selección columnas

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REUTERS H ay varias cosas que recuer- do de Roque Gastón Más- poli, arquero uruguayo en la final de 1950 contra Brasil. Lo fui a ver en julio del año 2000, aprovechando un partido por las eliminatorias entre Chile y Uruguay que para variar perdi- mos, con la idea de preguntarle qué significaba para él la Garra Charrúa. Máspoli, entonces de 82 años, vivía modestamente en una casa de dos plantas en la calle Nueva Palmira, en la parte poniente de Montevideo. Una mujer muy discreta, casi invisible, abrió la puerta y me pidió que por favor respetara la media hora acordada para la entrevista, “para que después él duerma la siesta tranquilo”. Quedé solo por un par de minutos mientras ella, no recuerdo si era su esposa o su hija, se per- dió por un pasillo en busca de Máspoli. Un aire espartano se respiraba en aquel living-co- medor de paredes blancas, sin cuadro alguno que mirar. En un escuálido mueble con repi- sas de madera, junto a un jarrón con flores de papel, había una pequeña réplica en bronce de la Copa Jules Rimet, la que ganó Uruguay cincuenta años antes. Era el único vestigio conme- morativo en la habitación, la única pista que podía ligar a aquel amable anciano de espal- da encorvada que yo tendría en frente con el heroico arquero del Maracanazo. Antes de darme la respuesta que yo necesitaba, más por sosiego espiritual que por in- quietud periodística, me habló del fútbol uruguayo. Dijo que desde siempre fue cuna de grandes jugadores. En una lista de unos treinta nombres poste- riores a 1950, destacó a Sasía, Rocha y Francescoli por enci- ma del resto, en un pedestal en el que, si hubiera vivido un poco más, seguramente inclui- ría a Forlán, hoy postulante al podio de Sudáfrica 2010. “Siempre hemos sido bue- nos. El problema es que muy temprano empezamos a vivir del pasado”, me dijo Máspoli, para quien muchas de las his- torias que se contaban sobre lo ocurrido el 16 de julio de 1950 eran “invento de periodistas”, sobre todo las relacionadas con Obdulio Varela. Sin notar mi cara de desen- canto, porque Obdulio fue uno de los espejos de mi niñez (el otro era Chuflinga Herrera), él siguió con sus recuerdos, hasta que al final, casi con temor, le hice la pregunta por la que había esperado tanto tiempo. -¿Cómo definiría usted la Garra Charrúa, don Ro- que? -Mire, no le puedo definir algo que, según mi opinión, no existe. Son cosas que les cuen- tan a los niños, aderezos que les ponen a las historias para que sean más bonitas, pero mire lo que pasó con la Garra Charrúa. El de 1950 fue nues- tro último título y Brasil, en cambio, fue varias veces cam- peón mundial después de aquella derrota. ¿Me entiende? “Siempre hemos sido buenos. El problema es que muy temprano empezamos a vivir del pasado”, me dijo Máspoli. PELOTA MUERTA Esteban Abarzúa ¿Existe la Garra Charrúa? 22 Martes 6 de julio de 2010 / Las Últimas Noticias DEPORTES

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Columnas de Esteban Abarzúa, Chile.

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Page 1: Selección columnas

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H ay varias cosas que recuer-do de Roque Gastón Más-

poli, arquero uruguayo en lafinal de 1950 contra Brasil. Lofui a ver en julio del año 2000,aprovechando un partido porlas eliminatorias entre Chile yUruguay que para variar perdi-mos, con la idea de preguntarlequé significaba para él la GarraCharrúa. Máspoli, entonces de82 años, vivía modestamenteen una casa de dos plantas enla calle Nueva Palmira, en laparte poniente de Montevideo.

Una mujer muy discreta,casi invisible, abrió lapuerta y me pidió quepor favor respetara lamedia hora acordadapara la entrevista, “paraque después él duermala siesta tranquilo”. Quedésolo por un par de minutosmientras ella, no recuerdo siera su esposa o su hija, se per-dió por un pasillo en busca deMáspoli. Un aire espartano serespiraba en aquel living-co-medor de paredes blancas, sincuadro alguno que mirar. Enun escuálido mueble con repi-sas de madera, junto a un

jarrón con flores de papel,había una pequeña réplica enbronce de la Copa Jules Rimet,la que ganó Uruguay cincuentaaños antes.

Era el único vestigio conme-morativo en la habitación, laúnica pista que podía ligar aaquel amable anciano de espal-da encorvada que yo tendría enfrente con el heroico arquerodel Maracanazo.

Antes de darme la respuestaque yo necesitaba, más porsosiego espiritual que por in-quietud periodística, me habló

del fútbol uruguayo. Dijo quedesde siempre fue cuna degrandes jugadores. En una listade unos treinta nombres poste-riores a 1950, destacó a Sasía,Rocha y Francescoli por enci-ma del resto, en un pedestal enel que, si hubiera vivido unpoco más, seguramente inclui-ría a Forlán, hoy postulante alpodio de Sudáfrica 2010.

“Siempre hemos sido bue-nos. El problema es que muytemprano empezamos a vivirdel pasado”, me dijo Máspoli,para quien muchas de las his-torias que se contaban sobre loocurrido el 16 de julio de 1950eran “invento de periodistas”,sobre todo las relacionadas conObdulio Varela.

Sin notar mi cara de desen-canto, porque Obdulio fue unode los espejos de mi niñez (elotro era Chuflinga Herrera), élsiguió con sus recuerdos, hastaque al final, casi con temor, lehice la pregunta por la quehabía esperado tanto tiempo.

-¿Cómo definiría usted laGarra Charrúa, don Ro-que?

-Mire, no le puedo definiralgo que, según mi opinión, noexiste. Son cosas que les cuen-tan a los niños, aderezos queles ponen a las historias paraque sean más bonitas, peromire lo que pasó con la GarraCharrúa. El de 1950 fue nues-tro último título y Brasil, encambio, fue varias veces cam-peón mundial después deaquella derrota. ¿Me entiende?

“Siempre hemos sido buenos. El problemaes que muy temprano empezamos a vivirdel pasado”, me dijo Máspoli.

PELOTA MUERTA

E s t e b a n A b a r z ú a¿Existe la Garra Charrúa?

22 Martes 6 de julio de 2010 / Las Últimas NoticiasDEPORTES

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11Las Últimas Noticias / Lunes 30 de agosto de 2010 DEPORTES

L os alemanes, capos en lafilosofía y en el fútbol,

inventaron para estos casos lapalabra schadenfreude, quedesigna la alegría que se puedellegar a sentir ante el sufri-miento, la desgracia o la infeli-cidad del otro. El términoresume tan bien este senti-miento, que ha sido adoptadoen otros idiomas, como elinglés e, incluso, el español.

Hay, por ejemplo, un capí-tulo de Los Simpson, “El díaque cayó Flanders” (el número38, el tercero de la terceratemporada), en el que Lisatiene que explicarle a Homeroel significado de schadenfreudecuando a éste se le cumple unmezquino deseo: El Zurdito-rium, una ingeniosa tiendapara zurdos instalada por NedFlanders en el centro comer-cial de Springfield, se convierteen un fracaso como negocio ysu dueño queda en la calle.

En el fútbol, con sus ritualesde guerra simulada, esto espan de cada día. Al hincha deInter le encanta que pierdaMilan, el de Boca salta en un

pie cuando se cae River y el deSan Luis, cómo no, hace chile-nitas con cualquier traspié deLa Calera.

Es una emoción negativa,acaso impresentable como

ejemplo a seguir, pero humanay real, típica de las canchas decarne y hueso. Ya lo vimoshace poco cuando Cagna,Sanhueza y otros colocolinosse manifestaron en contra de

los sueños azules, ruegos quepor cierto se les hicieron reali-dad, porque la U no avanzó ala final de la Copa Libertado-res, lo cual, desde la otra vere-da, tendría su contraparte enlas burlas tras la derrota deColo Colo ante Pachuca en lafinal de la Sudamericana 2006.

Ya está. Aquí se cumple a laperfección lavieja excusa delchileno: el otroempezó prime-ro. Sin embar-go, en el origende todas laspullas locales loque prima es lamediocridad delos apetentes.El equipo deCagna no estuvo a la altura desu envidia y fue eliminado estasemana en la primera fase delprimer torneo internacionalque le tocó disputar tras ladesgracia de su histórico ad-versario. Duró menos que uncandy, como se dice en Chile.

Muy distinta es la sensaciónque puede albergar un corazón

bien educado y bien dignorespecto del debut oficial delportugués José Mourinho enReal Madrid, el mismo RealMadrid que hasta hace unosmeses era el de nuestro Ma-nuel Pellegrini, a quien loecharon a patadas de la direc-ción técnica y, más encima,con el cartel de “tarado” sobre

su espalda pegadopor el diario “Mar-ca”, gran artíficedel cambio en labanca y de casi todala prepotencia liga-da al club.

El Madrid jugómal y empató ayeren su visita a Ma-llorca, con un re-dondo cero a cero,

y a la primera quedó relegadoa ver desde atrás el triunfalavance de Barcelona en la ligaespañola. Todavía queda mu-cho por decir en esta historia,pero con lo de ayer basta parasaldar las cuentas, en unaespecie de justicia divina provi-sional. La vida, después detodo, es bella.

Todavía queda mucho pordecir en esta historia, perocon lo de ayer basta parasaldar las cuentas, en unaespecie de justicia divina

provisional. La vida,después de todo, es bella.

PELOTA MUERTA

E s t e b a n A b a r z ú aJajajá (partió mal Mourinho)

AFP

Page 3: Selección columnas

5Las Últimas Noticias / Lunes 27 de septiembre de 2010 DEPORTES

C omo suele ocurrir con losgrandes, hay dos maneras

de mirar a Fernando Riera, unseñor de 90 años que obvia-mente murió de viejo y no depena ni de olvido, causa demuerte común entre los nues-tros. La primera manera es lade todos, la mirada totémica,que es donde los grandes tienensus altares, sus medallas deguerra y el resto de la panopliainstitucional que lleva a ManuelPellegrini, por ejemplo, a decirque nos ha dejado “el mejor detodos”, una afirmación que vamás allá de la buena crianza yresulta casi imposible de cues-tionar, aunque significa poco ynada como resumen de una

vida que seconsagró porcompleto a unsueño: elfútbol.

El otropunto de vistaes el de cadauno, por sepa-rado y sin elapremio de

posar para la foto cuando semanifiesta, como las palabrasde Riera hijo en el funeral de supadre, “fuiste un hombre dig-no”, o incluso el llanto sinpalabras de los jugadores de lainolvidable Selección de 1962sobre el ataúd de su entrenador,cuya ausencia los obligará acelebrar en el cementerio elpróximo 30 de mayo, el día desan Fernando y del debut con-tra Suiza de aquel Mundial enque Chile fue tercero.

Para mí, como debe serlopara la mayoría, Riera es unafigura distante, a quien sólo viuna vez y desde muy lejos,como puede ver un niño de 9

años entre setenta y cuatro milespectadores al canoso deté delequipo contrario. Hoy por lomenos puedo decir que vi jugary ganar en cancha a un equipode Riera, ese 3 de enero de1981, hecho doloroso entoncespara un chico que tenía deídolo a Leonel Herrera y queveía a la dupla Caszely-Vascon-celos como un instrumento decastigo para los rivales. Punto

para el Tata Riera, cuya historiaademás me hace recordar queél fue elegido para el cargo deseleccionador nacional a los 37años, dos menos de los que yotengo ahora.

Existe cierto apuro en estosdías, no sé si necesario, pormedir el legado del hombreque, según las necrologías ofi-ciales, “profesionalizó el fútbolchileno”, una sentencia quizás

no del todo justa porquemenosprecia el trabajode otros, antes y des-pués, y porque en reali-dad uno tiende a pre-guntarse si hoy, conmedio siglo de era Riera,se puede hablar sin dudaalguna de fútbol profe-sional en Chile. Nodebiera ser éste el centrodel debate. Ya se sabeque no existe el desarro-llo líneal en la historia: siuno avanza dos pasos,también puede retroce-der uno o tres. C’est lavie.

Habría sido buenopreguntarle a Riera porestas cosas, aunque élmismo, acaso para evitarla insulsa discusión,prefirió recluirse en susúltimos años, sin hablarsiquiera de la fundaciónde una escuela: a Salah yPellegrini, jugadoressuyos en esa U de princi-pios de los 80, siemprelos definió como amigos,y tampoco existen otrosrostros viables del deno-minado estilo Riera.¿Seriedad, organización,disciplina? Dios nos librede vivir en un país dondeestos valores sean credo

y patrimonio de unos pocos. El silencio voluntario del

maestro antes de que la salud ledoblara la mano puede ser unaespecie de respuesta a estasdudas. Riera fue el hombre quedirigió al equipo que le dio aChile la mayor alegría de suhistoria deportiva, que tal vezsea la mayor alegría de su histo-ria como país. ¿Hace falta otrarazón para exaltar su figura?

Riera fue el hombre quedirigió al equipo que ledio a Chile la mayoralegría de su historiadeportiva, que tal vez seala mayor alegría de suhistoria como país.

PELOTA MUERTA

E s t e b a n A b a r z ú a

Colo Colo alcanzó a laU en la punta y se puedearrancar si gana su duelopendiente con Everton, elmiércoles, en Viña.

LEOPOLDO ITURRA

Juega el miércoles

El Caciquesueña conla fuga

Con 16: J.M.Olivera (U. de Chile)Con 15: M.Olivi (A. Italiano)Con 13: E. Miralles (Colo Colo)Con 12: M.Mirosevic (U. Católica) D.Rivarola (U. de Chile)Con 11: M.Villalobos (Huachipato) C.Muñoz (S. Wanderers)Con 10: J.P.Pineda (Cobresal) M.Guevgeozian (Everton) N.Canales (Palestino) G.Vargas (U. de Chile)

Goleadores

POSICIONES GENERALES

Fecha 25Resultados

San Luis 1 Cobresal 1U.Española 3 U. de Concep. 0S.Morning 3 Everton 0U.Católica 2 A. Italiano 3La Serena 1 Colo Colo 2S.Wanderers 1 O´Higgins 1Cobreloa 3 Ñublense 2Huachipato 1 San Felipe 1U.de Chile 1 Palestino 2

PRIMERA DIVISIÓN

Equipo Pts. PJ PG Dif.

U. Chile 51 25 16 26Colo Colo 51 24 16 26U. Católica 50 25 15 21A. Italiano 46 25 14 8U. San Felipe 39 25 11 0Cobresal 38 25 11 4U. Española 38 25 10 6Huachipato 32 25 8 -3O'Higgins 31 25 8 2La Serena 30 25 9 -19Palestino 30 25 8 -2U. Concepción 30 25 7 -3Cobreloa 29 25 7 -1S. Wanderers 28 25 7 -5Ñublense 27 25 6 -11Everton 25 24 6 -7S. Morning 22 25 5 -13San Luis 18 25 3 -25

El mito del más grande

AR

CH

IVO

Page 4: Selección columnas

32 Jueves 14 de octubre de 2010 / Las Últimas NoticiasDEPORTES

E n el fútbol no hay rivaleschicos, pero sí existen los

equipos chicos y eso no tienenada de malo. Esto lo saben desobra, por ejemplo, los jugado-res del Queen’s Park Glasgow,un team de la tercera divisiónescocesa cuya historia fue rela-tada hace un par de días en “ElPaís” de España porque haceuna chorrera de años fue el másgrande de todos y con el tiem-po dejó de serlo por el solohecho de que jamás ha pagadoun sueldo: ya van 143 tempora-das sin pagar.

A fin de cuentas, no importacuánto cobras, sino quién eres,y la pequeñez tiene que ver máscon la materia que con el espí-ritu.

En el San Felipe de IvoBasay, que ahora es nuestroúnico representante en la CopaSudamericana luego del fracasode nuestros grandes, tambiénasumen con humildad su lugaren el mundo, incluso despuésde la notable goleada del mar-tes contra Liga de Quito, cam-peón vigente del torneo.

No deja de ser curiosa la

leyenda del Uní-Uní, ya quesus tres campañas históricasse forjaron inmediatamentedespués de ascender a laprimera división del fútbolchileno: en 1970-71 (campeo-nes), 2000-2001 (invicto de30 fechas en La Bomboneradel Aconcagua) y 2009-10

(octavofinalistas enun certamen inter-nacional y con op-ciones a la liguillade la Copa Liberta-dores, por el mo-mento). El HuesoBasay sigue la huellatrazada por LuisSantibáñez y RaúlToro. ¿Da parailusionarse?

Los milagrosexisten y de esopueden dar fe enSan Felipe, que leganó a Guaraní enla fase previa por 11a 10 en la definicióna penales, con unagran actuación deJaime “Sam” Bravo,y cuyo único título

nacional, bajo la conducciónde Locutín Santibáñez, madu-ró al calor del juramento de unniño moribundo: es la historiadel pequeño Marcelo Contre-ras, hijo del gerente del club en1971, quien a mitad de caminopidió que lo visitara el equipocompleto para decir unas pala-

bras. “Me voy a morir dentrode poco, pero estoy feliz por-que sé que ustedes van a sercampeones”, les dijo. Pocodespués tuvieron que partircorriendo al cementerio con lacopa.

Este Uní-Uní de Basayvenció a Liga con lo puesto,pero lo hizo bien, con fútbol ypolenta, porque el partido se lepuso chúcaro en el segundotiempo. Conducido por ÁngelVildozo y el Mágico González,el 4-2 de San Felipe contra losecuatorianos da para mirar dereojo hacia la llave siguiente,donde Newell’s Old Boyspinta como favorito.

En Quito hará falta un pocode suerte, como la que huboen Asunción para empatar enel cuarto minuto de descuento,pero lo primordial ya está en elcorazón de los aconcagüinos:como dijo alguna vez BobFitzsimmons, el campeón delos pesos pesados más livianode la historia, “cuanto másgrandes sean, más daño seharán al caer”. Sólo dependedel orgullo.

No deja de ser curiosa la leyendadel Uní-Uní, ya que sus trescampañas históricas se forjaroninmediatamente después deascender a la primera división delfútbol chileno.

PELOTA MUERTA

E s t e b a n A b a r z ú aEl milagro del Aconcagua

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