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El Farol ENERO 1949

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Page 1: El Farol - bibliotecadigital.bnv.gob.ve

El FarolE N E R O 1 9 4 9

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1 Farol PUBLICADA MENSUALMENTE POR LA CREOLE PETROLEUM CORPORATION

REDACCION: EDIFICIO ATLAS — PUENTE REPUBLICA — ESTE 2 — APARTADO 889

EL CONTENIDO DE ESTA REVISTA PUEDE REPRODUCIRSE SIEMPRE QUE SE DE SU ORIGEN

N o . C X V I ------- C A R A C A S . E N E R O D E 1 9 4 9 ---- A Ñ O X - D I S T R I B U C I O N G R A T U I T A

S I T U A C I O N PETROLERA V E N E Z O L A N ALa situación petrolera es tópico de vigente actualidad

desde que se habla sobre el petróleo del Medio Oriente y la

necesidad del reajuste en la producción venezolana para

competir en el mercado mundial.

Pero, el detenido análisis de los factores que ejercen

influencia en las actividades petroleras marcan un definido

optimismo para nuestro país, en vez del pesimismo que han

mostrado algunos observadores de la situación.

Especialistas que ocupan altos puestos en la industria

petrolera han estudiado tan importante asunto y su opinión

sobre las actividades petroleras en Venezuela es que han lo­

grado un gran desarrollo técnico y están a la misma altura

que las de cualquier otro país, no siéndole preciso n i ayuda

n i dirección de los técnicos del exterior para proseguir su

avance por el camino emprendido.

Según ellos- existe una dirección atenta y progresista y,

en general, sólidas condiciones que indican las excelentes

posibilidades de Venezuela para competir satisfactoriamen­

te en el mercado mundial. A este respecto, abrigan optimis­

mo sobre la realidad nacional y no dudan de que nuestro

petróleo continuará desempeñando su papel actual como

uno de los mayores abastecedores del mercado, especial­

mente en el Hemisferio Occidental.

Estos técnicos están firmemente convencidos de la efi-

. cacia del libre juego en los mercados del comercio interna­

cional y} con respecto a la dism inución de la producción

que se ha venido efectuando, dicen que no existe motivo

para preocuparse indebidamente, pues la industria conti­

nuará funcionando dentro de su ritmo normal, favorecida

por la ventajosa posición geográfica de Venezuela.

Por otra parte, esta valiosa y autorizada opinión está

respaldada por la idea general de que los mercados m un­

diales seguirán absorbiendo grandes cantidades de petróleo

venezolano, ya que la urgente y necesaria reconstrucción

de los países devastados por la guerra así lo hace presumir.

Para corroborar la afirmación que antecede, las últimas

noticias recibidas de los agentes distribuidores de la Creóle

en todo el mundo demuestran que existen alentadores ind i­

cios de que el petróleo venezolano encontrará fác il mercado

al ritmo de producción que predomina y a los precios vigen­

tes en la actualidad. Además, la situación del mercado pue­

de mejorar en lo que queda de año hasta tal punto que qui­

zá sea posible aumentar la producción venezolana sobre su

nivel actual.

La Creóle Petroleum Corporation viene trabajando desde

hace años por lograr condiciones que permitan al petróleo

venezolano triunfar en esta como en cualquiera otra even­

tualidad. Sus técnicos han laborado sin cesar, creando fir ­

mes planes para mantener un ritmo de producción adecuado

y alcanzar una afluencia constante de petróleo y productos

derivados dondequiera que sean necesarios. Al mismo

tiempo ha persistido en el descubrimiento de nuevas reser­

vas y en el establecimiento de grandes refinerías, todo con

el fin de sostener en alto el auge comercial del petróleo ve­

nezolano.

La consagración de todos estos esfuerzos de la Creole

ha puesto de relieve la decisión y voluntad de sus directivos

y trabajadores, quienes han sabido responder siempre a

las crecientes exigencias de la principal industria venezo­

lana.

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AMUAY. En primer término, viviendas de trabajadores en Punta Adaro, luego la bahía y, después, las instalaciones

industriales. En este sitio la Creóle está construyendo una importante refinería y da salida al petróleo zuliano.

E L P E T R O L E O E N 1 9 4 8RESUMEN DE LAS ACTIVIDADES PETROLERAS EN V EN EZ U ELA

enezuela conservó su cate­

goría de segundo país pro­

ductor de petróleo del mun­

do en 1948, con un prome­

dio de producción de 1.340.000 barri­

les diarios, cifra que batió todos los

records anteriores. Esto representó el

14,2 % de la producción mundial y

fué unos 140.000 b/d. mavor que en

1947.

Para mantenerse a la par con este

aumento de la producción, las compa­

ñías petroleras invirtieron millones

de bolívares en nuevas refinerías, tan­

ques de almacenamiento, campamentos

para obreros y otras instalaciones en

todo el país. Como resultado, hubo

más personas que nunca empleadas

directa o indirectamente por la indus­

tria petrolera en Venezuela durante el

año 1948. Sin embargo, las 40.000 per­

sonas empleadas directamente por la

industria petrolera venezolana en 1948

eran menos de 1% de la población to­

tal de 4.500.000 que se calcula al país.

Aunque no se efectuó ningún des­

cubrimiento durante el año que pu­diera calificarse de “sensacional”, si

se realizaron varios que aumentaron

considerablemente las reservas nacio­

nales y otros que fueron indicio de

nuevos e importantes campos produc­

tores. La Creóle Petroleum Corpora­

tion encontró en el año más petróleo

del que extrajo del subsuelo, y su ex­

tracción del producto fué mayor que

la de ninguna otra compañía, con un

total de más de 233.000.000 de barriles.

El aumento de la producción nacio­

nal se debió en su mayor parte al in ­

cremento en el desarrollo de los pro-

lificos yacimientos de la caliza cretá­

cea de los campos Mara y La Paz, al

oeste del Lago de Maracaibo; amplia­

ción de las perforaciones de la Creole

en Quiriquirc, y comienzo de la pro­

ducción en los 84 pozos del campo

Las Mercedes, en Guárico, a mediados

de añot después de terminarse la cons­

trucción de un oleoducto desde el cam­

po hasta el puerto de embarque en las

inmediaciones de Puerto La Cruz.

En el Distrito Perijá, Estado Zulia,

en el Estado Anzoátegui y en la ve­

cindad de Maracaibo se encontraron

nuevas fuentes de producción.

La producción del campo Mara —

2 »

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operación en la que intervienen va­rias compañías— aumentó de 33.000

b/d. en 1947 a 69.000 b /d . en 1948.La Shell fhcrementó la producción del

campo La Paz a 130.000 b /d . o una su­

bida de 30.000 b/d. aproximadamente

sobre el nivel de 1947.

Además de ampliar su campo de Quiriquire, la Creole también com­

probó grandes reservas nuevas en los

campos costaneros del Distrito Bolí­

var, terminando para ello un nuevo po­

zo a 4 kms. más allá de los límites co­

nocidos en 1947. La Creole también

encontró nuevas reservas en el campo

Bachaquero y en Mara,

La Shell Caribbean, que fué la p ri­

mera compañía que perforó hasta el

cretáceo al oeste del Lago de Maracai­

bo, en campo La Paz, continuó con

éxito su búsqueda de más petróleo

en esta profunda formación geológica.

La Shell terminó tres nuevos pozos en

La Paz, que demostró ser la zona más

productiva de ese campo. En una o-

peración que recordaba el descubri­

miento original del cretáceo en La

Paz, la Shell perforó un pozo de 3.600

metros de profundidad en el antiguo campo La Concepción, que era mucho

menos profundo, y encontró petróleo

en dicha capa cretácea.

Pero, según los observadores de la

industria, el descubrimiento más im ­

portante de la Shell fué la terminación de un pozo cretáceo en una nueva

zona, que sólo está a 9 kms. al oeste

de Maracaibo, en un lugar denomina­

do Sibucara. Las pruebas de produc­

ción de este pozo se dieron como ex­celentes.

La R ichmond Petroleum Company LA PERFORACION en las aguas del Lago de Maracaibo continuó durante el año completo tres pozos con buenos resul- 1948, lo cual aumentó considerablemente las importantes reservas nacionales.

MENE GRANDE Y CREOLE construyeron una planta de mantenimiento de presión en Guara, Estado Anzoátegui.

LA S. A. PETROLERA Las Mercedes terminó un oleoducto de 151 Kms. desde Las Mercedes, Guárico, hasta Pamatacual.

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TERMINAL del nuevo oleoducto construido por la S. A. Pe- Cruz. Atravesando terrenos accidentados de Guárico y An- trolera Las Mercedes, en Pamatacual, cerca de Puerto La zoátegui, este oleoducto usa tubería de 40 ctins. de diámetro.

tados al oeste y suroeste del Lago, en

el Distrito Perijá del Estado Zulia, y

logró una producción de unos 10.000 b/d. de su inmediato campo Boscán.

La Sociedad Anónima Petrolera Las

Mercedes descubrió petróleo en el

campo Guavinita, al oeste de Las Mer­

cedes. Esta compañía, que es propie­

dad conjunta de la Texas y la Cara­

cas Petroleum Company, obtiene aho­

ra un total de unos 15.000 b /d . de

sus campos Guavinita, Las Mercedes y El Palacio.

La Socony Vacuum Oil Company

perforó cuatro pozos productores en

el campo Chimire, Estado Anzoátegui,

con un promedio de 450 b /d . por

pozo, y continuó explorando sus con­

cesiones en el Estado Barinas.

La Pancoastal y la Venezuelan A-

tlantic Refining Co. ampliaron su cam­

po Tucupido, en el Estado Guárico,

y C. U. Daniels, presidente de la Pan­

coastal, manifestó, según despachos

de prensa recibidos de Nueva York,

que el campo Tucupido quizá demues­

tre ser otro importante campo petro­

lífero de la América Latina cuando se

definan mejor sus limites. En él ha-

_ bía a -finales de año ocho pozos que

producían más de 5.000 b/d.

La Mene Grande descubrió petróleo

„.o-r. . , , . •. de 39° API de gravedad en el campoOIRA VISTA de la planta de mantenimiento de presión y recuperación de gaso- ú,.lina que la Creóle y la Mene Grande construyeron en Guara, Edo. Anzoátegui. Toco, al oeste de Santa Ana, en el Es-

iM U»

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PLANTA DE ESTABILIZACION de la Creóle en Jusepín, Mo- y destinada a extraer la cantidad máxima posible de crudo nagas, que inyecta gas a las formaciones petrolíferas viejas en general y directo beneficio de las reservas nacionales!

tado Anzoátegui, perforando otros cua­

tro pozos con resultado satisfactorio en

la zona central de Anzoátegui, en Ofi­

cina Grande. La Mene Grande tam­

bién participó en el desarrollo del pe­

tróleo de rocas del cretáceo en Mara,

en Occidente, y logró un pozo produc­

tor hacia finales del año.

Pero, aparte de la producción re­

cord y de nuevos descubrimientos, el desarrollo más notable de la industria

durante 1948 quizá haya sido la termi­

nación de varios oleoductos, que fue­

ron construidos para transportar cieli­

tos de miles de barriles diarios de pe­tróleo crudo destinado a los merca­

dos nacionales e internacionales.

El mayor de todos fué el oleoducto

de la Creóle desde Ulé, en la costa

oriental del Lago de Maracaibo, hasta

la bahía de Amuay, en la península de

Paraguaná. Es una combinación de tu­

bos de 60 y 65 cms. de diámetro que

tiene 280 kms. de longitud. Inició su

funcionamiento en diciembre. Ha sido

proyectado para transportar 325.000

b/d. de crudo desde el Lago de Mara­

caibo hasta la península de Paraguaná.

Hasta que se termine de construir la

refinería de la Creóle en Amuay, todo

el petróleo bombeado por la línea será

enviado a los mercados internaciona­

les y refinerías del exterior. Cuando la

citada refinería empiece a funcionar,PATIO I)E TANQUES en la Bahía de Amuay, con capacidad aproximada de dos millones y medio de barriles. Aquí llega el petróleo por el oleoducto Ulé-Amuay.

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UNIDADES DE DESTILACION de crudo en la refinería de la Shell en Punta Cardón, Península de Paraguaná (Estado Falcón). Construida a un costo apro­ximado de cuatrocientos millones de bolívares, sus voluminosas operaciones in­dustriales aumentarán en 50.000 b /d . la refinación de petróleo venezolano.

se espera que consuma unos 60.000 b/d. de este crudo y el resto se envia­

rá a los mercados y refinerías de otras naciones.

En el XMente, la Sociedad Anónima

Petrolera Las Mercedes terminó un oleoducto desde el campo Las Merce­

des, en el Estado Guárico, hasta Pa-

matacual, nuevo puerto en las inme­

diaciones de Puerto La Cruz. Esta tu­

bería de 40 cms. de diámetro y 151 kms. de longitud empezó a funcionar

en mayo pasado. En julio, se in ició el

envío del primer crudo bombeado des­

de el campo Las Mercedes con destino

a los mercados internacionales. Se cal­

cula que las compañías explotadoras

invirtieron más de Bs. 300.000.000 en

la exploración y desarrollo de este

campo antes de vender el primer ba­

rril de petróleo. La Atlantic Refining

también usa este oleoducto para la

producción de sus pozos en el Estado

Guárico.

Un oleoducto mucho menor, pero

muy significativo, se estaba terminan­

do a finales de año en Occidente. Es

una tubería de 45 cms. de diámetro

que recorre 40 kms. desde el nuevo

campo Boscán, de la Richmond, has­

ta Bajo Grande, en la orilla surocci-

dental del Lago de Maracaibo. La pro­

ducción potencial total del campo Bos-

cán es aún desconocida. Sin embargo,

se considera significativo que la com­

pañía matriz de la Richmond en los

Estados Unidos, la Standard Oil de Ca­

lifornia, anunciase en septiembre que

se estaba iniciando “un gran programa

de desarrollo comercial” de la Rich*

mond con la construcción del oleo

ducto.

Otro indicio de los futuros planes

de expansión de esa empresa tuvo lu­

gar con la información, dada duran­

te el año 1948, de que la compañía

había firmado un contrato con el Go­

bierno para la construcción de una

refinería de 25.000 b /d . cerca de Ma­

racaibo. Este fue sólo uno de los va­

rios proyectos de refinerías iniciados

o en construcción durante 1948.

La Sociedad Anónima Petrolera Las

Mercedes y la Venezuelan Gulf Refi-

ning Company (Mene Grande) firma­

ron a principios de año un contrato

para construir una refinería de 20.000

b/d. en Puerto La Cruz y varios meses

después fueron autorizadas por el Go­

bierno para aumentar la capacidad

propuesta a 25.000 b /d .

En la península de Paraguaná, conti­

nuaba la construcción de las refine­

rías de la Shell en Punta Cardón y de

la Creóle en la bahía de Amuay. Cuan­

do estén concluidas, se espera que es­

tas refinerías tengan una capacidad to­

tal combinada de más de 100.000 b /d .

Las compañías petroleras también

han invertido considerables sumas de

dinero en nuevas plantas para tratar

el crudo de calidad inferior con objeto

de poder venderlo en el mercado, pa-

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ra extraer valiosos subproductos del

gas natural y para devolver el gas na­

tural a presión a las formaciones pe­

trolíferas y así obtener mayor rendi­

miento de esas formaciones.

A finales de 1948 se terminó otra

gran planta de esta índole en el campo

Mulata. La Creóle, la Mene Grande y

la Pantepec tienen participación en la

planta de Mulata, que es una combi­

nación de proyecto de estabilización—

absorción, desalazón, deshidratación y

mantenimiento de presión del crudo.

Se ha proyectado para extraer diaria­

mente 1.698.000 metros cúbicos de gas

del subsuelo. Este gas se elabora para

obtene? gas butano y productos líqu i­

dos, que se recuperan como naftas y se

mezclan con crudo que ha sido esta­

bilizado mediante elim inación de los

componentes “ indeseables”. Todos los

días se reinyectan unos 566.000 metros

cúbicos en las formaciones inmedia­

tas. El resto del gas se utiliza en la

localidad como combustible o se que­

ma en los mechurrios, ya extraídos

los subproductos aprovechables.

La Mene Grande y la Creóle tam­

bién estaban construyendo una plan­

ta de mantenimiento de la presión y

recuperación de gasolina en Guara, en

la zona de Oficina del» Estado Anzoá-

tegui, que se proyectó para devolver

792.400 metros cúbicos de gas en las

formaciones de allí.

La Shell Caribbean encargó en 1948

los materiales para un proyecto de

planta de absorción de gas a gran

presión que se construirá en la zo­

na de Mara-La Paz, del Estado Zulia.

con objeto de producir propano, bu­

tano y gasolina húmeda a base de gas

natural. Los planes provisionales pre­

vén que esta planta quedará terminada en 1950.

Las inversiones efectuadas durante

el año en estas plantas y en otros pro­

yectos representaron los mayores gas­

tos para mejoras de capital realizados

en un año en la historia de la indus­

tria en Venezuela. Y se terminaron, y

proyectaron otros nuevos, a pesar de

que durante el último trimestre de 1948

ya se observaron indicios de una dis­m inución de la demanda de petróleo

en los mercados internacionales.

A medida que se acercaba el fin del

año, la demanda de crudo pesado ve­

nezolano se debilitó por primera vez

desde el estallido de la Segunda Gue­

rra Mundial. Como consecuencia, fue­

ron necesarias ciertas restricciones en

la producción de este tipo de crudo.

Sin embargo, los petróleos iivianos no

resultaron afectados y las compañías

petroleras dedicaron su atención a

buscar nuevas fuentes de crudos liv ia­

nos durante 1949. Mientras tanto, la

opinión era que el mercado de crudos

pesados volvería a estabilizarse des-

pues de los necesarios reajustes de precios.

VISTA AEREA del campo de trabajadores que la Shell construyó en la zona in ­dustrial de Punta Cardón, Paraguaná. Esta fué otra de las obras de importan­cia que la industria petrolera venezolana llevó a cabo en 1948, entre las cua­les se incluyen refinerías, tanques de almacenamiento y campamentos.

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DAMA ABORIGEN, creyón de extraordinarias luces. LA DAMA DE LOS GALLOS, un sugerente y expresivo óleo.

n

PINTOR VENEZOLANO DE REGRESO A PARIS

J k a silenciosa personalidad

j M de Mateo Manaure apenas

W se destacaba en el Taller

Libre de Pintura en la es­

quina de Mercaderes, donde estaba em­

balando algunos de sus cuadros, po­

cos días antes de partir rumbo a París.

Fuimos a charlar con el joven ar­

tista, que tanto éxito obtuvo con la pre­

sentación de su obra ante el público

caraqueño. Pudimos darnos cuenta

que lo único que le preocupaba en ese momento era la conservación de sus

lienzos, de tan expresivo subjetivismo lírico.

— Mateo, venimos a hablar contigo—

le dijimos desde la puerta del taller.

El pintor descolgaba una de sus tin ­

tas, con una unción casi religiosa que

no podíamos menos que interrumpir

para in iciar la entrevista.

— Estoy algo ocupado — argumentó

a prisa— ; lee tu cuestionario.

No teníamos realmente, cuestiona­

rio; pero, como si lo leyéramos, le

preguntamos si era verdad que pensa­

ba exponer en New York, de paso a

París.

José Gómez Sicre, el famoso críti­

co de arte de numerosas revistas nor­

teamericanas, fué quien se interesó

por esta exposición de Mateo, consti­

tuyéndose en su representante ¿espon­

táneo en la capital estadounidense.

— Sin embargo — continuó el artis­

ta— no podrá efectuarse de acuerdo

con nuestros planes, pues debo llegar

a París lo más antes posible.

Mateo nos invitó a ayudarlo en vez

de sentarse a conversar con nosotros.

Descolgamos el primer cuadro.

El Arte en París

¿Qué hace un pintor joven, proce­

dente de la fabulosa América, a ljle-

gar a París? ¿Qué impresión le produ­

ce a un artista de pocos años el bauti­

zo de fuego de la capital francesa? Ma-

8

Page 11: El Farol - bibliotecadigital.bnv.gob.ve

teo Manaure se sentía muy animado al

pensar en estas cosas, porque la expe­

riencia adquirida en siete meses de

recorrida por los museos parisienses,

compensó todas las emociones nove­

lescas que asaltan a un viajero, cuando

por primera vez emprende viaje hacia

aquel lado del Atlántico.

— Antes de mi jira a París— nos

explicó Mateo, sin detenerse en esa

curiosa tarea de pintor que recoge su trabajo y lo observa detenidamente,

como si tuviera mucho tiempo sin ver­

lo— sentía gran inclinación por el

impresionismo. La travesía, sin embar­

go, me hizo cambiar de opinión, por­

que me di cuenta que esa corriente

no respondía a mis profundas aspira­ciones.

Claro, es una escuela que hizo extra­

ordinarios aportes al arte plástico; pe­

ro ya han surgido numerosas tenden­

cias que han trazado nuevos caminos

para la pintura. Esta fué, ni más ni

menos, el convencimiento de Mateo al recorrer, maravillado, los museos

donde pudo admirar a su antojo los originales de Picasso, Matisse y Bra-

que, los guías por excelencia de la p in­

tura moderna.

— Perdí — contó Mateo— el contacto con las fórmulas académicas, lim ita­

das al paisaje como único tema. La

pintura tiene un contenido más com­

pleto que me hizo ver claro.

El color y la línea

Descolgamos un creyón, de estiliza­

das líneas, para curiosearlo a nuestro antojo.

— Mi pintura actual — agregó Ma­

teo, recorriendo el lienzo con el de­

do, como para hacer más objetivo su

sentido— se aparta por completo de

la realidad ambiental. Es una tenden­cia rayana en lo abstracto.

— ¿Estás realmente satisfecho de la

nueva dirección de tu arte?—No es un asunto de estar o no es­

tar satisfecho, sino convencido de que

la obra responde al sentimiento que la

origina.

Mateo, pues, no es de los que se

duermen sobre sus laureles. El sabe

que para imponer renovaciones esté­ticas es preciso trabajar, incansable­

mente, hasta que no quede la menor

duda de que se ha conseguido el ob­jetivo.

— Me he sometido a una disciplina de dibujo, cuyos resultados empie­

zan a hacer realidad en mis cuadros.

La exposición que se estaba termi­

nando, recoge gran parte de ese pe­ríodo de estudio, iniciado por Mateo

desde su viaje a París.

En el dibujo he tratado de crear

formas que habrán de repercutir en

mi pintura en general. En ella predo­minará, por una parte, el color, y por

la otra, la línea, por todas las sutilezas que logro con ella.

A simple vista, parecía que Mateo

estaba sintiendo sobre si, tal como el

día de su salida de París, todo el asom­

bro que le despertó su llegada a los

museos, de ayer y de hoy, en tierra

francesa. Parecía que estaba forcejan­do por entregar a un lienzo invisible

todas las nuevas disposiciones im ­

puestas por su espíritu, alerta a los

rápidos giros de la veleta artística.

Por eso, su manera de cambiar impre­

siones con nosotros tenia todo el peso

de esas magníficas visiones alojadas en su mente, hablando sin dejar de

embalar. Nosotros, libreta y lápiz en

mano, nos acercamos a una silla. O

escribíamos o embalábamos.

El filósofo descubre al pintor

400 cuadros, -óleos, dibujos, gouaches,

grabados, etc.— es, aproximadamente,

el número de trabajos plásticos de

Mateo Manaure, realizados desde 1941,

cuando ingresó a la Escuuela de Artes

Plásticas y Artes Aplicadas, hasta la

actualidad. Mateo cursó 4 años de arte

puro, pero dedicó gran parte de su fi­

na sensibilidad a la realización de

grabados. Después no se ocupó más de

esta clase de obra.

Mateo nació en Uracoa, Estado Mo-

nagas, hace 22 años. Muy joven, cuan­

do aún se divertía trazando simples rayas en las aulas de un colegio pri­

mario de esta ciudad, tuvo que ir a

ver a su padre a la imprenta donde

trabajaba. Ese día, el filósofo Gabriel Espinosa se hallaba en el taller, co­

rrigiendo las pruebas de uno de sus

artículos. Mateo, caminando apresura­

damente entre máquinas ensordecedo­

ras, se encontró de repente frente al rostro adusto del pensador. Impresio­

nado por sus rasgos, buscó papel y lá­

piz, y desde un sitio estratégico, ocul­

to por las inmensas rotativas, hizo el

retrato del escritor, sumido, cada vez

más en la lectura de sus páginas.

Cuando Mateo le mostró su obra a

Gabriel Espinoza, éste se entusiasmó

vivamente por la firmeza gráfica del

muchacho, conminándolo en ese mis­

mo momento a ingresar a la Escuela

de Artes Plásticas y Artes Aplicadas, ante el asombro del padre.

Esta es la historia que nos refirió Mateo Manaure, con emocionadas pa­

labras, en el Taller de Pintura. Histo­ria que, por cierto, empezó a adquirir

brillantes matices en 1942, cuando su

protagonista tomó parte, por primera

vez,en las exposiciones anuales de su

curso y en el Museo de Bellas Artes. En

1947, después de obtener valiosas re­compensas en salones nacionales, re­

cibió el Premio Nacional de Pintura, consistente en Bs. 5.000 y un viaje de

observación a París, compartido justi­

cieramente con Pascual Navarro Ve- lázquez, por el conjunto de* sus lien­

zos presentados en el V III Salón de Arte Venezolano.

Mateo pasó 7 meses en París, tem­

porada que se prolongará por 2 años,

al regresar becado por el Ministerio de

i

MATEO MANAURE, uno de los pintores jóvenes más discutidos de Venezuela.

Educación Nacional, después de ha­

cer su exposición en Caracas. Mateo

ocupará el mismo piso que tenia en el

Boulevard Montparnasse, frente al má­

gico cielo de la capital francesa. To­

davía no domina el lenguaje de aque­

lla tierra, pero cuando volvió a su país,

dijo muy claro, desde el puente del

barco, a la ciudad que ahora verá por

segunda vez:

— jAu revoir, mon cheri!

MI AMIGA \tA MODELO, otra tinta que caracteriza el estilo de Manaure.

9

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INDUSTRIAS DE VENEZUELA

, ;;v -

AUTOMOVILES

Y CAMIONES

Serán Armados En Caracas

UNA DE LAS PLANTAS más grandes y modernas de Venezue- UN ANGULO de la planta de Carapa, reservado para los ma- y así in iciar la industria de montar automóviles y camio-la es la que se está construyendo entre Caracas y Antímano. teriales de vehículos que llegarán de un momento a otro nes en un m ínimo de tiempo, con todos los recursos técnicos.

5E S0R conductor, ¿quiere

usted enterarse de una gran

noticia? El camión y el au­

tomóvil que usted maneja­

rá en el futuro podrán ser armados

aquí mismo en Caracas, desde la pieza

más pequeña hasta la más pesada, en

un solo día.

Usted nos preguntará, con justa ra­

zón, quién hará esa especie de milagro en un país donde estamos acostumbra­

rlos a recibir de las fábricas extranje­

ras, listos de un todo para su uso, hasta

los más insignificantes inventos que

hacen más o menos grata la vida mo­

derna.

Nosotros, como estamos en posesión

del secreto, vamos a echar por tierra

su incredulidad. La General Motors

Interamericana Corporation, para po­

nerse a tono con la importancia indus­

trial que cada día adquiere Venezuela,

ha resuelto contruír una planta para

montar vehículos en Carapa, Dto. Fe­

deral.

En esos talleres se armarán por lo

menos unas 24 unidades de carga en su

primer mes de actividad. Y fíjese bien, señor conductor, que esa planta produ­

cirá hasta 12 camiones por día, eso si,

cuando tenga suficiente personal en­trenado.

¿Y los carros de paseo? Mejor es que vayamos por partes. Esos modelos ae­rodinámicos que usted contempla en los catálogos, mientras la boca se le-

hace prácticamente agua, también s'e-

rán armado^ en los talleres de Carapa.

Lo que pasa es que su montaje se retar­

dará más que el de los camiones, por­

que la planta no tiene todavía trabaja­

dores especializados en armarlos. La

empresa, sin embargo, sigue recibien­

do materiales sueltos en ambos tipos

— camiones y automóviles— , simultá­

neamente a la construcción de su edi­

ficio.

Esta industria, sin duda alguna, a-

portará grandes beneficios a nuestra

economía; aunque esos resultados no se verán al comenzar la producción de

la planta, trazada de acuerdo con las

más exigentes normas de la mecánica

actual.

Esos beneficios, en realidad, depen­

den de muchas circunstancias que sólo

podrán apreciarse cuando se pongan

en práctica los planes de la empresa.

Entre ellas, quizás las más importan­

tes son la demanda que determine el transporte nacional y, por otra parte,

el adiestramiento de lps trabajadores

de la planta para ejecutar los pedidos

que se hagan, labor que por su mismo

carácter técnico es completamente des­

conocida entre nosotros.

Vna planta que cuesta Bs 6.700.000

Bs. 6.700.000 es el presupuesto inver­

tido por la citada compañía en la cons­trucción de sus gigantescos talleres,

in iciada hace más de un año.

La propiedad ocupa 3 hectáreas en

Carapa, en la carretera Caracas-Antí-

mano. La planta tiene 10.000 metros

cuadrados, el más grande de los edifi­

cios cubiertos levantados hasta hoy en

Venezuela. Se divide en taller, propia­

mente, y en oficina para el resto del

personal, calculado en conjunto en 300

trabajadores para la época de más in ­

tensa producción. ,

La compañía está almacenando ma­

terial en los amplios compartimientos

de la planta, sobre todo para camiones,

el renglón con que hará sus primeros

ensayos. El montaje de carros de pa­

seo será posterior.

Esos materiales — chasis, cabinas y carrocerías, motores, ruedas, y esa in ­

calculable cantidad de pequeñas pie­

zas que lleva cada camión— son im ­

portados, como es de suponerse, con

una rapidez extraordinaria y con un

m ínimo de riesgo.

Un camión desarmado, en compara­

ción con un camión armado, ocupa la

1/6 parte de espacio en la bodega de

un barco. ¿Hay o no hay ventajas en montar los carros aquí en Caracas?

Pero, la empresa ofrece facilidades

más inmediatas que, de seguro, serán muy bien aprovechadas por el cliente.

Tome en cuenta, señor conductor, que

usted puede ordenar un camión por la

mañana, con las características que más le convengan, y pasar a recogerlo,

personalmente, en la tarde, librándose

de esa tremenda serie de trámites a­

duaneros y la insalvable tardanza que

implica la importación.

¿Cómo se arma un camión?

Cada una de las zonas de la planta

— zona sin fronteras visibles, pero con

demarcaciones que traerán como con­

secuencia la actividad de cada uno de

los trabajadores— corresponde a las diferentes fases por las cuales pasarán

los carros, de carga o de paseo, para

ser armados.

Unos 125 hombres, trabajando 8 ho­

ras, se necesitarán para armar 12 ca­miones en un día. La mitad, aproxima­damente, de este número de trabajado­

res, se encargará de la labor producti­

va en si, o sea, del ajuste de los mate­

riales en sus respectivos lugares, mien­

tras el resto suplirá, en su momento

oportuno, los materiales que estén ba­jo su vigilancia.

El montaje de un camión comenzará

propiamente cuando la grúa rodante que pende de la acerada estructura del

techo levante el chasis para que un

grupo especializado le adapte el mo­tor, soldando minuciosamente todas

sus partes con sopletes de todos los

tamaños.

Al mismo tiempo, otro grupo de tra­

bajadores armarán la cabina y la ca­

rrocería de volteo o de baranda, según

sea el modelo, antes de llevarlas a un cuarto de paredes de alum inio para

pintarlas por medio de un rápido pro­

ceso de ventilación, de donde serán

conducidas hasta el chasis que para entonces debe estar armado de un todo.

Reducidas a su m ínima expresión,

estas operaciones parece que tuvieran un elemental desarrollo. Lo cierto es

que cada una de ellas exige una peri­cia poco común para que el conjunto

se realice armónicamente, en forma

rotativa, de modo que el momento de

sacar la cabina y la carrocería del

cuarto de pintura coincida con la lle­

gada del chasis.

Montadas las part-es principales, se procederá de inmediato a la coloca­

ción de las ruedas. Entonces, el ca­

m ión pasará al almacén, a esperar los

pedidos de Caracas o de la provincia.

Instructores norteamericanos, con­tratados por la empresa, dictarán va­

rios cursos de Mecánica Diesel en La

Salina a una gran parte de trabajado­res que se encargarán de armar los ve­

hículos en la planta de Carapa.

Lo compañía abrirá otros cursos

próximamente, para entrenar a los obreros que vayan llegando a los talle­

res. Como es de esperarse, de aquí sal­

drá una generación de obreros espe­

cializados al igual que los trabajadores

de la industria petrolera — perforado­

res, operadores de plantas de gas, tra­

tamiento de aguas y bombeo, electri­

cistas, soldadores, mecánicos, encue-

lladores, etc.— , como no se conocían,

por lo menos tan expertos, aquí en Ve­

nezuela.

Materiales locales

Este proyecto significa la introduc­

ción <íe una industria que puede am­pliarse gradualmente, a medida que la

plaza así lo determine, con la posibi­

lidad de aprovechar materiales locales,

como se hace en líléxico y Argentina, donde también se han instalado talle­

res, y cuyos éxitos industriales no se

han hecho esperar.

Y es que la importación de las pie­

zas para armar los vehículos rn esta

planta no impedirá utilizar material del país, cuando así lo requiew la in ­

dustria.En Brasil, por ejemplo, se aprovecha

el acero nacional para hacer las bate­

rías; pero, el plomo hay que impor­

tarlo porque no lo hay. En México

también se fabrican las baterías con

el acero de sus yacimientos. Las ca­rrocerías, en ambos países, se hacen

en sus talleres.La capacidad de producción del Bra­

sil, es aproximadamente, de unas

25.000 unidades al año, en la cual se

incluyen carros comerciales y carros

para pasajeros.El mercado venezolano, por su par­

te, importa unos 22.000 vehículos por

año. Esta cifra según se cree, rebajará

a unos 16.000, cuando se equilibre la

abultada importación del presente. Y

eso es, por cierto, lo que ha tomado

muy en cijenta la empresa para in i­

ciar sus labores — estableciendo otra

gran industria nacional.

10 11

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n

L_/\U

n

tibEN VENEZUELA

P O R E L D r . D A N I K L B E N D A H A N

Miembro del Centro Excursionista Caracas, Miembro

Fundador y Presidente del Centro Excursionista del Esta­

do Mona (/as y Guarda Forestal Ad-honorem del Dto. Federal

y del.Edo. Miranda.

n estos tiempos en los cuales la actividad huma-

na está por entero circunscrita a las ciudades,

dentro de sus fábricas, oficinas e industrias, es

cuando el hombre se siente más fuertemente atra­

ído por la naturaleza, ya que no solamente recibe de ella esa

paz inefable que reconforta los espíritus, sino también el

aire puro y el sol que devuelven al organismo las energías

perdidas en la cotidiana labor.

El Excursionismo y el Alpinismo han sido siempre los

deportes predilectos de los hombres de ciencia y de los ar­

tistas, encontrando unos en sus expediciones una fuente ina­

gotable de estudio, adquiriendo otros toda una diversidad de

hermosos paisajes, cuya variedad y colorido traducen luego

en inmortales obras de arte.

La Cordillera de Los Andes y especialmente la Sierra

Nevada de Mé.rida, constituyen la zona alpina del país. La

Sierra Nevada de Mérida se eleva desde las orillas del río

Chama, frente a la ciudad de su mismo nombre y culmina en

cinco majestuosas cimas, parcialmente nevadas durante .todo

el año; dichas cimas, de Suroeste a Noreste, son: El León

(4(593 mis.), El Toro (4095 mts.), La Columna, cuyo pico cul­

minante es el Bolívar (5007 mts.), La Concha (4915 mts.), y

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la Corona con sus dos picos, Bonpland (4895 mts.) y Hum-

boldt (4945 mts.). A treinta y tres kilómetros al Noreste de

Mérida, está ubicada la hermosa Sierra Nevada de Santo

Domingo, cuya cima principal, denominada Mucuñuque, tie­

ne una altura de 4677 metros y junto con las otras cumbres

permanece nevada durante gran parte del año. Al Norte

de Mérida encontramos la Sierra de La Culata, también cu­

bierta de nieve durante la estación lluviosa, cuyas princi­

pales cimas^ son; Piedras Blancas (4762 mts.), Caracoles

(4736 mts.), Tucaní (4718 mts.), y algunas otras que tienen

por altura media 4.500 metros.

La primera ascensión memorable realizada en la Cor­

dillera Andina tuvo lugar el 21 de febrero de 1868, cuando el

Dr. P. H. G. Bourgoin, insigne profesor de botánica, con­

quistó El Toro. Seguidamente otros hombres de ciencia

visitaron la región, sin llegar a escalar los picos principales;

entre ellos citaré al notable pintor y ornitólogo A. Goering,

quien arribó a Mérida en 1870 después de haber explorado la

Cueva del Guácharo, el entomólogo Hamel en el año 1878, en

1885 el geólogo Sievers y en 1890 el botánico Goebel.

Nuevamente fué escalado El Toro el 17 de marzo de

1910 por el Dr. Alfredo Jahn, quien realizó algunas observa-

LOS MORROS DE SAN JUAN en el Estado Guárico forman una de las más importantes bellezas naturales de Venezuela.

ciones barométricas. Posteriormente, el geólogo suizo Blu- menthal realizó otra ascensión a la misma cima, el 18 de fe­

brero de 1922, hazaña que repitieron en 1928 el ingeniero alemán Otto, el 14 de enero de 1931 el alpinista suizo E.

Luthy y el 3 de febrero de 1933 los ingenieros germanos Mu- ller-Tyssen y W . Lehmann.

Numerosos alpinistas extranjeros y criollos intentaron

la conquista del escabroso Pico Bolívar, pero la gloria de

esta proeza estaba reservada al naturalista merideño Dr. En­

rique Bourgoin, quien después de fracasar en cinco tentati­

vas anteriores llegó a la codiciada cima, en compañía del

guía Domingo Peña, el 11 de febrero de 1935. El 3 de febre­

ro del año siguiente, el alpinista alemán Franz Weiss rea­

lizó la segunda ascenslión completa a este pico utilizando

una nueva ruta. En otra oportunidad he publicado más de­

talladamente la historia de la cúspide más alta de Venezuela

(Véase m i articulo “El Pico Bolívar”, EL FAROL No. 86,

julio 1946).

El Pico Humboldt fué conquistado el 18 de enero de 1911

por los Dres. Alfredo Jahn y Luis Hedderich . La Concha

fué escalada por primera vez el 5 de febrero de 1939 por el

alpinista Weiss y Domingo Peña, ascensión que repitió R. E.

Gunther, miembro del Alpine Club, pocos dias después. E l

pico Bonpland fué conquistado en forma espectacular por

el mismo Gunther el 3 de febrero de 1940; la segunda ascen­

sión a dicha cima la realizó Régulo Scrocchi, miembro del

Centro Excursionista de Mérida el 4 de enero de 1.945. Por

último, El León ha sido escalado a principios de 1946 por

Baltasar Trujillo, completando en esta forma la conquista

total de la Sierra Nevada de Mérida.

El Pico Mucuñuque (4677 mts.) en la Sierra de Santo

Domingo, fué escalado por primera vez el 12 de febrero de

1922 por el Dr. Blumenthal; anteriormente esta sierra, había

sido parcialmente explorada por el Dr. Jahn, quien conquis­

tó el Mifés (4635 mts.) el 11 de diciembre de 1910. E l mis­

mo Dr. Jahn durante la realización de sus estudios geodési­

cos ejecutó importantes ascensiones primerizas, tales como

la del pico más alto del Estado Trujillo. La Teta de Niquitao

(4006 mts.), el 23 de noviembre de 1910, la del Micanón

(4680 mts.) y Tucaní (4718 mts.) en la Sierra de La Culata

duranite los días 16 y 17 de diciembre de 1910, la del Pá­

ramo de Osio (3667 mts.) y Malpaso (3858 mts.) en el Estado

Táchira, durante el mes de enero de 1912.

EL AUTOR de este artículo, Dr. Daniel Bendalian (derecha), y A. Tarre Murzi en camino hacia el Picacho Codazzi.

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EL PICO BOLIVAR, la cúspide más alta del sistema mon­tañoso de Venezuela y rica en esplendentes atractivos na-

EL AVILA, por la majestuosidad de sus dos cimas princi­pales, La Silla de Caracas (2.(>40 mts.) y El Pico de Nai-

turales, eleva sus 5.007 mts. como una consagración defi­nitiva a la memoria inmortal del Héroe de la Libertad.

guatá (2.765 mts.), es el paraíso de los excursionistas y el primer gran atractivo natural de la capital venezolana.

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Si bien la Cordillera de la Costa carece de cimas neva­

das, la exbuberancia de sus bosques y la belleza de sus pai­

sajes, asi como también la proximidad al mar, al Lago de

Valencia y a las principales ciudades, hacen de sus monta­

ñas un campo ideal para la práctica del excursionismo. Co­

menzando por el Oeste de la Cordillera encontramos el Pico

H ilaria (1680 mts.), escalado por primera vez en 1939 por

J. J. V:gas Syers y Freddy Castés, miembros del Centro Ex­

cursionista Caracas. El macizo de montañas que, forman la

orografía del Estado Carabobo ha sido frecuentemente ex­

plorado por afiliados al citado Centro, quienes también han

escalado los Morros de San Juan, en el Estado Guárico, uti­

lizando para ello escaleras y cuerdas. Este bello lugar ha-

bia sido visitado en 1800 por Humboldt y Bonpland.

El Picacho Codazzi, ubicado en el Estado Aragua, fué

conquistado por el insigne geógrafo cuyo nombre lleva y

quien determinó su altura en 2422 metros. Al pié de esta

cima encontramos la Colonia Tovar, pintoresco sitio de

gran interés para los excursionistas; siguiendo por la fila

llegarnos al Alto de Ño León (2188 mts.) en cuy» falda Nor­

te admiramos el lago artificial de Petaquire de una lon­

gitud aproximada de tres kilómetros. Entre Petaquire y

la población de Carayaca están los fiques de El Molino y

Mamo.

El Avila es sin duda alguna el paraíso de los excursio­

nistas, por la majestuosidad de sus cimas principales, La

Sitta^ dé -Caracas (2640 mts.) y el Pico de Naiguatá (2765

mts.). La primera fué conquistada el 2 de enero de 1800

por los sabios Humboldt y Bonpland; posteriormente la es­

calaron el científico J. B. Boussingault en 1823, el matemáti­

co J. M. Cajigal y varios de sus discípulos en 1833, los bo­

tánicos Eduard Otto y J. J. Linden en 1839 y 1842 respecti­

vamente. En nuestros días la bella cumbre avileña es fre­

cuentemente visitada por los excursionistas capitalinos y

especialmente por los miembros del Centro Excursionista Caracas. Nosotros hemos realzado la ascensión en varias

oportunidades, utilizando tres rutas diferentes, a saber: Los

Chorros, Cotiza-Lagunazo y Campamento Altamira, en los

días 11 de agosto de 1940, 22 de diciembre de 1940 y 2 de

junio de 1946, respectivamente.

El Pico de Naiguatá fué conquistado por el inglés James

Spence el 23 de abril de 1872; la segunda excursión hasta

la misma cima se efectuó el 25 de agosto de 1879, participan­

do en ella los profesores Agustín Aveledo, Manuel Vicente

Diaz, Dr. Adolfo Ernst y los señores Domingo Hernández Estáriz y Agustín Valarino; la tercera fué el 11 de abril de

1884, en la cual intervinieron W. Jagemberg y el Dr. Jahn.

Desde entonces este pico es objeto de frecuentes visitas

por parte de los excursionistas que se sienten atraídos por

SALTO MOROK del rio Kukenán. que nace en las rocosas estribaciones dei Roraima y constituye la principal cabece-

la grandiosidad y hermosura del paisaje que se admira des­

de este punto culminante de la Cordillera de la Costa. En

varias ocasiones hemos realizado la ascensión de esta cum­

bre, utilizando tres rutas diferentes, a saber: Gárate, Los

Chorros-Rancho de Zinc y Meztiatis, en los dias 6 de enero

de 1941, lo. de noviembre de 1943 y 17 de febrero de 1946,

respectivamente.

El Pico Avila (2159 mts.) y el Picacho de Galipán (1978

mts.) son igualmente visitados por los excursionistas y aún

por novator que apenas se inician en el deporte. Aparte de

estas cimas, El Avila posee lugares hermosos e interesantes,

tales como Los Castillitos y el antiguo camino que conducía

de La Guaira a Caracas (comparado por Humboldt con la ru­ta de San Gotardo en los Alpes), Los Venados y El Papelón

(unidos por el pintoresco camino de Ronda), San Isidro y

San José de Galipán con sus bellas flores y el mausoleo del

Dr. Knoche,donde reposan cinco momias, macabro recuerdo

de las actividades de aquel hombre de ciencia que perdiera

Ja razón. Más allá del Pico de Naiguatá encontramos Gára­

te con sus riachuelos y cascadas, Curupao y otras muchas ha­

ciendas que se extienden hasta la costa, donde la cordillera

abruptamente se sumerge en Cabo Codera.

El tramo oriental de este sistema fué parcialmente es­

tudiado por Humboldt y Bonpland, quienes visitaron las al­

turas de Imposible y Cocollar y exploraron el Turimiquire

(2596 mts.), punto culminante de esta cadena de montañas,

cuya ascensión completa realizó el zoólogo George H. Tatéj,

del Museo Americano de Historia Natural, el 6 de abril de

1925. El Pico Bergantín (1.658 mts.), ubicado en el Estado

Anzoátegui, seguramente ha sido escalado en otras ocasiones,

aún cuando la única ascensión de que tengo noticias es la

realizada por nosotros en compañía del Dr. Armandcj Ama­

ré del Castillo, el 21 de febrero de 1948.

Entre las montañas que circundan el fértil valle jde Ca-

ripe está ubicada la famosa Cueva de Guácharo, conceptuada

por Humboldt como una de las maravillas naturales del Nue­

vo Continente; en todas las épocas del año acuden los ex­

cursionistas para explorarla y admirar las inumerables es­

talactitas, estalagmitas y columnas que decoran sus inmen­

sas galerías (Véase mi artículo “La Cueva del Guácharo”, en

EL FAROL No. 113, Octubre 1948).

Las Serranías del Sur del Orinoco o Sistema de La Parima,

constituyen otro campo magnífico para la práctica del ex­cursionismo, aún cuando la dificultad en las comunicacio­

nes y en la obtención de víveres, hacen en extremo costosas

las expediciones hasta aquellos parajes. Estas serranías

no forman una cordillera regular, sino que sus montañas se

agrupan intermitentemente quedando separadas entre sí por

selvas o sabanas. Las principales alturas no son otra cosa

ra del Caroní. Situado en los límites con la Guayana Ingle­sa, el Kukenán se precipita violentamente en todo su curso.

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que mesetas escarpadas, donde nacen multitud de riachue­

los que se deslizan por los flancos en cascadas de indescrip­tible belleza.

La meseta del Roroima (2810 mts.), punto culminante de

estas serranías, filé escalada por primera vez en 1884 por el

naturalista Kvarard F. Thurn; posteriormente la explora­

ron los botánicos Quclch y McConell en 1898, los ingenieros A. Tirado y J. Anderson (mienbros de la Comisión de L ím i­tes Británico-Venezolana) el 11 de abril de 1904, el explora­

dor germano Koch-Grumberg el 7 de octubre de 1911, el zoólogo George H. Tate, quien acampó en la meseta de la

cumbre desde el 7 hasta el 29 de noviembre de 1927 y los miembros de la Comisión de Limites Venezolano-Brasilera, quienes determinaron la altitud del Roroima en el año 1932.

El Duida (2420 mts.) fué conquistado en noviembre de 1928 por los miembros de la expedición que dirigió E. S. Tvler Jr., en la cual participaron Georg^H. Tate, C. B. Hich-

cock y R. S. Deck. Dicha expedición acampó en la cima

hasta febrero de 1929.

El Auyántepui (2416 mts.) fué conquistado en 1937 por

el explorador español Félix Cardona Puig en compañía de

Gustavo Henry. Cardona venía explorando el Alto Caroní

desde 1928 y en la actualidad es uno de los mejores conoce­dores de la Guayana. A fines del mismo año, una expedi­

ción integrada por W illiam Plielps, W illiam Phelps Jr., Fé­

lix Cardona Puig y George H. Tate, repitió la ascensión y

acampó hasta mayo de 1938 en la cumbre, a objeto de rea­

lizar investigaciones científicas. Debemos agregar a estos

nombres el de Jim my Angel, intrépido aviador cuyas espec­

taculares aventuras lo llevaron a descubrir la celebre casca­

da que lleva su nombre, conceptuada como la catarata más

alta del mundo. (Véase el artículo “La Catarata más al’tn

del Mundo”, en EL FAROL No. 85, junio 1946). Posterior

a su decubrimiento, Angel ejecutó la hazaña de aterrizar

aparatosamente nada menos que en la meseta de la cum­

bre del Auyántepui, hundiéndose el avión en una ciénaga

profunda y los afortunados tripulantes, cuyas vidas habían

salvado milagrosamente, se vieron forzados a descender la

peligrosa y escarpada muralla que rodea dicha meseta y se­

guir a pié hasta la Gran Sabana. Meses después del acci­

dente, ocurrido en 1937, Carmona y Angel trataron de lle-

EL CARONÍ es considerado como una de las fuentes dia­mantíferas más ricas. También es célebre por sus raudales.

LAS CIUDADES del Estado Lara, y especialmente Barquisi- meto, son famosas por sus extraordinarios crepúsculos, fe-

gar conjuntamente hasta las vertientes del Salto, sin lograr­

lo. Este intento lo repitieron más tarde, sin éxito, W illiam

Phelps Jr. y George H. Tale.

El Uaipán-tepui ha sido conquistado en fecha reciente

por Cardona, quien determinó la altura (1988 metros sobre

el nivel del mar). En enero de 1948, W illiam Phelps Jr.

y C. B. Hichcock repitieron la ascensión para acampar en

la cima, donde pocos días después se les unía la expedición

compuesta por los geólogos Dr. Guillermo Zuloaga, Ph ilip

P. Wolcott y Walker Johnson (Véase artículo del Dr. Zuloa­

ga, “La Gran Sabana”, EL FAROL No. 108, Mayo 1948).

No tengo conocimiento de que el Maraguaca (2600 mts.)

y el Jaúa (1500 mts.) hayan sido explorados y es de espe­

rarse que sean conquistados dentro de poco tiempo, en pro­

vecho de la geografía y de la ciencia.

Seria incompleto este relato si no hiciera mención del

Sistema Orográfico Coriano, compuesto por la Sierra de

San Luis de Coro, cuyo punto culminante alcanza unos 1500

metros, de poco interés excursionistico, y de la Sierra de

Perijá en el Estado Zulia, la cual forma el lindero natural

con la vecina República de Colombia. Esta última monta­

ña tiene gran importancia deportiva y seria interesante que

la juventud zuliana aprovechara la proxim idad de esa ma­

jestuosa sierra, cuyas cumbres alcanzan hasta 4000 metros,

para iniciarse en el excursionismo. La única expedición

importante efectuada por aquella región, de la que tengo co­

nocimiento, la realizó científicamente el geólogo norteame­

ricano Bethea Martin en mayo de 1947 (Véase el artículo

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nómeno que es motivo de perenne atracción para pintores y fotógrafos dada su riquísima combinación de colores.

“Aventura en Perijá”, EL FAROL No. 103, Diciembre 1947).

La actividad científico-deportiva de nuestros días po­demos circunscribirla a los miembros de la Sociedad de

Ciencias Naturales, cuya encomiable labor ha permitido el

exacto conocimiento de la orografía, asi como también de la

flora, fauna y geología venezolanas. La actividad propia­

mente excursionística ha venido a centralizarse en tres

grandes asociaciones creadas para el fomento del excursio­nismo y del alpinismo.

El Centro Excursionista Caracas, aún cuando existía

desde años atrás, fué fundado oficialmente el 5 de diciem­

bre de 1929 por sus promotores J. J. Vigas Syers, José An­

tonio y W illiam Hedderích, Carlos y Antonio José Ramos

Márquez y Luis Barnola. Desde aquella fecha, los miem­

bros de esta meritoria institución, a la cual me honro en

pertenecer, realizaron la tercera y cuarta ascensión exitosa

al Pico Bolívar, la conquista del Pico Hilaria y muchas

otras excursiones primerizas y novedosas. La Junta Direc­

tiva de este ('entro creó hace algún tiempo varios premios

anuales para los mejores excursionistas, certamen que se

ha convertido en el Campeonato Anual de Excursionismo. Igualmente se han realizado dos “tour de forcé” a Los Cas-

tillitos, siendo sus ganadores Amador Barrios C. y Phillip

Hojas F., y dos carreras de relevo, una a Los Castillitos y

otra a Los Venados, ambas ganadas por el Equipo Spence,

compuesto por Jacobo E. Arias, Angel Mago, Pedro J. Lafée

y Alcibiades Musso. Los afiliados a esta sociedad deporti­

va han prestado siempre su valiosa colaboración a las auto­

ridades forestales para la protección de nuestros bosques,

de suerte que el Ministerio de Agricultura y Cria ha distin­

guido-a varios de ellos con el titulo de Guarda Forestal Ad-

Honorem.

El Centro Excursionista de Mérida se fundó el 5 de ma­

yo de 1941 con un grupo de entusiastas alpinistas criollos,

entre los cuales figuran Guido Bermudez, Régulo Scrocchi,

Orlando Dávila, Rodolfo Santiago y Luis Terán. Esta agru­

pación creó recientemente un interesante certamen, en vir­

tud del cual todas las entidades federales fueron invitadas

a enviar sus excursionistas para realizar la ascensión del

Pico Bolívar.

El Centro Excursionista del Estado Monagas fué pro

movido por nosotros, y en su fundación participaron los Drs.

Carlos Febres-Cordero, Luis Rivas, F. Parra Lugo, profe­

sor José Vanegas y los señores José Luis Lozano, Alberto

Fuenmayor y Manuel Parra. Dicho Centro realizó varias

excursiones a la Cueva del Guácharo y a las montañas de

Caripe, y recientemente organizó dos novedosas expedicio­

nes: la primera de ellas realizada por nosotros el 7 de mar­

zo del corriente año en compañía del insigne botánico ve­

nezolano profesor Francisco Tamayo y del ingeniero Enri­

que Gómez Willet, y la que tuvo por objeto visitar los lagos

naturales de asfalto de Guanoco, Estado Sucre. Para ello

partimos de Caripito y navegamos por el Río San Juan has­

ta su confluencia con el Caño Guanoco, por el cual segui­

mos hasta el caserío del mismo nombre, donde nos espera­

ba el explorador Francisco Sánchez Carantón, veterano cono­

c e d o r de la región, y quien nos acompañó en la caminata

de doce kilómetros que hubimos de recorrer desde el pre­

nombrado caserío hasta los propios yacimientos de asfalto,

ya que la linea férrea que existia en el lugar había sido to­

talmente removida. La segunda expedición estaba dirigida

al bajo Caroní y la proyectamos junto con Manuel Parra,

realizándola del lo. al 3 de mayo de 1948, en compa­ñía de Samuel Bustamante, recorriendo el Caroní desde

Caruachi hasta Palúa, explorando sus raudales y cascadas,

todas ellas de indescriptible belleza. I)e regreso visitamos

San Félix, recorrimos en sus cercanías las ruinas coloniales

del Templo de las Misiones y, por último, las montañas de El Pao con sus ricos yacimientos de mineral de hierro.

EXCURSIONISTAS caraqueñas, en camino hacia la Silla del Avila, dejan abajo la extendida capital de Venezuela.

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UNA JUGADA DE UN MILLON DE DOLARESO

Punto de destino: El Cretáceo1 negro petróleo cubrió JUi

plataforma de la cabria y

goteó a través del emparri­

llado de hierro, manchando

debajo la roja tierra. Negras gotas

de crudo cayeron del cable que se

perdía en las alturas de la cabria y sal­

picaron los cascos y las ropas de la

cuadrilla de perforadores. Más petró­

leo negro salía del extremo abierto

de la tubería que conducía desde el pozo al inmediato foso del barro.

El sudor mezclado con petróleo co­

rría por las caras de los perforadores,

haciéndoles parecer indios cubiertos

con sus pinturas de guerra. El enorme

diesel que movía el taladro marcha­

ba perezosamente al fondo, despidien­

do blancas nubecillas de humo que se

curvaban en anillos y envolvían a los

hombres convirtiéndolos en habitan­

tes de otro mundo.

Ya era casi la hora de que los obre­

ros se fuesen a sus casas. Estaban can­

sados y sucios después de casi ocho

horas de trabajo. No sonreían mien­

tras cortaban un trozo enredado del

pesado cable y unían de nuevo sus

extremos. Luego se echaron atrás y

el diesel dejó oir de nuevo su ensor­

decedor rugido.tEl cable se elevó des­

pacio fuera del agujero y se devanó

uniformemente en un tambor inmedia­

to.

Luego se escuchó un silbido, que fué

aumentando hasta dominar el rugir

del diesel, y un pequeño surtidor ne­

gro brotó de Ja parte superior del tu­

bo que encerraba el cable. Un hombre

se lanzó bajó el surtidor y trató de

apretar una tuerca con una larga llave

inglesa. Pero no fué bastante rápido.

La tapa del tubo salió despedida con

una detonación parecida al disparo de

un cañón y el surtidor se hizo más

denso y negro momentáneamente. Lue­

go cesó y el silbido se interrumpió«

Los perforadores mostraban caras ce­

ñudas y guardaban silencio. E l único

sonido era la lenta marcha del diesel.

A POCA DISTANCIA de un pozo que fracasó, se encuentra el recinto cercado y la pequeña válvula, de apariencia in­

significante, que marcan el emplazamiento de un pozo pro­ductor que rinde miles de barriles de petróleo crudo al día,

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HASTA LOS 3.000 metros espera perforar la Creóle en Los tácea petrolífera que está a flor de tierra en Isla de Toas, Es- Cañadones antes de encontrar la misma capa de caliza ere- tado Zulia, que se divisa al fondo, sólo a 10 kms. de distancia.

La cuadrilla se dió cuenta de que ha­

bía fracasado una vez más.

Donde parecía que había mucho pe­

tróleo, existía en realidad muy poco.

La labor de todo un año —:24 horas

de trabajo durante más de 365\dias sin

parar— y Bs. 3.090.000 se habían in ­

vertido en el MA-2. Una jugada de tres

millones de bolívares que había fra­

casado, pues ni siquiera se encontró

petróleo que justificase la explotación

del pozo. La mayor parte del aceite

que se veía en la cabria y sus alre­

dedores y que goteaba en el foso del

barro era petróleo que los perforado­

res habían introducido a presión en el

pozo, con la esperanza de forzar la

circulación del petróleo natural de las

formaciones de caliza, a más de tres

kilómetros bajo tierra.

Los obreros de la cabria del pozo

MA-2 de la Creóle Petroleum Corpo­

ration en el campo zuliano de Mara

estaban buscando petróleo en la pro­

funda caliza porosa que los geólogos

denominan el cretáceo. El extremo de

la cañería estaba hundido en esta ca­

liza, a más de tres kilómetros de la

superficie, en la formación geológica

más antigua en que se ha encontrado

petróleo en Venezuela.

Hace millones de años, la gruesa ca­

pa de caliza cretácea — que tiene 540

metros de espesor— era probablemen­

te marisma. Los gigantescos dinosau­

rios vivieron y murieron en ella. La

vegetación creció exuberante y pere­

ció y en los años posteriores nuevas

capas de roca, arena y tierra cubrie­

ron los restos. La presión ejercida des­

de encima comprim ió la piedra cretá­

cea e hizo que se formase el petróleo.

Las diminutas células de la caliza cre­

tácea están llenas de petróleo, de igual

manera que la miel se aloja en un pa­

nal. También existen en la roca fa­

llas o roturas, que son en realidad

grandes cavernas en las que se ha fil­

trado el petróleo de la caliza circun­

dante para formar grandes estañques.

En potencia, los profundos yaci­

mientos de petróleo cretáceo son los

más ricos de Venezuela. Teóricamen­

te, su descubrimiento ha aumentado

en millones de barriles1 las reservas

petrolíferas venezolanas. No es posi­

ble determinar con exactitud la mag­

nitud de esta reserva, pero ya se han

perforado pozos hasta el cretáceo que

han producido más petróleo por pozo

que cualquier otro yacimiento. No obs­

tante, la perforación de pozos hasta

las grandes profundidades donde se

encuentran los yacimientos cretáceos

es una labor más costosa y requiere

más tiempo. Y el hecho de llegar a la

caliza cretácea no garantiza que se en­

contrará petróleo en grandes cantida­

des. Como en todas las perforaciones

buscando petróleo, aun sigue siendo

una jugada arriesgada.

Para apreciar las posibilidades de

que existan enormes yacimientos de

petróleo en la caliza cretácea encerra­

da bajo la tierra venezolana no hay

más que comparar las cifras de pro­

ducción del rico campo zuliano de

La Paz.

El petróleo se descubrió en el cam­

po La Paz en 1922. Se encontró en

las rocas eócenas, que en esa zona no

19

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CORTE TEORICO de la corteza terrestre, señalándose las zonas donde se forman las rocas sedimentarias en contraste

con las rocas magmáticas, como el granito y las lavas. Estas capas fueron dobladas en pliegues por fuerzas cósmicas.

LOS PLIEGUES de la corteza terrestre dan lugar a es­tructuras favorables para la acumulación y conservación

del petróleo, gas natural y agua, los cuales se colocan en interior de los estratos permeables según sus densidades

están tan profundas como la caliza

cretácea, más antigua. Desde 1922 a

1944, un total de 74 pozos produjeron

15.500.000 barriles de petróleo de las

arenas eócenas.

Después, en mayo de 1944, se des­

cubrió crudo de muy buena calidad en

la caliza cretácea, bajo las arenas eóce­

nas del mismo campo. Y desde 1944,

basta 1948, sólo 11 pozos perforados

en el cretáceo produjeron 50.000.000

de barriles.

Así, pues, en cuatro años, 11 pozos

rindieron tres veces más petróleo que

74 pozos en los 22 años anteriores.

Este sensacional rendimiento hizo

que los petroleros iniciasen la bús­

queda de nuevos yacimientos cretá­

ceos. Las investigaciones se centraron

en lo (fue hoy se denomina campo

Mara, al nordeste de La Paz, donde al­

gunas de las concesiones más antiguas

habían estado sin explotar durante

muchos años. Pronto hubo pozos con

un rendimiento satisfactorio en el

campo Mara, y este se convirtió en un campo comprobado.

Pero incluso perforar un pozi) cretá­

ceo en un campo comprobarlo es una

labor precaria, como la suerte del

20

MA-2 demuestra plenamente. En el me­

jor de los casos resulta una jugada.

Cuando los petroleros se fijan como

objetivo la profunda caliza cretácea,-

los gastos previstos son grandes. Para

empezar, tienen que emplear más

equipo y mayor, pues, por regla gene­

ral, han de perforar a mucha más pro­

fundidad, ordinariamente de 2.400 a

3.600 metros.

Un pozo cretáceo “barato” costara

aproximadamente Bs. 1.622.000. y se

necesitarán siete meses de trabajo

ininterrumpido para terminarlo. Otros

tipos de pozos poco profundos pueden

costar hasta una cifra tan insignifican­

te como Bs. 123.000. La perforación

del pozo de tipo medio de Mara cues­

ta unos Bs. 7.725 diarios. Las cuadri­

llas de perforación trabajan sin des­

canso 24 horas diarias durante siete

días a la semana, pero aun se necesi­

tan de cinco a 13 meses para terminar

un pozo cretáceo. El trabajo es abru­

mador y los problemas que se plan­

tean muchos.

Uno de los principales en Mara fue

la presencia de lutita dura entre la su­

perficie del terreno y la capa cretácea.

Esta lutita hace más lenta la perfora­

ción y disminuye la vida de la mecha.

En el campo Mara, una mecha se pue­

de inutilizar después de haber “mor­

dido” sólo 12 metros de lutita, mien­

tras que en los campos del Lago de Ma-

racaibo se pueden perforar de 540 a

600 metros antes de tener que retirar­

la para afilarla. Una mecha de buen

rendimiento sirve para 60 metros en

Mara. El promedio únicamente es de

26 metros y se pierde un tiempo pre­

cioso cambiando las mechas con más

frecuencia.

La Creóle conocía estos problemas

cuando empezó a perforar el MA-2 el

16 de octubre de 1947. La Creóle ya

había abierto el MA-1, que producía a

razón de 2.500 a 3.000 bjd. A pesar de

los problemas conocidos, había pode­

rosos motivos para creer que el MA-2

encontraría petróleo en la caliza cre­

tácea. El MA-2 no era un pozo explo­

ratorio, pues estaba emplazado en un

campo donde existían 12 pozos en pro­

ducción. Uno de ellos, a tan poca dis­

tancia que se podía ir andando, ren­

día más de 6.000 bfd.

Estos pozos productores del campo

Mara habían encontrado petróleo entre

los 2.100 y los 3.000 metros de pro­

fundidad. Sin embargo, el MA-2 se per­

foró hasta 3.533 metros y sólo se en­

contraron ínfimas cantidades de pe­

tróleo, que no fueron suficientes para

calificarle como productor comercial.

Los perforadores probaron todos los

métodos conocidos para incrementar

la circulación del petróleo y todas las

veces fracasaron. Del pozo no salie­

ron más que bocanadas de petróleo

y gas natural caliente.

Sin embargo, como fracaso, el MA-2

no era una excepción. Ha habido otros

fracasos desde que se descubrió petró­

leo de buena calidad en la caliza cra-

tácea del campo La Paz. Un pozo de la

Creóle alcanzó la caliza cretácea a

miles de metros bajo el Lago de M’ara-

caibo, pero en lugar de petróleo sólo

brotó agua salada caliente. Este tam­

bién fué un fracasó costoso, pero pa­

ra la Creóle estos fracasos no eran

más que una parte del juego.

En la actualidad están funcionando

en el campo Mara 11 cabrias de perfo­

ración que buscan petróleo en el cre­

táceo. Cuántas terminarán de igual

manera que el MA-2, es sólo cuestión

de conjeturas.

La Creole está perforando cuatro

pozos de exploración para el petróleo

cretáceo en el Occidente de Vene­

zuela y se prepara para in iciar un

quinto. También se han descubierto

, indicios de yacimientos cretáceos en

el Oriente de Venezuela, donde por lo

menos un pozo exploratorio ha demos­

trado que el cretáceo de esa parte de

Venezuela contiene acumulaciones de petróleo.

Pero las investigaciones más impor­

tantes se efectúan en el Occidente del

país. Estas operaciones de exploración

son la mayor jugada de todas. Los

pozos se abren en zonas vírgenes, dor.-

dc los geólogos y los -técnicos petro­

leros creen que pueden encontrar cru­

do. Ellos han leido los signos de la

Naturaleza y están buscando su opor­

tunidad.

Una de tales jugadas se realiza con

un pozo exploratorio en Los Cañado-

nes, en la orilla noroccidental del La­

go de Maracaibo. Allí, los geólogos de

la Creole opinan que la caliza cretácea

no se encontrará a menos de 3.000

metros. Y cosa exteaña, sólo a 10 kms.,

en el lago y al nordeste, se puede ver

y oler el petróleo en los afloramientos

cretáceos de la isla de Toas. Es la mis­

ma clase de roca que los geólogos tie­

nen la esperanza de que contenga pe­

tróleo bajo Los Cañadones, a 3.000 me­

tros de profundidad.

Más al sur, en la orilla del Lago en

Santa Cruz, actual terminal del oleo­

ducto del campo Mara, la Creóle está

abriendo otro pozo exploratorio hasta

el cretáceo.

Aun más al sur, en la orilla occi­

dental del Lago y casi enfrente de La-

gunillas, la Creóle tiene otros dos po­

zos cuyo destino es el cretáceo.

Un quinto pozo cretáceo se hará en

Alturitas, en la selva virgen al pie

de las laderas de las montañas de

Perijá, a unos 170 kms. al sudoeste de

Maracaibo. Esta operación, en los lí­

mites del territorio habitado por los

fieros motilones, plantea no sólo los

problemas de la profunda perforación

hasta el cretáceo, sino también el del

abastecimiento. Las provisiones y el

material tienen que llevarse en ca­

m ión desde Maracaibo pdr picas abier­

tas en plena selva. Sólo el hecho de

despejar la pica y preparar el campo

21-I

Page 22: El Farol - bibliotecadigital.bnv.gob.ve

LA CREOLE construye tanques de al­macenamiento en el campo de Mara.

DONDE PARECIA que había mucho petróleo, existía en realidad muy poco.

LOS HOMBRES parecen enanos al lado del gigantesco equipo Diesel utilizado para llegar hasta donde se encuentran los ricos yacimientos petrolíferos.

para las operaciones de perforación

ya fué una enorme tarea.

Transcurrirán meses antes de que

se conozca el éxito, o el fracaso, de

estos pozos exploratorios, los cuales

costarán más de Bs. 7.725.000. Es una

jugada a largo plazo con una puesta

de suma importancia, igual que si se

tratase de sacar seis ganadores en el

5 y 6.

Las nuevas reservas de petróleo cre­

táceo se están explotando con el ma­

yor cuidado, para obtener el ritmo de

producción más eficaz. Un buen ejem­

plo de los esfuerzos de las Compa­

ñías petroleras para conservar el pe­

tróleo y evitar los métodos de produc­

ción antieconómicos puede verse en el

convenio entre las compañías que ex­

plotan el campo Mara.

Por acuerdo voluntario entre ellas,

las compañías establecen un ritmo

máximo de producción para cada po­

zo y sanciones para la infracción de

estas normas. También se ha conveni­

do un patrón de separación, por el

cual los pozos no pueden perforarse

a menos de 1.200 metros unos de otros.

El desaprovechamiento de gas natural

se mantiene al m ínimo.

Mientras continúa esta búsqueda de

nuevos yacimientos cretáceos en el

campo Mara, las compañías petroleras

deben mirar hacia el futuro. Además

de sus enormes inversiones en equipo

de perforación, también tienen que

emplear más dinero en oleoductos y

tanques de almacenamiento, con la es­

peranza de que la jugada les resultará

bien.

Jugando apoyados en la probabili­

dad de que algún día encontrarán pe­

tróleo en cantidad suficiente para que

merezca la pena, la Creóle y la Texas

Company han in iciado ya la construc­

ción conjunta de una estación de bom­

beo y almacenamiento en las inmedia­

ciones del campo Mara, con la espe­

ranza de que algún día pasen por ella

grandes cantidades de petróleo pro­

veniente de la caliza cretácea, que ha

estado encerrado durante millones de

años en el corazón del subsuelo ve­

nezolano.

Pero aun hay por delante meses, e

incluso años, para que los petroleros

vean realizado este sueño. Meses, y

quizá años, de duro trabajo, 24 horas

diarias y siete días a la semana. Cien­

tos de mechas embotadas y rotas. Mi­

llones de bolívares gastados. Y todo

ello a más de tres kilómeros bajo la

tierra, en las acribilladas capas de ia

caliza denominada “el cretáceo” .

COMO UN\ BATERIA de cañones de grueso calibre de un acorazado, apáre­los tubos de escape de los motores Diesel empleados en la perforación.cen

Page 23: El Farol - bibliotecadigital.bnv.gob.ve

m

Wíúéf&ím

m.

e uadrado de espaldas, liso y y apelmazado el cabello, v que en el cuerpo moldeado deque se partía en una raya Marcucho ascendían hasta los tonos

recta, casi sobre la sien fa/Balidos del cobre, envolviéndose on

quierda, teniendo en el color un vago

reflejo ambarino del indio ancestral, Marcucho, el modelo de la Escuela de

Pintura, a primera vista confundíase con un mandadero cualquiera, con un

individuo sin relieve n i importancia,

acostumbrado a cargar carretilla, o a

encorvarse bajo la mole de los fardos.

Su estatura baja, sus blusas de dril

descoloridas entre los estrujones de la

batea y la caliente opresión de la plan­

cha, sus manos entretejidas de gruesas

venas y siempre colgantes, congestio­

nadas al peso de la sangre, no revela ̂

ban la menor particularidad que pu­

diera destacarlo junto a los demás

hombres ide su clase.

Pero, Marcucho era un elemento

primordial de belleza para el grupo

de aquella incipiente Academia. Cuan­

do, despojado de la ropa, subíase a la

tarima del modelo asumía a los ojos

de los estudiantes proporciones incon­

mensurables. Desnudo crecía. Adqui­

ría una alteza espectacular de ilímites

proporciones para los alumnos, que

lo miraban, con los párpados entre-

juntos, lamiendo con lá~ vista los va­

riables secretos de su armoniosa con­

textura. Al saltar a la tarima, en ágil

pirueta que hacía sonar la tabla al gol­

pe de los talones, y al erguirse en una

pose preparatoria impensada, dijérase

que con un impulso muscular se esti­

raba como si recóndito sentido.de la

plástica lo magnificara, lo elevase de

su condición vulgar de hombre de

pueblo a una simbólica serenidad de sacerdocio y de mando.

El cajón destartalado prestábale tro­

no. Dominando su cabeza por sobre

todos los que le rodeaban, cualquiera

que entrase al salón en horas de estu­

dio lo primero que vería al abrir la

puerta era a Marcucho, imponente e inmóvil como un dios o pensativo y

ceñudo como un personaje de tragedia

griega o a veces en una contorsión re­signada de m ártir cristiano.

Los demás, en torno suyo, doblega­

dos sobre los caballetes o sobre las tablas de dibujo, parecían venerarle sumidos en devoto silencio.

Al chischibeo del carboncillo o los

pinceles sobre el grano del papel y de la tela, buscaban fijar el contorno es­

tatuario, apresar en líneas firmes la

amplitud de tórax, abombado al ritmo de la respiración potente; el torso lle­

no y duro como una montaña de sus músculos pujantes sin

eslabonados en suaves declives dera saliente y brava, las piernas das...

O en afán ferviente perseguían — ya

logrado el trazo— en la reciedumbre

de la masa los secretos del claro — os­

curo que torturan y enfebrecen al ar-

■rises mortecinos, en dulces ocres, con leflejos azuluscos y verdores inasi­

bles, valores (pie mezclaban, se desva­necían, se profundizaban en la gama

I iban a ahogarse en las frescas oque­

dades del rojo de Venecia y del sepia.

I.a cabeza retostada, asoleada, se cor­

laba a base del cuello en una línea

precisa como el plumaje tornasol en

l‘l cuello de las palomas montañeras;

luego los hombros, el pecho, el vien­

tre, lividecían en tenues luininosida-

lles que resbalaban a flor de piel, iban

L dividirse en las piernas, como la or-

Ijueta de un rio de aguas opalescentes

bifurcadas por un islote fértil y som­brío, dcvancscencias relamidas que se

arremolinaban en el nudo rosáceo de

las rodillas.

Abajo, más abajo, los calcañares

¡donde engañosos bermellones fundi­

dos entre sombras, con las vetas protu­

berantes de arterias y de nervios, le

daban la fortaleza y el apoyo de un

zócalo rotundo. Y los pies, pesados co­mo cimientos.

Para los presuntos artistas, el cuer­

po de Marcucho era un universo de co­tidianos hallazgos.

¿En qué pensaba Marcucho, mien­

tras encaramado en la tarima aguan­taba inconmovible las horas de pose

de la Escuela? En ese largo ocio men­

tal donde las ideas se adormecen como

bajo la influencia de un exceso de cigarrillos, ¿qué visiones, qué recuer­

dos, qué propósitos pasarían en lenta

tornavolta por la mente del modelo.?

Kn los descansos, sentado al extremo del cajón, con las manos entrecruza­

das sobre las rodillas, ¿era cansancio,

resignación o menosprecio de toda

voluntad lo que doblegaba su espalda

y hundía su barba entre los pulgares,

dilatando sus pupilas en abstracto es-

el torso He-

Laña ; la red j

sin alardes, I

lives, la ca- I

íiernas sóli- I

pionaje del vacio?

Silencioso, aliviando su forzada in ­

movilidad en otra inmovilidad nueva,

Marcucho parecía reflexionar o idio­

tizarse en la monotonía de su trabajo

al igual de un burro de noria.

Pero no: Marcucho había nacido pa­

ra aquello. Amaba instintivamente su oficio, se sentía partícipe de la obra

] de arte como el tipógrafo incluye algo

de su ser en las ideas que compone.

Amaba a su tarima como aquél se ape­

ga al chibalete, como el marino al bar­

co; y, como el marino al erguirse en un

cajón pensárase de pie en una proa

escrutando fijo, las lejanías de hori­

zontes de donde hubieran de surgir

fantasmagóricas corporizaciones de

antiguas leyendas.

Había nacido predestinado. La ma­

no modeladora de la greda humana le

hizo una caricia antes de echarlo al

mundo y ennobleció su barro tosco.

Ya consustanciado con la belleza esen-

cíal, al hacer un movimiento elástico,

al caer como involuntariamente en

una actitud eurítmica, sonreía satisfe­

cho y orgulloso si algún estudiante

entusiasmado exclamaba:

— ¡Qué bien está así!... ¡Quédate

asi! Y sonreía también, sin perder la

posición, a las bromas habituales de

los pintorcctes:

— Marcucho, no muevas la oreja iz­quierda.

— No engurruñes el dedo gordo, Mar-

cucho.

— Caray, Marcucho sí que tiene la

piedra del zamuro para las mujeres.

¡Dios como que le echó la bendición con la zurda!

Y reprimía la carcajada, moviendo

sólo el vientre, cuando un dichara­

cho obsceno estremecía la parvada

estudiantil alborotándola en cacareo de gallinero.

Cumplía su trabajo con severidad

de ritual. En ocasiones iba de caba­

llete en caballete, observando las “a- cademias”. Miraba los dibujos y luego

se miraba sus propios brazos y sus piernas, en comparativo conocimien­

to de su cuerpo como si se lo supiera

de memoria-y lograra verse entero a si mismo. Su espejo multifaz, durante

años de años, lo tuvo en las tablas de

dibujo y parecía exponer un gesto de- saprobatorío cuando alguno lo refleja­

ba deforme o sin semejanza. Y, con hu­

mildad, preguntando: “¿Lo necesita?” ,

solía pedir un estudio que le gustara

entre las innumerables imágenes suyas

que poblaban la Escuela, clavadas por aquí y por allá o tiradas por el suelo,

para llevárselo a “su pieza” cuyas pa­

redes eran un museo unipersonal de

si mismo.

Ya para los últimos tiempos, Marcu­

cho se entregó al alcohol. Bebía de­

masiado. Las facciones se le fueron abotagando, enflaqueció algo y los to­

nos rojos de su encarnadura se iban

tornando más calientes. A veces, al

tomar la posición, lo sacudía un lati­

gazo nervioso, pero, luego, en pie, a-

poyado en la vara, se mantenía rígido,

sereno, delatándolo sólo un casi imper­

ceptible movimiento giratorio, como

el de una peonza.

Por fin un día, después de tantos

años de haber sido el modelo predilec­

to, el único, Marcucho faltó a las se­

siones y al cabo de una semana llegó

a la 'Escuela la notioia deplorable

para todos: había muerto en el Hospi­tal.

Pulpa de anonimía, corazón sin a-

mores inmediatos, 'balsa a la deriva,

su cuerpo sepulcral no dió con el puer­

to y encalló sin reclamo sobre la me­

sa del anfiteatro; él, que había servi­

do para que lo estudiaran por fuera,

se ofrecía íntegro en el momento de

abandonar la vida para que lo estu­

diaran por dentro, como esos muñe­

cos s in _más voluntad que su destino,

E R A F A E L R I V E R Oa las cuales los niños curiosos, has­

tiados de jugar con ellos les sacan el

aserrín.

Llegó el prafesor seguido de los

estudiantes a la clase de anatomía

práctica. Rodearon el cadáver y co­

menzó la postrera lección de dibujo pa­

ra Marcucho, que, inmóvil más que

nunca, resistía la pose definitiva. Co­

menzó la lección y los bisturíes afila­

dos como carboncillos iniciaron el

trazado, ya no sobre el papel y el lien­

zo, sino sobre aquellos mismos múscu- -

los moliciosos, siguiendo la red de los

nervios, perforando la carne empali­

decida, abriendo como las páginas de

un libro secreto el pecho magnifico...

En medio de su perorata didáctica v

de sus minuciosas explicaciones, el

profesor se empinó en un súbito ¡oh!...

Y después de una pausa, alargó la ex­clamación, acomodándose las gafas:

— ¡Oh, que anatomía tan estupenda la de este hombre! Vean ustedes qué ad­mirable! ¡Debe tener un esqueleto

precioso, precioso!

Los discípulos se inclinaron sobre el muerto siguiendo la lección del

maestro, como sobre un mapa. El pro­

fesor se entusiasmaba con los múscu­los, con las arterias, con las visceras.

Lo iluminaba un gozo risueño y sa­piente. E interrogó:

— ¿Este cadáver no tiene reclaman­tes?

— No tiene ni fam ilia — respondió un estudiante burlón.

— Pues vamos a aprovecharlo; en

la sala de anatomía de la Universidad, prosiguió el maestro, nos hace falta un buen esqueleto, ¡perfecto!

Era la consagración total de Mar- cucho. Los estudiantes se dieron de

nuevo a la tarea; pronto desbarataban articulaciones, desprendían miembros

completos, limpiaban huesos hasta de­

jarlos mondos, encumbraban mon­

tículos de carne sanguinolenta en su­

gestiones de matadero.

Ya de Marcucho no queda sino una

masa fragmentaria. Pero, luego apar­

taron con cuidado su osamenta, la ca­

lavera de ojos estupefactos y sin luz,

los fémures gruesos como piernas de

buey...

Y, más tarde, en procedimiento ma­

cabro que legaliza la augusta ciencia,

lo cocinaron, lo hirvieron, pulieron

sus huesos como valiosos marfiles,

armaron de nuevo el esqueleto, sol­

dando y embisagrando las piezas y

allí, en el anfiteatro de la Universi­

dad, dentro de una larga caja, colga­

do por el centro del cráneo con un

alambre de acero, está Marcucho, sin carne, sin nervios, sin vida, en su úl­tima pose, predestinado a servir hasta más allá de la muerte para el estudio de la belleza y «del dolor, porque an­tes de echarlo al mundo la mano mo­deladora de la greda humana le hizo una caricia y enalteció su barro tosco.

25

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26

DE LA ENSACADORA de esta fábrica salen los sacos de cemento a emplearse en las construcciones donde las industrias y la población crecen rápidamente.

a na mañana de 1944 la ofi-

Jm ciña de una fábrica cara-

M jt j queña de muebles recibió

^ ^ una solicitud sin preceden­

tes. La Creóle Petroleum Corporation,

que recientemente había empezado a

ampliar sus servicios, necesitaba me­

sas: escritorios de oficina, mesas de

mecanógrafa etc., tipos que hasta en­

tonces no se habían producido en el

país. El Sr. Mario Castillo, propietario

y gerente de Muebles Azpúrua C. A.,

examinó los registrbs de producción

de su compañía, investigó las existen­

cias de madera y materiales de acaba­

do y consultó a sus agentes exteriores

sobre las disponibilidades en nueva

maquinaria. De todo ello sacó la con­

clusión de que podría fabricar las me­

sas si disponía de los planos requeri­

dos. La Creóle se comprometió a faci­

litárselos.

Azpúrua recibió los dibujos, y las

mesas normalizadas aparecieron una

por una en las oficinas de la Creóle

en Caracas. Otras empresas querían

muebles para oficinas y residencias;

la propia Creóle necesitaba asimismo

más. La demanda era muy superior

a la oferta. Pero Azpúrua fué aumen­

tando gradualmente su producción;

LA VELOCIDAD no ha reducido la eficiencia en el ritmo acelerado de producción de muchas industrias venezolanas.

El proceso final de la fabricación de sillones, sigue aun requiriendo el uso de obreros altamente especializados.

por ejemplo, la de mesas subió desde

una pieza en tres o cuatro semanas

hasta su ritmo actual de 100 por sema­

na..., y se convirtió en la primera fá­

brica venezolana que hizo muebles en

gran escala.

El caso de Azpúrua es uno de los

muchos que la Sección de Compras

Locales de la Creóle ha visto repetido

multitud de veces. A medida que la in ­

dustria petrolera incrementó sus acti­

vidades, la organización de las impor­

taciones demostró que era inadecua­

da. La escasez de suministros creó

un mercado apremiante para los ar­

tículos nacionales, y la consigna se

difundió por todas las actividades co­

merciales: “Les compraremos si lo fabrican!’'.

La presión que se ejerció sobre los

productores y fabricantes venezola­

nos sirvió de estimulo para la amplia­

ción de las firmas existentes y para

la creación de nuevos negocios. En el

Estado Zulia, escenario del principal

desarrollo de la industria petrolera en

Venezuela, existen múltiples pruebas

de este hecho. Típica de las varias

industrias de menor cuantía creadas

específicamente para atender las ne­

cesidades de las compañías petroleras,

MODERNA MAQUINARIA participa en la campaña para abastecer el crecii cado nacional. Una cepilladora eléctrica suplanta un tedioso trabajo

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A ORILLAS del Lago de Maracaibo, el horno y silos de CIENTOS de metros de tubería abastecerán el mercado local, una fábrica de cemento, atestiguan la expansión industrial. que la Creole y otras compañías petroleras ayudaron a crear.

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OBREROS Y CAPITAL venezolanos hacen funcionar esta máquina para cubrir li­na demanda superior a la oferta en el renglón importante de tuberías di* concreto

es la C. A. Capac. de Maracaibo que

produce tubos, bloques y tejas de ce­

mento. Cuando las coinpañias petrole­

ras estaban en el proceso de su enorme

expansión, sus campamentos nece­

sitaban muchos kilómetros de tubería

de cloacas hechas de concreto, como

sustitutivo para los tubos de hierro

fiundido, de los que era difícil abas­

tecerse en las fuentes normales de su­

ministro. La construcción de cientos

de viviendas para sus obreros hizo im ­

prescindible un suministro regular de bloques de cemento.

Tan grande fue la demanda que la

Capac se amplió al unísono con la

industria petrolera. Y aún sigue au­mentando sus instalaciones. Hoy, con

un rendimiento de 1.500 a 2.000 tone­

ladas de productos terminados por

mes, ha duplicado con exceso su pro­

ducción mensual de hace un año. Aun­

que su planta en El Milagro, en la ori­

lla del lago de Maracaibo, es relativa­

mente modesta, su capacidad produc­

tora hace que la Capac resulte indis­

pensable para la industria de la cons-

trucción en el Occidente. La produc­

ción de un solo día puede llegar a 700

tubos de 10 cms, 100 tubos de 00 cms,

3.000 tejas, 10.000 ladrillos de cemen­

to y hasta 8.000 bloques de concreto de

diferentes tamaños. Los diversos tipos

de tubos, algunos hasta de 1,05 mts. de

diámetro, se emplean para cloacas, al­

cantarillas, tubería lisa de construc­

ción, drenajes, acueductos y pozos de

abastecimiento de aguas.

Los productos de la Capac, que en

otro tiempo eran consumidos casi ex­

clusivamente por las compañías pe­

troleras, van hoy a otros muchos des­

tinos. Entre los proyectos actualmente

en construcción que utilizan materia­

les de la Capac figuran los edificios de la Westinghouse, General Electric y

Coca Cola y la urbanización “Urdane-

ta” del Banco Obrero. Además, el Mi­

nisterio de Obras Públicas y el Insti­

tuto Nacional de Obras Sanitarias se

abastecen de la Capac.Casi todos los materiales que usa la

Capac son de origen venezolano. En­tre sus principales abastecedores, la

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EN UN MINUTO, una mesa de noche recibe la última capa de esmalte con el mé­todo moderno que- exige la amplia y creciente demanda de mobiliario nacional.

C. A. Venezolana de Cemento amerita

que se la estudie de cerca, pues tam­

bién es nn ejemplo del desarrollo in ­

dustrial fomentado por las necesidades

de una industria petrolera progresis­

ta en Venezuela.

La planta de cemento suministra

mensuahnente a la Capac cemento

“Mara” por valor de casi Bs. 33.000 y

utiliza materias primas venezolanas

en su totalidad para hacer la mezcla

de cemento. Sólo los sacos de papel se

importan. En la actualidad, sólo

un porcentaje relativamente peque­

ño de los 6.000 sacos diarios de

la fábrica de San Francisco va a la

industria petrolera y sus contratistas.

Pero cuando se pongan en práctica

dentro de pocos meses los planes para

ampliar la producción a 12.000 sacos

diarios, se espera que las compañías

petroleras adquieran una parte muy

importante de este aumento. El pro­

ducto actual, que se vende a Bs. 3,80

por saco (en comparación con los Bs.

6,00 que cuesta el cemento importado),

se suplementará con un cemento de

calidad especial necesario para la ce­

mentación de pozos petrolíferos. Una

segunda planta funciona en Barquísi-

meto, y una tercera se está constru­yendo en Pertrigalete, cerca de Guan­

ta. El trio de fábricas figurará entre las más modernas de América del Sur.

A medida que se van introduciendo

en el mercado nacional productos co­

mo el cemento Mara, como los tubos

Capac y como los muebles Azpúrua, el presupuesto de la Creóle incluye

una cifra cada vez mayor de compras locales. El volumen actual de tales compras excede en varios millones de

bilívares del total destinado hace diez

años a importación y compras locales

combinadas. La compañía tiene cuen­

tas de crédito con 3.500'firmas comer­ciales, fabricantes, y productores, y

en el año 1947 se extendieron en toda Venezuela 54.000 órdenes de compra, cubriendo 250.000 artículos del sumi­

nistro de comisariatos y de equipo pa­ra campo.

Durante el año en curso, los agentes

de compras de la Creóle han negocia­

do con la firma Aserradero e Indus­trias Guanta, S. A., establecida hace dos años, para obtener madera con

qué sustituir las importaciones direc­

tas. La labor de suministrar material

suficiente para atender los proyectos

de construcción en los campamentos

de la Creóle en Oriente, incrementará

la producción de Guanta hasta el ex­tremo de justificar un segundo turno

de obreros. A su vez, este hecho ser­

virá para aumentar la capacidad de producción diaria de 240 a 500 me­

tros cúbicos de madera.

El mayor capitulo de gastos en las

compras locales es el de los víveres:

verduras y frutas frescas para los co­

misariatos y comedores colectivos, y

para la flota de tanqueros de la com­

pañía en el Lago de Maracaibo. Los a­

gentes de compras de la Creóle se po­

nen en contacto directo con los pro­

ductores de los artículos que hay en

demanda y como clientes de agentes'

compradores fijos radicados en los

centros agrícolas de Valera, Trujillo,

San Cristóbal del Táchira, etc.., alien­

tan a los agricultores en cada locali­

dad para que atiendan necesidades es­

pecíficas de la compañía. Desde San

Cristóbal salen cada semana en avión

repollos, lechugas, zanahorias, pláta­

nos y naranjas para la refinería de A-

muay, en Las Piedras, Estado Falcón.

Los 67 tanqueros de la Creole, que tie­

nen su base en el Lago de Maracaibo,

originan, una constante y gran deman­

da de los productos que entran en

Maracaibo, en camiones.

El personal de compras de la Creole,

la mitad del cual está en Maracaibo y

la otra mitad en Caracas, sigue las

operaciones de los fabricantes loca­

les y mantiene informada a la compa­

ñía sobre los productos disponibles.

Cuando un producto es un sustituto

aceptable para un artículo sim ilar im ­

portado y puede adquirirse sobre una

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formase en escritorios para la Creóle. Esta es otra .industria que las compañías petroleras han estimulado.

CEDRO, CAOBA Y APAMATE de los llanos se curan a sol y lluvia antes de que una mueblería caraqueña los trans-

base económica comparable, el agen­te es autorizado a comprarlo.

El creciente volumen de las compras

locales de la Creole es un signo salu­

dable, pues los factores de la oferta y la demanda tratan normalmente de

equilibrarse dentro del menor radio

posible. Hemos visto que el creci­

miento y madurez de algunas de las

industrias más solventes de Venezuela

se ha debido a la reacción local a los

mercados creados por la industria pe­

trolera. Este hecho convierte a Vene­

zuela en un notable ejemplo de cómo

al lado de un aliento prolongado y efi­

caz del Gobierno a la industrialización

nacional, la propia industria privada

tiende por si misma a estimular y ro­bustecer otras industrias.

Es claro que las ventajas inheren­

tes al desarrollo local de los artículos

de consumo por las compañías petro­leras se ha extendido desde hace mu­

cho, más allá de la industria que d i­recta o indirectamente nutrió su des­

arrollo. Tanto si se trata de sacos de

cemento como de mobifiario de ofici­

nas o verduras frescas, su produción

en el país significa precios más bajos,

mayores disponibilidades, y, en gene­

ral, condiciones más favorables para

los negocios. Otras industrias, los pro­

yectos de obras públicas, las clases o-

breras e incluso los ciudadanos parti­

culares participan en la creciente pros­

peridad de Venezuela, con la que no es accidental que coincida la apari­ción cada vez más frecuente en las

compras de la Creole (uno entre mu­chos consumidores) de productos que llevan la marca pequeña, pero signi­ficativa: “Hecho en Venezuela”.

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B I C Y C L E R A C EPost

(post)l’oste.Pum p

(pomp)Itomha

< "-a p< cap) Corra

Wheel(ju il)HuedaRunner (róner)

Corredor

Handle Par (jándel bar)

Timón

Seat i s it)

Asiento

Chain(chéin)Cadena

Hook (Juo)

Hor<|tiil hi

This is an aspect of the last bicycle race held in this city not long ago.

(dhis is an aspect ov dhi last M iciquel réis jeld in dhis siti not long egó)

Este es un aspecto de la últim a carrera de bicicleta reali­zada en esta ciudad no hace mucho.

In the streets through which they passed the onlookers were very excited.

(in dhi strits zrú jnich dhéi past dhi ónluquers uér veri eesáited t.

En las calles por las cuales pasaban los espectadores es­taban niuv excitados

The racers are just turning rapidly around a corner, (dhi reisers ar yost tórning rapid I i aráund éi córner)Los corredores están justamente cruzando con rapidez

una esquina.★

The people at the fin ish line are applauding the winner, (dhi pipel at dhi finish lá in ar aplóding dhi uiner) l.¿» concurrencia en la meta está aplaudiendo al ganador.

' *

A(éi dog . . . ................ .................. ..... .............................................Un perro está ladrando a uno de los participantes en la

carrera.

^ dog is barking at one of the participants in the race, 'éi dog is bârquing at usin ov dhi partisipants in dhi réis)

Another cyclist has lost control of his machine and seems to be flying in the air.

(andidher saiclist jas lost control ov jis mashfn and sims tu hi flaiing in dhi ¿ar)

Otro rIclistu ha perdido el control de su maquina y pa. reee estar volando en el aire

A stone in the street has caused this m ishap to the runner, (éi stóun in dhi strit jas cósd dhis m isjap tu dhi róner) Una piedra en la calle ha causado este accidente «1

corredor.

The photographers are faking pictures for the newspapers, (dhi fotógrafers ar téiquing picshurs for dh i niúspéipers) Los fotógrafos están tomando fotografías para los perió­

dicos.★

The fruitseller is acting as if he were one of the racers, (dhi frútséler is acting as if j i uér uán ov dh i reisers) El vendedor de frutas está actuando como si él fuera

uno de los corredores.

The back tire of one of the machines has blown out and they are trying to fix it as soon as possible.

(dhi bac táier ov uán ov dhi mashins jas b lóun áut and dhéi ar tráiing tu fies it as sun as pósibel)

La tripa trasera de una de las máquinas ha estallado y están tratando de arreglarla tan pronto como sea posible.

The icecream vendor serves his wares in little paper cups. !dh¡ áiscrím vénder servs jis uérs in litel péiper cops)El vendedor de helados sirve su mercancía en pequeñas

tazas de papel.

A pickpocket is taking advantage to pick a lady’s purse, (éi píepóquet is téiquing advántadch tu pic éi lédis pors) Un ratero está aprovechándose para robar la cartera de

una señora.

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EVITE A l'1' „ T »R EPO S O

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EL M E J ö R O E P TÖmarina

e l Wé s AWTE-PASApOR E C A V E R S ETOTAL

n K fJS ft PR-PIÖ VTIt.ES

f N EL

Gracias a un sistema científico de instrucción,

propaganda y útiles de seguridad, los trabajadores

petroleros de Amuay lograron en 1948 un abultado

record de no accidentes. Técnicos especializados,

avisos en fábricas, oficinas y carreteras, tableros

diversos, guantes, cascos, anteojos, salvavidas,

botas de goma, etc., permiten a la Creóle hacer

efectivo el lema t(Rendir m ás con m ínimo de riesgo1

CIRCULACION 5 0 .0 0 0 E JE M P LA R E S