LA ENTREVISTA INICIAL(Salvador Minuchin)

La sesión inicial presenta las características únicas de un encuentro entre dos unidades sociales de extraños.En un primer momento asume la forma de una reunión social.La principal preocupación del terapeuta es la de desarrollar la unidad terapéutica.

Además se debe comenzar a:

Configurar la estructura familiar Ampliar el foco (si el problema presentado ha sido un miembro

de la familia) Desarrollar un contrato terapéutico provisorio

La sesión inicial se puede dividir en tres etapas:

a-El terapeuta como anfitrión

b-Interrogar a cada miembro de la familia acerca de cuáles son en su opinión los problemas de la familia.

c-Explorar la estructura familiar ayudando a la familia a poner en juego su drama familiar.

a.- El terapeuta como anfitrión.-Se debe lograr que la familia se sienta cómoda. -Se realiza la presentación y se ayuda a la familia para presentarse al terapeuta.-Debe prepararse el número de sillas antes de la llegada de la familia-Hay que prestar atención al modo en que se ubican los familiares (vínculos).-Se puede utilizar los primeros minutos para hablar de asuntos triviales.-Explicar a la familia si se utilizan cámaras o grabadoras.

-Establecimiento de los contactos terapéuticos

b.- Interrogar a cada miembro de la familia acerca de cuáles son en su opinión los problemas de la familia.

Apenas la familia se sienta más cómoda se hace la pregunta sobre cuál ha sido el programa que trajo a la familia a sesión. La respuesta constituye en sí misma una indicación del modo en que la familia negocia límites del mundo exterior y acerca de cuál es la imagen que pretende proyectar como propia.Una familia con límites tenues con el exterior puede incluir desde el inicio al terapeuta en sus conflictos y peleas.

Otras familias se protegerán proporcionando una versión oficial de su familia, abriéndose cuando el terapeuta se una a ellos en un sistema terapéutico.La primera pregunta se plantea en términos genéricos y no se dirige claramente a algún familiar en particular. Por ejemplo: “Bueno, veamos que es lo que los ha traído aquí”.

El terapeuta puede dirigir la pregunta a un miembro específico. En algunos casos la primera pregunta es determinada por los valores culturales de la familia o por un sistema de valores común. Luego, el terapeuta comienza a extender su contacto. En una familia intacta se puede atraer al otro esposo. Si la madre ha presentado el problema entonces se pregunta al padre como ve la situación.

Se debe prestar atención a las semejanzas y diferencias de la forma en que cada padre presenta los problemas.

La siguiente intervención depende de la evaluación de la familia. Se puede permitir o favorecer que el conflicto parental se desarrolle con la precaución de no abrir áreas de estrés antes que el sistema terapéutico se haya desarrollado hasta un punto en el que se pueda apoyar a los miembros de la familia afectados.

Si el conflicto interconyugal se manifiesta demasiado pronto (primera sesión) el terapeuta puede registrarlo como un área para una exploración futura y lo atenúe centrándose en otro miembro de la familia.

No sólo se presta atención al contenido de la presentación del problema, sino también se observa el modo en que se comporta la familia. El terapeuta toma nota de toda la comunicación no verbal entre los niños y los padres. El terapeuta deberá saber de que modo realiza transacciones la familia y cómo responde a situaciones de estrés en el interior de la familia.

Después que el terapeuta facilitó la presentación del problema por parte de los padres, interrogará a un tercer miembro para conocer su opinión. Por lo general no conviene que esta persona sea el paciente identificado ya que posiblemente éste se encuentre en una posición defensiva.

El terapeuta debe ponerse en contacto en algún momento con cada uno de los miembros de la familia, sin necesidad de preguntar cuál es su opinión sobre el problema.

Es importante que en la primera sesión cada miembro sienta que ha participado con el terapeuta en la exploración del problema.

c.-Exploración de la estructura familiar

Se intenta comprender el modo en que funciona la familia.Se observa el orden en que los miembros de la familia hablan y el modo en que éstos se relacionan entre sí.El terapeuta piensa las estrategias más adecuadas para lograr que la familia se dé a conocer. Las intervenciones estresantes pueden ser aceptadas como provenientes de un miembro del sistema terapéutico.

El terapeuta debe “devolver la pelota” a la familia y observar como manejan una situación en sus propios términos. En este punto opera como un director de teatro: orienta a determinados miembros a que hablen entre sí, pone a prueba sus presentimientos acerca del modo en que funciona la familia. Indaga áreas de discrepancia y observa de que modo se maneja la discrepancia y cómo resuelve la familia un problema.

Ampliación del foco

La familia se ha organizado centrándose en el paciente identificado y en ciertos casos se empeña en mantener este foco.Por el contrario, el terapeuta considera desde el comienzo que el paciente responde a aspectos disfuncionales de las transacciones familiares.

El mejor modo de enfocar los problemas del paciente identificado es el de esclarecer y cambiar estos aspectos disfuncionales.El terapeuta puede recurrir a múltiples estrategias para ampliar el foco. Por ejemplo, puede elegir otro paciente en el que concentrarse, puede discutir los otros problemas, puede explorar áreas conexas.

Si la sesión ha sido correctamente conducida, es probable que el terapeuta y la familia coincidan en la necesidad de que la exploración no se limite al paciente identificado.

El terapeuta hace surgir la esperanza de que un modo diferente de abordar el problema permita encontrar una solución.Cuando los miembros de la familiar se sientan demasiado incómodos, el terapeuta debe dar un paso atrás, utilizando operaciones de sostén, hasta un punto en el que la familia se sienta nuevamente cómoda.