lo ominoso y lo fantástico

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LO OMINOSO FRENTE A LO FANTSTICO EN TRES RELATOS ALEMANES

La categora de lo ominoso[1], formulada por Sigmund Freud, mantiene con la categora literaria de lo fantstico relaciones significativas. Tanto es as que, en el desarrollo de la primera, Freud utiliza como base de su planteamiento el cuento El hombre de la arena, de E. T. A. Hoffmann. A continuacin, se relacionar esta categora de lo ominoso con dos teoras de lo fantstico, la desarrollada por Tzvetan Todorov en su Introduccin a la literatura fantstica y la de Rosemary Jackson en Fantasy: literatura y subversin; por ltimo, se analizar el funcionamiento de estos conceptos en los relatos Ondina, de Friedrich de la Motte-Fouqu, La maravillosa historia de Peter Schlemihl, de Adelbert Von Chamisso, y el ya mencionado El hombre de la arena, de Hoffmann.

En su texto Lo ominoso[2] (1919), Freud define a esta categora como aquello que no es efectivamente algo nuevo o ajeno, sino algo familiar de antiguo a la vida anmica, slo enajenado de ella por el proceso de la represin (Freud, p. 241). Dicho de otro modo, lo ominoso seran las representaciones pertenecientes al estadio de la vida anmica (propia del hombre primitivo y del nio, en la que se puede ver, entre otras cosas, un amor irrestricto por s mismo, el narcisismo primario y las supersticiones) que fueron reprimidas y superadas y, aunque deberan permanecer ocultas, salen a la luz. Esta exposicin de lo que debera estar oculto produce en el sujeto un efecto angustioso y perturbador. Adems, Freud divide a lo ominoso en dos mbitos: lo ominoso del vivenciar (Freud, p. 246) y lo ominoso de la ficcin (Freud, p. 248); mientras que el primero se relaciona con lo que el sujeto, efectivamente, vivencia en su vida cotidiana y en el mundo psquico y material del que forma parte (en donde lo ominoso proviene de complejos infantiles reprimidos y de convicciones primitivas superadas), el segundo se relaciona con lo que el sujeto se representa o lee (y que proviene, principalmente, de la literatura). Para que el texto ficcional produzca el efecto de lo ominoso, es necesario que el autor se site, en apariencia, en el mundo material en el cual vive el lector, introduciendo en este mismo mundo acontecimientos que no podran ocurrir, al menos en teora, en la vida cotidiana; debido a estas caractersticas, la ficcin abre al sentimiento ominoso nuevas posibilidades, que faltan en el vivenciar (Freud, p. 250). Antes de terminar con este apartado, es relevante mencionar algunos casos de lo ominoso sealados por Freud: la muerte (con el retorno de los muertos, espritus, aparecidos, etc.); la magia; la omnipotencia de los pensamientos; el complejo de castracin; la locura; ciertos miembros seccionados como la cabeza, las manos o los pies (que se relacionan tambin con el complejo de castracin); el doble; entre otros.

En relacin con la teora de lo fantstico planteada por Todorov, se puede ver que tanto esta teora de lo fantstico como la teora de lo ominoso de Freud, son teoras de efecto: mientras que en Freud lo ominoso, para serlo, debe producir angustia y perturbacin, en Todorov lo fantstico debe producir vacilacin en el lector (implcito): lo fantstico se basa esencialmente en una vacilacin del lector (...) referida a la naturaleza de un acontecimiento extrao[3]. Segn la posicin que se adopte frente a este acontecimiento, depender que lo fantstico se convierta en lo fantstico-maravilloso (el acontecimiento no es explicable segn las reglas del mundo conocido y material y, por eso, debe poseer reglas ajenas al conocimiento del lector) o en lo fantstico-extrao (el acontecimiento es explicado perfectamente por medio de la razn); en el caso de que el texto construya la vacilacin hasta el final y no la resuelva, se estara ante lo fantstico-puro. De esta manera, el elemento fantstico permanece en el texto mientras permanece la vacilacin ante l. Al igual que Freud, Todorov considera que para que esta vacilacin se produzca es necesario que el texto obligue al lector a considerar el mundo de los personajes como un mundo de personas reales (Todorov, p. 30); es decir, es necesario que se inserte la accin y el acontecimiento extrao en el mundo real.

Por ltimo, Rosemary Jackson, quien le critica a Todorov su falta de inters y su escasa atencin al psicoanlisis, relaciona la categora de lo siniestro (ver nota 1), citando explcitamente a Freud, con la funcin de la literatura fantstica. Si bien Todorov no deja de lado la funcin de lo fantstico[4], es Jackson quien se centra en ella. Segn la autora, la literatura fantstica subvierte lo real establecido mostrando (haciendo presente) lo siniestro que estaba oculto detrs de lo casero y lo propio (el intento de hacer visible lo que es culturalmente invisible[5]). De esta manera, Jackson pone en relacin el concepto de lo ominoso con el modo fantstico, otorgndole a ste la funcin de descubrir a aqul. Desde el punto de vista social, la literatura fantstica transgrede las normas sociales, mostrando aquellos temas que son silenciados[6]: funcin transgresiva al poner en descubierto cosas que deberan permanecer a oscuras (Jackson, p. 70).

Definidas ya las categoras de lo ominoso y lo fantstico, se ver a continuacin cmo estos conceptos aparecen en los relatos de Ondina, La maravillosa historia de Peter Schlemihl y El hombre de la arena, ya mencionados.

Con respecto a Ondina, de Friedrich de la Motte Fouqu, se puede ver cmo el concepto de lo ominoso aparece en este texto a travs de varios de los casos mencionados por Freud, todos relacionados con el personaje de Ondina. En primer lugar, es interesante observar que, en un principio, Ondina posee una personalidad que hace pensar en el estadio de vida animista (como se dijo, propia del nio y del hombre primitivo), principalmente por su conducta infantil[7], sus travesuras e impertinencias (Ibidem), y su irreverencia, tanto hacia sus padres como hacia el sacerdote (al que ya no respetaba tanto, Ibidem). Ondina parece pertenecer a ese estadio de vida que, segn Freud, es luego superado o reprimido por el sujeto o la humanidad misma; superacin que tambin se da en Ondina, ya que despus de haberse casado con Huldbrand y de haber pasado la noche con l, se hace poseedora de un alma que la lleva a modificar su personalidad por completo, dejando atrs el comportamiento antes descrito.

Adems, el tema del doble tambin aparece en este relato, en la relacin entre Ondina y Bertalda. Despus de que Ondina revelara el secreto sobre los padres de Bertalda, y despus de la mala reaccin de sta, hay un acercamiento entre las dos mujeres, en el que Ondina exclama: Mira, de nias fuimos permutadas la una por la otra; ya entonces se cruz nuestro destino y ahora vamos a cruzarnos tan estrechamente que ninguna fuerza humana sea capaz de separarnos (Motte-Fouqu, pp. 419-420). Esta cercana, derivada de una idea de destino, hace pensar en la cuestin del doble y, como afirma Freud en su trabajo, el doble produce un efecto ominoso (Freud, p. 234): (Bertalda) Mir con respeto a Ondina, pero no pudo evitar un secreto pnico que la distanciaba de su amiga (Motte-Fouqu, p. 420, subrayado mo). Este secreto pnico sentido por Bertalda, es compartido por el mismo Huldbrand, esposo de Ondina: un secreto pnico le apartaba de ella y le haca volver a Bertalda (Motte-Fouqu, p. 421).

En relacin con Huldbrand, Ondina representa el motivo del complejo de castracin, mencionado tambin por Freud. Una vez que Huldbrand regaa a Ondina sobre la corriente del Danubio (en los dominios de los seres maravillosos que son sus familiares), sta debe por obligacin retornar a su hogar primigenio en las profundidades de las aguas. Slo podr volver en el caso de que Huldbrand se case con otra mujer e incurriese con eso en infidelidad, ya que ella, tcnicamente, no est muerta. En efecto, Huldbrand se casa con Bertalda y Ondina regresa la misma noche de la boda (antes de que los novios pasaran la noche juntos) y termina con la vida del caballero.

Pero como se dijo con anterioridad, la teora de lo ominoso es una teora de efecto, por lo que el anlisis de esta categora en Ondina no estara concluido si no se observase este efecto que provoca en el lector. A diferencia de lo que sienten los personajes frente a Ondina, el lector no experimenta la angustia o la perturbacin propia de lo ominoso. Ese efecto no trasciende las pginas del texto. El motivo de esto es claro; segn Freud, para que lo ominoso de la ficcin (Freud, p. 248) se d, el autor se sita en apariencia en el terreno de la realidad cotidiana. Esto, que acercara el relato a lo fantstico, no ocurre en Ondina. En primer lugar, el texto comienza ubicando la historia lejos de la realidad cotidiana, en una frmula que hace pensar en los cuentos maravillosos: Hace ya muchos cientos de aos... (Motte-Fouqu, p. 389). De esta manera, el relato no pertenecera a lo ominoso de la ficcin (Freud, p. 248), sino que estara incluido en esos textos en que se crea un universo en donde la realidad cotidiana es remplazada por otra, maravillosa, pero plenamente justificada dentro de la narracin[8]. Por esto mismo, tampoco se encuentra aqu lo fantstico-puro, ya que la vacilacin hacia los seres sobrenaturales es superada en el captulo VIII, en donde Ondina narra su verdadera historia y detalla las caractersticas del mundo maravilloso existente en los bosques y en las profundidades acuticas.

En La maravillosa historia de Peter Schlemihl, de Adelbert Von Chamisso, ocurre prcticamente lo mismo que en Ondina. Se trata tambin de un relato que rpidamente, aun ms rpidamente que el anterior, deja de lado la vacilacin para constituirse como un relato fantstico-maravilloso. Lo que aqu ocurre tampoco genera el efecto de angustia y perturbacin propio de lo ominoso. Por el contrario, todo es aceptado sin ser puesto en duda. Se puede ver principalmente en la galera de objetos fantsticos que pasan por la historia, como por ejemplo la autntica mandrgora, la hierba de Glauco, los cinco cntimos del judo, la moneda robada, el tapete de Rolando, un genio embotellado[9], el sombrerito de los deseos de Fortunato (Von Chamisso, p. 76), La bolsa de Fortunato (Ibidem), el nido que hace invisible al que lo tiene (Von Chamisso, p. 122), la capa invisible (Von Chamisso, p. 125) y las botas de siete leguas (Von Chamisso, p. 149). Esta extensa lista de elementos maravillosos, junto con la cuestin explcita de la prdida de la sombra, impide cualquier vacilacin al respecto, estableciendo claramente el gnero en que se ubica el relato.

A pesar de que en La maravillosa historia de Peter Schlemihl, al igual que en Ondina, no estn presentes lo fantstico puro y lo ominoso, que necesitan de la construccin de un mundo real y cotidiano para producir su efecto en el lector, s se pueden ver varios motivos de lo ominoso en el interior de la historia. Como en Ondina, est presente la cuestin del doble, entre Peter Schlemihl y el hombre de gris: Pero usted huya de m si quiere, cabeza dura, pero sepa que somos inseparables. Usted tiene mi dinero y yo tengo su sombra y eso no nos dejar en paz a ninguno de los dos (Von Chamisso, p. 131)[10]. Tambin aparece en este relato el motivo del complejo de castracin, encarnado en la sombra. A partir de que Peter Schlemihl pierde su sombra, no es capaz de concretar relacin amorosa alguna, sin importar el dinero, la distincin o la retribucin del sentimiento que posea. Esto se ve en las palabras mismas del hombre de gris: su sombra corporal, con la que puede conseguir la mano de su amada (Von Chamisso, p. 114); y de las del padre de Mina: Vamos, que hasta un perro tiene sombra y mi querida y nica hija se iba a casar con un hombre que...! (Von Chamisso, p. 127). De esta manera, la sombra aparece como el elemento de castracin, semejante a Ondina en el relato analizado anteriormente.

Como afirma Freud en su trabajo, en El hombre de la arena se puede ver ese efecto de lo ominoso. Ms all de las cuestiones psicoanalticas en las que Freud se detiene, es significativo destacar que ste es el nico de los tres relatos que est ambientado en el mundo real y que conserva lo fantstico hasta el final. Por ms que Freud afirme que La conclusin deja en claro que el ptico Coppola es efectivamente el abogado Coppelius y, por tanto, el Hombre de la Arena (Freud, p. 230), el texto en s no elimina la vacilacin en ningn momento. De las pruebas de que Coppola y Coppelius son la misma persona, se tiene solamente la perspectiva de Nataniel, quien suele ver parecidos en varios personajes: primero en su padre con Coppelius (Se pareca a Coppelius[11]) y luego en Clara con la autmata Olimpia, por lo que la intenta tirar de la torre en el final del relato. De esta manera, la vacilacin en ningn momento se ve superada, y siempre se puede pensar que todas las percepciones de Nataniel no son ms que las de una mente perturbada por la psicosis y por el efecto de lo ominoso, que no slo permanece en Nataniel, sino que, en este caso s, se traslada al lector, que en todo momento tiene presente la posibilidad de que lo increble superado puede ser realmente posible.

Notas:

[1] Das Unheimliche, tambin traducido como lo siniestro.

[2] Freud, Sigmund. Lo ominoso en Obras Completas (vol. XII). Buenos Aires, Amorrortu, 1991. A continuacin, las citas se harn segn esta edicin.

[3] Todorov, Tzvetan. Introduccin a la literatura fantstica. Mxico D. F., Coyoacn, 2003, p. 125. A continuacin, las citas se harn segn esta edicin.

[4] Todorov habla, bsicamente, de la funcin literaria y de la funcin social de lo sobrenatural en el gnero, en donde en ambos casos se trata de la transgresin de una ley (...) (el) elemento sobrenatural constituye siempre una ruptura en el sistema de reglas prestablecidas y encuentra en ello su justificacin (Todorov, p. 131). Dependiendo de una u otra funcin, las reglas transgredidas sern sociales (censura) o literarias (funcin pragmtica, funcin semntica o funcin sintctica).

[5] Jackson, Rosemary. Fantasy: literatura y subversin. Buenos Aires, Catlogos, 1986, p. 69. A continuacin, las citas se harn segn esta edicin.

[6] La relacin con Todorov es evidente (ver nota 4).

[7] De la Motte-Fouqu, Friedrich. Ondina en Von Hofmannsthal, Hugo (comp.). Cuentos romnticos alemanes. Madrid, Ediciones Siruela, 1992, p. 406. A continuacin, las citas se harn segn esta edicin.

[8] Cumplimientos de deseos, fuerzas secretas, omnipotencia de los pensamientos, animacin de lo inanimado, de sobra comunes en los cuentos, no pueden ejercer en ellos efecto ominoso alguno, pues ya sabemos que para la gnesis de ese sentimiento se requiere la perplejidad en el juicio acerca de si lo increble superado no sera empero realmente posible, problema este que las premisas mismas del universo de los cuentos excluyen por completo (Freud, p. 249).

[9] Von Chamisso, Adelbert. La maravillosa historia de Peter Schlemihl. Madrid, Anaya, 1982, p. 74. A continuacin, las citas se harn segn esta edicin.

[10] Sera interesante analizar la cuestin del doble entre Peter Schlemihl y el mismo Chamisso, a partir de ciertos datos extratextuales, como por ejemplo la forma de vestir del personaje y del autor (que era la misma), la aficin por la botnica (compartida por los dos), el sirviente Bendel (ayudante de Chamisso en el ejrcito), el perro Fgaro (tambin de Chamisso), el retrato de Schlemihl al que se hace referencia en A Julius Eduard Hitzig, de Adelbert von Chamisso, que consista en un retrato del mismo Chamisso envejecido artsticamente, y, por ltimo, el poema inaugural del relato, A mi viejo amigo Peter Schlemihl, en el que Chamisso seala que lo llamaban con el nombre de Schlemihl (Dnde est tu sombra, Schlemihl? / gritaban detrs de m.) (Cfr. Von Chamisso. op. cit. Notas al pie de Manuela Gonzlez-Haba de las pginas 54, 82, 160 y 162.)

[11] Hoffmann, Ernst Theodor Amadeus. El hombre de la arena en Cuentos 1. Madrid, Alianza, 1996, p. 63.

BIBLIOGRAFA:

- De la Motte-Fouqu, Friedrich. Ondina en Von Hofmannsthal, Hugo (comp.). Cuentos romnticos alemanes. Madrid, Ediciones Siruela, 1992.

- Freud, Sigmund. Lo ominoso en Obras Completas (vol. XII). Buenos Aires, Amorrortu, 1991.

- Hoffmann, Ernst Theodor Amadeus. El hombre de la arena en Cuentos 1. Madrid, Alianza, 1996.

- Jackson, Rosemary. Fantasy: literatura y subversin. Buenos Aires, Catlogos, 1986.

- Todorov, Tzvetan. Introduccin a la literatura fantstica. Mxico D. F., Coyoacn, 2003.

- Von Chamisso, Adelbert. La maravillosa historia de Peter Schlemihl. Madrid, Anaya, 1982.