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    Gua para el desarrollo sostenible y la erradicacin de la pobreza

    Hacia una

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    Cita

    PNUMA, 2011, Hacia una economa verde: Gua para el desarrollo sostenible y la erradicacin de la pobreza,

    www.unep.org/greeneconomy

    ISBN: 978-92-807-3143-9

    Diseado por UNEP/GRID-Arendal, www.grida.no

    Versin -- 02.11.2011

    Copyright Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 2011

    Esta publicacin puede ser reproducida en su totalidad o de manera parcial, y en cualquier formato, para fines educativos o no

    lucrativos sin permiso especial del titular de los derechos de autor, siempre que se cite la fuente. El PNUMA

    agradecera recibir una copia de cualquier publicacin que utilice este documento como fuente. No

    podr realizarse un uso de esta publicacin para su venta o para cualquier otro propsito comer-

    cial sin la autorizacin previa y por escrito del Programa de las Naciones Unidas para el Medio

    Ambiente.

    Aclaracin

    Las denominaciones empleadas y la presentacin del material de esta publicacin no

    implican en absoluto la expresin de ninguna opinin por parte del PNUMA con res-

    pecto a la situacin legal de ningn pas, territorio, ciudad, rea o sus autoridades,ni en lo concerniente a sus fronteras y lmites. Asimismo, los puntos de vista ex-

    presados en esta publicacin no reflejan necesariamente los puntos de vista o la

    poltica del PNUMA. La mencin de una empresa comercial o un producto en esta

    publicacin no implica respaldo alguno por parte del PNUMA.

    ElPNUMA promueve

    prcticas favorables para elmedio ambiente en todo el mundo y

    en sus propias actividades. Esta publicacinest impresa en papel 100% reciclado, usandotintas vegetales y otras prcticas respetuosas

    con el medio ambiente. Nuestra poltica dedistribucin tiene como objetivo reducir la

    huella de carbono del PNUMA.

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    Este documento no habra sido posible sin el esfuerzo coordinado de

    un grupo de expertos que han participado en estos ltimos dos aos

    en su elaboracin. En primer lugar agradecemos la participacin y el

    compromiso de los autores-coordinadores de los diferentes captulos:

    Robert Aires, Steve Bass, Andrea Bassi, Paul Clements-Hunt, Holger Da-lkmann, Derek Eaton, Maryanne Grieg-Gran, Hans Herren, Prasad Mo-

    dak, Lawrence Pratt, Philipp Rode, Ko Sakamoto, Rashid Sumaila, Cornis

    Van Der Lugt, Ton van Dril, Xander van Tilburg, Peter Wooders y Mike D.

    Young. Los agradecimientos a los autores colaboradores de los captu-

    los son presentados en los captulos respectivos.

    En el seno del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente

    (PNUMA) el documento ha sido concebido e iniciado por su Director

    Ejecutivo, Achim Steiner; dirigido por Pavan Sukhdev y coordinado por

    Sheng Fulai bajo la supervisin y direccin global de Steven Stone y

    Sylvie Lemmet. La supervisin adicional fue realizada por Joseph Alca-

    mo, Marion Cheatle, John Christensen, Angela Cropper, Peter Gilruth e

    Ibrahim Thiaw. Asimismo, se le agradece a Alexander Juras y a Fatou

    Ndoye su liderazgo por facilitar las consultas con los principales gru-

    pos y partes interesadas. El diseo inicial del informe se benefici de

    las aportaciones de Hussein Abaza, Olivier Deleuze, Maxwell Gomera

    y Anantha Duraiappah.

    La conceptualizacin del informe surgi de varias reuniones con Gra-

    ciela Chichilnisky, Peter May, Theodore Panayotou, John David Shilling,

    Kevin Urama y Moses Ikiara. Los agradecimientos tambin son para

    Kenneth Ruffing, por su edicin tcnica y contribucin a lo largo de

    varios captulos; y Edward B. Barbier y Tim Swanson por sus contribu-

    ciones realizadas en el captulo de Introduccin. Numerosos revisores

    externos e internos, a quienes mostramos agradecimiento en los cap-

    tulos individuales, contribuyeron con su tiempo y experiencia a mejo-

    rar la calidad general y el rigor del informe.

    Adems, cientos de personas ofrecieron sus opiniones y puntos de vis-

    ta sobre el documento en cuatro importantes encuentros: en la reunin

    de presentacin de la Iniciativa para una Economa Verde en diciem-bre de 2008; un taller tcnico celebrado en abril de 2009, una sesin

    revisora en julio de 2010 y una junta consultiva organizada en octubre

    de 2010. Aunque son demasiado numerosos para mencionarlos indi-

    vidualmente sus contribuciones han sido profundamente apreciadas.

    Los expertos que comentaron los borradores de captulos especficos

    son reconocidos en sus correspondientes secciones. La Cmara de Co-

    mercio Internacional (ICC, por sus siglas en ingls) amerita una mencin

    especial por su crtica constructiva en numerosos captulos.

    Este informe fue realizado gracias al esfuerzo del equipo directivo de

    PNUMA formado por Anna Autio, Fatma Ben Fadhl, Nicolas Bertrand,

    Derek Eaton, Marenglen Gjonaj, Ana Luca Iturriza, Moustapha Kamal

    Gueye, Asad Naqvi, Benjamin Simmons y Vera Weick, quienes trabaja-

    ron incansablemente para implicar a los autores de los captulos, inte-

    ractuar con expertos relevantes del PNUMA, consolidar esquemas, revi-sar borradores, facilitar revisiones por pares, recopilar los comentarios

    a las revisiones, orientar las revisiones, dirigir las investigaciones y llevar

    todos los captulos hasta la produccin final.

    AgradecimientosAdicionalmente, varios miembros del personal del PNUMA proporcio-

    naron direccin tcnica y orientacin poltica en varios captulos: Jac-

    queline Alder, Juanita Castao, Charles Arden-Clark, Surya Chandak,

    Munyaradzi Chenje, Thomas Chiramba, Hilary French, Garrette Clark,

    Rob de Jong, Renate Fleiner, Niklas Hagelberg, Arab Hoballah, JamesLomax, Angela M. Lusigi, Kaj Madsen, Donna McIntire, Desta Mebratu,

    Nick Nuttall, Thierry Oliveira, Martina Otto, David Owen, Ravi Prabhu,

    Jyotsna Puri, Mark Radka, Helena Rey, Rajendra Shende, Soraya Smaoun,

    James Sniffen, Guido Sonnemann, Virginia Sonntag-OBrien, Niclas

    Svenningsen, Eric Usher, Cornis Van Der Lugt, Jaap van Woerden, Gene-

    vive Verbrugge, Farid Yaker y Yang Wanhua. Sus contribuciones en las

    distintas etapas del desarrollo del informe son sumamente apreciadas.

    Agradecemos y estimamos la asociacin y el apoyo del equipo de la

    Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) dirigido por Peter Poschen.

    La mayor parte del personal de la OIT, en especial Edmundo Werna y

    aquellos que son reconocidos en los captulos individuales, contribuye-

    ron en temas relacionados con el empleo. El captulo de Turismo fue

    desarrollado en asociacin con la Organizacin Mundial del Turismo

    de las Naciones Unidas (OMT) bajo la coordinacin de Luigi Cabrini.

    Un especial reconocimiento y agradecimiento a Lara Barbier, Etienne

    Cadestin, Daniel Costelloe, Moritz Drupp, Jane Gibbs, Annie Haakens-

    tad, Hadia Hakim, Jasmin Hundorf, Sharon Khan, Kim Hyunsoo, Andrew

    Joiner, Kim Juhern, Richard LEstrange, Tilmann Liebert, Franois Ma-

    cheras, Dominique Maingot, Semhar Mebrahtu, Edward Naval, Laura

    Ochia, Pratyancha Perdeshi, Dmitry Preobrazhensky, Marco Portugal,

    Alexandra Quandt, Victoria Wu Qiong, Waqas Rana, Alexandria Rantino,

    Pascal Rosset, Daniel Szczepanski, Usman Tariq, Dhanya Williams, Ca-

    rissa Wong, Yitong Wu y a Zhang Xinyue, por su asistencia en la investi-

    gacin, as como a Desire Leon, Rahila Mughal, y Fatma Pandey por su

    apoyo administrativo.

    Extendemos nuestro reconocimiento a Nicolas Bertrand y a Leigh

    Ann Hurt por administrar la produccin; a Robert McGowan, Dianna

    Rienstra y Mark Schulman por la edicin; a Elizabeth Kemf por la

    correccin de textos; y a Tina Schieder, Michael Nassl y Dorit Lehr por la

    corroboracin de los datos.

    Finalmente, queremos extender un especial agradecimiento a Anne

    Solgaard y al equipo de PNUMA/GRID-Arendal por preparar la presen-

    tacin y el diseo del informe.

    Por ltimo, quisiramos agradecer al equipo que trabaj en la versin

    al espaol de este documento. Especialmente a Ismael Gaona, en la

    correccin de estilos; Millaray Quiroga, en el diseo y maquetacin; a

    Anita Beck y Matas Gallardo del PNUMA, quienes apoyaron en la revi-

    sin de los textos y del diseo; y a Ronal Gainza Carmenates del PNUMA,

    quien coordin el equipo de trabajo. Agradecimientos especiales parael Instituto Nacional de Ecologa y Cambio Climtico de Mxico (INECC)

    que realiz la traduccin al espaol del original en estrecha colabora-

    cin con Dolores Barrientos de la oficina del PNUMA en Mxico.

    El PNUMA quiere agradecer a los Gobiernos de Noruega, Suiza y Reino Unido, as como a la OrganizacinInternacional del Trabajo (OIT), a la Organizacin Internacional del Turismo de las Naciones Unidas y a laFundacin de las Naciones Unidas por su generoso apoyo hacia la Iniciativa para una Economa Verde.

    OrganizacinMundial delTurismo

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    En aquel entonces, apenas se vislumbraban algunos delos retos emergentes a lo largo del planeta, desde elcambio climtico y la desaparicin de especies, hasta ladesertificacin o la degradacin de las tierras.

    Actualmente, muchos de aquellos problemas aparen-temente remotos son ya una realidad y plantean seriosobstculos tanto para la consecucin de los Objetivosde Desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Uni-das como para la prosperidad, o incluso la superviven-cia, de cerca de 7,000 millones de personas, que sern

    9,000 millones en 2050.

    Ro 1992 no defraud al mundo, ni mucho menos.Aport una visin e importantes piezas del mecanismomultilateral necesario para crear un futuro sostenible.

    No obstante, esto solo ser posible si los pilares am-biental y social del desarrollo sostenible reciben el mis-mo trato que el econmico; si los motores de la soste-nibilidad, a menudo invisibles, desde los bosques hastalas fuentes de agua dulce, tienen el mismo peso, si no

    mayor, en la planificacin econmica y del desarrollo.

    El informe Hacia una economa verde es una de lasprincipales aportaciones del PNUMA al proceso Ro+20y al objetivo general de luchar contra la pobreza y pro-mover un siglo XXI sostenible.

    El informe presenta argumentos convincentes, desdeuna perspectiva econmica y social, para invertir el dospor ciento del PIB mundial en enverdecer diez sectoresfundamentales de la economa con el fin de orientar eldesarrollo y los flujos de capital pblico y privado hacia

    actividades con bajas emisiones de carbono que seaneficientes en la utilizacin de los recursos.

    La transicin puede catalizar una actividad econmicade, al menos, un tamao comparable al del modelo ac-tual, pero con un menor riesgo a las crisis y a los impac-tos cada vez ms inherentes al modelo actual.

    Achim SteinerDirector Ejecutivo del PNUMASecretario General Adjunto de las Naciones Unidas

    Prembulo

    Las nuevas ideas son, por su propia naturaleza, pertur-badoras, pero mucho menos negativas en compara-cin con un mundo en el que empiezan a escasear elagua potable y las tierras frtiles, con el teln de fondocaracterizado por el cambio climtico, los fenmenosmeteorolgicos extremos y una creciente caresta derecursos naturales.

    La economa verde no favorece a una u otra corrientepoltica, ya que es pertinente para todas las economas,tanto las controladas por el Estado como las de merca-

    do. Tampoco pretende ocupar el lugar del desarrollosostenible. Ms bien, es una forma de alcanzar dichodesarrollo a nivel nacional, regional y mundial, estandoen consonancia e incluso ampliando la aplicacin delPrograma 21.

    La transicin a la economa verde ya est en marcha,como se subraya en este informe as como en una am-plia serie de estudios complementarios elaborados pororganismos, pases, corporaciones y organizacionesde la sociedad civil. El objetivo ahora es aprovechar al

    mximo dicho impulso.

    Ro+20 constituye una oportunidad real de ampliar yfortalecer las seales de recuperacin. Con ese objeti-vo, el presente informe no solo ofrece una hoja de rutahacia Ro, sino ms all de 2012, cuando una gestin to-dava ms inteligente del capital natural y humano delplaneta determine finalmente la creacin de riqueza yel rumbo del mundo.

    Al cumplir casi 20 aos desde la ltima Cumbre de la Tierra, las naciones se encuentran de

    nuevo rumbo a Ro, pero en un mundo muy diferente y transformado desde 1992.

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    Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

    Prembulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

    Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11

    PARTE I:Inversin en capital natural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33Agricultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

    Pesqueras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87

    Agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

    Bosques. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169

    PARTE II:Inversin en eficiencia energtica y de recursos . . . . . . . . . . . . 215

    Energa renovable. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217Manufactura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269

    Residuos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323

    Construccin. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373

    Transporte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423

    Turismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 463

    Ciudades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 507

    PARTE III: El apoyo a una transicin hacia una economa verde . . . . . 555Modelacin de escenarios de inversin verdes a escala mundial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 557Condiciones favorables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 609

    Financiamiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 651

    Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 701

    ndice

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    Abriendo caminos para la transicin a una economa verde

    Introduccin

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    Hacia una economa verde

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    Introduccin

    ndice1 Introduccin: Abriendo caminos para la transicin a una economa verde . . . . . . . . . 161.1 De la crisis a la oportunidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .161.2 Qu es una economa verde?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18

    1.3 Caminos hacia una economa verde. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .231.4 Enfoque y estructura: Hacia una economa verde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .27

    Referencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

    Lista de tablasTabla 1: Capital natural: Componentes subyacentes y servicios y valores ilustrativos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20

    Lista de cuadros

    Cuadro 1: Gestin del reto demogrfico en el contexto del desarrollo sostenible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17Cuadro 2: Hacia una economa verde: Un doble reto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24

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    Hacia una economa verde

    1 Introduccin: Abriendocaminos para la transicin

    a una economa verde1.1 De la crisis a la oportunidad

    A lo largo de los dos ltimos aos, la idea de una eco-

    noma verde ha salido de su mbito especializado de

    la economa ambiental para adentrarse en el discurso

    poltico comn. Se encuentra cada vez ms en el voca-

    bulario de Jefes de Estado y ministros de Hacienda o

    en los boletines del G20, y se debate en el contexto del

    desarrollo sostenible y la erradicacin de la pobreza.

    Esta reciente adopcin de un concepto de economa

    verde, sin duda, ha sido impulsada por la generalizada

    desilusin del paradigma econmico dominante, por

    una sensacin de fatiga que emana de mltiples crisis

    simultneas y por las fallas de mercado experimenta-

    das ya durante la primera dcada del nuevo milenio, in-

    cluida la crisis financiera y econmica de 2008. Sin em-

    bargo, al mismo tiempo, hay cada vez ms evidencias

    de un nuevo camino a seguir, de un nuevo paradigma

    econmico, en el que la riqueza material no se logreforzosamente a expensas de riesgos ambientales cre-

    cientes, escasez ecolgica o disparidad social.

    La creciente evidencia sugiere que la transicin hacia

    una economa verde tiene una slida justificacin eco-

    nmica y social. Existen, pues, fundamentos slidos

    para que tanto los gobiernos como el sector privado

    intensifiquen sus esfuerzos para llevar a cabo tal trans-

    formacin econmica. Los gobiernos deben permitir

    que los productos ms verdes compitan en igualdad de

    condiciones, retirando progresivamente los subsidios

    que se hayan quedado anticuados, reformando sus po-

    lticas y ofreciendo nuevos incentivos, fortaleciendo la

    infraestructura comercial y los mecanismos del merca-

    do, reorientando la inversin pblica y adoptando una

    poltica de compras pblicas ms verde. El sector priva-

    do, por su parte, ha de comprender y calibrar la verdade-

    ra oportunidad que supone para una serie de sectores

    fundamentales la transicin hacia una economa verde,

    y debe responder a las reformas polticas y a las seales

    de precios aumentando el financiamiento y la inversin.

    Una era marcada por el uso inadecuado del capitalEn la ltima dcada, ha habido varias crisis simultneas

    relacionadas con el clima, la biodiversidad, el combusti-

    ble, los alimentos, el agua y, ms recientemente, con el

    sistema financiero mundial. La aceleracin de las emi-

    siones de carbono representa una creciente amenaza

    de cambio climtico con consecuencias potencialmen-

    te desastrosas para el hombre. La crisis de los precios de

    los combustibles de 2007 a 2008, y el consiguiente alza

    de precios en los alimentos y las mercancas, indican

    la existencia de debilidades estructurales y de riesgos

    que an no se han resuelto. El aumento de la demanda

    pronosticado por la Agencia Internacional de la Energa(AIE), entre otros, hace pensar en una dependencia con-

    tinua del petrleo y de otros combustibles fsiles y en

    un considerable incremento de los precios de los ener-

    gticos en un momento en el que la economa mundial

    lucha por recuperarse y crecer (IEA, 2010).

    Actualmente, no existe un consenso internacional so-

    bre el problema de seguridad alimentaria mundial o las

    posibles soluciones sobre cmo alimentar a una pobla-

    cin de 9,000 millones de personas para 2050. (Vase

    el Cuadro 1 para mayor informacin sobre el reto po-blacional). La escasez de agua es ya un problema mun-

    dial y los pronsticos para 2030 sugieren una creciente

    brecha entre la demanda y la oferta renovable de agua

    (McKinsey and Company, 2009). Las perspectivas res-

    pecto a la mejora de los servicios de saneamiento son

    todava sombras para ms de 1,100 millones de perso-

    nas, mientras que 844 millones an no tienen acceso a

    agua potable ( WHO & UNICEF, 2010). En conjunto, estas

    crisis estn impactando gravemente la posibilidad de

    mantener la prosperidad en el mundo y alcanzar los

    Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para erra-

    dicar la pobreza extrema. Tambin estn agravando

    problemas sociales persistentes como la prdida de

    empleos, inseguridad socioeconmica, enfermedades

    e inestabilidad social.

    Si bien las causas de estas crisis son diversas, bsicamen-

    te todas comparten un mismo elemento: la asignacin

    evidentemente incorrecta del capital. Durante las dos

    ultimas dcadas, una gran cantidad de capital se destin

    a propiedades, combustibles fsiles y activos financie-

    ros estructurados con los instrumentos consecuentes;

    en comparacin, se invirti muy poco en energas reno-vables, eficiencia energtica, transporte pblico, agri-

    cultura sostenible, proteccin de los ecosistemas y de la

    diversidad biolgica, y conservacin del suelo y el agua.

    16

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    Introduccin

    La mayor parte del desarrollo econmico y de las es-

    trategias de crecimiento alent una rpida acumulacin

    de capital fsico, financiero y humano, pero a costa deuna disminucin y una degradacin excesiva del capital

    natural, que incluye la dotacin de recursos naturales y

    de ecosistemas. Al disminuir las reservas mundiales de

    riqueza natural, a menudo de manera irreversible, este

    patrn de desarrollo y crecimiento ha tenido impactos

    negativos sobre el bienestar de las generaciones actua-les, al tiempo que plantea tremendos riesgos y retos

    para el futuro. Las mltiples crisis recientes son un sn-

    toma de este patrn.

    Cuadro 1: Gestin del reto demogrfico en el contextodel desarrollo sostenible

    El vnculo entre poblaciones dinmicas y desarrollosostenible es fuerte e inseparable, como se refleja

    en el Principio 8 de la Declaracin de Ro sobre elMedio Ambiente y el Desarrollo de 1992.

    Para alcanzar el desarrollo sostenible y una mejorcalidad de vida para todas las personas, los Estados

    deben reducir y eliminar las modalidades de produc-

    cin y consumo insostenibles y fomentar polticas de-

    mogrficas apropiadas. Declaracin de Ro, Princi-pio 8 (UN, 1992).

    Este ao la poblacin mundial alcanzar los 7,000millones, y a mitad de siglo habr rebasado los

    9,000 millones. Contrario a las proyecciones ante-riores, se espera un crecimiento sostenido de ahoraen adelante (UN DESA, 2009 y 2011). El crecimientopoblacional aumenta las expectativas de los es-fuerzos que deben realizarse para reducir la pobre-za. No solo aumenta el reto de alimentar a una po-blacin creciente, que depende de forma crucial deuna mayor produccin en agricultura (FAO, 2009 y2010; Tokgoz & Rosegrant, 2011), sino que tambines necesaria la creacin de suficientes oportunida-des de empleo, que a su vez dependen de un de-

    sarrollo econmico favorable (Basten et al., 2011;Herrmann & Khan, 2008; ILO, 2011; UNFPA, 2011a).

    La transicin hacia una economa verde puede ayu-dar a superar el agotamiento de aquellos recursosnaturales ms escasos, a lo que contribuye el creci-miento poblacional. Los pases menos desarrolla-dos del mundo (PMD) son los ms afectados porla degradacin ambiental, mucho ms que otrospases en vas de desarrollo (UNCTAD, 2010a) y, porlo tanto, tienen mucho que ganar con la transicinhacia una economa verde.

    Adems, cambios en las distribuciones espacialesde las poblaciones, impulsados tanto por la migra-cin rural a urbana como por el crecimiento de lasciudades, cambian los impactos y las vulnerabilida-des ambientales. La urbanizacin, cuando se pla-

    nifica, puede ser un poderoso promotor del desa-rrollo sostenible. Dado que en 2008 la proporcin

    de poblacin urbana super, por primera vez, a laproporcin de gente que vive en reas rurales enel mundo (UNFPA, 2007), una transicin hacia unaeconoma verde se vuelve cada vez ms relevante.Es significativo que en los pases menos desarrolla-dos, donde la mayor parte de la gente an vive enreas rurales, la dcada de 2000 a 2010 fue la pri-mera en la que el crecimiento de la poblacin ur-bana super al de las poblaciones rurales. Este tipode cambios desde un punto de vista social tambinpresentan nuevas oportunidades para el desarrollode una economa verde.

    Por ejemplo, las ciudades pueden ofrecer serviciosesenciales, incluidos la salud y la educacin, a cos-tos ms bajos per cpita dados los ahorros de losrendimientos a escala. Tambin se pueden lograrahorros en el desarrollo de infraestructuras vitalescomo vivienda, agua, salubridad y transporte. Ade-ms, la urbanizacin puede reducir el consumo deenerga, en particular en transporte y vivienda; ycrear espacios interactivos que amplen los alcan-ces y el intercambio cultural. Lograr estos benefi-

    cios requiere de una planeacin proactiva para en-frentar los futuros cambios demogrficos.

    La planificacin anticipada de los gobiernos y lasautoridades locales puede dirigirse a la dinmicapoblacional de una manera proactiva. Por ejemplo,una herramienta disponible para ayudar a los pa-ses es hacer un mejor uso de los datos disponiblesde la poblacin y realizar un anlisis sistemticosobre su situacin (UNFPA, 2011b) e intentar conello subrayar cmo las tendencias demogrficasactuales y las proyectadas afectan el desarrollo de

    los pases. Un anlisis semejante proporciona elfundamento necesario para atender la dinmicapoblacional y sus vnculos con el desarrollo soste-nible y con estrategias de reduccin de la pobreza.Fuente: FNUAP.

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    Hacia una economa verde

    Las polticas e incentivos de mercado existentes han contri-

    buido a este problema de asignacin incorrecta de capitales

    puesto que permiten a las empresas generar externalidades

    sociales y ambientales importantes, cuyos efectos no han

    sido verificados ni contabilizados. Se requieren mejores

    polticas pblicas para revertir tal asignacin incorrecta de

    capital, incluyendo el control de precios y las medidas regu-

    latorias de manera que se cambien los incentivos perversosque la generan y que ignoran las externalidades sociales y

    ambientales. Al mismo tiempo, en todo el mundo, especial-

    mente en los pases en vas de desarrollo, se estn imple-

    mentando cada vez ms regulaciones adecuadas y polticas

    e inversiones pblicas que fomentan cambios en el patrn

    de inversin privada (UNEP, 2010).

    Por qu se necesita este informe ahora?El informe del PNUMA Hacia una Economa Verde tienecomo objetivo romper varios mitos e ideas falsas sobrela creacin de una economa verde global y es una gua

    oportuna y prctica para los formuladores de polticassobre qu reformas necesitan para desbloquear el po-tencial productivo y laboral de una economa verde.

    Quiz el mito ms comn es que hay una inevitabledisyuntiva entre la sostenibilidad ambiental y el pro-greso econmico. Actualmente, hay evidencias sustan-ciales de que la transicin hacia una economa verde noinhibe ni la creacin de riqueza, ni las oportunidades deempleo. Por el contrario, muchos sectores verdes ofre-cen ocasiones significativas de inversin, crecimiento y

    empleo. Sin embargo, y para que esto ocurra, se debencrear nuevas condiciones que promuevan inversionesen el marco de esta transicin hacia una economa ver-de, lo que a su vez requiere que los formuladores depolticas acten de forma urgente.

    Un segundo mito es que una economa verde es un lujoque solo pueden darse los pases ricos, o peor an: unengao para frenar el desarrollo y perpetuar la pobrezade los pases en vas de desarrollo. Contrario a esta per-cepcin, se pueden encontrar numerosos ejemplos detransiciones verdes en el mundo en vas de desarrollo,

    que deberan reproducirse en otros lugares. Hacia unaEconoma Verdemuestra ejemplos y resalta sus alcancespara una aplicacin ms amplia.

    El trabajo realizado por el PNUMA sobre economa ver-de aument la visibilidad de este concepto en 2008, con-cretamente mediante la llamada a un Nuevo AcuerdoVerde Mundial (GGND, por sus siglas en ingls). El GGNDrecomend un paquete de inversiones pblicas y unaserie de reformas polticas y monetarias complementa-rias destinadas a impulsar la transicin inicial hacia una

    economa verde y, al mismo tiempo, reformar la econo-ma, los empleos y atender la pobreza persistente (Bar-bier, 2010a). Diseada como una respuesta poltica opor-tuna y adecuada a la crisis econmica, la propuesta del

    GGND fue un resultado anticipado de la Iniciativa parauna Economa Verde de las Naciones Unidas. Esta inicia-tiva, coordinada por el PNUMA, fue una de las nueve ini-ciativas conjuntas aprobadas por el Secretario General yla Junta de los Jefes Ejecutivos de la ONU en respuesta ala crisis econmica y financiera de 2008.

    Hacia una Economa Verde, resultado principal de la Ini-ciativa para una Economa Verde, demuestra que la tran-sicin hacia economas verdes no tiene que ser un lastrepara el crecimiento. Al contrario, esta transicin tiene elpotencial de ser un motor de crecimiento, un generadorneto de empleos dignos y una estrategia para eliminar lapobreza persistente. El documento tambin busca moti-var de tres maneras a los formuladores de polticas paraque generen las condiciones que permitan mayores in-versiones en la transicin hacia una economa verde.

    En primer lugar, este informe plantea argumentos eco-

    nmicos para reorientar la inversin, tanto pblica comoprivada, que permita transformar sectores clave que soncrticos para la transicin hacia una economa mundialverde. A travs de ejemplos, se explica cmo el aumentoen empleos verdes compensa las prdidas de empleoprovocadas por la transicin hacia una economa verde.

    En segundo lugar, muestra cmo una economa verdepuede reducir la pobreza persistente en el marco deuna serie de sectores importantes: agricultura, silvicul-tura, agua, pesca y energa. La silvicultura sostenible y

    los mtodos de cultivo respetuosos con el medio am-biente ayudan a conservar la fertilidad del suelo y losrecursos hdricos. Esto es especialmente crtico para laagricultura de subsistencia, de la que dependen casi1,300 millones de personas (UNEP et al., 2008).

    En tercer lugar, ofrece una gua sobre las polticas nece-sarias para realizar esta reorientacin: reducir o elimi-nar subsidios perjudiciales o perversos, atender fallasde mercado creadas por externalidades o informacinimperfecta, crear incentivos basados en el mercado,implementar un marco de regulacin adecuado, iniciar

    compras pblicas sostenibles y estimular la inversin.

    1.2 Qu es una economa verde?

    El PNUMA define una economa verde como aquellaque mejora el bienestar del ser humano y la equidadsocial, a la vez que reduce significativamente los riesgosambientales y la escasez ecolgica (UNEP, 2010). En suforma ms elemental, una economa verde sera aquellaque genera bajas emisiones de carbono, utiliza los re-

    cursos de forma eficiente y es socialmente incluyente.En una economa verde, el aumento de los ingresos yla creacin de empleos deben derivarse de inversionespblicas y privadas destinadas a reducir las emisiones

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    Introduccin

    de carbono y la contaminacin, mejorar la eficienciaenergtica y de recursos y, a prevenir la prdida de bio-diversidad ecolgica y de servicios de los ecosistemas.

    Estas inversiones deben ser catalizadas y respaldadaspor un gasto pblico dirigido, y por reformas polticas ycambios en la regulacin. El camino hacia el desarrollo

    debe mantener, mejorar y, hasta donde sea necesario,reconstruir el capital natural como activo econmicofundamental y fuente de beneficios pblicos. Esto esespecialmente importante para las personas que vivenen condiciones de pobreza, cuyo sustento y seguridaddependen del medio natural.

    El objetivo clave para la transicin hacia una economaverde es permitir el crecimiento econmico y aumentartanto la calidad del medio ambiente como la inclusinsocial. Para lograr tal objetivo es fundamental crearcondiciones que incorporen criterios medioambienta-

    les y sociales ms amplios en las inversiones pblicas yprivadas. Adems, los principales indicadores de desa-rrollo econmico, como el Producto Interno Bruto (PIB),deben ser ajustados para tomar en cuenta la contami-nacin, el agotamiento de los recursos, la disminucinde servicios de los ecosistemas, y las consecuenciasdistributivas de prdida de capital natural para las per-sonas en condiciones de pobreza.

    Un reto mayor es reconciliar las aspiraciones del desa-rrollo econmico competitivo de los pases ricos y po-

    bres en una economa mundial que se enfrenta a uncambio climtico, la inseguridad energtica y una es-casez ecolgica. Una economa verde responde a estereto, pues ofrece una va de desarrollo que reduce ladependencia del carbono, promueve la eficiencia ener-gtica y de recursos; y disminuye la degradacin delmedio ambiente. Conforme el crecimiento econmicoy las inversiones se vuelvan menos dependientes delconsumo a gran escala de los recursos ambientales yde sacrificar la calidad del medio ambiente, tanto lospases ricos como los pobres lograrn un desarrolloeconmico sostenible.

    El concepto de economa verde no sustituye el dedesarrollo sostenible, pero hay un creciente recono-cimiento de que alcanzar la sostenibilidad depende,casi completamente, de contar con una economaadecuada y correcta. Durante dcadas, para crear ri-queza se ha seguido un modelo de economa marrn

    -basado en el uso de combustibles fsiles- que no haatendido de manera sustancial problemas tales comola marginalizacin social, la degradacin del medioambiente o el agotamiento de los recursos. Adems,

    el mundo an est lejos de cumplir los ODM para 2015.La siguiente seccin examinar los vnculos importan-tes entre el concepto de economa verde y el desarro-llo sostenible.

    Una economa verde y el desarrollo sostenibleEn 2009, la Asamblea General de la ONU decidi orga-nizar una cumbre en Ro de Janeiro en 2012 (Ro+20)para celebrar el 20 aniversario de la primera CumbreMundial de Ro de 1992. Dos de los temas del progra-ma para Ro+20 fueron La economa verde en el contextodel desarrollo sostenible y la erradicacin de la pobrezay

    El marco internacional para el desarrollo sostenible. Conla economa verde ya establecida firmemente en laagenda poltica internacional, es til revisar y clarificarlos vnculos entre una economa verde y el desarrollosostenible.

    La mayora de las interpretaciones sobre sostenibilidadtoman como punto de partida el consenso alcanzadoen la Comisin Mundial para el Medio Ambiente y elDesarrollo (CMMAD) en 1987, que defini el desarrollosostenible como desarrollo que satisface las necesida-des del presente sin comprometer la habilidad de gene-

    raciones futuras de satisfacer sus propias necesidades(WCED, 1987).

    Generalmente, los economistas se sienten cmodos conesta interpretacin amplia de la sostenibilidad, pues sepuede traducir fcilmente en trminos econmicos: unaumento en el bienestar hoy no debera dar lugar a re-ducir el bienestar maana. Es decir, las generaciones fu-turas deben tener derecho a, al menos, el mismo nivelde oportunidades econmicas y, por lo tanto, al mismonivel de bienestar econmico del que disponen las ge-

    neraciones actuales.

    Como resultado, el desarrollo econmico actual debeasegurar que las generaciones futuras no queden enpeores condiciones que las actuales. O, como algunoseconomistas lo han expresado de manera sucinta: elbienestar per cpita no debe disminuir a lo largo deltiempo (Pezzey, 1989). De acuerdo con este punto devista, el acervo de capital utilizado por el sistema eco-nmico, incluido el capital natural, determina toda lagama de oportunidades econmicas y, por lo tanto, elbienestar disponible tanto para las generaciones actua-

    les como para las futuras (Pearce et al., 1989).

    La sociedad debe decidir la mejor manera de utilizar suacervo total de capital hoy para aumentar las activida-des econmicas y el bienestar actual. Tambin debe de-cidir cunto necesita ahorrar o acumular para maanay, en ltima instancia, para el bienestar de las genera-ciones futuras.

    Sin embargo, no es simplemente el acervo agregado decapital en la economa lo que importa, sino tambin su

    composicin; en particular, si las generaciones actualesestn agotando una forma de capital para satisfacer lasnecesidades de hoy. Por ejemplo, gran parte del inte-rs en el desarrollo sostenible est impulsada por la

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    Hacia una economa verde

    preocupacin de que el desarrollo econmico est con-duciendo a una rpida acumulacin de capital fsico yhumano a expensas de una disminucin y una degrada-

    cin excesivas del capital natural. La principal preocu-pacin es que al disminuir de manera irreversible lareserva de la riqueza natural del mundo, el camino aldesarrollo de hoy tendr implicaciones perjudiciales enel bienestar de las generaciones futuras.

    Uno de los primeros estudios econmicos que vislum-br la conexin entre este acercamiento al desarrollosostenible desde el punto de vista del capital y una eco-noma verde fue el libro Plan para una Economa Verde(1989), publicado en ingls bajo el ttulo Blueprint for

    a Green Economy (Pearce et al., 1989). Los autores dis-cutan sobre cmo las economas actuales tienen unsesgo hacia el agotamiento del capital natural para ase-gurar el crecimiento, por lo que el desarrollo sostenibleno se puede alcanzar. Una economa verde que valoralos bienes ambientales utiliza polticas de fijacin deprecios y cambios en la regulacin para traducir estosvalores en incentivos de mercado, y ajusta la medicindel PIB de la economa contabilizando las prdidas am-bientales que son esenciales para asegurar el bienestarde las generaciones actuales y futuras.

    Como indican los autores del Plan para una EconomaVerde, uno de los grandes problemas en el enfoque delcapital con relacin al desarrollo sostenible es la posibi-lidad o imposibilidad de sustitucin entre las diferentesformas de capital: capital humano, capital fsico y capi-tal natural. Una perspectiva fuertemente conservadorapodra sostener que el componente natural de toda lareserva de capital debe mantenerse intacta, tal comose mide en trminos fsicos. Sin embargo, esto puedecuestionarse en la prctica, especialmente en el contex-to de los pases en vas de desarrollo, donde el capital

    natural es relativamente abundante, mientras que lasnecesidades fsicas y el capital humano tienen que de-sarrollarse para satisfacer otras necesidades humanas.Este tipo de sustitucin refleja la desafortunada reali-

    dad de que la creacin de capital fsico (por ejemplo,carreteras, edificios y maquinaria) a menudo requierela conversin del capital natural. Si bien la sustitucin

    entre capital natural y otras formas de capital es confrecuencia inevitable, a menudo hay espacio para unamayor eficiencia. Tambin hay un creciente reconoci-miento de lmites ambientales que podran restringir lasustitucin ms all de los niveles mnimos necesariospara el bienestar humano.

    Aun as, siempre ha existido la preocupacin de que algu-

    nas formas de capital natural son esenciales para el bien-

    estar humano, en particular los bienes y servicios ambien-

    tales clave, los entornos y hbitats naturales nicos, as

    como los atributos irremplazables de los ecosistemas. Laincertidumbre acerca del verdadero valor de estos acervos

    importantes para el bienestar humano, en particular el

    valor que las generaciones futuras puedan atribuirles en

    caso de que se vuelvan cada vez ms escasos, limita an

    ms nuestra capacidad para determinar si podemos com-

    pensar adecuadamente a las generaciones futuras por las

    actuales prdidas irreversibles de tales capitales naturales

    esenciales. Esta preocupacin se refleja en otras defini-

    ciones de desarrollo sostenible. Por ejemplo, en 1991, el

    Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en

    ingls), la Unin Internacional para la Conservacin de la

    Naturaleza (UICN), y el PNUMA interpretaron el concepto

    de desarrollo sostenible como el que mejora la calidad de

    la vida humana dentro de la capacidad de carga de los eco-

    sistemas que la soportan (WWF, IUCN & UNEP, 1991).

    Tal y como lo sugiere esta definicin, el tipo de capital na-

    tural que est especialmente en riesgo son los ecosistemas.

    Partha Dasgupta (2008) explica que: Los ecosistemas son

    acervos de capital. Como los acervos de capital reproduci-

    bles... los ecosistemas se deprecian si se utilizan de forma

    inadecuada o de ms. Pero se distinguen de los acervos

    de capital reproducibles de tres formas: (1) la depreciacindel capital natural es frecuentemente irreversible (o, en el

    mejor de los casos lleva mucho tiempo a los sistemas re-

    cuperarse); (2) excepto en un sentido muy limitado, no es

    BiodiversidadBienes y servicios de losecosistemas (ejemplos)

    Valores econmicos (ejemplos)

    Ecosistemas (variedad y exten-sin/rea).

    Recreacin Regulacin hdrica Almacenamiento de carbono

    Evitar emisiones de gases de efecto invernadero mediante la conservacin de bosques: 3.7billones de dlares (VAN).

    Especies (diversidad y abundan-

    cia).

    Alimento, fibra, combustible Ideas para el diseo Polinizacin

    Contribucin de insectos polinizadores a la produccin agrcola: ~ 190,000 millones de

    dlares/ao.

    Genes (variabilidad y poblacin). Avances mdicos Resistencia a enfermedades Capacidad adaptativa

    25-50% de los 640,000 millones de dlares del mercado farmacutico proviene de recursosgenticos.

    Tabla 1: Capital natural: Componentes subyacentes y servicios y valores ilustrativosFuente: Eliasch (2008); Gallai et al., (2009); TEEB (2009)

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    Introduccin

    posible reemplazar un ecosistema agotado o degradado

    por uno nuevo; y (3) los ecosistemas se pueden colapsar

    abruptamente, sin mucha advertencia previa.

    La creciente escasez ecolgica es una indicacin de que

    los ecosistemas se estn agotando sumamente rpido, de

    manera irrevocable, y la consecuencia es que el bienes-

    tar econmico actual y futuro se est viendo afectado. Unindicador importante de la creciente escasez ecolgica

    mundial fue proporcionado por la Evaluacin de los Eco-

    sistemas del Milenio(MEA, por sus siglas en ingls) en 2005,

    que encontr que ms del 60 por ciento de los principales

    bienes y servicios de los ecosistemas del planeta analiza-

    dos se encontraban degradados o eran utilizados de ma-

    nera no sostenible.

    Algunos beneficios importantes para la humanidad en-

    tran en esta categora, incluida el agua, la pesca de cap-

    tura, la purificacin del agua y el tratamiento de residuos,

    los alimentos silvestres, los recursos genticos, los bioqu-micos, la madera, la polinizacin, los valores espirituales,

    religiosos y estticos; la regulacin del clima regional y

    local, la erosin, las pestes y los desastres naturales. Los

    valores econmicos asociados a estos servicios de los eco-

    sistemas son sustanciales, aunque en general no forman

    parte del mercado (vase la Tabla 1).

    Una dificultad mayor es que los costos asociados a la es-

    casez ecolgica creciente son cada vez mayores y, normal-

    mente, no se ven reflejados en los mercados. Casi todos

    los bienes o servicios de los ecosistemas degradadosidentificados por MEA no son comercializados. Algunos

    bienes como la pesca de captura, el agua, los alimentos

    silvestres y la madera forman, a menudo, parte del mer-

    cado comerciable, pero sus precios no reflejan el uso in-

    sostenible ni la sobreexplotacin, debido a informacin

    deficiente y a la mala gestin de los recursos biolgicos y

    de los ecosistemas que son la fuente de estos bienes.

    Tampoco se han desarrollado polticas e instituciones

    adecuadas para gestionar los costos asociados a la esca-

    sez ecolgica mundial que empeora da con da. Con gran

    frecuencia, las distorsiones y fallas de poltica agravan es-

    tos problemas al fomentar el uso excesivo de los recursos

    naturales y la degradacin ambiental. Hoy, el gran reto

    que representa la creciente escasez ecolgica y el uso in-

    eficiente de recursos y energa es superar un gran nmero

    de fallas de mercado, de poltica e institucionales, que im-

    piden reconocer la importancia econmica de esta degra-

    dacin ambiental.

    Revertir este proceso de desarrollo insostenible requiere

    tres pasos importantes. En primer lugar, como argumen-

    tan los autores del Plan para una Economa Verde, se re-quieren mejoras en la valoracin ambiental y en el anlisis

    de polticas para asegurar que los mercados y las polticas

    incorporen enteramente los costos y beneficios de los im-

    pactos ambientales (Pearce et al., 1989; Pearce & Berbier,

    2000). La valoracin ambiental y la consideracin de la

    depreciacin del capital natural deben estar completa-

    mente integradas en las polticas y estrategias de desa-

    rrollo econmico. Tal como se sugiri anteriormente, los

    componentes de capital natural ms subvalorados son

    los ecosistemas y el sinnmero de bienes y servicios que

    proporcionan. Valorar los bienes y servicios de los eco-sistemas no es fcil; sin embargo, es fundamental para

    asegurar la sostenibilidad de los esfuerzos de desarrollo

    econmico mundial.

    Un gran esfuerzo internacional de investigacin apoyado

    por el PNUMA, la Economa de los Ecosistemas y la Bio-

    diversidad (TEEB, por sus siglas en ingls), ilustra cmo

    la investigacin ecolgica y econmica puede utilizarse

    para valorar los bienes y servicios de los ecosistemas, as

    como la labor tan esencial que desempea la valoracin

    en la formulacin de polticas e inversiones en el medio

    ambiente (Sukhdev, 2008; TEEB, 2010).

    En segundo lugar, el papel de las polticas para controlar

    la degradacin excesiva del medio ambiente precisa de

    informacin efectiva y adecuada, incentivos, instituciones,

    inversin e infraestructuras. Una mejor informacin sobre

    las condiciones del medio ambiente, de los ecosistemas y

    de la biodiversidad es esencial para la toma de decisiones

    pblicas y privadas, que determinan la asignacin del ca-

    pital natural para el desarrollo econmico. El uso de instru-

    mentos de mercado, la creacin de mercados y, en su caso,

    las medidas regulatorias son elementales para internalizaresta informacin como parte de las decisiones cotidianas

    de distribucin en la economa. Tales instrumentos tam-

    bin son importantes para corregir las fallas de mercado

    y polticas) que distorsionan los incentivos econmicos

    para una mejor gestin ambiental y de los ecosistemas.

    Sin embargo, superar las fallas institucionales y promover

    derechos de propiedad ms eficaces, una buena gober-

    nanza y el apoyo a las comunidades locales tambin son

    elementos crticos. Asimismo, es importante reducir la in-

    eficiencia del gobierno, la corrupcin y la escasa rendicin

    de cuentas para revertir la excesiva degradacin ambien-

    tal en muchos pases. No obstante, el gobierno tambin

    desempea un papel positivo dirigido a proveer una in-

    fraestructura adecuada y efectiva a travs de la inversin

    pblica, proteger ecosistemas crticos, conservar la biodi-

    versidad, crear nuevos mecanismos de incentivos como el

    pago por servicios ambientales, promover la tecnologa y

    el conocimiento necesarios para mejorar la restauracin

    de los ecosistemas y facilitar la transicin hacia una eco-

    noma baja en carbono.

    En tercer lugar, la continua degradacin ambiental, elcambio de uso de suelo y el cambio climtico mundial

    afectan al funcionamiento, la diversidad y la resiliencia

    de los sistemas ecolgicos y los bienes y servicios que

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    Hacia una economa verde

    proveen. A largo plazo, los potenciales impactos de es-

    tos efectos sobre la salud y la estabilidad de los ecosis-

    temas son difciles de cuantificar y valorar. Se necesitar

    aumentar la colaboracin entre cientficos ambientales,

    ecologistas y economistas para evaluar y monitorear

    estos impactos (MEA, 2005; Polasky & Segerson, 2009).

    Adems, este anlisis ecolgico y econmico interdisci-

    plinario es necesario para identificar y evaluar las conse-cuencias sobre el bienestar para las generaciones actua-

    les y futuras, a partir de la creciente escasez ecolgica.

    Asimismo, un mayor esfuerzo para revertir el desarrollo

    insostenible exige una colaboracin interdisciplinaria

    ms amplia para analizar problemas complejos de de-

    gradacin ambiental, prdida de biodiversidad y dete-

    rioro de los ecosistemas.

    La investigacin interdisciplinaria tambin debe determi-

    nar los umbrales que regirn la transformacin de tipos

    especficos de capital natural en otras formas de capital.

    Por ejemplo, cunta zona boscosa se permite transfor-mar en tierras de labranza, de uso industrial o desarrollo

    urbano en un rea determinada? Qu cantidad de agua

    subterrnea est permitida extraer anualmente? Cun-

    tas y cules especies de peces se pueden capturar en una

    estacin determinada? La produccin y el comercio de

    qu qumicos se deben prohibir? Y ms importante, cu-

    les son los criterios para establecer estos umbrales? Una

    vez que estos niveles se hayan establecido, se pueden

    desarrollar medidas desde un mbito nacional e interna-

    cional que aseguren su cumplimiento.

    Otro punto clave para balancear diferentes tipos de ca-

    pital es reconocer que las tecnologas actuales se carac-

    terizan por su fcil sustitucin. Invertir en el cambio y el

    reemplazo de estas tecnologas puede conducir a nuevas

    oportunidades de complementariedad. En comparacin

    con las tecnologas de quema de combustibles fsiles, la

    mayor parte de las fuentes de energa renovable, como

    las turbinas elicas o los paneles solares, reducen consi-

    derablemente, a lo largo de su construccin y vida til, la

    cantidad de capital natural que se sacrifica. Ambos tipos

    de solucin (determinar umbrales y cambiar las tecnolo-

    gas) son importantes para lograr una economa verde.

    En resumen, avanzar hacia una economa verde debe

    convertirse en un asunto estratgico de la agenda de

    poltica econmica para lograr el desarrollo sostenible.

    Una economa verde reconoce que la meta del desarro-

    llo sostenible es la mejora de calidad de la vida humana

    dentro de las limitaciones del medio ambiente, que in-

    cluye combatir el cambio climtico, la inseguridad ener-

    gtica y la escasez ecolgica. Sin embargo, una econo-

    ma verde no puede estar concentrada exclusivamente

    en eliminar problemas ambientales y de escasez. Es in-dispensable que tambin atienda asuntos de desarrollo

    sostenible con equidad intergeneracional y erradicacin

    de la pobreza.

    Una economa verde y la erradicacin de la pobrezaLa mayor parte de los pases en vas de desarrollo, yciertamente la mayora de sus poblaciones, dependendirectamente de los recursos naturales. Los medios desubsistencia de la mayora de las personas que vivenen condiciones de pobreza en zonas rurales tambinestn estrechamente vinculados a la explotacin de

    ambientes y ecosistemas frgiles (Barbier, 2005). Msde 600 millones de personas que viven en condicio-nes de pobreza en zonas rurales habitan actualmen-te en tierras proclives a la degradacin y al estrs h-drico; y en sistemas forestales y tierras secas que sonvulnerables a las alteraciones climticas y ecolgicas(Comprehensive Assessment of Water Managementin Agriculture, 2007; World Bank, 2003). La tendenciade las poblaciones rurales a estar agrupadas en tierrasmarginales y en ambientes frgiles es un problemaque probablemente continuar en el futuro prximo,dada la poblacin rural mundial actual y las tendencias

    de pobreza. A pesar de la rpida urbanizacin mundial,la poblacin rural de las regiones en vas de desarrollosigue creciendo, aunque a un ritmo ms lento que endcadas recientes (Population Division of the UnitedNations Secretariat, 2008). Adems, en los pases envas de desarrollo, alrededor de tres cuartas partes delas personas de bajos recursos an viven en reas rura-les, es decir, el doble de las que viven en zonas urbanas(Chen & Ravallion, 2007).

    Desde un mbito global, las personas que viven en con-

    diciones de pobreza son especialmente vulnerables alos riesgos relacionados con el clima impuestos por elaumento del nivel del mar, la erosin de las costas y lafrecuencia de tormentas. Alrededor del 14 por cientode la poblacin y el 21 por ciento de los habitantes delas reas urbanas en pases en vas de desarrollo vivenen zonas costeras de baja altitud que estn expuestasa estos riesgos (McGranahan et al., 2007). Los mediosde subsistencia de miles de millones, desde los agricul-tores pobres hasta los habitantes urbanos de barriosmarginados, estn amenazados por una amplia gamade riesgos climticos que afectan a la seguridad alimen-

    taria, la disponibilidad de agua, la estabilidad de losecosistemas, la salud humana y los desastres naturales(UNDP, 2008; OECD, 2008). Por ejemplo, la mayora delos 150 millones de habitantes urbanos propensos aestar en situacin de riesgo por inundaciones costerasextremas y a un eventual aumento en el nivel del marsern probablemente los pobres que viven en ciudadesde pases en vas de desarrollo (Nicholls et al., 2007).

    Al igual que en el caso del cambio climtico, el vnculoentre escasez ecolgica y pobreza est bien estableci-

    do para algunos de los problemas ambientales y ener-gticos ms crticos. Por ejemplo, para la poblacinpobre en el mundo, la escasez de agua se manifiestacomo un problema de pobreza de agua. En los pases

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    Introduccin

    en vas de desarrollo, una de cada cinco personas ca-rece de acceso suficiente a agua limpia y, aproximada-mente, la mitad de la poblacin, unos 2,600 millonesde personas, no tienen acceso a los servicios bsicosde saneamiento. Ms de 660 millones de personas queno tienen acceso a los servicios de salubridad vivencon menos de dos dlares al da, y ms de 385 millo-

    nes con menos de un dlar al da (UNDP, 2006). Milesde millones de personas en los pases en desarrollo notienen acceso a los servicios de energa modernos, yaquellos que s lo tienen pagan precios altos por servi-cios inestables y poco fiables. Entre quienes carecen deacceso a la energa se encuentran unos 2,400 millonesde personas que dependen de los combustibles tra-dicionales de biomasa para la cocina y la calefaccin,incluyendo el 89 por ciento de la poblacin del fricaSubsahariana, as como los 1,600 millones de perso-nas que no tienen acceso a la electricidad (IEA, 2002).As pues, encontrar maneras de proteger los ecosiste-

    mas globales, reducir los riesgos del cambio climticomundial, mejorar la seguridad energtica y, simult-neamente, mejorar los medios de subsistencia de laspersonas con bajos recursos son retos importantesen la transicin hacia una economa verde, especial-mente para los pases en vas de desarrollo. Como lodemuestra este documento, una transicin hacia unaeconoma verde puede contribuir a erradicar la pobre-za. Los sectores con potencial econmico verde sonparticularmente importantes para los pobres ya quela agricultura, la silvicultura, la pesca y la gestin del

    agua tienen cualidades de bienes pblicos. Invertir enla transicin verde de estos sectores, incluso medianteel aumento del microfinanciamiento beneficiar, pro-bablemente, a las personas en condiciones de pobre-za, no solo en cuestin de empleo, sino a la hora deasegurar los medios de subsistencia que estn predo-minantemente basados en los servicios de los ecosis-temas. Es de igual importancia permitir que los pobrestengan acceso a la cobertura de microseguros contradesastres y catstrofes naturales para que puedan pro-teger sus medios de subsistencia contra los choquesprovocados por patrones meteorolgicos cambiantes

    e impredecibles.

    Sin embargo, se debe enfatizar que avanzar hacia unaeconoma verde no atender de forma automtica to-dos los problemas alrededor de la pobreza. Se debesobreponer una orientacin en favor de los pobres acualquier iniciativa de economa verde. Por ejemplo,las inversiones en energa renovable debern prestaratencin especial a los temas relacionados con el ac-ceso a energa limpia con precios asequibles. Los pa-gos por servicios de los ecosistemas, como la retencin

    de carbono en los bosques, debern beneficiar prin-cipalmente a las comunidades forestales. En la mayorparte de los pases con bajos ingresos, la promocinde la agricultura orgnica puede abrir oportunidades,

    particularmente para los agricultores pobres a peque-a escala que tpicamente conforman la mayora de lafuerza laboral de la agricultura; no obstante, deberser complementada con polticas que aseguren que losservicios de extensin y de apoyo estn establecidos ylistos para aplicarse.

    En conclusin, la mxima prioridad de los ODM de laONU para 2015 es disminuir a la mitad la proporcin degente que vive con menos de un dlar al da y erradicarla pobreza y el hambre extremas. Una economa verdeno solo es consistente con este objetivo, sino que tam-bin debe asegurar que las polticas e inversiones con-ducidas a reducir los riesgos ambientales y la escasezsean compatibles con el mejoramiento de la pobrezamundial y la inequidad social.

    1.3 Caminos hacia una economa verde

    Si bien la conveniencia de avanzar hacia una economaverde es clara para la mayora de las personas, los me-dios para llevarla a cabo siguen siendo una labor enproceso para muchos. Esta seccin examina la teora dela transicin verde, la prctica y las condiciones favora-bles y necesarias para realizar tal transicin. Sin embar-go, antes de comenzar este anlisis, la seccin esbozarlas dimensiones de este reto.

    Qu tan lejos est el mundo de una economa verde?

    En el ltimo cuarto de siglo, la economa mundial se hacuadruplicado y ha beneficiado a cientos de millonesde personas (IMF, 2006). Sin embargo, el 60 por cientode los principales bienes y servicios de los ecosistemasque respaldan los medios de subsistencia se han degra-dado o empleado de manera no sostenible (MillenniumEcosystem Assessment, 2005). Esto es debido a que elcrecimiento econmico de las ltimas dcadas se ha lo-grado principalmente a travs del agotamiento de losrecursos naturales, sin dejar que las reservas se regene-ren y permitiendo una amplia degradacin y prdidade los ecosistemas.

    En la actualidad, solo el 20 por ciento de las reservascomerciales de peces, principalmente las especies debajo precio, estn subexplotadas; el 52 por ciento es-tn completamente explotadas, sin espacio adicionalpara la expansin; el 20 por ciento estn sobreexplo-tadas; y el ocho por ciento se ha agotado (FAO, 2009).El agua es cada vez ms escasa y se proyecta que elestrs por dficit hdrico aumente, pues en 20 aos elsuministro de agua satisfar a nicamente el 60 porciento de la demanda mundial, (McKinsey y Company,

    2009). La agricultura aument sus rendimientos prin-cipalmente debido al uso de fertilizantes qumicos(Sparks, 2009). Sin embargo, esto ha dado lugar al de-terioro de la calidad del suelo, a la degradacin de la

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    Hacia una economa verde

    tierra, (Mller & Davis, 2009) y a la deforestacin, queocasion la prdida de 13 millones de hectreas debosque cada ao entre 1990 y 2005 (FAO, 2010). La es-casez ecolgica est afectando seriamente a todo elespectro de los sectores econmicos que son el funda-mento de la alimentacin humana (pesca, agricultura,agua y silvicultura) y una fuente crtica de los mediosde subsistencia para las personas de bajos recursos. Almismo tiempo, la escasez ecolgica y la inequidad so-

    cial son indicadores claros de una economa que no essostenible.

    Por primera vez en la historia, ms de la mitad de la

    poblacin mundial vive en reas urbanas. Las ciuda-

    des ahora representan el 75 por ciento del consumo de

    energa (UN Habitat, 2009) y de las emisiones de carbo-

    no (Clinton Foundation, 2010).1Problemas crecientes de

    aglomeracin, contaminacin y servicios pobremente

    abastecidos afectan a la productividad y la salud de to-

    dos, pero golpean con especial dureza a las personas

    de bajos recursos que viven en zonas urbanas. Ante el

    hecho de que el 50 por ciento de la poblacin mundial

    vive en pases con economas emergentes (World Bank,

    2010), que se estn urbanizando y desarrollando rpida-

    mente, la necesidad de una planificacin de ciudades,

    infraestructuras y transportes verdes es de suma impor-

    tancia.

    La transicin hacia una economa verde variar con-

    siderablemente entre naciones, pues depende de las

    caractersticas especficas de capital natural y humano

    de cada uno de ellos y de su nivel relativo de desarrollo.

    Como se ha demostrado grficamente, existen muchas

    oportunidades para todos los pases en una transicin

    semejante (vase el Cuadro 2). Algunos han alcanzado

    altos niveles de desarrollo humano, pero a costa de sus

    recursos naturales, de la calidad de su medio ambiente,

    y de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

    El reto para estos pases consiste en reducir su huella

    ecolgica per cpita sin perjudicar su calidad de vida.

    Otros pases an mantienen huellas ecolgicas per cpi-

    ta relativamente bajas, pero necesitan ofrecer mejores

    niveles de servicios y bienestar material de sus ciudada-

    1. Para obtener una crtica de estos datos, ver Satterthwaite, D. (2008),Citiess contribution to global warming: notes on the allocation of gre-enhouse gas emissions, Environment and Urbanization, 20 (2): 539-549.

    Cuadro 2: Hacia una economa verde: Un doble reto

    Actualmente, muchos pases poseen un alto nivel de

    desarrollo humano a costa de una gran huella ecol-

    gica. Otros tienen una huella muy pequea pero en-

    frentan necesidades urgentes para mejorar el acceso a

    servicios bsicos como la salud, la educacin o el agua

    potable. El reto para los pases es avanzar hacia el origen

    de la grfica, donde se puede alcanzar un alto nivel de

    desarrollo humano dentro de las fronteras planetarias.

    UmbraldelPNUDparaundesarrollohumanoalto

    Pases asiticos

    Pases europeos

    Pases africanos

    Pases de Oceana

    Pases de Amrica del Norte

    Pases Latinoamericanos y del Caribe

    Desarrollo humano altodentro de los lmites de laTierra

    Biocapacidad media mundial per cpita en 2006

    Biocapacidad media mundial per cpita en 1961

    2

    4

    6

    8

    10

    12

    0.2 0.4 0.6 0.8 1.0

    Huellaecolgica(hectreaspercpitaenelmundo)

    ndice de Desarrollo Humano de la Organizacin de las Naciones Unidas

    Fuente: Global Footprint Network (2010); PNUD (2009)

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    Introduccin

    nos. Su reto es lograrlo sin incrementar drsticamente

    su huella ecolgica. Como lo muestra el diagrama, uno

    de estos dos retos afecta casi a cada nacin y, mundial-

    mente, la economa an est muy lejos de ser verde.

    Condiciones favorables para una economa verdePara transitar hacia una economa verde se requieren

    condiciones favorables especficas que consisten en re-gulaciones nacionales, polticas, subsidios e incentivos,as como en el mercado internacional e infraestructuralegal, comercio y en asistencia tcnica. Actualmente,las condiciones estn orientadas, de forma muy clara,a promover una prevaleciente economa marrn; estasdependen excesivamente de los combustibles fsiles,del agotamiento de recursos y de la degradacin delmedio ambiente.

    Por ejemplo, los subsidios a los precios y la produccinde combustibles fsiles en conjunto excedieron los

    650,000 millones de dlares en 2008 (IEA et al., 2010).Este alto nivel de subsidios puede afectar desfavo-rablemente a la adopcin de energa limpia, a la vezque contribuye a una mayor emisin de GEI. En con-traste, las condiciones favorables para una economaverde pueden preparar el camino para el xito de lainversin pblica y privada en la transicin verde delas economas mundiales (IEA, 2009). A nivel nacional,ejemplos de condiciones favorables son: cambios enla poltica fiscal; reforma y reduccin de subsidios am-bientalmente dainos; uso de nuevos instrumentos de

    mercado; direccionamiento de las inversiones pbli-cas hacia sectores verdes clave; transformacin de lascompras pblicas a compras ms sostenibles; y reglasy normativas para la mejora ambiental, as como suaplicacin. En el contexto internacional, tambin exis-ten oportunidades para aadir la infraestructura demercado y mejorar el comercio y los flujos de ayuda,as como fomentar una mayor cooperacin internacio-nal (United Nations General Assembly, 2010).

    Desde un mbito nacional, cualquier estrategia parala transicin verde de las economas debera consi-

    derar el impacto de las polticas ambientales dentrodel contexto ms amplio de poltica para dirigirse ala innovacin y al desarrollo econmico (Porter & Vander Linde, 1995).2Desde esta perspectiva, las polticasde gobierno desempean un papel crtico dentro delas economas para promover la innovacin y el cre-cimiento. Tal intervencin es importante como mediopara fomentar la innovacin y para escoger la direc-cin del cambio (Foray, 2009; Stoneman, 1995).

    2. Este punto ha sido debatido, al menos, desde el momento de la de-claracin inicial de la Hiptesis Porter. Porter argumentaba entoncesque la regulacin ambiental poda tener un impacto positivo sobre elcrecimiento mediante los efectos dinmicos que generaba dentro deuna economa.

    3. Es sabido al menos desde el tiempo del trabajo original de KennethArrow (1962) y el trabajo estructural de Kamien y Schwartz (1982) que lasempresas competitivas y los mercados competitivos no producen nece-

    sariamente la cantidad ptima de innovacin y crecimiento dentro deuna economa.

    4. En 1987, Japn era el lder mundial en I+D por unidad de PIB (en 2.8 porciento) y el lder mundial en la proporcin gastada en I+D relacionadocon energa (en 23 por ciento).

    Desde hace tiempo, algunos economistas como Ken-neth Arrow han mostrado que empresas y mercadoscompetitivos no necesariamente producen una canti-dad ptima de innovacin y crecimiento dentro de unaeconoma (Arrow, 1962; Kamien & Schwartz, 1982).3Porlo tanto, la intervencin pblica en la economa es degran importancia para estos propsitos. Esto sucede

    en los mercados competitivos porque las industriastienen pocos incentivos para invertir en cambio tec-nolgico o incluso en la innovacin de sus productos,puesto que cualquier ganancia se perdera a causade la competencia. Este es uno de los ejemplos mejorconocidos de una falla de mercado en el contexto demercados competitivos, y proporciona los fundamen-tos para diversas formas de intervencin (Blair & Cotter,2005).

    Ejemplos de estmulos al crecimiento y a innovacinse pueden apreciar en las historia de diversas econo-

    mas que emergieron recientemente. En las dcadasde 1950 y 1960, los gobiernos de Japn y de Coreadel Sur eligieron cambiar de tecnologas mediante laimportacin de tecnologa de otros pases (Adelman,1999). Esto cambi en la dcada de 1970, cuando estaseconomas adoptaron polticas agresivas para promo-ver la innovacin eficiente en energa. Poco despus,Japn se convirti en una de las economas lderes enel mundo en trminos de investigacin y desarrollo(I+D) en estas industrias (Mowery, 1995).4Este patrnde gasto dirigido y polticas ambientales se est repi-

    tiendo hoy en da en muchos lugares de Asia. Los casosde Corea del Sur y China son particularmente ilustra-tivos, pues una gran proporcin de sus paquetes deestmulos se dirigi a la recuperacin verde y ahora hasido instituida en planes de plazos ms largos para re-disear sus economas en torno al crecimiento verde(Barbier, 2010b).

    As, avanzar hacia un desarrollo verde es casi con plenacerteza un medio para lograr mejoras en el bienestaren la sociedad, pero tambin es un medio para lograruna mejora en el crecimiento futuro. Esto sucede por-

    que una buena estrategia de largo plazo para el creci-miento podra ser alejarse de los modelos bsicos deproduccin para el desarrollo que se basan en la ex-traccin y el consumo, y acercarse a modelos ms com-plejos de desarrollo. Existen diversos motivos por losque este desplazamiento sera bueno para la competi-tividad a largo plazo, as como para el bienestar social.

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    Hacia una economa verde

    En primer lugar, emplear polticas ambientales fuertespueden acabar con las ineficiencias de la economamediante la eliminacin de las empresas e industriasque solo existen gracias a los subsidios implcitos enlos recursos con los precios por debajo de lo normal.El libre acceso al aire, al agua y a los ecosistemas noes un bien de bajo valor para los actores en la econo-

    ma y equivale a otorgar subsidios a actividades convalor neto negativo. Introducir regulaciones efectivase instrumentos de mercado para contener la contami-nacin y limitar la acumulacin de pasivos ambientalesimpulsa a la economa en una direccin ms eficiente.

    En segundo lugar, fijar los precios de los recursos na-turales es importante, no solo para la asegurar los pre-cios del capital natural y los servicios ambientales, sinotambin para la fijacin de precios de todos los demsinsumos dentro de una economa. Una economa asig-na sus esfuerzos y gastos de acuerdo con los precios

    relativos, por lo que si los recursos estn subvaloradoslas economas se desbalancean. Los formuladores depolticas deberan fijar sus objetivos de acuerdo con elfuturo que desean que alcancen sus economas y esto,usualmente, requerir que los precios relativos de losrecursos sean ms altos. Una economa que desea desa-rrollarse en torno al conocimiento, I+D, capital humanoe innovacin, no debera ofrecer sus recursos naturalesde manera gratuita.

    En tercer lugar, fijar los precios de los recursos conduce

    las inversiones hacia la I+D e innovacin, puesto que sepuede evitar el uso de recursos costosos mediante lainvestigacin y el descubrimiento de nuevos mtodosde produccin. Esto incluir la inversin en todos losfactores (capital humano y conocimiento) y en todaslas actividades (I+D e innovacin) que se mencionaronanteriormente. Avanzar hacia una fijacin ms eficientede los precios de los recursos naturales consiste en con-vertir el nfasis de la economa hacia diferentes funda-mentos del desarrollo.

    En cuarto lugar, estas inversiones pueden generar

    ingresos por innovacin. Las polticas que reflejan si-tuaciones de escasez que prevalecen en la economalocal tambin pueden reflejar situaciones de escasezpresentes de forma ms amplia. Por esta razn, la so-lucin a un problema de escasez de recursos identifi-cado localmente (mediante inversiones en I+D) puedeser aplicable a nivel general y, por lo tanto, tener unamayor comercializacin global. La primera solucin aun problema recurrente se puede patentar, autorizar ycomercializar.

    En quinto lugar, una regulacin ambiental agresiva pue-de anticipar las frecuentes situaciones de escasez futuray proveer un parmetro para que otras jurisdicciones laadopten. Un liderazgo de polticas semejante puede ser

    el primer paso para el proceso descrito anteriormentede innovacin, inversin, regulacin y fijacin de pre-cios a los recursos (Network of Heads of European Envi-ronment Protection Agencies, 2005).

    En resumen, los beneficios de un marco de polticas s-lido para abordar las fallas de mercado y las situaciones

    de escasez ecolgica fluirn a lo largo de la transicinhacia una economa verde. Las polticas y los mecanis-mos de mercado que mejoran la percepcin sobre losprecios de los recursos naturales crean incentivos paradesplazar la economa hacia una base completamentediferente, basada ms en las inversiones, la innovaciny en sus insumos de capital humano, de conocimiento,y de investigacin y desarrollo.

    Cmo medir el progreso hacia una economa verdeEs difcil, si no imposible, administrar lo que no se pue-de medir. A pesar de la complejidad de una transicin

    global hacia una economa verde, es esencial contarcon indicadores adecuados tanto a nivel macroeco-nmico como a nivel sectorial para informar y guiar latransicin.

    Para complicar las cosas, los indicadores econmicosconvencionales, como el PIB, ofrecen una imagen dis-torsionada del desarrollo econmico, especialmenteporque tales medidas no reflejan en qu grado las ac-tividades de produccin y consumo pueden estar dis-minuyendo el capital natural. Ya sea porque agotan los

    recursos naturales o porque degradan la capacidad delos ecosistemas a la hora de ofrecer beneficios econ-micos, en trminos de aprovisionamiento, regulacin,o servicios culturales, con frecuencia la actividad eco-nmica se basa en la depreciacin del capital natural.

    Idealmente, los cambios en el acervo de capital naturalseran evaluados en trminos monetarios e incorpora-dos en las cuentas nacionales. Esto es lo que intenta elcontinuo desarrollo del Sistema de Contabilidad Am-biental y Econmica (SEEA, por sus siglas en ingls) porparte de la Divisin Estadstica de las ONU, y por los m-

    todos ajustados de ahorros nacionales netos del BancoMundial (World Bank, 2006). El uso ms amplio de talesmedidas ofrecera un mejor indicio del nivel real y la via-bilidad del crecimiento en el ingreso y el empleo.

    La Contabilidad Verde o la Contabilidad de RiquezaIncluyente son marcos disponibles que se espera quesean adoptados por algunas naciones5 inicialmente y

    5. El Banco Mundial, en colaboracin con el PNUMA y otros socios, anuncirecientemente (en Nagoya, CBD COP-10, octubre de 2009) un proyecto

    global de Valoracin de Ecosistemas y Contabilidad de la Riqueza quepermitir, a un grupo de pases desarrollados y en vas de desarrollo, po-ner a prueba este marco y poner en marcha un conjunto de proyectospiloto de contabilidad nacional que sean ms capaces de reflejar y medirlos aspectos de sostenibilidad.

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    Introduccin

    allanen el camino para medir la transicin hacia unaeconoma verde a nivel macroeconmico.

    Cmo podra desarrollarse una economa verde alo largo del tiempo?En este documento, el modelo macroeconmico Umbral

    21 (T21) es usado para explorar los impactos de las inver-

    siones en la transicin verde de la economa en contrastecon las inversiones del escenario base (BAU, por sus siglas

    en ingls). El modelo T21 mide los resultados en trminos

    del PIB tradicional as como la manera en que afecta el em-

    pleo, la intensidad de recursos, las emisiones y los impac-

    tos ecolgicos.6

    El modelo T21 fue desarrollado para un desarrollo y re-

    duccin de la pobreza a medio y largo plazo, con mayor

    frecuencia a escala nacional, de manera que complementa

    otras herramientas para analizar los impactos a corto pla-

    zo de las polticas y los programas. El modelo es especial-

    mente adecuado para analizar los impactos de los planesde inversin, tanto para los compromisos pblicos como

    para los privados. La versin global del T21 usada para los

    propsitos de este informe modela la economa mundial

    como un todo para hallar las relaciones clave entre la pro-

    duccin y los acervos vitales de los recursos naturales a

    nivel agregado.

    El modelo T21 refleja la dependencia que tiene la pro-

    duccin econmica de los insumos tradicionales: trabajo

    y capital fsico; as como de los acervos de capital natural

    en forma de recursos, como la energa, terrenos forestales,suelo, pesca y agua. As, el crecimiento est impulsado por

    la acumulacin de capital, ya sea fsico, humano o natural,

    a travs de la inversin. Adems toma en cuenta la depre-

    ciacin o disminucin de los acervos de capital. El modelo

    est calibrado para reproducir el periodo de 40 aos, com-

    prendido entre 1970 y 2010; y las simulaciones se realizan

    para el periodo igual a los siguientes 40 aos, 2010 a 2050.

    Las proyecciones del escenario base (BAU, por sus siglas

    en ingls) se contrastan con las proyecciones estndar de

    otras organizaciones, tales como la Divisin de Poblacin

    de la ONU, el Banco Mundial, la OCDE, la Agencia Interna-

    cional de Energa y la Organizacin de las Naciones Unidas

    para la Alimentacin y la Agricultura.

    La inclusin de los recursos naturales como un factor de la

    produccin distingue al T21 de todos los dems modelos

    macroeconmicos mundiales (Pollitt et al., 2010). Ejemplos

    de la dependencia directa que tiene el PIB con relacin a

    los recursos naturales incluyen la disponibilidad de peces

    y reservas forestales para las pesqueras y el sector fores-

    tal, as como la disponibilidad de combustibles fsiles para

    impulsar el capital necesario en la pesca y la recoleccin

    de madera, entre otros. Otros factores que afectan al PIB

    6. Vase el captulo Modelacin para detalles sobre el modelo T21.

    7. El anlisis T21 ignora a propsito asuntos como el comercio y las fuentesdel financiamiento para la inversin (pblico vs privado, o nacional vsexterno). Como resultado de ello, el anlisis de los impactos potenciales

    del escenario de inversin verde a nivel mundial no tienen la intencinde representar las posibilidades para ningn pas o regin en especfico.En lugar de ello, las simulaciones tienen la intencin de estimular ma-yor consideracin y anlisis ms detallados por parte de los gobiernos yotros interesados en la transicin hacia una economa verde.

    incluyen aquellos que tienen que ver con los recursos na-

    turales y la eficiencia de estos; el estrs hdrico, el reciclaje

    y la reutilizacin de desechos y los precios de la energa.7

    Atendiendo a estudios existentes, la demanda de finan-

    ciamiento anual para enverdecer la economa se estim

    dentro de un rango que va de 1.05 a 2.59 billones de dla-

    res. Para situar esta demanda en perspectiva, es alrededorde una dcima parte de la inversin global total anual, se-

    gn la medicin global de la Formacin Bruta de Capital.

    Considerando un nivel anual de 1.3 billones de dlares

    (dos por ciento del PIB mundial) como situacin hipot-

    tica, se modelaron diversas cantidades de inversin en

    los diez sectores publicados en este informe para deter-

    minar el impacto en el crecimiento, el empleo, el uso de

    recursos y la huella ecolgica. Los resultados del modelo,

    que sern presentados con ms detalle en el captulo de

    Modelacin, sugieren que la inversin en una economa

    verde a travs del tiempo mejora el desempeo econ-

    mico a largo plazo. De manera significativa, este progresosucede al mismo tiempo que mejoran las reservas de re-

    cursos renovables, se reducen los riesgos ambientales, y

    se reconstruye la capacidad de generar prosperidad para

    el futuro. Estos resultados se presentan de forma desagre-

    gada para cada sector con el fin de ilustrar los efectos de

    esta inversin sobre el ingreso, el empleo y el crecimiento,

    y ser analizado ms exhaustivamente en el captulo de

    Modelacin.

    1.4 Enfoque y estructura:Hacia una economa verde

    Este informe se centra en diez sectores clave que se con-

    sidera que definen las tendencias de la transicin hacia

    una economa verde. Estas tendencias incluyen el aumen-

    to del bienestar humano y la equidad social, as como la

    reduccin de los riesgos ambientales y la escasez ecol-

    gica. En muchos de estos sectores, el enverdecimiento

    de la economa puede generar resultados consistentes y

    positivos para una mayor riqueza, crecimiento econmico,

    empleos dignos y menor pobreza.

    En la Parte I, el documento se centra en los sectores de-

    rivados del capital natural: agricultura, pesca, bosques

    y agua. Estos sectores tienen un impacto material en la

    economa puesto que forman la base de la produccin

    primaria y porque los medios de subsistencia de las per-

    sonas que viven en condiciones de pobreza en zonas rura-

    27

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    Hacia una economa verde

    les dependen directamente de ellos. El anlisis se enfoca

    en los principales retos y oportunidades para conseguir

    un manejo ms sostenible y equitativo de estos sectores

    y analiza las oportunidades de inversin para restablecer

    y mantener los servicios de los ecosistemas que respaldan

    estos sectores. Los captulos subrayan diversas oportuni-

    dades de inversin especficas por sector y reformas pol-

    ticas que son de importancia mundial, puesto que pareceque se pueden repetir y expandir para cumplir la meta de

    la transicin hacia una economa verde.

    En la Parte II, el documento se centra en aquellos sectores

    que se pueden describir como capital construido, tradi-

    cionalmente considerados como los sectores marrn de la

    economa. En estos sectores, como el transporte, la ener-

    ga y la manufactura, el informe encuentra grandes opor-

    tunidades para ahorros de energa y de recursos. Se argu-

    menta que la escala de estos ahorros puede aumentar y

    se pueden convertir en impulsores del crecimiento eco-nmico y del empleo, as como tener efectos de equidad

    importantes en algunos casos. La eficiencia de recursos es

    un tema transversal que afecta a la eficiencia energtica

    en la manufactura y la vivienda, la eficiencia de materiales

    en la manufactura y a la mejor gestin de desechos.

    Finalmente, tras ofrecer una visin en profundidad de la

    modelacin realizada para este informe y antes de exa-

    minar las opciones para el financiamiento de la economa

    verde, la Parte III se centra en las condiciones favorables

    que aseguran una transicin exitosa hacia una economa

    verde. Estas incluyen medidas fiscales nacionales ade-

    cuadas, reformas polticas y colaboracin internacional a

    travs del comercio, infraestructura de mercado y apoyoa la creacin de capacidades. Se ha hablado mucho acer-

    ca del potencial que tiene una economa verde para ser

    utilizada como un pretexto para imponer condiciones a

    la ayuda financiera y proteccionismo comercial. Este in-

    forme argumenta que, para ser verde, una economa no

    solamente debe ser eficiente, sino tambin equitativa. La

    equidad implica reconocer dimensiones de igualdad tan-

    to desde una perspectiva global como desde el propio

    pas, particularmente, al asegurar la transicin justa a una

    economa baja en carbono, eficiente en recursos y social-

    mente incluyente. Estas condiciones favorables para unatransicin equitativa y justa se describen y son tratados

    extensamente al final de los captulos de este informe,

    antes de las conclusiones, junto con los pasos necesarios

    para movilizar recursos financieros a una escala suficiente

    para la transicin mundial hacia una economa verde.

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  • 7/21/2019 GER Spanish

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