migraciones internas cada vez más emigrantes · cia y entre ciudades de tamaño medio, con ......

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MIGRACIONES INTERNAS 11 Cada vez más emigrantes Rodolfo Corona Vázquez* La importancia de la movilidad espacial de la población se ha incrementado con el paso del tiempo. Hasta finales del decenio 1960- 1970 las migraciones constituían el fenóme- no demográfico menos estudiado y con ma- yores carencias de información numérica, debido en parte al mayor interés otorgado a otras temáticas poblacionales (principal- mente a la fecundidad). Las investigaciones sobre el tema se constituían entonces por análisis de corte antropológico referidos a pequeñas comunidades rurales o barrios ur- banos, y por unos cuantos trabajos cuanti- tativos basados en estimaciones de saldos migratorios. Como respuesta a la problemá- tica del acelerado crecimiento demográfico de las grandes áreas urbanas del país, en bue- na medida causado por los desplazamientos poblacionales desde áreas rurales, durante los setenta el estudio de las migraciones adqui- rió otra dimensión, por lo que se generaron por primera vez datos especiales, como las encuestas de hogares realizadas en las tres principales zonas metropolitanas del país. A lo largo de la década 1980-1990 au- mentó la visibilidad de otras corrientes mi- gratorias compuestas por elevadas cantida- des de personas jóvenes que se desplazaron para conseguir trabajo y mejores condicio- nes de vida, poniendo así de manifiesto los desequilibrios del desarrollo regional del país, el efecto de las crisis económicas de esos años en el empleo y los salarios, así como las precarias condiciones en el campo mexicano. Casi en paralelo, la necesidad de conocer el tamaño y rasgos fundamentales de estos movimientos internos provocó la realización de encuestas especiales para do- cumentar diversos procesos migratorios, co- mo los integrados por desplazamientos ha- cia y entre ciudades de tamaño medio, con destino en algunas entidades (básicamente Baja California y el Estado de México) o hacia el sureste del país al incrementarse la producción petrolera. Por otra parte, durante el lustro 1975- 1980 y en el decenio 1980-1990, la migra- ción de mexicanos hacia los Estados Uni- dos se incrementó de manera notoria ante la disparidad de condiciones económicas entre uno y otro país, los diferenciales salariales y la creciente falta de empleos en México, aunado a la necesidad de trabajadores en el país del Norte para realizar tareas de poca calificación, en su mayoría manuales. Esta emigración también fue impulsada por la existencia de redes sociales y familiares que favorecen y facilitan los traslados y la inser- ción laboral de los migrantes en Norteamé- rica. Como en el caso de los desplazamientos internos, la importancia de estas migracio- nes internacionales trajo consigo la necesi- dad de contar con información adecuada, por lo cual se incorporaron procedimientos y preguntas especiales en las encuestas de hogares por muestreo de viviendas, y se es- tructuraron encuestas especiales para identi- ficar y contabilizar a los migrantes en algún punto de su desplazamiento (llamadas en- cuestas de flujos). A partir de 1990 los desplazamientos migratorios que ocurren al interior del te- * El Colegio de la Frontera Norte.

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MIGRACIONES INTERNAS

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Cada vez más emigrantes

Rodolfo Corona Vázquez*

La importancia de la movilidad espacial dela población se ha incrementado con el pasodel tiempo. Hasta finales del decenio 1960-1970 las migraciones constituían el fenóme-no demográfico menos estudiado y con ma-yores carencias de información numérica,debido en parte al mayor interés otorgadoa otras temáticas poblacionales (principal-mente a la fecundidad). Las investigacionessobre el tema se constituían entonces poranálisis de corte antropológico referidos apequeñas comunidades rurales o barrios ur-banos, y por unos cuantos trabajos cuanti-tativos basados en estimaciones de saldosmigratorios. Como respuesta a la problemá-tica del acelerado crecimiento demográficode las grandes áreas urbanas del país, en bue-na medida causado por los desplazamientospoblacionales desde áreas rurales, durante lossetenta el estudio de las migraciones adqui-rió otra dimensión, por lo que se generaronpor primera vez datos especiales, como lasencuestas de hogares realizadas en las tresprincipales zonas metropolitanas del país.

A lo largo de la década 1980-1990 au-mentó la visibilidad de otras corrientes mi-gratorias compuestas por elevadas cantida-des de personas jóvenes que se desplazaronpara conseguir trabajo y mejores condicio-nes de vida, poniendo así de manifiesto losdesequilibrios del desarrollo regional delpaís, el efecto de las crisis económicas deesos años en el empleo y los salarios, asícomo las precarias condiciones en el campomexicano. Casi en paralelo, la necesidad deconocer el tamaño y rasgos fundamentalesde estos movimientos internos provocó larealización de encuestas especiales para do-cumentar diversos procesos migratorios, co-mo los integrados por desplazamientos ha-cia y entre ciudades de tamaño medio, condestino en algunas entidades (básicamente

Baja California y el Estado de México) ohacia el sureste del país al incrementarse laproducción petrolera.

Por otra parte, durante el lustro 1975-1980 y en el decenio 1980-1990, la migra-ción de mexicanos hacia los Estados Uni-dos se incrementó de manera notoria ante ladisparidad de condiciones económicas entreuno y otro país, los diferenciales salarialesy la creciente falta de empleos en México,aunado a la necesidad de trabajadores en elpaís del Norte para realizar tareas de pocacalificación, en su mayoría manuales. Estaemigración también fue impulsada por laexistencia de redes sociales y familiares que

favorecen y facilitan los traslados y la inser-ción laboral de los migrantes en Norteamé-rica. Como en el caso de los desplazamientosinternos, la importancia de estas migracio-nes internacionales trajo consigo la necesi-dad de contar con información adecuada,por lo cual se incorporaron procedimientosy preguntas especiales en las encuestas dehogares por muestreo de viviendas, y se es-tructuraron encuestas especiales para identi-ficar y contabilizar a los migrantes en algúnpunto de su desplazamiento (llamadas en-cuestas de flujos).

A partir de 1990 los desplazamientosmigratorios que ocurren al interior del te-

* El Colegio de la Frontera Norte.

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implica realizar desplazamientos de dife-rentes distancias y tiempos de permanenciaen el lugar de trabajo, conformando así dis-tintas modalidades migratorias, desde movi-mientos de unas cuantas horas, días o se-manas a lugares cercanos, o bien el cambiode domicilio a otras ciudades y municipios,a otros estados o al extranjero. Adicional-mente al aspecto económico existen otrosfactores que impulsan a las personas a mo-dificar sus lugares de residencia, como elincremento de condiciones de inseguridady un medio ambiente deteriorado. Desde laperspectiva de buena parte de los cientos demiles de personas y familias involucradas enlos desplazamientos, la problemática de lasmigraciones radica en que constituyen unaserie de esfuerzos para solucionar las caren-cias económicas, que no siempre son exi-tosos y que sistemáticamente involucran elalejamiento del hogar, el enfrentamiento ariesgos físicos y accidentes, la adopción

rritorio nacional, y también desde y haciala República Mexicana, se han convertidoen fenómenos de gran visibilidad cuya exis-tencia obedece en lo fundamental a la insu-ficiencia de empleos con estabilidad y re-muneración adecuada para proporcionar unavida digna, lo cual se agrava y aumenta con-tinuamente por los cada vez mayores contin-gentes de mexicanos en edades de actividadeconómica (la población de ambos sexoscon edades de 15 a 59 años se incrementóde 13.6 millones en 1950 a 44.9 millones en1990 y a 57.097 millones en el 2000). Esdecir, la existencia de problemas económi-cos de atención inmediata, en el caso de po-blación con escasos recursos y la intenciónde mejorar las condiciones materiales de vi-da, entre aquellos que no enfrentan proble-mas de pobreza, han orillado a la crecientepoblación joven que no encuentra solucio-nes en su entorno inmediato a extender es-pacialmente la búsqueda de ingresos. Esto

obligatoria de normas de conducta ajenas yla exposición a maltratos y violaciones delos derechos humanos básicos.

La migración hacia los Estados Unidosha crecido sistemáticamente, llegando enaños recientes a superar la cifra de 1 000mexicanos que diariamente se van a vivira ese país (aproximadamente 400 000 emi-grantes permanentes anuales en el 2 000).Tal flujo de emigrantes se ha acumuladohasta constituir actualmente alrededor de10 millones los nativos mexicanos que vi-ven habitualmente en los Estados Unidos.De éstos, casi 2.5 millones son ya ciudada-nos estadunidenses, y otro conjunto de pocomás de tres millones tienen legalizada suestancia, esto es: son inmigrantes con per-miso para residir y trabajar en dicho país.En adición, se encuentran los migrantes quesólo van a trabajar por temporadas, aunquepor las mayores duraciones de sus estancias,principalmente los que carecen de documen-tos para trabajar, cada vez resulta más difí-cil diferenciar a los migrantes permanentesde los temporales, inclusive entre los pro-pios migrantes y sus familiares a veces nodistinguen cuál es su residencia habitual.

La migración de centroamericanos tam-bién ha cobrado relevancia pues a los tra-dicionales flujos locales de guatemaltecosque periódicamente laboraban en las fincascafetaleras y de producción de frutas delestado de Chiapas, ahora se sobreponen doscorrientes de migrantes: los que vienen anuestro país para trabajar en otros estados,como Tabasco y Veracruz; y los que sólodesean usar el territorio nacional como pla-taforma para internarse en los Estados Uni-dos. Los datos del Instituto Nacional de Mi-gración sobre extranjeros sin documentosque fueron detenidos (asegurados) y devuel-tos a su país de origen (174 000 en el 2003,de los cuales 170 000 eran oriundos de Gua-temala, El Salvador, Honduras y Nicaragua)sólo representan una primera aproximación,pero permiten apreciar el orden de magni-tud de esta corriente migratoria.

En cuanto a las migraciones internas de-ben hacerse cuatro señalamientos. El prime-ro, indicar que los únicos datos comparablesdesde 1950 dan cuenta del sistemático au-mento de las migraciones domésticas, puesla cantidad de mexicanos que viven en unaentidad diferente a su estado natal se incre-mentó de 3.5 y 7.5 millones en 1950 y 1970,a 15.5 y cerca de 18 millones en 1990 y el2000. Estas cifras también marcan un au-mento relativo ya que el porcentaje de mi-grantes interestatales (con respecto a la po-

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blación total residente en el país en el añode referencia) pasó de 12.9% en 1950 a18.5% en el 2000, con lo que actualmentecasi uno de cada cinco mexicanos vive enuna entidad distinta a la de su nacimiento.El segundo señalamiento es sobre los cam-bios de domicilio entre municipios y entida-des: según el Censo del 2000, un total de 6.7millones de mexicanos efectuaron entre 1995y el 2000 estas migraciones permanentes,siendo 3.8 millones los que trasladaron suresidencia de un estado a otro, y los restan-tes 2.9 millones se fueron a vivir a otro mu-nicipio de la misma entidad. Estas cantida-des no se distribuyen por igual, conformandoun patrón por tamaño de localidad con doscaracterísticas básicas: por un lado mayorcantidad relativa de movimientos desde yhacia las ciudades intermedias, un poco me-nor la proporción de traslados con origen ydestino en las grandes áreas urbanas y mu-cho menos desplazamientos en las zonas ru-rales; y por otro, una tendencia a perderpoblación por efectos del intercambio de mi-grantes en las grandes urbes, en las localida-des menores (de 15 000 a 99 000 habitantes)y en las zonas rurales (menos de 15 000 ha-bitantes); que es compensada por la ganan-cia de residentes en las ciudades de tamañomedio (100 000 a 499 000 habitantes). Am-bas características se observan en las pro-porciones de migrantes en el lustro 1995-2000 con respecto a la población de 5 añosy más residente en el 2000 en cada grupode localidades: en las zonas rurales emigró1.4% y llegó a vivir sólo 1% (equivalente aun saldo de -0.4%); en los municipios con15 000 a 99 000 habitantes las “tasas” alcan-zaron 14.5% para la emigración y 13.1%para la inmigración (pérdida neta de 1.4%);en las grandes ciudades (más de 500 000 ha-bitantes) se fue durante el lustro el 10% de lapoblación con 5 años y llegó a vivir un 9.2%(un saldo negativo de -0.8%); en cambio,de las ciudades intermedias (de 100 000 a499 000 habitantes) salió una menor pro-porción de su población (con 5 años y más)respecto al porcentaje de la que llegó a vivir,12.4% y 14.9% correspondientemente (unaganancia poblacional durante el quinqueniode 2.5%).

En tercer término ubicamos otra moda-lidad migratoria cuantificada en el Censo del2000: los desplazamientos cotidianos con pro-pósitos laborales hacia divisiones político-administratrivas diferentes a las de residen-cia. De los aproximadamente 32 millonesde personas que declararon tener un empleoen el 2000, 6.1 millones indicaron que tra-

bajaban fuera del municipio donde vivían,de ellos 4.4 millones tenían su lugar de tra-bajo en otro municipio de la misma entidady 1.7 millones laboraban en otra entidad fe-derativa. Respectivamente, estas cantidadesrepresentan 19%, 12.7% y 5.3% de la manode obra de nuestro país, lo que pone de mani-fiesto la relevancia de estos desplazamientos,no obstante que los mismos tienden a sobre-dimensionar el tema porque en ocasiones eltraslado de un municipio a otro o de unaentidad a otra sólo implica el cruce de unascalles. El cuarto señalamiento radica en que,conforme al Censo del 2000 el 3.2% de lapoblación de 12 años y más de edad recibeayuda monetaria de familiares desde otraspartes del país, es decir, son receptores deremesas internas. Algunas de estas remesasseguramente se vinculan con movimientosinterestatales e intermunicipales, a semejan-za de lo que ocurre en el caso de los des-plazamientos hacia los Estados Unidos, don-de las remesas de dólares que envían los queviven o trabajan en ese país a sus parientesen México constituyen un aspecto del todo

ligado a la evolución de los desplazamien-tos internacionales. Se desconoce en quémedida y circunstancias tales remesas es-tan asociadas con las migraciones internas,no obstante que el número de receptores casiduplica a la cantidad de personas que reci-ben remesas del extranjero (1.7% de la po-blación de 12 años y más según el Censodel 2000), y que para el 2000 el valor men-sual promedio de dichas remesas adquirióun monto ligeramente inferior al alcanzadopor las del extranjero: 1 407 y 1 640 pesosrespectivamente, conforme a los datos cen-sales.

Para terminar debe resaltarse que noexisten programas de gobierno ni políticasespecíficas para encauzar las migraciones,ni para atender a los migrantes no obstanteel creciente impacto que los desplazamien-tos espaciales de mexicanos tienen para eldesarrollo nacional, tanto en lo estrictamen-te demográfico por su efecto decisivo en laredistribución poblacional, como en lo eco-nómico a través de las alteraciones o ade-cuaciones laborales.