la ignorancia - cap 2

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2 En griego, «regreso» se dice nostos. Algos significa «sufrimiento». La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos «añoranza»; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto. Con frecuencia tan solo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morriña del terruño. Morriña del hogar. En inglés seria homesickness, o en alemán Heimweh, o en holandés heimwee. Pero es una reducción espacial de esa gran noción. El islandés, una de las lenguas europeas más antiguas, distingue claramente dos términos: söknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morriña del terruño. Los checos, al lado de la palabra «nostalgia» tomada del griego, tienen para la misma noción su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas más conmovedoras es styska se mipo tobe: «te añoro; ya no puedo

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Extracto de la novela "La Ignorancia" de Milan Kundera.

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2En griego, regreso se dice nostos. Algos significa sufrimiento. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayora de los europeos puede emplear para esta nocin fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, adems, otras palabras con races en la lengua nacional: en espaol decimos aoranza; en portugus, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semntico distinto. Con frecuencia tan solo significan la tristeza causada por la imposibilidad de regresar a la propia tierra. Morria del terruo. Morria del hogar. En ingls seria homesickness, o en alemn Heimweh, o en holands heimwee. Pero es una reduccin espacial de esa gran nocin. El islands, una de las lenguas europeas ms antiguas, distingue claramente dos trminos: sknudur: nostalgia en su sentido general; y heimfra: morria del terruo. Los checos, al lado de la palabra nostalgia tomada del griego, tienen para la misma nocin su propio sustantivo: stesk, y su propio verbo; una de las frases de amor checas ms conmovedoras es styska se mipo tobe: te aoro; ya no puedo soportar el dolor de tu ausencia. En espaol, aoranza proviene del verbo aorar, que proviene a su vez del cataln enyorar, derivado del verbo latino ignorare (ignorar, no saber de algo). A la luz de esta etimologa, la nostalgia se nos revela como el dolor de la ignorancia. Estas lejos, y no s qu es de ti. Mi pas queda lejos, y no s qu ocurre en l. Algunas lenguas tienen alguna dificultad con la aoranza: los franceses solo pueden expresarla mediante la palabra de origen griego (nostalgie) y no tienen verbo; pueden decir je mennuie de toi (equivalente a te echo de menos o en falta) pero esta expresin es endeble, fra, en todo caso demasiado leve para un sentimiento tan grave. Los alemanes emplean pocas veces la palabra nostalgia en su forma griega y prefieren decir Sehnsucht: deseo de lo que est ausente; pero Sehnsucht puede aludir tanto a lo que fue como a lo que nunca ha sido (una nueva aventura), por lo que no implica necesariamente la idea de un nostos; para incluir en la Sehnsucht la obsesin del regreso, habra que aadir un complemento: Senhsucht nach der Vergangenheit, nach der verlorenen Kindheit, o nach der ersten Liebe (deseo del pasado, de la infancia perdida o del primer amor).La Odisea, la epopeya fundadora de la nostalgia, naci en los orgenes de la antigua cultura griega. Subraymoslo: Ulises, el mayor aventurero de todos los tiempos, es tambin el mayor nostlgico. Parti (no muy complacido) a la guerra de Troya, en la que estuvo diez aos. Despus se apresur a regresar a su taca natal, pero las intrigas de los dioses prolongaron su periplo, primero durante tres aos llenos de los ms fantsticos acontecimientos, y, despus, durante siete aos ms, que pas en calidad de rehn y amante junto a la ninfa Calipso, quien estaba tan enamorada de l que no le dejaba abandonar la isla.Hacia el final del canto quinto de La Odisea, Ulises dice: No lo lleves a mal, diosa augusta, que yo bien conozco cuan bajo de ti la discreta Penlope queda a la vista en belleza y en noble estatura. (...) Ms con todo yo quiero, y es ansia de todos mis das, el llegar a mi casa y gozar de la luz del regreso. Y sigue Homero: As dijo, y el sol se pona, vinieron las sombras y, marchando hacia el fondo los dos de la cncava gruta, en la noche gozaron de amor uno al lado del otro.Nada que pueda compararse a la vida de la pobre emigrada que haba sido Irena durante mucho tiempo. Ulises vivi junto a Calipso una autentica dolce vita, una vida fcil, una vida de alegras. Sin embargo, entre la dolce vita en el extranjero y el arriesgado regreso al hogar eligi el regreso. A la apasionada exploracin de lo desconocido (la aventura) prefiri la apoteosis de lo conocido (el regreso). A lo infinito (ya que la aventura nunca pretende tener un fin) prefiri el fin (ya que el regreso es la reconciliacin con lo que la vida tiene de finito).Sin despertarlo, los marinos de Feacia depositaron a Ulises envuelto en sabanas en la playa de taca, al pie de un olivo, y se fueron. As termin el viaje. l dorma, exhausto. Cuando se despert no saba dnde estaba. Pero Atenea despej la bruma de sus ojos y a l le embargo la ebriedad; la ebriedad del Gran Regreso; el xtasis de lo conocido; la msica que hizo vibrar el aire entre el cielo y la tierra: vio la ensenada que conoca desde la infancia, las dos montaas que la rodean, y acarici el viejo olivo para asegurarse de que segua siendo el mismo de hacia veinte aos.En 1950, cuando haca catorce aos que Arnold Schnberg viva en Estados Unidos, un periodista norteamericano le formul algunas preguntas malintencionadamente ingenuas: es cierto que la emigracin debilita en los artistas su fuerza creadora, que su inspiracin se agota en cuanto dejan de alimentarle las races de su pas natal?Imagnense! Tan slo cinco aos despus del Holocausto, el periodista norteamericano no le perdona a Schnberg su falta de apego a la tierra en la que, ante sus propios ojos, se haba puesto en marcha el horror de los horrores! Pero no puede evitarse. Homero glorific la nostalgia con una corona de laurel y estableci as una jerarqua moral de los sentimientos. En sta, Penlope ocupa un lugar ms alto, muy por encima de Calipso.Calipso, ah, Calipso! Pienso muchas veces en ella. Am a Ulises. Vivieron juntos durante siete aos. No sabemos cunto tiempo comparti Ulises su lecho con Penlope, pero seguramente no fue tanto. Aun as, se suele exaltar el dolor de Penlope y menospreciar el llanto de Calipso.