domingo cultural 2015/02/15

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® 15 de febrero de 2015 Cultural El oncólogo aúna el perfil clínico al de investigador. Es, a sus 55 años, director médico del Memorial de Nueva York, centro líder en la lucha contra el cáncer. PÁGINAS 8 A 11 Josep Baselga ® 15 de febrero de 2015 Cultural El oncólogo aúna el perfil clínico al de investi- gador. Es, a sus 55 años, director médico del Memorial de Nueva York, centro líder en la lucha contra el cáncer. PÁGINAS 8 A 11 Josep Baselga

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Page 1: Domingo Cultural 2015/02/15

®

15 de febrero de 2015

Cultural

el oncólogo aúna el perfil clínico al de investigador. es, a sus 55 años, director

médico del memorial de nueva York, centro líder en la lucha contra el cáncer.

Páginas 8 a 11

Josep Baselga

®

15 de febrero de 2015

Cultural

El oncólogo aúna el perfil clínico al de investi-gador. Es, a sus 55 años, director médico del

Memorial de Nueva York, centro líder en la lucha contra el cáncer. PÁGINAS 8 A 11

Josep Baselga

16DOMINGO \ EL MAÑANA \ 15 de febrero de 2015 SOCIEDAD

que destelle algo así como lo verdade-ro. Y que resulte justificado, verosímil y plausible. Eso supone que también pueda ser de otra manera y problemá-tico. Por eso resultaría delator quien, para sanar socialmente, propusiera caminos inexorables, o por resignación o por iluminación.Pero más inquietante resultaría aún considerar que no es para tanto, que ya todo parece resolverse, o creer que es suficiente con enunciarlo para que ocurra. Valga al respecto el conocido texto de Kant: “Un médico no hacía

sino consolar a su enfermo todos los días con el anuncio de la próxima cura-ción, hoy diciéndole que el pulso iba mejor, mañana que lo que había mejo-rado era la excreción, pasado que el sudor era más fresco, etc., etc. El enfer-mo recibe la visita de un amigo: ¿cómo va esa enfermedad?, le pregunta nada más entrar. ¡Cómo ha de ir! ¡Me estoy muriendo de mejoría!”.

* (Imágenes: Pinturas de Deborath Scott. Stalemate, 2009; Balance, 2010; Poet, 2010; y Magician, 2010)

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Domingo es un magazine semanal. Impreso en los talleres de Editora DEMAR, S.A. de C.V., ubicados en la calle Matías Canales No. 504, Código Postal No. 88620, Col. Ribereña, Apartado Postal No. 14, Cd. Reynosa, Tam. [email protected]

DIRECTOR gEnERal orlanDo tomás DeánDar martínez

[email protected] Adrián Altamirano Jaime

[email protected]

DISEÑo Mariela olvera

ApArtAdo postAl 14

Nos interesa saber sus comentarios, por lo que lo invitamos a que nos envíe sus correos electrónicos con sus opiniones de lo ya publicado y sugerencias de temas que le interesen.

Cultural®

Esperamos sus comentarios en los correos electrónicos: [email protected]

2Domingo \ el mañana \ 15 de febrero de 2015 pSICOlOgíA

por gabriel garcía de Oro

Fue en Stanford, en 2005. Steve Jobs pronunció un discurso que una déca-da después está considerado como un clásico del desarrollo personal. Un pequeño manual de filosofía práctica donde en apenas 15 minutos habla del amor, los sueños, la pér-dida, la muerte o la importancia de mantener el inconformismo. El dis-curso empieza señalando la impor-tancia de unir los puntos, del tesoro oculto que existe en todas aquellas cosas que aparentemente no sirven para nada. Jobs nos confiesa cómo esas cosas insignificantes transfor-maron su vida y, en cierta medida, la de la informática. Cuando dejó la universidad decidió asistir a un curso de caligrafía. No tenía ninguna razón para ello; simplemente le atraía la

El tesoro de lo que no sirve para nadaTodos tenemos aficiones que a veces consideramos caprichos a los que podemos renunciar. Pero en esas cosas ‘inútiles’ se oculta el secreto de una vida más rica.

idea, la encontraba interesante y sutilmente bella, explicó. Entonces no pensó que esa decisión tuviera la menor incidencia en su vida. Pero años más tarde, cuando dise-ñó el primer ordenador, todo lo que había aprendido entonces le permitió revolucionar el aspecto de los ordenadores. Como él mismo señaló: “Si nunca me hubiera dejado caer por aquel curso en la universi-dad, el Mac jamás habría tenido múl-tiples tipografías ni caracteres con espaciado proporcional”.Acabamos de narrar una experiencia particular de unir los puntos. Pero no es la única; cada uno puede encontrar la suya. Hay ejemplos ilustres. Desde Mick Jagger y sus estudios de finan-zas, que ayudaron a los Rolling Stones a consolidar y rentabilizar la carrera más exitosa de la historia del rock,

“Haz las cosas pequeñas con

gran amor”. Madre Teresa

de CalCuTa

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hasta las artes marciales que sirven a Zlatan Ibrahimovic para marcar goles imposibles usando técnicas de kára-te. Pero también podemos encontrar casos anónimos de transformación, ya sea el de una persona que combina su pasión por los cuentos infantiles con el marketing y se convierte en un experto de la narración, o quien emplea todo lo aprendido en las cla-ses de baile de salón para negociar con sus proveedores. Da igual cuáles: cada uno tiene sus puntos. Lo impor-tante es combinar y unirlos en nues-tro día a día para tener una vida más rica, mágica y sorprendente.

principios que ayudan a unir los puntosPor distantes que parezcan dos pun-tos, éstos se pueden unir. Lo realmen-te importante es tener varios de ellos. Cuantos más poseamos, más posibili-dades de unión habrá. Y quien piense que no tiene intereses especiales en su vida puede empezar por estos tres principios:- Reconectar con nuestros intereses pasados. Si somos sinceros con noso-tros mismos, encontraremos en nues-tro interior motivaciones que hemos ido arrinconando con el devenir de los días. Las rutinas y la espiral de las obligaciones diarias hacen que aparquemos esos pasatiempos que aparentemente no sirven para nada. Tal vez sean tocar la guitarra, pintar o montar maquetas de aviones. Es importante reconectar con las aficio-nes que, como los primeros amores, nos provocan una sensación especial cuando las recordamos. Volvamos a ellas y seguro que, pase lo que pase, nos producirán una experiencia enri-quecedora.- Interesarnos por las aficiones de los demás es una buena manera de incorporar nuevos puntos en nues-tras vidas; intereses que tal vez no hubiésemos descubierto por noso-tros mismos. Además, cuando nos mantenemos abiertos a los hobbies ajenos y escuchamos con atención a la gente de nuestro alrededor, mejoran nuestras relaciones y se produce el milagro del enriquecimiento mutuo.- Hacer sin pensar. Una vez hemos reconectado con nuestra afición y hemos adoptado una actitud de inte-rés hacia la gente a nuestro alrededor,

llega el momento más complicado: actuar. Debemos hacerlo sin pensar demasiado en si esto me servirá para esto o para aquello. Sin pensar si esta-mos o no perdiendo el tiempo. Porque si nos lo pensamos demasiado, no lo haremos. Y si no lo hacemos, seguro que nos estaremos perdiendo algo.Debemos trabajar nuestras aficiones con pasión, amor e interés mien-tras dure lo que estamos haciendo. Volvamos una vez más al discurso de Steve Jobs. “No puedes conectar los puntos hacia delante, solo puedes hacerlo hacia atrás. Así que tienes que confiar en que éstos se conectarán alguna vez en el futuro. Tienes que confiar en algo: tu instinto, el destino, la vida, el karma, lo que sea”, afirmó entonces.

Ocio en 3DEl tiempo es el principal inconve-niente con el que nos topamos para llenar nuestra vida de puntos para unir. Todos tenemos esa frustrante sensación de que las horas se nos escapan, los días se diluyen y, cuando queremos darnos cuenta, han pasado varias semanas sin haber hecho lo que nos habíamos propuesto. A pesar de vivir, supuestamente, inmersos en la cultura del ocio. Y justo ahí está la clave. Cada vez son más las voces que nos alertan de que no todo el ocio es igual y que no todo es igual de beneficioso. Podemos diferenciar dos grandes grupos:Ocio pasivo. Es el tipo de entreteni-miento del que recibimos los estímu-los, pero con el que no interactuamos de forma activa. El más claro ejem-plo es la televisión, aunque hoy día podemos compararlo con visionar vídeos en YouTube, observar las vidas de los demás en Facebook o consu-mir titulares de pocos caracteres en Twitter, como si comiésemos una bolsa de patatas fritas. El ocio pasivo nos deja, como esa bolsa de patatas, eternamente insatisfechos y con la sensación de haber perdido el tiem-po. Este tipo de entretenimiento es un desagüe por el que se nos escapa el tiempo. Según diversos estudios, el tiempo que dedicamos al ocio pasivo no para de incrementar en nuestro entorno. Es un tipo de afición que no solamente nos aleja de llenar nues-tra vida de puntos interesantes, sino

que se ha convertido en la principal causa del sedentarismo, una de las grandes epidemias que acechan a nuestra sociedad.Ocio activo. Cuando practicamos este tipo de entretenimiento, nos convertimos en receptores y emiso-res de estímulos positivos. Formamos parte de la propia acción. Antes hablá-bamos de tocar la guitarra, pintar o hacer maquetas. Pero estos puntos pueden incluir también estudiar algo que siempre nos interesó o caminar por el monte. En definitiva, todo aque-llo que implique mantenernos vivos y conectados con nosotros mismos.Este tipo de ocio existe en tres dimen-siones y consigue, a su vez, que avan-cemos en nuestro desarrollo perso-nal:- Descanso. Porque lo practicamos en nuestro tiempo libre y nos permite desconectar de las obli-gaciones de la rutina.- Diversión. Como es una actividad escogida, nos entretiene, nos interesa y nos produce placer. Si no es así, es que algo no estamos haciendo bien, o no es la actividad que necesitamos.- Desarrollo. El ocio activo, además, permite que progresemos como per-sonas, así como cultivar otro tipo de relaciones sociales. Estas, a su vez, enriquecerán y nos producirán esa sensación de descanso que provo-ca el hecho de desconectar de la rutina.El círculo virtuoso de las 3D del ocio activo nos permitirá llenar de puntos nuestra vida. Si conseguimos minimizar los momentos de descanso pasivo, descubriremos que contamos con más tiempo con el que llenar nuestra vida de cosas interesantes, renunciando a las inercias del entre-tenimiento inmóvil. Figurémonos que somos un huerto. Tenemos que cultivarnos, cuidarnos y mimarnos. Además, debemos procurar no ser una plantación solamente de toma-tes, sino de muchas y muy variadas hortalizas. De esta manera, nuestros platos serán más ricos, más variados, más intere-santes y tendrán más matices. Y todo empieza con una semilla pequeña, con esos puntos que debemos unir en nuestra vida. Lo mágico es que podemos empezar a cultivar a partir de ahora mismo.

3 15 de febrero de 2015 / el mañana / DomingopSICOlOgíA

para saber máswCanción ‘Aquellas pequeñas cosas’ Joan Manuel Serrat

wLibros ‘Steve Jobs: La biografía’ Walter Isaacson (Debolsillo) Una de las figuras más geniales e inspirado-ras de los últimos tiempos.

w‘Amor en minúscula’ Francesc Miralles (Editorial Vergara) Un canto a las pequeñas aficiones y detalles que hacen grande nuestra vida.

“El sabio uso del ocio es un producto

de la civilización y de la educación”.

BerTrand russell

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4Domingo \ el mañana \ 15 de febrero de 2015 múSICA

ALMA DE JAZZ

diAnA KrAll descubrió lA músicA A trAvés de lAs velA-dAs Al piAno que orgAnizAbA su Abuelo. HA vendido 12 millones de discos. HA gAnAdo cinco ‘grAmmys’.

un encuentro íntimo en nuevA yorK con unA de lAs voces más poderosAs del género.

por guillermo Fesser

n sus sueños, Diana Krall regresa al mar y a las montañas de su Vancouver natal. Desde el Nueva York que hoy habita, Canadá se ve como una buhardilla; un lugar que todo el mundo sabe que está ahí arriba, pero al que muy pocos se acercan a ver qué trastos contiene. Pero ella conoce el secreto. De hecho, lo más parecido a la felicidad que ha experi-mentado fueron las tardes en que sus padres la llevaban al mercado de Isla Granville a comprar camarones recién pescados. “Una vez que has probado el salmón de Haida Gwaii”, dice, “ya nin-gún otro te sabe igual”. En su pueblito natal, al norte de Victoria, capital de la Columbia Británica, aprendió a respe-tar el producto local y de temporada. La grandeza de comerte tu propio paisaje. “No me gustan las cadenas de restau-rantes que te sirven ingredientes que no sabes ni de dónde vienen. Disfruto visitando al carnicero, al pescadero y al dueño de la bodega”. No es extraño, por tanto, que cuando llego a SIR, el estudio de grabación de Chelsea donde ensaya su nueva gira, la conversación se inicie en torno a la gastronomía. “En España llené una maleta con botellas de vinagre de Jerez. Pensé que me iban a detener en la aduana de Estados Unidos por contrabando. Pero no me la mira-ron. Se entretuvieron con una bolsa de frutos secos. Menos mal. Con ese vinagre, cualquier ensalada sabe cien mil veces mejor”.Tose y me intereso por su salud. Tiene

Disfruto en el escenario, pero la idea de tener

que subirme… Parece una ironía, pero solo puedo salir si la sala

está oscura

E

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5 15 de febrero de 2015 / el mañana / DomingomúSICA

Junto A Su mArido, el Cantante y Compositor britániCo elvis Costello. Juntos tienen dos gemelos de oCHo años: “de momento, a uno le tira más la batería y al otro la Conga”.

“Elton John me mima hasta la saciedad. Soy como su hermanita pequeña. Estos meses que lo he pasado tan mal

siempre ha estado a mi lado”.

50 años. Una neumonía la apartó hace unos meses de los escenarios. “Ya estoy mejor. No bien del todo, pero mejor. Gracias”. Lo de ahora es un simple cata-rro e invita a sentarnos extrañamente alejados para no contagiármelo. No importa. La intimidad no conoce dis-tancias y me propongo conectar con el corazón de esta chica con aspecto de rockera en la que se intuye una fragi-lidad similar al título de la canción de Dylan que da nombre al nuevo disco: wallflower. ¿Cómo explicamos el signi-ficado de esa palabra a los que no hablan inglés? “Tiene que ver con las emocio-nes. Alguien que se siente un wallflower prefiere quedarse con su vaso apoyado en la pared, en lugar de saltar a la pista. La letra dice: ‘wallflower, yo estoy solo y triste también, ¿no quieres bailar con-migo?’. Todos llevamos un wallflower dentro, pero yo personalmente…”. Hace una pausa. Está cansada. El precio de haber vendido más de 15 millones de discos y tener en la repisa de casa cinco Grammys es que tienes que contarle de vez en cuando tu vida a un desconocido. Yo sonrío y espero, no puedo hacer otra cosa. Ella toma aire y se inclina hacia delante. Noto que las paredes negras del estudio se estrechan. “Yo me siento un wallflower en el esce-nario. Una vez que estoy encima disfru-to, pero la idea de tener que subirme… Parece una ironía, pero solo puedo salir si la sala está oscura. No soy el tipo de artista que quiere que den las luces del público para ver las caras. Me espanta. Me intimida. En la oscuridad, sin embar-go, las estrellas del universo confluyen. Como en una película de Capra, donde puedo utilizar mi imaginación para transportarme a cualquier lugar. Lo de aparecer en escena con un vestido de lentejuelas en plan diva está olvidado. No puedo hacerlo. Lo he intentado, pero a mí no me funciona”.La idea de no ver al público nos lleva a hablar de la radio. Le entusiasma. Lleva desde pequeña enganchada a las histo-rias del Lago wobegon creadas por el maestro de las ondas Garrison Keillor. “Es sin duda mi mayor influencia pro-fesional. Un gran tímido que cuenta historias maravillosas a millones de seguidores”. Adora el medio “porque te permite apre-ciar emociones que no se transcriben al papel” y, cada mañana, lo primero que hace al saltar de la cama es sintonizar

wBGO. Emisora en la que no se pierde el programa Jazz 88 de Michael Bourne, un locutor de toda la vida al que recien-temente le preguntaron si se pensaba jubilar y respondió: “¿Para qué? ¡Pero si me pagan por poner música e ir a con-ciertos!”. Ah, y la radio también le pro-cura compañía cuando le toca, “como a cualquier persona normal”, ordenar

armarios una tarde de domingo. “En cuclillas y con toda la ropa esparcida por el suelo, descubrí a Renée Fleming inter-pretando La viuda alegre”. Quedó tan conmovida que, en tiempo real, reservó entradas para la siguiente función de la soprano en el Metropolitan.wallflower gira en torno a las cancio-nes que escuchó en Top 40 de adoles-

cente y le emocionaron. Y no se trata necesariamente de un homenaje a los vinilos originales. “California Dreamin, por ejemplo, no está por culpa de sus autores, The Mamas and the Papas, sino por la versión que ella memorizó de José Feliciano. Desperado tampoco está por Eagles, sino por la desgarra-dora interpretación que de ella hiciera Linda Ronstadt”. Ofrece más nombres de intermediarios, como el de Karen Carpenter, pero también hay temas que están por derecho propio como Sorry Seems to Be the Hardest Thing to Say. “Elton John tenía que estar. Es mi héroe y mi pianista preferido. Tengo una foto con mis padres junto al árbol de Navidad con el álbum Blue Moves en la mano. Era el regalo que más que-ría y significó mucho para mí. Además, Elton dio un paso de gigante con ese disco. Luego se convirtió en mi amigo y resultó ser todavía más maravilloso de lo que había imaginado. Soy como su hermanita pequeña. Me mima hasta la saciedad. Estos meses que lo he pasado tan mal, que incluso he llegado a pen-sar que se terminaba mi carrera, él ha estado siempre a mi lado”. Se emociona.La presencia de esta canción en el disco se debe también a un guiño privado. Elvis Costello organizó un concierto benéfico en Londres para salvar un viejo teatro e invitó a Diana Krall a acompañarle al piano en una versión de Sorry Seems to Be the Hardest Thing to Say. “Elvis estrenaba unos zapatos puntiagudos y estrechos, ese tipo de calzado rígido que necesita un tiempo para que la piel se acomode, y acaba-ban de encerar el escenario. Total, que estamos grabando para televisión, llega el momento álgido de la canción, cuan-do le toca dar a Elvis la nota alta, con el foco centrado en él y… ¡bum! Oigo un batacazo. Levanto la mirada del teclado y me llevo la mano a la boca: ¡pero si este tipo ha desaparecido! No veas el cachondeo”. Se ríe. Le ha cam-biado la expresión. De golpe se olvida de la melancolía que la tiene atrapa-da musicalmente y se monda de risa. “Al terminar”, continúa el relato, “nos cruzamos con Sting en bastidores y el muy gracioso me suelta: ‘I think Elvis is falling for you”. Literalmente, creo que Elvis se está cayendo por ti; porque en inglés, cuando te enamoras, te caes por alguien. Je, je.Hoy Elvis Costello y esta chica de ojos

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6Domingo \ el mañana \ 15 de febrero de 2015 múSICA

KrAll en el Festival de Jazz de san sebastián del verano de 2008.

de miel, a la que sus padres pusieron Diana y a la que sus amigos llaman por el apellido, Krall, como en el colegio, están casados y tienen dos gemelos de ocho años. Viven en el west Village neoyor-quino rodeados de las tres pasiones de Diana: arte nativo canadiense, muebles de diseño de Maloof y Nakashima, y un piano. Krall creció amando ese instru-mento. Su abuelo, emigrante del este de Europa, trabajaba en el carbón. Un minero sin dinero, pero con piano, que traía invitados a casa todas las noches y se sentaba al teclado a amenizar las vela-das. “Mi padre tocaba el piano en pijama en esas fiestas. Mi tío tocaba el piano. En el álbum familiar hay fotos de todo el mundo tocando ese piano. Y eso es lo que hago yo. Después de las cenas con amigos me siento a tocarlo y cantamos juntos. No ocurre solo en el escenario. Forma parte de mi vida”. Los gemelos también comienzan a aficionarse. “Están en edad de averiguar lo que les gusta; playing en el sentido literal de jugar con la música. De momento, a uno le tira más la batería y al otro la conga. Cuando encuentren su camino, ya llega-rá el momento de ponerse serios”.Tan serio como el Steinway de cola que preside el estudio, junto a nosotros, y sal-drá pronto de tour por Estados Unidos. Negro lacado. Impecable. Como diría ella: superfinicky. Un cambio radical con el piano desvencijado de su última aventura. “Quería un instrumento que necesitase un poco de cariño. Estaba hecho una porquería, pero ema-naba inspiración y era perfecto para interpretar las melodías de Tom waits. Luego con… Bueno”, se disculpa, “no quiero que parezca que dejo caer nom-bres de famosos, pero tuve la suerte de estar con Neil Young dos semanas de gira y Neil tenía un piano todavía más cascado. Un piano blanco que alquila desde hace muchos años, con un sonido que es una maravilla. Tienes que elegir el instru-mento adecuado para cada tipo de músi-ca. Con wallflower vuelvo al Steinway y el afinador va a respirar aliviado”.Palabra de pianista. De pianista de jazz, para ser más precisos, porque donde Diana Krall se siente más segura es improvisando en el teclado. Ahí es la reina. Puede que comience un puente sin saber a dónde le va a llevar, pero siem-

pre consigue aterrizar con elegancia en la otra orilla. Lleva dando prueba de ello 20 años. En este álbum, sin embar-go, ha cedido voluntariamente gran parte de los teclados para poder cantar pop. “Normalmente canto al piano en notas que me resultan cómodas, pero en wallflower el productor ha llevado mi voz a notas más oscuras para exprimir mi tonalidad al máximo. Me parece extraor-dinario. Es el reto que yo quería… pero en ese registro no puedo concentrarme en cantar y tocar al mismo tiempo. Haría el ridículo”.No lo hace. El resultado es una maravilla con las voces de Graham Nash, Stephen Stills y Timothy B. Schmit, el bajista y vocalis-ta de Eagles, haciendo coros. Armonías que la transportan a su infancia musical, cuando miraba al mar desde la isla de Vancouver. Se le escapa una lágrima. ¿Qué pasa? “Mi padre”, me confiesa entre sollozos. “Ha muerto hace un mes de un modo inesperado”. Así de sopetón me entero de que ya no tiene a su lado al hombre que la llevaba al mercado por camarones y al que dedicó el álbum Glad Rag Doll con los temas que él pinchaba en discos de 78 rpm en la gramola de casa. Intento consolarla. Tienes a tus hijos, le digo. Pásales a ellos la energía de tu padre. En eso consiste la vida. “Sí, es muy duro, pero hay que seguir”, dice. “Soy una persona muy emotiva, de sen-timientos muy profundos, y si no tengo la música para focalizarlos, ¿dónde voy a meter toda esa energía?”. La gira puede hacerte bien. “No lo pensaba, pero la otra noche, a las tres de la madrugada, en la oscuridad, me puse los auriculares y volví a escuchar el disco. Me gustó aún más que cuando lo grabé. Es un disco muy bello. Estoy orgullosa de él”.Le deseo suerte, de verdad, y me des-pido. “¿No vas a pedirme que vaya a España?”. No entiendo bien la pregunta. Se da cuenta y lo aclara. “Me encanta España. Y a Elvis también. Hemos esta-do con los niños un par de veces en la playa de la Concha, viendo las esculturas de Richard Serra en el Guggenheim, en Vitoria… El concierto más emocionante de mi vida fue un verano en Cambrils, al aire libre con el cuarteto de jazz. Lo que allí se produjo fue mágico. Me encan-taría poder repetirlo. Saltar del avión y buscar un plato de jamón ibérico. Si me invitan a tocar en España… lo dejo todo”.

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por Juan José millás

Conmovedora, la arrogancia con la que el crío se eleva sobre la muerte. Entre la biomasa y la necromasa hay una relación invariable, la de dos continentes que se retroalimentan: la vida no deja de enviar

La muerte no existelos muertos tienen Algo de fotocopiA, por eso envejecen tAn mAl, porque están HecHos, como el pApel, de purA químicA

muerte a la muerte y la muerte no deja de enviar vida a la vida. Al final, como decía alguien que no me viene a la memoria, la muerte no es más que un desplazamiento dentro de la vida. Significa que no existe sino como un engaño de los sentidos. Así, el continen-te de los vivos y el de los muertos serían el mismo. De hecho, los muertos tienen algo de fotocopia, por eso envejecen tan mal, porque están hechos, como el papel, de pura química (mis libros de los años setenta se encuentran en avanzado estado de descomposición). Pero a lo que íbamos es a que está todo revuelto (véase, por poner un ejemplo, Pedro Páramo, de Juan Rulfo).La fotografía, de 1985, está tomada el

Día de los Difuntos en el cementerio de una localidad de El Salvador. Si el chamaco tenía ahí 10 años, tendrá ahora 40. De estar vivo, y queremos suponer que sí, se habrá bajado ya de la cruz para ocupar el lugar de sus padres, en el segundo plano, afanados en limpiar una tumba, quizá la misma que les espera. Ahí estará el hombre, con su esposa, arrancando las hierbas oportu-nistas, que han prosperado alrededor de la lápida, mientras su hijo, a unos metros, juega a ser alto, a reinar, con su decidida verticalidad, sobre un mundo fundamentalmente horizontal. Ahí lo tienen, las manos en los bolsillos, no porque no sepa dónde meterlas, sino porque le sobran. Con ese cuerpo, él va a todas partes.

7lA ImAgEN 15 de febrero de 2015 / el mañana / Domingo

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8Domingo \ el mañana \ 15 de febrero de 2015 CIENCIA

por Joseba Elola

Baselga es un hombre de mira-da incisiva. Se distingue por su lucha por conseguir que los descubrimientos en

investigación lleguen lo antes posible a los pacientes. Nos recibe en un peque-ño despacho del hospital Quirón. Las

JOSEP BASELGA: ‘Se ha perdido una generación

de científicos’el próximo mes de Abril Accederá A lA presidenciA de lA AsociAción AmericAnA de investigAción

del cáncer (AAcr), lA mAyor orgAnizAción en este cAmpo.

paredes están forradas de diplomas, premios y títulos; hay una foto suya con su mujer y sus cuatro hijos. Muy a lo lejos, a través de un amplio venta-nal, se divisa el Mediterráneo. De él se dice que es un hombre que combina la proximidad del médico latino con el rigor y la disciplina mental de los anglosajones.

Y si algo queda claro a lo largo de esta entrevista es su admiración por la cultu-ra anglosajona. Baselga aprecia el sen-tido de la responsabilidad, el rigor, la apertura de miras, la mezcla de culturas, el espíritu de integración y ese talento que existe al otro lado del charco para extraer de cada profesional lo mejor que este puede dar. En Estados Unidos

es donde Baselga desarrolla la mayor parte de su labor profesional. Ahí es donde ha dado lo mejor de sí mismo y donde, de hecho, se formó.En el año 1986 ya viajó a Nueva York para especializarse en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, del que ahora es director médico. En este centro, considerado como el mejor

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9 15 de febrero de 2015 / el mañana / DomingoCIENCIA

en el Año 1986 ya viaJó a nueva york para espeCializarse en el memorial sloan kettering CanCer Center, del que aHora es direCtor médiCo.

“Vivimos una revolución. El cáncer será crónico

o se curará”.

del mundo en la lucha contra el cán-cer, maneja un presupuesto de 2.600 millones de dólares y tiene a su cargo a 1.000 médicos y a un total de 13.000 trabajadores. Además, por si fuera poco, el próximo 20 de abril accederá a la pre-sidencia de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer (AACR), organización que representa a 34.000 profesionales e investigadores.Con todo, le gusta mantener sus víncu-los con su tierra natal y con el centro desde el que lo ficharon para trasla-dar su experiencia a tierras norteame-ricanas, el Instituto de Oncología del hospital Vall d’Hebron de Barcelona (VHIO), en el que ejerce de presidente del comité científico.pREgUNTA. Es usted director médi-co del Memorial de Nueva York y en abril toma posesión de la presiden-cia de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer. Esto es casi como decir que dirige usted el rumbo de la lucha contra el cáncer en el mundo, ¿o es mucho decir?RESpUESTA. No, eso es demasiado decir. La lucha contra el cáncer no se puede dirigir, la dirige la ciencia. Lo que sí se puede hacer en posicio-nes de liderazgo como en la AACR es influir en la agenda, ejercer una fun-ción de lobby muy importante a nivel de las autoridades sanitarias y a nivel del público. Imprimir tu visión en el año que estás ahí es lo que realmente puedes hacer. Es un desafío ilusionante.p. Se están produciendo grandes avan-ces en oncología y en particular en la tecnología genómica. ¿En qué punto estamos y con qué podemos soñar?R. Los tumores se forman a partir de células de tejidos normales. Las muta-ciones del ADN los crean. Cuando hay una mutación, la célula se trans-forma, empieza a crecer; esto es el cáncer. Hasta ahora clasificábamos los tumores en función de su tejido de origen: cáncer de pulmón, de mama, de hígado… Y a partir de aquí se dirige al paciente a los especialistas en mama, en hígado… Pero el lugar de origen no define el tumor, o lo hace solo en parte. Por primera vez tenemos la capacidad de secuenciar, analizar, el genoma de cada tumor. Esto nos permite entender lo que está pasando en función de las mutaciones. Y podemos diseñar fárma-cos a la carta que vayan dirigidos a una

mutación concreta.p. En esta línea está el estudio Cleopatra, que usted diseñó…R. Sí. Yo desarrollé dos medicamentos, Herceptin y Pertuzumab. Este último es un medicamento nuevo contra el HER2 (tumor mamario). En ese estu-dio vimos que en pacientes con cán-cer avanzado, añadir el Pertuzumab aumentaba la supervivencia en 16 meses, que es una barbaridad: pasa-mos de 41 a 57 meses de vida.p. ¿En pacientes con metástasis?R. En pacientes con múltiples metás-tasis. Ahora estamos utilizando el Pertuzumab en el estudio Afinity, en personas con el tumor recién diagnos-ticado, y hemos calculado que vamos a curar a más del 95% de los pacientes. De una enfermedad (el tumor HER2 positivo) en la que hace 15 años se morían el 80% de los que la padecían, ahora curaremos al 95%. Este es un buen ejemplo: en los tumores HER2 positivos hemos encontrado el gen mutado, ¿y si esto lo encontrásemos para cada uno de los tumores? Esta es la apuesta. Cada vez tendremos que profundizar más para ir a mutaciones cada vez menos frecuentes.p. Esto, unido a la personalización de los tratamientos, ¿significa que tendre-mos procedimientos menos tóxicos que la quimioterapia, que vayan direc-tos a por la célula que ha mutado y no afecten a las sanas? ¿Qué implicaciones tiene para el enfermo?R. Se usará menos la quimioterapia. Implicará tratamientos menos tóxicos. Y muchos de ellos serán en forma de pastilla, una al día.p. Menos tóxicos, ¿qué significa exac-tamente? ¿Que a la gente se le caerá menos el pelo, por ejemplo?R. Significa que a la gente no se le caerá el pelo, que no le bajarán las defen-sas, que no estarán tan cansados, que podrán llevar vida normal, que no tendrán que ir cada tres semanas a ponerse el tratamiento.p. Y esto, ¿en qué plazo puede ser una realidad generalizada?R. Esto ya está ocurriendo, hay

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10Domingo \ el mañana \ 15 de febrero de 2015 CIENCIA

JOSEp BASElgA

Se licenció en Medicina en 1982 por la UniverSidad aUtónoMa de Barcelona. en 1986 deSeMBarcó en el MeMorial Sloan Kettering cancer center de nUeva YorK, donde Se eSpecializó en oncolo-gía Y heMatología (arriBa, tra-Bajando en dicho laBoratorio en SU priMer proYecto, el deSa-rrollo del herceptin). volvió a eSpaña en 1996. cUando en 2010 Se traSladó al MaSSachUSettS general hoSpital Y eMpezó a dar claSeS en la UniverSidad de harvard, científicoS coMo joan MaSSagUé dijeron qUe SU caSo era Uno MáS, Y MUY relevante, de fUga de talentoS. a peSar de todo, BaSelga Mantiene SU relación con eSpaña Y practica la filantropía. lo hace a travéS de fero, la fUndación de inveS-tigación oncológica de la qUe eS iMpUlSor.

“Se usará menos la quimioterapia y más el tratamiento con pastillas”.

medicamentos que ya tenemos, es algo progresivo. Tenemos aprobados cinco o seis medicamentos así. Será un libro por entregas.No se pueden dar fechas… Cada año aprobaremos dos o tres fár-macos nuevos y así iremos avanzan-do. Lo que es superexcitante es que los tumores con muchas mutaciones son susceptibles de ser tratados con trata-mientos inmunológicos.p. La llamada revolución de la inmuno-terapia. ¿Se puede hablar realmente de revolución?R. Sí. Es una revolución porque en tumores que hasta la fecha eran de muy difícil tratamiento, como el caso del melanoma, estamos viendo res-puestas del 70%, y tumores que des-aparecen. Hay un subtipo de leucemias con linfocitos que manipulamos y en las que se producen remisiones del 80%. Es correcto hablar de una revolución.p. ¿Es una revolución que va a acabar con el cáncer, que lo va a convertir en una enfermedad crónica?R. O que lo va a curar, en algunos casos. El sistema inmunológico es, casi, de lo más eficaz que tenemos en el cuerpo. Ha ido evolucionando a lo largo de miles y miles de años para defendernos de los agentes externos, nos permite sobrevivir en un entorno hostil. Los linfocitos son asesinos en serie, son el arma de matar perfecta. Si consigues que estos linfocitos entiendan que tienen que eliminar el tumor, éste no vuelve a crecer. Sería similar al princi-pio de las vacunas: cuando has tenido una infección, ya no la vuelves a pasar.p. El 15 de junio de 2004, en una entre-vista, decía usted: “El cáncer dejará de ser causa de mortalidad”.R. Bueno, el contexto es el siguiente: el cáncer ahora mismo es la causa núme-ro uno de muerte. Y seguirá matando siempre, pero no será la causa número uno de muerte.p. Y esto, ¿cuándo?R. Estamos bajando la mortalidad a un ritmo del 2% por año. Bajará rápido.p. A pesar de todos los avances que se están produciendo, el tabú en torno a la palabra cáncer parece que no cesa…R. No cesa, pero se ha avanzado mucho. La palabra cáncer da yuyu, pero antes ni se mencionaba, era un grandísimo tabú, y ahora, al menos, se pronuncia. Es normal, da mucho miedo a la gente. Cuando una persona tiene un diagnós-tico de cáncer, se crea una verdadera

situación de crisis para ella, para la familia, para los seres queridos… Tiene que dar miedo; si no, sería un acto de inconsciencia.p. La decisión de la actriz Angelina Jolie de difundir que se sometió a una doble mastectomía preventiva ha sido critica-da por algunos oncólogos. Ella no tenía cáncer, pero sí una altísima probabilidad de padecerlo. Los críticos dicen que su caso ha hecho que se incrementaran las peticiones de mastectomías bilaterales innecesarias. ¿Qué opina?R. Para empezar, que una persona públi-ca salga, se abra, explique su experiencia y cuente su historia, es de admirar. Ella no tenía ninguna obligación de hacer esto.p. Es un acto que ayuda a luchar contra el tabú…R. Muchísimo. Y ayuda a muchas mujeres. Ella no tiene un cargo político y no se debe a nadie. Con esto avisó a la gente de la existencia de un gen hereditario,

eso es muy importante. Las personas que son portadoras tienen un riesgo eleva-dísimo, vital, de padecer un cáncer de ovarios o mamas. Ante eso, la paciente es la que toma la decisión de qué es lo que hay que hacer; por tanto, nunca se puede criticar. No te atrevas nunca a criticar a un paciente porque la decisión que toma es la suya, y la obligación de los facul-tativos es defender siempre la decisión del paciente.Así que bravo… Bravo por compartir su historia, porque con esto yo creo que ha salvado muchísimas vidas y posible-mente ha concienciado a la comunidad de esta realidad. Si le pasa a ella, que parece la mujer perfecta… Si la mujer perfecta y estupenda es susceptible de tener un gen hereditario que la puede matar, es fantástico que salga y lo cuente. La decisión que toma es su decisión y es una opción superrazonable y supe-rrespetable.

p. Doctor, ¿qué nos falta por conocer del cáncer?R. Nos falta por conocer muchas cosas. El cáncer es un discípulo aventajado de Darwin, tiene una capacidad de adapta-ción espectacular. Nos falta poder predecir bien cuáles son los mecanismos de adaptación que va a presentar con los distintos tratamientos. Hay tumores en los que tenemos dificul-tades; los de páncreas, del cerebro… Nos falta entender la prevención: sería mara-villoso saber quién va a tener cáncer y cómo prevenirlo. Es lo que hacemos con las mamografías: lo detectamos antes de que se desarrolle.p. La investigación es un factor clave y usted fue muy activo en la protesta contra los primeros recortes en sanidad que se produjeron en la Generalitat. Hay quien dice que este tipo de reducciones han matado la investigación. ¿Es así?R. Matar es una palabra muy fuerte. Los recortes han hecho mucho daño a la investigación. Y los más importantes han sido los que ha hecho el Gobierno central. Este era un país que invertía poco en ciencia. Aumentó el presupues-to que le dedicaba, hubo muchos brotes verdes, hubo una esperanza tremenda…

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y todo esto se ha perdido.p. Y esto, ¿qué supone?R. Se ha perdido una generación de científicos. Es una oportunidad perdida por un país. La ciencia aporta riqueza, es un motor económico espectacular. Ahí están los casos de Boston, Nueva York, San Diego… Lo que ha generado el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Cambridge es impresionan-te, la economía del conocimiento. La ciencia aporta riqueza y felicidad. Una sociedad que admira el conocimiento y que profundiza en la educación de la gente es más rica, más compleja, más avanzada. España ha echado el freno, pero sin embargo el mundo ha decidido continuar: tú te bajas del tren, pero el tren sigue adelante. ¿Cómo recupera-remos el terreno perdido?p. Y esto, ¿a qué se debe? ¿A un menos-precio intelectual hacia la importancia de la ciencia, a un cierto atraso como país? ¿A qué lo atribuye usted?R. Esto es deliberado. En el fondo no se cree que la ciencia aporte lo que aporta y, en un momento de crisis, se recorta en aquello que no se considera importante.p. ¿Qué es lo que menos le gusta de este mundo en que vivimos?R. Este es un mundo muy loco. Hay poca pausa, es todo muy inmediato, vamos todos como locos. Hay cosas buenas en la reflexión, en el ritmo lento, y el mundo las ha perdido. Estamos todo el día conectados, de un sitio para otro. Esto tiene ventajas clarísimas, te per-mite ser más eficaz, hacer muchas más cosas. Pero se ha perdido el sosiego, que a veces resulta necesario.p. Con la agenda que tiene un médico de primera línea, ¿cómo hace usted para preservar momentos para sí mismo?R. Es fundamental buscar un tiempo para ti, y para la reflexión. Es un tiempo que es tuyo, y esto se blinda. Yo lo blindo por las mañanas; de las 5.30 a las 7.30, aquello es mío.p. Y aprovecha para…R. Para pensar, para escribir. También, por la noche, para leer. Es importan-te que te sientas un ser vivo, no tener una única faceta. Y en el fin de semana, encontrar un tiempo para ti y para tu familia…p. ¿La montaña sigue siendo su refugio?R. Sí, la montaña me gusta mucho; y el esquí. Ahora, en Nueva York, me paso el fin de semana con los partidos de fútbol de mis hijos. Y soy su chófer: les

traigo, les llevo… Es fundamental tener un tiempo para ti, buscar tu espacio.p. Su actividad está en Nueva York, pero usted no renuncia a mantener el contacto con su ciudad, y con el hospital Vall d’Hebron.R. No puedo evitarlo, es muy impor-tante mantener el contacto, hay que mantener las raíces. Este es un pro-yecto que iniciamos hace ya 15 años, que ha crecido mucho. Como dirían los americanos, It’s my baby (es mi bebé). Poder tener el honor de seguir estando en una posición consultiva, de apoyo, es importante para mí.p. A estas alturas de su vida, si tuviera que hacer una autocrítica, ¿qué diría?R. Todos cometemos errores. El que no los comete es que no lo está inten-tando con la intensidad suficiente. El que no se equivoca no lo está haciendo bien. Me habría gustado tener algunos elementos de gestión de personal y de equipos más pronto. Esto los ameri-canos lo bordan, aprenden a sacar lo mejor de cada cual. Y nosotros, es más propio de nuestro carácter, utilizamos la confrontación para conseguir obje-tivos. Este es un error de juventud que yo he tenido.p. ¿Qué lucha tiene usted consigo mismo?R. Muchas. Poder entender mejor a la persona que tienes delante, entender que es un ser humano, que tiene sus cosas. Evitar la confrontación e intentar comprender lo que mueve a los demás.p. Que es un trabajo muy de médico…R. Exacto, es un trabajo de médicos; estamos muy entrenados para entender al paciente, con él intentamos meternos en su piel; y esto hay que utilizarlo en todo lo que uno hace. Tu enemigo no es tu enemigo, es una persona que tiene otro punto de vista por motivos varia-dos, a la que hay que entender y con la que hay que buscar puntos en común. Esto los anglosajones lo bordan. Saben manejar el conflicto.p. ¿Hay algo mejor que ser médico?R. Mejor que ser médico es ser médico. Lo importante es que cada uno encuen-tre su vocación. La vocación no nace, la vas adquiriendo a base de dedicarte con mucha pasión a lo que haces. Se cultiva, tienes que ser un agricultor de tu vocación, mimarla. El mundo ideal sería ese en el que todos dijésemos que lo que hacemos es lo mejor que se puede hacer.

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por Berna gonzález Harbour

Este es un libro para sentirse orgulloso de una depresión.Y esto no es una ocurrencia, una pro-vocación o un error.Es un libro para entender, para saber, para reconfortarse en la búsqueda de la salida de una enfermedad que, a dife-rencia de un cáncer o una neumonía, se agrava con el estigma social asociado a una parte capital de su esencia: el tabú. Para crecer.Partiendo del hecho de que depresión es el infierno, la fragilidad, la grieta que se abre en el casco de la autoestima y por la que empiezan a escaparse las certezas mientras acecha el naufragio; y partiendo de su propia experiencia, Andrew Solomon ha escrito el libro que

él necesitó cuando padeció la suya: ínti-mo y científico a la vez.Premio National Book Award en EU, El demonio de la depresión llega a Europa de manos de este escritor nacido en Manhattan en 1963, con estudios en Arte y Psicología y convertido en una de las estrellas del Hay Festival de Cartagena de Indias, donde sus libros se celebraron como aportaciones mayores a la litera-tura de las ideas.En ese universo, los libros no arrancan en un pueblo de cuyo nombre... ni lla-madme Ismael, pero el comienzo de este bien podría entrar en las listas de inicios para recordar. Ocho palabras sencillas, una declaración: “La depresión es una grieta en el amor”.pREgUNTA: ¿Tan fácil o tan complicado?RESpUESTA. Es la primera frase de un

libro muy largo, claro que es mucho más complicado. Siempre se ha creí-do que esta enfermedad no tiene nada que merezca la pena y el libro intenta demostrar que hay un gran significado en esas situaciones de extrema dificul-tad. El potencial de la tristeza es necesa-rio para desarrollar sentimientos posi-tivos. Con esa frase inicial quería decir que si te enamoras de alguien, una de las partes importantes del amor es que la anticipación de la pérdida y del dolor es lo que convierte el momento presen-te en algo tan dulce, se trata de com-prender la oscuridad que puede haber al otro lado, sin él. La capacidad de la desesperación es necesaria y convierte el amor en amor. Si amo a mis hijos les voy a dar todo y a proteger de todo mal porque el peligro del dolor inminente

‘El caos tecnológico aumenta la depresión’este Autor volcó su experienciA y unA AmpliA investigAción en ‘el demonio

de lA depresión’, A lA vez íntimo y científico. lA soledAd y lA intolerAnciA Al dolor dispArAn lA enfermedAd

y la desesperación son motores de su cuidado.— Cuando habla de amor usted se refiere a una pareja, pero también a nosotros mismos, a Dios, a un trabajo, a la belle-za. ¿A quién amamos más? ¿Qué tipo de amor cree que hoy es importante y primordial?— Amamos muchas cosas, pero en general el amor empieza en una familia. Hay un primer amor que es realmente dependiente, el que un niño siente hacia sus padres, luego evoluciona hacia un afecto más igual y más tarde se desbor-da en forma de pasión física y la de ser padre. Son ciclos en los que distintas formas de amor van conformando las otras. Después está el amor al lugar en el que vives, a tu país, a Dios, a tu trabajo o a cualquier cosa que sientes como algo mayor que tú mismo. Es una experien-cia importante y poderosa. Puede ser magnífica.— ¿Cómo es posible la depresión cuando amamos y somos amamos?— Muchos me preguntan qué hacer por sus familiares que en plena depresión aseguran que solo quieren estar solos. Lo primero es que no les puedes dejar solos. La depresión es una enfermedad de soledad que convierte la interacción humana en una actividad muy estresan-te. Pero hay que estar ahí. Tal vez no puedes lograr una conversación con esa persona, pero te puedes sentar silencio-samente al lado de su cama, o en otra habitación si eso le resulta abrumador, pero no te vayas más lejos, porque la depresión no se cura con amor, pero sentirse querido te da la motivación para salir de ella. Lo opuesto a la depre-sión no es la felicidad, sino la vitalidad. Cuando la vitalidad se aleja de ti todo parece imposible, todo es un esfuerzo excesivo, todo te desborda. La tristeza está, es un sentimiento imperante, pero no es lo primordial en una depresión, es la laxitud, el estado de no ser capaz de levantarse y hacer algo. Ser querido no te devuelve esa energía. El hijo de unos amigos se suicidó hace un par de meses con 16 años y fue un shock, sus padres son maravillosos y él sabía que era muy querido. Y es que la depresión siempre te arrebata la capacidad de razonar. He hablado con muchos supervivientes de intentos de suicidios y coinciden en que pensaban: todos estarán mejor si me quito de en medio. Es la desesperación.Él mismo es un superviviente.

12Domingo \ el mañana \ 15 de febrero de 2015 ENTREVISTA

Andrew Solomon, en el Hay Festival de Cartagena de indias.

AN DREw SOLO MON:

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“He descubierto la soledad de la gente que no interactúa con nadie. Hoy puedes desaparecer sin que a nadie

le importe”.

Desesperanzado, angustiado tras varias recaídas a pesar de la entrega de su padre, las terapias y la medicación, Solomon llegó a la conclusión de que la única solución era quitarse de en medio: “No quería morir, pero tampoco albergaba el menor deseo de vivir”. Y lo afrontó con disimulo, con un suicidio indirecto. No quería el trauma para su familia y optó por una cruzada frenética en par-ques oscuros por contraer el sida en relaciones con hombres sin protección mientras apagaba el contacto con sus seres queridos. Tras fracasar en sus 15 intentonas, darse cuenta de que podía matar además de morir y comprender mejor su voluntad, paró. Y lo contó.— ¿Qué le impulsó a contárnoslo?— Fue una decisión difícil, pero mientras salía de mi depresión sentí que necesi-taba leer un libro que me contara las experiencias que yo necesitaba conocer y no lo encontré. Había memorias perso-nales, libros de psicología, de sociología, de historia, pero nada que ensamblara todo. Sentía que yo necesitaba ese libro y, si yo lo necesitaba, pensé que otros también. Me permitió tomar una parte de mi vida que parecía inútil y hacer algo valioso de ella. Yo he tenido acce-so a un cuidado médico excelente, una familia que me apoya, la situación ideal para superarlo y me dije: si gente como yo no se abre a contar de qué va, quién va a hacerlo si no. La depresión es una enfermedad de soledad y si hablar de mi depresión y lograr que la gente que entrevisto hable de su depresión puede lograr que la gente afectada se sienta menos sola, eso me hace feliz.— ¿Siguió algún modelo para este libro? Investigación, ensayo, memorias, cien-cia. ¿Cuál era su modelo para esta lite-ratura?— Yo ya había escrito una novela. También soy escritor de no ficción, creo mucho en la investigación y sentí que no podía hablar de mi experiencia sin entenderla profundamente. Necesitaba un contexto para inscribir mi propia experiencia. Y cuanto más investigaba más me interesaba comprobar por qué algunos de mis entrevistados tenían una depresión menor que les inutilizaba y otros una depresión muy significativa que sin embargo no les impedía llevar una vida normal. Quería entender sus mecanismos de resistencia y el único camino era una investigación.— Hemos hablado de amor, de lo íntimo,

pero usted aborda también lo social y asegura que vivimos en el caos tecno-lógico. ¿Cuál es el impacto de ese caos en las personas?— Ahora hay más depresiones que antes. La cuestión es por qué y creo que puede haber 10.000 razones, desde factores de alimentación, a los núcleos hiperpobla-dos en que vivimos o el tiempo decre-ciente que dedicamos al sueño, pero las razones primarias creo que están conec-tadas sobre todo con la tecnología. Yo soy un entusiasta de la tecnología, pero pasamos mucho tiempo interactuando con máquinas en lugar de con personas. Hace poco conocí un estudio realizado con dos grupos de niños que atendie-ron lecciones de chino de los seis a los 18 meses, uno de los grupos lo seguía por vídeo y el otro en vivo. Pasado ese tiempo los que lo siguieron en vídeo no habían retenido prácticamente nada y los otros sí. La interacción humana es recíproca. Si yo digo algo tú me dices algo, nos miramos, hay una dinámi-ca que no está en una máquina ni en una persona que esté al otro lado de la máquina. Hoy interactuamos mucho tiempo con las máquinas y nos hemos volcado demasiado. Otra cosa que he descubierto investigando es la soledad de la gente. Hay gente tan sola que no interactúa con nadie, que va a su trabajo, que vuelve a casa, cierra la puerta, cena ante el televisor y así cada día, nunca habla con nadie. He recibido cientos de cartas con historias así y la capacidad de vivir en una comunidad en la que la gente es tan invisible, en la que puedes desaparecer sin que a nadie le importe es relativamente nueva. Antes se vivía en un pueblo, donde uno no podía eva-porarse sin más. Hoy hay un mal temible de aislamiento.— ¿Entonces estamos más conectados por la tecnología, pero más solos?— Sí. Una familia que conozco que per-dió a su hijo por suicidio trabaja ahora en un proyecto en campus universita-rios cuyo lema es: “35.000 amigos en Facebook y nadie con quien hablar”. A menudo ocurre: alguien se suicida y todos los que aparentemente eran

amigos piensan: no tenía ni idea de que estaba luchando, de que estaba pasan-do una depresión. La gente es buena guardando secretos y si no tienes una estructura social alrededor preparada para penetrar esos secretos puedes vivir en el frío mundo del secreto.— Usted afirma que las viejas estruc-turas sociales y familiares se han roto. ¿Tan tajante?— Nada de esto es universal. Hay gente que vive mejor en este mundo que en cualquier otro del pasado y yo soy uno de ellos. Si yo hubiera estado deprimido hace 30 años no habría tenido nada que hacer, no habría podido tener la familia y la vida que ahora tengo. Pero en cada era hay ventajas y desventajas y en cada una de ellas es importante ser consciente de cuáles son. No vivimos en el peor momento de la historia, en absoluto, pero creo que en nuestro mundo occi-dental la alienación es un problema. Y la alienación es muy disruptiva.— ¿Es aún un tabú la depresión? ¿Es más fácil abordar un cáncer que una depresión?— En cierta medida sí. La gente está aprendiendo a hablar sobre ello, más que antes. Pero arrastramos la tradición medieval según la cual había enfermeda-des del alma y enfermedades del cuerpo y hasta que eso no se despeje del todo la depresión seguirá siendo como una mala suerte que te ha tocado. En la Inquisición se consideraba una acción del demonio y te ejecutaban por estar deprimido. Ahora sí, la gente sabe que es una enfermedad de la mente y que puedes romper el muro entre ambas. Sabes que la enfermedad mental tiene también consecuencias físicas y que la enfermedad física tienen también con-secuencias mentales. A mí me sucede que cuando estoy bien, puedo hablar de mi depresión, puedo ser abierto, pero cuando tengo un bajón y tengo que can-celar algo entonces no puedo hablar de ello. No diría jamás: lo he cancelado por depresión. Puedo decir que me ha sen-tado algo mal o lo que sea, pero tengo que usar cualquier otra excusa. Te sien-tes demasiado vulnerable para decir la

verdad. Cuando te sientes mal te sientes juzgado, te sientes debilitado.— ¿Realmente estamos más deprimidos o la tolerancia al dolor ha disminuido?— Nuestra capacidad para tratar este tipo de dolor es mayor. Y en la medida en que puedes tratar algo es absurdo no hacerlo. 75 años atrás si estabas deprimido y lo decías era una buena información, pero nadie podía hacer nada por ello. Ahora si dices que estás deprimido, hay medicación, hay tera-pias, tratamientos alternativos… Así que es absurdo no reconocerlo. Pero eso ha hecho que haya gente con la idea equivocada de que podemos vivir una vida sin dolor y que en cuanto sufre una tristeza por alguna razón cree que es una depresión que debe evitar. Creen que en cuanto tienen una experiencia ordinaria de felicidad o frustración debe ser clínico, sintomático y debe ser tratado, y eso es muy naif. Así que ¿tolerancia? Simplemente hay gente que ya no siente la obligación de tener coraje, valentía ante el dolor, cree que se debe evitar y no es verdad.— Hablemos de terapias. ¿Nos sirve el legado de Freud?— Se le ha atacado mucho, pero él definió todo el concepto moderno de la conciencia, el subconsciente y la existencia de las motivaciones que no podemos comprender pero que con una adecuado trabajo puedes afrontar. Yo creo que Freud está vivo. Y la idea básica de volver a tus primeras expe-riencias e intentar entender tu infancia, te da más control sobre tu vida adulta. Es una idea muy válida. Las grandes ideas de Freud son absolutamente cen-trales en la manera en que entendemos la humanidad, aunque la aplicación lite-ral del psicoanálisis ya no es relevante para mucha gente.— Usted defiende sin embargo la psi-cología conductista.— Sí. Ha habido un debate sobre si la depresión es biológica o psicodinámica y situarnos en que debe ser una cosa o la otra es erróneo. Contiene elementos de ambas. La medicina puede ser muy útil en momentos en que los síntomas están ahí, pero también tengo que poder entender quién soy y por qué tomo esta medicación, qué me ha causado llegar a este punto. Y preguntarme qué he esta-do haciendo mal y qué debo cambiar para prevenir que esto vuelva a ocurrir. Y todo esto debe trabajarse.

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por Ángel gabilondo

“La vida es breve, el arte es larga, la oca-sión fugaz, la experiencia resbaladiza y el juicio difícil”. El conocido aforismo de Hipócrates nos previene de algunas precipitaciones. Y de ciertas euforias. Y nos sitúa adecuadamente en estos tiempos tan propicios a perseguir con-vencer, o, más exactamente, a buscar adhesiones. Vuelven las palabras, pro-liferan los discursos. Como siempre, como nunca. Y en ocasiones con una pretensión de ser remedio incontes-table y con la voluntad de concebir el sanar como un “cortar por lo sano” a los concebidos como enfermos y de enterrar a los considerados como muertos. Sin duda precisamos de dis-cursos consistentes, decididos y dis-puestos. Precisamente por ello, hemos de participar y de corresponder con nuestra palabra. Lo que no supone necesariamente asentir.Los discursos activan los humores del alma como los fármacos los del cuerpo. Es cuestión en definitiva de lograr la proporción debida. Gorgias recuerda que se trata de que produzcan deleite, aflicción o, quizá, terror. Son un ensalmo que puede llegar a infundir en el alma placer y evacuar la pena. Ya su maestro Empédocles, un médi-co singular, considerado el padre de esta retórica prerretórica, curaba por la palabra, remediaba con ella. Se trata, por otra parte, de lograr la persuasión de los ciudadanos, de crear mundos y de encantar, deleitar y cautivar almas. Lo que importaría no sería tanto la ver-dad cuanto el efecto producido. Pero no es cosa solo de agradar. Es cues-tión de ser convincente, de generar sentimientos compartidos, de ganar adeptos, o de marcar distancias, y de producir actos, a través de opiniones verosímiles y aceptadas.Tal vez por ello Platón, que considera en el Fedro que el orador es un médi-co de las almas, tiene una diferente consideración de la salud, no acepta el planteamiento de Gorgias y emprende

Discursos para sanar

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el sinuoso camino del discurso verda-dero. Y, más aún, Aristóteles. Brota otra verosimilitud, no ya simplemente la de las creencias u opiniones, sino la de la búsqueda de lo más justo, aceptable y argumentable posible. Eso exige decir de modo distinto, quizá menos altivo. Nos movemos entonces en el terreno de lo probable y de lo admisible. Nada menos, y nada más. Ello induce a ser exigentes incluso para desconsiderar los discursos ajenos. Y a buscar conci-liar la palabra ajustada con la palabra justa. Y a cuidarse de ser incontestable.Asumir que las cosas pueden ser también de otra manera nos libera de ciertas contundencias. No se pretende ignorar el arte de la palabra, sino reco-nocer su alcance y sus límites. Y su importancia para ser alguien cultivado, precisamente en la medida en que no se reduzca a un arte de la mera elocuencia, o de la pronunciación u ornamentación verbal. Sus frutos han de brotar en la conducta privada y en la vida pública. La retórica viene a ser así toda una edu-cación, que exige, como Quintiliano subraya, un gran componente ético. No basta con ser experto en hablar en público, se requiere ser bueno. Bueno y versado en el decir. Y eso es mucho más que una mera caracterización moral. Cuando Marco Aurelio responde, “mi oficio es ser bueno”, dice algo diferen-te, dice algo otro. Implica asimismo, un conocimiento, un saber. Y, como Cicerón destaca, un comportamien-to, toda una sabiduría, una forma de relación de cada quien con ese saber.Y una sintonía que tiene en cuenta a quien uno se dirige, y que lo hace por-que importa, porque nos importa. Que haya que ser prudente y fuerte para hacerlo no excluye que se busque ser justo. Y respetuoso con los derechos. Solo así la retórica no pierde esa fuerza que permite que Quintiliano la consi-dere educación global, nosotros diría-mos, integral.Pero la persuasión no es la mera ads-cripción, ni un simple modo de embau-car o de engañar. Supone la asunción basada en argu-mentos y buenas razones que, no siendo todo, no es poco. En especial, en asuntos en los que lo probable o lo adecuado, sin pretender imponerse como verdad absoluta, pueden resultar convincentes y verídicos, sin tener que

ser por ello una argucia o artimaña de engaño u ocultación. El desconcierto nacería de exigirles demasiado o de no concederles alcance alguno. Y en el extremo, de considerar que por muy justificadas, argumentadas o bellas que se ofrezcan, las palabras son vacuas y carecen de enjundia.Sin embargo, parecemos no requerirlas menos. Y mejores. Adecuadas, consis-tentes, con implicación, pero necesa-rias. Y efectivas. Y nos reunimos, y nos disponemos, con ellas y en su espera. Buscamos su validez cognoscitiva, y no solo ornamental, y precisamos motivos, no solo preferencias. Y ante los cuales hemos de ser capaces críti-camente de reaccionar, y de respon-der, y de escoger valores y acciones. Participamos y seleccionamos. No hay mera transmisión. No solo recibimos, sino que también reactivamos o recha-zamos. Únicamente así nos dicen.Lo que se dice, sin ser independiente de la voluntad del que habla ni de la situación del acto de habla, nos vin-cula asimismo a la cuestión de quién habla y de la posición y del horizonte de expectativas de quien escucha. Y hemos de preguntárnoslo. De ahí que tratar de influir implique información y conocimiento, y no impida, antes por el contrario posibilite, la adecuada comu-nicación. Nos importamos y comparti-mos. Es en esa medida en la que cabe decir que la palabra nos viene del otro o, mejor, con el otro, Cuando deseamos contarle algo sin contar con él no hay propiamente sino solo palabras. Por eso no basta con estar o quedar bien o con resultar afortunado. Ni siquiera con mover o conmover a los oyentes. Es indispensable abrir espacios de efectivo diálogo. Habermas dirá que con rectitud y con lealtad. Salvo que tengamos otros específicos intereses, que se resumen en la efectividad de encontrar adeptos.La cuestión no es sin embargo la adhesión, ni la simple aceptación de lo propuesto, sino la deliberación y la decisión compartidas para una acción razonable. Pero esto no es resultado sin más de un mensaje transmitido, sino que es una tarea, la de generar cono-cimiento para la pertinente resolución y realización. Y eso exige conversar. Y de cerca. Este sería ya otro balcón, en caso de seguir siéndolo. Puestos a narrar historias, no es indiferente

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que destelle algo así como lo verdade-ro. Y que resulte justificado, verosímil y plausible. Eso supone que también pueda ser de otra manera y problemá-tico. Por eso resultaría delator quien, para sanar socialmente, propusiera caminos inexorables, o por resignación o por iluminación.Pero más inquietante resultaría aún considerar que no es para tanto, que ya todo parece resolverse, o creer que es suficiente con enunciarlo para que ocurra. Valga al respecto el conocido texto de Kant: “Un médico no hacía

sino consolar a su enfermo todos los días con el anuncio de la próxima cura-ción, hoy diciéndole que el pulso iba mejor, mañana que lo que había mejo-rado era la excreción, pasado que el sudor era más fresco, etc., etc. El enfer-mo recibe la visita de un amigo: ¿cómo va esa enfermedad?, le pregunta nada más entrar. ¡Cómo ha de ir! ¡Me estoy muriendo de mejoría!”.

* (Imágenes: Pinturas de Deborath Scott. Stalemate, 2009; Balance, 2010; Poet, 2010; y Magician, 2010)

®

15 de febrero de 2015

Cultural

El oncólogo aúna el perfil clínico al de investi-gador. Es, a sus 55 años, director médico del

Memorial de Nueva York, centro líder en la lucha contra el cáncer. PÁGINAS 8 A 11

Josep Baselga

16DOMINGO \ EL MAÑANA \ 15 de febrero de 2015 SOCIEDAD

que destelle algo así como lo verdade-ro. Y que resulte justificado, verosímil y plausible. Eso supone que también pueda ser de otra manera y problemá-tico. Por eso resultaría delator quien, para sanar socialmente, propusiera caminos inexorables, o por resignación o por iluminación.Pero más inquietante resultaría aún considerar que no es para tanto, que ya todo parece resolverse, o creer que es suficiente con enunciarlo para que ocurra. Valga al respecto el conocido texto de Kant: “Un médico no hacía

sino consolar a su enfermo todos los días con el anuncio de la próxima cura-ción, hoy diciéndole que el pulso iba mejor, mañana que lo que había mejo-rado era la excreción, pasado que el sudor era más fresco, etc., etc. El enfer-mo recibe la visita de un amigo: ¿cómo va esa enfermedad?, le pregunta nada más entrar. ¡Cómo ha de ir! ¡Me estoy muriendo de mejoría!”.

* (Imágenes: Pinturas de Deborath Scott. Stalemate, 2009; Balance, 2010; Poet, 2010; y Magician, 2010)