gonzález adánez.liberalismo, republicanismo y monarquía absoluta para américa xviii

Upload: luis-ramon-pena-maldonado

Post on 05-Feb-2018

227 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    1/20

    LIBERALISMO, REPUBLICANISMOYM ONARQUA

    ABSOLUTA: LOS PROYECTOS DE REFORMA

    PARA AMRICA EN LA SEGUNDA MITAD

    DEL SIGLO XVIII ESPAOL

    Por NOELIA GONZLEZ ADANEZ

    SUMARIO

    SIGNIFICADO YALCANCE DE LAS TRADICIONES LIBERALYREPUBLICANA DE PENSAMIENT O.

    LA MONARQUIA YAMRICAO AMRICA EN LA MONARQUA:

    La quiebra del pacto colo-

    nial.

    LAS

    MOTIVACIONES Y LOS PROYECTOS:

    Preservacin

    y

    rentabilidad:Amrica como

    colonias. Elmiedo

    a

    losEstados Unidos.LAS

    BASES FILOSFICAS DE LAS REFORMAS CA-

    ROLINAS FIN AMERICA.

    Durante

    el

    reinado

    de

    Carlos

    III

    (1759- 1788) tuvieron lugar

    un

    conjunto

    de

    transformaciones capitalesen lahistoriade laMonarqua espaola. Amrica, parte

    integrantedeesta unidad poltica,severa profundamente involucradaeneste pro-

    cesodecambio.La reflexindelas lites ilustradasnoignor aquellos territorios,

    porelcontrario,lapreocupacin por reformarlaMonarqua incluy proyectos para

    reconfigurarlaestructura del Imperio, que pondrandemanifiestolaexistenciade

    una visin de Am rica tanto en lo que se refiereasu configuracin poltico-adm i-

    nistrativa com o

    a

    su desempeo econmico distinta de

    la

    que haba dominado du-

    ranteel perodo Habsburgo.

    Este artculo correspondea unintento por esclarecerloque Colin Maclachlan

    llamlamatriz filosfica (1)de los planesdereforma conceb idos por las lites

    ilustradas bajoelreinadodeCarlos III. Es decir,setratadeindagar no sloen las

    motivaciones inmediatas de esas lites sino tambin en las referencias ideolgicas

    y

    axiolgicas de que disponen paralaarticulacinydesarrollo de los nuevos proyec-

    (1 )

    COLN MACLACHLAN:

    Spain'sEmpire

    in

    the New

    World:

    theRole

    of

    Ideas

    in

    Institutional and

    Social Changc. UnivcrsityofCalifornia Press, Berkeley, 1988, pg. X.

    359

    Revista

    de Estudios Polticos

    (Nueva poca)

    N m . 1 1 3 . J u l i o - S c p t ic m b r c 2 0 0 1

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    2/20

    NOELIA GONZLEZ ADNEZ

    tos. Para ello, se analizarn los contenidos de algunos de los escritos de Cam pom a-

    nes, Aranda y Floridablanca, cuyos precedentes se hallan en las propuestas inmedia-

    tamente previas de Campillo y Bernardo Ward.

    Las referencias de estos escritores son mltiples, no obstante, todas ellas pue-

    den, a efectos analticos, inscribirse en dos grandes lneas de pensamiento: el libera-

    lismo en su manifestacin ilustrada en donde los conceptos de utilidad y raciona-

    lizacin ocupan un lugar central, es decir, en donde una determinada epistemologa

    crtica, que abrir el camino hacia una concepcin del hombre como detentador de

    derechos inalienables, define una concepcin de la poltica basada en el clculo y

    un cierto republicanismo de cuo especficamente espaol que tiene su origen en la

    neoescolstica para el que la legitimidad de la autoridad procede de un pacto de

    sujecin, por medio del cual cada individuo renuncia a su libertad y acepta el poder

    absoluto del prncipe quien, como cabeza del Estado, se torna en garante nico del

    bien comn.

    Nicholas Henshall desarroll en su libro The Myth of Absolutism la idea, entre

    otras, de que si bien el absolutismo tratar de imponer desde el mbito del gobierno

    ciertas pautas de racionalizacin que implicarn como ocurre en el caso espa-

    ol

    un ejercicio ms directo y ms am plio del poder por parte del rey y sus oficia-

    les, tambin conllevar el reconocimiento de las libertades corporativas y la ex-

    tensin y consolidacin de los rganos de gobierno en los que stas estn represen-

    tadas (2). Al evidenciar Henshall esta convivencia no exenta de tensin entre

    absolutismo y consentimiento, ha cuestionado de forma persuasiva la existencia de

    algo similar a lo que la utilizacin del concepto absolutismo ilustrado ha evocado

    tradicionalmen te en la historiografa al uso. Henshall ha sostenido q ue, a la altura de

    la segunda mitad del siglo xvni, el monarca gobierna de acuerdo a un contrato o pac-

    to tcito en virtud del cual se compromete a fomentar el bienestar de sus subditos, a

    cambio de lo cual stos se someten en obediencia, sin que ello sea incompatible con

    que aqul goce de un amplio nmero de prerrogativas razn por la cual, efectiva-

    mente, la monarqua es absoluta (3). Como consecuencia, el absolutismo convive

    con instituciones que representan los intereses de las corporaciones sobre las que se

    sustenta el antiguo rgimen y que esgrimen, en apoyo al mantenimiento de sus privi-

    (2) NICHOLAS HENSHALL: The Myth of Absolutism. Change and Contimiity in Early Modern Euro-

    pean Monarchy,Longman, Londres, 1992, pg. 66. En la misma linea de HENSHALL, THOMAS MUNCKha

    hablado de monarquas nominalmente calificadas de absolutas que persiguieron llevar a cabo un pro-

    grama de reformas graduales y consensuadas, en The Enlightenment. A Comparative Social History,

    1721-1794, Amold, Londres, 2000, pgs. 218-9.

    (3) Una de las particularidades de este fenmeno, segn el propio HENSHALL, es que: Las conse-

    cuencias polticas a que dara lugar la insatisfaccin producida por la gestin de la autoridad (bajo el ab-

    solutismo) no fueron precisadas, ibidem, pg. 151. La Revolucin Francesa y, antes de ella, la norte-

    americana, constituiran dos intentos por concretar los mecanismos mediante los cuales deban y podan

    los gobernados expresar su descontento, as como por ampliar el nmero de individuos capacitados para

    hacerlo. Slo cuando se establecieran esos mecanismos los subditos dejaran de serlo para pasar a deno-

    minarse ciudadanos.

    360

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    3/20

    LIBERALISMO REPUBLICANISMO Y MONARQUA ABSOLUTA

    legios, la defensa de las libertades tradicionales. A partir de esta premisa, asu mida

    como prctica seminal, dependiendo del grado de intensidad con que el rey ejerza

    sus potestades en detrimento, en ltima instancia, de aquellas libertades tradicio-

    nales, nos encontramos ante una monarqua desptica o limitada.

    El libro de Henshall constituye un punto de referencia clave para analizar el ab-

    solutismo con el nimo de introducir matices y apreciaciones que arrojen una nueva

    luz sobre la comprensin de este fenmeno. Con este espritu, tratar de mostrar

    cmo Carlos III y sus ministros intentaron co nducir la gestin de los territorios am e-

    ricanos de acu erdo a criterios de eficacia y racionalidad; lo cual, a la altura de la se-

    gunda mitad del siglo xvm, slo pareca posible mediante un aumento e intensifi-

    cacin de las potestades de la corona (4). Al mismo tiempo, y sin que ello fuera

    incompatible con lo anterior, se imbricaron en este esquema de cosas ciertos plan-

    teamientos qu e, com o tendremo s ocasin de ver, procedan de una tradicin diferen-

    te a la que encarna el utilitarismo ilustrado. As se explica la prevalencia de criterios

    de justicia distributiva so bre la nocin liberal del inters personal y la consiguien-

    te asignacin al Estado de un papel rector en la gestin de las relaciones econ-

    micas

    o la idea de que es preciso revitalizar el pacto entre el monarca y sus sub-

    ditos americanos cu ando surja en el escenario de las relaciones entre la madre patria

    y los territorios americanos la posibilidad an remota de la secesin por parte

    de stos.

    SIGNIFICADO Y ALCANCE DE LAS TRADICIONES LIBERAL Y REPUBLICANA

    DE PENSAMIENTO

    Un anlisis detenido de los contenidos o presupuestos que pueden asignarse a

    una u otra tradicin de pensamiento trascendera con mucho el propsito de este ar-

    tculo. Lo que sigue es una sntesis apresurada de lo que pudieran c onsiderarse plan-

    teamientos liberales y republicanos.

    En trminos puramente ontolgicos, podramos decir que mientras el liberalis-

    mo pone el nfasis en el individuo como elemento central en la articulacin de las

    relaciones en el seno de la comunidad, el republicanismo desplaza el eje de impor-

    tancia hacia la propia comunidad en detrimento de sus miembros.

    A partir de esta premisa, las manifestaciones histricas de cada uno de estos

    planteamientos han sido mltiples, siempre adaptadas a los contextos en los que

    han surgido. Muy sintticamente, podramos decir que dentro del republicanismo

    encontramos: el el tomismo poltico de inspiracin aristotlica la sociedad es

    (4)

    ANTONIO ELORZA

    ha afirmado: La sociedad aparece idealmente ante el reformador como un

    todo homogneo sobre el que habrn de operar las medidas de fomento... De ah que... slo las superio-

    res luces del gobierno,

    med iante el ejercicio de la potestad reglamentaria,

    puedan incorporar el inters

    objetivo de la sociedad..., en

    La ideologa liberal en la Ilustracin espaola,

    Tecnos, Madrid, 1970,

    pg. 29 (La cursiva es mia).

    361

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    4/20

    NOELIA

    GONZLEZ ADANEZ

    conocimiento (mundos construidos sobre la base de un entendimiento racional de

    las potencialidades morales del hombre) y su creacin se produce en virtud de un

    pacto por medio del cual los individuos eligen o simplem ente acep tan de forma t-

    cita a unos gobernantes cuya funcin es fomentar el bien comn el iusnatu-

    ralismo moderno que pone el nfasis en el carcter artificioso (positivo) de

    la comunidad al tiempo que lo hace en su inevitabilidad, al derivarse su existencia

    de leyes generales que emanan de la naturaleza y el humanismo cvico o re-

    publicanismo clsico que potencia la idea de que la

    res publica

    debe ser una

    com unidad de individuos activos que participan de forma directa en la cond uccin

    de los asuntos de gobierno. Aristteles y, en versin cristiana, Toms de Aquino

    representaran la primera tendencia; Grotio y Pufendorf la segunda; mientras que

    la tercera recorrera una lnea ms compleja en donde se inscribiran desde Cice-

    rn hasta Rousseau (5).

    Por su parte, el liberalismo, al considerar a cada hombre como un individuo an-

    tes que como un ser social, y dar prioridad a la experiencia individual sobre la colec-

    tiva, ensalza el carcter crtico e incluso cientfico de su propio enfoque de la rea-

    lidad, se expresa, por tanto desde una epistemologa critica no hay que olvidar

    que el liberalismo surge de la Reforma y se desarrolla de forma paralela y a veces

    incluso convergente con la actividad cientfica que jalona el siglo xvn que histri-

    camente deriva en el reconocimiento del individuo como portador de derechos fren-

    te al Estado (6). La visin del individuo como un fin en s mismo, como un ser con

    una voluntad y un proyecto prop ios que, en ocasiones, colisionar con los propsitos

    generales de la comunidad de la que es miembro y la defensa de que prevalezca el

    inters y los derechos individuales que son los nicos fundados en la razn so-

    bre los del colectivo, est en pensadores tan dispares como John Locke o Inmanuel

    Kant .

    Vistos republicanismo y liberalismo desde esta perspectiva, vienen a constituir

    ms que ideologas, metaideologas o, utilizando una denominacin clsica en histo-

    ria de las ideas, tradiciones de pensamiento. Para un anlisis como el que pretendo

    realizar, un estudio de los discursos elaborados por ciertas lites con relacin a un

    problema poltico especfico la reorganizacin poltica de las posesiones espao-

    las en Amrica estas tradiciones de pensamiento constituyen cdigos interpretati-

    vos. Es decir, aportan unas coordenadas filosficas para la comprensin de los

    discursos elaborados al objeto de justificar y promover o, por el contrario, cuestio-

    nar, las decisiones polticas que se adoptan. Su anlisis debe ra perm itirnos, en lnea

    con lo expuesto por John Pocock, aprehender, por medio de una interpretacin criti-

    ca, qu ideas son utilizadas en un m omento particular, que enuncian e im plican, y en

    (5) Diferentes ensayos sobre cada una de estas variantes aparecen en un libro coordinado por

    ANTHONY

    PAODEN:

    The language ofPolitical Theory in Early Modern Europe,

    Cambridge University

    Press, 1987.

    (6) ANTHONY ARBLASTER: The Rise and Decline of Western Liberalism, Basil Blackwel, Londres,

    1986, pg. 32.

    362

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    5/20

    LIBERALISMO REPUBLICANISMO

    MONARQUA ABSOLUTA

    qu mtodos

    y

    premisas basan

    su

    existencia

    7). Es

    decir, contribuiran

    a

    aclarar

    qu

    propuestas englobanlosplanesdereforma,lasintencionesdequieneslosenuncian,

    y

    en qu

    ideas generales

    se

    inspiran para proponerlos.

    En

    la

    Ilustracin espaola

    y, ms

    especficamente,

    en los

    programas

    de

    reforma

    para Amrica elaborados bajo

    los

    auspicios

    de

    Carlos

    III

    encontramos, como tendre-

    mos ocasin

    de ver, que

    tales coo rdenadas

    se

    trazan desde

    la

    sntesis entre

    la

    prime-

    ra

    de las

    tres variantes repub licanas d escritas

    que, en su

    versin espaola

    se

    corres-

    ponde

    con lo que

    ampliamente

    se

    conoce como neoescolstica

    8) y un

    tipo

    de

    libe-

    ralismo

    sin

    implicaciones radicales,

    es

    decir,

    que an no

    plantea

    la

    exigencia

    en que

    histricamente culmina:elreconocimientodederechos individuales.Noobstante,lo

    que

    s se

    detecta

    es la

    presencia

    de

    otros com ponentes

    de la

    tradicin liberal como

    son

    la

    introduccin

    de

    criterios

    de

    utilidad

    y

    eficacia

    en la

    conduccin

    de los

    asuntos

    de gobierno;

    es

    decir,

    la

    racionalizacin

    de la

    poltica.

    LA MONARQUAYAMRICAOAMRICAEN LAMONARQUA

    En trminos generales puede decirse

    que,

    bajo

    la

    dinasta

    de los

    Borbones,

    se

    impuso

    un

    tipo

    de

    autoritarismo regio basado

    en la

    idea

    de que el rey

    deba

    ser el di-

    rector supremo

    y

    absoluto

    del

    gobierno

    de la

    Monarqua. Esta suposicin implicaba,

    al menos durante

    la

    segunda mitad

    del

    siglo

    xvm, que su

    autoridad emanaba

    del de-

    recho divino

    de una

    parte,

    de

    otra,

    de su

    capacidad para reconducir

    a la

    M onarqua

    por

    el

    camino

    de la

    prosperidad

    y la

    grandeza.

    El

    propio C arlos

    III era

    consciente

    de

    que

    su

    legitimidad como monarca,

    aun

    p roviniendo

    del

    derecho divino, dependa

    en

    la prctica

    de su

    capacidad para promover

    el

    bienestar

    de sus

    subditos

    9).

    Visin

    seculardelgobiernoyespritu utilitarioseunen,porco nsiguiente,en lajustificacin

    de

    su

    poder, arrumbando

    de

    esta forma

    la

    antigua percepcin

    de la

    Monarqua como

    embestida

    de una

    misin p rovidenc ial. Para

    las

    lites ilustradas universalismo

    y ca-

    tolicismo

    ya no son

    referencias sobre

    las que

    organizar

    la

    accin

    de

    gobierno

    10).

    (7)

    En

    Machiavelli, Harrington

    and

    English Political Ideologies

    in the

    Eighteenth Century,

    pg.

    106, enPolilcs, LanguageandTime. EssaysonPoltica ThoughtandHistory,The

    University

    of

    Chicago Press,

    1989.

    (8) Lavigenciadeestos planteam ientoshasido pu estademanifiesto, entre otros,porJoaqun Vare-

    la, quin afirm:Lainfluenciade laneoescolstica espaolade lossiglosxvi y xvn y engeneralla del

    pensamiento aristotlico-tomistaen el queaqullaseasienta)... durante todoelsigloxvmsigui go zando

    de predicamento,en

    La

    teora

    del

    Estado

    en los

    orgenes

    del

    constitucionalismo hispnico

    Las

    Cortes

    de Cdiz), Centrode Estudios Constitucionales, Madrid, 1983, pg. 13.

    (9) ANTHONY PAODEN: Liberty, HonourandComercio Libre:theStructuresof theDebates over

    the Stateof theSpanish EmpireinEighteenth-Ccntury,pg. 7, en

    The

    Uncertainities ofEmpire, Vario-

    rum, Londres, 1994.

    DAVID

    A.

    BRADING,

    en The Catholic Monarchy, pg. 401,

    SERGE GRUZINSKI

    y

    NATHAN WACHTELL

    (dir) :

    Le

    Nouveau Monde. Mondes Nouveaux. L'exprience amricaine.

    ditions

    Reserche

    sur les

    Civilisations, Pars,

    1996.

    (10) JOHN ELLIOTT

    ha

    sealado

    en

    Espaa

    y su

    mundo, 1500-1700,Alianza E ditorial, Madrid,

    1990,

    entre otros escritos, cules

    son las

    caractersticas fundamentales

    de la

    Monarqua Habsburgo:

    su

    tenden-

    363

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    6/20

    NOELIA

    GONZLEZ ADNEZ

    La prioridad ahora es colocar a la Monarqua en el camino hacia la prosperidad

    y para ello se precisa la creacin de un Estado fuerte. El problema es, como bien ha

    sabido ver Anthony Pagden, cmo hacer provechoso un imperio construido sobre la

    agregacin de territorios que, bajo los Austrias, slo se relacionaban entre s a travs

    de la existencia de un vnculo comn con el monarca; en definitiva, cmo transfor-

    mar esta estructura en una unidad poltica acabada y econmicamente eficien-

    te (11).

    Para que la Monarqua recuperara su grandeza perdida, para que alcanzara el

    pinculo de su gloria (12), era necesario proceder a una reforma completa de su

    estructura y tradicional mecnica de funcionamiento. En este esquema general de

    cosas a los territorios am ericanos se les conferira un papel central (13). En el anli-

    sis de los ilustrados, la Amrica espaola, mediante el comercio con la metrpoli,

    propiciara la recuperacin de la Monarqua. Su desempeo, en adelante, se equipa-

    rara al de las posesiones coloniales de Francia o Inglaterra: un proveedor de mate-

    rias primas, un mercado y por aadidura una fuente de recursos impositivos.

    De forma que la idea de Am rica como reinos llegara a su fin bajo el reinado

    de Carlos III. Aquella

    ius commune,

    que algunos historiadores han calificado de mo-

    narqua compuesta (14), basada en la idea de los reinos federados, sera progresiva-

    mente sustituida por un nuevo modelo segn el cual la madre patria, la metrpoli,

    deba procurarse un control activo sobre las posesiones americanas. Este control se-

    ra ejercido por medio de la racionalizacin de las tareas de gobierno mediante la

    centralizacin y la creacin de nuevos cargos, as como la introduccin de criterios

    de supervisin de las funciones atribuidas a los distintos oficiales pblicos; la obli-

    gacin de cumplir una ley subvirtiendo de esta forma aquella mxima antigua se

    obedece pero no se cumple, que se supona derivada no slo de la voluntad del so-

    berano, sino tambin de una razn natural y por ende universal; y la ampliacin de

    la prerrogativa regia a expensas de la Iglesia y de las lites criollas.

    De otro lado, una nueva teora econmica que podramos calificar de tardomer-

    cantilista un liberalismo econmico atenuado por la intervencin directa del Esta-

    do inspirara las reformas para Amrica en materia comercial.

    De forma que los esfuerzos de las sucesivas administraciones de los Borbones

    se encaminaron a la creacin de un Estado fuerte mediante la instrumentacin de

    cia a la universalidad, lo que equivale a nimo de expansin; su decisiva naturaleza catlica; la superposi-

    cin de los territorios de los que se compone y la existencia de un vinculo directo entre el rey y cada uno

    de sus subditos, pg. 210. Los dos primeros elementos dotaban a la Monarqua, en los que a su impulso

    imperial se refiere, de un marcado carcter providencialista.

    (11) ANTHONY PAGDEN: Liberty, Honour and Comercio Libre..., pg. 3, op. cit.

    (12) CSPEDES DELCASTILLO: Las reformas indianas del absolutismo ilustrado, pg. 205, en

    Ensayos sobre los reinos castellanos de Indias, Real Academia de la Historia, Madrid, 1999.

    (13)

    CHARLES

    S.

    NOEL:

    Charles III of Spain, pgs. 123-124, en H. M. Scorr (ed.):

    Enlightened

    bsolutism. Reform and Reformen in Later Eighteenth-Century Europe,Macmillan, Londres, 1990.

    (14) JOHN H. ELLIOTT: A Europe of Composite Monarchies, en Pasl and Presenl, nm. 137,

    1992.

    364

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    7/20

    LIBERALISMO REPUBLICANISMO Y M ONARQUA ABSOLUTA

    una poltica inspirada en lo que Peggy K. Liss ha llamado una nueva teora impe-

    rial de tipo nacional (15). Puesto que nacional puede entenderse como nacionalista,

    quizs sea ms apropiado hablar de una teora imperial centralizadora, de acuerdo

    con la cual, cada una de las partes que componan la Monarqua iba a ser unificada

    desde arriba para configurar una estructura hom ognea (16).

    La quiebra del pacto colonial

    John Lynch ha sealado que, hasta aproximadamente mediado el siglo, la Mo-

    narqua haba basado su existencia y el manejo de los asuntos americanos en el

    consenso; puesto que las lites criollas participaban notablemente en las gestin

    de los territorios coloniales, mediando a travs de un sistema complejo entre los in-

    tereses de la Corona y los de sus subditos americanos (17).

    No obstante, como el propio Lynch ha puesto de manifiesto, este consenso no

    descansaba en un compromiso de delegacin de poderes por parte de la metrpoli,

    sino en una cierta inhibicin del lado de las autoridades peninsulares respecto de

    los asuntos americanos: El verdadero contraste no era entre centralismo y delega-

    cin de poderes, sino entre los grados de poder que la metrpoli estaba dispuesta a

    ejercer en un momento determinado (18). Este tipo de poltica fue similar al salu-

    tary n eglect

    desplegado por los britnicos para con sus colonias americanas, al me-

    nos hasta el fin de la Guerra de los Siete Aos (19).

    En Espaa, la mencionada falta de integracin entre la metrpoli y los territorios

    coloniales iba a ser percibida por las lites ilustradas como un grave obstculo para

    (15) PEGGY K . LISS:LO Simperios transatlnticos. Las redes del comercio y de las Revoluciones de

    Independencia, FCE, Mxico, 1989, pg. 116.

    (16) PABLO FERNNDEZ ALBALADEJO: La Monarqua, enActas del Con greso Internacional sobre

    Carlos III y la Ilustracin, tomo I, El Rey y la Monarqua, Ministerio de Cultura, Madrid, 1989.

    ALBALADEJO

    ha sealado que el absolutismo alcanz su plenitud

    all

    donde los monarcas implantaron

    una concepcin del reino entendido como

    dominio d irecto,

    sobreponindose asi a las limitaciones que les

    venan impuestas por el

    dominio til

    de las

    constituciones

    tradicionales, pgs. 26-27. No obstante, de

    acuerdo con las tesis de Henshall, lo ms frecuente fue que el rey ejerciera, simultneamente, ambas mo-

    dalidades de dominacin.

    (17) JOHN LYNCH:La Espaa del SigloXVIII,Crtica, Barcelona, 1999, pgs.

    298-301.

    GUILLERMO

    CSPEDES DEL CASTILLOha sealado que: La impresin general de desorden e ineficacia ofrecida por las

    Indias era completamente falsa. Bajo tal apariencia, las oligarquas criollas haban impuesto sus concep-

    tos del orden y de la disciplina so cial, asi como sus prioridades en el m anejo y destino de los fondos p-

    blicos, en Las reformas indianas del absolutismo ilustrado, pg. 229, op. cit.Precisamente esta inde-

    pendencia defacto de que gozaban las lites criollas es, segn CSPEDES DEL CASTILLO, uno de los ele-

    mentos que impidieron que las reformas introducidas en Amrica arrojaran resultados amplios.

    (18) LYNCH: pg. 298, ibidem.

    (19) Una comparacin entre las administraciones im periales de Espaa y Gran Bretaa, en JOHN

    ELLIOTT: Empire and State in British and Spanish America, en GRUZINSKI, op. cit.

    365

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    8/20

    NOELIA GONZLEZ ADNEZ

    el desarrollode laMonarqua (20).Deforma que lanecesidaddeuniformarla

    constitucin poltica afectaraconespecial intensidad

    a

    losterritorios americanos.

    La cuestin

    es que los

    proyectos destinadosarestaurar

    el

    podery laprosperidad

    delaM onarqua ignoraronlacultura Habsburgo sobrelaquesehaba sostenidola

    autoridaddelaCoronaenAmrica hasta entonces.Lasreformas implicaran,de al-

    guna forma,

    la

    creacinde unnuevo Estado,

    al

    dotar

    a

    aquellos territoriosde una

    maquinaradegobiernoaunescala hasta entonces desconocidaen laAmricaes-

    paola (21). Peroelnuevo Estadoseformsin elco nsentimientode laslites

    criollas.En unmundo construido sobrelaculturadelpacto,lasubversinde loacor-

    dadopor una de laspartesno iba

    a

    tenerunagrata aco gida, sobre todo

    si

    pensamos

    enlosgrandes perjuiciosqueelnuevo esquema traera consigo paraunalite h abi-

    tuadaaejercerelpoder, aunque fueraaescala localyporcanalesnosiempre institu-

    cionales.

    LAS MOTIVACIONES

    Y

    LOSPROYECTOS

    BajoelreinadodeCarlosIIICam pom anes, Aranda, Floridablanca,con sus pre-

    cedentesen losescritosdeCam pilloyBernardo Ward; todos ellosse vieron concer-

    nidos

    de

    unaforma

    u

    otrapor

    la

    cuestin americana.

    A

    pesar

    de las

    disimilitudes

    queseaprecianensuspropuestas,supropsito centralessiempreelmismo:unfor-

    talecimiento

    de los

    lazos

    con los

    dominios americanos sera imprescindible para

    re-

    forzarlaM onarquaen sutotalidad, mien trasque unimpulsoalasrelaciones comer-

    ciales procuraraelsostenimientodelvnculo entrelamadre patriaysusterritorios

    americanosy, lomsim portante,lohara p rovechoso desdeun puntodevistaeco-

    nmico.

    Preservaciny rentabilidad: Amrica como colonias

    Con estos planteamientos

    en

    mente,lasustitucin

    de

    laidea

    de

    expansin impe-

    rialporotra basadaen lapreservacindelosdominios americanosseconv irtien

    prioridad. Esta transmutacindeobjetivosibaatener lugar mediantelasuplantacin

    delespritudeexpansinque haba dominado

    la

    accinenAm ricaenetapasan-

    teriores porlabsquedade beneficios. Para lograr este objetivo,elEstado deba

    patrocinarunasustitucindevalores tradicionales, tales com oelhonory laconquis-

    ta ,porotrosdetipomsmod erno; aquellos conectadosconelcomercioysus be-

    neficios, inspirados

    en

    nociones como

    la

    cooperacin

    y la

    confianza (22).

    20)

    CHARLES

    C. NOEL: Charles III of Spain, pg. 121. en H. M. SCOTT,

    op. cil.

    21)

    DAVIDA.BRADING:

    The Catholic Monarchy, pg. 399,

    enGRUZINSK IyWACHTEL,op.

    cil.

    (22) A.PAGDEN: Liberty, Honour

    and

    Comercio Libre...,

    pg.

    7,

    op. cil.

    Elpapel

    del

    Estadoen

    materia

    de

    educacin,

    de

    inculcacin

    de los

    nuevos valores paralaconversinde

    los

    subditos

    de

    la

    Mo-

    366

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    9/20

    LIBERALISMO REPUBLICANISMO Y M ONARQUA ABSOLUTA

    La idea de un imperio basado en su preservacin y no en la expansin de sus l-

    mites,

    aparece con claridad en la obra de Jos de Campillo y Cosso

    Nuevo sistema

    econmico de gobierno para la Amrica,escrita en 1743 y publicada por vez prime-

    ra en 1798 aunque para esta fecha ya era ampliamente conocida en crculos gu-

    bernamentales e intelectuales. Campillo era perfectamente consciente de las necesi-

    dades impuestas por la contingencia. Si en el siglo xvi la conquista haba sido no

    slo legtima sino incluso rentable para la Corona no slo en trminos econmi-

    cos sino tambin de prestigio internacional en el siglo xvm la escena configurada

    por la aparicin de nuevas ex igencias y dinmicas era notablem ente diferente. La re-

    cuperacin de la Monarqua tendra lugar mediante el desarrollo cuidadoso de su po-

    tencial econmico.

    En el anlisis de Campillo, el problema de la distancia entre los dominios ameri-

    canos y la metrpoli, que haba permitido disponer a la lite criolla de un amplio

    margen de autonoma, poda y deba ser resuelto mediante la implantacin del siste-

    ma de intendencias, en la presuncin de que ste reducira el poder de aquellas li-

    tes. El desarrollo y la intensificacin del comercio sera el otro remedio a apli-

    car (23).

    Por lo que se refiere a la primera p ropuesta de C ampillo, efectivamente, la venta

    de cargos, practicada desde finales del siglo xvn, ces en 1750 y a partir de 1764 co-

    menz a implantarse el sistema de intendencias (24). Los intendentes vendran a

    sustituir a los corregidores, cargos tradicionalmente ocupados por criollos. Como es

    bien sabido, sus amplias atribuciones abarcaban desde la recaudacin y administra-

    cin de impuestos y la gestin y promocin general de los recursos pblicos (censo,

    obras pblicas, industria y agricultura, graneros y archivos, etc.) hasta la adm inistra-

    cin militar. Estas iniciativas produjeron una exitosa desamericanizacin del go-

    bierno colonial (25), y redundaron el la quiebra del pacto colonial, en la lnea de lo

    expuesto anteriormente.

    En su

    Proyecto econmico en el que se proponen varias providencias dirigidas

    a promover los intereses de Espaa, con los medios necesarios para su plantifica-

    narquia en agentes activos, en contribuidores a la riqueza colectiva, se aprecia claramente entre otros, en

    los conocidos escritos de Campomanes Discurso sobre la educacin popularde 1775 y Jovellanos

    Reforma de la Ley Agraria ,

    de 1795.

    (23) A.

    PAGDEN:Ibidem

    Este escrito de

    CAMPILLO

    es tambin analizado con detenimiento por Ancs

    en

    La Corona y a Amrica del Siglo de las Luces,

    Marcial Pons, Madrid, 1994.

    (24) Los aos inmediatamente posteriores a la firma del tratado de Pars, que puso fin a la Guerra de

    los Siete A os, asisten a un notable impulso reformador. Y ello no slo en Espaa sino tambin en Ingla-

    terra y Francia. A este respecto H. M.SCOTTha sealado: Aunque la Guerra de los Siete Aos provea

    de un nuevo mpetu reformador, no dictaba el tipo de medidas que se instrumentaran, pg. 17, en

    Introduction, en H. M. SCOTT,op. cil.TambinCSPEDES DEL CASTILLOha puesto de manifiesto la im-

    portancia de la guerra en la concepcin de nuevas reformas e incluso ha sostenido que stas tuvieron, en

    consecuencia, un profundo carcter reactivo, pues el fin de la guerra trajo consigo la necesidad de reorga-

    nizar la estructura de dominacin en Amrica, en Las reformas indianas..., pg. 232, op. cil.

    (25)

    LYNCH:

    pg. 304,

    op. cil.

    367

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    10/20

    NOELIA

    GONZLEZ A DNEZ

    cin(1762), Bernardo Ward coincida con Campillo en que la pervivencia de los va-

    lores asociados al espritu de conquista paralizaba el desarrollo de Amrica y, por

    extensin, de la Monarqua en su conjunto (26).

    Igual que Campillo, Ward compar los beneficios obtenidos por Inglaterra y

    Francia de la posesin de territorios insulares en el continente para concluir que s-

    tos superaban enormemente los extrados por Espaa de un espacio geogrfico no

    slo mucho mayor, sino tambin ms rico (27).

    La expansin del comercio y la reorganizacin poltica del imperio fueron las

    dos grandes proposiciones avanzadas por Ward: Debemos mirar la Amrica baxo

    dos conceptos: I. en quanto puede dar consumo nuestros frutos y mercancas: 2.

    en quanto es una porcin considerable de la Monarqua, en que cabe hacer las mis-

    mas mejoras que en Espaa (28). En esta frase se aprecia con claridad que aquella

    conversin, anteriormente mencionada, de los territorios americanos de reinos a co-

    lonias no fue radical ni inmediata. Para Ward Amrica debe ser un mercado, pero

    considera estas posesiones como parte de la Monarqua, merecedoras del mismo tra-

    tamiento que recibe la pennsula. La conciliacin de ambas ideas resultara, cuando

    menos, problemtica. Al atribuir a los territorios americanos el papel de una colon ia,

    stos quedaban necesariamente colocados en una posicin de subordinacin respec-

    to de la madre patria. El hecho de que se les dispensara en materia poltico-adminis-

    trativa un tratamiento equivalente al recibido por la pennsula no slo no compensa-

    ba lo anterior, sino que agravaba sus resultados puesto que, como ya dijimos, las re-

    formas introducidas generaron en Amrica un considerable descon tento (29).

    Conviven por tanto en el periodo las dos visiones de Amrica. Si, por ejemplo,

    Campomanes habla abiertamente de colonias, este nombre no aparecer nunca en

    documentos oficiales (30). An en la primera dcada de la siguiente centuria se si-

    gue dando esta circunstancia. Flrez Estrada aludir en su

    Examen imparcial

    a

    Amrica como colonias, mientras que la Junta Central, la Regencia y la propia

    Constitucin de 1812, seguiran refirindose a los territorios americanos como rei-

    nos (31).

    (26)

    BERNARDO WARD:

    Proyecto econmico.

    Banco de Bilbao, Bilbao, 1986, pg. 148.

    (27) Ibidem, pg. 225.

    (28) Ibidem, pg. 228.

    (29) En lneas generales, puede decirse que los historiadores espaoles han tendido a relativizar el

    papel del reformismo borbnico como causa de la independencia americana (CSPEDESyANES), mientras

    que los historiadores anglosajones suelen colocar las reformas entre los elementos centrales que precipi-

    taron los procesos de emancipacin, al excluir a las lites autctonas de los mbitos de poder (BRADING,

    LYNCH, MACLACHLAN).

    (30) R.

    LEVENE: Las Indias no eran colonias.

    Buenos Aires, 1951.

    (31) ALVARO FLREZ ESTRADA:Exam en imparcial de las disensiones de la Amrica con la Espaa,

    de los medios de su reciproco inters y de la utilidad de los aliados de las Espaa(1811), Consejo Fede-

    ral del D istrito M unicipal, Caracas, 1974, sostena q ue: Espaa tal vez se puede gloriar, a pesar de su go-

    bierno desptico, de haber sido la ms indulgente de todas las metrpolis antiguas y modernas para con

    suscolonias;as es que ningunas otras llegaron a igual grado de prosp eridad, pg. 6 3. El 22 de enero de

    1809 la Junta Central se decidi a emitir una decreto convocando el envo de vocales americanos. En l

    368

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    11/20

    LIBERALISMO

    REPUBLICANISMO Y MO NARQUA ABSOLUTA

    Pedro Rodrguez de Campomanes demostr tener un exhaustivo conocimiento

    de las posesiones espaolas en Amrica en sus

    Reflexiones sobre el comercio espa-

    ol a Indias

    (1762), cuya primera parte est ntegramente consagrada a la descrip-

    cin de las condiciones histricas y ambientales de los diferentes territorios que

    componan los dominios espaoles. Campomanes denunciara que uno de los obs-

    tculos interpuestos a la recuperacin de la Monarqua proceda de la sobreabun-

    dancia del clero en Amrica. En el planteamiento de Campomanes, la Iglesia

    existe nicamente dentro del Estado, y los clrigos no deben quedar exentos de sus

    obligaciones en tanto que subditos y ciudadanos (32).

    De hecho, una nueva actitud y correspondiente legislacin hacia el clero sus

    privilegios y su propiedad en consonancia con el regalismo practicado en la pe-

    nnsula, se aprecia desde mediados de la centuria. Se restringieron la inmunidad

    eclesistica, el derecho de asilo, la jurisdiccin del fuero eclesistico y otros privile-

    gios tradicionales, como ciertas exenciones tributarias (33). La secularizacin de te-

    rritorios administrados directamente por rdenes religiosas culmin en 1767 con las

    expulsin de los jesutas, accin cuya violencia contrasta notablemente con la laxi-

    tud de las otras reformas y los mecanismos empleados para su introduccin (34).

    Pero adems, para Campomanes, si la estructura imperial o, en trminos ms

    flexibles, las relaciones entre Amrica y la mad re patria, adolecan de ciertos proble -

    mas, ello tena su origen en un modelo de colonizacin que dio prioridad a la explo -

    tacin y poblamiento de las reas ricas en produccin de materiales preciosos, dan-

    do lugar a la introduccin en Espaa de grandes cantidades de oro y plata, que gene-

    r una inflacin de la economa y una anegacin del desarrollo agrcola e industrial;

    y, finalmente, el establecimiento de un sistema de flotas y la restriccin de los puer-

    tos a los que se les permita comerciar con Amrica impidieron, igualmente, una

    rentabilizacin del intercambio comercial y provocaron la concentracin de los be-

    neficios extrados del com ercio en unas pocas m anos (35).

    Campo manes se hace eco de lo advertido por M ontesquieu en su

    Esprit des lois

    (1748), donde argument que la llegada masiva de metales preciosos a la pennsula

    se decia: ... la Junta Suprema C entral Gubernativa del Rcyno, considerando que los vastos y precisos do-

    minios que Espaa posee en las Indiasno son propiamente colonias o factoras como las de otras nacio-

    nes, sino una parte esencial e integrante de la Monarqua espaola...se ha servido S.M. declarar que los

    reinos, provincias e islas que forman los referidos dominios, deben tener representacin inmediata a su

    real Persona por medio de sus correspondientes diputados. Citado en FRANCISCO XAVIER GUERRA: Mo-

    dernidad e independencias. En sayos sobre las revoluciones hispnicas.FCE, Mxico, 1992, pg. 135.

    (32)

    Citado

    por D. BRADING, pg. 398, op. cit.

    (33)

    CSPEDES

    DEL CASTILLO: pg. 240,

    op. cit.

    (34) CSPEDES DEL CASTILLOha explicado que el hecho de que la orden de los jesutas, particular-

    mente en Paraguay, se comportara com o un Estado dentro del Estado, se perciba como un grave ob stcu-

    lo para el fortalecimiento de la Monarqua en Amrica, razn por la que se opt por la expulsin,

    pgs. 242-243, ibidem.

    (35) P.CAMPOMANES: Reflexiones sobre el comercio espaol a Indias, editado por Vicente Llom-

    bart, Instituto de Estudios fiscales, Ministerio de Economa y Hacienda, Madrid, 1988, pg. 3.

    369

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    12/20

    NOELIA GONZLEZ ADANE Z

    haba arruinado la econom a de la Monarqua al impedir el desarrollo de sus fuerzas

    productivas, resultando que la mayora de las manufacturas exportadas desde Cdiz

    a Amrica procedan de otros pases europeos. Montesquieu concluy que: Las

    Indias y Espaa son dos poderes bajo el mando de un mismo soberano; pero las

    Indias son la parte principal, mientras que Espaa es slo la accesoria (36). Ya Sir

    Josiah Child haba advertido que el comercio de Espaa con sus posesiones ameri-

    canas era mucho ms costoso que el mantenido por Inglaterra con sus colonias del

    norte; de forma que, en el primer caso, el intercambio era no slo menos fluido

    debido al establecimiento de un sistema de flotas, sino tambin mucho menos

    rentable (37).

    Puesto que la reorganizacin adm inistrativa del imperio y el aumen to de los des-

    tacamentos m ilitares iban a generar nuevos costes, urga desarrollar un nuevo esque-

    ma econmico (38). En lugar de elevar los impuestos tal y como se haba hecho tra-

    dicionalmente, la Corona prefiri estimular aquellas actividades econmicas sus-

    ceptibles de incrementar los recursos del Tesoro.

    Mientras que el sector minero recibira un impulso notable una bajada del

    precio del mercurio y un descenso general de impuestos fueron algunas de las medi-

    das instrumentadas bajo los auspicios de Jos de Glvez (39) , en los mbitos de la

    agricultura y la produccin manufacturera la legislacin se encamin a garantizar

    que la produccin americana no se hallara en disposicin de competir con la penin-

    sular (40).

    En este orden de cosas, la promocin del comercio se convirti en una prioridad

    esencial. El comercio, en palabras de Campillo, era la sangre del cuerpo polti-

    co (41). La idea general era que de tener todos los subditos acceso al comercio, ello

    redundara en un beneficio global para el conjunto de la Monarqua. Detrs de esta

    propuesta se hallaba, sin duda, la nocin ilustrada de que el comercio consista no

    nicamente en el intercambio de mercancas, sino tambin en un cierto intercambio

    de tipo cultural, en virtud del cual los individuos devenan ms civilizados, ms

    tolerantes, menos proclives a recurrir a la violencia en situaciones de conflicto. El

    com ercio, por tanto, en el ideario ilustrado, favoreca la armona que, de natural, de-

    (36)

    BARN

    DE

    MONTESQUIEU: El Espritu de las Leyes.

    Libro XXII, cap. XXI. Tecnos, Madrid,

    1972, pgs. 304-5.

    (37)

    JOSIAH CHILD: A New Discourse of Trade,

    Londres (1688), 1740, pgs. 192-219.

    (38) Las reformas m ilitares se acometieron con el propsito de poner en estado de defensa a toda la

    Amrica espaola, mediante la formacin de una marina real permanente basada en ocho apostaderos o

    arsenales ultramarinos y de un ejrcito profesional formado por milicias de nueva creacin. Para las re-

    formas militares verCSPEDES DEL CASTILLO,pgs. 244-27 6, en Las reformas indianas...,op. cit.

    (39) Las reformas de tipo econmico, as como una valoracin de los resultados obtenidos a partir

    de su introduccin, pueden verse en el libro de GONZALO ANES:La Corona y la Amrica..., op. cit.;el co-

    rrespondiente epgrafe de Las reformas indianas del Absolutismo Ilustrado de

    CSPEDES DEL CASTILLO,

    citado ms arriba; y la parte final del captulo Espaa y Amrica en el libro de John Lynch.

    (40) LYNCH: pgs. 327-328, op. cit.

    (41)

    PAGDEN:

    Liberty, Ilonour...,

    op. cit.,

    pg. 14.

    37

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    13/20

    LIBERALISMO REPUBLICANISMO Y MONARQUA ABSOLUTA

    ba reinar entre los hombres, es decir, constitua uno de los mbitos naturales para el

    desarrollo de los potenciales humanos de sociabilidad (42).

    En 1765 se aprobaron los primeros decretos para ampliar el nmero de puertos

    con capacidad para comerciar con Amrica. La promulgacin del decreto de 1778

    sancion un comercio libre y protegido (43). A pesar de que este nuevo conjunto

    de medidas signific una abolicin del monopolio detentado hasta entonces por C-

    diz, no implic una libertad plena de comercio, puesto que ste segua estando cir-

    cunscrito a los puertos de la pennsula. La prohibicin de comerciar con pases ex-

    tranjeros se mantuvo intacta y, adicionalmente, se endurecieron las medidas contra

    el trfico ilegal.

    Lo anterior denota que si bien los reformadores ilustrados estaban de acue rdo en

    la necesidad de eliminar obstculos a los beneficios que traera consigo la persecu-

    cin del inters personal, no conceban la conduccin de los asuntos econmicos al

    margen de un cierto papel rector que corresponda al Estado (44). Se fue asentando,

    de esta forma, una determinada forma de ver la economa que vinculaba la accin de

    Estado con la prosperidad y el bienestar de los individuos de acuerdo a criterios de

    justicia distributiva (45). Esto fue lo que Bernardo Ward llam comercio polti-

    co (46).

    En esta misma lnea, Campomanes propuso impulsar el comercio con lo que,

    como dijimos, abiertamente llamaba las colonias, pero manteniendo a un tiempo

    un control sobre el intercambio. Como ha sealado Llombart en su estudio prelimi-

    nar a la obra de Campomanes, junto con el clculo poltico y la idea de una organi-

    zacin social basada en la ley natural, la nueva teora colonial rechazaba esquemas

    previos de coercin monopolios para defender la necesidad de un desarrollo

    colonial controlado, que propiciara un incremento de la demanda de manufactu-

    ras espaolas en Amrica y la produccin de materias primas en los trminos ms

    ventajosos posibles (47).

    El miedo a los Estados Unidos

    En 1787 el Conde de Floridablanca recoga en su Instruccin reservada los

    pensamientos del propio Carlos III acerca de cmo deban conducirse los asuntos de

    gobierno. Sus propuestas para mejorar la situacin en Amrica podran quedar resu-

    midas en: los oficios pblicos deban ser ocupados por sujetos de probidad par-

    (42) Ibidem.

    (43) LYNCH: pg. 325, Ibidem.

    (44)

    MACLACHLAN:

    op. cit.. pg. 93.

    (45) ... an economic justificatio n... that linked the state to the prosterity and well bcing of indivi-

    duis MacLachlan, op. cit., pg. 67.

    (46) WARD: op. cit.. pg. 234.

    (47) CAMPOMANES: op. cit., pgs. XXVI-XXVII.

    371

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    14/20

    NOELIA

    GONZLEZ A DNEZ

    ticularmente los funcionarios de la hacienda deban someterse a rigurosos criterios

    de transparencia en el desempeo de sus cargos; la exigencia de que se disciplina-

    ra el clero (48); y de que se mantuviera la legislacin que en materia comercial cul-

    min en el decreto de 1778.

    Pero adems, Floridablanca sugera la adopcin de ciertas medidas destinadas a

    asegurar la frontera norte, puesto que una vez producida la independencia de las Trece

    Colonias, surgi el temor a que los recin creados Estados Unidos amenazaran la inte-

    gridad territorial de las posesiones espaolas en Amrica. Una poltica de aislamiento

    traera consigo un doble beneficio: no slo se podrn defender de enemigos aquellas

    vastas e importantes regiones de la parte septentrional, sino que sern tenidos en suje-

    cin los espritus inquietos y turbulentos de algunos habitantes (49).

    Con esta misma preocupacin en mente, el Conde de Aranda elev su

    Exposi-

    cin al rey Don Carlos III sobre la conveniencia de crear reinos independientes en

    Amrica

    en 1783. Inmediatamente despus de firmar el acuerdo de paz con Inglate-

    rra y proceder al reconocimiento de la independencia norteamericana, Aranda afir-

    maba: la independencia de las colonias inglesas queda reconocida y ste es para m

    un motivo de dolor y temor (50). Al igual que Floridablanca, Aranda presuma que

    la ideologa revolucionaria que llev a las Trece Colonias a reclamar su indepen-

    dencia, podra extenderse a las posesiones espaolas en Amrica del Sur. Otros fac-

    tores que Aranda menciona como potenciales amenazas a la integridad territorial de

    los dominios espaoles eran: la idea ampliamente aceptada de que la distancia entre

    aquellas tierras y la madre patria haca insostenible el mantenimien to de los vnculos

    imperiales por mucho ms tiempo (51); las dificultades para proveer a Amrica de

    los recursos necesarios (socorros); los abusos cometidos por ciertos oficiales pbli-

    cos;

    la falta de coordinacin entre las decisiones adop tadas en la madre patria y las

    necesidades a que deban darse satisfaccin en Am rica, dado el problema de la dis-

    tancia (52).

    Si adems tenemos en cuenta la Rebelin de Tpac Amaru en Per y de los Co-

    muneros del Socorro en Nueva Granada, que inquiet los nimos no slo en la ma-

    dre patria, sino tambin entre las mismas lites criollas entre los aos de 1780 y

    1783,

    se entiende la preocupacin de Aranda y la radicalidad de su propuesta (53).

    (48) CONDE DE FLORIDABLANCA:Instruccin reservada que la Junta de estado creada formalmente

    por mi decreto de este da 8 de julio de 1787, deber observar en todos los puntos y ramos encargados a

    su conocimiento y examen, en Gobierno del Seor Rey Don Carlos III. editado por ANDRS MURIEL,

    Madrid, 1839, pgs. 195-212.

    (49)

    Ibidem.,

    pg. 225.

    (50) CONDE DE ARANDA: Exposicin del Conde de Aranda al rey Don Carlos III sobre la conve-

    niencia de crear reinos independientes en Am rica, enANDRS MURIEL,Historia de Ca rlos IV.tomo se-

    gundo, BAE, volumen 115, Madrid, 1959, pg. 399.

    (51) Jams han podido conservarse por mucho tiempo posesiones tan vastas, colocadas a tan gran

    distancia de la metrpoli,

    Ibidem.

    (52) Ibidem.

    (53) La rebelin complic la introduccin de reformas y tuvo una influencia notable en el conjunto

    372

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    15/20

    LIBERALISMO. REPUBLICANISMO Y M ONARQUA ABSOLUTA

    Aranda sugirilacreacin de tres reinos separadosenAm rica. Los tronos de-

    ban ser ocupados por prncipesde laCasa Borbn,deforma que CarlosIIIsera

    proclamado emperador. Deban firmarse acuerdos conlarama francesa de los B or-

    bones,que garantizaranypusieranasalvaguardia el comercio con Am rica; permi-

    tiendoalos franceses tomar p arte en l,en elreconocimiento de que Espaa no po -

    da,por s sola, proveera lasAm ricasdetodos los recursos requeridos (54).

    Para Aranda este plan permitira disfrutardetodas las ventajas que nosda la

    posesindeAm ricasinningunode susinconvenientes (55).Dealguna forma,

    Aranda pretendalarevitalizacin delavieja idea delaMonarqua como reinosfe-

    derados para conciliaria con los nuevos objetivos;elsostenimiento de un intercam-

    bio comercial altamente beneficioso paralaM onarqua,envirtud del cual Am rica

    desempeaba,

    defacto,

    lafuncin de una colonia. Su plan implicaba adicionalm ente

    la enajenacin de un territorio que, aproxim adam ente, se corresponda conelrecien-

    temente creado Virreinato del Ro delaPlata, pueslaidea era formar una unidad te-

    rritorial compacta ms resistente ante posibles amenazas externas (56). En definiti-

    va,laidea de Aranda era preservar,acualquier precio,laintegridad de una Monar-

    qua que, unos aos antes, haba descritoenlos siguientes trminos: La Coronase

    componededos porciones,la deEuropay la deAm rica;y tan vasallos son unos

    como otros.Elmonarcaesuno soloy elgobiernohade ser unoen loprincipal, de-

    jando nicamente las diferencias para las circunstancias territoriales queloexigie-

    ran (57). Com o vem os,laidea delaMonarqua compuesta por los territoriosaam -

    bos lados del Atlntico se aade, en sntesis com pleja,a lanecesidad de transformar

    las posesiones espaolasenAm ricaencolonias,almenosa efectos comerciales,

    con toda lacargadesubordinacin queello implica.

    Las razones por las cuales

    el

    plan de Aranda fue rechazado fueron bsicamente

    dos.

    Primero, Carlos

    III no

    poda renunciar

    a

    territorios que eran patrimonio

    de la

    Corona. Incluso

    si

    los reinos fueran

    a

    ser gobernados por prncipes de

    la

    Casa Bor-

    bn, su creacin equivala, de alguna forma,

    a

    una concesin de indepen dencia, algo

    que

    ni

    Carlos

    III ni

    sus m inistros estaban dispuestos

    a

    aceptar. En segundo lugar,

    el

    plan

    de

    Aranda contravena

    la

    poltica seguida hasta en tonces,

    de

    mayor control

    y

    presencia

    de la

    Corona

    y sus

    agentes

    en

    Am rica.

    de los dominios.Apesar de qu efuefinalmente suprimida, m ostr que M adrid no tena un control pleno

    sobrelasituacin en Am rica. JAIME E.RODRGUEZO.,La Independencia de la Amrica Espaola,FCE,

    Mxico, 1996, pgs. 40-41.

    54) ARANDA: p. 400, op. cit.

    (55) Ibidem, pg. 401.

    (56) Dentro del impulso reformista general hay que ver la creacin de nuevas divisiones administra-

    tivas en A mrica. En 1776 se creelvirreinato del Ro delaPlata, en 1777lacapitana general de Vene-

    zuelay en 1778 la deChile.

    (57) EnelPlan de gobierno para el Prncipe que Aranda en vi desde Pars al Principe de Asturias

    en 1781. Citado por

    JOAQUINOLTRA

    y

    MARIANGELES PREZSAMPER:El Conde de Aranda y los Estados

    Unidos,

    PPU, Barcelona, 1987, pg. 233.

    373

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    16/20

    NOELIA GONZLEZ ADNEZ

    La permanencia de la integridad de los territorios americanos fue tan im portante

    para Ca rlos III com o para su sucesor. Godoy, en sus

    Mem orias,

    sealaba que uno de

    los grandes logros de Carlos IV haba sido el mantenimiento de sus posesiones en

    Amrica: Carlos IV, en el siglo ms plagado de trastornos y turbaciones que ofre-

    ci la Edad Moderna, fuerte contra todos los embates de una larga guerra encarniza-

    da, a dos y tres mil leguas de su asiento, conserv en paz e intacta, mientras tuvo el

    cetro,

    la soberbia herencia de las Indias espaolas que le dejaron sus mayores (58).

    Dos dcadas despus del plan de Aranda, Godoy hizo una nueva propuesta que

    comprenda el envo de infantes espaoles a Amrica en el lugar de virreyes. stos

    deban ser acompaados por ministros responsables y un senado compuesto a par-

    tes iguales por peninsulares y am ericanos deba crearse para el conjunto de las pose-

    siones. De manera que Godoy reclamaba la reincorporacin de los criollos al go-

    bierno de los asuntos americanos. La idea de que su exclusin haba producido un

    descontento que poda dar lugar, como ocurriera en el caso de las Trece Colonias, a

    una revolucin y consiguiente secesin de los territorios americanos, se haca inso-

    portable al Prncipe de la Paz. El acercamiento del Rey a sus subditos en Amrica y

    la incorporacin de los mismos a la gestin poltica y administrativa, fueron percibi-

    dos como elementos que podran evitar una posible catstrofe.

    Godoy acus a Aranda de haber sido influido por los franceses y present su

    propio proyecto como espaol enteramente (59). Justific el carcter patritico

    de su propuesta sobre la base de que sta no contemplaba la enajenacin de territo-

    rios de la Monarqua. Su deseo era recuperar la confianza de los americanos acer-

    cando la Corona a sus subditos, no hacer concesiones que tendran por nicos bene-

    ficiarios a potencias extranjeras.

    LAS BASES FILOSFICAS DE LAS REFORMAS CAROLINAS EN AMRICA

    Como hemos visto, la centralizacin, el regalismo, la exigencia de una gestin

    transparente en el desempeo de los cargos pblicos, es decir, la introduccin de cri-

    terios de eficacia y utilidad, son todos ellos elemen tos que estn presentes en las re-

    flexiones que originan, de una u otra forma, las reformas Carolinas en Amrica. La

    nueva visin que se tiene de cul debe ser el objetivo de la Monarqua respecto de

    los territorios americanos; lograr su preservacin y hacerlos provechosos desde un

    punto de vista econmico, es el punto de partida desde el que se estructura un dis-

    curso destinado a promover la gestin eficaz de las posesiones americanas.

    Por tanto, el espritu de reforma que acompa la adopcin de las nuevas medi-

    das,

    as como el tono critico de la reflexin que las produjo, son sin duda rasgos pro-

    pios de lo que ms arriba calificamos de liberalismo en su fase ilustrada. Ahora bien,

    (58 ) M. GODOY: Memorias del Principe de la Paz, BAE, volumen 88, tomo I, Madrid, 1965,

    pg. 418.

    (59) Ibidem, pg. 420.

    374

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    17/20

    LIBERALISMO REPUBLICANISMO

    MONARQUA ABSOLUTA

    la formaencmo reforma

    y

    crtica

    se

    sustanciaron

    en

    polticas concretas parece,

    en

    muchas ocasiones, contravenir ciertos supuestos propios

    de

    aquella corriente

    de

    pensamiento. Ello

    no

    entraa

    una

    contradiccin

    si

    consideramos,

    con

    H.

    M.

    Scott,

    que

    la

    Ilustracin debe verse como

    un

    marco intelectual amplio

    a

    partirdelcual

    se

    adoptan determinadas reformas,

    no

    como

    la

    fuente directa

    de

    medidas particula-

    res60).

    En

    la

    reflexin

    en

    torno

    a

    medidas concretas ocurreque,junto

    a las

    nuevas

    ideas, aparecen planteamientosdeotro tipo.

    En

    elcasodeEspaa, comohasoste-

    nido MacLachlan:Elescolasticismo ,en susprincipales v ariaciones, contina sien-

    do influyente

    a lo

    largodelreinadodeCarlosIII.Como consecuencia, m ientrasque

    los oficiales aceptan mtodos tradicionales

    en

    determinadas reas, emplean otros

    ms innovadores cuando les esposible

    61).

    En

    uno

    de

    los

    aspectos

    en

    los que ms

    claramente

    se

    aprecia

    la

    pervivencia

    de

    esos esquemas tradicionales

    es en el

    econmico.Yavimosque

    la

    libertad

    de

    co-

    mercio,una exigencia lgicamente derivada

    de los

    planteamientosdel liberalismo

    ilustrado,se veatemperadapor

    la

    necesidadde que

    el

    Estado intervenga activamen-

    te

    en la

    regulacin

    de

    lasactividades productivas

    y

    com erciales.Lanocin clsica

    de justicia distributiva, vinculada

    al

    planteamiento neoescoltico-republicano

    que

    prioriza

    el

    logrodelbien comn sobre

    la

    consecucindeintereses ind ividuales,

    se antepone

    a

    lashipotticas ventajasde unutilitarismoque, en

    lo

    econmico, puede

    generar grandes desigualdadesy,sobre todo,noreportaralEstado unos beneficios

    proporcionales.

    Un

    Estado poderoso,

    con

    recursos suficientes como para enfrentar

    desafios externos, segua siendo

    una

    prioridad fundamental 62).

    La idea ilustrada

    de la

    natural armona

    en las

    relaciones humanas tardaraan

    mucho tiempoencalaren lasmentalidadesde losgobernantes. Elloes as nosloen

    Espaa, sino tambin

    en

    otros lugares

    de

    Europa, como demuestra

    el

    hecho

    de

    que

    estos planteamientos tienenunanotable correspondenc iacon lo quepara

    el

    casoale-

    mn

    se

    hallamado cameralism,enrelacin

    a

    undeterminado corpusdeideaseco-

    nmicasqueenfatizaban

    la

    primaca

    de la

    riquezadelEstado

    y el

    bienestar

    de sus

    subditos como objetivos centralesen laaccindegobierno (63).EnAlemania,la

    pervivencia

    de

    planteamientos previos

    a los

    especficamen te ilustrados

    se

    aprecia

    adicionalmenteen

    la

    vigenciadeliusnaturalismo desarrollado

    a lo

    largode

    la

    centu-

    ria anterior

    al

    setecientosporpensadores como Pufendorfo

    Wolff.La

    legitimacin

    delaautoridad real sob relabase

    de

    ideas com oelpatrimon ialismoy elderecho

    di-

    vino,es

    sustituidapor unconceptodepactoqueimplica

    la

    aparicindeciertas obli-

    60) H. M.

    SCOTT:

    Introduction, pg. 17,

    op. cit.

    61) MACLACHLAN: pg. 72, op. cit.

    (62) Comohadicho

    H. M.SCOTT:El

    competitivo sistema

    de

    Estadosen elcual operaban

    las po-

    tencias europeas, requeraelmantenimientodeejrcitos poderosos,asicomode

    una

    adm inistraciny

    unos sistemas fiscales eficaces

    que

    pudieran gestionar

    su

    coste. Estas prioridades condicionaron enorme-

    mente ladireccin queseguira el reformismo ilustrado,pg.2,Introduction, op. cit.

    63) H. M. SCOTT: Introduction, pg. 18, en SCOTT, op. cit.

    375

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    18/20

    N0EL1A GONZLEZ ADNEZ

    gaciones por parte del monarca el respeto a la ley y el fomento de la prosperidad

    de sus subditos y del reconocimiento y asignacin de ciertos derechos a los gober-

    nados (64).

    En definitiva y como ya advirtiera Jos Antonio Maravall, existe una conexin

    fundamental entre las exigencias ilustradas de uniformidad, la justificacin del

    poder absoluto del rey, y la consecucin de un tipo de bien com n qu e califica de

    expresin escolstica, bien alejada de su originaria significacin (65). Si, efecti-

    vamente, el concepto bien comn ya no tiene durante la Ilustracin el mismo sig-

    nificado que adquiriera con la neoescolstica, su dbito con la forma original de en-

    focar la cuestin es indudable. El propio Maravall reconoce en algn momento que

    el sentimiento ilustrado de solidaridad procede de la tradicin cristiana, revigoriza-

    da, posiblemente, por los grupos sociales que promueven la Ilustracin, crendose,

    de esta forma, una teora de la felicidad pblica que no es sino una adaptacin al

    lenguaje y la mentalidad individualista y utilitarista de la nocin clsica del bien

    com n (6 6). Desde esta perspectiva, es posible sos tener la vigencia en el siglo xvm

    de una idea del bien comn que rebasa claramente los intereses egostas de los es-

    tamentos p rivilegiados en la sociedad del Antiguo R gimen (67).

    Todos estos elementos aclaran la relacin entre el absolutismo como proyecto

    poltico y la ilustracin como movimiento cultural, en lnea con lo expresado por

    Henshall en el libro que comentbamos al principio de este artculo. La Ilustracin,

    inicialmente, potencia ciertos valores liberales com o son la utilidad y la inclusin de

    criterios de racionalidad en la gestin poltica; presentando, de esta forma, una di-

    mensin crtica y otra constructiva y poniendo de manifiesto la existencia de valores

    asignables al liberalismo en su vertiente procedimental (68). Hacia la segunda mi-

    tad del setecientos la cristalizacin de estos valores slo parece pos ible por medio de

    la homogeneizacin administrativa y la centralizacin de las tareas de gobierno. No

    obstante, junto al imperativo de la utilidad, perviven ciertas exig encias, en el caso de

    Espaa, asociadas fundamentalmente a la idea de que el rey, cabeza del E stado, debe

    (64)

    Ibidem,

    pg. 19.

    (65) La frmula poltica del despotismo ilustrado, pgs. 455- 457, en

    JOS ANTONIO MARAVALL:

    Estudios de la historia del pensamiento espaol (siglo XVIII),

    Mondadori, Madrid, 1991. Prlogo de

    CARMEN IGLESIAS,

    en Espritu burgus y principio de inters personal en la Ilustracin espaola

    MARAVALL

    sostuvo: Se ha querido presentar el Siglo de las Luces... bajo la imagen del individualismo

    de mera sociedad , por tanto, no comu nitario; esto es, la etapa en que reinara el individuo inso lidario,

    reducido a una unin mecnica con los dems. Creo que, en todo caso, estara ms cerca de esto el siglo

    anterior, en Estudios... ibidem. pg. 255.

    (66)

    Ibidem,

    pg. 264.

    (67)

    FRANCISCO SNCHEZ-BLANCO PARODY: Europa y el pensamiento espaol del siglo

    XVIII,

    Alianza Editorial, Madrid, 1991, pg. 352.

    (68) En

    LESTER

    G.

    CROCKER:

    Interpreting thc Enlightenmcnt: A Political Approach, pg. 211, en

    Journal ofthe History of Ideas,

    volume XLVI, number 2 , april-june 1985. Con crtico,

    CROCKER

    alude a

    la denuncia de abusos y a las propuestas d e cambio destinadas a su eliminacin; con constructivo remite a

    teoras polticas generales cuyo fin es contribuir al logro de una sociedad mejon>.

    376

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    19/20

    LIBERALISMO REPUBLICANISMO Y M ONARQUA ABSOLUTA

    garantizar el bienestar de sus subditos. El utilitarismo liberal, por tanto, incorpora y

    renueva las exigencias comunitaristas y pactistas de la tradicin neoescolstica de

    gobierno. Respecto de un personaje concreto, Campomanes uno de los campeo-

    nes indiscutidos del absolutismo en Espaa, nos dice Concepcin de Castro: ... es-

    taba dispuesto a aceptar la teora tomista contractual del origen del poder, recurrir a

    ella para defender las regalas de la corona en cuanto partes del contenido de los

    pactos entre el pueblo y el soberano... (69). Esta sntesis debiera alertar no slo so-

    bre la convivencia de ideas clsicas y modernas, sino tambin sobre la combinacin

    de ambas en la accin poltica. Campomanes, como fiscal del Consejo de Castilla,

    es quizs quin mejor personifica una tensin que De Castro califica sin am bages de

    contradiccin: Contradiccin... entre su empeo en fortalecer el Estado en lo

    cual no haca sino seguir la tendencia general del siglo y el de mantener el poder

    del Consejo de Castilla (70). Se entiende que, con relacin a Amrica, Campoma-

    nes postulara una reconversin de tales territorios en colonias, cuya aportacin eco-

    nmica contribuira al engrandecim iento de la Monarqua, es decir, al fortalecimien-

    to del Estado. Mientras que, a un tiempo, reivindicaba la preservacin de las atribu-

    ciones/poderes tradicionales del Consejo de Castilla.

    Por otra parte, el enunciado de los planes de Aranda o Godoy, orientados a re-

    convertir la Monarqua en una federacin de reinos, inspirados por el temor de

    que lo ocurrido en las colonias inglesas se repita en la posesiones espaolas, a pesar

    de no llevarse a la prctica, denotan la existencia de un cierto apego por una visin

    clsica de la Monarqua, de inspiracin republicana, que enardece la idea de un pac-

    to entre el rey y sus subditos, en virtud del cual aqul se comprome te a garantizar su

    seguridad e intereses y stos prestan obediencia. Ms claramente se aprecia en el

    plan de Godoy un intento por revitalizar la idea del pacto, al proponer nada menos

    que la creacin de un senado en Amrica, compuesto a partes iguales por espaoles

    peninsulares y americanos. De alguna man era, despus de la guerra n orteamericana

    de independencia, se adverta que la creacin de relaciones internacionales estables

    y de redes comerciales rentables precisaba de grandes dosis de magnanimidad.

    Como ha sostenido Pagden: ... si la cultura era lo nico que ligaba la colonia a la

    metrpoli, la manera correcta de interpretar dicha relacin no era sobre la base de la

    dependencia, sino de la proteccin y el libre comercio; en definitiva, no un imperio

    sino una confederacin (71). Los planes de Aranda y Godoy , por tanto, no son sino

    el testimonio de que los planteamientos clsicos siguen vivos, aunque presenten un

    semblante adaptado a los tiempos.

    Es precisamente la vigencia de planteamientos de filiacin distinta a la liberal,

    es decir, de inspiracin republicana, la que proporcionar a las ideas ilustradas el

    (69) CONCEPCIN DE CASTRO: Campomanes. Estado y reformismo ilustrado. Alianza Universidad,

    Madrid, 1996, pg. 218.

    (70) Ibidem, pg. 319.

    (71) A.PAODEN:Seores de todo el mundo. Ideologas del imperio en Espaa . Inglaterra y Francia

    (en los siglos XVI, XVII y XVIII). Pennsula, Barcelona, 1997, pg. 243.

    377

  • 7/21/2019 Gonzlez Adnez.liberalismo, Republicanismo y Monarqua Absoluta Para Amrica XVIII

    20/20

    NOELIA GONZLEZ ADNHZ

    impulso que conducir a la extincin del antiguo rgimen y el establecimiento de

    sistemas liberales. Es evidente, por ejemplo, en el caso de Inglaterra, donde el repu-

    blicanismo en su variante anglosajona; la ideologa de los

    commonwealthmen,

    asentado en la conciencia de los grupos disidentes, proporcionar a stos un valioso

    instrumento de batalla por la ampliacin del sistema parlamentario. Algo similar

    ocurrira en Espaa, donde esta sntesis entre un liberalismo que concluir en la rei-

    vindicacin de derechos de ciudadana y un republicanismo que exacerba la nocin

    del pacto resultar, por medio de una revolucin, en la consagracin de un texto

    constitucional en el que conviven una determinada nocin de la constitucin hist-

    rica y el reconocim iento de la soberana nacional. Ahora bien, si la primera aluda a

    los usos y costumbres po r medio de los cuales se haba regido la convivencia dentro

    del espacio de la Monarqua hispnica (72), los territorios americanos debieran ha-

    ber sido objeto, cuando menos, de una sesuda reflexin encaminada a reubicarles en

    el interior de esa unidad poltica de acuerdo a las tradiciones de relativo autogo-

    bierno cuya restauracin reclamaban los criollos. De la misma manera, si se hu-

    biera incluido a todos los efectos a los americanos en la nacin cuyas loas se can-

    taban, stos hubieran visto compensados los agravios padecidos en la segunda parte

    de la centuria y que la Revolucin pareca consagrar. Ninguna de las dos cosas ocu-

    rri y el resultado no fue otro que la independencia. No obstante, las aparentes in-

    consecuencias del primer liberalismo espaol no deben ser juzgadas al margen del

    contexto en el que se tomaron las decisiones polticas. De igual forma que los pro-

    yectos de reforma bajo el reinado de C arlos III tienen su justificacin en las razones

    que trataron de exponerse a lo largo de este artculo, las actitudes de los liberales ga-

    ditanos merecen un anlisis que si no atene responsabilidades, al menos exp lique la

    postura adop tada con relacin a Am rica, pero ese sera otro tema distinto al que m e

    propuse tratar aqu.

    (72) Jovellanos, quien llev a cabo una defensa encendida de la nocin de constitucin histrica

    dira, desde su posicin de vocal de la Junta de Asturias: Espaa no lidia por los Borbones ni por los

    Femando... Espaa lidia por su religin, por su constitucin, por sus leyes, sus costumbres, sus usos, en

    una palabra, por su libertad.... Citado por JAVIER VRELA enJovellanos, Alianza Universidad, Madrid,

    1989. Ntese la equivalencia establecida por el asturiano entre leyes tradicionales y libertad. Una lectura

    literal de este tipo de planteamientos debiera haber reconocido que la participacin de los criollos en el

    gobienmo de Amrica formaba parte de esas leyes tradicionales usos y costumbres; de forma que ne-

    garles el disfrute de un cierto grado de poder equivaldra a negarles la libertad. Este argumento, de hecho,

    es utilizado recurrentemente por los criollos en la primera fase de las revoluciones americanas de inde-

    pendencia.

    378