Continuamos narrando la historia hasta concluir y cerrar con el clímax, que es cuando se resuelve el conflicto o problema planteado. En el caso de las historias bíblicas, se trata del momento en el que se sana al enfermo, se resucita al muerto, se gana la pelea o batalla, Dios libra a los suyos del horno de fuego, de ser devorados por los leones, de ser ahogados en el Mar Rojo o ser derrotados por los egipcios, entre tantos otros eventos extraordinarios.No hace falta recalcar mucho más acerca del desarrollo de la historia, ya que está escrito en la Biblia y ampliado en el manual que estemos utilizando. Sin embargo, es necesario recordar que Dios es lo más importante en cada narración y en el desarrollo de la misma. Él es el protagonista de la Escritura y de cada historia, salmo, proverbio, poesía, cuento o parábola que está en ella. Por otro lado, es importante no desvelar la conclusión antes de tiempo, dejar el milagro o la solución del problema para el final. Esto es lo que hace cualquier escritor o narrador que se precie, intenta captar la atención o interés del lector u oyente hasta el final de la historia, sin anticipar la conclusión de dicha narración. Después de concluir la historia, de haber narrado lo que ocurrió y lo que hizo Dios, no deberíamos seguir hablando mucho tiempo. Una vez que los niños/jóvenes conocen el desenlace, pierden el interés y bajan el nivel de atención. Es mejor que se queden con la idea de lo que ocurrió, lo interesante del relato, sobretodo lo que Dios hizo, a que se vayan a casa pensando que fue aburrido por habernos extendido innecesariamente, una vez resuelto el conflicto. Como hemos dicho, no debemos dar la conclusión ni durante la introducción, ni en el desarrollo de la clase, ni contar toda la historia en una sola oración.

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La Conclusión Conclusión, clímax, o final de la historia.Conclusión: Acción y efecto de concluir. Idea a la que se llega después de considerar una serie de datos o circunstancias. Fin y terminación de algo. Resolución que se ha tomado sobre una materia después de haberla ventilado. (RAE)

Clímax: Momento culminante de un argumento o asunto de una obra.Final: Momento culminante de un argumento o asunto de una obra.

Aunque algunos de ellos “sepan” la historia, debemos animarlos a dejar la solución para el final y utilizar otros métodos como, dejarles a los que lo saben, concluir la historia cuando llegue el momento, para que no desvelen la solución antes de tiempo. Después de concluir el relato, daremos una aplicación para sus vidas cotidianas (lo veremos en la próxima sesión; “La Aplicación”).En los casos en lo que el grupo quiera seguir hablando, podemos hacer preguntas para ver qué es lo que Dios ha hablado a sus vidas, cómo pueden mejorar, o qué es lo que les ha parecido

interesante de la clase. En el caso de Zaqueo podemos concluir con: “Pero vino Cristo, el autor de la vida, el que había venido a buscar y a salvar lo que se había perdido, buscó a Zaqueo en un árbol y fue con él a comer a su casa”. Ni Zaqueo podía imaginar que Jesús iría a su casa, ni los que estaban observando. Zaqueo fue convencido de pecado solo con ver a Jesús y dijo: “voy a devolver todo lo que he robado” y pidió perdón y misericordia al Señor. Se dio cuenta de que Jesucristo sabía absolutamente todo acerca de él: cada céntimo que había robado, cada mentira, cada engaño, cada viejita que había estafado, etc. Pero también se dio cuenta de la gran misericordia de Dios cuando hay arrepentimiento.

Jesús vino a su vida, tocó su corazón, le mostró su pecado, perdonó su maldad, sanó su amargura, obró en su vida y transformó todo su ser. Esa es la clave, lo más importante de la historia de Zaqueo, no es que era pequeño de estatura o que se subió a un árbol. La Biblia nos da estos detalles para que añadamos interés a la narración, pero lo más importante fue que Jesús le buscó en ese árbol.Este es el motivo por el cual Dios nos ha puesto a relatar las historias, para que nuestros niños y jóvenes sepan que Dios tiene poder para verlo todo, saberlo todo y aun así quiere intervenir, en nuestras vidas para restaurarnos y sanarnos.Si cerramos cada historia de esta manera, exaltando a Dios y lo que él hizo, magnificaremos su nombre, su poder y los alumnos podrán ver lo que Dios quiere hacer en la vida de cada uno de ellos.Hay que tener en cuenta que sí es excepcional que el pueblo hebreo cruzase el Mar Rojo, pero mucho mayor es la realidad de que fue Dios quien lo abrió, con su poder y amor para que ellos caminasen por en medio del mar y quien derribó los carros de faraón. En la historia de Bartimeo, no se trata solamente de que él recibió la vista, sino de que fue Jesús quien lo llamó mientras él estaba gritando su nombre y quien transformó toda su vida, desde su cuerpo y sus ojos, hasta su corazón. A la hora de estudiar la historia que corresponde, debemos hacernos algunas preguntas para establecer bien, ese puente entre el alma del niño y el corazón de Dios, para que haya unión y sanidad, y para que ocurran todos estos milagros de los que hemos hablado.Así que, para concluir, vamos a recordar que en el desarrollo de la historia hay dos aspectos vitales: • El corazón humano necesitando desesperadamente a Dios, • Dios queriendo, de todas las maneras posibles, alcanzar y reconciliar consigo mismo a cada

una de estas personas que tenemos delante de nosotros.

Nuestra tarea como maestros de Escuela Bíblica es llevarlos a que se reconcilien con Dios a través de las historias, para que el corazón de nuestros niños o jóvenes vaya siendo transformado a la imagen de Cristo. Lógicamente, nosotros como puente entre ellos y Dios, debemos haber experimentado dicha reconciliación, para poder realmente influenciar sus vidas.

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