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  • 1. ndice:La Vida de San PabloJames Stalker Captulo 1: Lugar de Pablo en la Historia Captulo 2: Su Preparacin Inconsciente Para Su Obra Captulo 3: Su Conversin Captulo 4: Su Evangelio Captulo 5: La Obra Que Aguardaba al Obrero Captulo 6: Sus Viajes Misoneros Captulo 7: Sus Escritos y Su Carcter Captulo 8: Cuadro de Una Iglesia Paulina Captulo 9: La Gran Controversia de Pablo Captulo 10: El Fin Captulo 1LUGAR DE PABLO EN LA HISTORIAEl hombre necesitado por el tiempoHay algunos hombres cuya vida es imposible estudiar sin recibir la impresin de que fueronenviados al mundo expresamente para hacer una obra demandada por las exigencias de la pocaen que vivieron. Por ejemplo, la historia de la Reforma no puede ser leda sin admirar ladisposicin providencial por la que hombres tan grandes como Lutero, Zwinglio, Calvino yKnox se levantaron simultneamente en diferentes partes de Europa con el objeto de romper elyugo del papado y publicar de nuevo el evangelio de gracia. Cuando el avivamiento evanglico,despus de haber sido de bendicin para Inglaterra, estuvo prximo a romper en Escocia yterminar el triste reino del Moderatismo, se levant con Toms Chalmers una inteligencia capazde absorber por completo el nuevo movimiento y de bastante simpata e influencia paradifundirlo hasta en los ms remotos confines de su pas natal.Ninguna vida mejor que la del Apstol San Pablo ha producido esta impresin de quevenimos hablando. El fue dado al cristianismo cuando ste se hallaba en los primeros momentosde su historia. El cristianismo, en verdad, no era dbil, y ningn hombre puede ser consideradocomo indispensable para aquel, pues llevaba en s mismo el vigor de una existencia inmortal ydivina que no poda menos de revelarse en el curso del tiempo. Pero si reconocemos que Dioshace uso de los medios que se recomiendan aun a nuestros ojos como adaptados al fin que tienedelante, entonces debemos decir que el movimiento cristiano, en el momento en que se present

2. San Pablo en la palestra, necesitaba en extremo de un hombre de extraordinarias dotes, quien,posedo de genio, lo incorporase en la historia general del mundo; y en Pablo encontr al hombreque necesitaba.Un tipo del carcter cristiano El cristianismo obtuvo en Pablo un tipo incomparable del carcter cristiano. En verdad, yaposea el modelo perfecto del carcter humano en la persona de su fundador; pero l no fue comootros hombres, porque nunca tuvo que luchar con las imperfecciones del pecado; y elcristianismo necesitaba an demostrar lo que poda hacer de la naturaleza humana imperfecta.Pablo proporcion la oportunidad para demostrar esto. Naturalmente era de gran fuerza y alcancemental. Aun si nunca hubiera sido cristiano siempre habra sido un hombre notable. Los otrosapstoles habran vivido y muerto en la oscuridad de Galilea si no hubieran sido elevados a unlugar prominente por el movimiento cristiano; pero el nombre de Saulo de Tarso hubiera sidorecordado bajo algn carcter, aun cuando el cristianismo nunca hubiera existido. En Pablo elcristianismo tuvo la oportunidad de demostrar al mundo toda la fuerza que traa consigo. Pabloestaba convencido de esto, aunque lo expres con perfecta modestia cuando dijo: "Por esto fuirecibido a misericordia para que Jesucristo mostrase en m el primero toda su clemencia paraejemplo de los que haban de creer en l para vida eterna". Su conversin prob el poder del cristianismo para destruir las ms fuertes predisposicionesy estampar su propio tipo en una gran naturaleza por una revolucin tan instantnea comopermanente. La personalidad de Pablo era tan fuerte y original, que de cualquier hombre sehubiera esperado, menos de l, un cambio tan completo; pero desde el momento en que tuvocontacto con Cristo qued tan dominado por su influencia que por todo el resto de su vida sudeseo dominante fue el de ser un mero eco y reflexin de Aquel para el mundo. Pero si elcristianismo demostr su fuerza por la tan completa conquista que hizo de Pablo, no demostrmenos su valor en la clase de hombre que de l hizo, cuando Pablo se entreg a su influencia.Satisfizo las necesidades de una naturaleza peculiarmente hambrienta, y nunca, hasta el fin de suvida, revel en lo ms mnimo que esta satisfaccin hubiese disminuido. Su constitucin originalestaba compuesta de materiales; finos: pero el Espritu de Cristo, pasando a ellos, los levant aun grado de excelencia del todo sin igual. Ni a l mismo ni a otros le fue dudoso que lainfluencia de Cristo le hiciera lo que l fue. El verdadero lema de su vida sera su propia frase: "yya no vivo yo, mas vive Cristo en m". En verdad, Cristo fue tan perfectamente formado en lque podemos estudiar el carcter de Cristo en el suyo; y los principiantes tal vez puedenaprender mucho ms de Cristo por el estudio de la vida de Pablo que por la de Jess. Haba enCristo mismo una concurrencia tal de todas las excelencias que impidi que su grandeza fueravislumbrada por el principiante a la manera como por la perfeccin misma de las pinturas deRafael quedan decepcionados los ojos sin educacin cuando las ven. En Pablo, en cambio, unospocos de los ms grandes elementos del carcter cristiano estuvieron expuestos con tan claradeterminacin que ninguno puede dudar de su existencia, as como las caractersticas msprominentes de las pinturas de Rubens pueden ser apreciadas por cualquier espectador.El pensador del cristianismo En segundo lugar, el cristianismo obtuvo en Pablo un gran pensador. Por el momento estoera especialmente lo que necesitaba. Cristo haba partido del mundo, y aquellos a quienes dej 3. para que le representaran eran pescadores sin instruccin, y la mayor parte sin ningunanotabilidad intelectual. En un sentido, este hecho demuestra una gloria peculiar del cristianismo,porque prueba que no debe el lugar que tiene como una de las grandes influencias del mundo alas habilidades de sus representantes humanos: no por fuerza, ni por poder, sino por el Espritude Dios se estableci el cristianismo en la tierra. Sin embargo, si miramos al pasado, claramentepodemos ver cuan esencial era que un apstol de educacin y carcter diferentes se levantara. Cristo una vez por todas haba manifestado la gloria del Padre y haba completado su obraexpiatoria. Pero esto no era suficiente. Era necesario que el objeto de su venida se explicara almundo. Quin era el que haba estado aqu? Qu fue lo que precisamente hizo? A estaspreguntas los primeros apstoles podan contestar con respuestas breves y populares; peroninguno de ellos tena el alcance intelectual o la disciplina mental necesarios para respondersatisfactoriamente al mundo de las inteligencias. Felizmente no es esencial a la salvacin podercontestar a tales cuestiones con exactitud cientfica. Hay muchos que conocen y creen que Jessfue el Hijo de Dios y muri para la remisin de los pecados, y que confiando en El como en suSalvador son purificados por la fe, pero que no podran explicar estas afirmaciones sin caer enequvocos en casi cada frase. Sin embargo, si el cristianismo haba de hacer una conquista tantomoral como intelectual del mundo, era necesario para la iglesia haberse explicado exactamente lacompleta glora de su Seor y el significado de su obra salvadora. Por supuesto, Jess habatenido en su mente una comprensin tanto de lo que fue como de lo que hizo, tan clara como laluz del sol. Pero era uno de los aspectos ms patticos de su ministerio terrestre el hecho de queno poda declarar toda su mente a sus seguidores. Ellos no eran capaces de llevarla; erandemasiado rudos y limitados para entenderla. Jess tena que llevarse del mundo sus msprofundos pensamientos sin haberlos expresado, confiando con una fe sublime en que el EsprituSanto guiara su iglesia en el curso de su desarrollo subsiguiente. Aun lo que l expres fueentendido muy imperfectamente. Haba una inteligencia, es cierto, en el crculo original de losapstoles, de las ms bellas cualidades y capaz de remontarse a las mayores alturas de laespeculacin. Las palabras de Cristo penetraron en la mente de Juan, y, despus de haberquedado en ella por medio siglo, aparecieron y crecieron en las admirables formas en que lasheredamos en su Evangelio y Epstolas. Pero aun la mente de Juan no era apropiada a lasexigencias de la iglesia; era demasiado fina, mstica y rara. Sus pensamientos son an hoy da laposesin especial de las inteligencias ms ilustradas y espirituales. Se necesitaba de un hombrede pensamientos ms vastos y ms slidos, que bosquejara el primer contorno de las doctrinascristianas; y tal hombre se encontr en Pablo. Pablo fue un gran pensador por naturaleza. Su inteligencia fue de extensin y fuerzamajestuosas; trabajaba sin descansar; nunca fue capaz de abandonar un asunto que tuviera entremanos, sino cuando lo haba perseguido hasta sus primeras causas, y cuando haba vuelto denuevo a demostrar todas sus consecuencias. No le era bastante saber que Cristo fue Hijo de Dios;tena que descomponer este hecho en sus elementos y entender precisamente lo que significaba.No le bastaba creer que Cristo muri por los pecadores; necesitaba ms; tena que investigar porqu fue necesario que lo hiciera as y cmo su muerte los lav. Pero no solamente posea estepoder especulativo por naturaleza, sino que su talento fue desarrollado por la educacin. Losdems apstoles eran hombres iliteratos, pero l reuna los ms completos adelantos de la poca.En la escuela rabnica aprendi la manera de arreglar, afirmar, y defender sus ideas. Tenemos laprueba de todo esto en sus epstolas, que contienen la explicacin mejor que el mundo posee delcristianismo. El verdadero modo de verlas es considerarlas como la confianza en las enseanzaspropias de Cristo. Ellas contienen los pensamientos que Cristo no expres cuando estuvo en la 4. tierra. Por supuesto, Jess las hubiera expresado de una manera diferente y mucho mejor. Lospensamientos de Pablo en todo tienen el colorido de sus propias peculiaridades mentales; pero ensustancia son los mismos que los de Cristo, si l los hubiera expresado. Hubo especialmente un gran asunto que Cristo tena que dejar sin explicacin: su muerte. lno poda explicarlo antes de que sucediera. Este fue el tema principal del pensamiento de Pablo:ensear por qu la muerte de Cristo fue necesaria y cules fueron sus benditos resultados. Peroen realidad no hay ningn aspecto de la vida de Cristo que no fuera penetrado por su menteinfatigable e investigadora. Sus trece epstolas, cuando estn arregladas en orden cronolgico,demuestran que su mente de continuo penetraba ms y ms en lo profundo del asunto. Losprogresos de sus pensamientos fueron determinados en parte por los progresos naturales de supropia experiencia en el conocimiento de Cristo, porque siempre escribi de su propiaexperiencia; y en parte por las varias formas de error con las cuales tena que encontrarseconstantemente. Estas vinieron a ser medios providenciales para estimular y desarrollar sucomprensin de la verdad; as como en la iglesia cristiana la aparicin del error ha sido el mediode excitar las ms claras afirmaciones de doctrina. Sin embargo, el impulso gobernante de supensamiento como de su vida siempre fue Cristo; y fue su devocin eterna a este inagotable temalo que le constituy en el gran pensador del cristianismo. En tercer lugar, el cristianismo obtuvo en Pablo al misionero a los gentiles. Es raro encontrarunido el ms alto poder especulativo con la mayor actividad prctica; pero en l estuvieronunidas ambas cosas. No solamente fue el pensador ms grande de la iglesia, sino el obrero msinfatigable que sta haya posedo. Hemos considerado la tarea especulativa que le aguardabacuando se uni con la comunidad de los cristianos. Pero hubo una tarea prctica no menosestupenda que tambin le aguardaba. Esta fue la evangelizacin del mundo gentil. Uno de los grandes objetos de la venida de Cristo fue romper el muro de separacin entrejudos y gentiles y hacer las bendiciones de salvacin propiedad de todos los hombres sindistincin de raza o idioma. Pero no le fue permitido llevar este cambio a la realizacin prctica.Fue una de las extraas restricciones de su vida terrestre, el ser enviado solamente a las ovejasperdidas de la casa de Israel. Fcilmente puede imaginarse cunto congeni dicha tarea con sucorazn intensamente humano, para llevar el evangelio ms all de los lmites de Palestina yproclamarlo de nacin en nacin. Pero l fue quitado en la mitad de sus das, y tena que dejar latarea para sus seguidores. Antes de la aparicin de Pablo en la escena, la ejecucin de dicha obra haba ya comenzado.Se haban disipado parcialmente las preocupaciones de los judos, el carcter universal delcristianismo en cierto grado haba quedado establecido, y Pedro haba dado acceso a los primerosgentiles en la iglesia por el bautismo. Pero ninguno de los primeros apstoles se haba colocado ala altura de la emergencia. Ninguno de ellos pudo comprender la idea de una igualdad perfectade judo y gentil, y aplicarla a todas las consecuencias prcticas; y ninguno de ellos tena lacombinacin de dones necesaria para aventurarse en la conversin del mundo gentil en grandeescala. Ellos fueron pescadores de Galilea, bastante aptos para ensear y predicar dentro de loslmites de Palestina; pero ms all de Palestina estaba el gran mundo de Grecia y Roma; elmundo de grandes poblaciones, de poder y cultura, de placeres y ocupaciones. Se necesitaba unhombre de ilimitadas aptitudes, de educacin, de inmensa simpata humana, para ir all con elmensaje del evangelio. Un hombre que no solamente fuera un judo a los judos, sino un griego alos griegos, un romano a los romanos, un brbaro a los brbaros; un hombre que no solamente seencontrara con rabes en sus sinagogas, sino con orgullosos magistrados en sus cortes y confilsofos en sus centros de educacin; un hombre atrevido, que viajara por tierra y por mar, que 5. demostrara su presencia de nimo en todas circunstancias y que no se acobardara por dificultadalguna. Ningn hombre de talla semejante perteneci al crculo de los primeros apstoles, pero elcristianismo necesitaba uno de tales condiciones y lo encontr en Pablo. Originalmente apegadode un modo ms estricto que cualquier otro de los apstoles a las peculiaridades y prevencionesdel exclusivismo judaico, apart su camino del matorral de estas distinciones, acept la igualdadde todos los hombres en Cristo, y aplic inflexiblemente ese principio en todos sus fines. Dio sucorazn a la misin entre los gentiles, y la historia de su vida es la historia de cuan sincero fue ensu vocacin. Nunca hubo tal sencillez de atencin y tal entereza de alma. Nunca hubo energa tanincansable y sobrehumana. Nunca hubo tal acumulacin de dificultades tan victoriosamente dominadas, ni desufrimientos, motivados por la defensa de causa alguna, tan alegremente sobrellevados. En lestaba Jesucristo para evangelizar al mundo, haciendo uso de sus manos y de sus pies, de sulengua, su cerebro, y su corazn, para hacer la obra que no le haba sido posible hacerpersonalmente a causa de los lmites de la misin que tena que cumplir. *** Captulo 2SU PREPARACIN INCONSCIENTEPARA SU OBRAFecha y lugar de su nacimiento Las personas cuya conversin ha tenido lugar en la edad adulta, suelen verretrospectivamente hacia el perodo de su vida anterior a su conversin, con tristeza y vergenza,y desean que una mano obliteradora lo borre del registro de su existencia. San Pablo experimentcon fuerza este mismo sentimiento; hasta el fin de sus das estuvo rodeado por el espectro de susaos perdidos, y sola decir que l era el menor de todos los apstoles, que no era digno de serllamado apstol, porque haba perseguido a la iglesia de Dios. Pero estos pensamientos sombrosslo son parcialmente justificables. Los propsitos de Dios son muy profundos, y aun en aquellosque no le conocen, puede estar sembrando semilla que solamente germinar y producir el frutomucho tiempo despus que stos hayan terminado su carrera impa. Pablo nunca hubiera sido elhombre que lleg a ser, ni hubiera hecho el trabajo que hizo, si en los aos precedentes a suconversin no hubiera tenido un curso designado de preparacin que lo hiciera apto para sucarrera por venir. El no conoca para qu estaba siendo preparado; sus propias intenciones para elfuturo eran diferentes de las de Dios; peto hay una divinidad que dispone nuestros fines, y ella lohizo una flecha aguda para la aljaba de Dios, aunque l no lo saba. La fecha del nacimiento de Pablo no se conoce exactamente, pero puede fijarse conaproximacin, lo cual es suficiente para el propsito prctico. Cuando en el ao 33 d.C. los queapedrearon a Esteban pusieron sus capas a los pies de Pablo, era "un joven". Tal trmino enverdad, en el original griego es muy amplio y puede indicar una edad comprendida entre veinte ytreinta aos. En este caso probablemente se refiere, mejor que al primero, al ltimo lmite; pueshay razn para creer que en este tiempo, o poco despus, fue miembro del concilio, oficio queninguno que no tuviera treinta aos de edad poda obtener; y la comisin que inmediatamentedespus recibi del concilio para perseguir a los cristianos apenas habra sido confiada a unjoven. Treinta aos despus de haber lamentablemente participado en el asesinato de Esteban, en 6. el ao 62 d.C., se hallaba en una prisin en Roma esperando la sentencia de muerte por la mismacausa por la que Esteban haba sufrido; y cuando escriba una de sus ltimas epstolas, la deFilemn, se llamaba "anciano". Este ltimo trmino, tambin, es muy amplio, y un hombre queha pasado por muchos sufrimientos muy bien puede considerarse de ms edad que la que tiene;aunque apenas podra tomar el nombre de "Pablo el anciano" antes de los sesenta aos de edad.Estos clculos nos conducen a creer que naci casi en el mismo tiempo que Jess. Cuando elnio Jess jugaba en las calles de Nazaret, el nio Pablo jugaba en las calles de su ciudad natal,al otro lado de las cumbres del Lbano. Parecan tener carreras totalmente distintas; sin embargo,por el arreglo misterioso de la Providencia, estas dos vidas, como caudal que corre de fuentesopuestas, un da, cual ro y tributario, habran de unirse. El lugar de su nacimiento fue Tarso, capital de la provincia de Cilicia al sudeste del AsiaMenor. Estaba a unas cuantas millas de la costa en medio de un llano frtil, y situado sobre lasdos orillas del ro Cidno, que descenda de las montaas vecinas del Tauro, en cuyas nevadascimas era la costumbre de los habitantes del pas contemplar, en las tardes de verano, desde lostechos llanos de sus casas, la belleza de la puesta del sol. Arriba de la ciudad, no lejos de ella, elro se arrojaba sobre las rocas en gran catarata, pero abajo vena a ser navegable, y dentro de laciudad sus orillas estaban cubiertas de muelles donde se reunan las mercancas de muchospases, mientras los marineros y comerciantes, vestidos segn las costumbres de diferentes razas,y hablando diversos idiomas, constantemente se encontraban en las calles. Tarso haca uncomercio extenso en maderas, en las cuales abundaba la provincia, y en el fino pelo de las cabrasque a millares eran apacentadas en las montaas vecinas. Este era empleado en hacer una especiede pao burdo y en la fabricacin de varios artculos; entre los cuales, las tiendas, como las quedespus Pablo se ocupaba en coser, formaban un extenso artculo de cambio por todas las costasdel Mediterrneo. Tarso era tambin el centro de intenso transporte mercantil; pues, atrs de laciudad, un famoso paso llamado las Puertas Milicianas conduca a las montaas de los pasescentrales de Asia Menor; y Tarso era el depsito adonde se llevaban los productos de estos pasespara ser distribuidos por el Oriente y el Occidente. Los habitantes de la ciudad eran numerosos yricos. La mayora eran cilicianos nativos, pero los comerciantes ms ricos eran griegos. Estaba laprovincia bajo el dominio de los romanos, vindose en la capital las seas de su soberana,aunque Tarso gozaba el privilegio de gobierno propio. El nmero y variedad de habitantescrecan an mas por el hecho de que Tarso no solamente fue el centro del comercio sino tambinel asiento de la instruccin. Era una de las tres principales ciudades universitarias establecidas enaquella poca, siendo las otras dos Atenas y Alejandra; y se dice que sobrepujaba a sus rivalesen eminencia intelectual. En sus calles se vean estudiantes de muchos pases, espectculo que nopoda sino despertar en las jvenes inteligencias pensamientos acerca del valor y objeto de lainstruccin. Quin dejar de ver cuan a propsito fue que el apstol de los gentiles naciera en estelugar? En cuanto l creca se preparaba inconscientemente para encontrarse con hombres detodas clases y razas, para simpatizar con la naturaleza humana en todas sus variedades, y tolerarla mayor diversidad de hbitos y costumbres. En su vida posterior siempre fue amante de lasciudades. Mientras su Maestro huy de Jerusaln y gustaba de ensear en las montaas o en lasorillas de los lagos, Pablo constantemente se mova de una gran ciudad a otra. Antioquia, Efeso,Atenas, Corinto, Roma, las capitales del mundo antiguo, fueron los lugares de su actividad. Laspalabras de Jess son peculiares del campo y abundan en pinturas de su belleza tranquila y deltrabajo del hogar: los lirios del campo, las ovejas que siguen al pastor, el sembrador en el surco,el pescador que arroja sus redes. Pero el lenguaje de Pablo est impregnado con la atmsfera de 7. la ciudad y como activado por el movimiento y confusin de las calles. Su imaginacin estpoblada de escenas de la energa humana y de movimientos de la vida culta: el soldado con suarmadura completa, el atleta en la arena, el constructor de casas y templos, la triunfal procesindel general victorioso. Tan duraderas son las asociaciones del nio en la vida del hombre.Su hogar Pablo tena cierto orgullo por el lugar de su nacimiento, como lo demostr en una ocasin,jactndose de que era ciudadano de una ciudad no baja. Tena un corazn formado por lanaturaleza para sentir el ardor del mas vehemente patriotismo. Sin embargo, no era por Cilicia niTarso, por lo que este fuego arda. Era extranjero en la tierra de su nacimiento. Su padre fue unode los muchos judos que se esparcieron en aquella poca por las ciudades del mundo gentil acausa del trfico y del comercio. Haban dejado la Tierra Santa, pero no la haban olvidado.Nunca se mezclaron con los pueblos entre quienes vivan; aun en el vestido, alimento, religin yotros muchos particulares permanecieron como un pueblo peculiar. Como regla general eranmenos rgidos en sus opiniones religiosas y ms tolerantes de las costumbres extranjeras que losjudos que permanecieron en Palestina. Pero el padre de Pablo no fue de los que daban lugar a larelajacin de costumbres. Perteneca a la ms estricta secta de su religin. Es probable que hayasalido de Palestina no mucho tiempo antes del nacimiento de su hijo; pues Pablo se llamaba a simismo "hebreo de hebreos", nombre que pareca pertenecer nicamente a los judos de Palestinay a los que continuaban en conexin muy ntima con ella. De su madre absolutamente nadasabemos, pero todo parece indicar que el hogar donde Pablo fue educado fue uno de aquellos dedonde se han levantado casi todos los eminentes maestros religiosos, un hogar de piedad, decarcter, tal vez de algn principio extremo y fuertemente afecto a las peculiaridades de unpueblo religioso. Tal espritu fue imbuido en l que, aunque no pudo menos que recibirimpresiones innumerables e imperecederas de la ciudad donde naci, la tierra y la ciudad de sucorazn eran Palestina y Jerusaln; y los hroes de su imaginacin no fueron Curcio y Horacio.Hrcules y Aquiles, sino Abraham y Jos, Moiss, David, y Esdras. Al remontarse hasta elpasado, no fueron los anales oscuros de Cilicia donde l puso los ojos, sino que contempl lacorriente clara de la historia de los judos hasta sus fuentes en Ur de los Caldeos; y cuandopensaba en el futuro, la visin que se levantaba delante de l era el reino del Mesas entronizadoen Jerusaln y gobernando las naciones con vara de hierro. El sentimiento de pertenecer a la aristocracia espiritual lo .elevaba sobre la mayora deaquellos entre quienes viva, y se profundiz ms en l por lo que vio de la religin del puebloque le rodeaba. Tarso era el centro de una forma del culto a Baal, de carcter imponente, peropor todo extremo degradante, y en ciertas estaciones del ao era el escenario de festividadesfrecuentadas por toda la poblacin de las regiones vecinas, y acompaadas con orgas de ungrado de abominacin moral felizmente fuera del alcance de nuestra imaginacin. Por supuesto,un nio no pudo ver los abismos de este misterio de iniquidad, pero pudo ver bastante para huirde la idolatra con el oprobio peculiar a su nacin y considerar la pequea sinagoga donde sufamilia adoraba al Santo de Israel como mucho ms gloriosa que los brillantes templos de lospaganos. Tal vez a esta primera experiencia podemos atribuir en cierto grado aquellasconvicciones de los abismos en donde la naturaleza humana puede caer, y su necesidad de unafuerza redentora omnipotente, que despus formaron una parte tan fundamental de su teologa yle dieron tanto estmulo en su obra. 8. Su educacin Ciudadana romana.- Al fin lleg el tiempo para decidir qu ocupacin deba escoger eljoven, momento crtico en la vida de todo hombre; y en la de ste, de una decisin trascendental.Quiz la carrera ms propia para l hubiera sido la de comerciante; porque su padre se ocupabaen el comercio, los negocios de la ciudad ofrecan precios esplndidos a la ambicin mercantil, yla energa propia del joven habra garantizado un xito brillante. Adems su padre tena unaventaja que darle, especialmente til para un comerciante: aunque judo, era ciudadano romano;y este derecho dara proteccin a su hijo en todas partes del mundo romano donde tuvieraocasin de viajar. No podemos decir cmo obtuvo este derecho el padre; pudo ser comprado,ganado por servicios distinguidos al estado, o adquirido de otros varios modos; en todo caso, suhijo naci libre. Fue un valioso privilegio y demostr ser de gran utilidad para Pablo, aunque node la manera que su padre esper que lo usara. Pero se decidi que no deba ser comerciante. Ladecisin puede haberse debido a las decididas opiniones religiosas de su padre, o a la ambicinpiadosa de su madre, o a su propia predileccin; pero se resolvi que ira al colegio para ser unrab; es decir, ministro, maestro y abogado, al mismo tiempo. Fue una sabia determinacin envista del espritu y capacidades del joven, y result ser de importancia infinita para el futuro de lahumanidad. Fabricante de tiendas. Pero aunque as eludi las oportunidades que parecan llevarlo a unllamamiento secular, sin embargo, antes de ir a prepararse para la profesin sagrada, debaadquirir algunas nociones en los asuntos de la vida: porque era costumbre entre los judos, quetodo joven, cualquiera que fuese la profesin que iba a seguir, deba aprender algn oficio comorecurso en tiempo de necesidad. Esta era una costumbre sabia, porque daba empleo a los jvenesen una edad en que la molicie es demasiado peligrosa, y enseaba, en cierto sentido, a los ricos ya los instruidos, los sentimientos de aquellos que tenan que ganar su pan con el sudor de sufrente. El oficio a que se dedic era uno de los ms comunes en Tarso, la fabricacin de tiendasde pelo de cabra, tejidos por los cuales se haba hecho clebre el distrito. Poco pensaron l y supadre, cuando comenz a manejar el desagradable material, cuan importante iba a serle esteoficio en los aos subsecuentes. Lleg a ser el medio de su sostenimiento durante sus viajesmisioneros, y en el tiempo en que era esencial que los propagadores del cristianismo sesobrepusieran a las sospechas de motivos egostas, este oficio lo capacit para sostenerse en unaposicin de noble independencia. Sus conocimientos de la literatura griega.- Es natural preguntar si, antes de dejar el hogarpara ir a obtener su educacin como rab, Pablo asisti a la Universidad de Tarso. Bebi en losmanantiales de saber que fluan del monte de Helicn antes de ir a sentarse junto a los quebrotaban del de Sin? Del hecho de consignar dos o tres citas de los poetas griegos se ha inferidoque le era conocida toda la literatura de Grecia. Pero por otro lado se ha indicado que estas citaseran breves y comunes, tanto que cualquiera que hablara griego tena que usarlas alguna vez; y elestilo y vocabulario de sus epstolas no son de modelos de la literatura griega sino de los de laSeptuaginta, la versin griega de las escrituras hebreas que estaba entonces en uso universalentre los judos de la poca de la dispersin. Probablemente su padre hubiera considerado unpecado permitir que su hijo asistiera a una universidad pagana. Sin embargo, no es verosmil quecreciera en un gran asiento de instruccin sin recibir alguna influencia del tono acadmico dellugar. Su discurso en Atenas demostr que era capaz, cuando lo crea conveniente, de manejar un 9. estilo mucho ms elevado que el de sus escritos; y una inteligencia tan sutil no es admisible quepermaneciera en ignorancia total de los grandes monumentos del lenguaje en que se reflejaba. Hubo tambin otras impresiones que probablemente recibi de la ilustrada Tarso. Suuniversidad era famosa por esas pequeas disputas y nulidades que algunas veces turban la calmade los retiros acadmicos; y es posible que el rumor de las tales haya podido dar el primerimpulso al desdn por la astucia de los retricos y las tempestuosas disputas de los sofistas, queforma un distintivo tan notable de algunos de sus escritos. Las miradas de la juventud son claras y seguras, y, aunque joven, pudo haber percibido cuanpequeas son las almas de ciertos hombres y cuan mezquinas sus vidas, aun cuando sus bocasestn llenas de la fraseologa ms bella. Su educacin rabnica, Gamaliel. Su conocimiento del Antiguo Testamento.- El colegio parala educacin de los rabes judos estaba en Jerusaln, y all fue enviado Pablo, cerca de los treceaos de edad. Su llegada a la Ciudad Santa pudo haber acontecido en el mismo ao en que Jessa la edad de doce la visitaba por primera vez; y las emociones dominantes del nio de Nazaret,en la primera visita a la capital de su nacin, pueden tomarse como un indicio de la experienciano registrada del de Tarso. Para todo nio judo de disposicin religiosa, Jerusaln era el centrouniversal las pisadas de los profetas y reyes resonaban en sus calles; recuerdos sagrados ysublimes palpitaban en sus muros y edificios y brillaba en un horizonte de ilimitadasesperanzas. Sucedi que en este tiempo el colegio de Jerusaln era presidido por uno de los ms notablesmaestros que haban tenido los judos. El tal fue Gamaliel, a cuyos pies Pablo nos dice que fueeducado. Era llamado por sus contemporneos la "Hermosura de la Ley", y an es recordadoentre los judos como el Gran Rab. Era un hombre de elevado carcter e ilustrado, un fariseomuy apegado a las tradiciones de sus padres. Sin embargo, no era intolerante ni hostil a la culturagriega, como lo fueron algunos de los escrupulosos fariseos. La influencia de tal hombre en eldespejado entendimiento de Pablo debe haber sido muy grande; y aunque por algn tiempo eldiscpulo lleg a ser un intolerante celoso, sin embargo el ejemplo del maestro debe haber tenidoalgo que ver con la conquista que finalmente super las preocupaciones. El curso de instruccin que un rab tena que sostener, era prolongado y peculiar. Consistaenteramente en el estudio de las Escrituras, y de los comentarios de los sabios y maestros acercade ellas. Las palabras de las Escrituras y las sentencias de los sabios eran aprendidas dememoria; se tenan discusiones acerca de puntos debatibles; y, merced a las numerosas cues-tiones que les era permitido suscitar tanto a los discpulos como a los maestros, las inteligenciasde los estudiantes se aguzaban y sus opiniones se dilataban. Las relevantes cualidades de lainteligencia de Pablo que fueron conspicuas en su vida ulterior, su maravillosa memoria, laperspicacia de su lgica, la superabundancia de sus ideas, y su manera original de recurrir acualquier asunto, se desplegaron por primera vez en esta escuela, y excitaron, podemos creer, elardiente inters de su maestro. Aqu l mismo aprendi mucho que le fue de gran importancia en su carrera subsiguiente.Aunque con especialidad tena que ser el misionero de los gentiles, tambin fue un granmisionero de su propio pueblo. En toda ciudad que visitaba donde haba judos se presentabadesde luego al pblico de la sinagoga. Su educacin como rab le aseguraba la oportunidad dehablar, y su familiaridad con los modos de pensar y raciocinar de los judos le habilitaba paradirigirse a sus oyentes de la manera ms adaptada para asegurar su atencin. Su conocimiento delas Escrituras le capacitaba para aducir pruebas de una autoridad que sus oyentes reconocan ser 10. suprema. Adems, estaba destinado a ser el gran telogo del cristianismo y el principal escritordel Nuevo Testamento. Ahora lo nuevo resultaba de lo antiguo; el uno es en todas sus partes laprofeca y el otro el cumplimiento. Pero se requera una mente henchida, no slo del cristianismosino del Antiguo Testamento, para dar tal resultado, y en la edad en que la memoria tiene mayorpoder de retencin Pablo adquiri nociones tan slidas del Antiguo Testamento que todo lo quecontiene estaba a su disposicin. La fraseologa antiguo testamentaria vino a ser el lenguaje de supensamiento; literalmente l escribe en citas, y cita de todas partes con igual facilidad: de la ley,de los profetas y de los salmos. As, fue el guerrero equipado con la armadura y las armas delEspritu, antes de saber en la defensa de qu causa habran de emplearlas.Su desarrollo moral y religioso Entretanto, cul era su estado moral y religioso? Estaba estudiando para ser un maestro dela religin. Era l mismo religioso? No lo son todos los enviados por sus padres al colegio conobjeto de prepararse para el servicio sagrado; y en cada ciudad del mundo la senda de la juventudest rodeada de tentaciones que pueden arruinar la vida desde el primer momento. Algunos delos ms grandes maestros de la iglesia, como San Agustn, han tenido que ver casi la mitad de suvida empaada y cicatrizada por el crimen o el vicio. Tal cada no afe los primeros aos dePablo; cualesquiera que hayan sido las luchas que en su pecho sostuvo con sus pasiones, suconducta siempre fue pura. En aquella poca Jerusaln no era un lugar muy favorable para lavirtud. Era la Jerusaln contra cuya santidad exterior, e interior depravacin, nuestro Seor, unospocos aos despus, arroj tan duras cuanto merecidas invectivas; era el asiento mismo de lahipocresa donde un joven de carcter algo dbil poda aprender la manera de ganar lasrecompensas de la religin mientras evitaba sus cargas. Pero Pablo se preserv de estos peligros,y despus pudo declarar que haba vivido en Jerusaln desde el principio en toda buenaconciencia. La ley. El haba llevado consigo desde su hogar la conviccin que forma la base de unavida religiosa, es a saber, que las nicas recompensas que dignifican la vida son el amor y elfavor de Dios. Esta conviccin creci en l de una manera muy apasionada a medida que entrabaen aos, y pregunt a su maestro cmo poda ganar tales recompensas. Era obvia la respuesta:guardando la ley. Y esa respuesta fue terrible; porque la ley significaba no solamente lo queentendemos por el trmino, sino tambin la ley ceremonial de Moiss, y las mil reglas aadidas aella por los maestros judos, cuya observancia hizo de la vida una especie de purgatorio para todaconciencia delicada. Pero Pablo no era hombre que huyera de las dificultades. l haba puesto sucorazn en el ventajoso favor de Dios, sin el cual esta vida le pareca un blanco y la eternidad, latiniebla ms oscura; y si este era el camino para llegar al trmino, l deseaba recorrerlo. Sinembargo, en esto no solamente estaban comprendidas sus esperanzas personales; las esperanzasde su nacin tambin dependan de ello, pues era la creencia universal de su pueblo que elMesas slo vendra a una nacin que guardara la ley, y aun se deca que si un hombre laguardaba perfectamente por un da tan slo, su mrito traera a la tierra al rey que ellosesperaban. La educacin rabnica de Pablo entonces lo encumbr en el deseo de ganar estarecompensa de rectitud, y al dejar el colegio de Jerusaln hizo de esto el propsito de su vida. Laresolucin del estudiante solitario fue momentnea por el mundo; porque primero prob entresecretas agonas que este camino de salvacin era falso, y entonces quiso ensear sudescubrimiento a la humanidad. 11. Partida de Jerusaln y regreso a ella. No podemos decir en qu ao termin la educacinde Pablo en el colegio de Jerusaln, ni adonde fue inmediatamente despus. Los jvenes rabinosdespus de completar sus estudios salan a la manera que lo hacen hoy los estudiantes deteologa, y comenzaban una obra prctica en diferentes partes del mundo judo. Tal vez regres aCilicia y all practic su vocacin en alguna sinagoga. En todo caso, por algunos aos estuvo acierta distancia de Jerusaln y Palestina, porque stos fueron los mismos aos en que se sinti elmovimiento religioso de Juan el Bautista y el ministerio de Jess, y es claro que Pablo no habraestado cerca sin verse envuelto en alguno de estos movimientos, ya como amigo, ya comoenemigo. No mucho tiempo despus regres a Jerusaln. En aquellos tiempos era para los mselevados talentos rabnicos tan natural tender hacia Jerusaln como lo es en los nuestros para lostalentos literarios y comerciales superiores tender hacia Pars o Londres. Lleg a la capital deljudasmo poco despus de la muerte de Jess; y fcilmente podemos imaginarnos las impre-siones que recibira de sus amigos farisaicos, con respecto al evento y a la carrera de aquel modoterminado. No tenemos razn para suponer que tuviera todava duda alguna de su propia religin.En verdad, de sus escritos inferimos que ya haba pasado por varios conflictos mentales muyseveros. Aunque la conviccin permaneca firme en su mente de que las bendiciones de la vidaeran alcanzadas tan slo por el favor de Dios, sin embargo, sus esfuerzos para alcanzar estacodiciada posicin por la observancia de la ley no le haban satisfecho. Por el contrario mientrasms se esforzaba por guardar la ley ms activas venan a ser las incitaciones del pecado dentro del; su conciencia lleg a estar ms oprimida con el sentimiento de la culpa; y la paz de un almallena de reposo en Dios era la recompensa que peda a sus esfuerzos. No dudaba de lasenseanzas dadas en las sinagogas. Hasta entonces, esto para l tena la misma autoridad que lahistoria del Antiguo Testamento, donde vea las figuras de los santos y profetas, los cuales eranla garanta de que el sistema que representaban deba ser divino, y tras el cual vio al Dios deIsrael revelndosele en el don de la ley. La razn por la que l crea que no haba alcanzado lapaz y comunin con Dios, era porque no haba luchado bastante contra el mal de su naturaleza nihonrado bastante los preceptos de la ley. No haba servicio, entonces, que completara todas lasdeficiencias y ganara esa gracia en la cual los grandes de otro tiempo haban estado firmes? Talera el estado mental en que regres a Jerusaln y se llen de indignacin y asombro al tenernoticia de la secta que crea que Jess, el que haba sido crucificado, era el Mesas del pueblojudo.Estado de la Iglesia Cristiana El cristianismo tena slo dos o tres aos de existencia y se desarrollaba muy tranquilamenteen Jerusaln. Aunque aquellos que lo haban odo predicar en el Pentecosts haban llevado lasnuevas de l a sus hogares, y por lo mismo a muchos distritos, sus representantes pblicos, sinembargo, no haban dejado la ciudad de su nacimiento. En el principio las autoridades se habaninclinado a perseguirlo, y a rechazar a sus enseadores cuando aparecieron en pblico. Perocambiaron su opinin y actuando bajo el consejo de Gamaliel resolvieron despreciarlo, creyendoque perecera si lo dejaban solo. Los cristianos por su parte, en cuanto les fue posible, incurrieronen pocas faltas; en lo externo de la religin continuaron siendo judos estrictos y celosos de laley, concurriendo al templo para el culto, observando las ceremonias judaicas, y respetando a lasautoridades eclesisticas. Fue una especie de tregua que se concedi a los cristianos por un 12. espacio corto para el crecimiento secreto. En sus cenaderos se reunan los hermanos para partir elpan y para orar a su Seor que haba ascendido. Era un hermoso espectculo. La nueva fe habadescendido a ellos como un ngel y fue derramada pura en sus almas, y alent en sus humildesreuniones el espritu de paz. Su mutuo amor no tena lmite; estaban llenos de la inspiracin delsentido revelador, y cuantas veces se reunan, su Seor invisible apareca en medio de ellos. Eracomo el cielo sobre la tierra. Mientras Jerusaln prosegua al derredor de ellos en su curso ordi-nario de mundanalidad y rigidez eclesistica, estas almas humildes se felicitaban entre s con unsecreto que no ignoraban contena las bendiciones de la humanidad y el futuro del mundo. Pero el reposo no haba de durar mucho, y las escenas de paz pronto fueron invadidas con elterror y la matanza. El cristianismo no poda tener tal descanso, porque hay en l una fuerzaconquistadora del mundo, que lo impele a todo peligro para propagarse, y la fermentacin delnuevo vino del evangelio de libertad, era seguro, que tarde o temprano deba romper las formasde la ley judaica. Al fin se levant en la iglesia un hombre en quien estaban incorporadas estastendencias agresivas. Este fue Esteban, uno de los siete diconos que haban sido nombradospara velar sobre los negocios temporales de la sociedad cristiana. Era un hombre lleno delEspritu Santo y posea dones que la brevedad de su carrera bien poda sugerir, pero que nopermita desarrollarse por s mismos. Iba de sinagoga en sinagoga predicando el oficio mesinicode Jess, y anunciando el advenimiento de la libertad del yugo de la antigua ley. Se encontr conlos campeones de la ortodoxia judaica, pero no eran capaces de comprender su elocuencia y celosanto. Sobrepujados en argumentos, ellos empuaron otra clase de armas y excitaron a lasautoridades y al populacho al fanatismo sanguinario. Una de las sinagogas en las cuales acontecieron disputas de esta clase, fue la de loscilicianos, los paisanos de Pablo. Pudo ste haber sido un rab en esta sinagoga y uno de losoponentes de Esteban en la argumentacin? En todo caso cuando el argumento de la lgica fuecambiado por el de la violencia l estaba al frente. Cuando los testigos que arrojaron las primeraspiedras se desnudaban para su obra, pusieron sus vestidos a sus pies. All, en el teatro de aquellaescena de salvajismo, en el campo del asesinato judicial, vemos su figura que permaneca unpoco apartada, y vivamente vuelta contra las masas de perseguidos no recordados en el registrode la fama; a sus pies la confusa mezcla de mantos de variadas clases, y ante su vista el santomrtir, de rodillas en el momento de morir y orando as: "Seor, no les imputes tal pecado!".El perseguidorSu celo en esta ocasin puso a Pablo prominentemente bajo el conocimiento de lasautoridades. Es probable que procurara tener un asiento en el concilio, donde pronto despus loencontramos dando su voto contra los cristianos. De todos modos, este celo hizo que se leconfiara la obra de la destruccin completa del cristianismo, a lo cual ahora se haban resuelto lasautoridades. El acept la proposicin, porque crea que era la obra de Dios. Vio con ms claridadque cualquier otro que el designio del cristianismo, si se propagaba con potencia, era trastornartodo lo que l consideraba ms sagrado. La anulacin de la ley era, a sus ojos, la extincin delnico medio de ser salvo, y la fe en un Mesas crucificado una blasfemia contra la esperanzadivina de Israel. Adems tena un profundo inters personal en la tarea. Hasta ahora se habaesforzado en agradar a Dios, pero siempre sinti que sus servicios eran cortos; aqu hubo unaoportunidad para recuperar todos los atrasos por medio de un esplndido acto de servicio. Fue laagona de su alma lo que hizo enrgico su celo. En todo caso no era hombre que hiciera las cosasa medias; y se arroj temerario a su empresa. 13. Terribles fueron las escenas que sucedieron. Vol de sinagoga en sinagoga y de casa encasa, arrastrando hombres y mujeres, que fueron puestos en prisin y castigados. Parece quealgunos fueron condenados a muerte y a los ms infames ultrajes de la plebe; otros fueronobligados a blasfemar del nombre del Salvador. La iglesia de Jerusaln fue esparcida, y losmiembros que escaparon de la ira del perseguidor se desbandaron por los pases y provinciasvecinas.Parece demasiado llamar a esto el ltimo perodo de la preparacin inconsciente de Pablopara su carrera apostlica, pero en verdad as fue. Al entrar en la carrera de perseguidor iba enderechura por la lnea del credo en el cual haba sido educado, y esta era su reduccin a loabsurdo. Adems, por la obra de gracia de Aquel, cuya gloria ms alta es traer del mal el bien,result que estos hechos tristes engendraron en la mente de Pablo una humildad tan grande, unavoluntad tal para servir al menor de los hermanos de quienes haba abusado, y un celo porredimir el tiempo perdido que ms tarde fueron los estmulos de su actividad en la nueva carreraque emprendi. ***Captulo 3SU CONVERSIN La severidad de su persecucin La esperanza del perseguidor era exterminar completamente el cristianismo. Pero lcomprenda poco de la ndole de este ltimo. No saba que crece por la persecucin, y que laprosperidad a menudo le ha sido fatal, ms la persecucin nunca. "Los que eran esparcidos ibanpor todas partes predicando la palabra." Hasta entonces la iglesia haba estado limitada dentro delos muros de Jerusaln; pero ahora, en toda Judea y Samaria, y en la lejana Fenicia y Siria, elfaro del evangelio comenz a esparcir luz entre las tinieblas, y en muchos pueblos y aldeas dos ytres se reunan en un saln, para impartirse unos a otros el gozo del Espritu Santo. Podemos imaginarnos cunta ira sentira el perseguidor ante la noticia de estas erupcionesdel fanatismo que l haba esperado demoler. Pero l no era persona capaz de darse por vencida,y resolvi perseguir a los que eran objeto de su odio aun en los ms oscuros y apartadosescondites. De consiguiente, en cada ciudad, una despus de otra, apareca, armado con losaparatos del inquisidor, para llevar a cabo su sanguinario propsito. Habiendo odo queDamasco, la capital de Siria, era uno de los lugares donde los fugitivos haban encontradorefugio, y que llevaban adelante su propaganda entre los numerosos judos de aquella ciudad, lfue al prncipe de los sacerdotes, quien tena jurisdiccin sobre los judos tanto fuera comodentro de Palestina, y obtuvo cartas que le autorizaban para perseguir y traer atados a Jerusaln atodos los que all encontrara que hubiesen aceptado el nuevo camino. Dando coces contra el aguijn Al verlo partir para un viaje que deba ser tan importante, es muy natural que nospreguntemos: Cul era el estado de su mente? Tena inclinaciones nobles y corazn tierno; perola obra en que estaba comprometido puede suponerse que slo podra congeniar con hombres delos ms brutales sentimientos. Entonces, no haba sentido algn remordimiento? Aparentemente 14. no. Se nos dice que, al andar por ciudades extranjeras en persecucin de sus vctimas, se sentaexcesivamente airado contra ellas; y cuando se diriga a Damasco todava respiraba amenazas ydeseos de matanza. Estaba a cubierto de la duda por medio de su reverencia hacia los objetos quecorran peligro con la hereja; y si tena que actuar contra sus sentimientos naturales y ultrajarloscon la sangrienta misin, no era su mrito tanto mayor? Pero en su viaje la duda por fin asalt su mente. Era un viaje muy largo, de ms de 180millas, y con los medios lentos y cansados de locomocin que entonces se usaban, tardan cuandomenos seis das en realizarlo. Una parte considerable de este tiempo tema que ocuparla enatravesar un desierto donde nada haba que distrajera su mente y alterara su reflexin. La duda,pues, se levant en esta inaccin involuntaria. Qu otra cosa puede significar la palabra con laque el Seor le salud: "Dura cosa te es dar coces contra el aguijn"? Esta figura de lenguaje fuetomada de la costumbre de los pases orientales: el boyero lleva en la mano una garrochaterminada en aguda punta de hierro, de la cual se sirve para hacer andar al animal, para hacerlopararse, cambiar de direccin, etc.; si el buey es rebelde, da coces contra la garrocha, lastimn-dose y enfurecindose con las heridas que recibe. Este es el vivo retrato de un hombre herido yatormentado por los remordimientos de su conciencia. Haba algo en l que se rebelaba contra lacorriente de la humanidad, en la que su barquilla iba flotando, y le sugera que estaba peleandocontra Dios. No es difcil concebir de donde se levantaron estas dudas. El era discpulo de Gamaliel elabogado de la humanidad y de la tolerancia, y quien haba aconsejado al concilio que dejasen alos cristianos. El mismo era demasiado joven todava para haber endurecido y acostumbrado sucorazn a todo lo desagradable de obra tan horrible. Por muy grande que fuera su celo religioso,la naturaleza no peda menos que hablar por fin. Pero probablemente sus remordimientos sedespertaron con especialidad a causa de la conducta de los cristianos. l haba odo la nobledefensa de Esteban, y haba visto brillar su rostro como el de un ngel, en la Cmara delConsejo. Le haba visto arrodillarse en el campo de la ejecucin, y orar por sus asesinos. Sinduda en el curso de sus persecuciones haba sido testigo de otras escenas parecidas. Parecanestas gentes enemigas de Dios? Habiendo penetrado en sus hogares para llevarlos a la crcel,adquiri algunas ideas acerca de la vida social de los cristianos. Estas escenas de pureza y amorpodran ser el producto del poder de las tinieblas? Aquella serenidad con que sus vctimas ibanal encuentro de su destino cruel no pareca la misma paz por la que l haba en vano suspirado?Los argumentos de los cristianos tambin deben haber hablado a una mente como la suya. Elhaba odo a Esteban probar por las Escrituras que era necesario que el Mesas sufriese; y el tenorgeneral de la apologtica de los primitivos cristianos demuestra que en su prueba deben haberapelado a pasajes como el 53 de Isaas, donde se predice una carrera al Mesas admirablementeparecida a la de Jess de Nazaret. El haba odo de los labios cristianos incidentes de la vida deCristo que representaban un personaje muy diferente del que mostraban los retratos bosquejadospor sus informadores fariseos; y las palabras que los cristianos citaban de su Maestro no sonabancomo el lenguaje del fantico, como crea a Jess.Su visin de CristoTales son algunas de las reflexiones que agitaban al viajero mientras caminaba sumido entriste meditacin. Pero no seran stas meras sugestiones de la tentacin, de la fantasacalenturienta de una mente cansada, o de un espritu malo que quera retraerlo del servicio deJehov? La vista de Damasco, brillante como una joya en el corazn del desierto, lo sac de su 15. abstraccin. All, en compaa de rabes cariosos, y en la excitacin del esfuerzo, arrojara de sestos fantasmas nacidos con la soledad. As pues so apresur a caminar, y el sol de medioda lealumbraba, urgindole a llegar a las garitas de la ciudad. La noticia de la venida de Saulo haba llegado a Damasco antes que l; y el pequeo rebaode Cristo haca oracin para que se impidiera, si fuera posible, la aproximacin del lobo queestaba en camino para atacar el redil. Sin embargo, cada vez estaba ms y ms cerca; haballegado a la ltima jornada de su viaje, y a la vista del lugar que contena sus vctimas creca e!apetito por su presa. Pero el buen pastor haba odo los gritos de su rebao afligido, y se adelanta encontrar al lobo por el bien de las ovejas. Repentinamente, a medioda, mientras que Saulo ysu compaa cabalgaban hacia la ciudad bajo el ardiente sol siriaco, una luz, que debilit aun elbrillo del gran astro, resplandeci alrededor de ellos, un golpe hizo vibrar la atmsfera, y en unmomento se hallaron postrados en tierra. Lo dems slo fue para Pablo. Una voz son en susodos: "Saulo, Saulo, por qu me persigues? ". Pablo mir hacia arriba y pregunt a la radiantefigura que le haba hablado: "Quin eres, Seor?". Y la respuesta fue: "Yo soy Jess, a quien tpersigues". El lenguaje en que Pablo se expresaba despus al hablar de este suceso, nos prohbe pensarque hubiera sido una mera visin de Jess lo que l vio. La consider como la ltima aparicindel Salvador a sus discpulos, y la coloca en el mismo lugar que las apariciones a Pedro, aSantiago, a los once y a los quinientos. Fue en realidad Cristo Jess, investido de su humanidadglorificada, quien dej su lugar, donde quiera que est en los espacios del universo donde l estsentado en su trono mediatorio. para mostrarse a este discpulo electo, y la luz que sobrepuj a ladel sol no fue otra que la gloria en que su humanidad est envuelta. Las palabras dirigidas aPablo suministran una evidencia incidental de esto. Esas palabras fueron dichas en hebreo, o msbien en arameo, la misma en que Jess haba acostumbrado dirigirse a las multitudes en el lago ypara conversar con sus discpulos en las soledades del desierto; y como en los das de su encar-nacin sola abrir su boca en parbolas, as ahora revisti su reprensin con una fuerte metfora,"dura cosa te es dar coces contra el aguijn". Efectos de su conversin sobre su pensamiento Sera imposible exagerar lo que pas en la mente de Pablo en este solo instante. No es sinoun modo ordinario el que tenemos de dividir el tiempo por el reloj, en minutos y horas, das yaos, como si cada porcin as medida fuera del mismo tamao que otras de igual extensin.Esto puede adaptarse bastante bien para los fines comunes de la vida, pero hay medidas msfinas para las que es completamente inconducente. El tamao real de cualquier espacio de tiempodebe medirse por la suma en cantidad y el valor en calidad de las experiencias adquiridas por elalma; ninguna hora es exactamente igual a otra, y hay simples horas que son ms grandes que losmeses. As medido, este solo momento de la vida de Pablo fue tal vez- ms largo que todos susaos precedentes. El deslumbramiento de la revelacin fue tan intenso que muy bien pudo haberfogueado el ojo de la razn y aun quemado la vista misma, como la luz externa deslumbr losojos de su cuerpo hasta la ceguedad. Cuando sus compaeros se recobraron y volvieron a su jefe,descubrieron que haba perdido la vista, y tomndolo por la mano lo condujeron a la ciudad.Qu cambio se efectu! En vez del orgulloso fariseo que caminaba por las calles con la pompade un inquisidor, un hombre afligido, temblando, andando a tientas, pendiente de la mano de sugua, llega a la posada entre la consternacin de los que lo recibieron, y tiene que pedir 16. apresuradamente un cuarto donde pueda pedirles que lo dejen solo. All queda en medio de laoscuridad, abandonado a sus meditaciones. Pero aunque la oscuridad reinaba exteriormente, en lo interior haba luz. La ceguera le habavenido con el propsito de excluirlo de distracciones exteriores y hacerlo capaz dereconcentrarse en el asunto que se haba presentado a su mirada interna. Por la misma razn, nicomi ni bebi por tres das. Estaba demasiado absorto en los pensamientos que se agrupaban ensu mente de un modo rpido y continuo. En estos tres das, puede decirse con seguridad, que obtuvo comprensin, cuando menos enparte, de todas las verdades que despus proclam al mundo, porque toda su teologa no es msque la explicacin de su propia conversin. Su vida previa entera cay en fragmentos a sus pies.A l mismo le pareci que, a pesar de sus imperfecciones, estaba en la lnea de la voluntad deDios. Pero muy lejos de esto, ella se haba arrojado en oposicin diametral de la voluntad yrevelacin de Dios, y ahora haba sido parada y rota en pedazos por la colisin. Aquello que lehaba parecido la perfeccin del servicio y obediencia, envolvi su alma en la culpa de blasfemiay sangre inocente. Tal haba sido la consecuencia de buscar la justificacin por las obras de laley. En el mismo instante en que su justificacin pareca al fin haberse vuelto a la blancura tantotiempo deseada, fue cogida en la llama de esta revelacin, y tornada en tinieblas. Haba sido unequivoco, pues, desde el principio hasta el fin. La justificacin no haba de obtenerse por la ley,sino solamente la culpa y la condenacin. Este era el resultado inequvoco, y lleg a ser uno delos polos de la teologa de Pablo. Pero mientras su teora de la vida caa as en pedazos, con un estampido que por s solohubiera agitado su razn, en el momento mismo le sobrevino una experiencia contraria. Jess deNazaret le apareci sin clera ni venganza, como se hubiera esperado que apareciera al enemigomortal de Su causa. La primera palabra hubiera sido una demanda de retribucin, y su primerapodra haber sido su ltima. Pero en vez de esto, su rostro haba aparecido lleno de divinabenignidad, y sus palabras de consideraciones para su perseguidor. En el momento en que ladivina fuerza lo arroj en tierra, se sinti circundado de divino amor. Esta era la recompensa porla que en vano l haba luchado todo el tiempo de su vida, y ahora la obtena al descubrir que susluchas haban sido combates contra Dios. Fue levantado de su cada en los brazos del amordivino; fue reconciliado y aceptado para siempre. Cuanto ms pasaba el tiempo tanto ms seguroestaba l de esto. Sin esfuerzo, encontr en Cristo la paz y la fuerza moral que en vano hababuscado. Y esto vino a ser el otro polo de su teologa: que la justificacin y la fuerza seencuentran en Cristo, sin las obras de los hombres, por la mera confianza en la gracia de Dios yaceptacin de su ddiva. Mucho ms haba entre estos dos extremos, y la adquisicin de sucontenido era cuestin de tiempo; pero el sistema del pensamiento de Pablo siempre ha giradodentro de estos polos. Efectos de su conversin en su destino Los tres das de oscuridad no le vinieron sino despus de conocer una cosa: que debadedicar su vida a la proclamacin de estos descubrimientos. En cualquier caso lo mismo hubierasucedido. Pablo naci propagandista, y no llegara a ser el poseedor de verdad tan revolucionariasin difundirla. Adems, tena un corazn ardiente, susceptible de ser conmovido por la gratitud; ycuando Jess, de quien l blasfemaba y cuya memoria haba tratado de borrar del mundo, lo tratcon divina benignidad, volvindole de su existencia desastrosa y colocndole en aquella posicinque ya le haba parecido el premio de la vida, sinti que no poda menos que dedicarse a su 17. servicio con todos sus poderes. Era un exaltado patriota. Para l, la esperanza del Mesas habaocupado todo el horizonte del futuro; y cuando conoci que Jess de Nazaret era el Mesas de supueblo y el Salvador del mundo, se deduca naturalmente que deba gastar su vida en dar aconocer a este Mesas. Pero su destino tambin le fue anunciado claramente desde el exterior. Ananas, con todaprobabilidad el principal en la pequea comunidad de los cristianos de Damasco, fue informadoen visin del cambio que haba acontecido en Pablo y enviado para restaurarle la vista yadmitirle en la iglesia cristiana por el bautismo. Nada ms hermoso que la manera como estesiervo de Dios se acerc al hombre que haba venido a la ciudad para matarlo. Tan luego comoconoci el estado del caso perdon y olvid todos los crmenes del enemigo, y se apresur arecogerlo en los brazos del amor cristiano. Seguro como estaba Pablo del perdn en su serntimo, debe haber sido para l gratsimo consuelo, al abrir de nuevo sus ojos a la luz del mundoexterno, no encontrar contradiccin alguna que empaara las visiones que haba tenido, sino, porel contrario, ver desde luego un rostro humano inclinndose a l con miradas de perdn y amorsincero. Aprendi de Ananas que haba sido tomado por Cristo para ser el vehculo de Sunombre a gentiles y reyes y a los hijos de Israel. Acept la misin con devocin infinita, y desdeentonces hasta la hora de su muerte no tuvo ms que una ambicin: conseguir aquello para lo queCristo Jess le haba adquirido.*** Captulo 4SU EVANGELIOSu permanencia en Arabia Cuando un hombre ha sido repentinamente convertido, como Pablo, por lo general es guiadopor un fuerte impulso a dar testimonio de su caso. Tal testimonio es muy impresionante, porquees el de un alma que est recibiendo sus primeras luces de las realidades del mundo invisible; yhay tal viveza en el informe que da de ellas, que produce los efectos irresistibles de la realidad yla evidencia. No podemos decir con certeza si Pablo se entreg de una vez a este impulso o no.El lenguaje del libro de los Hechos, donde se dice que "luego predic a Cristo en las sinagogas",nos conducira a suponerlo. Pero aprendemos de sus escritos, que hubo otro impulso poderosoque al mismo tiempo tena influencia sobre l; y es difcil averiguar a cul de los dos obedeciprimero. Este impulso fue el deseo de retirarse a la soledad y profundizar el significado y losresultados de lo que le haba acaecido. No sera extrao que l considerara esto como unanecesidad. Haba sido ejemplarmente leal a su primer credo y lo haba consagrado todo a l; peroverlo de repente despedazado debe haber sido cosa que le trastorn de un modo muy severo. Lanueva verdad que le haba iluminado fue tan penetrante y revolucionaria que no poda serentendida de una vez en todas sus relaciones. Pablo era un pensador de nacimiento. No le erasuficiente experimentar alguna cosa; tena que comprenderla y ajustara a la estructura de susconvicciones. Por este motivo, inmediatamente despus de su conversin, parti, segn l mismonos lo dice, para Arabia. En verdad no expresa el objeto que le llev all; pero como no hayningn registro de sus predicaciones en aquel pas, y la declaracin de su viaje se halla en mediode una vehemente defensa de la originalidad de su evangelio, podemos concluir con una muyconsiderable certeza, que se retir con el fin de comprender las relaciones y los detalles de la 18. revelacin de que haba sido hecho poseedor. En el silencio de su retiro solitario formul suimportantsima consulta, y cuando volvi a los hombres, ya estaba en posesin de aquel juiciodel cristianismo que tan peculiar le fue, y que ms tarde form el tema de sus predicaciones. Hay alguna duda en cuanto al lugar preciso de su retiro, porque Arabia es una palabra devago y variable significado. Pero ms probablemente denota la Arabia de las peregrinaciones,cuyo punto de cita principal! fue el Monte Sina. Era ste un recinto santificado por grandesmemorias y por la presencia de varios de los prohombres de la revelacin. Aqu Moiss habavisto la zarza ardiendo, y se haba comunicado con Dios en la cima de la montaa. Aqu Elas sehaba retirado, perdida la esperanza, y bebido de nuevo en las fuentes de la inspiracin. Qulugar hubiera sido ms a propsito para las meditaciones de este sucesor de aquellos hombres deDios? En los valles donde el man cay, y a la sombra de las cumbres que haban ardido a lospies de Jehov, profundiz el problema de su vida. Es un gran ejemplo, pues la originalidad en lapredicacin de la verdad religiosa depende de la intuicin solitaria de ella. Pablo goz de laespecial inspiracin del Espritu Santo; pero esto no hizo innecesaria la actividad concentrada desu mente, sino la hizo ms intensa; y la claridad y certidumbre de su evangelio fueron debidas aestos meses de meditacin en el desierto. Su retiro puede haber durado un ao o ms; porqueentre su conversin y su partida final de Damasco, adonde volvi desde Arabia, pasaron tresaos, y uno de ellos, a lo menos, fue empleado en el camino. No tenemos registro detallado de cules eran los bosquejos de su evangelio, hasta un perodomuy posterior a ste; pero como dichos bosquejos, cuando se distinguen por primera vez, sonslo un trasunto de las caractersticas de su conversin, y como su intelecto trabaj mucho ypoderosamente en la interpretacin de este evento en aquel perodo, no puede dudarse de que elevangelio bosquejado en las Epstolas a los Romanos y a los Calatas era en sustancia el mismoque haba predicado desde el principio. Estamos seguros en inferir de estos escritos nuestrahistoria de sus meditaciones en Arabia.El fracaso de la justificacin humana El punto de partida del pensamiento de Pablo era todava la conviccin, heredada degeneraciones piadosas, de que el verdadero fin y la felicidad del hombre consisten en gozar delfavor de Dios. Este fin haba de ser alcanzado por la justicia: solamente con los justos poda Diosestar en paz; y solamente a ellos poda favorecer con su amor. Por esta razn, alcanzar la justiciadeba ser el mvil principal del hombre. Pero el hombre no haba alcanzado la justicia, y por ello haba perdido el favor de Dios, y sehaba expuesto a su ira. Pablo prueba esto llamando la atencin hacia el cuadro de la historia delos hombres en los tiempos precristianos, en sus dos grandes secciones, la de los gentiles y la delos judos. El fracaso de los gentiles.- Los gentiles fracasaron. Poda, en verdad, suponerse que nohaban tenido las condiciones preliminares para buscar la justicia, porque no gozaron de laventaja de una revelacin especial. Pero Pablo sostiene que aun los gentiles conocen bastante deDios para tener conciencia del deber de buscar la justicia. Hay una revelacin natural de Dios ensus obras, y en el ntimo sentido humano, suficiente para iluminar a los hombres en cuanto a estedeber. Pero los gentiles, en vez de hacer uso de esta luz, la extinguieron culpablemente. Noquisieron retener a Dios en su conocimiento ni conformarse con las restricciones que esta solanocin les impona. Corrompieron la idea de Dios para proporcionarse los goces de una vida 19. inmoral. La venganza de la naturaleza vino sobre ellos en el oscurecimiento y la confusin de susinteligencias. Cayeron en la insensatez de cambiar la naturaleza gloriosa e incorruptible de Diosen la imagen de hombres y bestias, aves y reptiles. A esta degeneracin intelectual sigui unadegeneracin moral ms profunda. Dios, cuando ellos le abandonaron, les abandon a ellostambin; y cuando su gracia restrictiva fue quitada, cayeron en los abismos de la podredumbremoral. La concupiscencia y la pasin les dominaron, y su vida lleg a ser una masa deenfermedades morales. Hacia el fin del primer captulo de la epstola a los Romanos lascaractersticas de su condicin son bosquejadas en colores que podan haberse tomado de lahabitacin de los demonios, pero que fueron tomados literalmente, como se prueba con todaclaridad por las pginas aun de los historiadores gentiles, de la condicin de las naciones paganascultas en aquel tiempo. Esta, entonces, era la historia de una mitad del gnero humano: habacado enteramente de la justicia, y se expuso a la ira de Dios, que es revelada del cielo contratoda injusticia de los hombres. El fracaso de los judos. Los judos componan la otra mitad del mundo. Haban tenidoxito donde los gentiles haban fracasado? Gozaron, en verdad, de grandes ventajas sobre losgentiles, porque poseyeron los orculos de Dios, en los cuales la naturaleza divina fue exhibidaen una forma que la hizo inaccesible a la perversin humana, y la ley divina fue escrita con igualclaridad en la misma forma. Pero haban aprovechado estas ventajas? Una cosa es saber la ley, yotra cumplirla; y la justicia consiste en cumplirla, no en saberla. Entonces, haban cumplido lavoluntad de Dios, la cual conocieron? Pablo haba vivido en la misma Jerusaln en donde Jessatac la corrupcin e hipocresa de los escribas y fariseos; haba examinado ntimamente lasvidas de los representantes de su nacin; y no vacila en acusar a los judos en masa de losmismos pecados que a los gentiles; va todava ms all: dice que por ellos el nombre de Dios fueblasfemado entre los gentiles. Se jactaban de su conocimiento, y de ser los que llevaban laantorcha de la verdad, cuya llama resplandeciente sac a luz los pecados de los paganos. Pero sureligin era una crtica amarga de la conducta de otros. Se olvidaron de examinar su propiaconducta a la luz de la misma antorcha; y mientras repetan, "no hurtes", "no cometas adulterio",y una multitud de otros mandamientos, ellos mismos eran culpables de estos pecados. En estascircunstancias, qu bien reportaban de sus conocimientos? Solamente les condenaron ms;porque su pecado era en contra de la luz. Mientras los paganos conocan tan poco que sus peca-dos eran comparativamente inocentes, los pecados de los judos eran conscientes y presuntuosos.La superioridad de que se jactaban se convirti por esta razn en inferioridad. Fueron mucho mscondenados que los gentiles a quienes despreciaron, y se expusieron a una maldicin ms pesada. La cada, la causa fundamental del fracaso.- La verdad es que tanto los gentiles como losjudos haban fracasado por una misma razn. Seguid estas dos corrientes hasta los manantialesde su origen y llegaris a un punto donde no son dos corrientes sino una. y antes que labifurcacin aconteciera, algo haba sucedido que predetermin el fracaso de ambos. En Adntodos cayeron, y de l todos, tanto gentiles como judos, heredaron una naturaleza demasiadodbil para alcanzar la justicia. La naturaleza humana es carnal ahora, no espiritual. Y por esto noes capaz de esta accin espiritual suprema. La ley no pudo alterar esto; no tuvo poder creadorpara hacer de lo carnal espiritual; al contrario agrav el mal; en realidad, multiplic las ofensas,porque su descripcin plena y clara de los pecados, que hubiera sido una incomparable gua parala naturaleza normal y sana, se convirti en tentacin para la naturaleza morbosa. El mismoconocimiento del pecado impele a hacerlo; el mismo mandamiento de no hacer alguna cosa es 20. para la naturaleza enferma una razn de hacerla. Este fue el efecto de la ley: multiplic y agravlas transgresiones y este fue el intento de Dios. No que fuera el autor del pecado, sino que comoun hbil mdico, que algunas veces tiene que usar ciertas medicinas para madurar una llaga antesde curarla, as Dios permiti que los paganos siguieran su propio camino, y dio a los judos la leypara que el pecado de la naturaleza humana exhibiera todas sus cualidades inherentes antes deintervenir en su curacin. La curacin, sin embargo, fue su constante y real propsito; les encerra todos bajo el pecado para tener de todos tambin misericordia.La justificacin de Dios La desesperacin del hombre fue la oportunidad para Dios. No, en verdad, en el sentido deque habiendo fracasado un modo de salvacin, Dios inventara otro. La ley nunca, en su intento,haba sido un modo de salvacin; fue solamente un medio de ilustrar la necesidad de lasalvacin. Pero el momento en que esta demostracin lleg a ser completa, fue la seal para queDios manifestara el mtodo que haba guardado en su consejo durante las generaciones de laprueba humana. Nunca haba sido su intento permitir que el hombre fracasara en su verdaderofin, solamente dio tiempo para probar que el hombre cado nunca poda alcanzar la justificacinpor sus propios esfuerzos; y cuando se hubo demostrado que la justificacin del hombre eraimposible, revel su secreto, la justificacin de Dios. Este fue el cristianismo. Esta fue la suma, y ste fue el resultado de la misin de Cristo:conferir al hombre, como un don gratuito, lo que es indispensable para su felicidad, pero que lmismo no ha podido alcanzar. Es un acto divino; es la gracia; y el hombre lo obtienereconociendo que l mismo no ha podido alcanzarlo, y aceptndolo de Dios. Se obtiene por la fesolamente. Es la justificacin de Dios por la fe en Jesucristo para todos los que creen. Aquellos que as la reciben entran desde luego en la posesin de la paz y favor de Dios, quees en lo que consiste la felicidad humana y que fue el fin que tena delante Pablo cuando seesforzaba en alcanzar la justificacin por la ley. "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz paracon Dios por medio de nuestro Seor Jesucristo, por quien tambin tenemos entrada por la fe aesta gracia en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios". Esuna vida brillante de gozo, paz, y esperanza la que disfrutan aquellos que han llegado a conocereste evangelio. Puede haber pruebas en ella; pero cuando la vida del hombre descansa en laadquisicin de su verdadero fin, las pruebas son ligeras, y todas las cosas actan juntamente parabien. Esta justificacin de Dios es para todos los hijos de los hombres. No para los judossolamente, sino para los gentiles tambin. La demostracin de la incapacidad del hombre paraalcanzar la justificacin fue hecha de acuerdo con el propsito divino en ambas secciones de laraza humana, y su cumplimiento fue la seal para la exhibicin de la gracia de Dios igualmente aambas. La obra de Cristo no fue para los hijos de Abraham, sino para los hijos de Adn. Comoen Adn todos murieron, as todos en Cristo vivirn. Los gentiles no tenan necesidad desujetarse a la circuncisin y guardar la ley para poder ser salvos, porque la ley no era parte de lasalvacin; perteneci enteramente a la demostracin preliminar del fracaso del hombre; y cuandohaba cumplido este servicio, estuvo lista para desaparecer. La nica condicin humana deobtener la justificacin de Dios, es la fe; y esta condicin es tan accesible al gentil como al judo.Esta fue una deduccin de la propia experiencia de Pablo. En su conversin haba sido tratado,no como judo sino como hombre. Ningn gentil hubiera tenido menos derecho de obtener lasalvacin por los propios mritos que l. Pero la ley, lejos de conducirle un solo paso hacia la 21. salvacin, le haba apartado todava ms de Dios que a cualquier gentil, y le haba arrojado enuna condenacin ms profunda. Entonces, para qu aprovechara a los gentiles estar colocadosen tal puesto? Para obtener la justificacin, en la cual ahora Pablo se regocijaba, no haba hechonada que no hubiera estado en el poder de todo ser humano. Fue este amor universal de Dios, revelado en el evangelio, lo que inspir a Pablo suilimitada admiracin del cristianismo. Sus simpatas haban sido restringidas y limitadas a unaconcepcin mezquina de Dios. La nueva fe libert su corazn y lo sac al aire libre y puro. Diosvino a ser un nuevo Dios para l. Llama su descubrimiento el misterio que haba sido escondidopor edades y generaciones, pero que haba sido revelado a l y a los dems apstoles. Le pareciser el secreto de los tiempos y estar destinado para inaugurar una nueva era, mucho mejor quecualquiera otra que el mundo hubiera visto. Lo que los reyes y profetas no haban conocido, lehaba sido revelado a l. Se le present como la maana de una nueva creacin. Dios ofrecaahora a todos los hombres la suprema felicidad de la vida; aquella justificacin por la que sehaban esforzado en vano en las edades pasadas. Este secreto de la nueva poca, en realidad, no haba sido totalmente ignorado en lostiempos anteriores. Haba sido atestiguado por la ley y por los profetas. La ley pudo dartestimonio de l slo negativamente, por la demostracin de su necesidad. Pero los profetas loanticiparon de un modo positivo. David, por ejemplo, describi la bienaventuranza del hombre aquien Dios ha imputado la justificacin sin obras. Todava ms claramente Abraham lo habaanticipado. Fue un hombre que alcanz la justificacin, y no por las obras, sino por la fe. Creyen Dios, y le fue imputado a l para justificacin. La ley nada tena que ver con su justificacin,porque no existi hasta cuatro siglos despus; ni la circuncisin tena que ver con ella, porquefue justificado antes que este rito se instituyera. En resumen, fue como hombre y no como judoque fue tratado por Dios, y Dios pudo tratar a cualquier ser humano de la misma manera. Elcamino escabroso de la justificacin legal, sagrado en concepto de Pablo, le haba hecho pensaralguna vez que Abraham y los profetas lo haban recorrido antes que l. Ahora conoci que suvida de mstico gozo y sus salmos de santa calma fueron inspirados por experiencias muydiferentes, las cuales ahora estaban difundiendo la paz del cielo tambin en su corazn. Perosolamente los primeros rayos de la maana haban sido vistos por ellos; el da perfecto haballegado en el tiempo de Pablo. El descubrimiento de Pablo de este camino de la salvacin fue una experiencia actual.Conoci simplemente que Cristo, en el momento en que lo encontr, le haba colocado enaquella posicin de paz y favor con Dios que tanto haba buscado en vano; y en cuanto pas eltiempo, sinti ms y ms que en esta posicin estaba disfrutando la verdadera felicidad de lavida. De aqu en adelante su misin sera proclamar este descubrimiento en su realidad simple yconcreta bajo el nombre de la justificacin de Dios. Pero un entendimiento como el suyo no pudomenos que preguntar cmo la posesin de Cristo haba hecho tanto para l. En el desierto deArabia estudi esta cuestin, y el evangelio que predic despus contena la respuesta luminosa. De Adn sus hijos reciben una triste doble herencia: una deuda de culpas que no puedenreducir, pero que, en cambio, est creciendo constantemente, y una naturaleza carnal incapaz dealcanzar la justificacin. Estas son las dos caractersticas de la condicin religiosa del hombrecado, y son la doble fuente de todas sus miserias. Pero Cristo es un nuevo Adn, una nuevacabeza de la humanidad; y aquellos que estn unidos con l por la fe llegan a ser herederos deuna doble herencia de clase precisamente opuesta. Por un lado, como por nuestro nacimiento enla lnea del primer Adn heredamos la culpa inevitablemente, as por nuestro nacimiento en lalnea del segundo conseguimos una herencia ilimitada de mritos, que Cristo, como la cabeza de 22. su familia, hace de propiedad comn para sus miembros. Esto extingue la deuda de nuestra culpay nos hace ricos en la justificacin de Cristo. "Como por la desobediencia de un hombre losmuchos fueron constituidos pecadores, as por la obediencia del otro los muchos sernconstituidos justos". Por otro lado, de la misma manera que Adn trasmiti a su posteridad unanaturaleza carnal alejada de Dios e incapaz para la justificacin, as el nuevo Adn imparte a laraza, de la que es cabeza, aquella naturaleza espiritual inclinada hacia Dios y que se goza en lajustificacin. La naturaleza del hombre, segn Pablo, consta normalmente de tres elementos:cuerpo, alma y espritu. En su constitucin original, estos ocuparon relaciones definidas desuperioridad y subordinacin unos respecto de otros, siendo supremo el espritu, inferior elcuerpo, y ocupando el alma una posicin media. Pero la cada desarregl este orden, y todos lospecados consisten en la usurpacin por el cuerpo o el alma del lugar del espritu. En el hombrecado, estas dos secciones inferiores de su naturaleza, que juntas forman lo que Pablo llama lacarne, o sea aquel lado de la naturaleza humana que mira hacia el mundo y hacia el tiempo, hantomado posesin del trono y gobiernan completamente la vida; mientras el espritu, el lado delhombre que ve hacia Dios y hacia la eternidad, ha sido destronado y reducido a la condicin deineficacia y muerte. Cristo restaura la superioridad perdida del espritu del hombre, tomandoposesin de l por su propio Espritu. Su Espritu mora en el espritu humano, vivificndolo ysustentndolo con una fuera tan creciente que llega a ser ms y ms la parte suprema de laconstitucin humana. El hombre cesa de ser carnal y llega a ser espiritual. Es guiado por elEspritu de Dios y viene a estar ms y ms en armona con todo lo que es santo y divino. Pero lacarne no se sujeta fcilmente a la prdida de la supremaca. Interrumpe y obstruye la marchaprogresiva del espritu, y lucha para volver a tomar posesin del trono. Pablo ha descrito conviveza terrible esta lucha en la que todas las generaciones de los cristianos han reconocido loscaracteres de su experiencia ms profunda. Mas el resultado de la lucha no es dudoso. El pecadono volver a tener dominio sobre aquellos en quienes el Espritu de Cristo mora, ni les alejar desu posicin en el favor de Dios.Las peculiaridades notables del evangelio de Pablo Tales son los bosquejos sencillos del evangelio que Pablo trajo consigo de la soledad deArabia, y que despus, con entusiasmo incansable predic. Este evangelio no pudo menos queser mezclado en su mente y en sus escritos con las peculiaridades de su propia experiencia comojudo, y stas hacen difcil para nosotros comprender su sistema en algunos de sus detalles. Lacreencia en la cual haba sido educado, de que ningn hombre poda ser salvo sin hacerse judo,y las nociones acerca de la ley, de las que tuvo que librarse, estn muy distantes de nuestrassimpatas modernas. Sin embargo, su teologa no pudo formularse en su entendimiento, sino encontraste con estas concepciones falsas. Esto posteriormente vino a ser todava ms inevitablecuando se encontr con sus antiguos errores sirviendo como lemas de un partido dentro de lamisma iglesia cristiana contra el cual tuvo que hacer una larga y obstinada guerra. Aunque esteconflicto le forz a expresar con mayor claridad sus opiniones, las embaraz con referencias asentimientos y creencias que ahora han perdido su inters entre los hombres. Pero a pesar deestos obstculos, el evangelio de Pablo sigue siendo una propiedad de valor incalculable para laraza humana. Su investigacin profunda del fracaso y de las necesidades de la naturalezahumana, su maravilloso desenvolvimiento de la sabidura de Dios en la educacin del mundoprecristiano, y su presentacin de la profundidad y universalidad del amor divino, figuran entrelos elementos ms notables de la revelacin. 23. Pero es en su manera de concebir a Cristo en lo que el evangelio de Pablo lleva su coronaimperecedera. Los evangelistas bosquejaron con numerosas caractersticas de hermosura simpley conmovedora la manera de la vida terrestre del hombre Jess, y en stos se buscar el modelode la conducta humana; pero para Pablo fue reservada la tarea de hacer conocer en sus alturas yprofundidades la obra que el Hijo de Dios cumpli como Salvador de la raza. Pocas veces serefiere a los incidentes de la vida terrestre de Cristo, aunque aqu y all manifiesta que losconoci bien. Para l, Cristo fue siempre el ser glorioso, brillando con el resplandor del cielo,que le haba aparecido en el camino de Damasco, y el Salvador que le haba elevado a la paz ygozo celestiales de la nueva vida. Cuando la iglesia de Cristo piensa en su Cabeza comolibertador del alma del pecado y de la muerte, como influencia espiritualizadora que siempre estcon ella y acta siempre en cada uno de los creyentes, y como Seor sobre todas las cosas, elcual vendr otra vez aparte de pecado para salvacin, lo hace en formas de pensamiento dadaspor el Espritu Santo por instrumentalidad de Pablo. *** Captulo 5LA OBRA QUE AGUARDABA AL OBREROOcho aos de inactividad comparativa en Tarso Pablo estaba ahora en posesin de su evangelio, y conoci que la misin de su vida erapredicarlo a los gentiles. Pero todava tuvo que esperar largo tiempo antes de comenzar su obrapeculiar. Omos poco de l por siete u ocho aos. Y solamente podemos conjeturar culespueden haber sido las razones de la Providencia al hacer esperar a su siervo tanto tiempo. Puede haber habido razones personales para ello, relacionadas con la historia espiritual dePablo, porque el esperar es un instrumento comn de la disciplina providencial para aquellos aquienes ha sido designada una obra extraordinaria. Una razn pblica puede haber sido quePablo era todava demasiado antiptico a las autoridades judaicas para ser tolerado en aquellasreuniones en que la actividad cristiana tena influencia. Haba tratado de predicar en Damascodonde ocurri su conversin. Pero inmediatamente fue forzado a huir de la furia de los judos, yyendo de all para Jerusaln y comenzando a testificar como cristiano encontr en dos o tressemanas demasiada oposicin. No es de extraarse; pues, cmo hubieran podido los judospermitir que el hombre que ltimamente haba sido el adalid principal de su casa predicara la fepara cuya destruccin se le haba empleado? Cuando huy de Jerusaln dirigi sus pasos a Tarso,su ciudad natal, donde por aos qued en oscuridad. Sin duda dio testimonio de Cristo a sufamilia, y hay algunas indicaciones de que llev el evangelio a su provincia de Cilicia; pero si lohizo, se puede decir que su obra era la de un hombre que trabaja en secreto, porque no estuvo enla corriente central ni visible del nuevo movimiento religioso. Estas no son ms que meras conjeturas motivadas por la penumbra histrica de aquellosaos. Pero hubo una razn indudable y de la ms grande importancia posible para la dilacin dela carrera de Pablo. En este intervalo aconteci aquella revolucin, ua de las ms importantes enla historia del gnero humano, por la cual los gentiles fueron admitidos a gozar privilegiosiguales con los judos en la iglesia de Cristo. Este cambio procedi del crculo originario de losapstoles en Jerusaln; y Pedro, el principal de todos ellos, fue el instrumento para efectuarlo.Por medio de la visin del lienzo bajado del cielo con los animales puros e impuros, que tuvo en 24. Jope, fue preparado para la parte que haba de tomar en este cambio, y admiti en la iglesia aCornelio y su familia, un gentil incircunciso de Cesrea, por bautismo. Esta fue una innovacinque envolva incalculables consecuencias. Fue un preliminar necesario para la obra misionera dePablo, y los eventos subsecuentes demostraron cuan sabio fue el arreglo divino por el cual losprimeros gentiles que entraron en la iglesia fueron admitidos por las manos de Pedro, y no porlas de Pablo.Pablo descubierto por Bernab y llevado a AntioquiaSu obra all Tan luego como este hecho aconteci, el campo estuvo listo para la carrera de Pablo einmediatamente fue abierta una puerta para su entrada en l. Casi al mismo tiempo en queaconteca el bautismo de la familia gentil en Cesrea, un gran avivamiento brot entre losgentiles de la ciudad de Antioquia, capital de Siria. El movimiento haba principiado con losfugitivos arrojados de Jerusaln por la persecucin, y fue continuado con la sancin de losapstoles, quienes enviaron de Jerusaln, para presidirlo, a Bernab, uno de sus colaboradores dems confianza. Este hombre conoci a Pablo. Cuando este ltimo lleg a Jerusaln la primeravez despus de su conversin, y trat de unirse con los cristianos de all, todos tuvieron miedo del, sospechando que los dientes y las garras del lobo estuvieran ocultos bajo el velln delcordero. Pero Bernab super estos temores y sospechas, y habiendo tomado al nuevo convertidoy odo su historia, crey en l y persuadi a los dems a recibirle. La comunin comenzada asdur solamente dos o tres semanas en aquella poca, puesto que Pablo tuvo que dejar Jerusaln;pero Bernab haba recibido una profunda impresin de su personalidad y no se olvid de l.Cuando fue enviado para presidir el avivamiento en Antioquia pronto se encontr embarazadocon su magnitud y sinti la necesidad de ayuda. Se le ocurri la idea de que Pablo era el hombreque necesitaba. Tarso no estaba lejos, y all se fue para buscarle. Pablo acept su invitacin y volvi con la Antioquia. La hora que haba esperado haba llegado, y se entreg a la obra de evangelizar a los gentilescon el entusiasmo de una gran naturaleza que al fin se encuentra en su propia esfera. Elmovimiento desde luego respondi a su actividad. Los discpulos llegaron a ser tan numerosos yprominentes, que los paganos les dieron un nuevo nombre el de cristianos que, desdeentonces, ha continuado siendo el ttulo de su fe en Cristo; y Antioquia, una ciudad de mediomilln de habitantes, lleg a ser el centro del cristianismo, en lugar de Jerusaln. Pronto una graniglesia se form, y una de las manifestaciones del celo de que estuvo llena fue el propsito, quegradualmente se transform en resolucin entusiasta, de enviar misioneros a los paganos. Comoconsecuencia, Pablo fue designado para este servicio.El mundo conocido en aquel periodoAl verle afrontando, al fin, la obra de su vida, detengmonos para hacer una breve revista delmundo, al cual fue enviado a conquistar. Nada menos que esto se propuso. En el tiempo de Pabloel mundo conocido era tan pequeo que no pareca imposible que un solo hombre hiciera laconquista espiritual de l, especialmente cuando ste haba sido preparado maravillosamente paraenfrentar la nueva fuerza que estaba a punto de atacarlo. 25. Consista en un disco estrecho de tierra que el mar Mediterrneo rodeaba. Este mar merecien aquel tiempo el nombre que llevaba, porque el centro de gravedad del mundo, que desdeentonces ha cambiado a otras latitudes, estaba en l. El inters de la vida humana estabaconcentrado en los pases del sur de Europa, la porcin occidental de Asia, y una zona del nortede frica, las que forman sus orillas. En este pequeo mundo hubo tres ciudades que sedividieron entre s los intereses de aquella poca. Estas fueron Roma, Atenas y Jerusaln, lascapitales de las tres razas, la romana, la griega y la judaica. Estas ciudades gobernaban en todossentidos aquel antiguo mundo. Esto no significa que cada una de ellas hubiera conquistado unatercera parte del crculo de la civilizacin, sino que cada una de ellas se haba difundido en turnosobre todo l, y todava lo dominaba, o, a lo menos, haba dejado seales imperecederas de supresencia. Los griegos.- Los griegos fueron los primeros en tomar posesin del mundo. Fueron elpueblo de destreza y genio, los maestros perfectos del comercio, de la literatura y de las artes. Enlas pocas muy primitivas desplegaron su instinto de colonizacin, y enviaron a sus hijos aconseguirse nuevas habitaciones por el Oriente y el Occidente, lejos de su hogar natal. Por fin, selevant entre ellos uno que concentr en s mismo las tendencias ms fuertes de la raza, y quepor la fuerza de las armas extendi el dominio de Grecia hasta la frontera de la India. El vastoimperio de Alejandro Magno se rompi a su muerte, pero un resto de la vida e influencia griegaspermaneci en todos los pases por los cuales haba pasado la corriente de sus ejrcitosconquistadores. Las ciudades griegas, tales como Antioquia en Siria y Alejandra en Egipto,florecieron en todo el Oriente; los comerciantes griegos abundaban en todos los centros delcomercio; los maestros griegos ensearon la literatura de su patria en muchas comarcas; y, lo quees ms importante, el idioma griego lleg a ser el vehculo general para la comunicacin, entrelas naciones, de los pensamientos ms serios. Aun los judos, en los tiempos del NuevoTestamento, leyeron sus propias Escrituras en una versin griega, habiendo muerto