Lucha Socialista y

Universidad

Escrito sobre la lucha socialista en la Universidad de Puerto Rico

– Presentación - Seminario 11 Recintos 1 UPR –

Organización Socialista Internacional

  2  

Saludos compañeros y compañeras:

Se nos pide dar opinión sobre la universidad, sobre lo que está pasando en la universidad, sobre qué hacer para cambiar / evitar / transformar la universidad. La pregunta no es fácil.

Lo primero es alegrarse de que este encuentro se esté dando. Resulta el reflejo de un proceso de maduración que con sus altos y bajos ha mantenido a l@s estudiantes siendo una voz de l@s de abajo, del pueblo, del pueblo trabajador y l@s pobres. Una voz social.

Cuando los medios quieren buscar opiniones en la calle y quieren consultar a los “ciudadanos de a pie”, “al pueblo de verdad”, entrevistan a alguien que es estudiante. Así lo hicieron con un compa de la OSI, Kike, cuando el mensaje del gobernador.

Así como de importante es está actividad, este Seminario, así de importante debe ser el trabajo que se haga después de este Seminario.

Hay un problema en la cultura política de Puerto Rico que se extrapola a otras áreas de la cultura y es la seducción por el “espectáculo”, por los “eventos.” Esta reunión debe al menos discutirse como si fuera una asamblea de activistas, una asamblea general, de las que hemos hecho antes; un lugar para el debate y para la acción; un lugar para la organización de más debates, de más acciones y de más organización.

Nuestro primer planteamiento es sobre este mismo Seminario, el cual esperamos y planteamos debe ser un espacio pensado hacia la acción. Esa frase encierra un significado, pensado hacia la acción. Eso significa algo: reconocemos que no todos pensamos igual. Nosotr@s venimos a plantear, en esencia, que evitar la ola, el tsunami que nos viene encima, va a requerir grandes fuerzas, poderosos instrumentos de organización, creatividad, compromiso y acciones. Sin duda de acciones, en la diversidad que se planteen.

Así que nuestra posición no entrará al detalle de los proyectos de ley universitaria en disputa—la reforma del gobierno vs. la reforma del CRU—nos parece un buen libreto, pero una forma limitada de plantear el problema. El proyecto de reforma del CRU es uno de los posibles recursos de propaganda, mas que una consigna de agitación o de movilización.

La reforma del CRU no ha generado necesidad de defenderla. Podría hacerlo, claro, siempre hay posibilidades. Pero hacerlo, sería alejarse de la misma naturaleza del documento: la noción de proyecto completo, de ley general, de proyecto de ley, de alcanzar poder por la vía legislativa. Generar un movimiento masivo para defender / proponer la reforma del CRU requeriría discutir su contenido y por ende olvidarse de si es un proyecto de ley o si es lo que debería aprobarse.

Las preguntas deben ser otras y deben estar planteadas sobre el contenido del modelo educativo al que se aspira. Preguntar, por ejemplo: ¿por qué deben l@s estudiantes apoyar un proyecto que incluya la perspectiva de género en el currículo?; ¿por qué eso es importante para ell@s?; ¿por qué es bueno, como va a mejorar nuestra vida, o la de otr@s, etc.? Y luego seguir preguntando: ¿por qué se necesitan acciones?; ¿qué acciones hacen falta para lograr esto y aquello?

Repetimos, los énfasis deben ser otros.

Creemos que elementos que están en la reforma del CRU son defendibles. De hecho, muchos de nosotros hemos estado en huelgas, en piquetes, en marchas, en decenas de reuniones defendiendo cosas que están en la reforma del CRU. No pueden vernos, a los que somos críticos con lo que debemos hacer, como opositores al CRU, no lo somos.

  3  

Pero en cuanto a las tareas que debemos hacer en este momento para defender la universidad pública, puede que lo seamos.

Antes de seguir, nos gustaría presentar el esquema básico de esta intervención. Intentaremos responder a tres preguntas generales:

1. ¿Cuál es la verdadera naturaleza de la “crisis universitaria”? ¿Cuál es la explicación del conflicto que se vive en la universidad?

2. ¿Cuál es nuestra ubicación en ese conflicto? ¿Cuáles son nuestros objetivos generales, nuestras tareas en ese contexto de conflictos, de crisis?

3. ¿Cuáles son nuestras tareas actuales? ¿Qué plan de acción puede deducirse?

I. Naturaleza del conflicto universitario

¿En qué consiste el conflicto universitario? ¿Cuál es la naturaleza de la “crisis universitaria”?

Lo más fácil y generalizado es plantear el asunto como si fuera cosa de unos momentos y detalles. Se escucha por ahí: “¿Por qué protestan los estudiantes?” Se contesta: “Ah, es que le quieren imponer una cuota, es que quieren privatizar la UPR, es que este gobierno está cabrón”. Es verdad. En alguna manera estos son asunto que mueven a l@s estudiantes de hoy, pero no explica cuál es la naturaleza de la crisis universitaria.

Lo segundo podría explicar el asunto como el producto de la ineptitud, falta de visión y corrupción de los funcionarios/as actuales. Esta posición se mezcla con otras, y usualmente trae consigo un poco de intelectualismo, del malo, del académico de podemos ser más inteligentes. Por eso es popular en las líneas de reforma académica, está visión de que podemos hacerlo mejor que ell@s, que seríamos más eficientes, más productivos.

Para nosotr@s, el punto de partida tiene que poder ubicar la función, el rol o papel, que juega la universidad en el conjunto de las estructuras sociales; poder abordar sus funciones siempre en relación al resto del funcionamiento social. Claro está, para nosotr@s la sociedad está dividida en clases sociales, y unas clases juegan papeles y roles sociales decisivos. El capitalismo no funcionaría si el conjunto de la población no se dedicara a producir, reproducir o distribuir los bienes necesarios para mantener nuestra sociedad corriendo. Es así de sencillo, si una generación decidiera acabar la especie humana, en realidad podría hacerlo. A veces nos sentimos tentados a concluir que eso es lo que está pasando ahora mismo en este mundo. Entonces, ¿qué funciones juega la universidad (vista como educación superior toda) en la sociedad de clases? ¿qué funciones juega en la sociedad capitalista, en la sociedad actual? En está presentación no vamos a abordar la cosa a profundidad, sírvase por ahora solo algunos puntos.

  4  

Desde su origen, y más desde su desarrollo en los siglos XII al XVI, la universidad jugó una función principal: la producción de la hegemonía de la clase dominante de la época. Con el tiempo, se le asignarían otras funciones importantes, siendo la creación de profesionales la más destacada.1 Así que tenemos dos funciones principales: producción de hegemonía y creación de profesionales. Esa producción de hegemonía es importante entenderla. Se trata de una noción que aborda otras: poder, control, intereses económicos, control político, uso de los medios, control y uso de la educación, la religión y los valores, la represión, etc. Los que hoy tienen el poder, lo hacen de diversos modos, no solo desde el gobierno o las empresas en el abstractos. Esas empresas producen realidad, la realidad capitalista que vivimos y desde la cual nos oprimen. Así que cuando la universidad gradúa a la próxima generación de abogados, o a la próxima generación de maestr@s, o de empresari@s, tiene la expectativa de que esos grupos sigan reproduciendo esta sociedad, encajando sin quejarse en la estructura de clases actual. Por eso, la universidad intenta enseñar sumisión. Por eso el énfasis en “el rol del estudiante”, por eso aquello de “la labor del docente”, por eso la Middle State y su probatoria de “gobernanza”, por eso siempre se repite “a la universidad se viene a estudiar”. Pero claro, como toda afirmación genera una negación, una contradicción, un opuesto; la dialéctica en funcionamiento se vive en la universidad. Y cuando la universidad enfatiza en que es un lugar al que “se viene a pensar”, en el que hay “libertad de pensamiento”, también abre el espacio para el cuestionamiento. El “conflicto universitario” resulta entendible ahora: de vez en cuando sucede lo contrario a lo que la clase dominante quiere de la universidad, y de su mundo. Es cuando la universidad no llega—por razones estructurales o por la presión de la lucha desde abajo—a cumplir a cabalidad sus funciones. Es lo que ha estado pasando globalmente en los últimos 30 años, y que se ha convertido en campo de batalla en los recientes 10 o 15 años. Hay que ver el caso de Puerto Rico, ver qué funciones ha jugado la UPR en el desarrollo de la sociedad de clases puertorriqueña.

Entonces, ¿cómo empezó la educación universitaria en Puerto Rico? ¿Qué nos puede decir sobre nuestra lucha?

Tenemos que ir a nuestro pasado colonial bajo el dominio español y responder también por qué no tuvimos universidad hasta 1903.

Puerto Rico era una colonia subdesarrollada por la metrópolis española, aunque la situación mejorara después de las revoluciones de independencia de la mayoría de los países latinoamericanos a partir de 1810. Otros países caribeños, República Dominicana y Cuba, tuvieron universidades desde el siglo 16 y 18, respectivamente. Nuestra universidad data del siglo 20.2

                                                                                                               1 Judith Carreras García, Carlos Sevilla Alonso, Miguel Urbán Crespo. Euro Universidad: Mito y realidad del proceso de Bolonia. Icaria. 2006. 2 Mario Cancel. La Universidad y la Generación del 30 – Primera Parte. http://puertoricoentresiglos.wordpress.com/2011/01/26/la-universidad-y-la-generacion-del-30-1/

  5  

Puerto Rico no tuvo universidad pero tuvo universitarios que se educaron en el exterior. Tuvimos estudios superiores en la forma de escuelas autogestionadas por maestros y maestras, junto a estudiantes particulares.

Rafael Cordero, su hermana e inspiración, Celestina Cordero, Francisco Oller, y muchos otros organizaron talleres y escuelas para compartir conocimientos y aprendizaje. Cientos de niños y niñas se educaron de este modo durante años.

En total solo habían 518 escuelas elementales funcionando, 23 intermedias y solo 1 para adultos en 1898, el año de la invasión estadounidense. Se educaban sobre 45 mil niños y niñas de una población de un millón de personas.

Por eso la universidad surgió primero que todo, como una escuela de formación de maestros y maestras. En 1900, el 85% de la población puertorriqueña era analfabeta. El país estaba subdesarrollado, los intereses de Estados Unidos en Puerto Rico y el Caribe necesitarían con prontitud un proyecto educativo para garantizar su hegemonía, su dominio sobre la isla.

En 1900 se funda la Escuela Insular, en Fajardo, y luego se hace Universidad de Puerto Rico en 1903 ya habiéndose mudado a Río Piedras. Su función principal era la de formar los maestros y maestras para la creación de un sistema educativo nacional que permitiera el desarrollo del poder imperial y la capacitación de una capa de funcionarios del poder económico y estatal.

La evolución de la UPR en su primera década repite el patrón de disciplinas de las primeras universidades de Europa: facultad de educación fundada oficialmente en 1903, el departamento de artes liberales en 1910 (matemática, filosofía, etc.), creación del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas en 1911 (hoy Recinto de Mayagüez, el segundo recinto más importante del sistema), los departamentos o escuelas de leyes y medicina en 1913.

A lo largo de los primeros 40 años del siglo 20, el proyecto UPR se consolidó como una de las herramientas educativas más importante en el desarrollo del capitalismo colonial en Puerto Rico. Para la década de los 30, se había desarrollado una capa de intelectuales universitarios críticos de la universidad colonial, que en general, se orientaron luego hacia el PPD y su proyecto de país. Roberto Alejandro, en Universidad y Lucha Estudiantil, repasa cómo era la Universidad en Puerto Rico durante el periodo de la Operación Mano de Obra.

A partir de 1947 el proyecto del PPD se tradujo en modelo económico consistente en la importación de capital para el desarrollo de la industria liviana. Esta estrategia, en la que el estado corría con los costos de la infraestructura a la vez que ofrecía otros incentivos a los inversionistas extranjeros, tuvo su repercusión en el campo educativo. La Universidad, particularmente, fue la generadora de los cuadros administrativos que tal esquema necesitaba. Al mismo tiempo se convirtió en vehículo de movilidad social para los hijos de antiguas clases dominantes y de la pequeña burguesía. La orientación educativa se concentró en las artes liberales: Sociales, Humanidades, Derecho.3

R. Alejandro repasa el eventual límite del proyecto de universidad de aquella época al asegurar que:

Mientras los supuestos de Fomento aparentaban ser fuertes la educación universitaria no constituía ninguna preocupación. Pero cuando se empezó a importar industrias con alta composición orgánica de capital, cuando otros países empezaron a resultar más provechosos para el establecimiento de industrias livianas, cuando la mano de obra "barata" se organizó y empezó a exigir mayores salarios, en una palabra, cuando el desarrollismo a lo Moscoso empezó

                                                                                                               3  Roberto Alejandro Rivera. Universidad y lucha estudiantil: apuntes críticos. Pensamiento Crítico, Año II Número 19. Mayo- Junio 1980. Versión en línea: Bandera.org.

  6  

a demostrar su precariedad, la política educativa también expresó síntomas de desasosiego. La Universidad, al igual que otras universidades de países industrializados, se había masificado. Y, peor aun, había desarrollado un número de profesionales que superaban por mucho la capacidad de absorción del aparato productivo.4

Es cuando se habla de crisis, es cuando la contradicción del sistema completo aflora en la universidad, o entre la universidad y la estructura económica. Lo que Roberto Alejandro decía a finales de los setenta todavía es pertinente para nosotr@s hoy. La crisis que comenzaba a padecer la universidad se ha expandido, se ha hecho mayor y más importante. Habrá cambiado un poco de forma, pero retiene la esencia de expresar la incapacidad del sistema económico de estabilizar su funcionamiento, y en el proceso, de beneficiar a la mayoría de la población. La crisis universitaria, por ende, tiene diversas expresiones. Hablemos aquí de tres: 1. Los sociedad de clases ve la universidad como un “departamento de las industrias y

empresas.” Prepara a los gerentes, a los ingenieros, a los abogados, a los científicos; desarrolla las investigaciones para crear mercancías, equipos, patentes, medicinas, chips de computadoras, etc., para vender y hacer riquezas en el mercado. La crisis se da cuando no puede desarrollar estas funciones a cabalidad.

2. Hay más universitarios buscando empleo que cantidad de empleos disponibles. La función de la universidad como colchón del desempleo es disfuncional. La universidad ya no funciona para evitar el desempleo. Ya no es suficiente para que cien mil, doscientos mil jóvenes en edad de trabajar no busquen trabajo, o solo trabajen en empleos basuras. Funciona así, pero ya no es suficiente, si alguna vez lo fue. R. Alejandro decía que:

…dada la incapacidad del sistema para absorber la masa de egresados, la Universidad, como la escuela, se hace "funcional a sí misma." Su objetivo, entonces, ya no será únicamente la instrucción de la capacidad de trabajo; será también retardar la entrada del estudiante en el ámbito productivo. De esta forma, la Universidad viene a institucionalizar el trabajo improductivo forzado, el trabajo que no produce plusvalía, como forma de negar el desempleo. Esta institucionalización sirve para explicar el incremento en los programas de ayuda federal como un mecanismo que facilita la continuación de estudios universitarios, aunque sea en colegios privados, a los graduados de escuela superior.5

3. No puede cumplir su función de reproductora ideológica, de valores, de las ideas de la sociedad capitalista. Puede que su capacidad crítica cause problemas. Es cuando se busca por todos los medios la docilidad y la obediencia ciega. Es parte de la docilidad que se espera de la amplia clase trabajadora.

Estas explicaciones nos ayudan a distanciarnos de las visiones de la “crisis universitaria” como el producto de malo@s administrador@s, o de académicos mal enfocados, o de estructuras antiguas e ineficientes. Todas estas cosas son verdad. Hay administrador@s mal@s, hay estructuras feudales heredadas, y ciertamente hay académic@s desenfocad@s. Pero esa es solo parte de la respuesta.

La sociedad que le da razón de ser a la universidad de nuestros días está profundamente herida, desenfocada, desajustada, y en crisis. La corrupción, el pillaje y la violencia son la orden del día. La universidad no hace otra cosa que reflejar de manera contradictoria el conflicto de la sociedad capitalista, refleja su crisis. Y la consecuencia lógica de esa realidad en crisis está en que la necesidad de cambio social se exprese en las realidades universitarias.                                                                                                                4 Idem. 5 Idem.

  7  

De hecho, el problema está en que solo cambiando la sociedad de clases que le da nacimiento a la universidad que tenemos podemos realmente tener la posibilidad de una universidad transformadora, que ayude en el desarrollo social y se aleje de considerar la vida como una mercancía.

La naturaleza de la crisis universitaria se resume afirmando que: la universidad es una institución de la sociedad de clase que ayuda en la producción de la hegemonía capitalista sobre el conjunto de la sociedad; su crisis es el reflejo de que el conjunto del sistema se encuentra estancado, en decadencia, en dificultades para reorganizarse y “funcionar bien.”

II. Ubicación y objetivos

Ahora que hemos ubicado a la universidad, que hemos identificado su rol, su papel en la estructura social, el origen de su crisis, podemos pasar a ubicarnos nosotr@s y nuestros objetivos generales como personas que deseamos una transformación verdadera y duradera de la sociedad y de la universidad. Lo primero será ubicarnos como socialistas. Nosotr@s queremos hacer desaparecer la sociedad de clases (ahora sociedad capitalista) en cuyo inicio identificamos el origen de las desigualdades económicas, y de la opresión como la conocemos hoy. Las diversas formas de opresión (racial, sexual, etc.) se montan sobre la desigualdad económica para mantener a millones de personas doblemente oprimidas. Destruir el sistema capitalista es condición para acabar con todas las desigualdades. Cuando la universidad se pone del lado de esa opresión, en cuanto produce la hegemonía que recrea esa realidad, la universidad se vuelve un campo abierto de batalla entre la vieja y la nueva sociedad, entre el capitalismo y formas anticapitalistas futuras, entre el socialismo y la barbarie. Visto de ese modo, l@s socialistas nos ubicamos en la oposición al proyecto tradicional de universidad puesto que nos oponemos a la sociedad capitalista que ayuda a sostener. ¿Nos hace eso anti universitarios? No. Tenemos que responder enérgicamente que no, que eso nos convierte en opositores a un proyecto determinado (de clase) de universidad. Eso nos lleva a plantear que otro proyecto, otro modelo de universidad es necesario, posible e indispensable. Entonces, ¿cómo abordar las soluciones a la “crisis universitaria”?

1. La mayoría de los planes reformadores, son imposibles de lograr verdaderamente si no cuestionan ese papel de la universidad siendo un “departamento de la industria”, eso de ser “oficina de las empresas”, o su “departamento de investigación y desarrollo.” Si solo hablamos de su funcionamiento, de sus estructuras, de su financiación, por separado, y no la ubicamos como una institución dinámica de la sociedad de clases, estaremos haciendo buenos planes, estaremos planteando un modelo más “eficiente”, más “funcional” de universidad, pero no estaremos hablando de la transformación de la universidad para cumplir un papel más beneficioso a la sociedad en su conjunto. No estaríamos cuestionando el estatus de mercancía del conocimiento, el estatus de mercancía de la vida misma que se engendra en la universidad. Marx, en La Sagrada Familia, planteaba algo importante sobre cómo debía concebirse el cambio social:

  8  

Si el ser humano forma todos sus conocimientos, sus sensaciones, etc., a base del mundo de los sentidos y de la experiencia dentro de este mundo, de lo que se trata es, consiguientemente, de organizar el mundo empírico de tal modo que el ser humano experimente y se asimile en él y ella lo verdaderamente humano, que se experimente a sí mismo en cuanto ser humano. …Si el ser humano es formado por las circunstancias, será necesario formar las circunstancias humanamente.6

2. La lucha por la educación pública tiene que ser una lucha por la transformación de la educación, no solo una lucha en su defensa. La defensa exclusiva nos acorrala en el modelo erróneo de universidad, nos lleva a la defensa de la Ley de 1966, nos lleva a la defensa del modelo clásico de universidad burguesa frente al modelo “innovador” de universidad neoliberal. Para nosotr@s, la batalla no puede mantener esta sociedad donde las crisis son periódicas, repetitivas e inevitables. Entonces luchar contra el modelo de universidad neoliberal, de universidad burguesa, es querer deshacerse del modelo de universidad para la clase empresarial, para la clase comercial y mercantilista. Es por ende plantearnos la deseabilidad de que la universidad sea un proyecto de las clases populares, de las clases mayoritarias, de la clase trabajadora y el conjunto de los pobres y los oprimidos o marginados del país. Bajo el capitalismo, esto será rechazado con firmeza por la clase empresarial que se niega a ceder parte de su hegemonía, de su poder. Miremos la dureza con la que el gobierno y la clase dominante defendió los portones de la UPR, su proyecto de universidad, cómo defiende su proyecto de país.

3. La discusión nos lleva a plantearnos cuál debe ser ese modelo de universidad para las clases populares, para l@s pobre y trabajador@s del país. Desgraciadamente a veces, invertimos largas horas en definir hasta la saciedad cómo debe funcionar esa futura universidad. O sea, confundimos la discusión sobre el modelo de universidad, sobre la orientación de la universidad, sobre su proyecto de clase, y lo volvemos una discusión hasta el detalle sobre su funcionamiento. Esta situación nos lleva a establecer prioridades. Para discutir el modelo nos parece que se necesitan menos detalles, menos diseño técnico. Se trata de contestar con la masa, no entre nosotr@s, para quiénes debe ser la universidad, en función de qué debe estar el conocimiento que se produce en la universidad, qué tipo de trabajos o profesiones debe estimular, cuál debe ser la función social de los ingenieros y los científicos, y los artistas, etc. O sea, necesitamos regresar a plantearnos preguntas más abiertas, filosóficas, ideológicas, existenciales. Por ejemplo: ¿debería la ciencia producir medicinas para palear los síntomas de las enfermedades o debería prevenir o sanar las enfermedades? La discusión sobre el modelo de universidad nos saca de la discusión sobre el proyecto de ley universitaria o las reformas; nos pone a discutir qué tipo de sociedad.

De esta manera entendemos deben ser contextualizados los objetivos o metas de l@s activistas que desean una transformación en la universidad, como l@s socialistas, como parte de la discusión amplia de cómo cambiamos el país.

Antes de pasar a la tercera parte, la de las tareas generales actuales, hay varias cosas que deben quedar claras sobre lo que planteamos como socialistas organizad@s.

                                                                                                               6  La  Sagrada  Familia,  Marx.  

  9  

L@s socialistas, que deseamos terminar con el capitalismo lo antes posible, vemos la universidad como un espacio de la lucha de clases. En ese sentido, creemos que la lucha universitaria puede ayudar a fortalecer la lucha de clases en Puerto Rico en tanto sea lucha anticapitalista, antineoliberal, antisistema. Esto nos hace plantearnos varias metas que son importante socializar en espacios como estos, para que estemos claros. Para la OSI, la lucha universitaria debe fortalecer / potenciar / estimular / complementar / alimentar, etc., la lucha de clases. De igual modo, nos parece que solo en relación con la lucha de clases en Puerto Rico, con los balances de fuerza entre las clases, tiene alguna posibilidad de victoria la lucha universitaria. Las huelgas de 2010-2011 hubiesen sido imposibles sin la movilización general contra la Ley #7. Hubiesen sido imposibles también sin el estancamiento de los sindicatos, sin la forma en que el pueblo trabajador canalizó su coraje contra el gobierno, contra los patronos, contra la crisis. No creemos que podamos ganar nuestras batallas sino nos convertimos en un movimiento social con contenido de clase. El estudiantado no hubiese ganado la huelga de 2010 sin el apoyo masivo del pueblo trabajador, materializado en el apoyo de miles de personas. Entonces, en la lucha universitaria, l@s socialistas tenemos varios objetivos específicos:

1. Estimular y fortalecer la lucha de clase en Puerto Rico. De aquí se deriva la vinculación a los sindicatos, a las comunidades pobres, a los propios emplead@s de la universidad. Puede desprenderse de este punto que se busquen generar acciones de solidaridad con otros sectores de la amplia clase trabajadora del país. Los paros de solidaridad, por ejemplo, son parte de esta necesidad general en la lucha de clases.

2. En este sentido, debemos fortalecer la lucha contra los planes de reforma oponiendo otro modelo que nos permita problematizar hacia dónde se debe mover la universidad, a qué debe responder. O sea, que mientras vemos indispensable la lucha defensiva, la lucha contestataria, creemos que es necesario levantar consignas, planteamientos y acciones que nos permitan hacer clara la sociedad de clases en conflicto, y nos permita proyectar la universidad que queremos. La perspectiva debe ser la de una lucha a corto, medio y largo plazo. La ciencia y el arte de la acción estará en encontrar cómo combinar estos estados de la movilización.

3. Estimular y fortalecer la conciencia revolucionaria entre l@s universitari@s (estudiantes, trabajador@s, docentes). De aquí se deriva la propaganda sistémica, las charlas, los foros, los debates, los boletines, los turnos en las asambleas, las mesas de libros y películas, los cine-foros, etc.

4. Estimular y fortalecer instrumentos de participación y poder desde abajo. Aquí podría ubicarse nuestra apuesta por los frentes de acción y movilización, nuestro apoyo a los comités de acción, a los grupos de acción por la educación pública (CEDEP, FEL, etc.). Creemos que estos espacios de participación y poder, siempre que se ubiquen en la posición de servir para movilizar, involucrar nuevos activistas y generar más conciencia, deben ser apoyados. Apostamos por la unidad en la acción como una táctica para acumular fuerzas y fortalecer la influencia en las acciones sobre la masa de personas que todavía no se activa. Creemos que la tarea general de l@s socialistas hoy es reconstruir los instrumentos de educación, lucha y organización de l@s trabajador@s y l@s pobres. Eso pasa por rescatar

  10  

sindicatos, crear nuevos, organizar comunidades, organizar nuevas y creativas organizaciones estudiantiles y juveniles. Por eso hemos hablado de sindicatos estudiantiles, de federaciones estudiantiles, etc. Si es posible, cómo y cuándo hacerlo, es tarea decidirlo del conjunto del movimiento estudiantil. Nosotros creemos que sí.

5. Fortalecer la OSI, la organización de la gente que está en acción contra el sistema, de manera clara por el socialismo, es de vital importancia para continuar potenciando lucha, mayor conciencia y organización. Queremos reclutar y crecer como organización. Por eso hemos enfatizado en la lucha estudiantil en los últimos años, y por eso queremos iniciar nuevos núcleos de la OSI entre la juventud de las escuelas públicas y en otros recintos universitarias, en Cayey, por ejemplo.

III. Tareas Actuales

Ahora bien, estamos operando en un contexto específico.

En noviembre hay elecciones, pero ninguno de los dos partidos dominantes tiene las simpatías claras de la mayoría de la población, y la expansión del espectro electoral con seis partidos políticos participando, demuestra una búsqueda de alternativas entre la población. Es evidente que la crisis está empujando a hacer cosas que no se pensaban hace tiempo: familias que deambulan, gente que empeña el carro o familias que viven sin electricidad porque no generan ingresos para pagar. Creemos que la participación política puede ser también una alternativa en estos tiempos.

El movimiento estudiantil, el movimiento social más importante durante el cuatrienio de Fortuño, y uno de los últimos años, tiene una situación particular. Hemos sido sin duda un movimiento importante en el contexto internacional, uno de los eventos que forman parte de la revuelta internacional de jóvenes, trabajadores, y clases oprimidas del mundo. Somos precursores de los Indignados y de Occupy, las dinámicas sociales que se levantaron en Tahir, en Túnez y en Grecia, se ensayaron y se hicieron primero aquí, en Puerto Rico.

A veces cuesta entender la importancia de la lucha en Puerto Rico. Cuesta vernos como precursores en el uso de los medios digitales, en herederos y portadores de formas creativas de protestas y participación políticas, en la toma de decisiones colectivas, y también precursores en la confrontación directa con los aparatos represivos, la policía, su fuerza de choque, etc. ¡Deberíamos gritar que estamos a’lante!

Pero como todo movimiento social, como todo proceso, hay momentos para plantearse tareas o evaluar las que se están haciendo, y organizar nuevas fuerzas. En eso queremos concentrarnos la última parte de esta presentación.

Consideramos que debe tomarse en cuenta las siguientes cosas:

1. Este seminario es un paso importantísimo en el proceso de re-organización del movimiento estudiantil. Claro, si es pensado como un instrumento para la organización y para la acción, o sea, si no nos quedamos en hablar sobre la universidad y nos planteamos acciones concretas y medidas organizativas.

  11  

2. Creemos que no solo deben circularse las minutas de este fin de semana, deberíamos recoger compromisos de acción, específicamente de movilizaciones. Lanzamos la idea de una manifestación de la juventud y la población indignada en octubre, para impactar en la discusión electoral, pero sin favorecer a los populares. Habría que garantizar que sea una manifestación independiente de la juventud, y que fortalezca los diversos procesos de organización desde abajo, desde organizaciones políticas a comités de acción.

3. El estudiantado necesita de organizaciones permanentes de contenido radical que le den continuidad a la lucha estudiantil y universitaria. Nosotr@s hemos planteado en diversos documentos (Apuntes sobre la lucha estudiantil, Esbozo de un análisis de la coyuntura actual) que el movimiento necesita establecer objetivos más claros y definir un carácter militante más práctico. Le hemos llamado debilidad programática y debilidad organizativa. Hay que moverse a discutir por qué nos organizamos (tener objetivos más claros), para qué nos organizamos y cómo nos organizamos. La discusión de una organización permanente debería estar enmarcada en estas discusiones políticas.

4. De este seminario debería salir un comité de enlace nacional, que se comprometa a organizar un segundo encuentro, está vez con más tiempo, y que la agenda pueda procesarse desde las bases y las discusiones que se tengan en los grupos de base. Una cosa debería garantizarse: el propósito de todo encuentro debe ser clarificar las ideas para organizar acciones de protesta y resistencia a la crisis capitalista y su imposición sobre la universidad.

5. La relación nacional y coordinada de los activistas debería potenciar la formación política, la enseñanza de destrezas de organización, la capacitación, entre otras herramientas importantes del activismo social y de la acción política.

6. El movimiento que construyamos debe verse como un movimiento social, no solo estudiantil. Es cierto que tendrá una base fundamental de estudiantes y de acción universitaria. El asunto es que verlo como un movimiento social, como movimiento con dirección política de clase (aunque sea pluriclasista), un movimiento juvenil, sin que signifique exclusivamente de jóvenes. Ese movimiento debe ver la educación como un todo y no solo como la UPR. Debe proponerse influenciar al estudiantado de las universidades privadas. Debe proponerse influenciar al estudiantado de las escuelas públicas. Ese movimiento debe poder plantear vivienda más barata para los jóvenes, asuntos de transportación y salud, de genero y sexualidad. Asuntos que discutidos y debatidos desde una posición combativa, puede ayudar a desarrollar perspectiva de acción entre el estudiantado y adelantar la politización de una nueva generación de activistas.

En resumen: para abordar el asunto de la universidad hay que ubicarla en la sociedad que la crea; hay que poder posicionarse a favor o en contra de esa sociedad de clases—nosotr@s en contra; hay que poder ubicar la naturaleza de los conflictos universitarios; hay que plantear un modelo universitario diferente al imperante y al que proponen los grupos dominantes; es necesario discutir e implementar tácticas de participación y acción política que adelanten los objetivos de cambio que nos proponemos; hay que poder enfrentar la sociedad capitalista y colonial en su conjunto, como los gérmenes de un problema que recorre todo el aparato social que vivimos; hay que organizarse o apoyar esfuerzos organizativos que adelanten todos los objetivos antes expuestos.