una educación inclusiva en respuesta a la diversidad del alumnado

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Una Educación Inclusiva en respuesta a la diversidad del alumnado: Avanzar hacia una Educación Inclusiva, implica en tanto comprender que no es un tema que deba asociarse exclusivamente a la Educación Especial, ni al alumnado que esta modalidad atiende, sino que es un desafío del sistema educativo en su conjunto y en directo beneficio de todos y todas. La inclusión en Educación, no es una estrategia, sino una convicción que transciende el hecho mismo de integrar alumnos y alumnas a un establecimiento de educación regular, ya que supera la integración en amplitud e impactos toda vez que asume que no será el o la estudiante quien deba acomodarse a las condiciones y exigencias preexistentes, sino lo diametralmente opuesto, demandando profundos cambios al interior de las Comunidades Educativas, en las prácticas y en las actitudes de todos los actores involucrados. Inclusión, es un proceso. La Educación Inclusiva no es algo que tenga que ver meramente con facilitar el acceso a las escuelas ordinarias a los alumnos que han sido previamente excluidos. No es algo que tenga que ver con terminar con un inaceptable sistema de segregación y con lanzar a todo ese alumnado hacia un sistema ordinario que no ha cambiado. El sistema escolar que conocemos – en términos de factores físicos, aspectos curriculares, expectativas y estilos de profesorado, roles directivos – tendrá que cambiar. Y ello porque Educación Inclusiva es participación de todos los niños y jóvenes y remover, para conseguirlo, todas las prácticas excluyentes 1 . Por lo anterior, la concepción de un tipo de Educación con capacidad para responder a los requerimientos de la diversidad del alumnado, pasa en primer orden, por minimizar hasta extinguir toda barrera para el aprendizaje y la participación, sustentando sus fundamentos en los Derechos Humanos y priorizando por cierto, la generación de condiciones facilitadoras para que niños, niñas y jóvenes que requieren o podrían necesitar apoyos adicionales a corto, mediano o largo plazo, accedan y se beneficien de un aprendizaje relevante y pertinente, en igualdad de oportunidades y junto al resto del alumnado. Lo anterior, tendrá que encontrar respaldo en un sistema educativo coordinado, con capacidad para proveer múltiples ofertas en respuesta a la multiplicidad de capacidades que manifiesta el alumnado, enfatizando en la instalación de una cultura de respeto y aceptación por la riqueza de las diferencias individuales y desarrollando políticas y prácticas que salvaguarden el acceso y participación de todos y todas. En este sentido, Booth, T. y Ainscow, M. 2 proponen valorar tres dimensiones claves para avanzar hacia el fortalecimiento de prácticas inclusivas, las que a su vez, constituyen un indicador más al momento de elaborar Plan de Mejoramiento Educativo: 1 Barton, L. (comp.): Discapacidad y Sociedad. Madrid. Morata, 1998 en Index for Inclusion. Una Guía para la Evaluación y Mejora de la Educación Inclusiva. Sandoval, M.; López, M.L.; Miquel, E.; Durán, D.; Giné, C.; Echeita, G. Consorcio Universitario para la Educación Inclusiva. 2 Booth, T.; Ainscow, M. y cols.: Guía para la evaluación y mejora de la Educación Inclusiva. Desarrollando el aprendizaje y la participación en las escuelas. Consorcio Universitario para la Educación Inclusiva. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Formación del Profesorado y Educación. Universidad Autónoma de Madrid. Traducción y adaptación: Ana Luisa López, David Durán, Gerardo Echeita, Climent Giné, Esther Miquel, Sebastián Moratalla y Marta Sandoval. 2002.

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Una Educación Inclusiva en respuesta a la diversidad del alumnado

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Page 1: Una Educación Inclusiva en respuesta a la diversidad del alumnado

Una Educación Inclusiva en respuesta a la diversidad del alumnado:

Avanzar hacia una Educación Inclusiva, implica en tanto comprender que no es un tema que deba asociarse exclusivamente a la Educación Especial, ni al alumnado que esta modalidad atiende, sino que es un desafío del sistema educativo en su conjunto y en directo beneficio de todos y todas. La inclusión en Educación, no es una estrategia, sino una convicción que transciende el hecho mismo de integrar alumnos y alumnas a un establecimiento de educación regular, ya que supera la integración en amplitud e impactos toda vez que asume que no será el o la estudiante quien deba acomodarse a las condiciones y exigencias preexistentes, sino lo diametralmente opuesto, demandando profundos cambios al interior de las Comunidades Educativas, en las prácticas y en las actitudes de todos los actores involucrados. Inclusión, es un proceso. La Educación Inclusiva no es algo que tenga que ver meramente con facilitar el acceso a las escuelas ordinarias a los alumnos que han sido previamente excluidos. No es algo que tenga que ver con terminar con un inaceptable sistema de segregación y con lanzar a todo ese alumnado hacia un sistema ordinario que no ha cambiado. El sistema escolar que conocemos – en términos de factores físicos, aspectos curriculares, expectativas y estilos de profesorado, roles directivos – tendrá que cambiar. Y ello porque Educación Inclusiva es participación de todos los niños y jóvenes y remover, para conseguirlo, todas las prácticas excluyentes1. Por lo anterior, la concepción de un tipo de Educación con capacidad para responder a los requerimientos de la diversidad del alumnado, pasa en primer orden, por minimizar hasta extinguir toda barrera para el aprendizaje y la participación, sustentando sus fundamentos en los Derechos Humanos y priorizando por cierto, la generación de condiciones facilitadoras para que niños, niñas y jóvenes que requieren o podrían necesitar apoyos adicionales a corto, mediano o largo plazo, accedan y se beneficien de un aprendizaje relevante y pertinente, en igualdad de oportunidades y junto al resto del alumnado. Lo anterior, tendrá que encontrar respaldo en un sistema educativo coordinado, con capacidad para proveer múltiples ofertas en respuesta a la multiplicidad de capacidades que manifiesta el alumnado, enfatizando en la instalación de una cultura de respeto y aceptación por la riqueza de las diferencias individuales y desarrollando políticas y prácticas que salvaguarden el acceso y participación de todos y todas. En este sentido, Booth, T. y Ainscow, M.2 proponen valorar tres dimensiones claves para avanzar hacia el fortalecimiento de prácticas inclusivas, las que a su vez, constituyen un indicador más al momento de elaborar Plan de Mejoramiento Educativo:

1 Barton, L. (comp.): Discapacidad y Sociedad. Madrid. Morata, 1998 en Index for Inclusion. Una Guía para la Evaluación y

Mejora de la Educación Inclusiva. Sandoval, M.; López, M.L.; Miquel, E.; Durán, D.; Giné, C.; Echeita, G. Consorcio

Universitario para la Educación Inclusiva.

2 Booth, T.; Ainscow, M. y cols.: Guía para la evaluación y mejora de la Educación Inclusiva. Desarrollando el aprendizaje y

la participación en las escuelas. Consorcio Universitario para la Educación Inclusiva. Departamento de Psicología Evolutiva

y de la Educación. Facultad de Formación del Profesorado y Educación. Universidad Autónoma de Madrid.

Traducción y adaptación: Ana Luisa López, David Durán, Gerardo Echeita, Climent Giné, Esther Miquel, Sebastián

Moratalla y Marta Sandoval. 2002.

Page 2: Una Educación Inclusiva en respuesta a la diversidad del alumnado

Desarrollo de Culturas Inclusivas: Refiere a la conformación de una Comunidad

Educativa en la que sus actores acogen y valoran la diversidad del alumnado, velando coordinadamente porque todos y todas accedan, participen y progresen en sus trayectorias vitales y educativas. En consecuencia, el desarrollo de valores y actitudes inclusivas deben emanar del Proyecto Educativo Institucional del establecimiento.

Desarrollo de Políticas Inclusivas: Esta dimensión, busca asegurar que las prácticas inclusivas constituyan el motor impulsor de toda acción institucional, asentándose en la búsqueda permanente e innovación pedagógica, cuya prioridad, estará centrada en el fortalecimiento del acceso al aprendizaje y la participación del alumnado y sus familias, mediante la generación de condiciones y provisión de diversas ayudas y apoyos. Desde esta perspectiva, se busca robustecer las capacidades institucionales en respuesta a la diversidad de su alumnado y en alineación con las particularidades del contexto donde se desarrollan las acciones.

Desarrollo de Prácticas Inclusivas: Busca promover prácticas institucionales que reflejen la cultura y las políticas inclusivas que desarrolla la Comunidad Educativa en su conjunto, asegurando que tanto las actividades desarrolladas al interior de la sala de clases, así como en el centro, aseguren el acceso y participación de todo el alumnado, teniendo en cuenta el conocimiento y la experiencia de los estudiantes fuera del entorno escolar. La docencia y los apoyos se integran para orquestar el aprendizaje de forma que se superen las barreras para el aprendizaje y la participación. El profesorado moviliza recursos del centro educativo y de las comunidades locales para mantener el aprendizaje activo de todos3.

En síntesis, desarrollar prácticas inclusivas al interior de la Comunidad Educativa, implicará: 1. Aumentar la participación de los estudiantes y la reducción de su exclusión, en la cultura, los

currículos y las comunidades de las escuelas locales. 2. Reestructurar la cultura, las políticas y las prácticas de los centros educativos para que

puedan atender a la diversidad del alumnado de su localidad. 3. Garantizar el acceso al aprendizaje y la participación de todos los estudiantes vulnerables de

ser sujetos de exclusión, no sólo aquellos con deficiencias o etiquetados como “con Necesidades Educativas Especiales”.

4. Mejorar las condiciones del establecimiento, tanto para el personal docente como para el alumnado.

5. Superar las barreras para el acceso y la participación de un alumno en particular puede servir para revelar las limitaciones más generales del centro a la hora de atender a la diversidad de su alumnado.

6. Garantizar el derecho a una educación en su localidad en igualdad de oportunidades que el resto de los y las estudiantes.

7. Asumir que la diversidad no se percibe como un problema a resolver, sino como una riqueza para apoyar el aprendizaje de todos.

8. Comprender, que la inclusión se refiere al refuerzo mutuo de las relaciones entre los centros escolares y sus comunidades.

9. Entender, que la Educación Inclusiva es un aspecto de la sociedad inclusiva4.

3 Booth, T., Ainscow, M.: Index for Inclusion. Bristol: Centre for Studies on Inclusive Education. 2000.

Page 3: Una Educación Inclusiva en respuesta a la diversidad del alumnado

4 Booth, T.; Ainscow, M. y cols.: Guía para la evaluación y mejora de la Educación Inclusiva. Desarrollando el aprendizaje y

la participación en las escuelas. Consorcio Universitario para la Educación Inclusiva. Departamento de Psicología Evolutiva

y de la Educación. Facultad de Formación del Profesorado y Educación. Universidad Autónoma de Madrid.