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EL ROSACRUZ
Publicada, impresa y distribuida trimestralmente por AMORC GLH, A. C., Camino a los Naranjos No. 102, Col. San Pedro de los Hernández, C.P. 37280, León, Guanajuato, México.
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No. 374 Volumen trimestral Abril - Mayo - Junio 2019
Fecha de impresión:20 de Marzo de 2019 facebook.com/amorc.glh
Ejemplar c/u: US $ 15.00
®Director: José Francisco Botello
índice
La noche Oscura del AlmaFrater José Botello
Testimonios del Alma Frater Dr. H. Spencer Lewis
El valor Estético de la VidaFrater Ralph M. Lewis
La Armonización Cósmica Frater Christian Bernard
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LA NOCHE OSCURA DEL ALMA
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La noche oscura es el título de un poema escrito mientras el fraile Juan de la Cruz fue aprisionado por sus hermanos Carmelitas, que se oponían a sus reformas en la Orden. El poema narra el viaje del alma desde su casa corporal hasta su unión con Dios. Este viaje ocurre durante la noche, que representa las dificultades que el alma afronta en viajar desde el mundo profano y llegar a la luz de la unión con el Creador. Este viaje se puede ver como la experiencia dolorosa que la gente soporta cuando procura crecer en madurez espiritual y unión con Dios.
LA NOCHE OSCURA DEL ALMA
José Botello, F.R.C.
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El poema se divide en dos partes o libros que reflejan las dos fases de la noche oscura. La primera es una purificación de los sentidos. La segunda y más intensa de las etapas, es la de la purificación del espíritu, que es la menos común de las dos. Veamos la vida de este religioso católico y poeta místico del renacimiento español, que fue además un reformador de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús, su amiga y compañera de viaje espiritual.
En el sendero de la espiritualidad, para muchos
l a evo luc ión se desa r ro l l a satisfactoriamente y va adquiriendo una visión más amplia y una mejor apreciación de los preceptos místicos de la enseñanza espiritual. Cuando entonces, de repente sucede como si la vida cayera en un abismo y todo se convierte en desaliento y los esfuerzos no importan ya que lo que se trate de llevar a cabo, resulta negativo, como por un poder invisible que no podemos comprender. Se realizan proyectos, pero esos planes nunca ven la Luz. Todos los beneficios esperados, en verdad, no serán nada más que fracasos, como resultado de tales acontecimientos nos sentimos tentados a abandonar todos nuestros ideales y los motivos puros y
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sinceros que nos trajeron al sendero espiritual. Nos sentimos impulsados a dejar el sendero y a cambiar todo el modo de vida que antes nos satisfacía y nos preguntamos: “¿Que he hecho yo para merecer esas desgracias?”
Esta experiencia espiritual se conoce como la Noche Oscura del Alma. Durante ese período de tribulaciones, el alma pasa a través de un período que viene a ser como un Purgatorio o Infierno de desencantos y de infortunios, convirtiéndose en nuestra época más negra de nuestras vidas, en cuanto a nuestros asuntos personales c o n c i e r n e . E s distinta de los t r a b a j o s y v i c i s i t u d e s usualmente
experimentados en nuestra vida diaria. Los antiguos Esenios fueron
los primeros en designar este período de tinieblas con el nombre de “La Noche Oscura del Alma”. Los primeros teólogos cristianos, o padres de la iglesia, se referían a él como la “aridez mística” o simplemente “La Noche Oscura.” Querían decir que era un período de desolación de la consciencia interna. Los alquimistas llamaban esa experiencia “La Noche Negra de la Materia.” En efecto, precede al
amanecer de la iniciación personal interna, al igual que la noche
precede a los primeros rayos de luz del sol naciente, cada
amanecer.
San Juan de la Cruz, cuyo nombre era Juan
de Yepes Álvarez. Nació en 1542 en
el municipio de F o n t i v e r o s ,
Á v i l a , E s p a ñ a ,
h i j o d e u n a
familia de conversos (descendientes de judíos conversos al cristianismo),
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de un tejedor toledano de buratos llamado Gonzalo de Yepes y de Catalina Álvarez. Tenía dos hermanos mayores. Francisco y Luis. El padre de Juan murió cuando él solo tenía cuatro años de edad dejando a la familia en una situación muy difícil financieramente. Su hermano Luis murió por mala alimentación cuando solo tenía seis años. Su madre Catalina y los dos hijos restantes, Francisco y Juan, sufrieron una extremada pobreza por lo que se vieron obligados a trasladarse primero a Arévalo
donde vivieron durante cuatro años, y luego en 1551 se mudan a Medina del Campo. Debido a estas penalidades pasadas resultó que Juan fuera un hombre de escasa corpulencia, bastante bajo de estatura, tanto que Santa Teresa de
Jesús lo llamara “mi medio fraile”.
La fortuna emocional y económica, que les reportó el matrimonio de su hermano mayor con Ana Izquierdo, consiguió que se establecieran en Medina del Campo definitivamente. Juan, gracias a su condición de pobre de solemnidad, pudo asistir al Colegio de los Niños de la Doctrina Católica, privilegio que le obliga a realizar ciertas contraprestaciones, como asistir en el convento, ayudar en la misa, en los oficios caseros, el
acompañamiento a entierros y la práctica de pedir limosna en las calles. La mínima formación r e c i b i d a e n e l colegio le capacitó p a r a c o n t i n u a r su formación en el recién creado (1551) Colegio de los jesuitas que le dio una sólida base en Humanidades. C o m o a l u m n o e x t e r n o y a t i e m p o p a r c i a l ,
debía compaginar sus estudios con un trabajo de asistencia en el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción de Medina del Campo, especializándose, en la curación y tratamiento de enfermedades venéreas.
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Entre 1559 y 1563, estudia con los jesuitas; durante los primeros tres años, recibe la formación según la novedosa “Radio Studiorum”, en la que el latín era la base de todo el currículo; en el cuarto año, aparte de recibir instrucción retórica, aprende a escribir en latín, a construir versos en este idioma y a traducir a Cicerón, Julio Cesar, Virgilio, Ovidio, Marcial y Horacio. Simultáneamente, conoce las nuevas corrientes del humanismo cristiano, con estilo y una renovación de la pedagogía.
La primera identificación de Juan como fraile fue a los veintiún años (1533), bajo el nombre de Juan
de San Matías, cuando es aceptado en el “Convento de los Padres Carmelitas de Medina del Campo”, de la Orden de los Carmelitas. Al finalizar su noviciado entre 1563 y 1564 en el Convento, se traslada a Salamanca donde estudia en el Colegio de San Andrés de los Cármanes entre 1564 y 1567 para obtener el título de bachiller en artes.
En 1567 es ordenado presbítero y celebra su primera misa en presencia de su hermano, el resto de su familia y sus amigos del convento donde conoce a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura santa Teresa de Jesús, que había llegado
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a la ciudad para fundar una nueva sede de su “Reforma Carmelita”, los llamados carmelitas descalzos. Teresa convence a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden, que tropezó con una gran hostilidad por parte de los carmelitas descalzos.
En agosto de 1568 abandona Salamanca para acompañar a Teresa en su fundación femenina de Valladolid. El 28 de noviembre de 1568 funda en Duruelo (Ávila) el primer convento de la rama masculina d e l C a r m e l o Descalzo, durante l a c e r e m o n i a cambia su nombre por el de fray Juan de la Cruz. Juan se convierte en uno de los principales formadores para los nuevos adeptos a esta reforma carmelitana. La nueva regla buscó retornar a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza, como la de los primeros eremitas del Monte Carmelo, que seguían el ejemplo del profeta Elías.
En 1572 viaja, invitado por Teresa de Jesús, al Convento de la Encarnación en Ávila, donde asumirá las tareas de vicario y confesor de las monjas. Permanecerá aquí hasta finales de 1577, por lo que acompañará a la madre Teresa a la fundación de diversos conventos
de descalzas, como el de Segovia. Durante este periodo, en el seno de la Orden del Carmelo, se agravan los conflictos jurisdiccionales entre los carmelitas calzados y descalzos, por distintos enfoques espirituales de la reforma; y también en la confrontación entre el poder real y el pontificio por dominar el sector de las órdenes religiosas. Así, en 1575, el Capítulo General de los Carmelitas decidió enviar un
visitador de la Orden para suprimir los conventos fundados s in l i cenc ia de l General y de recluir a la madre Teresa en un convento. Finalmente, en 1580 el Carmelo Descalzo
se erige en Provincia exenta y en 1588 es reconocida como Orden.
Es en este contexto en el que se produce el encarcelamiento de Juan de la Cruz, quien ya en 1575 había sido detenido y encarcelado en Medina del Campo durante unos días por los frailes calzados. La noche del 3 de diciembre de 1577 Juan de la Cruz es nuevamente apresado y trasladado al convento de frailes carmelitas de Toledo, donde es obligado a comparecer ante un tribunal de frailes calzados para retractarse de la Reforma teresiana. Ante su negativa, es recluido en una prisión conventual durante
...Juan se convierte en uno de los principales formadores para los
nuevos adeptos a esta reforma carmelitana...
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ocho meses. Durante este periodo de reclusión escribe las treinta y una primeras estrofas del “Cantico Espiritual”, varios romances y el poema de la fonte, y los cuales canta en su estrecha reclusión para consolarse.
Los sacerdotes encargados del encarcelamiento comenzaron a castigar lo que ellos juzgaban como desobediencia de su Descalzo preso, por lo que fue confinado a una estrecha cárcel de seis pies de ancho y diez pies de largo, sin ventana
alguna ni otro respiradero solo un pequeño orificio en lo alto de una de las paredes de aproximadamente tres dedos de ancho, por donde entraba una escasa luz, que para rezar del Breviario era necesario se subiera en un banquillo y esperara a que le llegara un rayo de luz solar. Le dieron por cama unas tablas rusticas y dos mantillas viejas.
En la puerta de la celda pusieron un candado para que nadie pudiese verle ni tratarle, sino únicamente por el carcelero.
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Cada noche y después de la común reflexión de los religiosos, le daban toda una disciplina, que llamaban “circular”, en que toda la rueda de la comunidad concurre al suplicio, dándole cada uno un azote, conforme a la disposición del Prelado siendo el castigo más grave y de mayor infamia que había en la republica religiosa de aquellos tiempos. Esta disciplina se le daba al principio de su aprisionamiento cada noche, después de algún tiempo, tres veces por semana y más adelante solo los viernes.
Sus compañeros , los sacerdotes carmelitas descalzos testificaron posteriormente, las cicatrices de los azotes, del diario
castigo y que después de muchos años aun duraban en las adoloridas
espaldas del paciente. No siendo suficiente los azotes también fue castigado con la comida. Le ordenaban comer durante los días de azote en el Refectorio, pan y agua en el suelo mientras en su celda era un poco de pan y alguna sardina o algo que sobrara del Refectorio. En cuanto a la ropa solo se le permitía un hábito viejo para cubrirse del frio, con una túnica interior de lana que traía puesta cuando lo aprendieron, por lo cual le crio una inmundicia de gusanos, que según él fue lo que más le afligió en aquella cárcel.
Tras tomar consciencia de que su liberación iba a ser difícil, planea detenidamente su fuga en la
madrugada del 15 de agosto de 1578 después de conocer que él quería
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celebrar misa en honor de la Virgen, y lo comunica días antes, a lo cual su Superior le responde “Jamás en mis días”. Para mayor seguridad, las monjas lo envían al Hospital de Santa Cruz, en el que estuvo mes y medio
Tras un nuevo enfrentamiento doctrinal en 1590, es destituido en 1591 de todos sus cargos, y queda como simple súbdito de la comunidad. En su viaje de regreso a Segovia, cae e n f e r m o d e g r a v e d a d y después de dos meses y medio c r e c i é n d o l e el mal, llegó la víspera de l a P u r í s i m a Concepción, un siete de diciembre, día sábado y recibiendo un mensaje místico de la misma Virgen que moriría en ocho días, el próximo sábado. El médico lo encontró en tan delicado estado de salud que recomendó le hicieran sus últimos ritos. A las nuevas que le dio el médico, respondió muy alegre con un verso del salmo 121: “laetatus sum in his, quae dicta sunt mihi: in domun Domini ibimus disfrutemos de todas las cosas que me dicen. Vamos a la casa del señor.” Y añadió “Ya con
la buena nueva nada me duele. ¡Tan buena es la de la muerte para el justo! “Llegado el jueves, pidió le trajeran el santísimo sacramento, el cual recibió con gran reverencia, devoción y ternura a la misma hora que le había sido decretado. Sus compañeros deseosos de quedar con alguna prenda suya para tenerla como reliquia, le pidieron que les repartiera sus alhajas, que eran el hábito, el rosario, el breviario y la
correa.
A lo cual respondió, yo soy muy pobre y no tengo cosa alguna, todo lo que tengo es de mi Prelado pídanselo a él . El viernes 13 de dic iembre , d ía de Santa Lucia,
preguntó qué día era y como le respondieron que era viernes, no preguntó más el día sino muy a menudo por la hora. A la cinco de la tarde recibió la Extremaunción con gran ternura. A las nueve habiendo preguntado y sabiendo que hora era, dijo “aún me quedan tres horas”.
A las once y media de la noche pidió le llamaran a los religiosos y pidió le leyeran del libro de los cantares del cual él era muy devoto. Eran ya muy cerca de las doce volviendo a
...Disfrutemos de todas las cosas que me dicen,
vamos a la casa del señor. Y añadió “Ya con la buena nueva nada me duele ¡Tan buena es la Muerte para el justo!...
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sosegarse y estando en profunda quietud, le rodeó un globo de luz muy resplandeciente y hermoso, cuya claridad ofuscaba las más de veinte luces que ardían en la celda. En medio de esta gran llama, pasó blanda y amorosamente por los ojos de todos los presentes, como despidiéndose de ellos y dijo: “Al cielo m e voy” y llevando sus labios a los pies del crucifijo dijo
“ I n m a n u s tuas, Domine, c o m m e n d o spiritum meum” con lo que espiró el día sábado, el mismo día y hora que él había dicho, era el 14 de diciembre de 1591 a sus cuarenta y nueve años de edad y veintiocho años de religioso.
Inmediatamente tras la muerte del místico carmelita descalzo, doctor de la iglesia, su cuerpo es despojado y se inician los pleitos por la posesión de sus restos. En 1593, sus restos mutilados, se trasladan clandestinamente a Segovia, en cuyo Convento de los
Carmelitas Descalzos. Reposan actualmente. Fue beatificado en 1675 por Clemente X y
canonizado por
Benedicto XIII en 1726.
Posteriormente, en 1926, Pio XI lo proclama “Doctor de la Iglesia Universal”. Desde 1927, los restos del cuerpo incorrupto del santo descansan en un mausoleo erigido en una capilla del segoviano Convento de los Carmelitas Descalzos.
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La Noche Oscura del Alma
(Versos de San Juan de la Cruz)
Paz profunda
En una noche oscura,con ansias en amores inflamada,¡oh dichosa ventura!,salí sin ser notada,Estando ya mi casa sosegada.A oscuras y segurapor la secreta escala, disfrazada,¡oh dichosa ventura!,a oscuras y en celada,Estando ya mi casa sosegada.En la noche dichosa,en secreto, que nadie me veíani yo miraba cosa,sin otra luz y guíaSino la que en el corazón ardía.Aquésta me guiabamás cierto que la luz del mediodía,adonde me esperabaquien yo bien me sabía,En parte donde nadie parecía.¡Oh noche, que guiaste;oh noche amable más que el alborada;oh noche que juntaste Amado con amada,
Amada, con el Amado transformada!En mi pecho florido,que entero para él solo se guardaba,allí quedó dormido,y yo le regalabaY el ventalle de cedros aire daba.El aire del almena,cuando yo sus cabellos esparcía,con su mano serenaen mi cuello heríay todos mis sentidos suspendía.Quédeme y olvídeme,el rostro recliné sobre el amado;cesó todo y déjeme,dejando mi cuidadoEntre las azucenas olvidado.
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Comité de Ayuda Espiritual
El Comité de Ayuda Espiritual de la Gran Logia AMORC Jurisdicción de Habla Hispana para las Américas, imparte ayuda metafísica desde el Gran Templo, de lunes a viernes a las 12:00 hrs. tiempo central de México (11:00 hrs. A.M. tiempo astronómico), a través de un grupo de miembros locales que trabajan en esta humanitaria labor, siguiendo las instrucciones indicadas por el Imperator para todas las Grandes Logias de la Orden.
Los miembros estudiantes de AMORC visitantes en la sede de esta Gran Logia, pueden unirse y participar en dicho Comité, siempre que acrediten su afiliación activa. Quienes deseen hacerlo así desde otras localidades, pueden unirse al Comité de Ayuda Espiritual, a cualquier hora del día, desde sus lugares de residencia, integrándose así a este noble trabajo a través del Consejo del Silencio.
Edificio Administrativo de la Gran Logia AMORC (GLH) León, Gto., México.
TESTIMONIOS
DE ALMA
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TESTIMONIOS
DE ALMA
Dr. H Spencer Lewis, F.R.C.
En la vida de toda persona, el ser externo constituye un testimonio del alma en aquellos momentos en que piensa y actúa bajo el impulso de la inspiración. Los ojos pueden ser ventanas a través de las cuales podemos vislumbrar en determinados momentos una imagen del ser interno, y los labios pueden ser embajadores del subconsciente, prefiriendo doradas frases de sabiduría cuando el impulso interno es más fuerte que la parte material del hombre, pero en los pensamientos y acciones del ser externo el individuo
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puede descubrir las pruebas más verídicas dando los testimonios más dignos de confianza en relación con el alma y su desarrollo.
El hombre se inclina a mirar hacia el pasado y en su mirada retrospectiva descubrir aureolas y glorias, victorias y palmas que robustecen su vanidad. Al tornar nuestra vista hacia adelante, sin embargo, contemplando el vasto futuro ante nosotros, y explorando el horizonte a distancia, para obtener algún signo que indique cuál habrá de ser la finalidad última en la evolución del hombre, poco en
v e r d a d e n c u e n t r a c a d a u n o de nosotros para respaldar su vanidad o su pos ic ión glorificada.
Polvo glorificado
U n o d e n u e s t r o s colaboradores del Rosicrucian Digest expresó bellamente una vez la verdadera posición del hombre en su relación con las cosas del mundo. Llamó al hombre polvo glorificado. En último análisis, todo lo que hay en el hombre material es lo que ha ascendido de los elementos terrenales, mientras que dentro de su cuerpo hecho del polvo de la tierra existe algo que ha descendido de las sublimes alturas del reino de Dios.
Cuando el ser físico trata, en su vanidad, de glorificar su existencia no puede ascender más allá del dominio de los elementos q u e lo componen y
nunca es m á s
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que polvo glorificado. Es tan só1o cuando este ser externo da testimonio de la bondad y la grandeza del ser interno que se le da al verdadero ser motivo u oportunidad para que se le glorifique en justicia y en verdad.
En el principio el hombre fue hecho del polvo de la tierra y todos los siglos y ciclos de la vida no han alterado un ápice la pura naturaleza terrena de la existencia del hombre. El tiempo ha ofrecido al esfuerzo personal del hombre oportunidad para pulir y refinar su cuerpo físico y su naturaleza mundana, pero los cambios logrados en este sentido son de tan poca importancia y tan difíciles de percibir en el esquema de la evolución, que el hombre puede considerarse aun a sí mismo como en las etapas más bajas de la forma más elemental de evolución.
Cualquier grado de maes t r ía que el hombre a lcance , es t a n s ó l o u n a fracción del grado de maest r ía que eventualmente puede adquirir. Cualquier demostración de perfección que pueda hacer ahora en su naturaleza mundana es sólo una modificación
muy simple de sus cualidades originales. El hombre desconoce aun lo que llegará a ser y por lo tanto, no puede concebir las posibilidades mayores que existen ante él.
Vanidad
Lord Bulwer Lyt ton , eminente Rosacruz, escribió una vez, “La persona más fácil de engañar es nuestro propio ser.” El hombre se ha engañado a sí mismo al creer que es un dios en el universo y sin duda alguna un dios de la tierra. Al revisar su evolución en el pasado, encuentra gloriosa la idea de que ha alcanzado un
a l t o grado de
perfección y c a s i el último en la
escala de evolución.
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El hombre contempla sus logros con orgullo y satisfacción de sí mismo. Se siente satisfecho de sus habilidades y de su gran poder mental. Admitirá francamente tan sólo algunas debilidades y errores ocasionales. Mira allende los mares a aquellos que caminan en la verdad, pero que están un poco más abajo que él en evolución y se imagina que existen grandes abismos entre ellos y él.
Ve a sus hijos como personas que solo requieren el desarrollo de algunos puntos de perfección para hacerse un poco más grandes que é l , y , p o r consiguiente, la representación última de la imagen viviente de Dios. Con tales puntos de vista, el hombre revela el ser interno como muy falto de evolución y así da testimonio de la triste condición del alma.
También recordamos la verdad expresada por Lowell en sus palabras: “Lo que los hombres llaman tesoro y los Dioses llaman escoria.” En el hombre hay más escoria que refinamiento. Está dominado más por los instintos animales primitivos
aún sin refinar que por las altas y sublimes inspiraciones que ansían manifestarse a través de su alma.
E l s e r i n t e rno como representante de Dios y como imagen viviente suya, está siempre tratando de llevar al ser externo adelante, hacia mayores alturas, por lo que siempre hay lucha interna y externamente. Walt Whitman expresó esta idea en su “Canción del
Universo,” que dice:
En esta inmensa t i e r r a nues t r a , d e n t r o d e l a i n m e n s u r a b l e e s c o r i a y l a r u d e z a , Vi v e y se nutre, oculta y segura en sus entrañas, la semilla
de la perfección.
En el alma del hombre reside todo lo que el hombre necesita para convertirse en la imagen viva de Dios, y el perfecto ser que Dios quiso que él fuera. Pero jamás ningún prisionero encerrado en los calabozos de los tiempos de la Inquisición, ni confinado en alguna Torre Blanca (cárcel de la Torre de Londres), tuvo prisión igual a la reclusión a que está obligada el alma del hombre por la ignorancia y la vanidad del ser externo. La intuición
...“Lo que los hombres llaman tesoro y los Dioses
llaman escoria.” En el hombre hay más escoria
que refinamiento...
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y la inspiración, sutiles impulsos del ser interno y su tenue voz han sido suprimidos, negados y silenciados.
Al razonamiento irreal y falsamente educado del ser externo se le concede una posición de proeza y poder que es inmerecida e injustificada. Sólo cuando el ser externo se convierte en servidor o discípulo del maestro interno, puede empezar realmente la evolución y efectuarse el verdadero progreso en el Sendero.
E s t a n s ó l o c u a n d o orientamos el ser externo hacia la realización y comprensión de su verdadera posición en el Universo y su verdadera relación con el alma que lleva en su interior, que puede
éste presentarse como un testimonio real, merecedor de confianza. Es por esto que los que alcanzan una verdadera comprensión de las cosas buscan mayor iluminación y dirección en el desarrollo del ser interno y en ejercitar y enseñar al ser externo. En esta forma el hombre se convierte verdaderamente en un alma viviente y va adelantando en el Sendero que conduce a la perfección.
El camino hacia la grandeza
Muchos están unidos en esta gran labor, constituyendo una fraternidad universal, libres de las limitaciones y restricciones de la vida física y material, y unidos por la esencia divina en la paternidad
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de Dios que hace a los hombres iguales en todo respecto, excepto en la que se refiere a sus debilidades personales y a las cualidades que aún tengan por desarrollar y por hacer evolucionar.
Es, por la tanto, más fácil para los hombres distinguirse unos a otros por sus debilidades que por sus grandezas y en esto no deberían encontrar base para la vanidad ni para la gloria mundana.
Sólo cuando escalamos la cima de la montaña es que nos damos cuenta de nuestra pequeñez en el Universo. Con esta realización de pequeñez viene al hombre el mayor acercamiento a la grandeza que pueda jamás encontrar, pues, en el mismo grado en que su existencia física sea destronada en su falsa posición de grandeza, el ser interno también se ensanchará y alcanzará el debido entonamiento con la verdadera superalma, que es tan grande y tan extensa como el universo mismo.
EL VALOR ESTÉTICO
DE LA VIDA
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EL VALOR ESTÉTICO
DE LA VIDA
Ralph M. Lewis, F.R.C.
Para todo ser humano, las experiencias de la vida caen dentro de tres grandes categorías. La primera es la biológica. Esta consiste de nuestros instintos y apetitos, incluyendo nuestras características genéticas heredadas. La categoría biológica de la vida es principalmente compulsiva en su influencia sobre nosotros. No podemos suprimir completamente nuestros
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apetitos e instintos sin tener efectos desastrosos en nuestro ser físico y mental.
P o d e m o s t r a t a r d e comprender estas funciones biológicas y con ello refrenarlas. Podemos luchar para ser el maestro de nuestras fuerzas vitales en vez de ser manejados por ellas. El hombre debe observar el lado biológico de la vida como una tremenda fuerza dinámica. A este respecto es un fenómeno cósmico maravilloso, perfecto y misterioso. Pero una fuerza dinámica debe tener un propósito o su energía se
d e s p e r d i c i a r á . Nuestra responsabilidad es fijar metas.
Con r e l ac ión a e s to
podemos usar la analogía de la llama de la vela. Las propiedades químicas de la vela y del aire mantienen la llama ardiendo. Pero, ¿por qué debería encenderse una vela? ¿Por qué debería seguir ardiendo la llama? Nosotros somos los que debemos relacionar un propósito con la función de tales leyes naturales. Encendemos la vela por razones simbólicas o prácticas. Sin embargo, si fuéramos a encender una vela y permitiéramos que ardiera sin propósito alguno, sería una
pérdida de material y energía. I g u a l m e n t e ,
d e b e m o s considerar la
naturaleza
b i o l ó g i c a de nuestro ser y
asignarle un propósito.
La segunda categoría en la cual recaen nuestras experiencias de
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la vida, es la sociológica. Usamos este término para indicar nuestras relaciones humanas. No vivimos solos, somos parte de una gran familia humana. La gran mayoría de nosotros no puede escapar a un lugar aislado o separado ni lo quisiéramos. Por lo tanto, existe una imposición sobre nosotros, ciertos deberes y responsabilidades respecto a nuestros semejantes. A su vez, necesitamos y exigimos cierta reciprocidad de parte de nuestros congéneres.
Esta categoría sociológica de la vida no es una compulsión de la naturaleza, más bien es algo que nosotros ideamos principalmente. Sin embargo, la forma u orden
que le damos a nuestra sociedad se debe a dos influencias principales. La primera es el ambiente. Las condiciones climáticas determinan
g randemente los háb i tos y costumbres de la vida. Por ejemplo, los habitantes prehistóricos de algún lago alpino se enfrentaron a condiciones muy diferentes de aquéllas experimentadas por los nómadas del desierto. El clima templado del valle del Nilo favoreció al surgimiento de la civilización mucho antes que lo hiciera el clima glacial de Europa.
H a s t a l a u b i c a c i ó n geográfica influye en el tipo de gobierno que el hombre establece para su sociedad. Por ejemplo, Grecia es una tierra dividida por muchas bahías y ensenadas, que con frecuencia están separadas la una d e la otra por elevadas
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montañas. Los mares limítrofes tienen muchas islas. De este modo, los antiguos poblados griegos estuvieron más o menos aislados unos de los otros. En estos alrededores los griegos cultivaron un espíritu de independencia y confianza en sí mismos. Esto a la vez inculcó un fervor de libertad por parte de cada una de estas comunidades. De aquí salió la primera forma de democracia.
La categoría sociológica de vida es también un resultado de los ideales que los hombres persiguen. C o m o l o s
h o m b r e s piensen, así vivirán. Si el fervor de un ideal es lo suficientemente fuerte, vencerá todo obstáculo. Un ideal que captura la imaginación de un pueblo, con el t i e m p o l o m u e v e a una acción
colectiva. Este idealismo visto como una motivación, ha sido demostrado con frecuencia en la religión, la política y las costumbres sociales. No obstante, no todos los ideales han sido beneficiosos para nuestra categoría sociológica de la vida.
Un ideal es algo a lo que el hombre aspira. No todos los ideales son justos, algunos pueden ser impulsados por el miedo, la superstición o la intolerancia. Se ha instituido mucha persecución
religiosa por un concepto erróneo, un ideal
incorrecto. En n u e s t r a
c a t e g o r í a sociológica de la vida
todos hemos conocido ideales previos que han
sido modificados o abolidos. Hoy en día tenemos
ideales políticos q u e
d iv iden a l
mundo y
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cada uno de ellos tiene millones de seguidores. Por lo tanto, esta categoría sociológica de la vida que experimentamos es principalmente nuestra propia obra.
La tercera categoría de la vida que experimentamos es la estética. Es el orden más elevado de la vida, al extraer de ésta su más grande valor. Este valor de la vida, es ta cual idad de la estética, es la belleza. ¿Qué es es ta belleza y cómo la reconocemos? ¿Se hereda el sentido estético o lo adquirimos y lo desarrollamos? T o d o l o g r o magnífico del hombre en cual quiera aspecto de su esfuerzo ha estado apoyado por un impulso estético.
¿Transmitimos la idea de belleza a todas las cosas de nuestro mundo a las cuales llamamos hermosas o las cosas despiertan dentro de nosotros la conciencia de la belleza? Estas son preguntas que los filósofos han estado considerando por siglos. La ciencia moderna en el campo de la psicología ha asumido igualmente la búsqueda de una
respuesta a estas preguntas.
Parece apropiado mencionar brevemente estas especulaciones y conclusiones antiguas y nuevas. Sócrates dijo que el amor es un mediador entre Dios y el hombre. Es la aspiración de lo incompleto hacia aquello que lo completará. Sócrates dice que el amor avanza paso a paso. Primero, existe el amor del cuerpo,
la belleza física. Luego sigue la be l l eza de l a mente y el alma. F i n a l m e n t e , existe la belleza en s í mi sma , a b s o l u t a , separada, simple, eterna.
Platón nos dice que la alegría de la be l l eza es la imitación
de la idea del bien. Esta idea está en armonía con el bien que concebimos. Poniéndolo de una manera simple, existen ciertos valores que concebimos como buenos. Entonces, lo hermoso es aquello que representa o está en armonía con las ideas del bien.
Emmanuel Kant dijo que lo hermoso tiene un carácter a priori. En otras palabras, la noción de lo hermoso es innata; es una
...El valor de la vida, esta cualidad de la estética, es la belleza. ¿Qué es esta belleza y cómo
la reconocemos? ¿Se hereda el sentido estético
o lo adquirimos y lo desarrollamos? ...
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cualidad que reside en el hombre. La forma que nos encanta tiene una relación externa con esta cualidad de belleza interna a priori que tenemos. No obstante, este sentido de belleza interno es amorfo. En consecuencia, no puede haber belleza que sea universalmente reconocida por todos los hombres. Expresado en forma simple, la plenitud de la belleza surge en conexión con los objetos que se relacionan armoniosamente con nuestra sensibilidad personal.
Jorge Santayana,un filósofo moderno, dijo que la estética es un placer objetivado. Quiso decir que ésta es una forma de empatía. En otras palabras, proyectamos nuestros sentimientos de placer a lgún objeto.
H e m o s considerado la noción filosófica de la estética. En realidad, los otros diferentes puntos de vista filosóficos son principalmente una narración distinta de las mismas ideas o similares. Ahora consideraremos
un concepto científico de la estética y la belleza. Se sostiene que enfocamos el arte de acuerdo a las necesidades, habilidades y capacidades del organismo humano. Más específicamente, lo que necesitamos crea un deseo de nuestra parte.
Cualquier cosa que satisfaga ese deseo tiene una cualidad de belleza para nosotros. En otras palabras, cualquier cosa que sea agradable es una especie de belleza, si por ésta damos a entender aquello que es armonioso. Un sonido, un color o una forma pueden ser hermosos. Aún un sabor o un sentimiento pueden ser hermosos desde el punto de vista del placer.
La psicología estudió más profundamente
e l asunto de s i l a b e l l e z a e s t o t a l m e n t e s u b j e t i v a , e s decir, residente
o r e l a c i o n a d a en par te con las
propiedades físicas del objeto al que consideramos bello. En un estudio científico, 4556 estudiantes universitarios fueron sometidos a un examen. Se descubrió que sus preferencias en colores estaban en este orden: azul, rojo, violeta, verde y anaranjado. Este orden de preferencia se encontró entre
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estudiantes de diferentes razas y culturas.
¿Por qué? La ciencia no dio una explicación excepto de que tal preferencia estaba relacionada probablemente con el organismo humano.
Podemos suponer además que esta preferencia se debió a la relación evolutiva gradual del hombre con su medio ambiente. Los colores que se prefirieron s o n l o s q u e d e s t a c a n m á s comúnmente en los diferentes fenómenos de la naturaleza, los cuales experimentamos. Ejemplos comunes son: cielos azules, puestas de sol rojas y violetas, y follaje verde. Estos son lo que los hombres llegaron a adoptar al estar en armonía
con sus sentimientos.
Además, los exámenes han demostrado que los extrovertidos tienden a preferir colores vivos. Esto se debe quizás a la capacidad del organismo para adaptarse a los diferentes grados de estímulo. Un extrovertido es más dinámico físicamente; tiene un impulso físico mayor. En consecuencia, los colores más vivos proporcionan ese estímulo al cual él está acostumbrado.
P o r o t r o l a d o , e l introvertido responde a colores discretos. Los colores más vivos son sobre estimulantes para él; no los consideraría hermosos, sino más bien chillones o aun irritantes. Los diferentes colores producen ciertos estados de ánimo.
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Consecuentemente, algunos colores han sido juzgados como: coléricos, calmantes, melancólicos, cálidos, vivos y así sucesivamente.
N u e s t r o p r o p i o subconsciente puede producir imágenes de belleza en nuestra mente. Por lo tanto, tratamos de descubrir en la naturaleza aquellas cosas que corresponderán a estas imágenes mentales. Cuando lo hacemos, decimos que ellas son hermosas. Este comportamiento se llama técnicamente formación de imágenes hipnagógicas. Una persona con una cualidad como ésta puede cerrar los ojos y experimentar todo un mundo de actividad visual. Se dice que muchos artistas expresan estar en deuda con este mundo interno de forma y color que ellos experimentan. Ciertamente la belleza de la poesía es una objetivación de la imagen mental de belleza que el poeta tuvo.
Por lo tanto, podemos hacer nuestro mundo más hermoso o p o d e m o s limitarlo a unos cuantos t ipos de belleza física. La búsqueda de la belleza en la categoría estética de la vida empieza dentro de nosotros. C o m i e n z a c o n e l
sentido y la comprensión de la armonía interna y la sensibilidad de nuestro ser. Por lo tanto, consiste en cultivar los sentimientos más sutiles que tenemos. Cuando nos emocionamos psíquicamente en meditación por estas sensaciones más sutiles, entonces buscamos exteriorizarlas. Deseamos hacer a la materia, al mundo físico, asumir un orden, una forma que complementará nuestros sentimientos internos. Cuando hacemos esto, la categoría estética de la vida es magnífica.
Uno de los filósofos griegos citó un ejemplo de esta relación del mundo con el ser estético. Él dijo que un escultor empieza con un bloque de mármol. Entonces imprime físicamente sobre éste el ideal de belleza, la forma que ve y siente dentro de sí mismo. La estatua sólo se vuelve aparentemente bella cuando corresponde a la belleza interna del artista.
LA ARMONIZACÓN
CÓSMICA
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LA ARMONIZACÓN
CÓSMICA
La expresión “Armonización Cósmica”, bien conocida por los miembros de la A.M.O.R.C., sirve para definir el estado de consciencia que todo estudiante rosacruz debe adoptar de manera permanente y definitiva si quiere alcanzar para siempre la Paz Profunda del estado Rosacruz.
Christian Bernard, F.R.C.
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En el capítulo titulado “La Paz Profunda” se explicaba que es imposible alcanzar este estado interior si no se ha conseguido previamente la paz del cuerpo, del corazón y del alma. Pero no es posible apaciguar el cuerpo, el corazón o el alma si no se vive dentro del diapasón de la Armonía Cósmica. Para comprender correctamente en que consiste esta. Armonía Cósmica hay que analizar previamente el significado de las palabras “Armonía” y “Cósmico”.
El término “armonía”, en su sentido más amplio, sirve para designar la relación que
une elementos distintos en un todo coherentes, equilibrado y organizado. Se habla de la “armonía geométrica” que une cuatro puntos distintos en una misma recta; de la “armonía poética”, que asocia palabras en un mensaje agradable; de “la armonía de colores” basada en líneas y superficies coloreadas que producen placer al contemplarlas; de la “armonía escultórica”, donde las formas presentan una proporción equilibrada; y también, de la “armonía musical” que llega hasta nosotros como un encadenamiento melodioso de sonidos. En todos los casos, existe una relación armónica precisa que asocia puntos, palabras,
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colores, formas o notas. De lo anteriormente expuesto es fácil deducir que “La Armonía Cósmica” está basada precisamente en una relación coherente, equilibrada y organizada, entre los hombres y el Cósmico.
Sin embargo, existe una gran diferencia entre la Armonía Cósmica y todas las que acabo de enumerar, ya que al contemplar los cuadros de una exposición de pintura o al escuchar una bella interpretación musical, es posible establecer una armonía pasiva entre la belleza de lo que se ofrece y quien la recibe, es decir, no es
necesario ser pintor o músico para ser espectador de la armonía de colores o de sonidos. Pero cuándo se trata de la Armonía Cósmica la cuestión es diferente, pues a lo largo de la vida, en cada hora del día, no podernos permanecer como simples espectadores de la relación que nos une con Dios. ¿Qué hubiera pasado si los grandes maestros de la pintura o de la música se hubieran contentado con ser espectadores pasivos de las inspiraciones que llegaban hasta su consciencia? ¿Si se hubieran limitado a conservar en su mente todas las obras concebidas? Es fácil comprender cuál hubiera sido el resultado.
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La humanidad no hubiera tenido jamás la posibilidad de contemplar o de escuchar objetivamente sus obras, ni tampoco, de sentir las emociones positivas que producen en el corazón de todos.
Lo mismo ocurre con la Armonía Cósmica. No podemos c o n t e n t a r n o s c o n e s p e r a r pasivamente sus efectos positivos, lo que no quiere decir que, no
sea necesario dedicar períodos de descanso, a la auto-observación, a escucharse a uno mismo y a ser
nuestros propios espectadores, pero también hay que dedicar regularmente algún tiempo: a establecer una relación dinámica con Dios. Sólo de esta manera es posible establecer un contacto vivo con la Armonía Cósmica, que es algo bastante distinto de la armonía matemática, literaria, artística, escultural o musical. Puesto que el hombre debe hacer viva y dinámica la relación que le une con Dios,
debe tener un concepto claro de qué es el Cósmico y de la manera de armonizarse con El Definirlo,
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Cósmico es tratar de definir lo indefinible. Pero hay algo que debe ser entendido claramente y en lo que quiero insistir. Se trata de la diferencia, y al mismo tiempo, igualdad, de los conceptos Dios y Cósmico. Lo Cósmico no es Dios. Esta distinción es fundamental para experimentar la Armonía Cósmica. Desde el punto de vista Rosacruz, Dios es la energía que está en el origen de todo lo que es, mientras que el Cósmico, es esta energía en acción. Dicho de otra forma, Dios es la Fuerza U n i v e r s a l . Creadora, y lo C ó s m i c o , l a Creación visible e i n v i s i b l e . Es ta d iv is ión demuestra que c o m o s e r e s encarnados, es imposible entrar en unión con Dios, pero si con lo Cósmico. No podemos armonizarnos con la Energía Divina de la que procede toda la Creación, ya que en el plano terrenal, el hombre, incluso el más evolucionado, no puede contemplar el rostro de Dios. Por esta razón la Kábala sitúa a Dios más allá de lo que denomina “las tres vías de existencia negativa”, es decir, fuera de los límites de la comprensión
humana. Sin embargo, el hombre dispone de aquellas facultades físicas, psíquicas y espirituales que van a permitirle entrar en armonía con la Creación de Dios, tanto la visible como la invisible.
Si queremos experimentar conscientemente la Armonía Cósmica , hay que empezar es tab lec iendo una re lac ión
consciente con e s a C r e a c i ó n v i s i b l e e invisible. Esto es lo que llamamos Armonización Cósmica. Hay d o s m é t o d o s d i s t i n t o s y complementarios que pe rmi t en e f e c t u a r eficazmente esta armonización. El primero, al que podríamos
d e n o m i n a r “ A r m o n i z a c i ó n Macrocósmica, consiste en vibrar al ritmo de la Creación exterior, o sea, del Macrocosmos. El segundo método, al que vamos a llamar “Armonía Microcósmica”, consiste en entrar en consonancia con el Microcosmos que hay en nosotros. Vamos a examinar ahora con más detalle ambos métodos’ de Armonización Cósmica.
...Desde el punto de vista Rosacruz, Dios es la energía que está en el origen de todo lo que es, mientras que el
Cósmico, es esta energía en acción. Dicho de otra forma, Dios es la Fuerza
Universal ...
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Como acabo de decir, la Armonización Macrocósmica consiste en comulgar con el mundo que nos rodea. Esta forma de trabajo tiene el propósito de elevarnos, en el verdadero sentido de este término, hacia planos de consciencia superiores. Es decir, corresponde a lo que en numerosas tradiciones místicas se ha dado el nombre de. `‘Ascenso Celestial”. Para que comprenda correctamente este método, lo
mejor es que lo experimente por medio de una visualización que servirá no sólo para ilustrar este
principia, sino también, para estimular las facultades utilizadas por el alma en este tipo de expansión de consciencia. Le propongo que efectúe el siguiente ejercicio:
“Imagine que se encuentra en una inmensa playa, al borde del océano, la playa está desierta, y como siente un gran deseo de comulgar con todo lo que le rodea, se sienta frente al mar. Su alma y su corazón se regocijan ante esta
soledad mística que permite que su ser se armonice con todo lo que ve y lo que oye. Está sentado lejos
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de la orilla y sus ojos se detienen en la gran extensión de arena que le separa de las primeras olas. Mientras contempla esta vasta
extensión de arena y los millares de granos que la componen, piense en la historia de esta playa y en todos los cambios geológicos de los que ha sido testigo silencioso. ¿Cuánto tiempo han necesitado las leyes naturales para hacer de este lugar la inmensa playa que es ahora? ¿Qué cantidad de energía ha debido desplegar la Inteligencia Cósmica para ofrecer este, espectáculo al hombre? ¿Qué será de esta extensión de arena cuando hayan pasado los
siglos? ¿Qué humanidad la hollará entonces? Estas son algunas de las preguntas sin respuesta que puede plantearse y que le conducirán a una
inmensa comunión con este desierto de arena.
Mientras contempla la playa y comulga con la consciencia de todos los granos de arena que la componen, escuche el sonido de las olas, que vienen a morir a la orilla Eleve su mirada hacia la inmensidad del océano. El agua es de un color, relajante, un color que le gusta y, que ningún pintor podría reproducir en tela alguna con tanta
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pureza y vida. Al igual que millones de granos de arena. Forman la playa en la que está sentado, millones de gotas de agua forman el océano que contempla. ¿De dónde vienen? ¿Qué costas han conocido? ¿De qué manera obtienen la fuerza que da poder al océano? ¿Cómo penetrar en los secretos que llevan en su consciencia las gotas de agua? Confundido ante tantos misterios, intente comulgar con esta vasta extensión de Agua que .Sus ojos no dejan de admirar.
M i e n t r a s p e r m a n e c e en comunión con la Tierra y el Agua, sienta el soplo del viento acariciando su rostro. Este soplo ligero es de una dulzura infinita y le invita a elevar los ojos más allá del
océano, en dirección al horizonte, al lugar de donde proviene. Su mirada se pierde entre el agua y el cielo y le parece oír en el viento la respuesta a todas las preguntas que surgieron en su mente al contemplar la arena de la Tierra y el Agua del océano. Con los ojos perdidos en el Aire del horizonte, escuche la respuesta del viento, comulgando con él.
Con la mirada perdida entre el agua y el cielo, sienta la necesidad interior de elevar los ojos hacia el sol, no es cegador, pues hace
horas qué comenzó su descenso hacia el mar. El espectáculo le maravilla. Sólo él conoce la historia del mundo. Sólo él ve levantarse a los pueblos. Sólo él les ve dormir. Sólo él les oye reír o llorar. Sólo
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él podrá reconocerlos, cuando tras haber dejado la Tierra, sé reencarnen de nuevo, quizá en un país diferente, pero en el que con todo su esplendor brillará de nuevo este sol saludando su renacimiento en la Tierra. El Fuego, en su poder, contiene la Luz, la Vida y el Amor que hacen de nuestro planeta Tierra un lugar luminoso vivo y amante. Mientras piensa en todo esto, contemple el sol unos instantes más. Finalmente, vea como desaparece en el horizonte y con los ojos perdidos en el poniente, déjese absorber lentamente en lo
infinito de los Cielos donde acaba de aparecer la estrella de la tarde”.
Esta armonización con el Macrocosmos y con sus cuatro manifestaciones en este planeta
que son Tierra, Agua, Aire y Fuego, nos lleva a comulgar con lo infinitamente grande de la Creación Cósmica. En esta armonización elevamos de forma progresiva nuestra consciencia hacia el Macrocosmos, es decir, hacia los elementos externos a nosotros y que transcienden los límites del cuerpo físico. Elevarnos realmente los ojos de la consciencia hacia planos de existencia superiores, y que nos confunden al contemplar la inmensidad, la infinidad, y la inmortalidad del Logos planetario
del que dependemos. Esta elevación de consciencia nos lleva de la Tierra al Cielo, haciéndonos entrar en resonancia interior con la Música de las Esferas de la que ya hablaba Pitágoras, y
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que concierne precisamente a los planetas del mundo celestial. No voy a extenderme sobre la naturaleza de la Música de las Esferas, este terna se estudia en profundidad en las enseñanzas de la A.M.O.R.C. Diré simplemente que el Ascenso Celestial nos hace entrar en armonía con ciertas notas musicales que forman parte del ritmo físico, psíquico y espiritual del Universo.
Todo lo anteriormente expuesto me lleva a hablar ahora de la armonía que se puede establecer
con el Microcosmos. Por razones evidentes, su, objetivo es penetrar en las profundidades del ser y permitirnos, escuchar el ritmo de la Creación que vibra en lo más profundo de cada ser humano. Este ritmo interior es el que anima todos los órganos y células del cuerpo físico, y en una frecuencia mucho más sutil, los centros del cuerpo psíquico. Lo que quiere decir que al concentrar la consciencia en los
órganos del ser físico, estimularnos automáticamente la consciencia de los órganos psíquicos que están en
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correspondencia con ellos. Corno antes le propuse que experimentara el principio del Ascenso Celestial o expansión de la consciencia hacia el mundo exterior, ahora le invito a que experimente la introspección psíquica, es decir, la concentración de la consciencia, en el mundo interior.
El Ascenso Celestial tenía la finalidad de elevarnos hasta el ritmo planetario y universal. La introspección física debe armonizarnos con el ritmo orgánico y celular del cuerpo físico y, por medio de él, con el del ser ps íquico . Se corresponde con un principio que tiene el poder de acelerar
la curación. He aquí el experimento:
Concéntrese ahora en el calor interno de su cuerpo. Sienta hasta que punto es constructiva, regeneradora
y armonizadora la temperatura en la que se bañan todos los órganos de su cuerpo. Al igual que el Fuego del sol proporciona Luz, Vida y Amor a nuestra tierra, el fuego generado por el cuerpo caliente, vitaliza y cohesiona las células de cada uno de los órganos. Concéntrese en este calor y permítale dominar completamente su consciencia. En una palabra, sea este calor y comulgue con su energía.
Mientras que todo su ser es calor, concentre su consciencia en
el ritmo de la respiración. Sea consciente de este ritmo y vea como a cada inspiración sigue una espiración, y cada
espiración es seguida de una inspiración. En sus pulmones
s e c o n c e n t r a l a
vitalidad física y psíquica contenida
e n e l A i r e q u e respira, y a partir de ellos, esta vitalidad se reparte rítmicamente
por todos los órganos de su cuerpo. Conviértase en este soplo de vida y déjese llevar a
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todas las partes de su ser por medio del ritmo regular y armónico de la respiración.
Al igual que el Fuego y el Aire aportan al cuerpo calor y vitalidad, el Agua vierte en él su poder de regeneración. No existe una sola célula en el cuerpo que no tenga algo de ella. Del Agua procedemos todas las criaturas vivas, y es en el agua y por el agua, como se genera y perpetúa la vida.
Sienta la manera en que el agua está presente en usted e imagine que su cuerpo sólo contiene agua, un agua
regeneradora y purificadora por la que se deja absorber. Usted es agua, y esta agua llena todo su ser y lo purifica completamente.
El cuerpo no tendría ninguna consistencia sin los elementos de la Tierra que absorbemos mediante la alimentación. Cada célula recibe de ella regularmente la cantidad de energía; que una vez transformada, es indispensable para el buen funcionamiento del organismo: La
palabra clavé de la ‘vida celular es sin duda alguna “Energía”. Sienta el hormigueo de esta energía y
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escúchela vibrar en cada una de las células de su cuerpo. Esta energía celular combina el calor del Fuego; la vitalidad del Aire, la regeneración del agua y la consistencia de la Tierra. Sea esta energía y lleve su calor, su vitalidad y su regeneración a todos los órganos y a todas las células de su cuerpo.
Esta armonización con la consciencia del Microcosmos y las manifestaciones de la Tierra, el Agua, el Aire y el Fuego en el mundo de lo infinitamente pequeño, puede ayudarle a conoce r se m e j o r y
permitirle e n t r a r e n armonía con la actividad rítmica de
su cuerpo, y a través de ello, con el ritmo cósmico que vibra en usted. Pero esto no quiere decir que exista una dualidad de acción y reacción en la naturaleza de lo cósmico. Sólo hay una energía cósmica, y esta esencia cósmica, única e indivisible, actúa a la vez, en nosotros y fuera de nosotros, con el mismo poder y la misma inteligencia. La comunión con cada una de las dos fuerzas propuestas en estos experimentos, ilustra dos métodos distintos, pero complementarios,
que sirven para obtener la Armonización
Cósmica.
L o s
e s t u d i a n t e s rosacruces son
conscientes de la
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importancia de los períodos de Armonización Cósmica, ya que son la clave del Rosacrucismo y de todo el misticismo. Estos períodos purifican y regeneran al ser físico, psíquico y espiritual, lo que, tal como se ha indicado al principio de este texto, sirve para aproximarnos de manera definitiva al estado de Paz Profunda contribuyendo a mantener y a mejorar la salud siempre y cuando no se violen impunemente las leyes de la
naturaleza. También son útiles para purificar la naturaleza emocional y para reforzar las cualidades
vibratorias del ser psíquico, para acrecentar la radiación magnética del ser espiritual y para hacernos cada vez más conscientes de la presencia de Dios en nosotros y en nuestro entorno.
L o s p e r í o d o s d e Armonización Cósmica también sirven para encontrar la solución a los problemas. Tendemos a olvidar que no hay problema que no tenga solución en lo Cósmico.
¿Cómo podemos acusar a Dios de ayudarnos a resolverlos, si por negligencia o por pereza, no
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hacemos todo lo que está a nuestro alcance para encontrar la solución que, insisto, está esperándonos en la Consciencia Cósmica? Podemos acceder realmente a la Maestría de la vida aprendiendo a contactar con los planos superiores de Consciencia.
La meta de todo rosacruz es vivir el misticismo, y misticismo es por definición, el estudio y la puesta en práctica de la relación que une al hombre con el Dios de su corazón. Esta relación es necesariamente armónica y armoniosa, y sólo mediante la Armonización Cósmica podemos comprender su origen, su
naturaleza y los poderes infinitos que confiere al que la domina. Por ello, le animo a que despliegue todos aquellos esfuerzos que van a permitirle vivir diariamente la relación armónica que le une a Dios y a su Creación, para que mediante la revelación y la iluminación consciente, llegue a convertirse en un vivo testimonio y en un potente instrumento de la Armonía Cósmica y de la Paz Universal.
¡Que así sea!
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La Orden Rosacruz AMORC, presente en todo el mundo, es una fraternidad no sectaria de hombres y mujeres dedicados a la investigación, estudio y aplicación práctica de las leyes naturales y espirituales. El propósito de la Organización es ayudar a todos para vivir en armonía con las fuerzas cósmicas creativas y constructivas, para el logro de salud, felicidad y paz. La Orden es conocida internacionalmente como la Antigua y Mística Orden Rosae Crucis y tanto en América como en otros continentes, constituye la única forma de actividades Rosacruces integradas en una sola institución. La AMORC (por sus iníciales) no vende sus enseñanzas. Las da libremente a sus miembros afiliados junto con otros beneficios. Para información completa acerca de las ventajas de la afiliación Rosacruz, escriba una carta al domicilio citado abajo o por correo electrónico a la siguiente dirección [email protected] y pida el folleto gratuito titulado «El Dominio de la Vida».
Diríjase a:Escribano R.E.R.
Orden Rosacruz AMORC, Apdo. Postal No. 827,
Oficina Centro, C.P. 37000.
León, Gto. - MÉXICO.
