andes del sur nº 6, 2012

104
ANDES DEL SUR Nº 6, 2012 Fundación del fuerte de Temuco. Cuadro del pintor Héctor Robles. Fuente: Huellas de Temuco, Blog Miguel Espinoza Inostroza. Publicación de la Carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Región de La Araucanía

Upload: others

Post on 17-Jul-2022

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

Fundación del fuerte de Temuco. Cuadro del pintor Héctor Robles.

Fuente: Huellas de Temuco, Blog Miguel Espinoza Inostroza.

Publicación de la Carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Educación Cívica. Departamento de Ciencias Sociales. Facultad de Educación, Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad de La Frontera. Temuco, Región de La Araucanía

Page 2: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

2

2

Editorial: En este número publicamos el trabajo historiográfico de Miguel Espinoza Inostroza, profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica de la Universidad de La Frontera. Este ensayo sin duda trasunta las dimensiones de una labor historiográfica desde la íntima experiencia de un escritor que reflexiona sobre la identidad de la aldea, del territorio y los imaginarios de sus habitantes vistos desde sus improntas sociales, desde sus personalidades humanas de un tiempo que pervive en la memoria, mientras sus expresiones materiales se desvanecen reemplazadas por la búsqueda de una modernidad monetarias que sólo deja olvido. Acompañamos estas letras humanistas de nuestro amigo Miguel Espinoza con el registro de 1881, del Ministro del Ministerio del Interior Manuel Racabarren sobre la campaña de fundación de los fuertes de Quino, Quillén, Loncoche (Lautaro), Pillanlelbun y Temuco que dieron origen a las aldeas, villas y ciudades de la Frontera del río Cautín.

INDICE Miguel Espinoza Inostroza: Temuco, apuntes para una historia de las

relaciones humanas 3-84

Manuel Recabarren: Fundación de los fuertes de Quino, Quillem,

Loncoche, Pillanlelbun y Temuco 85-105

Page 3: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

3

3

TEMUCO, APUNTES PARA UNA HISTORIA DE LAS RELACIONES

HUMANAS.

Miguel Espinoza Inostroza

[email protected]

“ningún lugar está aquí o está ahí

Todo lugar es proyectado desde adentro...”

Oscar Hahn

“La mirada recorre las calles como páginas escritas: la

ciudad dice todo lo que debes pensar, te hace repetir su discurso,

y mientras crees que visitas Tamara, no haces sino retener los

nombres con los cuales se define a sí misma y a todas sus partes”.

Italo Calvino, Las Ciudades Invisibles

“Si seguimos nuestras costumbres y hábitos de vivir nunca

seremos mirados con cariño ante la civilización y ante los

gobernantes y nos mirarán con indiferencia hasta que

sucumbamos”. Carta de Carlos M. Huenulaf, Un indígena que

llora por su raza. Diario Austral, 17 de marzo de 1920.

INTRODUCCION

La historia no es la reconstrucción del pasado1. La historia es la reconstrucción

del pasado desde la mirada del observador y como tal, antes que nada, es una invitación

a compartir esa mirada del pasado, la aceptación de esa invitación a compartir una

mirada del pasado es lo que llamamos “la realidad histórica”. Por lo cual, la historia es

una mirada desde el presente y si consideramos que la aceptación de esta invitación

implica un proceso que involucra compartir explicaciones sobre el pasado podemos

concluir que “la realidad histórica” no tiene mucho que ver con lo ocurrido en el

pasado2. Desde esta perspectiva y aceptando esta explicación, consideremos por un

instante la historia de cientos de pueblos, millones de personas y sus culturas que han

quedado en la nada, no en el olvido, que es otra forma de memoria, sino en la nada, en

la completa invisibilidad, totalmente invisibles a nuestra mirada. La mirada del

historiador es selectiva y siempre tiende a dejar en la oscuridad lo que no responde a sus

1La base teórica de este ensayo en parte está elaborada a partir en los siguientes trabajos: North, Douglas

C. Instituciones, Cambio Institucional y Desempeño Económico, México, Fondo de Cultura Económica,

1993. Calvino, Italo Las ciudades invisibles, Biblioteca Calvino, Editorial Siruela, 2005. White, Hayden

Metahistoria. La imaginación histórica en la Europa del siglo XIX, México, Fondo de Cultura

Económica,1992. Maturana, Humberto. Emociones y lenguaje en Educación y Política, Hachette-

Ced.1992. 2 White, p. 5.

Page 4: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

4

4

intereses del momento, que son los mismos intereses de los que aceptan la invitación a

compartir su explicación sobre el “pasado”. En este sentido, el tiempo puede ser una

camisa de fuerza o la guía de navegación del historiador. Las diversas miradas sobre el

pasado que aceptamos como “realidad histórica “están en permanente reconstrucción,

desde esta perspectiva las observaciones consensuadas que hemos aceptado como

“realidades históricas “tienen la peculiaridad de ser generativas, es decir, dan origen a

otras explicaciones que tienen como aval las explicaciones originales ya aceptadas por

todos, con el correr de los años en el oficio de la historia, estas explicaciones pueden

transformarse en la ceguera del historiador. Un buen ejemplo de esto es el trabajo sobre

la Independencia de Chile publicado por Tomás Jocelyn-Holt y en donde se pasa revista

a varias “explicaciones “sobre la independencia que damos por verdades establecidas3.

Nos referimos al ojo ciego desde dos perspectivas, en primer lugar, desde la perspectiva

del historiador que interpreta la historia local o regional con un instrumental teórico

utilizado en la explicación de la historia nacional, acomoda los conceptos a la realidad

local y desecha todo lo que no caiga en la definición de esos conceptos. Esa es la

primera “mirada del ojo ciego”. La segunda tiene que ver con el fenómeno urbano, poco

considerado en la historia regional, entendido este como un fenómeno multidimensional

que escapa a la mirada del transeúnte o del investigador, la ciudad se expande en

múltiples dimensiones y ese fenómeno se traslada a las relaciones que se dan en el

ámbito urbano y más allá. Hay un mundo que no se percibe y es el que está fuera de las

relaciones urbanas y que se pueden dar dentro del espacio urbano, pero no son visibles

por estar fuera del dominio relacional de sus habitantes, ¿tiene este fenómeno una raíz

histórica ?,esa es la pregunta que queremos responder. La Araucanía nace en los fuertes

de la frontera, donde el espacio relacional se definía por los que “están adentro del

fuerte” y los “que están afuera del fuerte”. En las aldeas que se forman alrededor o

dentro de estos fuertes imperan relaciones sociales que se caracterizan por la aceptación

de sus habitantes como legítimos en la convivencia. En las ciudades que crecen a partir

de estas aldeas se organiza una forma de relacionarse institucional, que se desprende de

las relaciones de aldea o relaciones sociales con un fuerte componente emocional. El

paso de una a otra forma de convivencia deja rastros históricos que en este ensayo

queremos identificar. Este no es un estudio histórico definitivo, es un trabajo

3 Jocelyn-Holt Letelier, Alfredo La independencia de Chile. Tradición, modernización y mito, Biblioteca

del Bicentenario, Planeta-Ariel, 2001, pp. 325-353

Page 5: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

5

5

exploratorio que pretende servir de base de discusión para construir una historia distinta,

que muestre las raíces humanas, emocionales y sociales de todo fenómeno histórico.

Hace veinte años que los estudios sobre la historia de la Araucanía se vienen

dando en forma continua, no en la abundancia que se esperaría, pero se ha ido

formando un cúmulo de aportes que antes no estaban, la mayoría se han centrado en el

periodo de la “Ocupación de la Frontera”, estudiada desde diferentes perspectivas han

propuesto explicaciones que van desde la intolerancia de no aceptar una cultura

diferente4, o el aumentar las tierras cultivables para satisfacer la demanda de mercados

externos5, o la ocupación como una necesidad de responder a la crisis de 1857 al 1861

del modelo exportador6. En ellos se hace un aporte indudable a la comprensión de la

historia regional pero en este ensayo quiero poner en relieve un proceso que no ha sido

destacado suficientemente y es el de la constitución de los espacios urbanos dentro de

un territorio que se consideraba “la frontera” del país, en donde chocaba el proceso

integrador de la república, en un territorio conocido por leyendas mezcladas con

realidad, es la historia de una ciudad que ocupa un lugar central en esta etapa: Temuco

y la forma en que se constituye como sociedad urbana en un territorio sin pasado

urbano, pienso que este hecho marca el desarrollo de la ciudad y de la región y explica

dos fenómenos que tienen que ver con el proceso de formación de la sociedad

temuquense y que son el centro de este ensayo.

El primero tiene que ver con la constitución misma de la ciudad en un hecho que

debo destacar por su importancia posterior; Temuco nace como una “Trinidad

Espacial”, es decir, desde el mismo momento de su fundación nace como plaza –fuerte,

como villa y como ciudad, tres procesos espaciales en un solo lugar desenvolviéndose

en el tiempo histórico que va desde fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.

Es una plaza fuerte porque en este lugar se asienta el ejército que ocupa lo que hoy se

llama administrativamente la región de “La Araucanía”. Es una villa porque en ella se

empieza a concentrar una forma aldeana de intercambio entre campesinos, emigrantes

de otras zonas del país, extranjeros y los habitantes originales del territorio de la etnia

mapuche y es una ciudad porque desde el mismo momento en que se funda, el

ingeniero Teodoro Schmidt traza las dos calles que salen de los costados del

4 Bengoa, José Historia del pueblo mapuche, siglo XIX y XX, Ediciones Sur, Santiago, 1985, pp. 249-258 5 Villalobos, Sergio Relaciones fronterizas en la Araucanía, Santiago, Ediciones Universidad Católica de

Chile, 1982. 6 Pinto Rodríguez, Jorge La ocupación de la Araucanía en el siglo XIX, ¿solución a una crisis del modelo

exportador chileno?, Nutram, Año VI, Nº3, 1990.

Page 6: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

6

6

fuerte(calles Benjamín Vicuña Mackenna y calle Arturo Prat),alrededor de las cuales se

configura el plano de cuadricula original de la ciudad7.

El segundo fenómeno tiene que ver con la organización institucional8 de este

espacio que se nos aparece organizado de dos formas distintas y antagónicas; por un

lado existirá una forma aldeana9 de relacionarse que proviene de los primeros años de la

ciudad y que representa a los campesinos y habitantes originales, es una forma

espontánea donde se acepta la diversidad social en el entramado habitacional del

espacio urbano mezclándose los ranchos con las casas de tablones, las lecherías con las

chancherías y almacenes. Por otro lado, se instala lenta pero sostenidamente una forma

de habitar el espacio urbano propio del ciudadano y de su institucionalidad que se basa

en la legislación municipal con reglamentos, ordenanzas y multas, definiendo el espacio

urbano con un centro cívico, comercial, productivo y habitacional que ira tomando

cuerpo durante las primeras décadas del siglo veinte y desplazando la forma aldeana de

vida10. El proceso se resume en la desaparición de las relaciones sociales y la

consolidación de las relaciones institucionales11, ya sea de trabajo, de autoridad y de

subordinación fortalecido este proceso por las características étnicas y culturales de la

zona, teniendo como consecuencia de esto que lo que no aparece dentro de la

institucionalidad urbana desaparece de la vista del ciudadano. Desde esta perspectiva, la

invisibilidad de una parte de la población local no nace de un prejuicio racial sino de un

proceso histórico que parte desde el mismo momento en que se funda el fuerte que

divide el espacio entre lo que está dentro de él y lo que esta fuera. Sobre esto último me

permito un alcance que tiene que ver con la importancia de la ocupación de estos

espacios a través de fuertes lo que influyo en las formas de relacionarse la población,

por ejemplo, en 1887, el Intendente de Arauco al referirse a los nuevos centros de

población explicaba: “En efecto, las enormes distancias que separan los centros de

población últimamente creados, como Carahue, de la capital del departamento de

Cañete, ha obligado a los numerosos industriales o habitantes de aquella región a vivir

7 Guevara, Tomás Historia de la Civilización de la Araucanía, Santiago, Imprenta, litografía i

encuadernación Barcelona, 1902, tomo III, p. 451. 8 North, p.16. 9Wirth, Louis El urbanismo como modo de vida, Bifurcaciones, 2005, N°2. 10 Wirth, 2005. 11 Maturana, pp. 63-66.

Page 7: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

7

7

sometidos a un régimen simplemente militar, con todos los inconvenientes que él

entraña.”12.

La relaciones sociales son aquellas que se constituyen en la aceptación mutua13,

y se dan preferentemente, en un contexto histórico y social que identificamos

espacialmente con la aldea, por eso, no todas las relaciones humanas son sociales, es

más, la gran mayoría de nuestras relaciones no lo son, y la sociedades urbana

generalmente sustituyen la perdida de esas relaciones sociales con una institucionalidad

que se hace cargo de la diferencia social que aparece y es evidente en la convivencia

cotidiana, pero el gran drama de esta sociedad fronteriza es que se pierde la capacidad

de generar relaciones sociales o comunitarias y la sociedad que se forma no se hace

cargo del proceso que las reemplaza, es más, combate la diferencia y al final la ignora,

la hace invisible. Pero este fenómeno no es nuevo, ni se origina en esta sociedad

fronteriza, su aparición responde a una respuesta que nace de las profundidades de

nuestra historia. Sus raíces son anteriores y se pierden en nuestro pasado14, así, hay un

trasfondo que cubre el proceso y que identificamos con el sistema institucional en el

cual se desenvuelve la sociedad fronteriza y las organizaciones que se crean para

reproducir ese orden, que no es original en la frontera, sino que corresponde a una

matriz común a Latinoamérica y que algunos definen como exclusión. Sobre este punto

nos detendremos más adelante pero ahora quisiera acotar la idea central relacionada al

aspecto productivo y apunta a que la sociedad urbana que se crea en 1881 es una

sociedad basada en un marco institucional que promueve desde un inicio las actividades

redistributivas y no productivas, crea monopolios en vez de condiciones de competencia

y va paulatinamente restringiendo las oportunidades en vez de acrecentarlas, la

inversión en educación no induce la productividad sino que favorece la formación de

una sociedad estamental privilegiando la formación de estudios para la

profesionalización de la elite y la mala educación de la gran masa. Los organismos que

aparecen en esta sociedad, llámense casas comerciales, agentes de comercio, rentistas,

etc., se fortalecerán para hacerla más improductiva y más especulativa y la estructura

básica institucional cada vez estará más disociada de lo productivo, por último, los

agentes de cambio productivo serán una excepción en este marco institucional y van a

12 Memoria del intendente de Arauco. Lebu.1º de marzo de 1887. En Memoria del Ministerio del Interior,

1887, tomo II, Santiago, Imprenta Nacional,1887. 13 Maturana, p.63 14 Ver: Gonzales de Nájera Alonso, Desengaño y reparo de la guerra de Chile. Colección Escritores

Coloniales de Chile Santiago, Editorial Universitaria.1980.

Page 8: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

8

8

desaparecer lentamente en la década del cincuenta como vestigios de algo que pudo

ser15.

Lo anterior nos permite ver algunos procesos de la historia regional y del país,

desde una perspectiva distinta, considerando que se inician en 1881 en la región pero

que tienen antecedentes en la historia nacional, junto a ello, analizamos la ciudad como

un fenómeno espacial y social complejo y a partir de esta definición la vemos como una

estructura dinámica que se constituye con su propia personalidad, absorbiendo sobre sí

misma una serie de procesos que vemos desde la ciudad y sus habitantes como un

universo sobre el cual gira la historia, desde esta perspectiva nos preguntamos ¿qué es

lo que se conserva a través del tiempo?, la respuesta se sugiere en este artículo. Por

supuesto que es una perspectiva personal, tentativa, explicativa y como toda explicación

es una proposición de la reformulación de una situación particular la cual se acepta o no

y si se acepta opera un criterio de aceptación que acepta o rechaza esta explicación16.

Siguiendo esta idea sostengo que las sociedades urbanas se constituyen cuando

desarrollan una estructura legal que sirve de colchón frente a la perdida de las relaciones

sociales y constituyen mecanismos de coordinación conductual entre las personas

cuando se relacionan sin un sistema social. El sistema social es un fenómeno

espontáneo que se da en la aceptación mutua, yo sostengo que esos procesos van a ser

relegados paulatinamente en la formación de la ciudad y en el retiro paulatino de la

convivencia de aldea y que en su reemplazo se establecerá un sistema legal que

justificara racionalmente modos de convivencia con discursos y argumentos que van a

servir para hacer efectiva la negación del otro. La preponderancia de relaciones del tipo

jerárquicas y de trabajo van a ser y son lo común en nuestras sociedades urbanas, por

eso, las relaciones sociales van a quedar relegadas a la vida entre cuatro paredes o a

sectores marginales donde el marco legal no llega todavía o es difuso. Incluso los

espacios sociales diseñados para desarrollar estas relaciones, como las plazas y quintas

de recreo, se verán lentamente debilitados en sus momentos de espontaneidad por un

permanente control de la autoridad. La incapacidad de nuestra sociedad para construir

espacios sociales va a ser una constante en nuestra historia como ciudad y de eso trata

este ensayo que se hace desde la mirada en que la aceptación del otro no es un

fenómeno cultural, es un fenómeno espontáneo, es un fenómeno biológico que la

15 A principios del siglo veinte la industria manufacturera tendrá un gran auge en la ciudad pero poco a

poco se ira extinguiendo. 16 Maturana, p. 63

Page 9: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

9

9

sociedad urbana acepta o rechaza de acuerdo a los intereses que sus habitantes

privilegian, este fenómeno lo explico desde una perspectiva histórica identificando el

proceso por el cual la forma de vida de la villa es desplazada por el desarrollo de la

urbe que no crea mecanismos institucionales de aceptación de estos grupos y de las

personas que no aceptan este modo de convivencia17.

Mi objeto de estudio es una ciudad, ubicada al sur de Chile y parte de un

territorio que se incorpora al dominio efectivo del Estado Chileno a partir de la segunda

mitad del siglo XIX y entre sus características podemos destacar la gran población

mapuche agrupados en diferentes espacios ecológicos y una riqueza forestal y agrícola,

la ciudad se inserta en el centro de este territorio, por eso, para su estudio me valgo de

un instrumental teórico que se relaciona con el urbanismo, la historia de la cultura, el

folklore, la antropología, la sociología, el periodismo, etc., pero lo importante es la

inspiración de gente que ya hizo aproximaciones al tema desde los mismos inicios del

siglo veinte como Augusto Winter, Cremilda Manríquez o Elisa Figueroa, desconocidos

para la gran mayoría pero importantes en el momento de pensar en la cultura y la

identidad de esta región.

Tal como dice Zunino18, el papel esencial de la ciudad es político, es el punto

físico donde echa raíces el poder, “el Estado crea la ciudad” y la ciudad es “productora

de sociedad” y no al revés, por eso el estudio de las practicas sociales urbanas nos

muestra, no solo una forma de pensar lo urbano en cuanto discurso que orienta la

creación de espacios temporales, también debemos considerar que la práctica de los

habitantes genera dispositivos para disciplinarlos, configura un sujeto ideal, un modelo

al cual se debe atener todo el que entre en su hábitat. Así, la ciudad de Temuco se nos

aparece desde el momento de su fundación como un ser vivo, como un organismo que

construye un discurso asumido por un sector de la sociedad que no es un sector

dominante, estamos en una sociedad de frontera en la cual las vicisitudes externas ponen

en jaque permanentemente a los que detentan el poder y desde esa condición la

formación del ciudadano es algo abstracto, responde a un ideal que se nutre de lo

nacional, del folklore, de los mitos y sobre todo de la ciudad misma que como

fenómeno urbano es una trilogía espacial, fuerte, villa y ciudad, con todas las prácticas

de esos espacios asumidas dentro de ella, por eso es que escapa a un sector de la

17 Wirth, p. 3. 18 Zunino E., Hugo. Marcelo Formación institucional y poder; investigando la construcción social de

ciudad, EURE, vol.28, no.84, 2002, pp.103-116.

Page 10: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

10

10

sociedad, escapa a la mirada del ciudadano, que es una mirada parcelada, fragmentada

por la incapacidad de controlarla en todos sus procesos. La ciudad con toda su historia y

con todas esas prácticas espaciales genera una práctica histórica que subyace a sus

habitantes19.

El término “aldea” está de acuerdo con Wirth quien sostiene que antes que se

desarrolle la sociedad urbana hay un modo “folk” o de “aldea” de vivir, como modo

previo dominante de asociación, con granjas, haciendas y villas20. Los vínculos de

solidaridad de esta sociedad aldeana donde priman las relaciones emocionales

profundas21, son reemplazados en la ciudad por mecanismos de competencia y control

formal donde prima lo intelectual, bajo estas condiciones el mapuche que pasa por la

ciudad, será definido como “inapropiado” en su conducta, propia de una cultura aldeana

o de comunidad y sufrirá la descalificación por realizar en público conductas que los

ciudadanos solo se permiten en privado22.

Para algunos teóricos los cambios entre una vida de “aldea” a una vida “urbana”

son profundos y dramáticos, los contactos cara a cara se transforman en superficiales,

segmentados e impersonales, proliferan las profesiones y estas son vistas como la cara

de una sociedad, son la expresión de las relaciones institucionales, la división del

trabajo que demanda logros parciales y no reflejan la personalidad sino la capacidad. Se

promueve esa división del trabajo que permite controlar su entorno espacial; el dentista

atiende en una dirección, los servicios públicos, los abogados, las matronas tienen una

calle y desde la segunda década del siglo veinte, un numero de casa por el cual ubicarse,

la ciudad crea una estructura que parece invisible al ojo y que se adueña del espacio

moldeando los pasos de sus habitantes y al mismo tiempo, como consecuencia de esto,

ejerce el control de los caminos que llegan a ella y por consecuencia, combate el libre

tráfico que existe en una sociedad aldeana. Todo interés personal se hace efectivo a

través de la representación ya sea de profesionales o de autoridades o de documentos

por eso no es considerado fundamental la relación interpersonal. A esto me refiero

cuando señalo que Temuco es una sociedad que históricamente pasa de ser una aldea a

una ciudad en pocos años y no crea en su sistema institucional mecanismos que

permitan la expresión de las relaciones sociales.

19 Maturana, p. 65 20 Wirth, p.4. 21 Simmel, George La metrópolis y la vida mental, Bifurcaciones, 2005, N°4. 22 Ver: Mansilla, Luis Las Misiones franciscanas en la Araucanía, Angol, Imprenta del Misionero

franciscano, 1904, p. 27

Page 11: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

11

11

Las señales del mundo urbano van a ser las pesas, las boletas, las señaléticas, las

calles con un sentido, en el fondo, el tránsito y la mercancía, dos fenómenos nuevos en

un espacio indómito, serán el sello del mundo urbano23.

Los servicios públicos de la ciudad operan asignando categorías que nivelan al

individuo y lo encasillan en segmentos, “lugar de residencia”, “edad”, “estado civil”,

“extranjero”, “comerciante”, “mapuche”, etc. en definitiva se llega al “ciudadano”, al

habitante de la ciudad que tiene una identidad común a todos los demás y que es

reconocible por características compartidas y es a partir de esa categoría que se nivela a

las demás. La ciudad poco a poco, en las dos primeras décadas del siglo veinte, crea a

su habitante, el urbanita. Igualmente, el espacio es definido con categorías nuevas, lo

“urbano y lo rural” serán distinciones repetitivas desde los orígenes de la ciudad, pero

junto a estas, existirán otras que veremos más adelante.

Las unidades de intereses reemplazan en la mirada del urbanita a la aldea .Esta

mirada ve una realidad urbana y niega otras, así, se habla de “el barrio cívico”, “los

chincheles”, los “sitios inmundos”, “el ciudadano”, “las cuarterías” y en la prensa se

hablará del “noble sport”, los “dollars”, el “sportmans”, “el team Temuco”, “el leader”,

los “goals” y el “pick-nick”, quedando para la periferia el paisaje de los mapuches con

su chamall negro, usado desde la cintura en los hombres y desde los hombros en las

mujeres o la iquilla, el chal grande de las mujeres mapuches que lo usan con prestancia

natural, el sonido de los llepo, la fuerza de la mahuen, el tráfico desesperado en invierno

del machulla, los misterios del llapuyero, el meneo de una mujer cancona, el sonido

hipnótico del llamacán o canto ceremonial de las mujeres mapuches cuando realizaban

algún trabajo, curiosidad que paso a muchos chilenos del sur que tomaron esa

costumbre de tararear melodías mientras trabajaban sobre todo en las labores de campo,

Pero esta sociedad que empieza a ser invisible para el urbanita sigue existiendo,

es esa otra sociedad aldeana, que establece sus espacios en el corazón mismo de la

ciudad, lo territorial termina siendo un anacronismo, lo urbano y lo rural son

distinciones que no presentan mayor utilidad que la de hacer invisibles al ojo una

cantidad de procesos que se dan desde el mismo momento en que se funda la plaza

fuerte: el permanente ir y venir de los campesinos chilenos y mapuches entre los bordes

de la ciudad y sus territorios

23 Ver en: El Diario Austral, 5 de marzo de 1929, los infractores en la venta de pan y el cuadro que se

reproducen más adelante en este ensayo.

Page 12: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

12

12

Pero el urbanita no descansa, en su mirada proliferan las barreras físicas en el

interior del tejido urbano; el río, las montañas, los esteros, junto a líneas divisorias como

el ferrocarril, los puentes, la línea urbana/rural, hay cicatrices como sitios que se

convierten en plazas, espacios entre áreas residenciales y elementos primarios o sitios

vacíos que se mantienen por décadas, hay poblaciones o hábitat de grupos que el

urbanita ve y usa como barrera para fortalecer su espacio. ¿Para qué? ¿Contra qué?, la

respuesta es la villa y sus formas de relacionarse que no son asumidas por la ciudad

fronteriza.

Hay una identidad inacabada; no se construye en función de lo que es, una

sociedad de múltiples culturas que se expresan en la construcción de espacios distintos,

se construye de acuerdo a lo que se aspira ser, una ciudad moderna, por eso se instala

una forma de desarraigo entre los habitantes de una ciudad que es una contradicción

entre lo inacabado (esa aspiración de metrópoli moderna y progresista que dura hasta

hoy) y lo permanente (la sociedad de múltiples culturas y realidades dispares y

contradictorias), lo que prevalece y permanece en el tiempo desde 1881 hasta hoy es la

ciudad fronteriza y su carácter transitorio. Debido a esto los monumentos

arquitectónicos casi no tienen sentido en una urbe que tiene como esencia lo inacabado.

En esta introducción quiero pedirle al lector que haga un esfuerzo por mirar el

pasado de estas tierras a través de la historia de la ciudad de Temuco para ver un

fenómeno nuevo, la ciudad, que rompe con el paisaje en forma abrupta y violenta

creando una nueva realidad, es la aparición del “espacio urbano” que ordena el territorio

y a sus habitantes de una forma distinta nunca antes vista y de acuerdo a las pautas

occidentales. Un fenómeno que se presenta por primera vez después de trescientos años

de existencia y contactos entre españoles y nativos al sur del Bio Bio; las ciudades,

estructuras que van a cambiar el paisaje humano de este territorio en forma definitiva y

se van a constituir en el eje del proceso de integración territorial. Su manifestación

simbólica va a ser el plano urbano que para Gorelik24 es el triunfo del discurso

científico, positivista, por sobre el sistema narrativo de la experiencia de viaje que

impero hasta ese momento y cuyo principal ejemplo son los libros de viaje y antes, las

crónicas, verdaderos mapas verbales de estos territorios y en los cuales la naturaleza y

sus habitantes aparecían vistos a partir de las experiencias individuales del cronista,

ahora todo será distinto, la región empieza a ser conocida como una realidad “objetiva”

24 Gorelik, Adrián Imaginarios urbanos e imaginación urbana. Para un recorrido por los lugares comunes

de los estudios culturales urbanos, Bifurcaciones, 2005, N°4.

Page 13: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

13

13

y no como parte del relato de un viajero, cronista o faraute. El mapuche pasa de ser un

héroe o un valiente a un ser casi invisible en esta nueva realidad, no existe en las

ciudades, es un habitante del mundo marginal, de los contornos de la ciudad, de la parte

invisible donde el ojo no llega y la memoria no alcanza y donde se mezcla con otros

grupos sociales que comparten, para el ojo del ciudadano, la misma existencia invisible.

Al establecer el trazado de la ciudad, el ingeniero Teodoro Schmidt hace algo

más que distribuir el espacio, crea una realidad nueva y esta nueva realidad es una

imagen planimétrica, “el ojo de Dios” de la edad media25, el dominio de la metrópolis o

el ojo del poder, desde la torre la ciudad es un panóptico... (edificio construido de modo

que se pueda ver todo su interior desde un solo punto), esa es la sensación que deja el

mirar un mapa de la ciudad o plaza fuerte como fue conocida en un principio, todo el

espacio queda ordenado de acuerdo a un orden establecido y con una perspectiva de

futuro, lo curioso es que fuera del mapa o del croquis establecido por Schmidt existe

otra realidad, la pedestre la que se da a ras de tierra, la que se da caminando la ciudad y

ahí, en la ciudad pedestre, “proliferan los ardides” que se escapan a la línea pura del

mapa, la gente le da un sentido y un camino a la historia de ese nuevo espacio que no es

el que su creador esperaba, por eso es que después de unos años, Schmidt renuncia

desencantado de eso que algún día pensó sería algo distinto, casi tan puro y planificado

como sus mapas. La realidad pedestre es una ilegitimidad proliferante pero ilegitimidad

en relación a lo proyectado en los mapas, lo cierto y lo entretenido es que ambos

procesos son parte de la historia y uno puede interpretar esa realidad histórica desde

ambas perspectivas, analizando un mapa de Schmidt o de Boloña o de Kissner y ambas

miradas serían parte de la explicación histórica que podríamos dar, pero además hemos

tomado en cuenta y reivindicado los itinerarios como serie discursiva de operaciones

sobre los mapas. Por lo anteriormente dicho podemos ver a Temuco como una ciudad

echa de lugares con una red de significados que se constituyen en el devenir histórico y

son leídos o ignorados por nuestro ojo; la ceguera es una posibilidad más del urbanita.

¿A qué me refiero con esto? Me explico siguiendo a Feal26, la ciudad tiene un aspecto

dimensional imposible de captar en una sola acción o mirada, solo el recorrido hace

posible la lectura de las páginas del libro urbano y solo la memoria puede hacerlo

ayudada por la imaginación que reconstruye algo que no es lo visto ni lo recordado, es

algo distinto, “la ciudad” que todos llevamos dentro y que se percibe, no solo por el ojo,

25 Gorelik, p. 5. 26 Feal, Norberto La ficcionalización del territorio. Bifurcaciones, 2005, N°4.

Page 14: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

14

14

sino sobre todo en la reconstrucción de la memoria,¿ y si no hay memoria ? no hay

percepción y tampoco hay ojo capaz de leer las páginas de la ciudad, sus calles, sus

nombres, su ir y venir de la gente o sea los trayectos que son la firma de una ciudad, su

estampa, si no ocurre eso nos hemos ganado sin esfuerzo la mirada del ojo ciego.

Esta ceguera tiene que ver con la aparición en las ciudades modernas de

“lugares” o espacios apropiados por los sujetos a través de estrategias de delimitación,

construcción y evaluación en donde el tiempo o la temporalidad juega un rol central

como mecanismo de valoración de los espacios a través de la acumulación de

experiencias, la proyección de deseos o la nostalgia de lo que fue, así, el valor practico

actual es menos importante que el valor practico del pasado27, que se transforma en un

uso simbólico actual como herencia de la historia, como ejemplo de esto tenemos el uso

del espacio donde hoy se ubica la Feria Municipal, punto tradicional de encuentro entre

los pequeños campesinos y la comunidad que se ha mantenido hasta hoy, por otro lado,

la Avenida Alemania símbolo de la modernidad, comenzó como casas quintas, quintas

de recreo, paseo y avenida que conecta el centro de la ciudad con el sector residencial

pero siempre conservando su esencia de modernidad y renovación urbana.

El uso de estos espacios tiene un peso histórico en la medida en que no influye

en su uso actual el análisis racional de aprovechamiento del espacio o comodidad de los

ciudadanos, sino que al preguntar ¿por qué se ha usado ese espacio de esa forma?, la

respuesta que se repite es “que siempre ha sido de esa forma”, frase que esconde en si

misma lo que estamos explicando. Son lo que se denomina “lugares de la memoria” o

una “unidad significativa, de orden material o ideal, a la que la voluntad de los hombres

o el trabajo del tiempo convirtieron en un elemento simbólico de una determinada

comunidad”28, nos referimos a la “Feria Pinto” y la Avenida Alemania”, agregamos

también “el Cerro Ñielol” y el “Pichi Cautín”, un brazo del río Cautín que tiene

profunda significación para los sectores populares de la ciudad.

Pero estos “lugares de la memoria” corresponden a una ciudad fronteriza en

donde la transitoriedad es su característica más importante, no es casualidad que de los

lugares que mencionamos, dos de cuatro sean parte del paisaje y los otros dos son

lugares de transito o de ocupación momentánea, la ciudad de Temuco como ciudad de

frontera está construida sobre un permanente cambio material, la transitoriedad es su

27 Campos M., Luis; López G., Loreto. Identidad y memoria urbana. Recuerdo y olvido, continuidades y

discontinuidades en la ciudad. Revista de urbanismo, Nº10, 2004. 28 Campos y López p. 6.

Page 15: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

15

15

signo histórico, a diferencia de casi todas las demás ciudades del país aquí lo moderno

es la permanente transformación de su materialidad, por eso, su historia tiende a la

invisibilidad, a perderse en la falta de memoria y en la ceguera del pasado .Aquí no se

da el conflicto entre la conciencia patrimonial y la renovación urbana, toda la ciudad es

permanente renovación y transitoriedad29. En el caso de nuestro estudio, los espacios

invisibles siguen siendo los mismos y se mantienen marginales del ámbito propiamente

urbano siendo el río Cautín el gran contenedor de esa invisibilidad con todas las

poblaciones que crecieron y siguen creciendo a su alrededor y los caminos que conectan

la ciudad con su ámbito rural como si todavía la ciudad conservara una impronta de

fuerte y sus calles estuvieran imantadas atrayendo sobre si misma el eje de la región.

El instrumental teórico al que recurrimos es de origen diverso tiene que ver

esencialmente con la constitución de las relaciones humanas desde una perspectiva

histórica, para eso nos valemos del concepto de “relaciones sociales “de la biología del

conocer, el concepto de institución de North y la mirada de la ciudad que tienen una

serie de cientistas sociales cuyo centro de preocupación la ciudad. No es necesario

recalcar algo que salta como una evidencia: la inspiración de los trabajos del escritor

italiano Italo Calvino, especialmente su libro Las Ciudades Invisibles. La información

histórica corresponde a archivos, documentos y libros sobre la ciudad de Temuco y la

Región de la Araucanía.

29 Campos y López, pp. 7-9

Page 16: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

16

16

1

EL OJO PEDESTRE. CALLE NÚMERO UNO: QUEUPÁN.

No existe un mestizaje urbano, no hay compenetración de culturas en la ciudad,

hay una estructura legal que se impone al territorio y que permite el desarrollo de un

“sistema urbano “de vida, es por ello que la vida desde la fundación de la ciudad gira en

torno a las instituciones que se crean en ella y todo lo demás, las calles, las leyes, los

reglamentos, los horarios, los tráficos y los traficantes llenan la visual del habitante de

la frontera, se corta la historia, se corta el relato de este espacio como era antes de

fundarse la ciudad, el cacique Queupan, su dueño, pasa al olvido, pero la mitología

pervive, se mete entre las grietas de esta nueva sociedad y proyecta su contenido en el

discurso racional de la cultura fronteriza, el pueblo se toma espacios vacíos que no

tienen trascendencia urbana y lo llena de un significado que permanece en las sombras y

que se reproduce durante esos primeros años libremente. La única forma de develar esa

historia es pasear por la ciudad, caminándola, oliendo la “poética del lugar”30.

Puedes bajar en la estación de Temuco, vienes en el tren de las 9.20 de la

mañana, es el tren número 12, bajas de él y sientes el traqueteo de la gente que se

abalanzan sobre ti los vendedores ambulantes, Clotilde Carrasco, Zoila Pedreros,

Francisco Mardones y otros, son una especie nueva, que viene todos los días de los

barrios populares detrás de la estación, de Coilaco, La Puntilla. Los Laureles, de la

Quinta Kolossa, o de la Quinta Pomona, alguien cuenta que gran parte de ese sector se

empezó a formar con la separación de la sociedad comercial de la casa “La Fama” de

Albalá y Chamé que dentro de sus propiedades tenía una hijuela de 27 hectáreas frente a

la Maestranza, entre la Quinta Pomona y la población Santa Rosa31, sabemos sus

nombres porque ya los han detenido varias veces, pero vuelven a la estación, dejaron de

trabajar en el campo porque hay trabajo solo algunos meses y ya se acostumbraron a la

ciudad, al anonimato, a la oscuridad de las calles de tierra, al peligro de irse a oscuras a

sus barrios en que mal viven pero en los cuales ya no tienen patrón, se mandan solos y

tienen hijos que han nacido aquí, sus padres o sus abuelos llegaron con todas sus cosas

desde el norte o desde el sur, por el camino de la costa trayendo sus cosas en un viaje de

meses arriba de sus “monjas” echas de junquillo y con cuatro bueyes, con la cocina

prendida todo el día y los más jóvenes a pie acompañando y protegiendo sus cosas de

los ladrones y bandidos. Por el camino aprendieron a beber el muday sin miel y los

30 Feal, 2005. 31 El Diario Austral 3 de agosto de 1916.

Page 17: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

17

17

miltrines, el pan echo con la papa uno que se ponía bajo el chorro de agua de vertiente

por meses, el charqui de caballo y el de vacuno de la gente más pudiente. Sus padres

venían huyendo aburridos del “huasqueo” practicado por los camperos para

disciplinarlos en las haciendas del sur, buscaban libertad, independencia, dejar de ser

“caminero” el hombre o “camarada” las mujeres para transformarse en gañan de

trabajos esporádicos en la ciudad o la mujer o las hijas trabajar de “tamborileras”,

“cantoras”, o dedicadas al lavado, al planchado, la costura y cuando las cosas no iban

tan bien a otros oficios que no se podían mencionar. Y ahora como ellos sus nietos

aspiran a una vida mejor y hacen el mismo trayecto entre el campo y la ciudad, en el

verano a “pajarear” en el campo cuidando sembradíos con un tarro con piedras y los

lanza piedras, hondas, bramadores y cantos especiales (“¡Guaaa....pajaroooo, nico, nico

no le comay el trigo al rico!”). Otros tienen sus abuelos que llegaron del “norte”, de la

zona llamada “la montaña” y los pueblos de sus alrededores, cerca de Concepción y de

Chillán, descienden de antiguos labradores que acogieron, por el año de 1818 a las

monjas Trinitarias de Concepción en su deambular por Nacimiento, Angol, Tucapel,

Nahuelbuta, el Fundo Sara, Palo Botado, Tucapel, “El Valle de la Rosa” al norte de

Lebu, huyendo de los patriotas, aterradas junto a más de 700 familias, también se

establecen en Quilapalo al este de Santa Bárbara con más de cuatro mil personas,

mujeres y niños que salen con las monjas por los alrededores a pedir limosnas, dejan los

pies recorriendo “a todo imperio” por Tucapel, Mohuilli, Lincoyan, Pilmaiquen,

Paicavi, Ancalemo, Vutaleuvu, Tomelemo, Cayucupil, Llicura, hasta volver a

Concepción, luego de pasado el terror de saberse sin rey y sin corona, ¡5 años

después!32, por el camino han dejado campesinos y labradores que mantendrán sus

costumbres ancestrales pegados a la montaña que cuando vean la oportunidad de

emigrar más al sur se irán y llegaran a Temuco, al igual que los que venían de Valdivia

o de la Costa, en sus carretas cargadas de esperanzas por una vida más llevadera. Y tú

miras para todos lados y te sorprende la gran cantidad de gente que pulula por todos

lados y de todas las condiciones, escuchas gritos de vendedores callejeros, la tortillera

con su pan de grasa, el turronero, el manicero con su canasto lleno de maní tostado, los

músicos callejeros, el organillero con sus melodías antiguas y su cajilla de cedula con

monos o loros, el lustrabotas lisiado y su acento de bajo pueblo con su paño, las

escobillas y el golpecito que avisa el fin del trabajo, la tejedora con su carga a cuesta

32 Ver: Campos Menchaca, Mariano José Nahuelbuta, Buenos Aires, Editorial Francisco de Aguirre

S.A.1972. Especialmente el capítulo IV, “Lemunantu”, La Iglesia en la Araucanía.

Page 18: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

18

18

ofreciendo las mantas y chamantos, no te das cuenta que ella no te ofrece nada solo se

anuncia con su presencia y un suave murmullo en un idioma mezcla de español y

mapudungun te hace saber que está ahí, y más allá en la gran avenida Barros Arana

divisas a lo lejos al hojalatero con su fogón a cuesta, los empajadores con la poza de

agua a la orilla de la vereda por la trenza mojada, los compradores de botellas vacías o

fierro viejo que van gritando por la calle y que ya van pasando hacia la ciudad, al igual

que los últimos repartidores de leche con su carro tirado por un caballo y su pito, las

carretillas repartidoras de pan que van en busca de su clientela e innumerables gente

anónima que circula por la calle y que tu piensas que pueden ser trabajadores del campo

que vienen a darse una vuelta por la ciudad, peones, mejoreros, inquilinos, gañanes,

arrieros, velloneros, algunos con sus mujeres y sus hijos que vienen en carreta o se

bajan del tren a conocer y algunos a tentar suerte, los vaquéanos con su andar

parsimonioso recorren con la mirada el paisaje tan distinto al de las montañas que

conocen de memoria, se hacen notar porque no están en su ambiente. Adentro de la

estación un enjambre de carrilanos, carrunchos o tiznados van y vienen preparando el

movimiento de los trenes. Tu piensas si quedarte en el Hotel Temuco al interior de los

ferrocarriles, de propiedad de Luis Costadvat o allí al frente en el Hotel de France de

Eugenio Cambaire que tienen solo tres años de antigüedad y 25 “piezas para alojados y

pasajeros”, pero alguien te habló de una Quinta de Recreo al final de la calle Manuel

Montt, es de propiedad de Manuel Hidalgo y está pasando la lechería Holandesa, al

sector lo llaman Avenida Alemania pero todos hablan del Paseo de las Quintas, aunque

se sabe que el señor Juan Tuke y otros pidieron ese nombre desde el límite urbano de la

ciudad en Manuel Montt hasta la quinta del señor Reusch. Suspendes la decisión, se ve

tentador ir para allá, te contaron que tiene alamedas y bosquecillos como si estuvieras

en la selva del sur pero con las comodidades de la ciudad, con kioscos especiales donde

“tomar sombra” en los días de sol o guarecerse de una lluvia imprevista, un restaurant a

la chilena con mozos expertos, “corral con cabalgaduras,” corridas de vacas con

topeaduras los domingos y tribunas para dos mil personas, te dicen que viene gente de

los pueblos cercanos a divertirse en ese lugar y todas las grandes proclamaciones de los

candidatos de la Alianza o la Unión Nacional se hacen ahí .Miras hacia fuera de la

estación, el panorama en la gran Avenida Diego Barros Arana es impresionante, un

colorido ir y venir de gente de todas las condiciones sociales, los tranvías y los pocos

coches van y vienen, la gente de a pie esquiva los caballos, algunos pasan a media

rienda y otros más retenidos, las carretas empiezan a formar filas a un costado de las

Page 19: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

19

19

bodegas y la gente al frente se arremolina para escuchar a los charlatanes o van a ver el

recién inaugurado edificio de Capurro, Marsano y Cia., con todos sus locales, solo tiene

cuatro años y ya es un centro de atracción para la ciudad, a su alrededor crecen locales

de dudosa reputación donde decenas de personas se entregan en forma desenfadada a la

pasión endémica de esta región de frontera, el naipe, los herederos de los Albures, la

basiga, la malilla, el mediator, el tonto, el tresillo, la banca, el monte, el paro, la

primera, el revesino, y el andabobo, nombres de juegos centenarios que ahora, ahí en

esos locales que ves frente a la estación cambian de nombre pero son los mismos que

jugaban los soldados en los fuertes de la frontera y los mismos que jugaron los soldados

en el fuerte de Temuco allá por 1881 y ahora lo juega el pueblo y tienen como

observadores todo tipo de gente y la policía hace la vista gorda ya que saben que no

sacan nada con detenerlos porque al otro día están de nuevo ahí como si fuera una

costumbre, una pasión incontrolable, la plata fácil tan querida, tan deseada. Escuchas a

los charlatanes que al lado de los jugadores hacen su negocio con los incautos de

siempre cuentan la historia de un hombre que ha perdido las fuerzas por haber apaleado

una culebra en el campo y no la ha matado y el bicho huye y el hombre queda sin

fuerza por el resto de su vida, o les explican a sus espectadores embobados como la

gente mala pone una papa a la gallina clueca y no la saca hasta que esta incuba y le da

de comer esa papa a su enemigo y es solo comerla y volverse loco el hombre, la gente

queda espantada ante semejante maldad pero el charlatán que se ve convincente ante su

rendidos espectadores dice que tiene el remedio para esas cosas y muchas más, desde

una culebra gruesa y corta que es el mejor talismán para la buena suerte o una chaucha

sacada del mayor balay que jamás ser humano a visto con más de trescientas culebras

trenzadas una tras otra y en el medio de ellas esa chaucha que él hace bailar en sus

hábiles manos y que adquiere propiedades fabulosas para el que la porte y ahí la tiene y

pagando un módico precio puede ser de cualquiera, también tiene la flor de la plata que

nace del lugar en donde se ubican estos llepos, pero él las ofrece a un precio módico,

también tiene remedios simples y eficaces que cualquiera puede obtener por unas

monedas, el azúcar de perro para la diarrea, polvo de varrilla para enfermedades de la

orina tan comunes en esa época, su voz se pierde mientras tú te alejas, pero ¿para dónde

vas? miras al sur de Barros Arana se ve vacío y contrasta con las multitudes que se

mueven a tu alrededor, te han contado que cerca de la estación todavía no es muy

seguro hay “guaridas de pillos”, de “rateros” y “pungas” que trabajan en la estación y en

las calles cercanas junto a casas de gente humilde que se gana la vida en el comercio

Page 20: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

20

20

local, aquí mismo, en la Estación hay un verdadero “barrio Chino” lleno de puestos de

frutas y tendales, son más de cien alrededor de la calle Barros Arana y empiezan a

copar por la Avenida Pinto y sigue creciendo todos los días, y aunque es de mañana ya

empiezan a salir los olores de las cocinerías que no paran en todo el día haciendo

desfilar la comida popular, los encebollados con cebolla en trocitos mezclada con

huevos, la chanfaina de castilla, el pepiano, las refalosas, las patoscas, los furundungos,

los caldillos, las carbonadas, las empanadas de pinu, los chupe, las guatitas, el pan

español, el pan chileno la telera y la guañaca, pero también hay comidas de la tierra

como el cercan, el soplillo o huelan, los changles con deliciosos brotes de roble

mezclados con migas de pan, cebolla y ají, los huitrines, los mitrines, el anchi de trigo,

los catutos, todas comidas para saciar el hambre por un buen rato, porque de eso se trata

aquí, de “asegurar el estómago”, para no andar con cara de debilucho en una hora más.

Y para tomar tienes el infaltable vino tinto del año de uva mollar, un añejo, un

blanquillo, un moscatel, una chupilca si es otoño, con lagrimilla y harina de maíz, un

Lucas de aguardiente y culen, un gloriado un candiel para el frío y el infaltable pisco,

que antes llamaban granadero o cazador, la chichita, el maqui, el “chivato” o

aguardiente con culen y canela, la chicha de manzana, de maqui o de frutilla ciudad.

Pero ahora, escuchas el deambular del tráfico urbano, el tranvía eléctrico en toda

su majestad frente a tus ojos y que pone a Temuco a la altura de las grandes ciudades

del país, es el símbolo de progreso, alguien te habló de su recorrido y de que

remplazaron a los carros urbanos que a duras penas resistieron hasta enero de 1919,

sabes que esa fecha es importante en estos años, el día del roto chileno se celebra con

gran pompa y desfiles, es una fiesta nacional, no es casualidad que las calles más

importantes de la ciudad lleven los nombres de los grandes próceres de la segunda

mitad del siglo XIX, los que hicieron posible la expansión nacional, son un reflejo de un

“imaginario colectivo” de otra época encarnado en las calles de Temuco, un imaginario

poético que nadie recuerda hoy en día, pero en esta época, 1922, está vigente, ¿por

dónde seguir?, te cuesta decidir, puedes tomar el tranvía eléctrico aquí en la estación y

seguir en el por Barros Arana, doblar por Manuel Rodríguez y llegar hasta Manuel

Bulnes seguir por esa cuadra hasta la Plaza Aníbal Pinto, en su lado derecho, doblar por

Antonio Varas hasta la calle Arturo Prat, el fin del recorrido, en pleno centro de la

ciudad pero no te convence, quieres llegar a la Quinta de Hidalgo, alguien te dice que el

servicio ya está ampliado hasta las mismas quintas de la avenida Alemania por Manuel

Montt pero ya no lo escuchas, has tomado tu decisión, quieres ir caminando, te han

Page 21: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

21

21

hablado de las calles del centro y quieres verlas, quieres pasar por ciertos lugares que ya

están en tu propio imaginario y reconoces que de una u otra forma ya la ciudad se está

metiendo dentro de ti, esto ha comenzado con la formación de itinerarios que solo están

en tu mente pero que son reales para ti, es la libertad que te da el ser un urbanitas, un

habitante de la ciudad, quieres ver donde la gente camina, donde compra, donde vende,

donde se distrae, donde se juntan para plantear sus problemas a la comunidad, donde se

ocultan los vicios, donde se encuentran con Dios, donde se educan, quieres verlo todo,

quieres ver los nuevos árboles de la plaza Aníbal Pinto, unos tilos recién plantados.

¿Voy por la calle Diego Portales?, la calle de los sastres, Russo, Testa, Nahmias e hijo y

Nahamias y Toledo, ahí mismo puedo ver la zapatería de Cerda o la Imprenta de

Arsenio Espinoza o la gran tienda de muebles de Álbala, Chame e Israel, o la fábrica de

alambres de Luis Torres o la tienda de abarrotes de Sessarego o la casa de préstamos de

Esteban Hiriart, o la oficina de comisionistas de Azzael y Leuy y preguntarles por los

niveles de venta al exterior de madera y otros productos y si va a subir el precio de la

tierra, en el corazón de la Araucanía hay gente que maneja esos datos, o conversar en su

tienda con el señor Yudilevich, aquí al inicio del viaje en la calle Diego Portales con la

Avenida Diego Barros Arana casi frente a la estación de ferrocarriles, preguntarle cómo

les va a sus cuatro vendedores que se mueven entre Concepción y Chiloé o caminar

unos pasos, solo unos pasos más allá de Barros Arana por Diego Portales, atravesar el

desvío Aracena y quedarte conversando toda la mañana con los hermanos Ellena en su

tienda, o en el depósito de madera “El Sol” y averiguar por el tipo de madera que están

explotando, ¿es verdad que están exportando Araucarias a Estados Unidos?, pero no te

decides, piensas, actividad propia del ciudadano de la urbe, piensas, luego circulas,

piensas en otro trayecto, ¿quizás por la calle Manuel Montt ? corre en la misma

dirección sur-poniente que Diego Portales y en ella te puedes encontrar con “la calle de

las zapaterías”, Arriagada, Bianchi, Llao y otras más pequeñas y desconocidas, la

talabartería de Manuel Espinoza con 10 operarios a los que paga dos mil pesos en

jornales al mes, le preguntarías si la gente le pide frenos, cabezadas, riendas, bozales,

bajadores, estriberas y si hay gente que tiene todavía todo eso de plata, alguien me contó

que tiene una colección de coscojos, unas rodajuelas con puntas que se ponen en los

frenos o bocados de brida para domar caballos y que tiene algunos antiquísimos que

datan del siglo XVI, ¿si tiene algún antiguo mandil de esos que se llamaban carona y

que eran de cuero e iban debajo de la montura?. También pasaría por la sastrería de

Segismundo Carmine y las mercerías de Carlos Massmann, Uldaricio Veloso y Oscar

Page 22: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

22

22

Rodríguez, la tienda “El Cóndor” de Isa Abu Mohor o la de Nicolás Mohor en la calle

Manuel Montt con la Avenida Vicuña Mackenna, también podemos llamar a la calle

Manuel Montt “la calle de las boticas” como la de Antonio Álvarez en Manuel Montt

con Manuel Bulnes que existía desde 1903, o la de Maximiliano Bobadilla en Manuel

Montt esquina Arturo Prat o la de Escala Eneas en la calle Manuel Montt con la

Avenida Arturo Prat, la tienda de abarrotes de David Croxatto, la hojalatería de los

Walper en Manuel Montt 1122 o la curtiduría de Domingo Álvarez con 70 operarios o

la de Emilio Cerda ...pero en verdad no es una cosa de tomar una calle, me confiesas

que deseas ir a lugares específicos, las fábricas de cervezas de los Walper en General

Mackenna o la de Francisco Hertling o la Fundición y Maestranza de Dickinson o la de

Rafael Robles para preguntarles por la fabricación de molinos y prensas para fabricar

chicha de manzana o las cocinas de piedra para harina integral o la reparación y venta

de molinos, les preguntaría si les venden a los mapuches y si les pagan con dinero o

con productos, si hacen trafkin con ellos y que hacen con esos productos, ¿tienen

tiendas de abarrotes en donde lo venden? O ¿se lo venden a algún comerciante?, no te

decides, te quedas mirando un largo rato las calles y te confiesas a ti mismo:

- En verdad, quiero ir a otro lado...

Caminas por Francisco Antonio Pinto hacia el norte, caminas lentamente y no

necesitas hacer mucho esfuerzo para verlo, se te presenta desde el momento en que giras

la cabeza para encaminarte hacia el norte, la calle se ve gigantesca y los pocos edificios

no alcanzan a tapar sus faldas, parece una serpiente dormida, llegas a la Avenida José

Manuel Balmaceda y miras el paisaje en donde hasta hace unos años atrás se realizaban

las carreras de caballo “en pelo” de cuadra y media y con jinete libre, la revancha era

con tiro y lado, ahí está, “el Cerro Fiscal”, a lo lejos se divisan sus árboles más

grandes, como una cabellera verde que cubre la variedad de paisajes interiores y crees

ver laureles, huahuanes, ulmos, lingues con sus flores pequeñas amarillas formando

panojas, layas y pubescentes con su fruto redondeado negro violáceo poniéndose las

hojas de color amarillo anaranjado en otoño, Tineo en los suelos más húmedos con sus

flores de color blanco crema pasando a rosa y rojo al madurar y sus frutos de cápsula

roja. Boldos un árbol dioico con flores blanco crema y su fruto como una drupa que

madura a comienzos del verano y es de buen sabor, avellanos y...¿queule? la patagua en

las quebradas del cerro y en las zonas más húmedas formando bosquetes que protegen

los riachuelos o ahí en esas quebradas junto a canelos, arrayanes, con sus flores

campanuladas y blancas y sus frutos rojos, el radal, el tayu, el lun, el peumo, la luma, la

Page 23: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

23

23

pitra, el tepú y más abajo en las profundidades de este cerro fiscal la vegetación que

hace impenetrable el lugar, las enredaderas como el voqui colorado o voquiparrilla, el

quilo, el pifu o voqui negro, el pilpilvoqui con su cáliz verde rojizo en semisombra o

sombra produciendo varias guías por año, las lianas como el quilinejo o esparto bueno

contra el reumatismo, el paulún, el sinchul, el voqui del picaflor o voquivoqui y las

plantas trepadoras, el copihue, el quilmay, el quiraco, las gramíneas gigantes como la

quila, el coligue y la quililla

Miras a todos lados por el trazado de la calle y ves a lo lejos y también cerca, en

las esquinas de la Avenida Balmaceda y Manuel Antonio Matta los planchones que

hacen posible circular entre la humedad y el lodazal en que se entrampan las carretas,

varias de ellas hacen esfuerzos por moverse, la calle parece un campo de guerra, es la

lluvia del día anterior que deja su firma y adivinas a lo lejos, detrás del cementerio o a

la salida de la nueva población Dreves o acá, más cerca aun, a la salida norte de la

ciudad, los pantanos, los dahuiles, los ñadi, los mallines cerca del cementerio los

interminables pantanos que rodean la ciudad como la persistencia de lo que fue esta

tierra y te imaginas al cerro fiscal y los pantanos como personajes de una antigua batalla

mitológica entre Caí Caí, la serpiente marina y Tren Tren el dragón salvador que

duerme en el cerro. Pero la ciudad es lo nuevo, lo que se impone y aparta a estos dos

contendores y a sus voceros, los aísla, los encadena a sus nichos y los hace aparecer ante

tus ojos como reliquias del pasado, ¿tan poderosa es la ciudad?, si puede hacer eso con

los mitos ancestrales, ¿qué no puede hacer con las personas?,¿qué no puede hacer con el

flujo de capital?, el dinero que va y viene ni siquiera rosa la piel de esta urbe, se afianza

sobre sí misma, se estructura como algo más poderoso, invisible, oculto, reemplaza a las

serpientes y los dragones, ocupa el espacio del capitalista, deja subsistir al usurero, al

rentista, al comerciante, al artista, inmoviliza todo lo que amenace su existencia, ahí,

todavía subsisten algunos restos de lo que fue y lo que cantaron los poetas asombrados

por la antigua fuerza que no tiene semejante en la actualidad y que al menos ellos

lograron percibir, ahí está el mallín, terreno bajo húmedo, anegado en invierno y en

verano lleno de pasto para los animales, el ñadi, terreno pantanoso que se podía

transitar con trechos de girón y charcos de agua, o el gualve un terreno pantanoso con

más agua que el mallín y el temido menuco, pantano hondo cubierto en la superficie con

pasto donde sucumbieron muchos soldados atrapados esperando su final, ¿era así el

pantano donde sucumbió Pedro de Valdivia?, no lo sabemos, lo podemos imaginar, pero

no es este el último lugar que deseo visitar en Temuco, hay otro lugar, cercano, deseado,

Page 24: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

24

24

por el que ya pasé viniendo hacia el cerro y que no quiero dejar de ver, está en la calle

Lautaro con la Avenida Manuel Antonio Matta, pero el urbanita que quiero visitar ya no

está viviendo ahí, se fue a la capital y está escribiendo poesía con otro nombre, yo

quería ver a Neftalí y pedirle que me mostrara su ciudad, las partes que el recorría todos

los días, su caminar al centro, al liceo, ¿se iba por Lautaro hacia la plaza Brasil?, no lo

sé, me lo imagino caminando con su traje oscuro bajo la lluvia incesante del invierno de

Temuco, de esa ciudad en que todo estaba mezclado, las clases sociales, los oficios, los

corazones, las fiestas privadas o familiares y las fiestas de la ciudad, cuando esto era

una ciudad -aldea, mitad campo mitad urbe, en 1887 o en 1905, luego dejo de tener

sentido lo urbano y lo rural, todo empezó a ser urbano y lo demás dejo de existir,

desapareció de las pupilas del urbanita, pero él vivió esa época y te hubiese gustado

subirte al tren que iba a Carahue con él, te lo imaginas acompañándote en el trayecto,

saliendo un día domingo muy temprano de la estación de Temuco en las locomotoras a

vapor y por unos 600 metros seguir la línea del camino a Pitrufquén, como dice un

cronista que “atraviesa una parte poco valiosa de la población” ubicada entre la

barranca y el estero Pichi Cautín, pero luego, en el kilómetro dos sube al valle alto del

Cautín, que como un plano de suave pendiente que baja en el sentido del trazado llega al

kilómetro 27 donde baja al llano del río Imperial. A la salida de Temuco atravesamos el

río Chol Chol en su confluencia con el Cautín, son terrenos bellos y accidentados donde

aparecen unas cadenas de cerros que dirigen sus contrafuertes hacia el Imperial y el

Chol Chol con curvas que se mantienen hasta el kilómetro 38, es como si la naturaleza

nos pusiera un decorado que no permite darse cuenta que vamos cayendo, nos vamos

sumergiendo en otro mundo, en un espacio donde el agua reina y la ciudad se aleja y de

repente estamos en el extenso valle del Imperial, que las lluvias convierten durante casi

todo el año en una inmensa laguna, por eso, el tren se encamina hacia su destino por las

faldas de los cerros hasta el kilómetro 52, donde desaparece el valle y la falda de los

cerros cae al rio con una fuerte pendiente con curvas y rectas que hacen que el tren haga

movimientos cortos y esforzados, desde el kilómetro 53 se vuelve a seguir la falda de

los cerros, cruzando en el kilómetro 54.800 una puntilla pronunciada de 200 metros

hasta la estación, hemos pasado por el paradero Labranza, que después será estación,

luego por Peral, siguiendo por la Estación de Nueva Imperial, el paradero de Ranquilco

y la estación de Carahue .En el trayecto mi acompañante me habla de su amigo “el

señor Winter”, me lo imagino un caballero respetable, anciano y reposado, me dice que

no es tan así, que a veces se queda en silencio por largo rato mirando el mar desde la

Page 25: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

25

25

altura en Puerto Saavedra, entonces me acuerdo que nuestro viaje no termina en

Carahue, que ese lugar es el inicio de otro viaje en un pequeño vapor por el río Imperial

hasta llegar a Puerto Saavedra, pero él me dice que también hay vehículos que hacen el

trayecto por la ribera sur del río Imperial, aunque también, me confiesa entrando en

confianza, que prefiere el vapor, me cuenta que el “señor Winter “es una persona muy

sabia que le ha enseñado a conocer la literatura del mundo, aunque sus favoritos son los

libros de aventura de Salgari, también me habla que el “señor Winter le ha enseñado el

manejo de la chifla, un hierro acerado que se usa para raspar el cuero de los libros y

dejarlos impecables, relucientes, limpios, digno de los mejores versos, “como una cuna

de sueños”, me dice y al decírmelo sus ojos brillan y me parece que su figura menuda

crece en un instante y lo veo gigantesco, más grande que el tren, más grande que los

volcanes, como si su voz fuera de trueno, pero es solo una ilusión producto de sus

palabras no escuchadas nunca antes, un instante, menos de un segundo y sigue hablando

sobre el arte de afinar la cubierta de un libro, dice que es algo que solo los amantes de

los libros saben apreciar, un arte de cálculo y belleza extrema,

- “Que toda la cubierta del libro quede parejita y sobresalga por

todas partes igual, como el horizonte cuando cae la tarde en el mar”,

Solo lo escucho, ya no lo miro y guardo esas palabras en mi memoria, le convido

un “pan de viaje” y ambos guardamos silencio durante un rato mientras saboreamos

nuestros alimentos, y es un buen pretexto para hablar de comidas, le pregunto por la

pesca en la costa, en el lago Budi y en el mar, me cuenta que en el mar los pescadores

sacan collofes o cochayuyos, lua, luche, erizos apancoras, changayes, choritos, dalle,

piures, maico y en el río sacan camarones y choros de río, pero del Budi también sacan

peces como la lisa, el huaiquil, robalo, llancanis, pejerreyes, puyes o sardinas, corvinas,

robalos, urungues,

- De hambre no se muere nadie por estos lados, le comento.

Pero él no hace ningún comentario, te das cuenta que habla como ausente y eso

te pone nervioso, pero te sigue hablando de los pueblos donde vamos y te conversa

sobre Carahue, que antes se llamaba La Imperial y donde quedó el testimonio de

muchos religiosos que murieron predicando su fe y me habla en corrido del Mercedario

Fray Antonio Rondón y Sarmiento que murió en Angol un 13 de diciembre de 1535,

estuvo dos años en Perú como capellán castrense ocupándose de los soldados y los

indios auxiliares, en 1535 pasó a Chile predicó en el norte y luego se inscribió en la

expedición de Pedro de Valdivia en 1540, fue guía de este y a lo mejor influyó en la

Page 26: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

26

26

elección de la ruta de Tarapacá y Antofagasta señalándole los altos donde descansar y el

tiempo correcto para ello, cuando llegan al Mapocho grande fue la sorpresa de los

españoles porque los indígenas del Perú ya lo conocían y en 1545 salvó muchas vidas

por ser conocido de Michimalonco y evitó el deseo de sangre y de venganza de

Valdivia, atribuyendo la reacción de los indígenas a los abusos de Monroy. En 1562

aparece en el cerco de Arauco realizado por Antihuenu, algunos dicen que tomo las

armas y otros cuentan que les hablaba a los naturales en su lengua para que se

sosegasen, estuvo trece años en La Imperial, fue cura de españoles y misionero entre los

mapuches, solo, sin ayuda de nadie. Al morir Valdivia derrotado por Lautaro, la

hambruna lleno estas tierras y el socorrió a muchos. Vivió sus últimos años en Angol y

cuando predicaba en una capilla cerca de Angol lo ultimaron a garrotazos, lo sepultaron

en la Iglesia de la Merced de Angol y no hay cruz que lo marque.

La voz de tu joven compañero de viaje sonaba lacónica, como si estuviera

consciente de la fuerza de lo que contaba, no lo quisiste interrumpir y preguntarle si esas

cosas se las enseñaba su amigo “el señor Winter”, lo dejaste que siguiera hablando... te

relata la historia de los padres Bernabé Rodríguez, Diego Jaime y Juan Zamora, que

vinieron con Valdivia en 1540 y fijaron su residencia en 1548 en La Imperial, viviendo

una vida monacal y predicando, pero fueron emboscados en una quebrada cerca de la

ciudad, a los padres Jaime y Rodríguez le cortaron las cabezas y los brazos y el

corregidor de la ciudad, Nicolás Garnica recibió los testimonios, el Padre Juan Zamora

se ocultó en el bosque y después siguió viviendo en el convento de La Imperial, fue

sepultado ahí y un rosal creció en su tumba cubriendo todas las ruinas, le haces el

comentario de lo trágico de estas vidas y él te contesta que hay historias de guerreros y

caciques mapuches más terribles con mucho sufrimiento pero que eso daría para varios

viajes y amenaza con contarte historias más edificantes como la del mercedario Fray

Antonio, que era de origen portugués y llevaba una vida mundana hasta que un día un

barbero encargado de asesinarlo le confiesa sus planes antes de llevarlos a cabo, es tal el

impacto del suceso que el hombre se transforma, decide venir a Chile y el barco en el

que venía naufraga y se encomienda para hacer votos en la Merced, se salva y entra a la

orden y lo mandan a La Imperial, aquí entra a los nativos por el canto y la música y

forma una orquesta con la que llama desde la colina a misa, los últimos días de su vida

los vivió en La Serena. Recuerda a los franciscanos Fray Pedro Solís que anduvo en La

Imperial y Fernando Aguilera y Gabriel Vega predicando en Arauco, el Dominico

Bustamante que murió alanceado en Villarrica junto con Obando y te da una larga

Page 27: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

27

27

charla descriptiva de la vida del padre Correa que divulgó en Chile el culto a la Virgen

de la Merced y que murió en La Imperial donde fue enterrado en su Iglesia. En todos

resalta con entusiasmo las vidas llenas de giros, soldados sanguinarios que se salvan de

milagro y se convierten en devotos soldados de la Iglesia, hombres que son ejemplos de

santidad y entrega más allá de lo humano, te cuenta las minucias como si hubiese estado

presente y entiendes que ese muchacho se apasiona por lo humano, lo desmenuza, lo

recrea, lo muestra en todos sus detalles y tú, para no ser menos te defiendes hablando

de comidas y contándole que el charquicán, aquel plato que tantos recuerdos le trae del

invierno tiene sus orígenes en un plato marino llamado vailcan, una gran batea de

mariscos guisados con ají, de ahí viene el charquicán y el luchicán .

- “Los Carahuinos no se bañan en el lago después de una lluvia y

bailan la cueca de los turuntunes”,

Te dice y tú te quedas sorprendido porque van en el kilómetro 45 y ya queda

poco para llegar a Carahue, el muchacho se nota un poco cansado por el trayecto pero

no pierde la compostura, habla de la literatura y de las historias que conversa con su

amigo “el señor Winter”, te cuenta la historia del Bicho Vivificador, un pájaro mágico

que resucita una pareja mapuche y mantiene la protección del varón que conserva la

fidelidad de la pareja pese a la traición de la mujer de la cual se venga al final, llegando

a ser gobernador de una ciudad portuaria....El muchacho está mirando por la ventana del

carro, la humedad ha llenado el paisaje de dahuiles por todos lados, manchas de agua

que pelean con el verde por ganar notoriedad, charcos y más charcos gigantescos, el

muchacho se da vuelta y me mira, parece que se va a desvanecer pero me alcanza a

decir:

- La soledad de la comida chilena, de platos que nacen en la guerra

como el valdiviano y perviven en la necesidad de los meses de invierno...

Tú te estremeces al escuchar esas palabras como si te las sacaran de la punta de

la lengua, sientes que no podrías resumir mejor la historia de las comidas de Chile y la

mirada de ese muchacho que se desvanece es igual de penetrante que sus palabras, el

tren ya llega a la estación de Carahue y tú ahora miras la Avenida Balmaceda que se

pierde en la línea recta que va hacia el nor oriente, lejos, al cementerio municipal, van a

ser las doce del día y no te has movido del barrio Estación,

- Como si me hubiesen echo hui33, piensas...

33 Güi, perder la orientación. Perderse en el bosque por efecto de brujería. La frase en la cultura fronteriza

es: “Le hicieron Güi”.

Page 28: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

28

28

y vuelves a recordar el mito de Tren Tren y Caí Caí, por esas cosas rara te

cuentan que el primero en hablar de ese mito mapuche fue el padre Diego de Rosales en

su Historia en el libro primero, en las páginas de la tres a la siete, es el mismo hombre

que en 1648 estuvo en la misión de Boroa, pero antes ya había participado en la batalla

contra Butapichón en 1630,junto a Alonso de Córdoba y en 1641 en el Parlamento de

Quillín, presencio el gran terremoto del 15 de marzo de 1657,sabia de lo que hablaba ¿y

porque habla del mito?, no te responde nadie, es solo una intuición, algo que no te sacas

de la cabeza,¿ por qué un hombre tan culto como él pone al inicio de su libro este

mito?,¿qué quería decirnos? O ¿decirse así mismo?, vuelvo a mirar hacia el cerro fiscal

y repito con el poeta:

“Y si bien creo subir, en la medida

que suben estos versos hacia el sol,

he bajado a una cumbre desmedida:

a tu cumbre profunda ¡oh Ñielol!”34.

La serpiente salvadora, Tren Tren parece dormida esperando una nueva

batalla...piensas...” el urbanita le da la espalda a los mitos que explican algo más

profundo, algo que permanece”. Sigues caminando hacia el centro de la ciudad, ahí a la

plaza Aníbal Pinto donde los primero de mayo los obreros hacen concentraciones y

desfiles para luego participar de sus actos en el Teatro Edén donde se cuentan otros

mitos urbanos más persistentes y que alimentan el ojo y adormecen la memoria, siempre

desde esos años ha existido un cine, que después se llamó Cine Central y ahora...no

recuerdas. Ab Urbe Condita...35.

34 Cid, Teófilo Camino del Ñielol, Temuco, Talleres Gráficos Roa, 1954. 35 Traducción: “Desde la fundación de la Ciudad”.

Page 29: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

29

29

2

EL OJO PEDESTRE. CALLE NUMERO DOS: CAI CAI Y TREN TREN.

El habitante de estas tierras, en los inicios de su ocupación, se mueve de un

fuerte a otro fuerte, de un pueblo a otro pueblo, y es el que va poblando el espacio y

asumiendo un lugar en la ciudad

En Temuco, en sus orígenes, hay una tendencia por desarrollar calles lineales

como la Avenida Pedro de Valdivia y la Avenida Aníbal Pinto, donde se agrupan las

manufacturas en la primera y el comercio popular en la otra, pero su fuerza de

expansión no resiste el ímpetu del plano de cuadricula y son absorbidos por este que se

impone en toda la ciudad a finales de los años veinte. Excede este ensayo el reflexionar

e intentar explicar la forma de las calles y su asociación con el tipo de actividad que en

ellas se desarrollan, en el caso de estas dos avenidas es claro el desarrollo

manufacturero y comercial36.

Los caminos que conectan el sector donde se emplaza Temuco van a ser usados

para que esta ciudad se abastezca de los recursos básicos que su población requiere

para subsistir, pero estos no son caminos que permitan una conexión abierta con la

región, es como si la ciudad que crece tan velozmente mantuviera su carácter de plaza –

fuerte, imponiendo una permanente diferenciación entre su espacio interior y el entorno,

la ciudad parece luchar por imponerse a un espacio que la población ve como hostil, es

la imagen sacada del Domingo Faustino Sarmiento de los años 1841-1845 que

preconizaba que si “España es el problema, Europa es la solución”, incentivando la

inmigración desde ese continente, pero su conocimiento en terreno de la realidad

Europea en 1845 y la constatación de sus profundas diferencias en el desarrollo de las

regiones internas de cada país lo hará cambiar de opinión, volverá a entender la labor de

los Borbones y la importancia de la educación más que la raza o la cultura como un

factor clave. Esto quedará reflejado en las profundas diferencias que hay entre su libro

“Civilización y Barbarie” y “Recuerdos de Provincia”. Lamentablemente en Chile la

influencia del primer texto nombrado será más importante37.

36 En numerosas notas de la prensa local se registra el ir y venir de estas manufacturas, como la Fábrica de

Cecinas de Menzel, la Fundición y Maestranza de Guillermo Dickinson, y otras que no están en estas

calles pero que desarrollan una red de proveedores con pequeñas manufacturas que se asientan en Pedro

de Valdivia. 37 ¿Para qué la inmigración? Ideología y política inmigratoria en la Argentina (1810-1914). En Donghi

Halperin, Tulio El espejo de la historia. Problemas argentinos y perspectivas latinoamericanas, Editorial

Sudaméricana.1987 pp. 189-239.

Page 30: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

30

30

Los primeros treinta años de vida de la ciudad se mantendrá esta característica

de una ciudad emplazada en un territorio hostil y desconocido, situación que quedará

marcada para siempre en los trabajos y descripciones de poetas y escritores de esa

época38, y solo el tren, como manifestación de la fuerza de la modernidad podrá

oponérsele a esa naturaleza implacable y aplastadora, su aparición es una prolongación

más eficiente del proceso iniciado con la fuerza física de los colonos y la fuerza de sus

bueyes, simboliza la capacidad del hombre por imponerse a la naturaleza, aunque sea en

forma momentánea, pues las sucesivas avenidas del río en invierno, las lluvias

torrenciales con sus consiguientes inundaciones y aislamientos y las tormentas de polvo

en verano serán un recordatorio permanente del poder de esa naturaleza que tanto

impresionaba al urbanita39. Por eso la llegada de cada tren es una fiesta y la estación de

ferrocarriles comienza rápidamente a formar un espacio urbano de desarrollo propio,

orientando la población hacia el sector norte de la ciudad y haciendo crecer Temuco

más allá de sus límites urbanos con una población obrera y campesina que llena

rápidamente este espacio con poblaciones que llevaran los nombres o de los primeros

propietarios de estos terrenos o de acuerdo a la función que desempeñan en el lugar

como Perlwitz, Kolossa, Ziehm, Maestranza, Paredes, Patzke, La Fama, Santa Rosa,

Osthaus40.

Los caminos rurales serán la prueba de los limites ficticios del mundo urbano

frente al mundo rural que se presenta como salvaje y sin ley (recordemos al mencionado

Sarmiento), en este espacio limítrofe que conecta la ciudad con los sectores aledaños se

producen salteos, crímenes, asaltos, y a partir de principios del siglo veinte, cuando las

ferias espontáneas que se realizaban en el centro de la ciudad desaparezcan y la aldea

sea cada vez más ciudad, la compra y venta de la producción campesina por parte de

especuladores que logran grandes ganancias con la reventa en la ciudad de carbón, leña,

y verduras. El ferrocarril también ayuda a fortalecer en el límite urbano los

comportamientos especulativos y comerciales de los agentes económicos en los sectores

38 Ver por ejemplo: Valle, Juvencio La Flauta del hombre Pan, Nueva Imperial, Editorial Azules, 1929,

con poemas como “Oñoico”, y este verso “...y los viejos leñadores, perfumados de eternidad”, p. 161.

También podemos reseñar a Teófilo Cid que en su poema “Camino del Ñielol”, dice “El hombre no

puede ya vivir junto al encanto sin herirlo con la oscura enfermedad que le roe el cerebro”. Dejamos sin

citar a Pablo Neruda o Jorge Tellier o Elena Navarro o Augusto Winter. Pero en todos los textos la

naturaleza aparece como un ser indomable, temible, no sujeto a reglas humanas, ante la cual, el ser

humano tiembla y se recoge. La belleza de esta naturaleza es melancólica. 39 Sobre el urbanita ver: Feal, 2005. Gorelik, 2005 y Wirth, 2005. 40 Ver Empresa Guía –Interamericana, Santiago, Imprenta Cervantes,1924, incluye el mapa de Temuco

de Nicolás Boloña.

Page 31: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

31

31

populares y tal como los grandes comerciantes y especuladores sondean mercados para

la madera y el trigo, el pueblo, los sectores menos acomodados especulan con los

productos de la tierra dejando una marca permanente que penetra el llamado “mundo

rural”. No es por casualidad que los negocios más numerosos en los primeros años son

las casas comerciales, la venta de frutos del país y las mercerías. Temuco pasa de 3.345

habitantes en 1885 a 28.546 habitantes en 1920,la gran mayoría provenientes de la zona

sur,(Valdivia) o de Concepción, es población de origen campesina deseosa de hacerse

un porvenir rápidamente y para eso no titubearan en ponerse con venta de licores en las

cercanías de la ciudad o venta de carne sin pagar derechos en el matadero, el paradigma

urbano de este proceso será la estación de ferrocarriles, situada en el límite urbano de la

ciudad, se transforma en el punto de contacto de estos dos formas de ver la vida urbana,

la espontánea y la formal.

Temuco crece tan rápido y tan espontáneamente que cuando la comisión

tasadora de la ciudad quiera hacer su trabajo en 1916 no podrá realizarlo por las grandes

dificultades que le pondrá la falta de caminos, en ninguna cuadra una persona se podía

desplazar en invierno con comodidad, cada cierto trecho las calles reclamaban un

planchón por donde pasar hacia la otra calle o la opción era quedar sumergido en el

barro y regresar a la casa para cambiarse de ropa y volver a intentarlo41.

La ciudad la va ordenando la naturaleza y no la racionalidad humana, el

habitante va detrás, acomodándose, donde puede habitar ahí se queda y por supuesto,

los terrenos de más altura van a ser los más apetecidos, mientras más alejados del río

mejor, pero esa es historia que pasa después de los años veinte, antes, desde fines del

siglo XIX hasta 1922 la ciudad es una mezcla de personajes que se reflejan en su plano

y en el uso que se le da. Del centro original, ubicado en la Plaza Recabarren donde los

soldados en los primeros años practicaban sus ejercicios que después trasladaron atrás

del fuerte en lo que empezaron a llamar “la isla” del Pichi Cautín El centro se traslada

desde la Plaza Recabarren al barrio Estación, centro comercial y de trafico de toda la

ciudad hasta fines de los años sesenta y la ciudad crece espontánea por necesidad de sus

nuevos habitantes, llenan el espacio alrededor de la estación de poblaciones y casas de

obreros y trabajadores del ferrocarril, locales comerciales, mercerías y restaurantes. Este

espacio lo llenan personas que viven y sobreviven entrando y saliendo de diferentes

oficios, es un mundo indiferenciado, donde la gente cría sus animales en los patios de

41 Diario Austral del 21 agosto de 1916.

Page 32: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

32

32

sus casas en pleno centro de la ciudad, las lecherías y la venta de productos de chacras y

huertas le dan un aspecto de pueblo pequeño semirural. Pero no nos engañemos, esto

que ve el ojo son los vestigios de la aldea que se empieza a retirar, porque en estas

calles recién diseñadas son los lugares por los que pasa el gran capital, que no deja

huella todavía a principios del siglo veinte. Es a partir de los años cincuenta cuando

empezara a notarse un mirada distinta, una mirada cosmopolita, al urbanita empezara a

molestarle el aire rural que todavía mantiene la ciudad y su forma y contenido volverá a

ser reinventado, aparecerá “el balneario de los boldos”, el antiguo Cerro Fiscal se

transformara en ”el cerro Ñielol” y las plazas y calles serán lugares por donde el

urbanita reinventado pasee y se sienta más dueño, más en propiedad de un espacio que

ya es urbano ciento por ciento, es el dominio absoluto de su espacio, el dominio de las

calles, el cierre de las fronteras, el momento en que la ciudad le pertenece, durará hasta

1965 y su gran culminación será el Estadio Municipal de Temuco, primera y última

gran gesta fundacional del espacio urbano, obra maciza y de gran factura para una

población de 80.000 habitantes urbanos aproximadamente, luego aparecerán otros

dilemas, otras tensiones, que tendrán otro rostro pero no el mismo fondo....

Los bordes de los caminos vecinales son de encuentro y de entrada, no son de

salida, cuesta volver a salir, la gente que entra se queda en los chincheles, en las ventas

de alcohol, en los prostíbulos gigantescos que se van alejando del centro, solo el camino

del norte permite una salida expedita y por ahí se sale, solo a partir de 1930 se empieza

a llenar, si se le pregunta a sus habitantes te hablan de lugares, pero nadie tiene en la

cabeza la imagen completa, solo retazos, pedazos de territorio que se transan como

mercancía, así se forma la ciudad y sus calles, su entorno y sus mitos, como si un

weupife ancestral42 esparciera cuentos por todos lados; dicen43 que Valdivia enterró sus

tesoros entre Pucón y Villarrica, dicen que el señor Cartes poseía un cofre lleno de

monedas antiguas, muy antiguas, de esas que llegaban con el Real Situado, e incluso

algunas traídas por García Hurtado y que su local en Claro Solar esquina Arturo Prat,

frente al Banco Alemán vio pasar en las tardes, en la oscuridad, a gente de todas las

latitudes, especialmente españoles, que venían a comprarle sus tesoros que no eran los

choapinos, lamas, pontros, fajas o platería mapuche, no, se hablaba de almoneda que

saltaba a los ojos de antiquísimos arcones con su letra “plus ultra”, la colunaria de plata,

acuñada en Potosí o en Lima, el cinquen, el apreciado carlín de plata, o el flamenco

42 El narrador de cuentos en la cultura mapuche 43 Piam: “se dice”, en mapudungun, como una repetición permanente que va cortando el relato.

Page 33: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

33

33

carolas, el agnus dei con la imagen del cordero de San Juan y la letra del Rey Juan I,

otros decían que se encontraron cajas con castellanos, algo que nadie podía creer, o

los montones de cequis que algún vecino dijo que tenía, o los Áureo de ...

La vocación fronteriza se refleja en la persistencia en el tiempo de un espacio

inacabado, una ciudad que desde su origen se nos aparece como incompleta y un apego

de las elites a administrar el espacio según el valor económico que este tenga, por ello el

centro se mueve permanentemente, desde el fuerte en 1881 al 1900, al sector del

Ferrocarril en 1900 a 1940, luego al centro cívico entre 1950 y 1980 y la Avenida

Alemania posteriormente.

Page 34: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

34

34

3

PRIMERA EXPLICACIÓN DEL ORIGEN...

Los primeros meses todo estuvo bien pero cuando empezaron las lluvias no

supieron o no quisieron entender que el nombre de la ciudad no era casualidad y que el

nombre de la provincia tampoco, que algo significaba “Cautín” o “Siempre Verde” o

“Lugar de Patos”, indicaban los dominios de algo superior a las fuerzas del ser humano,

qué los antiguos habitantes del lugar ya sabían, los nombres siempre son algo esencial

de los lugares y esta no era la excepción, pero si algo entendieron estos primeros

habitantes era que tendrían que hacer algo, que no podían quedarse esperando, que la

tierra no les daría sus riquezas así como así, que si no intentaban algo rápido en unos

meses más “eso” se los comería vivo, los abrazaría hasta ahogarlos con su fuerza y

andarían por ahí igual que el polvorista Pérez y todos esos renegados. Pero entre ellos

hay gente que conocía la fuerza de “eso” y le habían ganado la batalla, venían de

Concepción y de sus pueblos interiores, también de Valdivia, eran herederos de los

antiguos, de aquellos que construyeron fuertes para refugiarse sin dominar el territorio,

herederos de aquellos pobladores de la “goda Chillán” o de la estancia Cucha Cucha,

“tierra de la “godería” que en 1810 tuvo que volver a empezar porque eran fieles al rey

y no entendían eso de la “república”44. Sin su monarca, desorientados, sus abuelos se

fueron pal monte, hacia la montaña huyendo del nuevo mundo que se les venía encima y

estuvieron meses y años entre quebradas y bosques, soportando el “penetro”, comiendo

frutos silvestres, haciendo trafquin con los araucanos y aprendieron que una ruca es un

cuenco al revés, que en vez de recibir se cerraba sobre sí mismo para poder contener a

sus moradores y que no tiene ventanas porque se sabe lo que hay afuera y todo lo que

significa es una rabiosa afirmación de sí misma, como baluarte frente a la tormenta

invernal, resistencia, permanencia, nada más merece permanecer en esas tierras que uno

mismo. Conversaron con ellos y ellos ya estaban en la tarea, al igual que los soldados

zapadores, de limpiar la tierra y despejarla y con los primeros tablones armaban sus

casas de acuerdo a lo conversado, esquivando los arroyos, algunos más crédulos

alejando la serpiente que los mapuches llamaban Caí Caí, ayudados por Tren Tren y

otros haciendo oídos sordos a todo eso que decían los nativos en una lengua que solo

algunos entendían y ahí, en esos momentos iniciales de la plaza fuerte de Temuco, allá

44 Vicuña Mackenna, Benjamín La Guerra a muerte, Buenos Aires, Editorial Francisco de Aguirre

S.A.1972, pp. 259-26

Page 35: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

35

35

por el año de 1881,nació una nueva especie nunca antes vista en estos territorios :el

urbanita, el ciudadano45.

SEGUNDA EXPLICACION DEL ORIGEN...

Preguntas : ¿Hay un decálogo del urbanita?, no lo sabes, alguien dice que el

urbanita es el territorio o el territorio es una red de intereses sobre un espacio que se

llama ciudad y sobre esa ciudad imperan reglas y costumbres aceptadas por todos, pero

esa red va más allá de los limites urbanos, se extiende por los campos, los montes, los

volcanes, los lagos, la vegetación, toda la naturaleza, tan poetizada y hace que en esa

relación la mirada que impera es la del urbanita o ciudadano, dejando en la invisibilidad

lo que sus ojos no ven. La mirada del urbanita es una mirada selectiva.

Una forma de relacionarse que se respeta como una ley no escrita en ninguna

parte pero marcada con fuego en el alma del urbanita es la experiencia original que se

transmite de generación en generación, es lo innombrable, lo original, lo totémico, lo

que guía su razón de ser, eso que lo lleva a “reflejar el pasado que llevamos en lo más

hondo de los nervios”46, ese mundo visto por los fundadores, mundo que vio el hombre

bíblico antes del diluvio universal, mundo que vio el nativo antes, durante y después de

la gran batalla entre Caí Caí y Tren Tren y que los hizo vivir entre ellos como viven,

con la gente de su sangre, agrupados, defendiéndose, pero el urbanita no tiene solo la

sangre para estar unido, es algo más y es algo menos también, porque esto que

construye esta echo para neutralizar los sueños inoportunos, los sueños de Caí Caí y

también para dormir a Tren Tren, porque uno va con el otro y nada de lo que viene de

ese otro mundo entra en el mundo del urbanita sin ser pesado y medido, transformado

en mercancía, ese es el antídoto contra el caos, la explosión y el exterminio que

simbolizan “eso”. Por eso es que los nativos van a tener “odio a las poblaciones”47. Pero

en los primeros meses nada era definitivo y la batalla se dio en estas calles, todos sabían

hacer de todo y los dos mundos convivían sin destruirse, sin pelear, pero el urbanita

trabaja para dominar. Ese era el tiempo de “la casa sin ciudad”48, el tiempo original que

cantan los poetas, el tiempo de “los bosques vacíos”, ¿vacíos de qué? De nosotros que le

damos sentidos a todo, que pesamos y medimos, que ordenamos y nombramos todo

45 Ver: Gorelik, pp.125-136. 46 Cid, en Camino del Ñielol escribe “Reflejar el paisaje que llevamos en lo más hondo de los nervios.” 47 Domeyko, Ignacio La Araucanía y sus habitantes, Santiago Imprenta Chilena, 1846 48 Neruda, Pablo poema “La Frontera” escrito en 1904 y reimpreso en Canto General, Editorial América

1950.

Page 36: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

36

36

cuanto hay. Pero en verdad, al transcurrir de los años ya en 1930, Temuco y los demás

pueblos fundados en la región son “pueblos encarcelados por los temporales”49, todos se

ayudan, pero el urbanita sigue en su labor fundacional, y aunque no hay una batalla final

si hay combates, todos los años y no es casualidad que las principales calles se llamen

“Avenida”, porque ahí entraba Caí Caí como río Cautín convertido en una serpiente

destructiva que trataba de expulsar a su enemigo y a su dama, la ciudad.

Y el viento como un emisario fiel, sabiendo que la derrota estaba cerca, soplaba

cada vez más fuerte, asustando a los vecinos, urbanitas o ciudadanos y dejando marcado

en el alma de los jóvenes poetas, allá por el 1900 su fuerza irrenunciable

TERCERA EXPLICACION DEL ORIGEN...

Te explicaron que a estas tierras húmedas llegó una expedición desde el norte,

no venían solo soldados, también venían proveedores, capitalistas, ansiosos por entrar

en nuevas tierras y detrás de ellos, pobladores del norte, de Concepción y de todos los

pueblos de esa zona que fundan fuertes, como esos fuertes del siglo XVI y XVII, pero

ya no eran como decía el cronista fuertes “que no ofenden ni defienden”50, estas nuevas

plazas fuertes, aunque son hijos de aquellos fuertes, son distintos, ya no se encierran en

ellos “como carneros”, ni los soldados son cebados por los indígenas “para domarlos y

desarmarlos” como en siglos anteriores ofreciéndoles frutas y murque (harina)que traían

en sus escarcelas y zurrones Algo esencial ha cambiado, el ejército viene con sus

proveedores y comerciantes que cambian el escenario, los modernos vivanderos que

también son farautes de un nuevo lenguaje donde las palabras “precio” y “deuda” son

como pinceles de un diestro pintor que pinta una nueva realidad y son ellos los que

ofrecen, son ellos los que desarman al indígena y crean un mundo nuevo sobre una

tierra antigua, sobre la tierra de los guerreros aucas se funda desde el primer momento

el espacio del urbanita, el ciudadano que mueve cosas, mercancías, personas y poder

con la palabra y la firma. Es un nuevo paisaje que se impone sobre el antiguo paisaje y

aunque se siguen las mismas directrices de siglos pasados para construir las plazas

fuertes tal como decía Carlos V en su Reglamentación para la fundación de ciudades de

1523:

49 Tellier, Jorge, en “Poema de las 23,15”. 50 Gonzáles de Najera,1980, pp. 66-84.

Page 37: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

37

37

“y cuando hagan la planta del lugar, repártanla por sus plazas, calles y solares a

cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor y sacando desde ellas las calles a las

puertas y caminos principales”51.

Por eso el topógrafo de la ciudad, el ingeniero don Teodoro Schmidt establece el

emplazamiento del fuerte y tira dos calles que parten de sus costados y se prolongan

hacia el norte siguiendo una línea directa hacia Santiago como si fuera un cordón

umbilical con el centro administrativo que daba vida a su existencia. Pero más

importante que esto es la instrucción que especifica construir estos fuertes en sitios

“medianamente levantados que gocen descubiertos los vientos del norte y mediodía y si

hubiera de tener sierras o cuestas sean por la parte del levante y poniente”, se construye

en altura no solo por la costumbre de siglos basada en estos instructivos sino también

porque aquí es una necesidad debido a las lluvias que inundan todo durante casi todo el

año, se debe elegir un lugar levantado y así se hace, el lugar que da inicio a las Avenidas

Vicuña Mackenna por el costado poniente y la Avenida Arturo Prat por el levante

enmarcan el fuerte que mira hacia el norte y se cubre las espaldas con el brazo del río

que se llama Pichi Cautín Frente a la plaza fuerte estará la plaza Recabarren y a su

alrededor el primer pueblo-aldea, la cárcel en el poniente, la recova al frente del fuerte

y más allá los edificios administrativos, más calles, más plazas, más casas precarias y

sostenidas más por la voluntad que por la calidad de sus edificaciones, porque estos

primeros pobladores no diferencian entre la ciudad y el campo, están deseosos de poner

una tienda y hacerse de tierras, expandir la ciudad y con ello al urbanita por todos lados,

por eso es que el pueblo-aldea se transforma en ciudad al delimitar los puntos que la

conectan con el espacio. Los caminos hacia “lo rural” serán su primera afirmación ;

primero, lo que será conocido por sus habitantes como “el camino a cajón”, pequeño

pueblo al norte de la ciudad, que conecta la ciudad con Lautaro y con el antiguo fuerte

de Quillem y más allá con Santiago y con la línea del tren que llegara en 1887,este

camino servirá para que las carretas que vienen de Cajón y los fundos cercanos traigan

la leña, el carbón y los cereales pasando directamente a Temuco, dejando aislado el

sector que después será conocido como Población Ziem o, más adelante, Pueblo Nuevo

donde vive el mundo obrero o “los pobres de solemnidad” como les decían en esa

época, pero en un primer momento, son igual de importante los otros caminos, que

construyen la relación de la ciudad con su entorno como el camino a Pitrufquén que

51 Encina, Francisco Antonio, Historia de Chile, tomo 1.

Page 38: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

38

38

conectara la urbe con una población mapuche inmensa desde Padre las Casas, Quepe,

Metrenco y todos los habitantes del borde sur del Cautín, desde el Niagara a Truf Truf,

lo que los habitantes de Temuco conocían como “los habitantes del sur del río” y que

también abastecían a la ciudad de carbón, leña y verduras. Caminos y puentes que

durante parte del invierno quedaban cortados por las lluvias y que en tiempo de alto

tráfico reportaban a sus propietarios grandes entradas, como el puente de Truf Truf cuya

propietaria Domitila Cares cobra una tarifa de $0,20 centavos por carreta y $0,10

centavos por caballo y solo $0,5 centavos a los que andan a pie52.

El camino a Chol Chol al nor poniente de la ciudad, cruzando el “puente de la

chispa” va a mantener un tráfico incesante de mapuches, nacionales y extranjeros, en

ese lugar se han instalado los chincheles que expanden alcohol a los campesinos que

van o vienen a Temuco “sin control alguno”53. Pero estos negocios se repiten por todas

las entradas a la ciudad, en las cercanías de la línea férrea o en el acceso de los puentes,

pero aquí, en el camino a Chol Chol va unido con “albergue” de bandidos y sitio de

asesinatos y “volteos” y aunque hay un retén de tres guardias a la entrada del barrio de

Pedro de Valdivia, ocurre que en el “Monte del Muco”, se refugian los asaltantes, este

es un monte de quilas que forma un ángulo con los caminos a Tromen54 (que significa

“ser blando”, “ser sobrio” y a Chol Chol55 (que significa “aglomeración de ñilhues”),

“allí se esconden los salteadores y sin abandonar casi el monte pueden asesinar a sus

víctimas”56. Aquí también, te cuentan casi en susurros, que el señor Menzel tiene su

fábrica de cecinas a orillas del estero Temuco que cruza el sector hacia el sur poniente,

con un gran galpón, te dicen, convenientemente distribuidos se engordan alrededor de

200 cerdos, pero los chiqueros son aseados diariamente con esmero y cada semana se

les hace un baldeo general, la corriente del Temuco se encarga de arrastrar todos los

residuos e inmundicias, te recalcan que el departamento destinado a la elaboración tiene

piso de concreto y el necesario declive para ser aseado con facilidad y las aguas

lanzadas al estero. Las maquinarias son movidas por fuerza motriz y se mantienen en el

más perfecto estado, faena semanalmente entre 14 y 18 cerdos, tiene un alumbrado

propio de gas acetileno y es “la primera en su género en la provincia”57.

52 El Diario Austral 18 de octubre de 1917. 53 El Diario Austral 18 de marzo de 1919. 54 Ibidem 55 Ibidem 56 Ibidem 57 El Diario Austral 20 de agosto de 1916

Page 39: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

39

39

En las primeras décadas la arquitectura privada deja su rastro en el paisaje de

acuerdo a criterios comerciales (ollas, arados, olletas, botas, caballos), es la ciudad que

se acomoda al individuo que la habita, no importa que no sepa leer, viendo las figuras

que se muestran en el frontis de las casas comerciales se ubica, como si un gigante, el

gigante que ve la ciudad desde un solo punto, como si fuera un panóptico natural,

ordenara los lugares para atrapar al que trafica por sus calles y le dijera por donde

moverse según su intereses, no importa que venga de otros pueblos o del campo, la

ciudad lo atrapa para no soltarlo más, no importa que se vaya en su carretela al caer la

noche, mañana o la próxima semana volverá por más.

Lo que se construye sobre la plaza –fuerte, sobre la aldea-pueblo, sobre el

esbozo de ciudad que aparece desde la fundación de Temuco es un urbanismo cerrado,

como si fuera una prolongación de la plaza fuerte, que es aparentemente disperso e

intersticial, mezclando, como en una aldea, las casas, locales comerciales, chancherías,

quintas de árboles frutales, lecherías, etc., con un entramado permanentemente

reorientado de acuerdo a las contingencias del momento y en permanente lucha con la

naturales que inunda las calles y las casas en invierno o reseca las avenidas con lluvia de

polvo que cae por horas en el verano, por eso es un espacio fronterizo, inacabado, con

procesos de autoagregación de calles, plazas y pasajes que incorporan a la ciudad más

cuadras y un patrón de suelo disperso, extensivo y ubicuo que tiene a las plazas y la

Estación de Ferrocarriles como tímidos referentes ante el marco natural que forman el

rio Cautín y el Cerro Fiscal, ignorados por el urbanita, hay una autoagregación y

destrucción permanente de lugares; es el producto de la mezcla en un mismo espacio y

en un mismo tiempo histórico de la plaza-fuerte, la aldea y la ciudad. Pero el tráfico de

todos los días va a ir creando identidad, y no solo tráfico de mercancías sino también de

personas, de historias, de comidas, de relaciones que se darán dentro de ese espacio

cerrado. El urbanita, motor de ese tráfico, junto a la mercancía, van a ser parte del

escenario creado, serán parte de las calles, las plazas, las ferias, la estación de

ferrocarriles, la avenida, el local, todo como un solo paisaje que terminara

absorbiéndolo todo: la ciudad.

Un día me contaste el siguiente sueño: Soñé con una ciudad donde hay cines,

hay supermercados, hay plazas, hay oficinas públicas, hay servicios, pero esta ciudad

tiene una característica que la hace diferente a todas las demás,(o eso me dicen en el

sueño) que mientras das un paso, la ciudad da dos hacia delante, se esconde, crea

laberintos, es una ciudad móvil que funciona amigable para el que sabe el saludo, para

Page 40: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

40

40

los demás se les escabulle y tú los ves, persiguiendo calles, tratando de entrar a edificios

públicos e incluso más allá de los limites urbanos, la gente del campo también tiene

problemas al entrar, algunos pueden hacerlo pero a otros se le escapan los caminos y

quedan en sus micros dando vueltas por el vacío sin nombre y se convierten también en

vacío en algo sin nombre, en gente sin sombra, en rostros que se olvidan al momento de

verlos, y cuesta mucho verlos, hay que hacer un esfuerzo para adivinar sus siluetas, son

invisibles y la ciudad parece que tuviera una piel suelta sobre otra piel pues cuando tu

entras, (esto lo cuentas para los que nunca han entrado), la ciudad se presenta sólida,

amigable y firme, como si no tuviera un pliegue, pero desde afuera se ve distinta y tú

nunca sabes, desde adentro, si en ese instante se está replegando para alguien o si algún

individuo persigue algún camino o una puerta corriendo con todas sus fuerzas, quizás a

centímetros de tu rostro. Lo que no se ve no existe...

Page 41: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

41

41

4

EL MIRADOR PANOPTICO58: TEODORO SCHMIDT Y LA

TRINIDAD ESPACIAL.

El sistema institucional en el cual se inserta la ciudad es propio de un estado

unitario, republicano y profundamente centralista, por lo cual, la institucionalidad que

crea la ciudad representa a ese estado. Las instituciones, según la definición de North,

son limitaciones que se imponen los seres humanos a sí mismos59, pero como son una

creación humana evolucionan y cambian con este, su principal función es reducir las

incertidumbres que surgen en la sociedad, estableciendo una estructura estable de las

interacciones humanas, pero no cien por ciento eficiente, y evolucionan en todos sus

componentes, códigos de conducta, leyes, acuerdos, normas de comportamiento,

derecho escrito y contrato entre individuos. Muchas veces este cambio es tan lento que,

como dice North “debemos echarnos para atrás como historiadores para percibirlos”60, y

eso es lo que hacemos al mirar cómo se desarrolla la institucionalidad en Temuco y las

organizaciones que se crean dentro de ella. Observamos y describimos algunas de las

transformaciones de las normas, las limitaciones formales e informales dentro de la

ciudad y los procesos de institucionalización de conductas a través de sistemas

coercitivos que apuntan a cambios en las conductas de la sociedad aldeana y que chocan

con procesos más profundos que involucran transformaciones culturales que al no darse

generan aislamiento o invisibilidad de una parte de la población y de sus

manifestaciones sociales. Estas conductas, vistas desde una perspectiva histórica como

limitaciones informales, al no poder penetrar en costumbres, tradiciones y códigos de

conducta, más resistentes e impenetrables a las políticas deliberadas, se transforman en

“la medida del ciudadano”, lo que le da identidad frente a ese otro mundo que se resiste

a su coerción y se cristalizan como esencia de la sociedad y de la forma de relacionarse

entre los ciudadanos. En este caso lo que historiamos es la explicación del proceso de

cambio de conductas sociales que tienen que ver con los espacios relacionales de un

fuerte, villa y ciudad, para lo cual sostenemos que Temuco nace como una trinidad

espacial, es decir, nace plaza fuerte, nace villa y nace ciudad en 1881 y desde ese

momento su desarrollo estará marcado por la supremacía en su interior del sistema

más complejo, la ciudad, que absorberá a los otros dos, pero que no los eliminara,

58 Panóptico: edificio construido de tal forma que se puede ver todo su interior desde un punto de mira. 59 North, p.16. 60 North, p. 17.

Page 42: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

42

42

quedando como prueba de esto las costumbres, tradiciones y códigos de conducta

propias de una villa insertas en un medio urbano donde las relaciones tenderán a ser

cada vez más impersonales, institucionales, o representativas. Uno de los ejes de este

proceso es su manifestación concreta en el plano de la ciudad, donde la villa establecida

en unos primeros momentos con una ocupación del centro urbano indiferenciada,

mezclando casas habitaciones, sitios eriazos, criaderos de chanchos, establos, ranchos,

cuartos redondos y conventillos, sufrirá un proceso incremental de urbanización,

alejando de ese centro a los campesinos y gente humilde que se relacionan entre sí a

través de relaciones sociales donde el componente emocional juega un papel central. La

nueva sociedad, la sociedad urbana del urbanita niega esa posibilidad de convivencia y

apunta su norte hacia una vida urbana que institucionaliza las relaciones sin preocuparse

por llenar el vacío que deja la sociedad aldeana, eso se traduce en la ausencia de

experiencias comunitarias profundas y en la homogenización de uso del espacio urbano,

en donde lo privado, lo individual, prevalece sobre lo público y lo comunitario....

El sistema institucional que se instaura en la ciudad determina el abanico de

oportunidades que en esta se dan y las organizaciones y organismos que se crean dentro

de este sistema van dirigidos a aprovechar estas oportunidades, pero tal como lo dice

North, los sistemas institucionales difieren en su capacidad de lograr desarrollo61, así,

existen algunos, especialmente en América latina, altamente ineficientes porque los

costos de transacción que hay dentro de ellos son muy alto y los mercados no son

dinámicos, la incertidumbre de los intermediarios y la especulación son altas y la gente

que tiene capital prefiere dedicarlo a la especulación y a la renta más que a la creación

de empresas productivas, el nivel de riesgo es bajo producto de esta incertidumbre, el

derecho de propiedad se transforma en una mercancía especulativa, recordemos los

remates y los palos blancos, además de la practica sostenida hasta los años cincuenta del

arriendo como forma de obtener ingresos, todo esto desemboca en una economía

agrario-mercantil, que frenara cualquier intento por desarrollar proyectos empresariales

de largo alcance, las pocas empresas que se desarrollan al inicio de la ciudad tienen un

auge rápido y una muerte lenta y la rentabilidad de la agricultura es ahogada porque el

centro de gestión y transacción de su producción va a estar en los mercados

internacionales, así, los “frutos del país” van a ser capturados por las grandes agencias

con presencia en la ciudad y ellos van a imponer los precios y los mercados. Las pocas

61 North, p. 21

Page 43: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

43

43

empresas “modernas” van a tener un impacto marginal en la sociedad y no

representaran una señal de progreso sólido62. A nivel popular el proceso será parecido,

un sector poblacional que está al margen del sistema productivo urbano se ira

desplazando desde el centro de la ciudad al sector de la estación de ferrocarriles y sus

calles anexas y a la ultra estación, no son mano de obra para la industria, son

campesinos desplazados o pobladores de pueblos de más al norte o del sur que vienen a

buscar mejor suerte y que se mantendrán con trabajos esporádicos. Lo que ellos

representan es algo distinto, la villa, el pueblo anterior que quiere sobrevivir a través de

redes de relaciones sociales que no son las establecidas en la ciudad, el urbanita o

ciudadano lo vera como un obstáculo en el desarrollo de la ciudad.

Si pensamos en la historia de la propiedad y como se constituye en la región a

partir de la segunda mitad del siglo XIX podemos entenderla como un producto del

marco institucional en el que queda inserta la región. En relación a los indígenas, por

ejemplo, en el territorio que va entre los ríos Bio Bio y Toltén se constituyen dos mil

reducciones indígenas creadas con mercedes de tierra y a nombre de un cacique titular,

para los nacionales también van a existir áreas de colonización con pequeñas

propiedades familiares transformadas, con el correr de los años, en minifundios pobres.

Además, el Estado Chileno va a crear áreas de colonización extranjera, con la idea de

formar con pequeños y medianos agricultores una ciudadanía modelo, pero no tardaran

en aparecer los fundos y una agroindustria subsidiaria del proceso de exportación

primaria que tendrá un auge importante a partir de 1912 por la primera guerra mundial,

la ciudad se constituye en actor clave que convierte a toda la población que entra en

contacto con ella en urbanita. A partir de 1881 la fundación de fuertes y plazas fuertes

como Victoria, Aníbal Pinto (Lautaro),Temuco, donde se instala el ejército y hacia la

costa con Chol Chol, Carahue, Nueva Imperial y las expediciones a Lonquimay,

Curacautín y Llaima van a incorporar un territorio de leyenda a la vida nacional, se

descorre el velo de la invencibilidad de sus habitantes originales y se empieza a tejer el

de la invisibilidad ya que estos territorios quedan borrados por la aparición de los

pueblos y ciudades. En ingeniero Teodoro Schmidt colabora en un principio de forma

entusiasta con el proyecto, hace los planos y levantamientos de las comunidades y

reservas indígenas entre 1884 y 1887, en sus trabajos, de gran detalle y dedicación se

62 Hay numerosos ejemplos de empresas temuquenses entre 1900 y 1930 que florecen y se marchitan

lentamente frente a la presión de la producción penquista o Santiaguina

Page 44: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

44

44

ven los pequeños propietarios en terrenos indígenas y la extensión de los terrenos

militares.

A partir de la ley 1866 los fiscales de tierras del sur del Malleco entregan tierras

por mercedes de tierras a los indígenas y por remates públicos a los particulares, en

1883 a través de la comisión radicadora de indígenas se da inicio al establecimiento de

indígenas en espacios reducidos, cercados y cambiando sus hábitat natural, las tierras

sobrantes se empiezan a entregar en dos remates realizados en Traiguén que se reanudan

en 1883 con lotes de 200 hectáreas y que tenía como condición el no comprar por un

particular más de un predio, pero empiezan a aparecer los palos blancos que no hacen

más que traer la modernidad urbana a la región, la “representación “de alguien, que

quiere ampliar su dominio, la ciudad empieza a tender sus brazos sobre el campo.

Existirá también una propiedad de colonos nacionales, algunos de ellos suboficiales de

ejército que obtendrán predios de 40 hectáreas en sectores como la cordillera de

Nahuelbuta, la precordillera de Lautaro y otros sectores de la zona.

Temuco, a pocos años de fundarse, será parte de la provincia de Cautín que se

crea el 12 de marzo de 1887 con dos departamentos, Temuco e Imperial. El mismo año,

el 1º de septiembre se fijan los límites de las subdelegaciones y distritos de ambos

departamentos y ya en 1891 se crean en el departamento de Temuco las

municipalidades de Temuco y Lautaro y en el departamento de Imperial, los municipios

de Nueva Imperial y Carahue63. Este desarrollo administrativo de la región fortalece el

desarrollo institucional de la llamada “frontera” y la incorpora a la institucionalidad

nacional como una provincia más del país. La interpretación tradicional tiende a definir

este periodo como un época en que la economía gira en torno a la producción agrícola,

cerealera y la producción forestal: explotación de la madera y actividades agrícolas,

pero debajo de esa actividad existe otro fenómeno más profundo y permanente que

persistirá al auge, desarrollo y caída de la producción cerealera y forestal y esa es la

consolidación de la ciudad como eje del proceso y de la estructura social que consolida

su permanencia en el tiempo

La ciudad se va a consolidar lentamente desde 1881 hasta aproximadamente

1940, en un proceso caracterizado por un paulatino establecimiento de la urbe y de los

urbanitas, habitantes de la ciudad que irán relegando a los espacios externos todo lo que

involucre la aldea antigua. Al relegarse la aldea del espacio urbano se produce en la

63 XIV Censo nacional de población y III de vivienda, Localidades Pobladas. Cautín. Santiago, INE,

1970.

Page 45: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

45

45

ciudad un proceso de fortalecimiento de la opinión pública local que coincide con la

instalación de un discurso higienista. El discurso que prevalece a partir de los años

veinte tiene como eje la ciudad como un espacio que resume los valores y conductas

urbanas.

Vemos el territorio desde arriba y nos damos cuenta que la ciudad no está sola,

la acompañan asentamientos, pueblos y futuras ciudades recién creadas. Señalamos

anteriormente el proceso de avance mediante el cual Temuco se convertiría en una plaza

fuerte y eje de la ocupación integra del territorio, pero esta ocupación comenzaría

mucho tiempo antes, cuando en 1869, por decreto del 23 de agosto se dividía el

departamento de Imperial en las subdelegaciones de Toltén, Imperial, Pitrufquén y

Queule y se creaba también Angol y Lebu, y aunque sea en el papel el territorio

empezaba a ser instalado en la memoria de los chilenos, faltaba incorporar las personas,

“la raza indómita”, el mito viviente. Después de crear el fuerte de Temuco, el 23 de

febrero de 1881 el ejército al mando del comandante Carter y 250 hombres se dirige

hacia Chol Chol, el 18 o 22 de noviembre de 1881 y en el sitio que ocupaba el cacique

más bravo de la comarca, Ancamilla, se instala el nuevo fuerte con la ayuda de

Sommeyer que delineo las calles en la parte alta del lugar. Todo esto lo presenciaba

desde lejos el cacique Ancamilla, hasta ese día, amo y señor del lugar. En 1888 se

instaló la Misión Franciscana, solo el 15 de noviembre de 1900 se instaló el registro

civil, y en 1910 la Misión Inglesa64.

El 26 de febrero de 1882 el ministro de Guerra Orozimbo Barboza y el coronel

Gregorio Urrutia ordenan la construcción de un fuerte en la parte alta a orillas del Trai-

Traico y el cacique Lemunao vende en $220 las 400 hectáreas para la nueva ciudad de

Imperial, por ley del 12 de marzo de 1887 se nombró como cabecera de departamento

con el nombre de ciudad, trasladándose la gobernación desde Toltén.

El pueblo de Almagro al suroeste de Nueva Imperial, tiene una historia antigua

que comienza en 1867 en el Parlamento de Imperial con Gregorio Urrutia y los

indígenas habitantes del sector. Estos habitantes, la gente al suroeste de Nueva Imperial

llamados “rulo che” (“gente que vive en terreno bajo”) se comprometieron a terminar

con los malones y guerrillas contra los “huincas” y entablan amistad con las autoridades

presentes, eran los Tranamil, Ancamilla, Quintremill y Reimill.

64 Álbum del cincuentenario del departamento de Imperial, 1887-1937, Nueva Imperial Editores: G.

González y H. Vigueras.

Page 46: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

46

46

Don Orozimbo Barboza y don Gregorio Urrutia se quedaban a dormir en sus

rucas y los comerciantes ambulantes salían a cambiar telas y utensilios por animales en

todo el territorio, entre ellos estaba Sebastián Parra que fundía plata y la cambiaba por

animales que vendía en Temuco y Puerto Saavedra. Este chileno fue adoptado por el

cacique Quintremill y poco a poco se fue quedando como su heredero y en los inviernos

cuando estaban aislados usaba sus canoas para desplazarse por el territorio, pero luego

junto a sus parientes, instalaron una balsa y luego una lancha ubicada al suroeste del río

Cautín, un poco más debajo de la desembocadura del río Quepe, donde hoy está la villa

de Almagro. Sebastián Parra, Francisco y Ambrosio Parra y Roberto Artigas se

instalaron con negocios de refresco, cantinas y almacenes en el paso de los indígenas

hacia la costa obteniendo permanentes ganancias de sus negocios y consolidando al

pueblo con todas las características del territorio de la Frontera.

Posteriormente, se mandó al teniente de marina Marcial Guzmán para que

practicara estudios que permitiesen ubicar un puerto en la desembocadura del río

Imperial y aunque el informe fue desfavorable en 1886 fue fundada en la

desembocadura del rio Puerto Saavedra, los primeros vapores que navegaron por el

fueron el “Ancud”, el “Maule”, y el “Fósforo”. En ese mismo año bajan desde Angol, el

coronel Duble Almeida, el empresario José V. Bunster y el ministro diplomático de

EEUU. Practicaron un reconocimiento del rio desde Carahue, venían con un vapor de

Bunster llamado Ester. La comuna se creó en 1895 y su primera municipalidad en 1896.

Puerto Domínguez data de 1902 cuando el concesionario español Eleuterio

Domínguez se establece ahí, y en 1903 trae una colonia de canarios, aragoneses y

catalanes que se mantiene a duras penas unos años, pero al final fracasa. Posteriormente

se va a destacar en este pueblo la obra del padre Tadeo de Visent.

Carahue, Imperial, Puerto Saavedra, Almagro, Puerto Domínguez, a diferencia

de Temuco, son en gran parte hijos de la voluntad personal de mucha gente,

comerciantes, empresarios, militares, pobladores que se asientan con un primer impulso

del Estado, pero en su gran mayoría como expresión de la voluntad individual. En la

fundación de Temuco es el Estado el que impulsa su asentamiento y lo acompaña la

iniciativa particular del pueblo en todas sus expresiones sociales, pero es una obra del

Estado que sostiene la ciudad con un apoyo permanente en sus primeros años,

recordemos que el ministro de Interior personalmente es el que participa en su

fundación.

Page 47: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

47

47

A Temuco podemos verla como se ve en el plano de Nicolás Boloña, pero si lo

comparamos con los datos históricos que se nos asoman de los documentos que

examinamos, el plano se nos aparece con otros ojos, podemos distinguir cosas que se

escapan a la visión positivista y que permiten la “construcción de sentidos”, el

acercamiento a la “dimensión simbólica de la ciudad”, a la ciudad como fenómeno

social, como fenómeno socio cultural, como ciudad de frontera65. A partir de ahí

apreciar que en el año de 1920 están los inicios de procesos de desterritorialización a

través de una creciente movilidad de su población, en el sector central de la ciudad

aparece la formación de espacios urbanos sin rastro de la aldea anterior, delimitados por

líneas invisibles y otras visibles y más que territorios hablamos de “lugares” o espacios

puestos a disposición y apropiados por los sujetos con estrategias de delimitación,

construcción y evaluación individual y colectiva, uno de esos ejemplos más

significativos son las “ferias” que aparecen y desaparecen a través del siglo veinte como

un vestigio de otra época, son verdaderos “lugares de la memoria” cuya funcionalidad

practica está supeditada a la densidad simbólica que representan y que todos sus

habitantes comparten, como parte de un recuerdo de la aldea original en que los

primeros habitantes, los mapuches, llegaban con sus productos a cambiarlos a las

afueras de la plaza fuerte y todos se reconocían como si fuera un fuerte del siglo XVII o

XVIII, cuando los españoles salían a escondidas de sus jefes a buscar frutas y murque

para apagar el hambre de los meses de encierro, a cambio de llaves y manillas de

arcabuces, partes de sus armas que intercambian en estas “ferias” clandestinas ( ), ahora,

en 1881 cambian pañuelos, adornos y ropa y luego, unos meses después, como

clausurando el trafkin, ese comercio espontáneo de cara a cara, aparece el dinero y con

él se termina una época y comienza otra, la del dominio del urbanita, el habitante de la

ciudad que pesa y mide todo lo que pasa por sus manos66. Todo eso se produce en las

ferias y el rastro de su significado se pierde en los siglos anteriores....Pero en 1917 ya

estaban los puestos de fruta frente a la estación de ferrocarriles, en marzo de 1921 se

establecía la feria libre de Temuco los días sábado desde las seis de la mañana en la

calle Manuel Montt, entre General Cruz y Zenteno, era una feria propiedad de Ladislao

Palma, otra “feria libre” se establecería ese mismo año en la propiedad fiscal llamada

“Pueblo Nuevo” de la población Ziem67.

65 Morse, Richard Ciudades periféricas como arenas culturales, Bifurcaciones, 2005, N°4 66 Diario Austral del 25 de marzo de 1921. 67 Diario Austral del 13 de febrero de 1921

Page 48: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

48

48

Junto al funcionamiento de estas ferias se comienza a hacer permanente en la

crítica de la opinión pública una serie de términos que poco a poco se harán comunes

cuando se hable de progreso y se describa estos lugares y otras costumbres ajenas al

urbanita o ciudadano, términos tales como “sitios sucios” para definir los terrenos

ubicados en el centro de la ciudad, que se mantenían en total abandono, ocupadas por

“rancherías” o “cuartos redondos”, ubicados en las veredas de las calles Manuel

Antonio Matta, Francisco Bilbao, General Cruz, Avenida San Martín, Manuel Montt,

General Carrera y calle Miraflores o los “basurales inmundos” de la calle Manuel

Bulnes al llegar a la calle Bernardo O’Higgins, lo mismo en algunos sectores

residenciales, como por ejemplo, la Avenida Alemania, cuyo origen primero son las

Quintas de los colonos alemanes, transformadas en paseos durante la primera década

del siglo veinte y luego lugar de residencia de familias de emigrantes alemanes (“el

chalet de los alemanes” como decía el poeta Juvencio Valle en su poema “Oñoico”),

para luego, en los ochenta transformarse lentamente en un espacio que conecta con los

nuevos sectores residenciales y hoy como el nuevo espacio de consumo de la ciudad.

Las plazas de la ciudad con una fuerte carga simbólica durante el siglo veinte, desde que

eran sitios eriazos o cicatrices dentro del espacio urbanizado pasan a ser plazas

ornamentales a fines de los cincuenta y los sesenta, paseo y centro de reunión durante

los setenta, lugar de encuentro o nodo vehicular en la actualidad. Durante toda su

existencia fueron espacios de reunión, primero para hacer ejercicios militares frente a la

plaza fuerte (Plaza Recabarren) y centro de reuniones políticas y sociales durante las

décadas del treinta, cuarenta, cincuenta y sesenta (Plaza A. Pinto), hoy en día son

lugares ornamentales y de paso, quizás son el mejor ejemplo de la decadencia del

urbanita en su aspecto más esencial, el de la convivencia y participación en rituales

sociales, a lo más, son utilizadas para ferias comerciales. Los espacios invisibles se van

ampliando, la ubicuidad de su centro (la Plaza de Armas o Plaza Aníbal Pinto) se pierde

a partir de fines de los años cincuenta, su capacidad de ser “centro” se diluye, se va

haciendo más invisible cada día, en su lugar se asoma la descentralidad, las avenidas

parecen llevarse como un río invisible Nerudiano la memoria malquerida, caí caí ha

ganado una batalla, tren tren duerme...

Page 49: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

49

49

5

COORDENADAS PARA ATRAPAR LO INVISIBLE.

¿Cómo pasa Temuco de ser una plaza-fuerte, ubicada en el sector del actual

Regimiento Tucapel y sus alrededores, a ser una aldea, luego una ciudad y más adelante

el eje urbano de la región? La respuesta que deseo explicar pone de realce y une los dos

fenómenos señalados anteriormente; el proceso institucional que impone las relaciones

formales y el espacial con su lenta pero sostenida construcción de un espacio “urbano”,

ambos procesos traen como consecuencia la aparición de una forma de vida distintas a

las existentes hasta ese momento en la ciudad, se pasa de las relaciones sociales a las

relaciones institucionales y con ello a un cambio en la ocupación del espacio, el

fenómeno se da en Temuco pero se repite en el resto de la región, dándose aquí con

mayor intensidad ¿por qué? la respuesta puede estar dada por la combinación de una

voluntad estatal junto a la libre consolidación de las oportunidades que se dan en la

ciudad. A continuación, enumeramos algunos antecedentes, sin dejar de lado la tesis

central de este trabajo que se basa en la aparición del fenómeno urbano como eje del

proceso histórico que vive la región y que en el caso de Temuco se da como una

trinidad espacial en la cual conviven distintos sistemas de relaciones sociales e

institucionales hasta que la ciudad impone su organización al espacio urbano y rural.

entro de los factores a analizar quizás el más importante sea el poblacional y tal como se

ve en el siguiente esquema:

Page 50: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

50

50

Si observamos este cuadro podremos destacar el aumento poblacional del

departamento de Temuco en 1920, pero lo verdaderamente interesante es el salto que

ocurre entre 1895 y 1907 logrando superar en población al departamento de Imperial y

doblando la población urbana en esos 12 años, fenómeno que casi se repite entre 1907 y

1920, para después continuar con una tasa de aumento sostenido, pero ya no a ese nivel

de crecimiento. Lo anterior consolida a Temuco como un mercado interno sobre el cual

girara una creciente población urbana y rural más allá de los límites de la comuna.

Teniendo como base este fenómeno podemos enumerar una serie de características que

consolidan a Temuco como ciudad y como eje urbano regional.

1

A partir de 1920, debido al crecimiento poblacional, económico y organizacional

de la ciudad se consolida dentro de los ciudadanos de Temuco un grupo de

profesionales que poco a poco empiezan a ocupar un espacio destacado en la ciudad y

en la provincia y sus actividades se imponen en Temuco como referencia de la

ciudadanía, pasando a ser parte integrante de su eje dirigente junto a los terratenientes y

comerciantes .Como consecuencia de su prestigio social, este grupo, lentamente

Page 51: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

51

51

imponen a Temuco como un centro de servicios sin competidor en la región, así, de 12

médicos,10 tendrán sus consultas en Temuco, de los abogados 15 de 18, los 6 dentistas

atenderán en Temuco, y las 7 matronas disponibles en esa década del veinte trabajaran

en Temuco68.

2

A partir del siglo XIX se inicia en forma sostenida la fundación de una serie de

colegios que van ayudar a consolidar a un grupo social dirigente relativamente

homogéneo. Los más importantes son; La Salle (1904), Santa Cruz (1915), Bautista

(1932), Claret (1937). En el siglo XIX ya se habían fundado el Liceo de Hombres,

Liceo de Niñas, Colegio Alemán y Colegio Providencia69.

3

La constitución de casas comerciales con representación de firmas extranjeras,

sobre todo inglesas y norteamericanas van a consolidar la integración de los mercados

locales con los mercados financieros internacionales. Se destacarán en este proceso las

firmas de J.B. Duhart y Cia, Williamson y Cia., Miño, Olave y Cia., Israel y Negrín,

Massa, Sessarego y Cia., Duncan, Fox y Cia., Gibbs y Cia., The Temuco Agencies y

Cia., junto a los corredores de comercio y los bancos como el Banco de Chile, Banco

Español, Banco de Chile y Alemania y Banco Alemán Trasatlántico70.

4.

Si observamos desde una perspectiva histórica el espacio urbano de Temuco

vemos que las manifestaciones del desarrollo institucional y el comportamiento de la

trilogía espacial que es Temuco como fuerte, villa y ciudad podemos constatar que la

ocupación del espacio urbano fronterizo tiene características que ponen de relieve un

proceso común a toda la ciudad; es un espacio contradictorio, como todo espacio urbano

de América Latina, de limitaciones institucionales que no permite la expresión de lo

diferente y por otro lado, en sus márgenes urbanos, en esa periferia que no es más que

una prolongación de lo urbano y que depende de este pero que desde ese momento se

hace invisible con el nombre de “rural” es un espacio de libre circulación donde llega

todo lo que se expulsa de su centro que como patrimonio del ciudadano, del urbanita,

no admite lo diferente, es ahí donde conviven los habitantes que no se atienen a sus

68 Empresa guía- interamericana, 924. 69 Álbum de la zona austral de Chile, Santiago: Editor propietario Juvenal Valenzuela, 1920 70 Ídem.

Page 52: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

52

52

reglas aunque estos habitantes sean parte de su esencia, como los sectores indígenas, los

sectores populares y los ciudadanos empobrecidos que buscan a través de trabajos

informales escapar de la miseria. Esto produce que la ciudad fronteriza sea una mala

copia de sí misma, nunca será pulcra visualmente, no es integradora de los diferentes

grupos sociales que la habitan, como si todavía fuera un fuerte que separara a través de

una empalizada los de adentro y los de afuera, es una mezcla constante de modas y

estilos arquitectónicos que se destruyen y reemplazan permanentemente como si fuera

una metrópoli, semejando un fuerte fronterizo del siglo XVII es una ciudad volcada

sobre sí misma, empanada71, aislada institucionalmente de su entorno, en ese contexto

se produce una ceguera que parte de la separación de lo urbano y lo rural.

El plano de Temuco se estructura alrededor de 1920 de una forma que nos

permite identificar las siguientes unidades morfogenéticas: la línea del tren ubicada al

nor este, la planta original en el lado sur de la ciudad, las avenidas que interceptan la

ciudad y le dan una clara orientación, la Avenida Alemania, el Cerro Fiscal, el río

Cautín y su brazo característico, el Pichi-cautín. Pero este proceso de ocupación del

espacio tiene una mirada panóptica, es decir desde arriba, observando sus espacios

como líneas que se mezclan y cruzan, crecen o desaparecen y una mirada pedestre

donde vemos al ser humano como parte de una estructura social y apreciamos los

vaivenes de la ocupación de los lugares y los barrios. En esta parte del ensayo vemos la

ciudad desde ambas miradas, como si fueran dos ojos de una misma persona que se

esfuerzan por enfocar la ciudad para verla en sus dos dimensiones o, mejor dicho, verla

con un poco de “realidad histórica”.

1. Desde la mirada Panóptica a la mirada Pedestre.

A partir de 1905-1908,después de los grandes incendios que afectaron al sector

central de la ciudad tiende a producirse un proceso de organización del uso del suelo

que refleja el paso de una plaza militar a villa y luego a ciudad, el centro indiferenciado

en su uso en los primeros años comienza durante esa década (1908-1918) a formar

unidades específicas: el espacio institucional se desplaza desde la Plaza Recabarren a la

plaza Aníbal Pinto y sus alrededores, junto a los bancos y algunos colegios, el comercio

se expande por todo el plano central mezclado todavía con un uso habitacional cada vez

más marginal, quedando residuos de la aldea durante toda la década del veinte y del

71 Según el RAE, empanado es una pieza cercada por otros cuartos y no recibe los primeras luces ni aires.

Page 53: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

53

53

treinta, junto a esto, comenzaran a aparecer poblaciones o “barrios obreros” y “barrios

residenciales”, como la Avenida Alemania que empezara a ser parcelada

sostenidamente entre 1915 y 1920,la parcelación de la Población Dreves por voluntad

de don Federico Dreves (1910) y la creación de otras poblaciones entre 1910 y 1922

indica un sentido oportunista de algunos personajes destacados de la ciudad, y son una

muestra del marco institucional en el que opera el habitante urbano, mezcla de

racionalidad económica y oportunismo social, son los que poseen los terrenos detrás de

la estación de ferrocarriles donde se ubican las masas de trabajadores que vienen de

pueblos más pequeños y del campo, propietarios que conservan la tierra y arriendan

pequeños lotes para estas familias o arriendan el terreno como “sitios para pobres” o el

sistema llamado “arrendamiento a piso” en el cual el propietario ofrecía en arriendo el

terreno y el “gañan” o campesino llegado a la ciudad se las arreglaba para levantar su

rancha como mejor pudiese, por supuesto que estos espacios van a estar ajenos a los

servicios básicos de la ciudad y van a ser, para el dueño del terreno, un capital electoral

cautivo importante a la hora de recoger votos72. Los ranchos, construidos con retazos de

otras construcciones, serán la primera muestra de ocupación de esos sectores, pero antes

que ellos existirán, cerca de los limites urbanos y por todo el sector rural, las llamadas

“puebla” o casas de los mapuches que reemplazaban a la ruca, luego aparecerán “los

cuartos redondos”, frente a la estación y en las poblaciones que se forman en las calles

aledañas a la estación, son cuartos sin ventilación con una única abertura y sin terreno

adicional y donde se van a generar tragedias producto del encierro, intoxicaciones por el

carbón en invierno o incendios por las velas en verano, luego se expandirán más allá del

perímetro de la estación, en la calle Barros Arana, en Basilio Urrutia, en la avenida José

Manuel Balmaceda, por calle Lautaro, pero tomando otro aspecto, más comercial sobre

todo si los cuartos dan a la calle donde se podía vender todo tipo de alimentos,

instalándose cocinerías amontonadas unas después de otra y puestos de bebidas.

Formaban lo que se conocía como las cuarterías que le daban el aspecto abigarrado a las

calles alrededor de la estación de ferrocarriles. En 1905 existirán 148 despachos de

licores muchos de ellos “cuartos redondos” y más de 40 manejados por mujeres .En

estos espacios suburbanos se conservaran las relaciones sociales basadas en la

solidaridad que harán inexplicable para los sectores ilustrados de la población la forma

de sobrevivencia de esa población cada vez más numerosa a partir de la década del

72 Romero, Luis Alberto ¿Qué hacer con los pobres? En Elite y sectores populares en Santiago de

Chile.1840-1895, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1997, Cap. V Arrabales.

Page 54: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

54

54

1920.Pero este tipo de convivencia se irá perdiendo rápidamente con la expansión de la

urbe, con la llamada “vida de la gente puertas adentro” y como dice Laborde empieza a

gestarse a contrapelo de esta forma de vivir propia de la villa, una forma más

impersonal donde en la mayoría de los sectores populares y medios ”no hay un

proyecto, hay una vida adolorida, melancólica”73.

La función de la ciudad cambiará rápidamente durante estas primeras décadas,

pasará de ser en sus inicios, desde 1881 hasta 1900 una plaza fuerte que cumplirá con

conectar el espacio regional, sobre todo el valle central y la avanzada hacia la costa,

para luego consolidarse como ciudad agrícola comercial, y más adelante como urbe que

conecta servicios y producción local con el resto de la región.

Para el transeúnte distraído, entre 1920 y 1930, la ciudad irá apareciendo como

una gran estructura moderna, de edificios neoclásicos en el centro y con una bullente

actividad en el sector de la estación de ferrocarriles, pero su base económica es

cambiante, a momentos de auge y bienestar le suceden súbitas crisis de mercados

trigueros, agotamiento de recursos, encarecimiento y especulación, la población

dedicada a oficios agrícolas encontrara actividades anexas con las que palear la falta de

trabajo en el campo y la más importante será la especulación con algunos productos. La

ciudad es un centro de atracción que paulatinamente ira haciendo girar sobre su eje toda

la actividad del territorio, su fuerza de atracción será sostenida durante los primeros

veinte años a través del apoyo estatal y manteniendo una lucha sorda con el sector

terrateniente que no logrará imponer sus términos. Con la llegada de los emigrantes

europeos a partir de 1905 Temuco cobra mayor presencia y empieza a dictar los ritmos

y las pautas del desarrollo, la “clientela cautiva” de los grandes propietarios de tierras

entran en la lógica de la ciudad y empiezan a escapar del control de estos. Su

comportamiento que fluctuaba entre la salarización en épocas de bonanza económica y

de campenización en épocas de crisis, cuando el “patrón” entregaba un pedazo de tierras

marginal para que se sostuvieran, no podrá sostenerse con el fortalecimiento de la

ciudad que empieza a ofrecer al habitante pobre y marginal de los campos posibilidades

de sostenerse permanentemente viviendo de diferentes trabajos y sin la presión y el

control del terrateniente. Pero la ciudad disciplinara esta población de una forma más

profunda y eficaz que los “patrones”, y no habrá posibilidad de escape, el campesino sin

darse cuenta se convierte en “urbanita”, en ciudadano y aunque sea de segunda

73 Warnken, Cristian No sabemos habitar las ciudades, en entrevista a Miguel Laborde, Bifurcaciones,

2005, N°2.

Page 55: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

55

55

categoría, invisible, no podrá escapar a la fascinación de perderse en la ciudad en un

casi anonimato social, los pequeños trabajos, mal remunerados o la delincuencia serán

manifestaciones de las crisis de este grupo social y los barrios detrás de la maestranza

sus espacios, el Temuco rural no será más que un nombre para un sector que vivirá y se

desarrollara al ritmo de la ciudad.

2. Desde la mirada Pedestre a la mirada Panóptica.

Al mirar la historia de la ciudad de Temuco desde una perspectiva pedestre es

necesario situarnos en el contexto temático que preocupaba al habitante de esta ciudad y

que se relacionaba con los sectores estudiados. Los ciudadanos enfocaban el problema

que ocasionaba el crecimiento de la ciudad y la aparición de barrios y poblaciones desde

una perspectiva común al resto del país y de América Latina; el higienísmo y la teoría

social de la enfermedad, son dos elementos que enfocaban la mirada de los ciudadanos

al analizar el crecimiento de Temuco.

El higienísmo es una corriente del pensamiento medico desarrollado a fines del

siglo XVIII, su fundamento es la gran influencia del entorno ambiental y el medio social

en el desarrollo de las enfermedades. Para esta corriente de pensamiento la enfermedad

es un producto social, lo importante para este ensayo es que en la explicación de las

causas de las enfermedades destacan los factores epidemiológicos, los geográficos,

económicos y sociales.

Dentro del higienísmo74, la teoría miasmática originada por G.M. Lancisi (1654-

1720) concede una gran importancia a los “vapores” emanados de los pantanos, a los

que llama “miasmas” en orden a establecer el origen de las epidemias. Las temperaturas

altas destilan las “aguas pantanosas”, los vapores como efluvios volátiles los traslada el

viento produciendo diferentes tipos de morbidez, estos productos inorgánicos se unen

otros organites producto de la descomposición formando los “miasmas” que al estar en

la atmósfera afectan al ser humano.

La Teoría Social de la Enfermedad. Para esta teoría lo económico-social es

relevante a la hora de explicar el impacto de determinadas enfermedades: pobreza,

exceso de trabajo, mala alimentación, hacinamiento tenían como producto indeseado las

epidemias; tifus, viruela, fiebre amarilla. Sus antecedentes más antiguos en Chile están

con Juan Bruner en 1857, el doctor Elguero en 1858, la Revista Médica y la Revista

74 Alvarez, Luis Origen de los espacios públicos en Valparaíso: el discurso higienista y las condiciones

ambientales en el siglo XIX, Revista de urbanismo, 2005, N° 2.

Page 56: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

56

56

Chilena de Higiene que datan de esa misma época van a entregando un compendio

teórico a los que se explicaban los fenómenos sociales de los sectores populares desde

esta perspectiva, en la cual no podemos dejar de reseñar un cierto prejuicio a los grupos

populares que, tal como dice Romero75, se ven adjetivados en términos como

hacinamiento, promiscuidad, inestabilidad familiar e ilegitimidad y cuya constatación

física eran las epidemias de tifus, viruela, cólera, sífilis, tisis, etc. Las páginas siguientes

son una ejemplificación concreta de esta forma de ver la realidad y de cómo esa forma

de ver la realidad esconde procesos más profundos que no solo influyeron en la

formación y emplazamiento de cementerios, mataderos, alcantarillado, las poblaciones

de obreros, edificios públicos, tecnología, preceptos médicos, etc., sino que es un

precedente para tornar invisibles los flujos y actividades no deseadas, así como también

a las personas y grupos sociales que se identificaban con esos flujos y esas actividades.

75 Romero, Cap. IV Rotos y Gañanes.

Page 57: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

57

57

6

LA MIRADA DEL CIUDADANO: LA CIUDAD COMO LA MEDIDA DE

TODAS LAS COSAS

La ciudad como tal es un fenómeno físico, es un fenómeno cultural y es también,

como lo han estudiado urbanistas y expertos de la historia urbana, un fenómeno mental.

Pero en este ensayo trataremos de no pasar más allá del estudio de Temuco como un

fenómeno espacial, que desde una mirada histórica nos permite explicar fenómenos que

se prolongan en el tiempo y se manifiestan en su estructura física, tanto arquitectónica

como social. Desde esta mirada, la historia de la ciudad cobra un sentido más en

perspectiva si la analizamos considerando el contexto nacional, especialmente en lo

relacionado con el marco legal que configura el paisaje urbano, este punto se hace

necesario distinguir en el periodo que estudiamos la ciudad (1881-1940), un fenómeno

político curioso y es que a pesar de la violenta derrota que tiene el balmacedismo en la

Revolución de 1891, sus ideas liberales se irán abriendo paso durante los años

posteriores hasta ser incorporadas al discurso cotidiano de la política nacional y local,

un gran porcentaje de población que no existía en el discurso político empieza aparecer

y esto se ve reflejado en la política partidaria y en las leyes que se dictan en este

periodo, recordemos que el partido liberal democrático o balmacedista data de 1894 y

participa en la lección de los presidentes Jorge Montt (1891-1896), German Riesco

(1901-1906), Pedro Montt (1906-1910), Juan Luis Sanfuentes, (1915-1920), durante

todo este periodo se dan una serie de cambios legales que instalan a una gran parte de

esos sectores sociales en el discurso político, como una constatación de ello están las

leyes de habitaciones obreras de 1906,la ley de retiro y previsión social del personal de

ferrocarriles del estado, la creación de liceos de hombres y de niñas y los liceos

comerciales, la ley de accidentes del trabajo de 1916,la ley de descanso dominical de

1917,la aparición de las sociedades mutuales y la identificación de los sectores

populares ya no como una masa poblacional sin rostro sino como “gañanes”, carrilanos,

artesanos y obreros, lo que va a ir marcando una tendencia hacia la inclusión en el

discurso político y en la estructura legal de estos sectores sociales. Esto también

impactará en Temuco, pero a diferencia del resto del país, la ciudad opondrá a este

despertar de sectores populares una mirada autorreferente, como un espejo que se mira a

Page 58: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

58

58

sí mismo, no habrá inclusión sino un discurso de modernidad donde la ciudad como un

ente vivo será la medida de todas las cosas76.

Por la ley de habitaciones obreras que data de 1906 se crea el Consejo Superior

de Habitaciones Obreras con atribuciones para favorecer la construcción de habitaciones

obreras baratas para vender o arrendar, además va a tener atribuciones para tomar

medidas que permitan sanear las habitaciones existentes y fijar las condiciones de las

nuevas viviendas destinadas a los grupos proletarios, también declaraba propiedades

inhabitables y estas se podían demoler, estas medidas traerán como consecuencia el alza

en los alquileres.

Más adelante, en 1925, la ley de habitaciones baratas, la ley de arrendamiento y

el decreto ley 261 o ley de vivienda van a determinar la reducción del 50% de la renta

del alquiler de las propiedades declaradas insalubres. Se crearon los tribunales de

vivienda, se produjo el “arrendamiento de piso” o arriendo de una porción del suelo

donde lentamente se levantaba una “mejora”, formando la periferia de las ciudades.

Muchos deterioraban su propiedad a propósito para obtener el 50% de rebaja.

La ley de habitaciones baratas de 1925 reemplazo las “habitaciones obreras” por

“habitaciones baratas”, debido a esto ya en 1930 aparecen las cooperativas de vivienda

y los conjuntos residenciales o “poblaciones”, las agrupaciones de viviendas

unifamiliares inspiradas en la “ciudad jardín, reemplazando a los “cités”. Las

poblaciones vinieron a beneficiar a la clase media y media baja, los demás siguieron en

conventillos aumentando el “arrendamiento de piso”. En el caso de Temuco son

permanentes las denuncias que hace la opinión pública de los conventillos insalubres77.

Pero a nivel local si analizamos el proceso desde la perspectiva de la opinión

pública, como un reflejo de lo que piensa el ciudadano, vemos que paralelo al marco

legal que se instala en el país existe un discurso permanente de exclusión que se

sostiene a través del tiempo y que va a producir efectos en el desarrollo de la ciudad

Todavía en 1934, después de más de cincuenta años de su fundación, se decía

que “la ciudad es la más sucia de chile” y se describía en su sistema de aseo de la

siguiente forma: “Las calles no se barren, no se riegan, no se les arranca el pasto, no se

conserva el pavimento, se los deja llenarse de polvo, de papeles, de mugre; en una

76 Remmer, Karen L. The timing, pace and sequence of political change in Chile,1891- 1925,

H.A.H.R.V.57, N°2 1977, Duke University Press. 77 Diario Austral 28 de enero de 1921

Page 59: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

59

59

palabra no se hace nada y porque nada se haga la ciudad no está dispuesta a continuar

pagando alcaldes, inspectores, etc...”

Obviamente no se puede separar la vida urbana de las contiendas políticas y

frente a esta crítica aparecen los vecinos “siempre generosos y llenos de espíritu

público”78.

Dos años después se volvía a las críticas sobre las calles de la ciudad,

especialmente en Basilio Urrutia donde: “hay en todo lo largo de esta calle conventillos

bastantes insalubres, habitados por gente pobre para ganarse la vida que se dedican a

toda clase de negocios y en muchos de ellos se infringe la ley...” y luego se describía en

detalle: “Picanterías que se hallan en la entrada por Avenida J.M. Balmaceda y Basilio

Urrutia, en donde se expenden fritos y otros comestibles hasta altas horas de la

noche”79. Las críticas se volvían a repetir seis años después criticando ahora las casas

habitaciones, de las cuales se decía que eran: “Pocilgas inmundas. En algunas sus

propiedades tienen hasta engordas de sucios marranos”80.

La explicación de la situación era nueva pero la realidad era permanente desde

los primeros años de la ciudad y se hizo crítica después de los grandes incendios del

periodo 1905-1908, cuando el centro de la ciudad en veinte cuadras casi desapareció por

completo y su recuperación fue lenta.

En los primeros años, a partir de 1881, los arriendos fueron baratos para la

población obrera y asalariada al ser baratos los sitios y la madera, quizás por eso el

centro urbano que abarcaba unas 200 manzanas tenía una ocupación dispersa y

accidentada con grandes vacíos entre sus cuadras, intercalando casas habitación con

industrias, bodegas, quintas y chancherías, lecherías, comercio y sitios eriazos. Era la

aldea que no encontraba obstáculos para seguir existiendo. Pero ya en 1927 se daban

tres elementos más que explicaban los cambios en esta situación y las subidas de los

arriendos:

1. El fuerte aumento de la población; se pasó de 28.546 habitantes en 1920 a

35.748 habitantes en el sector urbano de la ciudad.

2. El radio urbano sigue siendo el mismo que el de principios de siglo.

3. Baja inversión en construcción.

78 Diario Austral 30 de octubre de 1926 79 Diario Austral 19 de agosto de 1928 80 Diario Austral 30 de noviembre de 1934

Page 60: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

60

60

Por ello se decía que “lo que más abunda en el centro mismo de la población son

los sitios eriazos”81. O, dicho en otras palabras, lo barato del centro conspiraba para que

Temuco pasara de ser una aldea a ser una ciudad.

Debido a esto, a partir de 1930, comienza el abandono del centro de la ciudad

por parte de los sectores populares, especialmente obreros y se van a vivir a los barrios

suburbanos en donde el valor de las propiedades y los arriendos van a estar más en

relación con los recursos económicos que poseen. Pero este proceso fue lento como lo

atestigua una ordenanza de seis años después que ordenaba al jefe de patentes clausurar

los locales donde se crían cerdos en el radio urbano de la ciudad82. El descuido de esa

época alcanzaba también las plazas de la ciudad, especialmente la Plaza Brasil y la

Plaza A. Pinto, que no tenían banca ni flores.

Lo cierto es que el crecimiento de la ciudad y las crisis de fines de los veinte que

se hacen sentir en la región a partir de 1930 hacen su efecto en Temuco y aunque estas

críticas se arrastran desde la segunda mitad de los años veinte se hacen más intensas en

la primera mitad de los treinta, sobre todo por el aseo de la ciudad, se exigía el barrido

de las calles bajo multa de $50, pero, ya en años anteriores, el clima de la ciudad ponía

en duros aprietos a los trabajadores de aseo: pues el estado de las calles impide que en

el invierno el carretón pueda hacer un servicio eficiente.

La presión de las poblaciones suburbanas para que se les declarase urbanas y

poder exigir a la municipalidad el cobro de los gastos por calles y alumbrados va a ser

un indicador de la adaptación de los sectores populares a la forma de vida urbana.

Las calles tienen desde un principio, cuando se instala el fuerte de Temuco, una

jerarquía que va acorde con el proceso de desarrollo del espacio urbano, así, tenemos

que la Avenida Balmaceda era una carretera de acceso al cementerio por el lado norte

para los cortejos fúnebres, obligando “por esto a hacer grandes recorridos”. En invierno,

cuando se inundaba, los vecinos tenían “que salir en caballos de sus casas porque a pie

era imposible hacerlo”83.

Por otro lado, la calle Lautaro y su conexión con la zona rural de Chol Chol a

través de la calle Prieto era de vital importancia para la vida cotidiana de la ciudad, esto

se ve destacado cuando se pide la pavimentación de esta hasta Vicuña Mackenna,

justificando la petición porque la calle Lautaro era la entrada principal del camino de

81 Diario Austral 23 de agosto de 1927 82 Diario Austral 5 de mayo de 1936 83 Diario Austral 12 de agosto de 1927

Page 61: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

61

61

Chol Chol a Temuco, con un movimiento permanente de carretas, carretones y

vehículos por ser la arteria que conduce directamente a los ferrocarriles del Estado

desde la Avenida Prieto, que es la entrada obligada de los vecinos de Chol Chol y

alrededores. La ciudad era el puente entre dos culturas y el símbolo de su contacto la

calle y el ferrocarril.

Page 62: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

62

62

7

LOS “POBRES DE SOLEMNIDAD” SEGÚN LOS CIUDADANOS:

CESANTES Y VAGABUNDOS.

En una sociedad dependiente de la actividad económica del campo, los ciclos de

bonanza van a estar acompañados de periodos de crisis que dejaran sus efectos en la

ciudad, la miseria infantil, por ejemplo, era sentido como un encubrimiento de la

cesantía de los padres y la mendicidad era vista como una prolongación de los efectos

de estas crisis. Producto de esto y como una forma de anticiparse a la llegada de los

“pobres de solemnidad” al centro en la década del veinte el municipio dictara una serie

de ordenanzas que pretendían controlar la circulación de los vendedores ambulantes y

vagabundos por el centro de la ciudad, posteriormente, al aparecer la crisis del 29 en la

ciudad estas ordenanzas serán sobrepasadas.

En 1927 se redactó un reglamento para los vendedores ambulantes de artículos

alimenticios recalcando que se les daría a quienes: “acrediten no sufrir de enfermedades

contagiosas y repugnantes y no tener malas costumbres”84.

Debido a esto en la ordenanza de 1927 se les prohibió circular por el centro de la

ciudad y se multaba con $5.0 y $10.0 a los que transgredían la ley, permitiendo la

mendicidad solo los días sábados.

La prolongación de la crisis del 29 se vio reflejada en la extensión de la

mendicidad por el radio urbano de la ciudad, hasta 1934 se describía su deambular por

el centro, tendidos en el suelo, atravesados en las veredas, en los umbrales de las

puertas, impidiendo el paso de sus moradores .Por todos los medios se trata de evitar la

evidencia de esta crisis en el sector urbano, pero igual, “los mendigos harapientos” se

estacionan y deambulan entre la Plaza de Armas, la Pastelería Central y el Correo,

molestando a la gente que circulaba por esos lugares85. Los quiebres comerciales de

1931 hacen que aumente “la cantidad de vagos”, por eso se pedía terminar con los

albergues de cesantes “porque se dedican a robar. En 1931 existían en Temuco 2400

cesantes y la única solución que se veía era la apertura de nuevas fuentes de trabajos.

En 1932 se le dio una solución al acortar la jornada laboral a 8 horas, pero

muchos de ellos van a preferir trabajos temporales y no permanentes, pero al

mantenerse los albergues se ira controlando el deambular y las manifestaciones serán de

poca relevancia, quedando reflejadas en la crónica policial de la ciudad, como ejemplo

84 Diario Austral 12 de agosto de 1927 85 Diario Austral 10 de marzo de 1930

Page 63: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

63

63

de estos momentos críticos de esta etapa es cuando la bodega de Miguel Cerda en

Avenida Balmaceda con A. Pinto sea asaltada sacándole 13 sacos de fríjoles86.

Se criticaba la falta de aseo interior y exterior de las casas, pero por sobre todo el

problema de alcantarillado y sus consecuencias más molestas; la putrefacción de las

aguas. Los adjetivos que califican la ciudad se van repitiendo a través de los años y se

van mezclando con situaciones cotidianas que pasaban lo pintoresco como las

persecuciones a los perros vagabundos87.

Se destacaba esta situación porque se daba en el casco central de la ciudad, el

espacio de los urbanitas, pero esto mismo pasaba en las afueras de ese casco, en lo que

conocemos como las poblaciones y ese espacio no aparece en la crónica diaria, es un

espacio invisible, desconocido en la crónica normal de la ciudad.

El diario decía que había que superar formas de ocupación fronteriza y

desarrollar una conducta acorde con una ciudad moderna. La apariencia de la ciudad la

explicaban como una herencia de la pacificación: “en que Temuco lejos de ser una

ciudad era simplemente una agrupación de barracones”88.

El deterioro urbano de la ciudad será el fundamento de descripciones que

apelaban al asombro de los urbanitas respecto a su situación: “la gente duerme con

paraguas amarrados a los catres cuando llueve”89.

ALCOHOL

La venta de alcohol es uno de los negocios más lucrativos desde los inicios de la

ciudad, en él se concentrara una población de los más diversos orígenes pero con una

característica común : el deseo de enriquecimiento rápido, lo que no era ajeno a las

capas más ricas de la sociedad pues era una conducta común que traspasaba los grupos

sociales y que se mantendrá durante todo el periodo que va de 1881 a 1940,

trascendiendo el espacio definido como “urbano” y demostrando con su extensión que

la ciudad y sus habitantes ya no tenían límites físicos sino espacios territoriales que

ampliaban o achicaban de acuerdo a las redes de intereses que se iban desarrollando. La

separación de campo y ciudad es como un velo que no deja ver la extraordinaria

movilidad de uno a otro espacio en el que importaban los “negocios “que se hacían y no

el origen de cada uno. La permanencia de esta actividad se ve reflejada en esta

86 Diario Austral 15 de noviembre de 1932 87 Diario Austral 23 de marzo de 1931 88 Diario Austral 29 de Julio de 1936 89 Diario Austral 29 de Julio de 1936

Page 64: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

64

64

observación echa después de 56 años de la fundación de la ciudad: “existen cantinas

clandestinas que perjudican la ejecución de las obras pues los obreros se embriagan

constantemente” 90.

Son espacios en los que la gente, urbana y rural, generalmente de estratos

sociales bajos establece relaciones sociales de igualdad que nada tenían que ver con el

tipo de relaciones que mantenían en el ámbito urbano. Esto provocaba ausentismo

laboral, riñas y prostitución lo que ayudaba a los defensores de la ciudad a caracterizar

en forma negativa estos espacios y a pedir su persecución y exterminio. Ya en 1926 se

denunciaba en el sector de Roble Huacho, cerca de Temuco, un grupo de más de 20

carretas vendiendo alcohol para los días entre pascua y año nuevo. Pero en el sector

urbano la situación se presentaba más crítica, la población se quejaba de los chincheles

instalados en la salida norte de la ciudad en un lugar llamado puente de la chispa donde

se expende licor: “para tentación de la gente campesina que pasa por allí con el fin de

llegar a Temuco, ya sea para vender sus productos o para hacer sus compras”91.

La salarización del campesinado, que se ocupaba en las grandes obras viales de

la época y en el trabajo de los campos originaba una oleada de gente que se dejaban caer

a la ciudad desde los campos con dinero que era gastado en los lugares donde no se

sentían rechazados y eran aceptados tal como eran, y estos eran los limites reales de la

ciudad; el sector de la Estación y los barrios populares. Pero el urbanita lo ve esto con

horror ya que es una conducta que se escapa al control urbano y se establece en sus

límites y así se hacía sentir en la prensa: “En el desarrollo y la profundidad que ha

tomado el comercio y el vicio alcohólico que esta cercenando los haberes del obrero y

causando su ruina moral en términos que tiene alarmados a los habitantes de esta

zona”92.

Pero esto también era una forma de obtener ganancia rápida frente a las

fluctuaciones de la actividad forestal y agrícola: “Porque viendo aún los mismos

inquilinos que el licor mantiene a tanto boliche tratan de tentar suerte, de ganarse unos

pesos y con los primeros pesos que juntan compran primero su damajuana, después su

barrilito y más adelante, su tonel de centenares de litros, abandonando sus hábitos de

trabajador, porque ve que le es más fácil vivir de la venta del alcohol sin ninguna clase

90 Diario Austral 22 de enero de 1938 91 Diario Austral 18 de agosto de 1926 92 Diario Austral 17 de mayo de 1937

Page 65: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

65

65

de restricciones”93. Lo que, si reiteramos, es la persistencia del fenómeno como proceso

histórico que deja huellas perceptibles en costumbres, en la ocupación del espacio y en

el lenguaje.

En la ciudad la mayoría de las cantinas se ubicaban en los barrios suburbanos,

especialmente Padre Las Casas, Pueblo Nuevo y Santa Rosa que formaban un cordón de

barrios alrededor de Temuco. También en la salida del camino a Chol Chol y en la

salida a Cajón los negocios mantenían una venta de alcohol que la prensa calificaba de

descarada: “y llegó a tal extremo, que los campesinos que vienen en sus carretas en el

día para regresar en las últimas horas de la tarde se embriagan y siempre hay en el

mismo boliche en que se vende licor alguien que está listo para alivianarle los bolsillos

o dejarlo en paños menores94.

Se calificaba a las poblaciones como los reductos de estos locales y se decía en

forma cotidiana que en Pueblo Nuevo abundaban las cantinas (“por cada 100 metros a

cuatro boliches”) y en la población Santa Elena en una cuadra existían 5 bodegas

autorizadas95.

La situación se hacía critica en las fiestas de fin de años cuando: “cardúmenes de

ebrios circulan por las calles de nuestra ciudad”96.

Cualquiera podría pensar que esta venta y consumo de alcohol era privativo de la

zona rural, pero en la zona urbana el consumo era mayor y aunque no tenemos una

estadística de consumo detallada y tampoco es el objetivo de este ensayo, tenemos una

serie de apreciaciones que nos permiten darnos una idea del fenómeno en la ciudad, por

ejemplo, un periodista con gran asombro relataba que en una sola cuadra de Basilio

Urrutia había contado 36 borrachos.

En 1935 se consumían en Temuco unos 15 mil litros de vino diarios, con una

población urbana aproximada de unos 38.000 habitantes, la cantidad de patentes

alcanzaba a 325 bodegas, 10 cantinas, 6 hoteles, 4 cabaret y 20 casas de pensión sin

contar los locales clandestinos que triplicaban este número.

Este comercio se desarrolló a pesar de las medidas de la autoridad como la

creación de las “zonas secas” en 1927, en las salidas de la ciudad a los campos o

ciudades vecinas, se declaraba zona seca a Padre las Casas, Los Laureles y Pueblo

93 Diario Austral 8 de mayo de 1936 94 Diario Austral 12 enero de 1935 95 Diario Austral 21 de septiembre. de 1934 96 Diario Austral septiembre de 1930

Page 66: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

66

66

Nuevo97, pero ese año se produjeron 5.875 detenciones por ebriedad en Cautín. Debido

a esto se decidió mantener abiertos los locales del radio central de la ciudad, entre

Avenida Balmaceda y el río Cautín, único sector que podía ser controlado por la policía,

lo que mostraba que el problema era un fenómeno que sobrepasaba las fuerzas de

control urbana, era una especie de frontera ya no entre lo urbano y lo rural sino entre un

espacio donde impera una institucionalidad urbana, donde hay control urbano y otro en

los que todavía se mantienen las reglas de la Villa, con relaciones sociales amplias.

El crecimiento sostenido del consumo del alcohol lo podemos explicar solo si

nos remitimos a una historia de contactos de más de tres siglos y que va conformando a

través del tiempo una serie de costumbres que después de la independencia van a

consolidarse en la población y que no eran más que la demostración de una forma de

relacionarse, excluyente, aislada, silenciosa, invisible a los ojos de la autoridad, no

podemos sostener que el alcoholismo sea una expresión de resistencia y sobrevivencia

social al espacio urbano, pero no podemos negar que al sumarle la transacción de otros

productos fuera del radio urbano y la mantención de otras costumbres nos asalta el

asombro frente a la facilidad como perviven ciertas formas de relacionarse que expresan

algo más profundo y atávico en nuestra sociedad. La persistencia de estas actividades en

el tiempo, nos hacen sospechar que existen motivaciones más profundas que el simple

negocio, es la “forma” en que se negocia y la “forma” en que se consume lo que se

conserva.

DELINCUENCIA

La delincuencia es de carácter doméstico, menor, cotidiana, de hurto, de robo

pequeño que se comercializa de inmediato en la ciudad o en los pueblos cercanos, en

donde el hombre aparece recurrentemente pero también la mujer sobre todo en delitos

de prostitución, estafas y manejo de clandestinos, apareciendo también como “traperas”

o ladronas de objetos menores, generalmente ropa. Aunque no está cuantificado es

importante destacar el delito donde están involucrados menores. Es una población

advenediza, no domesticada bajo las reglas de la ciudad y que se mueve entre las

poblaciones suburbanas, el centro de la ciudad y el campo, pero en invierno, cuando los

caminos se cortan y Temuco queda convertido en una isla, los delitos aumentan, desde

mayo a septiembre y luego disminuyen desde octubre hasta abril. Uno de los casos

97 Diario Austral septiembre de 1927

Page 67: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

67

67

emblemáticos de esta época es el del “tuerto Palacio”, un viejo ladrón jubilado que

amparaba en su casa de calle Carrera a “embajadores” (ladrones jóvenes de otras

ciudades) quienes se movían por Temuco con el pretexto de vender ropa usada o

recolectar botellas98. Se realizarán campañas permanentes contra la delincuencia y

contra los charlatanes que, tal como se los describe en la prensa: “van de casa en casa,

con autorización municipal falsa, venden desinfectantes” o venden chucherías o

ungüentos maravillosos para curar toda clase de enfermedades: extracto de un árbol de

propiedades medicinales excepcionales que solo existe en Bolivia, etc.99.

Entre los remedios más potentes de esos años se señalaba “el cuero de serpiente

boliviana”. El remedio más común era una misteriosa caja que la labia del vendedor la

hacía originaria de exóticos países, pero que solo contenía un jabón.

Junto a los charlatanes van a estar los curanderos, meicas y meicos, fuertemente

resistidos por la autoridad y los gremios de practicantes. Debido a esto el 24 de junio de

1932 se funda la sociedad de practicantes cuyo objetivo será eliminar “la gran plaga de

curanderos y charlatanes que se dedican a ejercer nuestras actividades .Detrás de todas

estas medidas estaba la sociedad urbana temuquense deseosa por “controlar todas las

actividades adscritas al espacio urbano” y sobre todo la consolidación de las

profesiones que tienen más prestigio en la ciudad, en eso, la salud y el derecho van a ser

las más importantes y sus principales enemigos “las meicas o curanderas” y los

“tinterillos” que en décadas anteriores habían sido imprescindibles en la formación de la

ciudad. No está de más señalar que bajo el nombre de “meicas” o “brujos” se van a

incluir a toda clase de manifestaciones de la cultura popular y la cultura mapuche en una

mezcla que confunde los charlatanes con los llapuyeros, brujos mapuches especialistas

en preparar el llapuy o remedio para atraer el cariño de la persona amada y que eran los

más solicitados en esos años.

PROSTITUCION

Espacialmente la prostitución se ubicaba en la ciudad desde sus orígenes en dos

espacios bien definidos, cerca de donde había estado el emplazamiento original del

fuerte de Temuco, entre las calles Andrés Bello y Patricio Lynch, y posteriormente, a

partir del 1900 se trasladaría mayoritariamente al sector cercano a los ferrocarriles en la

calle Basilio Urrutia.

98 Diario Austral 24 de diciembre de 1937 99 Diario Austral 25 de junio de 1937

Page 68: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

68

68

Los tipos de negocios que amparaban la prostitución eran de tres tipos: los

negocios encubiertos o cabaret, los negocios sin patente o “casas particulares” y las

“piezas con mujeres”, generalmente en malas condiciones de salud.

Frente a esta actividad se formarán dos opiniones: el prohibicionismo que se la

jugará por suprimir la actividad, pero ante la imposibilidad de lograrlo se transformará

en una acción meramente administrativa, la segunda tendencia pretenderá reglamentar

la actividad dentro del radio urbano, evitando la propagación de las enfermedades

venéreas.

Las causas, que la opinión pública daba de esta actividad, serán atribuidas a la

ignorancia, la falta de educación, el hambre, la corrupción del medio y el vagabundaje,

todo lo cual indicaba que la gente se contaminaba de estas actividades al vivir en un

medio alejado de la civilización, ¿cuál era ese medio?, la respuesta era el de los barrios

suburbanos.

Las mujeres van a falsificar sus tarjetas de salud y cuando la edad y la vida de

sacrificios las deteriora en forma irreversible se van a los pueblos pequeños, como

Villarrica, Loncoche, Pitrufquén, Freire o Puerto Saavedra.

Unos años antes también se indicaban como espacios donde se practicaba la

prostitución a los centros de baile: “donde la juventud, empleados de comercio o

también hijos de familia pasaban a integrar las noches”100.

También existían las “casas de cena” que en muchas ocasiones eran lo que su

nombre indicaba, es decir, pensiones de mesa, pero otras eran solamente fachadas que

escondían las casas de prostitución.

De los llamados “clandestinos” se daba una descripción detallada: “disfrazados

de cocinerías o puestos de verduras, expenden licor a toda hora y ejercen la prostitución

clandestina101.

100 Diario Austral 19 de junio de 1927 101 Diario Austral 6 de julio de 1929

Page 69: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

69

69

8

LA ALIMENTACION DEL CIUDADANO (O URBANITA)

PAN

Antes del año 1927 la producción de pan estaba a cargo de panaderías instaladas

en la ciudad y bajo control de la autoridad, tal como lo señala la Guía Prado de 1905

nombrando a las panaderías de Domingo Chávez, Hiriart y Etchevers, Otto

Keinkenbuch, Enrique Reineki, Guillermo Schmidt y Desiderio Walper, nombres que se

repitieron en estos primeros años de la ciudad en diferentes empresas, además de otros

que se irán agregando más tarde, como José Zavala de la panadería “La Vascongada”

que defenderá la calidad de su pan de las panaderías clandestinas, ubicadas en los

barrios obreros donde tendrán una permanente demanda por parte de los sectores

populares que se van a ir constituyendo a la sombra de los ferrocarriles y esparcidos por

la urbe que todavía tenía el aspecto y las costumbres de una villa.

Preferido de la población será el llamado “pan de mujer” que se suponía echo

por mujeres obreras en las poblaciones y consumido con preferencia por los obreros y

sus familias, será vendido en las panaderías de los llamados “barrios obreros”, lo cierto

es que este pan será una forma de sobrevivencia suburbana de grandes conglomerados

de población campesina que llega a la ciudad y desarrolla habilidades para mantenerse

en ella durante todo el año , moviéndose los hombres en trabajos estacionales en la

ciudad durante los meses de invierno y primavera y saliendo al campo durante el verano

hasta abril . Lo que el nombre de este pan denota (“pan de mujer”) es la aparición de las

mujeres en actividades productivas debido a que en la ciudad deja de estar subordinada

a las órdenes del marido o compañero y debe asumir, en los meses de abandono, en la

primavera y el verano, el sostén de su casa. La familia gira en torno a la madre, se puede

cambiar de pareja, pero no de núcleo familiar, y tal como se describe en la cita que a

continuación transcribimos acerca de los habitantes de la población Ziem, los sectores

poblacionales mantienen un constante movimiento que les permite sobrevivir en la

ciudad: “Esta clase de gente, que vive en continuos movimientos, es lo que obliga a los

pobres guardadores de la propiedad a pasar unas vidas inquietas y por lo demás

sacrificadas, pues como ya lo hemos manifestado, ocupan los días y las noches en

continua vigilancia sin disponer ni siquiera de una sola hora para reposar o disipar en

Page 70: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

70

70

algo la pesada tarea a que están empeñados” 102. Se refería a la situación que sufrían los

cuatro vigilantes puestos en la Población Ziem que ya contaba en 1916 con seis mil

habitantes.

Los sectores populares van a elegir siempre el precio más bajo demostrando con

esto que a pesar de no pertenecer al espacio urbano o del “ciudadano” como

formalmente se definía en esa época, ya desarrollaba un elemento básico de la

ciudadanía moderna que tiene que ver con el consumo definido como una “racionalidad

sociopolítica interactiva”103, elegía lo más barato aunque eso no simbolizara “el orden

urbano” que se intentaba imponer.

Un actor importante en el comercio del pan es el vendedor de almacén que,

como intermediario entre el productor y el consumidor, especula con el peso del kilo, lo

que provoca la permanencia del consumo clandestino que equilibra la fuerte alza de los

precios del comercio establecido. Ya en 1927 se tenía claro el problema: “…y no

sabemos por cual decidirnos: ¿por aceptar el abuso comiendo pan de treinta centavos

solamente para cotizarnos como “gente bien” o rechazar la aristocrática idea de los

industriales comprando unidades de menor calibre?”104.

El proceso de formalización de la venta, comercialización y consumo del pan se

inicia en la segunda mitad de la década del veinte cuando se crea la Unión de

Fabricantes de Pan de Cautín (U.F.P.), el 18 de noviembre de 1927, con un numero

pequeño de industriales dueños de las panaderías más grandes, detrás de los cuales se

aglutina un grupo importante de productores de la Provincia, para luchar por:

1. Libertad de trabajo.

2. Supresión de los revendedores.

3. Revisión de las leyes sociales que afectan a la industria.

4. Rebaja de los fletes ferroviarios.

Todos estos objetivos iban dirigidos abaratar el costo de producción,

permitiendo la actividad nocturna, consolidando la panadería sin revendedores y el

abaratamiento de los fletes que incidían en el costo de producción.

Pero al formalizar la producción y comercialización del pan se origina dentro

del contexto urbano un problema más complejo pues se trata de superar un sistema

productivo propio de la villa con un componente de autoproducción y de

102 Diario Austral 2 de junio de 1916 103 Yudice, George Las Industrias Culturales: más allá de la lógica puramente económica, el aporte

social, Pensar Iberoaméricano. Revista de Cultura.O.E.A. 104 Diario Austral 2 de julio de 1927

Page 71: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

71

71

relacionamiento social más simple por un sistema productivo con procesos productivos

urbanos, formales, donde se separan las relaciones sociales que se entretejen en los

barrios suburbanos por una relación formal e impersonal, lo que provocara una

resistencia en esos sectores por adherirse al nuevo sistema.

Pero esta resistencia a la formalización no saldrá de la nada ni se sostendrá en el

tiempo basado en discursos, sus raíces son profundas y corresponden a la lucha de una

forma de organizarse y vivir que no va con la vida urbana, es la vida de la “aldea”, bajo

la cual se había desarrollado una gran parte de la población suburbana y urbana en

Temuco.

Ya desde 1926 se establecía que: “… en otras panaderías chicas, donde trabajan

amasadoras se violenta la ley en todas sus disposiciones, obstaculizando así a los

panificadores y a las autoridades”105, y en 1927 antes de la creación de la U.F.P. se

volvía a insistir en ordenar el trabajo en panaderías que debería comenzar a las 4 a.m. y

solo con dos obreros que podían trabajar desde la una de la mañana en preparación y

fermentación de la masa, se prohibía también el trabajo de las mujeres, fiscalizándose

con guardias municipales de 8 p.m. a 8 a.m.106.

El primer intento por terminar con la producción informal data de noviembre de

1927 cuando la U.F.P. establece un acuerdo mediante el cual se pone un plazo de quince

días, desde el 7 de diciembre para que se terminen las panaderías clandestinas. Pero la

autoridad no estaba en condiciones de cumplir ese acuerdo por falta de vigilantes e

inspectores, así como también por lo difícil de pesquisar107. Por ello, la autoridad

buscará un industrial que se comprometa para abastecer la ciudad. En un primer

momento se conversará con Enrique Hansen, quien ofrece 6000 kilos a $0.80 el kilo,

pero imponiendo una serie de condiciones:

1. La Municipalidad debe depositar el valor de un año de producción.

2. La Municipalidad se cancelará a final de mes.

3. Todo el pan no vendido será cargado a la municipalidad.

4. Como garantía del acuerdo se pondrá su panadería.

Pero este acuerdo no se llevará a la práctica, por falta de dinero y personal108.

La opción de la autoridad municipal durante las primeras décadas del siglo

veinte será privilegiar el desarrollo y expansión de las panaderías establecidas y mejorar

105 Diario Austral 12 de noviembre.1926 106 Diario Austral del 21 de mayo 1927 107 Diario Austral de Diciembre.1927 108 Diario Austral 5 de febrero de 1927

Page 72: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

72

72

la higiene de la producción y el cumplimiento del reglamento municipal, entre las

exigencias estaba el estar vacunado contra la viruela y poseer certificados de

enfermedades contagiosas o repugnantes (1927) esto ocasiona una persecución

permanente de las panaderías clandestina ubicadas preferentemente en los barrios

obreros, la persistencia de este conflicto queda graficado en la descripción que hace el

inspector Matus siete años después, en 1934 sobre la manufactura de este “pan de

mujer”: “… entre sabanas usadas, al lado de tiestos de uso íntimo, en piezas donde

duermen 5 a 10 personas, con agua de pozo, elaborados por personas que limpian sus

manos en la masa, en esta forma se hace este sabroso pan que tanto se defiende”109.

En el año 1934 los industriales del pan se quejaban porque las amasanderías

clandestinas” que están en todo su apogeo”, les han hecho reducir su producción en un

50%. Durante este año se incrementó el cumplimiento del reglamento oficial para

controlar las horas de trabajo nocturno lo que producía una intensa vigilancia, no

permitiéndose el trabajo de mujeres.

Durante los treinta la U.F.P. se irá fortaleciendo y presionará para dominar el

mercado local, imponiendo el precio y las reglas de producción a través de un reclamo

permanente ante la autoridad por la producción clandestina. Pero al mismo tiempo los

fabricantes locales se van a ver afectados por las contingencias nacionales, el alza o la

baja del trigo, la harina o el flete en Santiago o Valdivia. Todo esto repercute en la

ciudad que tiene un papel marginal en el proceso productivo del trigo, pese a tener una

gran producción regional no controla sus procesos productivos, los centros productivos

en Traiguén y Osorno se conectaban por el ferrocarril con Valdivia y Talcahuano,

Temuco quedaba fuera de la circulación productiva y solo el ferrocarril la conectaba,

pero a un costo muy alto para los productores; el flete encarecía el precio del trigo y de

la harina. Esto va a producir que los fabricantes de la ciudad sean muy sensibles a las

fluctuaciones de los precios, si a esto le sumamos lo restringido de los mercados

internos tendremos el marco completo que explica la existencia de fuertes oposiciones

del sector industrial frente al comercio clandestino, a eso se suma la dependencia de los

créditos externos para mantenerse en las épocas de crisis.

109 Diario Austral 12 de mayo de 1934

Page 73: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

73

73

EL PRECIO DEL PAN

Los industriales del pan tenían una base muy frágil, dependían del transporte y el

precio de materias primas, en 1930 decían que no podían vender el pan a menos de un

peso el kilo y aunque deseaban subir el precio este era uno de los más altos de la región.

La especulación producida en el precio del kilo de pan tendrá una causa doble,

por un lado, la acción de los intermediarios y por otro lado la falta de fiscalización en su

comercialización. Por eso, aunque se fija el precio del kilo de pan en $0.80 en 1927, el

alza de harina y la venta diaria de las panaderías clandestinas que alcanzaba a los 60qq

diarios abasteciendo un gran sector popular, continuara por toda la década, así, por

ejemplo, en 1935 se mencionaban 25 denuncias por infracción a las ordenanzas

municipales. La explicación de la permanente alza del precio del pan, divulgada por el

diario y los comentarios en todos lados era que el precio no bajaba por que las

panaderías y los clandestinos “se hacen competencia”.

Era común el negocio o almacén que tenía un apartado donde se vendía pan,

pero estos locales obtienen ganancia especulando con el peso, transformando, por arte

de magia un kilo en 800 gramos. Lo cierto es que los sectores modestos tienen una

forma de abastecerse que se basa en las relaciones interpersonales a través del crédito, la

libreta, el “fiado” “la casera” y con este nuevo sistema aparece un nuevo tipo de

relación, más institucional, propia de la ciudad, el comprador pierde el control del

vendedor y por extensión, pierde control sobre el producto dando margen a una

especulación desmedida, que no se ve solamente en la comercialización del pan sino en

todas las actividades de la sociedad que quedan sumergidas en el tráfico de intereses y

personas y en la maraña legal que se construye sobre las relaciones y que tiene una

manifestación espacial, pues se dará preferentemente en los “barrios populares” y en los

márgenes de la ciudad. No está de más destacar en este punto la explicación que se daba

por la aparición de estos negocios calificados “de dudosa moralidad”; su origen estaba

en la aparición de poblaciones en las cercanías de la línea férrea o en los accesos a los

puentes carreteros donde se practicaban formas de comercio distintos a los urbanos y

como fenómeno que agravaba la situación era que existía la especulación con

revendedores no solo de pan, a través de almacenes que eran abastecidos por panaderías

clandestinas, sino también de carbón en invierno, carne, leña y legumbres. En ese

sentido, las ferias que se instalan en la ciudad son un remanente artificial de la

comercialización que se hacía espontánea en la villa original y la aparición de estos

Page 74: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

74

74

revendedores es producto del desarrollo de un mercado especulativo en los sectores

populares a semejanza del que estaba establecido en el trigo y la madera.

Nos concentramos en la venta y consumo del pan como un producto que ha

quedado registrado en la prensa y en la documentación de la época por ser esencial para

los sectores modestos. Esos sectores no compraban el pan por kilo sino en cantidades

más pequeñas, así el pan de $0.20 pesaba solo 50gr. Por lo que el kilo se terminaba

vendiendo a cuatro pesos; en los negocios se consideraba un kilo a siete piezas de

125gr. (875gr.) que se vendía a $1.40, lo cual no se podía controlar por la falta de

inspectores y de balanzas y solo se fiscalizaba en panaderías y puestos, pero no al

comerciante pequeño. El pueblo consumía el “pan de diez” y a los productores les

convenía vender el pan grande.

En 1934 se elige vender el kilo a $1,30 suprimiéndose el “pan de diez” para

evitar la especulación de los intermediarios. El problema no tenía fácil solución, porque

al elegir la producción más barata con panes grandes se perjudicaba a los sectores

obreros y al propiciar la venta del pan en pequeñas unidades se favorecía al dueño de

almacén.

Los sectores populares se abastecían de pan y otros productos basados en una

forma de relacionarse entre ellos y no solo como una forma de comprar, el aspecto

multidimensional de la vida poblacional se aprecia en esto, no compran por kilo, no

compran por calidad sino por precio, piden “fiado”, establecen relaciones barriales que

detienen el paso de una relación impersonal, en otras palabras, conservan una forma de

vida aldeana en la cual el consumo está relacionado con otras variable no

necesariamente con las del mercado. Pero este sistema de vida será lentamente

permeado por la urbe sin contrapeso.

La uniformidad del corte de pan, el control del peso, la fiscalización a través de

inspectores, el uso de la balanza, serán elementos que solo tendrán una integración lenta

a través de la década del cuarenta, pero seguirán existiendo en los barrios populares las

amasanderías donde se venderá el “pan de mujer”, pero ya no en gran cantidad sino

como un recuerdo de otra época.

Cuadro: Infractores a la venta de pan

Nombre Calle Infracción

Víctor Fuentes San Martín Puesto no independiente del de abarrotes

Fleivida Mora San Martín al lado del Nº 382 Sin balanza

Pedro Zúñiga Avenida Prieto 901 Sin balanza

Page 75: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

75

75

José Aguilera Aldunate 802 Por recibir el dinero la misma empleada

Panadería Paris Andrés Bello 572 (puesto) Empleada sin papel de sanidad

Ema La Fuente Antonio Varas 609 Sin papel de sanidad

Antonio Llorena Claro Solar 1195 Sin papel de sanidad

Alberto Campísto Manuel Montt 298 Sin papel de sanidad

Luis Araya Lautaro 591 Sin balanza

Agustín Segura Lautaro 1090 Sin balanza

Laura de Claro S / D. Sin patente de sanidad

Amador Salazar Lautaro Sin papel de sanidad

Fuente: El Diario Austral, 5 de marzo 1929.

LECHE

La producción y comercialización de la leche se hace con decenas de pequeños

productores establecidos cerca de la ciudad o en los establos que se esparcían por la

ciudad. Junto a ellos estaba una numerosa población indígena que también

comercializaba su producción en la ciudad. La calidad de la leche era fiscalizada por el

laboratorio químico municipal, pero este, por las limitaciones de personal solo podía

controlar la producción de algunos agricultores quedando la gran mayoría sin fiscalizar.

Debemos considerar que en esos años, la leche era vista y patrocinada en la

población como símbolo de una “vida sana” en oposición al consumo de bebidas

alcohólicas, presentándola como el alimento “más precioso”, “el más nutritivo”,

“estimulador del desarrollo”, “reconstituyente”, “reparador de energías”, pero junto a

estas descripciones venidas de una mirada higienista también se criticaba las

condiciones de producción sobre todo a la higiene diciendo que: “...el operario que

ejecuta esta tarea ni siquiera se ha lavado las manos. La leche es recibida en depósitos

sucios y las trasvasijan en cualquier forma, recibiendo las emanaciones y miasmas de

los excrementos de los animales”110. Debido a esto en 1928 la autoridad va a empezar a

controlar periódicamente los establos de la ciudad, haciendo énfasis en los siguientes

puntos:

1. La desinfección.

2. Cocer la leche de las vacas enfermas.

3. Exigencia de personal con revisión médica cada dos meses.

4. Examen periódico del veterinario municipal.

110 Diario Austral 22 de octubre de 1926

Page 76: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

76

76

5. Fuertes multas por el no cumplimiento de las disposiciones, que fluctuaban

entre $100 a $180111.

En la década del veinte la producción y comercialización de la leche no sufrirá

grandes cambios, se moverá por los intereses espontáneos de una demanda sostenida en

una sociedad con carácter aldeana que considerara la calidad de la leche asegurada

por las relaciones interpersonales en las que la conversación con el “casero” será la

garantía de un buen producto, los mismos consumidores veían diariamente como una

gran cantidad de estos productores sacaban la leche en los establos que estaban en la

ciudad y los conocían personalmente. Pero esto ira cambiando lentamente a finales de

esa década cuando la producción se comience a organizar bajo un modelo industrial,

eliminando la producción casera y pastoril y causando la resistencia de los sectores

suburbanos a consumir leche pasteurizada.

La Cooperativa Agrícola de Lechería Cautín Ltda se crea por decreto del 7 de

noviembre de 1929 (decreto supremo 4760) y sus integrantes serán los más importantes

agricultores de la región. El edificio de la Cooperativa va a quedar ubicado en Manuel

Montt en el vértice que forma con José Miguel Carrera y Avenida Caupolicán y el valor

de su construcción será de $600.000112. Los costos de producción de la cooperativa van

a variar permanentemente y el precio de la leche oscilará todo el tiempo lo que hará

surgir en la prensa la pregunta: ¿se debe consumir la leche pasteurizada, más cara y de

mejor calidad o la leche de establo, más barata pero peligrosa por las enfermedades que

podía acarrear su consumo? La pugna se dará entre la Cooperativa y los vendedores

clandestinos esparcidos por el radio urbano y el espacio rural de la comuna.

El 2 de abril de 1930, periodo de Carlos Ibáñez como presidente de Chile y su

“nuevo Chile”, se fija el precio del litro a $0.80 aduciendo los gastos de pasteurización,

pero este precio solo se mantendrá hasta que la junta de vecinos de la ciudad decida

apoyar a los sectores populares (suburbanos) pidiendo la fijación del precio del litro en

$0.50 y demostrando que entre estos dos espacios vecinales existían lazos

comunicantes. Las relaciones van a irse dando en espacios dimensionales acotados a los

intereses particulares de cada sector de la ciudad dejando de lado las relaciones sociales

tal como las hemos definidos en el inicio de este ensayo. El problema estaba planteado

y se va a dar entre dos opciones; por un lado, la ampliación del consumo y por otros el

acceso a leche más barata, pero sin pasteurizar.

111 Diario Austral 25 de febrero de 1928 112 Diario Austral 20 de febrero de 1930

Page 77: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

77

77

Esto mismo va a provocar que en algunos periodos el precio y la venta va a

quedar liberado, en 1932, época convulsa, entre la República Socialista y el gobierno

del caudillo Arturo Alessandri, para evitar la ruina de la cooperativa, la municipalidad

va a poner en el mercado urbano la venta del litro de leche a $0.40 para facilitar el

consumo de las clases populares. Pero esta medida va a fracasar debido a “la natural

resistencia de mucha gente para confesar la situación de pobreza en que se

encuentran”113, indicando con esto una especie de segregación a la inversa, pues la

gente que habitaba el sector central de la ciudad, de aproximadamente una treinta

manzanas tendrá constituida una forma de relacionarse en la cual las apariencias van a

empezar a ser claves. En 1932 se produce un intenso debate para autorizar la venta de

leche sin pasteurizar, los obreros apoyaban la medida y los concesionarios se

comprometían a rebajar el precio de $0.20 a $0.30 por litro con repartición a domicilio

sin necesidad de envase. La autoridad decide apoyar esta medida y aplica la ley 4849 y

el decreto supremo 775, junto a ello se decide destinar 300 litros para los hogares de

escasos recursos, vendiéndose el litro a $0.80.

Desde el punto de vista de los productores las causas de la permanente alza del

precio eran:

1. Disminución del consumo.

2. Aumento de los vendedores clandestinos.

Lo primero lo explicaban porque la cooperativa vendía solo 1.300 litros al día,

mientras que las ventas clandestinas estaban por sobre los 3000 litros al día, afectando a

la cooperativa (1934). Anteriormente en junio el litro había alcanzado un precio de

$1.10 principalmente por la falta de forraje, la gente pide la venta libre y los obreros

amenazan con un paro, pero no pasa de ser más que una crisis momentánea debido a los

meses de invierno donde los costos suben y el consumo era mayor. A partir de

septiembre la cooperativa baja el precio a $0.80 pero se mantendrá alto, aunque ya en

1933 (21 de marzo) se había fijado una lista de precios de común acuerdo para todo el

año:

Cuadro: Fijación precio del pan, 1933

Enero $ 0.50

Febrero $ 0.60

Marzo $ 0.70

113 Diario austral 4 de junio de 1932

Page 78: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

78

78

Abril $ 0.80

Mayo a Noviembre $ 0.70

Diciembre $ 0.50

Fuente: El Diario Austral 21 de marzo 1933

Sin embargo, en verano el precio se mantendrá a $0.70 debido al monopolio que

mantenía la Cooperativa, pese a la abundancia del producto.

Lo anterior provocaba una distribución espacial del consumo; en los barrios

suburbanos se consumía la leche sin pasteurizar con un precio de $0.80, mientras que en

los sectores centrales o urbanos subía el precio a $1.20 por la pasteurización y el escaso

consumo, este fenómeno se prolongara hasta bien entrada la década del cuarenta.

Nuevamente en 1935 y a causa de una epidemia de fiebre aftosa, va a bajar la

producción de la Cooperativa debiéndose recurrir a la venta libre. El año anterior la

municipalidad trato de reemplazar la producción de la cooperativa por la de Pedro Mena

Larraín que poseía una planta lechera en General López (Fundo Curileo), pero sólo

producía 300 litros diarios, frente a esto la Cooperativa reaccionara prometiendo bajar a

$0.85 el litro si aumentaba el consumo y bajaban los costos. Por ello se inicia una

intensa fiscalización de los vendedores clandestinos a quienes les advierten que serán

tomados presos si no pagan las multas114.

Pero esta lucha de la Cooperativa irá paulatinamente disminuyendo en

intensidad ya que los grandes productores como Wilfredo Cooper les va a convenir más

comercializar los subproductos como mantequilla y queso en mercados tan lejanos

como Perú.

La llegada de nuevas maquinarias para la producción de leche, como la

descremadora Lanz (ofrecida por Gildemeister y Co.) que era capaz de producir entre

400 y 3000 litros por hora, va a impactar la producción local modificando

irreversiblemente la oferta de producción .Solo consideremos que en 1936 los establos

producían 4000 litros originando en los productores el problema de ampliar su

demanda constantemente para poder seguir creciendo como empresa y la única forma de

vender sus excedentes será ampliando la demanda y eliminando la venta clandestina

caracterizada por la venta de los pequeños productores indígenas del Temuco

suburbano, la ciudad imponía sus condiciones y su dominio sin considerar las

114 Diario Austral 24 de enero de 1935

Page 79: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

79

79

producciones rurales e integrando en su ámbito de influencia todo el espacio rural a

través de una red de influencia productiva.

El conflicto entre la Cooperativa y los productores clandestinos tendrá como eje

la preferencia de los sectores populares por un precio más barato sin importar la calidad

higiénica, ya en 1934 se acusa de monopolio a la Cooperativa pero su gerente, Edgardo

Altman expresaba que no existía ese monopolio debido a que cualquiera “puede

integrarse a la cooperativa y el precio se fija de común acuerdo”115.

Debido a todas las polémicas se empieza a considerar, propiciado por la junta de

vecinos, la idea de permitir en los establos de la ciudad tomar la leche “al pie de la

vaca” (1934). Por su parte, la Cooperativa, ese mismo año, argumentaba que las clases

populares “no consumían leche” para comprobar esto se denunciaba que en expuesto del

Mercado Modelo solo se vendían 12 litros de leche debido al desinterés del público, y

acusaba fines electorales para tomar esas medidas y aconsejaba como solución, “la

ampliación del consumo” que incluía dentro de las medidas el término del comercio

clandestino.

Dos años después los problemas seguían aumentados por las crisis locales, ese

año de 1936 llegaba a Temuco desde el Departamento de Cooperativa de Santiago,

Rodolfo Raurich con el objetivo de solucionar el problema en Temuco reconociendo

que el negocio clandestino de la leche se ha transformado en algo habitual haciéndole la

competencia a la leche pasteurizada. El mismo delegado daba una descripción certera

de la producción en los establos urbanos ubicados a tres cuadras de la Plaza de Armas

donde: “Mujeres sucias ordeñan la leche en verdaderos chiqueros y venden por litros a

quien va a comprarles. Usan para ello tarros inmundos y en una casa o mediagua una

vaca era ordeñada dentro de un dormitorio donde reposaban en medio del mayor

desaseo las personas que ordeñaban”116.

En ese mismo año de la visita de Raurich, 1936, la polémica nuevamente va a

tomar un tinte político trascendiendo lo meramente administrativo, sobre todo cuando el

partido Demócrata pida el libre expendio de la leche basándose en cuatro razones que

nos permitimos enumerar para entender mejor el problema:

1. Se criticaba el monopolio de la cooperativa.

2. Se señalaba la ineficacia de la pasteurización, que encarecía el precio del

producto.

115 Diario Austral 6 de mayo de 1934) 116 Diario Austral 14 de febrero de 1936

Page 80: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

80

80

3.La Cooperativa no trabaja a perdida, como ellos lo sostenían, pues se

beneficiaban con los subproductos como la crema, el queso y la mantequilla, “cargando

al costo de la leche los gastos que demanda la obtención total de estos artículos que en

realidad son utilidad líquida para esta institución”

4. El consumo de la ciudad alcanzaba a los 2.000 litros diarios mientras que la

producción de los fundos cooperados alcanzaba a los 6.000 litros, quedando un

excedente de producción que no tenía mercado.

Debido a estos problemas, la autoridad local va a optar por defender los intereses

de los sectores populares estableciendo la venta de leche sin pasteurizar en establos.

Para esto, el alcalde Zenobio Gutiérrez se apoyó en el artículo segundo del reglamento

sanitario de la leche y productos lácteos (Julio de 1936). Pero esta decisión va a durar

exactamente un año ya que el 1º de julio de 1937, por una circular del Ministerio del

Interior se denunciaba que en los sectores adyacentes a Santiago, Temuco y Valdivia se

infringía la ley de pasteurización trayendo como consecuencia que:

1. Afectaba a la salud pública.

2. Los capitales invertidos eran muy altos y no podían perderse.

Debido a esto se ordenaba que la brigada de carabineros se hiciese cargo de su

fiscalización117. Pero el problema se va a mantener ese año denunciándose que la

mercadería clandestina de leche, al igual que la carne, el carbón y otros productos, llega

por tren o por los caminos adyacentes.

En el año 1939, en pleno gobierno del radical Pedro Aguirre Cerda y con las

banderas de la política de “defensa de la raza” a tope se decía que el precio estaba

“fuera casi de las clases modestas”, era mala y la gente prefería la de los indígenas.

Además, que la ley de pasteurización no regía en los establos urbanos.

Entre las conclusiones que podemos extraer de este proceso podemos enunciar

las siguientes:

1. La producción de leche va a estar dirigida a satisfacer las necesidades de un

sector limitado de la sociedad Temuquense. La mayoría de la población preferirá la

producción clandestina por su menor precio.

2. La autoridad intentara respaldar la acción de la cooperativa a través de

acciones legales y respaldo policial. Sin embargo, existirán algunas excepciones, como

117 Diario Austral 1º de julio de 1937

Page 81: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

81

81

la del alcalde Zenobio Gutiérrez, que pospondrá los intereses particulares por los

intereses de los sectores populares.

3.La resistencia de los sectores populares a consumir la leche pasteurizada va a

producir, en momentos de crisis, conflictos que van a afectar la convivencia política de

la ciudad. Este conflicto se resolverá a favor de la Cooperativa aumentando la

integración de la ciudad al país y consolidando una forma “urbana “de vida.

Page 82: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

82

82

CONCLUSIONES

...O ENTRE LA BUSQUEDA DE “EL DORADO” Y “EL CEMENTERIO

DE ELEFANTES”.

1

El pasado es presente verbalizado y la historia es una coordinación conductual

consensuada que se mantiene al compartirla. La arquitectura mantiene el edificio

antiguo como remanente de discursos clausurados por el tiempo y que se recuerdan

permanentemente como una forma de vencer al tiempo, pero en Temuco no se da, hay

exterminio del pasado, un estado de frontera permanente, lo único que permanece es la

naturaleza, libre de significado y hasta cierto punto, invisible, muda e intercambiable.

Es tanto así que los únicos intentos por darle un contenido histórico a la ciudad se

basaron en una mitología urbana creada por un grupo de comerciantes de la década del

cincuenta sustentada en la figura de una patagua y en el cerro Ñielol como supuesto

epicentro de la pacificación de estas tierras. Lo anterior es muestra palpable de nuestra

“mirada de ojo ciego”, que ve lo que no existe y este ciego a lo evidente, por una

diversidad de razones que se disuelven al enfocar nuestra historia desde una perspectiva

distinta: las distintas formas de relacionarnos a través de nuestra historia.

Del fuerte a la ciudad hay un proceso de convivencia y relacionamiento

profundo e histórico, lo que no significa que este “historiado”, parodiando la cita clásica

podríamos decir que “toda historia es historiada por alguien” y su explicación es una

invitación que aceptamos o no. La invitación que hago es a abrirse a la interpretación de

nuestro pasado con herramientas del presente y dejar descansar las herramientas

desgastadas del siglo XIX. No se trata de volver la mirada al pasado románticamente y

buscar en el un “Dorado” social en que las personas se aceptaban tal cual eran, pero

tampoco podemos caer en ver esta constatación como un simple ejercicio intelectual que

se termina con archivar el texto en el “cementerio de elefantes” que son muchos

archivos particulares e institucionales.

Cada lugar urbano tiene una red de significados que se constituyen en el devenir

histórico y son leídos o ignorados por nuestro ojo, la ceguera es una posibilidad más.

Temuco tiene un aire épico, fronterizo, ahogado por la permanente construcción,

destrucción, reconstrucción, como una afirmación de esa identidad fronteriza.

Sostengo que en la historia de Temuco en las primeras décadas se forman

brechas detrás de las cuales se mantienen espacios de pervivencia de un modo de vida

Page 83: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

83

83

social aldeano que contrasta con la sociedad urbana y que esta perseguirá. Se forma en

los orígenes y su manifestación espacial e histórica es la mantención de lazos

comunitarios, de relaciones sociales permanentes en todas las actividades del territorio.

Los vínculos de solidaridad de la aldea son reemplazados por mecanismos de

competencia y control formal. El aumento del número de población limita el

conocimiento mutuo de esta, las relaciones humanas se segmentan, hay contacto cara a

cara, pero este es segmentado, impersonal y transitorio. No existe en esta sociedad nada

que reemplace las relaciones sociales originadas en la sociedad aldeana, ni en su espacio

institucional ni en su espacio informal. Ese es el vacío que debemos constatar

La ciudad como objeto reconstruido en la memoria es el telar en donde se tejen

significados personales y sociales, si digo “plaza de armas “muchos de los lectores van

a concordar conmigo en dos o tres cosas, pero si digo “Pichi Cautín “serán menos los

que tendrán conmigo recuerdos o imágenes concordantes. Además “el recorrido” hace

imposible la reconstrucción por el ojo, solo la memoria puede hacerlo y la falta de esta

es la falta de historia y la falta de historia es la incapacidad para ver el paisaje que

estamos recorriendo. Podemos discutir si en la actual sociedad de consumo es necesario

tener esa capacidad o no, pero si debemos reconocer que si tenemos la necesidad de

mejorar esta sociedad necesitamos de esa mirada, necesitamos recuperar el ojo de la

memoria

Con el correr de los años, la ciudad se ira convirtiendo en una excentricidad

permanente; pasara la plaza Recabarren, luego la Estación de Ferrocarriles y sus

alrededores, más tarde, la plaza Aníbal Pinto y su centro cívico y finalmente, la Avenida

Alemania como ejemplo de la transitoriedad en la ocupación del espacio, que resume la

esencia de una ciudad de frontera; tráfico y comercio, circulación y consumo. En la

ciudad, hoy en día, sobre lo activo esta lo interactivo, hay un espacio ecuménico

continuo que se extiende más allá de lo “urbano”. Es una territorialidad reticular,

basada en múltiples redes de interés; comerciantes que van de un pueblo a otro,

profesionales que van de un pueblo a otro, trabajadores conectados por redes técnicas,

“societarios” por su pertenencia a sistemas de gestión, las redes van más allá de lo

urbano, nos desplazamos todo el día.

2

Me dices: “las redes van más allá de lo urbano”, no te entiendo al instante

porque no me señalas la imagen, el ejemplo, tú me entiendes, vivimos una época en que

el ojo es la boca, el cerebro, todo. Me cuentas que la gente se junta para conseguir

Page 84: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

84

84

cosas y que todos se mueven por algo, la ciudad espera que le sirvamos y nosotros

esperamos servirnos de ella, hay reglas y redes para mantener el negocio funcionando y

que dios nos pille confesados...y algunos privilegiados, los urbanitas pueden moverse

por muchos territorios, conocen los códigos, la pobreza es la incapacidad de salir de una

red y entrar en otra. La pobreza no es solo falta de oportunidades, es la incapacidad de

crear espacios donde la gente se encuentre, un nodo social que reemplace la incapacidad

de ser uno mismo, un vértice que conecta posibilidades, la pobreza es el naufragio

permanente de los que no tienen posibilidad de entrar en redes ni acceder a territorios

virtuales que les permitan salir de su estado de aislamiento, la ciudad aísla si no tienes

rutas por las cuales moverte. El campo, lo rural no puede existir sin la ciudad.

En la historiografía chilena tradicional las formas de relacionarse que se explican

son parte del paisaje, un decorado que no influye en los hechos, que es invisible a los

procesos que fluyen a través del tiempo. Espero que este breve ensayo sea un aporte a la

reflexión del presente a través de nuestro pasador a Imo Pectore. (...de todo corazón...).

Tco. Stgo. Sthm.

1984-2006.

Page 85: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

85

85

FUNDACION DE LOS FUERTES DE QUINO, QUILLEM, LONCOCHE,

PILLANLELBUN Y TEMUCO, 1881 118

Manuel Recabarren.

Señor Presidente:

Paso A dar cuenta a V.E. de la comisión que se sirvió confiarme, de acuerdo con el

Ministerio de guerra, para adelantar nuestra frontera en el territorio araucano, hasta las

márgenes del Cautín

Apenas terminada la campaña activa contra los aliados del norte, se decidió V.E.

a realizar el pensamiento que de antiguo se abrigaba, de dar solución definitiva a la

cuestión de Arauco, que había sido siempre una constante preocupación para toda la

administración del país y un motivo de alarma permanente para las poblaciones

civilizadas inmediatas al territorio dominado por la barbarie y sustraído al imperio de

nuestras leyes.

Correspondiendo a este pensamiento, presentó el Gobierno, y el congreso aceptó

unánimemente, el proyecto que autorizaba para proceder desde luego al estudio de un

ferrocarril que, uniendo a Angol, término actual de nuestras líneas férreas por el sur, con

la ciudad de valdivia, atravesara el territorio araucano.

Este voto unánime de las dos ramas del Congreso, que manifestaba la opinión

del país sobre esta cuestión, imponía al Gobierno la necesidad de emprender sin pérdida

de tiempo la obra cuya ejecución se me ha encomendado, porque sin ella se dificultaba

sobre manera o se hacía imposible el cumplimiento de la ley dictada para continuar el

ferrocarril.

Pero, la consideración que pesaba más decisivamente sobre el ánimo del

Gobierno para resolverse a proceder desde luego, era la de los últimos lamentables

sucesos ocurridos en la frontera, que habían empezado a producir ya la alarma y

desconfianza entre los pobladores, y la convicción manifestada por jefes

experimentados en estos asuntos, que el avance de nuestras líneas de ocupación hasta el

Cautín haría cesar este estado de cosas.

Resuelta y decidida de la obra, la dificultad que principalmente se oponía a ella

era lo avanzado de la estación en que únicamente es posible realizar trabajos de esta

118 Memoria del Ministerio del Interior, Imprenta Nacional, Santiago de Chile 1881, pp. 223 a 243.

Page 86: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

86

86

naturaleza, pues que encontrándonos ya en los últimos días de enero, podíamos apenas

contar con dos meses para darle termino y no encontrarnos sorprendidos por el invierno.

Para ver si era posible obviar esta dificultad y a fin de que existiendo la

posibilidad, se diera lo más pronto principio a los trabajos, me traslade a Angol, donde

llegue el 28 de enero, habiendo V.E. impartido las ordenes convenientes para que se

pusieran a mi disposición los batallones Biobío y Ñuble, cuyas numerosas bajas debían

llenarse luego, y el escuadrón Carabineros de La Frontera, con los cuales se compondría

más o menos una fuerza de 2.000 hombres, considerada suficiente para el objeto.

Tan luego como llegue a Angol, fueron mis primeras preocupaciones la de

adquirir el conocimiento más exacto acerca del territorio, para formar idea de los puntos

que convenía ocupar, y la de averiguar los elementos de que el Estado pudiera disponer

en la frontera a fin de obtener aquellos que nos fueran necesarios.

Para lo primero no podía contarse con nada fijo y determinado, por cuanto las

indicaciones de los mapas o cartas topográficas solo dan idea de un territorio que no ha

sido suficientemente reconocido. Me fue menester pues, principiar por establecer este

antecedente, procurando formar un croquis, más o menos exacto, trazado en virtud de

las noticias que pude proporcionarme de algunos que se decían conocedores del

territorio. Era menester también averiguar qué recursos ofrecían los lugares que íbamos

a recorres y aquellos en que debíamos establecernos, para el caso de que nos viésemos

obligados a suplir con ellos lo que nos fuera posible conducir, o aquellos que para ser

transportados exigieran grandes y costosos medios de movilidad. Y necesitaba todavía

saber si existían caminos por donde pudiesen traficar carretas, hasta los puntos que, en

vista de los estudios previos, fueron señalados como el asiento probable de los

proyectados, puesto que era indispensable llevar hasta ellos, junto con el material y

herramientas necesarias para el trabajo, el equipo de los cuerpos, las municiones y los

víveres.

La adquisición de estos datos, de la mayor importancia para juzgar de la

practicabilidad de la empresa en las condiciones en que la intentábamos, fue para mí el

objeto de largas y serias investigaciones. Hice venir a mi presencia e interrogue a más

de veinte personas y con diversas y casi siempre contradictorias declaraciones,

aceptando aquellas que juzgaba más verosímiles puede formar el croquis que ya he

tenido el honor de enviar a V.E. el cual me sirvió de base para dar cuerpo al proyecto de

ocupación.

Page 87: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

87

87

Resultado de esa investigación fue también el que supiera que nadie pudiera

contar con caminos en algunas partes y con la posibilidad de abrirlos en la montaña a

costa de algún trabajo en otras, para lo cual pedí una cantidad considerable de hachas

esperando que, cualesquiera que fueran las dificultades, se vencieran con el empleo de

todos los elementos.

Estos testimonios no bastaban, sin embargo, para formar convicción absoluta,

sea porque en muchos casos los declarantes, interesados en dificultar la empresa,

ocultaban la verdad, sea porque en otros había transcurrido muy largo tiempo desde que

habían recorrido los lugares, o bien porque casi todos ellos eran prácticos únicamente en

el territorio de las reducciones pacíficas y solo conocían los caminos trillados por donde

trafican los comerciantes y que conducen hacia la parte de abajo del Cautín, pasando

por el poniente de la cordillera de Ñielol, asiento y guarida de los indios malhechores.

Mientras que para que la ocupación fuese eficaz y produjese los resultados que con ella

se proponía obtener, era necesario establecerse en el corazón mismo de las tribus

hostiles, repartirlas entre la mencionada cordillera de Ñielol y de los Andes, de modo

que, estando, por decirlo así, entre ellos mismos y teniéndolos siempre bajo nuestra

inspección y a nuestro alcance, quedáramos en situación de impedir sus movimientos, o

de perseguirlos fácilmente, si habiendo podido burlar nuestra vigilancia, traspasaban las

líneas actuales y llegaban a cometer depredaciones en el territorio ocupado por la

población civilizada. Para realizar este propósito era menester, además, ligar la nueva

línea de fuertes con los de Malleco al oriente y los del Traiguén al poniente encerrando

a Ñielol, guarida de los indios malo y punto de partida de sus expediciones

devastadoras, e incomunicando a Quechereguas, paso obligado para los asaltantes

contra la primera de las mencionadas líneas.

La ejecución de este proyecto imponía la necesidad de fundar siete fuertes: uno

en Collico, que sería el ultimo, uno sobre Quino, otro sobre el Quillem, tres sobre el

Cautín y el séptimo, al poniente de Ñielol, dándose la mano, por medio de fortines, con

Cautín, Traiguén y Lumaco. Cada uno de ellos debía tener cuarteles, galpones para el

acopio de víveres y forraje, caballerizas y otras dependencias con capacidad para alojar

cómodamente a 300 hombres y 50 caballos.

Como estos trabajos debían ejecutarse simultáneamente en todos los fuertes, en

el breve espacio de tiempo de que podíamos disponer, era, lo repito, cuestión muy

importante la de saber con qué elemento y con qué recursos se contaría en la frontera

misma en los lugares que debía recorrer la expedición.

Page 88: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

88

88

A fin de no dejar nada al azar era preciso no contar con otros elementos que

aquellos que condujésemos nosotros mismos desde

Nuestro centro de recursos, y por esta razón se imponía, como la primera, la

cuestión de los transportes, que como se verá, era la importancia decisiva en el asunto.

Consignaré aquí la apreciación hecha sobre este punto, después de hacer un

cálculo prolijo sobre el paso de los materiales de construcción, herramientas, víveres,

etc., que debíamos conducir, después de eliminar la mayor parte de la madera, que

según mis investigaciones, había de encontrarse en las orillas de los ríos, sobre los

cuales se fundarían los fuertes y se echarían los puentes absolutamente indispensables,

como así mismo las provisiones de boca para dos mil hombres durante tres meses, desde

el 7 de febrero hasta el 7 de mayo, que por contrato se obligó a suministrar a don José

Bunster.

Necesitamos acarrear 3.600 quintales de carga, desde el mismo Angol hasta el

Cautín y los fuertes de la ribera, recorriendo para la mayor parte de ellos una distancia

de 28 leguas. Esta carga se componía de 30.000 tablas, 16.000 planchas de fierro

galvanizado para techos, el forraje para 300 caballos durante cuatro meses de invierno,

los artículos de alimentación para el ejército durante igual tiempo, las herramientas y las

municiones.

El estado no disponía en Angol medios de movilización sino de diez

carretoncitos y cuarenta bueyes, cuando lo que se debía acarrear exija 3.060 carretadas y

cuando pude convencerme de que no podía contar con fletadores, porque estos en la

época de la cosecha y contando con que, en vista de la necesidad, nos encontraríamos en

el caso de buscarlos a cualquier precio, esperaban también esa circunstancia para

ofrecer sus servicios.

Esta dificultades inesperadas me decidieron a alterar en parte mi proyecto, y

resolví aprovechar los recursos mismos del territorio eliminando la conducción de las

tablas con introducir una pequeña variación en los edificios, dejando de acarrear parte

del forraje de los animales, contando con que los terrenos lo proporcionarían suficiente

y hasta suprimiendo, si a ello nos veíamos obligados, los techos de fierro galvanizado,

que reemplazaríamos por el excelente material de que los naturales se sirven para sus

viviendas.

De esta manera y aun contando con el transporte de zinc, se reducía la carga a

solo mil carretadas, dejando asegurada y almacenada en cada fuerte, para todo el

Page 89: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

89

89

invierno, la provisión del ejército y el forraje que en las noches de esta estación y en los

días de mucha lluvia debía darse a los caballos y animales de trabajo.

Y para no dejar nada al azar en una empresa como la presente era absolutamente

necesario contar con la certidumbre de que no nos faltarían los medios de conducción.

Seguro ya de no contar oportunamente con los medios de acarreo a flete. Me resolví a

adquirir el número de carretas y de bueyes suficientes para este servicio, calculando que

vendiéndose estas luego que hubiera llenado su objeto, la diferencia entre el precio de

compra y el de venta, que nunca podría ser excesivo suponiendo que fuera desfavorable

se saldría con el valor razonable del transporte usual.

Encargue de las adquisiciones de esos elementos a los señores intendentes de

Ñuble y Bío-Bío y al Gobernador de Nacimiento, quienes me remitieron a Angol por

ferrocarril las 336 carretas aperadas de que actualmente se dispone.

Entretanto había pedido al V.E. en los materiales, útiles, herramientas y equipo

militar que necesitaba y mientras estos elementos llegaban para emprender la marcha,

me ocupaba en Angol en acordar los planos y detalles de los fuertes y edificios, en

contemplar los datos recibidos acerca del territorio, y disponer y preparar la marcha de

los cuerpos que debían esperarme en Traiguén.

II

El 8 de febrero, estando ya todo dispuesto, llegaron a Angol lo elementos que

aguardaban y despachados al día siguiente, el 10 por la tarde me puse en marcha hacia

Traiguén, donde llegué en la mañana del 11. El 12 adelantándome con las fuerzas de

caballería, en todo unos 300 hombres y seguido poco más tarde del resto de la fuerza,

me dirigí de Traiguén al SSE, en demanda del punto que en las orillas del Quino había

creído de ante mano el más probable asiento del primer fuerte.

A causa de la mala dirección dada por el practico que nos guiaba y aunque nos

inclinó mucho hacia el poniente, para buscar el paso del río me vi obligado a alojarme

en la noche en la ribera sur y al día siguiente al amanecer, subiendo contra su curso para

ganar hacia el oriente lo que el día antes habíamos perdido, me fui a reconocer los

puntos a propósito para fijar la situación del fuerte.

Verificando prolijamente el reconocimiento y encontrando el paso más

favorable, designe en la ribera norte del Quino el lugar que me pareció más conveniente

y en la misma mañana, trazado el foso de circunvalación y delineado el terreno para los

edificios, se dio principio a los trabajos.

Page 90: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

90

90

Para determinar la situación de los fuertes me había propuesto elegir aquella que

dominando algún vado en cada río ofrecieran además de las condiciones requeridas para

hacer eficaz la ocupación y reducción del territorio, las suficientes para que al lado y

bajo el amparo del establecimiento militar, pudiera desarrollarse y prosperar con el

tiempo una población de importancia.

Me fijaba, en que encontrándonos como nos encontrábamos en la medianía del

valle central y por consiguiente en el probable trayecto del ferrocarril para el sur, era de

gran importancia situarse en un lugar inmediato a esa línea, tanto para proteger los

trabajos, como para obtener después los beneficios de la línea férrea para el fuerte y

para la población que no tardaría en levantarse a su abrigo.

No he dejado tampoco de tomar en cuenta otras condiciones de secundaria

importancia; pero destinadas a favorecer inmediatamente a la empresa, como son la

proximidad del bosque para el corte de las maderas, las facilidades para el regadío de

los terrenos vecinos y las condiciones naturales para formar a poco costo potreros

cerrados para las caballerías.

Creo, y conmigo lo creen todos los que me acompañaban, que tanto el punto

elegido para el fuerte Quino, así como el en que respectivamente se estableció después

cada uno de los otros, reúne todas las condiciones apuntadas.

Como he dicho poco antes, tan luego como se hubo designado el sitio, se dio

principio al trabajo según instrucciones que había dictado de antemano. Mi idea y mi

propósito eran las de utilizar toda la gente que llevaba, para poder obtener la mayor

suma de trabajo en corto espacio de tiempo. Con el fin que pedí una cantidad crecida de

herramientas.

Así, destinado a los fosos a todos los soldados que pudieran tener cabida en ellos

y a la corta y labranza de maderas, hasta quinientos hombres, pues toda la división se

componía de labradores y contaban con quinientas hachas, debíamos tener en dos días

los fosos terminados y la mayor parte de las maderas preparadas.

Desgraciadamente este propósito no pudo cumplirse y fue necesario limitarse a

la apertura del foso de circunvalación y al arreglo de algunos malos pasos del camino

recorrido dejando en la inacción a la mayor parte de las tropas, Las hachas que me

habían sido enviadas desde Valparaíso no sirvieron absolutamente y a los pocos

minutos de trabajo fue menester renunciar a seguir haciendo uso de ellas porque todas

las empleadas quedaron en el mismo o peor estado que la que tuve el honor de remitir a

V.E. como una muestra de la mala calidad de las herramientas vendidas al Estado. Las

Page 91: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

91

91

picotas y las palas, de que tanto necesitábamos también, no fueron de mejor clase y

aunque han hecho su trabajo, muchas se han inutilizado completamente.

En las circunstancias en que nos encontrábamos y cuando todo mi empeño se

dirigía a recuperar con la actividad en el trabajo el tiempo perdido por lo atrasado de la

estación, esta contrariedad me causo un profundo desagrado. En el momento mismo

pedí a Concepción un número suficiente de hachas de buena calidad, contando con

tenerlas en cuatro cinco días y redoblar el esfuerzo para alcanzar el objeto propuesto.

Esto ocurría el 13 y solo el 25, después de doce días llegaban aquellas al primer fuerte,

por dificultades que hubo para su envío. Felizmente la herramienta adquirida en

Concepción es de muy buena clase y el empeño que todos demuestran en la labor me

produce la convicción de que se ha de renovar pronto aquel contratiempo.

Dejando en Quino 225 hombres del Ñuble y 20 carabineros con encargo de

continuar los trabajos y con las instrucciones y planos necesarios para proceder y dotado

del fuerte de la cantidad de herramientas y útiles correspondientes, me puse en marcha

el 15 con el resto de las fuerzas, en dirección a Quillem, como cinco leguas al sur de

Quino, con una ligera inclinación al este.

A causa de haber errado los prácticos el paso de la quebrada de Perquenco,

situada en el intermedio de los dos ríos Quino y Quillem, nos vimos obligados a alojar

al norte de aquella y al día siguiente por la mañana llegamos al lugar deseado, donde

procuramos conformarme a las condiciones ya consignadas, empezamos en la ribera

norte de este último río al trabajo preparatorio de demarcaciones y fosos.

Cuando estos tuvieron ya adelantados dejé allí una guarnición igual a la anterior,

perteneciente también al Ñuble y procediendo de la misma manera, continué la marcha

al SSE a fin de buscar en Cautín el punto conveniente para el primer fuerte de la nueva

línea de frontera sobre este hermoso río.

Seguimos por el camino a que los indios dan el nombre de El Saco por la

fotografía especial del terreno. Después de algunas dificultades que tuvimos que vencer

para el pasaje de carretas, llegamos a las orillas del Cautín en la mañana del mismo día

18. Como en la marcha nos habíamos inclinado mucho hacia el oriente de la dirección

del fuerte Quillem por seguir el camino de El Saco, bajamos por la orilla del Cautín

hasta colocarnos en una excelente posición, sobre la barranca que en esa parte tiene 12

metros de elevación y quedando a dos y media leguas al SSE. del fuerte anterior, frente

a las posiciones de los indios alzados de Soncoche (sic).

Page 92: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

92

92

El 21, después de dejar instalada dentro de su recinto a la guarnición con la

planta mayor del Ñuble, nos dirigimos siguiendo siempre el curso de Cautín que corre

primero rectamente al sur y en seguida al poniente, hacia el lugar que se considera

conveniente para restablecer el cuarto fuerte. Este fue elegido a cuatro leguas

próximamente el primero en el sitio de unas posesiones abandonadas recientemente por

los indios a las orillas del río, que en esa parte como en el fuerte anterior, forma una

carranca profunda y escarpada. Este lugar que es conocido con el nombre de

Pillanlelbún, como todo el llano que le precede está encerrado entre el Cautín y el curso

de un estero que va a caer a aquel río, de modo que la posición de este fuerte constituye

su principal seguridad.

Nos detuvimos aquí para adelantar el trabajo, hasta el 24, día en que, con el resto

de la fuerza, seguí hacia el poniente para llegar hasta Temuco, punto que yo me había

señalado para la colocación de otro fuerte. Temuco está situado a cuatro leguas de

Pillanlelbún, frente a las pobladas reducciones de Maquegua, y un poco al oeste del

lugar en que los últimos cerros de la cordillera de Ñielol caen al Cautín en terrenos de

los indios que ya se llaman pacíficos amigos y aliados del Gobierno.

Como en los anteriores, elegido el lugar conforme con las condiciones

requeridas, se procedió a abrir los fosos, empleando en ello a toda la gente disponible,

hasta que tuvieron el 27 suficientemente adelantados.

Ese día, dejando en el fuerte 50 hombres más del completo de la dotación que

había de tener cada uno de ellos, esto es, 350 con el resto de las fuerzas compuestas de

80 soldados del Bio Bio y de 50 carabineros de Angol, que habían acompañado durante

la expedición, regresé al punto de partida, pasando por cada uno de los fuertes para

imponerme des estado de los trabajos y de las necesidades que hubieran de llenarse y

deteniéndome un día en Traiguén. Para dictar allí algunas disposiciones de importancia

tendentes a asegurar el éxito de la obra el éxito de la obra comenzada, llegué a Angol en

día 2 del actual.

El territorio que se extiende al sur del río Traiguén hasta el Cautín, está

constituido por la extensa planicie del Valle Central entre las cordilleras de la costa y de

Los Andes, alterada únicamente, en parte, por los cordones de serranía de Chuquen y de

Ñielol, que se interponen corriendo de norte a sur, continuando la misma planicie, así

interrumpida, a uno y otro flanco de dichas serranías.

Page 93: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

93

93

La planicie se interrumpe también en la dirección de oriente a poniente por la

hoya de los ríos Quino y Quillem y por algunas quebradas, entre las cuales las más

notables es la de Perquenco, que se encuentra entre ambos ríos.

A excepción de estas alteraciones, el terreno es perfectamente plano, de tal

manera que, en algunas partes del camino recorrido, se pierde completamente la vista de

los cerros que lo limitan.

Por la naturaleza del suelo, adaptable a toda clase de cultivo, por estar cubierto

de bosques con excelentes maderas de construcción, y por ser mucho de los planes

susceptibles de un fácil regadío, los terrenos que se entienden entre Traiguén y el Cautín

tienen una importancia hasta hoy desconocida y son de un gran porvenir para la

agricultura del país.

Al pasar por los fuertes a mi regreso tuve el cuidado de tomar una muestra de la

tierra de cada uno, para que, analizadas en Santiago, pudieran ser apreciadas sus

condiciones productivas.

Estos campos son muy abundantes en pastos, en aguas, en maderas; y

principalmente, la parte que está cercana a las riberas del Cautín contienen numerosos

potreros de esos que los indígenas dan el nombre de Guapi isla que consisten en

pastosos completamente despejados, de formas regulares, comúnmente elípticos y

rodeados de espesos y abundantes montes, de modo que, con un gasto insignificante, así

nulo, se tiene excelentes y seguros potreros

Las maderas son, como he dicho, abundantes, y los árboles más comunes son el

roble pellín, el ciprés, el coigue, el mañíu y el laurel. A cada paso se ve en las orillas del

Cautín, robles de considerables dimensiones, de tan manera que no es raro encontrar

árboles de 20 a 25 metros de elevación y de dos o tres de circunferencia, perfectamente

rectos hasta una gran altura y de los cuales se pueden obtener grandes maderos para

puentes y construcciones pesadas.

De los ríos, el Quino y el Quillem no tienen grandes proporciones, en esta época

del año son vadeables casi en todas partes y para tener el paso expedito en el invierno,

se va a echar sobre el primero un puente de 75 metros y uno de 25 sobre el segundo. El

quino tiene riberas escarpadas, y aunque el Quillem las tiene también, lo son menos que

las del anterior.

El Cautín es un río que de entre los conocidos tiene semejanza con el Ñuble; es

caudaloso y corre con velocidad; su lecho es de piedra pequeña y redonda; las riberas

son escarpadas, formando, con cortas excepciones, ya a un lado, ya al otro, según la

Page 94: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

94

94

dirección que sigue, grandes barrancas cortadas a pico. El ancho es comúnmente

grande, en la parte reconocida, variando entre 800 metros que tendrá en el primer fuerte;

105 que tendrá en Pillanlelbún. En esta época tiene algunos vados, pero seguramente

será invadeable en el invierno; mientras que en toda su extensión podrán ser fácilmente

destruidos los que se formen en otra estación fuera de los que dominan los fuertes recién

establecidos.

Una vez fijada el puerto para cada fuerte, me apresuraba a estudiar la posibilidad

de abrir un camino lo más recto posible, para ligarlo con el anterior, trazándolo

conforme a las necesidades de la ocupación y desentendiéndome de las sendas trilladas

de los indios, que nos obligaban a dar grandes rodeos.

De esta manera y despachando desde cada punto partidas exploradoras,

quedaron rectificados los caminos entre Traiguén y Quino, entre el Quillem y el Cautín,

entre este y Pillanlelbún entre Pillanlelbún y Temuco.

En la mayor parte de su trayecto, el camino va por terrenos planos y lomajes

suaves, sobre todo desde el Traiguén al Cautín en el resto hay algunas quebradas que

salvar, de las cuales la principal es la de Perquenco ya mencionada, entre Quino y

Quillem, la de la de Lunhinco, entre Pillanlelbún y Temuco, y de Chanco y de

Chicauco, entre Traiguén y Quino. Todas ellas con excepción de las últimas, están

cubiertas de bosques impenetrables por los cuales nos abríamos paso y dejamos un

camino suficiente para las necesidades del momento. Se ha dispuesto que los convoyes

de carretas que deben conducir la provisión y el forraje para los distintos fuertes y que

deben ir escoltados por gruesos destacamentos, llevan consigo las hachas, palas y

picotas necesarias para dar el al camino, en los lugares que lo requiera el ancho y el

declive correspondientes. Estos perjuicios que cada fuerte envíe desde luego un numero

proporcionado de hombres que habiliten y franqueen los malos pasos del trayecto. De

esta manera creo que aun el rigor del invierno, no se inhabilitará este para el tráfico

carretero.

Para conseguir esto mismo y asegurar la comunicación sin dejarla expuesta a

imprevistos accidentes, he dispuesto la construcción de puentes sobre el Traiguén, sobre

el Quino y sobre el Quillem, para los cuales se ha empezado ya a cortar la madera

necesaria. Estos puentes, dirigidos, como están, por un obrero competente, llenarían

todas las necesidades y estarán terminados oportunamente. Los dos últimos importarían

un gasto insignificante y solo costará más el Traiguén, avaluado por el señor Poisson en

tres en tres mil pesos.

Page 95: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

95

95

Así las cosas, el comercio principia ya a llevar sus carretas con toda clase de

artículos de primera necesidad y promete tomar pronto gran incremento. La

construcción de los cuarteles y sus dependencias, de galpones para víveres y forraje, la

construcción de todos los elementos para asegurar la subsistencia de la guarnición de

cada fuerte en el invierno bajo el supuesto de que durante esta situación fuera

absolutamente imposible el acarreo y el mantenimiento de la comunicación entre todos

los puntos de la nueva frontera, eran las cuestiones cuya solución acertada y segura

constituía toda la dificultad del proyecto.

En cada uno de los fuertes se está construyendo un cuartel de 60 metros de frente

con dos laterales de 20 metros cada uno, con capacidad para alojar cómodamente a 300

hombres, un galpón para guardar la provisión y forraje necesario y otro para 50

animales correspondiente a la dotación ordinaria del fuerte.

A pesar del atraso causado por la falta de las hachas, tal como se ha organizado

el trabajo y tal como se está dando principio a el, estos cuarteles estarán prestando sus

servicios en la primera quincena de abril.

La cuestión más delicada y que por lo mismo le he prestado y que por lo mismo

le he prestado preferente atención, es la de la subsistencia y forrajes. Ya he dicho que

existe un contrato que aseguran la provisión hasta el 4 de mayo y he expuesto que

razones me indujeron a celebrarlo, de manera que mi empleo ha consistido en proveer,

durante el tiempo comprendido entre esa fecha y el 7 de septiembre a la tropa de su

rancho y a los animales de su forraje, es decir, en asegurar 4 meses de subsistencia,

hasta la llegada del tiempo que permita el acarreo sin dificultad, suponiendo que durante

esos cuatro meses el rigor del invierno no permitiera conducir cosa alguna.

Calculado en tres libras de alimento diario en crudo por cada hombre para los

dos mil (2.000) destinados a las guarniciones de los nuevos fuertes, se necesita contar

con 60 quintales diarios que sumaran en los cuatro meses supuestos 7,200 quintales de

provisión de dicha cifra se deduciría dos mil (2.000) quintales de trigo que tenemos

puestos en Traiguén y 640 quintales que deben ser reemplazados con las ocho raciones

de carne que es costumbre dar al soldado en el mes y que serán suministradas por el

ganado en pie que es fácil llevar en todo el tiempo. De manera, resulta que lo tenemos

que concluir desde Angol en este ramo consiste en 4560 quintales, esto es, 456

carretadas, de diez quintales cada una.

En cuanto al forraje para la caballería de la primera línea, está calculado de una

manera: Un almud diario de afrecho y ballico en la proporción de dos porciones de

Page 96: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

96

96

afrecho y uno de ballico, hacen la ración auxiliar de un caballo. En cinco meses y para

250 caballos son 2.000 1uintales por 1.000 quintales de ballico, los que pueden ser

transportados en 250 carretadas.

Ahora bien, disponemos actualmente de 346 pertenecientes al Estado y

compradas especialmente para este servicio, las que en dos viajes habrán conducido

todo lo que en materia de provisión y forraje es necesario llevar para asegurar el

sostenimiento de los fuertes en el invierno, aun poniéndonos en el peor caso imaginable.

Pero además, des estas consideraciones fundadas en los cálculos precedentes, existen

otras que deben tomarse en cuenta para afirmar que, en ningún caso, quedarían las

guarniciones de los fuertes expuestas a sufrir por falta de subsistencia; desde luego

porque nunca dejarían de estar los caminos transitables para los ganados y en seguida,

porque sin alterar las condiciones de seguridad, podría retirarse a los fuertes socorridos

un tercio o dos tercios de la fuerza para mientras durase la imposibilidad de conducción.

Y esto podría hacerse más fácilmente mejorando los elementos de defensa en cada

fuerte, colocando, por ejemplo, en todos ellos unas ametralladoras y levantando, por la

parte interior de los fosos, una paliza de maderas gruesas y pesadas, tal como se ha

hecho ya en algunos de los establecidos y se principia a hacer en los otros, para ponerse

abierto de toda sorpresa.

Por lo que hace a las caballerizas, pienso que podrían bastar los recursos

naturales del terreno, pues formando a inmediaciones de los fuertes de la manera

facilísima con que allí puede practicarse uno o dos potreros cerrados para cincuenta

animales, podrían mantenerse en estado de servicio y mucho más si a esto se agrega la

provisión ya indicada. Los caballos que se inutilizaren por falta de forraje o por lo

pesado del servicio, pueden ser enviados al norte como V.E. lo que piensa también para

cambiarlos y reponerlos en buenos pastos.

Este mismo procedimiento he indicado que se adopte con los bueyes de que no

haya necesidad, una vez que terminen los acarreos para la provisión del invierno, a fin

de que sean vendidos en Santiago en donde la competencia puede darles su verdadero

precio.

Para adquirir los diversos artículos de consumo de que sea menester me he

dirigido y he dejado establecido que si se procede a las autoridades de los

departamentos productores de la especie pidiéndoles los precios respectivos para optar

por la más ventajosa oferta. La dirección de este servicio y la administración de toda la

Page 97: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

97

97

parte económica del ejército destinado a la ocupación, la he dejado encargada a una

intendencia creada especialmente.

Siendo Traiguén el punto de partida y la base de la nueva línea de frontera un

centro de población ya formado, soy de opinión que debe hacerse todo lo posible para

dar impulso a su desarrollo.

Para mi debía ser Traiguén el asiento de la dirección militar de la frontera,

porque estando Angol a treinta a treinta leguas de distancia de la nueva línea es natural

que la acción de la autoridad tenga que resentirse de lentitud y de vacilaciones

inevitables.

De paso por aquella población, a mi regreso del interior, dispuse en

consecuencia, la construcción de dos grandes galpones para la guarda de materiales y

provisiones uno y otro para hospital, destinado a la recepción de los enfermos que no

pueden ser atendidos en el mismo fuerte con los recursos de que cada uno debe estar

dotado.

He pedido para cada guarnición un botiquín provisto de todo lo necesario y el

nombramiento de un practicante que tenga el cuidado de las enfermedades leves,

debiendo estar todos estos empleados bajo la dirección de un practicante jefe residentes

en Traiguén, donde debe prestar sus servicios, sin perjuicio de visitar e inspeccionar los

fuertes.

Considero también conveniente que haya en Traiguén dos cirujanos en vez de

uno solo que hay ahora, para lo cual bastaría disponer que uno de los que hay en la

guarnición de Angol, ya bastante reducida, se trasladase a aquel punto. De esta manera

el hospital de Traiguén estaría siempre atendido y habría disponible un cirujano para

acudir en un caso de muy urgente necesidad donde fuese preciso.

He entrado en todos los detalles para desvanecer la falda idea que se haya

formado los que no están al cabo de lo que se ha hecho y puedan temer que la obra

importantísima que se ha emprendido corre riesgo de no producirse sus resultados. El

interés egoísta de unos poco podría, sin estas explicaciones, desfigurar los hechos y

conseguir que lleguen a la distancia sin prestigio y completamente alterados,

consiguiendo así dificultar o retardar los frutos que debemos obtener.

La especificación llevada a cabo de una manera tan repentina e inesperada fue

una sorpresa para los indios, que no tuvieron tiempo para prepararse a resistirla o

estorbarla, Aunque tenían el aviso de que habían llegado nuevos batallones a Angol, no

se imaginaron que el objeto fuera el de ir, en estas circunstancias, a establecerse en el

Page 98: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

98

98

Cautín. Estaban acostumbrados a que estas operaciones de avance de frontera o

fundación de fuertes fueron siempre precedidas de conferencias o de negación en que se

les trataba de potenciar a potencia.

Por eso fue que, mientras marchábamos tranquilamente sin ser molestados, solo

tenían tiempo para enviarse correos de unas reducciones a otras, a fin de ponerse de

acuerdo y tomar una determinación.

En Quillem recibí yo unos enviados que me pedían que les explicara cual era

nuestro intento, y otro tanto sucedió en Pillanlelbún, donde fueron a buscarme

mensajeros de los caciques abajinos con cartas que me estimulaban a proceder en contra

de los indios arribanos a quienes culpaban de todo y me pedían que no pasara de lo que

llamaban la raya de separación de unos y otros, que fijaban en el estero Lluhuinco,

como a dos leguas del poniente del fuerte.

Les contesté que siendo, como decían que eran, amigos del Gobierno y

obediente a las leyes, esto mismo les imponía el deber de respetar las decisiones de

aquel, que nada tenían que temer, puesto que no se trataba de castigarlos por faltas

anteriores, sino de prevenir para lo sucesivo los males y depresiones de los malhechores

y que ya no podían hacerse respetar ni evitar los crímenes, el Gobierno debía colocarse

en los puntos convenientes para velar por la seguridad de todos y destruir sin piedad las

personas y las haciendas de los que continuaran en el robo y el asesinato, los más

importantes de entre ellos, como son Coñuepan (cacique general) Paillal (su teniente).

Painemal y otros acompañados de unos 500 o 600 mocetones a caballo, como para

hacer una demostración de sus fuerzas, Me repitieron sus suplicas de no pasar más

adelante y me hicieron presente el recelo que les infundía el establecimiento de los

fuertes y de las poblaciones, lo que para ellos significa siempre la perdida de sus

terrenos y la sumisión a las leyes, cuyo significado no comprendían.

Insistí en la contestación que les había dado, manifestándoles que no era mí

animo engañarlos con falsas promesas y que debían resolverse a aceptar las decisiones

del Gobierno, quien les otorgaría toda clase de garantías para sus derechos, siempre que

no dieran motivos para obrar de otro modo. Les agregué que el Gobierno disponía de

numerosas fuerzas y que el interés de ellos estaba en evitar las causas que pudieran

obligar a traerlas en su contra, como lo pedían muchos y como tendían que suceder si

sus promesas de tranquilidad no confirmaban con los hechos.

No obstante de que mi intención era de no continuar hacia el poniente, por

cuanto las fuerzas de que disponía deduciendo la guarnición de Temuco, alcanzaba, por

Page 99: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

99

99

consecuencias de las bajas de los cuerpos, solo a ciento y tantos hombres, no me pareció

conveniente comprometer la palabra del gobierno, haciendo concesiones que no podían

cumplirse y que tendrían que ser desmentidas pronto.

Pero como me habían hecho tantas protestas de su adhesión y como fundaban

sus pretensiones en la conducta de presidencia que habían observado siempre en los

alzamientos, les hice comprender que a esa circunstancia y a la de ser hombres

trabajadores y tranquilos deberían únicamente que se guardase con ellos

consideraciones especiales.

Las reducciones llamadas de los abajinos, que son las de los indios habitantes en

la parte occidental del valle y las de Maquegua y Boroa, situados al sur de Cautín desde

frente a Temuco hasta el Imperial, han alcanzado cierto grado de civilización y forman

una clase aparte de la del resto de los naturales. Tienen algunas propiedades

deslindadas, siembran el terreno, crían ganados y gozan de algún bienestar el que no

quieren, naturalmente, ver comprometido en una guerra.

Aunque los indígenas se dan ya cuenta cabal de lo que significa para ellos la

operación realizada, no han intentado hasta hoy ningún movimiento serio, como era de

presumir que lo hicieran, limitándose a permanecer en observación de lo que pasa a fin

de ver si pueden dar una sorpresa en los caminos. No obstante en previsión de cualquier

suceso posible, es menester estar precavido como si realmente fuera a suceder lo que se

teme.

Para evitar que esto ocurra he dictado algunas medidas de orden que si son

estrictamente cumplidas, evitarán toda desgracia. Ningún convoy puede ir de un fuerte a

otro si no va suficientemente escoltado por infantería, y el jefe de la escolta, que debe

ser siempre un oficial, tiene la obligación de adoptar en la marcha todas las medidas de

precaución para evitar sorpresas que, atendida la topografía del terreno, solo pueden ser

preparadas en determinados puntos.

La escolta que sale de un fuerte llega hasta el siguiente y permanece en el hasta

conducir otro convoy al lugar de su partida, de suerte que reforzando para este efecto las

guarniciones de los dos extremos de la línea de ocupación, deben tener todos los fuertes

constantemente el total de dotación, sin que las disminuya el auxilio prestado a los

convoyes.

Los comerciantes o fletadores que quieran ir al interior deben esperar la salida de

algunos de aquellos, para aprovechar de la custodia de la fuerza, siéndoles prohibido

ponerse en marcha desde Traiguén para el sur sin esa circunstancia.

Page 100: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

100

100

Entre los fuertes principales ya establecidos se va a proceder luego a la

construcción de fortines capaces de contener cincuenta hombres y destinados a servir de

refugio o alojamiento a los transeúntes y en caso necesario prestarles auxilios. Todas

estas medidas de seguridad se completarán con la colocación de telégrafo para lo cual se

espera únicamente el alambre que ya se ha perdido. En cada fuerte, y aun en cada fortín,

debe haber una oficina telegráfica, empleándose en este servicio, para que no imponga

gastos considerables a individuos del ejército a quienes se consideren aptos y

señalándoles una gratificación, como se ha practicado en la frontera anteriormente.

La conducta observada para con los indígenas fue pacifica, respectándoles sus

bienes y prohibiciones absolutamente a la tropa apoderarse de objeto alguno que les

perteneciera y cuando a pesar de la orden esto llegaba a ocurrir le imponía la inmediata

devolución, obrando a la vez con previsión, energía y justicia.

Al principio recelosos y suspicaces, los indios huían a nuestra aproximación

quemando sus habitaciones y ocultando sus animales en el monte, pero a medida que se

disipaban sus recelos y desconfianzas se pudo ver, de una manera indudable, el fruto

que podía alcanzarse a favor de la misma guarnición, pues en algunos de los fuertes

había ya a mi venida un pequeño y constante comercio de aves, animales, leche, etc.

Que proporcionaba a nuestra gente con un alimento más variado, la ocasión de vender

con provecho algunas baratijas, pañuelos, camisas, calzado y otros objetos.

En algunas partes los actos de hostilidad se limitaron a pequeñas demostraciones

contra los convoyes y las partidas de reconocimientos; pero no llegaban a atacar. Una

sola vez el 20 de febrero ocultos en la quebrada de Vergueno, intentaron sorprender y lo

consiguieron en el primer momento, a un pequeño número de carretas con provisiones,

que iban para el Cautín de cuenta del Señor Buster y con solo 20 soldados, contrariando

a lo que se había ordenado. Repuestos los nuestros de la sorpresa, rechazaron a los

asaltantes que serían unos cuarenta, atándoles ocho e hiriendo a varios. Entre los

muertos quedaron Menchiqueo Melín, autor e instigador de todas las correrás que tanto

daño han causado a los vecinos del territorio y Neculen, hermano de aquel. Por nuestra

parte murieron tres soldados y cuatro más que fueron heridos se hallan en Traiguén ya

restablecidos.

Pero el suceso más lamentable ocurrido durante esta expedición y debido a la

imprevisión de las mismas victimas fue el que acaeció el 27, en el camino que por el

poniente de Ñelol conduce desde Temuco a Traiguén. Varios comerciantes y fletadores

entre los cuales no faltaba alguno que tenía cuentas pendientes antiguas con indios

Page 101: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

101

101

creyendo seguro el camino indicado, que es el que recorren diariamente los

comerciantes y con el ánimo de cortar el trayecto, no quisieron aguardar el día siguiente,

para marchar por el camino de los fuertes justo con las carretas de la intendencia. El

resultado de su temeridad no se hizo esperar fueron atacados en el camino, sorprendidos

y asesinados sin combatir.

La mayor parte de las tropas de infantería que me acompañaban, carecían

absolutamente o tenían muy poca instrucción militar, hasta el punto de no haber hecho

sino una vez ejercicio de fuego, por orden y a vista mía antes de emprender la marcha.

Por este motivo dispuse que mientras una parte de la gente se ocupaba en las

faenas del fuerte, la otra empleara su tiempo en la instrucción del tiro, para

acostumbrarla a manejar el fusil, pues había muchos que le temían y se resistían en

dispararlo.

Pero es satisfactorio manifestar a V.E. que, a pesar de las contrariedades

inherentes en el primer momento a la ejecución de una empresa para la cual nada había

preparado de antemano y que realizamos reconociendo y fundado al mismo tiempo

todos los jefes y oficiales que han tomado parte en la obra han trabajado

empeñosamente por secundar los propósitos del gobierno y son por ello dignos de

elogio. Las privaciones y la falta de techos, las marchas y contra marchas penosas a pie,

que con frecuencia les ha impuesto el servicio, no ha debilitado su ardor en la

prosecución de los trabajos que, principiaban a veces una o dos horas antes de amanecer

para continuar hasta la noche. Igual recomendación me permito hacer a los señores

Poisson, Mathiew, Rioseco y Schmid, cuya cooperación tanto a contribuido al buen

éxito de la empresa.

Como mi idea era llegar hasta el Cautín más o menos, por la medianía del valle

central, me pareció que era conveniente aprovechar esta oportunidad para hacer un

reconocimiento que sirviera para los estudios previos del ferrocarril por lo que pedí al

jefe de la comisión encargada de dichos estudios que me acompañaran con ese fin.

Después de reconocer el territorio me ha manifestado el Sr. Poisson que la

realidad de las cosas ha sobrepasado a la idea que había formado por las noticias

adquiridas y que se ha sorprendido de encontrar mayores facilidades que las que había

imaginado para la construcción de la vía férrea propuesta, de tal manera que cree se

disminuirá notablemente el cálculo aproximado del costo que se ha consignado en el

preámbulo del proyecto presentado al honorable Congreso.

Page 102: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

102

102

En general una vez siguiendo por el curso del río Reigue, desde Angol hasta

Choquechoque y tomando ahí el estero Leluan hasta Traiguén, se pasa al sur del río de

este nombre, el trayecto es facilísimo hasta el Cautín, según lo que ya ha dicho de la

topografía de esos lugares. Mi idea seria, Excmo. Señor la de la construcción inmediata

por cuenta del Estado hasta donde fuere posible, puesto que con ello, al mismo tiempo

que se obtiene una economía considerable, se consigue dar ocupación a las tropas que

no puedan ser disueltas todavía, Este también el pensamiento del señor Ingeniero

Poisson quien cree que en pocos meses se tendría una larga extensión de la vía,

prestando sus servicios al Estado y a los particulares.

En este caso podría considerarse verdaderamente asegurada la obra de la

reducción de Arauco en que estamos empeñados, mientras que si hubiéremos que

esperar que los trabajos de planos, presupuestos y cálculos se terminasen para pedir

propuestas, se retardaría por lo menos en dos años la consecución de aquel propósito.

Junto con el ferrocarril debe marchar la población y la explotación de las tierras

entregadas al interés de la especulación privada y en este sentido la conveniencia del

Fisco y la del país estaría en que no se sacara en licitación una sola hijuela antes de que

el ferrocarril haya empezado a ofrecer sus servicios, o por menos, a infundir a todos los

interesados la convicción de que la obra ya comenzada no detendrá su marcha. Solo

después que se vea que se están tendiendo rieles, y que se principia a correr la

locomotora, podrá contarse con haber creado esa convicción.

Así se consultará la conveniencia del Fisco porque de esta manera los terrenos

habrían aumentado su valor considerablemente y del país, porque lo que se desea ante

todo es la colonización, la posesión de las tierras por los pequeños propietarios; no se

pasen al poder de los especuladores para dejar fuera de la explotación inmediata grandes

extensiones de terrenos.

Tal sucederá si las enajenaciones se acordasen prematuramente sin contar

todavía con la seguridad necesaria para el trabajo y sin las ventajas que ofrece al

desarrollo de la producción la facilidad de los transportes. Obligados a esperar la

concurrencia de estas condiciones, los pequeños capitales no entrarían en la

competencia para verse obligados a permanecer improductivos durante un periodo de

incierta duración; mientras que sin aquella competencia, los grandes capitales estarían

en situación de adquirir, por un precio relativamente bajo, lo cual haría que no les

importase la falta de producción inmediata.

Page 103: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

103

103

Es incalculable la riqueza que para el país encierra La Araucanía y cuando se ha

visto y se ha podido comprender la importancia que tiene este rico territorio para

provenir de la agricultura, uno se sorprende de que no se haya agotado antes todo

sacrificio y de que tan largos años transcurridos no se hubiese intentado cualquier medio

para dar una solución definitiva a una obra a que no solo están vinculados intereses de

honra y de dignidad nacional, sino que comprende también consideraciones económicas

de la mayor importancia.

La obra que acaba de cumplirse no importa por si sola la solución del problema;

la constitución regular de la propiedad el reconocimiento nacional y la protección a los

derechos de los naturales; el desarrollo del comercio y de la agricultura, mediante el

ferrocarril, son otras tantas cuestiones que se relacionan a aquella completándola y que

por lo mismo han preocupado la atención del Gobierno.

Abrigo por mi parte, la convicción de que nunca mejor que ahora puede

encontrarse el país en condiciones de realizar esta obra de un interés tan primordial y la

de que todo sacrificio que ella imponga ha de ser suficientemente compensado.

Resumiendo, señor Presidente, todo lo dicho en esta nota, en que ha sido preciso

entrar en ciertos detalles fatigosos y demasiado prolijos para explicar con toda claridad

mi pensamiento y dar a conocer los móviles que impulsaron al Gobierno a no diferir la

ejecución de tan trascendental proyecto, no obstante el angustiadísimo tiempo que

quedaba para ello, puedo terminar diciendo que lo hecho ha tenido en vista tres puntos

principales.

1.- Asegurar a la agricultura y al comercio la posesión pacífica y tranquila de los

territorios comprendidos entre las líneas del Malleco y del Traiguén, por medio de otra,

apoyándose en los dos extremos de esta conexión en toda la red de fuertes, dando por

resultado en encerrar las boscosas serranías del Ñielol, guarida y refugio seguro de los

indios alzados y malhechores, causantes de la intranquilidad y angustias en que vive la

gente trabajadora de la Frontera;

2.- Hacer eficaz la sanción de nuestras leyes por la represión inmediata de toda

depredación o acto vandalaje ejecutado por los indios, estableciéndonos en el corazón

mismo de la Araucanía, en medio de sus mismas poblaciones. El temor de una represión

severa y rápida mantendrá a raya a los más díscolos; pondrá de nuestra parte a los que

tienen algo que perder; y la agricultura y el trabajo honrado contribuirán al progreso y

desarrollo de las riquezas que el territorio araucano, preparando el camino a la

civilización y;

Page 104: ANDES DEL SUR Nº 6, 2012

104

104

3.- Haber posibles y fáciles los estudios para la continuación del ferrocarril de Angol a

Valdivia, en un territorio que solo se conocía por datos contradictorios.

Me es grato comunicar a V.E. que se ha alcanzado de una manera satisfactoria

este triple objeto de la expedición confiada a mi mando. Los fuertes ya construidos en la

nueva línea y los dos que se construían próximamente aseguran por completo el

cumplimiento de los dos primeros propósitos, y dejan, además en disponibilidad para

entregar a la agricultura, en apropiadísimo terreno, una extensión considerable, cuya

venta producirá millones a nuestra hacienda pública.

La nueva demarca el proyecto probable del futuro ferrocarril, pues el señor

Poisson, después de un estudio a golpe de vista no solo lo cree el más a propósito, sino

también el más económico, hasta el terreno de que el presupuesto de gastos para la línea

reconocida será tal vez reducido en más de un tercio de los dos y medio millones de

pesos, que por los datos suministrados anteriormente debía costar la obra el Cautín.

Siendo Ñielol y Quechereguas como lo he dicho antes, el lugar en que se ocultan

y viven los indios asesinos y ladrones, que no están entregados a ningún género de

industria, que aborrecen el trabajo y todo lo que contribuye a poner coto a los avisos de

su libertad ilimitada, y que son siempre los autores de cuanto malon se lleva a cabo

contra la gente civilizada, creo de urgente necesidad que se haga una barrida general en

esos dos puntos impidiendo para después que more en ellos un solo indígena. De este

modo, con los fuertes y fortines de la nueva línea de Frontera y con las precauciones

que se ha mandado observar, estarán libres de sorpresas los convoyes, y el comercio

hará bien pronto su camino por aquellas regiones, dando vida y animación a las

poblaciones que luego principiarán a nacer al abrigo de cada recinto fortificado.

M. RECABARREN

Santiago, marzo 9 de 1881.