columnas

1
Gaudí y la masonería Sobre Gaudí se ha dicho de todo. Que fue templario, rosacruz, alquimista, drogadicto, impío, blasfemo, y otras lindezas. Con los que más absurdos argumentos, siempre sin demostrar, se han dado teorías sin base lógica pero muy gratas a los amantes del sensacionalismo. Se hace muy difícil pensar que un arquitecto educado en los Escalopios de Reus y que desde los inicios del ejercicio de su profesión proyectó objetos y edificios religiosos, al que a los 31 años se le confió la dirección de la obras de la Sagrada Familia, por recomendación de Juan Martorell, el más ortodoxo de los arquitectos católicos del momento, tuviera esta doble vida. tra especie que de vez en cuanto asoma es la de su pertenencia a la francmasonería. Ante tal supuesto, cabe hacerse la pregunta que un rector de Universidad, precisamente de Reus, se formulaba cuando le comunicaban una noticia importante, y esto ¿es bueno o malo? egún definición de sus propios adeptos, la masonería es un sistema de filosofía práctica que promueve la civilización, ejerce la beneficencia y tiende a mejorar las costumbres y a mantener el honor de los sentimientos. Hasta aquí nada que oponer sobre la pertenencia a tal sociedad de un cristiano como Gaudí. La cuestión reside en que a la francmasonería no le importa la llamada otra vida del alma, pues cree que ni es hombre el cuerpo muerto, ni lo es el alma, caso de que tuviera vida individual. De ahí la contradicción con la doctrina católica que cree en la trascendencia y la resurrección de la carne. O S

Upload: maca-maca

Post on 10-Mar-2016

217 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

informació sobre informatica

TRANSCRIPT

Page 1: Columnas

Gaudí y la masonería

Sobre Gaudí se ha dicho de todo. Que

fue templario, rosacruz, alquimista,

drogadicto, impío, blasfemo, y otras

lindezas. Con los que más absurdos

argumentos, siempre sin demostrar, se

han dado teorías sin base lógica pero

muy gratas a los amantes del

sensacionalismo.

Se hace muy difícil pensar que un arquitecto educado en los Escalopios de

Reus y que desde los inicios del ejercicio de su profesión proyectó objetos y edificios

religiosos, al que a los 31 años se le confió la dirección de la obras de la Sagrada

Familia, por recomendación de Juan Martorell, el más ortodoxo de los arquitectos

católicos del momento, tuviera esta doble vida.

tra especie que de

vez en cuanto asoma

es la de su pertenencia a

la francmasonería. Ante

tal supuesto, cabe

hacerse la pregunta que

un rector de Universidad,

precisamente de Reus, se

formulaba cuando le

comunicaban una noticia

importante, y esto ¿es

bueno o malo?

egún definición de

sus propios adeptos,

la masonería es un

sistema de filosofía

práctica que promueve la

civilización, ejerce la

beneficencia y tiende a

mejorar las costumbres y

a mantener el honor de

los sentimientos. Hasta

aquí nada que oponer

sobre la pertenencia a tal

sociedad de un cristiano

como Gaudí. La cuestión

reside en que a la

francmasonería no le

importa la llamada otra

vida del alma, pues cree

que ni es hombre el

cuerpo muerto, ni lo es el

alma, caso de que tuviera

vida individual. De ahí la

contradicción con la

doctrina católica que cree

en la trascendencia y la

resurrección de la carne.

O S