ARMANDO TORRES

El Secreto de laSerpiente Emplumada

El Secreto de laSerpiente Emplumada

Ms conversaciones con Carlos Castaneda

ARMANDO TORRES

EDITORA ALBA

Titulo: El Secreto de la serpiente emplumada

ISBN: 978-607-95123-1-6

Primer Edicin: Mxico Mayo de 2010

Editora Alba

CP. 256

Tula, Hidalgo

Mxico.

Copyright: 2010 by Armando Torres.

Copyright: Alba Editores 2010

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Diseo de portada: Alfredo Guerrero V.

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Dedico este libro a los que conocen al intento.

9EL SECRETO DE LA SERPIENTE EMPLUMADA

Prlogo Viviendo un mito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

Parte I

Despertando al intento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Atizando la importancia personal . . . . . . . . . . . . . . . . . 35La nica ayuda externa que podemos recibir . . . . . . . . 38Atizando al intento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40Eficiencia y Eficacia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42Unidades selladas de energa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45La rueda del tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53Las lneas paralelas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59La cpula de los naguales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64La opcin de los brujos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71La ltima maniobra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73El plan del nagual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75

Parte II

El mundo del brujo curandero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Don Gabinito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85Uno es lo que come . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96El ritual de iniciacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101Volvindome un ayudante de curandero . . . . . . . . . . . 115Los votos del curandero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119Una visin distinta del mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128El tejido de la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137El Tonalmatl . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141Doa Lucrecia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148Cuentos de cocina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 156

ndice

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La humildad del rey . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159Historias de pacientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163Los ataques del seor Salas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166El pegoste energtico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169El jugador de pelotas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171La leyenda del guerrero enamorado . . . . . . . . . . . . . . 176El cuento del rey poeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180

Parte III

Las lecciones de los curanderos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185El acecho de don Melchor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189Cumplir con lo mnimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192El poder de la palabra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200Ohtli Necuapalli . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209El arte de actuar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224Ms all del ensueo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237De la bitcora de ensueo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247

Parte IV

El secreto de la serpiente emplumada . . . . . . . . . . . . . 251El vuelo del Quetzal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259El linaje de los Ticis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268La regla para las partidas circulares . . . . . . . . . . . . . . 272

Parte V

Transmutaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291

Eplogo El ltimo adis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297

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Viviendo un mito

Por Juan Yoliliztli

El Diablo hizo los ex-sacramentos con cosas que no se pueden reconocer, malas de comer. Acaso con algunas formas que se agitan alrededor, bestias fieras, pjaros difciles de identificar, que no son corrientes. Muy pe-ligrosa es su palabra, doble, oscura.

Fraile Andrs de Olmos

Tratado de las Idolatras de la Nueva Espaa, ao 1536.

An cuando, durante la conquista de Mxico, los espaoles pudieron presenciar actos asombrosos de transformacin entre los indgenas, como dan testi-monio los historiadores de la poca en sus crnicas, (aparte de que an quedan evidencias de tales hechos, grabados en esculturas y pinturas murales en diversas iglesias del pas) ellos no supieron aprovechar la gran oportunidad que se les presentaba para estudiar una cultura distinta o explorar las nuevas posibilidades per-ceptivas que atestiguaban. En lugar de esto, tacharon los actos que vean como obras del demonio, razn por la cual los persiguieron, los mataron y los dieron por exterminados, olvidando luego el asunto, ya que sus ojos estaban fijos en el metal amarillo que los ind-genas despreciaban porque tenan a la mano algo que

Prlogo

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consideraban de mucho ms valor: el conocimiento de un vasto mundo mgico.

Los investigadores modernos, cientficos brillantes, luchan por desentraar los misterios del universo; para eso, construyen sofisticadas naves espaciales cada vez ms complejas. Lo hacen, an sabiendo que, hagan cuanto hagan, jams podrn vencer fsicamente las enormes distancias de miles de millones de aos luz, verdaderas barreras que nos separan de otros cuerpos celestes. Y lo ms triste es que, si acaso algn da lograsen vencerlas, seguramente haran con las otras razas que llegasen a encontrar, lo mismo que los conquistadores les hicieron a nuestros hermanos indgenas. (Que no se olvide! Todos los europeos y sus descendientes tenemos una deuda para con ese pueblo.)

Sin embargo, hubo un otro tipo de investigado-res que tomaron una va distinta para descifrar los misterios del Universo y que afirman haber logrado resolver de una manera prctica la cuestin del tiem-po y espacio, sus herederos son los brujos modernos, quienes, en vez de tratar de manejar las cosas desde la fsica, como lo hace nuestra ciencia actual, enfo-caron sus esfuerzos en la comprensin y el manejo de la energa, disciplina an desconocida en nuestras universidades.

Con la aplicacin de ese conocimiento, los brujos viajan libremente por todo el Universo en tiempo cero, sin importar la distancia a recorrer, ni con el costo, que no se mide en litros de combustible, sino en intensidad de atencin. Aseguran que el secreto radica en la ma-nipulacin de la conciencia, all donde todo se reduce a

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energa. Partiendo de esa premisa, ellos se lanzan a la exploracin de lo desconocido.

Qu hubiera pasado si los europeos de hace qui-nientos aos, en lugar de concentrarse en la conquista y la destruccin, hubiesen aprovechado la oportunidad que se les presentaba? Probablemente, nunca lo sabre-mos; pero puede que hoy, cinco siglos despus, el ser humano como raza ya fuera un viajero frecuente del Cosmos.

El hombre de razn camina hacia su extincin. La egomana resultante de la importancia personal y la autocompasin llevan al homo sapiens u homo ra-zonabilis hacia su final. En su lugar, aparecer una nueva raza: el homo perceptibilis; sos sern seres mgicos que viajarn libremente por el oscuro mar de la conciencia. Veo el surgimiento de un mundo nuevo, donde la magia y la tecnologa coexistirn en perfecta armona.

En este libro, Armando nos ofrece una magnifica descripcin de su aprendizaje junto a los curanderos de Mxico que lo adoptaron como ayudante. Nos muestra de forma clara que la realidad que percibimos depende completamente de dnde fijamos nuestra atencin. As que, el mito de los brujos, an cuando parezca patra-as al hombre occidental, es en verdad una descripcin distinta del mundo. Desde esta ptica, si lo que el in-vestigador busca son resultados, las prcticas que siga para lograrlo no tienen mucha importancia, lo que importa es que funcionen.

El mito de los brujos, por lo tanto, no es una men-tira, como insina el nombre, sino que, una repre-sentacin alterna de la realidad. Sus descripciones son

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sostenidas por la voluntad de esos hombres poderosos y se encuentran vigentes an hoy da. Ellos la aplican en su vida diaria de forma prctica y, de hecho, dicen ellos que funcionan tan bien como nuestras propias descripciones basadas en la razn.

El hombre moderno, al describir su mundo, lo hace de manera tan metdica y detallista que no le queda ni siquiera una mnima fisura por donde escapar. De ah la sensacin de estar embotellado, de no tener paz, no tener salida, hechos que generan tanta depresin. El resultado es el terrible estado destructivo en que se encuentra la humanidad. Lo que el hombre moderno necesita, es volver a soar sueos de poder y magia.

He odo muchas especulaciones respecto a que si Carlos logr o no su meta.

- Usted cree que Carlos Castaneda haya alcanzado la libertad? Me preguntan con frecuencia.

Claro que s! l, al igual que Calixto Muni, sali victorioso de su batalla. Carlos ha logrado dar un sal-to mortal con el pensamiento y es libre. No se deben poner trabas al pensamiento, se es el gran truco de los brujos.

En esta obra, Armando ofrece las herramientas para liberarnos de las cadenas de la racionalidad, abre las cortinas del otro mundo y nos brinda una nueva descripcin, al develar el mito de los brujos curanderos. Nos muestra una realidad que no es nuestra descrip-cin cotidiana, pero que sigue muy vigente en algunas comunidades rurales de Mxico.

De modo que en este punto es justo advertir al lector sobre la necesidad de suspender el juicio y aproximarse a este asunto con un criterio amplio, una mente abierta

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y una actitud de verdadera investigacin. Armando nos invita a entrar en un mundo mgico, donde nuestras ms extravagantes fantasas pueden volverse realidad. Nos demuestra que las experiencias de los brujos estn al alcance de cualquiera, es tan slo querer abrirse a ellas.

A m, en lo particular, esta obra me deja un raro sabor de boca, al darme cuenta que, de hecho, no esta-mos conscientes de nuestras verdaderas posibilidades como seres humanos. Al igual que todos, yo no espe-raba un nuevo libro por parte de Armando, tomando en consideracin sus repetidas negativas al respeto; as que esta obra, fue para m, motivo de una gran sorpresa y deleite; espero que ustedes, la disfruten tanto cuanto yo.

J.Y.

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Mi nombre es Armando Torres, ste es el testimonio de las experiencias por las cuales he pasado tras haberme involucrado con un grupo de brujos curanderos de la Sierra Madre Oriental de Mxico. El responsable de que haya adoptado este camino, fue el clebre antroplogo Carlos Castaneda, autor de una docena de bestsellers, donde relata su propia odisea de aprendizaje en el arte de la brujera.

Carlos nos cuenta en sus libros como, a causa de sus estudios de campo, entr en contacto con un po-deroso chamn Yaqui del norte de Mxico llamado don Juan Matus. Durante trece aos se dedic a investigar el mundo mgico al cual le introdujo don Juan con la ayuda de sus compaeros.

En el primer contacto que tuvo Carlos con su maes-tro, aquello que al principio pareca ser un encuentro comn con un brujo yerbero, que como muchos otros utilizaba plantas alucingenas para inducir un estado alterado de conciencia en su aprendiz, result ser algo muy distinto.

Carlos desarroll una doble relacin con don Juan y sus compaeros; por una parte, en la conciencia co-tidiana, los trat como si fueran sus informantes ind-genas, por la otra, en estados alterados de conciencia, recibi de ellos importante informacin como aprendiz de brujo.

A partir de su quinto libro, justo despus de la par-tida del nagual Juan Matus y su equipo, la historia da

Introduccin

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un vuelco inesperado, cuando Carlos empieza a recordar todo lo vivido en la conciencia acrecentada.

En ese estado inslito de conciencia, descubri que su maestro no era meramente un brujo ordinario, involucrado en los quehaceres de los brujos, sino que perteneca a una tradicin de practicantes, cuyo ori-gen se remontaba a la antigedad. Supo que don Juan era, adems, el nagual, es decir, el lder de un grupo de brujos que perseguan la libertad total como meta abstracta.

La capacidad de orientar el aprendiz en un estado de conciencia acrecentada es uno de los elementos bsicos en la formacin de nuevos guerreros en las partidas de brujos.

Logran ese estado cambiando la posicin del punto de encaje del discpulo a nuevas reas de su luminosi-dad. El resultado de esos cambios es muy parecido a lo que ocurre cuando se utilizan plantas de poder, pero la manipulacin deliberada permite un mayor control, de forma que se puede prolongar ese estado inducido de percepcin, por mucho ms tiempo.

La conciencia acrecentada ha sido descrita de muchas maneras; quizs, la que mejor la explica, es aquella donde consideramos la posibilidad de la existencia del punto de encaje. De acuerdo con los brujos videntes, el punto de encaje es el centro de la percepcin; lo perciben como si fuera un magneto luminoso que est situado en la periferia del campo de energa que circunda el cuerpo fsico, a la altura de los omplatos y ms o menos a un brazo de distancia.

Los brujos han aprendido a mover ese punto de luz. A travs de la experimentacin, vieron que es posible

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manipular la fijeza de ese punto de diversas maneras. Tambin aprendieron que era viable hacerlo en terceros. Saben que sin importar adonde se desplace el punto de encaje, siempre ser un rea nueva. Vieron que sa ca-racterstica poda ser usada como el elemento clave en la enseanza de los aprendices, porque tiene la propie-dad de conceder a quien la experimenta, concentracin ilimitada en lo que se hace.

Por lo tanto, los maestros utilizan esta maniobra para ensear, ya que lo que se aprende en ese estado alterado de conciencia queda latente en el receptor. Sin embargo, por su propia naturaleza, la instruccin re-cibida se transforma en un bloque perceptual de gran intensidad, lo cual constituye un grave problema para la recoleccin de los eventos vividos.

La instruccin recibida en esos lapsos de conciencia alterada es entonces olvidada, se queda almacenada en un rea de nuestro ser total que no es el cerebro. Es como si el aprendiz hubiera sido puesto en un profundo estado de hipnosis en el momento de recibir la ensean-za, slo para recordar todo lo ocurrido posteriormente, a travs de alguna situacin especial o palabra clave, como si fuera una orden post hipntica.

Tratar de recordar la conciencia acrecentada es como tratar de recordar un sueo; cuanto ms se esfuerza uno, ms efmero se vuelve ste. Para recordar ese tipo de experiencia es necesario almacenar suficiente energa. De nada sirve usar la mente lineal para recobrar esas memorias, slo con energa es posible mover el punto de encaje, para as realinearlo en la posicin, en que se encontraba en el momento, en que se dio la experiencia, que se quiere recordar.

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En ese estado especial de conciencia, Carlos apren-di de primera mano los misterios de la brujera. Se hizo consciente de que todo es energa y que es posible utilizar y controlar sa energa. Los brujos poseen ese conocimiento desde hace miles de aos, los pasan de generacin en generacin, a individuos elegidos por esa misma fuerza impersonal e inexplicable que moldea el universo.

Para el hombre comn y corriente, lo que hacen los brujos es incomprensible. Sus actos desafan la razn y eso, a travs de la historia, les ha generado fama de poseer poderes especiales y controlar fuerzas sobre-naturales, que la gente por lo general asocia con la intervencin de espritus malficos.

Conforme evolucionaba en su instruccin, el joven estudiante de antropologa, an sin estar plenamente consciente de lo que haca, se adentr en un extrao sis-tema de conocimiento. Descubri que la brujera, lejos de ser un conjunto de prcticas absurdas, de maleficios y encantamientos, era en verdad una filosofa de vida muy antigua, ejercida por practicantes extremadamente disciplinados.

Al unir su destino al grupo del nagual, Carlos se enter que don Juan y sus compaeros eran en verdad, el ltimo remanente de un linaje de conocimiento an-cestral que haba florecido durante miles de aos en lo que actualmente es Mxico y parte de Centroamrica, una cultura nica de personas apasionadas por develar el secreto de la existencia. Esos hombres eran conocidos como toltecas.

Tolteca es el nombre que se le da a cualquiera que sea practicante de las artes que conducen al conocimiento.

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Sus quehaceres tienen que ver con investigaciones en el campo del estar consciente de ser, con el control de s mismos y la manipulacin de seres inorgnicos o fuerzas aliadas, como les llaman ellos.

Hasta hoy en da existen, diseminados por todo el pas, los descendientes de aquellos antiguos linajes, que siguen el camino y las prcticas de sus antepasados. Uno de esos grupos son los brujos curanderos, tradicin a la cual pertenezco y de la cual se trata este trabajo.

Debido a mi manda, he podido corroborar en gran medida muchos de los desafos dejados por Carlos. Y an cuando todava me encuentro en la fase de re-coleccin de mis experiencias pasadas, he perdido la forma humana y he logrado completar mi cuerpo de sueo. Esto me ha abierto las puertas de un mundo extraordinario.

***

En la primera etapa de su aprendizaje, Carlos sigui fielmente la tradicin y se mantuvo totalmente inacce-sible al mundo exterior; no reciba a nadie, ni siquiera conceda entrevistas para publicitar sus propios libros. Pero, con el tiempo, poco a poco, se fue abriendo. Pri-mero acept realizar reuniones privadas y ms adelante consinti en impartir conferencias pblicas.

Tuve la fortuna de asistir a diversas de esas charlas. Adems en varias ocasiones pude platicar directamente con l, de tal manera que aprovech para aclarar mis dudas.

Recuerdo que en el inicio de mi aprendizaje, crea tener todo bajo control, incluso ya haba decidido mi

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futuro. Mi meta era terminar la especializacin que haba elegido, luego encontrar un trabajo y constituir una familia. Por entonces, ya estaba comprometido con una hermosa chica, nos ambamos y pretendamos casarnos. Cuando le cont de mis planes, Carlos me disuadi de la idea, me ayud a entender que haba ms en la vida que nacer, reproducirse y morir. Me dijo:

An no has considerado todas tus posibilidades. Ests simplemente actuando de forma mecnica, segn lo que te han programado.

Lo que todos hacemos, es repetir la vida de nuestros padres una y otra vez, sin darnos cuenta de que real-mente existen otras opciones para nosotros. Conmigo ocurra lo mismo, lo que ms ansiaba era tener una familia, pues crea que no sobrevivira si no era as. Don Juan me sac de todo eso y mrame, an estoy aqu, vivito y coleando!

La razn principal de querer formar una familia, no es slo el imperativo biolgico, tambin hay motivos ocultos que tienen que ver con el miedo a quedarse solo y la preocupacin, muy egosta y pusilnime, de quin ir a cuidar al pobrecito de m?

Desde nuestro primer encuentro, Carlos me haba advertido que su energa no le permita tomar discpu-los, as que nuestra relacin no fue, en forma alguna del tipo convencional, entre maestro y aprendiz, mas bien l me trataba como a un amigo y platicbamos con la confianza de hermanos.

Imitando el acento de los norteos, una vez me dijo:

Vas a tener que rascarte con tus propias uas bato. Debes hacerte responsable de tu propio camino

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porque, desde mi punto de vista, no hay otra salida para ti.

Como ya te lo he dicho, yo no puedo tomar apren-dices, mi energa no me lo permite; lo nico que pue-do hacer, es sealarte una direccin y depender de ti seguirla o no.

En tono de queja, aadi:Yo he tratado sin xito de llegar a la gente, de im-

buirlos con el sentido de urgencia que me transmiti don Juan. El caso es que nadie me toma en serio!

Cre que lo deca por m, y empec a asegurarle que yo si lo tomaba en serio, pero l me interrumpi con un ademn.

No hace falta que te explique. Slo el tiempo dir si eres capaz o no de seguir la direccin que te he se-alado.

***

La direccin a la cual se refera Carlos, lleg aos despus en forma inesperada, cuando para mi buena suerte, l termin por presentarme a los curande-ros. Por ese hecho, tengo para con l una deuda de gratitud que jams podr pagar. Ese fue, sin dudas, el mayor regalo que alguien me haya hecho en toda mi vida.

Mi relacin con l, fue atpica desde el principio, porque segn me cont ms tarde, l haba recibido una seal del espritu y debido a eso, me escogi como el mensajero de la regla del nagual de tres puntas. Me advirti que debera darla a conocer hasta cuatro aos despus de su partida, as que tuve el tiempo

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necesario para organizar el material que l me haba transmitido.

En el proceso de publicacin, surgi el desafo de no slo escribir la regla, sino tambin sintetizar en unas cuantas pginas todo lo vivido con Carlos. Ese trabajo, que me hundi en un profundo estado de recapitu-lacin y ensueo, me hizo revivir las memorias ms recnditas, result finalmente el libro Encuentros con el Nagual.

Castaneda acostumbraba utilizar la escritura pe-riodstica como estilo literario, dndole as un sabor de reportaje a sus libros. En esta obra, he preferido la forma narrativa y de cuentos para dar a conocer mi historia. La ventaja en el uso de este formato, es que me permite un mayor espacio en el manejo de las palabras e ideas. Debo aclarar sin embargo, que no por usar ese tipo de escritura, lo que describo es irreal.

En el camino del conocimiento, he experimentado cosas tan fuera de lo comn, que intentar exponerlas en forma de alegato desde una tribuna, sera expo-nerme al ridculo o quizs ser tajado de loco y men-tiroso por aquellos que nada saben de estos asuntos, justo como le ocurri en repetidas ocasiones a Carlos Castaneda.

Los brujos por lo general son muy reticentes al ha-blar sobre su conocimiento, porque saben que a veces, ste es aparentemente contradictorio. Adems, que ex-plicarlo no siempre es una tarea sencilla, principalmente porque las personas no tienen la energa necesaria para comprender y porque desconocen las posibilidades al-canzadas por los brujos, de modo que no pueden creer en lo que stos dicen. Es por ello que en ocasiones, los

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brujos recurren a la artimaa de las fbulas y metforas para exponer su conocimiento.

Tal vez sea debido a eso, que algunos se resintieron tanto, cuando descubrieron que Carlos daba informa-cin contradictoria, sobre s mismo y su historia per-sonal. Aqu es donde el viejo proverbio que dice cuelas una hormiga pero dejas pasar a un elefante es aplicable a la gente que se queda atrapada en los detalles de los cuentos, en la descripcin de los eventos, y pierden lo ms importante que es el mensaje.

En un principio, yo tampoco comprenda muy bien a que se referan los abuelos cuando expresaban su co-nocimiento. A veces, ellos incluso utilizaban trminos, que ni siquiera tenan una traduccin exacta en nuestro idioma. Por lo tanto, mi primer impulso fue rechazar todas aquellas jerigonzas mstico-religiosas, que yo consideraba eran creencias de gente ignorante.

Lo que me impidi juzgarlos de forma tan ruda, fue la capacidad que tuve de convertir los conceptos que los abuelos intentaban ensearme, a la terminologa empleada por Castaneda. Solo gracias a lo que aprend con Carlos, fue que pude entender lo que trataban de explicarme los curanderos.

As que, propiamente hablando, puedo decir que soy el producto de ambas enseanzas, la del grupo de los curanderos, por un lado y la de Carlos Castaneda por el otro, de tal forma que me es inevitable, en ocasiones, mezclar ambas terminologas. Confieso sin embargo, que en esta obra, hice un esfuerzo especial en beneficio de los lectores, a fin de hacerla ms coherente con el vocabulario del nagualismo utilizado en los libros de Carlos.

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De hecho, he encontrado que la meta de ambos ca-minos es la misma. En verdad, lo nico donde difieren entre s, es en el tipo de acecho que aplican a la des-cripcin del mundo, y en el caso de los curanderos, de algunos procedimientos novedosos que son realmente muy eficaces.

Cuando un brujo pasa el conocimiento a un pros-pecto, se dice que el heredero es un hijo o que el brujo ha hecho un hijo. En este sentido, Carlos ha hecho millones de hijos potenciales por todo el mundo, al dar a conocer la tradicin de su maestro a travs de los libros que public. El verdadero le-gado que l dej a las generaciones venideras, es el desafo de rebasar el nivel de ser simple lectores y experimentar por s mismos, los misterios que han descubiertos los brujos.

***

El intenso trabajo con cual estoy comprometido, me obliga a apartarme de toda relacin social superflua, que solo busca incrementar el ego. As que, atendiendo la advertencia del nagual y para evitar caer en errores que podran costarme la vida, e incluso mi libertad, he decidido compartir y al mismo tiempo mantenerme al margen, de tal forma que participo sin participar. Ofrezco contar las historias, en la esperanza de que, tal vez, stas puedan ser de utilidad para aquellos que las leen.

He dedicado gran parte de mi vida, a este propsito y sera desastroso perder ahora por algn descuido, lo que he logrado con tanto esfuerzo. Por lo tanto, espero

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que perdonen mi ausentismo; es que estoy comprome-tido con un trabajo que me rebasa.

La razn para traerles este libro, tiene que ver con una sucesin de augurios, que me cost mucho trabajo entender. Mi dificultad era porque ya haba tomado de antemano, la decisin de no publicar nada ms all de lo que ya haba dado a conocer anteriormente. Por lo tanto, no adverta la total implicacin de las indi-caciones que me deparaba el espritu; crea que lo que pasaba tena que ver slo con mi entorno inmediato; pero descubr que no era as. Por eso, comparto mis experiencias en el mundo de los curanderos.

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PARTE I

Despertando al intento

Ese da nos encontramos a un costado del Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de Mxico. Carlos me dijo que andaba buscando unos libros raros, me pidi que le acompaara a las libreras de segunda mano. Atra-vesamos el jardn y fuimos caminando en silencio por las calles del Centro Histrico, rumbo al Zcalo. l se meta en cada tienda de libros viejos que vea, pero al final no compraba nada.

Normalmente yo no hablo con nadie en privado, Me dijo sbitamente pero contigo va a ser dife-rente.

Le pregunt a qu se deba esa deferencia.Los vientos te son propicios. Respondi con una

sonrisa enigmtica.No satisfecho con esa contestacin, insist en sa-

ber por que me dispensaba ese privilegio. No quiso contestarme. Su evasiva respuesta fue que algn da hablaramos del tema.

Estaba hojeando unos libros, cuando de pronto sent que l me sujetaba por el brazo mientras sealaba a un estante.

Lo ves, lo ves? Su rostro era el retrato de la indignacin.

Yo no vea nada.All, all! Me dijo, sealando un grupo de li-

bros.

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Aguc la vista y divis su nombre en la cartula de un libro titulado Una realidad aparte. Al parecer, el motivo de su arrebato era que lo haban clasificado entre las novelas de ficcin.

Mirbamos los estantes de poesa contempornea, cuando le dije que me encantara or historias de bru-jos y que sera feliz si l quisiera contarme alguna. Al escuchar mi solicitud, me mir con unos ojos brillantes y una expresin de quien acababa de recordar algo. Entonces me susurr, en un tono dramtico:

Te encargo una tarea.Me cont que estaba preparando un trabajo y ne-

cesitaba cierta informacin, pero sus mltiples ocupa-ciones no le dejaban el tiempo necesario para buscarla. Mirndome fijamente dijo:

Quizs t podras ayudarme.Me acuerdo que haba en sus ojos tal intensidad que,

por un instante, me sent confundido. Pero en seguida dio media vuelta y comenz a revisar un estante de libros.

El tema de la mirada es recurrente en la obra de Carlos. Se trata de una tcnica con la cual el brujo blo-quea, en un instante y por la fuerza, el dilogo interno de su interlocutor.

Luego de haberme recuperado, le dije que me dara mucho gusto poder ayudarlo. Su rostro resplandeci y con una gran sonrisa, me contest:

Ya que vas a ser un periodista, - Se refera a mis estudios - quiero que vayas al mundo de los anti-guos videntes y les convenzas de que te cuenten sus historias. Un reportaje de poder, eso es lo que quiero de ti!

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Su pedido me tom por sorpresa, no saba que pen-sar, incluso llegu a creer que se trataba de una broma. Su voz sonaba muy seria, pero haba un cierto aire de malicia en su mirada.

Trat de averiguar ms sobre la supuesta tarea, pero l afirm que aqul no era ni el momento, ni el local adecuado para discutir ese asunto, as que me qued lleno de curiosidad por saber a qu se refera.

***

En otra ocasin estbamos sentados en una banca de la Alameda Central, aprovech la oportunidad y saqu a colacin el tema de la tarea que me haba encargado, me dijo:

Lo que quiero de ti, es que vayas al mundo de los antiguos videntes y les haga una serie de preguntas, ms adelante te las dar en una lista que voy a prepa-rar.

Pero debes cuidarte, Continu porque son unos brujos perversos, tenebrosos, viven en un per-manente estado de guerra y tratarn de matarte. Para sobrevivir, tendrs que ofrecerles algo que les interese. Lograr que te escuchen ser la nica oportunidad de salir entero.

Y qu puedo ofrecerles? Le pregunt tratando de disimular mi temor.

A ellos slo les interesa el engrandecimiento del ego. Estn tan llenos de importancia personal, que han en-focado todas sus obras malignas de brujera hacia ese fin en particular. De forma que entraron en mundos cuyas caractersticas les obligan a buscar a toda costa,

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el tipo de energa que ms les conviene para mantener sus insaciables egos.

Para interesarles, tienes que ofrecerles algo que exa-cerbe esa importancia hasta niveles inimaginables. Algo as como una forma de culto, donde ellos encuentren garantizada su alimentacin. Tienes que convencerles de que ganarn ms dejndote ir que reteniendo tu energa.

Por lo tanto, promteles un reportaje en el cual ellos y sus cuentos de poder jueguen el papel central. Si logras eso, puede que lleguen a un acuerdo contigo.

Y por qu una forma de culto? - Le pregunt. - No existe algn otro modo?

Si, - Contest. - dejndote atrapar! Esos brujos desarrollaron aspectos mrbidos de sus

personalidades, tales como el gusto por los rituales, la fijacin, la devocin y la autocompasin. Tienen una tendencia de carcter que podramos calificar de ms-tica, porque se trata de un esfuerzo desesperado por restablecer su unidad.

El nico modo de que se muevan a favor de uno, es ponindoles enfrente, edificios de morbidez, an mayores que los que ellos adoran, para que cualquier sacrificio momentneo de energa, signifique para ellos, un incremento desproporcionado en sus posibilidades futuras.

La conducta ritual y religiosa, es la nica forma de producir la cantidad de energa que esas aberraciones requieren para alcanzar sus sombros propsitos.

Sus palabras me sacudieron; de sbito me asalt un profundo terror, pero al mismo tiempo, fustigaron mi curiosidad. Por aquellos das, mi devocin oscilaba en

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tres caminos distintos, las creencias cristianas heredadas de mis familiares, el enfoque cientfico que recib en la escuela y que conlleva un peso considerable, adems de ciertas ideas orientales que comenzaban a interesarme sobremanera.

Le dije en son de broma que no tena una mquina del tiempo para poder cumplir con esa tarea.

Replic con paciencia que no necesitaba viajar por el tiempo para visitar a los antiguos videntes, pues ellos existan hoy en da. Ante mi expresin de desconcierto, explic:

Llamarles nuevos o antiguos es slo una forma de hacer distincin entre categoras de brujos. Don Juan consideraba que los nuevos videntes eran aquellos, que estaban enfrascados exclusivamente en la lucha por la libertad.

Los nuevos videntes dejaron de lado todas las mi-nucias de la tradicin y fueron directamente a la fuente. Pero eso no significa que no haya por ah muchos brujos que an siguen las viejas costumbres; puedes aprender mucho de ellos.

En el mundo de los brujos nada es gratis. Si lo que quieres son historias de poder, ve por ellas!

Me empuj gentilmente, como instndome a correr calle abajo, luego palme mi hombro y aadi:

Slo aquellos que estn dispuestos a arriesgarse, podrn develar los misterios que nos oculta el univer-so.

Me qued muy aprehensivo, pues crea que iba a mandarme en alguna excursin macabra, acaso con algunos brujos malos, pero pasaron muchos aos sin que volviramos a hablar sobre eso. De hecho ya casi

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me haba olvidado del asunto. Fue solo mucho despus, durante una de mis sesiones de recapitulacin, que me percat que, aquel da, Carlos, en realidad, me haba sealado una direccin: fue en ese preciso momento cuando l me present al intento.

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Atizando la importancia personal

Entr en contacto con la obra de Carlos en una poca decisiva para m, cuando an no tena definido comple-tamente cuales conceptos iba adoptar como gua de mi vida. Cuando lo encontr por vez primera, ya haba le-do algunos de sus libros, pero muchos de los conceptos que all se expresan se me escapaban, sus significados sin embargo, eran para m, al mismo tiempo oscuros y provocadores.

Carlos tena un estilo nico para ensear; con-segua atizar la importancia personal de la gente con tan slo una mirada. Algunas personas se des-concertaban tanto cuando estaban acerca de l, que sufran explosiones de ego y hasta se ponan mal del estmago.

Mi relacin de amistad con l, siempre fue muy buena, aunque hubo etapas en que no nos veamos o hablamos en absoluto. Es como si el nagual hubiera querido darme un descanso de tiempo, un perodo de alejamiento suficiente como para permitirme la opor-tunidad de asimilar sus lecciones.

Carlos literalmente exigi de mi parte, el ms ab-soluto sigilo con respeto a nuestra relacin, llegando al punto de amenazarme con dejar de verme si acaso, yo fallara en cumplir con su demanda. Sus palabras fueron claras:

No digas nada de sto a nadie.En aquel momento, an cuando no entend la razn

de su exigencia, me resulto fcil cumplir con ese reque-

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rimiento, ya que mi naturaleza retrada y solitaria me proporcion el aislamiento ideal.

Otra de sus demandas fue que llevara apuntes sis-temticos de nuestras plticas. Alegaba que algn da podran llegar a servirme. Esto me sorprendi, porque en diversas ocasiones le escuch decir en sus conferen-cias que no se deba apuntar nada. En ese aspecto mi entrenamiento acadmico me fue de gran ayuda.

Recuerdo cmo l se burlaba de la gente, afirmando que todos eran unos egomaniticos irremediables y que se despedazaban a la menor presin. Deca que algu-nos se quedaban tan dolidos por lo que l deca, que se apartaban enojados y terminaban hablando disparate y medio sobre l. Era divertido ver como se mora de la risa al comentar las barbaridades que decan de l.

Un asunto que le preocupaba sobremanera, eran algunas personas que segn l, distorsionaban las enseanzas. Nos cont por ejemplo, como el seor Snchez explotaba descaradamente su nombre y que hasta el Hidalgo, andaba organizando cursos sobre sus libros para lucrar con eso. Incluso lleg a contratar abogados para demandar legalmente a quienes usaban su nombre en forma indebida o citaban sus escritos sin autorizacin. Afirmaba que las ideas eran propie-dades mgicas de quienes las tenan y que deban ser respetadas.

Deca que debamos estar agradecidos de que l fuese tan paciente y metdico al explicar el conocimiento de los brujos, y que, si estuviramos en las manos de don Juan, ste ciertamente nos metera dentro de un costal y nos apaleara hasta que aprendiramos la leccin: que no hay tiempo en absoluto.

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Un asunto que despert mi curiosidad fue que, a veces, l comentaba chismes sobre la gente con tantos detalles, que me asalt la duda, de cmo poda saber esas cosas con certeza. Cuando le pregunt si tena espas entre sus seguidores, me replic que en efecto, mucha gente le contaba lo que ocurra, pero que su certidumbre vena de otro lado. Afirm que perciba los pensamientos de los dems y que el emisario de ensueo le deca todo sobre cada persona en quien centraba su atencin.

Le pregunt si l conoca mis pensamientos. Al ver mi cara de aprehensin sonri y en tono de broma, dijo que yo era un alma enamorada. Me sonroj, como si fuera un nio atrapado haciendo algo ilcito.

Tambin me cont de personas, que se aproxima-ban a l con las intenciones de poder lucirse frente a los dems, por haber conocido a una celebridad. A stos, le era fcil reconocerlos, porque, lo primero que hacan, era pedirle su autgrafo. Otros, trataban de sacar jugo de la relacin para atraer discpulos a sus propias escuelas. Haba tambin aquellos que llegaban con la esperanza de ser descubiertos y reconocidos por l como su sucesor. Me daban ataques de risa cuando imitaba las miradas de perros suplicantes que tenan de: por favor, mrame, aqu estoy YO!

Ah, eso s! Cuando fallo en darme cuenta de lo maravillosos que son, entonces se enojan y salen ha-blando pestes, no solo de m, sino de todos nosotros - Dijo, refirindose a sus cohortes.

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La nica ayuda externaque podemos recibir

En una pltica que sostuvimos, tratando de compro-meterme con el camino, l me dijo:

La autocompasin y la importancia personal son los verdaderos tiranos, le impiden a uno ver las cosas con claridad. Por lo tanto, si quieres hacer algo por ti mismo, empieza hoy ahorita mismo!, a combatir esos enemigos.

Pero, cmo puedo hacer eso? Siendo deliberado, estando alerta, dndote cuenta

de cada acto, pensamiento y sentimiento que te asal-ten, acechndote incansablemente y no entregndote a tus vicios.

Sigui diciendo:Si empiezas ahora, habrs dado el primer gran

paso. Es cierto que puede tomarte aos de lucha, pero ya no estars inerte.

Por mis vicios, l se refera a las concesiones que todos nos hacemos cuando decimos: es que no puedo vivir sin esto o aquello, o voy a darme el lujo de tal o cual cosa, o an la vieja excusa cuando nos decimos: es que me lo merezco.

Revisar constantemente cada pensamiento, palabra y accin que se realiza, es sin duda un gran desafo; sin embargo, di ese paso, l tena razn, me cost aos de trabajo. Para m se fue un proceso paulatino. Cuando por fin, me di cuenta de que ya no estaba actuando bajo las premisas de la autocompasin, me sent verdade-

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ramente libre de tan pesada carga. Lo ms increble es que, antes, ni siquiera notaba que estaba ah.

sa es realmente una batalla de veinticuatro horas al da, la que el guerrero lucha consigo mismo, en contra de la importancia personal y la autocompasin, que en el fondo es en contra de su propia estupidez.

Para lograrlo, uno tiene que forzarse a s mismo, a cada momento para no distraerse, para estar consciente todo el tiempo, ya que, si baja la guardia aunque sea por tan slo un instante, se queda desprotegido de los ataques del ego.

Ahora entiendo lo que Carlos quera decir cuando afirmaba que no son necesarios los maestros. Deca l, que este asunto es como ir al bao, tiene que hacerlo uno mismo, puesto que es un trabajo estrictamente personal. La lucha es contra el propio ego y nadie puede ayudarnos con eso.

Tal vez la nica ayuda externa que se puede recibir de nuestros semejantes, es aquella que nos hace cons-cientes de nuestras debilidades. Sin embargo, aqu surge otro problema, ya que siempre vemos a aquellos que sealan nuestras faltas como adversarios o enemigos, cuando, en realidad, es a ellos a quienes deberamos de agradecerles, pues esos son nuestros benefactores.

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Atizando al intento

Platicando con Carlos surgi el tema del intento y apro-vech para preguntarle que haba realmente detrs de ese asunto.

Me respondi:se es un tema sobre el cual no se puede hablar y

no es por no querer, sino que, cualquier representacin verbal, que se haga, ser insuficiente para referirlo. Es como comer un helado, tiene que ser experimentado directamente, no hay manera de describirlo.

Tal vez puedas aclararme entonces, sobre la manera de llamar al intento. - Insist con el tema.

Hay tantas maneras como practicantes. Parece co-nectarse con cada individuo de forma nica, pero los brujos han descubierto que de hecho, s existen algunas formas, para atizar al intento.

Cmo atizan al intento?Siendo impecables, pero eso no es decir mucho no?

- Me mir con una sonrisa burlona, como diciendo: ya he estado ah.

Los brujos acostumbran realizar actos de despren-dimiento y generosidad, sa es una forma de ponerse al alcance, la otra, es mover los ojos para comunicarse con el espritu.

Cmo los mueven?Don Juan me ense varios ejercicios, los he men-

cionado en mis escritos, no te has dado cuenta? No saba de qu hablaba, as que le ped que me lo

ejemplificara.

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En mis libros, describo por ejemplo, la tcnica de mover los ojos en crculos para intentar un cambio, embizcarlos para intentar percibir cosas fuera de lo usual, entrecerrarlos y entornarlos para intentar el silencio interior y cosas por el estilo.

Al dominar cada uno de esos ejercicios, el guerrero adquiere en la mirada un brillo raro, una sensacin di-fcil de describir, es algo que uno debe de experimentar personalmente, es con esa sensacin que uno llama al intento.

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Eficiencia y Eficacia

En una pltica que sostuvimos, le cont que yo haba asumido una disciplina: me despertaba a las cinco de la maana, me tomaba una ducha de agua helada y luego me pona a hacer los ejercicios que l nos haba ense-ado. Cre que Carlos iba a felicitarme por este logro, pero l no tom con beneplcito mis declaraciones, me dijo que lo nico que estaba haciendo, era exponerme a contraer una neumona.

Aadi:Lo que haces no es ni muy eficiente, ni muy eficaz.

Forzndote de esa manera no logrars nada, as que, te ests desgastando intilmente.

Sent que l amenazaba con romper mis rutinas, de modo que trat de cambiar de tema. Le dije que para m, los conceptos de eficiencia y eficacia que acababa de emplear, me parecan redundantes.

Entonces me explic, que para los brujos, es de gran importancia no confundir los medios con los fines. Superficialmente, esos conceptos parecen ser la mis-ma cosa, pero no lo son, en la prctica hay un abismo entre ellos y el angosto pasaje a travs del abismo es la impecabilidad del camino del guerrero.

El camino del guerrero es el arte del equilibrio. La eficacia consiste en el logro de nuestros objetivos. La eficiencia, por otro lado, es el modo de hacer que este logro consuma la menor cantidad posible de energa.

Por ejemplo, un chamn es eficaz cuando logra ver y es eficiente cuando esa conquista no disipa toda su

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vida, cuando usa ese poder para incrementar la concien-cia, en vez de incrementar la importancia personal.

Los antiguos videntes, fueron muy eficientes al adquirir poder; sin embargo, utilizaron los dones ad-quiridos para ejercer control sobre los dems. Cuando lleg el momento de la verdad, todos se quedaron atrapados como prisioneros en el mundo de los seres inorgnicos, no tuvieron defensa alguna. Ellos fueron muy eficientes, s pero muy poco eficaces.

Al aprender a acechar, un guerrero aprende a refinar sus niveles de eficiencia. Cada gota de energa cuenta, cada movimiento es decisivo. La diferencia entre el tolteca, como artista guerrero y el brujo charlatn de los caminos, es que para el primero, los detalles son de mxima importancia.

La belleza de su arte se revela en cada paso que da, para l la vida es un ejercicio de estrategia. Mientras que para el otro, est tan seducido con la idea de eficacia, es decir, con el logro de sus intereses personales, que se lanza de cabeza a sus objetivos como una mosca en contra del cristal y generalmente, no llega a nada. Su vida no es una obra de arte.

La eficiencia del guerrero depende de cun com-prometido est con el camino, pero no debe permitir jams que el conocimiento lo ofusque. Es necesario ser paciente, acumular poder poco a poco, como si fuera una batera de carga lenta; slo as lograr contrarrestar el efecto cegador de la claridad.

Es comn que el aprendiz se cuestione por qu su benefactor, tarda tanto tiempo para ensearle las cosas, parece que todo lo entrega a cuenta gotas. sto sucede as, porque an no ha adquirido la paciencia. No sabe

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que el camino ms corto, siempre es el que discurre en lnea recta.

El manejo de la eficiencia es la aplicacin del arte del acecho. Cuando aprendas a planificar cada paso, manteniendo, sin embargo, la flexibilidad suficiente para improvisar a cada instante, entonces entenders de lo que te hablo.

Dentro del camino del guerrero es de suprema im-portancia aprender cmo crear estrategias. En cierta etapa del camino, me obsesion con las estrategias, has-ta el punto que evitaba interactuar con las personas.

Y cmo lograste superar eso? - Le pregunt. No hice nada especial, los cambios se fueron dan-

do por s mismos. En cierto momento, me lleg una confianza inslita en m mismo, sent que poda hacer cualquier cosa que me propusiera.

La meta del guerrero es ablandar los lmites que imponemos a la percepcin. Para lograrlo, utiliza todas las tcnicas disponibles, aadiendo a cada una tu propia determinacin y creatividad.

As que, el mayor logro no es en s, mover el punto de encaje, puesto que lo hacemos todo el tiempo de for-ma inconsciente, sino anclarlo en una nueva posicin a travs de la disciplina. Por eso digo que la eficacia para un brujo, es alcanzar el control del cuerpo de ensueo y viajar por esa inmensidad ah afuera.

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Unidades selladas de energa

En otra de sus plticas, hablando sobre el huevo lumi-noso, Carlos afirm que todos somos unidades selladas de energa. Pero, anteriormente, l mismo haba dicho algo que pareca contradecir esa afirmacin, dijo que la importancia personal nos drena energa. Cuando me present una oportunidad apropiada, le pregunt sobre este asunto.

No es una contradiccin en absoluto, - Respondi. - se es tan slo otro malentendido ms, generado por la insuficiencia del lxico. Adems, si a esta barbacoa, le aades la usual dificultad para referirse a los fen-menos energticos, entonces ya puedes ir hacindote una idea de lo complicado que es, a veces, explicar estos temas. El caso es que realmente no existen en nuestros idiomas, palabras capaces para describir ciertos fen-menos de la brujera, por ello es que ocurren las malas interpretaciones.

Como apoyo para eludir ese problema, he tomado palabras prestadas de varias lenguas, y hasta he creado algunas nuevas, pero el asunto es ms serio de lo que parece, ya que, para el hombre moderno, si algo no se puede expresar es porque no existe.

A fin de hacerme ver que ni todo se puede transmi-tir por medio del lenguaje, me plante varias palabras que no tienen una traduccin literal y que, requieren de una larga explicacin para aclararla, como una muestra dijo que el concepto oriental del Chi como energa, describe slo parte de su profundo significado,

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como otro ejemplo dijo que en la lengua inglesa no hay una diferencia intrnseca entre ser o estar y que ambos conceptos son expresados por el verbo to be, durante su elucidacin aadi que en algunos pases nrdicos no existe el equivalente para la palabra pasin, de tal manera que, aunque sientan esa emocin, no pueden explicarla.

Con todo eso l quera hacerme consciente de que es muy fcil perderse en los laberintos de las palabras y sus significados, que de ah nacan las confusiones, a cuales se refera. Sigui diciendo que, al momento de nacer, todos nosotros recibimos una dotacin bsica de energa, que es la suma de la pasin que vertieron nuestros padres durante la concepcin.

Esa energa fue encapsulada como parte del rega-lo de vida, se es todo nuestro capital, es aquello que somos. Ahora bien, es responsabilidad de cada uno de nosotros individualmente, lo que hacemos o dejamos de hacer con ella.

El proceso de estar vivo genera una transformacin de la energa bsica en un subproducto: la percepcin, la cual genera experiencia, que se almacena como me-moria. Juntas producen la codiciada autoconciencia.

El nivel de conciencia de un individuo se mide por su capacidad de estar atento a s mismo y a su entor-no. La atencin, es por lo tanto, el elemento clave en la transformacin y enriquecimiento de la energa bruta en conciencia refinada.

La meta de los brujos es el engrandecimiento de la conciencia, por eso, ejercitan constantemente la aten-cin. De manera deliberada, disean ejercicios para evitar la distraccin, de esa manera aumentan signifi-

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cativamente la capacidad para concentrarse.Me coment que a l, le haba sido muy til la

escultura para cultivar la atencin, que de ese modo aprendi, que cuando se cancela el dilogo interno, uno da lo mejor de s, en lo que sea que se est ha-ciendo.

Cmo se engrandece la conciencia? - Pregunt. Cada uno va desarrollando su energa bsica de

diferente manera durante la vida. Conocedores de la importancia de cuidarla, los guerreros la ahorran y la acumulan a travs de actos de impecabilidad. Para ellos, la energa bsica es como si fuera una semilla que duerme y suea sueos de plenitud, en los cuales libera su tremendo potencial y se transforma en un frondoso rbol que produce frutos. De igual manera, ellos saben que su energa potencial tambin puede crecer y expan-dirse ms all de sus lmites.

De hecho, tericamente hablando, no existen lmites para el engrandecimiento de la conciencia; en principio sta podra seguir creciendo y creciendo, tal vez para siempre. Todo lo que se requiere para lograrlo es impe-cabilidad. Tal es la razn del esfuerzo continuo de los brujo por ser impecables: estn luchando por ser ms conscientes.

Pero, cudate!, porque la energa tambin puede ser gastada, hasta que no quede nada.

Explic que la energa se puede desgastar inconscien-temente, como le sucede por lo general a la gente que est expuesta a las inclemencias del ego y pasa todo el tiempo disparando sus emociones en cada interaccin que sostienen.

Los brujos, en lugar de pasar la vida disipando

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su poder personal en relaciones estriles, han des-cubierto que es posible ahorrarlo mediante actos de sobriedad e impecabilidad. As que usan el arte del acecho para acecharse a s mismos, no para engaar a los dems.

Dijo esto con un toque de sarcasmo, pues estaba consciente de mis endebles intentos en ese sentido. Continu:

Para los videntes, la conciencia tiene la apariencia de una goma viscosa transparente muy brillante, que forma una capa al alrededor del huevo luminoso; es como un resplandor que lo recubre. Esa luminiscencia, an cuan-do debera ser abundante, est casi ausente en nuestra especie. La razn es que la conciencia generada por la experiencia de estar vivo, es constantemente obliterada por la cotidianidad, por la rutina. Tal es el precio que nos cobra el Universo predatorial por darnos la vida.

Me le qued mirando con ansias de saber ms, l continu:

El medio por el cual el Universo nos cobra dicho impuesto, son los voladores, el aspecto predatorial de la energa csmica. Para ellos, nosotros somos los pollos; nos ven de la misma forma como nosotros vemos al ganado: como una fuente de alimentos.

De la misma forma como nos aprovechamos de otras especies, tambin nosotros somos ordeados y consumidos sin misericordia por los voladores.

Nunca te cuestionaste el porqu de los altibajos emocionales de la gente, o la dificultad que tienen para recordar los sueos y, a veces, incluso detalles de los eventos cotidianos? Eso es obra del depredador, que exprime todo lo mejor que hay en nosotros.

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Le pregunt sobre cuanta energa le quedaba a una persona despus de ser ordeada.

Me respondi:Lo que hemos visto, es que generalmente, el nivel

de conciencia de la gente no pasa de la altura del dedo gordo del pie. Podemos medir el nivel energtico de una persona por el lapso en el cual consigue mantener fija su atencin. Puedes comprobarlo por ti mismo, observa a quienes te rodean y vers que casi nadie logra con-centrarse por mucho tiempo. As de jodidos estamos como raza!

Incluso, si alguien tratara de estar ms atento, es difcil que lo consiga, porque la conciencia que se acu-mula por el proceso de estar vivos es constantemente cercenada por los voladores; en consecuencia, el brillo de la conciencia, nunca llega a desarrollarse, pues los voladores no lo permiten.

La mente es el volador, aconsejndonos minuto a minuto que nos comportemos como unos imbciles, por eso pasamos la vida desperdiciando nuestra energa en manfifas y en intiles explosiones de ego.

Por qu crees que casi nadie logra detener el dilogo interno? - Pregunt retricamente.- Para una especie consciente como la nuestra, eso no debera ser algo tan difcil, sin embargo, el predador que nos consume, deja slo lo suficiente para que sigamos viviendo.

Y cmo nos consumen? - Pregunt con un nudo en la garganta.

Imitando el tono constreido de mi voz, respondi en son de burla:

Nos comen con cuchillo y tenedor. Luego se ri de buenas ganas, ya con un tono ms serio aadi -

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Consumen nuestra energa cada vez que la disipamos en forma de sentimientos y emociones.

Cualquier tipo de emocin?Seguro. Las emociones actan como disparadores

de la energa y siempre hay un volador cerca, dispuesto a aprovecharse.

Es igual con cualquier tipo de emocin que se ge-nere, ya sea de amor, odio, repulsin o ternura, la in-tensidad energtica se catapulta fuera de las fibras del huevo luminoso en forma de ondas. Esa energa que se expulsa es lo que consumen los voladores.

Interactuar con el mundo poniendo el ego por de-lante, nos obliga a desgastar la energa continuamente. Cada vez que alguien hace una rabieta, puede estar seguro de que hay un volador cerca para aprovecharse de tal desperdicio.

Tambin sucede lo mismo cuando se generan emo-ciones fuertes en las competencias deportivas, o cuando vamos al cine o al teatro donde nos inducen a sentir miedo, angustia, amor, ternura, etctera. Esas emocio-nes igualmente atraen a los comensales. Es por eso que los brujos recomiendan invertir en vez de divertir.

En realidad estamos bajo fuego cruzado. La socie-dad, nuestro sistema de vida, est diseado para orde-arnos continuamente. Al reaccionar ante el mundo, drenamos de nuestra masa luminosa la preciada energa de la autoconciencia, por lo general, slo queda lo su-ficiente para que sigamos viviendo da con da.

Esa es la razn por la cual la gente vive como vive. Son como autmatas: despiertan, van al trabajo, a vender su tiempo de vida al mejor postor, a cambio de medios para poder seguir viviendo, con el nico objeto

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de poder seguir trabajando para producir ms energa en beneficio de terceros. Es realmente un terrible crculo vicioso, difcil de romper.

Respondiendo mi pregunta sobre que si era posi-ble, que la gente comn llegara a darse cuenta de esa situacin, afirm que en teora, es posible alcanzar la condicin de desapego emocional por uno mismo, razo-nando y llegando a conclusiones con respecto a nuestras prioridades energticas; pero, que en la prctica, no hay modo de que la persona enredada en una contexto de deterioro luminoso reaccione a tiempo.

Nunca encontrar la energa suficiente. Siempre estar un paso atrs de la accin necesaria - Puntua-liz.

Entonces, que podemos hacer? - Balbuce.Puesto que estamos abandonados a nuestras pro-

pias fuerzas, slo tenemos una opcin: conservar la medida de energa que trajimos al nacer. Los guerreros impecables no necesitan que nadie los gue, porque el ahorro de la energa es algo que se hace obvio para aquellos que estn tratando de ser ms conscientes.

Entonces, por lo visto, los voladores s consumen nuestra energa bsica? - Volv a inquirirle.

Lo que consumen los voladores no es la energa bsica en s, sino una energa procesada, transfor-mada en sentimientos y emociones. Eso es lo que sale expulsado de la masa energtica, cuando disparamos nuestras emociones, la energa bsica sigue ah, cual raz del rbol de la vida, pues como ya he dicho, esa energa est sellada.

Permanecimos en silencio por unos instantes, mi cabeza daba vueltas, las implicaciones de lo que me

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deca eran astronmicas, pareciendo adivinar mis pen-samientos continu:

La energa est ah para ser usada. Es como si fue-ra la llama de un fuego que una vez iniciado, solo te queda usarlo o desperdiciarlo. La impecabilidad consiste en usar la energa para generar ms conciencia. En ese proceso, el guerrero siempre elige los caminos donde disfruta su paso, donde vive intensamente cada minuto, porque sabe que la llama de la vida no es eterna.

Estamos realmente inmersos en un mundo de mis-terios, y el mayor de todos los placeres es ir develando esos misterios uno a uno, tal como cuando uno es nio y todo es nuevo y vibrante; as es como la energa ahorrada nos permite dar saltos un poco ms amplios, hasta que terminamos por alzar el vuelo.

Las posibilidades para aquellos, que logran aho-rrar la energa son verdaderamente extraordinarias, pues uno llega a la posicin de acrecentar la concien-cia hasta niveles inconcebibles para el hombre comn. Por ese medio, de hecho es posible incluso alcanzar la conciencia total.

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La rueda del tiempo

En una ocasin le coment que haba ido de excursin al rea del Bolsn de Mapim, a un sitio conocido como La Zona del Silencio, en el norte de Mxico. Me replic que l ya haba estado all, aadi que la razn por la cual en ese lugar ocurren fenmenos inexplicables, es porque all existe una poderosa confluencia de las emanaciones del guila.

Dijo:Esa coyuntura de emanaciones es lo que ocasiona

los conocidos fenmenos de distorsiones sobre brjulas y otros aparatos electrnicos, es tambin la responsable por las alucinaciones visuales y auditivas en quienes visitan esa rea.

Nuestra pltica deriv en un tema que era de gran inters; l lo llamaba la rueda del tiempo.

El tiempo es la esencia de las emanaciones del gui-la. - Me dijo. - Las emanaciones son percibidas por los seres vivos como tiempo.

Me explic que el tiempo es una sensacin subjetiva, que tenemos los seres conscientes, de las emanaciones del guila.

Los brujos ven el tiempo como un flujo constante, como si fuera una ola gigante que tiene a todos atrapa-dos en su cresta, haciendo que se muevan al unsono. Ese efecto es el responsable de que sintamos el paso del tiempo como algo real e inmutable.

Si pudiramos percibirlo todo al mismo tiempo, no tendramos idea del tiempo como algo que pasa, sino

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como un absoluto, como una vivencia de la eternidad. Sin embargo, la naturaleza de nuestros rganos de percepcin es tal, que seleccionamos un manojo de emanacin tras otro y eso nos da, la impresin del paso lineal del tiempo.

Los brujos han descubierto que el tiempo no es algo rgido. La forma como lo percibimos, depende del modo como fijamos el punto de encaje. Para los seres humanos de la actualidad, presos en una posicin colectiva que nos hace oscilar en torno al punto de la racionalidad, donde el tiempo es lineal, es una recurrencia nica que va de atrs para adelante, sin hacer variaciones.

Sin embargo, todos aoramos romper esa lineali-dad. Por eso se escriben cuentos ficticios de personajes que viajan en el tiempo. En el fondo, todos sabemos que la vivencia del tiempo en la que estamos inmersos, es slo un espejismo que compartimos todos los que participamos de este racimo especifico de las emana-ciones del guila.

Los brujos, al aprender a fijar sus puntos de encaje en otras posiciones, experimentan otros tipos de tiempo, continuidades que pueden fluir ms lento o ms rpido, o en varias direcciones simultneamente. Los brujos llaman a ese flujo omnidireccional la supremaca de la rueda del tiempo.

Debido a su experiencia por el laberinto del tiempo, los chamanes de la antigedad llegaron a la conclusin que la naturaleza real del tiempo es cclica. No hay lneas rectas en la sucesin de los eventos. Por eso, en esencia, todos los seres y eventos son cclicos, ya que todo se repite de tiempo en tiempo, vieron que existen ciertas pautas o moldes en la energa.

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Tambin vieron que los ciclos se superponen uno sobre otros, se interaccionan de maneras indescriptibles, se mezclan entre s formando nuevos ciclos. Por eso, todos los seres estn enlazados como las cuentas de un rosario y todo lo que existe en absoluto forma parte de la misma trama de emanaciones del guila. sa es, para los brujos, la unidad esencial del universo.

Aunque no comprenda cabalmente lo que l haba dicho, estaba maravillado con su explicacin y al mismo tiempo atnito por el alcance de su nivel de concien-cia. Slo para decir algo, le coment que los cientficos haban hecho significantes descubrimientos sobre la textura del tiempo y el espacio.

Me dijo:Los fsicos tericos son exploradores de avanzada

que utilizan la lgica matemtica para explorar el uni-verso, pero incluso ellos sienten que sa es una herra-mienta limitante e inapropiada, la prueba de eso es que no logran ponerse de acuerdo ni entre ellos mismos, y la teora unificada es una falacia que no explica nada.

Existen mundos verdaderos, tangibles, donde el tiempo transcurre de manera distinta a lo que nos es usual. Yo lo s, ya he estado all.

Aqu en la tierra esos puntos anmalos donde las emanaciones cambian su textura, son reconocidos por los brujos como sitios de poder. En esos lugares la energa se comporta de manera distinta a la usual. Una persona sensible, en un estado de silencio mental, puede extraer de esos sitios, una gran cantidad de informacin sobre los misterios del Universo.

Le pregunt si l conoca algn sitio de poder que pudiera recomendarme. Su respuesta evasiva fue:

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El mundo est lleno de lugares as, y aqu en particular, porque en esta rea, se arremolinan las emanaciones del guila como no he visto, en ninguna otra parte.

Lo difcil no es encontrar uno de esos sitios, sino ser capaces de reconocerlos y usarlos apropiadamente.

De hecho, cualquier lugar puede ser un sitio de po-der para la persona que logra acceder al silencio. Por lo general, estamos tan ofuscados por el del mundo que nos rodea, que es muy difcil darnos cuenta de la tenue oscilacin, que se siente cuando hacemos silencio. Esa vibracin que se percibe, es precisamente las emanacio-nes del guila, es el tiempo que est pasando.

Los antiguos saban que el Universo slo puede ser explicado en forma parcial, pero nunca en su totalidad, porque no est ah para ser explicado. Lo nico sensa-to, que cabe hacer con las emanaciones del guila, es usarlas.

Los chamanes son personas muy prcticas. Ellos no perciben los secretos de la rueda del tiempo como un conocimiento terico, sino como una posibilidad de accin. Han diseado ejercicios que les permiten, de hecho, viajar por el tiempo, aunque no por el tiempo lineal de nuestra experiencia cotidiana, sino por el tiem-po real de las emanaciones.

Qu uso prctico se puede dar a ese conocimien-to? -Pregunt.

El brujo que ha aprendido a usar las emanaciones, sabe que es posible asimilar el momento, hacerse uno con l y extenderse eternamente en cualquier direccin que escoja. Tal es la libertad de la percepcin, nuestro verdadero destino como seres luminosos.

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EL SECRETO DE LA SERPIENTE EMPLUMADA

La lucha que sostienen los brujos para romper con la forma humana y despersonalizarse, es con la finali-dad de hacerse uno con las emanaciones del tiempo y fluir con l. La meta, es establecer una relacin personal con el tiempo, una relacin armnica que le permita fluir con las emanaciones en perfecto equilibrio, de ma-nera que la voluntad humana y la voluntad del guila sean una misma cosa.

Parafraseando algo que l mismo haba escrito, me dijo: El conocimiento del tiempo est disponible slo para aquellos que lo investigan deliberadamente.

Le pregunt en qu consista ese tipo de investiga-cin.

Me respondi: A fin de que puedas fluir con el tiempo, tienes que

aprender a enfrentarlo tal como viene a ti. Es como un pjaro que para volar, se enfrenta al viento que viene, nunca al viento que va.

Del mismo modo, para afrontar el tiempo, tienes que salirte de la propensin de verte a ti mismo, al final de una lnea de sucesos, como un figurante en la cadena de tu historia personal y colectiva. Eso es una ilusin, el pasado y el futuro no existen, lo nico que de verdad tienes, es este momento.

Si quieres lidiar con el tiempo tal como viene, tienes que atreverte a vivir el presente. Fluir con el tiempo es vivir intensamente este instante, aceptando o rechazando los desafos que se presentan a nuestro paso, aprendiendo y experimentando con cada nuevo da de vida.

Vivir el presente no significa abandonarse a la suer-te del momento, por el contrario, es tener la velocidad

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para capturarlo todo en el segundo en que ocurre, sin pasarlo por el filtro de la razn. De este modo, el mundo se hace nuevo a cada momento, se abren las ms excitantes posibilidades. De esa forma uno se hace consciente de todo lo que ocurre a su alrededor.

Vivir el presente no implica desconocer las expe-riencias del pasado, sino aprender a verlas como lo que realmente son: sucesos atemporales en el flujo del intento csmico. Eso permite a uno extraer de ellas las lecciones precisas, e incluso le da la capacidad de mo-dificarlas en la medida de lo necesario, para eso sirve la recapitulacin, a travs de ella puedes literalmente intervenir en el flujo de la energa del pasado.

Un brujo que ha aprendido a manipular la rueda del tiempo puede interferir conscientemente en los eventos hasta donde el poder se lo permita, alterar el futuro a su favor. De esa forma, se sita a s mismo en la posicin ms propicia posible, a fin de realizar sus trabajos.

El efecto ms dramtico de la rueda del tiempo so-bre la experiencia del brujo, es que ste se da cuenta de que, en realidad, no existe un aqu y un all, porque el tiempo y el espacio no es tan absolutos como creamos que era.

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EL SECRETO DE LA SERPIENTE EMPLUMADA

Las lneas paralelas

Acababa de releer el relato del salto al abismo, cuando supe que Carlos se encontraba de visita en la ciudad. De inmediato llam al hotel en el cual l acostumbraba hospedarse, me confirmaron que, en efecto, estaba alo-jado all, pero que no se encontraba en aquel momento.

Era normal que cuando Carlos llegaba de visita a la ciudad, se corriera la voz entre los interesados. As que despus de algunas indagaciones, descubr que dara una charla en un centro esotrico que diriga un amigo suyo.

Me present a la hora marcada, me sent hasta atrs y me dispuse a escuchar las instrucciones del nagual. Carlos acostumbraba disfrazar sus informaciones me-diante bromas y chistes sin importancia; sin embargo, quienes saban de lo que l hablaba, siempre reconocan las lecciones ocultas.

Esa tarde nos coment sobre lo que llamaba las an-sias de la clase media. Dijo que el sistema de nuestros tiempos ha transformado a la gente en necesitados, need people. se burl abiertamente de la vida carente de significado que lleva la clase media, tan slo para lograr el codiciado poder adquisitivo, para entonces comprar un montn de inutilidades que terminan al-macenando en sus garajes, hasta que un da, cansados de no tener espacio, arrojan todo a la basura.

Me acuerdo que l se clasificaba a s mismo como proletario, obviamente no se refera a la falta de re-cursos, sino al hecho de l que no tena ni quera nada.

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Ser pobre, no es no tener dinero, sino la necesidad de poseer cosas.

Al terminar su pltica, mientras realizaba el acos-tumbrado ritual de saludar a los asistentes, me hizo una sea con los ojos, indicndome que lo buscara ms tarde. Fue a su hotel y lo encontr solo en el restaurante. Me invit a sentarme, haba ordenado una sopa de tortillas, orden lo mismo. Cuando ter-minamos de comer, le pregunt que le haba pasado realmente con aqul famoso salto en el abismo. Le confes que no haba entendido muy bien la met-fora.

No es una metfora! - Me interrumpi en tono categrico.

Explic:Hay tradiciones de brujos que escogen realizar el

salto, en el momento de embarcar en su ltimo viaje, en ese intento los participantes se lanzan juntos desde el alto de un acantilado, si pasan la prueba, desaparecen de este mundo. Los que fallan son encontrados muertos al pie del peasco.

La prueba que me puso don Juan, era en verdad una preparacin para lo que vendr.

Lo que salt al abismo aquel da fue, en primer lu-gar mi percepcin, y luego, la totalidad de m mismo. Yo haba llegado a la inevitable conclusin de que no somos slidos, somos un sentimiento, una percepcin encasillada dentro de una descripcin que llamamos cuerpo.

Al llegar a cierto nivel de conciencia, uno deja de tener la certeza de que somos slidos, que estamos ro-deados por un mundo de objetos. Desde ese punto, uno

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percibe el mundo de una manera totalmente distinta a la usual.

Me puso como ejemplo, la alusin que haca en sus obras respecto a cruzar un lindero entre los dos estados de conciencia a lo que l llamaba las lneas paralelas. Otro modo de describir ese logro de brujos, es referirse al movimiento del punto de encaje, de una determinada posicin a otra, lo que instantneamente permite al guerrero percibir otro mundo.

Segn l, el proceso de transicin entre un mundo y otro es percibido como una pared de niebla, un vaco perceptivo causado por el propio movimiento mientras se realnea la otra descripcin. Ese lugar tambin es referido entre los brujos como el limbo o la zona de las dunas amarillas.

La sensacin corporal que se siente al alinear ese otro mundo, es la de romper fsicamente una pared de papel que impone una leve resistencia, uno la percibe como si fuera un muro de niebla. Hay que perforar esa barrera para poder alinear el otro mundo. Dicha transicin se percibe corporalmente a travs un chas-quido en la base del crneo, parecido a una rama que se rompe, acompaado por un sonido de campana en los odos.

Los brujos estimulan a sus aprendices a repetir con el lado izquierdo del cuerpo todo movimiento que hagan con el lado derecho; para los zurdos, el ejercicio obviamente es al contrario. La razn de este esfuerzo es para ayudar a romper una barrera fsica que existe adentro de nosotros; una vez rota, se vuelve mucho ms fcil, mover el punto de encaje y entrar en el ensueo.

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Los brujos utilizan la metfora de la lnea lmite, para comprometer al aprendiz a su nueva vida de lu-cha como guerrero. Cruzar esa lnea significa entrar en el otro mundo, lo cual equivale a romper las lneas paralelas, lo que no es ni ms ni menos, que mover el punto de encaje.

Y de qu se trata el ser paralelo? - Le pregunt. Ese ser es una rplica de espejo de uno mismo.

Existe en el mundo. al mismo tiempo que uno, es una contramedida de la energa, porque absolutamente todo lo que existe viene en par. Si nuestro ser paralelo muere, uno se enferma de repente, sin explicacin aparente y tambin muere.

Los guerreros que tienen la fortuna de encontrar a su ser paralelo mientras estn en este mundo, encuen-tran la fuente de la juventud, alegra y felicidad. Eso es as porque uno completa al otro. Sin embargo, son muy pocos los casos de guerreros que han logrado esa hazaa, como he descrito en el libro El Segundo Anillo de Poder; el cual nunca debi ser, doa Soledad fue una de esos pocos.

Porque dices que ese libro no debi ser? - Le pre-gunt.

Se tom su tiempo para contestar. Alis su cabello hacia atrs y mientras lo haca, pude ver un rea de calvicie en la parte frontal, la cual ocultaba con xito al peinarse el cabello hacia delante. Al parecer no le gustaba mucho hablar sobre ese asunto; sin embargo, me respondi:

En aqulla poca, yo haba entregado a mi editor en Nueva York, una obra que acababa de completar, pero doa Florinda, al enterarse del contenido, me dijo

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que la gente an no estaba preparada para este tipo de revelaciones y me hizo volver corriendo al editor para recuperar el manuscrito, que ya estaba en proceso de impresin. Fue toda una odisea convencerlo de que no publicara aquel libro; tuve que prometerle que, en cuatro semanas, le traera uno nuevo. Fue as como surgi El segundo anillo.

Lleno de curiosidad le pregunt:Y de que se trataba el libro que doa Florinda te

impidi publicar?Cre que no me iba a responder, pero para mi sor-

presa me contest:Su contenido era sobre el mundo del ensueo y

sobre nuestra relacin con los seres inorgnicos y los voladores. Por esa razn, uno de los ttulos propuesto, era Viendo a travs del Ojo del Depredador.

El caso es que la sustitucin de ambos libros nunca me acab de gustar, pues segn el acuerdo que tena con don Juan, yo no deba escribir sobre los otros aprendices; es ms me arrepiento de haber publicado esa obra.

Le asegur que me encantaba ese libro y que, en mi humilde opinin ramos afortunados al contar con tan valioso material, ya que nos permita comprender mejor la vida y las maneras de los aprendices de brujos.

Alz los hombros, como diciendo, y eso que im-porta?

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La cpula de los naguales

Cuando expres a mis camaradas que haba decidido relatar en un nuevo libro parte de las experiencias que he vivido, el Atocayo me advirti sobre el peligro de la fama y la fortuna. Dijo que lo importante era cuidar que mi intencin de ayudar a otros no se convirtiera en el objeto final de m camino.

Muchos traicionan el intento de libertad, -Dijo- ya sea por ambicin de dinero o por el deseo de ser famosos, queridos y admirados por los dems.

El verdadero guerrero tiene una sed insaciable de libertad y una curiosidad infinita acerca de todo; por lo tanto, est siempre en un proceso de experimentacin y aprendizaje. Eso lo mantiene caminando en lnea recta, lo hace humilde ante esta grandiosidad en la cual estamos inmersos.

An cuando comparta sus logros con los dems, el guerrero no se enreda en las maraas de la importan-cia personal, simplemente, porque no tiene tiempo que perder. Sabe muy bien que la muerte le viene pisando los talones, as que le urge seguir experimentando, gozando del mundo.

Tambin me dijo que, si pensaba enfrentar ese de-safo, tena que ser en extremo desapegado. Adems, me exhort a que jams revelara sus identidades en mis escritos.

El abrirse a la gente tiene un precio muy alto. -Dijo, y puso como ejemplo, al propio Carlos.- A pesar de que fue un guerrero formidable, pag con su propia

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vida y quiz hasta con su libertad por haberse hecho accesible.

Su comentario fue debido a que segn algunos vi-dentes, que han estado en contacto con l en el otro mundo, Carlos adopt el plan de emergencia. Una vez que hubo empezado el deterioro de su cuerpo fsico, se junt con los otros videntes de su lnea, en el cemen-terio de los naguales.

***

Carlos haba tocado anteriormente el tema del ce-menterio de naguales, de forma muy breve, sin que jams dejara completamente claro el significado de ese elusivo concepto; estuve un largo tiempo esperando, por una oportunidad para preguntarle al respecto.

Esa tarde, despus que l concluyera con sus com-promisos, nos dimos cita en un restaurante que tena unas mesitas en la acera. Al terminar de comer, nos fuimos caminando hasta un parque cercano. Al aproxi-marnos, por un instante me qued fascinado, mientras observaba el agua que caa de una fuente y formaba un domo transparente. Hice un esfuerzo consciente y logr romper la atraccin que ejerca el agua sobre m.

Nos sentamos en una banca cercana, y me apresur a preguntarle:

Carlos, Cul es la verdadera meta de los brujos?Cuando empez hablar, me di cuenta que haba ol-

vidado mi cuaderno de notas en el restaurante, pero no le dije nada para no estorbar el flujo de las ideas que me presentaba. Durante la explicacin, coment que don Juan le haba dejado una tarea, de la cual no me quiso

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dar mayores detalles en aqul momento. Al final, dijo que su maestro le haba prometido que, si l fallaba en cumplir con esa tarea, aqul tratara de venir a buscarlo desde donde fuera que estuviera.

Deb aparentar una expresin de angustia en la cara, porque l, como leyendo mis pensamientos, me pregunt:

Dnde estn tus apuntes?Confes haberlos dejado en el restaurante y le ped

permiso para ir por ellos. Di una rpida carrera y los recuper sin problemas. Al volver, trat de retomar el hilo de la conversacin, preguntndole:

Y dnde crees que se encuentra don Juan ahora? Estoy seguro que l y sus guerreros fueron a jun-

tarse con los otros videntes de su linaje en la cpula de los naguales. - Me contest. Ante mi mirada inquisi-tiva, agreg:

En nuestra ltima cita, vi como todos ellos se di-solvieron en pleno aire. Don Juan haba escogido el tope de una montaa para embarcar en su jornada definitiva; en ese lugar, los dems aprendices y yo le dimos el adis.

Despus de su despedida me qued aos a la deriva, sin saber si iba o vena. Por fin empec a recordar todo lo que haba pasado, me tom otros tantos aos, slo para poder entender lo que estaba recordando. Incluso hoy da, nos siguen surgiendo nuevas memorias de nuestro tiempo, bajo el tutelaje del nagual Juan Matus.

En una poca me encontraba ms que confuso, te imaginas lo que significa tener dos memorias dis-tintas de un mismo evento? Estaba a punto de perder la cordura cuando finalmente llegaron las respuestas;

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despus de aos de lucha, logr establecer algo de orden en el caos de mis recuerdos.

Si buscas con cuidado, vers que en mis libros, con-t algunos eventos que me ocurrieron desde distintos niveles de conciencia; eso es as porque, en cada nivel vea e interpretaba lo que me pasaba de diferente forma. As es el misterio de la conciencia acrecentada, en esos momentos uno vive con tal intensidad, que tarda aos en realinear la memoria.

Siguiendo con su relato me dijo:En cierta ocasin, don Juan me llev a un sitio

apartado en las montaas; all me dio de fumar en su pipa. Mientras yo estaba bajo el poder del humo, me mostr una colonia de insectos rojos. A continuacin tuve visiones extravagantes que, en aquel momento, no tuvieron ningn sentido para m; sent como que volaba hacia una gigantesca cpula blanca.

Ms tarde, don Juan me explic el significado de todo aquello. Dijo que los videntes de la antigedad haban creado un refugio en el mundo de ensueo, ba-sados en la estructura organizativa de aquellos bichos. Me revel que, al abandonar este mundo, l y su grupo planeaban ir para all.

Me qued atnito al escuchar a Carlos decir eso. Hasta entonces, crea que su maestro y los dems de su grupo se haban ido a la tercera atencin. En aqul momento se me ocurrieron mil preguntas que hacerle, pero no saba por dnde empezar. Me qued absorto por un instante, evaluando las implicaciones de lo que me revelaba.

Debe haber notado m asombro, porque abri la boca exageradamente, haciendo una caricatura de mi expresin. Luego, con una sonrisa aadi:

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Yo tambin qued boquiabierto cuando escuch eso.

Don Juan deca que los antiguos haban descubierto la formacin existencial creada por aquellos insectos, de una manera completamente accidental durante uno de sus ensayos de contemplacin. Al observarlos deteni-damente, llegaron a interesarse tanto, que terminaron por mover sus puntos de encaje, a la posicin de esas criaturitas, transformndose fsicamente en una de ellas. Descubrieron que la organizacin social creada por esos seres era la perfeccin misma. En consecuen-cia, hicieron una rplica de aquella estructura en algn lugar del otro mundo.

Me interes mucho saber cmo y cuando los anti-guos crearon ese lugar.

Los brujos de la antigedad, - Dijo respondiendo a mi pregunta. - contaban que, en pocas remotas an para ellos, existi una pareja de naguales muy poderosos; dicen que ellos fueron los fundadores. Esos brujos eran tales maestros del ensueo, que lograron ensear ese arte a todo el pueblo.

Cuentan que con el tiempo esas personas, se volvieron tan efectivas al ensoar, que, para ellos ya no haba diferencia alguna, entre estar despierto o soando, actuaban con igual control en ambos reinos.

Bajo la supervisin de la pareja nagual, ese pueblo de ensoadores, lograron recrear sus ciudades, dentro de sus visiones de ensueo colectivo y, llegado el mo-mento, eligieron ir a vivir en el mundo de su creacin. Un da, simplemente, desaparecieron de la faz de la tierra.

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Tras decir esto, me quede mirando, como evaluando mi reaccin, Yo estaba fascinado con lo que me contaba, todo lo que ansiaba era que siguiera hablando. Despus de un instante continu:

Con el tiempo, para muchos brujos, llegar a ese lugar se volvi una meta prioritaria, linajes enteros se dieron cita all, de modo que, para muchos, ese lugar lleg a ser conocido como el refugio o el santuario.

Al aumentar el nmero de residentes, esa comuni-dad se transform en una enorme burbuja de ensueo colectivo que es mantenida hasta el da de hoy por el intento de una gran cantidad de brujos, quienes fijan al unsono el punto de encaje en esa posicin especfica.

Dnde queda ese lugar? Estn asentados en alguna parte ah afuera, en esa

inmensidad. - Dijo e hizo un gesto con el brazo, indi-cando el espacio infinito. - Los ensoadores que viajan a ese lugar, lo ven como una enorme cpula blanca.

Pero, ellos existen en otro planeta?Esboz una sonrisa antes de responderme.Como te he dicho, ellos existen en otra posicin del

punto de encaje. Con el tiempo, transformaron ese lugar en una base fantstica donde almacenar sus recursos. Con la ventaja que les da la existencia inorgnica, se aventuran desde all por todo el cosmos; de esa forma, exploran las ms increbles posibilidades perceptivas.

Eso es posible porque, en las condiciones en que se encuentran, el tiempo transcurre de otra manera y las leyes de espacio-tiempo que conocemos no se les aplican.

De esa manera fue como ellos consiguieron escapar efectivamente al desgaste de la existencia biolgica y

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siguen vivos hasta el da hoy, porque lograron vincu-larse directamente con la conciencia de la tierra, de esa forma, pueden seguir existiendo por casi una eternidad, mientras perdure nuestro planeta.

Y porque hicieron esto?Su meta era sobrevivir a todo costo y para lograr

vencer a la muerte, optaron por transformarse en un tipo especial de seres inorgnicos. Sin embargo, sabedo-res de la condicin predatorial que reina ah afuera, con-fabularon para crear un refugio en el otro mundo.

Mirndome fijamente a los ojos aadi:Ya sabrs que el Universo en grande es depredador.

Al pasar al otro lado te quedas sujeto a las leyes y los grupos de inorgnicos, que rigen all. En diversas oca-siones se han desatado entre ellos verdaderas batallas por la conciencia de sus habitantes.

Al crear la colmena, ellos han logrado mantener un alto grado de independencia, y an cuando eso no los libera del todo de la influencia del reino inorgnico, por lo menos no son esclavos

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La opcin de los brujos

En otra ocasin le ped a Carlos que me hablara con mayor detenimiento sobre lo que l llamaba la opcin de los brujos. Yo tena entendido por sus libros, que al morir, las personas que no logran la libertad total, eran consumidas por el guila y punto final.

Me respondi:Realmente, existe una amplia gama de posibilidades

para los que mueren, que va, desde perder de inmedia-to la conciencia en el momento de la transicin, hasta mantener el recuerdo de s mismo por un determinado perodo de tiempo.

La muerte, as como la vida, nos toca a todos, pero no es la misma para todos. En sus investigaciones, los brujos encontraron medios de extender al mximo la duracin de la conciencia individual.

Quieres decir que ellos se volvieron inmortales?No, para nada. Lo que digo es que los brujos, lo-

graron encontrar una forma de suspender a la muerte, pero no de anularla.

Para ellos, morir no significa lo mismo que para los dems. Para ellos, lo contrario de morir no es la inmortalidad, sino seguir existiendo. El truco reside en entender, que estar vivo no significa nicamente ser un organismo, sino estar conscientes.

Para los videntes de todas las pocas, se ha sido siempre un tema de gran inters, porque tiene que ver con el verdadero propsito de nuestra existencia, de forma que los antiguos emplearon la videncia para

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investigarlo y descubrieron que al principio, la energa toma la forma fsica a fin de evolucionar.

La siguiente observacin de los brujos fue que, si bien la vida biolgica tiene un perodo limitado de tiempo y despus deja de existir, la energa que anima a la materia es eterna; vieron que a travs de la disci-plina y la autodeterminacin, es posible entrenar a ese manojo de energa que nos conforma, para que se haga consciente de s misma.

Uniendo ambos descubrimientos, esos brujos viden-tes se propusieron ser conscientes para siempre. A eso se refiere