animal político - abril 2010

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LA traDición LA traDición Publicaciones de Foro Republicano NºXX, Año IV, Abril 2010 www.fororepublicano.com malpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanim E l drama en la actualidad es la ausencia de las ideas Alberdianas por más de seten- ta años. Esa ausencia se ha traducido en una Argentina decadente, empobrecida y oprimida por las ideologías que traicionaron los verdaderos valores patrios. El na- cionalismo nos protegió del extranjero mas “La patria es libre cuando no depende del extranjero, pero el individuo carece de libertad en cuanto depende del Estado.“ AnimAl Político NO TRAICIONARÁS: .DESBARAJUSTE INSTITUCIONAL .LA TRAICIóN DE LOS NACIONALISTAS .VIVIMOS LA JUSTICIA SOCIAL.CAMBIAR LA RECETA .LOS PERDEDORES FORMARÁN SU EQUIPO .VIGENCIA Y AUSENCIA DE ALBERDI .UN MUNDO VIRTUAL NO TRAICIONARÁS: .DESBARAJUSTE INSTITUCIONAL .LA TRAICIóN DE LOS NACIONALISTAS .VIVIMOS LA JUSTICIA SOCIAL.CAMBIAR LA RECETA .LOS PERDEDORES FORMARÁN SU EQUIPO .VIGENCIA Y AUSENCIA DE ALBERDI .UN MUNDO VIRTUAL “Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad.”* *Confucio (551-479 A.C.)

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Animal Político es la publicación mensual de Foro Republicano.

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Page 1: Animal Político - Abril 2010

LA traDiciónLA traDición

Publicaciones de Foro Republicano

NºXX, Año IV, Abril 2010

www.fororepublicano.com

malpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanimalpolíticoanim

El drama en la actualidad es la ausencia de las ideas Alberdianas por más de seten-ta años. Esa ausencia se ha traducido en una Argentina decadente, empobrecida

y oprimida por las ideologías que traicionaron los verdaderos valores patrios. El na-cionalismo nos protegió del extranjero mas “La patria es libre cuando no depende del extranjero, pero el individuo carece de libertad en cuanto depende del Estado.“

AnimAlPolítico

NO TRAICIONARÁS:.DeSbARAjuSTe INSTITuCIONAl

.lA TRAICIóN De lOS NACIONAlISTAS

.VIVImOS lA “juSTICIA SOCIAl”

.CAmbIAR lA ReCeTA

.lOS peRDeDOReS fORmARÁN Su equIpO

.VIgeNCIA y AuSeNCIA De AlbeRDI

.uN muNDO VIRTuAl

NO TRAICIONARÁS:.DeSbARAjuSTe INSTITuCIONAl

.lA TRAICIóN De lOS NACIONAlISTAS

.VIVImOS lA “juSTICIA SOCIAl”

.CAmbIAR lA ReCeTA

.lOS peRDeDOReS fORmARÁN Su equIpO

.VIgeNCIA y AuSeNCIA De AlbeRDI

.uN muNDO VIRTuAl

“Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad.”*

*Confucio (551-479 A.C.)

Page 2: Animal Político - Abril 2010

ARGENTINA: DESBARAJUSTE INSTITUCIONAL

escribe Alberto Benegas Lynch (h)**

2 ANIMAL POLÍTICO NºXX Año IV Abril 2010 Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

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* *Doctor en Economía

En el país en el que Juan Bautista Alberdi sembró ideas liberales

tomadas de autores como los de los Papeles Federalistas, Locke, Helvecio, Montesquieu, Benjamin Constant, Adam Smith, Bastiat, Say, Bentham, Condillac, Story y otros, tal como él mismo declara en su autobiografía, en ese mismo lugar en el que esas ideas permitieron que la nación fuera la envidia del mundo civilizado desde la adopción de la Constitución que él mismo inspiró hasta los años treinta, donde comenzó el desbarranque, acentuado notablemente a partir de la década siguiente. EN ESA ARGENTI-NA EN LA QUE LOS SALARIOS DE LA INCIPIENTE INDUSTRIA Y LOS DE LOS PEONES RURALES ERAN SUPERIORES A LOS DE FRANCIA, ALEMANIA, ESPAÑA E ITALIA Y EN MARCADA TENDENCIA A SUPE-RAR LOS DE INGLATERRA Y EE.UU. Por ello la población se duplicaba cada diez años. Las exportaciones estaban a la altura de las de Canadá y Australia. En el Centenario, la Academia de Fran-cia comparó debates parlamentarios argentinos con los que tenían lugar en esa corporación debido a la versación de sus integrantes. En ese lugar deci-mos, ahora se observa un desbarajuste institucional de envergadura.

Si bien es cierto que la demolición fue mayúscula durante las tres

presidencias de Perón (sobre lo que he escrito con detenimiento en otras ocasiones), hoy el cuadro de situación resulta lamentable en varios aspec-tos clave pero en esta nota me quiero detener en exclusivamente en torno a uno.

Primero, en el período en que el marido de la mandataria actual es-

taba en funciones, el Congreso abdicó de sus atribuciones primordiales en cuanto al manejo de la hacienda públi-ca a favor del Jefe de Gabinete.

Como es sabido, históricamente el Poder Legislativo nació para ad-

ministrar y controlar las finanzas del Ejecutivo. En verdad, durante un buen período del common law y durante buena parte del período republicano en Roma, en gran medida las normas surgían en el contexto de un proceso de descubrimiento en el que los fa-llos judiciales sentaban precedentes para el cumplimiento de las reglas de conducta. Más adelante, el Legislativo abarcó en forma creciente la función de diseñar y construir el derecho, con

lo que la Ley, a medida que la ingeniería social iba en aumento, se convirtió en pura y simple legislación. Pues bien, en el caso argentino, no solo el Legislativo fue abarcando áreas antes reservadas al ámbito par-ticular sino que revirtió sus obligaciones en el Ejecu-tivo, por ende su existencia resultó superflua.

En estos momentos el asunto se agravó aún más: nada menos que en su mensaje con motivo de la

apertura 128 de las sesiones ordinarias y ante ambas Cámaras reunidas al efecto, la magistrada de marras anunció la promulgación de un decreto para echar mano a parte de las reservas de la banca central. La historia de este espinoso asunto viene mal parida: el Ejecutivo ya había hecho lo propio alegando el receso del Congreso y que la urgencia del tema no daba tiempo para convocar a sesiones extraordina-rias. La Justicia se pronunció en contra de la posibili-dad de ejecutar esta medida tanto en primera como en segunda instancia, con lo que el gobierno apeló a la Corte Suprema. Pero antes de que ésta dictami-nara, como decimos, la Presidenta anunció que había derogado el decreto anterior y promulgado uno nue-vo al mismo efecto con lo que convirtió el asunto en “abstracto”.

Este camino constituye una afrenta al Poder Le-gislativo que se pretende aparezca como un arte-

facto decorativo en lugar de someterle un proyecto de ley en el sentido descripto. En instantes en que se trasmitía el referido mensaje el directorio de la banca central se reunió y resolvió la transferencia de los fon-dos solicitados. La idea es que si en un futuro próximo la Justicia se pronunciara nuevamente ratificando sus fallos anteriores, el hecho estará ya consumado con lo que eventualmente, en el mejor de los casos, se podrá reponer el manotazo con bonos emitidos por el teso-ro. Ahora, precisamente, otra jueza se acaba de pro-nunciar en el sentido señalado pero ya se realizaron algunos pagos y, además, en esta tragedia griega en una inacabable sucesión de actos, la presidenta dice que no acatará los fallos judiciales porque “no voy a permitir que un juez defaultee la deuda” en un dudo-so castellano y una más que dudosa comprensión del significado del orden jurídico.

Aunque no parezca creíble en un supuesto sistema republicano, la jefa de estado también expresó

que “la oposición no quiere que funcionen las insti-tuciones”, “no voy a permitir que me impidan pagar”, “estamos ante intentos de destitución evidentes” y que lo ocurrido revela que nos encontramos ante “un abuso de poder de la justicia” ya que estamos frente a “jueces que parecen alquilados”.

El acto en el que tuvo lugar el mensaje presidencial que comentamos, se desarrolló en un ambiente

acorde con lo que ocurre en una desaforada hincha-da de una cancha de futbol por los gritos, cánticos, papelitos que volaban y, además, como si todo esto fuera poco, se entonó la letra de la marcha peronista con lo de “que grande sos cuanto valés mi general”, “combatiendo el capital” y otras sandeces de ese ten-or. En la primera bandeja de la Cámara estaba ubicada la mimada de la Presidenta, Hebe de Bonafini la que,

entre otras cosas, festejó con abierta y entu-siasta algarabía el ataque criminal a las To-rres Gemelas en New York. La revista Perfil le consultó sobre el discurso de la mandataria a lo que Bonafini respondió que fue “una maravilla, brillante como es ella” y respecto a la oposición declaró que “no es oposición, es una mierda”, con perdón de mis lectores, después de haber celebrado más de medio siglo desde mi primer artículo, a los 18 años de edad, es la primera vez que publico una expresión soez. Lo que definitivamente no incluyo, porque ya excede lo que la decencia puede soportar, es la leyenda obscena impre-sa en los papelitos arrojados por personeros del oficialismo al recinto de la Cámara mien-tras hablaba la mandataria (texto que deriva de una patanería de muy baja estofa surgida del zócalo de la ordinariez a la que recurrió Maradona en conferencia de prensa, por la que fue en su momento amonestado por las autoridades del futbol internacional).

El entuerto de los decretos es digno de una producción cinematográfica de

Woody Allen (especialmente “Bananas”) pero la gravedad del asunto no conduce a la carcajada sino a las lágrimas y a una pro-funda tristeza por lo que ocurre en el país de Alberdi y la Constitución liberal de 1853. Pensar que la actual mandataria (en verdad mandante) hizo su campaña en base al “me-joramiento de la calidad institucional” que aunque muchos fuimos los que no le creímos no deja de resultar paradójico.

Es del caso recordar que Alberdi advertía una y otra vez que “Después de ser má-

quinas del fisco español, hemos pasado a serlo del fisco nacional: he aquí toda la dife-rencia. Después de ser colonos de España, lo hemos sido de nuestros gobiernos patrios: siempre estados fiscales, siempre máquinas de rentas, que jamás llegan, porque la mise-ria y el atraso nada pueden redituar”.

En nuestro contexto, nada alcanza para satisfacer las astronómicas tasas de cre-

cimiento del gasto estatal (treinta por ciento anual acumulado en la era kirchnerista): deudas inmensas, impuestos asfixiantes y ahora inflación desbordada. Todo para com-prar voluntades de politicastros deseosos de engrosar sus bolsillos. Se que esto no es muy diferente de lo que viene ocurriendo en algunos otros lares, pero eso no clama la angustia y la desazón por lo ocurrido, ni el justificado temor por lo que pueda ocurrir en vista de la pavorosa desaprensión con que el gobierno encara los aspectos más delicados de su gestión y la consiguiente falta de res-peto a las normas civilizadas más elemen-tales.

“en el caso argentino, no solo el Legislativo fue abarcando áreas antes reservadas al ámbito par-ticular sino que revirtió sus ob-

ligaciones en el Ejecutivo, por ende su existencia resultó superflua...”

* New York, “Diario de América”, (www.diariodeamerica.com)

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

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ANIMAL POLÍTICO NºXX Año IV Abril 2010 3

VIVIMOS LA “JUSTICIA SOCIAL” A principios de la década de 1940,

Argentina era un país próspero que atraía inmigrantes esperanza-dos de todo el mundo. El 4 de junio de 1943, una revolución, llamada “jor-nada redentora de la patria”, desti-tuyó al Presidente. La bandera fue la Justicia Social y Perón, para implan-tarla, creó un sistema corporativo poderoso, dilapidó riqueza pública, desató la inflación, intervino activi-dades sociales y económicas, ignoró derechos y valores culturales, paral-izó sectores productivos, enfrentó la sociedad y generalizó la corrupción.

En 1951, Argentina cae en crisis, y en 1955 Perón es destituido de la Presi-

dencia por otra revolución, pero cuan-do en 1973 accede a la Presidencia con ideas más conciliadoras, debe escon-derse para no ser asesinado por sus pro-pios partidarios. El mal político estaba hecho. Algunos presidentes posteriores a 1955, intentaron ser más justicialistas que Perón, repitiendo análogos errores, con lo que el sistema de 1943 perdura todavía en el 2010.

Resultado: la inmigración se convirtió en emigración, cercana a dos mil-

lones de argentinos desesperanzados de su país. Los salarios crecen en casi todo el mundo, al doble que en Argen-tina y la brecha se agranda. ¿Qué Jus-ticia Social se defiende? ¿La dramática farsa de manejos que empobrecieron al pueblo?

Sorprende que justicialistas honestos no ofrezcan otro camino a seguir.

*Publicado en www.segundarepublica.blogspot.comMarcelo Castro Corbat

W W W . E T I C G R O U P . N E T

escribe Agustín Etchebarne*

En el alba del siglo XIX Argentina fue uno de los pioneros en adop-tar las nuevas ideas que ya se ex-pandían rápidamente por Europa y Estados Unidos enfrentando al Ab-solutismo Monárquico-Teocrático. Las viejas ideas “conservadoras” sostenían que el poder de los reyes y el Papa emanaba directamente de Dios y por lo tanto, no debían rendir cuenta de sus acciones a na-die más que él.

Los “progresistas” de la época enfrentaban con coraje y pasión esa concepción del mundo y a los gritos y por las armas imponían el reconocimiento de los derechos y las libertades individuales, la necesidad de una Justicia inde-pendiente, la igualdad de todos los seres humanos ante la ley y la soberanía del pueblo. El poder, decían, emanaba del pueblo y la principal obligación del Estado era asegurar los derechos, la vida, la libertad y la propiedad de cada individuo. Estos pensamientos que provenían de Francia y del Reino

Unido, y también originalmente de España, de hombres como Grocio, de Vittoria, Voltaire, Locke, Hume, Rou-sseau, Montesquieu, Tocqueville, Paine, Smith… fueron la antorcha de las revoluciones de 1776 en Estados Unidos, 1789 en Francia, 1809 en Chuquisaca y 1810 en Buenos Aires; ideas que quedaron plasmadas en la Constitución de 1853-60.

Lo fascinante del caso, es que esas ideas triunfantes en Estados Unidos, Canadá, Australia, Argentina y otros po-cos países, provocaron un enriquecimiento rápido y sos-tenido en todos ellos, la gran mayoría de habla inglesa, y sorprendentemente también en nuestro país, que pasó a ser la única excepción en toda Latinoamérica. Esto es importante porque demuestra que no es un problema de raza o religión, sino que es un problema de aplicación de ideas universales. Argentina logró ser la 8va potencia del mundo, multiplicando la población y logrando, en apenas seis décadas, cumplir el sueño de Alberdi, pasar de ser un país “pobre y desolado” a ser “rico y opulento” y que los habitantes de Buenos Aires vistieran “como en París”.

Pero durante el siglo XX algo falló. Junto con la inmigración Europea llegaron las nuevas ideas que estaban vigentes en el viejo continente -el anarquismo y el socialismo- y junto a ellas algunas rebeliones obreras, minoritarias pero de gran voltaje: la Patagonia Rebelde, la Forestal en el Chaco. Esto generó cierto miedo en la población origi-nal, y el miedo no es un buen consejero... Los millones de

inmigrantes generaron tam-bién miedo por la posibilidad de perder cierto “ser nacional” (si es que algo así puede e-xistir)... se rumoreaba incluso la posibilidad de ser un país bilingüe, con el Italiano como segunda lengua... Así, los na-cionalistas lograron imponer la educación NACIONALISTA, se prohibió la enseñanza del italizano en escuelas privadas, y se impuso el español como lenguaje obligatorio. Los na-cionalistas querían que los hi-jos de italianos fueran argenti-nos. Creo que lo lograron.Pero cometieron un error e ig-

LA TRAICIÓN DE LOS NACIONALISTASnoraron algo muy valioso. El error fue creer que las ideas nacionalistas que avanzaban velozmente en España, Italia, Alemania, y también en Francia y otros lugares serían la respuesta a la “crisis del capitalismo”, que creían terminal... Se equivocaron fiero. Quien sufrió una crisis terminal fue la ideo-logía nacionalista que perdió la Guerra Mundial. Así, Italia, Alemania y Japón, cam-biaron el fascismo por Constituciones libe-rales. El error de los nacionalistas no estuvo tanto en no prever lo que ocurriría sino en que perseveraron en el error aún con las evidencias a la vista. Con las nuevas cons-tituciones y con el plan Marshall, los tres países invadidos por EEUU se transforma-ron en la segunda, tercera y quinta poten-cia mundial!!!Lo más grave de los nacionalistas, es que olvidaron que si es que existe el “ser nacio-nal argentino”, debe incluir sin lugar a du-das la idea de LIBERTAD. Por eso la canta el himno, reiterándola tres veces, de eso trata la epístola de Moreno representando a los hacendados. Echeverría lo escribe explíci-tamente “Mi patria no es el suelo, mi patria es la libertad”. La Constitución lo resalta ge-nerosamente en el preámbulo... “asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino”. Esta traición de los nacionalistas al ideal de la LIBERTAD y a la apertura al concierto de las naciones fueron dos de las claves del retroceso argentino durante todo el siglo XX. Por fortuna el tercer siglo argentino, que co-mienza este 25 de mayo, a menos que con-temos desde 1916, nos permitirá reconcili-arnos, ante la evidencia de que estas ideas fallaron aquí y en todo el mundo, y retomar la senda de la libertad, aún reconociendo que podemos ayudar a los más desvalidos, cosa que también es una idea ampliamente aceptada en la sociedad argentina.

De este modo, volveremos a ser un país en-vidiable y atractivo a todos los extranjeros “de buena voluntad” que quieran habitar nuestro suelo...

*Agustín EtchebarneEconomista - Foro Republicano

“Lo más grave de los nacionalis-tas, es que olvidaron que si es que existe el “ser nacional argentino”, debe incluir sin lugar a dudas la

idea de Libertad.”

(nota de tapa)

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

PARTICIPÁ:i n f o @ f o r o r e p u b l i c a n o. c o m

t e l : 0 1 1 - 5 2 5 2 - 0 6 2 2 / 2 3 / 2 4

w w w. f o r o r e p u b l i c a n o. c o m

4 ANIMAL POLÍTICO NºXX Año IV Abril 2010

PENSÁAPORTÁ

FORO REPUBLICANO

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Estas ideas, las que funda-

ron la Argentina, se difunden

gracias al valioso aporte de

nuestros anunciantes.

escribe Elena Valero Narváez *

El incremento de la actividad estatal da al estado la función de garante del

funcionamiento del aparato productivo. Se cree que con ello se favorece el nivel de inversiones y se crean efectos multi-plicadores que estimulan la economía. En Argentina como en cualquier parte del mundo el gobierno que promovió este camino fracasó en sus aspiraciones.

La planificación de la producción in-tentando darle a la propiedad y al

capital un sentido social mostró que lleva a tener que subir los salarios provocando mayores costos a los productores a la vez que se reduce la demanda.

Las políticas basadas en las finanzas sa-nas y equilibradas, en cambio, donde

el estado se mantiene lo más al margen posible de la economía, preocupándose por evitar el déficit fiscal, -receta liberal- produce resultados positivos.

La presidente del Banco Central, Marcó del Pont, mostró hace pocos días, con

puntero en mano, los sectores a los que el gobierno ayudará a expandirse mediante las reservas del organismo que dirige, abandonando éste sus funciones origina-les al convertirse en factor de desarrollo y crédito.

De esa manera nos anuncia que acce-derá a un gasto público aún más dis-

pendioso como lo pretende la presidente Cristina Kirchner.

La nacionalización del comercio ex-terior fue invención del gobierno de

Perón, y representó, por los errores e im-provisaciones que se opusieron a leyes vinculadas a la economía, un desastre para el buscado desarrollo del país.

Parte del programa fue el famoso In-stituto Argentino de Promoción del

Intercambio (IAPI) con el que el gobierno peronista se convirtió en el único compra-dor de los cereales y oleaginosos, fijando, además, los precios. Ese organismo se en-cargaba incluso de destinar “a piacere” los volúmenes que según opinión del gobi-erno necesitaban los molinos, las fabricas de aceite etc. También destinaba los cu-pos a la exportación, siempre en nombre

de la independencia argentina, negociando, incluso, los precios, con gobiernos extranje-ros. Las empresas exportadoras debían ad-quirir, del IAPI, la producción, a los precios indicados desde el gobierno para, recién, poder comerciarla en el exterior.

El gobierno justicialista ayudó a algu-nos empresarios argentinos a amasar

enormes fortunas -como en la actualidad lo hace el kirchnerismo- por tener el manejo de los contratos y hacer uso del poder que ello le confería.

También por medio de ese organismo se dieron subsidios y compensaciones con la

misma intención actual de bajar los precios.

El fracaso de la política estatista fue bien observable hacia 1949 cuando comen-

zaron a bajar los precios de los granos. Se agregó en 1951 y 1952 una sequía que ayudó a dejar en terapia intensiva las exportaciones. Se tuvieron que bajar los precios y vender lo producido a lo que era aceptable para el mer-cado internacional. Para poder exportar el es-tado tuvo que vender por debajo del costo absorbiendo las pérdidas.

El resultado fue que la crisis obligó a tener que comer pan negro obtenido del mijo

y los asalariados pagaron el indispensable abandono de las políticas keynesianas con la reducción de salarios y la consecuente re-ducción de compra.

Después de su prédica en contrario, Perón se dio cuenta de que la política interven-

cionista de regulaciones, subsidios, preben-das, política de tipo socialista que lastimó la propiedad privada nacionalizando el comer-cio exterior e incluso los depósitos bancarios, no había dado el resultado esperado. Pero, la sociedad en su conjunto había absorbido las ideas estatistas de Perón. Nadie quería un cambio.

Los aumentos de salarios decididos arbi-trariamente por el gobierno llevaron al au-

mento de los precios. Las empresas ganaron menos y se redujo la producción y la acumu-lación de capital, exactamente igual a lo que ocurre hoy en nuestro país.

La solución para la crisis actual es cambiar de receta: dejar de privilegiar al estado por

sobre el individuo. No es otra cosa que dejar de recur-rir a elementos artificiales como son, los pactos con empresarios, el crédito dirigido o utilización del presu-puesto en desarrollar la actividad económica. Se debe gobernar aceptando las preferencias y acciones de las personas.

Tanto peronistas, militares y radicales adhirieron a políticas similares a las de Perón. Todos fracasaron

y sufrimos similares consecuencias. No es Marcó del Pont quien tiene que decidir qué sector debe desa-rrollarse porque será el estado el que siga generando gasto público y deberá responsabilizarse de los fraca-sos. Es la sociedad en su conjunto la que se perjudica como sucedió en varias etapas de la historia económi-ca argentina.

El cambio de receta debe dirigirse de una vez por todas hacia grados cada vez mayores de liber-

tad económica y restituir el respeto por la propiedad privada. Esta debe ser el motor del desarrollo futuro. No se puede ser liberales en política y socialistas en economía como lo pretenden, aún, gobiernos bien intencionados. La inversión por la cual hoy nos deses-peramos sólo puede regresar abandonando la inco-herencia.

El futuro presidente deberá asumir la responsabi-lidad de arreglar el descalabro que legarán los

Kirchner. Debemos volver a las políticas que salvaron a países destruidos por la segunda guerra y que son sim-ilares a las que están salvando ahora a algunos países de America latina.

Es hora de que algún partido de la oposición muestre un programa de acción política que olvide el desar-

rollo voluntarista del estado y predique la fórmula, en

CAMBIAR LA RECETA

Panoramix, el druida de asterix el Galo creada Por rené Goscinny (Guión) y albert uderzo (dibujo)

(sigue en página 5)

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com ANIMAL POLÍTICO NºXX Año IV Abril 2010 5

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* Analista Político Internacional Boliviano http://brechner.typepad.com/jose_brechner/

muchos países exitosa, basada en una demo-cracia estable y una economía sana que de-sista de la absorción de la actividad económica por el estado. Dejar que funcione el mercado con reglas claras de competencia, de libre for-mación de precios, de oferta y de demanda.

Casi todos los sectores de la economía pu-eden llegar a protegerse solos, sin ayuda

estatal si se le sacan trabas y cargas impositivas desproporcionadas. Se deberá orientar al país hacia un comercio internacional más libre, exi-giendo la debida reciprocidad.

El futuro gobierno tendrá que crear condicio-nes que estimulen la actividad exportadora

en vez de prohijar y fomentar el aislamiento in-ternacional.

Debe tenerse como principio general de go-bierno que el estado no avance por encima

de los fines de las personas.

La planificación que pretende el gobierno ac-tual sobre la economía, deja de lado al indi-

viduo y endiosa lo colectivo, expresión directa del socialismo. Tenemos infinidad de ejemplos que demuestran el fracaso del socialismo: su esencia, la abolición de la propiedad privada y la planificación central de la economía lleva con sus métodos compulsivos a las dictaduras y a los totalitarismos. Se necesita del autoritarismo para ejecutar el plan de desarrollo elegido por los burócratas estatales.

La economía de mercado por el contrario se ha aplicado con éxito en los países que de-

jaron atrás la pobreza y la ruina que les produjo la guerra. Alemania, Bélgica, Austria, Italia. Fran-cia, cuando la aplicaron, alcanzaron prosperi-dad y estabilidad política y social.

Debemos regresar al desarrollo espontáneo que permite el respeto de las reglas del

mercado y al equilibrio presupuestario que nos aleja de la inflación. El declamado desarrollo que prometen los burócratas desde el estado es otro. Deviene en inflación y déficit de pre-supuesto. La planificación central deja de lado como hemos visto, a través de los planes inven-tados por los funcionarios, a la iniciativa indi-vidual que genera el crecimiento espontáneo.

Los próximos gobiernos tienen que alinear el sistema democrático que proporciona

un ambiente pacífico para la resolución de los problemas con una política económica ba-sada en una orientación liberal donde el desa-rrollo por decreto sea reemplazado por el que privilegia las preferencias de las personas, la competencia de productores en el intento por satisfacerlas y el precio justo que produce la relación entre vendedores y compradores. La regulación de la producción y el consumo es provocada por estas libres interrelaciones.

Chile es un ejemplo a seguir aunque haya sido gobernada por pseudo-socialistas. Llá-

mense como quieran, los políticos de ese país, desde Pinochet en adelante, son fervientes de-fensores de la economía de mercado. Ya puede ser considerado un país democrático, capita-lista, con estabilidad política y económica.

El postulado de Marx de que fatalmente la sociedad capitalista se transformaría en

una sociedad socialista no se ha cumplido. Por el contrario, en las sociedades capitalistas el trabajador mejora su nivel de vida ostensible-mente, justamente, porque en ellas, el campo de la libre iniciativa y acción se amplía consid-erablemente.

Por fin los latinoamericanos se alejan de esa pesada carga continental que son los países del primer mundo. Aquellos que comenzaron la carrera hacia la prosperi-dad y el desarrollo al mismo tiempo que ellos, pero se adelantaron demasiado. Falta imperdonable para los que no tole-ran la derrota, por tanto, formarán su pro-pia liga de Países Mediocres de América.

El Grupo de Río, en la Cumbre de la Uni-dad de América Latina y el Caribe que se reunió en Playa del Carmen, en la que participaron 32 países menos Honduras --que no fue invitada porque se ajusta a las leyes y no gusta del socialismo y la dictadura-- decidió separarse oficial-mente de los Estados Unidos y Canadá para aglutinarse exclusivamente entre ellos bajo una nueva bandera internacio-nalista.

La picante ensalada formada por dicta-dores, macacos y pocos estadistas, se convierte así en un triunfo adicional para Hugo Chávez y un fracaso más para Barack Obama.

La ironía es que jamás hubo un gobierno norteamericano más izquierdista y con-descendiente con los socialistas que el de Obama, y los que plantean el aparta-miento de la potencia son los más izqui-erdistas que gobernaron América Latina en los últimos 30 años.

Los norteamericanos no llegan a en-tender, que los progres los odian no por lo que hacen sino por lo que son. El mismo motivo por el que los desprecian los grupos extremistas musulmanes y las demás culturas atrasadas y acomplejadas del mundo. Los originarios y los progres detestan a los que no son sus iguales, y para ser como ellos hay que retroceder mil años.

La Liga de los Perdedores tiene su razón de ser. Cuando un equipo deportivo pierde consuetudinariamente lo relegan a la división inferior. En esta competen-cia, hay que reconocer que los genios políticos latinoamericanos tuvieron la decencia de aceptar su incapacidad y to-dos pasaron a la categoría amateur por propia voluntad.

¿Cuál es la razón por la que 32 países con clima bonancible, exuberantes riquezas naturales y extensos territorios aptos para el desarrollo y la vida próspera se

hayan quedado al margen de la historia? La respuesta es una sola: El respeto a la ley.

A diferencia de los anglosajones, los lati-nos abusan de la transgresión constante y sin límites. Festejan la viveza criolla que no es más que estupidez colectiva. Evaden impuestos, modifican las leyes para beneficio personal, carecen de ética, de respeto al prójimo, desfalcan al esta-do, violan toda norma descaradamente. Y donde no hay ley, orden, ni justicia, no puede haber civilización ni progreso.

El nuevo ente de fracasados servirá para que obedezcan sin impedimentos al em-perador Hugo I, que intentará controlar el nuevo mamarracho colectivo. Sumi-sión al venezolano significa dinero extra para sus bolsillos y salirse del esquema democrático por completo, como hizo Evo Morales que tiene bajo su dominio a los poderes Ejecutivo, Legislativo Judicial; la Corte Electoral y las Fuerzas Armadas. A cambio, el dictador permite el libre narco-tráfico, que disemina sus ganancias en el comercio local amparando una economía ilegal pero dadivosa.

El matrimonio Kirchner controlaba el poder político, pero sufrió un fuerte revés al perder el control del congreso nacional, aunque sigue teniendo el poder económi-co. Correa y Ortega en sus respectivos países también tienen autoridad casi ab-soluta.

Bajo esas condiciones no pueden lidiar con las exigencias democráticas de los Es-tados Unidos y Canadá. Los latinoameri-canos se juntarán con Irán, Rusia y los árabes que son menos rigurosos y tienen plata, aunque no son precisamente gene-rosos.

La formación de la nueva OEA sin los norteamericanos, que contribuyen con el 60 por ciento para su presupuesto, necesi-tará de abundantes fondos para funcio-nar. El dinero obviamente tendrá que salir de algún lugar, y qué mejor que de los bolsillos de los ciudadanos latinoameri-canos, que pagarán de sus impuestos para que algún diplomático de pacotilla pariente, amigo o socio del gobernante, siente sus almorranas en una lujosa resi-dencia, rodeado de serviles funcionarios que le harán la vida ciertamente confort-able.

LOS PERDEDORES FORMARÁN SU PROPIO EQUIPO

escribe José Brechner*

*Autora de “El Crepúsculo Argentino” .

(sigue en página 5)

(viene de página 4)

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Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com6 ANIMAL POLÍTICO NºXX Año IV Abril 2010

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Mi amigo García Hamilton escribió una bio-grafía de Alberdi que tituló:”Historia de un

Ausente”. Voy a tomar ventaja de ese título ilustra-tivo de una realidad de vida, para adoptarlo a una realidad de ideas. La ausencia de Alberdi durante su vida y su aparente soledad durante su auto e-xilio europeo que pudo y seguramente fue triste. Desde el punto de vista humano. Pero como yo no intento una biografía vital sino política he llegado a la siguiente conclusión: La ausencia física de Al-berdi no impidió que su pensamiento trascendie-ra las distancias. Fue así que influenciaron a los hombres de la generación del 37 que lograron el milagro de sacar a la Argentina de la Edad Media y proyectarla por las cimas de la historia liberán-dola asimismo del supuesto Iluminismo europeo que como creo fue la fuente filosófica del totalita-rismo racionalista europeo.

El progreso y adelanto relativo de un país re-specto a los demás se prueba con lo que se ha

denominado el voto con los pies. Eran entonces los europeos los que emigraban a la Argentina en busca de libertad de la que carecían en La Fran-cia del Segundo Imperio y las Comunas de París así como en la Alemania Bismarckiana , a la que el propio Hitler consideró el Segundo Reich. Y por supuesto no olvidemos a la Madre patria que logró llevar la Edad Media hasta el siglo XX.

El drama en la actualidad es la ausencia del aus-ente en Argentina por más de setenta años.

Esa ausencia se ha traducido en una Argentina decadente, empobrecida y oprimida por la mano de LA VIGENCIA DE UN NACIONALISMO FA-SCISTOIDE Y DE UN SOCIALISMO TERRORISTA, CUYAS FIGURAS DESCOLLANTES SIGUEN SIEN-DO POR UNA PARTE PERÓN Y EVITA Y POR LA OTRA LA PRESENCIA POST MORTEN DEL CHE GUEVARA PROPULSOR DEL AMOR AL ODIO. Pero antes de seguir hablando de Alberdi per-mítanme dejarlo hablar a él. Así voy a comenzar con una cita que deja a las claras la lucidez de su visión sobre la libertad. Y más aún de su percep-ción histórica de las facetas del totalitarismo que surgido de Europa pondría al mundo en el siglo XX al borde del Apocalipsis.

Las palabras que siguen fueron parte de una observación hecha a Sarmiento respecto al

concepto mismo de la barbarie. Esas palabras no descalifican en modo alguno la figura ni la labor eximia de Sarmiento respecto a la educación sino que reflejan la aguda percepción de Alberdi sobre el perjuicio histórico que habría de sobrevenir como consecuencia del racionalismo surgido de la llamada Ilustración. Así dice: “Tenga cuidado señor Sarmiento, en vista de los ejemplos célebres que acaban de probar ante el mundo aterrorizado que se puede ser bárbaro sin dejar de ser instrui-do, y que hay una barbarie letrada mil veces más desastrosa para la civilización verdadera que la de

todos los salvajes de la América desierta”.

En ese pensamiento Alberdi, observando los desastres de las Comunas de París,

cuando los primeros marxistas quemaban la Ciudad Luz, preveía el futuro de los totalita-rismos europeos que hicieran eclosión en el siglo XX. Era evidente para él que las comunas representaban los prolegómenos de ese pro-ceso filosófico que derivara en lo que he de-nominado el oscurantismo de la razón y que produjera por tanto el terror racional, que es otra forma de fanatismo occidental.

Alberdi asimismo había percibido el peli-gro que engendraba la democracia de

masas, y así lo manifiesta como lo había hecho igualmente James Madison, que lo compa-raba con el estado de naturaleza donde el individuo más débil se encontraba a merced del mas fuerte (SIC). Escribió así en “El Siste-ma Económico y Rentístico”: “ No participo del fanatismo inexperimentado, cuando no hipócrita que pide libertades políticas a ma-nos llenas para pueblos que sólo saben em-plearlas en crear sus propios tiranos”. Así pre-decía el advenimiento de Hitler, Mussolini y porqué no decirlo Perón y más recientemente Chávez. ESO NO SIGNIFICA ESTAR EN CON-TRA DE LA DEMOCRACIA SINO A FAVOR DE LA REPÚBLICA EN LA CUAL EXISTE LA LIMI-TACIÓN DEL PODER POLÍTICO A TRAVÉS DE LA SEPARACIÓN DE LOS PODERES DEL ES-TADO Y LA DEFENSA IRRESTRICTA DE LOS DERECHOS INDIVIDUALES. Particularmente el derecho de propiedad y que adelantándose a los tiempos incluyó la propiedad intelectual.

Pasando entonces a la prédica demagógica de la libertad Alberdi reconoce y explica la

diferencia sustancial entre la libertad interna y la libertad externa. O sea entre el respeto y defensa de los derechos individuales y la in-dependencia, y en ese sentido escribe: “LA PATRIA ES LIBRE CUANDO NO DEPENDE DEL EXTRANJERO, PERO EL INDIVIDUO CA-RECE DE LIBERTAD CUANDO DEPENDE DEL ESTADO DE UNA MANERA OMNÍMODA Y ABSOLUTA”. En esta observación ya Alberdi debatía con Hegel según quien el individuo no tenía más razón de ser que su pertenencia al Estado. (La divina idea tal como se manifies-ta sobre la tierra). Y asimismo discrepaba con el concepto de soberanía tal como había sido definido por Rousseau en el Contrato Social.

Vemos así que había tomado en cuenta el principio fundamental de Locke del que

surge la razón de ser de la limitación del pod-er político y que lo expresa cuando dice: “Los monarcas también son hombres”. La impor-tancia de este principio la reconoce Alberdi y

así sigue diciendo: “La omnipotencia del Esta-do o el poder omnímodo de la Patria respecto a los individuos que son sus miembros, tiene por consecuencia necesaria la omnipotencia del gobierno en que el Estado se personifica, es decir el despotismo puro y simple”.

Alberdi había tomado conciencia de que la diferencia entre la libertad interna y ex-

terna no era conocida en Europa y por tanto tampoco entre nosotros y al respecto dice: ”AMÉRICA DEL SUR SE LIBERARÁ EL DÍA QUE SE LIBERE DE SUS LIBERADORES.” Y ahondando en el tema se refiere al carácter de lo que denomina la libertad latina y dice: “¿Cuál es la índole de la libertad latina? Es la libertad de todos refundida y consolidada en una sola libertad colectiva y solidaria, de cuyo ejercicio exclusivo está encargado un libre emperador o un Czar liberador. Es la li-bertad del país personificada en su gobierno, y su gobierno todo entero personificado en un hombre”. Y cita sin nombrarlo a Luis XIV: El Estado soy yo.

Igualmente Alberdi había comprendido la falacia que entraña la entelequia del Es-

tado, y consecuentemente aceptado el nomi-nalismo de los universales (pueblo, nación, estado, humanidad). Por tanto descreía de la supuesta eticidad de aquellos que preten-dían actuar por el bien público descalificando moralmente los intereses particulares como la expresión del egoísmo frente a la virtud de la solidaridad. Y al respecto dice: “El egoísmo bien entendido de los ciudadanos sólo es un vicio para el egoísmo de los gobiernos que personifican a los Estados”.

Por ello Alberdi cree en la empresa privada basada en el derecho de propiedad, y

denigra la mera idea del socialismo al que califica de hipócrita y así dice en El Sistema Económico y Rentístico: “PERO NO BAS-TABA RECONOCER LA PROPIEDAD COMO DERECHO INVIOLABLE. ELLA PUEDE SER RESPETADA EN PRINCIPIO Y DESCONOCI-DA Y ATACADA EN LO QUE TIENE DE MÁS PRECIOSO- EN EL USO Y DISPONIBILIDAD DE SUS VENTAJAS… El socialismo hipócrita y tímido ha empleado el mismo sofisma, ata-cando el uso y disponibilidad de la propiedad en nombre de la organización del trabajo”. Por ello concluye: “EL LADRÓN PRIVADO ES EL MÁS DÉBIL DE LOS ENEMIGOS QUE LA PROPIEDAD RECONOZCA…ELLA PUEDE SER ATACADA POR EL ESTADO EN NOM-BRE DE LA UTILIDAD PÚBLICA”. En estas palabras percibimos hoy más que nunca la problemática planteada en La Argentina por el gobierno de turno.

escribe Armando Ribas*

(sigue en página 7)

AUSENCIA Y VIGENCIA DE ALBERDI

“Esa ausencia de Alberdi se ha traducido en una Argentina decadente, empobrecida y oprimida por la mano de la vigencia de un nacionalismo fascistoide y de un socialismo terrorista”

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ANIMAL POLÍTICO NºXX Año IV Abril 2010 7Una publicación de Foro Republicano - www.fororepublicano.com

AnimAlPolítico

una publicación de Foro Republicano

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(viene de página 6)

Sigamos el análisis de la filosofía alberdiana, cuya ignorancia a nuestro juicio ha sido de-

terminante de la decadencia argentina. Nos referiremos entonces al problema de la seguri-dad y de la justicia. Y comienza diciendo Alberdi: “HE VIVIDO VEINTE AÑOS EN EL CORAZÓN DEL MUNDO CIVILIZADO, Y NO HE VISTO QUE LA CIVILIZACIÓN SIGNIFIQUE OTRA COSA QUE LA SEGURIDAD DE LA VIDA, DE LA PER-SONA , DEL HONOR Y DE LOS BIENES”. Ya pues conocía la esencia de los derechos individuales y por ello continúa: “Pero así como toda la civili-zación política de un país está representada por la seguridad de que disfrutan sus habitantes, así también toda su barbarie consiste en la inseguri-dad, o lo que es igual en la ausencia de la libertad de ser desagradable al que gobierna sin riesgo de perder por eso su vida, su honor o sus bienes como culpable de traición al país”. Esta es la bar-barie de la tiranía y del totalitarismo surgido del racionalismo moral.

Consecuentemente Alberdi se refiere a la importancia decisiva de la justicia, que por

supuesto no la confunde con la justicia social y dice: “LA PROPIEDAD, LA VIDA, EL HONOR SON BIENES NOMINALES DONDE LA JUSTICIA ES MALA. No hay aliciente para trabajar en la adquisición de bienes que han de estar a merced de los pícaros… La ley, la Constitución, el gobi-erno son palabra vacías sino se reducen a hechos por la mano del juez, que en último resultado es quien lo hace ser realidad o mentira”.

Es evidente que esta situación prevista por Alberdi se vive hoy en Argentina donde la

justicia depende del Ejecutivo que es lo mismo que decir que no existe. Ya se han levantado al-gunas voces exponiendo esta realidad oprobiosa que de hecho significa la dictadura y la falta de libertad. Es a causa de estas circunstancias que el campo se ha rebelado, poniendo de mani-fiesto el estado de indefensión judicial que vive la ciudadanía en general por más que pocos se hayan atrevido a cuestionarla. Las retenciones son la forma hipócrita de violar los derechos de propiedad tal como lo había dicho Alberdi y así se expresó: “HASTA AQUÍ EL MAYOR ENEMIGO DE LA RIQUEZA DEL PAÍS ES LA RIQUEZA DEL FISCO”.

En otro ámbito del quehacer político conforme al proyecto de Alberdi de que gobernar es

poblar, se refirió al extranjerismo o sea al odio al extranjero. Al respecto dice en Las Bases: “La prensa, la historia preparada para el pueblo, de-ben trabajar para destruir las preocupaciones contra el extranjerismo por ser obstáculo que lucha de frente con el progreso de este conti-nente. La aversión al extranjero es barbarie en otras naciones; en las naciones de América del

Sur es algo más, es causa de ruina y de disolu-ción de la sociedad de tipo español.” Alberdi pues nos había advertido de lo que habría de pasar como consecuencia de la enseñanza nacionalista iniciada a principios del siglo XX, que se apoderara del pensamiento ilustrado argentino a través del nacionalismo católico-acólito indiscutible del fascismo mussolinia-no y que definitivamente alcanzara el poder con el advenimiento de Perón.

Los resultados están a la vista y ya Alberdi había previsto la incongruencia del nacio-

nalismo y sus implicaciones económicas y es-cribió. “Toda ley que atribuye al Estado de un modo exclusivo, privativo o prohibitivo, que todo es igual, en el ejercicio de operaciones o contratos que pertenecen esencialmente a la industria comercial, es ley derogatoria de la Constitución en la parte que ésta garantiza la libertad de comercio a todos y cada uno de los habitantes de la Confederación”. Es evidente que a partir de la llegada de Perón y continuando con sus sucesores la Argen-tina ha violado la Constitución de 1853. Y al respecto Alberdi advertía: “LA IDEA DE UNA INDUSTRIA PÚBLICA ES ABSURDA Y FALSA EN SU BASE ECONÓMICA”. Así ya en 1853 Alberdi se oponía al comunismo que habría de llegar en 1917 y preveía lo que finalmente hasta el propio Lenin llegó a comprender cu-ando escribió su ensayo “La Nueva Política Económica”. Desafortunadamente en la ac-tualidad se han olvidado estas advertencias y se ha vuelto al pensamiento de Lenin con-tenido en “Imperialismo Etapa Superior del Capitalismo”, donde se oponía a la inversión extranjera por considerarla una forma de ex-plotación de los países ricos a los pobres.

Alberdi igualmente predicó la libertad re-ligiosa y así Argentina a partir de 1853

se convirtió en el segundo país en el mundo donde hubiera libertad de cultos. Todo pa-rece indicar que en este aspecto Alberdi esta-ba influenciado por el pensamiento de Locke contenido en su Carta Sobre la Tolerancia, y así al respecto escribió: “Querer el fomento

de la moral en los usos de la vida y perseguir iglesias que enseñan la doctrina de Cristo ¿Es cosa que tenga sentido?” De la misma forma también defendió la separación del Estado de la Iglesia aún cuando en la Constitución de 1853 se llegó a una transacción por la cual el Estado debía sostener el culto católico y el presidente debía ser católico.

Creemos igualmente que el pensamiento de Alberdi estaba influenciado por David

Hume así como denigraba a Rousseau. Por esa razón se pronunció contra el principio de que la ley era la voluntad general, y citando a Rivadavia dice: “Fatal es la ilusión en que cae un legislador –decía Rivadavia- cuando pretende que su talento puede modificar la naturaleza de las cosas o suplir a ella sancio-nando y decretando creaciones”.Es por ello que asimismo defiende la función esencial de la oposición en el gobierno como garantía de la libertad.

Por último Alberdi al igual que James Madi-son estaba en contra de la guerra y consi-

deraba la paz como un requisito indispen-sable del progreso y libertad de los pueblos. Así escribió en Las Bases: “REDUCIR EN DOS HORAS A UNA GRAN MASA DE HOMBRES A SU OCTAVA PARTE POR LA ACCIÓN DEL CAÑÓN; HE AHÍ EL HEROÍSMO ANTIGUO Y PASADO. POR EL CONTRARIO, MULTI-PLICAR EN POCOS DÍAS UNA POBLACIÓN PEQUEÑA, ES EL HEROÍSMO DEL ESTADISTA MODERNO; ES GRANDEZA DE CREACIÓN EN LUGAR DE GRANDEZA DE EXTERMINIO”.

Pero Alberdi adelantándose a su tiempo y en forma mucho más esclarecida que Kant

en su “Paz Perpetua” prevé las causas deter-minantes de que las guerras fueran más raras. Así en “El Crimen de la Guerra” -prohibido por Perón- Alberdi escribe: “Pero indudablemente LAS GUERRAS SERÁN MÁS RARAS A ME-DIDA QUE LA RESPONSABILIDAD DE SUS EFECTOS SE HAGAN SENTIR EN TODOS LOS QUE LAS PROMUEVEN Y SUSCITAN”. Indud-ablemente que la existencia de las armas nu-

*Abogado, profesor de Filosofía Política, periodista, escritor e investigador - Foro Republicano. www.armandoribas.com.ar

cleares produjo el efecto previsto por Alberdi y por ello la Guerra Fría no de-rivo en la tercera guerra mundial. Este hecho fue más tarde reconocido por el Papa Juan Pablo I antes de su muerte.

Por todo lo dicho anteriormente me atrevería a decir que la Argen-

tina hoy más que nunca necesita el reencuentro con el pensamiento del gran ausente cuyas idea produjeron el milagro agentino de la Constitución de 1853.

La ausencia de Las ideas de aLberdi y La vigencia de Las ideas instaLadas por perón son La causa deL empobrecimiento argentino.

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Muchos problemas de la cotidianeidad resultan, para la inmensa mayoría de los mortales, una obviedad. No parecen pre-cisarse demasiadas evidencias adiciona-les para confirmar lo que muchos ciudada-nos visualizan como parte del presente. La nómina de inconvenientes es inter-minable. Muchos de esos problemas son olvidados por la clase dirigente. En al-gunos casos, lo hacen en conocimiento de su existencia, explicitando una decisión premeditada de abandonar a su suerte al asunto. En otros casos, ni siquiera son percibi-dos por la política. Directamente ignoran el tema y cuando alguien se los muestra, encuentran convenientes argumentos para relativizar su importancia, minimizar su impacto o incluso refutarlo de modo ab-soluto. Les sucede algo similar a lo de tantos científicos. No descubren los problemas porque no están predispuestos a verlos. Sus conclusiones resultan intocables, inmutables y no aceptan someterlas a re-visión. Cualquier dato que se desajuste de esa mirada, se descarta y no pasa el filtro. Sus premisas se seleccionan para que concuerden con una conclusión que ha sido decidida en forma anticipada y que se ajusta a sus creencias. Es por esa razón por la que las puer-tas de las oficinas públicas permanecen cerradas a los reclamos de la gente. También eso explica porque aborrecen de lo que se dice en los medios de comuni-cación o lo que opinan sus circunstan-ciales opositores. Para los que gobier-nan, ningún asunto por sí mismo amerita ser considerado “grave”. En todo caso se trata de un eventual tropiezo que será evaluado y considerado oportunamente. Quienes lo describan al problema como tal, serán opositores recalcitrantes, crónicos desestabilizadores, funcionales instrumentos de una operación de prensa o perversos voceros de poderosos intereses ocultos, preferentemente internaciona-les. Para ellos, el país REAL es ese que se encargan de difundir por los medios de comunicación estatales, esos que pagamos todos, pero que enaltecen la ideología gobernante con exclusividad, sin tapu-jos, sin sonrojarse y con la convicción de que hacen lo moralmente correcto al propalar sus ideas y aplastar las ajenas.

En esas imágenes, en esos relatos, pululan miles de ciudadanos sonrien-tes, felices, conformes y satisfechos. Un verdadero cuento de hadas en el que sólo habitan soluciones y todos los escollos han sido superados o son sim-ples nimiedades. Se trata, claro está, de una fantasía, de algo irreal, de un mundo virtual, que no existe y que solo puede susten-tarse en el tradicional microclima que los más de los políticos se construyen para sí mismos, en el que se habla

solo de los temas que se seleccionan minuciosamente, en el contexto de una agenda hecha a su medida. Y no es que el mundo real, sea un mar de lágrimas, poblado de gente infeliz, fracasada, resentida y desconsolada. Ese TAMPOCO es el mundo real. Esa es otra ficción. Si hay algo que el ser humano ha a-prendido como especie, a lo largo de su historia, es a desarrollar una, cada vez más elogiable, capacidad de adap-tación, que evoluciona generación tras generación. En ese contexto, el mundo real es complejo, difícil de comprender y cu-alquier simplificación cae en el ries-go de pecar de extrema inexactitud. Nuestra sociedad no es la que nos de-scriben los circunstanciales oficial-istas de turno. Tampoco es la que tan dramáticamente intentan mostrarnos los opositores. Somos parte de una comunidad que in-tenta desarrollar lo que la naturaleza misma del hombre indica, la búsqueda de la felicidad. Se trata de hacer el intento por encontrar esa utopía con la que nos topamos cada tanto, no con la frecuencia que todos desearíamos, pero que constituye nuestro norte, nuestra brújula, nuestra meta a alcanzar.

Con esa motivación, cada ser humano, inicia su jornada cada día. Y así debe ser. Conviven entonces permanente-mente en la misma persona, en la misma familia, en esa sociedad, esas luces y sombras que caracterizan la vida hu-mana. Intentar dibujarnos un mundo de rosas, o sus antípodas, una nube negra en el horizonte, es desconocer la pro-pia esencia de la especie humana. Bajo esas premisas, y considerando, que en esa búsqueda de la felicidad individual, se les ha delegado a los gobiernos una porción de esa tarea, quienes tienen la responsabilidad de conducir, deben bregar por hacer las cosas lo mejor posible, cumpliendo con sus mandantes y logrando que sus razonables expectativas sean satis-fechas. No se trata de pintar un arco iris o una tormenta. Ambos escenarios son cíclicos y alternarán invariable-mente a lo largo del tiempo, sucedién-dose unos a otros. Escuchar discursos políticos alti-sonantes, intentando convencernos de que vivimos en un país soñado, digno, orgulloso de sí mismo, con problemas insignificantes, que está dando la gran batalla contra sus enemigos, es ofrecernos una caricatura de la re-alidad. Nada de eso se parece a lo que todos los días percibimos. No somos una Nación sonriente. Esas caras ro-zagantes, exultantes, llenas de júb-ilo y euforia no se ajustan a nuestro sentir permanente. Tampoco encajamos en la lúgubre descripción del pueblo destrozado, desbastado, resignado, aplastado y apesadumbrado que otros intentan imponer como el rostro del presente. Somos esa sana mezcla que disfruta de lo que tiene, y sueña con algo mucho mejor. Pertenecemos a la especie hu-mana, y somos por tanto, capaces de arreglarnos con lo que hay, sin perder las esperanzas de algo mejor. Esto explica buena parte del desen-cuentro entre la política y la socie-dad. Dos idiomas distintos. Tal vez la política debería dejar de preocuparse por retratarnos en esa ficción y pon-erse a trabajar por sus propias res-ponsabilidades, esas que la sociedad les ha asignado para contribuir a la construcción de una comunidad me-jor. Los ciudadanos persistiremos en el intento de nuestra intermi-nable “búsqueda de la felicidad”, para que sean más las luces que las sombras. Porque vivimos en un mundo real. No precisamos escucharlos con sus discursos cegados para que nos sigan contando acerca de SU mundo virtual.

http://www.albertomedinamendez.com/ Alberto Medina Méndez-Foro Republicano.

Un Mundo Virtual.