una visita a la rae

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Una visita a la Real Academia Española En 1713 en Madrid, el octavo marqués de Villena, Juan Manuel Fernández Pacheco, creó la Academia Española, junto con otros hombres de letras. Cuenta Rafael Lapesa, de manera anecdótica, que a ellos los movía el “’sonrojo’ de que la lengua de España careciese de un Diccionario similar a los que las lenguas de otras naciones poseían ya”. A esto debe sumarse que se vivía, citando a Lapesa, “en un momento de postración cuando hacía más de tres décadas que la espléndida producción literaria inaugurada por Garcilaso había quedado clausurada por la muerte de Calderón. En 1713-4 el mundo de las letras españolas apenas contaba sino degenerados epígonos en el teatro y barroquismo ramplón en la poesía, la prosa y la oratoria sagrada. Un alud de galicismos acompañaba a la introducción de nuevas realidades y nuevas ideas”. Considerando este panorama, la propuesta tuvo acogida y recibió el patrocinio de Felipe V, por lo que, a partir de ello, la Academia fue considerada Real. Los académicos tomaron como modelos a la Academia Francesa, fundada por el cardenal Richelieu en 1635, y la Accademia della Crusca florentina. A diferencia de estas, los objetivos que se trazó la RAE fueron más ambiciosos: elaborar un diccionario que fuera “el más copioso que pudiera hacerse”, una gramática y una ortografía, además de contribuir a la difusión y conservación de los clásicos de la literatura española. En 1726, luego de 13 años de iniciada su actividad, la Academia publicó el primer tomo del Diccionario de la lengua castellana; el sexto y último volumen lo presentó 13 años después, en 1739. Esta colección es conocida como ‘Diccionario de Autoridades’ porque cada definición va acompañada de frases tomadas de textos medievales y clásicos; de esta manera se documentaba el uso de cada palabra. Señala Lapesa

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Una visita a la Real Academia EspaolaEn 1713 en Madrid, el octavo marqus de Villena, Juan Manuel Fernndez Pacheco, cre la Academia Espaola, junto con otros hombres de letras. Cuenta Rafael Lapesa, de manera anecdtica, que a ellos los mova el sonrojo de que la lengua de Espaa careciese de un Diccionario similar a los que las lenguas de otras naciones posean ya. A esto debe sumarse que se viva, citando a Lapesa, en un momento de postracin cuando haca ms de tres dcadas que la esplndida produccin literaria inaugurada por Garcilaso haba quedado clausurada por la muerte de Caldern. En 1713-4 el mundo de las letras espaolas apenas contaba sino degenerados epgonos en el teatro y barroquismo rampln en la poesa, la prosa y la oratoria sagrada. Un alud de galicismos acompaaba a la introduccin de nuevas realidades y nuevas ideas. Considerando este panorama, la propuesta tuvo acogida y recibi el patrocinio de Felipe V, por lo que, a partir de ello, la Academia fue considerada Real. Los acadmicos tomaron como modelos a la Academia Francesa, fundada por el cardenal Richelieu en 1635, y la Accademia della Crusca florentina. A diferencia de estas, los objetivos que se traz la RAE fueron ms ambiciosos: elaborar un diccionario que fuera el ms copioso que pudiera hacerse, una gramtica y una ortografa, adems de contribuir a la difusin y conservacin de los clsicos de la literatura espaola. En 1726, luego de 13 aos de iniciada su actividad, la Academia public el primer tomo del Diccionario de la lengua castellana; el sexto y ltimo volumen lo present 13 aos despus, en 1739. Esta coleccin es conocida como Diccionario de Autoridades porque cada definicin va acompaada de frases tomadas de textos medievales y clsicos; de esta manera se documentaba el uso de cada palabra. Seala Lapesa que, a diferencia de la Accademia della Crusca, en el Diccionario se registraron adems de las palabras de uso general y literario, voces tcnicas, regionales y hasta de germana. Las actividades de la Academia no se detuvieron. En 1741 public la Ortografa; y en 1771, la primera edicin de la Gramtica. Los problemas surgieron al preparar la segunda edicin del Diccionario de autoridades: por diversas razones, solo se public en 1770 el primer volumen de la coleccin. Una dcada despus se present el Diccionario en un nico tomo, que ya no iba acompaado por los ejemplos que autorizaban el uso de cada palabra. Rafael Lapesa explica que esto ocasion que se perdiera parte del valor documental del Diccionario. En su gestin como acadmico retom el proyecto de elaborar un nuevo Diccionario de autoridades, que contina a cargo, actualmente, del Instituto de Investigacin Rafael Lapesa. Los resultados parciales de esta titnica labor pueden consultarse en la pgina web del Nuevo diccionario histrico del espaol. La RAE no descuid su ltimo objetivo: la difusin de los clsicos de la literatura en nuestro idioma. Con este fin, a partir de 1887 se editaron varios libros, entre ellos las obras teatrales de Lope de Vega y todas las obras de Cervantes. Siguiendo esta lnea, hace diez aos se present una edicin conmemorativa por el cuarto aniversario de El Quijote, y a esta publicacin le siguieron otras, como Cien aos de Soledad y La ciudad y los perros. Hace unos aos se puso en marcha un nuevo proyecto: la Biblioteca Clsica de la RAE. Esta coleccin, dirigida por el acadmico Francisco Rico, contar con 111 volmenes; el primero es el Cantar de Mio Cid (publicado en 2011) y el ltimo ser Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazn.Palabras vienen, palabras vanLas palabras salen del Diccionario porque caen en desuso, aunque este retiro es gradual; por ejemplo, todava se conservan cordojo (congoja, afliccin grande), celcola (habitante del cielo) y maguer (aunque), cuyo uso es poco frecuente. Otras palabras, como almifor (caballo), ya no estn en el DRAE y su recuerdo se conserva en el Diccionario de autoridades. Este registro de palabras que ya no se usan es importante porque nos permite conocer cmo ha evolucionado el espaol y nos sirve como herramienta para leer textos antiguos, como el Cantar del Mo Cid o El Quijote. Asimismo, cada palabra tiene una historia detrs: pueden ser cultismos provenientes de otro idioma y/o pueden revelar el modo de pensar de la poblacin en determinada poca; por ejemplo, almifor est etiquetado como germana (jerga o manera de hablar de ladrones y rufianes, citando al Diccionario). Esto ya nos da una pista de su origen y para qu se empleaba. En otro libro, Memorias de la Real Academia de la Historia, encontramos que almifor se refiere a los caballos nobles y generosos a propsito para la fuga: con que su dueo con facilidad puede evadirse de los peligros.As como las palabras salen y entran al Diccionario, otras ganan nuevas acepciones; por ejemplo, un trmino bastante usado en la prensa deportiva es revulsivo. En la vigsima segunda edicin del DRAE, figuraban solo dos acepciones del trmino: Dicho de un medicamento o de un agente: Que produce revulsin y Se dice de los vomitivos y purgantes. Sin embargo, en la vigsima tercera edicin se agreg una nueva acepcin: Dicho de una persona o de una cosa: Que provoca una reaccin brusca, generalmente con efectos beneficiosos; por lo que ya no resultar extrao leer frases como Messi fue revulsivo en la cancha.A partir de este caso, podemos preguntarnos cmo hace la Academia para elegir qu palabras o nuevas acepciones entran al Diccionario. Daro Villanueva, actual director de la RAE, explica que el trabajo inicial sigue siendo de los acadmicos, quienes en los plenos proponen y discuten propuestas, que luego pasan al Instituto de Lexicografa. Una vez ah se ve la vigencia que tiene determinada palabra, se prepara un texto que pasa por diversas comisiones en Madrid y el resultado se manda a la Asociacin de Academias de la Lengua Espaola para ver si la palabra o acepcin existe en nuestro continente. En una entrevista Eduardo Hopkins, miembro de la Academia Peruana de la Lengua, detalla que se proponen palabras que se escuchan frecuentemente en el habla popular o aquellas que se empiezan a mencionar en los medios de comunicacin. Agrega que el criterio que siguen los acadmicos para aadir nuevas palabras es que estas encajen dentro del sistema de la lengua espaola. [] Se puede aadir una palabra extranjera o de uso cientfico pero no como est en su origen, sino que debe adaptarse al sistema fontico y sintctico de la lengua. Palabras como tuitear o tuitero, que se han incorporado a la ltima edicin del DRAE, han pasado por este proceso de adaptacin al espaol. Para terminar, esta nueva edicin del DRAE, la vigsima tercera, se conoce como la edicin del tricentenario por las celebraciones del aniversario de la Academia. En la ltima pgina del Diccionario se consigna lo siguiente: Se acab de imprimir el da 3 de octubre de 2014, fecha en que se cumplen 300 aos del reconocimiento y sancin de la Academia por Real Cdula de Felipe V. Vamos ya 300 aos de historia del espaol registrada en el DRAE entre opiniones que abogan para que el Diccionario sea polticamente correcto y listas sobre la palabra ms bonita del espaol, que, segn Jos Manuel Blecua en una entrevista, son sntomas de una visin anecdtica del trabajo lexicogrfico. Ms all de estos hechos, se reconoce la gran labor que realizan la RAE y las Academias Americanas de la Lengua.