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Vol. V, Núm. 1 Primavera-Verano 2010 Vol. V, Núm. 1 Primavera-Verano 2010 REVISTA AMBIENTAL REVISTA AMBIENTAL

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Revista de Biología Marina

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Page 1: Marejada Vol 5 Num 1 2010

Vol. V, Núm. 1 Primavera-Verano 2010Vol. V, Núm. 1 Primavera-Verano 2010

R E V I S T A A M B I E N T A LR E V I S T A A M B I E N T A L

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lo que son los arrecifes mesofóticos y nos habla sobre ese mundo submarino y la manera en que la tecnología nos permite llegar a sitios nunca antes visitados por el ser humano. Por otra parte, el estudiante graduado Andrés Morales Núñez comparte con nuestros lectores los resultados más recientes de su proyecto de investigación y nos describe las especies de microcrustáceos que descubrió en los mares de Puerto Rico.

Descubrir, ya sea a través de la investigación científi ca o de la imaginación, siempre ha causado fascinación entre los seres humanos. En Los misterios de Playa Flamenco, Daira Dávila, colaboradora de nuestro Programa, redescubre la Isla Municipio de Culebra a través de los relatos del escritor Benjamín Pérez Vega y de una visita a la propia isla.

Investigación, creatividad y pasión por la vida y por el océano son aspectos que trae consigo esta Marejada. El mar y los deportes se entremezclan en este número y nos acercan a un joven que vive con gran entusiasmo por la ciencia y por el voleibol. En Deportista Ilustrado, Cristina Olán, comunicadora de Sea Grant, entrevista al voleibolista de la Selección Nacional de Puerto Rico, René Esteves, estudiante de doctorado del Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico. René se ha destacado por su éxito en el deporte, en los estudios y en la ciencia. Sus logros muestran gran madurez e inteligencia en la toma de decisiones y su vida es ejemplo para la juventud puertorriqueña.

Ante un panorama incierto y poco alentador para la protección de nuestros recursos marinos y costeros, nos toca a toda a la ciudadanía asumir un rol más activo a favor de la conservación y del desarrollo sustentable. Espero que los artículos de este número sean del agrado de todos y todas ustedes y que la información provista los ayude a tener un conocimiento más amplio de nuestros recursos y a trabajar en pro del manejo sabio de éstos.

Espero que la disfruten.

Ruperto Chaparro Serrano

Carta del DirectorCarta del Director

CréditosCréditos

Marejada es publicada por la Ofi cina de Comunicaciones del Programa de Colegio Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico bajo la subvención Núm. NA06OAR4170016 del Departamento de Comercio de Estados Unidos y la Administración Nacional Oceanográfi ca y Atmosférica (NOAA). ISSN 1947-1424

Ruperto Chaparro Serrano, MA, DirectorManuel Valdés Pizzini, PhD, Director asociado/Director Programa de Extensión MarinaCristina D. Olán Martínez, Especialista en comunicaciones/Directora editorialDelmis del C. Alicea Segarra, EdD, Coordinadora de actividadesMaría E. Font, Especialista en informaciónOliver Bencosme Palmer, Ilustrador científi co/DiagramaciónAlexis Rivera Miura, Ilustrador científi coDaniel Irizarri Oquendo, Ilustrador científi coGuillermo Damiani González, Jefe de impresos

Las opiniones y los puntos de vista expresados en esta revista no necesariamente refl ejan los de la Universidad de Puerto Rico o los del Programa Sea Grant. La mención de marcas de productos en esta revista no debe ser interpretada como un endoso a las mismas.

La revista Marejada tiene como propósito educar a nuestros lectores acerca del desarrollo sustentable de los recursos marinos y costeros del Archipiélago de Puerto Rico. A través de nuestra selección de artículos, pretendemos ofrecer información que fomente en nuestros

lectores, la capacidad de analizar y de entender asuntos relevantes a la sustentabilidad y a la conservación de nuestros recursos marinos y costeros. Asimismo, esperamos que el público pueda diseminar el contenido de Marejada entre sus familiares, amistades y pares.

En un momento en que la economía de Puerto Rico, al igual que la economía mundial, se tambalea, el gobierno ha apostado a la industria de la construcción como la estrategia principal para salir de la crisis económica que nos afecta. Esta decisión no estaría errada si los esfuerzos del gobierno estuviesen dirigidos a adoptar los postulados del desarrollo inteligente. El mismo es una tendencia desarrollada por planifi cadores y por administradores públicos de avanzada, cuyos postulados proponen concentrar el desarrollo de las ciudades y de los pueblos en los cascos urbanos. Esta modalidad propone restaurar las áreas históricas y los frentes marinos abandonados, proteger los usos tradicionales y evitar el desparrame urbano con el fi n de proteger la economía local, la calidad de vida de los residentes y la conservación de los recursos y de las atracciones naturales. El concentrar los desarrollos en los cascos urbanos y en áreas previamente desarrolladas, evita gastos innecesarios en el desarrollo de infraestructura (carreteras, alcantarillados, electricidad), reduce la dependencia de los automóviles y evita la fuga de capital.

La gran mayoría de los países progresistas han desarrollado estrategias de política pública dirigidas a proteger sus atracciones y sus recursos naturales a través del establecimiento de legislación o de ordenanzas gubernamentales que las designan como reservas naturales o áreas protegidas. Resulta inconcebible que el gobierno de Puerto Rico vaya en dirección contraria, reversando los tortuosos procesos que lideraron varias comunidades costeras y organizaciones no gubernamentales para impulsar la designación de tres áreas naturales que proveen servicios ecológicos esenciales para el desarrollo y para el bienestar de la sociedad puertorriqueña. El Corredor Ecológico del Norte, la Reserva Natural Punta Viento (Patillas) y el Área del Karso con Prioridad de Conservación deben permanecer bajo la designación de reservas naturales y áreas protegidas a perpetuidad, no solamente por su valor ecológico, recreativo, económico y científi co sino por los valiosos servicios que ofrecen como infraestructura natural.

Esta edición de Marejada sobresale por su variedad de temas. Las reservas antes mencionadas, la protección de éstas y el acceso del público a las mismas ocupan un lugar prioritario para el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico (PSGUPR). Por tal razón, incluimos un escrito sobre las actividades coordinadas por la Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste y por el Sierra Club para identifi car las especies críticas de la zona y dedicamos un artículo a la explicación sobre el valor la zona cársica y los benefi cios de ésta. Además, ofrecimos un espacio en el que el Grupo de Vegabajeños Impulsando el Desarrollo Ambiental Sustentable (VIDAS) se expresa a favor del libre acceso a las playas y de la protección de los recursos marinos y costeros de su pueblo.

Cabe señalar que la investigación científi ca es uno de los pilares que sostienen al PSGUPR. En “Más allá del veril,” la doctora Michelle Schärer Umpierre nos lleva a los abismos subacuáticos, nos explica

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R E V I S T A A M B I E N T A L

primavera - verano 2010 * volumen V * número 1

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Portada: Especímenes avistados en la zona mesofótica. Algunos de éstos aún no han sido identifi cados. Fotos por Héctor Ruiz. Composición por Oliver Bencosme Palmer.

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Mar adentro 8 8 Microcrustáceos: Estudiante de la UPR-Mayagüez descubre especies de tanaidaceos y de ostrácodos.

Vidas apasionadas1818 René Esteves: Académico y atleta a tiempo completo.

Alerta ambiental 4 4 Corredor Ecológico del Noreste: Un tesoro natural que debemos proteger.

Razones científi cas1010 Más allá del veril: Información y hallazgos sobre los arrecifes de coral mesofóticos en el Caribe.

Educando con el mar2222 Los misterios de Playa Flamenco: Una travesía literaria por los parajes de Culebra.

Compromiso ambiental2626 Vidas: Vegabajeños defi enden sus recursos marinos y costeros.

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1414 Estudios del ecosistema de arrecife de coral mesofótico: Científi cos investigan los arrecifes de aguas profundas.

3232 El karso: Valores y servicios para el desarrollo de Puerto Rico.

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Por Jorge I. Casillas Maldonado

Corredor Ecológico del Noreste: Tesoro natural en peligro

En el año 2007, se presentó el Proyecto de la Cámara 2150. El mismo pretendía declarar y designar como reserva natural el área denominada como Corredor Ecológico del Noreste (CEN). El proyecto fue aprobado. El valor ecológico del CEN y su potencial para ser convertido en un área para la recreación y el turismo de naturaleza lo hicieron merecedor de tal protección. No obstante, en el año 2009, el gobernador Luis Fortuño derogó dicha ley. Ahora más que nunca, el CEN corre el peligro de ser convertido en área de desarrollo de hoteles, como San Miguel Resort y Dos Mares Resort, de viviendas lujosas, de campos de golf y de carreteras. Sus múltiples ecosistemas, sus playas y los organismos que allí habitan están expuestos al desarrollo no planifi cado.

¿Qué es el Corredor Ecológico del Noreste?

El CEN está localizado en la franja costera al norte de la carretera PR 3, entre los condominios de Sandy Hills en Luquillo y el Balneario Seven Seas en Fajardo (ver mapa). Ocupa aproximadamente 3,000 cuerdas de terreno en las que se encuentran las playas de San Miguel, La Selva, Las Paulinas El Convento y La Colorá.

El CEN alberga diversos ecosistemas naturales tales como: bosques costeros, humedales, manglares, arrecifes de coral, praderas de yerbas marinas, una laguna bioluminiscente y millas de playas vírgenes que sirven de hábitat para más de cincuenta especies raras, críticas, amenazadas o en peligro de extinción y posiblemente únicas en Puerto Rico. Además, las playas del CEN son consideradas como unas de las más importantes en los Estados Unidos para el desove del tinglar, la tortuga marina más grande del mundo. Sus recursos lo convierten en parte esencial de nuestro patrimonio natural.

¿Qué se ha hecho para proteger el CEN?

A lo largo de treinta años, a nivel de la legislatura y de las agencias gubernamentales, se han llevado a cabo esfuerzos por proteger los recursos que posee el CEN. En 1978, por ejemplo, el Gobierno de Puerto Rico y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) adoptaron el Plan de Manejo de la Zona Costanera (PMZC). Este plan recomendaba la designación de las

fi ncas El Faro, Seven Seas y parte de El Convento Norte, como reserva natural. En el año 1990, una parte sustancial del CEN fue incluida como parte del sistema de barreras costaneras bajo la Ley Federal de Barreras Costaneras. También, en 1996, la Junta de Planifi cación (JP) estableció el Plan de Desarrollo

Turístico de la Costa Nordeste de Puerto Rico en el que se adoptaba como política pública que todo proyecto propuesto en el CEN debía mantener el carácter paisajista y las condiciones naturales de la región. Asimismo, en 1999, la Asamblea Legislativa aprobó la Ley de la Reserva Natural de la Finca de Seven Seas. Además, en septiembre de 2003, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) identifi có al CEN como una de las Áreas con Prioridad para la Conservación en Puerto Rico.

Muchos han sido los esfuerzos, los estudios y la documentación que prueban que el CEN constituye un tesoro natural que debe ser protegido para la salud de nuestros ecosistemas y para el disfrute de toda la ciudadanía. En respuesta a la acción tomada por el gobernador Luis Fortuño, cientos de personas y decenas de organizaciones han unido esfuerzos a favor de la protección del CEN. La Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste y el Sierra Club son ejemplos de ello. Estos grupos se han dado a la tarea de batallar por que se honre la designación inicial, han llevado el pleito a los tribunales y han decido que, con una colaboración directa con las universidades, pueden obtener resultados más detallados sobre los recursos que posee el CEN, lo que a su vez sirve como taller para científi cos locales.

Corredor Ecológico del Noreste:anifi cación (JP) estableció el Plan de Desarroll

El mapa de Puerto Rico muestra el área que compone el Corredor Ecológico del Noreste.

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El Bio-Blitz

El fi n de semana del 11 al 13 de diciembre de 2009 se llevó a cabo el Bio-Blitz. El mismo fue organizado por el Sierra Club y tuvo como objetivo principal la cuantifi cación y la identifi cación de las especies críticas de la zona. Este inventario biológico contó con la participación de investigadores provenientes de la Universidad de Puerto Rico (UPR), recintos de Bayamón, Carolina, Humacao, Mayagüez y Río Piedras, así como también de la Universidad Metropolitana en Cupey, de la Sociedad de Ambiente Marino, del Programa Sea Grant de la UPR y de varios capítulos de la organización estudiantil de la Sociedad Ecológica de América (SEEDS, por sus siglas en inglés).

Nuestra experiencia en el Bio-Blitz comenzó con una reunión en el estacionamiento en el balneario de Seven Seas, donde conocimos a los compañeros y a las compañeras que colaborarían en las tareas del día. Luego, Camilla Feibelman, representante de Sierra Club, nos dio la bienvenida y proseguimos a realizar una caminata que nos conduciría hacia las áreas que serían estudiadas. Este recorrido duró aproximadamente unos 45 minutos. Atravesamos humedales, manglares, playas de arena y rocosas hasta que llegamos al lugar de estudio: Playa Convento. Allí, nos dividimos en dos grupos y comenzamos a observar y a apuntar todo lo que vimos. Cada persona se ocupó de aquellos aspectos o especies que correspondieran a su especialidad, como por ejemplo, peces, algas, corales, entre otros organismos. Durante la actividad, buscamos, específi camente, organismos que estuvieran en peligro o estuvieran protegidos por leyes federales y estatales; ya que la protección de éstos apremia y, a su vez, facilita el proceso de llevar a cabo reclamaciones y de exigir la designación del CEN como reserva y como hábitat crítico para estas especies. Como parte de las tareas realizadas durante la actividad, hicimos snorkeling en parejas y cubrimos grandes parchos de corales y bancos de arena, en los cuales encontramos gran variedad de organismos. A pesar de que las condiciones del mar no fueron las ideales, pudimos identifi car una amplia gama de organismos.

El CEN constituye un lugar con un alto potencial para la conservación, para la investigación y para la recreación. El área, además, es un escape del diario vivir de la ciudad. Los escenarios y los organismos que se observan tienen un valor que no se puede calcular en dólares ni en centavos. Su aportación mayor redunda en una mejor calidad de vida para todos y para todas. Les invito a que visiten el CEN y decidan por ustedes mismos si necesita ser conservado. Muchos y muchas entendemos que sí.

Algunos organismos

que habitan en el CEN

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Nombre científi co

Nombre común Hábitat Información general

Dermochelys coriacea tinglar

Especie pelágica, se acerca a la costa a comer. Se alimenta casi exclusivamente de aguavivas. Frecuentemente, utiliza las playas del CEN para depositar sus huevos.

Especie en amenaza crítica de extinción. Protegida por leyes locales y federales.

Eretmochelys imbricata

carey de concha

Una parte de su vida transcurre en mar abierto. Luego, esta especie se mueve a los arrecifes donde se alimenta principalmente de esponjas. Usa las playas del CEN para poner sus huevos.

Especie en amenaza crítica de extinción. Protegida por leyes locales y federales. Gran atractivo para el buceo y para el snorkeling turístico.

Acropora palmata

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Crece en los arrecifes, especialmente donde rompe la ola.

Protegida por la Ley # 147 de PR y la Ley Federal de Especies en Peligro de Extinción del 1973. Ofrece refugio a muchos organismos marinos. En el año 2006, fue declarada como especie amenazada.

peces, invertebrados variados Arrecife de coral

Poseen gran importancia comercial, turística y ecológica.

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Para más información puede acceder a la página electrónica de Sierra Club: http://puertorico.sierraclub.org/. También, puede buscar en youtube: Valorando el CEN (http://www.youtube.com/watch?v=31ap7XDYWvw), video producido por el Programa Sea Grant de la UPR.

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Tanaidaceos y ostrácodos: Tanaidaceos y ostrácodos: Se descubren especies en aguas de Puerto RicoSe descubren especies en aguas de Puerto Rico

años. Durante octubre de 2002 a octubre de 2003, se tomaron las muestras en Culebra. Posteriormente, en junio y en agosto de 2008, las muestras fueron tomadas en los cayos de La Parguera. Luego de examinarlas e identifi car los organismos, se pudo determinar la presencia de dos géneros, un sub-género y siete especies confi rmadas para los tanaidaceos. Para los ostrácodos, se determinó la presencia de una especie. (En la próxima página, véase tabla en la que se indican las especies, el lugar donde fueron encontradas y la profundidad a la que se hallaban.). Aún falta por confi rmar la presencia de un posible nuevo género y cinco nuevas especies de tanaidaceos.

No todo lo que existe en el mundo lo conocemos. Todavía queda mucho por descubrir y por investigar. A pesar de la limitada extensión geográfi ca de Puerto Rico, nuestro archipiélago posee una amplia variedad de organismos que merece ser estudiada. Prestar atención a los seres vivos que habitan en los ecosistemas de Puerto Rico y examinar su modo de vida y sus patrones de alimentación y de reproducción es un factor relevante en la creación de zonas de manejo y conservación. Sin embargo, algunos organismos, como los tanaidaceos y los ostrácodos, pasan desapercibidos debido a su tamaño o a su hábitat.

Por APor Andrés G. Morales-Núñezndrés G. Morales-Núñez11

1El investigador reconoce y agradece el apoyo de las siguientes instituciones y personas: el Programa Sea Grant de la Universidad de Puerto Rico, el Decanato de Artes y Ciencias de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, el doctor Louis E. Kroniker del Smithsonian National Museum of Natural History, experto en ostrácodos, y el doctor Richard W. Heard del Gulf Research Laboratory, experto en tanaidaceos; estos últimos colaboraron en el proceso de identifi cación de las especies. Especímenes de tanaidaceos.

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Recientemente, Andrés Morales Núñez, estudiante graduado del Departamento de Ciencias Marinas de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, descubrió varias especies de tanaidaceos y de ostrácodos. A continuación, Morales nos ofrece un resumen de sus hallazgos e información sobre estos organismos.

Los tanaidaceos y los ostrácodos son crustáceos que viven en el sedimento (fondo) marino. Los tanaidaceos, específi camente, se encuentran a casi cualquier profundidad. Pueden habitar en zonas llanas, como los estuarios, o en zonas profundas que sobrepasan los 9,000 m (9 km); esto es cuatro veces el Puente Teodoro Moscoso. La cantidad de organismos en zonas llanas oscila entre 10,000 individuos por metro cuadrado (ind/m2) hasta 140,000 ind/m2.

Estos organismos siempre pasan desapercibidos entre la gente debido a su pequeño tamaño. Los tanaidaceos y los ostrácodos son considerados como microcrustáceos, ya que sus tamaños varían entre 0.5 mm a 120 mm (0.02 pulgs a 4.7 pulgs aproximadamente) y 0.2 mm a 30 mm (0.01 pulgs a 1.2 pulgs aproximadamente), respectivamente. Podemos comparar su tamaño con el diámetro de una moneda de diez centavos. El diámetro de esta moneda es de unos 17.91 mm (0.71 pulg). Un tanaidaceo o un ostrácodo de 3 mm (0.12 pulg) cabría casi seis veces en el diámetro de esta moneda.

A lo largo del proceso de investigación, se tomaron varias muestras de sedimento en distintos lugares de Puerto Rico, a diversas profundidades y en diferentes

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Lista de nuevas especies encontradas en Puerto Rico. *Esta especie pertenece a los ostrácodos.

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Especie Lugar Profundidad (m)Echinoparapseudes n. gen. y n. sp. Culebra, PR 28

Mesokalliapseudes quadrifl agellata n. sp. La Parguera, PR 9.4 – 57

Paratanais rosadi n. sp. La Parguera, PR 14.9

Prototanaissus n. gen. y n. sp. Culebra, PR 28

Pseudonototanais oglei n. sp. Culebra, PR 28

Pseudoleptochelia juliae n. sp. La Parguera, PR 12.2

Saltipedis (Spinosaltipedis) puertoricensis Morales-Núñez et al. 2010 Culebra, PR 28

Diasterope puertoricensis Morales-Núñez & Kornicker, 2007* Culebra, PR. 28

Andrés G. Morales-Núñez trabajando en el laboratorio.

Espécimen y placa especial de observación.

Paratanais rosadia n. sp.

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Por Michelle Schärer Umpierre, PhDMapas y fotografías por Michelle Schärer Umpierre, PhD

Para los afi cionados del buceo SCUBA, el veril, en algunos sitios la pared o talud en donde se encuentra el límite de la plataforma, presenta un más allá inalcanzable que trae curiosidad, expectativa y un “rush” de adrenalina. Al asomarnos por el veril, hacia las oscuras profundidades, la imaginación nos traiciona y avistamos sombras o refl ejos a la distancia que pudieran ser entes de las profundidades. Podemos llegar a imaginar peces grandes, tiburones o ballenas que no vemos mientras buceamos sobre la plataforma pero sospechamos que están allí abajo. Para unos pocos, la misión es desafi ar lo desconocido e ir a esas zonas para descubrir y explorar lo que otros solamente podemos imaginar.

Los arrecifes que se encuentran más allá del veril, entre profundidades de 30 y 150 metros (90 y 450 pies, aproximadamente) son parte del ecosistema mesofótico. Meso se refi ere a la mitad y fótico se refi ere a la energía de la luz solar, por lo tanto mesofótico signifi ca literalmente a la profundidad a la que llega la mitad de la luz. Estos arrecifes se desarrollan en las paredes o taludes más allá del veril y en montañas o mesetas submarinas. El desarrollo del arrecife mesofótico ocurre en sustratos rocosos con poca acumulación de sedimento, ya sean pendientes verticales o de fondos duros con inclinación leve. Solamente ciertos organismos—

especialmente corales y algas—pueden sobrevivir en ambientes mesofóticos porque están en el límite del alcance de la luz necesaria para la fotosíntesis.

La relevancia de los arrecifes mesofóticos radica en el hecho de que éstos constituyen una extensión de los arrecifes someros y mantienen conexiones genéticas y ecológicas importantes. El ecosistema mesofótico se ha identifi cado como un potencial refugio para organismos marinos que proveen semillas para repoblar los arrecifes de coral más someros que actualmente están enfrentando serias amenazas. Aunque algunas especies de corales se desarrollan en las zonas someras y mesofóticas, las mismas están expuestas a diferentes condiciones ambientales como la temperatura, la química y/o la irradiación. Esta diferencia puede proporcionar una ventaja ante los efectos del cambio climático, entre otras amenazas que confrontan los arrecifes.

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Perfi l batimétrico del límite de la plataforma insular que representa la penetración de la luz solar (color amarillo hasta verde) hasta 150 metros.

Mapa batimétrico detallado que ilustra la zona mesofótica al suroeste de Isla de Mona.

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Los corales que más abundan en la zona mesofótica son los corales de platos, como los del género Agaricia, o corales montañosos del género Montastraea que crecen en forma de plato para maximizar la incidencia de luz sobre sus tejidos. Los corales, a su vez, proveen espacios para otras especies, tales como cangrejos, briozoarios, algas y peces.

La importancia para la biodiversidad marina del ecosistema mesofótico radica en que allí habitan especies marinas endémicas (no se encuentran en ningún otro lugar) y probablemente hay especies que aún son desconocidas para la ciencia. Se sospecha que los organismos que tienen la capacidad de sobrevivir en este ambiente extremo también pueden tener bioquímicos con propiedades innovadoras para combatir enfermedades humanas. Por lo tanto, aún hay mucho que descubrir del potencial de los arrecifes mesofóticos.

El ecosistema mesofótico provee, para distintas especies marinas, la función de hábitat crítico. Por ejemplo, algunos arrecifes mesofóticos proveen áreas donde ocurren las agregaciones reproductivas de meros y de pargos, que son críticas para mantener las poblaciones de estas especies de importancia comercial. A su vez, estas áreas sirven de hábitat de crianza para otras especies, incluyendo las de pesquerías comerciales, tales como los chillos (pargos) de aguas profundas. En fi n, es importante desarrollar un conocimiento acertado sobre las características de los organismos y de los hábitats que componen el ecosistema mesofótico y, al mismo tiempo, comprender la importancia de la función ecológica para el benefi cio de todos los que dependemos del mar.

Exploración e investigación de los ecosistemas marinos mesofóticos

La investigación oceanográfi ca de ecosistemas mesofóticos ha tomado auge recientemente a raíz de la disponibilidad de tecnologías que así lo permiten. Por ejemplo, el buceo técnico con circuito cerrado (re-breather), las tecnologías de sonar para mapear y otros equipos tales como los vehículos autónomos (AUV, por sus siglas en inglés) o los vehículos de control remoto (ROV, por sus siglas en inglés) permiten a los investigadores estudiar la zona mesofótica.

Muchas de estas tecnologías originalmente fueron desarrolladas para propósitos militares y ahora se utilizan en la investigación científi ca. Por ejemplo, la disponibilidad de tecnología de sonar de largo alcance (sonar de barrido múltiple o multibeam) toma imágenes de la composición del fondo marino y permite el desarrollo de mapas batimétricos de alta resolución (tamaño de píxel = 2 metros en espacio real). Con sonar, se pueden describir gráfi camente los taludes de las plataformas continentales o insulares para identifi car arrecifes mesofóticos. Recientemente, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) ha colectado información detallada con sonares de la plataforma de Puerto Rico y otras islas caribeñas. Estos mapas están disponibles al público en un portal electrónico (http://ccma.nos.noaa.gov/ecosystems/coralreef/usvi_nps.html#products) y los científi cos los usan para estudiar arrecifes mesofóticos. El propósito de estos mapas es proveer información para caracterizar el fondo marino y hacer mapas de hábitats bentónicos que se puedan usar para identifi car dónde ocurren los arrecifes más allá del veril.

En el Caribe, la investigación de los arrecifes mesofóticos se lleva a cabo desde la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez (RUM) y la Universidad de las Islas Vírgenes en St. Thomas. En el Departamento de Ciencias Marinas (DCM) del RUM, los investigadores del ecosistema mesofótico utilizan distintas tecnologías para estudiar la genética, la sistemática, la ecología, física y la geomorfología

Corales del género Montastraea en forma plana.

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del ecosistema. El doctor Roy Armstrong lidera un proyecto con vehículo autónomo (AUV) que ha llevado a cabo varias expediciones en las que toma imágenes submarinas de áreas de arrecifes mesofóticos. Estos vehículos se programan para navegar en un curso determinado y se envían a la zona mesofótica, donde colectan información con sensores especiales. El doctor Jorge García-Sais, por su parte, investiga poblaciones de corales, peces y organismos asociados a las zonas mesofóticas mediante el uso de buceo técnico. Su equipo de trabajo ha llevado a cabo inmersiones a la zona mesofótica en la plataforma insular y en las mesetas submarinas, tales como el Bajo de Sico, en el oeste de la Isla de Puerto Rico (puede ver este informe en el portal electrónico del Consejo de Pesca del Caribe (CFMC, por sus siglas en inglés): http://www.caribbeanfmc.com.

Un grupo de oceanógrafos de distintas especialidades (entre las que se destacan la geológica, la física, la química y la biología) conforma el grupo de Estudio del Ecosistema de Arrecife de Coral Mesofótico subvencionado

por la Administración Nacional Oceanográfi ca y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). El mismo lo lidera el doctor Richard Appeldoorn del DCM en el RUM. Entre los objetivos de este proyecto sobresalen los siguientes: caracterizar la composición de organismos que se encuentran en la zona mesofótica, evaluar la conectividad (genética y ecológica) que existe entre los arrecifes someros y los mesofóticos y, fi nalmente, evaluar la vulnerabilidad de estos ecosistemas ante potenciales impactos antropogénicos como por ejemplo, la contaminación proveniente de actividades en tierra. Para llevar a cabo este proyecto de tres años, se adquirió un vehículo de control remoto (ROV) para explorar zonas mesofóticas y se entrenaron cinco buzos técnicos que llevan a cabo inmersiones con equipo de circuito cerrado (re-breather). Con este equipo, el aire que respira cada buzo se recircula y se realimenta con gases mixtos (nitrógeno, oxígeno y helio) lo cual permite alcanzar profundidades mayores (hasta 400 pies) y pasar más tiempo a estas profundidades que el buceo de circuito abierto. Otra ventaja del sistema de circuito cerrado es que no se producen burbujas ya que no hay escape de gases y así pueden escuchar, además de ver, lo que les rodea más allá del veril.

La investigadora Ivonne Bejarano del DCM (RUM) con equipo de buceo técnico de circuito cerrado (re-breather).

Gusano marino no identifi cado encontrado en la zona mesofótica.

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En la Universidad de las Islas Vírgenes, el equipo de investigadores de arrecifes mesofóticos liderado por el doctor Richard Nemeth se ha enfocado en áreas de hábitat con corales y peces manejadas por el CFMC, ya que se encuentran en aguas territoriales federales. Este grupo también utiliza los equipos de buceo técnico con circuito cerrado para alcanzar la zona mesofótica. Entre sus resultados hay mapas de hábitats bentónicos y estudios sobre la condición de los corales y las migraciones de peces en áreas marinas protegidas donde ocurren agregaciones de desove en el sur de St. Thomas.

Conservación del ecosistema mesofótico

Los arrecifes mesofóticos ocurren alrededor de toda la plataforma insular de Puerto Rico y en varias mesetas submarinas en el Canal de la Mona. En la Isla de la Mona como tal, se encuentra el área de arrecifes mesofóticos más extensa dentro de un

área marina protegida. La Reserva Marina de la Isla de la Mona y Monito (RMIM) se extiende hasta el contorno de profundidad de 100 brazas (182 metros o 597 pies) alrededor de ambas islas, excepto por una franja entre Punta Capitán y Punta Arenas en el oeste de Mona. La mayoría de la zona mesofótica alrededor de esta isla queda dentro de la RMIM y provee un refugio para los peces, ya que en esta zona no se permite la pesca. Los organismos que se encuentran en el arrecife mesofótico de Mona tienen la ventaja adicional de que no están directamente expuestos a los impactos provenientes de actividades humanas en tierra y, por lo tanto, pueden proveer un ejemplo de lo que es un ecosistema ‘natural’ con el cual los demás pueden ser comparados. Por otro lado, una desventaja de la distancia entre la Isla de la Mona y otras islas, es el intercambio limitado de larvas de organismos que son necesarias para re-poblar especies que se hayan reducido signifi cativamente.

Varios investigadores colectan datos e imágenes mientras recorren el arrecife y utilizan el vehículo de control remoto o ROV.

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El grupo de Estudios del Ecosistema de Arrecife de Coral Mesofótico del DCM (RUM) con el apoyo logístico del Instituto Caribeño de Arrecifes de Coral (CCRI) y del Instituto Colaborativo de Investigación, Tecnología y Exploración Oceánica (Cooperative Institute for Ocean Exploration, Research and Technology - CIOERT) llevó a cabo un crucero de investigación de catorce días en enero del 2010. El barco Rorqual zarpó desde Mayagüez hacia la Isla de la Mona al oeste de Puerto Rico y extendió su viaje hasta Santa Cruz en las Islas Vírgenes Americanas. La expedición fue subvencionada por el Centro de Investigación Costera Auspiciada (Center for Sponsored Coastal Research) y la Ofi cina de Exploración Oceánica (Offi ce of Ocean Exploration) de NOAA con el propósito de documentar la condición de los arrecifes mesofóticos a lo largo de un gradiente de 360 kilómetros.

Los sitios explorados por este equipo de investigación fueron seleccionados a base de la disponibilidad de mapas batimétricos detallados de la zona mesofótica (véase pág. 10). Originalmente, se escogieron tres sitios en la Isla de la Mona y uno en cada una de las demás islas (Vieques, Santa Cruz y St. Thomas). La Isla de la Mona y Santa Cruz contienen arrecifes mesofóticos en plataformas relativamente pequeñas y aisladas, mientras que en Vieques y en St. Thomas los sitios

coinciden en la misma plataforma insular. Durante dos semanas, los 17 investigadores, buzos y técnicos de las Universidades de Puerto Rico, Carolina del Norte y la Atlántica de Florida se zambulleron mas allá del veril para colectar muestras, tomar videos y fotografías de los arrecifes mesofóticos y analizar estos datos para

la caracterización de hábitat. Se llevaron a cabo 8 inmersiones con ROV a profundidades máximas de 128 metros (420 pies), lo cual sirvió para diferenciar los hábitats entre sitios de muestreo y entre islas. Los buzos técnicos con equipo de circuito cerrado (re-breather) alcanzaron profundidades de 76 metros (250 pies) en siete lugares distintos y documentaron la presencia de: corales, algas, esponjas, peces y

Por Michelle Schärer Umpierre, PhDMapas por Michelle Schärer Umpierre, PhD

Equipo de Expedición Mesofótica de 2010 al desembarcar en Fajardo.

Área de estudio y sitios de muestreo de arrecifes mesofóticos durante la expedición del 2010.

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Estudios del ecosistema de arrecife de coral mesofótico

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características bentónicas a distintas profundidades. Se llevaron a cabo 111 inmersiones individuales con equipo de SCUBA hasta profundidades de 37 metros (120 pies) donde se cuantifi caron los peces y el fondo bentónico a lo largo del veril. Todos los esfuerzos serán analizados para documentar y para comparar la composición y la condición de los arrecifes mesofóticos entre los lugares de estudio y a través de las profundidades.

Entre los hallazgos más notables se destaca la presencia de colonias de coral hasta la profundidad de 94 metros (308 pies). Además, se colectaron organismos que bien pudieran ser especies nuevas. Se identifi caron áreas de hábitat de crianza para chillos de aguas profundas en la Isla de Mona, aunque allí también se detectaron altas densidades del pez león, una especie invasora, hasta la profundidad de 79 metros (260 pies). Utilizando el ROV, en Santa Cruz y en Vieques, se observaron nasas de pesca abandonadas o perdidas al igual que líneas de pesca en el fondo que ya hacen parte del arrecife. En total, se documentaron al menos treinta y siete especies de peces en la zona mesofótica de las cuales tres pudieran ser nuevos reportes en el área. En todos los sitios de estudio, se encontraron bajas densidades de meros cabrilla y solamente un mero de mas de un metro de longitud. También, se documentaron varios pargos de mayor tamaño tales como la sama, el pargo mulato y el cubera.Los mayores retos encontrados por los

expedicionarios fueron las condiciones oceanográfi cas y atmosféricas que impidieron trabajar en algunos de los sitios seleccionados originalmente. Marejadas de más de 8 pies y vientos del norte impidieron los trabajos en el área noroeste de la Isla de la Mona mientras que los vientos de mas de 25 nudos del noreste hicieron lo mismo en Vieques, Santa Cruz y St. Thomas. La mayor ventaja de los equipos de alta tecnología del buceo es que no se hubiesen

logrado tantas inmersiones a tales profundidades con SCUBA en el tiempo permitido. La mayoría de los resultados de esta expedición se darán a conocer luego de los análisis detallados del ADN y de la taxonomía de las especies, ya que muchas especies de invertebrados como las de las fi guras de fondo negro aún no se han descrito. Este análisis confi rmará si se encontraron especies nuevas provenientes más allá del veril.

Para más información sobre el pez león en las aguas de Puerto Rico, refi érase a los artículos “Ojo con el “extramarestre” Fuete y Verguilla. Mayo 2009: 1-3; y “¿Qué es lo que está pasando con el “extramarestre?” Fuete y Verguilla. Feb 2010: 9-10, ambos de la autoría de la doctora Michelle Schärer Umpierre.

El doctor Matt Craig del DCM (RUM) preparando una línea de transecto para caracterización bentónica en el veril de Mona.

Pez León, especie invasora con espinas venenosas a 50 metros (150 pies) de profundidad en Isla de Mona.

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Arriba: Se aprecia, en primer plano, una esponja oreja de elefante. En segundo plano, se observa a la investigadora Ivonne Bejarano en el veril.

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Abajo: Pargo Lutjanus jocu observado al sur de St. Thomas.

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Pronto estarán disponibles el libro y el afiche de Peces de Puerto Rico y el Caribe.

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Por Cristina D. Olán Martínez

Era diciembre de 2006 en una ciudad a las afueras de Tokio en Japón. El equipo de voleibol de la Selección Nacional de Puerto Rico había llegado a la tercera ronda en el Campeonato Mundial, luego de haberse encontrado en la lista de los menos favorecidos en estas competencias. Pocos esperaban que los boricuas pasaran de la primera ronda.

Allí estaba René Francisco Esteves Amador enfrentándose al equipo alemán. Había sido una temporada de grandes triunfos. Llevaba consigo la satisfacción de haber derrotado a Argentina—uno de los favoritos—en la primera ronda. Un bloqueo de Esteves, al fi nal del quinto parcial de aquel partido, condujo a Puerto Rico a la victoria frente a los argentinos.

Sin embargo, al pasar los días, se había sentido cada vez más débil y cansado. Cuando se levantó para prepararse para el partido contra Alemania y se puso los tenis, no sentía los pies. A pesar de tan extraño síntoma, decidió jugar. Ya en la cancha, luego de servir, se acercó al dirigente y le comentó que no se sentía bien para continuar. Ésa fue su última jugada antes de volver a Puerto Rico.

En la Isla, Esteves fue diagnosticado con el Síndrome de Guillain-Barré, un síndrome autoinmune, es decir, que ataca el propio sistema nervioso periferal del cuerpo humano. Recluido en el hospital, en el área de intensivo, René se hallaba acostado, sin poder moverse. Su enfermedad se convirtió en un asunto público. Constantemente, los medios narraban noticias sobre su estado de salud, mientras muchísimas personas en Puerto Rico se desbordaban en oraciones. Su vida, su carrera y su cuerpo corrían peligro.

No obstante, el joven voleibolista no dudó que se iba a recuperar. Aplicó la misma receta que había usado para todo en la vida: disciplina, sacrifi cio, esfuerzo, dedicación y visualización positiva de sí mismo. En once días, Esteves estaba saliendo de la clínica… caminando; actividad que se supone que realizara nuevamente después de un año. Con la ayuda de las terapias, de los tratamientos, de la medicina alternativa, de su familia y de su fe, salió adelante.

La receta mencionada anteriormente lo acompaña desde la adolescencia, cuando dio sus primeros pasos en el deporte del voleibol. Los valores adquiridos a través de los años, en los que combinó el juego y los estudios, lo han llevado a alcanzar sus metas.

“El sacrifi cio y la disciplina son partes fundamentales, sino necesarias, para tú alcanzar tus metas. Vivir una vida sin metas es vivir una vida vacía. El hecho de que te estés sacrifi cando por algo que te apasiona hace que el sacrifi cio sea más tolerable. Por ende, puedes sacrifi car más y el resultado fi nal termina siendo uno mejor,” expresa el atleta con la madurez que lo caracteriza.

René, para quien “el deporte es la vida en miniatura,” jugó en el equipo de su escuela, en selecciones juveniles, durante los veranos… Su familia corrió con él por todas las canchas de Puerto Rico, reconoce el joven, quien comenzó jugando tenis, ya que era el deporte que su papá, René Esteves Tristani, practicaba.

Como durante el verano era que se realizaban los viajes para jugar fuera de Puerto Rico, René tenía el compromiso de mantener buenas notas y aprobar todas sus clases. Ocurría lo mismo con su hermana Irene, quien también sobresalió en deportes como el voleibol, el sofball y el tenis, entre otros. Con frecuencia, René comenta que su hermana fue quien lo enseñó a jugar.

“El deporte fue un instrumento para que él saliera bien en los estudios,” señaló Teresita Amador, madre del deportista.

Los estudios siempre fueron parte de la vida de René. Hijo de una profesora de Administración de Ofi cinas y de un abogado, vivió rodeado por los libros

René Esteves Amador en el laboratorio.

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y por académicos. Además, se crió en la residencia de la facultad de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras. Para Esteves, quien hoy día es estudiante de doctorado en el Departamento de Ciencias Marinas de la UPR, Recinto de Mayagüez, el ambiente académico es una continuidad de la casa y de la vida misma.

“Me siento más cerca de lo que es mi hogar en el ambiente académico que en el deporte,” admite.

Y es que René siempre supo que asistiría a la universidad. El voleibolista reconoce que le apasiona la cancha pero que, aunque muchos de sus compañeros tenían como meta ser entrenadores o dirigentes de algún equipo, él nunca se visualizó en el deporte toda su vida. A la edad de 16 años, comentó que deseaba ser biólogo marino, carrera que requiere largos años de estudio y dedicación. Su deseo de aprender y su habilidad para escuchar sólo se verían satisfechos si balanceaba su vida entre los estudios y el deporte.

“Me fascina jugar voleibol. El hecho de seguir haciéndolo me llena muchísimo. Pero yo siempre me vi siendo algo más que un voleibolista. Como profesión, siempre me vi como científi co.”

En 1996, Esteves fue admitido y becado por deportes en Ohio State University. Allí completó un bachillerato en Biología general, siguiendo las recomendaciones que le hicieron los doctores Hernández Ávila (qepd) y Vance Vicente, cuando aún era un adolescente. En Ohio, se destacó como capitán del equipo de voleibol de la institución.

De regreso a Puerto Rico, en el año 2000, comenzó la maestría en Ciencias Marinas al mismo tiempo que se destacaba como jugador. Durante los años que René lleva cursando sus estudios graduados, ha sido parte de los equipos de Lares, Adjuntas y Carolina.

Además, Esteves tiene en su haber tres medallas de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe (2002, 2006 y 2010), la última obtenida en suelo boricua, en el Palacio de Recreación y Deportes de la ciudad de Mayagüez. También, gracias al deporte y a su talento, ha podido representar a Puerto Rico en numerosos países de Centro y Sur América, del Caribe y de Europa. Incluso, ha jugado en el Medio Oriente y en Asia.

Aunque siempre ha combinado los estudios con el deporte, Esteves admite que no ha sido fácil.

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Dr. Jorge García Sais, René Esteves Amador, Milton Carlo y Jorge Sabater.

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Actualmente, trabaja en su tesis doctoral acerca de las comunidades de peces arrecifales en las reservas naturales de Puerto Rico, con especial énfasis en el suroeste del archipiélago. Para realizar su investigación, cuenta con la mentoría del doctor Jorge García Sais, quien es su director de tesis y compañero de trabajo.

“René es un estudiante responsable. Ha sido una ayuda signifi cativa en el equipo de trabajo,” indica García Sais.

En el mar, René ha encontrado su otra pasión y su fuente de trabajo y de estudio. No obstante, su relación con el mar comenzó mucho antes de que aprendiera a caminar.

“Yo me acuerdo cuando fue el primer baño de mar de René. Fue en Boquerón, en febrero, tenía tres meses de edad,” comentó con alegría su mamá, con quien René mantiene una estrecha relación.

“Somos muy unidos,” dice ella, al tiempo en que cuenta que, recientemente, fue junto a su hijo a hacer snorkeling en La Parguera. Fueron a bordo de una yola aguadillana que adquirió René durante sus años de estudios graduados.

Teresita Amador describe a su hijo como una persona muy intensa en sus sentimientos y en sus expresiones. Así es René con todo lo que le apasiona. Así vibra René con el deporte y con el

mar.

“Estoy cada vez más fascinado por la naturaleza de su medio, de lo que es el agua y por la inmensidad, desde su tamaño hasta las condiciones en las que está, cómo cambia, por la gama de sentimientos que despierta en la gente, gente que lo ama, gente que le quiere dar la vuelta al mundo, gente que le tiene miedo. Es mi imán.”

René sigue trazándose planes y saboreando triunfos. Su enfermedad le ha servido para ayudar a alentar y animar a otros que se encuentran en condiciones iguales o similares a las que él estuvo. En muchas ocasiones, le piden que cuente su experiencia y él lo hace. Acerca de esas veces dice:

“Es un ejercicio bien lindo porque tengo que estar repasando. A medida que pasa el tiempo, le voy sacando más enseñanzas.”

Y estas enseñanzas, al igual que las transmitidas por su familia, núcleo que le brindó mucho amor y seguridad, según lo narrado por el atleta, lo han llevado a ser lo que es hoy: un deportista y un científi co que se ha destacado y que continúa aprendiendo. René está experimentando su propio sueño. Vive aferrado a sus metas, y sus estudios y el mar ocupan una parte sumamente importante de su vida.

“Es una pasión que nunca se me va a acabar. Siempre es una nueva aventura, siempre va a haber algo nuevo que conocer.”

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René Esteves Amador bajo el agua y ejecutando un remate.

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Ver el amanecer es un acontecimiento único; la llegada de un nuevo día, de una nueva aventura. Pero observar un amanecer desde el muelle de Fajardo, mientras se espera por la lancha que lleva a Culebra, es un evento aún más misterioso y extraordinario, especialmente si es la primera vez que se visita la Isla de Culebra. Al contemplar la salida del sol por el horizonte desconocido, me doy cuenta que comienza la aventura más misteriosa de mi vida.

Durante la espera, se puede observar la pintoresca variedad de personas esperando. Los residentes de la Isla se distinguen fácilmente; en sus rostros se ve la rutina, quizás un poco tediosa, de ir a sus hogares. Están los turistas, un poco desorientados al ver el desorden y la incertidumbre que provoca el no conocer con exactitud por cuál salida van a abordar. Las familias, que parecen mudarse para Culebra, se

Por: Daira I. Dávila Vargas

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Los misterios de Playa Flamenco:Una travesía literaria por los parajes de Culebra

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Arriba: Portada del libro Los Misterios de Playa Flamenco.

Abajo: Parte del mural que adorna la residencia de Benjamín Pérez Vega.

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sientan y descansan sobre sus neveritas y bultos. Y claro, no pueden faltar los estudiantes universitarios quienes, tras haberse avisado un receso académico, deciden tirarse a la aventura de visitar Culebra y sus hermosas playas.

La espera puede ser inaguantable; las personas se inquietan, se desesperan porque quieren ser los primeros en abordar. Se escuchan las olas chocando con el muelle, los motores encendiendo, las voces de los pasajeros y la voz de un hombre que dice:

“Vómito y mareo es lo que hay hoy. Hasta los capitanes se marean. Compre dramamina a un peso.”

Al fi n abordamos la lancha y comenzamos la aventura. La misma baila al son de las olas, y el viento le hace compañía. A muchos de los pasajeros no les simpatiza este baile y libran una batalla con su cuerpo para evitar los mareos. El viento acaricia mi rostro, juega con mi cabello. Puedo sentir el salitre del mar en mis labios. Detrás de mí se aleja la Isla

Benjamín Pérez Vega, en su residencia en el pueblo de Culebra. 2323232323232323323232333223232333232323233232323232232323232323323223323323223332333333332333333233333232322223333

Atardecer culebrense. Al fondo se ve la isla de Puerto Rico. Una pareja disfruta del atardecer en el muelle de Culebra.

Playa Flamenco. Un visitante juega en un remanente de las prácticas bélicas.

Ferry de carga que sale de Fajardo a Vieques y a Culebra. En el fondo se ve El Yunque.

Vista hacia el oeste en Ensenada Honda.Algunos visitantes en la zona del muelle.

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Benjamín Pérez Vega en su casa, en la Isla Municipio de Culebra.

Grande, su majestad y su belleza. Delante de mí, en el horizonte, se acerca cada vez más la Isla de Culebra, llena de aventuras y misterios.

En el camino, los cayos, que varían en tamaño, son la antesala a la aventura que se avecina. A nuestra derecha pasamos la Isla Nena, Vieques. Y en el horizonte, Culebra. Al cabo de más o menos una hora de viaje, desembarcamos en el muelle de Culebra. Un gran letrero anaranjado nos da la bienvenida “Welcome to CULEBRA! ¡Bienvenidos a CULEBRA!”

El agua cristalina del muelle te permite ver la variedad de peces que habitan en esta área. El muelle es un lugar muy activo; los pasajeros bajándose de la lancha, taxistas ofreciendo sus servicios, turistas negociando el precio de su transportación. Kioscos y tiendas de suveniers comienzan su movimiento temprano en la mañana. Siguiendo mi instinto de aventurera, camino por la calle principal observando la infraestructura, la gente, en fi n, absorbiendo el ambiente de este pedacito de tierra que forma parte de Puerto Rico. Al doblar a la derecha en la esquina, un colorido mural llamó mi atención.

“Culebra, Isla del Pasaje”

Por sus llamativos colores, se puede distinguir la famosa Playa Flamenco. La curiosidad se apoderó de mí y me acerqué a la residencia que se encuentra detrás de los murales. Es aquí en donde se encuentra un tesoro literario único, un compendio de la más rica variedad de historias sobre la isla Culebra: Los misterios de Playa Flamenco, escrito por Benjamín Pérez Vega, residente de la mencionada isla municipio.

Este libro trasporta a los y las lectoras, de forma casi extrasensorial, a través de la historia de esta pequeña isla de sólo 10 millas cuadradas. Desde sus primeras páginas, logra enamorarnos del misterio que envuelve este pequeño pedazo de tierra. Indios taínos, colonizadores españoles, piratas, militares, habitantes del pueblo, tiburones, mantarrayas y tesoros escondidos protagonizan las decenas de historias recopiladas en Los misterios de Playa Flamenco.

Sólo detrás de estos llamativos muros podemos encontrar relatos místicos como “El Ferry de Fajardo a Culebra,” que narra cuando misteriosamente los motores del ferry se detienen camino a la isla de Culebra en 1988, dejando varados por catorce días a los 86 pasajeros. La búsqueda de tesoros piratas escondidos, por su parte, caracteriza las aventuras de los niños de Culebra. En “El tesoro de Cayo Norte,” conocemos a tres niños, quienes maravillados con la historia del tesoro, roban una yola y comienzan la difícil travesía hacia el cayo. “En el canto de Erick,” el niño y sus amigos encuentran un tesoro en la isla del pirata con la ayuda de un mapa y las leyendas y relatos de piratas que conocía.

La naturaleza de la isla se confabula para proteger su tesoro. En “Los tiburones atacan,” el autor narra cuatro historias de ataques de tiburones a diferentes individuos a través de los años. La más impactante es la de Amado Castro, mejor conocido como Sharky, el cual es varado en el mar cuando un tiburón le destruye la hélice del motor de su yola.

La llegada de la Marina de los Estados Unidos en la Isla de Culebra fue un acontecimiento que cambió la rutina de las vidas de los habitantes. Desde el año 1939, la isla de Culebra fue lugar de práctica de la Marina. “El día que volaron el OP” narra un suceso que estremeció a la isla completa. El último lunes de abril de 1946, día que inauguraban un nuevo radio electrónico, un avión, accidentalmente, bombardeó

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2525252525252522522252525255552252555552525555555555Playa Falmenco en Culebra.

el Puesto de Observación.

Ese día murieron nueve personas en un suceso

que fue catalogado como un “error elemental” y que muchos habitantes

creyeron que fue un acto de venganza.

En Culebra, se destacan muchos habitantes, tesoro humano de la pequeña isla. La familia Ayala protagoniza varias narraciones del libro. La primera, “Los tres siglos de Pablo Ayala,” relata los cambios en la vida de Pablo Ayala, desde su nacimiento en 1898 en San Idelfonso. Fue desahuciado de San Idelfonso y de Flamenco, para que la Marina estableciera bases militares y áreas de práctica. Los 103 años de vida de este culebrense han demostrado que es un hombre de “respeto, dignidad y vergüenza.” En “Una honorable familia,” la milicia fue en busca del mayor de los hijos Ayala para enviarlo a la guerra en Francia.

Algo que destaca a Culebra es que enamora toda persona que la visita. Tal es el caso de Míster Nazario, Gladys Ortiz, Sofía y Vicenta. En “No olvidaremos a Míster Nazario,” un sabaneño llega a la isla de Culebra y comienza su vocación docente enseñándole a leer y escribir a los niños y jóvenes del vecindario. “Gladys Ortiz: Otra Madre Teresa” es la historia de la querida Gladys, quien llegó a Culebra en un momento donde la sequía, el desempleo y las prácticas de la Marina atormentaban a la isla. Motivada por “echar este pueblo pa’lante” contribuyó al progreso de Culebra. “Sofía llegó para

quedarse” en la isla con su esposo, quien fue el celador del faro de Culebra. Incluso después de su divorcio, su amor por la isla fue tanto que se quedó con sus hijos y participó de actividades culturales, sociales, religiosas y educativas durante su vida. Se convirtió en la “viejita solicitada y querida por todos.” El caso de Vicenta, fue diferente. Nacida en la capital, estaba acostumbrada la vida de la ciudad. Pero en “Vicenta, una culebrense por amor” prevalece el amor que encontró en Juan, un pescador. Y a través de los años, se convirtió en una verdadera culebrense.

Pero ningún culebrense es mayor evidencia de la perseverancia de esta isla que don Cosme Peña. Don Cosme tenía una granja en donde fabricaba queso blanco y le gustaba disfrutar de café prieto en cualquier momento del día. La historia “Queso blanco y café prieto” narra el día en que don Cosme no logra vender su queso en la Isla. No obstante, gracias a un amigo, logra expandir su negocio de queso blanco a la isla de Santa Cruz.

A pesar de todo lo que revela esta treintena de relatos e historias, Culebra guarda muchos secretos y misterios en su entorno y en sus habitantes. En Los misterios de Playa Flamenco, Benjamín Pérez Vega encierra aspectos de la cultura culebrense desconocidos por los miles de turistas que visitan la isla anualmente. Aquéllos que han tenido el privilegio de leer esta joya literaria, separan un rincón en su corazón para Culebra, sus misterios, sus playas y, en especial, su gente.

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El Grupo de Vegabajeños Impulsando el Desarrollo Ambiental Sustentable (VIDAS) ha fungido como medio para la educación ambiental y como instrumento para la defensa de los recursos marinos y costeros y de las comunidades de Vega Baja. Fundado en el año 2006, VIDAS persigue la conservación de los recursos y el uso sustentable de éstos.

VIDAS reconoce que el pueblo de Vega Baja es custodio de tres áreas ecológicamente sensitivas: la Reserva del Mangle y el Pantano Cibuco al este, la Reserva Natural Laguna Tortuguero al oeste y la barrera arrecifal coralina en las aguas al norte del municipio. Por tal razón, el grupo se ha dedicado a participar activamente en vistas públicas, a colaborar con otros grupos comunitarios y ambientalistas y a contribuir con la realización de foros como el Encuentro de Comunidades Costeras del Área Norte.

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Con la colaboración de distintos sectores sociales y de académicos, VIDAS logró detener la construcción de una playa artifi cial en el complejo residencial Chalets de Playa. Esta construcción conllevaba la destrucción del arrecife y de las praderas de yerbas subacuáticas del área. También, desde el año 2006, el grupo ha tomado acción contra la construcción ilegal de una gasolinera en Vega

VIDAS

En búsqueda de la conservación y del desarrollo

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Por Ricardo A. Laureano de Ángel

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Letreros en el área recreativa de la Laguna Tortuguero.

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Baja. La administración de esta gasolinera pretendía instalar drenajes que contaminarían corales, sumideros, cavernas subterráneas y afl oramientos de agua. Asimismo, VIDAS ha luchado en contra de la construcción en la zona marítimo terrestre del proyecto residencial Vegamar. Este proyecto, que sólo cuenta con el aval de una Evaluación Ambiental, a pesar de que requiere de una Declaración de Impacto Ambiental, representa una amenaza para los arrecifes de coral y para las aguas

Vista de la Laguna Tortuguero.

subterráneas, puesto que habían planifi cado inyectar aguas usadas en el subsuelo.

Además, VIDAS persigue que se garantice el acceso público a las playas y el uso de los recursos para la investigación científi ca, para la recreación y el turismo de naturaleza y para el disfrute de todos y de todas. Para más información sobre el grupo VIDAS, puede comunicarse con el señor Ricardo Laureano a la siguiente dirección de correo electrónico: [email protected].

Pescadores recreativos.Gasolinera construida en zona kársica y cercana al mar.

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Por Ciudadanos del Karso

La región del karso provee numerosos servicios ecológicos que son indispensables para mantener el desarrollo y el bienestar de la sociedad puertorriqueña. Esta zona, formada por roca caliza y caracterizada generalmente por la presencia de mogotes, sumideros, cuevas y otras cavidades, cubre aproximadamente 27.5% de la extensión de Puerto Rico. La misma se extiende desde el municipio de Aguadilla hasta el municipio de Loíza en el norte, e incluye una franja más pequeña y discontinua en el sur, así como otras áreas dispersas o bolsillos en el interior de la Isla.1

1Lugo, A. E., et al, 2001. Puerto Rican Karst – A Vital Resource. USDA Forest Service. Gen. Tech. Report WO-65. 100 p.

Entre los valores y los servicios ecológicos que el karso provee a la sociedad puertorriqueña se encuentran los siguientes:

Contiene el mayor número de especies de árboles por unidad de área en Puerto Rico, siendo considerado como una de las últimas áreas en verdadero estado silvestre en nuestro territorio.

Diariamente, se extraen de los acuíferos del Karso alrededor de 65 millones de galones de agua, equivalente al consumo promedio de sobre 400,000 personas en la Isla. Estos acuíferos proveen agua de gran calidad a la mayoría de las farmacéuticas y las vaquerías en el Karso norteño, ayudando a mantener los más de 120,000 empleos generados por estas industrias.

Provee la principal o única fuente de agua de alta calidad para gran parte de las instalaciones pertenecientes a la industria farmacéutica, ubicadas en su mayoría en el norte de la Isla. Esta actividad genera cerca de 130,000 empleos directos, indirectos e

EL KARSOVALORES Y SERVICIOS PARA EL DESARROLLO DE PUERTO RICO

La foto muestra una vista aérea de la zona kársica de Puerto Rico. El diagrama muestra en color rojo la zona kársica total y en azul la porción con prioridad de conservación en Puerto Rico.

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inducidos, incluyendo $31 mil millones en exportaciones, equivalentes al 67% de las exportaciones registradas en el año 2003.2

El karso es también extremadamente importante para la industria lechera de Puerto Rico, ya que constituye la fuente principal de agua potable para aproximadamente el 80% de las vaquerías en el país, localizadas en la zona noroeste. Las vaquerías de esta región generan aproximadamente 25,000 empleos directos, indirectos e inducidos, y ventas en sobre $220 millones.3

La región del karso del sur, particularmente la zona del Bosque Estatal de Guánica y sus alrededores, alberga una de las mayores y más diversas poblaciones de aves en la Isla, aún más que la reportada para el Bosque Nacional El Yunque. El Bosque Estatal de Guánica, al igual que este último, ha sido designado como parte del sistema de reservas de la biosfera de la Organización de las Naciones Unidas.

El karso es hogar de sobre 220 especies de aves, de las cuales 110 son migratorias, además de albergar 35 especies designadas como vulnerables o en peligro de extinción (10 aves, 1 reptil, 2 anfi bios y 22 plantas). Algunas de estas especies en peligro de extinción, como el guabairo de Puerto Rico (Caprimulgus noctitherus), el sapo concho de Puerto Rico (Peltophryne lemur) la iguana de Mona (Cyclura corneta stejnegeri), el arbusto Buxus vahlii, y el recién descubierto coquí llanero (Eleutherodactylus juanariveroi), entre otros, son endémicos de la región del karso. Dieciséis de las diecisiete especies de aves endémicas se observan en el karso. Además, los bosques húmedos del

2 http://www.piapr.com/ 3 http://www.lechefresca.com/informes.html

karso albergan una parte signifi cativa de las plantas designadas como vulnerables o en peligro de extinción en la Isla.

Las cuevas y otras cavidades de la región kárstica albergan las poblaciones más abundantes de la boa de Puerto Rico (Epicrates inornatus) y de murciélagos (Ej. Monophyllus redmani, Pteronotus quadridens, Mormoops blainvilliis, entre otras) en la Isla.

La región del karso contiene el sistema más largo y complejo de cuevas y pasajes subterráneos en Puerto Rico. Entre éstos se destaca el sistema del Río Encantado, considerado entre los ríos subterráneos más largos en el mundo, capaz de ser atravesado por el ser humano.

De acuerdo al Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), los bosques húmedos y muy húmedos tropicales de la región del karso en Puerto Rico poseen uno de los paisajes más espectaculares en el Caribe. El karso norteño es el único lugar en el mundo donde se pueden apreciar los “zanjones,” es decir, trincheras paralelas que resultan de la disolución a lo largo de grietas en la roca caliza.

En la región del karso, se pueden encontrar los fósiles paleobotánicos y paleofaunísticos más importantes y los mayores depósitos peleoentológicos de Puerto Rico.

Desafortunadamente, durante las décadas pasadas, el desparrame urbano ha estado invadiendo la región del karso, incluyendo aún aquellas áreas que, por su pendiente o por la existencia de sumideros, representan un peligro para la

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Foto: Vista en primer plano de una zona kársica impactada por el desarrollo y otra en su estado natural en el fondo.

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estabilidad de estructuras. Entre los casos recientes de deslizamientos, caídas de rocas o colapsos que han afectado viviendas en la región del karso se destacan: la Urbanización Valle de Aramaná y el Centro de Diagnóstico y Tratamiento en Corozal, las urbanizaciones Monte Verde y Los Rosales II en Manatí, el complejo residencial Estancias de la Fuente en Toa Alta, la comunidad del barrio Unibón en Morovis, la urbanización Cerca del Cielo en Ponce, la comunidad de Alturas de Bélgica en Guánica, el sector Los Molinas en Lares y, recientemente, el sector Pringamosa en la comunidad Las Colinas de Vega Alta y el Barrio Pajuil en Hatillo, entre otros. La conversión de terrenos a usos urbanos en Puerto Rico, así como la ubicación de canteras para la explotación de agregados, amenaza también con fragmentar el karso, afectando así su integridad y los servicios ecológicos de los que depende la sociedad puertorriqueña, los cuales son indispensables para mantener la gran densidad población que tiene la Isla.4, 5, 6 De continuar la tasa de conversión presente de terrenos a usos urbanos, se estima que en aproximadamente 75 años, la mayoría del paisaje isleño sea uno urbano.7 Por lo tanto, es de importancia

4 López, T., Aide, T. and J. Thomlinson, 2001. Urban Expansion and the Loss of Prime Agricultural Lands in Puerto Rico. In: Royal Swedish Academy of Sciences. Ambio, Vol. 30, No. 1. p. 49-54.

5 Lugo, A. and E. Helmer, 2004. Emerging forests on abandoned land: Puerto Rico’s new forests. In: Forest Ecol-ogy and Management 190 (2004). p. 145-161.

6 Lugo, A, 2002. Can we manage tropical landscapes? – an answer from the Caribbean perspective. In: Landscape Ecology 17: 601-615.

7 Estudios Técnicos Inc., 2001. Puerto Rico, en ruta hacia el desarrollo inteligente: Recomendaciones para detener el desparrame urbano en el Área Metropolitana de San Juan. Resumen Ejecutivo. Centro de Estudios para el Desarrollo Sustentable de la Escuela de Asuntos Ambientales, Universidad Metropolitana. Auspiciado por la Agencia Federal de Protección

vital para Puerto Rico planifi car los usos del suelo de la región del karso para lograr la mejor conservación y aprovechamiento de sus recursos naturales.

El Gobierno de Puerto Rico, el Gobierno de los Estados Unidos y diversas organizaciones conservacionistas no gubernamentales, han propuesto, durante los pasados años, la conservación de áreas específi cas del karso puertorriqueño como medida para proteger la integridad de la mayoría de sus servicios ecológicos. Entre estas iniciativas se destaca la contenida en el informe técnico El Karso de Puerto Rico - Un Recurso Vital, publicado por el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical (IITF, por sus siglas en inglés), adscrito al Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y en la que colaboraron el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, por sus siglas en inglés), la Universidad de Puerto Rico, la Universidad Interamericana de Puerto Rico, la organización conservacionista Ciudadanos del Karso (CDK), así como varios investigadores, en el año 2001. En ésta, se propuso la protección de aproximadamente 100,000 cuerdas (39,300 ha) críticas del karso norteño. Esta propuesta, sin embargo, no consideró otras áreas de la región del karso en Puerto Rico.

En apoyo a este esfuerzo, desde fi nales de la década de 1990, varios Comisionados Residentes de Puerto Rico han presentado legislación en el Congreso de los Estados Unidos dirigida a establecer una política pública federal que provea fondos para ayudar en la adquisición de terrenos en el karso norteño y asegurar así su conservación.

El Gobierno de Puerto Rico, a través del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) identifi có, en los años 2004 y 2005, aquellas áreas de

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Cantera en zona kársica.

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La Ventana en Arecibo.

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la Isla con prioridad de conservación y críticas para la vida silvestre, respectivamente. Estas investigaciones, aunque estaban enfocadas en el valor ecológico y en la biodiversidad de Puerto Rico, sirvieron de base para otros esfuerzos posteriores que ayudarían a determinar aquellas zonas del karso que deberían conservarse para garantizar la amplia gama de sus servicios.

En septiembre de 2008, el DRNA fi nalizó un estudio en él se identifi can aquellas áreas de la región del karso de Puerto Rico que, por su importancia ecológica, hidrológica y geológica, deben ser dedicadas a conservación. Este estudio, conocido

De izquierda a derecha: coquí llanero, mariposa monarca, Río Encantado (Utuado, PR) y el árbol de matabuey.

El Estudio del Karso recomienda también varios distritos de califi cación o zonifi cación que deberán utilizarse en las AKPC, siendo la Junta de Planifi cación (JP) y los municipios los que harán el análisis correspondiente para determinar específi camente cuáles son los más apropiados de acuerdo a las características particulares de los terrenos en su jurisdicción. La implantación de las recomendaciones del Estudio del Karso tanto en el Reglamento para Regir la Extracción, Excavación, Remoción y Dragado de los Componentes de la Corteza Terrestre del DRNA, como en los reglamentos y en los mapas de uso del suelo de la JP, incluyendo

Equipo en una cantera de extracción de karso.

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como el Estudio del Karso, se realizó en virtud del mandato establecido en la Ley para la Protección y Conservación de la Fisiografía Cársica de Puerto Rico (Ley Núm. 292 del 21 de agosto de 1999).8 Un área aproximada de 219,804 cuerdas (86,383 ha), equivalentes a un 35% de las 624,688 cuerdas (245,502 ha) que forman la región del karso en Puerto Rico, fueron identifi cadas y delimitadas como Área del Karso con Prioridad de Conservación (AKPC). Con el fi n de proteger los valores de las AKPC, la Ley 292 establece que éstas no podrán ser utilizadas bajo ningún concepto para la extracción de materiales de la corteza terrestre con propósitos comerciales ni para explotaciones comerciales. Cabe destacar que forman parte de las AKPC, terrenos previamente designados como áreas naturales protegidas o propuestas como tal por el DRNA o por diversas organizaciones conservacionistas y comunitarias, tales como los bosques estatales de Río Abajo, Cambalache, Guajataca y Guánica, las reservas naturales de la Laguna Tortuguero, Cuevas del Convento y Cuevas de Aguas Buenas, entre otros.

8 DRNA. 2008. Estudio del Karso. San Juan, PR. Obtenido en http://www.drna.gobierno.pr/ofi cinas/secretarias-auxiliares/secretaria-auxiliar-de-planificacion-integral/INFORME_KARSO_FINAL_OCT_2008%20-%20Revisado.pdf

los planes de ordenamiento territorial de los municipios que correspondan, es de importancia crítica para garantizar, como mínimo, la continuidad de los servicios vitales que provee la región del karso a la sociedad puertorriqueña, y con ello, para el desarrollo sustentable de nuestra Isla.

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Proyecto Guardarenas

En la década de 1990, la Organización de la Naciones Unidas (UNESCO, por sus siglas en inglés) desarrolló el Proyecto Guardarenas, iniciativa que promueve la educación para la conservación y el uso sustentable de los recursos marinos y costeros. En el año 2008, el Programa Sea Grant acogió el proyecto en Puerto Rico. Su escuela o grupo comunitario puede ser parte del mismo. Para mayor información acceda a: http://www.seagranpr.org/guardarenas.

Educación marina

Si necesita charlas relacionadas a la conservación y al uso sustentable de nuestros recursos marinos y costeros escriba a: [email protected].