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Cuade,nos de Historio Moderna Anejos ISBN: 84-95215-37-3 20t)2. 1:45-64 155N: 1579-3821 América y utopía en el siglo XVI ERANcEscA CÁNTÚ Universidad de Roma Tre RESUMEN Presentándose como el Nuevo Mundo por antonomasia, la aparición de América hizo que surgieran importantes problemas de reorganización física y mental del espacio del mundo en el cual el hombre vivía, transformándose desde los primeros años de su descubrimiento en un manantial de singulares interpelaciones del imaginario social eu- ropeo. América no significó solamente el descubrimiento de nuevas tierras, sino tam- bién el descubrimiento de una nueva humanidad. El Nuevo Mundo se impone con pro- tagonismo no sólo en abrir horizontes de espacio antes desconocidos, sino también en el promnover la conciencia de una nueva apertura del tiempo. Como debía demostrar en 1516 Tomás Moro con su célebre De optimo Reipublicae statu, deque nova insula Utopia, se formularon interrogantes fundamentales acerca de los valores y de las normas vigentes en la civilización europea, que se manifestaba entonces atravesada por una pro- funda inquietud y por vastas aspiraciones de reforma. América acaba siendo el lugar - sico donde realizar la Utopia. Si se analizan las posturas desde las reformas institucio- nales y sociales que habrían debido reestructurar, según el obispo Vasco de Quiroga, las comunidades indígenas disgregadas por la Conquista a la «reformación universal de las Indias» elaborada por Las Casas, a la utopia religiosa y política de los franciscanos de México, se obtienen las líneas de fuerza de un proyecto alternativo, en el que el re- cuerdo histórico de las comunidades cristianas primitivas, reelaborado en clave a me- nudo erasmista o milenarista, ofrecen una representación utópica de una sociedad ra- dicalmente diversa. Un sentido particular tiene la «utopía andina», como proyecto y preanuncio de un «lugar-tiempo» de rescate y de liberación para los indígenas. Fueron tal vez los rasgos de utopia que nacieron en América —una utopia que que- ría hacerse práctica— los que, subrayando hasta el extremo la diversidad del Nuevo Mundo, contribuyeron a afirmar los derechos de una igualdad que no comportaba asi- milación y de una diferencia que no degeneraba en inferioridad. 45

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Cuade,nos de Historio Moderna Anejos ISBN: 84-95215-37-3

20t)2.1:45-64 155N: 1579-3821

Américay utopíaenel siglo XVI

ERANcEscACÁNTÚUniversidadde RomaTre

RESUMEN

Presentándosecomo el Nuevo Mundo por antonomasia,la aparición deAméricahizo quesurgieranimportantesproblemasde reorganizaciónfísica y mentaldel espaciodel mundoen el cual el hombrevivía, transformándosedesdelos primerosañosde sudescubrimientoen un manantialde singularesinterpelacionesdel imaginariosocialeu-ropeo.Américano significó solamenteel descubrimientode nuevastierras,sino tam-biénel descubrimientode unanuevahumanidad.El Nuevo Mundo se imponeconpro-tagonismono sóloen abrirhorizontesdeespacioantesdesconocidos,sinotambiénenelpromnoverla concienciade unanuevaaperturadel tiempo. Comodebíademostraren1516 TomásMoro con su célebreDe optimoReipublicaestatu, deque nova insulaUtopia, seformularoninterrogantesfundamentalesacercade los valoresy de las normasvigentesen la civilizacióneuropea,quesemanifestabaentoncesatravesadapor una pro-fundainquietudy por vastasaspiracionesde reforma.Américaacabasiendoel lugarfí-sicodonderealizarla Utopia.Si seanalizanlas posturasdesdelas reformasinstitucio-nalesy socialesque habríandebidoreestructurar,segúnelobispoVascodeQuiroga,lascomunidadesindígenasdisgregadaspor la Conquistaa la «reformaciónuniversaldelasIndias»elaboradapor LasCasas,a la utopiareligiosay políticade los franciscanosdeMéxico, se obtienenlas líneas de fuerzade un proyectoalternativo,en el que el re-cuerdohistórico de las comunidadescristianasprimitivas, reelaboradoen clave a me-nudo erasmistao milenarista,ofrecenunarepresentaciónutópicade unasociedadra-dicalmentediversa.

Un sentidoparticulartiene la «utopíaandina»,comoproyectoy preanunciodeun«lugar-tiempo»de rescatey de liberaciónpara los indígenas.

Fuerontal vez los rasgosdeutopiaquenacieronen América—unautopiaqueque-ría hacersepráctica—los que,subrayandohastael extremola diversidaddel NuevoMundo,contribuyerona afirmar losderechosde unaigualdadqueno comportabaasi-milación y de unadiferenciaqueno degenerabaen inferioridad.

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Francesca Cantó A,né,icc¡ y utcqffa en el siglo xvi

ABSTRACT

Representedas the New World for antonomasia,the appearenceof Americahuyearísenimportant questionsaboutthe world and it5 physical and mental representa—tions. So lost of new interpretationssprangiii thecuropeansocial imaginary.Arnericanot only meantthediscoveryof new lands, but aÑo thediscoveryof a newhumanit.The New World imposeditself also in prornotingthc conscienceof a newchronologi-cal ditíension.As ThomasMore dernonsíratedin 1516 in his famousDc oprimo Reí-publiccie statu, deque noca insula Utopia, important qucstionsabouteuropeancivilzationvaluesandlaws wereadvanced:at ihe samei.itne that Europewasdeeplycrosscdby manytroublesandreform aspiration,AmericabecaniethephysicalplacewheretheUtopia couid be realised. i f we examinethe different pointsof view. lrom VascodeQuiroga‘5 proje.ct tu reíorm. socially and institutionally, thc nativecommun ities (dis—rupted by the Conq¡.ti.s-¡a), lo dic Bartoloméde Las Casasaspiratonof a «universalre-Iorni of lndias-tandto themex¡canFraneiscanspol itical andsocial utopia,we obtain<he texiureof an alternativeproiect. la this projectthe reminiscenceof Ihe primitive Ch-rí sítancoramuni ties. wassti1 prcsent.wi th someerasmjan andmi llenaristiemli uence,giving an utopierepresentationof aradically different socieíy.

A particularmeaninghasIhe «utopia andina».un indigenousprojectof a «space—time» of redemplionfruta Spanishdondnutit>n.

libe Utopia u Americawascharacterisedby its aspirationto be set in thereality. latías way. underlinethedifferenceof iheNew World, ihe Utopianprojectscontributedto theaffinnat¡onof the right of an equality thatwasnotana.ssimilaíion.andof a dif-fereneethai wasnot un inferiority.

Presentándosecorno un mundo nuevo(el NuevoMundo por antonomasia)América setransformódesdelos primerosañosde su descubrimientoen un ma-nantial de singularesinterpelacionesdel imaginariosocial europeo.Algunoshistoriadoreshanobservadocómo la invenciónde un inundoutópico alcanzaenla edadmodernasu mas Quimol <la ox nre’~ i <Sn clin n,It> —rin rarl’S i ira etc—se

~-~“

descubreun lugarparala utopía:esdecir, América.No existeun cronistade Indiasque,en el transcursode su narración,no re-

vele un itinerariode descubrimientospersonalesde la realidadamericana:de lanoticia a la novedad,variedady belleza natural del nuevo continente,a laaprehensióndesu vastedadgeográficay del número«inmenso»de sus habi-tannes.a las interrogantesantropológicassobrela naturalezadelos indios y desusformasde vida política y social, al problemareligioso de su destinome-tahistóricoen el plandivino de salvación,a la revelaciónde valoresinherentesen «otras»culturas,amenudodenominadasbárbaras,peroquepormuchosde

aníentsusaspectoscomunítarioso suaestiv e ~ renuevan,en la «vie-ja» civilización occidental,el recuerdoy el anhelode tiemposáureosperdidosde inocenciay felicidad.

(,íaj,’rjy,,s dc- Historio Múch-;vyo A>>,>2t)t)2, 1: 45-64 46

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F;ancesca Cantó América y utopía en el siglo xvi

Los cuentosde viaje, puestosporescritoo narradosde vivavoz portestigosdirectoso indirectos,constituyenotrastantasvocacionesparanuevosviajes,re-ales o imaginarios.América representóla gran aventuraintelectualde loshombresdel siglo xvt, todavíaantesde constituirunaexistencialparaaquellosqueatravesaronel océano.Su apariciónhizo que surgieranimportantespro-blemasdereorganizaciónfísicay mentaldel espaciodelmundoenel cual elhombrevivía. No se puedenegarporcompletola impresiónde quea vecesloseuropeosdel siglo XVI vieronenAméricamásla proyecciónde susidease imá-genesmentalesde lo queestenuevocontinenteeraen realidad.Estehechoex-plica lavitalidad, a lo largo del siglo, de las intencionesde encontraren aquelmundo«otro»huellasde existenciade antiguasmitologíasclásicaso de fanta-síascristianasmedievales:másalládedondelas primerasrepresentacionescar-tográficastrazabansus fluctuantescontornos,abriendoespaciosignotos,se cre-yó reconocera la tierra de las Amazonaso de los Gigantes,deEl Dorado,delas milagrosasfuentesde laeternajuventud,de monstruosasdeformacioneshu-manaso naturales.

Se difundió asíentrelos autoresunadisputasobrelos métodoshistorio-gráficos:sobrela historiaquenaceexauditu, comoenPedroMártir de Angle-ría; o sobrela ineludible necesidadde conocerde visu la realidadnarrada,como sostuvierondoshistoriadoresno obstanteenfrentadosentreellos: Barto-lomé de LasCasasy GonzaloFernándezdeOviedo. «Losquehande escribirhistorias—afirnlit Las Casassinreticencia—no [...]hande escribirdeoídasnipor susopiniones,porque [...] la historiaen griego se dicewto -ron rn’ropi~g,id est videre,quequieredecirvery conoscer»¼La economíade estacontro-versiametodológicaestáviva tambiénen Pedro Ciezade León, cuandoelcronistaextemeñodenuncia«los descuydosen quecaentodoslos queescribenpor relacióny cartapaciossin ver ni saberen la tierrade dondeescrivenparapoderafirmar la verdad»2.

Sin embargo,obstáculosde tiempo, de espacio,de mentalidad,de am-biente,de lenguajese opusierona unarápiday verazincorporaciónde Améri-caal horizonteintelectualde Europa.En el pensamientodela épocala «cosa»descubiertasiguiórevistiéndosede un carácterde invencibleambigliedad,quederivabaprincipalmentedel conflicto entreun métodode conocimientoquere-curdaa la comparacióny a la analogíacomoinstrumentosprivilegiadosparalaaprehensióndel NuevoMundo y el ob¡eto de tal conocimiento,querequería

parahacercoincidir la imagenmental con la realidad— la capacidaddeconcebirlo radicalmentedistinto, tantoen el terrenode lanaturalezacomoenelde la antropología.La dificultad inherenteenaproximarsea lo desconocido,a

LasCasas,Bartoloméde: Historia dc tas Indias, Prólogo,en LasCasas,Obras e~scogidas, cd.por]. PérezdeTudela, vol. 1, Madrid, 1957,pS.

Cieza De León. Pedrode: Crónica del Perú. Segunda parre, Edición, prólogo y notas de F.Cantó, Lima 1986,2) ed.. cap. XXtI, p. 63.

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Francesc.a Cantó América y utopía en el sigtc> xvi

lo inesperado,a lo «distintode uno mismo» quehabíacomportadoel Descu-brimientoesexpresadaejemplarmentepor el humanistaespañolHernánPérezde Oliva, cuandoatribuye a los viajesde Colón la finalidad de «mezclarelmundoy dara aquellastierrasextrañasla formade la nuestra»~.Escribíasinembargoel cronistaFranciscoLópezde Gómara:«Sontodas suscosasdife-rentísimasde las del nuestroImundo]»~.Y con mayorprecisioninsistíaTomásde Mercado:«Todo esdiferentísimo:el talento de la gentenatural,la disposi-ción de la república,el mododegobernar.y aunla capacidadpara sergober-íiados» t

Américano significó solamenteel descubrimientode nuevastierras,sinotambiénel descubrimientode unanuevahumanidad.De aquelencuentrona-cieron todas las interrogantesbásicasde la antropologíamoderna:sobre elorigen físico del hombre,el significadode la diversidado de la semejanzadelas culturas, la secuenciacronológicade las civilizaciones,la formay la diná-mica de los procesosde cambiocultural. Tambiénla concienciahistóricadelmundooccidentalno fue másla misma. «Nuevasgentes»queríaen efectode-cir nuevospueblos:o sea,otras sociedades,otras culturas, otras creencias,otrashistorias.Y del conocimientode aquellashistoriasparticularessepropa-gabala urgenciade reconsiderartoda la historia en cuantotal. Américase im-ponecon protagonismono sólo cii abrir horizontesde espacioantesdescono-cidos al conocery actuardel hombre,sino tambiénen el promoveren él laconcienciade unanuevaaperturadel tiempo: «el mundonuncacesaráde en-seflar novedadesa los que vivieren, y tnucho másen estasIndiasquecrí otraspartes»declarabaGonzaloFernándezde Oviedo6.En la experienciade la no-vedaddel presentenació con fuerzala intuición de que la humanidadseen-contrasefrenie a un futuro abierto,en el cual tendríaquealcanzarla verdaderacienciadel mundomirandoadelante:«rodeamosla tierra —aseguraPérezdeOliva——-, medimos las aguas,subirnosal cielo, vernossu grandeza,contamossusmovimient<)sy no paramoshastaDios,el cual no senos esconde»Ñ

1-labiapuesqueemprenderunaauténticacríticadel conocimiento,queim-plicabaen primer lugar unarevisiónde las relacionescon la tradición. El his-toriador florentino FrancescoGuicciardini, embajadoren Españaen los años1512-1514,habíaanotadoa eslepropósitocon granagudeza:«Porestasnave-gacionesseha manifestadohaberseengañadoen muchascosaslos antiguos.

1 No solamenteha confundidoestanevegaciónmuchascosasafirmadaspor

Pérezde01iva, Hernán: tlisto,icí dc la i,, cuzcicin <te las Indias, Bogotá 1965, PP.~3—54.López(le <jáma a. Fiancisco: Hirco-ra 4 e,iej al cje las Inclicus, Ep sto adedicamonaal Enpera—

dor. Madrid. i94 1Mercad>Tomásde: Supo ch ti-ajos y Coooaíc,s, Sevilla. 1 .57 1 . p. 9.Fernándezde0v edo,Gonzalo:1/rs/oria /cnc,cñ y natural dc tas Indias. cd. de J. Amadorde

los Ríos, Madrid, Real Academiade la Historia. 185i-1855.vol. 1. p. 217.PérezdeOliva: Dicílogo dc- la clignid<id <jet hombre, en CInas escogidas de tilósofós, Biblio—

mecadc Autorcs Españoles.t. LXV. Madrid, 1873. p. 393.

<ua<h-í,,>,s <1<- 1/rs! «a Mpdr~rnu A>¡cies

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Francesca Cantó América y utopía en el siglo xvi

los escritoresde cosasterrenales,sino ha provocado,además,algunasansie-dadesen quienesinterpretanlas sagradasescrituras».

Los descubrimientosde ultramar,comodebíademostrarel contemporáneoTomásMoro con sucélebreDe optimoReipublicaestatu,dequenovoinsuloUtopia, publicadoen Lovainaen 1516, sirvierontambiénparaformularinte-rrogantesfundamentalesacercade los valores y de las normasvigentesenunacivilización como la europea,quesemanifestabaatravesadapor unapro-fundainquietudy por vastasaspiracionesde reforma. La aparicióninesperadae imprevistade amplísimosespaciosy de poblacionesquese habíanconserva-do en un estadode total incontaminaciónrespectodel viejo mundo,hizo posi-ble a loshombresdel Humanismoy del Renacimientoel creerllegadoel mo-mento más apto para la edificación de un mundonuevo. Precisamentelaextraordinariafortunaqueconocióla denominación«NuevoMundo»revelaesedeseode unanuevavida en unaEuropaatormentadapor unacrisis de época:crisis queafectabaprofundamentela vida política y económica,la realidadso-cial y cultural, el universode las creenciasreligiosasy de la fe, comodemos-traríael eventoentoncesinminentedela Reformaprotestante.

El descubrimientode América, tomandoforma histórica en ese intensoperiodode transicióny de transformacionesquefue, parael mundooccidental,los siglos Xv y XVI, contribuyóa incrementary generalizarel sentimientodequeel mundono fueraalgo dado,definido y resuelto,sino másbien un pro-blema infinito, irresoluto, objetivamentecuestionable,en el que el hombreparmanecíacomoun peregrino—o tal vezmejor,paramantenerla metáforadereferencia,comoun navegante.Y la utopía,con su fuerzacríticay proyectante,seofreció en estecontextoamericanonuevoy sugerente,perotan necesitadodespuésde los excesosy los abusosde la Conquista,comobrújulaparaorien-tarseenel horizontedel futuro. Y asícomo TomásMoro, conjugandogenial-mentesu acertadacríticamoral y social con el libre juego intelectual,serecu-rrió (con alusión implícita) a un imaginario mundoamericanocon el fin deofrecerun modelonuevoy alternativoa la sociedadeuropea,BartolomédeLasCasasintentó reconstruirun mundo americanocomo podía inspirárselosuImaginaciónde europeo,ansiosode conseguirunaeficazreintegraciónde la so-cíedadindígenaprocesandola dominacióncolonial.

De las reformasinstitucionalesy socialesquehabríandebidoreestructurar,segúnel obispo Vasco de Quiroga, las comunidadesindígenasdisgregadaspor la Conquistaa la «reformaciónuniversalde las Indias»elaboradapor LasCasas,a la utopíareligiosa y política de los Franciscanosde México, seobtie-nenlas líneasde fuerzade un proyectoalternativo,enel queel recuerdohistó-rtco de las comunidadescristianasprimitivas, reelaboradoenclave a menudoerasmistao milenarista,ofrecematerialparala representaciónutópicade unasociedadradicalmentediversa.Esta representación,en conformidad con elprocedimientoutópico que requierecomo esencialla oposiciónideal-reali-dad,tomabafuerzay significadode la contemporáneay radical críticade la so-

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nce.s-ca Cantó América y <¡copia en el siglo xvi

cíedadhispanoamericana,naciday afianzadacon la Conquista:sociedaddel po-der, del dinero,de la violencia,queenel sistemade opresióny de explotaciónde laspoblacionesindígenasno testimoniabatan sólo —segúnsus críticos—elestadode decadenciacristianay civil del Viejo Mundo, sino queinstaurabaymanteníaen la historia unaanti-imagende esa«buenagobernación,justicia ypolicía»,quepor sísolashabríanhechoposible«la conservaciónde estenuevoinundoy no su total acabamiento»5.

En el radicalismode estacríticano debereconocerseun apriorismonega-tivista sobrela presenciade Españaen América,ni un polemismocontroverti-do y partidista,sino la absolutaconvicción en el «imperio» de la razón,quepuededecir críticamente«no» a lo real dado y construirlo de otra manera.Américase convierteen tierra de elecciónalládondela concienciautópicaen-cuentrasu fundamentallibertadde inspiracióíí y —estost es unasingularidadamericana—unairresistible vocaciónde realizarla utopíaparaquela regene-raciónsocial, allí iniciada, «puedasery sermásuniversaly generaly alcancetodas las partes»”,como afirmó el propio Vascode Quiroga.

2

Fue precisamenteVascode Quiroga, humanistacultivado, partícipedelambienteerasmistade la Cortede CarlosV, oidor dela segundaAudienciadela NuevaEspañaen 153<) y, posteriormente,desdeel 1537 hastasu muerteen1565,obispode Michoacán,el queconcibióel proyectode aplicar a la vida delos indios el esquemaideal dela Utopía de Moro, queleyó y anotócuandoyaseencontrabaen el NuevoMundoapartir del ejemplarrecibidodel obispo deMéxico, el lranciscati()Juande Zumárraga.El presupuestocrítico del quepar-te Quirogaes el dequela sociedadespañolaen Américaconstituyela anti-uto-pía de la posibleutopía americana;y ello es así porqueen ella predominala«codiciadesenfrenadade nuestranación»‘<>, como seexpresael proprio Qui-roga. El temacíe la corle a 1a aun t%nw renacenlista es un tonos de la lirera

turareloniiadorautópicade la. época.La avidez,quehacedel dinero la medidacíe todaslas cosas,esestigmatizadapor Moro delenidamenteen el primer librode Utopía. En el dar las primerasnoticiassobrelas poblacionesamericanasPe-dro Mártir de Anglería expresasu esperanzade que hayansido finalmentehall idas gentcscapaccsde vivir «sin el pestilentedinero» Y La codicia.segúnel obispoQuiroga esesí fuerzaantitéticaquehace.quela miseria y la muerte

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atoo vt¡l X Nl íd> íd 1868 p 350.¡bíd nl PP MU 343 388, 467.Anoierú¡ Pcdr<¡ M utír (le: Dc- 0,/sc ¡Vox>>. Parisiis 1586. dcc. 1. cap. III. p. 37.

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Francesca Cantó América y utopía en eí siglo xvi

de los indiosesténsubordinadasal enriquecimientoy a la vida mismade losconquistadores.El gobiernopor partede Españaes por tantoun anti-gobierno,la negaciónde la sociedadperfecta.Porello sedaun ordenamientotal paraelcual senecesitamantenera los súbditosenla miseria,rústicos,bárbaros,divi-didosy dispersos,no instruidos,salvajescomo antes,con el solo fin de poder-semejor aprovecharde elloscomo bestias,animalesprivadosderazón,hastaexterminarloscoíi fatigas, servidumbres,vejacionesexcesivasy estúpidatira-nía. Los súbditos,en efecto,no pudiéndolosoportar,se encuentranencondi-cionesde tenerqueperecertodospor unanecesidadqueno tieneexcusa.

La modalidadantitéticaqueel dominio colonial instauraentierra americanase haceulteriormenteexplícitaen aquellosquepretendenllevar el cristianismomedianteun testimoniode vida totalmentedistinto del mensajeevangélico,síendoasíquelos itidios, «viendolas obrasde guerratancontrariasa las palabrasde la predicaciónde lapazcristiana»,pensaron«quese les tratabaengaño»<2• In-cluso bajo el perfil ético el Autor construyeun paralelismoantitéticoentrela«humildad»,«mansedumbre»,«obediencia»,«sujeción»de aquellaspobresgen-tes y la «soberbia»,«codicia>~,«inhumanidad»,«opresión»de susnuevosseño-res,asíque«todoal fin es unafuerzay violenciay tiranía» >. Porotraparte,Qui-roga no tiene miedo a individualizar también los múltiples defectosde losindianos(su condiciónde ignoranciae incultura,quecalifica debarbarie,un cier-to salvajismo,el primitivismo de susinstitucionespolíticas,su idolatría)si bienestáconvencidode subuenadisposiciónnaturaly de suplenaeducabilidad.

Es de graninterésbuscar,en la tramade su análisis,el fundamentoqueali-mentasu inspiraciónutópica.Quirogaestáconvencidoquecadamal encuentraorigeny explicación en el desconocimiento,por partede los españoles,de la di-versidady peculiaridaddel mundoamericano.Anterior, por tanto,a cualquierac-ción de gobiernodeberíaser la tomade concienciade ladiversidadradicalde eseNuevoMundo«comoen la verdaden todo y por todolo es,y por tal debeserte-nido paraserbien entendido,gobernadoy ordenado,no a la maneray formadelnuestro»‘~. La novedadmásauténticadeeste«otromundonuevo»consiste,se-gún Quiroga, en el hechode que sus habitantes—en su nativa simplicidad—configuranesaedaddeoro descritapor el poetaLucianoensusSaturnalesy «portodosen nuestrostiemposnombraday alabada».Esaedadde oro, másproyec-ción utópicaquememoriadel pasado,ignora«todaslas codicias,ambiciones,so-berbias,fastos,vanaglorias,tráfagosy congojas»que gravan«estenuestrore-voltoso mundo». A todo ello, respondecon la igualdad,el despreciopor losuperfluo,la desnudezy pobrezaenel vestir, la frugalidadde la comida,los pla-ceressimples,la alegríay la «muy grandey libre libertadde las vidas»í5•

<2 Quiroga,«Inlonnación»,op. cii., p. 354.

ibídem. p. 336.‘~ Ibídem, p. 468.“ Ibídem, Pp. 482-483.

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Francesca Cantó América y utopía en el siglo xvt

Dadoque,por otra parte,a la Españacristianase le demandaunamisión decívilización parahacerfructificar las buenasdisposicionesde los naturalesenformasde gobiernomásmadurasy en usosy costumbresmás evolucionadas,conduciendolos indios al senode la Iglesia, al verdaderoconocimientodelos tnisteriosdivinosde salvación,se trataentonces«deproveery ordenarlascosasde nuevamanera[...]. dondeno deberíasertenidopor reheprensiblesi se-gún la diversidady variedaddelas tierrasy gentessevariaseny diversificasen

tétambiénlos estatutosy hordenanzashumanas»

Es interesantenotarcómo la inspiraciónutópica,quealimentala imagina-ción de Quiroga,seexprimetambiénen las relacionescon la Iglesia. Dehecho,sobrela ola de la evangelizacióny de la cristianizaciónen marcha,en la visiónde unatierra «dondesepublicay predicay recibesin resistenciala palabradelSantoEvangelio»y de unagente«tandispuestay tan de ceray aparejadaparalascosasde nuestrareligión cristiana»,el obispove tomar formaa otra Iglesia:«unamuy grandey razonadaIglesia»,«nuevay primitiva», «renaciente[.1 enestaedaddorada,entreestos naturales»>~‘. El llamamientoal modelo de laIglesiaprimitiva, la aspiracióna un retornoa la edadapostólicano sonsólo te-masaislados,sino tambiénrecurrentesentrelos evangelizadores(citemosa LasCasaso a la primerageneraciónde Franciscanosen México), recurrentesin-clust) entrelos humanistascristianosqtíe invocan la ¡enovatio, la rc’formatío dela Iglesiadesutiempo. En todosellos el recuerdode la Iglesiade los tiemposapostóflcosactuano como nostalgiadel pasadosino como memoriasubversivadel presente.

Tras el envio de meínorialesy cartas de petición al Consejode Indias.Quirogacompraalgunastierras,y a dosleguasde distanciade la capitalmexi-canafundaSantaFe, su primer pueblo-hospital,queen 1535 siendoobispodu-plicará a Michoacán.Respectoa las cincuentay cuatrociudadesque com-prendíala isla de Utopía, Quirogase limita a organizartan sólo dos núcleosterritoriales,pero si tomandocomo manual prácticode actuaciónel texto deMoro. Suscomunidadesindígenas ~no conocenla propiedadprivadade la tie-rra, si bientodossuscomponentessoneducadosdesdesu inflíncia cii el traba-jode los campos.Ademásde la agricultura,se ejercitantambién los oficios ar-tesanos.El trabajose desarrollaen comunidady la jornadalaborablees de seishoras,comoen Utopia: y comoen Utopíael ocio estáprohibido.El núcleoso-cíal fundamentalestárepresenladopor la familia patriarcalextensa,queacoge

lbtdc¡n p 364.Ibídem PP. 452, 456. 473, 490.

>< CI ~‘ga:0;d~,»,,,~«.spajavt—<4riarsro ¿1dm ftucp,rc~ft>.vd¿ .Sum>tú Fi’ d,-MÉúiÑs yct’ Mi-cI¡rac no cii Dc>íx Vascc, cte Quiroga, cotnpilaeión (le R. Aguayo Speneer, México. 1940, Pp. 249-267.Para un ustudio más amplio deeste tenía cf, (?at,Iá. Francesca: «Seopersa del Nuovo Mondo e visioneutopíca nel Cmnquecentos>: Sacearo (leí Butfa. Ui>seppa-Lewis, Arthur O.: Licpic¡ e n,c,derniÑ. Icor/ee p~ci’’> ,op<c t¡c ¡¡<II <-mci cnoc/e,-na e po.vimoc/e;-í¡a. R otn a— Rcgg o Cal tbria, 1 989, vol. II. pp. 749—775

(.aad>-rnosd<. ¡lis<u,ia Mo</oc<a A nc/os

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Franeesca Cantó Américay utopía en el siglo Xvi

en su senoa antepasadosy descendientes(«abuelos,padres,hijos, nietosy bis-nietos»)y reúneconjuntamentede ochoa docecasados.El paterfamilias eselegidoentrelos másancianos,al cual todosdebenrespetoy obediencta.

Entrelas familias urbanasseeligen por turno a las familias rústicas,quehande residiren las estanciasparalas granjeríasdel campo.Todos los grandestrabajosestacionalesde la agricultura,como por ejemplola siembray la cose-cha,se realizancomunitariamenteentrela poblaciónurbanay rnral. Los frutosdel trabajocomún sonrecogidosy guardadosen grandesalmacenesparaserposteriormenterepartidosapropiadamentesegúnlas necesidadesde la hacien-da y delos distintosmiembrosde la comunidad.Unavezrealizadala distribu-ción, el excedentesedestinaa los huérfanos,viudas,ancianos,enfermose in-capacitados.No hay dineroy el oro essumamentedespreciado.Los vestidos,tanto en los pueblos-hospitalescomo en Utopía, sonsencillosy cómodos,sinlujo o extravagancias,capacesparaprotegerdel caloro del frío, posiblementede un solocolor y confeccionadosencasa,«sin menesterde sastres»,paraqueseanmásbaratos.La vida social estádefinidapor algunassolemnidadesreli-giosas,paralas cualeslos indios se reúnenpararealizaren comúnla comida,enuna«salagrande.baja»,dispuestaespecialmenteparala ocasión.Los gastosco-rren a cargode la comunidadsiendoen cambio la preparaciónconfiadaa fa-mílias concretas,siguiendoun turno. La comidaha deser«nomuy curiosa,nidefectuosa,sino abundosay muyalegre» >~. Las magistraturasdel gobiernosontodasindígenas,exceptoel regidorsupremo,y electivas.Las reunionesdel ca-bildo tienenlugardetresdíasentresdías,estandoprevistostresdíasconsecu-tivos de deliberacionespara la toma de decisionesimportantes.

Quirogaestimaunacuestiónbásicarestaurarparalos indios unaformaderepúblicay de gobiernotal que seaa «descargode la concienciade todos»ytodoestoes,a su parecer,un «tangrany tan intricadonegocio[...]queno séyosí otro de másmomentoe importanciahayhoy en todoel mundo»20

3

TambiénBartoloméde Las Casassepropusopracticarla utopiaenel Nue-yo Mundo. Su contribuciónsesitúasobredos líneasdistintasy complementa-rias.

Desdeel punto de vista programáticoes necesariohacerreferenciaa losproyectosdereformaagrariapresentadosentre1516y 1520enEspaña,primeroal cardenalregenteFranciscoJiménezde Cisneros,reformadorreligiosode só-lido temple,y despuésal cardenalAdriano de Utrecht,futuro papaAdrianoVI, aJeanLe Sauvagey al grancancillerde CarlosV, MercurinodeGattinara,prota-

‘~ Quiroga,O,cteí¡anzas op. eit., p. 264.2» Idem, Infornzc>cic5n en Derecho, op. cit., p. 497.

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Fiancesc a Cantó A,néíica y uto/~ío en eí sigtc> XVI

gonistajunto al joven Emperadordel gran sueñodel imperio universal.En losproyectosdel clérigo Las Casas,como en los posterioresdel obispoQuiroga,puedeverse la improntade eseracionalismocristianoque segúnJoséAntonioIvlaravalícaracterizabala culturaespañolade la primeramitad del siglo XVI y quese fundamentabaen la pretensiónde cambiarel futuro sin abandonarla historia.

En estapritnera fasede actividadreformadorade Las Casasla reestructu-raciónde la sociedadindígenase basaen la instauraciónen Américade unaso-cíedadprincipalmenteagrícola,escasamentemercantil,queconocemomentosde vida o de propiedadcomunitarios.en la que el trabajode los camposseor-ganizaalíededorde pequeñoscentrosurbanosen unarelacióndeequilibrio deintercambiosy de utilidad recíprocaentreciudady medio rural. Todo ello nosrecuerdala función privilegiada atribuida por Tomás Moro a la economíaauraríaen sucríticaal nacientecapitalismoinglés.Otro paralelistnode gransig-nificación puedeserevocadoaún: cotnoparaLas Casasloscolonizadoreses-pañoles«devoran»a los pobresindios a través (le un trabajo insoportable,gti¡ado por un insaciableafánde riquezas,asíparaMoro los señoresfeudalesingleses«devoran»a las míserasgentesdel campomediantela incontroladaampliacióncíe suspiopiedadesaplicandoel sistema(le las ení losw-e.vParaam-bosautores,la víctima es el mundorural,plagadode virtudesutópicas.

Tal y como fueexpuestoparala islade Utopía.tambiénen Américadebe-rán ser vencidosmalesy vicios inveteradoscomo la pobrezay el dolor, queafligen a la vieja sociedadpeninsular,en la que«ay muchaspersonasde trabajoqueviven necesitadamentey ínuchasay quelas tierrasen uuetrabaianvlabranson arrendadas,que paganmás de rentaqtíe sacande gananciay no alcanzanparasostenerasí y a susmujerese hijos, sino con muchamiseriay trabajo»Ello no podrásucedersin la dtira condenadel espíritu de lucro, ya quesegúnladenunciade LasCasas«la posesióndel oro y de las riquezas[tienel tantase-mejanza y vecindadcon la bienaventuranzay felicidad y por si suficiencia,por consiguiente[pareceque¡ tengarazón(le fin y el fin sea¡o ¡qfinito apeábley desiderable.síguesequecl apetitoy el deseodel cudiciososeainfinito y ve-hemente,y por consígumerítecítte nuncael Vacío desteapetitoen estavida jamássepuedahenchi

La sociedadalternativaseedifica, segúnél, favoreciendounaemigracióncatupesína.«getitellana y humildecomo era menesterparaqtíe concoí-daseconla simplicidady mansedumbrede los indios»2> El objetivo es el deconstituirfamilias tnixtas,unaparejade españolesy cincode indígenas,con el fin de queéstosultimos,en un régimende sustanciallibertad,puedanseriniciadosen elartedel cultivo de los camposy a un régimende vida de mayor«policía».La

:1 Cit. en U inléne, Fernández. Manuel: 1?cnto/c¡n,é cte Las Ccnas, vol. LI: Ca1se//ch, de SM. Car-

los 1. I’o/,Ia</c<r ch Caniaaa, ~ 1 la. 1 96<.) - p. 62<).2= Las Casas, « Futre los remedios [Octavo remedio[, ()hp<g escogidas, Op. cil.. vol. V. Ma-

drid. 1958. p. 85.¡de mu. 1 ho o Icí ch- la.> Inc/las, lib. III. cap. (‘LV t.

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Franeesca Cantó América y utopía en el siglo XVI

compenetraciónentreel mundoindígenay el mundohispánicopodríaserfa-vorecidatambiénpor un régimendematrimoniosmixtos.Proyectossucesivospreveen,por el contrario,unaseparaciónentreciudadesespañolasy pueblosin-digenos,paracuyoshabitantesLas Casasestablecelosmodosde vestir y de ah-mentarse,la edadmatrimonialy la edadparatrabajar,loscontenidosde la edu-cación,la disciplinay los tiemposdel trabajo,queseránmarcadospor «relojesde arena».Se extiendeenla descripcióndel hospital,equipadocon doscientascamas,y del cual nospresentahastala planta«amaneradecmz, conquatroán-guloscuadrados»:enel crucero,un altarparaquelosenfermospuedanasistirala celebraciónde la misa; «y que seael dichohospitalde muy buenamadera,clavadacon clavesdehierro, y cubiertode pajao de caña,queescomohojasde palmasy muy anchas»~‘.

En los escritosde Las Casasy Quiroga,y no en menormedidaenla obraparadigmáticade Moro, sepuedeconstatarcómo el proyectoutópico,quese fo-calizasobreideas-imáginesglobalesy totalizadoras,sedesarrollatambiéna tra-vesde lo cotidiano,representadohastasus másínfimosdetalles.En estasdes-cripcionescadadetalle, en tanto en cuantollamado paradarsignificado a laciudadnueva,es investidopor una fuertecargasimbólicay revelala íntima vo-caciónde la utopiade representarciudadestransparentes(tal y como haseña-lado Bronislaw Baczko25)

La segundalíneaseguidapor Las Casassebasaen unaafirmaciónfunda-mental: a la perfecta«policía»,esdecira la perfectaformade gobierno,co-rrespondeel quelos hombresvivan libremente.Un gobiernoperfectoes un go-biernolibrementeaceptadoy librementeconservado.La libertades,paraLasCasas,el principio que perfeccionael ordenpolítico; por tanto,el primer y prin-cipal remedioparalos malesquesufrenlos indios es el de devolverlessucon-dición naturalde hombreslibres, sin la cual no esposibleesperarbien alguno.

Se tratade unareivindicación totaly plena. Inclusosi las poblacionesnativashubieranaceptadode conformarsecon su estadodesujeción«seríanulay de nin-gúnvalor la tal voluntady no lo podríanhacer»,porque«nopuedenserprivadosde lo quepor ley naturalles compete,quees la libertad»~ En suApologéticaHistoria Sumario Las Casaspretendedemostrarque,antesde la llegadade losespañoles,«[los indios] tenían sus repúblicas,lugares,villas y ciudadessufi-cíentissimamenteproveydasy abundantes,sin queparavivir politica y social-mentey alcanzary gozarde la felicidadcivil [...] le faltasenada[...]porquesontodosnaturalmentede muy sotiles,vivos y clarosy capacíssimosentendimien-tos»27.Porello afirma que, tanto en el pasadocomo en el presente,«susrepú-blicas 1...] seanparaellosperfectasy suficientespor sí, y aunmásperfectasque

24 Las Casas. «Memorial de remed¡os para las Indias”, Obras escogidas, vol. V. cit., p. 25.27 cf~ Baezko. Bronislaw: Lumic5res de tUtopie. París, 1978, cap. 1.~< Las Casas: «Me¡norial 1.] al Rey». Obras escogidas, vol. y, cit., p. ¡83.22 Idem, Ap<¡Iogéiica Histo,ia Samaria, Obras esec¡gidas, cir., vol. III, p. 117.

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I=i.cii;c.esc.ciCantó Amés-ica y idopia en el siglo Xvi

de otras nacionesdondeno hay tanta pazy por consiguienteni justicia, cuyofructo y efectoes la paz»25 Es imposible ignorar la exaltaciónutópicade unaafirmación tal, si se tiene en cuentaqueel proyectoreformadorde Las Casas,comotambiénen buenaparteel de Quiroga,sedirigirá constantementeal inten-to derepristinarla sociedadindígetiaen suscualidades«originarias».

Ningún poderterreno(ni el del papa,ni el del emperador)es para LasCa-sastan grandecomoparapoderrestringirla condiciónde los hombreslibres,yaquela libertades el bien máspreciosoy «si a las personaslibres no se les pue-de tomar suhaciendajustamente,sin culpa suya,contrasu voluntad, muchomenosdeteriorary abatirsu estadoy usurparsu libertad,quea todoprecio y es-tima es incomparable»29

La última y másíadicalafirmacióndeLas Casascontemplarála necesariarestituciónal IncaTitu Cusi Yupanquide todossusdominiosy de los bienesdesussúbditoscomo condición necesariapartí llegar a la expresiónde un libreconsentimientopor partede los indios sobrela parlicipaciónal supremo«im-perio arquitectónico»de la Coronaespañolaenlas Indias: un dominto univer-sal bajo el queencuentrenordeny armoníalasdistintasseñoríasindígenas;unpoderuniversal,entendidopor Las Casasmáscoíno unainstanciamoral y es-piritual quecomoel ejerciciode unafuerzacoactivay militar ~un ecosuges-tivo, a nuestroparecerinnegable,de aquelideal de visión universa!del destinopolítico de Españacultivado y perseguidopor su antiguoprotectory amigo,elcanciller(iattinara.En efecto,afirma Las Casas,«desdesu origentodaslas cria-turasracionalesnacenlibres, 1 ...i porqueen unanaturalezaigual Dios no hizoa utio esclavode otro, sino quea todosconcedióidéntico arbitrio; y la razónesquea tina criaturaraciona.lno se le subordinaa otra, como por ejemploun hom-bre a otro hombre.[...] porquela libertades un derechoingeridoen los hombrespor necesidady por sídesdeel principio de la criaturaracional,y por esoes dederechonatural»1 Porconsiguiente,«si no salede suespontáneay libre y no

•> Ibídeta. p. II 8la>; Cuyas: -<Entre los remedio,’— “o uit., 95.

1 (le01~ Píl,> cipia Qaaedan< cx cjuibas p<ocedeoctunx ev. en 1,-cílados de f,av Baric,Io,í,é dc- Las(asas. ecl. de 1.. t-fanke. M, Giménez Fernández, .1. Pérez de rudela. A. Millares Carl,, y R. Moreno.Mdx <20. 1 966,v il. It. pp. t 249-1251. Vale la pena señalar a este propósito una importante diferenciacutre Bartolomé de Las Casas y Francisco (le Vitotia en relac ion con cl concepto dc libertad, quizás aral de aquellas divergencias a la cuales el ni isolo Las Casas alt> dio i np1 u,tamente en stí Apc/<.gí<s (cd.cte A. Losada. en B. dc las Casas. 01,, os <omup/eto.s - vol. IX M tdríd 1988>, cuando quiso escribir quecl teólogo (le Salarnaísca se lí;>bría expresado «atiqitaliter rern¡ssíus» II >38) en su Reteetio cíe ladis conmotivo (le los títulos en virtud de los cuales los indios podían sur sumO dos a la jurisdicción dc los Es—pañoles, Fu su Re/c’crio dc- 7<>,-, Ruth Vi tor a ¿1 linna que «libert is ci caprív itas i it er bona fort u mute re —

putaoLor’ cd: sic Lv Perefia¿ Y;Abril cí. al 1 Mvíd r¡dl - 198 - í 1 /t,> Las asas concuerda .s(lo parcial —

mente cl u tal atirinacién. Para él «serv tus 1 est accidental ts intuneta líontinibu s a casu et afon uría»: de por sí la seív cl u íuíb re no sc basa eu una causa natu ial no accidental y por tan tu es mí-puesta etilí la tuerza <1 por la ley pOsitiva..Pero la libertad es>’ius insituín hoininibus de necessitate etper se el sic de ure naturali<>: como mal ella es inalienable e iníprescripñble (Las Casas, 11< ReqiaPoíc.>care. cd. de 1.. Peicñna, J. Ni Pérez Prendes, Nt Abril. J. Azc¿irraga, Madrid, 1969. p. 17>.

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Francesca Cantó América y utopía en el siglo xvi

forzadavoluntad de los mismoshombreslibres aceptary consentircuales-quieraperjuicioa la dichasu libertad, todoes fuerzay violento, injusto y per-verso,y segúnderechonaturalde ningúnvalor y entidad,porqueesmutaciónde estadodelibertada servidumbre,quedespuésde la muerteno hayaotro ma-yor perjuicio»3t.

Las Casasno es un doctrinario;él vabuscandoinstrumentoscríticosparacambiarla realidadhistóricaefectualquetienea la vistay quecontrastaradi-calmentecon su más hondo convencimiento,es decir que «aquellasgentes[indianas] todasy aquellospueblosde todoaquelorbesonlibres»~ Y puestodelantede la rebelióny de la resistenciaandinas,quesepropaganen el Perúdelos añosSesenta,no vacilaen afirmar la necesidaddeunacompletarestitucióny losderechosde unainalienablelibertad.Es difícil imaginarla formulacióndeunamásextraordinariautopíade libertadjusto cuandoel siglo xví estabace-rrándoseenel doble reforzamientodel absolutismodel Estadoy de la Iglesiatrasel Concilio de Trento.Así que,escribióel fraile venecianoPaoloSarpien1617,no sin ciería amargura,«todo pareceencaminadoaque seestablezcandosmonarquías.unasobrelos cuerposy otra sobrelas almas»”.

4

No esposibletampocoolvidar la utopíareligiosay política de los Francis-canosenMéxico ‘~, realidadque anosotrosnosinteresaparticularmenteya seaparaestudiarde cercael impactoproducidopor la inspiracióncristianasobreloqueDavid Bleich ha llamadola fantasíamotivante(motivatingfantasy)de lautopía,como parala posibleinterconexiónentremilenarismoy utopía.Preci-samenteenMéxico, entre1530 y 1590 aproximadamente,un sectorcualifica-do de los Franciscanosintentóen variasocasionesdarvida a unacomunidadorganizadaindio-cristiana,enla queun nuevopueblo,representadopor losin-dios, bajo la guíade los religiososhabríainstauradoun reino depazy dejusti-cIa, de verdaderoculto a Dios: unacristiandadnueva,capazde encarnarla ver-dadevangélicaen la pobrezay en la simplicidadde la vida, permaneciendoenla esperalaboriosay orantedela parusía,de la quequeríaproponerseantelahistoria comosignoprofético.

Se tratabade un proyectofundadosobreunaverdaderateologíade la historia,que ofrecíaunalecturaprovidencialy místicadel Descubrimiento;de unautopíaconstruidaen tornoa un puebloconvocadopor el anunciodel reinodeDios y dela salvación,consistenteéstaúltima en la esperanzadel advenimientono sólode

Las Casas, «Entre los remedios>,, op. cii.. 95..0 Ibídem, p. 93.

Sarpi, Paolo: ¡cuece ai proresranti, a cura di M. O. Busnelli, Bari 1931, vol. 1, p. 283.

-“ Cf. Cantú: «Evangelizzazione e culture indigene. 1 Erartcescani in Messieo», LEuropa el’e,’angelizzazione dcl Nuovo Mondo, a cura di L. Vaccaro, Milano, 1995, pp. 165-194.

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Fecíncescc. Cantó América y utopía en el siglo xvi

un nuevocielo sino de unanuevatierrasin opresión.Una utopia,que traducíaenla historia su típica dimensiónde insularidadhaciendode la rigurosaseparacióndel mutido indígenala condiciónnecesariay estructuralparala edificacióndeunarealidadpolítica y socialverdaderamentealternativa.Una utopía,por último,en la que la pobrezahistóricade los indioscoiticidia no con la privacióny el su-frimiento, sino con la esencialidady la desnudezevangélica—una pobrezamesiánica.cíueteníaparalos Franciscanosla fuerzay la graciade un octavosa-cramento,convirtiéitdoseen el medio máseficazpara sustraersea los condicio-namentosdel podery del ordenestablecido.

Comoen el casode Quirogay de Las Casas,franciscanoscomo Motolinia,Sahagún,Mendietano habríanpodidojamásbuscarunaconfiguraciónconcretaa susesperanzasde reforma y de renovaciónsi no hubieranalimentadosuImaginacióncon el sentimiento,ínáso menosmaduro,de la profundadiversi-dadquecaracterizabala identidaddel nuevomundo.

El franciscanoMotolinia esbozael cuadroantíteticode dosmodelosde hu-manidad:el (le los indios y el de losespanoles(esdecir, de los europeos).«Vercon cuántapesadumbrese levantaun españolde su camamuelle,y muchasve-cesle echade ella la claridaddel sol, y luego se pone un monjilazo,porquenole toqueel viento, y pide de vestircomo si no tuviesemanosparalo tomar,yasí le stan visliendocomo a manco: [.1 y porquele ha dadoun pocode frío ode aire, vaseal fuegomientrasquele limpian el sayoy la gorra: y porqueestámuydesmayadodesdela camaa el fuego, no sepuedepeinar,sinohadehaberotro quele peine: después,hastaquevienenlos zapatoso pantuflos y la capa,t.añena misa,y a las vecesva almorzado[.1: ya veréisen quésonirá a la misa:perocornoalcancea ver aDios L--- 1 quedacontentopor no toparcon algúnsa-cerdotequediga un pocodespaciola misaporqueno le quebrantelasrodillas.[.1 Y casi toda la vida se les va sin acordarsede Dios ni de su ánima,sino conalgunosbuenosdeseosquenuncahay tiempoparalos ponerpor obra»~. Unadiferenciaabismalde condición,culturay tuentalidadoponela repúblicade losespañolesa la rcpul)lica cíe los indios: «Estosindios [.1 en sí non tienen es—torbo cíue les itnpidaparaganarel cielol..] Su comidaes paupérriína,y lo mis-moes el vestido:para dormir, la mayorpartede ellosaúnno alcanzaunaeste-ra sana. No se desvelanen adquirir ni guardarriquezas,ni se matan poralcanzarestadosy dignidades.Con su pobremantase acuestan,y en desper-tandoestánaparejadosparaservir Dios. [.1 Son pacientes,sufridossobrema-nera,mansoscomoovejas, [... ¡ humildes,a todosobedientes,yade necesidad,ya de voluntad. [--.1Sin rencillasni enemistadespasansu tiempoy vida, y salena buscar el mantenimientoa la vida humananecesarioy no más»Y «Pues—--~lfi!ma M tolinía— suyots-el-re~~1o-(jeDio~>

Benaveiííe. Ion bio de (Motolmía): Jlisicnia de 1cm indios cíe la N>,esa Espc¡ña, cd. de C. Es-teva, Madrid, L985. p. 126.

Ibídení, PP. 124-125.Ibídem, p. 160.

(o<<d¿¡no.v <1< ¡list<;rio Mo<h,¡<u >1 ,íe¡r<.~

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Francesca Cantó América y utopíaen el siglo xvi

Viviendo su tareaevangelizadoraen el contexto histórico mexicanoenmedio delas másinsuperablescontradicciones,el franciscanoMendietaates-tigua la crecientepersuasión,compartidapor tos teólogosde la Ordenreunidosen México en 1594, de que«nuncaharánbuenacohabitaciónestasdosnacio-nes»“‘. Y de quenecesitabala creaciónde comunidadesindígenascristianaspara las cualesel advenimientodel reino de Dios no fuese sólo el cumpli-míentode unapromisiónescatológicasinola experienciahistóricadesu propiavocacióna representaren la historiala señalprecursorade una«nuevatierra»,dondea los indios se les dieseenfin «repartimientode tierrasparalabrar,queseanpropiassuyasy de susdescendientes»,para quelibres de todoslos que«contrasu voluntad ... los desuelley aperree»pudierans<conservarsey perma-necerhastaqueDios vengaa juzgarel mundo»39.

La utopíacristianade un Evangeliosine glossaencamadoen la historianosólo como ley sinocomo vivenciacompartiday actuadaen lo cotidiano—muytípica del radicalismofranciscano,renovadopor el movimiento de la Obser-vanciade final del siglo xv y por el alientomisioneroquela evangelizacióndeAméricahabíasuscitado—animaen Mendietala visión de unanuevaIglesia.De estanuevaIglesiaserántestigoslos obisposnombradospara apacentarlagrey indiana.A diferenciade los obisposantepuestosal gobiernode los espa-ñoles,ellos«no debríanteneriglesiascatedralesdecanónigosy otras dignida-des,etc., puestraeríancosta, y provechoningunoparalos indios,1<.] no ha-brían de llevar diezmos,ni tenerotrasrentasni granjerías[...] másde recibirv¡etum et vestinientum»«>. Es decir, pastoresquesean«pobrescon suspobresovejas»;pobrezacompartidaen cuantovirtud cristianay mediaciónevangélicaparaactualizarel modelode la Iglesiaprimitiva, pre-costantiniana.

Mendietaes perfectamenteconscientede los problemasimplicadospor la«novedady mutaciónde la costumbreeclesiásticaennegociotan arduo».Sinembargo,reclamael principio quela normacanónicatienecomofin el hombrey no el hombrela norma: «paraestosehadeconsiderarquenuevasregionesynuevasnacionesy nuevosnegocios,nuevasleyesy nuevascostumbresde-mandan>?1.Y todoestovale más«entierray mundonuevo»,«entregentetannuevay tan extrañade nuestranación»42~ Américaesverdaderamenteel Nue-vo Mundo, quehaceposiblepensary proyectarun mundonuevo.

5

No podríamoscerrarnuestrareflexión sin tomaren cuentaun aspectomuyrecientede la investigaciónhistórica,quenosinvita aconsiderardesdeun punto

“ Carta de Religicísos de Nueva España (1539-1594>, México 1941, p. 163~ Ibídem, Pp. 25 y 116.~ Lbídem,p. 123.~> Ibídem, p. 106.42 Ibídem, p. 7.

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bici ,tee.sca Cantó Amé,-ic a y utopía en el siglo xvi

de vista inédito y muy incitador la dinámicay el procesode cambiocultural y dementalidadcausadopor el choqueentreel mundohispánicoy el mundoindige-no ——en particular,por lo que concierneel surgimientode nuevosrasgosen la«utopia americana»,quisierareferirme al mundoandino. En efecto, la intro-ducciónen la coíícienciaandinade lasnocionesfundamentalesdel cristianismoy de la culturaeuropeaabrióenella el espacioparapoderpensary esperarun fu-turo cualitativamentenuevo,alládondela concepcióncíclicadel tiempohabíadesdesiempreencasilladoal futuro dentrodel arquetipodel pasado.Precisamenteunareelaboraciónsocial de la noción tradicionaldel mito con la noción de his-toria, recibida de la cultura occidental,llevó al nacimientode la utopíaandina,como proyectoy preanunciode un «lugar-tiempo»de rescatey de liberación.

La conquistaespañolay susefectosdevastadoresfueron inteípretadosporla concienciaindígenacorno un pachak-uti. Segúnel historiadorargentinoIm-belloni, el términopac-hakutí quieiedecir«el transforníarsede la tierra»43.Ellotndicauna revolucióncataclismática,quese realizadentrode la concepcióncí-clica dcl tiempocontraseñandoel pasajede unaedadcíclica a otra.Estetránsitotraeconsigounainversióndel mundo. En efecto,la conquistaacometióy tras-tomótodas las relacionessocialesy el marcocultural, religioso,político de lasociedadandinatradicional.En su Nueva Crónica y buen gobicí-no el cronistaindígenoGuamanPomasalpicasu narracióncon un puntual,repetido.cuastrí-tual cotuentario.vuelto todavíamáslapidariopor la lormaelíptica: y todo a/fc’—tas. todoel ¿íiundoal ¡-evés.Es la experienciade un naufragiodel sentido,de uncosnusque seha trastornadoen caos,dondela coherenciadel pensamientoan-dino ttadicionalluchacontrael límite de la disolución44.

La influenciadel cristianismoy de los esquemaslógicosdel pensamientoeuropeo-occidentalfueron decisivosparaintroducir cambiosprofundosen elpensamientoandinorelativamentea las nocionestradicionalesdel tiempoy delespacio.La sociedadindígenano teníala concepcióndel tiempolineal, unidi-reccional,gobernadapor principiosabsolutosde ordencronólogicoy de cone-xión causal,pmpia del pensamientoeuropeo:la concepciónde un tiempoquetranscurrairreversibleLnenteorientadopor un eventooriginario (la creacióndelmundo)haciaun Fin último (la parusía,esdecirel retomofinal de Cristo). En e!mundoindígeno,por lo tanto, loshechosy losacontecimientoshistóricoseranpercibidoscomo inscritosoriginalmenteen unaredde mitos y símbolos,queserelacionabandentrodel fluir de un tiempocíclico. El destinofuturo del indivi-duo era,de algunamanera,reguladopor el pasadocolectivo; la interpretaciónde lo acaecidono se realizabatanto cii relación con su conteííidoconcreto,úni-co e irrepetible,como enrelación con un diseñode armoníauniversalqueor-ganizabacostnoy sociedadhumana—annoniaque cíclicamentese ítstablecía

CI. tnsbelbuí. J.: Pa< hc,k,,ci 1X ¡LI John/o coY/co. BuenosAires. 1946.Cl. Cantó: (a.sc¡cíízr.i dA o>e,ica. (‘<anac It, di ana nieniatia in¡pc’ssib/Ic. Roina 1 998 <trad. en

castellano (le la 1.’ e(1., Lina. 19951.

Cí,aderno., ch iiís<>sr,>< Mc<Jc,nc, Anejo.,20112,1:45-64 60

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Franeesca Cantó América y utopía en el siglo xvi

y renovaba.El futuro no podíallevarconsigonadade absolutamentenuevoy laprofecía,a saberaquello que seanticipabaacercade lo nuevo,era al mismotiempomemoriade lo antiguo.

El paradigmabiblico de la historia salutis y la perspectivahistóricadel hu-manismorenacentista,que penetraronlos procesosde aculturaciónde la po-blación indígena,abrieronenel pensamientoandinoun espacioparaunanue-va concienciasincréticade la historia.Impedidopor el abandonodel tiempocíclico el retomodel pasadopre-hispánico,es ya solamentedesdeel futuro quepuederegresaraquellasociedadperfectae inmóvil, representadaen el imagi-nario colectivopor la recuperacióny por la transfiguracióndel pasadoimperiode los Incas.Naceasíla utopíaandina.

En la utopíaandinaseexpresapor partede los indios la tentativay el pro-yectode vencerla situaciónde sujeciónpolíticay defragmentaciónsocio-cul-tural del mundoandinoinstauradacon la conquista.Ello se realizabuscandolaalternativaen el encuentroentrela memoriay lo imaginario.De esteencuentronacela utopíade un retorno:el retomodel Inca.La memoriadel pasadosehaceparadigmade liberaciónparael futuro, alimentandola esperanzade volver aencontrarla propia identidad,enel presenteperdiday despreciada.He ahíunrasgodistintivo de la utopiaandina:la ciudad ideal no estabafueradela histo-ria, tenía un nombre(Tawantinsuyu,el Perú incasico),teníasusgobernantes(los Incas) y su capital(Cuzco).Los andinos,sujetosa la dominacióny a la ex-plotación,empezaronaesperarel regresode suantigualibertad,perono desdeel pasado,comorequeríala concepcióncíclicadel tiempo,sino desdeel futuro:un futuro ucrónicoy útopico,porquetodavíano habíanasimiladola ideade loradicalmentenuevoquetrahiaconsigoel tiempolineal. Peroyaconscientesqueteníanqueesperarmirandoadelantey no atrás.

El 27 dejunio de 1572el capitánMartín GarcíaOñazde Loyola, sobrinodesan Ignacio,que comandabala expediciónenviadapor el virrey FranciscodeToledo,capturóal último inca, TupacAmaru. El capitántestimonióqueel Inca,escapándosede Vilcabambaantesde su prisión, habíallevadocon sí«todoslosídolos para conservaren los indios que quedabanen estereino [del Perú] laesperanzade libertadde que sepodríanlevantary volver asusritos e idola-trías»45.Despuésede habersido catequizadoy bautizado,TupacAmaru fuede-capitadoen la plazamayordel Cuzco,conunaejecuciónespectacular,presen-ciadapor unamultitud de indios: «Estabanlos techadosy plazas,ventanejas,parroquiasde Carmengay sanCristóbaltan pujantesde gentesque,si sehe-charaunanaranja,fuera imposible caeren el suelo,por estarla gentetan es-trechay apretada»46.«Llegó el verdugo—continuael testigodevistaBaltazar

«> Garcia Oliaz deLoyola, Martín: información de servicios, V. M. Mantua (cd.): Juicio dell-ni/les entre el Peruí y Ucd/cia, Barcelona. 1906,vol. VII, pp. 7-8.

Ocampo, Baltazar de: «Descripción de los sucesos históricos de La provinciade Vilcabaniba»,Revista del Archivo Il/sicírico del Cuzco, n. 6 (1955), p. 8.

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trancesc:a Cantó Ansé,-icc¡ y uropící cii ei siglo xvi

de Ocampo—y echándolemanodel cabellocon la manosiniestray con el cu-chillo tajantequeteníaen la diestra,de un golpe se la llevó [la cabeza]y la le-vantó en alto paraquetodosla viesen»<1 La cabezafue puestasobreunapicotay expuestapor ordendel Virrey en la plazay permanecióahíhastaquelos es-pañolesse dieroncuentaque,de noche,los indios veníana adorarla.

Porel cambiode la concepcióndel tiempoqueseocasionóen la concienciaandinacomoefectode Japredicacióncristiana,los acontecimientoshistóricostomaronpoco a poco el lugar de los antiguosmitos formandoel convenci-miento quela historia habí-fadebidodarcuentade la injusticia y de la opresiónpadecida.La ideadepac/íak-uíi fue conjungándose,segúnun dinamismomuyinteresantede transformacionesculturales,con la idea del regresodel Inca.Despuésde la decapitaciónde TupacAmaru, la tradiciónoral andinase apropiósimbólicamenteprecisamentede aquellarealidad,queel virrey Toledohabíadeseadotan crudacon e! fin declaradode quitar a los iíidios toda ilusión sobrela posiblesupervivenciadel Inca. En efecto,se comenzóanarrarquela cabezadel Inca habríasido sacadaporquetodavíaestabaviva y atuenzabalos espa-ñoles. Más bien,en algún lugar escondido,aquellacabezacortadaestabare-generandotodoel cuerpo:a sucompletamiento,el Inca habríahechoretorno.No seaosadoreconoceraquí los rastrosde unacontaminacioncultural con lasideasde la resurrecciónde Cristo y de la teologíapaulinaquedesarrollael temadel mismoCristo,cabezadel cuerpo(místico) quees la Iglesia,por él genera-da y ¡-egenerada.ApuntamosqueInkarrí (contracciónde las dospalabrasInca-reyen unay. al mismotiempo,nombreasurnido en el idiomaquechuaparase-nalaral incaquevaa regresar-)vienedel futuro, porquesu llegadacoincideconacluellade unanuevaera,unaedad«otra»: cuandolo queestáabajosevolveráarriba y arrastraráconsigoa la sociedadandina,haciasu definitiva liberación.Estees el mensajesubversivocon lo quela utopíaandinamanifiestasucarac-ter de modeloalternativo,propio de cadautopía.

6

A mododeconclusión,podemosdecirque el descubrimientode Américacomportó una posterioraventuradel hombre occidental:el descubrimientoque el «yo» europeohacedel «otro» exteíior y lejano, la másextraordinariaaventuraintelectualy cultural imaginableen el albade la edadmoderna.Nin-gún otro contactocon Africa. India o China, que de algunamanerahabíansíempreformadopartedel horizontementaly cultural y de la tradiciónhistóricaCuronea sencnmn-añAcon c<>.-Ic~ ~vtrnño

5entin,a,,t,~ ,-i~ ,..~A;,,.,i a; .,~.-.,.A.,.-i... ~ ~>I. >au>~a1 U>VCISit>du que ci

Viejo Mundovivió con intensidadespecialen su drámaticoencuentrocon elNuevoMundo.

Ibídem. p. It).

<o<ícJc’,nosj< ii/duna M<aícmna A nc—/av

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Francesca Cantó América y utopía en el siglo xvi

En efecto,no se trataparaEuropasolamentedeaceptarel fenómenogeo-gráfico y naturalrepresentadopor América,sino de resolverel problema,ur-gentee inquietante,de la imprevistairrupción enla historiadeunaparteabso-lutamentedesconociday ademásmuy numerosade la humanidad.EstaIrrupción no sólodesbaratólosconocimientosy el ordengeográficoy cosmó-logico establecidos,sinotambiény sobretodo, exigió quese asignaraa esaspo-blacionesun lugar y un sentidoen la historia del génerohumano.El problemadel origen y fin último de las gentesindianas se tornó, desdelos primerostiemposdel descubrimientoy a lo largo del siglo xví, en temaobligadode re-flexión filosófica e investigaciónhistórica,mediantelas cualesla culturaeu-ropeabuscóun reajustecoherentede las basesdel conocimientoy tambiéndela cuncíencíade su propia identidad,puestasenteladejuicio por la radicalno-vedaddel descubrimiento.

Ha sido este encuentroel que ha dotado de significación el tiempo tras1492,un tiempoa la veznuevo—comoescribióLas Casas y «aningúnotroparecido».En estetiemponuevoEuropadescubrióla totalidadde la quefor-mabaparte,mientrasquehastaentonceshabíasido unapartesin el todoporque,tal y como sentencióel mismo Las Casas,«todoel mundoesmundillo com-paradoal mundodestasIndias».

Al respondera los interrogantesantropológicossuscitadosporel encuentro,Las Casasalcanzóla másaltaexpresióncuandoafirmó que«todaslasnacionesdel mundosonhombresy de todoslos hombresy de cadauno delIos esuna,yno más,la definición y éstaes que sonracionales»4t.De ello se deducenece-sariamente,continúaLas Casasen unaperspectivadefinidapor JoséAntonioMaravalí como «cosmopolitismode la convivencia»a», la imposibilidad deque unanación-—y menosquenuncaAmérica—seatotalmentedejuicio tor-pe o bárbaroo disminuidaen la razónhastael puntodeno sabersegobernar,ode no poderrecibir con aprovechamientounasaludableenseñanzaimpartida«por la maneraquerequierela naturalcondiciónde los hombres»,esdecirenrespetode la libertad,de la inteligencia,de la voluntad50.

América representaparala concienciade Europaun nuevoviaje a travésdela dialécticade la identidady de la alteridad.Así pues,dadoquela experienciadel otro conocevarios gradosa partirdel reconocimientodel otro como objetohastaal reconocimientodel otro como subjeto,en cierto modo igual al «yo»quelo conoce,si bien distinto y diferentede él en su propiaindividualidady es-pecificidad,la aprehensióndel indigenapor partedel europeoconociódiversosnívelesy multiples matices.En la mayorpartede loscasoséstosignificó sen-timiento de superioridadétnicay asimilaciónde los indios a supropio mundo.

~ LasCasas:Apologética Historia Sumaíia, op. cit.. p. 128.«< Cf. Maravalí. José Antonio: «Utopia y primitivismo en el pensamiento de Las Casas», Revista

de Occidente, n. t4 ¡ t 1974), PP. 311-388.“~ t-as Casas: Hisio,ia de los Indias, op. cit., p. tI.

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Fí-aneesc ci Cantó Arnética y utopía en el siglo xvi

Fuerontal vez los rasgosde utopíaquenacieronen América—unautopíaquequeríahacersepráctica——losque,subrayandohastael extremola diversi-daddel NuevoMundo, contribuyeronaafirmar los derechosde una igualdadque no comportabaasimilación y de unadiferenciaque no degenerabaen in-ferioridad. Estas«utopiasamericanas»compartíanunacaracterísticamuy es-pecial: no queríanserpurosjuegosintelectuales,sino volverseprácticahic ununc y, así,hacersehistoria.Presidíanel proyectode constrnirunasociedadal-ternativa,«otra»respectoa la sociedadcolonial,articuladasobrela violenciayla explotación indiscriminadade hombresy recursos.Esta violencia y estaexplotaciónera el cuadrodolorido de la vivenciaindígena.En una~‘árduamez-cla de tradición y de aculturaciónlos pueblos andinosintentaronasí, ellosmismos,de construir inteí-sticioshistóricospara sobrevivir, alentadospor supropiautopía (le liberación.

El cronistamestizoGarcilasode la Vega, elevadoa símboloviviente delencuentro(le dosmundos,va a escribir,a comienzosdel siglo xVíí, que«no haymás que un mundo. Y aunquellamamosMundo Viejo y Mundo Nuevo espor habersedescubiertoaquelnuevamenteparanosostrosy no porqueseandos,sino todo uno»~. La cuestiónde la unidaddel mundo,quetanto habíafatiaadooa los geográfosy a los cosmógrafosdel siglo xvi, estápor él situadacon ma-dura reflexión en el terrenode la concienciahistórica.La imagende Américacomo «mundode las antípodas»fue el origen,en el siglo XVt, de la represen-taciónmentale iconográficade unahumanidadquevivía enun mundoabajo-arriba.La imagende individuosqueteníanlos pies ahídondedeberíanhaberte-nido la cabezaseconstituyóenun símbolopor nadaingenuode la diversidadde los nativosamericanos.Peroel mismo Garcilasode la Vega observóque,siel mundoes redondo,es evidentequetengaantípodas.Lo queen todocasopre-sentamayordificultad esdiscernir«cuálesprovinciasseanantípodasde cuá-les» ~ No por casualidadBartoloméde Las Casashabíaescritosalgunosde-cenios antesen su I-ILsíoria de las Indias que el conocimientode la historiailumina la concienciay es un deberimprescindiblenon tan sólo parael histo-riadorsino para cadahombre,porqueel hombrees libre y como tal absoluta-mente responsable.El doble semblante,españoly andino, de la utopia enAmérica quehemosintentadoesbozarnos sugiereque no podrállegar aquel«nuevomundo»que cada«hoy» esperay aguardaen su mirar haciael futurosino seedificarásobrela epifaníadel otro.

Vega,Ciareilaso de la. el tnca: Coo¡eíí taiios icales cíe los Inc os, lib. 1, cap. 1.V Ibídem.

(ioc,c/erríos de itisioria Moderna A nejas

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