CONCEPTUALIZANDO LA CORRUPCION

En mi religión me inculcaron que hay cuatro formas o maneras de pecar: de pensamiento, palabras, obras y omisión. La corrupción como agente catalizador de la mala conducta del ser humano, se aprovecha de esas formas o maneras de pecar para diseminarse en cualquier sociedad. El lector que inicia estas primeras líneas pensará que “entonces hasta yo soy un corrupto”. Es posible, pero se puede evitar ser corrupto. Si una persona es débil de espíritu, lo mejor es estar lejos de los focos pecaminosos, o si desde la educación familiar ha sido formado para deslindar entre lo que es bueno y lo que es malo.

Se habla de corrupción institucional, de corrupción administrativa. Las instituciones no corrompen, son los hombres que presentan esta inclinación. De igual modo, los procedimientos administrativos no son corruptos, la inobservancia de las normas, sí. Cuando se abulta el costo de una obra pública por encima de los parámetros normales, tales como carreteras, aulas escolares, parqueos para edificios, remodelaciones con adendas mayores que los presupuestos originales, eso es corrupción.

El hecho de violar una ley que establezca que el precio de los combustibles al consumidor final

se regirá por las fuerzas de oferta y demanda, y su aplicación es: si sube ¡SUBE! y si baja ¡BAJA!,

pero cuando bajan los precios a nivel internacional, se congelan esos precios, aunque no se quiera interpretar así, es un acto de mala fe. Eso es corrupción.

Todavía no me he enterado de un contribuyente que en su declaración jurada se haya equivocado en su contra y a favor de la administración tributaria, que haya sido llamado para devolverle el importe pagado demás. ¿A cuál de las cuatro formas de pecar, se aplicaría esta actitud? Me inclino por la última.

Somos el país más caro del mundo, solo voy a mencionar varios productos o servicios que el consumidor tiene que adquirirlo muy por encima de los precios internacionales, sin importan a que grupo de desarrollo pertenece: los combustibles, la energía eléctrica, comunicaciones (telefonía e internet), los renglones de la canasta básica (arroz, habichuelas, carnes, pan, plátano, huevos, leche). Hay que mencionar las medicinas, tanto para tratamiento regulares como catastróficos. Si una clase política permite que al pueblo llano se le atribule con un sistema donde se sientan desprotegidos, solo el hecho de una persona condenarla a vivir con estrechez, a niveles por debajo de la línea de pobreza, hace pensar que no se conduelen de su prójimo. Esto es corrupción.

La denegación de justicia, el desamparo, la permisividad en el otorgamiento de pensiones a elementos privilegiados con valores exorbitantes, mientras una gran mayoría reciben un pago que no alcanza para cubrir sus medicamentos, es una forma de corrupción contra una parte importante del pueblo. Depravar, pervertir, dañar, estos vocablos los han utilizado la clase gobernante de este país mediante mecanismos utilizados en contra de las clases desposeídas, como si fuera un virus. Esa es la corrupción. Hay que evitar la depravación moral del pueblo dominicano.

Preparado por,

Lic. Julio Gutiérrez Heredia

CPA-Auditor Forense

Viernes, 18 de julio de 2014