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SEPTIEMBRE 2012. NÚMERO 12 LA DIALÉCTICA DE LO PÚBLICO, LO PRIVADO Y LO SECRETO EN LA CIBERPOLÍTICA. GOBIERNO ABIERTO ES LA RESPUESTA: ¿CUÁL ERA LA PREGUNTA? POLÍTICOS EN REDES SOCIALES: ¿ES POSIBLE LA CONVERSACIÓN? CAMPAÑAS DIGITALES: ¿BRANDING O PARTICIPACIÓN POLÍTICA? EL ROL DE LAS REDES SOCIALES EN LA ÚLTIMA CAMPAÑA PRESIDENCIAL CHILENA. REPRESENTATIVIDAD DE LOS EMISORES EN TWITTER. CASO DE LA CONVERSA- CIÓN SOBRE EL ANUNCIO DEL #RESCATE A LA BANCA ESPAÑOLA EN JUNIO DE 2012. TWITTER, DEL SONDEO A LA SONDA: NUEVOS CANALES DE OPINIÓN, NUEVOS MÉTODOS DE ANÁLISIS. REDES SOCIALES Y GOBERNANZA ESPECIAL SEPTIEMBRE 2012 * Edición realizada en colaboración con la Asociación Lati- noamericana de Investigadores en Campañas Electorales, ALICE.

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La diaLéctica de LO pÚbLicO, LO privadO y LO secretO eN La ciberpOLítica.

GObierNO abiertO es La respuesta: ¿cuáL era La preGuNta?

pOLíticOs eN redes sOciaLes: ¿es pOsibLe La cONversacióN?

campañas diGitaLes: ¿braNdiNG O participacióN pOLítica? eL rOL de Las redes sOciaLes eN La ÚLtima campaña presideNciaL chiLeNa.

represeNtatividad de LOs emisOres eN twitter. casO de La cONversa-cióN sObre eL aNuNciO deL #rescate a La baNca españOLa eN JuNiO de 2012.

twitter, deL sONdeO a La sONda: NuevOs caNaLes de OpiNióN, NuevOs métOdOs de aNáLisis. re

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ESPECIAL SEPTIEMBRE

2012

* Edición realizada en colaboración con la Asociación Lati-noamericana de Investigadores en Campañas Electorales, ALICE.

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editOriaL

redes sOciaLes y GOberNaNZaLa dialéctica de lo público, lo privado y lo secreto en la ciberpolítica.

Gobierno abierto es la respuesta: ¿Cuál era la pregunta?

Políticos en redes sociales: ¿Es posible la conversación?

estudiOs de casOCampañas digitales: ¿Branding o participación política? El rol de las redes sociales en la última campaña presi-dencial chilena.

Representatividad de los emisores en Twitter. Caso de la conversación sobre el anuncio del #rescate a la banca es-pañola en junio de 2012.

Twitter, del sondeo a la sonda: nuevos canales de opinión, nuevos métodos de análisis.

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sumariODIRECCIÓNIsmael Crespo

CONSEJO EDITORD. Jorge Alcocer (Voz y Voto, México); Dª. Car-men Alemán (UNED, Madrid); D. Luis Benavente Gianella (Universidad de Lima); D. Juan Bena-vides Delgado (Universidad Complutense de Madrid); D. Daniel Buquet (Universidad de La República, Montevideo); D. Javier Del Rey Mo-rató (Universidad Complutense de Madrid); Dª. Irene Delgado (UNED, Madrid); Dª. Virginia Gar-cía Beaudoux (Universidad de Belgrano, Buenos Aires); D. Pablo Mieres (Universidad Católica del Uruguay); D. Alfredo Gugliano (Universidade Federal do Rio Grande Do Sul, Porto Alegre); D. Arturo Laguado (IUOG, Argentina); D. Marcelo Serpa (Universidade Federal do Rio de Janeiro); D. José Varela (Universidad Rey Juan Carlos, Madrid);

CONSEJO DE REDACCIÓNAna Belén Campillo, Josefa García Grande, Ana Leal, Alberto Mora, Sofía de Roa, Jesús Sánchez Lambás, Ariday Olmo.

COLABORAN EN ESTE NÚMERO

Pablo Aragón, Elena Barrios, M. Luz Congosto,

Ramón Cotarelo, María Jesús Fernández Torres,

Bastián González Bustamante, Gabriel Henrí-

quez Muñoz, Francisco Javier Paniagua Rojano,

Álvaro V. Ramírez-Alujas.

DISEÑO Y MAQUETACIÓNAna Leal

EDITADepartamento de Comunicación Política e Ins-titucional. Fundación Ortega-Marañón Madrid. España.

MÁS PODER LOCAL. MAGAZINEFortuny, 53. 28010 Madrid. Españ[email protected]

ANUNCIANTES [email protected]

[email protected]

Depósito Legal: MU 1092-2010ISSN: 2172-0223©2012 Más Poder Local.

Revista indexada en:

Con la colaboración de:

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Hace algo más de dos años que Más Poder Local echó a rodar con la ilusión y las ganas que brindan los nuevos proyectos, con el es-píritu de crear algo interesante, atractivo, que permitiera acercar el apasionante mundo de la comu-nicación política no solo a especia-listas y académicos, sino especial-mente a aquellos que en su día a día se cruzan con la necesidad de afrontar procesos de comunica-ción, sin ser necesariamente exper-tos en la materia. Con un carácter divulgativo, cercano, sin tecnicis-mos, creando micro-dosis de co-nocimiento, acercando un crisol de la actualidad sobre los procesos de comunicación desde partidos po-líticos e instituciones, informando sobre las novedades emprendidas en las campañas electorales, expo-niendo los entresijos de las elec-ciones más relevantes llevadas a cabo en España y América Latina. Un trabajo arduo, que con la ayu-da de nuestros colaboradores y el entusiasmo de nuestros lectores se ha hecho más liviano. A todos vo-sotros, muchas gracias.

Con este número iniciamos una nueva etapa, en la que sin aban-donar el trabajo realizado y los valores que nos caracterizan, ahondamos y profundizamos en

el conocimiento, con lo que hemos denominado “especial de inves-tigación”. Números dedicados a afrontar aspectos clave de la co-municación político-electoral des-de una perspectiva más científica. Estos números no sustituyen el formato anterior, sino que lo com-plementan con diferentes especia-les a lo largo de año.

En esta primera ocasión, hemos puesto el foco en un fenómeno que no deja de revolucionar la tradi-cional forma de hacer campañas políticas: la conexión cada vez más dependiente entre las redes socia-les, internet y política. La apues-ta decidida por las redes sociales como forma de comunicación gana posiciones frente a los medios convencionales, porque el tuit es más ágil que la rueda de prensa y además genera una red expectan-te alrededor del emisor. Líderes, partidos e instituciones se afanan por conseguir más seguidores, por tener la red más grande y todo ello con escasos pero ambiciosos obje-tivos: mejorar cauces de participa-ción, posibilitar el encuentro entre representantes y representados, generar confianza y, como conse-cuencia final, mejorar y legitimar el sistema de poder.

primer especiaL de iNvestiGacióN

Para la elaboración de este núme-ro contamos con la colaboración de destacados especialistas, cuyos trabajos completos se expusieron en el marco del I Congreso Inter-nacional en Comunicación Polí-tica y Estrategias de Campañas, llevado a cabo el pasado julio por la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Elec-torales (ALICE). Exponemos aquí un extracto de sus trabajos, espe-cialmente elaborados para Más Po-der Local.

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La diaLéctica de LO pÚbLicO, LO privadO y LO secretO eN La ciberpOLítica

Ramón CotareloUNED.

[email protected]

Fecha de recepción: 26/07/2011 :: Fecha de aceptación: Extracto de ponencia presentada en Congreso.

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AbstractInternet is a powerful force which is rapidly changing the way our political systems work and the views we hold on themIf we take it as a new medium of communication opening its way in our media societies, we can assume Riepl’s Law shall give account of its workings. But, be-sides a mass communication medium, internet is some-thing different and higher, it is the sphere in which the other media operate and is akin to a new form of public sphere. Its effects force us to revise our concepts on the workings of traditional institutions whose limits we shall have to redraw. In this paper the changes in ordinary re-lationships between the public domain, the private and the secret ones are considered with special emphasis on the way they relate to each other in the social interaction between personal rights. The changes in the patterns of social interaction of public, private and secret domains will condition our understanding of democracy as a dis-cursive practice.

Keywords: Internet, mass media, Riepl’s Law, Public sphere.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ResumenInternet es una fuerza que está cambiando aceleradamen-te el modo en que funcionan los sistemas políticos y la forma en que los entendemos. Si lo consideramos como un medio de comunicación más que se abre camino en so-ciedades mediáticas, no hay problema, ya que se aplicará la Ley de Riepl. Pero además de un medio de comunica-ción internet es algo distinto y superior, es el ámbito en el que los medios operan, equivale a la nueva esfera pública hoy día. Esto quiere decir que su acción obliga a revisar nuestros conceptos acerca del funcionamiento admitido de instituciones tradicionales cuyos límites tendremos que redibujar. Se analizan aquí los cambios sufridos por las relaciones ordinarias entre lo público, lo privado y lo secreto como relaciones entre derechos que a veces susci-tan conflictos. Los cambios en las pautas de interacción de los aspectos público, privado y secreto condicionarán nuestra comprensión de la democracia como una práctica discursiva.

Palabras clave: Internet, medios de comunicación, Ley de Riepl, ámbito público. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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El ciberespacio es la nueva ágora mundial. Está com-puesto por la blogosfera, las redes sociales, y las gran-des plataformas de servicios. Cabe añadir, aunque no en el mismo orden de importanciael volcado digital de los medios tradicionales y la wikis (Criado, 2012) cuatro elementos que, a su vez, están interrelaciona-dos en ese espacio que se caracteriza por 5 notas de mayor o menor prevalencia: 1) la multilateralidad, 2) la interacción, 3) la difusión, 4) la inmediatez y 5) la gratuidad (Cotarelo, 2010). La multilateralidad signifi-ca que los actores del ciberespacio no se limitan a ser los tradicionales de la vida política, hasta en su con-sideración más inclusiva, organizada en torno a las instituciones y los actores políticos (partidos, grupos de presión, medios de comunicación), comprendidos los más recientes nuevos movimientos sociales, en quienes muchos vieron en su día una posibilidad de transformación de los órdenes políticos heredados. En el ciberespacio interviene una cantidad de agentes bien colectiva bien individualmente que ha ampliado notablemente el abanico de los participantes tradicio-nales, pues incorpora todo tipo de asociaciones, gru-pos, muchos de ellos de naturaleza puramente digital, individuos, etc.

La interacción supone que esta multiplicidad de agentes se interrelaciona en un plano de igualdad. Las instituciones entran en contacto con los particulares o sus agrupaciones, mientras que estos acceden a todos los órdenes de la vida social y esperan establecer rela-ciones de intercambio con los más diversos actores. El concepto de Política 2.0 (Ureña, 2011) hace referencia precisamente a esto, a que los particulares en cuales-quiera relaciones con las instituciones, como goberna-dos, como administrados, justiciables, auditorios, lec-tores, clientes, usuarios, están acostumbrados no solo a presentar sus peticiones sino a que sean atendidas y a establecer diálogos con las otras partes sobre sus intercambios.

Tanto la multilateralidad como la interacción son ca-racterísticas de ámbitos que tendemos a ver como comunidades. Es este uno de los problemas más inte-resantes y actuales del ciberespacio, esto es, saber si este responde a la distinción sociológica clásica de Tönnies entre comunidad y sociedad. ¿Hasta qué punto hay comunidades en el ciberespacio en el sentido de Tönnies? Es innegable que hay comunidades puesto que emerge cada vez con más fuerza la figura del com-munity manager o “gestor de comunidades”, alguien obviamente que presta un servicio valorado por los demás. Pero si bien utilizan por decisión propia el tér-

mino consagrado, hay una considerable diferencia en-tre estas y las comunidades tradicionales. Además, en el ciberespacio no hay límites para las comunidades y se plantea la interesante cuestión de si cabe constituir comunidades transculturales, transnacionales.

La difusión caracteriza la gran extensión del ciberes-pacio y a su enorme capilaridad. No hay aspecto de la vida social que no esté al alcance de internet. La nece-sidad de adaptarse a las nuevas circunstancias de la época digital hace que el predominio de internet se dé por doquier. Todos los medios de comunicación están abiertos a la red y durante su acción también tratan de interactuar con sus audiencias por los más diversos procedimientos (planteando encuestas online o pi-diendo la participación del público a través de twitter, por ejemplo) que garantizan que los medios aumen-tan mucho su alcance, que llega a todos los rincones de la sociedad.

La inmediatez es una característica muy típica del ci-berespacio. En este apenas hay lugar para la habitual mediación temporal de la acción social entre la causa y el efecto. Los internautas están acostumbrados a la información en tiempo real. Esta última característica tiene consecuencias profundas para el conjunto de la acción social, acostumbrada a darse en un terreno de dilación cronológica más o menos prolongada pero que, aunque no excluía el riesgo de las reacciones precipitadas o extemporáneas, lo reducía considera-blemente. En el ciberespacio la situación es la inversa: sin estar excluida por entero la dilación y demora en las reacciones sociales, quedan muy mitigadas por la prevalencia de la comunicación en tiempo real. Esta nueva situación tiene consecuencias interesantes en cuanto al ritmo y el alcance de las movilizaciones so-ciales, por no mencionar más que un caso de los mu-chos que se dan.

La gratuidad se refiere a la expectativa generalizada de que el consumo de bienes y servicios en la red sea sin coste alguno. Evidentemente, esta situación es irreal. No existen bienes y servicios gratuitos porque hasta aquellos que pueden consumirse gratis tienen un coste que alguien sufraga. Pero está claro que, da-das las particularidades de la red y la forma en que se han organizado en ella las empresas, la gratuidad es una expectativa razonable del usuario.

Esto presupone que los contenidos en materia de in-formación y, sobre todo de bienes sometidos a dere-chos de autor están condenados a darse en un contexto

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productivo y empresarial que tiene que transformarse y adaptarse a las nuevas circunstancias si quiere so-brevivir.

El ciberespacio obliga a redefinir conceptos como la esfera pública, la privacidad, el derecho a la intimidad, el funcionamiento mismo de la democracia (Rey Mo-rató, 2007). Y, por supuesto, lo que más cuestionado aparece en esta dialéctica cambiante entre lo público y lo privado es la eficacia y legitimidad de lo secreto, hasta ahora uno de los pilares de todo poder político que está perdiendo su eficacia.

i. redefiNicióN de La esfera pÚbLica

La interrelación significa que las funciones y roles que individuos e instituciones cumplen en la realidad con-vencional, se trasladan a la digital pero con un grado de interpenetración de que la otra carece. En princi-pio, el ciberespacio presenta la misma división de la realidad entre el ámbito público (el Estado) y el priva-do (la sociedad civil). Pero si ya la división tradicional era cuestionable desde los tiempos del derecho roma-no que nunca distinguió con claridad entre lo público y lo privado, el ciberespacio destruye las barreras y plantea la necesidad de adaptarse a un mundo en que la separación prácticamente no es operativa. El cibe-respacio es una nueva “esfera pública” Los gobernan-tes acuden a los medios del gobierno electrónico pero, al mismo tiempo, mantienen páginas web personales, cuentas de Twitter en las que expresan opiniones de modo inmediato. Los medios tradicionales alojan en sus páginas blogs personales que son como diarios privados que los autores hacen públicos en los perió-dicos. Las redes sociales, a su vez, son omnipresentes (Requena, 2008), tanto en los medios como en la blo-gosfera y la acción digital de las instituciones, y los internautas no respetan límites convencionales, acos-tumbrados a tratar con las figuras públicas (sean o no políticas) en términos privados. Todos los políticos saben que un requisito esencial de su acción y base de su liderazgo es un dominio de la política 2.0, que pre-supone total apertura al escrutinio público (Gutiérrez Rubí, 2011) y no solamente en su acción institucional sino prácticamente en el conjunto de su vida.

Los mecanismos por los cuales las redes se hacen oír en la realidad son variados. En principio, parecería como si lo que se cuece en este territorio, al que acce-den solamente quienes están inscritos en sus distin-tas páginas y/o tienen cuenta en ellas, en Facebook o Twitter (Corrick, 2011) no tuviera que ser relevante

para la acción política real, que se mueve en otro cam-po. Sin embargo, lo es. La sinergia informativa que se da entre el ciberespacio y los medios de comunicación tradicionales quiere que estos funcionen como espe-cies de observatorios de la red (Prior, 2007), de forma que si, por ejemplo, una decisión impopular del go-bierno suscita un movimiento de rechazo amplio en la red, los medios se encargarán de darle voz y rele-vancia. A la hora de considerar qué movió al Rey de España, Juan Carlos, a pedir excusas (a su modo) por el lamentable asunto de la cacería de elefantes en Bot-suana, no puede olvidarse que, según la misma casa real, lo que más pesó en el ánimo del monarca fue la noticia de que, con su comportamiento, tenía las re-des incendiadas. Igualmente es imposible ignorar que si el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, acosado por la revelación de su comportamiento inmoral y hasta posiblemente ilegal en relación con su manejo de los fondos públi-cos para costear sus dietas y viáticos, se vio finalmen-te obligado a dimitir, muy en contra de su voluntad, en buena medida se debió a la presión de las fuerzas políticas, a la de un sector especialmente digno de la propia judicatura y, desde luego, a la movilización de la red. Es imposible ignorar que cinco días después de que el periodista Máximo Pradera pusiera en marcha un meme solicitando firmas para pedir la dimisión de Dívar, hubiera reunido 70.000 firmas.

La esfera pública ya no es solamente un ámbito de de-liberación sino que hoy se conjuga en él, además de la deliberación, la movilización y la participación, prácti-camente todo en uno (Sampedro, 2011). Aquel ámbito de lo público, la Óffentlichkeit habermasiana ya no es el monopolio de una élite, una minoría de ciudadanos que formen el ámbito crítico discursivo, sino que hoy comprende a una inmensa mayoría de personas que tienen acceso al ágora pública con un coste mínimo. Se hace realidad el viejo ideal de la democracia directa ateniense que ahora puede articularse a base del juego de las nuevas TICs.

Esta participación en masa en la esfera pública a tra-vés de las redes es asimismo muy variada en cuanto a sus objetivos (Tiscal, 2008). Por su propia naturale-za las redes son de una extraordinaria flexibilidad, lo que permite articular muchos tipos de acción colecti-va. Esto es, la participación en la esfera pública no es meramente discursiva, sino que adquiere muchas for-mas de carácter performativo. Los participantes en las redes no solamente discuten asuntos de interés colec-tivo sino que forman asimismo grupos de acción, sus-

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criben causas, firman peticiones, financian propuestas y respaldan reformas.

Ya no son las elites discursivas, ahora son multitudes, multitudes ilustradas (Rheingold, 2002; Sampedro, 2005; Cotarelo, 2012),pero multitudes no concebidas como agregados ciegos de individuos que, en el curso de su acción, quepa decir de ellas que son subjetivi-dades colectivas. Al contrario, se trata de multitudes formadas por la acción de múltiples, innumerables individuos que consciente y deliberadamente han de-cidido aunar sus esfuerzos para el logro de fines co-lectivos.

Precisamente esta redefinición del ámbito de lo pú-blico en torno a un replanteamiento de las relaciones entre lo público y lo privado es lo que también da lu-gar a una revisión de la dialéctica tradicional entre lo público y lo privado.

ii. La diaLéctica eNtre LO pÚbLicO y LO privadO

Esta dialéctica es la base del clásico debate entre li-bertad de los antiguos y libertad de los modernos que ha podido significar cosas distintas en épocas di-ferentes pero que siempre ha configurado la libertad de los antiguos como la integración del individuo en la colectividad. Esta última presupone la igualdad entre público y privado así como su coexistencia. Sin embargo, al aumentar la cantidad de información a disposición del individuo en la red, la divisoria entre los dos territorios se hace más difusa. De hecho, los asuntos privados emergen con mucha frecuencia en la vida pública y la condicionan, exactamente igual que la vida pública se cuartea y resquebraja cuando comienzan las indagaciones sobre el modo en que se administra la dialéctica, dado que la frontera entre ambos no está clara. El caso Lewinsky, por el que la derecha parlamentaria estadounidense trató de depo-ner al presidente del país, Bill Clinton, por entender que en la confusión entre los asuntos privados y los públicos se había cruzado un límite de legalidad es un buen ejemplo.

La manifestación teórica más interesante de este entre-veramiento entre lo colectivo y lo individual y perso-nal, de este reto planteado a la concepción tradicional de la separación entre lo público y lo privado se en-cuentra en la concepción del más reciente feminismo en el sentido de la afirmación de que “lo personal es político”. Es una teoría radical que niega expresamen-te la divisoria tradicional por entender que los con-

flictos políticos fundamentales se libran en el contexto de la vida privada cotidiana. Es obvio que esta se es-tructura según pautas culturales absorbidas por man-dato de la colectividad. Se revela así la falacia de la divisoria tradicional entre lo público y lo privado que quiere que pertenezcan a esferas esencialmente dis-tintas, siendo así, sin embargo que la esfera privada reproduce a escala las estructuras de dominación de la pública, constituida según pautas machistas y pater-nalistas. La familia patriarcal reproduce las relaciones de dominación de la sociedad patriarcal y, en cierto modo, se complementa con ella. La familia tradicio-nal concebida según esta mentalidad como el lugar del descanso del guerrero y su función es contribuir al mantenimiento del orden social misógino. De ahí que el feminismo más consecuente ataque el problema en donde realmente se da: en la falta de solución de continuidad entre lo público y lo privado, muy espe-cialmente, porque es lo que más se le alcanza en las relaciones de género. De forma que si esta confusión se da en el ámbito de género se da también en todos los demás porque según este feminismo la cuestión de género impregna todo quehacer humano.

Las redes sociales, el ciberespacio tienden a la trans-parencia. El mantenimiento de las esferas privadas como cámaras obscuras es cada vez más problemático y difícil de mantener en un mundo que valora sobre todo la libre difusión de la información sin cortapisas.En el ciberespacio, ya se ha dicho, mucha gente cuelga en sus páginas personales de redes imágenes o cues-tiones íntimas a la vista de todo el mundo y en cambio no se las mostraría a una visita.

Hay una privatización de lo público, que tiene va-rios sentidos y una publicación de lo privado y esta mezcolanza se da en circunstancias que también han cambiado mucho e innovado en buena medida todo el quehacer colectivo. Uno de los elementos carac-terísticos del ciberespacio remite al mundo más es-trictamente individual, la blogosfera, muchos de los cuales no son otra cosa que diarios, diarios que son públicos desde el (Farrell/Drezner, 2008). Surcando la blogosfera hay millones de blogs momento en que se formulan. Ese mundo de las individualidades áureas, la blogosfera, entra en contacto con las redes sociales, se interpenetran y surge una realidad muy compleja.

Dentro de esa complejidad general del ciberespacio, destaca especialmente un problema de primer orden, tanto en el ámbito práctico como en el teórico y cuyo análisis detenido nos ilustrará sobremanera acerca de

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las características de nuestro objeto de estudio. Es la cuestión de la propiedad intelectual y los derechos de autor.

El punto de partida es suficientemente conocido: el desarrollo de la tecnología informática permite hoy reproducir las obras originales en masa a coste bajísi-mo, lo que posibilita el desarrollo de la piratería en los derechos de autor de composiciones musicales, audio-visuales, cinematográficas o literarias.

En principio pareciera que no debería haber ningún problema pues bastaría con aplicar en el ciberespacio la legislación vigente en casi todos los países en mate-ria de protección de derechos de autor. Pero el asunto no es tan sencillo por varias razones:1. Hay una rentabilidad tan alta en el negocio de la piratería y tales dificultades para perseguirla que ac-túa como un fuerte atractivo para muchos.2. Muchas veces se discute la verdadera calificación del acto de la infracción del derecho de autor, la pira-tería en una palabra, porque se sostiene, por ejemplo, que se trata de un intercambio de posesiones entre particulares, como cuando dos amigos intercambian discos o libros.3. Intervienen consideraciones de orden filosófico o teórico en materia de derechos fundamentales (de-recho a la cultura), libertad de información, etc que hay que tratar a un nivel deliberativo satisfactorio. De hecho hay una teoría política de la piratería que la pre-senta como una actividad legítima (aunque quizá no legal) en lucha por esos derechos fundamentales. Este parece ser el fundamento de los partidos piratas, de los que hay representación parlamentaria en el Euro-parlamento y en algunas cámaras alemanas estatales.

Primero, la alta rentabilidad de la piratería, los verda-deros negocios que pueden hacerse con ella quedaron palmariamente demostrados cuando el FBI cerró el si-tio de descargas ilegales Megaupload1 y consiguió que

1 Unas estadísticas nos dan idea de la magnitud de este negocio:

Visitantes únicos: 82.764.913

Total visitas: >1.000.000.000

Visitantes diarios: 50.000.000

Alcance: 4%

Miembros inscritos: 180.000.000

Almacenamiento: 25 petabites (25000 terabites)

Llegó a ocupar el lugar 13 en visitas en internet. Según Sandvine, Me-gaUpload representaba el 1% del tráfico total de redes de acceso fijo en Norteamérica. En un proceso ante el High Court de Nueva Zelanda el 2 de febrero de 2012, Kim Dotcom afirmaba que Megaupload almace-naba “12.000 millones de archivos únicos de más de 100 millones de usuarios. V. Computerworld (http://en.wikipedia.org/wiki/Compu-terworld) Visto el 22 de junio de 2012.

se detuviera a su propietario, un ciudadano residente en Nueva Zelanda que responde al curioso nombre de Kim Dotcom. Este es el aspecto que más señalan los que combaten la piratería porque pone de relieve que, lejos de ser una actividad altruista, de difusión de la cultura, se trata de negocios ilegales que parasitan los de otros y, además, arruinan a los artistas y creado-res pues los privan de su modus vivendi. A su vez, los piratas sostienen que su volumen de negocios no es nada comparado con el que hacen las empresas de contenidos, discográficas, etc., que lo consiguen con políticas abusivas de precios. El argumento de fondo es que la existencia de la piratería tiene la misma jus-tificación que cualquier mercado negro o sistema de contrabando, una disfunción del mercado ordinario: si este bajara los precios, no habría mercado negro. Tampoco acepta el argumento del expolio de los ar-tistas y creadores pues sostienen que estos ya están explotados por las empresas de contenidos que, nor-malmente, les sustraen los derechos de autor.

La segunda cuestión es un problema de interpreta-ción. Los procedimientos de intercambios de archivos P2P, por ejemplo, que son relaciones entre particulares no tienen por qué tener ánimo de lucro. Especialmente las redes P2P descentralizadas. Otra cosa es las centra-lizadas que quizá cuenten con una empresa que dé so-porte a las redes P2P cuya financiación por lo demás, será a través de la publicidad y las suscripciones. Algo así como lo que sucede en las plataformas de streaming que tienen por lo menos dos protocolos de acceso a los archivos, el general, gratuito con propaganda y el Premium que es mejor y no la tiene. Se trata de la adap-tación a la red de la dualidad televisiva de emisión en abierto o de pago. Igual que muchos periódicos en su versión online.

La tercera cuestión es la del debate teórico acerca de derechos fundamentales y otras cuestiones de prin-cipios. Sostienen los piratas que el derecho de libre acceso a la cultura es un derecho fundamental. Y su concepto de cultura es realmente amplio pues viene a comprender todo producto del espíritu humano. Los más radicales no solo cuestionan los derechos de au-tor de los productos artísticos sino, en general, todo derecho de patentes. Todo el mundo debe tener acceso a la cultura, a los cuadros, las composiciones musica-les y la maquinaria de precisión (Cotarelo, 2010).

Si este razonamiento se acepta, la consecuencia lógi-ca es cuestionar no ya la propiedad intelectual sino la propiedad sin más. La propiedad de la tierra, la de los

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bienes raíces. Un chatêau de la Loire ¿es un bien raíz o una obra de arte? Admitido, puede definirse como un bien raíz que es una obra de arte. Pero si es una obra de arte, ese ser prima sobre la condición de bien raíz.

Y, en último término, aunque haya notorias y gene-ralmente admitidas diferencias, ¿por qué razón cues-tionar la propiedad intelectual y no la material? En el fondo, la propuesta pirata es una propuesta comunis-ta, llevada a sus últimas consecuencias. Ciertamente, se dirá que no es preciso llevar las cosas a sus últimas consecuencias y que las soluciones de compromiso son preferibles. Pero las cuestiones de preferencias son muy subjetivas. La propuesta pirata encierra un grado mayor o menor de comunismo.

Luego está la cuestión del impacto de la abolición de la propiedad intelectual sobre la vida de los creadores, de los artistas. Si sus productos son de acceso gratuito universal parece difícil que puedan vivir de su obra. Aquí ya se entra en un terreno de casuística muy varia-do porque se da todo tipo de ejemplos, desde quienes trabajan en abierto y viven de performances y/o solici-tan una contribución voluntaria de los usuarios, hasta quienes compaginan la obra online con el soporte del papel o el film pasando por quienes trabajan solo con copyright y persiguen la piratería judicialmente.

Como se ve es la contradicción público-privado más actual, la del ciberespacio. Desde un punto de vista jurídico-político estricto, el asunto no presenta ma-yores dificultades: hay una legislación que protege la propiedad intelectual y debe aplicarse al ciberespa-cio exactamente igual que en la vida real. Allá cada cual con su responsabilidad. Desde un punto de vis-ta más sociológico conviene preguntarse porqué se da la piratería. Hay que ir a las causas pues mientras estas subsistan se dará aquella y la política de repre-sión permanente no suele ser una buena solución. En principio, la causa de la piratería está en los márgenes de beneficio de las empresas. Si estos son muy altos, siempre habrá quien ofrezca el producto más barato con algún riesgo. La represión será un coste añadido y no resolverá el problema. La consecuencia de esto es que los precios bajen. Pero si los precios bajan es posible que esa bajada se repercuta en los derechos de los creadores, no sobre los beneficios de la empresa.

Todo esto es muy opinable y confuso. Por ese motivo, el penúltimo consejo de ministros de la era Zapatero dio marcha atrás en la llamada Ley Sinde y dejó sin aprobar el reglamento de desarrollo (Cotarelo, 2012b)

que fue, sin embargo, lo primero que hizo el subsi-guiente ministro de cultura del PP, con una conciencia probablemente cercana a la de Alejandro con el nudo Gordiano. En España se respeta la propiedad intelec-tual y no hay más que decir. De este modo, los Estados Unidos tuvieron la gentileza de sacar a España de la lista de países que toleran la piratería. ¡Y qué piratería la española! La segunda o la tercera del mundo, des-pués de gigantes de la falsificación como el Canadá o la India.

La batalla legal está en marcha desde el cierre de Me-gaupload y con ella la política y la moral. Las solucio-nes autoritarias dan resultado durante un tiempo pero se hacen obsoletas en un terreno sometido a cambios tecnológicos vertiginosos.

iii. La diaLéctica eNtre LO pÚbLicO y LO secretO

La última contradicción se da entre lo público y lo se-creto. Habitualmente se atribuye lo secreto a los ám-bitos político y militar, que están como se sabe muy íntimamente unidos. Pero no se limita a ellos y se plantea como un problema complejo. En una econo-mía de libre mercado asiste a las empresas en com-petencia el derecho al secreto de aquellas decisiones que consideren estratégicas. Carecería de sentido que se las obligase a declarar sus estrategias de ventas, de expansión, etc. Por la misma razón por la que no lo tendría una partida de ajedrez en la que los jugadores hubieran de anunciar de antemano sus jugadas. Las empresas obviamente no pueden mantener el secre-to en materias ilegales o delictivas, pero en todas las demás, es su derecho. Es más, el derecho al secreto en muchos ámbitos de la sociedad civil está habitualmen-te garantizado por ley o protegido por la Constitución: el secreto de la correspondencia y las comunicaciones en general, la inviolabilidad del domicilio son mani-festaciones de un secreto que nadie cuestiona. Si por secreto se entiende también aquello que no es público, el ámbito íntegro de la vida privada, la intimidad, la privacidad son secretas, libres de escrutinio público, salvo por mandamiento judicial.

También aquí hay zonas de debate. Por ejemplo, el derecho a la intimidad de las personas públicas o las famosas por las razones que sean, sistemáticamente pisoteado por los paparazzi, un terreno lleno de todo tipo de experiencias.

La cuestión del secreto empieza a ser problema cuan-do se trata del ámbito político y secundariamente,

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militar. Secundariamente quiere decir que, siendo lo militar prolongación de lo político, una vez tomada la decisión política, se impone la lógica militar autóno-ma, según la más acrisolada doctrina desde los tiem-pos de SunTzu en la cual el secreto suele ser condición necesaria de la victoria.

Por otro lado, en la política, en la medida en que, a su vez, es la continuación de la guerra por otros medios (Foucault, 1997) hay una tendencia al secreto. Cuan-do se trata de competir por el poder, las distintas op-ciones funcionan más o menos como empresas en el mercado libre y, siendo generosos, se puede admitir el secreto. Pero siendo muy generosos porque en la lucha interpartidista es frecuente se traspasen líneas de legalidad. Una vez en el poder, el recurso al secreto es tendencia del gobierno frente a la oposición por un lado y frente a la opinión pública en general o unos u otros sectores de esta por otro.

Este último recurso al secreto frente al conjunto de la sociedad es el que suscita problemas desde el punto de vista de la teoría y la práctica del Estado demo-crático de derecho. A su vez no es infrecuente que los gobiernos que los manejan los hagan valer como “se-cretos de Estado”, un concepto ambiguo y de difícil justificación. Justamente en el terreno de estos secre-tos, el que los Estados protegen mediante una ley de secretos oficiales es donde se da la lucha por mantener el principio de publicidad y transparencia de los go-biernos.

El ciberespacio plantea esta dialéctica público secreto en unas coordenadas nuevas. La concepción ideal de la democracia quiere que esta sea la identidad entre gobernantes y gobernados. Idealmente, pues, en una identidad no cabe el secreto. Hay, sin duda, un criterio realista según el cual, a los efectos de la defensa exte-rior del Estado en una esfera internacional solo parcial y superficialmente sometida a legalidad, deben admi-tirse los secretos de Estado en cuanto afecten a cues-tiones vitales de la supervivencia nacional. El proble-ma es que, siendo secretos, no hay modo de vigilar que cumplen su función de garantizar la superviven-cia del Estado pero dentro del margen de legalidad de ese Estado e incluso dentro del margen de moralidad.

En el aspecto interno, la identidad del principio, debe funcionar sin mermas. No debe haber secretos de los gobernantes con los gobernados y cabe presumir que todo secreto de esos gobernantes esconde una ilega-lidad o/y una inmoralidad. Lo mismo puede sospe-

charse de los secretos de Estado en el ámbito interna-cional. Y aquí se impone una reflexión realista sobre la reacción de la gente o las posibilidades que tenga de defenderse.

A partir de la revolución inglesa del siglo XVII se fue generalizando en el mundo el principio del habeas cor-pus, esto es, el reconocimiento del derecho del indivi-duo a no ser sometido a represión secreta. La abolición de las lettres de cachet consagra ese mismo principio a escala individual: nadie puede ser detenido en secre-to. Pero ¿qué sucede cuando el secreto de la detención se lleva, a su vez, en secreto? ¿Qué cuando los aviones de la CIA trasportan prisioneros sin nombre ni rostro a cárceles secretas en países ignotos? Si el poder no tiene frenos, se extralimita, se convierte en un poder delincuente. La historia está llena de ejemplos. Hasta los países más democráticos han recurrido a veces a prácticas delictivas secretas.

Y eso en lo que hace a los individuos. Pero también merecen consideración a este respecto las colectivi-dades, las nacionalidades, las confesiones, culturas o etnias, ¿puede el Estado ocultarles informaciones que les interesen? Obviamente, no. Pero, ¿cuáles son sus posibilidades en el caso de que, a pesar de todo, los gobernantes tuvieran información secreta y tomaran sus decisiones en función de ellas? Hasta la llegada de internet y la aparición del ciberespacio, a decir ver-dad, muy pocas.

Pero con internet surgen nuevas prácticas en el cibe-respacio que plantean retos para las teorías actuales en ciencia política acerca de la movilización y la par-ticipación políticas en democracias. Fenómenos como Anonymous y WikiLeaks señalan un tipo de relación entre gobernantes y gobernados en el ciberespacio que carece de parangón en la política institucional tra-dicional. Se trata de una actitud de confrontación en la que, por así decirlo, los ciudadanos exigen y consi-guen por sus propios medios un control de la acción política de sus gobernantes que estos no solamente no favorecen sino que tienden a evitar a toda costa. No, por supuesto, la mera actividad administrativa que las autoridades parecen encantadas de volcar en la red bajo el título halagüeño de open government. Al contrario, aquí se da una verdadera rivalidad entre las distintas administraciones para ponerse al servicio del administrado, considerado como ciudadano con plenos derechos. Es la otra actividad del gobierno, la puramente política, incluidas las decisiones de defen-sa interior (las cursivas se deben a que no todo el mun-

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do está de acuerdo en que el orden publico sea una cuestión de defensa) y exterior. Esto es, territorios en los que entra la confidencialidad, el secreto. Lo que se haga con los fondos de reptiles o gastos de libre disposi-ción de determinados altos funcionarios, al ser acción motivada en el secreto quiere estar libre de un posible juicio público crítico que obligaría a realizarla de nue-vo. Hasta hace poco eso era posible. Aquí no hay Open Government. Hoy lo es mucho menos pues los avances tecnológicos ponen en manos de los gobernados unas posibilidades mayores o mejores de las que tienen los mismos gobernantes.

El secreto público no está ya garantizado, lo cual abre una situación nueva del máximo interés: cómo funcio-na un sistema político en el que no hay secreto y que, por tanto, genera unas relaciones nuevas entre los ac-tores políticos (Criado y García, 2012).

El ciberespacio tolera mal el secreto y las actividades de encriptado encuentran generalmente su contrapar-tida en la actividad de los hackers, capaces de reventar las claves del Pentágono o del Banco de América. Así, la lucha por el mantenimiento del secreto es cada vez más ardua puesto que quienes luchan contra él han aumentado mucho en número, se han hecho multitu-des y disponen de un dominio tecnológico más o me-nos igual al que tiene el orden institucional. A veces va uno por delante, a veces el otro.

Pero los movimientos en pro de la transparencia y en contra de los secretos oficiales cuentan con otro ele-mento estratégico decisivo: su enorme capilaridad. Anonymous es un fenómeno de acción colectiva de muy difícil calificación. No es una organización, ni una asociación, ni una orden o partido, pero movili-za acciones colectivas. Y lo hace porque sus elementos componentes, los individuos, los cibernautas están di-seminados por toda la sociedad. Incluso infiltrados en los sistemas informáticos de las organizaciones de in-teligencia y espionaje. Es decir, las acciones de Anon-ymous vienen a incardinarse en las de acción directa de la tradición anarquista y se fundamentan en el he-cho de que sus componentes tienen acceso a toda la información de la sociedad, incluida la más sensible y, por ello, clasificada. Los documentos secretos que pu-blica WikiLeaks2 provienen de las fuentes anónimas

2 Según la última revelación los EEUU estaban informados de que la oposición preparaba un golpe de Estado en el Paraguay. Algo muy em-barazoso para los estadounidenses demócratas que van de progres por el mundo, sobre todo por lo que tiene de política imperial a la vieja usanza. V. http://www.lanacion.com.py/articulo/77988-wikileaks-eeuu-sabia-que-la-oposicion-planeaba-un-golpe-de-estado-en-para-guay.html (visto el 27 de junio de 2012)

de Anonymous. Anonymous son los ojos y los oídos de WikiLeaks; los ojos y los oídos de una multitud mun-dial, conectada a escala planetaria.

iv. cONcLusiONes

La aparición de internet y la progresiva implantación y ampliación del ciberespacio están alterando la dia-léctica tradicional de la acción social en tres aspectos esenciales:

a. Una redefinición de la esfera pública, de lo pú-blico, que ya no es un ámbito específico con una com-posición minoritaria (los sectores sociales ilustrados) sino un terreno indefinido con una composición mu-cho más abierta e inclusiva, con verdaderas muche-dumbres o multitudes ilustradas. La esfera pública que sostiene la democracia en la era de internet no es aún coincidente con el conjunto de la ciudadanía, pues hay que tener en cuenta la brecha digital, pero es infinitamente más amplia por participativa que lo anterior.

b. Un replanteamiento de las relaciones público-privadas. Esa ampliación de la esfera privada tiene dos terminales, por arriba y por abajo. Por arriba se conecta con las esferas institucionales del poder políti-co; por abajo se abre a la sociedad civil tradicional. En términos simples puede verse que el ámbito tradicio-nal de lo privado a sufrido una especie de explosión y, a través de las redes sociales, tiende a hacerse público.

c. Un replanteamiento de las relaciones público-secretas. Es el aspecto más político. El secreto tiende a ser fundamento del poder y en el ciberespacio no está garantizado aquel y, al contrario, hay un reto per-manente en favor de prácticas de gobierno abierto, lo cual a su vez se traduce en el no menos importante de saber si nuestros órdenes liberales serán capaces de llevar a cabo gracias a sus avances tecnológicos, la última promesa de la teoría política liberal de la iden-tidad entre los gobernantes y los gobernados.

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GObierNO abiertO es La respuesta: cuáL era La preGuNta?

Álvaro V. Ramírez-AlujasGrupo de Investigación en Gobierno, Ad-

ministración y Políticas Públicas (GIGAPP).

Instituto Universitario de Investigación

Ortega y Gasset (IUIOG).

[email protected]

Fecha de recepción: 21/08/2012 :: Fecha de aceptación: Extracto de ponencia presentada en Congreso.

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AbstractAt present, several countries worldwide have initiated a progressive process to promote and advance strategies linked to the concept of “open government”. Based on the principles of transparency and openness, participa-tion and collaboration, open government has positioned itself as an emerging paradigm that attempts to respond to the depletion of traditional models of governance in a world that is changing radically and rapidly. This article presents a rigorous approach to the debate on the origin, scope and prospects of the concept, and realizes its main constituents. On the other hand, discussed the idea of understanding it as a platform for participation and co-llaboration through open data ecosystem that promote co-creation, co-design and co-management of services, in a context where trust, co-responsibility and engagement are keys to the process of change experienced by govern-ments and public administrations.

Keywords: Open government, transparency, participa-tion, collaboration, public management, governance.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ResumenEn la actualidad, distintos países en todo el mundo han iniciado un proceso progresivo para promover e impul-sar estrategias ligadas al concepto de “gobierno abierto”. Basado en los principios de la transparencia y apertura, participación y colaboración, el gobierno abierto se ha posicionado como un paradigma emergente que intenta responder al agotamiento de los modelos tradicionales de gobernanza en un mundo que esta cambiando radi-cal y vertiginosamente. El artículo realiza una rigurosa aproximación al debate sobre el origen, alcances y pers-pectivas del concepto, y da cuenta de sus principales ele-mentos constitutivos. Por otro lado, discute la idea de entenderlo como una plataforma para la participación y la colaboración a través de ecosistemas abiertos de datos que favorezcan la co-creación, el co-diseño y la co-gestión de servicios, en un contexto donde la confianza, la co-res-ponsabilidad y el compromiso son elementos clave para el proceso de cambio que experimentan los gobiernos y las administraciones públicas.

Palabras clave: Gobierno abierto, transparencia, partici-pación, colaboración, gestión pública, gobernanza.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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i. iNtrOduccióN

El sorprendente posicionamiento del concepto de go-bierno abierto en los últimos años se destaca como uno de los fenómenos más disruptivos, controvertidos y apasionantes en el actual debate sobre la práctica po-lítica, la gestión pública y el fortalecimiento democrá-tico. Poco a poco se ha ido transformando en una es-pecie de filosofía sobre cómo gobernar en el siglo XXI y qué papel juegan los diversos actores sociales en un escenario cuya complejidad es cada vez más inabor-dable desde una perspectiva solamente anclada en las capacidades y recursos estatales. En este contexto vale la pena preguntarse: ¿Cuáles son los grandes problemas o brechas existentes para las cuales el gobierno abierto repre-senta una solución plausible? ¿Realmente estamos frente a un punto de inflexión en la manera tradicional de gobernar las sociedades y gestionar el sector público?. En definitiva, si en la actualidad el gobierno abierto es una opción de respuesta válida: ¿Cuál era la pregunta?. En este artícu-lo intentaremos ofrecer una breve síntesis que permita entender el origen del concepto, sus implicaciones y alcances desde el ámbito de la (relativamente escasa) reflexión académica disponible sobre el tema, para luego contrastarlo con los seminales esfuerzos que le han valido su reposicionamiento en la agenda global, situación que no ha estado exenta de dificultades por la ambigüedad, solapamiento y confusión con otros términos o tendencias en boga (buen gobierno, gobierno electrónico, etc.). Adicionalmente, se discute sobre sus límites y potencialidades, y se plantean ciertas cues-tiones relevantes acerca de su viabilidad y proyección futura como una respuesta adecuada (entre muchas otras) para reconstruir y fortalecer los gobiernos y las Administraciones públicas en el nuevo milenio, bajo la idea de una nueva arquitectura que va más allá de lo estatal: la gobernanza abierta y colaborativa.

ii. GObierNO abiertO [La respuesta]: ¿de qué estamOs habLaNdO?

En la actualidad, cuando hablamos de gobierno abier-to hacemos referencia a la expresión de ciertos prin-cipios que se manifiestan en: a) mejorar los niveles de transparencia y acceso a la información median-te la apertura de datos públicos (para ejercer control social y rendición de cuentas), y la reutilización de la información del sector público (para promover la innovación y el desarrollo económico); b) facilitar la participación de la ciudadanía en el diseño e imple-mentación de las políticas públicas (e incidir en la toma de decisiones); y c) favorecer la generación de

espacios de colaboración entre los diversos actores, particularmente entre las administraciones públicas, la sociedad civil y el sector privado, para co-diseñar y/o co-producir valor público (Ramírez-Alujas, 2010).

Dichos esfuerzos se enmarcan en el propósito de forta-lecer los sistemas democráticos, incrementar los nive-les de confianza de la ciudadanía en las instituciones políticas, potenciar la participación y el compromiso cívico, y mejorar la calidad, eficacia y eficiencia de los gobiernos y sus administraciones públicas, bajo prin-cipios de equidad, integridad y transparencia. Todo ello a través de la generación de nuevos espacios para la innovación institucional, el desarrollo de mecanis-mos ligados a la co-creación en la provisión de ser-vicios públicos y al trabajo colaborativo, y la puesta en marcha de nuevos entramados organizativos y sistemas de gestión orientados a fomentar la apertura y una nueva forma de gobernar en el contexto de la sociedad red.

En este escenario, el papel de Internet, las tecnolo-gías y la cultura digital han sido claves en la actual combinación de elementos que refundan la idea de gobierno abierto. Por un lado, porque el entorno di-gital en nuestros días constituye la infraestructura de base que facilita y hace posible un acceso más fluido a la información y la gestión del conocimiento; y por el otro, por los valores subyacentes en los patrones de interacción que promueve la cultura digital: prácticas abiertas, transparentes, participativas y colaborativas. Todo ello es condición necesaria pero no suficiente para la construcción de gobiernos abiertos.

Como nunca antes en la historia, se requiere de mar-cos institucionales y bases legales adecuadas al nuevo contexto, sistemas de gestión más sofisticados y un profundo cambio en la cultura de las organizaciones públicas para hacer de la promesa del gobierno abier-to una realidad. Ese es el desafío en el que muchos países se encuentran actualmente y da cuenta de la oportunidad histórica que ofrece como respuesta a la complejidad e incertidumbre reinante en un mundo que intenta superar las profundas heridas, rupturas y costes que la crisis financiera, política y moral ha dejado como herencia: Una brutal transición institu-cional en la búsqueda de nuevos modelos de gober-nanza fundados en la recuperación de la confianza y legitimidad de la acción política, con los ciudadanos como protagonistas al considerarlos el eje prioritario del quehacer público.

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iii. GObierNO abiertO [La preGuNta]: LOs (NO taN NuevOs) OríGeNes deL debate.

“Un gobierno abierto es parte de una democracia efectiva. Los ciudadanos deben tener acceso adecuado a la informa-ción y el análisis en que se basan los asuntos de gobierno. Ministros y funcionarios públicos tienen el deber de expli-car sus políticas, decisiones y acciones al público”. Open Government Citizen´s Charter, Cm 2290, London: HMSO [Julio de 1993]

En el ámbito de la teoría política y el debate acadé-mico, el concepto de gobierno abierto no representa novedad alguna. Al intentar explicar los elementos constitutivos que sustentan una democracia repre-sentativa, Weir y Beetham ya lo consideraban uno de los pilares fundamentales al plantear la necesidad de contar con: a) un proceso electoral libre y limpio; b) un gobierno abierto, transparente y responsable; c) la ga-rantía de unos derechos y libertades civiles y políticas; y d) una sociedad democrática o “civil” (Weir y Bee-tham, 1999:10). Dicho marco de referencia es presen-tado como una pirámide democrática en la que cada elemento es necesario para el todo (Figura I).

En particular y bajo este marco de referencia, pode-mos comprender, en parte, los orígenes que históri-camente han sustentado la necesidad por llevar el gobierno abierto a la práctica. Al respecto, un gobier-no abierto, transparente y responsable tendría cuatro características principales1 que lo distinguen (Weir y Beetham, 1999:12):

1. La comunicación por el propio gobierno de información objetiva sobre sus políticas: en qué hechos se basan, sus consecuencias en la práctica, sus costes, etc.;

2. El acceso de los ciudadanos y de la prensa a los docu-mentos gubernamentales, tanto directa como indi-rectamente a través del parlamento;

3. La apertura de las reuniones al público y a la prensa (actas de organismos públicos); y

4. La consulta sistemática por el gobierno a los principa-les interesados en la formulación y ejecución de deter-minada decisión política y la publicación de las infor-maciones y opiniones recogidas al respecto.

1 Los autores reconocen la necesidad de contar con leyes de acceso o libertad de información como elemento fundamental (“La democracia es en principio contraria al secreto en cualquier servicio gubernamen-tal”) pero al mismo tiempo son cautelosos al plantear que el concepto de gobierno abierto es mucho más que ello: incluye la posibilidad de exigir a los ministros que justifiquen y debatan sus políticas en público y la medida en que el gobierno tiene la obligación de consultar al pú-blico para la formulación y ejecución de su política […] La “apertura” consiste en la buena disposición tanto a escuchar como a facilitar el acceso a informaciones exactas (Weir y Beetham, 1999:12-13).

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Dicha visión en la literatura se complementa con la aparición del concepto en las agendas y debates oficia-les durante la segunda parte del siglo XX. Por un lado, las presiones por lograr la apertura del gobierno y me-jorar el acceso a la información se reflejaron en diver-sos movimientos ciudadanos. Por ejemplo, en el caso norteamericano, en 1956 los principales partidos po-líticos acordaron y se comprometieron en consolidar un acceso abierto a la información pública que derivó años más tarde en su Freedom of InformationAct– FOIA (Ley de Acceso a la Información) de 1966. Ya se afir-maba entonces que “nada podría ser más irracional que dar a la ciudadanía el poder, y al mismo tiempo privarles del acceso a la información sin la cual existe el riesgo de abuso de poder” (Parks, 1957:7).

Tal y como lo plantean Chapman y Hunt para explicar la evolución que ha tenido el debate en el Reino Unido (desde fines de los años setenta), el gobierno abierto en su concepción seminal hace referencia a diversas cuestiones relacionadas con el secreto de gobierno e iniciativas para “abrir las ventanas” del sector públi-co hacia el escrutinio ciudadano en aras de reducir la opacidad burocrática (Chapman y Hunt, 1987). Sin embargo, a lo largo de los años dicha primera aproxi-mación fue depurándose para ir definiendo la capa-cidad que los ciudadanos poseen en una democracia para exigir un gobierno plenamente responsable por sus acciones (u omisiones) y para evaluar la validez de las medidas que adopta. Ello también se refiere a los derechos de los ciudadanos frente a la información que de ellos disponen las organizaciones públicas y su adecuado manejo. Así, por casi más de dos décadas,

Figura I. La Pirámide Democrática.

Fuente: Adaptado de Beetham y Boyle (1999:10).

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hablar de gobierno abierto significó debatir acerca del acceso y la libertad de información, la protección de datos, la reforma de las leyes sobre secretos oficiales y la necesidad, en una democracia sana, de poder ob-tener información sobre las actividades del gobierno y sobre su disponibilidad para la opinión pública y el ciudadano común (Chapman y Hunt, 1987). Más re-cientemente, se ha propuesto distinguir entre la idea de transparencia, vinculada a la posibilidad de hacer exigible la rendición de cuentas a la autoridad pública, y la apertura, cuyo objetivo va más allá y supone que las personas tengan la oportunidad de participar en el proceso político utilizando la información a la cual acceden para ese propósito, influyendo en la toma de decisiones y en la formulación de políticas públicas (Chapman yHunt, 2006).

Por otro lado, la promoción de leyes sobre el derecho de acceso a la información pública2 y la implemen-tación de diversos dispositivos institucionales para potenciar los niveles de transparencia, probidad y participación ciudadana en los asuntos públicos han ido ganando terreno en la agenda política en todo el mundo, a partir de una oleada de legislaciones que se orientan a regular su aplicación. A la fecha, se cuenta con más de 90 países con este tipo de normativas, toda vez que organismos internacionales han contribuido a este proceso reiterando que el acceso a la información constituye un derecho humano y que debe ser promo-vido, protegido y garantizado por los gobiernos, por su contribución al fortalecimiento de la democracia y el desarrollo de una ciudadanía informada y respon-sable, e indispensable para el control ciudadano de los actos públicos, la rendición de cuentas y el ejercicio de otros derechos económicos, sociales y culturales (Oszlak, 2012:9). Como vemos, para hablar seriamente de gobierno abierto es indispensable considerar estas premisas3.

2 Un gobierno abierto es ampliamente visto como una característica clave de la práctica democrática contemporánea y ha estado a menudo vinculado a la aprobación de marcos legales sobre libertad de informa-ción, prensa, entre otros. Considerando lo expuesto, en su acepción ori-ginal está directamente relacionado con el concepto FOI (Freedom Of Information): Normas que garantizan el acceso a los datos en poder del Estado. En ellas se establece un proceso legal para ejercer el “derecho a saber” por el que se podrán hacer las solicitudes de información en poder del Gobierno, para ser recibidas gratuitamente o a un costo míni-mo, salvo excepciones estándar. Desde que los Estados Unidos aproba-ra la Ley de Libertad de Información (Free Of InformationAct - FOIA) en 1966, y más allá de la existencia de una ley de prensa de similares características en Suecia desde 1766, se han multiplicado rápidamente los esfuerzos en otros lugares del mundo para promover marcos y nor-mativas similares (Ramírez-Alujas, 2010).3 La transparencia es el principio orientador de esta apertura unila-teral a la que se comprometen los gobiernos. Reconoce el derecho a la información que puedan solicitar los ciudadanos, pero también insta a los gobiernos a poner a su disposición aquellas informaciones que den cuentan de sus actividades y resultados, en base a los principios de relevancia, exigibilidad, accesibilidad, oportunidad, veracidad, com-prensibilidad, sencillez, y máxima divulgación (Oszlak, 2012:11).

No obstante, ello es condición necesaria pero no sufi-ciente como veremos más adelante.

iv. La visióN y evOLucióN deL GObierNO abiertO eN La perspectiva de La Ocde

En su informe del año 2003, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ya adelantaba una noción preliminar sobre el concepto de gobierno abierto,concebido como plataforma de base para implantar sólidos marcos jurídicos, instituciona-les y políticos que rijan el acceso a la información, la consulta y la participación pública lo que contribui-ría a mejorar el diseño y formulación de las políticas públicas, luchar contra la corrupción e incrementar la confianza de la sociedad en el sector público. En su concepción y propósito original, aludía a la necesidad del gobierno y la administración pública para conec-tar de manera más fluida con la sociedad civil en el marco de lograr una mayor implicación ciudadana en la elaboración de las políticas y la promoción del buen gobierno: “informar, consultar y hacer participar a los ciudadanos constituyen los pilares de todo buen gobier-no, los medios adecuados de fomentar la apertura, y una buena inversión para mejorar la elaboración de las políticas públicas” (OCDE, 2003). Más tarde, se plantearía que un gobierno abierto se refiere “a la transparencia de las acciones del gobierno, la accesibilidad en los servicios públi-cos e información, y la capacidad de respuesta del gobierno a las nuevas ideas, demandas y necesidades” (OCDE, 2006).

Bajo dicho marco de referencia, un gobierno abierto sería aquel en el que las empresas, organizaciones de la sociedad civil (OSC) y los ciudadanos pueden “sa-ber cosas” - obtener información relevante y compren-sible - ; “conseguir cosas” - obtener servicios y realizar transacciones desde y con el gobierno, y “crear cosas” - participar en el proceso de toma de decisiones4. Del mismo modo, los principios de buen gobierno - la transparencia y la rendición de cuentas; la justicia y la equidad, la eficiencia y la eficacia, el respeto del impe-rio de la ley, y los altos estándares de comportamien-to ético – representan la base sobre la cual construir un gobierno abierto (OCDE, 2006). En la actualidad, existen marcos jurídicos relativos a la idea de gobier-no abierto en gran parte de los países miembros de la OCDE, y en ellos se considera, al menos: a) La legis-lación sobre el acceso a la información y libertad de prensa; b) La legislación sobre privacidad y protección de datos; c) Las leyes sobre procedimientos adminis-

4 Referencia directa a los 3 componentes: transparencia y acceso a la información, colaboración y participación (“knowthings”, “getthings” y “createthings”).

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trativos; d) La legislación sobre Defensores del Pueblo (Ombudsman); y e) Las leyes sobre las entidades fisca-lizadoras superiores (Ramírez-Alujas, 2011).

Considerando lo anterior, la OCDE (2010) ha intenta-do promover la idea de gobierno abierto al sintetizar los beneficios de llevarlo a la práctica ya que permitirían:

1. (R)establecer una mayor confianza en el gobier-no. La confianza es un resultado del promover el gobierno abierto que puede reforzar su desempe-ño en otros aspectos: Si los ciudadanos confían en el gobierno y en sus políticas específicas, pueden estar más dispuestos a contribuir (mediante tasas e impuestos por ejemplo) para apoyar y financiar esas políticas.

2. Garantizar mejores resultados al menor coste. El co-diseño y ejecución de políticas, programas y (provisión de) servicios con, para y a través de los ciudadanos, empresas y sociedad civil ofrece el potencial para explotar un depósito más amplio de ideas y recursos.

3. Elevar los niveles de cumplimiento. Hacer que los ciudadanos sean parte del proceso les ayuda a comprender los retos de la gestión pública, los empodera y puede ayudar a asegurar que las deci-siones adoptadas sean percibidas como legítimas (hace más clara y confiable la relación contractual entre gobernantes y gobernados).

4. Asegurar la equidad de acceso a la formulación de políticas públicas mediante la reducción del umbral (barreras) que limita la participación de las personas en los procesos de decisión (lo que fortalece la cohesión y estabilidad social, la igual-dad de oportunidades, el compromiso cívico, etc.).

5. Fomentar la innovación y nuevas actividades económicas. El compromiso de la ciudadanía y del gobierno abierto son cada vez más reconoci-dos como motor de la innovación y la creación de valor en el sector público, privado y social.

6. Mejorar la eficacia mediante el aprovechamien-to de los conocimientos y los recursos de los ciu-dadanos que de otra forma se enfrentan a barreras para participar. La participación ciudadana puede garantizar que las políticas sean más específicas y atiendan a sus necesidades, eliminando fugas y despilfarro de recursos (y fomentando un gasto público inteligente).

Por tanto, y bajo esta perspectiva, las políticas de go-bierno abierto debieran cristalizarse en: » Un gobierno transparente y accesible (que las

acciones de los responsables públicos e institucio-nes estén bajo el escrutinio público y puedan ser impugnadas, y la capacidad para los ciudadanos de acceder a información comprensible, obtener servicios y realizar transacciones en cualquier mo-mento y lugar);

» Un gobierno responsable y que rinde cuentas (por sus acciones y omisiones); y

» Un gobierno sensible y receptivo (a las posibili-dades de consulta, participación e interacción per-manente con los ciudadanos y sus demandas).

En síntesis, para la OCDE el término ha evolucionado desde una mirada basada en las tres dimensiones rele-vantes mencionadas que apelan a contar con una Ad-ministración Pública transparente, accesible y recepti-va - con capacidad de respuesta y responsable (OCDE, 2006) a un enfoque donde se le considera como plata-forma para resolver cómo el gobierno puede trabajar con la sociedad y los individuos para co-crear valor público (OCDE, 2010). En este punto, se han tratado de promover modelos a través de los cuales se puedan facilitar los procesos de innovación institucional y, al mismo tiempo, promover la adecuación al interior de los servicios públicos para aprovechar las capacida-des, energías y capital social disponible y distribuido en la sociedad.

v. LOs iNGredieNtes deL GObierNO abiertO eN La actuaLidad: La traNspareNcia y apertura cOmO fuNdameNtOs de uNa Nueva arquitectura cívica

“Un gobierno abierto, es un gobierno que abre sus puer-tas al mundo, co-innova con todos, especialmente con los ciudadanos; comparte recursos que anteriormente estaban celosamente guardados, y aprovecha el poder de la colabora-ción masiva, la transparencia en todas sus operaciones, y no se comporta como un departamento o jurisdicción aislada, sino como una estructura nueva, como una organización verdaderamente integrada y que trabaja en red”. Don Taps-cott

Como hemos visto, el debate sobre la idea de gobierno abierto ha estado presente hace ya bastante tiempo. Sin embargo, el reposicionamiento que ha alcanzado en los últimos años se debe, entre otras cosas, a los esfuerzos que Estados Unidos ha impulsado bajo la Administración Obama: la promulgación del Memo-rando sobre Transparencia y Gobierno Abierto del 21 de enero de 2009, marca un hito refundacional que le dio un nuevo empuje al movimiento, de la mano del uso intensivo de la tecnología como instrumento

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catalizador de las acciones por promover apertura en los gobiernos de cara a los desafíos del nuevo milenio. Los tres pilares básicos (Obama, 2009) que sustentan esta (nueva) aproximación son:

1. Transparencia (Saber). Un gobierno transparente proporciona información sobre lo que está hacien-do, sobre sus planes de actuación, sus fuentes de datos y sobre lo que puede ser considerado res-ponsable frente a la sociedad. Ello fomenta y pro-mueve la rendición de cuentas de la administra-ción ante la ciudadanía y un permanente control social;

2. Participación (Tomar parte). Un gobierno parti-cipativo promueve el derecho de la ciudadanía a participar activamente en la formulación de po-líticas públicas y facilitar el camino para que las administraciones públicas se beneficien del cono-cimiento, ideas y experiencia de los ciudadanos. Promueve la creación de nuevos espacios de en-cuentro que favorezcan el protagonismo e impli-cación de los ciudadanos en los asuntos públicos;

3. Colaboración (Contribuir). Un gobierno colabo-rativo compromete e implica a los ciudadanos y demás agentes sociales en el esfuerzo por trabajar conjuntamente para resolver los problemas nacio-nales. Ello supone la cooperación y el trabajo co-ordinado no sólo con la ciudadanía, sino con las empresas, asociaciones y demás agentes, y per-

mite el esfuerzo conjunto dentro de las propias administraciones, entre ellas y sus funcionarios transversalmente.

Este marco de referencia ha servido de ejemplo para que distintos países hayan comenzado a adoptar pa-rámetros similares en el camino de construir un mo-delo de gobierno abierto adaptado a las particulares realidades presentes en cada sociedad (Figura II).

En términos prácticos y para concretar dichos princi-pios, las estrategias de gobierno abierto se han venido cristalizando a través de dos ejes fundamentales:

a. La apertura de datos públicos (open data) que supone publicar información del sector público en formatos estándar, abiertos e interoperables, facili-tando su acceso y permitiendo su reutilización. Ello promueve, por un lado, la innovación usando (o reuti-lizando) los datos públicos como catalizador de nue-vas aplicaciones y servicios y, por tanto, transforma a los gobiernos de proveedores de servicios a gesto-res de plataformas (permitiendo que otras entidades y/o usuarios, utilizando los datos públicos liberados, puedan crear nuevas prestaciones en la Web, generar nuevas actividades económicas y agregar valor públi-co y cívico). Por otro lado, la publicación proactiva de datos relevantes y de interés sobre gestión presupues-taria, procesos de compras y adquisiciones, contratos, declaración de bienes e intereses de las autoridades,

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Figura II. Esquema de desarrollo

para el gobierno abierto.

Fuente: Observatorio Nacional de las Tele-comunicaciones y de la Sociedad de la Infor-mación (ONTSI), Ministerio de Industria, Energía y Turismo – Gobierno de España [Mimeo, 2012].

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entre otros, permiten incrementar la transparencia, la rendición de cuentas y el escrutinio público perma-nente; y

b. La apertura de procesos (open process) y el uso de redes sociales y plataformas para la participación ciudadana (también llamado Gobierno 2.0), que per-sigue facilitar la comunicación e interacción, aprove-char el conocimiento y la experiencia de los ciudada-nos para ayudar en el diseño y ejecución de políticas y provisión de servicios públicos, y la colaboración (en red) dentro y entre las administraciones públicas y más allá.

Las aplicaciones construidas a partir del uso de da-tos públicos tienen un impacto directo e inmediato en la vida de los ciudadanos. De allí que el concepto de “gobierno como plataforma”, usado para describir la idea de crear un ecosistema de proveedores, desarro-lladores y hackers cívicos que resuelven muchos de los problemas del gobierno desde fuera de él, esté en el centro de estas iniciativas5 (Nath, 2011).

Todas estas ventajas han sido estupendamente refle-jadas en el breve video con el que la Alianza por el Gobierno Abierto (Open Government Partnership)6 intenta promover y explicar las ventajas de impulsar este tipo de enfoque7 a nivel mundial. Allí se presen-tan diversas iniciativas que merece la pena destacar para entender la forma a través de la cual el gobierno abierto ha comenzado a materializarse en la práctica cotidiana: » Presupuestos abiertos (Brasil): Los funcionarios

públicos, a través de un portal de transparencia, publican en línea los gastos generados a las 24 ho-ras de que se hayan producido.

» Campañas abiertas – Voto Inteligente (Chile): Los ciudadanos preguntan de dónde sale el dinero para financiar las campañas políticas y los candi-datos responden y detallan las donaciones recibi-das.

5 Al final, el enfoque de datos públicos abiertos pasa por recono-cer que el gobierno no es más que un administrador de información pública con la responsabilidad de hacer que ella esté disponible libre-mente. De allí que existan 8 principios universales que deben conside-rarse para la apertura y uso de datos públicos: deben ser completos, primarios, oportunos/actualizados, accesibles, procesables (automáti-camente), no discriminatorios, en formatos no propietarios y no sujetos a licencias o derechos de propiedad (uso libre).6 La Alianza por el Gobierno Abierto es una reciente iniciativa mul-tilateral creada en el marco de la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre de 2011, cuyos esfuerzos se orientan a propiciar compro-misos concretos desde los gobiernos para promover la transparencia, aumentar la participación ciudadana en los asuntos públicos, combatir la corrupción y aprovechar las nuevas tecnologías para robustecer la gobernanza democrática. A la fecha, cuenta con 55 países miembros que han formulado planes de acción concretos en la materia. Para ma-yor información: http://www.opengovpartnership.org/7 El video puede verse en: http://vimeo.com/29259763

» Uso de datos abiertos en medicina (Reino Unido): Publicación de datos relacionados con las tasas de éxito en cirugías al corazón lo que ha permitido que los pacientes comparen, los hospitales com-pitan y las tasas de supervivencia mejoren en un 50%.

» Desarrollo abierto (Tanzania): Los ciudadanos rurales (campesinos) envían mensajes de texto vía teléfonos móviles para indicar que se han queda-do sin agua y el gobierno responde orientándoles en cómo y dónde conseguirla.

» Legislatura abierta (Letonia): Las peticiones de los ciudadanos son publicadas en línea y las pro-puestas llegan directamente al Parlamento (políti-ca pública hecha por la gente) .

» Seguridad abierta (Estados Unidos/Nueva York): Los ciudadanos reportan problemas (accidentes, desastres, crímenes) a través de sus móviles y/o cámaras y la respuesta del gobierno puede ser mo-nitoreada en línea.

Finalmente y dado lo expuesto, no se debe confundir (ni reducir de manera simplista) la nueva idea de go-bierno abierto al mero uso de las tecnologías o al con-cepto de gobierno electrónico o e-Administración. Mien-tras las estrategias de gobierno electrónico descansan en el uso y aplicación casi mecánica de las herramien-tas tecnológicas en los servicios públicos para mejorar procesos y servicios desde una perspectiva instrumen-tal y eficiente, desde adentro hacia fuera, unilateral y generalmente “cerrada” (donde el ciudadano sigue siendo un usuario/beneficiario final y un espectador pasivo de lo que le ofrece el aparato administrativo); el gobierno abierto, en cambio, opera desde una di-mensión mucho más amplia (en la forma y el fondo) que si bien se apoya en esfuerzos de tipo tecnológico, aspira a una transformación paradigmática fundada en la apertura, la participación y la colaboración más allá de las fronteras de lo estatal.

Tal y como afirma Tapscott y Williams: La primera oleada de estrategias digitales para el gobierno elec-trónico arrojó beneficios importantes. Mejoró la ac-cesibilidad de los ciudadanos a la información y los servicios públicos, al igual que la eficiencia adminis-trativa y operacional. No obstante, muchas de estas iniciativas se limitaron a automatizar procesos obso-letos y trasladar a la red los servicios administrativos ya existentes […] La próxima oleada de innovación nos brinda la oportunidad única de revisar el fun-cionamiento de la administración, las aportaciones y los procedimientos del sector público y, en última

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instancia, el modo en que los gobiernos interactúan y se comprometen con sus ciudadanos (Tapscott y Wi-lliams, 2011:386)8.

vi. cONcLusiONes: ¿cómO prOmOver eL GObierNO abiertO y NO mOrir eN eL iNteNtO?

La GOberNaNZa abierta y cOLabOrativa

“La burocracia, viuda administrativa de sucesivos gobier-nos, acaba convirtiéndose en un inmenso cementerio de pro-yectos políticos”. O. Oszlak

Las políticas de gobierno abierto deben ser conside-radas como un entramado complejo de cambios que operan de manera transversal en el andamiaje insti-tucional y en la arquitectura organizativa del sector público, entendiendo que son el sustento de un nuevo tejido de prácticas, valores y cultura que favorece la configuración de una plataforma o ecosistema sobre el cual construir un nuevo modelo de gobernanza abierta y colaborativa, para, con y a través de los ciudadanos. En tal sentido y para que sus frutos sean efectivos, es necesario concebirlo como una política de Estado que supere la lógica temporal de los gobiernos de turno y que se instale como sostén de los permanentes es-fuerzos por modernizar la gestión pública más allá de las doctrinas y enfoques convencionales ensayados en años recientes. Ello, al menos, debiera enfocarse bajo criterios de continuidad, sustentabilidad, transversa-lidad, esfuerzos de largo plazo y visión de conjunto. Y obviamente, un férreo compromiso y voluntad políti-ca no solo de quienes gobiernan sino de todos los ac-tores políticos pues, en última instancia, hablamos de un giro radical en las “reglas del juego” y en el “con-trato social” sobre el que se han construido y legitima-do nuestras modernas democracias hasta ahora.

El fenómeno de la apertura y el ejercicio de la trans-parencia no sólo es un antídoto contra las conductas indebidas y reduce el cómodo blindaje que durante años ha protegido comportamientos opacos y relacio-nes espurias en el espacio político. Es una oportuni-dad para generar valor en forma de credibilidad, con-fianza, respeto y compromiso, todos ellos ingredientes fundamentales que sostienen el corazón de la arqui-tectura democrática, y son la base de la cohesión social

8 En palabras de Don Tapscott (2011) y frente al total agotamiento de instituciones creadas bajo una realidad totalmente diferente a la que experimentamos en el siglo XXI, se debe operar bajo cinco principios emergentes que suponen un esfuerzo transversal de todos los actores y que aluden a: 1) La colaboración (en oposición a la jerarquía); 2) La apertura y transparencia; 3) La interdependencia; 4) El compartir la propiedad intelectual; y 5) La integridad (Tapscott y Williams, 2011).

en torno a un proyecto común. Y es en ese espacio, como punto de partida, desde donde los ciudadanos podrán contar con las herramientas necesarias para ejercer su legítimo derecho a participar, contribuir y colaborar en la consecución del bien colectivo.

En el actual contexto de la cultura digital, las tecnolo-gías y redes sociales permiten muchas cosas: reducir de manera radical los costes de transacción, coordi-nación y comunicación; actuar en tiempo real y con una sincronía sorprendente frente a amenazas, si-tuaciones excepcionales o sucesos nuevos, como una inteligencia colectiva y “conectiva”; compartir infor-mación, generar conocimiento y colaborar en red; etc. Todo ello se sustenta en al menos dos fenómenos: a) La abundancia de información que reduce, al menos nominalmente, las posibilidades de manipulación, censura, asimetrías o monopolios que hasta hace poco estaban en manos de un reducido número de inter-mediarios cuyo rol se debilita en el nuevo escenario (medios de comunicación, partidos); y b) Las posibi-lidades de participación y generación de nuevo cono-cimiento, productos y servicios (individual, colectiva, organizadamente), que surgen de la dinámica interac-ción que las personas desarrollan a través de conectar-se y operar en red (aprovechando el llamado excedente cognitivo9). Todo ello posibilita otra forma de gobernar y construir sociedad y, como hemos señalado antes, ya no es una tarea privativa, exclusiva y excluyente del Estado y sus tradicionales (y en algunos casos, obsole-tas, anacrónicas y deficitarias) instituciones.

Finalmente, este paradigma emergente constituye una suerte de nuevo “software” de código abierto que de-berá pasar la prueba de compatibilidad respecto del “hardware” institucional con el que actualmente ope-ran los gobiernos y sus aparatos administrativos. Este es un desafío de proporciones y de ello dependerá si en el futuro inmediato podemos hablar de un verda-dero y radical cambio desde un nivel básico (de uno a uno, de uno a muchos) donde el gobierno “provee”, “presta” y “comparte” (datos, información, servicios, conocimiento, poder) hacia un nivel más complejo (muchos a muchos) donde los ciudadanos y el gobier-no “co-diseñan”, “co-crean”, “co-producen”, bajo una capa de nuevas prácticas inspiradas en la apertura, la transparencia, la participación y la colaboración.

9 El “excedente cognitivo” se basa en la idea de que todos tenemos tiempo libre que podemos utilizar colectivamente para poder hacer co-sas que serían imposibles a nivel individual, una suerte de superávit de capacidades y conocimientos que podemos disponer para crear cosas (activo social), y dicha capacidad se ve amplificada por el uso intensivo de las redes sociales (Shirky, 2012:21).

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REfEREnCIAS BIBLIogRáfICAS

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OCDE (2010). OECD Guiding Principles for Open and Inclusive Policy Making. Background document for ex-pert meeting on “Building an open and inovative gover-nment for better policies and service delivery”, Paris, 8 – 9 June 2010.------- (2006). La modernización del Estado: el camino a seguir. INAP – MAP, Madrid, agosto de 2006.------- (2003). Open Government: Fostering Dialogue with Civil Society. OCDE.

Oszlak, Óscar (2012). Gobierno abierto: Promesas, su-puestos, desafíos. Trabajo presentado en la VIII Confe-rencia Anual INPAE 2012: “Gobierno Abierto: Por una gestión pública más transparente, participativa y cola-borativa”, San Juan de Puerto Rico, 25 de abril de 2012 [mimeo].

Parks, W. (1957). The Open Government Principle: Applying the Right to Know Underthe Constitution. The George Washington LawReview, 26(1), 1-22.

Ramírez-Alujas, Alvaro (2010). “Innovación en la Ges-tión Pública y Open Government (Gobierno Abierto): Una vieja nueva idea”. Revista Buen Gobierno No. 9:94-133. Disponible para descarga en:http://bit.ly/OqJzUu

Ramírez-Alujas, Álvaro (2011). “Gobierno abierto y modernización de la gestiónpública: Tendencias actua-les y el (inevitable) camino que viene. Reflexiones semi-nales”. Revista Enfoques, Nº 15:99-125. Disponible para descarga en: http://bit.ly/z9EXHT

ClayShirky (2012). Excedente cognitivo: Creatividad y Generosidad en la era conectada. Barcelona: Deusto.

Tapscott, Don y Anthony D. Williams (2011). MacroWi-kinomics. Nuevas fórmulas para impulsar la economía mundial. Barcelona: Paidós.

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pOLíticOs eN redes sOciaLes: ¿es pOsibLe La cONversacióN?

Elena Barrios

Consultora especializada en comunicación

política y estratégica.

[email protected]

Fecha de recepción: 21/08/2012 :: Fecha de aceptación: Extracto de ponencia presentada en Congreso.

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AbstractSomething is wrong. There is a deficit in the use that Spanish politicians make of the social networks. Their activity is largely overacted indicating that they are present in the social networks out of obligation rather than devotion. This stems from a position where they have been obliged to migrate to an environment which is neither familiar to them nor one that they fully unders-tand. Their arrival has been abrupt. Spanish politicians flood the digital world with customs and methods typical of other media forms, promoting propaganda, imposing messages and avoiding dialogue much as they do in their parties, and their presence is, in many cases, wincing.

Keywords: Politics, Social Media, Political Communica-tion, Failure.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ResumenAlgo falla en la comunicación de los políticos españoles en las redes sociales. Es su actuación, aunque quizá la palabra más correcta sea sobreactuación. La actividad de los principales dirigentes políticos en las redes sociales demuestra que están ahí más por obligación que por de-voción. Se trata de una impostura a la que se han visto obligados, han debido migrar rápidamente a un entorno que no conocen y mucho menos comprenden. Su llegada se ha producido de una manera totalmente abrupta. So-breactúan en el mundo digital con modos y costumbres de otros medios: trasladan en la red la propaganda, la im-posición de mensajes y la ausencia de diálogo que practi-can a menudo en sus partidos. Ni entienden ni creen en el medio. Y su presencia, en muchos casos, chirría.

Palabras clave: Política 2.0, Redes Sociales, Comunica-ción Política, Errores.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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i. aNáLisis de La actuacióN pOLítica españOLa eN iNterNet: qué faLLa y pOrqué

Algo falla en la comunicación de los políticos españo-les en las redes sociales. Es su actuación, aunque quizá la palabra más correcta sea sobreactuación. La activi-dad de los principales dirigentes políticos en las redes sociales demuestra que están ahí más por obligación que por devoción. Se trata de una impostura a la que se han visto obligados, han debido migrar rápidamen-te a un entorno que no conocen y mucho menos com-prenden. Su llegada se ha producido de una manera totalmente abrupta. Sobreactúan en el mundo digital con modos y costumbres de otros medios: trasladan en la red la propaganda, la imposición de mensajes y la ausencia de diálogo que practican a menudo en sus partidos. Ni entienden ni creen en el medio. Y su presencia, en muchos casos, chirría.

Las ventajas que suponen la fluidez de la conversa-ción en las redes sociales no ha sido entendida (sal-vo honrosas excepciones) por la gran mayoría de los políticos españoles, que en numerosos casos las usan como nuevos medios donde ejercer la propaganda, perdiendo así la oportunidad de entender al ciudada-no que un día le prestó o no su voto.

Esta incomprensión se traduce en graves errores de comunicación en los que el objetivo final que se per-seguía no es conseguido o incluso llega a tener efecto boomerang. Son innumerables los casos en los que los hashtags introducidos por los políticos se han dado la vuelta y se han convertido en peligrosas armas con-tra ellos mismos. En otras ocasiones, usuarios parti-culares que someten a cuestionarios sumarísimos a sus dirigentes con el fin de lograr una respuesta que anhelaban, son tratados como trolls o “molestadores oficiales”. O a veces, las cuentas de los políticos spa-mean a sus seguidores y se meten en auténticos jardi-nes dialécticos con perfiles del partido contrario, ha-ciendo estéril la conversación y prácticamente inútil su presencia en las redes sociales.

ii. NaturaLeZa de Las redes sOciaLes

Según el informe Nielsen Spain is Digital de junio de 2012, la penetración de Internet en España es de 31,66 millones de españoles, que suponen el 56% de la po-blación. Por redes, Facebook es la más numerosa con 17,4 millones de usuarios, seguida a lo lejos por Twit-ter con 5,3 millones de usuarios, por encima de la es-pañola Tuenti, con 4,4 millones de usuarios.

Uno de los datos más llamativos que recoge este in-forme se refiere al enorme crecimiento registrado en la red Twitter durante el último año llegando a aumen-tar un 162% respecto al número de usuarios del mis-mo mes del año anterior.

Las redes sociales han llegado de forma masiva a los ciudadanos en los últimos años de una manera rápida y bastante definitiva. La facilidad en el acceso a Inter-net y las nuevas tecnologías, la masificación en el uso doméstico de la red, el abaratamiento de las tarifas de navegación, la popularización de los smartphones y la gran accesibilidad que permiten estos, han dotado a las redes sociales de un gran potencial: pueden ser actualizadas por una gran cantidad de usuarios en cualquier sitio y a cualquier hora. El crecimiento po-blacional, y la incorporación de los nativos digitales a la vida laboral, ha acelerado el proceso de digitali-zación de numerosos desconocedores de esta cultura.La cultura de la web 2.0, en la que los contenidos no son fijos sino que permiten y favorecen la participa-ción y la colaboración de los usuarios, es otro de los componentes de la filosofía que subyace a la existen-cia de estas redes. La transparencia, la honestidad, la crítica, el humor y la independencia son los valores en los que se sustentan las relaciones personales en Internet. Y sin entender y adoptar estos principios, es prácticamente imposible tener una presencia coheren-te o no denunciable en un medio especialmente hábil para detectar los errores de los demás y ponerlos en circulación a gran velocidad.

iii. GraNdes errOres pOLíticOs eN Las redes sOciaLes

Uno de los errores más comunes que se repiten en numerosas cuentas oficiales, y que más incompren-sión despierta por parte de los Community Managers -acostumbrados a manejar múltiples cuentas en las distintas redes sociales-, es el de la actualización de estado con opiniones del tipo que un mensaje “oficial” nunca habría hecho.

Por ejemplo, cuando el PSOE se debatía internamente entre los candidatos posibles para suceder a Zapatero al frente del partido, desde la cuenta oficial del PSOE se lanzó el siguiente mensaje: “Con una candidata po-demos ir a peor. Y con el otro no vamos a ninguna par-te. ¿Qué ha pasado con la cantera?”. El error, que es bastante grave al emitirse el mensaje desde la cuenta oficial, criticando –supuestamente- a los dos posibles candidatos (Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalca-ba), se magnifica en las redes sociales cuando no se má

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reconoce el fallo, se echan las culpas a otros y se eli-mina el mensaje. Si está mal no reconocer los errores, mucho peor es tratar de ocultarlos. Sobre todo porque en Internet siempre hay alguien dispuesto a guardar la imagen para tener pruebas de lo que se denuncia. Y además, es todo lo contrario de lo que los usuarios de Internet entienden por honestidad y transparencia.Este mismo tipo de error ha salpicado a uno de los miembros del Gobierno de Mariano Rajoy, concreta-mente a la Ministra de Empleo Fátima Báñez. El 10 de junio de 2012, justo cuando se acababa de conocer que se pediría un rescate financiero de España a la Unión Europea, la Ministra de Empleo del país con mayor índice de paro de Europa lanzaba el siguiente tuit:

Las críticas llovían inmediatamente por todo lo largo y ancho de la blogsfera y de Internet. Hubo una rápida rectificación, pero no la debida: la eliminación del co-rrespondiente tweet aclarando que no correspondía a la ministra ni a su equipo. Posteriormente, una sucin-ta justificación alegando una travesura infantil. Nada parecido a una petición de disculpas.

Los equipos de los gabinetes siguen pensando que en Internet los errores basta con hacerlos desaparecer, bo-rrar el tuit, eliminar el comentario en Facebook o blo-quear al usuario. Los políticos y sus equipos no han entendido aún cuál es el poder de la conversación, no saben de humildad, transparencia, honestidad o vera-cidad. No conocen los principios bajo los que rigen las relaciones sociales en Internet.

iv. La Guerra de LOs haGstaGs

Es otra de las demostraciones más claras del descono-cimiento profundo que los políticos y sus equipos tie-nen acerca del comportamiento de las redes sociales. Acostumbrados a medir la política según los teletipos, en base a los titulares que se obtienen en los diarios, al número de columnistas que les alaban o critican, a la cantidad de entradas en los boletines de las radios que les solicitan o al número de entrevistas televisivas que tienen que atender, los políticos españoles sólo co-nocen una manera de medir su éxito en comunicación: con cifras.

Sólo así entendemos que muchos de ellos sólo tuvie-ran interés por conocer el número de fans que tenía su página en Facebook, la cantidad de “me gustas” que había obtenido tal publicación, o la cifra de feis-buqueros que habían comentado alabándole su última actualización en esta popular red social. Y una vez en Twitter, el gran error lo cometieron los equipos de los partidos que llevaban las cuentas oficiales del partido o del candidato en cuestión.

Así, por ejemplo, desde el equipo del Partido Popular se decidió en la precampaña electoral de 2011 denun-ciar las recientes medidas adoptadas por el Gobierno de Zapatero recortando sueldo y subiendo impuestos. Fue el director de campaña González Pons quien lan-zó el hashtag #recortesPSOE.

Al poco, y una vez que había logrado un gran núme-ro de seguidores retuiteando sus mensajes y lanzando sus propios tuits bajo esta etiqueta, completó el men-saje en positivo añadiendo un nuevo hashtag #solucio-nesPP. Muchos seguidores de ese partido comenzaron a tuitear con ese hashtag alabando las bondades del programa popular, y convirtiéndolo en Trendic Topic (TT) mundial justo por detrás de la primera etiqueta

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[Imagen 2]

[Imagen 1]

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que ellos mismos habían iniciado. Pero como todo se puede dar la vuelta en Internet, ocho meses después de que se hiciera TT y que tuviera resonancia también en los medios de comunicación tradicionales, esta eti-queta continúa siendo usada, pero no siempre como le gustaría a los dirigentes del PP (imagen 2).

En las redes sociales hay que prever con anterioridad las posibles reacciones a lo que se inicia, ya que en cualquier momento puede volverse en contra. Crear una etiqueta que sea masivamente seguida en Twitter es un éxito inicial que fácilmente se convierte en un arma de doble filo. Y es que…

…hay hashtaGs que LOs carGa eL diabLO

Otro caso se produjo durante la precampaña de las re-cientes elecciones generales en España. En un primer momento, fue el equipo del Partido Socialista quien arrancó presentando al candidato con una fuerte apuesta en redes sociales. Se lanzó el hashtag #Rub-alcabaSI para hacer fuerte el eslogan del candidato en las primeras horas de darse a conocer y “ganar” la pri-mera batalla en este medio online. No tardó en hacer aparición el afilado colmillo de muchos tuiteros, y se pudieron leer tuits en los que se acompañaba el men-saje ideado para arropar al candidato desacreditando su capacidad para gobernar.

“#RubalcabaSI sabe vivir del cuento”“#RubalcabaSI puede hundir este país”“#RubalcabaSI estaba cuando se subió el IVA, re-cortaron pensiones y llegamos a 5 millones de pa-rados. ¿Por qué ahora es distinto? #Rubalcabayaes-taba.

Junto al hashtag oficial aparece #Rubalcabayaestaba, que el PP sacó para hacerle frente y que consiguieron situar también entre los más seguidos. En él, numero-sos datos recordaban la etapa felipista del candidato que se presentaba como modelo de renovación dentro y fuera de su partido. El colofón del efecto boomerang vino unos meses después, durante la campaña para las autonómicas andaluzas. El candidato popular, Ja-vier Arenas, sufrió una campaña viral que arrancó en YouTube con un vídeo basado en el hashtag #Arenas-yaestaba y que se convirtió en TT.

Algo similiar vivió el Partido Popular tras convertir en hashtag su propio eslogan electoral para lanzarlo en Twitter e iniciar una nueva e inútil batalla de co-municación online. #Sumatealcambio logró ser TT en

muy pocas horas, hecho que llenó de orgullo a las filas populares. Sin embargo, el hecho que le llevó al podio no era bajo ningún caso motivo de orgullo. Algunas de las publicaciones de esta etiqueta que hicieron posible su llegada a TT mundial, fueron mensajes del tipo:

“Quitar la ley del aborto, del matrimonio LGTB, de Igualdad, educación pública, sanidad, tú #sumate-alcambio que verás…”

“Porque soy antiabortista, homófobo, xenófobo, rico, empresario, español de los de verdad y católi-co. Por esto y más, #sumatealcambio”

“#sumatealcambio Puedes votar a un ex ministro o a otro ex ministro…”

Claro, que si descubrimos cómo este hashtag pudo lle-gar a estar entre los más usados del momento, muchos sentirán vergüenza al descubrir las trampas infantiles que llegan a ser usadas por los equipos electorales. Además de perder la credibilidad te conviertes en un auténtico spamer, la práctica más indeseable de la co-municación de masas en Internet.

Pero hay más casos. De hecho, una de las grandes ba-tallas electorales que tuvieron que pelear los equipos de ambos partidos fue la online. Lo que es cuestiona-ble, bajo nuestro punto de vista, es si estas batallas se libraban en la dirección adecuada. De hecho, unos días más tarde, en pleno inicio de la campaña elec-toral, en plena noche de pegada de carteles, desde el PSOE conseguían “colocar” entre los más seguidos su petición del voto. Pero como era de prever, no era más que un éxito efímero que en el reino de la ironía y el descrédito por los políticos no tenía ningún sentido, ya que se había conseguido con todo tipo de tuits:

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Queda patente la falta de visión global que los polí-ticos tienen sobre lo que significa y suponen para los internautas el uso político de las redes sociales. En un entorno excesivamente crítico con todo lo establecido, en un medio de libertad absoluta, transparencia y ho-nestidad, los políticos y sus partidos han entrado en las redes sin los conocimientos ni las actitudes básicas recomendadas, han aterrizado sin paracaídas ni dic-cionario. De hecho, en muchos casos se están dejando llevar por el falso éxito de lo cuantitativo, la mera di-fusión de mensajes, conseguir el ansiado TrendicTo-pic, obtener más amigos que el oponente o más retuits de los mensajes elaborados concienzudamente por los gabinetes de prensa de los partidos y reenviados por un ciego seguidismo doctrinario que consigue el efecto contrario al deseado: spam político en lugar de diálogo (I. Martín Granados, 2012: 30).

En la mayoría de los casos, en lugar de apoyarse en es-trategias consistentes de comunicación online –asen-tadas sobre métodos de escucha activa permanente y alineadas con la comunicación tradicional y con obje-tivos claros– es un campo en el que la improvisación campa a sus anchas, llenando Internet de dramáticos errores que causan daños inesperados (C. Calderón, 2010: 3).

Y es que los objetivos de una campaña digital debe incluir, entre otras cosas, participar activamente en las redes sociales, no sólo para publicitar las actividades de campaña a través de la inserción de videos de los actos públicos en YouTube o de audios con las cuñas de campaña en podcaster, sino también para comuni-car directamente con los seguidores y los ciudadanos en redes como Facebook o Twitter (Crespo, Garrido, Carletta y Riorda, 2011: 220).

Esto nos da una idea de qué es lo que falla en la con-versación del político con el ciudadano en las redes sociales. En realidad es que siguen viendo estos ca-nales como medios de propaganda política tradicio-nal. En raras ocasiones se transforma en un encuentro verídico con ciudadanos reales a través de las nuevas tecnologías de una manera abierta y transparente.

vi. eL debate

¿Podemos decir entonces que no hay debate de los po-líticos con los ciudadanos a través de Internet y las re-des sociales? Sí existe, el debate con los ciudadanos se produce por diferentes canales. Pero suele dejar cierto regustillo de insatisfacción, generalmente provocado por la falta de transparencia y el alejamiento de la sen-cillez en la conversación.

Veamos lo que ocurrió en una de las primeras inicia-tivas tuiteras que tuvo el recién designado candidato Alfredo Pérez Rubalcaba tras su llegada a esta red so-cial. El espacio 2.0 de la calle Ferraz se estrenó con una arriesgada aventura de encuentro con el ciudadano a través de Twitter, disponiendo el hashtag #rubalcaba-contesta para que los tuiteros pudieran realizar sus preguntas. Ante las cámaras de una cadena privada de televisión, el candidato respondió al día siguiente las que habían sido previamente seleccionadas por su gabinete previamente.

Como era de esperar –por cualquiera que tenga un mínimo conocimiento de cómo funcionan las redes sociales en general y Twitter en particular–, la etiqueta se convirtió en Trendic Topic, pero recogió todo tipo de preguntas al dirigente socialista que en su mayoría servían para poner la nota de humor del día. Estos son algunos de los mensajes que se registraron:

#Rubalcabacontesta ¿Dónde puedo realizar el trá-mite para nacionalizarme sueco? #Rubalcabacontesta cuándo vas a tener una rela-ción formal, estable y duradera?

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#Rubalcabacontesta Si pudieras pedir un helado y fuese el último de tu vida ¿de qué sabor sería? #Rubalcabacontesta Eres más de Nesquick o de Co-laCao? #Rubalcabacontesta Rubias o morenas?

Sin embargo, el fallo de la iniciativa no se encuentra tanto en la hilaridad que producían algunas de las preguntas formuladas al candidato, sino en la escasa inmediatez y transparencia con la que se desarrolló el formato. Aunque la iniciativa estuvo cargada de bue-nas intenciones, dejó a los usuarios interesados en ex-plorar nuevas formas de relacionarse con sus políticos con un cierto sabor descafeinado.

Tanto fue así, que poco después este mismo equipo quiso intentar probar las mieles del éxito de la comu-nicación eficaz en las redes sociales. En este caso, se dejaron asesorar por alguien que conocía el medio a la perfección y gestaron una “twittentrevista” que sería retransmitida en directo por twittcam y moderada por el experto en comunicación Antonio Gutiérrez-Rubí. Aunque el resultado del hashtag elegido para la oca-sión, #Yorespondo, tuvo también una resonancia simi-liar al anterior por el humor de los mensajes.

En esta ocasión, de nuevo el candidato se sometió a las preguntas de los twitteros, que eran seleccionadas por el moderador según su propio criterio, y debían ser respondidas en 140 caracteres. El resultado fue bas-tante aceptable y el equipo de campaña contestó des-pués en diferido desde el perfil oficial todas aquéllas cuestiones que habían quedado en el tintero, utilizan-do para ello la plataforma Storify.com.

vii. Las hONrOsas eXcepciONes

Porque las hay en España, y porque son honrosas, las excepciones merecen una especial mención. Son los dirigentes políticos que son capaces de mantener con-versaciones desde sus cuentas en las redes sociales. Tienen iniciativa, creatividad, autonomía y se desta-can en su mayoría por su transparencia y franqueza en el trato con los demás usuarios de Internet.

Es el caso, por ejemplo, del actual Lehendakari vas-co, el socialista Patxi López. Este político actualiza y mantiene su blog personalmente, con la frecuencia que considera necesario. La autonomía que tiene en el manejo de estas herramientas se traduce en una gran naturalidad, frescura en sus actualizaciones y trans-parencia en sus iniciativas. Con un poco que se le ob-

serve se descubre que cree de verdad en la ayuda que suponen las nuevas tecnologías, que no es una impos-tura y que se siente cómodo manejando sus cuentas personalmente.

Patxi López, además ha sido el primer dirigente po-lítico español en someterse a una twittentrevista. En febrero del año 2009, se ofreció a responder a todas las preguntas que le formularan los tuiteros, en fecha determinada, bajo el hashtag #PatxiLopez, compro-metiéndose a responderlas todas. Debido a la gran cantidad de cuestiones planteadas, y cumpliendo su palabra, terminó de responder aquéllas que el tiem-po le privó de hacer en un post de su blog (puede ser consultado en www.patxilopez.com/2009/02/twit-ter-entrevista).

Dentro de las honrosas excepciones de la política es-pañola debemos citar también, obligatoriamente, a Cristina Cifuentes, (@ccifuentes) actual Delegada del Gobierno en Madrid y anterior Vicepresidenta del Parlamento de Autonómico de Madrid por el Partido Popular. Asegura que las redes sociales suponen un instrumento eficaz para estar cerca de los ciudadanos y reconoce que debería ser más usado por los políticos para conocer de verdad sus preocupaciones.

Otro destacado político muy activo en las redes socia-les es José Antonio Rodríguez Salas, el alcalde de un pequeño pueblo granadino, Jun, reconocido en Twit-ter como @alcaldejun y como @JoseAntonioJun. Este dirigente socialista andaluz, ha protagonizado nu-merosas noticias y reportajes televisivos por su inte-rés en acercar la tecnología a sus vecinos, presume de resolver de manera inmediata las quejas que le llegan vía Twitter y tiene el honor de haber sido el primer alcalde español en convertir el acceso a Internet en un servicio municipal.

Otro de los pocos políticos españoles que destacan por el uso que hacen de los medios sociales es Juan Igna-cio Zoido, alcalde de Sevilla (@zoidoalcalde). Él ase-gura que descubrió el potencial de las redes sociales a través de Twitter. Y aunque reconoce que no siempre tiene tiempo para gestionarla él mismo, suele ocupar sus ratos libres en el coche leyendo su timeline desde el teléfono móvil.

Otro caso destacable es el de Esperanza Aguirre. Aun-que desde su cuenta reconoce que su twitter está ma-nejado por ella y por su equipo, es un caso digno de mención. En el año 2010, cuando la presidenta de la

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Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, afirmó en unas declaraciones a la prensa que ella había desta-pado el famoso caso de corrupción política Gürtel, la comunidad de Twitter no pudo reprimir la reacción. Instantáneamente nació el hashtag #Aguirrefacts bajo el que todos sacaban jugo a su gallardía convirtiéndo-la en hacedora de todo tipo de bienes para el país y el universo entero si hacía falta. Fue un sonadísimo TT que hacía estallar en carcajadas a todo aquél que co-menzara a leerlo. El giro llegó cuando desde su cuenta oficial se participó en la conversación con el tuit:

La presidenta del PP madrileño demostraba su senti-do del humor riéndose de sí misma junto a miles de usuarios de Twitter. Hacía referencia a la reciente apa-rición en rueda de prensa que hizo en un aeropuerto tras vivir un atentado sin incidentes en un hotel en el extranjero. Había sido muy comentado el inusual atuendo de Aguirre, que no tuvo reparo en lucir en televisión unas sandalias con unos calcetines puestos, algo del todo inaceptable por los cánones de la estética española. Pero supo sacarlo a relucir en el momento adecuado, con el hashtag correspondiente y partici-pando de la conversación. Fue todo un ejemplo, de esos que merecen ser contados. Por desgracia, no sue-len repetirse.

viii. ¿pOr qué es iNeficaZ La preseNcia de pOLíticOs eN Las redes?

Habría que buscar la razón en el desconocimiento profundo que tienen acerca de estos medios. Sin saber el potencial que dan las redes para conocer los proble-mas de los ciudadanos es difícil querer tener interés en adoptar nuevas medidas que le obligarán a cam-biar irreversiblemente su modo de relacionarse con la ciudadanía y con sus votantes.

Pero no sólo eso. Es posible que sea una ignorancia consciente, ya que lo poco que pueden conocer de las redes sociales es algo que a la mayoría de los políti-cos españoles –ceñidos a modos muy antiguos- no les gusta: y es que la información y la opinión en Internet no es controlable, pulula con libertad.

La clase política española tiene sus virtudes, pero en-tre sus defectos se encuentran los de ser un tanto oli-gárquica, endogámica y bastante encorsetada en sus clichés por lo general. Con frecuencia, desde ella se puede mirar con recelo cualquier nueva manera de ac-tuar que no responda a lo ya hecho y conocido hasta el momento y les haga perder algo de su poder. En cierto modo, esta actuación autárquica pretendería que los políticos dependieran sólo de ellos mismos y no de los ciudadanos, a pesar de que tuviera que someterse a su dictado cada 4 años. Es posible que en realidad lo que no quieran es perder parte de su poder ni de su control de la situación.

Porque la política española generalmente maneja mensajes ajustados, muy elaborados de acuerdo a los argumentarios. Se emiten de manera unidireccional. Y están acostumbrados a que los mensajes que les in-teresan sean introducidos con total comodidad por distintos medios con gran exactitud y siempre con un fuerte control de los mismos.

Frente a esto -que es lo conocido- se ven obligados a entrar en un mundo que no conocen ni controlan; en un mundo del que muchos de sus compañeros salie-ron tras haber cometidos gravísimos errores; en un mundo que es sobre todo muy inmediato, completa-mente libre y donde no es posible ejercer el control sobre él como sobre el resto de los medios de comuni-cación se pueda ejercer en algún momento; y lo que es peor: deben meterse en ese mundo a pesar de conside-rarlo una moda pasajera.

En gran parte, hay un gran miedo a perder el control de lo que se dice y de la situación. Pero la inmedia-tez que conlleva la relación en las redes sociales no quiere decir que no exista digestión o prevención. La ciudadanía digital dispone de suficientes mecanismos de ponderación y diversidad y pluralidad de fuentes para evitar que lo último se convierta en definitivo. Sin embargo, el riesgo definitivo radica en la opacidad de la praxis política e institucional. (A.Gutiérrez-Rubí, 2011: 54).

Por eso, muchos de los políticos españoles, en vez de confiar en estos medios como canales eficaces para estar más cerca de los ciudadanos, desconfían de sus bondades y se alejan aún más de los intereses de sus votantes al no querer escucharles y al no querer siquie-ra aprender su lenguaje. Y esto se produce, sobre todo, porque en los casos que los equipos que manejan las cuestas son profesionales de la comunicación expertos

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en el manejo de las nuevas herramientas, se sienten devorados por el propio funcionamiento de la maqui-naria del partido, impidiéndoles hacer su trabajo con libertad o haciéndoles partícipes y contagiándoles de preocupaciones por cuestiones que no son las que fi-nalmente importan a los ciudadanos.

En otras ocasiones, quienes se encuentran detrás de las cuentas de los partidos y los políticos son personas de confianza integradas dentro de la propia estructura del partido, sin experiencia ni conocimientos suficien-tes acerca de la comunicación en las redes sociales y mucho menos la comunicación política. Lo que hacen allí, en muchos casos, no es más que alentar los áni-mos de sus compañeros de partido, exhortando nue-vas y viejas consignas políticas a los suyos. Éstos son los que se enorgullecen de haber conseguido convertir en Trendic Topic un hashtag que ellos mismos crea-ron, sin querer valorar que estos hayan sido usados multitud de veces en su contra.

Desde las redes sociales de los partidos y de los polí-ticos en España no se hace proselitismo con el fin de conseguir nuevos convencidos de la causa, nuevos ciudadanos dispuestos a dar su voto y su confianza al político que un día le habló por Facebook. En realidad su actuación va dirigida hacia el autobombo, huyendo de toda crítica e insuflando ánimos entre las filas de su propio partido. Si una de las claves de la comunica-ción política actual es la segmentación de los mensajes que se lanzan, con el fin de adaptarlos a la audiencia a la que se dirigen, podríamos decir que en España parece que hubieran fundido todos los segmentos en un único vector, que es el de alimentar sus propios ánimos.

En definitiva, podemos concluir que los políticos espa-ñoles no han entendido que en Internet habitan sobre todo colectivos que no siguen la información en los medios de comunicación tradicionales y que han de-sarrollado un cierto sentimiento de desafección sobre la política democrática, como son los jóvenes y otros grupos minoritarios (Norris, 2000:121). No han com-prendido que es a ellos a quienes dirigen sus mensajes y que, en consecuencia, deben adaptarlos adecuada-mente para que la comunicación sea efectiva y cumpla uno de sus primeros requisitos: la de llegar y conven-cer al receptor, al ciudadano, al posible votante.

Resulta curioso que esto ocurra en un país que, en el año 2004, vio cómo el teléfono móvil se convertía en un potente canal de comunicación (la cadena de SMS

del “Pásalo” tras los graves atentados en Atocha el 11 de marzo), con capacidad –en un hecho sin preceden-tes- de movilizar a una sociedad entera, trasladarla a la calle y transformar el sentir de descontento en un cambio en la intención de voto, dando la vuelta a los resultados electorales que previeron todas las encues-tas (Vara, 2006: 274). Es evidente que la sociedad espa-ñola maduró en el proceso comunicativo tecnológico hace tiempo. Sus políticos, no.

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REfEREnCIAS BIBLIogRáfICAS

Calderon, C. (2010), “It’s the internet, stupid!” El molini-llo, nº 19-ene, ACOP.

Crespo, I., A. Garrido, I. Carletta y M. Riorda (2011), Ma-nual de comunicación política y estrategias de campaña. Can-didatos, medios y electores en una nueva era, Buenos aires, Biblos.

Gutiérrez-Rubi, A. (2011), La política vigilada. La comunica-ción política en la era de wikileaks, Barcelona, EOC.

Martin Granados, I. (2012), “Los desafíos de la comuni-cación, los nuevos retos de la política. La comunicación política en época de crisis”, Campaigns & Elections (espa-ñol), nº 26-jun, Political World Comunications y Política on line S.A.

Nielsen (2012) Spain is digital. Tendencias y consume ‘onli-ne’ en españa. Informe anual.

Norris, P. (2000), A virtuous circle: political comunications in postindustrial societies, Cambridge University Press.

Vara, A., J. R. Virgili , e. Gimenez, M. Díaz (2006), La co-municación en situaciones de crisis: del 11-m al 14-m, Pam-plona, Eunsa.

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campañas diGitaLes:

eL rOL de Las redes sOciaLes eN La ÚLtima campaña presideNciaL chiLeNa

Bastián González BustamanteInvestigador Integrar Consultores y

Editor Revista Ballotage.

[email protected]

Gabriel Henríquez MuñozDirector Revista Ballotage.

[email protected]

Fecha de recepción: 21/08/2012 :: Fecha de aceptación: Extracto de ponencia presentada en Congreso.

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AbstractAlthough television has been traditionally the main channel of mass communication between candidates and electors, social media has emerged as a new channel, be-coming a relevant platform where a dynamic flux of in-formation is shared by electors and candidates.The role of social media can be considered from a classical perspecti-ve, in other words, as a tool or asset to be managed. Or, it can also be viewed as a new dimension of development that encourages political participation.

Considering the Barack Obama’s 2007-2008 presiden-tial campaign established an opening point in the use of new technologies of information and Internet in electoral campaigning throughout the world, the main objective of our work is to evaluate the role of social media in the last Chilean presidential campaign.

Keywords: Social networks, elections, Internet, electro-nic democracy.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ResumenSi bien la televisión ha sido tradicionalmente la princi-pal instancia de comunicación masiva entre candidatos y electores, las redes sociales han irrumpido como una nue-va instancia, convirtiéndose en una plataforma relevante donde tiene lugar un gran flujo de información que com-parten tanto electores como candidatos.Se puede conside-rar el rol de las redes sociales desde una perspectiva más bien clásica, es decir, como una herramienta o un activo a gestionar; o se puede considerar como una dimensión de desarrollo que potencia la participación política.

Considerando que la influencia de la campaña presiden-cial de Barack Obama marcó un punto de apertura con respecto al uso nuevas tecnologías de información e In-ternet, el principal objetivo de nuestro trabajo consiste en evaluar el rol de las redes sociales en la última campaña presidencial chilena.

Palabras clave: Redes sociales, elecciones, Internet, de-mocracia electrónica.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

braNdiNG O partici-pacióN pOLítica?

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i. iNtrOduccióN

La última elección presidencial en Chile se realizó el año 2009 con una segunda vuelta a principios de 2010. Esta elección estuvo marcada por una serie de particularidades. La primera, y más llamativa, es que fue la elección en que la Concertación de Partidos por la Democracia, coalición de gobierno que ostentó el poder durante veinte años en Chile, fue derrotada. El triunfo de la Coalición por el Cambio, de la mano de Sebastián Piñera, generó una alternancia en el poder después de cuatro gobiernos concertacionistas. Otra particularidad, quizás menos llamativa en términos generales, pero de gran importancia para el presente artículo, es que fue la primera elección presidencial en Chile, luego de la experiencia de Barack Obama, donde existió un fuerte uso de tecnologías ligadas a Internet en la construcción de la campaña. Obama fue pionero en aglutinar y coordinar una serie de aplica-ciones de redes sociales logrando una fuerza nunca antes vista en la recolección de fondos, organización local y respuesta a las anti-campañas de sus conten-dores; finalmente consiguiendo los votos para obtener el triunfo electoral.

Este artículo presenta una breve reflexión sobre el pro-ceso de mediatización de la política y el concepto de democracia electrónica, lo que constituye un marco para abordar el rol de las redes sociales online en la úl-tima campaña presidencial chilena. Se ofrece una ca-racterización de las campañas digitales de tres de los cuatro candidatos presidenciales en la elección 2009-2010 y dos casos relacionados con el uso de Internet y redes durante la campaña.

ii. ¿deL “spiN dOctOriNG” a La demOcracia eLectróNica?

Si bien el rol de la propaganda y su relación con las masas son abordados desde el siglo XIX a través de conceptos como el de psicología de masas o trabajos durante la época de las guerras mundiales, solo hace medio siglo que las campañas electorales en sistemas democráticos han pasado a depender en gran medida de los medios de comunicación masivos, en particular de la televisión. Este fenómeno, conocido como me-diatización de la política, significó una simplificación tremenda de la actividad política, pues ésta se centró en las percepciones mediante las cuales los ciudada-nos realizan un aprendizaje del candidato a través de un monitoreo en los medios, el cual, por lo general, no suele ser muy exhaustivo (Tironi y Cavallo, 2007).

Es por esto que el público masivo generalmente no suele encontrarse realmente informado sobre asuntos públicos, ya que sus opiniones carecen de contenido político real pues han sido formuladas en base a un monitoreo rápido y se sustentan en una especie de racionalidad de baja intensidad en base a lo que tem-pranamente se denominó cognitive short-cuts (atajos cognitivos) (Campbell et. al. 1960).

Es en este contexto que el spin doctoring1 se vuelve una práctica habitual en una suerte de democracia sin ciudadanos donde el consumo desplaza fuertemente a la opinión pública (Tironi y Cavallo, 2007). Esto se relaciona directamente con la predisposición política de las personas, la cual puede ser afectada por varia-bles de corto, mediano y largo plazo, es decir, modelos racionales, hitos importantes y características hereda-das y estables (Arriagada et. al. 2010)2. Considerando la abundante información disponible, los individuos deben escoger contenidos, lo que realizan evitando aquella información que genera inconsistencias en sus preferencias (Iyengar y Bennett, 2008).

Por otra parte la creciente decepción social con res-pecto a la actividad política y la actual crisis de re-presentatividad ligada a los partidos políticos y a su incapacidad para reproducir rasgos de la sociedad que intentan representar, mirada desde el desempeño particular de los actores investidos por cargos de re-presentación, sugiere que los mismos actores podrían preferir el spin doctoring y una democracia permanen-temente representativa y de carácter vertical, en lugar de una democracia más participativa. En un escenario donde modelos de voto racional resultasen más expli-cativos que otros, al político tradicional le convendría mostrarse como una mercancía más de consumo, so-bre la cual el elector solamente ve unos cuantos ras-gos que le son ofrecidos y toma una decisión. De este modo, una intervención más acuciosa y comprometi-da del elector en términos participativos, mermaría la ventaja del candidato, haciéndolo más responsable y vulnerable a la crítica.

1 De acuerdo a Tironi y Cavallo (2007) la necesidad que tienen los gobiernos de dar a conocer intenciones o propósitos en un tono favo-rable ha originado lo que países anglosajones han bautizado como spin o spinning. A quienes se han convertido en expertos de esta técnica se les ha denominado spin doctors. Esta situación se ha hecho extensiva al plano electoral, sobre todo porque los candidatos incumbentes suelen buscar creditclaiming –esto sucede también cuando no es el candidato el incumbente; sino que lo es la coalición que lo respalda, situación que genera que coaliciones desafiantes busquen reclamar crédito por su desempeño como oposición–.2 En este sentido, mientras el modelo de Columbia está asociado a características personales como raza, religión, etnia, etc. el modelo de Michigan se centra en procesos de socialización. Un tercer modelo es el de Rochester, asociado al voto económico o racional. má

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Lo anterior es identificable en las campañas digitales, pues éstas sugieren un cierto quiebre en la forma de llegar al elector y, por ende, redefinen, al menos en teoría, los vínculos entre políticos y ciudadanos. En este sentido, los políticos tradicionales, que ya saben manejar campañas donde prevalece el spin doctoring, se ven en una situación incómoda; donde deben deci-dir si seguir con métodos tradicionales o apostar por una nueva relación elector-candidato, lo cual natu-ralmente implica un riesgo importante. En efecto, el vínculo de representatividad podría ser redefinido, de ahí el optimismo de quienes creen en el concepto de democracia electrónica.

Es así como el panorama de las campañas electorales sufre una suerte de remezón a la luz del nuevo mi-lenio y los avances tecnológicos. Esto porque dichos avances parecieran ofrecer una importante ventana de oportunidad en el contexto de las democracias modernas. Una ventana que otorga la posibilidad de rectificar aquel funcionamiento democrático sin ciu-dadanos y pasar del spin doctoring a una democracia más participativa basada en una democracia electró-nica. En esta línea, Internet a todas luces ha sido un fe-nómeno revolucionario y es considerado por muchos como una plataforma que además de ofrecer grandes cantidades de información, permite nuevos tipos de interacciones sociales y políticas. En lo que respecta a esta última arena, se ha generado un gran interés en relación a las posibilidades que ofrece la irrupción de las nuevas tecnologías con respecto a una eventual transformación y mejora de las democracias actuales (Barreda, 2008).

El uso de medios electrónicos efectivamente reduce los costos de la participación política e información de la ciudadanía (Rheingold, 2000; Shane, 2004). Esto ocurre porque la digitalización del proceso democrá-tico permite la generación y difusión de grandes can-tidades de información a bajos costos, generando así mayor accountability.

Lo anterior podría situarse en un extremo más bien optimista respecto a la denominada democracia elec-trónica, pues se considera que las nuevas tecnologías de información contribuyen a otorgar más poder a la ciudadanía, haciéndola participe de los procesos de decisión política, mejorando la comunicación y la proximidad entre gobernantes y gobernados; redu-ciendo los costos de transacción mediante más acceso a la información (Barreda, 2008). Esta suerte de cibe-roptimismove en Internet una serie de potencialidades

que permitirían superar los actuales problemas de representatividad y caminar hacia una democracia más participativa y directa. Sin embargo, otros auto-res como Nie (2001) ofrecen una visión más negativa, pues señalan que el uso de nuevas tecnologías, par-ticularmente Internet, generan un desplazamiento de actividades importantes para la participación políti-ca como proceso en sí misma. Actividades tales que permiten, por ejemplo, el desarrollar sentido de per-tenencia hacia organizaciones claves en los procesos democráticos.

En este contexto, la campaña de Barack Obama resultó novedosa pues tomó las tecnologías existentes y las convirtió en una ventaja. El uso de redes sociales e Internet fue parte integral de su estrategia, fue usado para levantar fondos e incluso, más importante, para desarrollar un movimiento de voluntarios empode-rados, quienes sentían que podían hacer una diferen-cia siendo partícipes de su campaña (Chang, 2010). Obama apostó por la incorporación masiva de jóve-nes con experiencia en temas tecnológicos e Internet, quienes en el engranaje de la campaña se ubicaron al mismo nivel que los tradicionales directores políticos o encargados de comunicaciones. El factor juventud resultó vital para crear fuerza en las bases y para el diseño de la campaña digital. Esto fue en parte lo que los comandos presidenciales en Chile reconocieron. Aunque por diversas razones, el “factor joven” fue ex-plotado de manera distinta por cada candidato, más aún, las tensiones entre las estructuras tradicionales y digitales fueron latentes, sobre todo en el caso de la Concertación.

iii. La campaña presideNciaL 2009-2010 eN chiLe

A casi veinte años de dominio de la Concertación como coalición de gobierno, la campaña 2009-2010 resultaba una dura prueba para el continuismo. Mien-tras que para la oposición Sebastián Piñera parecía ser el único con posibilidades, la Concertación sufría una importante escisión con la candidatura de Marco Enríquez-Ominami, quien representó a un sector de centro-izquierda desencantado con la Concertación. Además tuvo la habilidad de presentar un discurso moderado, cercano al centro político, que le permitió presentarse como candidato transversal, cautivando así incluso a sectores de centro-derecha.

Por otra parte, la izquierda presentaba como candida-to a Jorge Arrate, quién representaba a la tradicional izquierda chilena.

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La campaña electoral de Piñera se basó en tres gran-des temas de acuerdo a Castiglioni (2010): la idea del cambio, la apertura en temas de libertades civiles e individuales y la seguridad pública. Por otra parte, Eduardo Frei, el candidato de la Concertación, trató de conjugar las ideas de cambio y continuidad, apos-tando por ampliar las políticas de protección social impulsadas por Michelle Bachelet.

A continuación se evalúa brevemente el rol de las re-des sociales online en la última campaña presidencial chilena a través de una caracterización del uso dado por tres de los cuatro candidatos presidenciales y sus equipos electorales. Los casos abordados son Jorge Arrate, Eduardo Frei y Sebastián Piñera3, se excluye Marco Enríquez-Ominami pues no se logró recabar suficiente información sobre su caso4. Se realiza una evaluación de las distintas estrategias usadas, en base a lo cual se busca dar cuenta si las redes sociales se utilizaron como una herramienta de posicionamien-to (branding) o como una dimensión de participación dentro de la misma campaña. Adicionalmente se des-criben dos experiencias sobre uso de redes sociales e Internet que no tienen que ver con los comandos de los candidatos: la primera es el caso de una actividad organizada por las juventudes políticas de la Concer-tación al margen de la campaña y la segunda se refie-re al seguimiento de debates televisados a través de Twitter.

3.1 El caso de Jorge ArrateEl comando digital de Jorge Arrate comenzó a trabajar en julio de 2008, con solo una persona a cargo del tema digital. En marzo de 2009 el equipo se amplió con la participación de un periodista, sin embargo, el nivel de profesionalización del comando digital fue bas-tante reducido, pues no solo existía un equipo muy limitado en términos de número de profesionales aso-ciados, sino que además estos trabajaban medio tiem-po. Por otra parte, el equipo no fue conformado por expertos en temas digitales, sino más bien por adeptos al candidato, aunque cabe señalar que contaron con asesorías ad honorem esporádicas, las cuales a pesar de la falta de periodicidad inyectaron a ratos mayor dina-

3 La información presentada es producto de la aplicación de diversas entrevistas e información recolectada a través de fuentes indirectas.Agradecimientos especiales a Luz Moreno, estudiante de pregrado de la Universidad de Chile, por su ayuda en la transcripción de entrevis-tas.4 Cabe señalar que la campaña digital de Marco Enríquez-Ominami fue bastante dinámica y de alto impacto, además el candidato presentó un alto nivel de apropiación cultural con respecto al uso de redes socia-les. Sin embargo, cabe preguntarse, si la campaña digital se centró en su uso continuo y casi obsesivo de las redes o si existió alguna estrategia más elaborada y coordinada. Lamentablemente el presente trabajo no contesta aquella pregunta.

mismo en la campaña digital. Este equipo se insertaba dentro del comando de campaña a través del equipo comunicacional principalmente, pues si bien no exis-tía una dependencia jerárquica explícita, si había un seguimiento de los lineamientos comunicacionales emanados de aquel equipo. En este sentido, el coman-do digital de Jorge Arrate no generó contenidos pues su principal tarea consistió en replicar los contenidos generados por el equipo comunicacional, situación que denota que más que desarrollar una estrategia di-gital su misión consistió básicamente en digitalizar la campaña tradicional.

La principal plataforma utilizada fue Facebook, don-de el candidato manejó su propia cuenta hasta marzo de 2009, fecha en la cual fue proclamado oficialmente. Posteriormente, la cuenta principal y otras asociadas fueron manejadas por el equipo digital. También des-taca el uso de distintas páginas webs durante la cam-paña, tales como la web principal (www.arrate2009.cl) y el sitio personal del candidato (www.jorgearrate.cl). Además existió un blog, con una línea editorial más bien lúdica y humorística.

La cuenta de Twitter (@arrate2009) no fue muy utili-zada durante la campaña, de hecho el uso de Twitter fue más bien secundario. También se utilizó el envío masivo de correos electrónicos usando bases de datos con inscritos voluntarios y otras bases aportadas por organizaciones, partidos y movimientos ligados a la campaña.

Un hito muy relevante en la campaña fue la transmi-sión de los debates televisados, pues éstos fueron muy comentados a través de las redes sociales, particular-mente a través de Twitter. Durante estos debates el desempeño de Jorge Arrate fue destacado y a la vez alabado por los cibernautas, esta situación significó una inyección de dinamismo en la campaña, ya que generó la incorporación de nuevos adeptos y volunta-rios que se sintieron motivados.

Finalmente, uno de los problemas que surgió durante la campaña digital de Jorge Arrate, tuvo relación con el manejo de la página web, pues en una primera ins-tancia se invirtió mucho tiempo y recursos en un di-seño que luego fue desechado por los dirigentes del comando. Esta situación generó un retraso importante en el desarrollo de la campaña digital, particularmen-te porque el equipo era muy reducido.

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3.2. El caso de Eduardo FreiLa campaña digital de Eduardo Frei comenzó a gestar-se en diciembre de 2008 y empezó a funcionar a finales de enero de 2009. La idea del comando digital y del propio candidato consistía en emular la experiencia de Barack Obama. En este sentido, se apostó por for-mar un equipo de alta capacidad técnica, el cual se en-contraba en pleno funcionamiento en marzo de 2009 y estaba conformado por alrededor de diez expertos de alto nivel en temas digitales. Este equipo fue conocido en la estructura del comando como “Oficina Web 2.0”.

Sin embargo, el afán por desarrollar una estrategia di-gital de vanguardia generó desconfianzas desde otras áreas del comando. Si bien se logró posicionar la Web 2.0 como un tema junto con la idea referente a la im-portancia de la estrategia digital para la campaña en general, en junio de 2009 el coordinador del comando digital tuvo que dejar su cargo. Esto afectó mucho el desarrollo de la estrategia digital pues todo se centra-lizó en el equipo comunicacional, situación que impli-có limitar ampliamente el uso de Internet y propender hacia un mayor control de todo mensaje emitido, lo que restringió el uso de estrategias virales (difusión rápida y masiva de contenidos a través de Internet). Esto sucedió principalmente porque los asesores polí-ticos no estaban del todo convencidos sobre la poten-cialidad del uso de Internet y las redes sociales.

La estrategia digital se resintió y pasó a un segundo plano. Si bien en un comienzo el mismo equipo digital sería el equipo creativo de la campaña, dando cuenta de que lo offline no se separaría de lo online, a mitad de año lo digital quedó supeditado al equipo tradi-cional de comunicaciones. Esta situación generó una fuerte desmotivación en el equipo digital y se generó una “fuga de cerebros”. Finalmente, el equipo termi-nó encargándose solamente de digitalizar la campaña tradicional y no de impulsar una estrategia digital real y proactiva.

Con respecto a las herramientas utilizadas en la cam-paña, cabe señalar que se utilizó una página web cen-tral, además de otras páginas para voluntarios y una comunidad virtual interna. El uso de Facebook fue más bien limitado, pues existió una gran cantidad de cuentas (grupos y fanpages) que fue imposible manejar o al menos coordinar desde el comando. Por otro lado, Twitter sí fue bastante usado, pues a pesar de que el candidato no tuvo cuenta propia, sí se usaron cuentas asociadas al equipo y al comando, las que fueron cen-trales en la campaña. Hay que destacar que la decisión

de que el candidato no tuviese una cuenta de Twitter obedeció a su propia falta de interés y a la decisión de no implementar un ghostwriter5.

Por otra parte, YouTube también fue muy usado al igual que Flickr y transmisiones online. El envío masi-vo de correos también fue una práctica común, sobre todo con bases de datos de los partidos de la coalición.

3.3. El caso de Sebastián PiñeraLa campaña digital de Sebastián Piñera fue llevada adelante tempranamente por un comando digital que se hizo cargo de toda la estrategia de campaña en red. Desde el año 2008 realizaron un trabajo que se susten-tó en una fuerte y continua generación de contenidos, convirtiendo la información generada en una fuente recurrente para medios tradicionales. También fue re-levante el intenso uso de redes sociales, entre lo que destaca el lanzamiento de una aplicación de Facebook en enero de 2009, la cual le permitió al comando obte-ner información de sus adeptos, difundir rápidamen-te sus contenidos a través de la red y generar comuni-cación a través de canales segmentados.

Adicionalmente utilizaron una base de datos integra-da a un CRM6 para organizar y gestionar de mejor for-ma la campaña. De hecho los datos recogidos a través de la aplicación de Facebook fueron incorporados a esta base de datos integrada que potenció fuertemente el uso de mensajes de texto para telefonía celular y el envío masivo de correos electrónicos. Destaca además el uso de un servidor propio de videos y la transmi-sión online de distintos eventos de campaña. El uso dado a las redes sociales no se limitó a Facebook, fue también intenso en Twitter, tanto así que durante la mayor parte de la campaña Sebastián Piñera (@sebas-tianpinera) fue el chileno con más seguidores en la red. Adicionalmente el comando manejó una cuenta (@comandosp) y potenció el uso de Flickr, YouTube y la grabación de podcasts. Otras herramientas que se utilizaron fueron Google Apps para los correos elec-trónicos y gestión de documentos en línea, además de Issuu, Twitpic y Twiboon7.

5 Los escritores fantasmas se utilizan cuando el titular de la cuenta no puede usarla, así no se deja inactiva por mucho tiempo. Si bien hoy es una práctica común y hay fórmulas para diferenciar entre el titular de la cuenta y su equipo (como finalizar el mensaje con las iniciales), en aquel tiempo esta práctica no era frecuente y era mal visto que otras personas que no fuesen el titular utilizaran la cuenta.6 CustomerRelationship Manager: sistema informático que gestiona las relaciones de clientes-usuarios en distintos niveles. Básicamente es po-sible almacenar distinto tipo de información sobre la relación entre los usuarios y la organización (en este caso comando).7 Servicio para alojar presentaciones y documentos; servicio para su-bir fotografías en Twitter –hoy en día esta funcionalidad se encuentra integrada a Twitter–; y servicio para agregar un banner personalizado al avatar (fotografía) deTwitter.

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3.4. Diálogos regionales programáticos de las ju-ventudes de la ConcertaciónEl caso de la Concertación resulta muy llamativo pues la estructura electoral se dividió bastante por diversos motivos. La coalición estaba conformada por cuatro partidos y sus respectivas juventudes políticas, las cuales podrían haber sido un activo importante para la campaña digital, emulando la experiencia de Ba-rack Obama, sin embargo, no fueron realmente con-sideradas. Distintos sectores de la coalición intentaron diseñar estrategias comunicacionales y digitales dis-tintas. Esta situación generó que en repetidas ocasio-nes se duplicarán esfuerzos denotando una falta de coordinación entre el comando político, el comando digital, los partidos y las juventudes políticas.

Prueba de lo anterior es que las juventudes de la Con-certación entre los meses de julio y septiembre de 2009 realizaron una actividad denominada “Diálogos regionales programáticos”, cuyo objetivo principal apuntó a entregar la visión de los jóvenes al nuevo go-bierno de la Concertación.

En un documento compilado en septiembre de 20098 se expresa la visión de los jóvenes de las juventu-des políticas de la Concertación. Aquel documento se construyó con el apoyo de un sitio especialmente habilitado (www.dialogosregionales.cl), el cual junto con el uso de Twitter y Facebook permitió realizar un trabajo continuo respaldado por una serie de encuen-tros y talleres llevados a cabo en distintas regiones. Esta actividad significó la movilización de una gran cantidad de personas y recursos, sin embargo, todo esto funcionó al margen de la campaña digital y del despliegue territorial de la coalición y del comando.

Lo anterior coincidió con que el coordinador de la campaña de Eduardo Frei fue Sebastián Bowen, rostro joven e independiente reclutado por su experiencia en una asociación de voluntariado. Bowen debió lidiar con una juventud política relegada, que entendible-mente tenía grandes resquemores hacia su rol como rostro joven de la campaña, pues él nunca había esta-do ligado a la coalición. Esto fue un factor adicional a las divisiones entre dirigentes políticos y el comando digital de Eduardo Frei. Finalmente, los jóvenes de la Concertación, o bien participaron en actividades para-lelas como estos diálogos o de plano se plegaron a las campañas de Marco Enríquez-Ominami o Jorge Arra-te, quien hasta hace poco había sido militante socialis-

8 Agradecimientos especiales a Javiera Arce Riffo, quien sistematizó las conclusiones finales de esta experiencia y facilitó la documentación necesaria junto con detalles del caso.

ta y fue ministro de Estado durante el primer gobierno de Eduardo Frei (1994-2000).

3.5. Los debates televisados seguidos por TwitterUn fenómeno interesante con respecto al rol de las re-des sociales durante la campaña presidencial del año 2009-2010 en Chile tiene que ver con el seguimiento que personas con acceso a Internet pudieron realizar a ciertos hitos de campaña. Hitos destacables, en este sentido, fueron los tres debates presidenciales tele-visados, pues todos fueron comentados a través de Twitter, alcanzando altas cifras de participación y un gran impacto en dicha red9.

El primer debate fue televisado por el canal TVN (emi-sora estatal) en septiembre de 2009. El debate fue co-mentado a través de Twitter con el hashtag10 #debate09, alcanzando un 0,81% de las menciones mundiales en la franja horaria en que se realizó. El segundo debate fue televisado por Canal 13 (emisora vinculada a la Pontificia Universidad Católica de Chile) a comien-zos de noviembre de 2009 y fue comentado en Twitter con el hashtag #ChileDebate, logrando un 0,41% de las menciones mundiales y quedando en la posición nú-mero 41 a nivel mundial y tercero en Latinoamérica. Por otra parte, las palabras claves Piñera y Frei ocupa-ron las posiciones 95 y 99 a nivel mundial respectiva-mente. Durante el debate se publicaron 4.669 tweets con el hashtag, lo que correspondería a un promedio de 22 mensajes por usuario chileno de aquel enton-ces. De los usuarios que participaron en el debate, se puede apreciar que dentro de los 30 más influyentes, en base a impresiones generadas en Twitter, solo una docena de casos corresponde a cuentas de medios, pe-riodistas reconocidos, comandos o personas ligadas a los comandos, apareciendo repetidamente las cuentas del comando de Sebastián Piñera y asesores digitales de su campaña. El resto de los usuarios influyentes fueron personas sin mayor relevancia pública.

El tercer debate se realizó a mediados de noviembre de 2009 y se transmitió por cadena nacional, es decir, por todos los canales de televisión abierta. Fue co-mentado en Twitter con el hashtag #DebateAnatel y alcanzó el 0,9% de las menciones mundiales durante la franja horaria en que fue transmitido, generando un set de datos de 10.000 tweets creados por 3.610 usua-

9 Los datos que se exponen a continuación corresponden a un segui-miento de las interacciones en Twitter durante los tres debates televi-sados. Estos datos fueron recogidos por SimplycitLabs, empresa enfo-cada en tecnología y comunicaciones, creada a mediados de 2009 y que en la actualidad ya no existe. 10 Etiquetas utilizadas en Twitter para interactuar en conversaciones globales.

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rios. El flujo de información fue tal que se publicaron alrededor de 27 tweets por minuto en promedio, esto alcanzó un peak de 123 actualizaciones por minuto a las 23.45 h, momento en el cual Chile marcó por pri-mera vez una tendencia mundial. Así #DebateAna-tel se convirtió en el primer trendingtopic11 chileno en Twitter. De los 3.610 usuarios que utilizaron el hashtag se destacaron 35, de los cuales solo tres correspondían a medios, periodistas reconocidos o cuentas enlazadas a los comandos de las candidaturas.

iv. cONcLusiONes

El comando más exitoso en la construcción de una campaña digital fue el de Sebastián Piñera, tanto en uso de tecnologías como en coordinación del aparato comunicacional. Sin embargo, es importante conside-rar que el escenario de la Coalición por el Cambio era menos complejo que el de la Concertación, situación que permitió que la campaña digital pudiese des-plegarse con éxito. Por otra parte, la campaña de Se-bastián Piñera tuvo un mayor despliegue en cuanto a plataformas digitales utilizadas, lo que permitió no saturar al público y entregar distintos mensajes por distintos canales, logrando así un posicionamiento eficiente de los contenidos generados por el propio comando y que éstos penetraran en las pautas de los medios de comunicación tradicionales.

En la campaña de Eduardo Frei abundó la división y la desconfianza de la cúpula política para desplegar una campaña digital comprensiva, que tuviese real peso dentro del comando y que dispusiese de recursos de forma plena. Se terminó por considerar el componen-te digital como un complemento más bien secunda-rio en la campaña. Los miembros del comando digital tuvieron serios obstáculos a la hora de posicionar la estrategia digital frente a una postura tradicionalista en el comando. Por otra parte, el potencial que signi-ficaba poseer cuatro juventudes políticas con miem-bros comprometidos y un alto interés en el éxito de la campaña fue tremendamente infrautilizado. La estra-tegia digital no logró construir acción desde las bases ni tampoco aglutinar voluntarios como fue el caso de Barack Obama.

Por otra parte, durante el período de la elección se percibe una explosión en el uso de redes sociales y

11 Los trendingtopics corresponden a palabras claves (pueden ser has-htagso no) utilizadas por una gran cantidad de usuarios en un momen-to dado. Representan los temas de conversaciones más populares en la red. Cabe señalar que durante el año 2009 Twitter no ofrecía medicio-nes locales en la plataforma.

seguimiento de campañas por Internet. Los debates fueron seguidos atentamente en Twitter, mientras que YouTube se convirtió en el repositorio de los videos de los candidatos. En este sentido, tal explosión significó la llegada a ciudadanos (no necesariamente electores, pues en aquel momento la inscripción en los registros electorales no era automática) que anteriormente se hubiesen declarados ajenos a la política y a los asun-tos públicos. Ahora bien, las redes sociales e Internet son territorio de un grupo etario joven y así se con-firma particularmente desde el año 2006 en adelante (Arriagada y Schuster, 2008), por lo cual es muy posi-ble que el desinterés de algunos comandos por desa-rrollar una estrategia digital seria hubiese radicado en que ésta habría penetrado en sectores que no votaban y por lo tanto carecían de importancia electoral. Hay que considerar que si para el plebiscito de 1988 los electores jóvenes (18 a 30 años) representaban el 36% del padrón, en las elecciones parlamentarias del 2011, por ejemplo, el porcentaje era solo de un 13% (Navia, 2004).

En resumen, el rol que juegan las nuevas tecnologías en las campañas políticas es un área de estudio en de-sarrollo y expansión, por lo cual la literatura al respec-to suele ser escasa, limitada e incluso contradictoria. Sin embargo, y más allá de aquello, resulta interesante vislumbrar la manera en que estas herramientas son usadas de forma interna (reduciendo los costos de or-ganización) y de forma externa (permitiendo mayor acceso a información e incluso cierta participación por parte de la ciudadanía). Por otra parte, frecuentemen-te la tecnología avanza más rápido que la capacidad de los actores públicos para adaptarse a las innova-ciones, en este sentido, la campaña de Barack Obama no inventó nada, sino que aprehendió las aplicaciones y mecanismos de redes sociales disponibles, hacién-dolos parte de su campaña. En tal caso no sólo se tra-tó de branding, sino de construcción local de redes de voluntarios y una aglutinación de grupos de interés que lograron congregar una base política más allá del voto: una comunidad de electores. La evidencia indica que esto no sucedió en el caso chileno.

Ahora bien, más allá de las características de la campa-ña digital 2009-2010 en Chile, es importante conside-rar que muchos trabajos empíricos al respecto parten de la premisa que las nuevas tecnologías per se son un instrumento valioso en el contexto democrático. Sin embargo, el uso de éstas puede darse por actores que están sujetos a un marco de incentivos determinados y realizan un uso meramente estratégico de las tecnolo-

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gías. Como tal, las tecnologías de información son un instrumento más cuyo aporte al régimen democrático es un asunto mucho más complejo que establecer la cantidad de personas que utilizan Internet o las redes sociales. Es importante tener en cuenta que el spin doc-toring de la política tradicional puede perfectamente ser actualizado de una forma más invasiva y perversa que involucre solo la identificación con una serie de mensajes y símbolos digitales, relegando la participa-ción totalmente y basándose en mensajes carentes de contenido político. Esto puede darse particularmente en plataformas donde obligatoriamente la extensión de los mensajes es limitada, como por ejemplo Twitter.En este sentido, si bien el seguimiento de los eventos políticos vía Facebook y Twitter ha permitido una in-teracción más directa y la penetración de los asuntos públicos en un segmento joven, mayoritariamente indiferente a la actividad política, los resultados dis-tan de una genuina participación. Esto porque no se puede señalar con certeza si aquel espectro joven, influenciado por la política electrónica, ó 2.0, se en-cuentra realmente involucrado y comprometido. Las evocaciones de productos, marcas y entretención en Internet y las redes sociales son los mismos métodos empleados por la persuasión política, por esta preci-sa razón puede ocurrir que no exista un aprendizaje ni una socialización política, sino más bien un appeal transitorio, adornado de anécdotas y highlights del candidato de turno. Probablemente una manera más artificial y elucubrada de marketingpolítico, una suer-te de spin doctoring 2.0.

En definitiva, Internet y las redes sociales en general parecen ser más una herramienta de branding que una dimensión de participación política, al menos en lo que respecta a las últimas elecciones presidenciales en Chile. De todos modos resulta importante enfatizar que si las afiliaciones y la participación política se han desgastado, surgiendo así una apatía y rechazo desde la ciudadanía, es dudoso el potencial que puedan te-ner las nuevas tecnologías para revertir aquel proce-so, de hecho es incluso probable que éstas consoliden aquel fenómeno. Es entonces que resulta importante, antes de ceder a la afirmación del aporte de las tecno-logías de información al fortalecimiento democrático, reflexionar seriamente en como éstas pueden aportar realmente a los procesos de accountabilityy participa-ción política, y no solo a reducir costos de información en el marco de campañas.

REfEREnCIAS BIBLIogRáfICAS

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represeNtatividad de LOs emisOres eN twitter. casO de La cONversacióN sObre eL aNuNciO deL #rescate a La baNca españOLa eN JuNiO de 2012

María Jesús Fernández Torres

Profesora de la Universidad de Málaga.

[email protected]

Francisco Javier Paniagua Rojano

Profesor de la Universidad de Málaga.

[email protected]

Fecha de recepción: 21/08/2012 :: Fecha de aceptación: Extracto de ponencia presentada en Congreso.

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AbstractThis paper is an extract of the communication submit-ted to the panel discussion, “political management, campaigns and new technologies”, in the “International Congress on Political Communication and Campaign Strategies”, organized by the Latin American Associa-tion of Researchers Election Campaigns (ALICE ), to analyze, on the one hand, the presence and activity of the major political parties and some social movements in the social network Twitter, and secondly, to study the debate and conversation on a topic on Twitter, in particular, the Spanish government’s announcement of “#rescue” the Spanish banks in June and representativeness of the va-rious issuers of messages for several days.

Keywords: political communication, social media.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ResumenEl presente trabajo es un extracto de la comunicación presentada a la Mesa 23, “Gestión política, campañas y nuevas tecnologías”, del “Congreso Internacional en Comunicación Política y Estrategias de Campaña”, or-ganizado por la Asociación Latinoamericana de Inves-tigadores de Campañas Electorales (ALICE). Pretende analizar, por un lado, la presencia y la actividad de los principales partidos políticos y algunos movimientos so-ciales en la red social Twitter; y por otro, estudiar el deba-te y la conversación de un tema en Twitter, en concreto, el anuncio del gobierno español del #rescate a la banca española en el mes de junio y la representatividad de los distintos emisores de mensajes durante varios días.

Palabras clave: comunicacion política, redes sociales.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Internet se ha convertido en una nueva fuente de in-formación y de expresión, proporcionando una forma barata de manifestarse a activistas políticos de todo el mundo. Podemos afirmar que ningún otro medio de comunicación ha tenido una capacidad de penetra-ción tan rápida y descomunal como lo ha tenido In-ternet, medio que está cambiando, sin duda, las reglas del juego político. De hecho, las campañas electorales de los partidos incorporan ya, desde hace años, el uso de la red como un eje central.

Muchos autores coinciden en que Internet está demo-cratizando los medios y los sistemas políticos. Así, se puede aseverar que se ha roto el sentido único de la comunicación de masas y, en su verdadero significa-do etimológico, la comunicación es ahora posible. Se trata de una comunicación universal, omnipresente y libre, si bien no pueden desvincularse de ella proble-mas tales como la falta de veracidad, la autenticidad de las fuentes, la calidad en los contenidos, los dere-chos de propiedad intelectual…; problemas que, qui-zá, tiendan a desaparecer en un futuro.

Dentro de este universo denominado “Web 2.0”, las redes sociales configuran una de las herramientas características y, en ellas, el usuario es el verdadero protagonista. Comunidades virtuales que proporcio-nan información e interconectan a personas con afini-dades comunes, en su mayoría. Según un estudio de la AIMC en 2011, las redes sociales más utilizadas son Facebook, Tuenti y Twitter.

El análisis de los movimientos sociales no puede rea-lizarse al margen de los nuevos espacios surgidos en el ciberespacio. La movilización social cuenta en In-ternet con un relevante universo en donde sus princi-pales protagonistas informan, organizan, actúan e in-cluso, dominan. Por tanto, Internet refuerza el modelo simétrico bidireccional enunciado por Grunig y Hunt, basado en la comprensión mutua entre públicos y or-ganización y es a esto a lo que intentan sacarle rendi-miento partidos políticos y movimientos sociales.

i. iNterNet y redes sOciaLes

El fácil acceso, la inmediatez y la universalidad de su alcance, han convertido Internet en la más podero-sa herramienta de transmisión de ideas de todos los tiempos. En un principio, la Web implicaba básica-mente la lectura, la navegación y la consulta de dife-rentes páginas con información. Era lo que se conocía como Web 1.0. Pero, debido a la necesidad de partici-

pación y colaboración que se da entre los usuarios de la red, surge la denominada Web 2.0; una Web donde el contenido lo crean los usuarios, algo que ha supues-to una auténtica revolución en lo que a difusión de información se refiere.

Dentro del contexto de Internet, apareció hace más de una década el fenómeno de las Redes Sociales, defini-das por Castells (2001)1 como “redes electrónicas au-todefinidas de comunicación interactiva, organizadas en torno a un interés o propósito compartido, aunque a veces la comunicación se convierte en sí misma en la meta”. Para Christakis y Fowler (2010)2, una red social es un conjunto organizado de personas formado por dos tipos de elementos: seres humanos y conexiones entre ellos.

Queda cada vez más claro que la Web 2.0 constitu-ye un escenario donde las redes sociales suponen su máxima expresión, configurando una de sus herra-mientas características. Redes que conforman comu-nidades virtuales que interconectan a los usuarios y los dotan de información en tiempo real.

La Web 2.0 ha supuesto un cambio estructural en el proceso comunicativo. Los roles de emisor y receptor se han modificado ya que la interacción que se da en-tre ambos no es lineal ni unidireccional, sino que ha cambiado hacia la multidireccionalidad. Es decir, las figuras del emisor y del receptor quedan difuminadas y llegan a confundirse de manera que cualquiera de los dos puede adoptar el rol del otro, dando lugar a una comunicación construida entre todos.

Así, como señala Sonia Blanco3 (2009), “El ciudada-no ha pasado de convertirse en receptor pasivo de la información a creador y generador de contenidos. La web 2.0 le concede el poder de manifestarse y llegar a una audiencia potencial muy numerosa”. El salto fun-damental a la Web 2.0 es que “ahora hablamos de una red que conecta personas y no máquinas.”

Por tanto, podemos decir que se democratiza el pa-pel del ciudadano y nos encontramos que el concep-to acuñado en la década de los sesenta por Marshall Mcluhan, de “Aldea Global”, es hoy ya un hecho.

1 CASTELLS, Manuel (2001), La era de la información.Economía, socie-dad y cultura. Volumen I. Madrid. Alianza Editorial2 CHRISTAKIS, N.A. y FOWLER, J.H. (2010). Conectados. Madrid. Taurus.3 BLANCO, Sonia (2010): Del blog al microblog: el devenir del receptor en generador y emisor de contenidos en la Web 2.0. Málaga. Universidad de Málaga. má

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Los grandes medios de comunicación ya no son la única fuente. Los medios tradicionales están sien-do obligados a redefinir su papel. Ahora, cualquiera puede buscar sus propios canales para informar y ser informado, gracias a múltiples aplicaciones puestas a disposición del ciudadano. Las nuevas tecnologías han aumentado de forma espectacular la potenciali-dad de los medios y se ha roto el sentido único en la comunicación de masas. En su verdadero significado, la comunicación requiere puesta en común, feed-back, retroalimentación y, esto, ya es posible. Estamos asis-tiendo a lo que hace años era impensable imaginar: la comunicación ubicua, libre y universal.

Internet y las Redes Sociales ofrecen un sinfín de posi-bilidades para empresas y organizaciones de todo tipo, sobre todo, para que éstas afiancen su posicionamien-to en el mercado consiguiendo ventajas competitivas respecto a sus competidores o adversarios. Empresas, instituciones, organizaciones y partidos políticos son conscientes de la relevancia que los usuarios otorgan a su participación on-line. Debido a ésto, todas ellas han buscado formas de incorporar los formatos 2.0 a sus websites y, de forma creciente, expanden su presencia en redes sociales.

La Web 2.0 refuerza el modelo simétrico bidireccional de las relaciones públicas enunciado por Gruning y Hunt, basado en la comprensión mutua entre públi-cos y organización a través de un proceso de diálogo en igualdad de condiciones. Así, no sólo los públicos tienen acceso a los contenidos en igualdad de condi-ciones sino que también todas las empresas y organi-zaciones tienen las mismas oportunidades de llegar a una amplia audiencia (Marín de la Iglesia4, 2010). Castillo5 (2009) señala que: “las relaciones públicas deben intentar conciliar los intereses de la organiza-ción y la de sus públicos, de manera que exista un en-tendimiento y una confianza entre ellos. Y a partir de esa confluencia, es posible establecer una armonía or-ganizativa, que se basará en la aquiescencia de todos los implicados sin que haya imposición por ninguna parte”.

Hoy en día se ha generalizado el uso de Internet y se ha convertido prácticamente en imprescindible para

4 MARÍN DE LA IGLESIA, José Luis (2010): Web 2.0: una descripción muy sencilla de los cambios que estamos viviendo. Oleiros (La Coruña). Net-biblo5 CASTILLO ESPARCIA, Antonio (2009): Relaciones públicas. Teoría e historia. Barcelona. Editorial UOC.

toda organización. Castells (2006) se refiere a este mo-delo social como “sociedad red”.

ii. twitter cOmO herramieNta de cOmuNicacióN pOLítica

Según su creador, Jack Dorsey, “Twitter no es una red social sino una herramienta de comunicación”. Para Dorsey “Twitter es como la electricidad: uno puede utilizarlo como quiera. Todo el mundo lo emplea: las celebrities, las personas anónimas; y por todo tipo de razones: médicas, educativas, personales y políticas también. Twitter favorece la democracia directa. Es una revolución social y cultural que acerca a los ciu-dadanos al poder.”

El modelo comunicativo de Twitter es definido por Orihuela6 (2011) con diez características que dotan a la red de potencial y utilidad. Así, para este autor, Twitter es asimétrico, breve, descentralizado, global, hipertextual, intuitivo, multiplataforma, sincrónico, social y viral.

Según refleja la IV Oleada del Observatorio de redes sociales (abril, 2012), un 32% de internautas usa Twit-ter. De todos ellos, una mayoría son hombres (61%). El 56% tiene más de 25 años y la media de edad es de 28/30 años. Un 55% de usuarios se han incorporado a esta red social en el último año. Y el 42% de los usua-rios afirman que “cada vez lo usan más”. Respecto a los usos, este informe destaca que el 53% utilizan la red para seguir la actividad de sus contactos; el 40% para comunicarse con los contactos que tienen y un 35% para seguir o leer hashtags. El 63% de usuarios acceden a diario desde el ordenador y el 42% de usua-rios acceden a diario desde un terminal móvil.

Estos datos reflejan que Twitter tiene un carácter di-ferencial, es más un redistribuidor de información o conversación colectiva en tiempo real que una red so-cial propiamente dicha, a diferencia de Tuenti o Fa-cebook. Asimismo, se detecta sobre Twitter una carga emocional más intensa y positiva que sobre ninguna otra red. Respecto a la anterior edición, el estudio des-taca que este año cobra aún más fuerza y se dan diná-micas donde entran por ejemplo, la sustitución de los medios de comunicación por el consumo en Twitter de noticias. Sin duda alguna, Twitter se encuentra en un momento de gran relevancia social.

6 ORIHUELA, José Luis (2011): Mundo Twitter. Barcelona. Alienta.

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El Observatorio de redes sociales indica qué medios de comunicación, celebrities, políticos, líderes de opi-nión y movimientos sociales, están presentes en la red. Asimismo, obtiene una elevada visibilidad en los medios. Twitter resulta útil como espacio informativo para enterarse de la actualidad: es directa, ágil, inme-diata… Es un espacio abierto para la expresión per-sonal, comentar la actualidad, el debate y lo que pasa en ese instante. Favorece, también, la conexión a otras redes y aplicaciones que también permiten la expre-sión personal, tales como Instagram, Foursquare, etc.

Twitter es un espacio donde la voz del usuario puede ser escuchada y donde ser relevante en esta red es un indicador de prestigio social. Pero también este estu-dio destaca aspectos negativos: existe, por lo general, dificultad para expresarse en pocos caracteres; mues-tra un marcado carácter evanescente puesto que los tuits duran poco tiempo; los líderes de opinión y las celebrities dominan las conversaciones y, por otra par-te, participar sin ser retuiteado o mencionado es muy similar a ser ignorado.

Ante este panorama, ¿por qué políticos, gobiernos y movimientos sociales deben estar en Twitter? La res-puesta es sencilla: políticos y gobiernos a través de esta red pueden compartir, conversar, escuchar, reducir el tiempo de espera y crear una relación más directa con el ciudadano; para los movimientos sociales, la red los ayuda también a compartir, conversar, escuchar, crear una relación directa con los participantes, coordinarse en el movimiento, programar acciones, etc. De hecho, conscientes de la capacidad vírica que posee esta red, dirigentes planetarios poseen cuentas oficiales y son muchos los movimientos sociales que cuentan con perfiles en la red.

2.1. Obama y Twitter. ¿Amigos para siempre?Llegados a este punto podemos ofrecer un ejemplo de cómo en Social Media se intenta gestionar una crisis a través de las redes sociales, más concretamente, a través de Twitter7. Es el caso de la situación que el go-bierno estadounidense padeció el 29 de julio de 2011 cuando se estancaron negociando la elevación del te-cho de deuda entre Demócratas y Republicanos. Te-nían de plazo hasta el 2 de agosto pero cada vez era más difícil llegar a un acuerdo con los Republicanos. Es entonces, cuando el equipo de Barack Obama en Twitter, @BarackObama, asume tomar una decisión

7 Estudio llevado a cabo por David Álvarez Sabategui, bajo el tí-tulo: “Barack Obama y Twitter, amigos para siempre?” en http://cronicasmallorca.com/barack-obama-y-twitter-amigos-para-siempre (3/08/2011). Fecha de consulta: 29/04/2012.

sin precedentes en la red, consistente en la distribu-ción de todas las cuentas de los congresistas y senado-res Republicanos con el objetivo fundamental de que aquellos que lo desearan pudieran dirigirse a ellos y presionarles. Nos encontramos ante una auténtica ac-ción viral. La palabra clave que utilizaron fue “COM-PROMISE” y su objetivo era presionar a través de la red a los representantes Republicanos para poder lle-gar a un acuerdo. Según el estudio, las menciones re-cibidas en las 232 cuentas fueron un total de 169.464, y que llevaran incluida la palabra “COMPROMI-SE” fueron 64.400 (38%). Es decir, casi un 40% de los tweets recibidos llevaron esta palabra incluida, por lo que puede deducirse que estos tweets iban referidos a la situación concreta sobre la que el equipo de Barack Obama había tomado la decisión de actuar. Tenemos aquí, un claro ejemplo de cómo a través de Twitter se pudo presionar para evitar una crisis.

2.2. Decálogo de Twitter en comunicación políticaRodríguez y Ureña8 (2011) publicaron recientemente un decálogo de las principales razones por las que en-tienden que los políticos deberían plantearse formar parte de la comunidad tuitera. Las diez razones que estos autores esgrimen son las siguientes: » Twitter aporta (todavía) imagen de modernidad. » Permite la conversación con el ciudadano. » Los usuarios de Twitter son “líderes de opinión”

en sus entornos. » Es una herramienta de comunicación interna y

genera continuidad. » Twitter es ya el medio pegado a la actualidad. » Es una fuente de información para los periodistas

y una vía para mejorar la relación con ellos. » Ayuda a los políticos a pensar y hablar en “titula-

res” y, por tanto, a ser mejores portavoces. » Humaniza a los políticos y aumenta la empatía

hacia ellos. » Es un termómetro social. » ¿Ayuda a ganar elecciones?

Rodríguez y Ureña hacen, además, una considera-ción y es el hecho de preguntarse si Twitter sobrevi-virá al paso del tiempo o si por el contrario, acabará siendo algo pasajero. Lo que no les cabe duda a estos autores es que el concepto de comunicación partici-pativa y diálogo abierto que Twitter ha contribuido a implantar es algo que ya, difícilmente, podrá diluirse. De hecho, Twitter es considerado una herramienta tan

8 RODRÍGUEZ, Andres y UREÑA (2011), Daniel: “Diez razones para el uso de Twitter como herramienta en la comunicación política y elec-toral”, en Comunicación y pluralismo, nº 10.

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influyente que las instituciones y partidos políticos distribuyen manuales de estilo para gestionar correc-tamente su uso.

2.3. Movimientos sociales y ciberactivismoProbablemente, la característica más común de todas las definiciones de movimiento sociales sea su co-nexión con el concepto de cambio. Los movimientos sociales cuestionan situaciones que hasta ese momen-to no habían sido cuestionadas y defienden posiciones opuestas a las que, en su momento, fueron creencias dominantes. De alguna manera, son redes con un sen-tido muy desarrollado de la identidad colectiva que persiguen objetivos, cuyo logro tendría consecuen-cias para toda la sociedad. Otro rasgo que define y además los distingue de partidos políticos, grupos de interés y otros, es que suelen presentar una estructura organizativa más informal, descentralizada y horizon-tal que el resto de actores colectivos. Asimismo, para poder hablar de un movimiento social es preciso que exista un grado de continuidad en la acción colectiva.

El objetivo prioritario de los movimientos sociales es el de convencer a sus potenciales simpatizantes de que las acciones de protesta y las movilizaciones resultan instrumentos eficaces para el logro de sus objetivos así como conseguir el mayor número de adhesiones posibles a sus posiciones. Se puede asegurar que los movimientos sociales son quizá las fuerzas de cambio más potentes de nuestra sociedad. Y, como fuerzas de cambio, necesitan de una herramienta fundamental para que el impacto sobre la opinión pública sea aún mayor. Esta herramienta es la Comunicación y, hoy día, no podemos olvidar el poder de Internet y de las Redes Sociales en la consecución de los objetivos de los movimientos sociales.

Blumer define los movimientos sociales como aque-llos colectivos que “pueden ser contemplados como empresas colectivas para establecer un nuevo orden de vida” (1949). Por su parte, Eyerman y Yamison9 (1991), los definen como “grupos de individuos re-unidos con el propósito común de expresar el descon-tento sentido subjetivamente de forma pública y de cambiar los que se perciben como los fundamentos sociales y políticos de tal descontento”.

Por lo tanto, hoy día, Movimientos Sociales y Ciberac-tivismo, son conceptos inseparables. En ese sentido

9 EYERMAN, Ron y JAMISONB, Andrew (1991): Social Movements: A Cognitive Approach.Cambridge. PolityPress

se posiciona, David de Ugarte10 (2007), que define el ciberactivismo como “toda estrategia que persigue el cambio de la agenda pública, la inclusión de un nuevo tema en el orden del día de la gran discusión social, mediante la difusión de un determinado mensaje y su propagación a través del ‘boca a boca’ multiplicado por los medios de comunicación y publicación elec-trónica personal.”. Afirma, a su vez, que el ciberacti-vismo no es una técnica sino que es una estrategia. Según este autor “hacemos ciberactivismo cuando publicamos en la red – en un blog o en un foro – bus-cando que los que lo leen avisen a otros – enlazando en sus propios blogs o recomendándoles la lectura por otros medios- o cuando enviamos un e-mail o un SMS a otras personas con la esperanza de que los reenvíen a su lista de contactos”. El ciberactivismo trata, por tanto y ante todo, difun-dir un mensaje valiéndose de las nuevas tecnologías aprovechando sus ventajas en cuanto a velocidad, viralidad, horizontalidad… Intenta hacer visibles las problemáticas que no están en la agenda pública, or-ganizar acciones que busquen fortalecer una organi-zación política… Acciones cuyo objetivo principal sea el cambio social y la participación colectiva activa. Autoras como Celia Colombo11, reflexionan sobre el uso de las TIC como herramientas al servicio de la democracia y señalan que la participación ciudada-na puede provenir de dos vías diferenciadas: por una parte, de los propios ciudadanos, organizados en mo-vimientos sociales o redes ciudadanas para acciones puntuales o prolongadas en el tiempo, y por otra, de las administraciones públicas, incentivando acciones “para que la ciudadanía participe en la toma de deci-siones públicas” (Colombo, 2007). Por tanto, hablar de Internet y de Redes Sociales, con-forma hablar de revolución no sólo tecnológica sino también social. Internet se ha configurado como una herramienta rele-vante para la movilización social llegando a constituir el principal medio utilizado por los actores para ac-tuar, informar, organizar o dominar (Castells, 2001)12. Ha irrumpido en las democracias occidentales con contundencia para enriquecer los cauces de participa-

10 DE UGARTE, David (2007): El poder de las redes: Manual ilustrado para personas, colectivos y empresas abocados al ciberactivismo. Barcelona. El Cobre Ediciones11 COLOMBO VILLARRASA, Celia (2007): e-Participación: Las TIC al servicio de la innovación democrática. Barcelona. Editorial UOC12 CASTELLS, Manuel (2001): La Galaxia Internet. Reflexiones sobre In-ternet, empresa y sociedad. Madrid. Areté

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ción ciudadana en la vida política, facilitar el diálogo entre gobernantes y gobernados y fomentar la crea-ción y difusión de plataformas solidarias que invitan al ciudadano de hoy día a ser y estar en una sociedad más comprometida. De hecho, para Hackers y Van Dijk (2000) democracia digital supone la utilización de las TICs para reforzar la participación social y política, como complemento a las prácticas tradicionales.

El 15M es un movimiento como lo define Villasante (2006:306) de “onda larga” que trabaja a la vez en lo macro y en lo micro. Este movimiento no nace de la nada, sino que da continuidad a otros muchos movi-mientos y movilizaciones. El 15M o la “spanishrevo-lution”, tal como fue bautizada por los medios extran-jeros, supone ya un punto de referencia por lo que al empleo de la potencialidad comunicativa de las redes sociales se refiere. El empleo de redes sociales como Facebook y Twitter, se han revelado como dos herra-mientas comunicativas instantáneas y básicas para el movimiento.

La “primavera árabe” a pesar de ser un precedente del movimiento 15M y de tener en común determinadas coincidencias (movilización que intenta ser pacífica, ocupaciones de plazas…), al ser en contextos y tener objetivos algo diferentes (conseguir una democracia formal) no deben equipararse a los denominados mo-vimientos de indignados o de países con democracias formales básicas, que se han centrado mucho más en la lucha contra la mala gestión de la crisis. Los países árabes, en cambio, han tenido que soportar asesinatos, represiones criminales y otras acciones que violan los derechos humanos fundamentales.

iii. represeNtatividad de LOs emisOres eN twitter. eL casO de La cONversacióN sObre eL aNuNciO de #rescate a La baNca españOLa eN JuNiO de 2012

3.1. Objetivo y metodologíaLas redes sociales o los medios sociales, se podrían de-finir, según se recoge en La Comunicación en los medios sociales, elaborado por el Interactive Advertising Bu-reau (IAB) (2008), como aquellas “plataformas digita-les de comunicación que dan el poder al usuario para generar contenidos y compartir información a través de perfiles privados o públicos”.

En concreto, el IAB incluye en esta definición a Blogs, Fotoblogs, Microblogs, Redes Sociales, Utilidades Gráficas, Redes Profesionales, Mundos Virtuales, Da-ting, Agregadores de Contenidos y, en general, cual-

quier soporte que ofrezca a sus usuarios la posibilidad de generar un contenido susceptible de ser comparti-do. En este sentido, los expertos proponen un mapa de influencia de los medios sociales en función de las acciones de los usuarios: expresar o crear, compartir, divertirse e informarse. En este sentido, nos hacemos algunas preguntas. ¿Es real el peso de los usuarios en la conversación en Twitter?, ¿Cuál es la presencia de los partidos políticos, de sus líderes y de los movi-mientos sociales?, ¿Cómo aprovechan esta red social estos colectivos?, ¿Cuál es su actitud?

Así, en el presente trabajo presentado a la Mesa 23, “Gestión política, campañas y nuevas tecnologías”, del “Congreso Internacional en Comunicación Política y Estrategias de Campaña”, se pretende analizar, por un lado, la presencia y la actividad de los principales partidos políticos y algunos movimientos sociales en la red social Twitter; y por otro, estudiar el debate y la conversación de un tema concreto durante varios días en Twitter.

Presencia en Twitter de los partidos más votados

en el 20-N.

Fuente: Twitter (19.45 h de 14 de junio de 2012). Elaboración propia.

Para ello, se realizó un seguimiento en la red social a los partidos políticos de representación nacional con mayor número de votos en las últimas elecciones ge-nerales de noviembre de 2011: PP (10.830.693 votos), PSOE (6.973.880), IU (1.680.810) y UPyD (1.140.242). Así, se estudió tanto su presencia en Twitter (segui-dores, número de tweets y perfiles a los que siguen), como su actividad en torno a un tema concreto, el anuncio del “#rescate” a la banca española, desde el viernes, día 7 de Junio, hasta el miércoles, día 13 de junio, y su comparación con la actividad de determi-nados grupos o movimientos sociales e incluso de los ciudadanos. Igualmente, se hizo lo propio con el per-

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fil de las principales personas que representan a estos partidos: Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba y Cayo Lara, por, y en ese orden, PP, PSOE e IU. En el caso de UPyD, ante la ausencia de su presidenta, Rosa Díez, en redes sociales se decidió analizar la actividad de su número dos en el Congreso, Toni Cantó.

Presencia de representantes políticos en Twitter.

Fuente: Twitter (19.45 h de 14 de junio de 2012). Elaboración propia.

Para ello, optamos fundamentalmente por un méto-do cuantitativo, y realizar así un análisis comparado de la presencia de los principales partidos políticos en España y sus representantes en Twitter, mediante la técnica de la observación de los respectivos perfi-les y contabilizar el número de seguidores, de perfiles seguidos y de Tweets, en un primer momento, para luego, en la segunda fase, estudiar la actitud y la ac-tividad de estos en comparación con algunos movi-mientos sociales (Democracia Real y Propuestas 15M), con respecto a la etiqueta “#rescate”. Para obtener los datos nos apoyamos, por un lado en la herramienta de analítica de alcance de la web social “Topsy”, para

realizar un primer filtro de los 104.075 tweets que se publicaron sobre dicha etiqueta, durante los días com-prendidos entre el 7 y el 13 de junio, ambos inclusive, y seleccionar aquellos que más repercusión tuvieron, por ser retuiteados o por el debate producido sobre el tema. Además, también se realizó un análisis de esta situación, con la herramienta “Hastracking”, que ofre-ce datos de las últimas 24 horas (desde las 19.30 h del día 13 a las 19.30 h del día 14 de junio) sobre un tema concreto, en este caso el #rescate.

iv. resuLtadOs y cONcLusiONes

4.1. Presencia de los partidos políticos más votados y sus representantes en TwitterPartiendo del análisis de la presencia de los parti-dos políticos más votados en las pasadas elecciones de 20 de noviembre de 2011, se puede apreciar, que éstos (PP, PSOE, IU y UPyD) suman una importante cifra de seguidores (206.956), si bien, se aprecia que no existe luego un equilibrio en lo que a perfiles que siguen se refiere, alcanzando sólo los 13.823. Entre es-tos cuatro partidos suman 31.613 tweets. Visto así, la pregunta es si realmente aprovechan las posibilidades de esta potente red social: interacción, transparencia, inmediatez, comunicación, y sobre todo la cuestión es, si los partidos políticos utilizan esta herramienta de comunicación solo para informar y no para escuchar, una de las características más relevantes de las redes sociales, dado el bajo número de personas y perfiles que siguen.

En este sentido, se aprecia una falta de planificación por parte de las organizaciones políticas y de los po-líticos a la hora de usar Twitter para comunicarse con los diferentes grupos de interés, tanto internos (mili-tantes sobre todo) como externos (ciudadanos, medios de comunicación, colectivos profesionales y sociales,

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Tweets generados sobre #rescate

(19.30 h del 13 hasta 19.30 h del 14

de junio 2012)

Fuente: Hashtracking (19.30 h de 14 de junio). Elaboración propia.

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grupos de presión y lobbies, entorno financiero, otros partidos políticos, etc.). Aunque habría que completar estos argumentos con un estudio cualitativo, clasifi-cando los diferentes tipos de públicos de cada partido y de sus representantes, e incluso elaborando un aná-lisis de las conversaciones mantenidas en Twitter.

En una primera aproximación desde el punto de vista cuantitativo para poder afirmar lo dicho, tanto en el caso de los partidos como de sus máximos represen-tantes.

Presencia en Twitter de movimientos sociales.

Fuente: Twitter (19.45 h de 14 de junio de 2012). Elaboración propia.

Algo similar sucede en el caso de la presencia de los movimientos sociales. Para esta comunicación se han estudiado los casos de @democraciareal y @propues-tas15M, que sumaban a 14 de junio de 2012, 153.015 seguidores, seguían a 1.852 perfiles y alcanzaban los

16.395 tweets hasta la fecha indicada. Al igual que ocurre en el caso de los partidos políticos, se observa que no existe un equilibrio entre el número de segui-dores y los que siguen, que es muy inferior. Esto nos hace pensar que quizás se debería realizar un mayor esfuerzo en este sentido, sobre todo, como se indicaba anteriormente para incrementar el nivel de escucha en Twitter. Entre otras cosas, se entiende, y es una norma básica en este sentido, que si alguien sigue a alguien, por cortesía se devuelve el seguimiento, salvo que por alguna cuestión concreta no se acepte. ¿Cuáles son las causas de que esto no sea así y exista tal despropor-ción?

4.2. Análisis de la etiqueta #rescate. Principales pro-tagonistas. Paralelamente al estudio de los perfiles de los partidos más votados y sus máximos representantes en Twitter, se realizó también un análisis de un tema concreto de debate en Twitter entre los días 7 y 14 de junio de 2012. En este caso se eligió el tema del rescate a la banca española, y en concreto a la etiqueta #rescate. En este sentido, el objetivo del estudio no era otro que anali-zar el peso de los emisores de los mensajes, es decir, quiénes son los principales actores –aquellos que ma-yor repercusión han tenido, por el número de conver-saciones o retweets obtenidos- en un tema concreto. En otras palabras se buscaba confirmar o no la defini-ción de medios sociales que se ha utilizado antes en la que se afirma que las redes sociales son “plataformas digitales de comunicación que dan el poder al usua-rio para generar contenidos y compartir información a través de perfiles privados o públicos”. Visto así la pregunta que nos hacíamos era la siguiente: ¿Qué per-

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Perfiles con mayor protagonismo en la conversación

#rescate (7 al 14 de junio de 2012).

Fuente: Topsy (del 7 al 14 de junio de 2012) Elaboración propia.

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files públicos o privados determinan el peso de una conversación concreta en Twitter?

Según se pudo comprobar, a través de la herramienta de métrica, “Hashtracking”, la etiqueta #rescate obtu-vo sólo en las 24 horas que van desde las 19.30 h del día 13 de junio a la misma hora del 14, 1.500 tweets, de los que más de la mitad son originales, un 44% fueron reweets y solo un 4% resultaron ser menciones.

Por otro lado, según los datos ofrecidos por Topsy, en los siete días analizados (del 7 al 14 de junio a las 19.30) se publicaron más de 104.000 tweets con la eti-queta #rescate, y si tenemos en cuenta los 1.000 que más protagonismo tuvieron, porque fueron retuitea-dos o respondidos, los resultados que salen del prota-gonismo de sus emisores es el que a continuación se detalla.

La mayoría de los tweets que más debate y conver-sación sobre el tema ocasionaron tenían su origen en perfiles personales de ciudadanos y ciudadanas, un 41% de los casos estudiados. Sin embargo, llama bas-tante la atención, que un 42% de los tweets publicados con mayor repercusión procedían de medios de comu-nicación (18%) y periodistas (24%). El resto tienen su origen en perfiles de movimientos sociales (un 10%), partidos y políticos con un 3% en cada caso, y solo un 1% de tweets fueron emitidos por personajes famosos.

Entre los medios de comunicación que más participa-ción y retorno tuvieron durante estos días en Twitter sobre el tema #rescate, destacan El País, 20 Minutos, las agencias EFE y Europa Press, El Periódico de Catalunya, RTVE y Expansión, entre otros, y entre los movimien-tos sociales habría que resaltar a Democracia Real Ya y Propuestas 15M. En cuanto a partidos y políticos los perfiles más activos y con mayor conversación (retweets o respuestas a sus mensajes), fueron UPyD, PSOE, IU y Amaiur en organizaciones; y Albert Rive-ra, Juan López de Uralde y Rubalcaba en sus perfiles personales.

REfEREnCIAS BIBLIogRáfICAS

BLANCO, Sonia (2010): Del blog al microblog: el devenir del receptor en generador y emisor de contenidos en la Web 2.0. Málaga. Universidad de Málaga.

CASTELLS, Manuel (2001): La era de la información.Econo-mía, sociedad y cultura. Volumen I. Madrid. Alianza Edi-torial.

CASTELLS, Manuel (2001): La Galaxia Internet. Reflexio-nes sobre Internet, empresa y sociedad. Madrid. Areté.

ORIHUELA, José Luis (2011): Mundo Twitter. Barcelona. Alienta.

RODRÍGUEZ, Andres y UREÑA (2011), Daniel: “Diez razones para el uso de Twitter como herramienta en la comunicación política y electoral”, en Comunicación y pluralismo, nº 10.

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ABIERTOS PLAZOS DE MATRICULACIÓN DE LOS TÍTULOS DE POSTGRADO

TÍTULOS OFICIALES DE POSGRADO del Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (en proceso de verificación por la ANECA):

MÁSTER UNIVERSITARIO EN ALTA DIRECCIÓN PÚBLICA MÁSTER UNIVERSITARIO EN AMÉRICA LATINA CONTEMPORÁNEA:

GRANDES DESIGUALDADES Y EXPECTATIVAS MÁSTER UNIVERSITARIO EN COOPERACIÓN INTERNACIONAL Y

GESTIÓN DE POLITICA PÚBLICAS, PROGRAMAS Y PROYECTOS MÁSTER UNIVERSITARIO EN ESTUDIOS POLÍTICOS APLICADOS

TÍTULO OFICIAL DE POSGRADO del Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset y la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid:

MÁSTER UNIVERSITARIO EN GESTIÓN DE SEGURIDAD, CRISIS Y EMERGENCIAS

TÍTULO OFICIAL DE POSGRADO del Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset y la Universidad Santiago de Compostela:

MÁSTER UNIVERSITARIO EN COMUNICACIÓN POLÍTICA E INSTITUCIONAL

MÁS INFORMACIÓN: www.gobernaamericalatina.org y www.ortegaygasset.edu

Calle Fortuny nº 7-28010 Madrid – Tf. (+34) 91700 20 55 – Fax (+34) 91 702 51 32 – [email protected] – www.gobernaamericalatina.org

EL PRIMER PLAZO DE MATRICULACIÓN FINALIZA EL 30 DE JUNIO DE 2012

TÍTULO OFICIAL DE POSGRADO del Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset y la Universidad Complutense de Madrid:

DOCTORADO EN GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

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twitter, deL sONdeO a La sONda: NuevOs caNaLes de OpiNióN, NuevOs métOdOs de aNáLisis

M. Luz Congosto

Universidad Carlos III, Departamento de

Telemática, grupo Webtlab.

[email protected]

Pablo Aragón

Fundació Barcelona Media.

[email protected]

Fecha de recepción: 21/08/2012 :: Fecha de aceptación: Extracto de ponencia presentada en Congreso.

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AbstractTwitter provides a completely spontaneous flow of opi-nion ready to be picked up. The amount of information far exceeds the volume of any survey and the samplingis continuous. However, the information is unstructured, limited to 140 characters and presents numerous diffi-culties to be segmented by age, sex, educational or econo-mic level. In order to take advantage of this new source of opinion, we need to apply new analytical methods to understand the reaction of citizens to specific events and day to day.

In this article we study the case of the Spanish General Elections on November 20 to determine new methods for analyzingpolitical campaigns.

Keywords: Twitter, data mining, forecast.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ResumenTwitter proporciona un caudal de opinión totalmen-te espontáneo y al alcance del que quiera recogerlo. El volumen de información supera con creces el volumen de cualquier sondeo y el muestreo es continuo.Sin em-bargo, la información es desestructurada, limitada a 140 caracteres y presenta numerosas dificultades a la hora de segmentar por edad, sexo, nivel de estudios o económi-co. Para obtener resultados concluyentes de esta nueva fuente de opinión es preciso aplicar nuevos métodos de análisis que permitan comprender la reacción de los ciu-dadanos tanto ante eventos señalados como en el día a día.

En este artículo se analiza el caso particular de las elec-ciones del 20N en España a fin de determinar nuevas vías de análisis de campañas electorales.

Palabras clave: Twitter, minería de datos, predicciones.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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i. iNtrOduccióNEl desarrollo de las redes sociales ha creado nuevas vías de comunicación y expresión de opinión de los ciudadanos. En cada proceso electoral va aumentando el interés de los gestores de las campañas en tener una presencia activa en las redes sociales, entre ellas Twit-ter. Actualmente casi todos los partidos y candidatos principales tienen un perfil creado en Twitter que ges-tionan en colaboración con su equipo, con mucha más intensidad en períodos electorales. Por otra parte, los ciudadanos pueden interactuar con ellos, hacerse eco de sus mensajes, seguir sus lemas, mostrar su des-acuerdo o simplemente citarlos por su nombre real. Todo esto se realiza por medio de breves mensajes de 140 caracteres, llamados tweets, que imponen una con-cisión en el contenido.

Estas pequeñas piezas de información pueden conte-ner además del texto una serie de componentes que enriquecen el contenido como etiquetas (#hashtags) para enfatizar el contenido del mensaje y hacer que se propague mejor por la Red, marcas que determinan que el mensaje no es original sino una retransmisión (RT, Via), menciones específicas a otros usuarios de Twitter (@usuario) y enlaces a sitios Web que amplían el contenido del mensaje. Todos estos componentes debidamente analizados en su conjunto pueden pro-porcionar información sobre qué tipo de actividad se está produciendo en las campañas electorales, qué le-mas son los que más se están usando, qué mensajes se están difundiendo, qué candidatos o partidos están captando la atención de los ciudadanos, qué medios de comunicación o blogs están siendo más citados y qué tipo de relaciones existen entre los usuarios que están interactuando.

La aplicación de las tecnologías de minería para ex-traer valor del caudal continuo de millones de tweets generados por los usuarios en Twitter está abriendo nuevas líneas de investigación, entre ellas la predic-ción de resultados electorales. Actualmente existen dos corrientes de opinión científica sobre la capacidad de predecir resultados electorales analizando la par-ticipación ciudadana en Twitter. Por una parte, hay una opinión favorable, cuyo caso más destacado es el estudio realizado por Tumasjan (Tumasjan, 2010) y en el otro extremo una corriente crítica desde los tra-bajos de Panagiotis (Panagiotis, 2011), (Gayo-Avello (Gayo-Avello, 2011) y Jungherr (Jungherr, 2011). En el momento actual no existe un método validado y reproducido en distintos escenarios que permita pre-decir elecciones. No obstante, el análisis de elecciones

puede contribuir conocer mejor el entorno social en las campañas electorales y a aportar nueva luz hacia nuevos procesos de predicción de resultados.

A continuación se analizan algunos aspectos de la campaña de las elecciones generales del 20N en Twit-ter, como la participación de los ciudadanos, el estado emocional de los políticos, la popularidad de los can-didatos, las relaciones entre ellos y la predicción de resultados electorales.

ii. participacióN de LOs ciudadaNOs duraNte La campaña

La participación ciudadana en Twitter ha estado mar-cada por los grandes eventos como se puede apreciar en la Figura 1 que muestra la evolución diaria del nú-mero de personas que participaron y de la cantidad de tweets que se publicaron. Destacan las siguientes fechas: el 15 de octubre (manifestación global de in-dignados), el 7 de noviembre (debate televisivo de Rubalcaba-Rajoy) y el 20 de noviembre (día de las elecciones).

En la fecha de mayor expectación, el 7 de noviem-bre, el número de ciudadanos que opinaron fue de casi 170.000, pudiéndose considerar como el tope de participación en temas políticos, lejos aún del techo alcanzado en eventos deportivos de 500.000 usuarios (Figura 1).

También se observa que durante la campaña tanto los usuarios como los tweets fueron el doble que en la precampaña, lo que denota un aumento de la aten-ción de los ciudadanos hacia la política conforme se aproximaban las elecciones.

iii. aNáLisis de emOtividad de LOs pOLíticOs

Para el análisis de emotividad se ha utilizado el cor-pus SPANEW (Redondo, 2007) que mide los siguien-tes factores emocionales: valencia (valores altos co-rresponden a sentimientos de felicidad, satisfacción y esperanza y valores bajos a tristeza, descontento y desesperación), excitación (capta la asociación de pa-labras con sentimientos de entusiasmo, la ira, o el fre-nesí, y sus opuestos) y dominancia (se centra en sen-timientos de dominación frente a los sentimientos de sumisión o temor).

Para los políticos de los dos partidos principales, PP y PSOE, se observa un incremento en la valencia de má

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los tweets del PP a partir del día del debate electoral superando a los del PSOE durante toda la campaña, a excepción del 16 de noviembre. Los últimos días de campaña la valencia del PP crece notablemente res-pecto al PSOE, y tras los resultados, los valores de la valencia decrecen de manera significativa en el PSOE.

Figura 2. Análisis de emotividad (valencia).

Para los valores de excitación no se encontraron re-sultados significativos. Respecto a la dominancia, PP y PSOE se alternan como líderes en la campaña elec-toral. Al igual que en la valencia, tras el debate Rajoy-Rubalcaba los valores crecen notablemente en ambos partidos. Sin embargo en el final de la campaña y tras las elecciones, el PP supera de manera clara al PSOE en dominancia.

Figura 3. Análisis de emotividad (dominancia).

iv. pOpuLaridad de LOs caNdidatOs

La popularidad de los candidatos de los principales partidos se ha medido tanto en las menciones recibi-das como en el número seguidores. Las menciones corresponden a una medida dinámica ya que pueden realizarse tantas veces como se quiera. Es por tanto una medida que fluctúa en el tiempo y que indica la atención captada por cada candidato en cada momen-to. En el caso de las elecciones del 20N @Con Rubalca-ba fue el más mencionado aunque el día de debate y el de las elecciones fue sobrepasado por @MarianoRajoy como se puede apreciar enla Figura 4.

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Figura 1. Participación general.

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El número de seguidores es una medida estática ya que la acción de seguir a un candidato se realiza una vez. Aunque este indicador por sí mismo no refleja la aceptación de un usuario en Twitter (Cha, 2010) no deja de ser interesante observar su evolución en el tiempo para descubrir qué factores han podido in-fluir en su crecimiento. En la Figura 5 se muestra el acumulado de nuevos seguidores desde el inicio de la campaña. Para @marianorajoy el incremento de segui-dores fue notablemente mayor en los días del debate y las elecciones. Para @ConRubalcaba este incremento solo ocurrió en el día del debate y para @cayo_lara el incremento fue uniforme.

De esta gráfica podría deducirse que los aconteci-mientos especiales relacionados con las elecciones es-timulan a los usuarios a seguir a los candidatos prota-gonistas y que esa adhesión tiene alguna relación con el éxito del candidato (Figura 5).

v. reLaciONes eNtre LOs pOLíticOs

El RT es el mecanismo de difusión de mensajes en Twitter. Generalmente, se retransmiten los mensajes con los que se está de acuerdo, por este motivo en la red formada por los RTs emergen las comunidades de usuarios de ideología afín. Como indica Conover

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Figura 4. Menciones a los @candi-

datos.

Figura 5. Nuevos seguidores de los

candidatos.

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(Conover, 2011) analizando la red de RTs se puede determinar en el 94.9% de los usuarios su polaridad política.

Analizando la forma en que los miembros de los par-tidos hacen RT queda de manifiesto la endogamia en estas comunicaciones ya que prácticamente la totali-dad de mensajes retransmitidos se realizan dentro del propio partido.

pp psoe iu upyd equo

pp 4186 0 0 3 0

psoe 8 4729 3 13 3

iu 1 3 964 2 2

upyd 3 13 40 7013 2

equo 0 4 6 3 960

Al generar el grafo con los RTs (Figura 6) entre miem-bros de un mismo partido se evidencia que EQUO, UPYD e IU (partidos nacionales con menor cobertura médiatica) generan redes de difusión con un mayor coeficiente de clusterización respecto a los partidos con mayor atención de prensa tradicional nacional y local (PP y en mayor medida, PSOE).

Sin embargo, mientras en EQUO (82%) y UPYD (73%) la mayoría de los usuarios pertenecen a la componen-te gigante, en IU (44%) figuran menos de la mitad. Este hecho puede ser comprensible debido a su confi-

guración como plataforma de coalición de diferentes partidos.

v. métOdOs de prediccióN

5.1. Medidas basadas en el cómputo de mencionesSiguiendo el método aplicado por (Tumasjan, 2010) se contabilizaron las menciones y se compararon con los resultados. Al no estar representados todos los parti-dos, los resultados electorales se normalizarán para que la suma del porcentaje de los votos de los cinco partidos analizados fuera el 100%.

El resultado de este método aplicado a las elecciones 20N se ha obtenido un MAE (Mean Absolute Error) de 1.66%. (Tabla 2).

5.2. Medidas basadas en la polaridad políticaComo alternativa al cómputo por mención se evalúa la opción de medir la polaridad política en los usua-rios. Esta medida está basada en las conclusiones de varios trabajos de investigación. Por un lado se apoya en el trabajo de Conover (Conover, 2011) que determi-na que tanto el RT como el uso de #hashtags permiten determinar la polaridad política de los usuarios. Tam-bién en los estudios de Golbeck (Golbeck Jen, 2010) que midió la polaridad de los usuarios en función de la polaridad de los políticos a los que seguían. Final-mente, para la realización de filtros ha sido de mucha

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Figura 6.

Grafo de RTs

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utilidad aplicar las propuesta de Mislove (Mislove, 2011) para identificar personas y su género.

La polaridad de los usuarios se calcula en función de los RTs realizados a usuarios Twitter que tienen afilia-ción política conocida y por el uso de los #hashtags de la campaña promovidos por los partidos.

Se detectó polaridad política en el 26.81% de los tweets y al 47.07% de los usuarios. Se realizó una prueba para validar el algoritmo con la lista de políticos/partidos para determinar si se les clasificaba correctamente y se detectó polaridad política en el 86.42% de ellos y en los detectados se obtuvo 99% de aciertos. Del conjunto de usuarios se seleccionó a los que tenían una ligera polaridad política (al menos 3RTs/#hashtags) y se cal-culó para los siguientes escenarios: » Usuarios en general MAE: 5.00% (Tabla 3) » Usuarios identificados como hombres MAE: 6.49%

(Tabla 4) » Usuarios identificados como mujeres MAE: 3.88%

(Tabla 5)

El mejor resultado (3,88%) corresponde al grupo iden-tificado como mujeres y el peor (6,49%) al grupo reco-nocido como hombres.

vi. cONcLusiONes

Con el método “Medidas basadas en el cómputo de menciones”se han conseguido mejores resultados que con las “Medidas basadas en la polaridad política”.En ambos procesos de evaluación se ha observado que

tanto los partidos como sus seguidores hacen un uso diferente de Twitter. Algunos partidos utilizan prefe-rentemente el RT para difundir mensajes mientras que otros tienden a emplear los #hashtags. Al medir todos los tipos de menciones los distintos usos se equilibran y se obtienen mejores resultados.

Con el método “Medidas basadas en la polaridad política”, se han obtenido unos resultados menos pre-cisos debido a las siguientes barreras que habrá que tener en cuenta para mejorar los algoritmos de pre-dicción: » Demografía: La muestra de usuarios no es com-

pleta, no están representados todos los segmentos de la sociedad. Los usuarios de Twitter son jóvenes y en un alto porcentaje con estudios superiores.

» Opinión oculta: No todos los usuarios manifiestan sus preferencias políticas. Por un lado los usuarios Twitter durante la campaña han difundido mayo-ritariamente informaciones de prensa progresista por lo que se supone que hay un sesgo de opinión favorable hacia la izquierda. Sin embargo, el por-centaje de polaridad de los usuarios hacia el PSOE ha estado muy por debajo de los votos obtenidos.

» Sobreopinión: En contraposición al punto ante-rior, los partidos más pequeños (UPyD y Equo) al tener el acceso más difícil a la TV, la radio y la prensa que los partidos grandes, basan su cam-paña en las redes sociales, entre ellas Twitter. Sus simpatizantes participan activamente haciendo que el porcentaje de polaridad de estos partidos esté muy por encima de los votos obtenidos.

» Entidades vs. Personas: Es difícil distinguir en

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Partido(v)

%Votos(vn) %Votos nor-

malizados Menciones(vt) %Votos

Twitter vn-vt

PP 44,62% 51,8% 1.142.196 53,72% +1,73%

PSOE 28,73% 33,47% 746.317 35,10% +1,63%

IU 6,92% 8,06% 83.064 3,91% -4,16%

UPyD 4,69% 5,46% 126.953 5,97% +0,51%

Equo 0,88% 1,3% 27.866 1,31% +0,29%

Partido(v)

%Votos(vn) %Votos nor-

malizados Usuarios(vt) %Votos

Twitter vn-vt

PP 44,62% 51,98% 11.610 50,25% -1.73%

PSOE 28,73% 33,47% 5.539 23,97% -9,50%

IU 6,92% 8,06% 1.568 6,79% -1,28%

UPyD 4,69% 5,46% 2.245 9,72% +4,25%

Equo 0,88% 1,03% 2.143 9,28% +8,.25%

Tabla 3. Usuarios en general.

Tabla 2. Menciones.

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Twitter una entidad de una persona debido a que es opcional cumplimentar el nombre en el perfil de Twitter. En la muestra analizada solo se ha identi-ficado el 63,46% como personas. Esto dificulta co-nocer si un usuario Twitter es un posible votante.

» Anonimato vs. “Identidad real”: Los resultados del grupo de usuarios genéricos han sido mejores que los del grupo identificado como personas. Los usuarios con identidad real son más propensos a la opinión oculta.

» Hombres vs. Mujeres: Se ha detectado diferencia de comportamiento según género. Los hombres son más propensos a ocultar su opinión o a so-breopinar que las mujeres.

A pesar de los buenos resultados de las “Medidas ba-sadas en el cómputo de menciones” no se puede ge-neralizar este proceso porque depende de muchos fac-tores como el entorno socio-cultural de las elecciones, el periodo de la muestra, los eventos de campaña, la recogida de datos en Twitter, los partidos analizados y la forma de cómputo.

La validación de este método para predicción reque-riría sistematizar todos los pasos y comprobar si los resultados son similares para otras elecciones en dife-

rentes entornos.

REfEREnCIAS BIBLIogRáfICAS

Cha, M. (2010). Measuring User Influence in Twitter: The Million Follower Fallacy.

Conover, D. (2011). Predicting the Political Alignment of Twitter Users.

Gayo-Avello, D. (2011). A warning against converting Twit-ter into the next Literary Digest.

Golbeck Jen, D. L. (2010). Computing Political Preference among Twitter Followers.

Jungherr, e. a. (2011). Why the Pirate Party won the german election of 2009.

Mislove, A. L. (2011). Understanding theDemographics of TwitterUsers .

Panagiotis, e. a. (2011). How (Not) To Predict Elections.

Redondo, e. a. (2007). “The Spanish adaptation of ANEW (affective norms for English words)”. Behavior Research Methods, 39(3), 600-605. Psychonomic Society Publica-tions.

Tumasjan, e. a. (2010). Predicting Elections with Twitter: What 140 characters reveal about political sentiment.

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Partido(v)

%Votos(vn) %Votos

normalizados Usuarios(vt) %Votos

Twitter vn-vt

PP 44,62% 51,98% 4.431 46,21% -5,77%

PSOE 28,73% 33,47% 2.270 23,68% -9,79%

IU 6,92% 8,06% 709 7,39% -0,67%

UPyD 4,69% 5,46% 1.220 12,72% +7,26%

Equo 0,88% 1,03% 958 9,99% +8,97%

Partido(v)

%Votos(vn) %Votos

normalizados Usuarios(vt) %Votos Twit-

ter vn-vt

PP 44,62% 51,98% 2.937 49,94% -2,04%

PSOE 28,73% 33,47% 1.652 28,09% -5,38%

IU 6,92% 8,06% 340 5,78% -2,28%

UPyD 4,69% 5,46% 457 7,77% +2,31%

Equo 0,88% 1,03% 495 8,42% +7,39%

Tabla 5. Usuarios identificados como mujeres.

Tabla 4. Usuarios identificados como hombres.

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próXimO NÚmerOeNcuestas y sONdeOs, La impOrtaNcia de La OpiNióN pÚbLicasíGueNOs eN

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