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NÓMADAS 24 DE AL MASSIRA AL BIRM: CRONICA DEL CONFLICTO ENTRE LOS NOMADAS SAHARAUIS Y EL REINO MARROQUI Carlos Mario Valenzuela Tamayo* Edición Oscar Darío Forero Usma** Durante cada misión, este colombiano ha escrito sendas cartas, para compar- tir con amigos y familiares sus vivencias y sus lecturas de los procesos. Con su autorización, el equipo de redacción de Nómadas ha editado la carta que escribió sobre la identificación electoral de los nómadas saharauis que podrían eventual- mente participar en el referendo por la autodeterminación de este pueblo del Sahara Occidental. Se ha procurado mantener el tono epistolar, en que el autor mezcla la calidez narrativa con una gran capacidad analítica e interpretativa. * Doctor en Ciencias Económicas, D.A. en Economía del Desarrollo, Maestría en Economía del Desarrollo, D.EM.G en Ciencias Económicas y Maestría en Lingüística. Actualmente es Consultor de Naciones Unidas para procesos electorales. ** Docente-investigador de la especialización en Comunicación-Educación del Departamento de Investigaciones de la Universidad Central y candidato a magister en Planificación y Ad- ministración del Desarrollo Regional de la Universidad de Los Andes.

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NÓMADAS24

DE AL MASSIRA AL BIRM:CRONICA DEL

CONFLICTO ENTRE LOSNOMADAS SAHARAUIS

Y EL REINO MARROQUI

Carlos Mario Valenzuela Tamayo*

Edición Oscar Darío Forero Usma**

Durante cada misión, este colombiano ha escrito sendas cartas, para compar-tir con amigos y familiares sus vivencias y sus lecturas de los procesos. Con suautorización, el equipo de redacción de Nómadas ha editado la carta que escribiósobre la identificación electoral de los nómadas saharauis que podrían eventual-mente participar en el referendo por la autodeterminación de este pueblo del SaharaOccidental. Se ha procurado mantener el tono epistolar, en que el autor mezcla lacalidez narrativa con una gran capacidad analítica e interpretativa.

* Doctor en Ciencias Económicas, D.A. en Economía del Desarrollo, Maestría en Economíadel Desarrollo, D.EM.G en Ciencias Económicas y Maestría en Lingüística. Actualmente esConsultor de Naciones Unidas para procesos electorales.

** Docente-investigador de la especialización en Comunicación-Educación del Departamentode Investigaciones de la Universidad Central y candidato a magister en Planificación y Ad-ministración del Desarrollo Regional de la Universidad de Los Andes.

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25NÓMADAS

Camp Dakhla, 23 diciembre de 1997

Queridos todos:

¡Asalaam Alekum! ¡Saludosdesde el Sahara! Aunque un pocollenos de arena, estos saludos vanfelices, porque creo, sin mucho ries-go a equivocarme, que de todos loslugares adonde me han llevado mistrabajos onuasíanos, este es el quemás le interesaría a la mayoría deustedes. Es que el Sahara es unamaravilla maravillosa (sin temor aredundancias). El encanto viene dellugar, del Sahara. Estoy contentoaquí, me han mandado a la mitaddel desierto, a un campo de refugia-dos a 250 kilómetros de Tindouf,en el oeste de Argelia. Aún cuandolas condiciones no son las mejores,el aislamiento y la magia de este si-tio me tienen absolutamente encan-tado. El trabajo como miembro dela Comisión de Identificación parael referendo no es exactamente loque me había imaginado, pero tam-poco carece de interés.

la misión no me esperaba; yo inge-nuamente buscaba por mi cuenta lasalida internacional para continuarcon mi vuelo al �Sahara Occidental�y, con cara de piedra y sin asomos desonrisa los oficiales me hicieron sa-ber que �la provincia del Sahara for-ma parte integral del reino deMarruecos� y que, por tanto, el vue-lo a El Aiún (su capital) es nacional.Para mi fortuna, casi inmediatamenteme topé con el representante de laMINURSO2 , y más importante, conPascal, un buen amigo francés deUNOMIL. Ellos me sacaron de líosy de allí en adelante me dejé llevarcomo oveja mansa.

El Aiún está en pleno desierto, aunos 25 kilómetros del mar. La ciu-dad es nueva y muy �moderna� parami gusto, tiene un ambiente tranqui-lo, agradable y con suficiente movi-miento como para no ser aburrida.Por esta época el clima es ideal: ca-lor seco y moderado durante el día,fresco por las mañanas y las noches(hay que ponerse saco y todo, es unamaravilla), brisa constante, cielo azultotal, estrellado por la noche: es el

Desde aquí, en nuestra base em-polvada y seca en medio de rocas yarena, me siento a años luz del Ho-tel África y su inusitado décor desurrealismo africano. No es que estémuy lejos de la costa liberiana. Peroel mar, la humedad y el despelotede la humanidad negra y simpáticade Monrovia1 quedaron atrás. Aquíse respira un aire seco y sereno, lapoblación es más apacible y miste-riosa. Sigo trabajando en Africa,pero en otra, muy distinta a la queya me había acostumbrado.

Llegué hace unas pocas semanas.Mi pasada por Bogotá, como ya esdesafortunada costumbre, fue dema-siado breve y apenas me di cuentaque había llegado, cuando ya estabaembarcándome para el Sahara. EnMadrid perdí la conexión por retra-so del vuelo y, en lugar de seguir aCasablanca, me tocó pasar allí unanoche; como andaba cansado y conmaleta rota, el cambio no me moles-tó para nada. Al otro día, en el aero-puerto de Casablanca, empecé malmi relación con Marruecos. Como nollegué a tiempo, el representante de

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Esas dos percepciones sobre ElAiún resumen el conflicto que nostiene aquí reunidos. Mi trabajo aquígira en torno a la identificación devotantes para la eventual realizaciónde un referendo. En Nueva York mehabían descrito un trabajo focalizadoen políticas y estrategias. Sin embar-go, aquí la cosa pinta muy distinto.Se trata de una instancia operacio-nal donde la mayoría de los funcio-narios va al terreno a decidir casopor caso si la persona tiene derechoa votar. La idea no me apasiona, puesyo siempre he preferido la planeacióny la coordinación de las operacionesa la implementación directa de acti-vidades (como buen neivano, diránalgunos). Sin embargo, pienso quepuede ser muy divertido; es una bue-na manera de conocer directamentela situación y de aprender montones.Además, el contacto directo con loslugares y la gente me ha hecho mu-cha falta en las últimas misiones.

La primera semana fue de capa-citación y la pasé de película, cono-ciendo el lugar y aprendiendo; a pesarde que en MINURSO es política quea los recién llegados se les deja en ElAiún aclimatándose por un tiempo,en medio de la capacitación me lla-maron los jefes y me anunciaron queme mandaban a Camp Dakhla, uncampo de refugiados saharauis en lazona de Tindouf. El viaje tenía queser rápido (¿cuándo no?), al otro día.Pero según ellos no tenía por qué pre-ocuparme, mi estadía sería de una se-mana. A mí ni se me había ocurridoque tendría que haberme preocupa-do por algo, así que cuando me dije-ron que no me preocupara, pues...¡me preocupé! Averiguando supe queese campamento tenía una reputa-ción terrible, era el más lejano detodos y el viaje en carro es complica-do. Habían tenido muchos problemas

�invierno�, delicioso. Las condicio-nes de vida tampoco son como noslas habían descrito antes de llegar.La ciudad tiene electricidad, agua, ca-lles pavimentadas, se encuentra detodo. Los marroquíes han invertidomucho dinero en la zona en los últi-mos veinte años y los resultados seven: nada que ver con una Monroviadestruida y en ruinas. El sitio es unaverdadera belleza, rodeado de dunasmaravillosas, olas de arena en per-petua mutación: un espectáculo. Mealojaron en el hotel más elegante,bastante charro pero sin el humorsurrealista del Hotel África. La ha-bitación y la alimentación son gra-tis, pagados por el Rey de Marruecos.

El Aiún (Laayoune en inglés yfrancés, Al�Ayun en árabe) fue fun-dada por los españoles ya bien en-trado este siglo para que sirviera decapital administrativa de su colonia,el Sahara Español. Ahora quedanmuy pocas señas de la presenciaespañola, y en los últimos años laciudad se ha �marroquinizado�montones, amén de la presencia delos militares del ejército real. Ma-rruecos ha promovido la migraciónde millares de personas no-saha-rauis, cambiando así la estructurademográfica y el ambiente de la ciu-dad. El Aiún pasó así de ser un pue-blo dormido a una ciudad pequeñapero pujante, centro militar, orgu-llo de Marruecos que hace alarde desu �prosperidad� como un ejemplomás de los beneficios de perteneceral reino. Para el Frente Polisario,en cambio, El Aiún de hoy en día seha convertido en un símbolo de laocupación marroquí, una ciudad re-primida y triste, llena de �extranje-ros� y fuerzas de ocupación, cuyoshabitantes nativos están en su granmayoría condenados a vivir en elexilio.

para lograr que alguien aceptara irse,porque las condiciones de vida losahuyentaban. Acababan de reabrir labase esa semana, pero ya un miem-bro de la Comisión se había enfer-mado y había que remplazarlourgentemente. Acepté ir a lo más le-jos de lo más lejos, y aquí estoy enCamp Dakhla, en medio del desiertoargelino, feliz y encantado de la vida.

De cierta manera es irónico quedesde que llegué a la misión de Na-ciones Unidas en el Sahara Occiden-tal, la mayor parte del tiempo la hepasado en... ¡Argelia! Aquí es don-de, huyendo de las tropas y bombasmarroquíes, llegaron los saharauisindependentistas en 1975. En unacto casi sin precedentes, Argeliaapoyó la causa del Frente Polisario,acogiendo los refugiados y entregán-doles terrenos del desierto argelino,para establecer su república en elexilio (la República Arabe SaharauiDemocrática, la RASD).

Como supondrán, al tratar de re-solver un conflicto territorial, hay quetener mucho cuidado al referirse alugares y actores. Al retirarse los es-pañoles de su colonia, los saharauiscambiaron el nombre a Sahara Occi-dental. Sin embargo, a pesar de apa-recer en el nombre oficial de la misión,los marroquíes no aceptan esa deno-minación, prefieren hablar de las�provincias del sur�, o de la �provin-cia del Sahara�. En la misión se haoptado por la denominación más neu-tra de �el Territorio�. El Territoriotiene una zona bajo control marroquíque los del Polisario llaman �zonaocupada�, al resto se refieren como�zona liberada�. Nosotros hablamosde las �zonas al este o al oeste delbirm� (muro de arena construido porlos marroquíes entre las dos zonas).Tampoco se habla de la RASD, sino

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de �el otro lado� o de �la zona deTindouf�. Además, oficialmente nose habla de �los marroquíes� ni �delPolisario� sino de la �parte A� y la�parte B�, respectivamente.

De estas sutilezas no sabía nadacuando nos mandaron a Pascal y amí, en un Antonov hacia Tindouf.Me sentí muy en el Sahara cuandoel Antonov empezó a aterrizar en ple-na arena. Aún más cuando en Smarase subieron al avión cuatro sheikhs(jeques), con sus vestimentas muypropias y sus sendos turbantes y bar-bas, repartiendo en árabe saludos ybendiciones para la tripulación y no-sotros dos. En Tindouf me despedíde Pascal, a mí me esperaba un jeeppara llevarme directamente a CampDakhla. El viaje es de unas tres ho-ras, y fue la primera oportunidad quetuve para apreciar el desierto condetenimiento. Tindouf se veía mu-cho más seco y rocoso que El Aiún,a medida que fuimos avanzando elpaisaje iba volviéndose más agreste,casi lunar. El desierto en que se en-cuentra Camp Dakhla se llamaL�Hamada: el �desierto en el desier-to�. Considerado el centro espiritual(no geográfico) del Sahara. Es unentorno áspero y a primera vista hos-til, es una extensión eterna de pie-dra y arena, donde predomina unpanorama de fin del mundo, de unabelleza eléctrica y muy particular.Nada que ver con el desierto de tu-ristas con las dunas suaves y los oa-

sis de dátiles y palmeras. Seguimosandando en zonas cada vez más agres-tes y de pronto, a lo lejos, vi un pues-to de guardia del Polisario. Paraentonces, ya me sentía en una pelí-cula de aventura de los años 40: sol-dados enturbantados, con susKalashnikov, saludándome en árabey español, deseándome la bienveni-da. Allí, en una hondonada, comouna aparición, estaba el campamen-to, un larguero de algunas casuchasbajitas en barro y piedra, montonesde tiendas (carpas inmensas), y al-gunas construcciones más grandescon torres redondas, exóticas, don-de quedan las escuelas y los edificiosdel gobierno del campamento.

Como les decía, los saharauis de-clararon su república en exilio desdesu llegada a este sitio en 1975. Másimportante, establecieron todo un sis-tema de gobierno, con las instanciasadministrativas necesarias para mane-jar no sólo los campamentos, sino tam-bién su lucha por la independencia yel retorno al Sahara Occidental. Es-tos campamentos son manejados porellos mismos, si bien dependenintegralmente de la ayuda externa.Existe un gobierno �nacional�, esta-blecido en Rabuni, cerca a Tindouf;allí están todas las oficinas públicas,incluyendo ministerios y otras depen-dencias. Además se han organizadocuatro grandes campamentos(wilayas, que en árabe significa algoasí como comuna administrativa),

donde vive repartida la población enexilio. Para darles nombre recupera-ron los de las �ciudades� más impor-tantes del Territorio (El Aiún, Smara,Auserd, Dakhla). Camp Dakhla, ade-más de ser el más aislado, situado cer-ca a la frontera entre Argelia yMauritania, es también el más gran-de de todos los campamentos. Se cal-cula en 60.000 el número dehabitantes. En total, los saharauisexiliados en la zona de Tindouf estánestimados entre 170.000 a 200.000,aunque es difícil saber con certezacuántos son por la falta de estadísti-cas y el constante movimiento entrelos campos y Mauritania.

La tarde de mi llegada yo no sa-lía de mi asombro, al ver ese montónde tiendas en un reguero que sólomás tarde entendí tenía lógica, pueslos habitantes se han agrupado en�barrios� (unidades administrativascon su gobernante). Los �barrios�han tomado el nombre de los pue-blos en el Territorio, situados alre-dedor de la ciudad cuyo nombre llevael campamento. Dakhla es una �ciu-dad� importante en el Territorio, si-tuada en el centro (El Aiún está enel norte, cerca a la frontera con Ma-rruecos) en una entrada al mar y alparecer de los que conocen, es el lu-gar más hermoso del Sahara Occi-dental. Camp Dakhla, muy lejos delmar, está organizada por �barrios�que llevan el nombre de Oum Dreiga,Aargub, Guelta Zemmur.

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Camp Dakhla, enero 23, 1998

Un poco tarde, pero de todas ma-neras les va un gran abrazo de FelizAño. Por estos lados las fiestas fue-ron tan poco emocionantes como lohabía supuesto. Navidades las paséaquí en Camp Dakhla, trabajandonormalmente, yo soy el único nomusulmán, así que ni pavo, nitamalitos, ni regalos. Año Nuevo es-tuvo mejor - me fui con Pascal aMarruecos (Agadir, Marrakech yEssaouira). A pesar de lo que me en-canta estar en Camp Dakhla, siem-pre el aislamiento es un poco intenso,y las salidas a algún lugar distintoson bienvenidas. Me sorprendió vol-ver a ver verde: árboles, flores. Elpaís es bonito, recordaba eso de miprimera pasada por allí hace 21 años.Agadir no me gustó, un gran centrode turismo, réplica en la costa ma-rroquí de cualquier �resort� en Flo-rida. Marrakech, en cambio, esincreíble, me divertí montones en laciudad vieja, perdido en las callesangostas y embobado con el espectá-culo de la legendaria plaza Djenna elFna, donde día y noche se encuen-tran actividades: no sólo vendedores

de cuanta cosa, bailarines y músicosde la zona, sino toda clase de activi-dad esotérica. ¡Las mil y una nochesse quedaron en pañales! En Marrue-cos nos tocó el inicio de Ramadán,el mes de ayuno que se celebra entodo el mundo islámico3 . Vimosmucho movimiento en Marrakeschy Essaouira, pero El Aiún me sor-prendió. En esta ciudad, normalmen-te tan calmada, la gente sale a lascalles a eso de las nueve de la noche,cuando ya han comido, y las callesse vuelven un carnaval completo deanimación por todos lados.

De resto las cosas por aquí vanbien, tranquilas. Todos los días llegaun montón de gente para ser identi-ficada. Tenemos dos equipos de iden-tificación, cada uno compuesto porun oficial de registro y el miembrode la Comisión. En la sala hay variosobservadores: de los marroquíes(�parte A�), del Polisario (�parteB�), de la Organización de UnidadAfricana (OAU). Además están pre-sentes dos sheikhs: uno del lado ma-rroquí (�sheikh A�), otro delPolisario (�sheikh B�): su trabajo esdar testimonio, como jefes de tribu,

sobre si conocen al postulante y si loreconocen como miembro del grupotribal por el que se ha presentado.Se hace una entrevista y después sedecide si efectivamente es la perso-na que dice ser y luego el miembrode la Comisión decide si puede par-ticipar en el referendo o no (�eligibleto vote�) de acuerdo a criteriosacordados por las diferentes partes.Parece sencillo pero puede ser com-plicado, porque ambas partes andancon jueguitos.

Voy a hacer un paréntesis paraexplicar esto de la identificación. Den-tro del �Plan de Resolución� propues-to por la ONU para solucionar elconflicto en el Sahara Occidental, seplantea que el medio de resolver elproblema es a través de un referendoque le permita a los saharauis definirsi quieren la independencia o la inte-gración a Marruecos.4 Una vez las dospartes acordaron llevar a cabo unreferendo para resolver el conflicto,éste se ha convertido en el eje del pro-ceso y en un verdadero nudo gordiano.Lo primero, por supuesto, era deter-minar quién tenía derecho al voto, queen este caso, equivalía a decidir quién

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Por presión de Marruecos, final-mente se ampliaron los criterios deidentificación y se acordaron cinco:el primero es que la persona esté ins-crita en el censo español del 74; elsegundo que la persona pueda probarque era residente en el Territorio du-rante el censo pero por su nomadismono pudo ser censada; el tercero quesea hijo o hija, padre o madre de al-guien censado o residente en el Te-rritorio durante el censo. Hasta ahívamos bien, pero luego se inventaronunos criterios para satisfacer las de-mandas marroquíes: el cuarto dice queno importa donde naciste siempre quepuedas demostrar que tu padre es sa-haraui nacido en el Territorio y elquinto, que puedas demostrar que eressaharaui y viviste en el Territorio seisaños seguidos o doce intermitente-mente, antes del censo. Aún hay des-acuerdos en la interpretación y poreso, la identificación continúa.5

Pareciera, revisando la historiade la implementación del Plan de Re-solución, que la misión ha sido ma-nipulada por Marruecos desde uninicio. Esto se ve en pequeños deta-lles: mi primer día en la misión, alllegar a la sede de la MINURSO loprimero que veo ondeando a la en-trada es ¡una flamante y gigantescabandera de Marruecos! A eso sesuma el hecho de que los �trabaja-dores locales� de la misión son pro-puestos por las autoridadesmarroquíes, y muchos de ellos hansido personas implicadas en asuntosde violencia y tortura contra lossaharauis independentistas. En par-te por la debilidad política y laineficiencia administrativa el proce-so nunca avanzó mucho, pero enverdad, este es un asunto muy com-plicado. El conflicto, que en un prin-cipio podría verse como sencillo deaprehender, es realmente muy com-

plejo, lleno de sutilezas y de tejema-nejes que no permiten el fácil enten-dimiento ni auguran final exitoso. Esnecesario revisar la historia para en-tender la magnitud del problema yvislumbrar todos sus recovecos.

Los saharauis son una mezcla depueblos bérberes propios de la zona yde tribus procedentes de Yemén quellegaron al norte de África en el sigloXIII. En el siglo XVIII ya tenían iden-tidad propia y diferenciada: grupo detribus nómadas llamadas el AhlEssahel. Nunca tuvieron un �estadoindependiente� (concepción más bienoccidental), y eran tribus con sobera-nía. España tomó control de la regiónen 1884, proclamando el �Protecto-rado Español de la Costa Africana delRío de Oro�. Inicialmente se quedóen la costa, que sigue siendo una delas costas más pesqueras del mundo.A pesar de la resistencia saharaui, lapresencia española se propagó, hastallegar en 1920 a la Guera (en el sur,frente a Nouadibhou en Mauritania)y a Smara (en el interior) en 1934.Dividió su colonia (Sahara Español)en dos partes administrativas: Saguiaal-Hamra (norte) y Río de Oro (sur).Luego fundó la capital, El Aiún, yempezó a exportar los fosfatos por losque la región es famosa.

En 1967 se formó el Movimientode Liberación del Sahara, que fue re-primido por las fuerzas franquistas en1970; en 1973 se creó el �Frente deLiberación de Saguia al-Hamra y Ríode Oro� (Frente Polisario) para com-batir el colonialismo español. Desde1966 las Naciones Unidas se intere-saron en la situación del Sahara Es-pañol, pidiendo que se les permitieraa los saharauis ejercer su derecho a laautodeterminación6 ; la ONU sugirióla posibilidad de un referendo a tra-vés del cual los saharauis pudieran

es saharaui. Primer problema, y depeso: inicialmente se podría pensarque saharaui es toda aquella personaque vive en el Territorio. El lío es quese trata de una sociedad nómada, don-de tradicionalmente no se han respe-tado los límites que existen hoy endía entre las diferentes naciones, queson tan sólo producto de una heren-cia colonial. Existe choque entre unparámetro natural (la tribu) y otroarbitrario (las fronteras que hoy de-finen el Territorio de Sahara Occi-dental).

Aquí lo que funciona realmen-te son los lazos de relación de tribu.La sociedad saharaui está compues-ta de unas seis tribus importantes,con varias subdivisiones de grupostribales (fracciones, subfracciones)cada una con sus jefes tradiciona-les, los �sheikh�. Al inicio de losaños 70, España había aceptado,bajo la presión internacional, llevara cabo un referendo sobre la auto-determinación del pueblo saharaui.En 1974 los españoles realizaron uncenso, que se consideró en la épocamuy completo (hoy en día Marrue-cos lo cuestiona mucho). Allí se hizouna tipología de las tribus saharauisque se encontraban en aquel mo-mento en el territorio. El FrentePolisario siempre ha sostenido queúnicamente la gente inscrita en elcenso tiene derecho a votar (unas70.000 personas), mientras que Ma-rruecos insiste en que deben tenerderecho a votar todas las personas�de origen saharaui� (y habla de200.000 a 300.000 electores poten-ciales). Según algunos observadores,la intención de Marruecos es inflarla población electoral para que pue-dan votar todos los colonos que hantraído en las dos últimas décadas,con el fin de que el resultado delreferendo les sea beneficioso.

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insistió en que el derecho a la autode-terminación del pueblo saharaui se-guía intacto. El Rey Hassan II deMarruecos organizó ese mismo díauna gran marcha de civiles para �re-cuperar� el Sahara. Esa �marcha ver-de� (Al Massira)7 fue un eventomajestuoso, tal como lo había queri-do el rey. 350.000 personas física-mente invadieron el Sahara. A lospocos días, los soldados reem-plazaron a los civiles; Es-paña salió delSahara deján-dolo en

m a -nos de

Marruecos yMauritania; estos

procedieron a ocupar laszonas que les �tocaba�. El Frente

Polisario rechazó el acuerdo y pro-clamó la independencia y el nacimien-to de la República Árabe DemocráticaSaharaui, el 27 de febrero de 1976.

A partir de allí se inició la luchaarmada del Polisario para lograr la li-beración del Sahara. Millares desaharauis huyeron ante la ocupaciónmarroquí y se instalaron en el inte-rior del Territorio. Sin embargo, losataques a los civiles los obligaron aseguir cada vez más al interior hastallegar a Argelia, a la zona de Tindouf,donde se les dio la posibilidad de ins-

talar sus campos de refugiados encompleta autonomía y autocontrol.Argelia y Libia continuaron apoyan-do la causa saharaui expresada por elPolisario y ayudaron tanto a los gue-rreros como a los civiles. Frente a loscontinuos ataques del Polisario a las

tropas de Maurita-nia, este país cedió

sus pretensionesterritoriales y

se retiró en1979. Sin

embargo,i n m e -

dia-

tamentedespués Ma-

rruecos ocupó elsur del Territorio (inclu-

yendo la ciudad de Dakhla, enla costa). A pesar de que inicialmen-

te sus tácticas de guerrilla le permi-tieron tener varias victorias, elPolisario pronto se vio en desventajafrente a las fuerzas mucho más nu-merosas y mejor equipadas del ejérci-to marroquí. Marruecos edificó elbirm, un muro defensivo construídode arena protegido con minas y alam-bre de púas que separaba las zonas delTerritorio. Hoy en día, el birm encie-rra, en la zona ocupada por Marrue-cos, dos tercios del Territorio (dondeestán los mayores centros pobla-cionales).

Sin embargo, Marruecos nuncapudo traducir sus victorias militaresen el ámbito diplomático. Por unaparte, es obvio que la rivalidad deMarruecos con Argelia jugó mucho,al decidir esta última apoyar incon-dicionalmente la causa saharaui. La

decidir su suerte. España aceptó, y en1974 llevó a cabo un censo de pobla-ción con miras a organizar el refe-rendo en 1975. Marruecos, por suparte, siempre había tenido pretensio-nes territoriales sobre toda la costanoroccidental de Africa, incluyendoMauritania y llegando hasta Senegaly zonas de Malí (concepto del �GranMarruecos�). En 1970 abandonó suspretensiones sobre Mauritania, perosiguió con su mira puesta en el Sahara.Durante los 60, armó un frente uni-do con Argelia y Mauritania contralos españoles para presionar la salidadel poder colonial. Muchos saharauispelearon contra los españoles apoya-dos por Marruecos y aún al inte-rior mismo del ejercitomarroquí, hecho queMarruecos utilizaahora para

�pro-bar� lamar ro -quinidadde los saha-rauis.

Dadas las pre-tensiones de Marruecos, en 1974 laONU pidió a la Corte Internacionalde La Haya una opinión sobre si elTerritorio había sido �tierra de nadie�(terra nullius) antes de la coloniza-ción y si no, cuáles eran los �lazoslegales� entre el Territorio, el Reinode Marruecos y Mauritania. La Cor-te contestó en octubre de 1975 di-ciendo que algunas pocas tribus teníanvínculos con el sultán de Marruecos,pero que no existía ninguna relaciónlegal entre el Territorio y Marruecos;

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�autodeterminación� del Polisariotuvo universalmente mejor acogidaque la de �integralidad territorial�presentada por Marruecos. Así pues,hasta el momento ningún país ha re-conocido formalmente la soberaníade Marruecos en el Sahara Occiden-tal, mientras que unos setenta paí-ses han reconocido la RASD(incluyendo Colombia, si no estoymal). Las Naciones Unidas han re-chazado la ocupación de Marruecosy siguen preconizando el derecho ala autodeterminación. En 1984, laRASD fue aceptada en la OAU, loque causó la salida inmediata deMarruecos de la organización.

En 1988 la presión internacio-nal finalmente obligó a Marruecos adiscutir en foros internacionales elconflicto en el Sahara Occidental.Ese año la ONU presentó su plan deresolución que veía, después de unproceso de cese al fuego, de desarmey de liberación de prisioneros, la or-ganización de... ¡nuestro mítico refe-rendo! Para establecerlo se creóMINURSO en 1991. Después demuchos problemas, finalmente laidentificación se inició en 1994 (casitres años retrasada), y conoció mildificultades en el camino.

Camp Dakhla, febrero 15, 1998

Aquí siempre, pero siempre, so-pla el viento, es lo normal. Pero hayépocas en que el viento viene reple-to de arena �parecen nubes de pol-vo que invaden todo�. A eso lellaman siroco (cuando el viento so-pla de sur a norte) y harmatan(cuando sopla de norte a sur).

Ha habido interrupciones en laidentificación, no han sido graves,pero son preocupantes porque pue-den ser señales de evoluciones pos-

teriores. En la última semana deenero tuvimos que parar por variosdías, resultado de un incidente don-de la tensión entre los dos Sheikhsno pudo contenerse. Estábamos conuna subfracción de los Ulad Delim,la tribu supuestamente más árabe yen todo caso la más guerrera y �pe-leona�. Predominan en el sur del Te-rritorio, desde Dakhla (también enCamp Dakhla). Me gusta trabajarcon ellos porque son gente de carác-ter y de mucho espíritu. Pero eso aveces puede ser complicado. En estaocasión el �sheikh A� estaba acosa-do por los observadores marroquíes,

que no paraban de hacerle señas todoel tiempo para que no reconociera anadie. La gente se quejaba: �¡¡¿Cómoqué no sabe quién soy yo, si creci-mos juntos y jugamos juntos y ena-moramos juntos?!!� Inmediatamentelos observadores A decían que loscandidatos estaban intimidando a susheikh, y los observadores delPolisario no podían dejar de mostrarsu descontento. En un momentodado, el �sheikh B� le dijo al �sheikhA�: �¡Uno tiene que ser burro parano reconocer a sus propios parien-tes!�. Allí fue Troya: el jefe de losobservadores marroquíes se paró yempezó a alegar de manera agresivay el sheikh B, que no es ninguna pa-loma, lo mandó a comer perdices yparece que lo trató de �berber� (ma-nera tradicional saharaui de llamar alos marroquíes). Lo cierto es que ladelegación de Marruecos se paró yse negó a reiniciar el trabajo si nohabía disculpas oficiales de parte del�sheikh B�.

El incidente podría considerarsecómico, de no ser por las consecuen-cias. Me partía el alma ver a la gen-te, que llevaba horas esperando paraser identificada, muchas de ellas deotros campamentos y pasando apu-ros para poder presentarse. El�sheikh B�, una belleza de persona,bastante digno e impresionante consu barba blanca y su turbante negro,no quería bajo ningún motivo pre-sentar excusas. Como hablaba muybien español, pasé mucho tiempo conél, tratando de convencerlo de quevalía la pena hacer un esfuerzo paraque la gente de su grupo tribal pu-diera identificarse y tener derecho alvoto. El respondía que entendía loque yo le explicaba, pero que habíamomentos en que la dignidad de laspersonas y de todo un pueblo exigíaalguna reacción: ya llevaban decenios

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sufriendo el yugo marroquí, escapan-do a sus bombas y, en un momentodado, no podían dejarse pisotear más.Después de un par de días, el viejosheikh aceptó excusarse y las cosascontinuaron, aunque en un ambien-te de tensión impresionante8 .

Tengo la sensación que los ma-rroquíes están buscando excusaspara parar, o por lo menos atrasar,la identificación. Me parece queellos se están dando cuenta de quees difícil controlar los resultados delreferendo, y como no pueden salir-se del proceso, están tratando de blo-quear las cosas pero culpando a lasotras partes (el Polisario, las Nacio-nes Unidas). El cambio de actitudde la ONU tampoco les ha dadomotivos de sentirse seguros, puesluego de un largo período de ser muycomplaciente con ellos, ahora la or-ganización ha finalmente decididoactuar con firmeza. El SecretarioGeneral anunció hace poco el nom-bramiento de un nuevo Represen-tante Especial. De manera que porahora todas las partes están muynerviosas, y el proceso ha llegado aun momento crítico, mientras todosesperan a ver qué camino coge lacosa9 .

Por otra parte, los cuadros dereencuentros familiares, me hanayudado a entender y humanizarel drama de esta gente, que les hasignificado no sólo la pérdida desu espacio, sino también la sepa-ración de las familias. A veces, el�sheikh A�, que viene de �allá�,no ha visto a sus familiares quese vinieron para �acá� hace másde veinte años. El otro día entróa la sala de identificación una se-ñora muy vieja y al ver a su her-mano, �sheikh A�, que no habíavisto en 25 años, le dio un ata-

ta no tiene mucho sentido, peropara nosotros es vital, así que in-sistimos: �¿en Dakhla o enAargub?� �Sí�. �¿Sí qué?� �Allá�.�¿Allá en Dakhla o en Aargub?��Kif kif� (la misma cosa).

Otro asunto al que hay que acos-tumbrarse es el sistema de los nom-bres. Yo ando hecho todo un expertoen el tema. Hay que saber que en elsistema saharaui no hay apellidos, yel nombre común tiene tres partes:el nombre de pila, el del papá y el delpapá del papá. Así pues, un nombrecomún puede ser Mohamed AhmedAbdelwuadud, o sea Mohamed wiltAhmed wilt Abedlwuadud (wilt sig-nifica �hijo de�, bint significa �hijade�). Además, en el censo españolse cometieron muchos errores, inclu-yendo las transcripciones en españolde los nombres árabes. Pero los ma-yores problemas se presentan con losnombres de los antiguos esclavos quetienen nombres propios pero, o uti-lizan el de sus �dueños�, o en el cen-so figuran con el nombre de la familiacon la que viven11 . En los campa-mentos observa uno un abanico ra-cial bastante amplio: hay saharauisdesde muy blancos hasta bastantenegros, todos islámicos, todos ha-blando Hassanía12 , todos vistiendola misma ropa.

Camp Dakhla, marzo 20, 1998

Como resultado de las buenasrelaciones con los saharauis, última-mente nos han invitado a varias bo-das. Aquí, como en todo el Sahara,las bodas duran varios días. EnTimbuctú los Tuareg contaban quelos festejos podían durar desde dosdías hasta una semana, dependien-do de la fortuna de la familia13 . Tam-bién he tenido suficiente tiempo

que de algo, de sentimiento digoyo, y lloraba y lloraba y llorabade una manera tan conmovedora,con gemidos tan profundos que seme hacía pedacitos el corazón10 .

Las reacciones de la gente sonsorprendentes. Una vez tuvimos quesacar a una señora que se lanzó con-tra el �sheikh A� que no la quisoreconocer, pero que había sido su es-poso por años, ella era la madre decuatro hijos suyos. O el otro sheikhque después de interrogar a un can-didato por largo tiempo, indicandocon sus preguntas que conocía deta-lles de la vida pasada de esa persona,termina diciendo solemnemente:�Ma tarafo� (no lo conozco). La gen-te se siente desconcertada y ofendi-da, además, socialmente es grave queuno de sus jefes no los reconozcacomo miembros del grupo tribal.

Como lo he ilustrado, no sepuede siempre tener mucha con-fianza en el testimonio de algunossheikhs. Nosotros hacemos unaentrevista lo más exhaustiva posi-ble para contar con elementos a lahora de tomar una decisión. Es unchiste, porque el tipo de informa-ción que es tan importante (y tannatural) para nosotros, como ellugar o la fecha de nacimiento, paralos saharauis no lo es. Cuando seles pregunta en que año nacieron,las respuestas frecuentemente va-rían entre el �en el año del come-ta�, a �durante el tiempo de la granenfermedad� o �poco después de lamuerte de Sidi Mohammed�. Encuanto al lugar de nacimiento, ellostienen otro concepto. �El Sahara�,dicen ellos (Sahara significa �de-sierto�). �Pero ¿dónde en elSahara?�. Ellos se quedan boquia-biertos. El Sahara es el Sahara.Para un pueblo nómada, la pregun-

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momento. Pero el aspecto político noha sido pensado claramente, en elsentido que aquí todo se negocia en-tre las dos partes, y conociéndolosun poco, esto no será nada fácil15 .

Tindouf, abril 7, 1998

Ando con una tristeza espanto-sa. El jueves pasado cerramos el cen-tro de Camp Dakhla, y eso fueterrible; hubo lágrimas y abrazos y

salimos todos con el corazón en lamano. Fueron casi cinco meses ab-solutamente increíbles desde todopunto de vista. Pero qué se le va ahacer, se acabó el trabajo y había quecerrar y seguir a otras partes. Así ytodo, dejar Camp Dakhla fue muchomás difícil de lo que me hubiera po-dido haber imaginado hace algúntiempo. Siempre lo consideré único,pero ya en marzo se había converti-do en un sitio muy, pero muy espe-cial. Ahora pertenece a mi mitologíapersonal, y desde ya lo considero ab-solutamente irreemplazable.

Las últimas semanas en CampDakhla fueron perfectas: alcanzamosun ritmo de trabajo óptimo en condi-ciones muy difíciles, el tiempo estu-vo de maravilla y, lo más importante,

para �chismosear� el interior de lastiendas (Khaima): todas son muyparecidas, el mismo estilo de deco-ración, muy sobrio, nada de mue-bles, sólo una cómoda en maderadonde tienen los instrumentos delté, las cobijas y los cojines, todo lle-no de tapetes hermosos. Es curioso,porque las veces que he podido en-trar a una casa saharaui en el Terri-torio, he visto que la �decoración�es exactamente igual.

En la misión, lasituación política estácada vez más comple-ja. Aunque el procesocontinúa, y hemosavanzado mucho másde lo que nunca sehabía logrado, el pro-blema de las tribuscontestadas14 sigue,pero no ha habido unparo significativo en laidentificación. Losmarroquíes andanmuy nerviosos y muy�delicados�; hace unos días inte-rrumpieron el proceso y tuvieron unareunión de sheikhs A y observado-res en Rabat. Hubo acusaciones con-tra la MINURSO (principalmentecontra la gente de Tindouf). Los ata-ques de la prensa marroquí contranosotros son feroces e injustos. Nosacusan sin la más mínima prueba.

Hasta hoy no ha habido ningúnpreparativo para el referendo comotal. La impresión que me da es quetodos piensan que cuando se hayahecho la identificación (tan compli-cada) el referendo será más fácil. To-davía no se ha hablado sobre el códigoelectoral ni sobre los procedimien-tos electorales a seguir. Creo que paratodos es claro que las bases legalesserán expedidas por la ONU en su

el equipo dejó de ser un montón decolegas para convertirse en un equi-po bien sintonizado que disfrutaba,además, de una vida cotidiana abso-lutamente deliciosa. Después de otropequeño corte en el proceso, produc-to de maniobras marroquíes, el am-biente de la identificación cambiómontones. Los observadores de Ma-rruecos revisaron su discurso com-pletamente: de asegurar sin cesar queellos ganarían el referendo sin lugar

a dudas, pasaron adecir que nuncahabría referendo,que nosotros en laONU éramosunos ilusos al pen-sar en eso y que,en todo caso, eraclaro que ellosnunca dejarían elTerritorio.

Bangui, 20mayo 1998

Ya estoy en mi nuevo trabajo, enCentro Africa, sin poder cerrar mirelación con el Sahara. Por el mo-mento, me quedo con mis recuerdos,mi música árabe, mi nostalgia por eldesierto y mis propósitos de volveral Sahara. Veremos qué pasa por es-tos lares centroafricanos y que medepararán por aquí los próximos me-ses. Mientras tanto, ya desde aquí,va siendo tiempo de empezar a des-pedirme de verdad, esperando que seatan sólo temporalmente: despedirmede los amigos saharauis y de los co-legas; despedirme del Sahara, de susdunas y sus cielos estrellados y des-pedirme de todos ustedes. Hastapronto entonces, queridos todos¡Massalama, shoukran!

Abrazos,

Carlos Mario

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Citas

1 Monrovia es la capital de Liberia; paísdonde estuvo en la anterior misión conNaciones Unidas, denominadaUNOMIL (Misión de observación deNaciones Unidas en Liberia).

2 Misión de las Naciones Unidas por la or-ganización de un referendo en el SaharaOccidental.

3 Durante el día no está permitido pasarbocado, ni probar agua, ni siquiera to-mar medicina, pero por la noche se �rom-pe el ayuno� (�break the fast�, por pri-mera vez entendí la etimología de la pa-labra �des-ayuno�) y son las fiestas másanimadas que se pueda uno imaginar.

4 Para llevar a cabo unas elecciones encualquier parte del mundo, lo primeroque hay que hacer es establecer la pobla-ción electoral. Es necesario determinarno sólo quién tiene derecho al voto, sinotambién cómo se reconoce formalmenteese derecho. Hoy en día, en sociedadesrelativamente estables, donde las eleccio-nes son prácticas sistemáticas y regula-res en el tiempo, la población reconoci-da como electora se define en torno a losconceptos de �nación� y �ciudadanía� -personas nacionales que cumplen conalgunos criterios, entre otros el de la ma-yoría de edad-. El reconocimiento formalde ese derecho no suele ser más que unasimple cuestión de registro de electores,generalmente resuelta a través de la pre-sentación de un documento de identidadque prueba la elegibilidad de cada una delas personas que cree tener el derecho avotar.

En los casos de las elecciones de �transi-ción�, de esas que nosotros hacemos, elproblema de base es en esencia el mis-mo, pero su resolución es, por lo gene-ral, mucho más complicada. Inicialmen-te se tiene que definir quién es elegible ono. Esto lleva, en la mayoría de los ca-sos, a confrontar la problemática que dioorigen al conflicto en cuestión y que espor lo tanto objeto de los diferentesacuerdos de paz. Así por ejemplo, el pro-blema en Camboya (donde no existía unestado unitario) era la definición de quiénera un �nacional� camboyano; en Áfri-ca del Sur, estaba relacionado con que elmanto de �ciudadanía� se extendía porprimera vez a grupos de población queno eran blancos. Una vez se logra deter-minar la población electoral �en poten-cia�, el lío es encontrar formas acepta-das por todas las partes para inscribir laspersonas elegibles en las listas o regis-

tros electorales. Cuando existen, los do-cumentos de identidad pueden ser muyútiles, aunque no siempre, pues algunade las partes en conflicto puededeslegitimar documentos producidos porotra de las partes (lo cual suele ocurrir).Un obstáculo más generalizado, sin em-bargo, es que en las democracias �nacien-tes� o de �transición�, la mayoría de lagente no tiene acceso a documentos. Enmayor o menor medida, ese ha sido elcaso en todas las misiones en las que heestado hasta el momento.

Para resolver el lío hay que tener encuenta las condiciones propias a cada si-tuación y el contexto particular de cadalugar en donde se está. En todo caso, engeneral siempre se termina por adoptaralguna modalidad de la llamada �docu-mentación social�, según la cual, a faltade un documento, la prueba de identifi-cación se hace a través de testimonios demiembros del grupo social al que perte-necen las personas solicitando el dere-cho al voto. En África, estos testimoniosrecaen la mayoría de las veces en los je-fes tradicionales y tribales, como enMozambique y Liberia. Al principio a míno me convencía la famosa �documenta-ción social� y me parecía una maneramuy poco �científica�, muy poco seriade abordar el problema. Eso, por supues-to, era desconocer tanto la importanciade las jerarquías tradicionales como laeficacia de los controles sociales por es-tos lados del mundo. Pero pronto cam-bié de parecer. En Mozambique quedéasombrado de lo bien que marchaba elsistema: el testimonio de un jefe de tri-bu, además de ser el más cercano a larealidad, es el más respetado y por ende,el que consigue mayores niveles de legi-timidad, que es lo que se busca durantetodo el proceso.

Una anécdota al respecto. En Mozam-bique, se tenía que probar que la perso-na tenía más de 18 años para poder vo-tar. A uno de mis observadores le tocóuna sesión en que un jefe de tribu vinocon su hijo e insistió en que se le inscri-biera en la lista de electores. Como ha-bía duda de que el muchacho tuviera los18 años requeridos, se le explicó al jefeque no se podía inscribir a su hijo hastano tener prueba de que el joven era yaun adulto. El jefe se puso colérico y lla-mó a todos los notables de la zona. En-tonces, enfrente de todos los observado-res, repentinamente le bajó los calzonesa su hijo y señalándole la entrepiernarepetía encolerizado: ¿�Eso es cosa de unadulto o de un niño?� El joven, al pare-cer muy bien dotado, pero bastante des-concertado con la actitud de su padre,

fue rápidamente inscrito en el registroelectoral.

5 Aún es temprano para tomar posicionesdefinitivas, pero hasta ahora no he podi-do sentirme totalmente involucrado enla misión como tal. La imparcialidad, quedebe ser el principio de base de toda mi-sión de la ONU, ha sido bastante cues-tionada. El Frente Polisario siempre sequejó, y con bastante razón a juicio de lamayoría de los observadores, que las in-tervenciones de la Secretaría Generalpara solucionar el conflicto del Saharaestaban lejos de ser neutrales. Se dice quedesde cuando se empezó a gestar la mi-sión, el entonces Secretario GeneralPérez de Cuellar logró �meterle goles�al Polisario en la definición de los crite-rios que serían utilizados para la identi-ficación; pero que fue con Boutros Ghali,cuando la intervención onusíana se in-clinó casi sin vergüenza del lado marro-quí, lo cual no sorprendió dadas las es-trechas relaciones entre el (entonces) Se-cretario General y el rey Hussein de Ma-rruecos. En aras de la �unidad árabe�,Egipto siempre ha sido (y sigue siendo)un abanderado de la posición marroquí,peleando abiertamente para que el con-flicto se solucione de manera positivapara Marruecos.

6 La autodeterminación se ha definidocomo el derecho de los pueblos a escogerser independientes, o a asociarse con unestado, o a integrarse con un estado.

7 Esta marcha es todavía venerada en lahistoria de Marruecos: el nuevo y mo-derno aeropuerto de Agadir se llama AlMassira. El 6 de noviembre es fiesta na-cional. Nuestro hotel en El Aiún no sólose llama Al Massira sino que está com-pletamente decorado con cuadros de lamarcha y con consignas que se cantarondurante todo el evento. El Rey consiguiócon la marcha lo que se había propuesto:crear un icono de nacionalismo capaz degenerar un ambiente de unidad nacionaly de lealtad a la corona. En efecto, hastaallí su reino había estado marcado pordivisiones internas, amenazas del ejérci-to y descontento generalizado. Al igualque su padre había logrado unificar lasfuerzas del país alrededor de la luchaanticolonialista y la expulsión de los fran-ceses, Hassan II necesitaba una �cruza-da� nacional y la encontró a la medidaen la cuestión del Sahara. No importó eltener que hacer una burla de la opinióninternacional (reflejada en la respuestade la Corte de La Haya), siempre y cuan-do se pudieran afianzar en torno a lamonarquía las energías nacionales. Yo to-davía no logro entender cómo el nacio-

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nalismo pudo jugar esa carta de �cegue-ra colectiva�, particularmente cuando sesabe que los partidos de izquierda fue-ron los primeros en abanderarse de lalucha por el Sahara y aliarse con un ré-gimen monárquico que ya entonces eraconocido como uno de los más cerradosy autoritarios de la región. Al Massirafue la salvación de la monarquía y expli-ca el que todavía hoy el Sahara sea untema de tanta pasión entre los cercanosal rey.

8 A la semana siguiente Marruecos deci-dió interrumpir el proceso por la cele-bración de la �fiesta de la corona�. Sibien ellos tenían argumentos para pedirun paréntesis, lo que se les reprochabaes el no haberlos sacado a relucir antes,sino anunciar a último momento que nose podía respetar el plan establecido conbastante anterioridad. Y ya en el momen-to de iniciar, se paró de nuevo la cosacuando las autoridades marroquíes deci-dieron, sin aviso alguno, cambiar los pro-cedimientos de entrada y salida de ElAiún de los representantes del Polisario(observadores y sheikhs B). Por supues-to el incidente diplomático fue de talla,y tuvo que recurrirse a largas y delica-das negociaciones para que la cosa nopasara a mayores.

9 Inevitablemente, a mí se me acusa de serpro Polisario. Yo llegué completamenteignorante de la situación y por tanto ab-solutamente neutro. Es más, sin cono-cer la problemática del Sahara, yo siem-pre he tenido muy buena disposiciónhacia Marruecos. Hoy por hoy, despuésde un par de meses en los campos de re-fugiados y de trabajar de cerca en la iden-tificación, es obvio que ya tengo una po-sición propia y mis simpatías personales.Eso en sí no es malo ni se puede evitar,pero lo fundamental es no dejar que esassimpatías influyan en el trabajo. Aquíhay un plan de resolución de un conflic-to, plan que aceptaron las dos partes, ynuestro deber es velar para que el planse implemente como fue acordado portodos.

10 También son dramáticos los cuadros quedemuestran hasta qué punto el conflictodel Sahara ha convulsionado esos víncu-los familiares. He visto varias veces queal encontrarse el �sheikh A� con el�sheikh B�, su hermano o su padre o suhijo, inmediatamente se abrazan y se ben-dicen y, luego, los alhamdulilah ymashaallah (las gracias a Dios); tambiénhe presenciado escenas terribles como ladel padre e hijo, cada uno sheikh de unade las partes, que se encontraron aquíen Camp Dakhla después de años de no

haberse visto, y sin embargo, durante losdías que trabajaron juntos, ¡no se diri-gieron la palabra! El hijo, viviendo en elTerritorio, está por la integración y elpapá, que vive en Camp Ausard, es mili-tante por la independencia, de tal modoque las diferencias frente al conflicto noles permiten ni reconocerse como miem-bros de la misma familia.

11 Esto de los esclavos hay que explicarlomejor, porque en rigor, ya no existen. Sinembargo, dentro del tejido social saha-raui, bastante jerarquizado, siempre hanexistido los esclavos. Oficialmente la es-clavitud fue abolida por los españoles aprincipio de siglo, y el Polisario tambiénla ha prohibido oficialmente, pero unacosa es la ley y otras las prácticas y cos-tumbres sociales. Esa complicada estra-tificación se explica mejor desde unaperspectiva histórica. Los saharauis sonuna mezcla de diferentes etnias, resulta-do de muchas olas migratorias. Las prin-cipales tribus descienden del mestizaje detribus berber y árabes de origen yemenita(ancestros también de los Tuareg en elsur del Sahara que conocí en Timbuctúel año pasado). Ellos pretenden ser des-cendientes directos del Profeta, y por esose les ha dado el status especial de�chorfa�. La llegada al territorio de lastribus árabes data del siglo XIII, cuandose dio inicio al complicado proceso demestizaje con las tibus indígenas. Algu-nos siglos más tarde, ya todas las tribussaharauis estaban no sólo completamen-te islamizadas, sino también arabizadas(a diferencia por ejemplo, de las tribusbérberes un poco más al norte). El idio-ma que adoptaron todas las tribussaharauis es el Hassanía, introducido porlas tribus provenientes de Yemen, y quese considera una de las más �puras� (esdecir, de las más arcaicas) formas deárabe.

Muy caricaturescamente, las tribus másárabes (tradicionalmente guerreras) seconsideraban superiores a las demás. Lastribus que fueron sometidas dejaron deser guerreras y se dedicaron o al trabajoartesano o a la enseñanza. Pero dentrode toda la escala, las poblaciones negras(provenientes del Africa subsaharariana)eran consideradas las más bajas de todas,y sus miembros eran esclavos adoptadosen todas las otras tribus. Como decía, hoyen día la esclavitud no existe, pero sí senotan prejuicios y concepciones que re-flejan esta historia. Me ha sorprendidomucho oír, de algunos saharauis muysimpáticos, comentarios bastante desagra-dables en relación con los negros. Ellosahora se llaman Haratín, o �liberados�,

y la gran problemática en lo que les con-cierne es su integración total. De todasmaneras son considerados ahora parteintegrante de la sociedad saharaui.

12 Además, algunos hablan español; los vie-jos, que lo hablan con un acento muyespañol o los jóvenes, tanto hombrescomo mujeres, que han estudiado en Es-paña o en Cuba. Entonces los acentosdependen de dónde lo hayan aprendido.En general es cubano, porque son bas-tantes los que han ido a la isla a estudiar,gracias a becas que otorga el gobierno deCastro. He terminado bailando salsa conalgunas de las muchachas que, a pesarde los velos y demás prendas, se desen-vuelven muy bien. Los pequeños algo ha-blan también, pues durante el verano seorganizan colonias de vacaciones en Es-paña, y allá siempre aprenden a defen-derse. Nunca olvidaré mi primer fin desemana, de paseo en uno de los campa-mentos, cuando me asaltaron un mon-tón de niños para saludarme y uno deellos me dijo con gran algarabía: �Tú tie-nes el pelo mucho�.

13 Parece que entre los saharauis la costum-bre era igual, pero como aquí en los cam-pamentos las condiciones son especiales,las bodas duran dos noches. Pero lasaprovechan montones, a veces pienso queno hay ninguna boda, tan sólo excusaspara rumbear. Las fiestas empiezan tardeen la noche, por ahí a las once, y sonasunto principalmente de mujeres. Enuna tienda abierta organizan como unring de boxeo, un espacio cerrado porcordones alrededor del cual están lasmujeres sentadas: niñas, viejas, adultas,todas se juntan para aplaudir, cantar yechar sus gritos de �rarararara� tan típi-cos del Sahara. Mientras, hay un músicocon una guitarra eléctrica, tocando mú-sica popular saharaui que a mis oídosparece Jimmi Hendrix en el desierto. Enel centro del ring hay dos o tres mujeresque bailan, que poco a poco van dándolepaso a otras. Los bailes son una maravi-lla, hay que ver la gracia y la finura.Mucho movimiento de manos y brazos,mucha insinuación de caderas y cintura,mucho juego con los velos. A veces, nomuchas, sale un hombre a bailar, bastanteimpresionante con su atuendo ondean-do, al son de vigorosos saltos. Alrededorde la tienda están todos los invitados,hombres y mujeres, que ven bailar y con-versan animadamente entre ellos.

14 Hay tribus de origen saharaui que salie-ron del Territorio para Marruecos hacemuchos años, en las primeras décadas desiglo, y que las autoridades marroquíesquiere incluir en la lista de posibles elec-

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tores. Aceptarlos significaría inundar lapoblación electoral con personas marro-quíes de (lejano) origen saharaui. El go-bierno marroquí ha transportado variosmiles de estas personas a campos de re-fugiados en el Territorio, esperando elreferendo (es una situación surrealista).El asunto de las tribus polémicas (�con-testadas�) ha sido la fuente de bloqueomás fuerte que haya encontrado el pro-ceso de identificación y todavía no se haresuelto.

15 Lo otro es que lo que MINURSO estállevando a cabo en el momento es un pro-ceso de �identificación� de las personaselegibles para votar. No es un procesocompleto de censo electoral (�voterregistration�). Al final, el producto seráuna lista electoral global, especificandoquiénes pueden votar, pero no habrá nin-guna información de dónde se votará. Loque he podido ver es que se asume quecualquier votante podrá votar en cual-

quier parte, por tratarse de una sola cir-cunscripción, lo que creará problemas delogística electoral. Se asume también quela votación se concentrará fundamental-mente en ciertos centros urbanos (lo quedisminuiría, pero no acabaría, con losproblemas logísticos).

Otro complique es que al terminar laidentificación de cada aplicante se le daun recibo después de la entrevista, perono se le dice cuál ha sido la decisión. Porlo tanto, únicamente al final del proce-so se publicarán las listas electorales;después será necesario cambiar el recibode las personas consideradas elegibles poruna tarjeta de elector. Si no se les dauna tarjeta, y se permite a los electoresvenir a votar únicamente con el recibo,el día del referendo habrá miles y milesde problemas con personas que creen queel recibo les permite votar. Esto indicaque va a ser necesario un paso interme-diario entre la identificación de votan-

tes y el referendo, donde se distribuyantarjetas electorales, lo cual va a ser uncamello terrible.

Esto nos lleva al otro problema, que esla cuestión de la repatriación, que estámuy cruda. Por supuesto que una de lascuestiones esenciales es la repatriaciónde todos estos saharauis refugiados. ElPlan de resolución dice claramente queel referendo se hará tan sólo en el Terri-torio, y que previo al referendo debehaber repatriación de todos aquellos quequieran volver. Lo que el Plan no dice espara dónde deben ser repatriados los re-fugiados. Es claro que se espera que lossaharauis vuelvan al Territorio, perocomo está partido en dos por el birm , lacuestión es: ¿deben los refugiados vol-ver a la parte del Territorio ocupada porlos marroquíes o a la parte que controlael Polisario?