la madrina

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Madrina Sara María Aldrete Algunas partes del cuerpo de sus víctimas eran cocinadas en una olla grande llamada ganga S ara María Al- drete (nacida el 6 de septiem- bre en 1964 en Matamoros, Tamaulipas, México) es una asesina en serie conocida como “La Madrina” . Asistió a la preparatoria en Brownsville, Texas, Estados Unidos, cuando vivía al sur de la frontera; al obtener el estatu- to de residente extranjero pudo asistir a la Universidad Texas Southmost. Era conocida entre sus compañeros como una bue- na estudiante. Estudió educa- ción física, preparándose para transferirse a la universidad y obtener una certificación de docente. Tiempo después conoció a Adolfo de Jesús Cons- tanzo, un líder de una secta y cubano, quien la introdujo en la brujería y la ma- gia negra. Él le puso a ella el sobrenombre de “la Ma- drina” y la inició en su culto, que fue conglomerado de la Sante- ría, el ritual guerrero azteca y el Palo Mayombe, con sacrificios de sangre. Constanzo ya tenía una larga carrera delictiva, pues se supo que asaltaba sexualmente y ase- sinaba a traficantes de drogas y utilizaba partes de sus cuerpos para ceremonias de sacrificios religiosos en un viejo almacén cerca de Matamoros. Muchas de las partes del cuerpo de sus víctimas eran cocinadas en una olla grande llamada ganga. Constanzo hizo a Sara Aldre- te segunda al mando de su cul- to y la dirigía para que supervi- sara a sus seguidores, mientras él enviaba mariguana en la frontera con Estados Unidos. En 1989 los asesinatos se hicieron más frecuentes y lla- mó la atención cuando el tu- rista estadounidense Mark J. Kilroy, estudiante de la Uni- versidad de Texas, durante vacaciones de primavera fue secuestrado. Constanzo, Aldrete y el resto del culto huye- ron cuando los detectives descubrieron su “santua- rio” . Encontraron cabello humano, cerebros, dientes y cráneos en el sitio de los asesinatos. Finalmente, la policía encon- tró su escondite en México el 6 de mayo de 1989. Después de un tiroteo, Costanzo y uno de sus cómplices fueron asesina- dos por otro miembro del cul- to, aparentemente a instancias de Constanzo. Aldrete fue condenada por asociación delictuosa en 1990 y encarcelada durante seis años. En un segundo juicio fue condenada por varios de los crímenes en la sede de la sec- ta y sentenciada a 600 años de prisión. DISEÑO La

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Page 1: La Madrina

MadrinaSara María Aldrete

Algunas partes del cuerpo de sus víctimas eran cocinadas en una olla grande llamada ganga

Sara María Al-drete (nacida el 6 de septiem-bre en 1964 en M a t a m o r o s ,

Tamaulipas, México) es una asesina en serie conocida como “La Madrina”.

Asistió a la preparatoria en Brownsville, Texas, Estados Unidos, cuando vivía al sur de la frontera; al obtener el estatu-to de residente extranjero pudo asistir a la Universidad Texas Southmost. Era conocida entre sus compañeros como una bue-na estudiante. Estudió educa-ción física, preparándose para transferirse a la universidad y obtener una certificación de docente.

Tiempo después conoció a Adolfo de Jesús Cons-

tanzo, un líder de una secta y cubano, quien

la introdujo en la brujería y la ma-

gia negra. Él le puso a

ella el sobrenombre de “la Ma-drina” y la inició en su culto, que fue conglomerado de la Sante-ría, el ritual guerrero azteca y el Palo Mayombe, con sacrificios de sangre.

Constanzo ya tenía una larga carrera delictiva, pues se supo que asaltaba sexualmente y ase-sinaba a traficantes de drogas y utilizaba partes de sus cuerpos para ceremonias de sacrificios religiosos en un viejo almacén cerca de Matamoros. Muchas de las partes del cuerpo de sus víctimas eran cocinadas en una olla grande llamada ganga.

Constanzo hizo a Sara Aldre-te segunda al mando de su cul-to y la dirigía para que supervi-sara a sus seguidores, mientras él enviaba mariguana en la frontera con Estados Unidos.

En 1989 los asesinatos se hicieron más frecuentes y lla-mó la atención cuando el tu-rista estadounidense Mark J. Kilroy, estudiante de la Uni-versidad de Texas, durante vacaciones de primavera

fue secuestrado. Constanzo, Aldrete y

el resto del culto huye-ron cuando los detectives descubrieron su “santua-rio”. Encontraron cabello humano, cerebros, dientes y cráneos en el sitio de los asesinatos.

Finalmente, la policía encon-tró su escondite en México el 6 de mayo de 1989. Después de un tiroteo, Costanzo y uno de sus cómplices fueron asesina-dos por otro miembro del cul-to, aparentemente a instancias de Constanzo.

Aldrete fue condenada por asociación delictuosa en 1990 y encarcelada durante seis años. En un segundo juicio fue condenada por varios de los crímenes en la sede de la sec-ta y sentenciada a 600 años de prisión.

DISEÑO

La