La Educación y la Prensa en la La Educación y la Prensa en la Formación del Estado Formación del Estado

CostarricenseCostarricense

MSC. M.M.S.AMSC. M.M.S.A

Al inicio de la vida independiente, el gobierno promovía la educación, afirmaba que: “La instrucción pública es base y principal fundamento de la felicidad humana y prosperidad común”. Esto refleja evidente el interés por la educación en esa época, al considerarla útil para el crecimiento económico y cultural del país. Sin embargo, la educación en esos años, tenía rasgos coloniales. No había condiciones para funcionar y las opciones de formación eran escasas. La educación superior no se daba en Costa Rica, había que ir a las universidades de San Carlos (Guatemala) o León (Nicaragua).

Hasta la segunda mitad del siglo XIX, la educación se desarrolló en forma irregular, no había centros de enseñanza superior y predominaba una educación elemental o (Primaria), cuyo núcleo era la Casa de Enseñanza de Santo Tomás. Había una gran preocupación por las escasas escuelas y la poca preparación docente. En 1827, había 50 escuelas y 2429 estudiantes matriculados y en 1838, 58 centros educativos y 2415 alumnos. Antes de 1847, el sistema educativo fue controlado por los municipios. El Estado estaba en proceso de formación y el poder central no tenía medios suficientes para asumir las riendas de la educación. La municipalidad asumió la rectoría de la enseñanza primaria.

El Estado creó varias leyes para dotar de fondos a municipalidades, fundar escuelas y pagar maestros. Se crearon multas a padres que no enviaran los niños a la escuela y la cobertura de la enseñanza primaria fue poca. Entre 1820-1840, predominaban las maneras de trabajo y evaluación coloniales y se avanzaba muy lentamente. En 1864, Cleto González Víquez, decía que “En el país un escaso 10% sabía leer y escribir”. El analfabetismo era notorio. El docente, recibía ayuda de alumnos aventajados, a fin de nivelar al resto de la clase. Eso aseguraba mayor cobertura y trabajo con grupos numerosos, pero a costa de la calidad de una atención individual.

La mujer fue prácticamente excluida del sistema educativo hasta mediados del siglo XIX. La educación era exclusiva para varones, cuyas familias tenían capital necesario. Había preocupación por esa realidad. En 1838, Francisco María Oreamuno decía “Hay un notorio vacío en el país, en relación con la educación de la mujer y esto se debe erradicar”. A partir de 1840 se crearon centros para la educación de la mujer, de acuerdo con el ideal del Estado de mejorar el nivel educativo. Los diversos sectores, pedían ampliar la cobertura educativa para ambos géneros.

En 1847, el Dr. José María Castro Madriz, ordenó abrir un liceo para la educación e instrucción de las niñas, se inició en 1849 como una escuela normal para preparar a las futuras maestras. Los contenidos, buscaban afirmar valores tradicionales: familia, hogar y religión; para conservar y reproducir el orden político-social. La educación de la mujer no se comparó con la del varón en el ascenso socioeconómico, servia para aprender un modo socialmente aceptado de comportarse y un rol complementario al del hombre.

El modelo de la escuela francesa, que impulsaba la obligación del Estado de ofrecer la educación al pueblo, fue implementado en Costa Rica, Castro Madriz, fiel admirador de la Revolución Francesa, apoyó la equidad en la educación. Consideró fundamental que la mujer fuera educada para el bien moral y ético de la sociedad al decir que “Si de la mujer depende en mucho que la familia tenga padres y hermanos buenos, los hombres amigos fieles y la sociedad gobernantes probos, jueces rectos, eclesiásticos dignos y ciudadanos útiles; educarla y educarla bien, es uno de los más imperiosos deberes”.

La prensa y los intelectuales de la época, creían que debía servir para agradarle al hombre, serle útil, ganarse su amor y respeto y hacerle la vida dulce y agradable. A pesar de su desarrollo irregular, la educación destacó en la formación del Estado, su impulso estuvo motivado por los intereses de los grupos de poder en esos momentos. Cuando Costa Rica se insertó en el mercado mundial, era necesario que la población tuviera una mínima instrucción, que le permitiera desenvolverse en ese contexto.

El agricultor, comerciante o artesano debían saber al menos leer y escribir, para poder contribuir y beneficiarse de la participación del país en el comercio mundial. El ideal de la educación como fuente de progreso económico, estuvo unida al desarrollo del país. En 1843, Joaquín Bernardo Calvo decía que “La instrucción de jóvenes generaría un importante impacto en el futuro de Costa Rica”.

Las élites creían que el pueblo debía tener acceso solo a educación primaria y que la educación superior era para hijos de familias ricas. La educación fue muy importante en la formación de la identidad nacional, promovía educar a los futuros ciudadanos, conocedores de sus derechos, defensores de los intereses del país y portadores de los valores de la moral, progreso, trabajo y religiosidad. La Iglesia Católica, tuvo fuerte injerencia en la educación. En 1852, la Ley del Concordato, reafirmaba el derecho de la Iglesia de revisar contenidos que se enseñaban, incluso en la Universidad de Santo Tomás.

En 1814, la Municipalidad de San José creó la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, para enseñar la lectura, escritura, aritmética, gramática, filosofía, doctrina cristiana y teología moral. Se trajo a Francisco J. Osejo, primer rector y profesor de Derecho Constitucional. Desde 1824 ofreció bachillerato en derecho, teología, latín, francés e inglés; por lo que se le considera, el primer centro formador en idiomas del país. Las ideas de la Ilustración estuvieron presentes en la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, que fue convertida en universidad en 1853, por el Dr. José María Castro Madriz.

La llegada de la primera imprenta a Costa Rica introducida por Miguel Carranza en 1830, fue un suceso sobresaliente. La imprenta, disminuyó el aislamiento cultural en el que vivía la sociedad costarricense. Antes de esto la mayoría del material impreso debía traerse desde Guatemala y no circulaban de libros, periódicos y revistas, por la ausencia de la producción local. Con la imprenta aparecieron periódicos y libros.

La prensa, jugó un papel importante en la difusión de la educación, cultura, progreso y formación del Estado Costarricense. Entre 1830-1840, se publicaron La Tertulia, El Mentor Costarricense, La Paz y El Progreso, La Gaceta y La Reforma. La población leía en mercados, iglesias y parques, se daban conversaciones llamadas tertulias populares.

La prensa informó acerca del acontecer político-social, educó sobre la vida nacional, fortaleció la libertad de expresión, aplicación de la ley, estimuló la discusión de las funciones del gobierno y sobre derechos y deberes de gobernantes y gobernados.

Creó conciencia cívica y popular, divulgó decisiones políticas, orientó la opinión pública al pensamiento liberal, fue medio de debate entre candidatos y partidarios y fue testigo de un período en que el país adoptó la cultura europea.