EL ROSACRUZ

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No. 372 Volumen trimestral Octubre - Noviembre - Diciembre 2018

Fecha de impresión:07 de Septiembre del

2018

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Ejemplar c/u: $ 5.00 USD más gasto de envío

®Director: José Francisco Botello

www.rosacruz.org

índice

Cosmogonía azteca Frater José Botello

Los misterios de la gran pirámide Frater Ralph M. Lewis

El puente de la vidaFrater Dr. H. Spencer Lewis

La reencarnación Frater Christian Bernard

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COSMOGONÍA AZTECA

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En la zona geográfica que corresponde a la mitad sur del México actual, se desarrolló una gran actividad cultural desde unos 2000 años antes de la era cristiana. En esta región habitaron diversos pueblos, algunos de los cuales nos han dejado muestra de su floreciente cultura, como es el caso de los restos arqueológicos de la ciudad de Teotihuacán, ya deshabitada cuando llegaron los conquistadores españoles.

COSMOGONÍA AZTECA

José Botello, F.R.C.

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En este marco geográfico en las orillas e islas del lago Texcoco, se desarrolló la civilización azteca, una de las civilizaciones mejor conocidas de la América precolombina y la unidad política más importante de toda Mesoamérica cuando llegaron los conquistadores españoles. Los aztecas herederos de la tradición cultural de los toltecas, sirvieron de nexo entre la cultura Azteca y la Maya. Los Aztecas, llamados por sí mismos “mexicas”. La palabra “Azteca” tiene su origen en una legendaria tierra del norte llamada “Aztlán”, actualmente ciudad de

México. El significado de la palabra es “lugar de la blancura” o “lugar de las garzas” (del náhuatl aztlatl

(“garza”) y tlan (“Lugar”). Según cuenta la leyenda, los aztecas abandonaron Aztlán, por orden de los dioses y debían instalarse allí donde encontrasen un águila devorando a una serpiente.

Los aztecas creían que cuatro mundos o soles habían precedido al sol actual. La estructura básica del Universo “mexica” se compone de tres partes a saber: el cielo, la tierra y el inframundo. Los seres humanos vivimos en la Tierra, que es como un enorme disco situado en el centro del Universo.

Rodeando a la Tierra hay un anillo de agua que conecta a la Tierra con el Cielo.

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Según los az tecas e l supremo creador de todo fue el dios masculino y femenino Ometeotl el cual se manifiesta simultáneamente como Ometecuhtli “Señor de la dualidad” y Omecihuatl “Señora de la dualidad”. Estos dioses son los dioses de la creación y de la vida. Ometecuhlti que, junto a su esposa Omecihuatl, crearon toda la vida sobre la tierra. Sus nombres se traducen como el Señor y Señora de la Dualidad. Ometechulti representa la esencia masculina contenida en la creación,

mientras que Omecihatl representa la esencia femenina de la creación. “La serpiente emplumada” combina las representaciones de Ometecuhtli y Omecihuatl. Ometecuhtli significa Águila, y Omecihuatl signifca serpiente. Cuauhcoatl es el nombre de la serpiente-Águila.

Los Aztecas creían que todos los aspectos de la vida tenían dos partes, así como el día tiene la Luz y la Oscuridad. Esta pareja cósmica, dio a luz a los cuatro dioses que más tarde crearían cada uno de

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los soles. Los dos dioses tuvieron cuatro hijos que fueron llamados los Tezcatlipocas, los cuales crearon el mundo manifestado.

Tezcatlipoca rojo (Xipe Tótec),Tezcatlipoca negro (Tezcatlipoca),Tezcatlipoca blanco (Quetzalcóatl), y Tezcatlipoca azul (Huitzilopochtli).

Según la mitología azteca antes de nuestro sol, que es el quinto, existieron otros cuatro soles. Para los aztecas, ellos vivían, por tanto, en la quinta creación, o en la quinta era. La leyenda “mexica” señalaba que cada uno de esos dioses creadores luchaba por la

supremacía en el mundo, empleando cada uno su propia fuerza cósmica: tierra, fuego, aire o agua. Mientras esas fuerzas se mantuvieran en equilibrio, el mundo estaba en orden y podía existir la era de un sol; sin embargo, si se producía un desequilibrio cósmico, ese sol, junto con la Tierra y los seres humanos de esa era, perecerían.

Como en muchas otras mitologías y escrituras religiosas, entre los aztecas existía la idea de la existencia de eras o mundos, interrumpidos y transformados a través de cataclismos. Este concepto también está contenido en el judaísmo a través del diluvio

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universal. Para los “mexica”, Ometecuhtl i representaba la dualidad de la creación, equivalían respectivamente al cielo, lo masculino, y la tierra, lo femenino.

El primero de esos cinco soles fue el creado por el dios Tezcatlipoca, que era el dios de la Tierra, se llamaba Nahui-Ocelotl (Cuatro-Ocelote o Jaguar), porque

el mundo, habitado por gigantes, había sido destruido, después de tres veces cincuenta y dos años, por los jaguares, que los aztecas consideraban nahualli o máscara animal del dios Tezcatlipoca.

Sin embargo, su creación fue algo imperfecta, ya que los seres humanos aparecieron con forma de gigantes y en vez de un sol completo, se formó medio sol. Aquellos gigantes seres humanos, se vieron obligados a sobrevivir solamente con bellotas y piñones. A consecuencia de esta pésima alimentación, los humanos crecieron poco y débiles. En un momento

determinado de esa era, los jaguares devoraron al medio sol existente y, ayudados por la oscuridad, fueron destruyendo y asesinando a los seres humanos gigantes.

E l s e g u n d o d e e s o s

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de transformarse en monos.

Tláloc, que era el dios del Fuego en la mitología azteca, creó el tercer sol. Durante el tercer Sol, Nahui-Quiahuitl (Cuatro-Lluvia de fuego), al cabo de seis veces cincuenta y dos años, cayó una lluvia de fuego, manifestación de Tláloc, dios de la lluvia y señor del rayo, de largos dientes y ojos enormes, todos eran niños, y los sobrevivientes se transformaron en pájaros. Durante la era del tercer sol, los seres humanos hambrientos vivían de cereales. En este mundo, fueron los enormes volcanes los que provocaron las desgracias al

soles fue creado por el dios Quetzalcoatl, dios del Viento (aire), Nahui-Ehécatl (Cuatro-Viento), desapareció después de siete veces cincuenta y dos años al desatarse un gran huracán, manifestación de Quetzalcóatl, que transformó a los sobrevivientes en monos. Bajo este sol, los humanos se alimentaron con semillas de árboles, que todavía eran insuficientes para fortalecer a los hombres, que debían sobrevivir a los fuertes vientos. Los tremendos huracanes en ocasiones arrojaban a los seres humanos a lugares muy distantes. A pesar de estos desastres naturales, algunos seres humanos lograron sobrevivir al ser capaces

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hacer erupción y sus cenizas que caían desde el cielo, destruyeron y sepultaron el mundo existente. Sin embargo algunos hombres sobrevivieron al convertirse en pájaros que podían escapar a aquellas destructivas erupciones.

Chalchiuhtlique, la diosa

del Agua azteca, fue la encargada de la creación del cuarto sol. El cuarto Sol, Náhuatl (Cuatro-Agua), acabó con un terrible diluvio, después de tres veces cincuenta y dos años y del que sólo sobrevivieron un hombre y una mujer, que se refugiaron bajo un enorme ciprés (en realidad,

ahuehuete). Tezcatlipoca, en castigo por su desobediencia, los convirtió en perros, cortándoles la cabeza y colocándosela en el trasero. Cada uno de estos soles corresponde a un punto cardinal: Norte, Oeste, Sur y Este, respectivamente.

Los seres humanos de esta

creación solar, intentaron sobrevivir con una semilla como único alimento, pero ésta no era comida suficiente para los humanos, que tenían que enfrentarse a enormes inundaciones. El agua emergió del centro de la tierra provocando una tremenda catástrofe en el

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mundo. Algunos seres humanos lograron sobrevivir a esta catástrofe convirtiéndose en peces.

Todas las creaciones solares anteriores, fueron finalmente destruidas por una catástrofe, y con ella habían desaparecido los soles, las tierras y los seres humanos sobrevivientes de cada una de esas eras. Dice la leyenda “nahua” que al ocurrir la última catástrofe ocasionada por la abundante lluvia que inundó la Tierra, el cuarto sol se perdió. Los dioses preocupados, se reunieron en Teotihuacán con el fin de crear un nuevo Sol que diera vida a la Tierra. Entonces los

dioses se dieron cuenta de que la existencia del quinto sol solamente sería posible con el sacrificio de otro dios. Para lograr el nacimiento del quinto sol había necesidad de que se sacrificara un dios, para lo cual se ofrecieron dos de ellos; uno era rico y poderoso y el otro era pobre y enfermo. Ambos le hicieron ofrendas al padre de los dioses: el rico dio bolas de copal (resina aromática), liquido ámbar y espinas hechas de coral; el pobre sólo ofreció bolas de heno y espinas de maguey (agave) teñidas en su propia sangre.

Así, los dioses Nanahuatl

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y Teucciztecatl las dos divinidades creadas por el supremo Ometeotl, decidieron levantar una enorme “pira” (estructura de madera para la quema de un cuerpo) con ardiente fuego, pero ninguno de ellos se atrevía a sacrificarse. Finalmente la decisión recayó en Teucciztecatl el cual hizo hasta cuatro intentos para arrojarse al fuego, sin embargo, no tenía el suficiente valor y fue Nanahuatl, lleno de valentía, quien fue el primero en sacrificarse. Teucciztecatl consiguió reunir el suficiente coraje y finalmente

siguió a Nanahuatl en el sacrificio. Nanahuatl se transformó en un sol resplandeciente, que ninguno de los dioses podía mirar directamente, mientras que su compañero se convirtió en la luna. El resto de los dioses se percató de que Nanahuatl no se alzaría en el firmamento hasta que no recibiese los corazones para comer y la sangre para beber, de otros dioses sacrificados.

Tras el enfrentamiento entre Nanahuatl y la Estrella Matutina, que se enfadó ante la idea del

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sacrificio, este último dios que era el más feroz de los 1.600 dioses, fue derrotado. Entonces todas esas divinidades, las 1.600, decidieron sacrificarse para dar alimento a este quinto sol, tras lo cual Nanahuatl, salió desde el este. Esos dioses se sacrificaron, ofreciendo su sangre para dar vida a este quinto Sol, pero Hiutzilopochtli tuvo que luchar con las tinieblas para poder expulsarlas del mundo y esa lucha dio origen a las estrellas. Los aztecas se creían a sí mismos como el pueblo elegido para mantener al sol con vida, sin su ayuda este quinto sol, terminado un ciclo de 52 años, no volvería a salir. Para este pueblo la sangre

es un elemento fundamental, que del mismo modo que mantiene vivo al ser humano, también puede dar vida al actual sol, llamado Hiutzilopochtli.

Este pueblo creía que igual que los cuatro soles anteriores, Hiutzilopochtli también podía desaparecer en un cataclismo y sus tradiciones indican que además, que el mundo tal y como lo conocían, sería destruido en un gran terremoto, al final de un ciclo de la rueda calendárica de 52 años. Para mantenerlo vivo le proporcionaban como alimento un componente que sólo se encontraba en la sangre de

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las madres muertas en el parto, de los guerreros muertos en combate y de los prisioneros sacrificados.

El cielo estaba estructurado, según la cosmovisión azteca, en forma piramidal compuesta por trece niveles; trece cielos que sirven de morada a los dioses. Los primeros cuatro niveles constituían el llamado Teteocán, que estaba ocupado por las tormentas, el sol, el firmamento, las estrellas, la luna, etc. Los siguientes niveles del cielo se conocían con el nombre de Ilhuicatl, donde se

encontraban el Dios Rojo del Fuego, el lugar del Dios de la Estrella Blanca del Atardecer y el Dios Amarillo del Sol.

El último nivel del Cielo, el más elevado, lo ocupaba el dios Ometecuhlti, el supremo creador de todo. El cielo, estaba habitado por los dioses que podían enviar sus poderes al mundo de los hombres, causando a estos daño o beneficio. Todos los dioses son polares, es decir todos tienen una pareja cósmica igual que el taoísmo

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oriental, marca la polaridad de todas las cosas. Así el dios creador Tezcatlipoca(es el dios negro) y su complemento la serpiente de plumas preciosas, Quetzalcóatl (dios blanco), también llamado Tezcatlipoca blanco. Una vez que hubo separado el cielo de la tierra pasaron a convertirse en árboles a fin de evitar que el cielo cayera sobre la tierra y destruyera la raza humana.

Por debajo de la Tierra se encontraba el inframundo, que también se componía de varios niveles, pero de número inferior al cielo. En total eran nueve los inframundos y eran conocidos con el nombre de Mictlán, el lugar de los muertos. En el nivel inferior vivía el dios Mictlantecuhtli, que era el Dios de la Muerte. La lucha a través de esos inframundos hasta llegar al último, era angustiosa y muy costosa y el sufrimiento se sucedía continuamente hasta llegar al noveno nivel, donde uno podía descansar para siempre junto a Mictlantecuhtli, también encontrado como Mictlantecuhtli. Sin embargo, los aztecas también consideraban la posibilidad de ir al cielo cuando uno moría. Así, por ejemplo, cuando una madre moría en el parto o un guerrero moría en la batalla, podía ir al Tlalocán, el primer nivel del cielo.

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La Tierra por su parte, fue creada por los dioses inspirándose en el primitivo monstruo marino llamado Cipactli, con cuerpo de cocodrilo y de pez; así, la Tierra fue concebida por la mitología azteca como un enorme cocodrilo que flotaba sobre el mar original. Las esquinas de ese cocodrilo creado por los dioses fueron estirándose hacia arriba hasta poder sujetar el cielo. El centro estaba habitado por los hombres, quienes convivían con los vegetales y los animales, con los astros, las nubes, las lluvias y los vientos, con emisarios y fuerzas divinas, con dioses invisibles u ocultos bajo formas extrañas.

Era este centro del cosmos la región de la confluencia y de la lucha de todo lo alto y todo lo bajo (López Austin). Curioso, parece que seguimos igual, aunque con más tecnología. Se diría que nuestro planeta es el campo de batalla de muchos mundos y el hombre sigue siendo el centro de ese microcosmos.

Igual que todas las demás creencias también existe un número sagrado entre los diversos grupos de las culturas mesoamericanas. El numero 4 es de tan vital importancia en el pensamiento mesoamericano que no solo se tiene en cuenta en los rumbos del universo, y los colores asociados, sino que también son 4 los días o signos, y el final del

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ciclo calendario de 260 días, y para completar, como veremos después, cuatro son los mundos que puede visitar el alma después de la muerte, y son cuatro los tipos de muerte.

Con respecto a la creación de los seres humanos en esta quinta era, los aztecas atribuyeron esta labor al dios Quetzalcóatl. Como ya hemos señalado anteriormente, este dios es una de las divinidades principales entre los aztecas, los toltecas y otros pueblos mesoamericanos. Aparece como el dios del cielo y también

es creador y es el sabio legislador. Quetzalcóatl organizó el cosmos original y participó en la creación y construcción de los mundos de los distintos periodos. Según cuenta la leyenda, este dios descendió al Mictlán, el inframundo, y allí recogió los huesos de los seres humanos de los períodos precedentes. A su vuelta, él esparció su propia sangre sobre estos huesos para convertirlos en los seres humanos de esta quinta era. Quetzalcóatl gobierna el ciclo del quinto mundo y es quien creó en él a los humanos.

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La Cosmogonía Azteca muestra una tremenda similitud con el concepto dual que tenían de la vida la cultura de los celtas. Ambos consideran que, todo es un continuo nacer, morir, renacer, conocido como el tiempo circular entre los grupos indígenas de Norteamérica. A esto se unen los tibetanos de los Himalaya, seguramente podría añadir a estos grupos muchas más de las creencias que aún existen en el mundo. En la cultura mesoamericana este concepto dual de continuo vida, muerte, vida es fundamental

para comprender su cosmovisión precolombina.

Este concepto dual de la vida-muerte-vida, respecto a los cuatro mundos a los que puede ir el espíritu, encontramos que, por un lado el Mictlán contiene un viaje atravesando un río y pasando por muchas peripecias en donde debe enfrentarse a unas condiciones terribles con los elementos. El antiguo Egipto, al otro lado del planeta, también mediante la navegación por el río Nilo, realiza el

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viaje a la inmortalidad. Asimismo, preparan con todo lujo de detalles el viaje y se pertrechan de alimentos y víveres, servicio de esclavos para que los cuiden, y animales que les protegen y ayudan. El mismo dios Ra, realizaba este viaje cada día.

Los celtas tenían la misma costumbre aunque no he sabido que cruzaran ningún río. Para los celtas la muerte no era el final, sino un nuevo ciclo. Pero a pesar de ello, los guerreros y los soldados temían esa oscuridad que les traía ese instante de frialdad momentánea que sufrían

al ser arrancados de sus tierras, y de esos bellos parajes de brumas, pastos y llanuras, donde el mar había arrullado sus vidas de soldados.

Las cenizas de los hindús navegan por el río Ganges aunque de forma mucho más simple, en un trayecto purificador del alma destinado a la reencarnación. Por otro lado el tratamiento de la muerte entre los budistas tibetanos, es mucho más profundo, su cuerpo, previamente descuartizados y desmenuzados en pequeños pedazos, pasa a ser el alimento de los buitres,

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como símbolo de la materia y su fluir energético. Mediante este acto en beneficio de los seres más necesitados, se está manifestando una forma de servicio. En el caso de las incineraciones y las cenizas, éstas retornan a la tierra de donde salieron, y lo interesante en este caso es que ya, en días previos a la muerte según esta filosofía, se produce la desintegración de los elementos más sutiles que la componen.

Según muchas tradiciones, durante las horas previas a la transición (muerte), todos pasamos por estados de frío desolador, que

nos congela el cuerpo, ansiedades y desasosiego como si en nuestro interior se desataran una serie de huracanes y tormentas para después sufrir estados de calor y sequedad de la boca, en fin todo un drama con los elementos terrenales. De esta manera nuestro cuerpo psíquico vive una experiencia, antes de atravesar la puerta, que conduce al alma personalidad en su viaje hacia la consciencia cósmica y a su respectivo plano de consciencia.

A través del estudio de las tradiciones y culturas, como es el caso de los Aztecas, nos lleva a

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LOS MISTERIOS DE

LA GRAN PIRÁMIDE

comprender que lo que tenemos en común los seres humanos en esta eterna búsqueda, lo podemos encontrar como una revelación en los relatos cosmogónicos de las primeras civilizaciones. Cuando una leyenda o historia entra en tu mente, puedes ver su aplicación a algo que ocurre en tu propia vida, dándote una excelente perspectiva sobre lo que te está pasando. Estos relatos y tradiciones llevadas a rituales, son historias de la búsqueda de la verdad del Ser a través de los tiempos. Son pistas de las potencialidades espirituales de la vida humana, en los que se ha apoyado el ser humano de generación en generación, para construir civilizaciones y nutrir las religiones durante milenios, no es otra cosa que el reflejo de los

misterios del Ser.

Todos los pueblos necesitan contar su historia y comprenderla, así como también todos nosotros necesitamos nuestra historia, nuestra llegada la vida, nuestra partida la muerte y llegar a un acuerdo con ella. Todos necesitamos una guía para comprender este concepto dual de la vida-muerte-vida, entender el proceso del nacimiento a la vida y la vida después de la muerte. Lo necesitamos para que la vida signifique algo para nosotros, para que nos comunique con lo eterno, para que atraviese el misterio de la existencia y podamos comprender de donde vinimos, quienes somos y hacia dónde vamos.

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LOS MISTERIOS DE

LA GRAN PIRÁMIDE

Ralph M. Lewis, F.R.C.

Un locutor de radio dijo recientemente en el curso de su charla, que la pirámide es y había sido siempre un montón de piedras solamente. Los antiguos no necesitan justificación en estas páginas; sus valiosos trabajos están a la vista. Sin embargo, la construcción y el objeto de las pirámides siguen siendo un tema atrayente para discutir.

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Quien se refiere a ellas sin más credenciales que un somero estudio de los hechos, puede emitir juicios como este locutor, que denigran a algunas de las mentalidades más grandes de la historia. Siempre será pequeño el homenaje que se rinda a los que contribuyeron tanto a la civilización de que gozamos actualmente. Quizás el daño que haya hecho la frase del mencionado locutor pueda ser mitigado, al menos en parte, por los comentarios siguientes.

Todos los grandes edificios

de la antigüedad, las “maravillas del mundo”, como el Partenón, el Coloso de Rodas, los Jardines Colgantes de Babilonia, etc., pueden ser considerados como montones de piedra, de argamasa o de metal pulido desde el punto de vista de los materiales y las substancias de que están compuestos. Sin embargo, el valor que representan para la humanidad es lo que está detrás de ellos, la realización científica o artística que exhiben.

La mayor parte de esas construcciones representa las

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ciencias religiosas y el espíritu cultural de los pueblos de esas épocas. Además su construcción encerraba la sabiduría de la época y animaba a los hombres a sobrepasar sus obras anteriores.

De aquí a millares de años quizás persona tan irreflexiva como este locutor de radio se referirá al monumento de Washington o a la Catedral de Notre Dame, por ejemplo, como una simple reunión de piedras sin ningún valor. Nuestro locutor habló de la Pirámide; muchas de las personas que se dirigen al público y que por consiguiente, deberían tener un conocimiento mejor de las cosas, ignoran que en Egipto existen numerosas pirámides.

Todo un período de la historia de Egipto se conoce con el nombre de la Edad de las Pirámides. La Gran Pirámide no puede compararse a ninguna de las que la precedieron. No solamente es mucho más grande en tamaño, sino que su construcción y su uso la han hecho mucho más importante a la humanidad que un simple “montón de piedras.”

Para poder apreciar la Gran Pirámide de Gizeh es bueno conocer un poco los principios de la construcción de las pirámides. Manetón, antiguo historiador

egipcio y Gran Sacerdote de los Templos de Heliópolis, recoge la tradición de que las construcciones de piedra fueron introducidas primero por el rey Zoser. Este rey inauguró la III dinastía de Egipto hace cerca de 5000 años. Puede discutirse el que esta clase de construcción fuera conocida antes de esa fecha, pero en ese reinado fue que se extendió su práctica.

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Fue desarrollada luego por un sabio sacerdote y arquitecto llamado lmhotep. Este hombre era verdaderamente un genio. El rey Zoser fue muy afortunado en tener a este hombre que pudo llevar a cabo grandes proyectos durante su próspero reinado.

Antes de esta época todas las tumbas reales eran construidas con ladrillos de barro formando mastabas, tal como se encuentran en Bet Khallof. Una mastaba es una tumba oblonga; en uno de sus extremos hay una puerta a

través de la cual se baja a una serie de cámaras mortuorias que terminan bajo la subestructura; estas mastabas, aunque bastante anchas, eran mucho menos altas que las pirámides y, relativamente, muy toscas en apariencia.

La mayor empresa del rey Zoser fue su pirámide escalonada. Esta se construyó en las llanuras, cerca de Menfis. Consistía en una construcción de seis pisos, cada uno de los cuales era más pequeño que el anterior. Parecía, pues, que tuviera escalones o terrazas.

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La construcción completa no se planeó tal como parece. Se cree que transcurrió mucho tiempo antes de que se decidieran a agregarle el piso siguiente.

La a l tura to ta l de la construcción era de unos 60 metros. Este edificio engendró una rivalidad entre los reyes siguientes. Cada rey parecía querer sobrepasar a su predecesor en sus construcciones, principalmente en las tumbas reales, para glorificar su nombre y su reinado. Sin embargo, aún un egiptólogo tan conservador como el profesor James Breasted admite que

debían tener otro propósito, además de servir simplemente de tumbas. El dice: “Esas construcciones colosales despiertan poderosamente la imaginación, pero no podemos darnos cuenta sino muy vagamente del curso de los acontecimientos que las produjeron. Ellas nos dejan una serie de preguntas sin contestar.”

Snefrú, un rey muy próspero a quien se conoce con el nombre de “Señor de los Dos Países,” es decir, el alto y el bajo Egipto, sucedió a Zoser en la III Dinastía. El erigió dos tumbas; la primera está en Medum. La más grande de ellas fue

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empezada con una simple mastaba, con una tumba de piedra caliza debajo de ella. Luego fue agrandada varias veces agregándole otros “pisos.” Más tarde, Snefrú llenó los espacios que dejaban los escalones haciendo los lados completamente lisos y parejos desde la base hasta la extremidad superior. Ésta fue la primera pirámide de su especie y su modelo sugirió las pirámides posteriores que fueron concebidas en esa forma desde su comienzo.

Durante este periodo de prosperidad, surgió en Egipto una clase de nobles ricos los cuales tenían extensas tierras y numerosos artesanos a su disposición. Según se lo permitían sus recursos y rentas, trataban de imitar las prácticas y lujos de los reyes. Así empeza ron a c o n s t r u i r

mástabas de piedra caliza picada, en lugar de ladrillo cocido, y las agruparon alrededor de la pirámide del rey y su familia. Khufú, a quien los griegos llamaron Cheops, empezó la IV Dinastía alrededor del año 2700 antes de Cristo.

Fue un gran organizador. Su administración fue muy efectiva, como se deduce de la erección de la Gran Pirámide durante su reinado. Como dice el Dr. Breasted: “La sola organización del trabajo, comprendiendo la extracción de la piedra, el transporte y la erección de esta enorme masa de material, fue una obra que, en sí misma, ha debido imponer grandes tributos a las oficinas públicas.” Si se

piensa que la Gran Pirámide contiene piedra suficiente

para construir una pared de más de

un metro de altura y

d e

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medio metro de espesor desde la ciudad de Nueva York hasta San Francisco de California y todavía devolverse hasta la mitad, se tendrá una idea de la cantidad de material que reúne.

Herodoto, el antiguo historiador griego, cuenta que la const rucción de la Gran Pirámide durante el reinado de Khufú, requirió 100,000 hombres trabajando durante veinte años. El eminente egiptólogo Flinders Petrie y otros de igual reputación están de acuerdo en el cálculo de esta cantidad de hombres y de tiempo. Estos hombres formaban una ciudad de buen tamaño y tenían que ser alojados,

alimentados y cuidados durante su trabajo.

U n o s c u a n t o s d a t o s relacionados con la Gran Pirámide nos dan una idea no solamente de su inmensidad impresionante sino también del genio que se necesitó para erigirla y del símbolo que representa de la sabiduría de esa época. Contiene 2.300.000 bloques de piedra, cada uno de los cuales pesan más o menos dos toneladas y media, y tienen cerca de un metro y veinte centímetros de altura y de dos

a dos metros y medio de largo. Estos bloques

fueron extraídos de las minas

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de la ribera oriental del río, al sur del Cairo. Cuando la marea estaba alta estos bloques eran llevados a flote hasta el pie de la colina de la Pirámide.

La Gran Pirámide se encuentra en una planicie detrás de la cual está el desierto, cuyas arenas barren continuamente la Pirámide y van carcomiendo las piedras. Herodoto dice también que fue construida una enorme rampa de piedra que requirió diez años para terminarse, por la cual arrastraban lo gigantescos bloques hasta la

planicie en la que se encuentra la pirámide. Todavía se ven restos de esa rampa, los que fueron filmados por la Expedición Cinematográfica de AMORC en el viaje a Egipto de 1936.

Hay un hecho enigmático relacionado con la construcción de la Gran Pirámide que no debe pasarse por alto y que contribuye a su grandeza. Apenas un siglo antes, había sido construida la primera estructura de piedra (una cámara de piedra caliza) y es de preguntarse si todas las artes y las ciencias

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que representan la construcción y la posición de la Gran Pirámide fueron concebidas en el transcurso de un siglo o eran ya conocidas desde antes. Los útiles empleados un siglo antes no hubieran podido sacar de la cantera las piedras de la Pirámide.

L o s c o n o c i m i e n t o s científicos que muestra la Gran Pirámide y de los cuales hablaré brevemente, no se ven en las construcciones de un siglo antes. No es que en el transcurso de un s ig lo los constructores de la Gran Pirámide refinaron ciencias y artes anteriores, sino que muchas de ellas han debido ser originadas por ellos. No se ha encontrado ninguna indicación de que los primitivos egipcios estuvieran en posesión de tales conocimientos ni siquiera en forma elemental.

Nosotros estamos orgullosos de los perfeccionamientos del último siglo de nuestra época, y, sin embargo, lo que hemos hecho es más

bien una extensión y una adaptación de conocimientos básicos previos. Por lo menos, teníamos ciertas ciencias bien organizadas que nos sirvieron de base; pero en cambio, repetimos, un siglo antes de la construcción de la Gran Pirámide no había señal de muchas de las ciencias de que depende su construcción.

La ciencia y el ingenio desplegados en la construcción de la Gran Pirámide asombran a

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los ingenieros y sabios de hoy en día. La Pirámide tiene cerca de 481 pies de altura. Los lados de su base cuadrada miden 755 pies por lado, cubriendo un área de trece acres. Se estima que el promedio de error en los ángulos de los lados es “menor de un diezmilésimo, en igualdad, en cuadratura y en nivel.” ¡El trabajo de construcción es tan perfecto que muchas de las piedras están cortadas y unidas con tanto cuidado que apenas presentan una hendidura de la diezmilésima parte de una pulgada! Como dice Petrie, “Igual al trabajo de los ópticos de hoy en día, pero en una escala de acres en lugar de pocos centímetros de material.”

Todo el monumento es de bloques de piedra caliza, a excepción de la cámara del sepulcro

y de las que están

sobre ella. Los pasajes interiores están ingeniosamente cerrados con bloques de granito y rastrillos (rejas de piedra). El exterior estaba cubierto con un revestimiento de piedra caliza muy fina y pulida que ha debido brillar como mármol a la luz intensa del sol egipcio, causando la admiración de todos. Siglos después, esta cubierta exterior fue llevada de allí por los árabes y otros merodeadores. Parte de ella puede ser vista por el viajero en las mezquitas del oriente. La Gran Pirámide estaba rodeada también por un ancho pavimento de piedra.

Se estima que la Gran Pirámide se encuentra situada en “el punto central de todas las tierras que ocupan la superf ic ie

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terrestre.” Esto indica que los antiguos constructores tenían conocimiento de la geografía de la tierra. El peso de la tierra era también conocido de los antiguos. La Pirámide es la milbillonésima parte de toda la superficie de la tierra y la gravedad de la masa que ellos construyeron necesita solamente multiplicarse por 10: 5x3 para indicar la suma de la gravedad de toda la masa de la tierra, tal como lo explican los matemáticos. Además, el volumen de la tierra, aparte de su peso, se relaciona con el volumen de la Gran Pirámide. La temperatura media de las tierras habitables y de los mares navegables es alrededor de 680 Fahrenheit. Esta es también, por

coincidencia o intencionalmente, la temperatura que se mantiene en los tubos que ventilan la Gran Pirámide.

La temperatura interior

El autor de este artículo, junto con su ayudante, estuvo filmando el Templo de la Esfinge y el exterior de la Pirámide de Gizeh, en los primeros días de Septiembre. El calor del sol de fines del verano en el desierto era horroroso. Al entrar en la Gran Pirámide y subir a la Gran Galería, en su centro, la temperatura era muy agradable. Aún después de haber permanecido allí por algún tiempo, se sentía

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igualmente grata y no demasiado fresca. La temperatura que se ha considerado más saludable y a propósito para el hombre es la de 680 Fahrenheit, más o menos.

Flinders Petrie dice que originalmente los cuatro lados de la Gran Pirámide apuntaban justamente al norte, sur, este y oeste. El movimiento gradual de la corteza terrestre a través de los siglos, ha cambiado ligeramente esta orientación. La Gran Pirámide es también un monumento que honra a la astronomía y las matemáticas de sus constructores. Se cree que en el año en que se terminó, a media

noche del equinoccio de otoño, el 21 de Septiembre, la estrella polar, Alfa del Dragón, iluminó el pasillo descendente.

La unidad de medida usada por los constructores fue la pulgada de pirámide, que es la misma medida de la antigua pulgada polar usada por los hebreos y otros pueblos antiguos; en una época, la pulgada británica tenía la misma longitud. En el techo del pasillo ascendente, llamado Gran Galería, justamente antes de entrar a la Cámara del Rey, hay un nicho en el cual está labrada en relieve, en la parte superior de un bloque de granito, una pulgada

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de pirámide. Probablemente los constructores dejaron esa medida grabada como una guía para la posteridad.

En toda la construcción se encuentra un vasto simbolismo m a t e m á t i c o . A u t o r i d a d e s competentes han descubierto que las dimensiones de las cámaras, pasajes, vestíbulos y aún de los dinteles tienen una relación numérica correspondiente a las fechas de los grandes acontecimientos de la historia, cuando se les aplica cierta clave matemática. Estas fechas han correspondido ya a muchos acontecimientos históricos y otras predicen los futuros. Una de las más grandes de esas fechas, según la interpretación de las profecías de la Pirámide, fue la del 16 de Septiembre de 1936. Se cree que esta fecha marca una transición tremenda en las cosas del mundo, que afectará a todas las naciones y todos los pueblos.

En efecto, esa transición será un cataclismo del cual vendrán guerras, derramamiento de sangre, contiendas, ruina de sistemas políticos, y de todo ello surgirá la civilización más gloriosa que el mundo ha conocido. El cambio debía empezar en la fecha mencionada, alcanzando su período crítico a los ocho o diez años. Lo cierto de esta profecía hemos podido apreciarlo

por los acontecimientos actuales. Tres oficiales Rosacruces y yo tuvimos el gran privilegio de llevar a cabo una antigua ceremonia mística Rosacruz en la Cámara del Rey, en ese famoso día de Septiembre de 1936. De todas las sociedades místicas, esotéricas y filosóficas que han hablado de algún modo de esta fecha, la única representada allí en esa ocasión inolvidable fue la Orden Rosacruz AMORC.

La medida del año

Volviendo a la explicación d e l s i m b o l i s m o y d e l a s medidas secretas usadas por los constructores, un lado de la Gran Pirámide es de 9131 pulgadas de pirámide. Agregando el total de los cuatro lados con un pequeño error en la medida, tenemos una suma de 36.524 pulgadas. Dividiendo esto por 100 tenemos la longitud de un año solar, con una pequeña variación, es decir, 365,242 Hay muchísimos de estos ejemplos asombrosos de sabiduría secreta, escondidos en su sistema numeral oculto.

La etimología de la palabra pirámide es sumamente interesante. Se deriva de las palabras griegas Pyr, que significa fuego o luz, y Midos, que significa medida. Así pues, literalmente, quiere decir, medida de luz.

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Origen de la Pirámide

¿Quién construyó la Gran Pirámide, y por qué? Algunos egiptólogos son de opinión de que Khufú la construyó estrictamente para una tumba, lo mismo que muchos otros antes que él, que hicieron pirámides con ese objeto. Hay otras autoridades que no lo admiten, y el gran simbolismo y la riqueza de sabiduría que encierra parecen contradecir el que haya sido construido solamente como tumba para guardar los restos mortales de los reyes. En efecto, la historia no dice que se haya encontrado dentro de ella momia alguna ni restos mortales. Existe solamente una

suposición de que haya sido la tumba de Khufú. Deodoro, Otro antiguo historiador, dice: “Posiblemente Cheops (Khufú) no fue enterrado allí, sino en algún lugar desconocido.” Shehab Ben Yahuya, refiriéndose a los primeros árabes que penetraron a la Gran Pirámide, dice: “No se ha encontrado nada que explique el motivo de su construcción.” Esto quiere decir, por lo menos, que no encontraron ninguna momia, ni ninguna otra cosa que revelara algo fúnebre.

Allí hay, desde luego, la Cámara del Rey o sala del sepulcro, donde se encuentra un gran sarcófago (ataúd de piedra). Está esculpido en uno de los bloques

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de piedra que forman el piso de la cámara oblonga y está situado en uno de sus extremos. Yo he examinado cu idadosamen te su enorme superficie lisa. Es lo suficientemente amplio para haber contenido uno o dos de los sarcófagos de madera en donde colocaban generalmente las momias de los reyes antes de ser enterradas definitivamente, pero nada de eso ha sido encontrado allí.

Además la tapa o cubierta, de este gran sarcófago de piedra nunca ha sido encontrada, si es que la tuvo alguna vez. No tiene inscripciones ni jeroglíficos en las paredes. La suposición de que sea la Cámara del Rey se basa solamente en que allí esta ese sarcófago. Los Rosacruces, místicos y todos aquellos que están familiarizados con las tradiciones del pasado y con los ritos de las antiguas escuelas místicas, llaman a esta Cámara la Sala de la Iluminación.

En nuestra opinión, el sarcófago era usado como uno de los objetos de un rito iniciático. Probablemente de él se elevaba el candidato en su renacimiento simbólico hacia la iluminación que experimentaba en su progreso a través de las cámaras (o grados) inferiores. La sabiduría con la cual fue construida esa pirámide, estuvo guardada en las escuelas místicas de esa época y, por lo tanto, la masa no

tenía conocimiento de ella, o bien fue introducida en Egipto en ese período de cien años, por refugiados de otro país.

Flavio Josefo, historiador judío, cita el siguiente dicho de Manetón: “Nosotros tuvimos un rey en cuya época vinieron del Este unos hombres extraños, de una raza innoble, que fácilmente lo conquistaron y lo subyugaron con su poder, sin batallas, y cuando tuvieron a los gobernantes en sus manos, destruyeron los Templos de los Dioses.” ¿Seria posible que estos pueblos tuvieran una civilización ya pasada y que la sabiduría y el poder con que fácilmente conquistaron a los egipcios fuera enterrada en la construcción de la Gran Pirámide? ¿Cómo es que la historia no cuenta nada de ellos?

La tradicción Rosacruz

Las tradiciones Rosacruces y esotéricas hacen ver que la Gran Pirámide era usada como Templo de Iniciación. La disposición de sus cámaras y pasajes, y sus comunicaciones subterráneas con el Templo de la Esfinge, apoyan evidentemente estas tradiciones. El candidato hacia sus juramentos en el altar que estaba ante la Esfinge, cuyos restos pueden verse hoy. Luego pasaba por una muerte simbólica y moraba en el mundo

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inferior. Esto lo representa un descenso del pasaje subterráneo.

Finalmente, el candidato ingresaba a las cámaras inferiores de la Gran Pirámide donde era sometido a una serie de pruebas y de ritos de purificación. Después de un tiempo, y según se iba haciendo digno, subía

a las cámaras superiores, cada una de las cuales correspondía a su adelanto y comprensión personal. Quizás no es una casualidad el que antes de entrar a la Cámara del Rey, la Sala de la Iluminación, viniendo de la galería ascendente, hay que inclinarse y pasar por un pasaje muy estrecho. A la altura de la cabeza hay

un enorme bloque de granito que obliga a inclinarse.

Esto simboliza la humildad que el candidato debe sentir, sea cual fuere su posición o su riqueza, antes de erguirse recto finalmente en su nueva vida e iluminación; la Cámara del Rey y el pasaje que la precede son lo suficientemente altos para mantenerse rectos. ¿Qué otra razón pudiera haber para esa estrecha abertura? Decir que eso fue hecho así para cerrar más fácilmente la entrada a la Cámara del Rey, es una explicación que satisface muy poco cuando todas las de las otras cámaras vecinas son suficientemente grandes y fácilmente accesibles.

El hecho de que la sabiduría que implica la construcción de la Pirámide indique que fue

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planeada por sabios, no implica que el rey Khufú no tuviera nada que ver con su ejecución, como se dice a menudo. El era el poder temporal de la época. Fue él quien proporcionó los hombres y los materiales para la obra, o, por lo menos, permitió que los utilizaran. Nadie, por grande que fuera su sabiduría, podía haberla llevado a cabo sin su permiso.

Además, Khufú debía saber las razones de los diversos pasajes y cámaras; no podía ignorarlas; más aún, la exactitud que requería esa construcción como un monumento de la sabiduría necesitaba más tiempo y trabajo q u e u n a s i m p l e p i rámide para una tumba. Un ignorante de tales ciencias y artes no hubiera acatado el costo y el tiempo que se necesitó, porque no hubiera podido apreciar lo que se estaba llevando a cabo. Por lo tanto, no se puede decir que Khufú fuera simplemente un simpatizante de las fraternidades de los misterios, al permitir que se construyera semejante templo, sino que ha debido ser uno

de ellos mismos y haber tenido sus mismos ideales. “Por sus obras los conoceréis”.

¿Habría otra manera más grandiosa para que los sabios de las antiguas escuelas de los misterios impartieran su sabiduría a la posteridad, desde una época tan remota, y para que transmitieran a sus descendientes los conocimientos de que disponían?

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Comité de Ayuda Espiritual

El Comité de Ayuda Espiritual de la Gran Logia AMORC Jurisdicción de Habla Hispana para las Américas, imparte ayuda metafísica desde el Gran Templo, de lunes a viernes a las 12:00 hrs. tiempo central de México (11:00 hrs. A.M. tiempo astronómico), a través de un grupo de miembros locales que trabajan en esta humanitaria labor, siguiendo las instrucciones indicadas por el Imperator para todas las Grandes Logias de la Orden.

Los miembros estudiantes de AMORC visitantes en la sede de esta Gran Logia, pueden unirse y participar en dicho Comité, siempre que acrediten su afiliación activa. Quienes deseen hacerlo así desde otras localidades, pueden unirse al Comité de Ayuda Espiritual, a cualquier hora del día, desde sus lugares de residencia, integrándose así a este noble trabajo a través del Consejo del Silencio.

Edificio Administrativo de la Gran Logia AMORC (GLH) León, Gto., México.

EL PUENTE DE

LA VIDA

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EL PUENTE DE

LA VIDA

Dr. H Spencer Lewis, F.R.C.

Supongo que muchos de ustedes han leído ese libro singular de Thorton Wilder llamado ‘ The Bridge of San Luis Rey’ (E1 puente de San Luis Rey), que en forma ficticia hace notar uno de los misteriosos acontecimientos de la vida. Lo que quiero decir en este momento, sin embargo, no atañe a ese puente en particular sino al puente simbolizado por él.

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Todos pasaremos sobre el puente que separa esta vida de la siguiente. ¿Cuántos, me pregunto, han pensado sobre las diferentes formas en las que este puente se puede hacer manifiesto, de qué modos extraños procedemos a cruzarlo y qué compañeros poco comunes podemos tener en el momento de cruzarlo?

Conforme viajamos por la vida, pasamos sobre muchos puentes, algunos con alegría y felicidad, y nadie piensa sobre las posibilidades con que cuenta para

manifestarse en cualquier momento. Nos acercamos a otros puentes con renuencia y frecuentemente con presentimientos de infortunio, pesar o sufrimiento.

Los puentes más difíciles de cruzar y que constituyen los verdaderos problemas de nuestra vida con más frecuencia, son los que nosotros mismos hemos construido: aquellos en los que somos los únicos viajeros, sobre los que nuestros pies son los únicos que se escuchan en un tedioso viaje.

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Otros puentes han sido construidos por aquéllos que nos examinan y ponen a prueba o intentan crucificarnos. Una vez más, nos encontramos en los grandes caminos de los puentes de vida sobre los que nos rodea la multitud, compartiendo las dificultades, p rob lemas , t r i bu lac iones y sufrimientos del viaje.

C a d a p u e n t e e s d e naturaleza distinta; y conforme miramos sobre aquéllos que cruzan con nosotros podemos especular acerca de los senderos tan diferentes

que han llevado a naturalezas y caracteres tan diversos a un puente de experiencia similar en el mismo punto del tiempo.

Con frecuencia estamos tentados a pensar que el sendero individual por el que viajamos en la vida es extraño, nunca antes recorrido por humanos, creado por alguna mente mágica negra o malévola, únicamente para causarnos sufrimiento o tribulación innecesarios. Incluso tendemos a pensar que, si pudiéramos cambiar con cualquier otro, encontraríamos

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que su sendero es más simple y fácil.

Podemos estar inclinados a pensar que nuestro viaje individual a través de la vida es tan singular que sólo una persona en el mundo entero podría tener un sendero tan arduo, atestado de tantos obstáculos innecesarios, poco razonables y desconsiderados. Pero cuando nuestro sendero finalmente alcanza el abismo sobre el que un puente se estrecha, encontramos que otros senderos aparte del nuestro convergen hacia él y que miles llegan juntos para cruzar el mismo

puente.

Hermandad de interés común

Existe un gran cuerpo para participar en punto capital de las mortificaciones y tribulaciones de nuestro viaje y para compartir igualmente todas las dificultades y tribulaciones de este puente. Nos damos cuenta, entonces, que a pesar de la diversidad de senderos existen ciertos lugares en el viaje de la vida en donde todos se encuentran; donde encontramos que todos nuestros pesares, nuestras penas, nuestros

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intereses y nuestros esfuerzos para alcanzar la meta en la vida son comunes a todos.

Sobre tales puentes, nos encontramos a nosotros mismos unidos en una hermandad humana de interés común a pesar de nuestra diversidad individual. Desde el punto de vista místico estos puentes son los lugares de encuentro de las líneas convergentes de la vida y demuestran el principio de la hermandad universal.

E1 místico, sin embargo,

puede especular acerca de las motivaciones, sobre qué principios en la vida, qué manos guiadoras invisibles dirigieron los pasos de tales seres humanos diferentes desde tantos senderos de la vida, hacia estos puentes. E1 místico puede preguntarse qué ley o principio en el universo lleva a hombres y mujeres desde miles de kilómetros de distancia, a lo largo de extraños caminos, a un punto para cruzar sobre un puente al mismo tiempo.

Cualesquiera experiencias que pueda tener un puente particular

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para aquéllos que lo cruzan, evidentemente están decretadas y diseñadas. Hombres y mujeres de diferentes lenguas, diferentes posiciones en la vida, o diferentes creencias e indulgencias religiosas, o diferentes posiciones sociales y económicas, se encuentran como un cuerpo en la entrada, como caminantes comunes y ahí comienzan a compartir cualesquiera experiencias extrañas que este puente pueda tener. Quizás, por otro lado, también, comenzarán nuevamente con experiencias similares en una tierra nueva, un país nuevo o una nueva área de

progreso.

E s t o s “ p u e n t e s ” n o necesitan ser estructuras a través de espacios abiertos. Pueden ser un autobús escolar en Colorado, como aquél en el que un grupo de niños se congelaron hasta morir. Esos niños provenían de familias diferentes, de diferentes estratos en la vida, e indudablemente viajaban por senderos distintos hacia el futuro.

Sin duda, cada uno, tenía diferentes esperanzas y todo el derecho de poder haber esperado vivir para realizarse y tener

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diferentes experiencia antes de pasar por la transición. Sin embargo, por alguna ley del Cósmico, fueron conducidos juntos al mismo tiempo para tener la misma experiencia.

E1 “puente” fue un autobús escolar que los llevaría a casa desde el colegio; en vez de eso, los condujo de éste, al otro mundo. Sin tener relación y con karmas del pasado diferentes, para llegar a fines y para servir a propósitos distintos, estos niños fueron conducidos juntos por el Cósmico porque había

sido decretado que su transición ocurriera al mismo tiempo, en el mismo lugar y de la misma manera.

Algunos habían llegado años antes al distrito desde otros estados y otras localidades. Sus senderos convergieron ese día en el que debían cruzar el puente juntos. De la misma manera, la destrucción repentina de un expreso aéreo sirvió para llevar de esta vida a la otra, a ocho hombres, entre los que se encontraba un famoso entrenador de fútbol. Cada uno de

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estos hombres habían viajado a lo largo de senderos distintos de la vida y habían esperado alcanzar sus diferentes metas.

¿Qué había hecho cada una de estas ocho personas en una encarnación anterior, o en ésta, que decretó que pasaran por su transición al mismo tiempo, de la misma forma y en el mismo lugar? Lejos de sus hogares y lugares normales de actividad, cada uno comenzaría su período cósmico de existencia el mismo día y hora, prácticamente el mismo minuto.

E1 místico con frecuencia examina el hecho de que un niño nacido en una familia misionera en Turquía puede viajar por diversas partes de Oriente y finalmente llegar a los Estados Unidos para conocer y casarse con una compañera de la infancia. Juntos ahí, llevan a cabo sus actividades conjuntas y finalmente dan a luz niños que tienen antecedentes de nacionalidad y lengua diferentes.

La vía del Cósmico

Es ilustrativo rastrear la vía por la que el Cósmico se

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extiende a los extremos del mundo para seleccionar a dos personas mutuamente desconocidas, de lengua y posición social diferentes y conducirlas a una tierra nueva para unirlos y dar al mundo un tercer ser de una combinación de sangre y lengua completamente diferentes.

E s a ú n m á s e x t r a ñ o considerar que ocho o diez personas de varias ciudades y estados de los Estados Unidos, de ocupaciones y posiciones diferentes, puedan ser conducidas juntas a un punto para cruzar el gran puente en el mismo instante.

Es posible que en una encarnación anterior esas ocho personas se conocieran y estuvieran unidas en un esfuerzo humano y que murieran en esa encarnación del mismo modo como lo hicieron en ésta? ¿Es posible que en una vida pasada sus actividades estuvieran tan relacionadas y tan idénticas que cada una creó un patrón idéntico para esta vida, incluso si en el intervalo no se conocían ni sus senderos se habían cruzado jamás?

Estos son los pensamientos que un místico reúne a partir de las noticias del mundo y los

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acontecimientos de la vida corriente. Es tal pensamiento el que conduce a un mayor entendimiento sobre las complejidades de la vida, así como acerca de la simplicidad del principio cósmico. Después de todo, existe cierta simplicidad en un esquema que permitiera a ocho personas, después de haber estado unidas en una transición, estar ampliamente separadas y después ser unidas nuevamente para que ese karma decretado para ellas pueda ser realizado con consistencia y justicia.

Cada uno de estos ocho individuos debió haber ganado, por sus acciones pasadas, o creado a través de su vida presente, el tiempo, el lugar y la condición de transición. Si los otros siete estuvieran asociados a éste en esfuerzos idénticos y métodos de vivir, entonces la simplicidad de la justicia y equidad de la Ley Cósmica los reuniría para compartir el karma que fuese justo para cada uno.

Cada uno de nosotros enfrenta cada día un puente inesperado. Puede ser que nuestra entrada a un teatro, a un tren, a un automóvil, a una concurrida vía pública, o cualquier otro lugar público, sea la entrada a ese último puente. Ese que ocurre y afecta a un número de personas es por Ley Cósmica el karma de

nuestra vida. Nuestra participación unida en esto, prueba que somos hermanos y hermanas y que estamos estrechamente relacionados en la Mente Cósmica al haber creado condiciones idénticas. A1 vivir cada día en armonía con las leyes y principios más altos, absteniéndonos de la injusticia y la parcialidad y manteniéndonos entonados con lo bueno y armonioso, nos autoguiaremos al puente final en la compañía de aquellos que, al igual que nosotros, son merecedores de las más ricas recompensas.

Cuando hayamos cruzado el puente, nos encontraremos todavía con aquellos que han alcanzado y ganado las más altas bendiciones cósmicas. No sabemos cuándo nos encontraremos cara a cara con el gran puente que abarca la parte desconocida de 1a existencia, sin embargo, sí sabemos que más allá reside una tierra y un mundo que serán lo que merecemos y lo que hemos creado por nosotros mismos aquí y ahora.

LA

REENCARNACIÓN

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LA

REENCARNACIÓN

Christian Bernard, F.R.C.

Contrariamente a lo que vulgarmente se dice, son muchas más las personas que creen en la reencarnación que las que no creen en ella. Si se tiene en cuenta la totalidad de la población mundial, es fácil demostrar que para los habitantes de la mayor parte de los países orientales, este principio no sólo es algo corriente, sino también evidente.

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La reencarnación es el principio básico de las doctrinas de muchas religiones orientales, por ejemplo, el Hinduismo, el Budismo y muchas otras. Debido a que el pensamiento occidental es cartesiano y a que tiende a rechazar lo que escapa al control de la inteligencia objetiva, en Occidente existe una oposición real a la reencarnación y un desconocimiento total de lo que ésta significa. A pesar de lo que acabamos de indicar, debemos reconocer que desde hace algunos años hay cada vez más personas, de todas las razas, de todas las religiones y de todas las condiciones

sociales que se interesan por el tema de la reencarnación y que creen en ella.

Al abordar el problema de la reencarnación, es necesario relacionarlo con el alma, ya que si no se admite la existencia del alma, no tiene ningún objeto saber si ésta se reencarna después de la muerte o no. Aquéllos que admiten su existencia, pero que no ven en ella nada más que una energía vital que sólo dura mientras el cuerpo está vivo, tampoco se plantean este problema, puesto que consideran que esa energía se destruye al

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mismo tiempo que se desintegra el cuerpo. Este razonamiento es menos lógico que el primero, ya que si el principio que rige a la energía es precisamente que es indestructible, resulta incomprensible que pueda llegar a destruirse. Prácticamente todos los científicos admiten que la energía, independientemente de su clase, no puede ser destruida; sino únicamente cambiar de expresión.

Si tomamos en consideración a los que creen en la existencia del alma y la conciben como una energía espiritual e inmortal, vemos que se dividen entre dos grandes conceptos,

uno puramente religioso; el otro, místico. Hay muchas religiones que enseñan que el alma sólo vive una vida terrenal, y que en función del bien o del mal que el hombre haya realizado a lo largo de su existencia, su alma irá al Infierno o al Paraíso por toda la Eternidad.

Un rápido análisis del problema, dentro del contexto de la Creación, indica que este concepto no sólo es arbitrario, sino también ilógico, puesto que implica que la única forma de gozar de una existencia feliz después de la muerte, es alcanzar la Perfección en

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una sola vida terrenal. Si realmente fuera así, lo menos que podernos decir es que las almas que viven en el Paraíso deben de ser muy poco numerosas. Porque, ¿quién puede afirmar honestamente que una existencia que apenas dura unas decenas de años es suficiente para alcanzar la perfección? ¿Qué ocurre con los millares de niños que, desde hace siglos, mueren incluso antes de haber comprendido lo que significa la palabra “perfección”? Algunos responden que, debido a su inocencia, en el momento de su muerte el alma de esos niños va al Paraíso.

S in querer en t ra r en polémica, es preciso no confundir los té rminos “Inocencia” y “Perfección”. La primera se refiere a algo que es inconsciente, mientras que la segunda debe ser adquirida a través del esfuerzo consciente. Incluso admitiendo que ambas palabras fueran sinónimas, ¿dónde estaría la utilidad de que naciera un niño perfecto si el objetivo de la vida terrenal, incluso para estas religiones, es alcanzar la Perfección y conseguir con ello entrar en el Paraíso Celestial? Se podrían poner numerosos ejemplos para demostrar que hay muchos dogmas religiosos

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que no son lógicos, no sólo en lo que concierne a las doctrinas místicas, que sería otro problema, sino en relación con su propia teología.

A partir del momento en que reconocemos la existencia del alma y admitimos que su fin es evolucionar hacia la perfección, es difícil no aceptar como evidente la doctrina de la reencarnación. Si considerarnos que la naturaleza ha dispuesto de millares de años, por no decir millones, para hacer del planeta Tierra y del hombre lo que son hoy en día, no podemos pensar que en esta dimensión de la

eternidad, el alma humana sólo se haya encarnado una vez en la vida. ¿De qué serviría si lo comparamos con la grandeza de la Creación Universal? ¿Cuál sería el interés real de las experiencias terrenales si su objetivo no fuera precisamente obtener un dominio superior de la vida sobre la Tierra?

Si el hombre está condenado a vivir únicamente una vida terrenal, y si el fin común de cada individuo es alcanzar la perfección en los límites de esta vida, ¿Cómo explicaríamos el hecho de que algunos seres sean inteligentes, guapos y ricos, mientras

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que otros son ignorantes, pobres y feos? ¿Dónde está la igualdad de oportunidades en el momento del nacimiento? ¿Cómo conciliar una injusticia tan flagrante con el Dios del Amor del que hablan todas las religiones? En último término, estarán de acuerdo conmigo en que estas preguntas y algunas otras que dejo sin plantear, son una prueba de la incoherencia de lo que dicen sobre el alma la mayor parte de los c r e d o s

religiosos. De una forma u o t r a , t odos los fundadores de las grandes religiones han indicado que debemos atravesar muchas existencias terrenales antes de alcanzar el objetivo fijado por la Divinidad. Pero, por razones más o menos legítimas con el paso de los siglos, se han tergiversado sus enseñanzas.

Hay o t ro f ac to r que pone de relieve la evidencia de la reencarnación: y es la gran diferencia que se advierte en la manera en que los hombres hacen frente a las experiencias de la vida terrenal. El hecho de que unas personas sean más inteligentes que otras, no es un argumento válido

para impugnar la doctrina de la reencarnación, puesto

que nadie puede afirmar que la

inteligencia, tal como la definen

los materialistas, sea la expresión de un potencial

cerebral, que según ellos, es más o menos grande debido a razones puramente fisiológicas. Aunque su análisis sea excesivamente simplista, dando prueba de buena voluntad podríamos admitir algunos de sus aspectos. Pero esto no explica

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el sentido común ni la madurez que manifiestan muchas personas a pesar de no tener una capacidad intelectual alta. Ese sentido común y esa madurez no provienen de su cerebro, sino de su alma, y se explica gracias a las experiencias adquiridas en e l t ranscurso de encarnaciones anteriores, es decir, porque son “almas viejas”. Esta es la causa p o r l a que las

enseñanzas rosacruces insisten en el hecho de que los indicios de la evolución interior hay que buscarlos ante todo en la inteligencia del corazón.

Los místicos han llegado al convencimiento de que el alma necesita reencarnarse tanto por razones lógicas como intuitivas. Consideran que la reencarnación es el soporte de la evolución y que da una explicación lógica al sentido de la vida y al hecho de que las personas sean diferentes. Los rosacruces son libres de aceptar o de rechazar la doctrina de la reencarnación, ya que de acuerdo con los principios de la A.M.O.R.C.,

en sus enseñanzas no se busca el imponer creencia alguna. Sin embargo, contrariamente a lo que afirman los materialistas sobre que las cosas solo deben ser aceptadas

si se puede probar racionalmente su existencia, los místicos

piensan que no se puede rechazar una doctrina por el mero hecho de que no se pueda probar que es cierta

además , l a

reencarnación forma parte del orden natural de las cosas, y es una imagen de lo que ocurre en el reino vegetal, donde la naturaleza muere y renace al ritmo de las estaciones.

P o r a n a l o g í a ; podemos comparar la evolución del alma con el

desarrollo de los estudios escolares. Cuando el niño

entra por primera vez en la escuela maternal, da sus primeros pasos dentro de la colectividad y comienza a aprender nuevas cosas. Con los años, no solo seguirá acumulando nuevos conocimientos intelectuales, sino que también desarrollara su experiencia de la

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La Orden Rosacruz AMORC, presente en todo el mundo, es una fraternidad no sectaria de hombres y mujeres dedicados a la investigación, estudio y aplicación práctica de las leyes naturales y espirituales. El propósito de la Organización es ayudar a todos para vivir en armonía con las fuerzas cósmicas creativas y constructivas, para el logro de salud, felicidad y paz. La Orden es conocida internacionalmente como la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis y tanto en América como en otros continentes, constituye la única forma de actividades Rosacruces integradas en una sola institución. La AMORC (por sus iníciales) no vende sus enseñanzas. Las da libremente a sus miembros afiliados junto con otros beneficios. Para información completa acerca de las ventajas de la afiliación Rosacruz, escriba una carta al domicilio citado abajo o por correo electrónico a la siguiente dirección glh@rosacruz.org y pida el folleto gratuito titulado «El Dominio de la Vida».

Diríjase a:Escribano R.E.R.

Orden Rosacruz AMORC, Apdo. Postal No. 827,

Oficina Centro, C.P. 37000.

León, Gto. - MÉXICO.

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vida. Cuando pasa de una clase a otra, cambian sus maestros y también sus compañeros. Pero el, fundamentalmente, no cambia; permanece siendo el mismo con individualidad consciente. Entre año y año escolar, se beneficia de un periodo de descanso que le permitirá hacer un balance de los conocimientos adquiridos y repasar los conceptos necesarios. Dependiendo de la calidad del trabajo realizado, deberá repetir el curso o pasar a la clase siguiente. Al finalizar sus estudios, en la adolescencia, o ya siendo adulto, deberá pasar un exámen que marcara el fin de un ciclo de su existencia y el inicio de otro, el de su vida profesional.

Esta analogía también puede ser aplicada a la evolución del alma, con la diferencia de que todas las

personas tienen el mismo potencial de inteligencia en el momento de su primera reencarnación, mientras que no todos los alumnos tienen las mismas posibilidades cuando llegan a la escuela por primera vez. Tampoco el alma tiene la misma facilidad para guardar el recuerdo de las encarnaciones anteriores que el niño el de sus escolarizaciones pasadas. Pero esto no significa que no se puedan recordar, sino que para conseguirlo es preciso realizar cierto tipo de trabajo místico. Otra diferencia que se puede señalar entre el desarrollo de la escolaridad y el proceso de evolución espiritual, está en el exámen final, en el caso del alma es el mismo para todas, o sea, llegar a la Perfección. Cuando ese “exámen”, o más bien ese estado, ha sido alcanzado, la persona atraviesa

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los umbrales de un nuevo ciclo de evolución que no necesita de las reencarnaciones terrenales. Es cierto que esta comparación no explica todos los aspectos de la evolución anímica, pero puede dar una idea del proceso general que sigue esta. Así como un niño no puede adquirir el dominio total del conocimiento humano al finalizar un año escolar, el alma no puede alcanzar la perfección en el transcurso de una única encarnacion. Por otra parte, seria r i d í c u l o l levar a un niño a l a

escuela p a r a sacarlo al final del curso maternal, como también seria ilógico pensar que el alma se reencarna una sola vez para, a continuación, acceder a un mas allá donde permanecerá durante largo tiempo a la espera del Juicio Final.

Además de aquellos que no creen en la existencia del alma y que están convencidos de que esta conoce únicamente una vida terrenal, están los que se oponen a la doctrina de la reencarnación por razones puramente éticas. Piensan que el hecho de reencarnarse supone no volver a ser el mismo y entrar en posesión del cuerpo de otra persona. Esta idea les repele, impulsándoles a rechazar este principio. Si las

personas que la ven de esta manera

reflexionaran seriamente

s o b r e e l l o ,

comprenderían q u e e s i m p o s i b l e

reencarnarse en el cuerpo de otro, puesto que la reencarnación se lleva a cabo en el cuerpo de un bebe. Al tomar posesión de ése cuerpo recién nacido, éste se convierte en el nuestro para toda la

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encarnacion. Y también, cuando lo abandonamos en el momento de la muerte, desaparece d e f i n i t i v a m e n t e , p e r d i e n d o l a existencia y la forma que tenía c u a n d o e r a e l t e m p l o de nues t r a alma. Otras p e r s o n a s r e c h a z a n creer en la reencarnación debido a que, s egún e l l a s , esta posibilidad a b r i r í a l a s puertas a relaciones incestuosas. Un análisis lógico demuestra también que este tipo de argumento no es válido y que se debe a una mala comprensión de la ley cósmica implicada, puesto que las leyes que se aplican al cuerpo no tienen nada que ver con las del. Alma.

S i n e m b a r g o , m e parece importante hablar de la metempsicosis . Aunque este principio este incluido en la idea general que se tiene de la reencarnación, las enseñanzas de la A.M.O.R.C. establecen una distinción muy clara entre ambos conceptos. La metempsicosis se basa en la posibilidad de que el alma

humana pueda reencarnarse en el cuerpo de un animal. Desde el punto de vista rosacruz, esto es absolutamente imposible por al menos dos razones. En primer lugar, el alma posee un atributo propio que está totalmente asociado a ella: la consciencia del ser. Si admitimos que el alma puede reencarnarse en el cuerpo de un animal, entonces deberíamos reconocer que ciertos animales poseen esta forma de consciencia. Pero ningún animal, ni siquiera los más inteligentes, tienen una consciencia del ser idéntica a la que encontramos

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en el hombre. En segundo lugar, aceptar la metempsicosis va en contra de la ley de la evolución, ya que si partimos del principio de que toda alma evoluciona hacia la perfección, no podemos admitir que pueda retroceder y reencarnarse en una especie inferior. Como mucho, puede producirse un estancamiento, pero nunca un retroceso.

Volviendo a la analogía anterior, el niño, al crecer, no pierde inteligencia. Puede que experimente cada vez más dificultades en sus estudios, pero no p o r q u e s u inteligencia h a y a

disminuido, sino porque se le suelen exigir cosas que sobrepasan su capacidad intelectual. En ese caso, podrá repetir el curso para reforzar la comprensión de los conceptos que no ha asimilado. De la misma forma, el alma no retrocede en el curso de su evolución. Lo que ha adquirido en el plano de la comprensión in ter ior, permanece en e l la definitivamente. Puede estancarse en las reencarnaciones sucesivas a causa de una mala aplicación del libre albedrio o por falta de esfuerzo, pero nunca revivirá en el cuerpo de

un animal, ya que no hay ninguna

u t i l i d a d

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cósmica en el lo. Además, a diferencia del alumno que fracasa en sus estudios y que puede que no llegue a concluirlos, toda alma alcanzara el objetivo fijado para ella, ya que no puede sustraerse a su destino cósmico, que como voy a recordar, es evolucionar hacia la perfección. Para el alma, se trata simplemente de un problema de tiempo.

Entre los adeptos a la metempsicosis, hay mucha gente que habla de ella come si se tratara de un castigo. En otras palabras, piensan que aquellos que han

causado mucho daño durante su vida terrenal, pueden ser castigados de esta manera. Esta forma de concebir las cosas indica una mala comprensión de la ley del karma, ya que esta ley no está hecha para castigar, sino para compensar e interviene únicamente para que tomemos conciencia de nuestros errores y no para infligir unos daños que no tendrían otra utilidad que la de hacernos sufrir.

Por ello, toda prueba karmica que debamos atravesar, está a la medida de lo que somos capaces de superar y de comprender.

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Además, podemos estar seguros de que el cósmico siempre nos proporciona los medios para compensar nuestros errores. ¿De que serviría que el alma de quien ha pasado el tiempo haciendo el mal a sus semejantes se reencárnese en el cuerpo de un animal? Aún suponiendo que fuera capaz de comprender las razones de su estado, no podría actuar de forma correcta hacia los hombres para compensar sus faltas, ya que se encontraría limitado por su cuerpo de animal. Desde el punto de vista místico, la metempsicosis no es una doctrina valida, ya que se opone al principio de la evolución que es la base de la doctrina de la reencarnación.

Para terminar, d i ré que uno de los objetivos más importantes de las enseñanzas rosacruces, es el de permitir e x p e r i m e n t a r l a e x i s t e n c i a del alma y ser iniciados a las l eyes cósmicas por las que se rige. Independientemente de lo anter iormente expuesto, no intentamos convencer a nadie de los buenos fundamentos de la doctr ina

de la reencarnación. Pero si profundizarnos en esta doctrina, al asistir a conversaciones versadas sobre este tema, comprobaremos que las razones en las que se fundan la mayoría de las personas para negar su existencia, suelen ser ilógicas. Por otra parte, podremos exponer numerosos argumentos que demuestran que gracias a esta doctrina se explican muchas cosas que la razón no sabría explicar.

iQue así sea!

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POR QUÉ SOY ROSACRUZ ¿Por qué?…

SER ROSACRUZ, ¡es llevar el Sol en la sonrisa siempre!ES, engendrar en la brisa, la profundidad de todos los colores, la Armonía del Cosmos, como Estandarte sublime,

como eje primordial del Universo.SER ROSACRUZ, es vibrar de Amor, frente a la Belleza de todo lo creado...SER ROSACRUZ, es vencer todos los miedos, todos los sinsabores, todos los porqués, todo aquello que carece de vibración Sublime.SER ROSACRUZ es el sentido pleno, sincero y pujante,

de la Fraternidad Humana, en los caminos infinitos del devenir del tiempo...

SER ROSACRUZ es sentir la Mano de DIOS en la ROSA

encendida de nuestro propio Ser, en el vuelo acompasado de los pájaros... en el ritmo vivificante de la LUZ, en el canto nocturnal de las estrellas, en el lírico afán del Goce Supremo, en los planos más altos...

SER ROSACRUZ, es la firme plegaria hecha de cielos, EN LA MAGIA SIN PAR DE LO INVISIBLE...SER ROSACRUZ, es llevar el canto a flor de piel, a remotos confines increados.SER ROSACRUZ, es tener Fe, es caminar los senderos de la LUZ,

y la Esperanza, como ESENCIA VITAL de la VIDA, en el átomo y el Verbo,

SER ROSACRUZ, es ¡SER EN GRACIA PLENA!

Archivo de Fr. Pedro Raúl Morales.

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El sistema de enseñanzas Rosacruces ofrece lo que muy pocas instituciones educativas jamás han soñado lograr: un punto de vista amplio y profundo de lo ideal y lo práctico, de los misterios antiguos y las ciencias modernas, del cuerpo y el alma; todo ello está encaminado a lograr una transformación sutil y, al mismo tiempo profunda: la iluminación.

Las lecciones presentan una combinación bien balanceada de ciencia, misticismo, filosofía y metafísica, para que usted estudie los fundamentos del conocimiento de toda la humanidad. Intercalados en esta estructura intelectual de ideas, encontrará ejercicios que gradualmente irán desarrollando su consciencia física y espiritual.

Las enseñanzas Rosacruces