17 l quinceañosdespués (l) - uab barcelona · madrid,jueves 15denoviembrede1990·...

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Madrid, jueves 15 de noviembre de 1990· 11~':7Swt:J 20 OPINION Uníversítat Autónoma de Barcelona Biblioteca d'Humanitats EL INDEPENDIENTE / 17 L leguéa Lisboa en el mismo vuelo que el poeta catalán, y en catalán, Alex Susanna. No se veía nada: la más impía lluvia de noviembre, la más dura y maligna, nos recibió como una cabronada que iba a durar los días que allí estuve. ¡Ah, mi paraguas italiano y plegable! Bendije a mi mujer, que sabe cosas raras y dificiles, y que es capaz de descifrar los boletines de meteorología y de adivinar cuando miento o no miento. Un coche .negro, inmenso, con chófer de la Embajada española, nos condujo al hotel Embaixador. Nuestro cuerpo di- plomático mejora, al menos para mí. Una ducha, cambiarse de traje, y a la sede del Fórurn Picosas, al certamen ti- tulado «Livros de Espanha». Ahí' empie- zo a enterarme de qué va la cosa. Es una iniciativa conjunta: por parte portuguesa colaboran la Secretaría de Estado de Cultura, el Instituto Portugués do Livro de Leiture y la Associacao Portuguese de Editores eLivreiros; y P9r parte espa- ñola participan el Ministerio de Cultura, la Dirección General.del Libro y Biblio- tecas y el Centro de las Letras Españo- las. . Se exponen más de3.500 libros de to- .dos los géneros, publicados en España en los últimos años. Malévolamente compruebo que estoy aquí representado por seis o siete títulos. Menos da una piedra. Me encuentro con Pilar y José Saramago, más enamorados que nunca, alegría grande, besos y abrazos, nos sa- can fotos, por bonitos. Mas nos inte- rrumpe la llegada del secretario de Esta- do de Cultura, Pedro Santana Lopes, y de nuestro ministro de Cultura, Jorge Semprún, cada uno con su séquito, tal como manda el protocolo. Junto a Sem- . prún distingo a Juan Manuel Velasco (que ha venido sin Ana Puértolas, por fastidiarme será, ya que ella llegará cuando yo me haya ido, y sin poder mi- rarla), y también a Jesús Moreno Sanz, director del Centro de las Letras Españo- las. L os discursos, cantados; y saluda- mos al terceto español. Luego, un rápido recorrido por el enorme re- . cinto. Son las 18horas; -enPortugal, éla- ro, en España es una hora menos. Todos abajo, á la sala de actos; tras de la mesa, en pompa están críticos y escritores que hablaron por elorden que diré..presenta- dos, uno por uno, por el poeta portugués Fernando Assis Pacheco; Rafael Conte, fino y ceñido, que comprime la no".~la Encuentro en Lisboa Quince años después (l) JOSE AGUSTIN GOYTISOLO española de posguerra de Cela a Luis. Landero; Angel Crespo, no cree en las generaciones y hace'bien, y que se cen- tra 'en las vanguardias olvidadas, caso. Carlos Edmundo de Ory y su postismo; sigue la elegante Fanny Rubio, que cqmpletfl elpanorania poético' detla pos"- , . guerra y se detiene muy especialmente en el llamado grupo del 50; María Fer- nanda Abreu, divulgadora de la litera- tura española en Portugal y de la portu- guesa en España, que cuenta 10mucho que queda por hacer; Carlos Cesares explica, en rápido' barrido, el panora-' .. ma actual de la literatura gallega; y Cé- sar Antonio Melina cierra muy bien el acto hablando del rol de la prensa co- mo plataforma y escuela 'de formación ·de escritores. Rápidamente a la hermosísima Em-" baj ada de España, que aún están remo- zando, y que Raúl del Pozo y yo vimos arder allá por 19>75o así. ¡Raúl del Po- zo! Se me cruzan los cables. ¿Qué ha- go en Lisboa yo si no está Raúl? ¡Ay, Raúl, Lisboa ha envejecido, y tus ad- ·miradoras también, yeso me hace pen- sar que asimismo y yo hemos enve- jecido, "Quería- afeitarme- 'por lo de la . Embajada, y no 10hice para no ver mi ros~o en el espejo. ,,' E ' l·embajador, Gabriel Ferrán, nos espera y saluda en el vestíbulo. Es . .persona culta y amable, y está fe- liz de tenemos reunidos; portugueses y españoles mezclados, eso va bien. Los canapés, los zumos, el café y las bebidas con espíritu. Puedo saludar a otras gen- tes, cosa que antes no pude hacer. Los portugueses trie preguntan por los espa- ñoles que no han venido; A1berti, Cela, Benet, Vázquez Montalbán, Sánchez Ferlosio, Juan Marsé, mis hermanos Luis y Juan, Montserrat Roig (aquí la quieren mucho, yo también), Angel González, Claudio Rodríguez, Caballe- ·ro Bonald, García Hortelano, Carmen Riera(sí, 10adivinaron, tambiénla quie- ro mucho, muchísimo) ... No sé. Quizás aún alguno llegue, esto se alarga hasta diciembre; muchos se hallan fuera de España, o tal vez tienen demasiado tra- bajo.tperotodos están' bien, trabajando, claro que.sí. Al salir, la gente está transida de can- sancio. Otros queremos cenar, natural- mente. Es tarde, y muchosrestaurantes ya cerraron. La solución está, como siempre, en el Barrio Alto. En la Cerve- jaria da Trinidade nos acogen, pero hay .'que formar grupos pequeños, no dispo- nen a estas horas de mesas grandes. Me toca una mesa que hacemos presidir a Rafael Conte, episcopal y sabio. Todo perfecto; buen pescado, charla bonita, café y copa, y después ajugar a «los chi- nos», que la vida es corta. Mé costó, pe- ro les metí un pufo a Conte y a Sarrión. El alma en pena de Mao me protegía. Al embaixador, a dormir, el día ha si- do duro. Sigue lloviendo sin caridad ninguna. En la callé, todo el mundo se disputa mi compañía; por el paraguas, claro..

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Page 1: 17 L Quinceañosdespués (l) - UAB Barcelona · Madrid,jueves 15denoviembrede1990· 11~':7Swt:J 20 OPINION Uníversítat Autónoma deBarcelona Biblioteca d'Humanitats ELINDEPENDIENTE

Madrid, jueves 15 de noviembre de 1990·

11~':7Swt:J 20

OPINIONUníversítat Autónoma deBarcelona

Biblioteca d'HumanitatsEL INDEPENDIENTE / 17

Llegué a Lisboa en el mismo vueloque el poeta catalán, y en catalán,Alex Susanna. No se veía nada: la

más impía lluvia de noviembre, la másdura y maligna, nos recibió como unacabronada que iba a durar los días queallí estuve. ¡Ah, mi paraguas italiano yplegable! Bendije a mi mujer, que sabecosas raras y dificiles, y que es capaz dedescifrar los boletines de meteorología yde adivinar cuando miento o no miento.Un coche .negro, inmenso, con chófer dela Embajada española, nos condujo alhotel Embaixador. Nuestro cuerpo di-plomático mejora, al menos para mí.Una ducha, cambiarse de traje, y a la

sede del Fórurn Picosas, al certamen ti-tulado «Livros de Espanha». Ahí' empie-zo a enterarme de qué va la cosa. Es unainiciativa conjunta: por parte portuguesacolaboran la Secretaría de Estado deCultura, el Instituto Portugués do Livrode Leiture y la Associacao Portuguesede Editores e Livreiros; y P9r parte espa-ñola participan el Ministerio de Cultura,la Dirección General.del Libro y Biblio-tecas y el Centro de las Letras Españo-las. .Se exponen más de 3.500 libros de to-

.dos los géneros, publicados en Españaen los últimos años. Malévolamentecompruebo que estoy aquí representadopor seis o siete títulos. Menos da unapiedra. Me encuentro con Pilar y JoséSaramago, más enamorados que nunca,alegría grande, besos y abrazos, nos sa-can fotos, por bonitos. Mas nos inte-rrumpe la llegada del secretario de Esta-do de Cultura, Pedro Santana Lopes, yde nuestro ministro de Cultura, JorgeSemprún, cada uno con su séquito, talcomo manda el protocolo. Junto a Sem- .prún distingo a Juan Manuel Velasco(que ha venido sin Ana Puértolas, porfastidiarme será, ya que ella llegarácuando yo me haya ido, y sin poder mi-rarla), y también a Jesús Moreno Sanz,director del Centro de las Letras Españo-las.

Los discursos, cantados; y saluda-mos al terceto español. Luego, unrápido recorrido por el enorme re- .

cinto. Son las 18 horas; -en Portugal, éla-ro, en España es una hora menos. Todosabajo, á la sala de actos; tras de la mesa,en pompa están críticos y escritores quehablaron por el orden que diré..presenta-dos, uno por uno, por el poeta portuguésFernando Assis Pacheco; Rafael Conte,fino y ceñido, que comprime la no".~la

Encuentro en Lisboa

Quince años después (l)JOSE AGUSTIN GOYTISOLO

española de posguerra de Cela a Luis.Landero; Angel Crespo, no cree en lasgeneraciones y hace'bien, y que se cen-tra 'en las vanguardias olvidadas, caso.Carlos Edmundo de Ory y su postismo;sigue la elegante Fanny Rubio, quecqmpletfl elpanorania poético' detla pos"-, .

guerra y se detiene muy especialmenteen el llamado grupo del 50; María Fer-nanda Abreu, divulgadora de la litera-tura española en Portugal y de la portu-guesa en España, que cuenta 10 muchoque queda por hacer; Carlos Cesaresexplica, en rápido' barrido, el panora-'..

ma actual de la literatura gallega; y Cé-sar Antonio Melina cierra muy bien elacto hablando del rol de la prensa co-mo plataforma y escuela 'de formación· de escritores.Rápidamente a la hermosísima Em-"

baj ada de España, que aún están remo-zando, y que Raúl del Pozo y yo vimosarder allá por 19>75o así. ¡Raúl del Po-zo! Se me cruzan los cables. ¿Qué ha-go en Lisboa yo si no está Raúl? ¡Ay,Raúl, Lisboa ha envejecido, y tus ad-· miradoras también, yeso me hace pen-sar que asimismo tú y yo hemos enve-jecido, "Quería- afeitarme- 'por lo de la. Embajada, y no 10 hice para no ver miros~o en el espejo.

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E'l· embajador, Gabriel Ferrán, nosespera y saluda en el vestíbulo. Es

. . persona culta y amable, y está fe-liz de tenemos reunidos; portugueses yespañoles mezclados, eso va bien. Loscanapés, los zumos, el café y las bebidascon espíritu. Puedo saludar a otras gen-tes, cosa que antes no pude hacer. Losportugueses trie preguntan por los espa-ñoles que no han venido; A1berti, Cela,Benet, Vázquez Montalbán, SánchezFerlosio, Juan Marsé, mis hermanosLuis y Juan, Montserrat Roig (aquí laquieren mucho, yo también), AngelGonzález, Claudio Rodríguez, Caballe-· ro Bonald, García Hortelano, CarmenRiera(sí, 10adivinaron, tambiénla quie-ro mucho, muchísimo) ... No sé. Quizásaún alguno llegue, esto se alarga hastadiciembre; muchos se hallan fuera deEspaña, o tal vez tienen demasiado tra-bajo.tperotodos están' bien, trabajando,claro que.sí.Al salir, la gente está transida de can-

sancio. Otros queremos cenar, natural-mente. Es tarde, y muchosrestaurantesya cerraron. La solución está, comosiempre, en el Barrio Alto. En la Cerve-jaria da Trinidade nos acogen, pero hay.'que formar grupos pequeños, no dispo-nen a estas horas de mesas grandes. Metoca una mesa que hacemos presidir aRafael Conte, episcopal y sabio. Todoperfecto; buen pescado, charla bonita,café y copa, y después ajugar a «los chi-nos», que la vida es corta. Mé costó, pe-ro les metí un pufo a Conte y a Sarrión.El alma en pena de Mao me protegía.Al embaixador, a dormir, el día ha si-

do duro. Sigue lloviendo sin caridadninguna. En la callé, todo el mundo sedisputa mi compañía; por el paraguas,claro..