo de la patatatemprana, es el mayor de los peligros el de las heladas.

Las plantas de patatas pueden aguantar, sin daño de impor-tancia para su vida, temperaturas de cinco y seis grados bajocero; pero esto es cuando el descenso es lento. En cambio, undescenso de dos ^rados bajo cero puede ser funesto cuando esabaja ha sido muy rápida.

Una de las precauciones esenciales será, por tanto, no hacerplantaciones en terrenos que por su exposición o situación esténexpuestos a cambios bruscos.

Estos pueden aminorarse disponiendo abrigos colocados porla parte norte, evitando así que los ^=ientos más fríos actúen di-rectamente.

Dichos abrigos se obtienen haciendo vallas o parapetos, endisposición inclinada hacia las plantas, para evitar la formaciónde hielo sobre las hojas.

Se construyen con paja de arroz en las zonas en que sea eco-nómica su compra, como en ti alencia, o con paja cle cerealessin trillar en las demás de España. Estos zarzos o abrigos se su-jetan con largueros transversales de caña, para darles solidez.

Z' si no se presentan heladas, el empleo de estos abrigossiempre anticipa el desarrollo y maduración del tubérculo.

Otro medio de defensa es el riego oportuno en esas tardes deinvierno en que el cielo está sin una nube y no hace nada cieviento, presagio de probable helada.

En las huertas de Logroño hemos presenciado el empleo denubes de humo, obtenidas quemando paja húmeda.

Abonos.

La patata temprana es planta que necesita ser muy abonada.Y, desde luego, el estiércol ha de constituir la mayor parte delabono.

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Pero este estiércol no debe ser demasiado enterizo y fresco,como hemos visto muchas veces aplicar a los patatares. Así dalugar a la podredumbre de los tubérculos, y, por otra parte, noencuentran las raicillas de la patata elementos nutritivos en es-tado asimilable, por no estar el estiércol bastante hecho o«cur-tido», y resulta que más que la patata se aprovecha del estiér-col el cultivo que sigue a aquélla.

E1 abonado de las patatas tempranas difiere del de las tar-días, en lo que se refiere al nitrógeno, por lo siguiente: El culti-vo de las tardías tiene lugar en condiciones favorables a la tem-peratura, pues como se planta en marzo, abril o mayo, aprove-cha en breve plazo mayor número de graclos de temperatura.Como las tempranas se plantan en noviembre y diciembre, alprincipio del cultivo, la vegetación es lenta, continuando des-pués más intensamente al aumentar la temperatura, hasta for-mar el tubérculo.

Y como la nitrificación exige temperatura mayor de cincogrados y que no sea excesiva la humedad, de aquí que haya dedárseles a las patatas tempranas el nitrógeno más adelante y engran cantidad, porque tiene que ser asimilado en corto plazo.

En cuanto a la forma de suministrar el nitrógeno, variarásegún las clases de tierra. Se aplicará en forma de sulfato amó^nico a las tierras arcillosas, y en forma de nitrato de sosa a lasdemás clases de tierra, teniendo cuidado, en las muy sueltas oarenosas, de aplicarlo en varias veces y en el momento en quelas plantas entran en actividad.

En cuanto a los abonos fosfatados, el más indicado es el su-perfosfato de cal, pues dada su actividad, puede ser aprovecha-do por las patatas en más breve plazo que otros.

Respecto a abonos potásicos, los convenientes son, para tie-rras arcillosas y para humíferas, el sulfato potásico; para lassilíceas, arenosas o secas, la kainita, y para las muy calizas, elcloruro potásico.

Así como en clases de abomos se puede concretar algo, comohemos hecho, en cantidades respectivas de ellos es difícil, puesse deben amoldar a los casos especiales de cada tierra, finca ycircunstancias económicas. Pero, para dar algunas normas, in-dicaremos las siguientes:

Para tierras arcillosas: estiércol de cuadra, 30.000 kilos porhectárea; superfosfato de cal 18/20, 600 ídem íd.; sulfato amó-nico 20,!21, 400 ídem íd.; sulfato potásico 48,!50, 1d0 ídem íd.

Para tierras silíceas: estiércol de cuadra, 40.000 kilos por

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hectárea; superfosfato de cal 18,!20, 600 ídem íd.; nitrato de sosa15/16, 500 ídem íd.; kainita, 600 ídem íd.

Yara tierras calizas: estiércol de cuadra, 40.000 kilos por hec-tárea; superfosfato de cal 18/20, 600 ídem íd.; nitrato de sosa15/16, 400 ídem íd.; cloruro potásico, 200 ídem íd.

Para tierras humíferas: estiércol de cuadra, 20.000 kilos porhectárea; escorias de desfosforación 8%20, 800 ídem íd.; nitratode sosa 15;'16, 250 ídem íd.; sulfato de potasa -18J50, 175 ídemídem.

Para dar a conocer cómo abonan las tierras mis paisanos dela huerta valenciana en la producción de la patata temprana,creemos interesante copiar lo siguiente del folleto escrito por elcompetentísimo Ingeniero Sr. Janini, y publicado el año ante-rior por el Consejo provincial de Fomento de Valencia:

«En la huerta de Valencia, en muchos casos, se hace lo si-guiente: 180.000 hilos por hectárea de estiércol de cama de cer-do en recría, que es arena empapada de orín de cerdo y con susdeyecciones sólidas.

Esta arena, mu5 caliza y muy suelta, actúa, no sólo comoabono, si que también como enmienda para corregir el excesode arcilla de las tierras.

A más, se esparcen también por hectárea 720 a 1.200 kilos desulfato amónico de 20/21 nitrógeno, 504 kilos de superfosfato decal de 13/15 ó 16,'1S y 216 a 360 kilos de cloruro o de sulfato po-tásico; generalmente, cloruro potásico.

También hay huertanos que, abonando con 180.000 kilos dearena de cerdo por hectárea, como vulgarmente se donomina aeste estiércol, añaden luego al terreno 1.200 kilos de sulfatoamónico de 20j21 nitrógeno.

Mediante las estercoladuras y abonados consignados, del 15de mayo al 10 de junio, ya se arrancan, por hectárea, unos14.400 kilos de patata temprana, y desde el 10 de junio a fin demes, unos 20.400 kilos de patata temprana.

El término medio de producción de patata temprana, abo-nando conforme se ha consignado, viene a ser, por hectárea, de22.000 a 27.000 kilos de patata temprana, pero no faltan huerta-nos que para el 29 de mayo consiguen arrancar, por hectárea,37.500 kilos de patatas, que, para ser temprana, es una buenaproducción.

En cuanto a la forma de aplicación de los abonos, el estiér-col se echará con la primera labor de preparación del terreno.El superfosfato de cal, sulfato de potasa, cloruro potásico y es-

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corias de desfosforación, antes de plantar; las últimas, con másanticipación. Y el sulfato amónico y el nitrato de sosa, en suce-sivas veces, al escardar y recalzar las plantas.

En el noroeste siguen la práctica de enterrar el estiércol alabrir el surco para la plantación, y, además, echan el estiércoldemasiado enterizo o poco curtido. Como ya se comprende, estono es lo más conveniente. Cuancio emplean el superfosfato decal también lo echan al abrir el surco, pero tienen la precau-ción, con el mismo trozo de patata, de hacer resbalar algo latierra, para evitar el contacto con el superfosfato.

La mejor práctica es esparcir cada abono en su momento,como hemos indicado, y con la mayor igualdad, sobre el te•rreno.

Epoca de plantar.

Varía ésta según las zonas de España. En la costa de Levan-te comienza en noviembre. En el litoral de Almería, Granada yMálaga empiezan en noviembre y diciembre. En La Coruña,Pontevedra y Murcia, en enero, y en zonas más altas o frías, enfebrero y marzo.

Plantación.

Es de mucha importancia que los tubérculos para plantar es-tén completamente sanos.

La mayor parte de las variedades tempranas son de pequeñotamaño, de modo que se plantarán enteras. Si por el tamaño dealgunas conviniese partirlas, hay que tener presente que el tu-bérculo tiene en su superficie yemas de distinta fuerza y algunasestériles. Las peores son las más próximas a la base, por dondela patata estaba adherida a la planta madre.

Por eso, el corte conviene hacerlo desde este punto al extre-mo opuesto, que en las variedades alargadas es en la direcciónde su mayor longitud.

En cuanto a distancia o separación, como el desarrollo derama y hojas de estas patatas es menor que el de las tardías,por razón de la menoi- temperatura en que se desarrollan, de-ben ponerse a menor distancia entre sí. Claro que puede variar,según tierra, abonos y variedad de patata, pero el tipo corrien-te es el de 60 a 70 centímetros de línea a línea, y dentro de és-tas, 25 a 30 centímetros.

Imprenta de Julio Cosano, Torija 5.-Madrid.