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NÓMADAS 76 LA FUNDACION DEL MUSEO NACIONAL DE COLOMBIA. AMBIVALENCIAS EN LA NARRACION DE LA NACION COLOMBIANA MODERNA Víctor Manuel Rodríguez* El artículo explora los orígenes y las ambivalencias en la narración de la nación colombiana moderna implícita en algunos textos y hechos que conciernen a la fundación del Museo Nacional de Colombia. Teniendo en cuenta las re- flexiones de Mauricio Nieto en torno a la dimensión política de la Historia Na- tural y de Olga Restrepo acerca de la Expedición BotÆnica, se sostiene que debi- do a la situación ambivalente de los criollos respecto a los grupos sociales internos y pese a su rechazo general hacia Espaæa, la narración de la nación implícita en el Museo hace uso de la narrativa expedicionaria del Imperio Espaæol y combina formas distintas de comprender el rol de los museos, las formas de conocimiento y, en consecuencia, distintas representaciones de lo nacional. El Museo presenta la nueva nación como un lugar natural, fuera del tiempo histórico y expresa el interØs de los criollos en la inserción del nuevo estado en el orden mundial, mÆs que en la convocatoria de la población hacia la conformación de una comunidad imaginada. * M. A. Art History. Goldsmiths College (Universidad de Londres). Ha sido profesor de Histo- ria, Historia del Arte y Fotografía en las Universidades Nacional de Colombia, Pedagógica Nacional, Javeriana y la Universidad de los Andes. Actualmente adelanta estudios de docto- rado en Estudios Visuales y Culturales en la Universidad de Rochester, Estados Unidos. Ignacio Gómez Jaramillo, 1933

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NÓMADAS76

LA FUNDACION DELMUSEO NACIONAL DE

COLOMBIA.AMBIVALENCIAS EN LA

NARRACION DE LA NACIONCOLOMBIANA MODERNA

Víctor Manuel Rodríguez*

El artículo explora los orígenes y las ambivalencias en la narración de lanación colombiana moderna implícita en algunos textos y hechos que conciernena la fundación del Museo Nacional de Colombia. Teniendo en cuenta las re-flexiones de Mauricio Nieto en torno a la dimensión política de la Historia Na-tural y de Olga Restrepo acerca de la Expedición Botánica, se sostiene que debi-do a la situación ambivalente de los criollos respecto a los grupos sociales internosy pese a su rechazo general hacia España, la narración de la nación implícita enel Museo hace uso de la narrativa expedicionaria del Imperio Español y combinaformas distintas de comprender el rol de los museos, las formas de conocimientoy, en consecuencia, distintas representaciones de lo nacional. El Museo presentala nueva nación como un lugar natural, fuera del tiempo histórico y expresa elinterés de los criollos en la inserción del nuevo estado en el orden mundial, másque en la convocatoria de la población hacia la conformación de una comunidadimaginada.

* M. A. Art History. Goldsmiths� College (Universidad de Londres). Ha sido profesor de Histo-ria, Historia del Arte y Fotografía en las Universidades Nacional de Colombia, PedagógicaNacional, Javeriana y la Universidad de los Andes. Actualmente adelanta estudios de docto-rado en Estudios Visuales y Culturales en la Universidad de Rochester, Estados Unidos.Ig

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1933

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viajeros. El hombre de prensa criollosurgió de la tradición del periódico.Sin embargo, más que en la disper-sión de ideas ilustradas específicas, laprensa fue importante en tanto creóuna comunidad imaginada a partir degrupos particulares de lectores. Laspublicaciones combinaban los anun-cios de precios con noticias sobrematrimonios y asuntos políticos, en-tre otros. Anderson reconoce en ellasun doble carácter, un mundo parale-lo, donde un oficial peninsular po-día estar leyendo noticias desdeMadrid, mientras los criollos leían susnoticias locales, �una asimetríareplicable al infinito en otras situa-ciones coloniales�4 .

Quizá la diferencia más impor-tante entre las colonias españolas ylos estados europeos en la construc-ción de una narrativa de nación,hace referencia a los procesos polí-ticos que en los últimos dio nombreal pueblo y �lo indujo a la vida polí-tica�. Anderson parece sugerir quefue precisamente el miedo a las cla-ses bajas lo que promovió el alinea-miento de las comunidades criollasy produjo un sentido de identidad ydiferencia. De hecho, antes de lasguerras de Independencia, funciona-rios de la administración españolahabían enfrentado el surgimiento devarios movimientos subversivos or-ganizados por la población indígenay los esclavos negros. Bolívar mis-mo alguna vez opinó que una revuel-ta negra era �mil veces peor que unainvasión española�5 . Resaltandoesta importante diferencia, Ander-son considera a los pioneros criollosubicados en una situación ambi-valente: eran una comunidad colo-nial y una clase alta. Eran explotadoseconómicamente, pero tambiéneran esenciales para la estabilidaddel Imperio.

Naciones y narraciones

Explorando los orígenes de unanarrativa de nación en las coloniashispano-americanas, BenedictAnderson ha señalado que fueron losfuncionarios peregrinos criollos y loshombres de prensa provincianosquienes asumieron la tarea de cons-truir una comunidad imaginada paralos recién independizados estados la-tinoamericanos. Anderson aseguraque aunque los dos factores más co-múnmente aducidos para explicar laindependencia latinomericana son elaumento del control desde Madrid yla dispersión de las ideas liberales dela Ilustración en la segunda mitad delsiglo XVIII, ellos no explican conpropiedad por qué las provincias co-loniales, que usualmente agrupabanamplias, oprimidas, poblaciones nohispanas, produjeron un grupo decriollos que de manera conscienteredefinió a esas poblaciones comocompatriotas, y a España, a dondeestaban de muchas formas aliados,como un enemigo extraño1 .

Los criollos no eran, en muchossentidos, la burguesía madura quelideró la formación de narrativas denación del estado moderno en Euro-pa y los Estados Unidos. De hecho,aquellos que apoyaron la lucha deindependencia de España, y que al-gunas veces dieron su vida por lacausa, eran, en muchos casos, latifun-distas, conservadores radicales conrespecto al liberalismo económico,aliados con comerciantes y varios ti-pos de profesionales (abogados, mi-litares y funcionarios provinciales ylocales)2 . Debido al lenguaje compar-tido entre las colonias y la metrópo-li, la transmisión de las nuevasdoctrinas económicas y políticas quese estaban produciendo en Europa fuerápida y fácil. Sin embargo, An-

derson asegura que �nada confirmaesta �revolución cultural� más que elrepublicanismo incisivo de las nue-vas comunidades independientes�3 .

Anderson sostiene que los fun-cionarios peregrinos criollos desarro-llaron su tarea de narrar la nacióndebido a las dificultades de comuni-cación propias de la división geográ-fica y de las unidades administrativascreadas por el Imperio Español. Es-cribiendo y circulando anécdotas so-bre las colonias, los funcionarioscriollos peregrinos fueron creando yempleando un lenguaje común, com-partido por todos los administrado-res coloniales y las compañías de

Rómulo Rozo, Bachue, 1925. MAMB

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De acuerdo con Anderson, losmuseos, junto a los funcionarios pe-regrinos, el �capitalismo impreso�, elcenso y el mapa, jugaron un papelimportante en la narración de la na-ción moderna.

�El censo, el mapa y el museo...profundamente dieron forma alos modos mediante los cuales elestado-nación imaginósus dominios -la natu-raleza de los seres hu-manos que gobernaba,la geografía de sus te-rritorios y la legitimi-dad de sus ancestros-�6 .

En particular, los mu-seos permitieron a las nue-vas naciones crear mitos deorigen y coleccionar el pa-sado para proveer un sen-tido de lo que constituía lanueva nación y a su vez delo que no le pertenecía.

Este tipo de institucio-nes culturales fueron crea-das por el estado modernopara promover el surgi-miento de nuevos sujetospolíticos y para transformarla población en un recursoútil del Estado; tenían eldoble oficio de narrar lanación y de educar las po-blaciones en los nuevosdeberes gubernamentales.

El Museo Nacional deColombia fue fundado en1824, poco después de lagesta de Independencia. La creaciónde un museo que junto a la exhibi-ción de colecciones, albergara unaescuela para educar a la población enlas nuevas disciplinas científicas ha-bía sido planeada desde 1819. El 24

de diciembre de ese mismo año, Bo-lívar encomendó al vice-presidenteFrancisco Antonio Zea la tarea devisitar las cortes europeas, presentarel nuevo estado y organizar un grupode especialistas que formara el mu-seo7 . El modelo seguido por los crio-llos para la organización del MuseoNacional estaba basado en el MuseoFrancés que se inauguró en 1793 y

que también combinaba la exhibi-ción de objetos, la investigación y ladocencia.

La siguiente nota apareció en eldiario oficial el 18 de agosto de 1824,

anunciando su fundación el 4 de ju-lio del mismo año8:

Tenemos el placer de anunciar alpúblico que el día 4 del corrientese abrió el museo de historia na-tural. S.E. el vicepresidente conlos secretarios del interior y de laguerra y alguna comitiva concu-rrieron á la apertura. El museo en

su infancia posee ya algu-nas cosas raras; las siguien-tes son las principales. Unacolección de mineralesarreglada según el sistemadel celebre Hüy [sic], en laque se encuentran algunasmuestras singulares por sucristalización y escasez. Lamayor parte de estos mine-rales viene de Europa y deotras partes muy remotas.Tiene algunos pedazos dehierro meteórico encontra-dos en diferentes partes dela República y analizadospor los señores Rivero yBoussengoult [sic]. Muchoshuesos de animales desco-nocidos sacados de Soachaque son muy curiosos porsu tamaño. Una momiaencontrada cerca de Tunjacon su manta bien conser-vada, y se supone tener másde 400 años. Algunos in-sectos de estraordinariahermosura. También poseevarios mamíferos, reptiles,peces y algunos instru-mentos muy bien hechos.Tiene además el estableci-miento un laboratorio y

sala de dibujo. Deseoso el gobier-no de fomentar un establecimien-to que es indispensable parapropagar las luces, y ver al mis-mo tiempo reunidos en la capitaltodas las producciones de la Re-

Ignacio Gómez Jaramillo (1910-1970), Maternidad de laliberación de los esclavos, 1937. MAMB

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pública; encarga á los intendentesgobernadores, curas, jueces polí-ticos, y alcaldes remitan todasaquellas cosas curiosas, comominerales, animales, pájaros, in-sectos, reptiles, peces, conchas,etc., etc.: los que puedan venirvivos serán más apreciables; de locontrario se enviarán del modoposible, teniendo siempre cuida-do de remitir los animales con suscabezas y pies, los reptiles y pecespueden remitirse en aguardiente,y los insectos clavados con alfi-leres, poniéndoles en cajonesmuy bien cerradosen los que se pondráun poco de pimien-ta ó tabaco para quelos insectos no da-ñen los esqueletos.Se espera que con laayuda de dichaspersonas en algunosaños la capital deColombia podrárivalizar con los ga-binetes de las nacio-nes europeas...9 .

Sherman y Rogoffhan señalado que �to-das las estrategias de ex-hibición de los museosincluyen concepciones, a menudoignoradas, acerca de la comunidad ala cual están dirigidos�10 . Mi inte-rés en algunos textos y hechos queconciernen a la fundación del Mu-seo Nacional se relaciona con sus na-rraciones de la nación colombiana,así como con sus orígenes yambivalencias. De una parte, es im-portante examinar cómo la primeracolección permanente del museo, asícomo sus intenciones y actividadesprincipales, combinaban la narrati-va de América creada por el Impe-rio español, a través de la Historia

Natural y las expediciones natura-listas, con los discursos ilustrados delestado y la cultura. De otra parte, lafundación del Museo Nacional di-fiere de las rutas convencionales quedieron origen a los museos en lo quehace referencia a su papel en la cons-trucción pública del conocimiento,al establecimiento del poder guber-namental del estado moderno y a laformación del ciudadano.

El museo público europeo seña-la el paso de las estrategias jurídicasdiscursivas del poder hacia las �tác-

ticas multiformes� del poder guber-namental moderno, mediante lacreación de espacios públicos dis-ciplinarios para la vigilancia y elcontrol de la población. El MuseoNacional, por su parte, debido a suesfera restringida de acción así comoa sus dificultades iniciales, se fueconvirtiendo en un archivo viejo eincompleto de las producciones na-turales del país11 , incapaz de convo-car a la población en torno a losvalores para los que había sido crea-do. Fue necesario esperar hasta fi-nales del siglo XIX para que el

Museo pudiera consolidarse comouna institución cultural, gracias, enparte, a las condiciones políticas he-redadas de la Constitución de 1886y a la consolidación de algunas dis-ciplinas científicas que más tardeformarían parte de su discursoinstitucional.

A primera vista, la narración deuna nación parece ser una represen-tación unificada de la identidad na-cional. Sin embargo, en medio delas luchas políticas y atravesada porasuntos de género, clase y etnicidad,

la nación es siempre lanarrativa que una cla-se particular o comuni-dad crea no sólo paraconvocar a la pobla-ción o a otros grupossociales, sino tambiénpara crear nuevasformas de identidad ydiferencia. El recono-cimiento de la nacióncomo una narraciónha fracturado la pre-tensión historicista deconsiderarla como unarealidad fijada en lalinealidad de la socie-dad occidental. En sulugar, narrar la nación

es un sistema de significación cul-tural, una representación de la vidasocial. La nación como una narra-ción �contesta la autoridad tradicio-nal de aquellos objetos nacionalesde saber -la Tradición, el Pueblo, laRazón del Estado, la Cultura, porejemplo- cuyos valores pedagógicosreposan a menudo en la represen-tación de un concepto holísticoubicado en una narrativa evoluti-va de la continuidad histórica�12 .

Sin embargo, valdría la pena pre-guntar: ¿Cuáles son las fronteras de

Ignacio Gómez Jaramillo, 1933. MAMB

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la escritura metafórica de la nación?¿En vez de su historicidad, cuáles sonsus temporalidades, sus ambiva-lencias? Reconociendo la inestabili-dad del significado en el lenguaje,¿cómo dar cuenta de las luchas con-tinuas entre la pulsión totalizante dela narrativa de una nación y las frac-turas y dispersiones producidas por ladiferencia cultural?

Pues la nación, como una formade elaboración cultural (en el senti-do gramsciano), es una instan-cia de narración ambivalenteque mantiene a la cultura ensu posición más productiva,como una fuerza para subordi-nar, fracturar, difundir, repro-ducir, así como para producir,crear, forjar, guiar13 .

Sería entonces necesariodar cuenta de las tempora-lidades donde se inscriben esascomunidades imaginadas, asícomo las ambivalencias y me-canismos empleados en la ta-rea de narrar una nación. Darcuenta no sólo de su instanciapedagógica, su pretensión derepresentación total de unaidentidad dada, sino tambiénde sus fracturas, fisuras por lascuales la narración se muevede un significado estable hacialos conflictos producidos por sucontinua dispersión. Por ejem-plo, es importante dar cuenta decómo la narrativa de una nación in-voca al pueblo como depositario delpoder político, mientras lo excluye através de la creación de nuevas for-mas de diferenciación social y cultu-ral, esto es, ofreciendo el saber comoun bien público y al mismo tiemporestringiendo su acceso a través dediscursos sobre los objetos que impli-can una cierta educación para apre-

vas conductas civiles, sino que buscóreconocer, precisamente por la situa-ción conflictiva de los criollos, quesu relato de nación, más que una na-rración compartida por los grupossociales de la nueva República, faci-litó el control de la diferencia inter-na (mestizos, mujeres, negros eindígenas) y la inserción del nuevoestado en las condiciones imperantesdel capitalismo moderno.

Expediciones,colecciones ynuevas tierras

Mauricio Nieto afirma que�durante el siglo XVIII los via-jes de exploración se convir-tieron en un centro de interéspúblico, político y comercialde las élites europeas....la his-toria natural, la recolección ycatalogación de objetos natu-rales, se constituyeron en laexpresión de un proyecto po-lítico de expansión y apropia-ción�14 . Examinando losorígenes de la explicación delnuevo estado, y teniendo encuenta el carácter de su prime-ra colección permanente, elMuseo Nacional construyóuna narrativa de nación ínti-mamente relacionada con �losintereses de las potencias eu-ropeas en la Historia Natural,

la cartografía, la producción de flo-ras y herbarios que era una expresiónde su compromiso por mantener y ex-pandir su control sobre el mundo�15 .

Desde el siglo XV los imperiosoccidentales habían estado preocu-pados por explorar nuevas tierras enla búsqueda de oro y plata. Sin em-bargo, en el siglo XVIII aparece unnuevo tipo de exploración domina-

ciarlos. De igual manera, teniendo encuenta la importancia dada porAnderson al �capitalismo impreso�en la formación de la nación, seríaimportante notar que el acceso a losperiódicos era restringido a aquellosque tenían la habilidad de leer, y quepara aquellos tiempos, eran casi ex-clusivamente los criollos. Debido ala posición ambivalente de éstos, talcomo es presentada por Anderson, sunarrativa de nación y las institucio-nes culturales creadas para tal fin fue-

ron orientadas sobre todo a dar res-puesta a las demandas del orden in-ternacional, más que a convocar a losgrupos sociales internos. Esto noquiere decir que la nueva nación co-lombiana no empleó más adelante susestrategias pedagógicas para educar ala población en torno al pasado he-roico de la independencia, ni ejerciósus poderes gubernamentales para laeducación de la población en las nue-

Cecilia Porras, ilustración: Todos estábamos a la espera,de Cepeda Samudio, 1954

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da por la Historia Natural y la Me-dicina. El propósito fundamental dela Historia Natural era hacer fami-liares los objetos extraños, transfor-mar la naturaleza en algo accesibley controlable, lo cual parecía ser elproceso general seguido por las so-ciedades occidentales después de laconquista de pueblos remotos. Estamanera taxonómica de apropiar elNuevo Mundo fue llevada acabo precisamente cuando elsentido de fascinación produ-cido por el paisaje y la pobla-ción de América disminuyó.La Historia Natural dio for-ma a una racionalidad quepermitió incorporar lo nuevodentro de un orden de cosasdominado por una compren-sión taxonómica del univer-so. El interés del Imperio enla botánica buscaba mejorarlos usos de las plantas en lostratamientos medicinales ycompetir en el mercado far-macéutico16 . Sin embargo,concentrado casi exclusiva-mente en el control de losmercados de productos natu-rales, el Imperio español fueincapaz de entender y seguirlas condiciones que tenían lu-gar en la economía europea,interesada en los usos de losrecursos naturales para la ex-pansión de la industria.

Teniendo en cuenta el in-terés de los criollos por inser-tar la nueva República dentro de lascondiciones económicas imperantes,así como su comprensión del terri-torio desde una perspectiva natura-lista, la presentación de la nacióncolombiana a través de la exhibiciónmuseológica se hizo dentro del ordenproveído por la Historia Natural y através de la narración del territorio

creado por las expediciones españo-las. Así, los criollos, pese a su recha-zo a España, sólo pudieron usar lanarración española, que era la úni-ca disponible. La colección perma-nente del Museo estuvo formada porun conjunto de animales, plantas yminerales, necesarios para exhibirla riqueza de la nación. Como se-ñala Mauricio Nieto,

Durante el siglo XVIII cualquiercentro cultural que se respetaradebería poder mostrar coleccio-nes de especímenes naturales,plantas, animales o minerales delugares remotos. Coleccionistasaristócratas empiezan a satisfacersus intereses y capacidades ad-quisitivas no sólo con obras de

arte, sino con curiosidades de lanaturaleza, plantas fósiles, ani-males disecados, conchas, mine-rales o insectos, muchas vecesadquiridas a precios elevados17 .

De tal manera que junto al usode la narrativa de nación heredadade las expediciones españolas, loscriollos hicieron también uso del ca-

rácter privado y el estilo de lascolecciones de aristócratas eu-ropeos para presentar un esta-do público.

Es también importantenotar la ausencia casi total delos objetos que más tardeconstituirían el centro deinterés de disciplinas como laantropología y la arqueo-logía. El museo modernosurgió de las colecciones pri-vadas para hacer público elpoder y la riqueza del Estadoy para educar a la poblaciónen los pasados gloriosos de lasnaciones; a diferencia de losmuseos europeos y de los deaquellos nuevos estados apa-recidos después de la desco-lonización, cuyo interésconsistía en exhibir su pasa-do y su herencia cultural alpúblico, el Museo Nacionalexpresaba las intencionescriollas de ignorar las tradi-ciones locales y de ser reco-nocidos como parte de unnuevo orden de cosas que do-

minaba el mundo después de la Re-volución Francesa.

Es como si la nueva Repúblicadeseara olvidar (o prevenir) el pasa-do precolombino, afro-colombiano ycolonial para crear una narrativa desí misma que invitara a los nuevosestados, distintos de España, a des-

Bernardo Salcedo (1939), El viaje, 1975.Biblioteca Luis Angel Arango de Bogotá

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cubrirla. Más que un pasado históri-co, con suficientes bienes culturales,los criollos presentaron la nacióncomo un lugar natural, fuera del tiem-po histórico y disponible para dar res-puesta a las nuevas condicioneseconómicas.

Entre el gabinete decuriosidades y laepisteme moderna

De acuerdo con Eilean Hooper-Greenhill, la historia de las coleccio-nes privadas y los museos públicospuede ser rastreada desde el Gabine-te de Curiosidades del Príncipe has-ta el museo público del estadomoderno, representando las sucesivasrupturas y discontinuidades dentro delas diferentes estructuras del conoci-miento18 . Teniendo en cuenta la

noción de episteme desarrollada porFoucault, Hooper-Greenhill identi-fica tres epistemes que pueden orga-nizar la historia de las colecciones ylos museos: la renacentista, la clásicay la moderna. Aunque el Museo Na-cional de Colombia surgió a la luz delas profundas transformaciones sufri-das por las colecciones privadas enEuropa y de los desarrollos de laepisteme moderna, su colección semueve entre el Gabinete de Curiosi-dades del Príncipe, la obsesióntaxonómica de la colección privadaclásica y la necesidad por establecerlas relaciones orgánicas entre las co-sas, propias de la episteme moderna.Pensada como la representación dela nueva nación, la primera coleccióndel Museo combina diferentes formasde entender el conocimiento y, a suvez, diferentes representaciones de lanación.

El carácter de gabinete de cu-riosidades implícito en la colecciónreposa en el interés de los organi-zadores de provocar la fascinaciónen los espectadores, así como en elénfasis marcado en las cualidadesexóticas de los objetos incluidos enel nuevo museo. Como varios au-tores han analizado, el gabinete decuriosidades está relacionado con laempresa europea de coleccionar elmundo durante los siglos XV y XVI.Se relaciona también con la cons-trucción de la diferencia como unarepresentación basada en lo exóti-co, lo extraño, lo inexplicable. Losgabinetes fueron creados a partir dela colección de objetos exóticostraídos por viajeros para el placerde los príncipes y soberanos de lascortes europeas. Teniendo en cuen-ta las diferencias marcadas entreesas �cosas raras�, así como el asom-

Enrique Grau (1920), BLAA

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Luis Angel Rengifo (1908-1986), Piel al sol, 1963. MAMB

las taxonomías, las clasificacionesy las jerarquías del saber, del otro,el material crudo provisto por la na-turaleza para el análisis en divisio-nes y distribuciones20 . La tradicióniconográfica de la episteme clásica,por la cual una cierta forma de vi-sibilidad proveía el conocimientodetallado de las especies y su clasi-ficación bidimensional, imprimiósu carácter a la organización de laExpedición y a sus resultados. A di-ferencia de las Expediciones deMéxico y Perú que incluyeron dosdibujantes, la Expedición Botáni-ca de Mutis llegó a tener diecinue-ve dibujantes encargados de ilustrarlos ejemplares botánicos. De igualmanera, mientras la expedicionesde Perú y México coleccionaron dosmil imágenes, la Expedición Botá-nica de Mutis llegó a tener una co-lección de más de seis mil imágenesde las plantas del Nuevo Reino deGranada21 .

bro por el encuentro con culturasajenas, la episteme renacentista in-sistía en el estudio de las similitu-des entre las cosas, similitudes quesegún Foucault podrían ser catalo-gadas como �conveniencia�, �emu-lación�, �analogía� y �simpatía�19 .Era una forma de convertir lo dife-rente en lo mismo. La invitación ala población para que �remita to-das aquellas cosas curiosas, comominerales, animales, pájaros, insec-tos, reptiles, peces, conchas, etc.,etc.,� con la promesa de ser colec-cionadas y estudiadas de acuerdocon las más modernas tecnologíasdel saber, es una representación deuna nación que se define a sí mis-ma como un lugar exótico, para serdescubierto y coleccionado, y sinembargo una nación que es capazde ubicar lo exótico y lo extrañodentro de las corrientes de pensa-miento que para aquella época es-taban sobre todo preocupadas conla resemblanza, el parecido.

La presencia de la episteme clásicase expresa en el carácter taxonómicode la colección, heredado de la Ex-pedición Botánica. En sus inicios, laExpedición fue organizada bajo losprincipios de la Historia Natural,pero más adelante, con la inclusiónde nuevos miembros formados en eldesarrollo de la ciencia y el sabermodernos, la expedición giró haciauna comprensión más renovada de lanaturaleza y hacia una relacióndiferente entre ésta y los recursoseconómicos.

La perspectiva de la HistoriaNatural cuyo interés fundamentalera la clasificación taxonómica dela naturaleza, era una estructura delconocimiento que daba más priori-dad al orden, a través de la mediday la composición de series jerárqui-cas. Conocer era discriminar, y estadiscriminación tenía lugar a travésde la separación de interminablesparecidos en dos partes: de un lado,

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Un orden clásico de objetos, or-ganizado por taxonomías y represen-taciones bidimensionales de lanaturaleza puede ser explorado en lacolección del Museo y en su exhibi-ción, analizando la importancia dadaa la clasificación de la naturaleza enreinos y a la invitación a la pobla-ción a enviar �cosas curiosas�. Reco-nociendo la fascinación producidapor el carácter de las nuevas tierras,el Museo deseaba inscribir estas nue-vas diferencias dentro de un ordende cosas dado por la Historia Natu-ral. A diferencia de la epistemerenacentista preocupada por el esta-blecimiento de similitudes, laepisteme clásica se preocupaba por ladiscriminación sobre la base de ladiferencia. Siguiendo la tradicióniconográfica y bidimensional de laepisteme clásica, el nuevo museo te-nía su propia sala de dibujo, una he-rramienta crucial para crear una tablade clasificación que surgió como laestructura básica del conocimiento.El Museo narraba una nación que

además de ser discriminada revelan-do su esencia única, pudiera ser ubi-cada en un orden comparativo deobjetos y naciones.

La Expedición fue diversificandosus intereses a partir del ingreso deun nuevo grupo de especialistas. Jun-to a la sección de botánica estabanahora la zoología y la astronomía.Estos nuevos centros de interés fue-ron cambiando las perspectivas y lospropósitos de la Expedición de laHistoria Natural hacia una compren-sión más moderna del rol de la cien-cia en el desarrollo económico.Francisco José de Caldas, miembrodesde 1805, aseguraba: �Volvamosnuestros ojos sobre nosotros mismos,registremos los departamentos denuestra propia casa, y veamos si la dis-posición interna de esta Colonia co-rresponde al lugar afortunado queocupa sobre el globo�22 .

Por último, en 1802, FranciscoAntonio Zea escribió el �Proyecto de

Reorganización de la ExpediciónBotánica�23 siguiendo el interés delos nuevos miembros y algunas críti-cas al viejo proyecto organizado porMutis. En particular, criticaba la dé-bil relación entre la Expedición y losusos prácticos para la colonia y lametrópoli, afirmando que �sus traba-jos son puramente botánicos, sin re-lación alguna a la agricultura, laeconomía ni a las artes�24 . Zea bus-caba darle una nueva orientación ala Expedición hacia la producción deun conocimiento más aplicable a laeconomía:

¿Quién duda de que el descubri-miento de una planta medicinalo sea de cualquier uso en las arteso en la economía, es más aprecia-ble que el de otra, cuya fructifica-ción excite la admiración debotánicos? No por eso deben aban-donarse los trabajos dirigidos al ade-lantamiento y rectificación de laciencia. Primero lo útil y luego locientífico, es lo que se desea25 .

Gonzalo Ariza, 1934. MAMB

85NÓMADAS

Zea estaba convencido del papelde la agricultura en el contexto eco-nómico internacional, así como dellugar que la nueva República ocupa-ría en el nuevo orden. Estaba cam-biando la idea de coleccionar yordenar �cosas curiosas� de acuerdocon la taxonomía de la HistoriaNatural, por la creación de cultivosexperimentales para hacer observa-ciones acerca de sus condiciones y delas técnicas para mejorar suproducción.

Al transformar la Expe-dición, organizando un ins-tituto de investigación queinvitara a especialistas deEuropa y desarrollara unanueva relación entre el sa-ber sobre las nuevas tierrasy las condiciones económi-cas imperantes, Zea leimprimía un carácter mo-derno al conocimiento y ala organización del Museo.Lejos de la organizaciónbidimensional de la epis-teme clásica, que compren-día las cosas como piezasvisuales que se movían enun tablero de jerarquías deun nivel, la episteme moder-na comprendía el mundocomo estructuras orgánicascon una variedad de nive-les diferentes de compleji-dad y de relaciones entreellas, algunas a un nivel yotras a uno distinto26 . Elsurgimiento de la epistememoderna está vinculadocon el desarrollo de la rela-ción entre saber y poderadelantado por el capitalismo indus-trial y el estado moderno. La apari-ción de este nuevo sistema de verdadintenta suplir las demandas de unnuevo orden económico, así como

Norman Mejía (1938), La horrible mujer castigadora,1965. BLAA

la necesidad de una nueva compren-sión de la relación entre la pobla-ción y el estado.

Haciendo eco de estos procesossociales que ocurrían en el mundo,los criollos organizaron el Museo paraque fuera reconocido como la expre-sión de una joven nación, así comola de un estado moderno capaz deatender los compromisos del nuevo

orden mundial. La idea de combinarla exhibición de objetos y la investi-gación era ya una expresión del im-pacto de estas nuevas corrientes depensamiento en las comunidades

criollas. Además, la creación de uninstituto de investigación en el Mu-seo refleja el interés criollo de edu-car a la población en las nuevasdisciplinas y en sus aplicaciones a lasdemandas económicas del mercadointernacional.

La narrativa de la nación colom-biana detrás de la primera coleccióndel Museo Nacional de Colombia

está inscrita en medio deambivalencias, límites ycontradicciones. Pese al re-chazo consistente de loscriollos a la tradición espa-ñola, su narrativa de la na-ción recién independizadaempleó la representacióndel territorio creada por latradición expedicionaria delImperio español, adecuadaa las demandas por recursosnaturales de la creciente in-dustria capitalista. Aunqueunitaria de manera aparen-te, la narrativa del Museocombinó formas mixtas deexplicar la nación, represen-tándola como un lugar na-tural, exótico y sin embargo,dirigido por una casta capazde dar respuesta a las nue-vas demandas del orden in-ternacional. Por último,debido a la situación am-bivalente de los criollos conrespecto a su diferencia in-terna, el carácter público delMuseo, carácter que lo ins-cribe en el propósito gene-ral de las instituciones yprácticas culturales moder-nas de crear una mejor eco-

nomía del poder, no fue pensado paraconvocar la población interna. En sulugar, el Museo fue planeado paraproducir una narrativa de nación quepermitiera a los criollos ubicar la ri-

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queza del territorio dentro de las nue-vas taxonomías del poder.

Reconocer los márgenes am-bivalentes de la nación, es prevenirque ésta sea representada como unaidentidad esencial, como una narra-tiva fundacional que captura en sutotalidad el núcleo interior de lashistorias y los deseos de la población.Precisamente, es el reconocimientodel pueblo como el límite de la na-ción como narración, donde laspulsiones absolutistas y esencialistasdel Yo se desvanecen y los múltiplessignificados de la nación son inter-pelados y algunas veces negociados.Narrar la nación implica tener en

cuenta no sólo el momento del con-senso, ese momento pedagógicodonde se crea un sistema de verdadque abre la construcción de una nue-va civilización en el sentidogramsciano, sino también al mo-mento del disenso, ese momentodonde el sistema se fractura por lairrupción de contra-narrativas ynuevas formas de construir signi-ficaciones culturales. Estudiar laambivalencia de las narrativas denación es establecer las fronteras cul-turales de la nación, reconociéndo-la como un �espacio continente desentidos que deben ser cruzados, bo-rrados y traducidos en los procesosde producción cultural�27 .

Citas

1 B. Anderson, Imagined Communities.Reflections on the Origin and Spread ofNationalism, Edición Revisada, London,Verso, 1991, p.50. Todas las traduccionesdel inglés son mías.

2 Ibid., p.48.3 Ibid., p.51.4 Ibid., p.62.5 J. Lynch, The Spanish American Revolutions

1808-1826, New York, W.W. Norton &Company Inc., p.192.

6 B. Anderson, Ob. cit., p.164.7 J. De Mier, La Gran Colombia, Tomo I,

Bogotá, Presidencia de la República,1983, p.61. Citado por M. Segura, Itine-rario del Museo Nacional de Colombia,Tomo I Cronología, Bogotá , 1995, p.29.

Segundo Galvis, Mezclote. c. 1974

87NÓMADAS

8 La fecha escogida no es coincidencialal aniversario de la Independencia delos Estados Unidos. Los organizadoresla escogieron para celebrarla. El movi-miento de independencia de los Esta-dos Unidos fue crucial en la narraciónde las naciones latinoamericanas ya queéste funcionaba como un modelo a se-guir. Por ejemplo, la Constitución de laPrimera República de Venezuela (1811)fue en muchos lugares copiada íntegra-mente de la de los Estados Unidos. Mur.Bolívar, p.131.

9 Gaceta de Colombia, Bogotá, No. 114,18.7.1824. Citado por M. Segura, Ob. cit.,p.52.

10 D. Sherman and I. Rogoff, MuseumCulture: Histories, Discourses, Spectacles,Minneapolis, University of MinnesotaPress, 1994, XVII.

19 M. Foucault, The Order of Things, 1970,XV. Citado por E. Hooper-Greenhill, Ob.cit., p.74.

20 M. Foucault, Ibid., p.15.21 O. Restrepo, Ob. cit., p.205.22 F. J. de Caldas, Obras Completas, Bogotá,

Universidad Nacional de Colombia,1966, p.189. Citado por O. Restrepo, Ob.cit., p.206.

23 Citado por J. Amaya, La Real ExpediciónBotánica del Nuevo Reino de Granada, Bo-gotá, Universidad Nacional de Colombia,1982, p.45.

24 Ibid., p.45.25 Ibid.26 Ibid., p.17.27 H. Bhabha, Ob. cit., p.4.

11 O. Restrepo, �El Tránsito de la Histo-ria Natural a la Biología en Colombia.1784-1936�, en: Ciencia, Tecnología yDesarrollo, Vol. 10, No. 3-4, Bogotá,1986, p.229.

12 H. Bhabha, Nation and Narration, Londonand New York, Routledge, 1990, p.3.

13 Ibid., p.14.14 M. Nieto, �Políticas Imperiales de la Ilus-

tración Española: Historia Natural y laApropiación del Nuevo Mundo�, en: His-toria Crítica, No. 11, p.39.

15 Ibid., p.40.16 Ibid., p.39.17 Ibid., p.40.18 E. Hooper-Greenhill, Museums and the

Shaping of Knowledge, London and NewYork, Routledge, 1992, p.12.

Marco Ospina, Mujer, 1959. MAMB