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Ferreira Gullar en la libreria de arquitrave

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Arquitrave

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Antología© Ferreira Gullar© Arquitrave Editoreswwwwwwwwwwwwwww.ar.ar.ar.ar.arqui t rave.comqui t rave.comqui t rave.comqui t rave.comqui t rave.comEdición y diseño Harold Alvarado Tenorio y Héctor Hernán GómezImpreso en Colombia - Printed in Colombia

Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni entodo ni en parte, ni registrada en o transmitida por, un sistema de recuperación deinformación, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico,electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permisoprevio por escrito de la editorial.

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Ferreira Gullar (Sâo Luís do Maranhão, 1930), hizo parte delmovimiento concretista que comandaba Décio Pignatari y los her-manos Haroldo y Augusto de Campos. Luego pasaría al neo-concretismo y en los años sesenta abandonó ambas corrientes.

Luego de haber publicado su primer libro de poemas Um poucoacima do chão (1949), se trasladó a Rio de Janeiro donde ejerció elperiodismo, la docencia y la crítica de arte. En 1954 publicó A lutacorporal, punto de partida de una de las obras más singulares de lapoesía brasileña actual. A partir de 1961 deja de lado la experiencianeoconcretista, comienza a interesarse por las expresiones de la cul-tura popular y escribe los Romances de Cordel (1962-1967), conel propósito de denunciar la injusticia social. Durante ese períodopublica los ensayos Cultura posta em questão (1964) y el polémi-co Vanguarda e subdesenvolvimento (1969), así como las piezasde teatro Se correr o bicho pega, se ficar o bicho come (1966),escrita en colaboración con Odulvaldo Vianna Filho; A saída, ondefica a saída? (1967), escrita con Armando Costra y A.C. Fontouray Doutor Getúlio, sua vida sua glória (1968) con Dias Gomes.Durante varios años estuvo ausente de Brasil residiendo en Europa,Chile, Perú y Argentina. Regresó en 1977. En ese tiempo publicaDentro da noite veloz (1975) y Poema Sujo (1976). En Brasilpublica Antología poética (1978), Na Vertrigem do Dia (1980) yla obra de teatro Um rubi no umbigo (1979). Su obra completa hasido reunida en Toda poesía, Río de Janeiro, 1983.

Gullar se dio a conocer con la publicación de A luta Corporal (1954)Los dos conceptos indican las intenciones del autor. El cuerpo estáen lucha con el mundo para poder asirlo, entenderlo, gozarlo,padecerlo. En el cuerpo residen los presentimientos, las venganzas,

Ferreira Gullar

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las aventuras. Nada metafísico asiste al hombre, sólo el mundo con-creto de su cuerpo. Gullar entra -con la mirada- a saco en los objetosy los vacía: aves, frutas, mundo, serán carnaza de su poesía.

Muerta,flota, en el suelo.Gallina.

No tuvo el mar niquiso ni comprendióaquel picoteo casi feroz. Pico-teaba. Miraba el muro,lo aceptaba, negro y absurdo.

Nada perdió. El terreno del fondono teníaninguna belleza.

Ahora,las plumas sólo son lo que el vientoroza, leves.Perdierontodo resplandor, el miedo.

Muerta. Se evapora el ojo secoel sueño. Ella duerme.¿Dónde? ¿dónde?(La gallina)

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Luego de la lucha corporal traza en su poesía mundos abstractos,lejanos del lenguaje común, para intentar cazar el significado y no lascosas en sí. Los ejercicios concretistas lo llevaron a la destrucción delsentido. Pero pronto superaría esta etapa de sus búsquedas. En losaños sesenta el poeta vuelve los ojos hacia la sociedad y descubre, enla vida cotidiana, el manantial donde brotan los poemas que compo-nen Dentro da Noite Veloz.

Dentro da Noite Veloz es un intento por asir la vida, con sus mani-festaciones y elementos, en medio de conflictos sociales, políticos ysicológicos. Lo concreto es en estos poemas todo lo que está atado alas luchas del individuo y la colectividad; el hombre que trabaja y lamujer que trabaja; sus afectos y rencores, con una poesía vivida en laextensión de los cuerpos, oscuros o vibrantes, con carencias, sedien-tos, cálidos, haciendo que la palabra sea sabia de la vida:

Sin ninguna esperanzame detengo frente a una vitrina de carterasen la Avenida de Nuestra Señora de Copacabana, domingo,mientras el crepúsculo se desata sobre el barrio.

Sin ninguna esperanzate espero.En la multitud que va y vieney entra y sale de los bares y los cinessurge tu rostro y desapareceen un destelloy el corazón dispara.Te veo en el restaurante,en la fila del cine; de azuldiriges un automóvil; a piecruzas la calle

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espejismoque finalmente se desintegra con la tarde sobre los edificiosy se desvanece en las nubes.

La ciudad es grandetiene cuatro millones de habitantes y tú eres una sola.

En algún lugar estás a esta hora, inmóvil o caminando,tal vez en la otra cuadra tal vez en la playatal vez converses en un bar distanteo en el balcón de ese edificio de enfrentetal vez estés viniendo a mi encuentro, sin que lo sepas,mezclada a las personas que veo a lo largo de la avenida.

¡Pero qué esperanza! Tengouna oportunidad entre cuatro millones.Ah, si al menos fueses mildiseminada por la ciudad.

La noche se alza comercialen las constelaciones de la avenidaSin ninguna esperanzaprosigoy mi corazón va repitiendo tu nombreahogado por el estruendo de los motoresllevado por el humo de la gasolina quemada.(Por la calle)

Gullar irá progresivamente entendiendo que el hombre histórico,el individuo en crecimiento, uno más entre la multitud, será el objetoineludible de la poesía de los años de fin del siglo. Dará entonces

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sentido a sus hechos, estrictamente personales, como lo había enten-dido Bandeira. Lo que entendemos como subjetivo alcanza en suspoemas una dimensión inédita, tejida de persona y mundo. El hom-bre, Gullar, está solo. Hablar de sí será hablar del Otro.

Poema Sujo (1975) resume esta nueva actitud y visión del mundoen un poema sinfónico donde concurren por igual yo, nosotros, his-toria y eterno presente. Mito y mímesis a través de la memoria, esuna larga exposición real o imaginaria de la ciudad del poeta. SâoLuís do Maranhão, cosas, seres, luces, voces, olores, fugas, frivolida-des, sucesiones, olvidos, indiferencia, miedo y pasión. Una memo-ria-saudade y una memoria desencantada, que borra cualquier pre-tensión que no sea la música misma, el tono del poema.

Harold Alvarado Tenorio

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Hombre sentado

En este diván recostadode tardeen un rincón del sistema solaren Buenos Aires(los intestinos dobladosdentro del vientre, las piernasbajo el cuerpo) veo por el ventanal de la salaparte de la ciudad: estoy aquíapoyado apenas em mi cuerpo delgado, mezclade niervos y huesosviviendoa una temperatura de 36 grados y mediorecordando plantas verdesque ya murieron.

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La muerte de Clarice Lispector

Mientras te enterraban en el cementerio judíode San Francisco Xavier(y el resplandor de tu mirar sepultadoestaba resistindo todavía)el taxi recorría conmigo la orilla de la Lagoaen dirección a BotafogoY las piedras y las nubes y los árbolesen el vientomostraban alegrementeque no dependen de nosotros

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Traducirse

Una parte de míes todo el mundo;otra parte es ninguno:fondo sin fondo.

Una parte de míes multitud;otra parte extrañezay soledad.

Una parte de mípesa, pondera;otra partedelira.

Una parte de míalmuerza y cena;otra partese espanta.

Una parte de míes sólo vértigo;otra partelenguaje.

Traducir una parteen la otra parte - que es cuestión de vida o muerte - será arte?

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Arte poetica

No quiero morir, no quieropodrirme en el poema

que el cadáver de mis tardesno venga a apestar en tu mañana feliz

y la luzque en tu boca encienda quizá por las palabras- aun cuando nazca de la muerte - se sume a los otros fuegos del díaa los barullos de la casa y la avenida en el presente veloz

Nada que se parezcaal pájaro disecado momiade flordentro del libro y lo que de la nocha vuelvase vuelva em llamas o en llaga vertiginosamente como el jazmínque en un solo centelloilumina la ciudad entera

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Subversiva

La poesíacuando llega no respeta nada.Ni padre ni madre. Cuando llegade cualquiera de sus abismosdesconoce al Estado y a la Sociedad Civilinfringe el Código de Aguas relinchacomo puta nueva enfrente del Palacio de la Alvorada.1

Y sólo luegoreconsidera: besa los ojos de quienes ganan mal mece en el regazo a quienes tienen sed de felicidad y de justicia

Y promete incendiar al país

1.Palacio de Gobierno en Brasilia

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Plátanos podridos

Como un reloj de oro lo podridooculto en las frutassobre el balcón (aún mieldentro de la cáscaraen la carne que se hace agua) eraaún oroel azúcar turbiaviniendo del suelo y ahoraallí: los plátanos negros como bolsas blandas donde se posa una abeja y gira y gira manecilla en el universo dorado (parte mínima de la tarde)en abril mientras vivimos.

Y detrás de la ciudad(de las personas en la salao cosiendo)a espalda de las personasal frente de ellasa la derecha o(detrás de las palmas de los cocoterosalegrey del viento)hecho un cinturón azuly ardienteel marbatiendo su tambor

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quede la recaudería 1no se escucha.

1. Tienda de abarrotes

?Qué tiene que ver el marcon estos plátanos manchados ya de muerteque a nuestrolado viajanhacia el caos y se acedany arden en agua y ácidosde camino a la nochevertiginosamente despacio?

?Qué tiene que ver el marcoin esa marejadade aguas suciashirviendo en los plátanos,con esas voces que hablan de vecinos,de nalgas, de aguardiente?

Qué tiene que ver el mar con ese barullo?

?Qué tiene que ver el mar con este patio?

Aquí, de azul,apenas hay un añicode un frasco de leche de magnesia

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(hueso de ángel)que se perderá en la tierra sueltaconforme a la acción giratoria de la nochey de los perfumes en las hojasde la menta

Ningún alardeninguna alarmaaún cuando el verano pasa gritandosobre nuestros tejados.

Poco tiene que ver el marcon este baño de cementoy zinc donde el silencio es agua: una esmeralda engastada en la pileta (y que suelta se diluye por los caños por debajo de la ciudad)

Aquí en todo hay más pasado que futuromás muerte que fiesta; en estebañode agua salada y sombra mucho más que de mar hay de floresta.

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Mucho más que de maren este bañohay de plátanos podridos en la recaudería

y no tanto por el aguaen que se deterioran (dondeun fuego al revéshuye en el azúcar)sino por lo suave de esa vidade frutainserta en la vida de la familia:lo suave del baño a las tres de la tarde.

Lo suave de la casa en el Nordestecon sus cuartos y salassu bañoque esta tarde atraviesa para siempre

Lo suave de la luz hiriendo la vidaen el cuerpo de la genteallá en el fondodonde plátanos podridos mar azulhambre pileta florestason un mismo estampidoun mismo grito

Y las personas conversanen la cocinaen la sala cuentan cuentosy en el hablar que hablan(ese barullo)

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tanto se agita en mar como la florestatantofulgura la miel de la tarde- el fuego podrido - como brillala esmeralda de agua que se fue

?Sólo tiene que ver el mar con su barullo?con sus martillos blancossu diurnorelámpagoque nos ciñe la cintura?

El mar sólo tiene que ver el mar con este bañocon este patio verde con esta recaudería sólo tiene que ver el marcon esta nocturnatierra de patiodonde gravitam perfume y futuros el mar el marcon sus pistones azules con sua fiesta tiene que ver tiene que vercon estos plátanos donde la tarde se pudre hecha unacarroña vegetal que atrae abejastábanos tiene que ver con esta gente con estos hombres

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que lo traen en el cuerpo y hasta en el nombre tiene que ver con estos cuartos oscuroscon estos muebles quemados de pobrezacon estas paredes viejas con esta pocavida que en la bocaes risa y en la barrigaes hambre

En el fondo de la recauderíaen la penumbra hierve la llaga de la tardey sus moscas;en torno de esa llaga está la casay sus clientesel barriolas avenidaslas calles los patios otras recauderíasotras casas con sus vitrinasotras plazas laderas y miradoresdonde se vê el marnuestro horizonte

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Ovni

Soy una cosa entre las cosasEl espejo me reflejaYo (misojos)reflejo el espejo

Se me aparto un pasoel espejo me olvida:-refleja la paredla ventana abierta

Yo guardo el espejoel espejo no me guarda(yo guardo el espejola ventana la paredrosayo me guardo a mí mismoreflejado en él):soy posiblementeuna cosa donde el tiempotuvo un error

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Una sonrisa

Cuandocon mis manos de llamate enciendo y en rosa abajo te deshojas

cuando con mi ardente antorcha y ciegopenetro la noche de tu flor que exhalaorinay miel ?qué busco yo con toda esa fúriaasesina de macho? ?qué busco yo en fuego aquí abajo sino coger con la repentina mano del delirio otra flor: la de la sonrisa que en lo alto tu rostro ilumina?

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Paseo en lima

Debajo de este árbolsiento en el rostro el calorde sus flores rojas (comodentro de un relámpago) Podrían ser de trapoesas flores, podríaser paño ese fulgor vegetal -que es la misma la materia de la flor de la palabray de la alegría en el corazón del hombre.

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Gallo gallo

El galloen el patio inmóvil.

Gallo gallode alarmante cresta, guerrero,medieval.

De corneo pico yespolones, armadocontra la muerte,pasea.

Mide los pasos. Se detiene.Inclina la cabeza coronadadentro del silencio-?que hago entre cosas?-?de qué me defiendo? Andapor el patio.El cemente olvidasu último paso.

Gallo: las plumas queflorecen en la carne silenciosay el duro pico y las uñas y el ojosin amor. Gravesolidez.?En que se apoyatal arquitectura?

?Sabrá que en el centro

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de su cuerpo un gritose elabora?

?Cómo,empero, conteneruna vez concluido,el canto obligatorio?

De pronto golpea las asas, vaa morir, inclina el vertiginoso pescuezode donde el canto, rubro, fluye.

Pero la piedra, la tarde,el proprio gallo ferozsubsisten al grito.

Se ve: el canto es inútil.

El gallo permanece - pesea todo su porte marcial -aolo, desamparado,en un patio del mundo.Pobre ave guerrera!

Otro grito crece,ahora, en el sigilode su cuerpo; gritoqui sen esas plumasy espolones y crestay sobre todo sin esa miradade odio,

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no sería tan roncoy sangriento.

Grito, fruto oscuroy estremo de ese árbol: gallo.Pero que, fuera de él,es mero complemento de auroras.

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La gallina

Muerta, flota, en el suelo. Gallina.

No tuvo el mar niquiso ni comprendióaquel picoteo casi feroz. Pico-teaba. Miraba el muro,lo aceptaba, negro y absurdo.

Nada perdió: el patio no tenía ninguna belleza.

Ahora,las plumas sólo son lo que el vientoroza, leves. Perdierantodo resplandor, el miedo.

Muerta. Se evapora del ojo secoel sueño. Ella duerme. ?Dónde? ?dónde?

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Las peras

Las peras, en el prato,se pudren.?El reloj, sobre ellas,midesu muerte?Paremos el péndulo.?Detendríamos así lamuerte de las frutas? !Oh, las peras se cansaronde sus formas y desu dulzura! Las peras,concluidas, se gastan en elfulgor de estar prontaspara nada. El relojno mide. Trabajaen el vacío: su voz se deslizafuera de los cuerpos.

Todo es cansanciode sí. Las peras se consumene su doradososiego. Las flores, en el canterodiario, arden,arden en rojos y azules. Toddesliza y está solo.

El díacomún, día de todos, es ladistancia entre las cosas.Pero el día del gato, el felino

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y sin palabras,día del gato que pasa entre los muebles,es pasar. No entre los muebles. Pa-sar como yopaso: entre nada.El día de las prases su podedumbre.

?Es tranquilo el díade las peras? Ellasno gritan comoel gallo. ?Gritarpara qué , si el cantoes apenas un arcoefímero fueradel corazón?

Sería necesario queel canto no cesaranunca. No por elcanto (canto que loshombres oyen) sinoporque, can-tando, el galloes sin muerte.

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El azúcar

El blanco azúcar que endulzará mi caféen esta mañana de Ipanemano lo produje yoni surgió por milagro en la azucarera.

Lo veo puroy afable al paladarcomo beso de muchacha, aguaen la piel, florque se disuelve en la boca. Pero no fui yoquien fabricó este azúcar.

Este azúcar vienedel almacén de la esquina pero tampoco lo hizo Oliveira,dueño del almacén.

Este azúcar vienede una fábrica de azúcar de Pernambucoo del Estado de Ríoy tampoco lo hizo el dueño de la fábrica.

Este azúcar era cañay viene dos cañaverales extensosque no nacen por casualidaden la falda del vale.

En lugares distantes y donde no hay hospitalni escuela,hmbre que no sabem leer y mueren de hambrea los 27 años,plantaran y recogieran la cañaque se transformaría en azúcar.

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En fábricas oscuras,hombre de vida amargay duraprodujeron este azúcarblanco y purocon que endulzo mi café esta mañana en Ipanema.

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Mayo 1964

En la lechería la tarde se reparte en yogurts,cuajadas, vasos de leche, y en el espejo mi rostro. Sonlas cuatro de la tarde, en mayo.

Tengo 33 años y una gastritis. Amola vida que está llena de niños, de flores y mujeres, la vida, este derecho de estar en el mundo, tener dos pies y manos, una cara y hambre de todo, la esperanza.

Esse derecho de todos que ninguna acta institucional o constitucional puede suprimir ou legar.

!Pero quántos amigos presos! quántos en cárceles oscuras donde la tarde hiede a orina y terror.Hay muchas familias sin rumbo esta tarde, en los subúrbios de hierro y gas,donde juega irremida la infancia de la clase obrera.

Aquí estoy. El espejono guardará la marca de este rostro, si simplesmente salgo del lugar, o si muero si mi matan.

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Estoy aquí y no estaré, un día,en ninguna parte. ?Y qué importa? La lucha común me encidente la sangre y me golpea el pecho como la patada de un recuerdo.

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La vida late

No se trata del poema y sí del hombrey su vida- la mentida, la herida, la consentidavida, de pronto ganada, de pronto perdida y otra vezganada.

No se trata del poema y sí del hambrede vida, el ávido pulsar entre constelacionesy paquetes y náusa. Algunos viajan y se vana New York, a Santiagode Chile. Otros se quedanno más en la Rua da Alfândega, detrásde mostradores e ventanillas. Todos te buscan, rayode vida, oscuro y claro, que eres más que el agua en el céspede, y el baño de mar, que el beso en la boca, más que la pasión en la cama.Todos te buscan y sólo algunos te encuentran. Algunos te encuentran e te pierden. Otros te encuentran y no te reconoceny están los que se pierden por hallarte, !oh desatino,oh verdad, oh hambre de vida!

El amor es difícilpero puede brillar en qualquier parte de la ciudad.

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Y estamos en la ciudad,bajo las nubes y entre las aguas azules.

La ciudad. Vista del altoes fabril y imaginaria, se entrega entera como se estuviese acabada. Vista del altocon suas brrios y calles y avenidas, la ciudades el refugio del hombre, pertenece a todos y a nadie.

Pero vista de cercala ciudad revela su turbio presente, su carnadura de pánico: la gente que va y viene que sube y baja que entra y sale y pasasin reír, sin hablar, entre gases y pitazos. Ah, a oscura sangre urbana movida a intereses.

Es la gente que pasa sin hablar y está llena de voces y ruinas. ?Eres Francisco??Eres Antonio? ?Eres Mariana? ?Donde ocultaste el verderesplandor de los días? ?Donde ocultaste la vidaque en tus ojos se borra apenas brota? Y pasamos

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cargados de flores sufocadas.

Pero adentro, en el corazón,yo lo sé, la vida late. Subterraneamente,la vida late. En Caracas, en Harlem, en Nueva Delhi, bajo las penas de la ley en tu pulso, la vida late.

Y es esa esperanza clandestinamezclada a la sal del mar quien me sustenta esta tardeasomado a la ventana de mi peza en Ipanema, en América Latina.

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Una fotografia aerea

Yo debo haber oído aquella tardea un avión que psaba sobre la ciudad abierta como la palma de la mano entre palmeras y manglesderrmando en el mar la sangre de sus ríos las horas del día tropicalaquella tarde derramando sus sobras, sus muertos sus /jardines

yo debo haber oídoaquella tarde ?em mí cuarto? ?en el comedor? ?en el balcón que da al fondo?el avión que psaba sobre la ciudad geograficamente desdoblada en sí misma y escondida bajo los tejados allí abajo de las hojas allí abajo en lo oscuro del pasto dentro del verde caliente del pasto allí junto de la noche de la tierra entre hormigas (mí vida!) en los cabellos del vientre y tibio

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del cuerpo por dentro en el taller de la vida en cada cuerpo en cada habitante dentro de cada cosa clamando en cada casa la ciudad bajo el calor de la tarde cuando pasó el avión

II

yo debo haber oído en mí cuarto un ruido que cortaba otros ruidos el alarido de la época rodandosobre el tejado yodebo haber oído(sin saberlo)

el rugido del motor mientras leía o escuchaba la charla de la familia en la terraza dentro de aquella tarde que era clara y para siempre perdida que era clara y para siempre en mi cuerpo clamando

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(entre zumbidos de sierra entre gritos en la calle entre ladridos de perros en el mostrador de la tienda en el azúcar ya-noche de las naranjas en el sol cerrado y podrido en aquel momento de las verduras que no se vendieran en lo sistema de olores y negocios de nuestro Mercado Viejo - el rugido del avión)

III

yo debo haber oído su ruido se atascó en el fango de Camboa en la fiebre de Alagado se deslizó por las platabandas sucias en las paredes de loza penetró en los cuartos entre hamacas que olian a gente entre retratos en los espejos donde la tarde bailaba iluminada

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su ruidoera también la tarde (un avión) que pasabaallícomo yoal margen del Bacanga en el Norte del Brasil bajo las nubes

IV

yo debo haber oídoincluso vistoel avióno como un pájaroblancorompiendo el cieloveloz volando sobre los colores de la isla de un vistazo pasandopor el ángulo de la ventanacomo um hecho cualquiera yo debo haber oído ese avión que a las tres y diez de una tardehace trinta años fotografió nuestra ciudad

V

mi rostro ahora sobrevuela sin ruido

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esa fotografía aérea Aquí está en el papel la ciudad que hubo (y no me oye) con suas aguas y sus mangles aquí está (en el papel) una tarde que hubo con suas calles y casas una tarde con suas espejos y voces (arrebatadas por el polvo)una tarde que hubo en una ciudadaquí estáen el papel que (si loqueremos) podemos romper

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Poema para Leo Victor

Se mueroel universo se apaga como se apaganlas cosas de esta habitación se apago la lámpara:los zapatos-de-ásia, las camisasy guerra en la silla, el saco-de-los-andes, billones de cuatrillones de seresy de soles mueren conmigo.

O no: el sol volverá a marcar el mismo punto del piso donde estuvo mi pie; desde esta habitación oirás el barullo de los ómnibus en la calle; una nueva ciudad de adentro de ésta como el árbol del árbol.

Sólo que ya nadie poderá leer en los flecos de estas nubesla mism historia que yo leo, conmovido.

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La casa

Debajo del piso de la casaen el talco negro de la tierra prisionera, ?quién habla? en aquellanoche menor bajo los pies de la familiaen aquel territoriosin flor bajo las viejas tablasque pisamos pisamos pisamoscuando el sol iba alto cuando el sol ya moría cuando el sol ya moría y yo moría ?quién habla? ?quién habló qui’rn hablaráen la lengua de fuego azul del país de abajo de la casa?

Habla tal vez allíla moneda que una rodó (la moneda una tarde) y se apagó en aquel solo lunar.

Hablatal vez una lauchaque nos oía bajo las tablasy conosostros aprendió a mentiry a amar(en nuestro desamparo en São Luís do Maranhãoen Camboadentro del sistema solarentre constelaciones que desde la ventana veíamos de una

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ojeada) Hablatal vez esa laucha muerta que hiede hasta secarse

?Y nadie más??Y el verano? ?Y las lluviastorrenciales?? Y la claseobrera? las pocasfiestas de cumpleãnos ?no hablan? La hamaca sucia, el cántaroen ventana, el girasolen zaguán clamando contra el muro las hormigas en el cemento de la cocina ?no hablan? Bizuza muertaMaria Lúcia, Adí, Papá muertos no hablan Y gira, planeta, gira océanos azules de mi vida, sueños, amores, mis poemas de hierro, mi lucha conmún gira, planeta.

Y sobre las tablasnuestra vida, nuestros muebles,

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la silla mecedora, la mesa de cenar, el ropero con su espejo donde la tardee bailaba riendo hecha una niña y las ventanass abiertaspor donde el espacio - como un pájaro - huía sobrevolaba las casas e rumeabaen un sueño hacia las ciudades del Sur.

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Poema sucio

No tiene la misma velocidad el domingoque el viernes con sus comprasajetreadasaumentando el tráfico y el consumode jugo de caña helado,ni tienela misma velocidadla azucena y la mareacon su ejército de burbujas y ardientes carabelaspenetrando sombrías en el ríoen otra lentitud que la del crepúsculoque, en lo alto,con su gran engranaje averiadomolía la luz.Otra velocidadtiene Bizuza sentada en el piso del cuartodoblando las sábanas lavadas yplanchadas,arreglándolas en el cajón de lacómoda, comosi la vida fuese eterna.Y eraen ese su universo de almuerzo ycondimentosde hojas de laurel y de pimientanegramastuerzo para la tos rebelde,universode ollas y cansancios entre las paredes de la cocinadentro de un gastado vestido depercal,

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en fin,donde latía su pequeñito corazón.Y si no eraeterna la vida, dentro y fuera del armario,lo cierto es queteniendo cada cosa su velocidad(la de la chancacaoscura, clarala del aguaque se derrama)cada cosa se alejabadesigualmentede su posible eternidad.Osi se quieredesigualmentela tejíaen su propia carne oscura o claraen su transcurrir más profundo que el de la semana.Por eso no es cierto decirque es en domingo cuando mejor se vela ciudad-las fachadas de azulejos, la Calle del Sol vacíalas ventanas trancadas en el silenciocuando ellaparadaparece fluctuar.

Y que mejor se ve una ciudadcuando -como Alcántara-todos los habitantes se fueron

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y nada resta de ellos (ni siquieraun espejo del aparador en uno de aquellosaposentos sin techo) -sinoentre las ruinasla persistente certeza de queen ese suelodonde ahora crecen cardosellos efectivamente danzaron(y casi se escuchan vocesy carcajadasque se encienden y se apagan en los pliegues de la brisa)Perosi es espantoso pensarcomo tanta cosa desapareció, tantosguardarropas y camas y mucamastantas y tantas faldas, enaguas,zapatos de los más variados modelosarrastrados por el aire junto con las nubes,a esoresponde la mañanaquecon sus muchas y azules velocidadessigue adelantealegre y sin memoria.Lo que hablan en la cocinao en el balcón de la casona(en la Calle del Sol)salía por las ventanasse escuchaba en los bajosen la casa vecina, en los fondos de la Mueblería(y vaya uno a saber

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qué de cosas se hablan en una ciudadcuantas vocesresbalan por ese intrincado laberintolas paredes y cuartos y zaguanes,de baños, de patios, de huertas,vocesentre muros y plantas, risasque duran un segundo y se apagan)

Y son cosas vivas las palabrasy vibran con la alegría del cuerpo que las gritótienen incluso su perfume, el gustode carneque nunca se entrega realmenteni siquiera en la camasino a sí mismaa su propio vértigoo asíhablandoo riendoen el ambiente familiartu puedes oir y verdesde tu huecocómo esas voces golpean en las paredes del patio vacíoen la armazón del hierro donde se seca una parraentre alambresde tardeen la pequeña ciudad latinoamericana.Y hay en ellasuna iluminación mortalque es de la boca

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en cualquier tiempopero que allíen nuestra casa entre muebles baratosy ninguna dignidad especialminaba la propia existencia.

Reíamos, es cierto,en torno a la mesa de cumpleaños cubierta de pastillasde menta envueltas en papeles de seda coloridos reíamos, sí,peroera como si ningún afecto valieracomo si no tuviese sentido reíren una ciudad tan pequeña

El hombre está en la ciudadcomo una cosa está en otray la ciudad está en el hombreque está en otra ciudad

más variados son los modoscomo una cosaestá en otra cosa:el hombre, por ejemplo, no está en la ciudadcomo un árbol estáen cualquier otrani como un árbolestá en cualquiera de sus hojas(incluso rodando lejos de él)El hombre no está en la ciudadcomo un árbol está en un librocuando un viento allí lo hojea

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la ciudad está en el hombreno de la misma maneraque un pájaro está en un árbolno de la misma manera que un pájaro(la imagen de él)esta/ba en el aguay ni de la misma maneraque el susto del pájaroestá en el pájaro que yo escribo

la ciudad está en el hombrecasi como el árbol vuelaen el pájaro que lo deja

cada cosa está en otrade su propia maneray de manera distintade como está en sí misma

la ciudad no está en el hombredel mismo modo que en susbodegas plazas y callesBuenos Aires, 1975, fragmento.

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El espejo del guardarropa

Espejo espejo viejoiluminandodebajo de la vida

¿Cuántas mañanas y tardesdelante de la ventanaviste encendersey apagarsecuándo yo ya no estaba allí?

De nocheen la oscuridad del cuartoinsinuabasque tu cuerpo era de agua

Y te bebísin saberlo te bebí y te traigometidode un hombro a otrodentro de míy dueles y amenazasestallar

astillartecon las tardes y las mañanasque en ese tiempoatravezaban la calley se precipitaban en tu abismo claroy rasoespejoespejo viejo

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y por detrás de mi rostroel díaagitaba sus ramas verdessu iluminada primavera

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con un espejo (echoun segundo esqueleto)embutido en el cuerpono puedebruscamente volverse hacia atrásno puedejuntar nada del sueloy cuando duermees como un acróbatatendido sobre un relámpago

Un hombre con un espejoenterrado en el cuerpoen verdad no duerme: reflejaun vuelo

Finalmente, ese hombreno puede hablar demasiado altoporque los espejos sólo guardan(en su abismo)imágenes sin sonido

Un hombre

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es más una carga que una ventajala gente se hiere en ély élno nos devuelve nada más que el paisaje

No nos devuelve lo que él retuvo:el viento en las copasel ladrido de los perrosla charla en la salaruidossin los cualesno habría tardes ni mañanas

Llevar un espejo

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A ras del suelo

Sobre la cómoda en Buenos Airesel espejo refleja el frasco de colonia Avant la Fete(antcs, mucho antes de la fiesta)

Refleja el frasco de Supradvn, un rollode esparadrapo,la pared del frente, una parte del techo.

No me refleja a míreclinado fuera de ángulo como un objeto que respira.

Los ruidos de la calleno penetran este universo de cosas silenciosasEn los cuartos vaciosen la sala vacía en la cocinavacíalos objetos (que no se aman):unos de espaldas a los otros.

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Anticonsumo

Qué lejos está el dia, Maninho, en que podíamos ser simples.

Entre pastos pobres, hojas mojadas de tártago podíamos sersimplementenuestras manos, nuestros pies, nuestros cabellos v to queadentro quemabaen lo oscuro.

Qué lejos está el tiempo como las aguas golpeando en elmurallón

alegrementecomo los pecesviviendo en su músculoel misterio del mundo.

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El Angel

El ángel, contenido en piedray silencio,me esperaba.

Lo miro, lo identifico como si en profundo sigilode mi lo buscase desde el inicio,

Me ilumino! todolo que fuehabía sido apenas la preparaciónde este encuentro

2

Antes que la mirada, deteniendo al pájaro en el vuelo, del cielo bajasehasta el hombro sólidodel ángel,

creándolo—que tiempo mágicoél habitaba?

3

Tan todo en é1me pierdo que de mí se revientanlas raíces del mundo;

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tamañala violencia de su cuerpo contra el mío,

que su neutra existenciase quiebra:y los pétreos ojosse encienden;la antorchaboca abajo contra el suelo, en un desprecio a la vidaarde intensamente;

la leve brisahace mover sutúnica de piedra.

4

El ángel es grave ahora.Comienzo a esperar la muerte.

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El culto al sol

El culto al sol perdió a los hombres;los restos de sus alasruedan en estos caminos por donde vamos aún.Aquí es el suelo, el nuestro. En el alto aire lasesfinges sonríen.Sus vastos pies de piedra, entre las flores.

Sopla, viejo soplo de fe, viento de las épocascomedor de alfabetos, come el perfil de losmitos, vientogran rata del aire erizada de hambres,

galopa

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El pozo de los Medeiros

No quiero la poesía, el caprichodel poema: quierorecobrar la mañana que se tornó basuraquiero la voz la tuya la míaabierta en el aire como fruta en la casa fuera de la casa

la vozdiciendo cosas banales entre risas y reproches en el vértigo deldía;

no la poesíael poema el discurso limpio donde la muerte no grita

La mentira

no me alimenta:me alimentan

las aguasaunque sucias escasasahogadasdel viejo pozo hoy arruinadodonde ayer sonreímos

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El trabajo de las nubes

Este balcón estáal margende la tarde. Donde las nubes trabajan.

La silla no es tan secay lúcida comoel corazón.

Sólo al margen de la tardese conocela tarde: qué son lashojas de verde y viento, yel cacareo de la gallina y lascasas bajo un cielo: eso, antelos ojos.

Y Ios frutos?y también losfrutos. Cuyo crecer alterala verdad y el colorde Ios cielos. Sí, Ios frutosque no comeremos, tambiénhacen la tarde.

(Vuestratarde, de la que yo estoy al margen).

Pero existe, además, la tardedel fruto. A esano la robaremos:

tardeen la que él se propone la gloria de

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no ser mas fruto, siéndolo

más: de resplandecer, no como astro, sinocomo fruto que resplandece.Y la tarde futura donde éIarderá como una antorchaefímera!

Realmente es desconcertante paralos hombres eltrabajo de las nubes.Ellas no trabajansobre las ciudades: cuandohay nubes no hayciudades: las nubes ignoransi se deslizan sobrenuestra cabeza: somos nosotros quienes sabemos que nos deslizamos bajo de ellas lasnubes refulgen, mas no parael corazón del hombre.

La tarde eslas hojas esperando amarillarsey que nosotros lo observemos.

Lo demás es el pájaro blanco quevuela — v que sólo porque vuela y lo vemos,vuela para que veamos. El pájaro que esblanco,no porque el lo quiera niporque lo necesitemos: el pá

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jaro que es blancoporque es blanco.

Qué te resta, pues, sinoaceptar?

Por ti y por elpájaro pájaro.

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En el cuerpo

De qué vale intentar reconstruir con palabraslo que el verano se llevóentre nubes y risasjunto con el periódico viejo por los aires?

El sueño en la boca, el incendio en la cama,el Ilamado en la nocheahora son apenas estacontracción (este resplandor)del maxilar dentro del rostro.

La poesía es el presente.

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«En el mundo hay muchas trampas»

En el mundo hay muchas trampasy lo que es trampa puede ser refugioy lo que es refugio puede ser trampa

Tu ventana por ejemploabierta al cieloy una estrella a decirte que el hombreno es nadao la mañana espumando en la playagolpeando antes de Cabral, antes deTroya(hace cuatro siglos Tomas Bequimaotomó la ciudad, creo una milicia populary después fue traicionado, preso,ahorcado)

En el mundo hay muchas trampasy muchas bocas diciéndoteque la vida es pocaque la vida es loca(¿Y por que no la Bomba? te preguntan.Por que no la Bomba para acabar contodo, yaque la vida es loca?

Sin embargo, miras a tu hijo, el chiquitoque no sabeque valiente se entraña en la vida yquiere la viday busca el sol, la bola, fascinado veel avión e indaga e indaga

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la vida es pocaIa vida es locamas no hay sino ella.Y no te mataste, esa es ]a verdad.

Estás preso a la vida como en una jaula.Estamos todos presosen esta jaula que Gagarin fue el primero en verdesde afuera y decirnos: es azul.Y ya lo sabíamos, tantoque no te mataste y no vasa matartey aguantarás hasta el fin.

Lo cierto es que en esta jaula hay Ios quetieneny Ios que no tienenhay los que tienen tanto que solitos podríanalimentar a la ciudady Ios que no tienen siquiera para el almuerzode hoy

La estrella mienteel mar sofisma. De hecho,el hombre está preso a la vida y necesita vivirel hombre tiene hambrey necesita comerel hombre tiene hijosy necesita criarlosHay muchas trampas en el mundo y esnecesario romperlas.

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En este lecho

En este lecho de ausencia en que me olvidodespierta el largo río solitario:si el crece de mi, si de él crezco,mal sabe el corazón innecesario.

El río corre y va sin tener comienzoni estuario, y eI curso, que es constante, esvario.Va en las aguas Ilevando, involuntario,lunas donde me despierto y me adormezco.

Sobre el lecho de sal, soy luz y yeso:doble espejo —lo precario en lo precario.Florece un lado de mi? En el otro, al contrario,de silencio en silencio yo me pudro.

Entre lo que es rosa y lodo necesario,pasa un río sin, estuario ni comienzo.

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Flujo

Fluyo oscuro de mí, mientras la rosase entrega al mundo, estrella tranquila.Nada sé de lo que sufro.El mismo tiempoque en mi es frustración, en ella brilla.

Y este por sobre nosotros espejo, lento,bebe odio en mí; en ella, lo rojo.Muero lo que soy en los dos.

El mismo vientoque impele la rosa es que nos mueve, ¡espejo!

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Hablemos alto

Hablemos alto. Los peces ignoran lasestaciones y nadan.

Nosotros, caminamos entre los árboles. Cuandoes verano, los druidas,curvados, recogen las hierbas nuevas.

Hablemos alto,los milagros son pocos.Las aguas reflejan los cabellos, las blusas delos viajeros.Las risas, claras, detrás del aire. Los pájarosvuelan en silencio.

No te puedo decir: «vamos» — sino por aquí.La infancia dentro de la: luz de un musgo quelos bichoscomen con su boca.

Escucho el mar; soplo, camino en el follaje.Mirarnos límpidos en el susto de las aguasescondidas!,la alegría debajo de las palabras.

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Hombre comun

Soy un hombre comúnde carne y de memoriade hueso y olvido.

Voy a pie, en ómnibus, en taxi y en avión y lavida sopla dentro de míintensacomo la llama de un sopletey puedesúbitamente

cesar.

Estoy, como vos,hecho de cosas recordadas

y olvidadasrostros ymanos, la sombrilla roja aen Pastos Bons, [mediodia difuntas

alegrias, flores,[pajaritos, rayo de

tarde luminosa,nombres que ya ni sé,alientos bocas cuencasbandejas banderas bananeros

todo mezcladoese leñoperfumado que se

[enciende

y me hace caminar.

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Soy un hombre comúnbrasileño, mayor, casado, reservista,

y no veo en la vida, amigoningún sentido, a no serluchar juntos por un mundo mejor.

Poeta fui de rápido destino.

Pero la poesía es extraña y no conmueveni mueve al villero.

Quiero, por eso, hablar con vos,de hombre a hombre,apoyarme en vos,ofrecerte mi brazo

que el tiempo es pocoy el latifundio ahí está, matando.

Que el tiempo es pocoy ahí están el Chase Bank,la ITT, la Bond and Share,la Wilson, la Hanna, Anderson Clayton, v vaya a sabercuántos otrosbrazos del pulpo que chupa la vida y la bolsa.

Hombre común, iguala vos,

cruzo la Avenida bajo la presión del imperialismo.

La sombra del latifundiomancha el paisaje.

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turba las aguas del mary la infancia nos vuelvea la boca, amarga,sucia de fango y de hambre.

Pero somos muchos millones de hombrescomunesy podemos formar una murallacon nuestros cuerpos de sueño y

[margaritas.

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La voz del poeta

No es voz de pájaro flauta del bosque violano es voz de guitarra clarinete pianola.

Es voz de gente(en la terraza? en la ventana? en la nostalgia? en la prisión?)

es voz de gente; poema: fuego gozo soledad.

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Los niños se rien

Los niños ríen en el esplendor de las frutas,Vina,eI sol es alegre.Este camino, este camino de tíerradonde las viejas sin techo se transforman enaves. El soles alegre.Háblame de la ciencia. El hálito maduroen que las hojas crecen dueñas de su muerte.

Vina, las hortalizas no hablan. Me curvo sobrenosotrosy mis alas tocan el techo.Donde no llega el amor y el sábado es máspobre,allá, escarbamos estos siglos.Mis ojos, sabios, me sonríen entre las Piedras.prosigue, te escucho, tierra, usar mi lengua.Veo tus dientes y su brillo. La tierra, dices,la tierra. Prosigue.

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No hay vacantes

El precio del porotono cabe en el poema. El preciodel arrozno cabe en el poema.

No caben en el poema el gasla luz del teléfonola faltade leche de carne de azúcar de pan.

El empleado públicono cabe en el poemacon su salario de hambresu vida encerradaen archivos.

Como no cabe en el poemael obreroque frota su dia de aceroy carbónen los talleres oscuros

—porque el poema, señores, estácerrado para los hombres:

«No hay vacantes».

No cabe en el poemael latifundista (¡ni qué decir del latifundio!)Los especuladoresde inmuebles

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los pensionistas del cafélos testaferros de los trust

—no caben en el poema.

El hombreel hambre del hombre la luchadel hombrela explotación del hombre por el hombreno caben en el poema

—dicen los poetas—dicen los admiradores del poeta—dice la policía.

Sólo cabe en el poemael hombre sin estómagola mujer de nubesla fruta sin precio.

El poema, señores,no hiedeni huele.

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La poesía

Donde estála poesía? se indagapor todas partes. Y la poesíava a la esquina a comprar periódico.

Científicos descuartizan a Puschkin yBaudelaire.

Exégetas desmontan la máquina del lenguaje.

La poesía se ríe.

Se decreta: está prohibido mezclarel poema con IpanemaEl poeta declara en el interrogatorio:mi poema es puro, florsin tallo, juro!no tiene pasado ni futuro.

No sabe a hiel ni sabe a miel:es de papel.No es como la azucena que efímerapasa.Y no está sujeto a polillapues tiene la proteccion del insecticidaCréame,mi poema es hostil a la vida.

Claro, la vida es sucia, la vida es dura.Y sobre todo, insegura:

«Sospechoso de actividades subversivasfue detenido ayer

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el poeta Casimiro de Abreu».«La Fábrica de Hilados Camboa quebro ydejó

sin empleo a un centenar de obreros».

«La adúltera Rosa Goncalves, declarando en el 3er.Juzgado de Familia,afirmó descaradamente «Si, lo traicioné. El amor seacaba, señor juez.»’

El anillo que me diste era de vidrio y se quebró elamor que me tenías era poco y se acabó

¿Era poco? ¿era mucho?Era un hambre azul y navaja un vértigo de cabellos

dientes olores que traspasan el metal y me impidenvivir aun¿Era poco? Era loco,

una zambullidaen eI fondo de tu seda abierta en flor abajodonde yo moría

Blanca y verdeblanca y verdeblanca blanca blanca blanca

Y ahora recostada en el diván de lasala

después de todola poesía se ríe de mi

Ay, es preciso arreglar la casa

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que Andrés va a llegarEs preciso preparar la comidaEs preciso ir a buscar al niño al colegio lavar la ropa limpiarlos vidrios

El amor era mucho? era poco?era sereno? era loco?)

pasaLa infanciapasala ambulanciapasa

Sólo no pasa, Ingrácia,!tu gracia!

Y Pensar que nunca más la tendréreal y efimera (en la Penumbra de la tarde) como la primave-ra

Y Pensarque ella también se juntaráal esqueleto de las noches estrelladas y de los Perfumes

que dentro de mí gravitanhecho Polvo

(y un diá, claro,al encender un cigarrotal vez se deflagre con el fuego del fósforo su sonrisaentre mis dedos. Solo eso).

Poesía —detener la vida con Palabras? No — liberarla,hacerla voz y fuego en nuestra voz. po

esía — hablarel dia encenderlo del Polvo

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abrirlocomo carne en cada sílaba, deflagrarlo

como bala en cada nocomo arma en cada manoY de Pronto de la calzada subey explotajunto a mi rostro el pajaro? el pájaro

Cómo llamarlo? ¿Paloma? Bomba? ¿Paloma? ¿Cómo?Ellapicoteaba el suelo hace pocoera una paloma Perode súbito explotaen ajas brullos zules bulla zalasy huye!Cómo llamarla? Paloma? No: poesíapasión revolución

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Mi pueblo mi poema

Mi pueblo y mi poema crecen juntoscomo crece en el frutoel árbol nuevo.

En mi pueblo mi poema va naciendocomo en el cañaveralnace verde el azúcar.

Mi pueblo en mi poema está madurocomo el solen la garganta del futuro.

Mi pueblo en mi poemase reflejacomo la espiga se funde en tierra fértil.

Al pueblo su poema aquí devuelvomenos como quien cantaque como quien planta.

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Poema brasileño

En Piaui de cada 100 niños que nacen78 mueren antes de completar 8 años de edad.

En Piauide cada 100 niños que nacen78 mueren antes de completar 8 años de edad.

En Piauide cada 100 niños que nacen78 muerenantesde completar8 años de edad

antes de completar 8 años de edadantes de completar 8 años de edadantes de completar 8 años de edadantes de completar 8 años de edad.

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Por la calle

Sin ninguna esperanzame detengo frente a una vidriera de carterasen la Avenida Nossa Senhora de Copacabana,

[domingo,mientras e1 crepúsculo se desata sobre e1 barrio.

Sin ninguna esperanzate espero.En la multitud que va y vieneentra y sale de los bares y los cinessurge tu rostro y desapareceen un destelloy el corazón dispara.

Te veo en el restaurante,en la fila del cine; de azuldiriges un automóvil; a piecruzas la calleespejismoque finalmente se desintegra con la tarde sobre los

[edificiosy se desvanece en las nubes.

La ciudad es grandetiene cuatro millones de habitantes y tú eres una

[sola.

En algún lugar estás a esta hora, inmóvil o[caminando

tal vez en en otra cuadra tal vez en una playatal vez converses en un bar distante

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o en el balcón de ese edificio de enfrentetal vez estes viniendo a mi encuentro, sin que lo

[sepas’,

mezclada a las personas que veo a lo largo de la[avenida.

Pero que esperanza! Tengouna chance en cuatro millones.Ah, si al menos fueses mildiseminada por la ciudad.

La noche se alza comercialen las constelaciones de la avenidaSin ninguna esperanzaprosigoy mi corazón va repitiendo tu nombreahogado por el estruendo de los motoresnevado por el humo de la nafta quemada.

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Vida

la mía, la tuya,yo podría decirla en doso tres palabras o inclusoen una

cuerpo

sin hablar de las ampliashoras iluminadas,de las excepciones, de las depresionesde las misiones,de los macizos destrozados como la bocaque dijo la esperanza

Fuego

sin adjetivar la pielque rodea la carnelos últimos veranos que vivimosla camisa de hidrógenocon que la muerte copula(o a ti, marzo, roto

en el esqueleto de los santos)

Podría escribir en la piedra mí nombre

gullar

pero yo no soy una fecha niuna viga en el cuadrante solarYo escribo

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en los labios del polvolepra vértigo coña

cualquier palabra que disfrazay muestra el cuerpo esmerilado del tiempo

cáncer viento naranjal

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Va el animal

Va el animal en el campo; él es el campo comoel pasto, que es el campo dándose para quehaya siempre buey y campo; que campo y bueyes el buey andando en el campo y comiendodel siempre nuevo suelo.

Va el buey, Árbol quemuge, retazo del paisaje en camino. Echase, elbuey, y rumia, y mira la hierba que crecealrededor de su cuerpo, para su cuerpo, quecrece para la hierba. Levantase el buey, es elcampo que se yergue en sus patas para andarsobre su dorso.

Y cada hecho es ya lafabricación de flores que se erguirán del polvode los huesos que la lluvia llevará,cuando sea el tiempo.

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IndiceA

A ras del suelo 56Anticonsumo 57Arte poetica 13

E

El Angel 58El azúcar 30El culto al sol 60El espejo del guardarropa 52El pozo de los Medeiros 61El trabajo de las nubes 62En el cuerpo 65«En el mundo hay muchas trampas» 66En este lecho 68

F

Flujo 69

G

Gallo gallo 24

H

Hablemos alto 70Hombre comun 71Hombre sentado 10

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L

La casa 43La gallina 27La muerte de Clarice Lispector 11La poesía 78La vida late 34La voz del poeta 74Las peras 28Llevar un espejo 55Los niños se rien 75

M

Mayo 1964 32Mi pueblo mi poema 82

N

No hay vacantes 76

O

Ovni 21

P

Paseo en lima 23Plátanos podridos 15Poema brasileño 83Poema para Leo Victor 42Poema sucio 46Por la calle 84

S

Subversiva 14

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T

Traducirse 12

U

Un hombre 54Una fotografia aerea 37Una sonrisa 22

V

Va el animal 88Vida 86

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Antología de Ferreira Gullar, se terminó de imprimir el día 15 de Diciembre del año 2004

en los talleres gráficos de la Editorial Arquitrave en Bogotá, D.C.y fue encuadernado a mano por Ricardo Aguirre Piñeros.

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