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Núm. 193 2." época.-AÑO XIII.—1.' de Agosto de 1888. REVISTA DE TELÉGRAFOS. PRECIOS DE SUSCRICIÓN. Kn España yPortugaí, una peseta al mes. Kn el extranjero y Ultramar, una peseta 25 cents. PUNTOS DE SUSCRICIÓN. En Madrid, en la Dirección general. En provincias, en las Estaciones telegráficas. SUMARIO SECCIÓN TÉCNICA.-El sonido (continuación), por D. Félix Garay. —SUCCIÓN GENERAL.—Viudas y huérfanos (conclusión).-Lo que puede resolver un problema, por D. Rafael Carrillo.—Relación de Aspirantes nombrados Oficiales segundos.—Miscelánea, por V.-Molidas.-Movimiento del personal. SECCIÓN TÉCNICA EL SONIDO (Continuación.) Presentemos primero á la contemplación del lector la escena de una madre abrazando á su hijo, todavía de tierna edad, pero pronunciando ya muchas frases del idioma que ella la ha en- señado, prodigándole toda clase de caricias y cubriéndole de besos y agotando, en su amoroso transporte, toda clase de demostraciones cariño- sas, sea con expresiones de delicada ternura, sea con cantares y exclamaciones alegres ó sentimen- tales, sea presentándole objetos agradables que fascinen la vista del infante y alegren la de su madre por mancomunidad y concomitancia. Todas las impresiones ópticas, calóricas, eléc- tricas, etc., que se comunican mutuamente por efecto de las corrientes lumínicas, sonoras y de cualquier otra clase que sean, de los órganos de la maa're a los órganos del hijo, y reciprocamen- te, subsisten y se sienten en los sensorios de es- ios dos dichosos seres simultáneamente; y tal (Jebe ser el placer cósmico y material que expe- rimentan, que apenas da lugar á que. tome par- ticipación ninguna el elemento intelectual ni principio activo ninguno, abandonados como se j eneuentran ambos á la pasividad é inercia eró- tica de su sensual y vehemente fruición, sin que entre para nada en esta escena presente y ais- lada ni los recuerdos del pasado ni los temores del porvenir. Para el niño no hay más mundo ni más seres que la madre á quien abraza y con quien se identifica, ni para la madre en aquel momento hay más amores, ni más sentimientos, ni más vida que la vida del ángel, que es la su- ya, y que es la que le está comunicando en su amoroso y vivificador regazo. • ; Todo esta al li simultaneado y circunscrito al reducido reciato en que tiene lugar aquel cua- dro tan sublime como natural y sencillo, en que dos seres, apretándose fuertemente, procuran evitar que se ensanche el espacio y se escape el perfume embriagador de que están disfru- tando. Pero llega á crecer el chico, se hace adulto y concluye su carrera. Sobre las ideas intuitivas adquiridas en la juventud ha ejercido la acción reflexiva de su espíritu, formando otros concep- tos, cuyo uso continuadoles hace tomar el carác- ter de intuitivos. Ejerciendo nuevamente sobre éstos el raciocinio, formó otros más difíciles y generales, los cuales llegaron á ser a su vez con- ceptos también intuitivos, y asi sucesivamente hasta obtener ese caudal de conceptos y conoci- mientos que constituyen las ciencias y las artes. Eespectoá los sentimientos, segiíü que las impresio nes que han sido su base y su elemento generador se han puesto, con más ó menos fre- ; cuencia, con más ó menos voluntad y más ó me- nos intensidad, en contacto y conformidad; con las impresiones de las demás personas, asi se , habrán desarrollado más ó menos en nuestro sen? :

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Núm. 193 2." época.-AÑO XIII.—1.' de Agosto de 1888.

REVISTA

DE TELÉGRAFOS.PRECIOS DE SUSCRICIÓN.

Kn España yPortugaí, una peseta al mes.Kn el extranjero y Ultramar, una peseta 25 cents.

PUNTOS DE SUSCRICIÓN.

En Madrid, en la Dirección general.En provincias, en las Estaciones telegráficas.

SUMARIO

SECCIÓN TÉCNICA.-El sonido (continuación), por D. Félix Garay.—SUCCIÓN GENERAL.—Viudas y huérfanos (conclusión).-Lo quepuede resolver un problema, por D. Rafael Carrillo.—Relaciónde Aspirantes nombrados Oficiales segundos.—Miscelánea,por V.-Molidas.-Movimiento del personal.

SECCIÓN TÉCNICAEL SONIDO

(Continuación.)

Presentemos primero á la contemplación dellector la escena de una madre abrazando á suhijo, todavía de tierna edad, pero pronunciandoya muchas frases del idioma que ella la ha en-señado, prodigándole toda clase de caricias ycubriéndole de besos y agotando, en su amorosotransporte, toda clase de demostraciones cariño-sas, sea con expresiones de delicada ternura, seacon cantares y exclamaciones alegres ó sentimen-tales, sea presentándole objetos agradables quefascinen la vista del infante y alegren la de sumadre por mancomunidad y concomitancia.

Todas las impresiones ópticas, calóricas, eléc-tricas, etc., que se comunican mutuamente porefecto de las corrientes lumínicas, sonoras y decualquier otra clase que sean, de los órganos dela maa're a los órganos del hijo, y reciprocamen-te, subsisten y se sienten en los sensorios de es-ios dos dichosos seres simultáneamente; y tal(Jebe ser el placer cósmico y material que expe-rimentan, que apenas da lugar á que. tome par-ticipación ninguna el elemento intelectual niprincipio activo ninguno, abandonados como se

j eneuentran ambos á la pasividad é inercia eró-tica de su sensual y vehemente fruición, sin queentre para nada en esta escena presente y ais-lada ni los recuerdos del pasado ni los temoresdel porvenir. Para el niño no hay más mundo nimás seres que la madre á quien abraza y conquien se identifica, ni para la madre en aquelmomento hay más amores, ni más sentimientos,ni más vida que la vida del ángel, que es la su-ya, y que es la que le está comunicando en suamoroso y vivificador regazo. • • ;

Todo esta al li simultaneado y circunscrito alreducido reciato en que tiene lugar aquel cua-dro tan sublime como natural y sencillo, en quedos seres, apretándose fuertemente, procuranevitar que se ensanche el espacio y se escapeel perfume embriagador de que están disfru-tando.

Pero llega á crecer el chico, se hace adulto yconcluye su carrera. Sobre las ideas intuitivasadquiridas en la juventud ha ejercido la acciónreflexiva de su espíritu, formando otros concep-tos, cuyo uso continuadoles hace tomar el carác-ter de intuitivos. Ejerciendo nuevamente sobreéstos el raciocinio, formó otros más difíciles ygenerales, los cuales llegaron á ser a su vez con-ceptos también intuitivos, y asi sucesivamentehasta obtener ese caudal de conceptos y conoci-mientos que constituyen las ciencias y las artes.

Eespectoá los sentimientos, segiíü que lasimpresio nes que han sido su base y su elementogenerador se han puesto, con más ó menos fre- ;cuencia, con más ó menos voluntad y más ó me-nos intensidad, en contacto y conformidad; conlas impresiones de las demás personas, asi se ,habrán desarrollado más ó menos en nuestro sen? :

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REVISTA

sorio, y por consiguiente en nuestra alma. Y esbien seguro gue en este terreno, en el terreno delos sentimientos, en esta ciencia, en que las intui-ciones y conceptos reflexivos tienen más ó me-nos valor verídico, según que pertenecen en ma-yor ó menor número y más ó menos intensa-mente á los demás seres que sienten como nos-otros, la sabiduría estará siempre de parte de lamujer, que es poseedora de ciertos misteriospara los que es indispensable una naturaleza ñnay delicada, como no la tiene el hombre general-mente, y dotada además de cierto instinto y ve-hemente inclinación a transformar sus impresio-nes y sus intuiciones en los bellísimos conceptosdel sentimiento, de las afecciones y de las pasio-nes, despreciando con penetrante instinto lasíntui-eiones y conceptos de las ciencias, separados delsentimiento, de esas ciencias llamadas filosófi-cas, matemáticas, políticas, etc., inficionadas ycorrompidas con los groseros errores de los sen-tidos y las engañosas fastuosidades de la preten-ciosa imaginación, y cuyo cultivo es estéril yoontinuará siéndolo mientras que estén desliga-das del sentimiento, que es el fenómeno que lig'aá todos los seres que sienten con simultáneas im-presiones, formando conceptos primitivos, intuí'ciones y verdades que real y positivamente perte-necen á la sociedad, á la humanidad, sobre cuyasleyes y manera de ser tienen su fundamento ódeben tener todos nuestros conocimientos.

Sino olvidásemos nunca que lossentirnientosno son más que impresiones, y que las impresio-

mes son movimientos atómicos, conseguiríamosque las ciencias filosóficas y las llamadas espe-culativas progresaran paralelamente á las cien-cias físicas y meramente cósmicas.

El estudio y el cultivo del sentimiento nos ha-bía de dar más fructíferos y más provechosos re-sultados que el cultivo de las ciencias tal comose estudian y se enseñan hoy, en ese campo deabstracciones y creaciones ficticias.

Pero volvamos á, la madre y al hijo, ya crecis-dos, que les supondremos ausentes en puntos ópoblaciones distintas, Ya no se ven, no se besan,-no se tocan, no se oyen, y por consiguiente, nose oomunican directamente ni se simultanean ensus sensorios las ondas lumínicas, calóricas, eléc-trieas, aoústicas, etc., del uno y de la otra. Perose comunican y tienen correspondencia por co-rreo, por telégrafo y por teléfono.

La madre conoce todas las intuiciones y mu-cha parte de los conocimientos y de los sentí--mientos que adornan á su hijo, y guarda y con-serva ea su cerebro todas las vibraciones atómi-cas que cuando vivían juntos se introdujeran di-

' rectamente, y funcionaban con la energía propiade suear&oter, pero que ahora sólo, subsisten en

forma recordatoria y elemental, en disposición,sin embargo, de crecer y robustecer sus intensi-dades cuando nuestra voluntad olas circunstan-cias lo exigiesen.

Be todos modos, su sensorio, depósito de to-das estas vibraciones recordatorias, será la his-toria de su hijo grabada y esculpida, por decirloasí, dinámicamente en su masa nerviosa concaracteres vibratorios infinitesimales.

Recíprocamente, el hijo posee con ig-uales ca-racteres microscópicos en su campo sensitivotoda la historia de las intuiciones, conocimientosy sentimientos de su amante madre.

Al comunicarse entre sí por los medios arribaexpresados sus impresiones, sus deseos y susafectos, el trabajo atómico en sus sensorios seejecuta con las vibraciones recordatorias, refor-zándolas, amenguándolas, combinándolas y ha-ciendo que se reaccionen en términos que va-yan identificándose, excepto en los casos enque, refiriendo ó relatando hechos presentes, susvibraciones directas se combinen con otras re-cordatorias ó remanentes. Pero de todos modos,este transporte de ondulaciones atómicas de unsensorio al otro por medio de las vibraciones re-cordatorias, que siendo primero sucesivas, lleganal cabo y al fin á simultanearse eu ambos cere-bros, es un trabajo más fino, más delicado, másespiritual y más perfecto que el transporte on-dulatorio de las vibraciones directas que mutua-mente se lanzaban madre é hijo cuando éste erade tierna edad y estaban unidos con estrechísi-mo abrazo,

En este último caso, las impresiones son máscósmicas, más materiales, y en las que entra endosis muy pequeñas el intellecttis. En el otro ca-so, cuando están ausentes, en las impresiones éintuiciones toma menos parte la materia y mayorel entendimiento, abundan los sentimientos yescasean las sensaciones.

La escena que hemos descrito primeramentees más sensual que la que hemos descrito des-pués, que es más ideal. Las ondas directas, comomás cósmicas y más materiales, están dentro dela sensualidad. Las indirectas y recordatorias es-timulan á nuestro principio inmaterial, á nuestroespíritu.

El matrimonio parece ser el crisol en que sefunden las vibraciones, ondulaciones y senti-mientos materiales é inmateriales que constitu-yeron los mundos ó conjuntos de impresiones ysentimientos de la madre y del hijo, tanto cuan-do disfrutaron sensualmente como cuando goza-ron idealmente.

Pues bien: esta misma diferencia de lo sen-sual á lo ideal encontramos dentro de la cienciafilarmónica entre la armonía y la melodía.

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DE TELÉGRAFOS. 331

En la armonía, las vibraciones de las notasque suenan juntas se combinan y se reaccionandirecta y enérgicamente, y en las impresionesque ellas producen apenas toma parte nuestroentendimiento, y no tenemos necesidad de to-mar en cuenta para nada las impresiones idénti-cas que otras personas pueden experimentar, re-sultando de esto que la impresión armónica mu-sical es una sensación.

Al contrario en la melodía. Como las notas sevan dando sucesivamente unas después de otras,las vibraciones directas de cada nota nunca secombinan con las directas de ias que han sonadoya, sino con sus recordatorias. De modo que parauna vibración directa que entre en nuestro sen-sorio á, producir sonidos, entran muchas recor-datorias al mismo intento, siendo Se esta clasela inmensa mayoría de los movimientos que en-tran en todo conjunto melódico, sobre los cualesse ejerce el principal trabajo de combinaciones yreacciones.

Además, las melodía» constan de muchas no-tas, por lo cual este trabajo de combinación escomplicadísimo, y por consiguiente, aunque in-tuitivamente, el intellecius debe tomar muchaparte en esta operación, y se ve precisado, paradejar satisfecho al sensorio, á formar unidadesparciales para con ellas formar la unidad total.Estas unidades, estas labores atómicas, desperta-rán otras labores que se ejecutaron en el cerebrocuando se experimentaron ciertas impresionesprocedentes de otras personas, y que subsistenen estado latente, convirtiéndose de este modoaquellas unidades en otros taníos sentimientos.

Luego de los tres elementos esenciales que en-tran en la constitución de nna impresión, la sen-sación, el sentimiento y el inlellecíus, enla armo-nía predomina la sensación, y en la melodía elsentimiento, acompañados siempre más ó menospor el entendimiento. La armonía es más sen-sual que la melodía, que es más ideal.

En la melodía cabe más pensamiento, ideamás grande, síntesis más complicada y argu-mento^ concepción más sublime. La melodía esel perfil, es el conjunto, es la idea primordial.La armonía son los colores y las sombras conque se rellena el perfil; son los detalles y los ador-nos con que se enriquece el cuadro delineado yse complementa la desnudez con que la idea me-lódica se ostenta, por preciosa y por inspiradaquesea.

, , Cabe inspiración lo mismo en la melodía que• en la armonía; pero la inspiración armónica está

engarzada, y depende esencialmente de la inspi-ración, molódica, como el claroscuro de un cua-dro depende de un modo esencial y absolutodeloa perfiles, 4 cuyo fin y á cuyo pensamiento de-

ben corresponder y á cuyo conjunto deben con-tribuir.

Una serie de acordes consonantes y disonan-tes, á través de los cuales no se percibiese nin-gún canto melódico, podría compararse con untablero coloreado con colores muy bonitos ymuy agradables, pero sin enlace ni conexiónalguna, y sin que formasen unidad ninguna.

Por otra parte, una serie de notas dadas conexcesiva y uniforme afinación unas después deotras, siempre con la misma intensidad, sin cla-roscuro alguno, sin eco y sin resonancia, adole-cería de una frialdad irresistible. : '

Y así como el enlace y unión de los elementosdirectos é indirectos que formaban las dos esce-,ñas que arriba hemos descrito entre madre é hi-jo constituían ia unión conyugal del matrimo-nio, de la propia manera la conjunción y enlaceartístico de la melodía y de la armonía formanun conjunto musical perfecto, ó una pieza filar-mónica acabada.

Supongamos ahora que se trate de poner enmúsica las dos estrofas siguientes:

Te quiero amar mi dulce amor.. (con delirio)Cual bella tórtola en estío {ángel mío)Te quiero amar como el rocío (con delirio)Ama y besa la tierna flor (ángel mío)

Parece el aura al suspirar (con delirio)Que lleva el eco de su acento (ángel mío)Que el dulce aroma de su aliento.. (con delirio)Bebe en sus labios al pasar (ángel mío)

Claro es que á cada frase Te quien amar, mi(Hice amor, ete., etc., ha de corresponder un con-junto de notas que formen unidades distintas consu principio y su fin, pero relacionadas entre sicomo lo están los pensamientos que aquellas fra-ses representan, cuyo enlace en nuestro caso for-ma dos grandes conjuntos encerrados en las dosestrofas, que á pesar de pertenecer á una mismaidea, á un mismo pensamiento y á una mismacanción, ostentan una diferencia muy notable.La melodía, pues, de ese canto constará de variasmelodías cortas; como unidades diversas que for-marán otras melodías ú otras unidades más com-plicadas, y, por consiguiente, la melodía ó uni-dad total. , • • . . . • i

Si mientras un recitante lee el primer renglón,otro recitante pronuncia la frase en delirio; ymientras el primero recita el segundo verso, elsegundo recitante pronuncia la frasea'iigél tiiío, y ',después sigue pronunciando estas dos frases condelirio y ángel mío alternativamente, mientras sevan recitando todos los demás versos en la forma ;que vemos arriba, tendremos una serie de pen-samientos muy variados, acompañados y armo*nizados con otros más cortos y. menos variadas.

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232 REVISTA.

i : Si, pues, formamos conjuntos melódicos co-rrespondientes á esas dos frases, preciso es quesus notas sean armónicas con las notas del cantototal; y al simultanear aquéllas con éstas, habre-mos iniciado lo que se llama el conlrafnmto (sinoestoy equivocado), y construido una melodía mu-sical con su acompañamiento.

No hay para qué decir que las frases con deli-rio; Aligel wlo, que figuran como aoompañamien-to, deben ser todo lo distintas posible de loa pen-samientos a los que acompañan, sin perjuicio dees tai en perfecta relación armónica con ellos, ysobre todo con el conjunto; de la misma maneraque con la mano izquierda en el piano, á poderser, deben simultanearse con las notas de la par-M cantante otras que sean siempre diferentes, queni siquiera sean octavas, sin perjuicio, sin em-bargo, de que unas y otras formen acordes con-sonantes ó disonantes.

Las frases con delirio y o/ngú mío coa que he-mos acompañado la canción recitada en versocon monótona y alternativa repetición, puedencompararse con los arpegios y elementales con-juntos de notas con que algunas veces, quizáscon exagerada sencillez, se armonizan y acom-pañan los cantos melódicos.

Se comprende qus en vez de aquellas frasessueltas y repetidas que sirven de acompañamien-to sean otras frases más largas y más variadas,y hasta versos enteros, y aun estrofas enteras,que á pesar de presentarse como tales acompa-ñamientos, sean mejores y más poéticos que losque constituyen las estrofas á que acompañan; dela propia manera que al formar los acompaña-mientos don la mano izquierda en el piano, sepueden, sin faltar nunca a la exigencia armónica,dibujar y delinear melodías muchas veces mássentidas y más ideales que las pertenecientes á lospantos melódicos que se toquen con la mano de-recha, como asuntos principales para los cualesáéhizbel acompañamiento.i j>pr la razón arriba dicha de que las notas to-

cadas simultáneamente son más sensuales quelas que suenan sucesivamente, que son másidea-

: les, iío debe abusarse nunca de esas armonías es-, trépítósas que muchas veces se forman en las

óperas líricas para expresar con exagerado rea-lismo ciertos efectos dramáticos.

Varias melodías largas, compuesta cada unado una serie de melodías componentes, que toca-das separadamente yunaáuna , apareciesen per-fectamente distintas, y que reunidas todas for-masen un conjunto armónico y melódico con per-fecta unidad de pensamiento, como si fuese untrozo de poesía de perfecta belleza literaria, cons-tituirían indudablemente el prototipo de la belle-za filarmónica, el limite á que han de aspirar en

su habilidad artística los grandes compositoresde obras musicales.

Entre esta clase de dificilísimas produccionesfilarmónicas hay unas notabilísimas que recibenel nombre de fugas. Al pronunciar esta palabrahay que pronunciar siempre inmediatamente elnombre del célebre organista Baeh, de fecundo éinagotable ingenio para esta clase de composi-ciones.

Cuando he querido penetrarme bien de la ex-tructura de lo que constituye la fuga, acudiendoá las definiciones que de ella dan algunos auto-res, no he visto más que oscuridad y confusiones;por lo cual voy á ensayar de fijar las cualidadesque constituyen esta clase de composiciones,dando una definición á mi manera, por si cae esteescrito en manos de algún maestro que tenga labondad de examinar esta definición, ver los de-fectos y las deficiencias de que adolezca y mani-festármelos con toda franqueza, para que hechaslas correcciones oportunas, satisfaga el caprichoque tengo de conocer á fondo y con claridad estaclase de lucubraciones filarmónicas, para admi-rar bajo sus diversas fases el estro estético de laactividad humana ejerciendo las bellas artes.

La definición, pues, que me ocurre para lafuga es la siguiente:

Tomemos un motivo musical y formemos conél una ó varias imitaciones (1). Hagamos que elconjunto así formado se cante por dos ó más vo-ces sucesivamente; pero de modo que la segundavoz entre á cantar antes que la primera hayaconcluido de cantar el conjunto; la tercera antesque haya concluido la segunda de cantar el mis-mo conjunto, y así sucesivamente, coa la preoisacondición de que todos los compases que se can-ten simultáneamente por las diferentes voces seansiempre diferentes, y habremos confeccionado loque se llama una fuga.

No hay nece sidad de que el conjunto cantadopor una voz sea exactamente igual al que cantenlas demás voces, ni tampoco el que cada voz can-te siempre el mismo conjunto; puoden variarseestos cantos todo lo que se quiera, con tal de queestas variaciones no sean más que modificacionesdel motivo principal, el que nunca debe borrarsede nuestro oído, por grandes que sean sus trans-formaciones durante toda la composición.

Repito que esto no es más que un proyecto dedefinición que expone á la consideración de los

'1) Do re mi fa sol, mi re mi ro do, do mi sol do mi, si do re mi fa,etcétera, etc., BOU i inilaeiones, estoes, frases musicales semejan-t e s y parecidas, tanto pi r el número de notas, coüiopor la manerade cotu binar las, y que muchas yecos so presentan las unas comocontestaciones de Jaa otras, como cuando ao preg-uata: ¿está la no-,cite oscura? y se contesta: la noelie oscura'está. Las municiones¿se acabaron? Se acabaron, sí, señor; etc., jetc. • ' • - •

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DE TELÉGRAFOS. 233

maestros uno que no sólo no es maestro, pero nimúsico siquiera, que uo es más que un simpleaficionado, aunque, como se ve, bastante aficiona-do, dihttcmlc, como se dice en italiano, y que nobien se separa de la parte científica y puramenteacústica, su discurso vacila y no está seguro dela exactitud de lo que dice.

Mas cualquiera que sea la definición dentrode la cual quepan todas las clases de fugas quepueda haber, siempre la fuga será una composi-ción en que el compositor, con las manos atadasy la mente ceñida por la estrechez de las reglas,que le prohiben salirse del limitado campo en quedeben jugar todas las variaciones y todas las imi-taciones del tema ó motivo que no le es permitidoabandonar, no puede su acción inventiva espa-ciarse y extenderse por las ilimitadas regiones enque sin trabas ni entorpecimientos de ningunaclase le serla más factible encontrar los manan-tiales de la inspiración y del sentimiento. Y sóloen este sentido puede aceptarse lo que dijo Rous-seau de «que una bella fuga es la ingrata obramaestra de un buen armonista»; pues por lo de-más, asi como la exigencia del consonante, po-niendo en tortura la imaginación del poeta, obli-ga á éste á buscar ideas y pensamientos dotadosde una originalidad y una novedad que de otromodo inútilmente se hubiera esforzado en adqui-rirlas, de la misma manera los gigantes esfuer-zos del músico para arreglar con perfección todaslas partes de una fuga, le traen á su mente melo-días y armonías de riquísima inspiración.

Como quiera que sea, una fuga inspirada esel colmo del artificio y del arte musical, la mayorsublimidad filarmónica, porque es la composiciónmas rica, en unidades melódicas armonizadas yestrechamente unidas entre sf, formando melo-días de diferentes órdenes, unas engarzadas den-tro de las otras y siempre dentro de la unidadprincipal, de la melodía principal, que es el moti-vo ó el tema sobre el que se ha construido todoel sistema artístico.

(Continuará.) Vknx OAHAY.

¥ECCIOI GEIERALVIUDAS Y HUÉRFANOS

SEGUNDA SBSIE

(Conchsiái.)

El Keal decreto de 14 de Octubre de 1879, pu-blicado en la Gaceta Aeláía 19, y que está vigen-te, dispone:

«Art, l.°=Las Administraciones subalternas»_de Correos, establecidas en las poblaciones que»no son Capitales de provincia, y en las cuales

sexista en la actualidad, ó se establezca en lo su-»cesivo, Estación telegráfica, quedarán suprimi-»das, y se encargarán del servicio de Correos los» funcionarios del Cuerpo de Telégrafos, á exeep-»ción de las Estafetas de Irtin, Algeciras, Carta-igena, Vigo, Ferro!, San Fernando, y Santiago,»que, en atención á la importancia de su ser-»vicio postal, conservarán, por ahora, su actual«organización.»

A la fecha en que publicamos esías líneas con-tinúa vigente el decreto, y en pia todas sus ex-cepciones: no servimos el Correo ni en las Capi-tales de provincia, ni en Irún, Algeciras, Carta-gena, Vigo, Ferrol, San Fernando, y Santiago;pero le servimos en todas las demás poblacionesen que hay Estación telegráfica y no son Capitalesde provincia: cuando se abre una Estación, noaincautamos allí del Correo; yen 31de Mayo últi-mo., servíamos 398 Estaciones telegráfico-pos-tales.

Como las Administraciones subalternas deCorreos, establecidas en esas 398 poblaciones, noCapitales de provincia, han sido suprimidas;como inmediatamente que se abre en un puntocualquiera la Estación telegráfica, queda allí su-primida 3a Administración subalterna de Correosque en él hubiere; como todas esas oficinas setransforman así en Estaciones telegráfico-posta-les; como en ellas no hay más funcionarios que losdel Cuerpo de Telégrafos, que desempeñan, aunmismo tiempo, el servicio de Correos y el serviciode Telégrafos por sólo su sueldo de Telégrafos,y, por consecuencia, gratuitamente el servicio deCorreos; y como dichos funcionarios de Telégra-fos, que están allí solos, no tienen empleados deCorreos con quienes alternar; nos parece cosaevidente que aquí no puede nadie abrigar dudasde ningún género, sobre que las viudas y huér-fanos de nuestros companeros de las Estacionestelegráflco-postales, que sirvan en ellas niás dedos años, con sueldo superior 4 1,500 pesetasanuales, tienen perfecto derecho al Montepío deCorreos.

Para cumplimentar el decreto de 24 de Marzode 1869, se dictó la Orden de la propia fecha, quehemos insertado en nuestro núm. de 1.° de Julioúltimo, página 203; para cumplimentar el Realdecreto de 14 de Octubre de 1879, se expidió, pbrnuestra Dirección general, la Circular núm. 23de 27 de Octubre de ]879, que no es preciso: co-piar aquí; pero ni la una nila otra vez sé han dadoá nadie órdenes personales: recibida la orden ge-nera^ se cumplimentó buenamente por todos y :cada uno, como sucede siempre en Telégrafos; ycuando se abrió, ó se abré, una Estación telegrá-fica nos incautamos del Correo. .\'.\

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234 REVISTA

Nuestro apreciable colega la ReDÜU de Co-treost que se publica los días 10 y 25 de cadames, viene insertando en sus columoas nuestrosartículos YJUDAS Y HUÉBÍ'ANOS, á contar desde suniím. 867, correspondiente al 10 de Junio ante-rior.

Estimamos, en lo que vale, la cooperación quenos presta en este concreto asunto; ó insertamosá continuación, para conocimiento de nuestroslectores, los principales párrafos del preámbulocon que encabeza nuestro trabajo.

Dice así:«Hace tiempo que nuestro estimado colega la RRVIS.

TA DK TELÉGRAFOS, lia emprendido una honrosa cam-paSa pidiendo la aplicación del Montepío de Correos álas viudas y á los huérfanos de los empleados da Telé-grafos, que en virtud de los decretos de fusión de loeaños de69y79, han desempeñado el servicio de Correosenlas Estaciones estafetas fusionadas, y el éxito ha coro-nado tan j usta pretensión. Así lo verán nuestros lectoresen los diferentes acuerdos de la Junta de Clases pasivasque la REVISTA DE TRUÍSHAFOS inserta en los artículosque á continuación copiamos. Dicha Junta funda sna re-soluciones enei Real decreto sentencia del Consejo de Es-tado de 11 de Julio de 1887, y en su consecuencia vieneconcediendo pensiones del Montepío de Correosa lasviudas y á los huérfano •. de los individuos de Telégrafosque hayan servido dos años un destino de Correos, alpropio tiempo que el suyo de Telégrafos.

^Aplicado ya á los empleados de Telégrafos el Mon-tepío de Correos, se solícita ahora que el sueldo regu-lador de las pensiones no sea sólo con arreglo al quetuvieron cuando prestaron el servicio de Correos, sinoen proporción al sueldo superior obtenido posterior-mente en Telégrafos ó en cualquiera otra carrera delEstado, fuera de Telégrafos; y que esto sea lo mismopara nosotros que para olios, pues unos y otros tenemosiguales y perfectos derechos.

s>Hemos dicho ya que acogemos con satisfacción elReal decreto sentencia del Consejo de Estado que con-cede el Montepío de Correos á nuestros compañeros deTelégrafos que hen prestado sorvicio postal en las esta-ciones fusionadas, y á nuestro entender, es un acto dejusticia, pues por los dos Beales decretos de 69 y 79Fueron declarados tales empleados de Correos, aunque nose lea naya dado á cada uno nombramiento personal.Arrancando de este principio los creemos con igualesderechos que nosotros al Montepío, siempre que cadacual rextna las condiciones que el reglamento de 1785exige; y ellos y nosotros eon iguales derechos, no sólo álas ventajas que taxativamente se marcan en. el dichoreglamento, sino también á las que de sus prescripcio-nes se deduzcan lógicamente,

»l?or eso nos «sociamos de todas veras á. las pre-tensiones de nuestro colega la REVISTA DK TELÉGRA-FOS, y copiamos íntegros sus artículos publicados enloa números J87y 188, para que todos unamos nues-tras fuerzas, y conseguir de esta manera lo que á unosy otros nos convenga y sea en derecho-»

Para vigilar 6 dirigir según convenga al me-jor acierto las gestiones que haya necesidad depracticar en este importante asunto de nuestrasviudas y nuestros huérfanos, se ha constituido enMadrid, haca tiempo, una reunión amig'able decompañeros de Cuerpo, compuesta de tantos in-dividuos como categorías ó clases tiene el mis-mo,—uno por cada una,—la cual ha acordadoúltimamente, que, las 2.437 pesetas y 05 cénti-mos que le sobraron á la señoraBiová, se empleen,en el momento oportuno, en sostener ante elConsejo de Estado un nuevo pleito contencioso-administrativo, ya para conseguir que ios funcio-narios de la Central en 1869-71 sean comprendi-dos en el Montepío, 6 ya, preferentemente, paralograr que las pensiones de Montepío so declarencon arreglo al mayor sueldo que el causante hayadisfrutado, en las condiciones de regulador, fuerade Correos, hasta el tiempo de su fallecimiento,en su carrera de Telégrafos, ó en cualquieraotro destino ó carrera del Estado.

Los compañeros que componen la reunión sonlos siguientes:

limo. Sr. D, Francisco Moray Carretero.Sr. D. Romualdo F. Bonet.» » Julián Alonso Prados.

limo. » » José Redonet.» * José María Díaz.» » Fidel Golmayo.» » Carlos Donallo.» » Francisco Alegría,» » Nemesio Picornell.» » Joaquín Gutiérrez de la Vega,» » Tomás Cordero,» » Plácido Bolívar.» » José Martín y Santiago.» » Manuel Samper.» » Juan de Mata Martínez.» » José Liado.» » Esteban Marín.» » Francisco Morejón.

** *Aclaremos ahora un punto interesante.En nuestro número anterior hemos insertado

la importantísima Real orden de 12 de Juniode 1888, que resuelve favorablemente una de !ascuestiones que hemos tratado en estos artículos, ácuya Real orden agregábamos el comentario quenos pareció oportuno.

Como una muestra de la innegable impor-tancia de nuestro trabajo, y de su resonanciaen donde es más conveniente que la tenga, de-bemos decir á- nuestros lectores, que, desde dichositio, se nos ha llamado la atención sobre que noshemos olvidado del art, 20 de la ley de Presupues-tos de 3 de Agosto de 1866.

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DE TELÉGRAFOS

Hemos leído la ley; y en vez de rectificar,ratificamos nuestro juicio.

El art. 15 de la ley de Presupuestos de 25 deJunio de 1864, dice:

«Hasta que se publique la ley general de 01a-»ses Pasivas, las viudas y huérfanos de ios fun-«cionarios públicos, no incorporados ackcalMentesé los Montepíos, tendrán derecho á pensión del^Tesoro, con sujeción á lo dispuesto ea los ar-»tícu!os 45 al 66, 69, 70 y 75 del proyecto de ley«presentado al Congreso de los Diputados en»20 de Mayo de 1862.»

Luego las pensiones del 2'esoro se oreabanpara las viudas y huérfanos de los funcionariosno incorporados en 25 do Junio de 1864 á iosMontepíos.

¿Y los incorporados?El art. 70 del Proyecto de ley de 20 de Mayo

de 1862, habla de ellos:«Desde la publicación de esta ley,—(es decir,

desde el 25 de Junio de 1864),—cesarán los Mon-tepíos especiales de Ministerios, Oficinas milita-ras, y demás anteriormente establecidos. Las«pensiones que hoy se satisfacen a titulo de dichos«Montepíos, y las que deban declararse en lo su-»cesivo, por efecto de las disposiciones tramito-»rias de esta ley, se incorporarán todas, en su«actual importancia, á las que, en concepto de«pensiones de viudas y huérfanos, deban satisfa-cerse eon arreglo á la misma.»

Nos parece que esto está claro: los Montepíosde Ministerios, Oficinas militares, y demás ante-riormente establecidos, cesaron en 25 de Juniode 1864; las pensiones que en aquel día se satis-facían á título de dichos Montepíos, y las que,con el propio título, debieran declararse en lo su-cesivo, por efecto de las disposiciones transito-rias del Proyecto de ley de 20 de Mayo de 1862, seincorporaron todas, en su total importancia enaquel momento, á las que, en concepto de pen-siones de viudas y huérfanos, ó pensiones delTesoro, según el art. 15 de la ley de Presupues-tos de 1864, debían, ó debieran, satisfacerse, conarreglo a la misma ley, o" Proyecto de ley, de 20 deMayo de 1862.

Había, pues, dos clases de pensiones:1.a clase. =Las del Tesoro, con sujeción alo

dispuesto en los artículos 45 al 66, 69 y 75 delProyecto de ley de 20 de Mayo de 1862; creadas,para las viudas y los huérfanos de los funciona-rios no incorporados á los Montepíos en 25 de•Junio de 1864, por el art. 15.de la ley,de Presu-puestos de esta .última y misma fecha.

2," clasé.rrLas de Montepíos, que se satisfa-cían á.tltulo de tales en 25 de Junio de 1864, ó sehabían de declarar, y se declararon, en lo sucesi-vo, con igual título, por eftutods las disposicio-

nes transitorias del Proyecto de ley de 20 de Mayode 1862; instituidas por el art. 70 de dicho pro-yejto, con incorporación a las del Tesoro, crea-das por los 45 á 66, 69 y 75, al suprimir los Mon-tepíos de Ministerios, Oficinas militares y demásanteriormente establecidos.

Para ambas clases de pensiones, rigieron*,desde el 25 de Junio de 1864 basta el 3 da Agostode 1866, los artículos 2.° y 50 del Proyecto de leyde 20 de Mayo de 1862, transcritos en nuestrom'tmero precedente.

Pero el art. 20 de la ley de Presupuestos de3 de Ag-osto de 1866, dice:

«Desde la publicación de esta ley sólo tendránnáei-eeho riieneficio del Montepío los empleados«civiles que desempeñan plazas cuya dotación»sea de 800 escudos arriba, sujetándose en lo«demás alas disposiciones vigentes.»

Y el art. 21 dispone que:«En los casos en que, conforme al art. 15 de

»Ia ley de Presupuestos de 25 de Junio de 1864,>> las pensiones de Montepío se hayan de declarar«con sujeción á lo dispuesto en los artículos 45 á»66 y 69,70 y 75 del Proyecto de ley presentado«por el Gobierno de S. M. al Congreso de los Di-sputados en 20 de Mayo de 1862, dichas pensio-n e s se ajustarán álos sueldos reguladores oo-»rrespondientes, computados en los términos que»previenen los artículos 7,°, 8.e, 9.°, 10.° y 11.°«del citado proyecto, y teniendo en cuenta las«demás disposiciones del mismo. Las pensiones«que se hubiesen concedido sin tener en cuenta«estas disposiciones, se revisarán, haciéndose al«Tesoro, cuando haya lugar, los correspondien-»tes reintegros.»

El art. 21 se refiere á los sueldos reguladores,que no es la cuestión que tratamos; el art. 20,determina que, desde el 3 de Agosto de 1866,el sueldo base del derecho, no el sueldo re-gulador, ha de ser de 800 escudos arriba; peroambos artículos hablan délas pensiones de Mon-tepío y no de las pensiones del Tesoro; y ya he-mos visto, que, aunque los Montepíos habían ce-sado como tales Montepíos, se declaraban* pen-siones á título de los mismos, ó por los derechosadquiridos en ellos, incorporadas á las del Tesoro,ó de viudas y huérfanos, como las llama el ar-tículo 70 del Proyecto de ley de 20 de Mayo de.1862, creadas por el 15 de la ley de Presupuestosde 25 de Junio de 1864, para los funcionarlospúblicos no incorporados en aquella fecha á loaMontepíos. ' ' ' ' "

Por manera que, el sueldo basé, no el regula^'dor, de las pensiones del Tesoro, ó demudas y.huérfanos, siguió siendo el de 6.000 reales seña-'lado en el art. 2," del Proyecto de ley de 20 de;Mayo de 1862; y el sueldo base, no el regulador^

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236 REVISTA

Para terminar:Aun nos resta que hacer no poco en esta'cues-

tión de nuestras viudas y nuestros huérfanos:1 .°=0ue á los funcionarios de la Central tele-

,\T:II¡I\-I IMI 1869-71, se les comprenda en el Monte-pío ili" Cerreos.

?• '-<¿w á todos nos sirva de sueldo fegula-ilrtr il» h pensiones del Montepío de Correos, élimi} or .'i que hayamos llegado hasta nuestrol.ilU'i-ijni'nto, en nuestra carrera de í elégfafos,óon cun'/iuiéra otro destino ó oarrera del ÍB

de las pensiones de Montepío, fue, desde el 3 de |Agosto de 1866, el de 8.000 reales.

1." clase. =Pensiones del Tesoro.. 2.a clase. =Pensiones de Montepío.

El Decreto-ley de 22 de Ootubre de 1868, res-tableció, por su art. 12, los Montepíos, y declaróeü suspenso, por su art. 13, los del Proyecto deley de 20 de Mayo de 1862, puestos on vigor porla ley de Presupuestos de 1864, y siguientes.

Eesulta, por tanto, como dijimos en nuestronúmero anterior, que, en virtud de la Real ordende 12 de Junio de 1888, los funcionarios del Cuer-po de Telégrafos que disfrutaban 6.O90 realesantes del 22 de Octubre de 1868, y se hayan ca-sado, ó se casen, en cualquier tiempo, despuésde disfrutar dos años sueldo de 8.000 reales, de-jarán á sus viudas y a sus huérfanos la pensióndel Tesoro que les corresponda con arreglo almayor sueldo á que hubieren llegado hasta el diade su fallecimiento, disfrutándolo por mis dedos años.

Pero supongamos que hemos cometido erroren nuestros juicios, y que el art. 20 de la ley dePresupuestos de 3 de Agosto de 1866, compren-de,—cosa que, en absoluto, negamos de nue-vo,—todas las pensiones.

Todavía resultará, que, los funcionarios pú-blicos que tuvieron 6.000 reales como sueldobase, no como sueldo regulador, dentro del pe-riodo transcurrido desde el 25 de Junio de 1864hasta el 3 de Agosto de 1866,ó sea, de dos afios,un mes y ocho días, adquirieron el derecho—deque ninguna ley puede privarles,—de dejará susviudas y á sus huérfanos casándose en cualquiertiempo después de disfrutar dos años sueldo de8,000 reales, petisión, del Tesoro, con arreglo á laKeal orden de 12 de Junio de 1888.

El Consejo de Estado lo dice en esta mismaKeal orden: «el respeto á los derechos adquiri-d o s , obliga, en buenos principios de justicia, a«estimarlos, no sólo como eran al publicarse Ia3»leyes que,los modifican, sino como después fue-»ren por el natural crecimiento de los mismos,»una vez nacidos.»

3.°=Que por una ley hecha en Cortes so in-corpore el Cuerpo de Telégrafos al Montepío deCorreos.

Tendremos siempre al corriente a nuestroslectores de los incidentes de este vitalísimoasunto, y volversmos é la brecltíí cuando lo juz-guemos indispensable.

Las gotas de agua taladran las rocas.

LO QUE PUEDE RESOLVER UN PROBLEMA

Han entrado en vigor los nuevos presupues-tos del Estado, y con ellos la rebaja de la consig-nacióu para material de Telégrafos. Acerca delacierto de esta medida, el tiempo dirá la últimapalabra.

Ahora, y puesto que dentro de tan estrechoslimites ha de moverse la Dirección general, de-bemos calcular para lo sucesivo contando con losreducidos elementos que quedan á nuestra dis-posición.

¿Qué puede hacerse para mejorar el serviciosin. que esto suponga nuevos sacrificios para elTesoro ni grandes desembolsos que de ningúnmodo habla de realizar? .>

No podemos aspirar á espesar las mallas denuestra red con nuevas líneas, reclamadas docontinuo por las necesidades del país, ni adqui-rir esos aparatos rápidos que tan excelentes re-sultados producen en las demás naciones; ni alestablecimiento de grandes vías de tránsito, queeconomicen tiempo y aumenten los ingresos; niá nada, en fin, que no sea mantener con gran-des trabajos las escasas comunicaciones de hoyy los insuficientes aparatos de que disponemos.Pero el servicio aumenta sin cesar, ya por el pro-gresivo desenvolvimiento industrial y mercantil,ya por la notable reducción de tarifas en benefi-cio de la prensa, factor el más importante de to-dos cuando se trata de comunicaciones telegrá-ficas; el servicio aumenta en proporción no des-atendible, y esto requiere por momentos actividadsuperior á la que podemos desarrollar con nues-tros elementos ordinarios.

¿Qué puede hacerse para evitar que llegue ungran desequilibrio entre las necesidades del paísy la acción posible del Cuerpo de Telégrafos?

En nuestro concepto, se mejoraría notable-mente el servició con la adopción en nuestras lí-neas del sistema Délany. •, .-.•' •'•••;•

Este prodigioso invento, colocado ya por losmás distinguidos electricistas entre las maravi-llas telegráficas, no es realmente un sistema querequiera además de grandes desembolsos la iná-tracción previa de un personatvespecial, sino.ün

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DE TELÉGRAFOS. 29?

sámente la capacidad de las lineas y que permitelo utilice todo telegrafista, sea cualquiera su ca-pacidad, con tal que conozca prácticamente lamanipulacióndel Í/om,del JBret/uet,id Hut/hes,ó de cualquiera otro sistema telegráfico en uso.

Trataremos de dar una idea de este sistema,del que un distinguido telegrafista ha dicho queno es sino una hábil combinación del distribui-dor Meyer-Sehaffler-Baudot con la rueda fónicade La Cour, ó de otro modo, la sustitución delmovimiento de relojería coa regulador centrifugoy corriente correctriz, por la rueda fónica, paraobtener la rotación isócrona de los dos distri-buidores.

Nuestros compañeros conocen sin duda algu-na el objeto de la rueda fónica, que no es otroque la división del tiempo por medio del electrodiapasón.

El que usa Mr. Delany produce 85 vibracio-nes dobles ó períodos por segundo. Estas vi-braciones se mantienen por un electroimán dedos bobinas, cuyos polos se acercan á los extre-mos de las dos ramas de un diapasón, por suparte exterior, de modo que la corriente que pasepor el electroimán produce el efecto de aumen-tar la distancia entre las dos ramas. Dos resortesde contacto colocados en la parte interior de Ia3mismas ramas cierran la corriente local del elec-troimán excitador cuando aquéllas seaproximan,y abren el circuito cuando se separan. La distan-cia entre los polos del electroimán y las armasdel diapasón se regula por medio de tornillos deque aquéllos están provistos.

•Estas pulsaciones eléctricas, estas emisionesrapidísimas de corriente, las recibe el electro-imán motor de la rueda fónica; y como ésta avan-za uno de sus 30 dientes por cada pulsación, yaquéllas son 85, resultará que en un segundo dala rueda fónica 2 7« vueltas sobre su eje, ó sea30 -\- 30 -f- 25, número de dientes que avanzan eneste tiempo.

La rueda esta montada sobre, un eje verticaly soporta una capsula cilindrica de ebonita, conuna ranura concéntrica en la cual se halla unanillo líquido de mercurio, que hace las veces devolante almacenando fuerza y repartiéndola uni-formemente para impedir que el movimiento re-sulte una serie de choques.

En un plano inferior á esta rueda,y sirvién-dole de centro el del eje de la misma^ está fijo undisco de ebonita, en cuya superficie se hallan 60ó más laminillas de contacto colocadas á distan-cias, iguales y en la dirección de los radios.

La rueda fónicaarrastra en su movimiento unfrotador en forma de escobilla que resbala sobreoí disco y sus puntos metálicos de división.,,, ¡Este frotador está en comunicación con la linea

y con el distribuidor de la estación corresponsalque es idéntica á laque describimos. Con ésto ycon la corrección del sincronismo, que luego ex-plicaremos, está descrito el maravilloso sistemaDelany, superior, en opinión de muy sabios elec-tricistas, á todos los sistemas de transmisión si-multánea inventados hasta hoy. •

Veamos cómo funciona. Y para fijar las ideassupongamos que no van á trabajar más queoclioaparatos a un mismo tiempo.

Desde luego, téngase presenté que la rotaciónde las dos ruedas es isócrona; de modo que cuan-do el frotador de la estación A pasa sobre la di-visión metálica 3, por ejemplo, el frotador B sehallará precisamente sobre la división 3 Aisttdisco, y así en los demás casos, sin que las dosruedas discrepen en una sesión completa en másde nna niUsirm d$ segundo.

De estos puntos metálicos de división, docede ellos, formando seis grupos equidistantes, sededican á la corrección del sincronismo, de modoque en un disco de 60 puntos se pierden '/„ detiempo para la transmisión telegráfica y Va cuan-do los puntos divisorios son 72.

En el primer caso quedarán 48 puntos hábilespara la transmisión, lo que da 136 por segundo,número muy considerable que permite una granrapidez.

En el caso que ahora consideramos, los pun-tos 1, 11, 21, 31, 41 y 51 de cada disco se unenentre si y con el primer aparato de cada estación;los puntos 2¡ 12,£2, etc., con el segundo, y asisucesivamente ¿asía el último aparato, quélo es-tará con los 8,18, 28, etc.

De esta disposición resulta que siempre queel frotador pasa sobre los puntos anexos al pri* •mer aparato, este sistema está en comunicación .con la linea, y, por tanto, con su simétrico en laotra estación; y como estos instantes se repiten17 veces por segundo, en la práctica, al sumarseestas comunicaciones instantáneas, resulta unaoomunioación constante; y repitiéndose esto en-tre cada par de aparatos (un ejemplar en cada es-tación), se obtiene él mismo resultado que si cadados sistemas comunicaran por un hilo indepen-diente, sin que en ningún caso las transmisionesde los unos interrumpan las transmisiones de los •demás; porqiue asi como sumándose los instantes ide comunicación resulta una comunicación feonsí :tante para cada par de sistemas, así tamMén,sij- ;mandóse los momentos de interrupción enfrejel;. 5paso del frotador por ios puntos consécütrfos, í>ef \s ultan todos los sistemas aislados complétame lite;; :por una interrupción continua; : : > ? ¿ ! V :

Esto peímite qué cadaí telegrafista íyaéloné:;con absolutaJindepSOdeñcia de'jos démáis¿pí!>ce-í ídiéndo en fodo'cdjnf , í i i l |olb dispusiera:• de'teíti; -¿

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238 REVISTA

nea y sin verse obligado á la transmisión forza-damente cadenciosa de los Jleyer y Baudot, enlos que el sig'no ha de transmitirse fatalmente enun momento dado. Particularidad que da grandí-simas ventajas al Delany sobre todos los sistemasconocidos.

Si fuera posible obtener dos diapasones quevibraran al unísono de an modo perfecto, y con-seguir en ellos amplitudes de vibraciones mate-máticamente ig*uales, manteniendo al mismotiempo idénticas condiciones de temperatura, es-tado bigroniétrico, etc., en locales separados pormuchos kilómetros, estaría casi resuelto el pro-blema de la rof&ción isócrona de las dos ruedasfónicas; pero como todo esto es materialmenteimposible, y.como para la función de este siste-ma se requiere un sincronismo mucho más per-fecto que el que se obtiene, por ejemplo, en tres6 cuatro vueltas del carrete del Hughes, el profe-sor americano ha recurrido á un procedimientotan ingenioso y seguro que, sin contar para nadacon la habilidad del telegrafista, y sin que la faltade destreza eti el empleado pueda nunca ser unentorpecimiento para la marcha de los aparatos,obtiene un sincronismo tan perfecto, quecunstapor testimonio de observadores intransigentesque después de una sesión de diez horas de tra-bajo continuo, los dos distribuidores no han lle-gado íi d', ;'ropar en más de una milésima desegundo.

liste resultado, del que puede decirse equiva-le á un sincronismo absoluto, parecerá increíble,y sin duda, no se ha visto cosa parecida en la his-toria do la mecánica; pero por inaudito que pa-rezca, no es meaos cierto, estando comprobadala verdad por observadores competentes y dignosdo fe absoluta.

Veamos cómo consigue tan maravilloso resul-tado el ilustre profesor americano.

En la estación primera, los puntos metálicosdivisorios 9,29 y 49 están en comunicación entresí y todos juntos con una pila. Gomo las divisio-nes del disco son 60, estos tres puntos distaránentre si, dos ádos, 120 grados, y por tanto, elfrotador mandará la corriente á la línea tres ve-ces en cada vuelta completa, con intermitenciasiguales. En la segunda estación, los puntos 10,30y 50 están en comunicación entre sí y con unelectroimán. Además, las láminas que formanIÜS puntos divisorios 10,30 y 50 están prolonga-das hacia el lado de las inmediatas 9, 29 y 49; demodo que ol espacio aislado entre las 9 y 10, 29y 30 y 49 y 50, es más pequeño que los demás es-pacios que separan á cada dos puntos divisorios.

Supongamos ahora que el diapasón de la es-tación segunda vibra más rápidamente que el dela primera: sucederá que el frotador segünclo to-

cara ya el borde prolongado del punto 10 cuandoel frotador de la primera estación se mantengatodavía sobre el punto 9; y entonces el circuitoestará formado desde la pila correctriz al electro-imán de la segunda estación, impresionándoseéste por la corriente brevísima que toma la lineaal paso del primer frotador por el punto 9. Al seratx'aída la palanca de este electroimán, obra so-bre el circuito local que mantiene las vibracio-nes del segundo eiectrodiapasón, excluyendo porun instante de este circuito una resistencia arti-ficial y reforzando así la corriente que actúa sobreel eleetrodiapasón. De aquí resulta que duranteuna ó dos vibraciones, la acción del electroimánsobre las ramas del diapasón es más enérgica quede ordinario; las ramas, por tanto, se abren más,siendo más largos los períodos y permitiendo quelos del diapasón de la estación primera los alcan-cen de nuevo. Como esta corrección se verificasiempre que el frotador primero pasa sobre lospuntos 9, 29 ó 49, esto es, cerca de ocho veces porsegundo, resulta que la más mínima discrepan-cia es inmediatamente corregida.

La corrección que acabamos de explicar tienesólo efecto en el caso en que el diapasón de laestación segunda vibre más rápidamente que elde la primera; porque cuando ocurre lo contra-rio, el frotador segundo se halla sobre su punto9, cuando el frotador primero se acerca al pun-to 10. Para prevenir este segundo caso, el sabioinventor ha dispuesto un segundo sistema decorrección inverso al que acabamos de explicar.

En la estación segunda, los puntos 19,39 y59 están en comunicación entre sí y con unapila, y, en la primera oficina, las divisiones 20,40 y 60 comunican con un electroimán, estandoanálogamente prolongadas las láminas que losforman, en el sentido respectivamente de lospuntos 19, 39 y 59, á fin de que al abandonar elfrotador cualquiera de estos últimos puntos toqueal que le sigue. La corrección se verificara, pues,del mismo modo y con la misma precisión y ra-pidez que hemos visto en el caso contrario, y conlos dos sistemas correctores se consigue la co-rrección instantánea de la menor discrepancia,sea cualquiera el aparato que se adelante ó seatrase por los accidentes que pueden ocasionarestas perturbaciones.

Cuanto á los resultados prácticos qué se obtie-nen con esta maravilla telegráfica, puede asegu-rarse que son muy superiores á la inisma teoría,y que han superado á las esperanzas del inven»tor, decidiendo á una Comisión de Ingenieroseléctricos ingleses, presidida por el ilustre; Mis-ter, "W. Preece á proclamar al sistema Délánycomo el mejor de cuantos se conocen hasta el dia.

•Bmmeneias acreditadas nó llegan & jína.cpB'-

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DE TELÉGRAFOS 339

clusión tan categórica y terminante sino cuan-do está abonada por ]a experiencia de modo in-controvertible. Y asi ha sido, en efecto. Laspruebas á que el distribuidor Delany ha sido so-metido, provooando, naturalmente, las condicio-nes más desfavorables, han sido numerosísimas,y en todas ellas ha salido triunfante el sistemade un modo como sin duda ajguna no esperabani el mismo inventor.

Entre Boston y Providencia (80 kilómetros)se funcionó montando dos distribuidores cuyosdiscos constaban de 72 puntos divisorios. Semontaron seis Martes en cada estación, y funcio-naron todos con la mayor rapidez posible: 240 des-pachos por hora.

Funcionaron luego 12, 36 y hasía 72 aparatosimpresores, y la transmisión fue perfecta, si bienora preciso disminuir velocidad á medida queaumentaba el número de aparatos, porque el decomunicaciones de cada sistema con la líneadisminuye en la proporción que el de los apara-tos aumenta.

Pasóse luego á averiguar el resultado que .seobtendría en un circuito mayor, y al efecto, setomaron dos hilos empalmados, con lo que re-sultó una línea de 160 kilómetros, Los aparatosfuncionaron siempre con el mismo éxito.

Después, y en esta misma línea, se intercala-ron reostatos equivalentes á una resistenciade 800 kilómetros y un condensador de 2,50 ini-crofaradias, sin quélastransmisiones experimen-taran desperfecto alguno, y sin que se perdierael sincronismo ni aun con cambios bruscos enlas resistencias artificiales.

Pero la experiencia suprema, la que había dedar al nuevo sistema la definitiva supremacíasobre todos los conocidos, fue ia que pudiéramosllamar de los traslatores. Montóse el sistema ensésctuplex para funcionar por un solo hilo. Por elprimer sistema sé transmitió un despacho á Pro-videncia; aquí, el primer aparato trasladábalasseñales al segundo, que á su vez las transmitía áBoston; este segundo, de Boston, las pasaba portraslación á un tercero, que las transmitía a Pro-videncia; desde aquí eran trasladadas al cuarto ytransmitidas nuevamente á Boston, y así sucesi-vamente hasta el último de los aparatos monta-dos, sin que en el despacho sé perdiera ni unsolo signo. .

Considerando ahora el pernicioso efecto quelas traslaciones cansan aun en la transmisiónordinaria, se apreciará todo el valor de estaprueba,, teniendo presenté que los signos pasabanpor cinco traslatores y que recorrían seis veces,por un mismo hito; el trayecto comprendido en-tre aquellas ¿os estaciones'. ' , !I r

Todavía, & pesar de estos éxitos- prodigiosos,

no terminaron aquí las pruebas ni los motivos deadmiración para los que las presenciaban. Setrató de averiguar hasta donde llegarían lastraslaciones automáticas sin que se perdiera eí.signo. ;

Dispuestos los aparatos como en la experieu-;cia que acabamos de relatar, se montó todavía,en traslación el sexto aparato de Boston con eiprimero, de modo gue al llegar al último el signotransmitido volvía á emprender su marcha, con-tinuando así su peregrinación á través de unaserie sin fin de traslatores, recorriendo, por cadados de éstos, la distancia entre Boston. y Provi-dencia. Se transmitió un puntoMorsey.se ob-servó su marcha, comprobándose que durantecinco minutos, el signo marchaba como impul-sado por una potencia sobrenatural, presentán-dose 300 veces por minuto en un mismo aparato,de Boston y recorriendo, por tanto, 1.800 vecesla distancia de 80 kilómetros. En cinco minutosla distancia recorrida por el signo á través, de9.000 traslatores fue de 720.000 kilómetros, ósea diez y ocho veces la circunferencia de nues-tro planeta.

Estos datos, que son absolutamente verídicos,hablan tan alto en favor del sistema Delany, quebastan por sí para que sin titubear se le coloqueen primera línea entre todos loa sistemas tele-gráficos conocidos hasta hoy, y quizá, quizá,entre todos los que hayan de conocerse en mu-chos años.

Conviene no olvidar que una de las principa-les ventajas que ofrece el nuevo sistemaos la deno exigir la adquisición de nuevos aparatos nila instrucción previa del personal, lo que en de-terminadas circunstancias es un obstáculo insu-perable, cuando se trata de otros sistemas, delHughes ó el Phelps, por ejemplo.

Pero ofrece otra aún más importante.Como los aparatos qne funcionan no tienen,

como hemos visto, otra relación con el distribui-dor que elhilo que los une á él, y esperfectamenteindiferente que éste tenga un metro de longitudó que tenga 500 kilómetros, se deduce de aquíque no es condición precisa qne los sistemas seencuentren instalados en un mismo local ó si-quiera en una misma población, y que se puedenllevar á cabo muchas combinaciones que multi-pliquen á la vez prodigiosamente la capacidadde varias líneas.

Supongamos, por ejemplo, que nuestra líneade Madrid sufra una avería importante, de talmodo que entre aquella estación y la de Madridsólo quede franco uno de sus conductores, di-rectos, y que ta capital de Castilla tiene francassus comunicaciones con las provincias del Nortey Noroeste.

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340 REVISTA.

En vez de escalonar el servicio en Valladolíd,cusa que, como consta á nuestros compañeros, loretrasa considerabíementej montando en aquelpunto un distribuidor Delany, funcionaría &stapoblación con Madrid por iffio ó dos Hughes, yademás, independientemente y al mismo tiempopodrían hacerlo conla misma Central, Santander,Bilbao, Vigo y Coruña y cualquiera otra estacióncuyo servicio ó circunstancias extraordinariascxig'ieran la comunicación directa. Para estobastaría con poner los aparatos que Yalladoh'dnecesitara para el rápido curso de su servicio enrelación con igual número de series de puntoscombinados. Si, por ejemplo, fueran precisos dosaparatos, se utilizarían las dos primeras series;la tercera, eu el mismo Yalladolid, se relaciona-ría con el directo á Yigo; la cuarta, con el de Co-rufía; la quinta, con el de Santander; y la sexta,con el de Bilbao; llegando así todas estas estacio-nes á funcionar perfectamente con Madrid, todaspor el único hilo que resultaba franco entre Ya-lladolid y la Central.

Si la avería fuera entre Madrid y Zaragoza,por un solo hilo que quedara franco funcionaríancon la Central, San Sebastián, Burdeos, París,Barcelona y Zaragoza, utilizando cada una el

número de aparatos que sii servicio exigiera.Si el desperfecto estuviera en la linca de An-

dalucía, el distribuidor situado en Córdoba daríacomunicación con Madrid á este punto, .Málaga,Sevilla y Cádiz, sin que el servicio de ellas se re-sintiera lo más mínimo y sin que las mismas es-taciones llegaran á sospechar la existencia.de íacasi total incomunicación, ni á imaginarse queotras poblaciones utilizaban al propio tiempo elmismo hilo.

A esta ventaja inmensa hay que agregar lamayor todavía de que los Centros en donde seacumula gran cantidad de servicio, y las locali-dades en donde circunstancias extraordinarias,más ó menos previstas, acrecientan el movimien-to telegráfico sólo por corta temporada, puedenimprovisar la telegrafía múltiple, rápida y segu-ra, sin más que montar en servicio los mismosaparatos ordinarios que tienen de repuesto, óaquellos que por estar dedicados ahilos secunda-rios no trabajan sino muy reducido número dehoras al día, y salvar así las circunstancias: difíci-les y verdaderamente críticas, contra las queahora resultan estériles los esfuerzos del per-sonal .

BAFAEL CAHRILLO;

virludde co'iwocatoHd pava esta clase hanan ¿igüedad de 1." de Jvlio, por Mal orden de 19 del mismo, y pimíos á que están destinados:

JD. Felipe Villa/verde Navarro, Barcelona.» FraBCÍsco Gómez Andrea, Almería.» José Expósito y Hartado, Badajox.» Francisco Tobar Becerra, Almeiía.» Felipe Liguerica y Eg-uidazo, Córdoba.» Tomás Romero de Castilla Matute, Mórida.» Manuel Lázaro Peyrán, Coruña.» Antonio Vicente Manescau, Málaga.s> Ramón Duerto Hernández, Central.•>> Facundo Valverde Chozas, Central.» Gregorio Dávila Hamírez, Cañaveral»» Juan Artaeho Martínez, Badajoz.» Enrique Yilches Gómez, Málaga.» Francisco de Toro Borrego, Zafra.» QasÜmiro Moreno HandeTas, Mákiga.» Julián liafael López Guillen, Córdoba.» Manuel Anas Pérez, tíevilia.* Francisco Correa Gálvez, Guadix (Granada).» Joaquín Aroca Garzarfiu, Vaüadolid.» Dosíteo de Castro López, Santiago.» Amado Zurita Colét, Icod (Santa Cruz de Tenerife).» Joaquín Bolaños Jiménez, Ajamonte (Huelva).>•• Francisco Oamaclio Pérez, Central.» Andrés Nevado Sánchez, Badajoz.» José Muñiz González, Sevilla.» Faustino Mariscal Gil, Zaragoza.» Federico Muñoz García, Barcelona.» Enrique de la Rosa Ferreíro, Castuera (Badajoz).& Juan Bautista Moragu6g,Boluíor (Barcelona).» Víctor lieina Fustigríeras, Córdoba.Í> Mariano Vicente Pérez, Zaragoza*» José Sánchez Gano, DetHafi (Almería).» Prudencio Vidal Marina, Licencia.» Primitivo Domínguez Moreno, Las Palmas (Ca-

narias). 'J

D. Juan Benito Blázquez, Cabeza del Buey (Badajoz).» Julián Cáceres Lapeña, Alcaudete de la Jara (Toledo).» Joeé Gregori Lima (Badajoz).» Eduardo Fernández MdDJardín (Central).» Pedro Lanuza Jiménez, Cartaya (Haelva).J> Clemente Rodríguez de la Flor, Central.» Ceferino Núñez Rodas, Licencia.» Miguel Mora de la Sierra, Toledo.» José María Rubio. Vicente, Central.» Francisco Fernández Grao, Alicante.» Joaquín Jiménez Ponce, Córdoba.» Julián Cerezo García, Loja (Granada,)..» Ramiro Martínez Hernández, Fuentes' Oíiaro (Sala-

manca).» Andrés Kocha Bievims, Algeciras (Cádiz),» Manuel Ginés García, Aícorisa (Teruel). •» Miguel Arenas Toronjo,,supernumerario.» Agustín Roso Adeíl, Barcelona.» Félix Béseos Mavilla, Bíescas (Huesca).» Cándido Zacarías Miguel, Badajoz.» José Gómez y Fe.rfíández, Haelva.» Santiago Laliga Clemente, Alcoy (Alicante).» Joeé Padilla Martínez, Alhsma de Almería.» Higinio Herreros García, Manzanares. -> Ángel García y Revuelta, Córdoba.» Ródoífó Vázquez y Rey, Orense.» Román Sánchez Ortiz, Santander.» Bonifacio Gómez Sáinz, 1.°, Santander.» Sebastián Fernández Polo, Tíerma.» Francisco de Paula Arce, Dirección general y Ronda.» Manuel Ladrón de Cegama, Burgos.» Royes Romero y Casero, Alcázar (Manzanares).» Blas Auladell y Espín, Barcelona.» Manuel Garijo y Canales, supernumerario>> Anfonió Pérez y Pérez Bustos, Salas (Oviedo).

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DE TELÉGRAFOS. 241

D. Salvador Andrade González, Zafra,» Federico Turégano Navarro, San Clemente (Man-

zanares).» Antonio Nonega y Rus, Linares (Manzanares).» Emilio Barruso y Ceria, Central.> Francisco Martínez Suárez, Central.» José Aguirre y Lerdo de Tejada (Málaga).» José Torrellas j Navas, Córdoba.» Eicardo Vicént y Palacios, Valencia.s> Francisco Jiménez Monroy, Medina-Sidonia (Cádiz).» Miguel Salazar y Vargas, Dirección general, 6.° Ne-

gociado.» Florencio Almenara y Toma?, Barcelona.» Francisco González Llerandi, Central.» Ildefonso Martín Manzano, Alaásua (Pamplona).» Manuel Saina y Alfonsín, Barcelona.» Ramón Jiménez y García, Valencia.» Vicente González y Pérez, Jerez (Cádiz).» José Mulet y Pons, Masnou.» José Sánchez Muñiz, Ubeda (Jaén).» Mariano Ramallat Hangay, Zaragoza.» Gorgonio Figueraa y Girón, Dirección general, Ne-

gociado 3.°» Domingo Henares y Pinar, Dirección general, Ne-

gociado 5.°» Eusebio Ayilón y García, Central.» José Valcárcel y Viñas, Murcia.» Mariano Martín Villosíada, Dirección general, Ne-

gociado 1.°» Florencio González Fernández, Carballino (Orense).» Camilo Lópsz Brisne, Central.» Esteban Campillo y Zavala, Castro Urdíales.» Juan Medina Suárez, Central.» Antonio Labastida Torres, Barcelona.» Pedro Serrano Coronado Córdoba.» Francisco George y Orselle, 1.°, Santander.» Carlos Ortí y Querol, Valencia.» Antero de San Tito Enrique Luque, Córdoba.» Pedro Valle y Sánchez, Badajoz.

D. Pedro Cornejo Fernández, Salamanca.» Gregorio Vázquez Camacho, Jaén.)> Lucio Sánchez Carbajo, Medina del Campo.j> Juan de Dios Medina López, Central.» José (Salvan Romero, Badajoz.» Juan Manuel García y García, Tardienta (Huesca).» Antonio Anguita Espejo, Córdoba.Í> Alejandro Vázquez Beltrán, Orense.» Braulio Hernández Delgado, Ciudad Rodrigo.» Amalio Rey Villanueva, Coruña.» Felipe Pérez y García, Central.s> Enrique R-icher del Valle, Central.s> Jerónimo Grande Belmente, Central.» Víctor Blanco Román, Central.» Tomás Rodríguez y López, Santander.» José Saco Saavedra, Mosforte (Lugo).» Señen García Sáez, Medina del Campo.» Avelino Pellicer Gutiérrez, Valladolid.» Matías García Moreno, San Ildefonso (Segovía).» Rafael López Zapirain, liosa (Gerona).» Andrés Martín Calles, Central.s> Juan Beltrán Cuadrado, Pontevedra.» Salvador Reig Cortés, Lorea (Murcia).» Daniel Estévez Martín, Valladolid.» Vicente Monserrat Duran, Córdoba.s> Manuel Fernández Blanco, Central.s> Vicente Tort AÍairacli, Oiierta (Tarragona).» Manuel Bernardo Castaño, Ledesma (íialamancft).» José Trinidad Canalejo Domínguez, Central.» Juan de la Monja Monzón, Alar del Rey (Palcncia).» Ignacio Irimia Trapero, Coruña.s> Tomás Prada y García, Benavente (Zamora),» José Ramón García Robes, Oviedo.» Eusebio Carrillo VaUejo, Central.» Manuel Dueñas García, Barcelona.» Eustasio López Real, Central.» Bartolomé Jiménez Marín, Central,» Venancio Melgar Perdigas, Medina del Campo,

MISCELÁNEA

Anunciador electroantomátieo de trenes.—Fenómenos de electri-cidad atmo8fórica,~-Sobre la instalación de pararrayos. —Eialumbrado eléctrico y los riesgos de incendio.—Franqueo de te-legramas.

Nunca estarán de más todas cuantas precau-ciones se adopten para evitar los choques de tre-nes en las vías férreas. Mucho en verdad se haadelantado en materia de frenos, especialmentecon los de vapor de agua, que ejercen su presiónen las ruedas de todos los coches de un mismotren; peroaunasi, solamente se logra amortiguarel choque y aminorar ei número de desgracias.Lo esencial, pues, está en evitar el encuentro óel alcance de dos trenes. Varios son los aparatosautomáticos inventados para conseguirlo, siendoentre éstos de los más perfectos los de MM. Hodg-son y Sykes. Pero aventaja é. los de estosconstructores y merece especial mención e4 deM. Spagnoletti, en el que se hace aplicación dela electricidad para anunciar si la vía esta 6 nolibre. Que este ayiso pudiera hacerse por telégra-fo.de una Estación á otra es indudable; olas seaunas veces por olvido, otras porque los trenesno se detienen en las Estaciones de poca impor-tancia, y otras por el número crecido de los quecirculan, es lo cierto que el aviso se comunicapor lo regular nada más que al partir de las Es-taciones de importancia. De aquí la necesidad delos avisadores automáticos. Y viniendo ahora al

de M. Spagnoletti, supongamos tres EstacionesA, B, 0; á la salida de cada una está colocada so-bre una columna la caja anunciadora, en la queaparecen dos letreros, uno que dice «tren sobrela lineas (Train o» Une) y otro, «tren llegó»(Tminarrivei), según el caso. Visto este segun-do aviso en el anunciador de la Estación O por elconductor de un tren que parte en dirección á laEstación B, aparecerá instantáneamente en losanunciadores de ambos el primer aviso {tren so-bre la línea), y por consiguiente ningún otro debecircular hasta que se señale el segundo. Para lo-grar estos efectos lleva el último coche precisa-mente de cada tren un frotador que ejerce su pre-sión sobre la rnedecita de una caja que contieneun sencillo mecanismo eo comunicación con unapila voltaica, cuya corriente se, dirige á los dosanunciadores, y señala en éstos el aviso corres-pondiente^, de tal modo, que mientras el tren ocu-pe la sección comprendida entre aquéllos, perr 'manece fijo el aviso de tren sobre la linea,. Oom- ;préndese bien que estos avisadores automáticosno solamente son útiles entre las estaciones; simo •que también pueden tener su aplicación, ta! vezmás adecuada, en medio de los largos trayectosque suelenaber entre dos Estaciones, y en donde, •,por consiguiente, no es posible avisar por telégra-fo si la vía está 6 no libre; y la colocación de di-chos aparatos al lado de algunas de las casetas delos guardas de la vía sería de suma oportunidadpara evitar, así el choque entredós trenes, comoentre un tren y los coches desprendidos de otro

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342 REVISTA

por rotura de los enganches, caso que ocurre conalguna frecuencia en los trenes de mercancías,debido al enorme peso de su carga.

El Boletín de la Sociedad belga de electricistaspublica el curioso pero sensible fenómeno de elec-tricidad atmosférica acaecido en la isla de Farig-

•v náüa. Allí hállase establecido á 33á metros sobreel nivel del mar un semáforo que comunica por un

^ conductor con la inmediata Estación telegráfica.En la imposibilidad de hallar en aquel sitio «nabuena tierra para la linea, fné sumergido el hilo

: en un pozo, en el que también toman tierra losconductores del aparato telegráfico y el hilo delpararrayo de un aparato telefónico instalado áunos veinte minutos déla Estación. El día delaccidente observaron los empleados de! teléfono

" que por los hilos se escapaban ronchas chispas, y, amedrentados avisaron á un empleado de la Es-tación telegráfica encargado también de la ins-pección de los teléfonos. Cuando éste llegó á laEstación telefónica, las descargas eléctricas eranya raras, y creyó que podría romper los hilos te-lefónicos valiéndose de un martillo de mango demadera de los que tienen á éste sujétala cabezacon dos planchitas de hierro. Ya cerca del apara-to, señaló a los empleados el hilo que del para-rrayos iba al pozo, fundido en un sitio que esta-ba en contacto con la parte metálica del edificio,permaneciendo suspendidos i alguna distancialos dos cabos del hilo. Tocar con el martillo alcorrespondiente al hilo de tierra y caer muertopor.una descarga eléctrica, fue suceso instanta-

'.' neo. Explícase tan grave accidente por la pocaprecaución que tuvo la víctima, cogiendo e! mar-rillo por lañarte donde alegaban las dosplanohi-tas, y además porque su calzado, mojado por lalluvia, le ponía en comunicación eléctrica con latierra. Es probable también que en el momentoque ocurrió el accidente se efectuase una recom-posición eléctrica entre el litio del semáforo y laatmósfera, y roto el equilibrio por el hüo de tie-rra .que comunicaba con el del teléfono se resta-

'bíeciese á tea-vés del cuerpo de la víctima.

Otro fenómeno, aunque por fortuna sin oca-sionar desgracia, ocurrió el 28 de Mayo ultimoen la Estación de Clmteaunerif. Habiendo esta-

ré liado una tormenta á las cuatro de la madru-jjáda, levantóse el celoso empleado de la Iísta-

¡ pión telegráfica de aquella localidad, y pusoA tierra las clavijas de los conmutadores de los

-.liiips de línea.'No bien quedó establecida esta; comunicación, cuando del mismo hilo de tierra;".'•; se desprendió un globo de fuego que se elevó.'.; lentamente hasta el techo de la habitación, y allí

eiialló, produciendo una detonación como la deun tiro de pistola, pero sin ocasionar dañoalguno.

Este fenómeno de electricidad atmosférica esalgo parecido al que ocurrió en nuestra Sstaciónde Navalmoral de la Mata el año de 1859. Aisladala Estación de este punto j)or causa de tormenta,se efectuó una recomposición eléctrica que afec-tó indudablemente al hilo del polo negativo dela pila, destrozando ésta, quebrando en menudosjsttazos sus "vasos, y quemando luego varios hi-

los que con aquélla comunicaban, sin que sufrie-sen daño alg'uno los de la línea.

Consideramos oportuno citar estos casos aho-ra que estamos en la época de las tormentas,para que su conocimiento pueda servir de recuer-do y evitar accidentes peligrosos.

Durante estos últimos años se viene prestandogran interés en Alemania a las cuestiones relati-vas á 3a mejor instalación de los pararrayos enlos edificios. Trátase en particular de decidir silos pararrayos deben estar aislados de la casaque protejeri, ó si es conveniente que tengan co-municación con las cañerías de agua y de gasdel interior de aquélla. Para estudiar este asuntonombró hace ya algún tiempo una comisión laSociedad de Ingenieros industriales; después fuenombrada otra por la Sociedad de Arquitectosalemanes, y, por último, la Sociedad electrotéc-nica de Berlín se ha ereido en el deber propio deelegir también la saya, para examinar dicho pro-blema. En esta comisión figuran hombres emi-nentes en la ciencia eléctrica, como Betzold,I'oerster, Helmholtz, Werner, Siemens, Leoh-ward, Weber y otros. Ya esta comisión había re-comendado en 1886 que los pararrayos se pusie-ran en comunicación con las tuberías de gas yde agua. Mas posteriormente, en la sesión cele-brada el 24 de Enero del corriente año por lamencionada Sociedad electrotécnica, declaró etPresidente de la comisión, el citado Sr. Betzold,en nombre de la misma, que no solamente la co-municación de los pararrayos con las tuberías degas y do agua no ocasiona en éstas peligro al-guno, sino que, por el contrario, estando aisladasdel pararrayo, se hallan en situación tan peligro-sa como si tal aparato protector no existiese, yque, por lo tanto, es de absoluta necesidad em-palmar, metálicamente se entiende, los conduc-tores de los pararrayos con las tuberías coloca-das en el interior de las casas.

En esta Corte, como ya hemos señalado enotra ocasión, se opina, por lo visto, lo contrario,puesto que hay colocados en varios edificios bastantes pararrayos, muy cuidadosamente aislados,tanto de las tuberías como de toda masa metáli-ca, por más que la ciencia aconseja todo lo con-trario.

La prensa diaria nos anunció que el 22 de Ju-nio último se produjo un incendio en la galeríacentral del palacio de la Industria en la Exposi-ción universal de Barcelona. El fuego se inició,según refieren, en la parte alta de la pared in-mediata á las instalaciones del Instituto geográ-fico, y se atribuye el siniestro á la incandescen-cia del alambre conductor del alumbrado eléctri-co. Este siniestro prueba una vez más que siestaclase de alumbrado es el que ofrece menos ries-gos que cualquier otro artificial, como ha dichoM. W. Preece, no está en modo alguno exentode peligros, y se distingue de los demás sistemas,según el mismo electricista, por la clase de mi-nuciosas precauciones que exige. La carboniza-ción de un soporte de madera de una lámpara in-candescente produjo un incendio en los almace-

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DK TELÉGRAFOS. 243

nes de la Compañía de ferrocarriles en Derby; elpaso de una chispa entre dos conductores recu-biertos deai^odón, ocasionó otro incendio en elteatro del Temple, de Nueva York. Toda pre-caución es poca, y se necesita tener mucha prác-tica en la instalación de conductores y manejo,si así puede decirse, de la electricidad, para evi-tar todo riesgo con dicha clase de alumbrado, Elamoníaco, el ácido úrico de una caballeriza, porejemplo, ataca los hilos; los ratones y otros roe-dores son también enemigos peligrosos. Los hi-jos recubiertos de caucho y de guta, se resquebra-jan á una baja temperatura, y dejando paso á lahumedad, pueden producir incendios. Un trozode madera hendido por el calor impidió en unaocasión funcionar las piezas fusibles de seguri-dad, y hubo un principio de incendio. M. Preeceenseñó el trozo de madera a ía concurrencia enuna de las últimas sesiones celebradas por la So-ciety of Tücgv&fh Jüngineers.

Por estas causas, las Compañías aseguradorascontra incendios de Inglaterra y de los EstadosUnidos han formulado reglamentos especiales enlos que se especifican las condiciones que ha dereunir un sistema de alumbrado eléctrico paraconvenir el seguro, Y á su vez los Centros téc-nicos de aquellos países estudian y proponen álas Compañías de instalaciones y de seguros losmedios más adecuados nara evitar, ó al menosdisminuir, los riesgos de incendio.

Así también la Sociedad electrotécnica deViena, después de haber examinado los laborio-sos estudios presentados por una comisión espe-cial nombrada al efecto de su seno, ha publicadoun reglamento que contiene las medidas de segu-ridad que conviene adoptar en las instalacionespara el alumbrado eléctrico. Se ocupa este regla-mento de los aparatos de producción de energíaeléctrica, de los circuitos, de los aparatos dé se-guridad y de los aparatos para las luces. En estedocumento se establece que la diferencia de po-tencial no debe esceder de 300 voltas en corrien-tes continuas y de 150 con las alternativas. To-dos los diámetros de los conductores de los diver-sos circuitos deben estar calculados de modo quesu temperatura no pase de 20 centígrados. Ladensidad de corriente en los conductores quecontengan un 80 por 100 de cobre puro no,debeexceder de 3 amperes por milímetro cuadrado,y de 4 ¿cuando esté descubierto. En ningúncaso se deberá emplear un conductor de menordiámetro de un milímetro, excepto naturalmenteen los que se compongan de un cordón de varioshilos de este mismo diámetro. La resistencia deaislamiento se calculará por la fórmula:

R==5000 -ohms.

en la que R es la resistencia de. aislamiento enohms, e la diferencia máxima de potencial en vol-tas, I la intensidad de corriente en amperes.

Todos los circuitos en los cuales.la intensidadde corriente exceda de 5 amperes deberán estarprovistos de cortacircuitos destinados á fundiraquéllos cuando lá corriente llegue al doble desu valor normal. Cuando haya de llegar á 30 am-peres, los circuitos tendrán cortacircuitos, encada polo., - Tales son, entre otras,.las principales disposi-

corresponda al hacerse las instalaciones de aluni'toado eléctrico que próximamente ha de ser inaugurado en los teatros de esta corte,

Tan general es ya hoy el uso que se haca deltelégrafo por todas las clases sociales, que confrecuencia^ y sobre todo á determinadas hpras defdía, se llenan de personas ios locales de las Esta-ciones destinadas á la admisión de telegramas;ocurriendo esta aglomeración aun en aquellascapitales qne como París tiene hasta 80 Estacio-nes sucursales. La Dirección general de Telé-grafos de Francia estudia, en su vista, el mediode evitar al público la molestia de la espera paraque le sean admitidos los telegramas. Comer-ciantes, hombres de negocios, bolsistas, viajeros,y otras muchas personas para quienes el tiempoes verdaderamente oro, quisieran cuando van áexpedir un telegrama, invertir el mismo tiempoque cuando depositan una carta en el buzón delcorreo. Y así se va á practicar en .Francia. Laspersonas habituadas á hacer uso del telégrafoconocen muy bien las tarifas, y en consecuenciaescrita la minuta del telegrama adherirán á ellalos sellos correspondientes, con más otro cuyoprecio no está aun señalado jor derechos defranqueo, y en seguida le depositarán, en un bu-zón colocado en la misma sala de admisión detelegramas, de donde inmediatamente le retiraráun empleado para darle curso. Por tal modo seevitará á los expedidores Mcer cola, como vul-garmente se dice, siempre que para evitarse estamolestia quisieran franquear su telegrama. Lareforma nos parece fácil de realizar y muy-con-veniente para el público.

V.

El Sr. Martín y Santiago lia circulado la .siguientehoja:

«Material, telegráfico da lútea.—Reconocimientopráctico y sencillo de las condiciones faouHaUva.s quese le exigen en las subastas.™Explicado por D. JoséMartín j Santiago, Subdirector de Sección de. primeraclase del Cuerpo de Telégrafo?.—Se vende á E> pesetasejemplar.—A loa funcionarios de todas las clases delCuerpo de Telégrafos y á los empleados ea los ferro-carriles, se les hace la rebaja del 40 por 100; de íaane-ra'que les salé á sólo 3 pesetas ejemplar.—El autor 86recomienda á Ud., y le suplica la ellcaz propaganda én-*tre sus amigos y compañeros.—Puedan dirigirle lospedidos, acompañados de su. importe, Sección, de Telé-grafos, Claudio Ooelío, 8 y 10, principal. '•'-

Madrid 1.° do Agosto de ism.~/esé-Martíit' •§• Snttr

tingo. ' . ' , , . - . •Lo más seguro es que el importe se gire por 1& Aso-

ciación, de Auxilios Mutuos de Telégrafos^»

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244 REVISTA. DE TELÉGRAFOS.

Ha solicitado un año de prórroga de licencia el As-pipante segando D. Miguel Pinedo 7 Najen.

Ha solicitado la rueltaal servicio el Aspirante se-gundo D, José Trías Cortés.

Con motivo de haber salido á Oficiales segundos elAuxiliar tercero de la Dirección general D. Franciscode V. Arce, y los Escribientes segundos D. MarianoMartín Villoslada y D. Domingo Henares Pilar, ha sidopromovido, para el empleo de Auxiliar, el Escribienteprimero D. Emilio "Veguülas. A la vacante de éste as-ciende D . Melitón Vicente López Pío, y han sido nom-brados Escribientes segundos los Aspirantes D. JoaquínMuñoz, D. Francisco Aguilera y D . Miguel Micltelena.

Se ha concedido segundo año de prórroga de licen-cia al Auxiliar tercero de la Dirección general D. Fran-cisco Roldan.

Ha fallecido el Aspirante segundo de Cartagena donAlfredo Bayo Aledo.

Si Manual del instalador de timbres eléctricos, teléfo-nos, pararrayos, etc., con planos explicatorios, ee vendeal precio de una peseta en la librería del Sr. Cuesta,calle de Carretas, 9, Madrid. También se puede pedirásu autor, D. Abelardo García Montalbán, encargado dela Estación de Santa Cruz del Retamar.

Imprenta cié M. Minuesa de los Rios, Miguel Servet, 13,

MOVIMIENTO del personal durante el mes de Julio de 1888.

CLASES.

Oficial 2.°Aspirante 2 .° . . . .Oficial 2."Jefe de Centro...

Oficial 1.°.. . . . . .

ídem

Oficial 2.° ,Aspirante 2 .° . . . .ídemídem

ídem

•ídemídem,

•OficialAspirante . . . . . . .ídemi Jefe de Estación.

Ofleial 1."

¡ídem 2.°

:Idem

hit* •k¡t-ir

I.!I t l i : i

T I B ASZD.A. OXO2ST;EJ S .

NOMBRES.

D. Ángel García Fernández.. . .José Sánchez MuñozJosé Fernández Vizcaíno....Francisco Luceño Bulgarini.

Castor Atorrasagasti y Ugalde

Antonio Millán de J e sús . . . .

Francisco Ramírez Ramírez.José Ruiz MedinaPedro Sáez y GarcíaJuan José Pérez y Alonso...

Vicente Fernández y Ruiz. . .

Josa ftlulet y PonaGéferino Núñez Rodao . . . . . .Eduardo López PérezEstanislao Asensi ó Irurzun.

Pedro GarcíaOrbafianos....Adolfo de Luca y Martín....Antonio Pérez y Pérez BastosJosé María Santisteban

Agreda

Ángel García Fernández....;José Sánchez Muñoz.Mateo López Vázquez. . . . . . .José Trías y Cortés1 i:aaisioGonzález Castejón...! iysé Bravo y Navarro. . . . . . .I.'lis Sánchez Calderón....,.J uan Echevarría Majo

PROCEDENCIA.

UbedaCórdobaBarcelonaSevilla

Chiclana

Villamayor deSantiago

CentralídemPuigcerdáBilbao...

Alcalá de Hena-res

CentralReingresado....CentralSalas

ValladolidGrao *Aranjuez

Direc. general..

UbednCórdobaArtesa de Segre.Reingresado....ídemídemCen t ra l . . . . . . . .Reingresado...,

DESTINO.

CórdobaUbedaPuigcerdáDirección gene-

Alcalá deHena-

Central..Chiclana. . . . . . .EscalonaBarcelonaVillamayor de

Santiago

CentralMasnouBilbaoCórdobaMonforte

droAranjuezValenciaSalas

Jaca

PanadésCórdoba . . . . . . .UbedaTrempArtesa de Segre.Es te r r i , . . . ; . . . .Central.. ,Navahermosa..,L Í Í I Q . . . . . . . . . . .

OBSERVACIONES.

Accediendo á sus deseos.

ídem íd. íd.

ídem íd. íd.

ídem íd. íd.ídem íd. íd.ídem id. íd.ídem id. íd.

ídem id. íd.

ídem íd. íd.ídem íd. íd.ídem íd. id.ídem íd. id.Por razón del servicio.

ídem id. íd.Accediendo á sus deseos.ídem íd. íd.Por razón del servicio.

Accediendo á sus deseos.

ídem íd. íd.

Accediendo á sus deseos.Por razón del servicio.Accediendo á sus deseos.Por razón del servicio, .

Idemíd. íd.