cultural 22-01-2016

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SUPLEMENTO SEMANAL DE LA HORA, IDEA ORIGINAL DE ROSAURO CARMÍN Q. Págs. 4 y 5 ¿ Arte en las calles? GUATEMALA, 22 DE ENERO DE 2016 FOTOGRAFÍA DE EDUARDO JUÁREZ

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Cultural 22-01-2016

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Page 1: Cultural 22-01-2016

suplemento semanal de la hora, idea original de rosauro Carmín Q.

Págs. 4 y 5

¿Arte en las calles?

Guatemala, 22 de enero de 2016

Foto

GraF

ía d

e ed

uard

o Ju

árez

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Página 2 / guatemala, 22 De enero De 2016

Y

En todas las ciudades de todas las cul-turas hay espacios para diferentes tipos de socialización. Y para eso sirven los bares -o cantinas, como comúnmen-te se le llama a estos sitios populares-: como espacios para que parroquianos y foráneos se junten a compartir las tri-vialidades de la cotidianidad que abru-ma, así como toda clase de honduras y de picos en la vida. Llegás solo, llegás acompañado, no importa. Vas al bar de tu elección, buscás plática y pedís lo de costumbre... y salís como de costumbre.

es que de costumbres estás hecho y si algo lo demuestra es el con-junto de ritos que giran alrededor del ancestral ceremonial de la bebida: qué pedís, cómo lo to-

más, con qué lo acompañás... A propósito de pedir algo para tomar, ge-

néricamente podríamos llamarlo pedir “un tapis”, pues sin abundar en especie, cual-quiera sabe qué es y quien te conoce hasta sabe de qué tipo te gusta. Claro está, que to-marse un tapis es en jerga popular, porque en los asientos de alcurnia seguramente le

“EL TAPIS”Año nuEvo

Por Alex SocoP

s amigo de un ex com-pañero de la maestría. Le cuento que las cosas van bien; me gustaría decirle que me siento enamora-do y la vida no puede ser mejor, estoy en una de

las partes más altas de la montaña rusa, tengo miles de cosas pendientes y escribo algo que me satisface. No le cuento nada. Asiento a sus preguntas y respondo con monosílabos, a veces con puros gruñidos y movimientos de cabeza. ¿Qué hacés acá?, me pregunta. Me obliga a gesticu-lar que espero al decano porque busco empleo como catedrático. Pero vos sos diseñador, ¿verdad? Algo así, le contesto. Estudié comunicación y diseño y luego administración de empresas, pero lo que me gusta es la literatura y otro puñado de cosas. Él parece confuso. Me pregunta por los libros bajo mi brazo. Le explico: son una muestra de mi trabajo, hago di-seño editorial, redacción y consultorías para mantenerme y la publicidad me cae mal. ¿No hacés branding ni nada de eso?, pregunta con desconcierto. No, a mí eso no me gusta, le aclaro. Cuando yo esta-ba en el tercer año de la universidad co-mencé a reflexionar sobre el significado de ser diseñador gráfico en Guatemala. Nuestro trabajo, enfaticé, en realidad solo es basura. Hacemos volantes, vallas, material promocional, BTL, lo que que-rrás. ¿Dónde acaba todo eso después de su brevísimo tiempo de vida? Todo va a los basureros, todas nuestras horas de trabajo no valen nada. Nuestro trabajo no nos permite salvar niños desnutridos, ve-lar por sus madres esqueléticas o generar electricidad. Nada de eso se logra desde el diseño gráfico, no se puede hacer ciencia con photoshop, eso me frustró.¿Qué significa ser diseñador gráfico en

Guatemala? ¿Cuál es el objetivo real de nuestro trabajo? ¿Qué representa para mí y para este país que yo sea diseñador? De-cidí estudiar esto porque en realidad no estaba muy seguro de qué hacer con mi vida a los 17 años. Asistí a una charla so-

E

Este texto fue publicado original-mente en la revista digital Esquisses a quienes agradecemos el noble gesto de proporcionárnoslo para poder compartirlo con nuestros amables lectores. A ustedes los invitamos a dar una vuelta y visitar la revista esquisses.net

Ilustración de Ligia Gómez

Yángulo y Doña Elsy una soleada tarde de enero.

MáS dE cIncuEnTA AñoS dE oLvIdo

bre la carrera, la promesa bien mercadea-da de esta profesión me enamoró y termi-né enrolándome en la facultad. A pesar del desencanto, no me salí de la univer-sidad cuando faltaban dos años y medio. Además mis papás me pagaron la U, tenía ese compromiso, así que me gradué. De todos modos, me da de comer por ahora, uno no puede ser tan idealista. Hay que hacerse rentable.El muchacho de la cafetería me obser-

va aún más perplejo, quizá ha desperta-do algo dentro de él, quizá solo me ve y no entiende un carajo de lo que digo. La publicidad y la mercadotecnia existen, principalmente, para engañar a la gente y hacerla consumir. Venderles cosas inne-cesarias es lo vital de este negocio. De he-cho, eso te dicen cuando estás estudian-do, nuestro trabajo es hacer que la gente necesite tal marca, tal producto, «crear necesidades». ¿Te podés imaginar eso? No basta con respirar, dormir, comer... hay que inventarles nuevas necesidades para que al entrar a un sitio sientan ga-nas incontenibles de llevarse todo a casa y luego desecharlo porque en la televisión o en el celular verán algo superior a lo que acaban de comprar. Esa forma de mani-pulación no me gusta, te distrae de lo im-portante y te quita lo poco que tenés. Por si fuera poco, en realidad nuestro trabajo es hacerle el pisto a un grupito de gente bien pura mierda. El muchacho baja la cabeza y juega con sus manos. El silencio

se interrumpe cuando el hombre de edad mediada sentado frente a nosotros habla: lo mismo pasa con los directivos del Xe-lajú, por pisto hacen perder al equipo, ya no juegan con convicción solo se venden. Así no se puede, usted.El muchacho del café me ve y dice: por

eso es que hacés libros y están bonitos, me gusta ese: señala uno con portada de collage. Un día descubrí que el diseño editorial, en especial el de libros, es una aplicación más noble del diseño gráfico. Lo mantiene a uno cerca de las letras, de la educación y otras cosas más importan-tes. Por lo menos algunos niños aprende-rán matemáticas o descubrirán a algún poeta por culpa del trabajo de uno. Tiene más sentido hacer libros que hacer publi-cidad. La educación de calidad, la ciencia, la investigación son lo verdaderamente importante, lo demás, lo cosmético, lo su-perficial no merecen la importancia que se les da. Que no nos demos cuenta de eso me angustia, es una tragedia demasiado grande, demasiado triste.

Pero el muchacho de la cafetería me extiende la mano y mi plan, que era sentarme a leer mientras el decano aparecía, se frustra. Le devuelvo el saludo, qué bueno verte, cómo estás, qué dice la vida; le digo con la rigurosi-dad de las conversaciones sostenidas a fuerza de matar el aburrimiento. He-mos hablado poco, no me sé su nom-bre, lo etiqueto: el chico del «U-kapé».

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Guatemala, 22 De enero De 2016 / PáGina 3

“EL TAPIS”

En El Olvido no se consiguen botellas, solo litros.

Yángulo y Doña Elsy una soleada tarde de enero.

MáS dE cIncuEnTA AñoS dE oLvIdoPor Juan Pablo Muñoz y TG.

denominan hasta en otro idioma...Dios los hace y ellos se juntan... para

“echarse un tapis”. Por eso, en este espa-cio se ofrecerán algunas líneas sobre esos bares que cuentan con una larga trayec-toria de atención a esos comensales del buen beber.

Más de cincuenta años de olvidoA unos pasos de la Avenida Centroamé-

rica, en la 0 avenida “B” 15-25 de la zona 1, está uno de los bares más antiguos de la Capital: El Olvido, atendido por doña Elsa Escobar Macal, doña Elsy -como re-gularmente le dicen sus clientes -. Desde el momento mismo en que

se traspasa el umbral de su puerta de vaivén, el cliente se transporta a otra época... y se llega a un espacio rodeado de paredes llenas de recuerdos y anéc-dotas... desde la vieja caja registradora postrada en el mostradorón de madera que tiene años sirviéndole de soporte, pasando por las paredes amarillas tapi-zadas de pósteres de artistas y equipos de fútbol -todos debidamente enmarca-dos-, hasta llegar al techo de machim-bre, del cual cuelgan banderines de clubes deportivos y otros recuerditos. La luz amarilla del local reafirma esta sensación de viajar en el tiempo. ¿Ud. ha ido decorando a su gusto El Ol-

vido? - le preguntamos a la dueña.Sí, yo, a mi modo.¿Y de dónde ha traído

todos estos recuerdos?De diversas partes: de

México, España, Suda-mérica...Ahí podés encontrar

cuadros de Cantinflas, Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solís, Víctor Manuelle, La Sonora Santanera, Se-lena y la favorita de la decoradora, Daniela Romo. Los equipos de futbol se deben a los gustos de su difunto esposo, aficionado a este deporte. También te topás con imágenes de gallos y jaguares. Otra peculiaridad del

local es la influencia guadalupana. Con su propio altar en una de las paredes, doña Elsy se identifica como devota de esta advo-cación mariana. “Soy católica”, dice. Y por

ello, aparte de los domingos, el único día en que El Olvido no está disponible es el Viernes Santo. Corría uno de los años de la presiden-

cia de Julio César Méndez Montenegro (1966-1970), cuando a raíz de un anun-cio de prensa, un 9 de octubre, por Q500 doña Elsy compró el derecho de llave del Bar El Olvido... recuerda ella que tenía alrededor de 18 años de existir con el mismo nombre y que antes de ello, en el mismo local existió al menos una década otro bar llamado “El Gallo Giro”.En alguna época no tan lejana, este par-

ticular bar se distinguió por poseer una rockola que funcionaba con discos de acetato y por lo tanto ofrecía un reper-torio musical que se anclaba hasta máxi-mo la década de 1980. Sin embargo, por la diversidad de música que actualmente se requiere, el aparato que hoy ameniza el ambiente es moderno: “los muchachos escuchan de todo”, dice doña Elsy. Quienes han visitado El Olvido saben

que en el bar siempre van a encontrar a un morador en particular: Yángulo -el gato-, la mascota del lugar. Aparece de repente, inspecciona a los visitantes, ronronea con quien le place y enseguida desaparece. Hoy en día este simpático personaje tiene un gallo por compañía.Este rincón del Centro Histórico abre des-

de las 13.00 horas, de lunes a sábado y reúne

a bebedores provenientes de todas partes de la Ciudad. Sus visitantes más asiduos son por ahora muchos jóvenes, entre los cuales destacan parejas de enamorados y extranje-ros. “Es que ahora las tiendas son cantinas”, dice doña Elsy cuando le preguntamos por qué ya no llega la gente de antes, esa que pasaba tempranito a curarse la resaca y vol-

vía a medio día o después del trabajo. Bares como El Olvido se convirtieron así en “lu-gares de estar”: quien llega, va sin prisas... al punto de que, según dicen, luego no se quiere ir.¿Qué tiene pensado para El Olvido?Atenderlo, hasta que Dios se acuerde de

mí.

FotograFía de Salazar ochoa.

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Guatemala, 22 De enero De 2016 / PáGina 5PáGina 4 / Guatemala, 22 De enero De 2016

¿Arte en las Calles?TexTo y foTografías de

eduardo Juárez

stas no son calles: son l a b e r i n t o s donde mi conciencia se muere de es-

calofríos, es el reino celestial de los rostros des-mascarados que huelen a peste con sus desdichas que van y vienen en torbellinos de delirio y vértigo. Propongo que estas fotos sean puestas en vallas gigantescas, en diez mil muppies, que sean pintadas so-bre camionetas enteras y perfiles de edificios, etcétera. Este no es arte de Paseo Mall gi-

gantesco: Esto es el gran vacío, la gran laguna mental, es la bata-lla sin fin. Es aquí donde muere y nace el arte simultáneamente. Esto no es arte motivacional ni decorativo, es La Retaguardia, es lo marginal, son los Restos de Guatemala, los escombros de la corrupción. Imagínese es-tas fotos sobre vallas electró-nicas derritiendo las pupilas de los conductores en la hora pico, proyectadas sobre el Palacio de la Cultura… eso, mis amigos, se-ría arte en las calles…

E

Anti-rótulo.

Una república, bajo la influencia de estupefacientes, viendo tele. Púas de la belleza

Brocha y Cristo.

American shoes

Ciudadano distinguido de La Laguna Mental

Foto galería

D espués de sufrir un verdadero martirio durante años; errando de un colegio a otro con mi hermana Pamela, -la mediana-, un día supimos que ver la luz era algo posible. Por azares

del destino a mi mamá alguien la invitó a que nos metieran a un colegio estilo Freinet. Mejor cosa no nos pudo pasar en la vida. Su nombre es Teceltican (y digo es, porque aún existe en México), y en náhuatl significa: Lugar de la alegría. No había uniformes, menos tareas. Nunca había visto tanto niño con pelo largo en mi vida. Teníamos clases de Macramé, Ajedrez, Hortaliza, Teatro, Música, Expresión corporal, Cerámica y otras más que no recuerdo, además de las asignaturas comunes y corrientes. Gente como el cineasta Diego Luna salió de allí, entre muchas personas más con las que aún tengo contacto y de las cuales sigo sorprendido por sus alcances y talentos. Éramos ahí, una especie de niños incubados en un pequeño experimento: vivir sin la castración del sistema ¨educativo tradicional¨. 30 años después, a mi hijo mayor, lo han copado en el colegio y le han dado el ultimátum de llevar el cabello corto para mañana. Él se había hecho mil veces el loco y había peleado a morir porque no le sucediera esto. No quiero victimizarme con este pequeño reclamo; pero por más que he ido aprendiendo a no juzgar y comprender lo que me sucede a diario, no logro entender qué le hace de daño a una ¨institución educativa¨ el hecho de que un patojo defienda lo que por naturaleza la vida, su gusto, y su personalidad le han dado. Sé muy bien que llevamos, al menos, doscientos años de atraso en saber que entre más formalismos abonemos a nuestra maleza mental, de menos sustancia estarán constituidas las nuevas generaciones. No sé si me explico, pero me da la impresión que la pajística y la ¨formalidad¨ serán, en un futuro no tan lejano, las únicas dos asignaturas que servirán para medir los dos dedos de frente que con suerte les quede a los patojos. No está de más el nuevo dicho en la jerga chapina: encontrarle la cuadratura al círculo. Así vamos pues por la vida, no rodando, sino dándonos de esquinazos en el intento y quién quita, rompiéndonos.

ColochosPor Paolo Guinea

FotograFía de Salazar ochoa

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Guatemala, 22 De enero De 2016 / PáGina 5PáGina 4 / Guatemala, 22 De enero De 2016

¿Arte en las Calles?TexTo y foTografías de

eduardo Juárez

stas no son calles: son l a b e r i n t o s donde mi conciencia se muere de es-

calofríos, es el reino celestial de los rostros des-mascarados que huelen a peste con sus desdichas que van y vienen en torbellinos de delirio y vértigo. Propongo que estas fotos sean puestas en vallas gigantescas, en diez mil muppies, que sean pintadas so-bre camionetas enteras y perfiles de edificios, etcétera. Este no es arte de Paseo Mall gi-

gantesco: Esto es el gran vacío, la gran laguna mental, es la bata-lla sin fin. Es aquí donde muere y nace el arte simultáneamente. Esto no es arte motivacional ni decorativo, es La Retaguardia, es lo marginal, son los Restos de Guatemala, los escombros de la corrupción. Imagínese es-tas fotos sobre vallas electró-nicas derritiendo las pupilas de los conductores en la hora pico, proyectadas sobre el Palacio de la Cultura… eso, mis amigos, se-ría arte en las calles…

E

Anti-rótulo.

Una república, bajo la influencia de estupefacientes, viendo tele. Púas de la belleza

Brocha y Cristo.

American shoes

Ciudadano distinguido de La Laguna Mental

Foto galería

D espués de sufrir un verdadero martirio durante años; errando de un colegio a otro con mi hermana Pamela, -la mediana-, un día supimos que ver la luz era algo posible. Por azares

del destino a mi mamá alguien la invitó a que nos metieran a un colegio estilo Freinet. Mejor cosa no nos pudo pasar en la vida. Su nombre es Teceltican (y digo es, porque aún existe en México), y en náhuatl significa: Lugar de la alegría. No había uniformes, menos tareas. Nunca había visto tanto niño con pelo largo en mi vida. Teníamos clases de Macramé, Ajedrez, Hortaliza, Teatro, Música, Expresión corporal, Cerámica y otras más que no recuerdo, además de las asignaturas comunes y corrientes. Gente como el cineasta Diego Luna salió de allí, entre muchas personas más con las que aún tengo contacto y de las cuales sigo sorprendido por sus alcances y talentos. Éramos ahí, una especie de niños incubados en un pequeño experimento: vivir sin la castración del sistema ¨educativo tradicional¨. 30 años después, a mi hijo mayor, lo han copado en el colegio y le han dado el ultimátum de llevar el cabello corto para mañana. Él se había hecho mil veces el loco y había peleado a morir porque no le sucediera esto. No quiero victimizarme con este pequeño reclamo; pero por más que he ido aprendiendo a no juzgar y comprender lo que me sucede a diario, no logro entender qué le hace de daño a una ¨institución educativa¨ el hecho de que un patojo defienda lo que por naturaleza la vida, su gusto, y su personalidad le han dado. Sé muy bien que llevamos, al menos, doscientos años de atraso en saber que entre más formalismos abonemos a nuestra maleza mental, de menos sustancia estarán constituidas las nuevas generaciones. No sé si me explico, pero me da la impresión que la pajística y la ¨formalidad¨ serán, en un futuro no tan lejano, las únicas dos asignaturas que servirán para medir los dos dedos de frente que con suerte les quede a los patojos. No está de más el nuevo dicho en la jerga chapina: encontrarle la cuadratura al círculo. Así vamos pues por la vida, no rodando, sino dándonos de esquinazos en el intento y quién quita, rompiéndonos.

ColochosPor Paolo Guinea

FotograFía de Salazar ochoa

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Página 6 / guatemala, 22 De enero De 2016

san juan – la esperanzaSan José, Costa Rica: Germinal, 2015 | 96 págs. | 15.5 x 19 cms. + 1 pliego de 75 x 19 cms. | 13.5 x 21 cms | ISBN 978-9968-698-49-8 | Colección Nivel 2.0 | Editor: Juan Hernández | Portada: Alejandro Marré

san juan- la esperanza de Wingston gonzález, premio mesoamericano de poesía luis cardoza y aragón 2015 puede encontrarse con don cristóbal en la librería casa del libro que está en el interior de casa cervantes 5 calle 5-18 ciudad de guatemala.

C

Titulo esta reseña con palabras del mismo autor, siendo este un libro de poemas confesionales y muy íntimos no puedo sino utilizar su propia materia para comentarla y reseñarla. Wingston González un poeta haciendo nudos con un lazo de maguey, hilvana y enreda su pensamiento y sus palabras para fabricar una hamaca en la que descansará con su trabajo poé-tico encima, asfixiándose a placer.

uando por fin tuve el libro en las manos, cal-culé su peso, lo recorrí con las palmas de mis manos, aspiré su olor, observé la portada a de-

talle, hice anotaciones en la ficha técni-ca, leí la contraportada y me quedé ato-rado allí, con esas ideas palpitando en el cerebro, al menos dos días pasaron para que pudiera deshacerme de aquel texto cacofónico y adulador. Los edito-res hicieron comparaciones, definieron la poesía guatemalteca, baños de pure-za y belleza, todo comprensible si pen-samos que ellos lo que quieren es ven-der libros; pero para decir que con éste libro se inaugura una tradición poética guatemalteca hay todavía mucho tre-cho sin recorrer, poco conocimiento de la poesía y peor aún de la poesía guate-malteca. (Discusión mañanera que no he finalizado).Un común denominador de los poe-

tas guatemaltecos contemporáneos es la anomia, el desencanto, y la autodes-calificación. Así González inicia con un texto lleno de monotonía y rutina, un texto que declara su entorno, lo que ocupa su centro vital, lo que lo hace ser; un texto que anuncia el resto del

Por Juan Calles

‘‘san juan - la esperanza’’: poesía sin más cauce

que el silencio

libro, y para ello uso sus propias pala-bras: “vaso mal cortado, santo a mache-te, moneda arrítmica, larga reflexión sobre la cama, versículo de Eclesiastés, botella llena de sangre, arrojada al mar, impalpable…” Este primer texto fina-liza con una frase contundente “Con estas palabras nada que decir”.Siguiendo el estilo de sus contempo-

ráneos el autor incorpora palabras en idioma inglés, frases sueltas, repeticio-nes, y referencias a la cultura pop o a la publicidad, esta forma de escribir es tan propia de algunos poetas actuales que podés concluir que cualquiera de ellos pudo ser el autor de san juan – la esperanza, no hay una diferencia sus-tancial que los defina como autores.Sin embargo, en estos poemas hay

algo muy íntimo y confesional, en “cuenta con mi trombón” en la pá-gina 13. La soledad, el abandono, los apegos, la tristeza y los adioses llenan la página de lágrimas sinceras y do-lorosas; pero también agrega (y esto es a lo largo de todo el libro) muchos silencios disfrazados de palabrerío y una supuesta erudición; esto marca distancia con el lector, es Wingston hablándose a sí mismo, es el autor di-ciéndose silencios.Encontré imágenes muy hermosas

en algunos versos, lamentablemente

reseña

rodeadas de palabras huérfanas, in-conexas, carentes de sístole y diás-tole. A pesar de ello, en algunos de sus textos, como “inventario de una cama destruida” de la página 30 po-dés encontrar a un poeta en plena observación, en pleno oficio de poe-ta, observar y contar, observar y na-rrar, observar y escribir lo observado, poetizarlo. González siendo poeta no intentando serlo. Por otra parte el libro incluye cali-

gramas, eso sí pertenece a una tra-dición poética, practicada y desarro-llada por muchos poetas americanos y europeos, los caligramas tienen la intención de experimentar con el tex-to y que el texto forme una “imagen” del poema; en el caso de san juan – la esperanza es imposible la lectura de los caligramas que propone el autor; alguien se ofreció a leerlos por mí, le pedí que lo hiciera en silencio y que luego me contara su experiencia, el silencio fue su respuesta.En este libro de Wingston González

descubrí a un poeta en desarrollo, a un poeta que vive por afición, que escribe por adicción; descubrí poemas frac-cionados, incombustibles, chatos, uni-dimensionales, pero poemas que son como la vida, un extraño lenguaje para explicarte quien sos, que hacés, poe-mas que son como esos días en los que

no querés salir de la cama y enfrentar la realidad. En san juan – la esperanza entendí que poeta es sólo quien está en la disposición de percutar, de encender la mecha, es quien esté dispuesto a vi-vir no a fingir vivir. ¿Entendés que esa es tu vida? ¿Entendés que éso es poesía a destajo, a rajatabla?

Page 7: Cultural 22-01-2016

Guatemala, 22 De enero De 2016 / PáGina 7

C

La próxima semana; Chinonzki presenta su pri-mera exposición. Una muestra experimental de artes visuales que busca cortar el distanciamiento habitual de la persona/pieza por medio de mé-todos de distribución antimercado. Con temas inclinados hacia la sátira a los estereotipos de lo que se concibe como “artista”, así como la mani-pulación y presión económica hacia el aspirante a artista visual en Guatemala.

hinonzki es una auténtica ave rara dentro de la am-plia fauna artísti-ca de la ciudad, a su corta edad (no sobrepasa los 25

todavía) se ha convertido en un personaje obstinado con la bús-queda de alternativas para inten-tar salir de la dinámica de vender el arte, en su lugar este excéntrico dentro de los excéntricos del cen-tro busca establecer el trueque como mecanismo para ganarse los sagrados alimentos, la vesti-menta y satisfacer los vicios.

Chinonzki ha logrado costear su estilo de vida a base de intercam-

Por Salazar ochoa

chinonzki, un inconforme con el mercado del arte

FotograFía de Salazar ochoa

la exposición“Ni un quetzal” la muestra que reúne la obra pictórica de chinonzki se presenta el viernes 29 de enero a partir

de las 18:00 horas en Nueva acrópolis centro histórico,

7ma. calle 3-62 zona 1. entrada libre

biar sus dibujos y pinturas por la-tas de frijoles, almuerzos, cervezas y hasta cortes de pelo. Cabe resal-tar que él no acepta dinero.

Entre la gente “diferente” esta-blecer una lógica distinta a la que predomina es remar contraco-rriente y eso lo sabe bien el pro-tagonista de esta historia quien desde que entró a la Escuela Su-perior de Arte fue bombardeado por discursos y conferencias alre-dedor de cómo hacerse licenciado y vender sus obras por miles de quetzales en unos cuantos semes-tres de educación superior.

Es muy probable que uno de estos viernes, inmediatamente después de haber leído el suplemento cul-tural usted encuentre fortuitamen-te una de las obras de Chinonzki.

Por Salazar ochoa

cecilia cóbar falla PreSenta el que encuentra una flor

a exposición se inauguró la noche del miércoles en el cen-tro cultural La Casa. Ahí se dieron cita distintas especies de artistas y público en

general para apreciar la obra de una fotógrafa que destaca en un campo poco explorado, el desnu-do masculino. La muestra debería tener una ad-

L vertencia para que personas con-servadoras y de no muy amplio criterio se ahorraran un bochor-no. En las fotos sobresalen penes y orquídeas que han sido bien capturados por el lente de Cóbar Falla. Los textos que acompañan a las fotografías NO están de más y fortalecen la transmisión del mensaje que la artista busca dar-nos.Lo bueno de ir a las inaugura-

ciones es poder conversar con quien expone. Cecilia es buena onda y de plática alegre, gracias a ello disipamos nuestras dudas. El que encuentra una flor puede visitarse de lunes a sábado por la mañana, tarde y noche en La Casa, 3 Calle 3-59 Zona 1, ciudad de Guatemala. Los invito a que se den una vuelta por allí, La Casa es, esta semana, el centro cultural más vivo que hay en la ciudad.

FotograFía de Salazar ochoa

Chinozki preparando la instalación de la pieza en una de las columnas del Paraninfo Universitario.

FotograFía de Salazar ochoa

La obra instalada finalmente.

La idea es que usted se apropie de la obra y que no la devuelva, sim-plemente se comunique con él para decirle algo así como mirá encon-tré tu obra y creo que es una basu-ra o bien me topé con tu pieza y me gusta mucho y pienso ponerla en mi cuarto. Chinonzki deja sus obras aleatoriamente en sitios de la ciudad de Guatemala como parte de otro de sus proyectos artísticos el cual en este caso no implica el trueque directamente sino crear una conexión entre el creador, la obra y el público.

Luego de degustar un delicioso almuerzo en “El Buen Gusto”, allá por la 3ra avenida y 12 calle “A” de la zona 1. Nos enfilamos con

Chinonzki al Paraninfo Univer-sitario para que yo conociera de primera mano cómo el proyecto de los viernes cobra vida. Después de comprar cinta adhesiva en la tienda de enfrente (Chinonzki ha-bía olvidado uno de sus insumos básicos) entramos al histórico edi-

ficio para que él hiciera de las su-yas. Ahí estuvimos un rato luego de instalar la obra y pude obser-var como una señora se acercaba con curiosidad para observarla y se alejaba sin decir nada. Quisiera saber qué pasó con ese panda pe-gado en la pared.

Yo no vendo lo que hago aunque

subsisto a través de lo que pinto.

Chinonzki

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Página 8 / guatemala, 22 De enero De 2016

Un espacio para niñas y adultos en el Cerrito del Carmen, Zona 1. En el mar-co del Diplomado en Em-prendimiento Cultural y Producción artística miem-bros jóvenes del equipo de Caja Lúdica han creado una propuesta con el fin de abrir más espacios artísticos y

poner en práctica conoci-mientos del diplomado, con el fundamento de divertirse y dar seguimiento a la base filosofica y práctica del que-hacer de esta organización “Aprender jugando, expre-sando y creando” a través de la Metodología Lúdica Acción.

Noche de Ritmo y Poesía para com-partir sentires a través de la palabra y la música. Viernes 22 de enero a partir

de las 20 horas en Rockol Vuh, 6a ave-nida 1-32 zona 1 Ciudad de Guatema-la. Admisión: Q.30.00

Metáfora de país. Fotografía de Homero Fuentes

festival co-co-ri-co

Noche de ritmo y poesía