la acentuación castellana (la ortografía)

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO COORDINACIÓN DEL PROGRAMA NACIONAL DE POSTGRADO Facilitadora: Licenciados: Dra. Norka Hernández Licdo. Rubén Martínez C.I N° 8.766.886 Licda. Ramona Ramírez C.I N° 8.808.190 Licda. Magaly Bericoto C.I N° 13.340.299 Licda. Magdiel Guevara C.I N° 18.144.045 Licdo. José Luis Belisario C.I N° 19.488.392 Zaraza, julio de 2015

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Page 1: La acentuación castellana (la ortografía)

REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

COORDINACIÓN DEL PROGRAMA NACIONAL DE POSTGRADO

Facilitadora: Licenciados:

Dra. Norka Hernández Licdo. Rubén Martínez C.I N° 8.766.886

Licda. Ramona Ramírez C.I N° 8.808.190

Licda. Magaly Bericoto C.I N° 13.340.299

Licda. Magdiel Guevara C.I N° 18.144.045

Licdo. José Luis Belisario C.I N° 19.488.392

Zaraza, julio de 2015

Page 2: La acentuación castellana (la ortografía)

Acentuación y Ortografía:

En castellano, las reglas de acentuación tienen como principal objeto

señalar la vocal tónica con ayuda del signo de la tilde (también llamado acento

ortográfico y, en tipografía, acento agudo). Por esta razón también se las llama

reglas de atildación o de tildación.

Guiadas por un principio de economía, permiten identificar inequívocamente

la vocal tónica de una palabra dada sin necesidad de ningún signo ortográfico en

la mayoría de los casos.

Acentuación En castellano, las reglas de acentuación tienen como principal

objeto señalar la vocal tónica. Guiadas por un principio de economía, permiten

identificar inequívocamente la vocal tónica de una palabra dada sin necesidad de

ningún signo ortográfico en la mayoría de los casos.

Combinación de vocales:

En castellano, las vocales se pueden combinar con bastante libertad y

puede haber incluso cinco vocales unidas (rehuíais). Sin embargo, para la

acentuación solo es necesario tener en cuenta los grupos de uno, dos o tres

vocales.

Dos vocales separadas por una H se consideran en contacto directo.

El caso más simple es cuando hay una vocal cerrada tónica unida a una

vocal abierta; en tal caso, la vocal tónica siempre lleva tilde:

Oír, tenía, paleografía, huía, comíais, chiíes, limpiaúñas

Las vocales cerradas átonas pertenecen siempre a la misma sílaba que la

vocal abierta a la que van directamente unidas; es decir, a efectos de acentuación

es como si las vocales cerradas no existieran:

Apreciáis, despreciéis

Page 3: La acentuación castellana (la ortografía)

Reglas generales de acentuación:

Según la posición de la sílaba tónica dentro de la palabra, se distinguen cuatro

posibilidades de acentuación. Lo natural es que las palabras del castellano se

acentúen en la última o penúltima sílabas de acuerdo a su terminación y por ello

las reglas de uso del acento gráfico o tilde están establecidas para aquellas

palabras que no cumplen con esto.

Clasificación de las palabras según el acento:

Agudas: La mayor elevación de voz se produce en la última sílaba; llevan

tilde si terminan en n, s o vocal. EJ: café, solución, estás, leí. No se acentúan si

terminan en una letra distinta a las ya mencionadas, como rapidez, libertad.

Graves: La mayor elevación de voz se produce en la penúltima sílaba; se

les marca tilde si terminan en letras diferentes a n, s o vocal. Ej. Mármol, cáncer,

lápiz. si terminan en las letras antes mencionadas no se le coloca la tilde. Ej.:

Colombiano, dijeron, estudiantes..

Las palabras esdrújulas y sobresdrújulas

Todas llevan tilde. Su sílaba tónica es la antepenúltima y la sobeantepenúltima

respectivamente. Ej: témpano, lámpara, tráfico, tránsito, relámpago, cámara,

avísemelo, aprendételo.

Page 4: La acentuación castellana (la ortografía)

Las palabras monosílabas ninguna se acentúan, excepto cuando por su

función gramatical pueda prestarse a confusión.

Clasifique las siguientes palabras según su acentuación: Kilómetro, cáncer,

lápiz, tímpano, corazón. ratón ágape, catástrofe, rápido, tentáculo, camisón,

mamífero. laúd, ataúd, renglón, rubrica , astrógrafo fórceps, síntoma, sintomático,

sintonía, afonía, eufónico, grúa, Pérez, geografía, José, avión, asunción

ascensión, concreción, estratégico, evalúo.

Importancia de la acentuación:

La acentuación es de suma importancia tanto en la lengua hablada como en

la escrita. Esto debido a que, en el primer caso (lengua hablada), hay palabras

que fonética mente son prácticamente iguales, sin embargo, dependiendo de en

Page 5: La acentuación castellana (la ortografía)

donde se encuentre la sílaba tónica su significado puede ser muy diferente. Esto

también pasa con el segundo caso, puesto que si, por ejemplo, no conocemos una

palabra, y no sabemos cómo pronunciarla (me refiero a cómo acentuarla),

podemos guiarnos con las reglas de acentuación para pronunciarlas

correctamente cuando estamos leyendo. De hecho, es mucho más frecuente que

se de este tipo de equivocaciones: en la escritura. Puesto que muchas veces

podemos no saber cómo se escribe una palabra pero en cambio sí sabemos

pronunciarla correctamente o sabemos distinguir por ejemplo el “que” del “qué”

para pregunta.

Así pues, es esencial no sólo saber pronunciar las palabras, sino saber

escribirlas para poder entender plenamente algún texto escrito. Y no sólo por eso

es importante la acentuación, pues también es primordial saber manejar

correctamente y explotar al máximo nuestra capacidad de escribir, pues esta es,

junto con la lectura que van de la mano, una máxima de abstracción del ser

humano, y así, en la medida en que conozcamos mejor una lengua, el español en

este caso, mayor capacidad de abstracción tendremos, lo cual podría decirse, nos

vuelve más humanos.

Reglas de acentuación:

Las reglas de acentuación del español están formuladas de tal manera que

permiten saber siempre de manera inequívoca cuál es la sílaba tónica de una

palabra.

Para aplicarlas correctamente es necesario, en primer lugar, tener clara la

distinción entre acento prosódico y acento ortográfico. El primero es el que se da

en el plano fónico, en la pronunciación, mientras que el segundo es el que

utilizamos en la escritura. No se da una relación biunívoca entre uno y otro: sí se

cumple que todas las sílabas que se acentúan por escrito se pronuncian también

acentuadas, pero no lo contrario.

El sistema de acentuación ortográfica presenta, por un lado, un conjunto de

reglas básicas y, por otro, una diversidad de reglas particulares.

Ortografía del español:

La actual ortografía española empieza a codificarse desde el siglo XVIII,

con el establecimiento en 1727 de las primeras normas ortográficas por parte de

la Real Academia Española al poco tiempo de su fundación. Hasta ese momento

Page 6: La acentuación castellana (la ortografía)

las vacilaciones en las grafías eran constantes: unos optaban por

soluciones fonémicas, tratando de adecuar su escritura a la pronunciación oral, y

otros se decantaban por criterios etimologizantes, manteniendo grafías que

carecían de correspondencia en la pronunciación del español de la época. El

resultado era una falta de unidad que dificultaba la comprensión.

Actualmente las 22 academias del español mantienen acuerdos que

garantizan la unidad ortográfica. De este modo, la edición de la Ortografía de la

lengua española (1999) fue la primera en ser elaborada con la colaboración

consensuada de todas las academias de América y de Filipinas.

Fuentes frecuentes de problemas en el uso de la ortografía son las grafías

que presentan igual sonido, como la "b"/"v" (betacismo), "c"/"s"/"z"

(seseo y ceceo), "g"/"j", "ll"/"y" (yeísmo). Otros aspectos problemáticos son la

utilización correcta de los signos de puntuación y la acentuación gráfica (tildación).

La ortografía del español utiliza una variante modificada del alfabeto latino,

que consta de los 27 símbolos A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, Ñ, O, P, Q,

R, S, T, U, V, W, X, Y, Z. Asimismo, se emplean también cinco dígrafos para

representar otros tantos fonemas: «ch», «ll», «rr», «gu» y «qu», considerados

estos dos últimos como variantes posicionales para los fonemas /g/ y /k/.

Los dígrafos ch y ll tienen valores fonéticos específicos, por lo que en

la Ortografía de la lengua española de 1754 comenzó a considerárseles como

letras del alfabeto español y a partir de la publicación de la cuarta edición

del Diccionario de la lengua española en 1803 se ordenaron separadamente

de c y l, y fue durante el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua

Española celebrado en Madrid en 1994, y por recomendación de varios

organismos, que se acordó reordenar los dígrafos ch y ll en el lugar que el alfabeto

latino universal les asigna, aunque todavía seguían formando parte del

abecedario. Con la publicación de la Ortografía de la lengua española de 2010,

ambas dejaron de considerarse letras del abecedario. Las vocales (A, E, I, O, U)

aceptan, además, el acento agudo para indicar la sílaba acentuada, y

la diéresis o crema modifica a la U en las sílabas gue-gui para indicar su

sonoridad.

Desarrollada en varias etapas a partir del período alfonsino, la ortografía se

estandarizó definitivamente bajo la guía de la Real Academia Española, y ha

sufrido escasas modificaciones desde la publicación de la Ortografía de la lengua

castellana, de 1854. Las sucesivas decisiones han aplicado criterios a veces

fonológicos y a veces etimológicos, dando lugar a un sistema híbrido y

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fuertemente convencional. Si bien la correspondencia entre grafía y lenguaje

hablado es predecible a partir de la escritura -es decir, un hablante competente es

capaz de determinar inequívocamente la pronunciación estimada correcta para

casi cualquier texto-, no sucede así a la inversa, existiendo numerosas letras que

representan gráficamente fonemas idénticos. Los proyectos de reforma de la

grafía en búsqueda de una correspondencia biunívoca, los primeros de los cuales

datan del siglo XVII, han sido invariablemente rechazados.

La divergencia de la fonología de la lengua entre sus

diversos dialectos hace hoy imposible la elaboración de una grafía puramente

fonética que refleje adecuadamente la variedad de la lengua; la mayor parte de las

propuestas actuales se limitan a la simplificación de los símbolos homófonos, que

se conservan por razones etimológicas.