5.000 años de atrasoPor Camp Ezell, F.R.C.

Revista El Rosacruz A.M.O.R.C.

Uno de los más altos valores espirituales de esta generación ha dicho que la raza humana está atrasada en 5,000 años en el sendero de su evolución.

Yo no sé quién pudiera ser la autoridad que fijara los requisitos de la meta imaginaria, ni conozco las bases del plan para el desarrollo de la humanidad. Pero lo que he leído acerca del progreso que se ha alcanzado, me induce a creer que aquella afirmación no es exagerada.

Los astrónomos nos dicen que hay innumerables sistemas solares en comparación con los cuales nuestro propio sol, los planetas y demás satélites de este universo parecerían como un lunar insignificante en la mano de un enorme gigante de los cuentos de hadas.

Teniendo esto en cuenta, sería ridículo que supusiéramos que la Tierra es el único planeta habitado en todo el universo. Este género de deducciones puede compararse a la actitud del típico campesino ignorante que no conoce más mundo que el mísero caserío que lo vio nacer.

Naturalmente, todo esto no es más que pura especulación, pero si nos rodea un universo ilimitado, ¿no podría pensarse que la vida en este planeta no es más que la preparación para una existencia en un plano superior en otro astro? Tal vez la vida en la Tierra no es más que la escuela primaria, o tal vez el kindergarten de la gran Universidad Cósmica.

El difunto Arturo Brisbane, el escritor mejor pagado de la cadena de periódicos de William Randolph Hearst, dijo en cierta ocasión: "Ninguna cosa tiene mayor importancia; no nos separan más que 12,000 años de la época del hombre más primitivo", y agregó: "En comparación con la probable vida de la humanidad, todo ese periodo no es más largo que la punta del dedo meñique."

Si esas palabras de Brisbane nos enseñan algo, es que el progreso del hombre es sumamente lento y que muchos incidentes relacionados con nuestra respectiva vida no son tan importantes como algunos de nosotros creemos en nuestros momentos de egoísmo.

Con el sistema actual de educación e instrucción en este país, la humanidad seguirá desarrollándose con la rapidez con que camina un caracol. Sin embargo, hay indicios que señalan un porvenir mejor.

Es cierto que el descubrimiento del empleo de la energía atómica nos ha traído no solamente perspectivas de una manera más cómoda de vivir, y también ha creado la

posibilidad de destrucción del mundo, si se la emplea en gran escala durante guerras futuras. Pero como este mundo fue creado por un Hacedor que todo lo sabe, no creo que se permita al hombre el uso de la fuerza atómica para destruir toda vida en este planeta.

Desde que comenzamos a salir del período de depresión, nuestro gobierno ha demostrado un interés siempre creciente en el progreso del hombre común y corriente, y aunque el plan de fomentar el progreso intelectual y espiritual del pueblo está en sus comienzos, es un hecho que ya ha comenzado y eso justifica nuestra esperanza de que llegue a madurar.

Dentro de cada hombre existe la potencialidad de un gran ser espiritual, porque cada persona es un segmento del Alma Cósmica o Dios. Lo que necesitamos es hacer evolucionar la personalidad hasta que esté a la altura del alma. Si esto es cierto, entonces necesitamos escuelas y universidades que cultiven un íntimo acercamiento entre el alma perfecta y la personalidad imperfecta.

No hay manera mejor de realizar esto que enseñar a los jóvenes, desde la infancia, los diversos artes y ciencias, lo mismo que las leyes espirituales, y darles instrucción religiosa que "valga la pena". Creo que llegará el tiempo, tal vez poco después de comenzar el siglo 21, en que se propague un movimiento mundial obligatorio para que los niños sean preparados de esta manera.

Si esto llegara a realizarse, estaríamos justificados en nuestra esperanza de que podamos cubrir el atraso de 5,000 años en la evolución de la raza humana sobre este planeta, dentro de un periodo de tiempo razonable.