trompeta evangelizadoraeditorial 07/2014 trompeta evangelizadora 3 ¡estimado lector! en la...
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TrompetaEvangelizadora
Tiempo de silencio
Julio 2014
Contenido
Trompeta Evangelizadora 07/2014 2
¡Vacaciones! ¿De Dios también?
Estemos en silencio
¿Conoces tú el lugar?
Recuperación
Elogio del silencio
¿Cuándo tienes tiempo para el silencio?
Necesitamos silencio
Mi alma tiene sed de Dios
Programa radial
Caminos que conducen
a la alegría
Colaboradores bendecidos
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Lo que mueve al corazón
Mi sueño - Mensaje
Perdemos mucha fuerza y energía, porque la insatisfacción nos perturba.
Enseñanzas bíblicas - fácil de comprender
El efecto de la Sanidad Divina
¿Cómo puede Dios sanar a las personas?
Huir de si mismo
Biografía
Hudson Taylor (parte 16)
10
14
15
22
T I E M P O D E S I L E N C I O
Editorial
Trompeta Evangelizadora 07/2014
3
¡Estimado lector!
En la agitación de la vida necesitamos momentos de
relajación. Tenemos que salir por un momento del
impulso cotidiano, necesitamos un cambio para tener
calma.
Encontramos en Hechos de los apóstoles un pequeño
acontecimiento en la vida del apóstol Pablo. Lucas
informa que ellos después de los días de pascua,
realizaron en cinco días su viaje en barco desde
Filipo y permanecieron en Troas siete días. Esos
eran momentos ocupados de mucho trabajo en la
viña del Señor. Leemos como el apóstol Pablo el día
de la despedida, mantuvo una extensa prédica hasta
la medianoche y habló con los hermanos hasta el
amanecer. Todos los otros acompañantes del apóstol
abordaron el barco al siguiente día viajando hasta
Asós. Pero Pablo no abordó el barco.
Aquí está el punto que quiero resaltar: Pablo quería
estar solo. Fue caminando este trayecto de 25 Km
hasta Asós. ¿Era solamente una caminata? No, ¡Era
mucho más! ¡Él quería estar solo! Después de tantos
días y horas en compañía de personas: Predicando,
consolando, dando consejos…Estar solo con el
Señor, orar, pedir, agradecer, elevar la mirada a
Cristo, recobrar fuerzas para estar fortalecido en el
Señor. Así llegó a Asós, y lo tomaron a bordo
nuevamente, navegaron a Mitilene en las cercanías
de Éfeso.
También el Señor Jesús quiso llevar a sus discípulos
a un descanso después de las agitaciones cotidianas:
“Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y
descansad un poco” (Marcos 6,31). En un lugar
tranquilo, lejos de los bullicios, debían relajarse y
descansar, ¡el silencio y la tranquilidad para el
cuerpo y el alma! Y en Isaías 30,15 tenemos el
consejo divino: “¡En quietud y en confianza será
vuestra fortaleza!”
H.D.Nimz
Página juvenil
Dios es amor
Preguntas para el bautismo
Página infantil
Verdaderos amigos
Página familiar
Ánimo en medio de lo cotidiano
Experiencias con Dios
Anuncios
Pie de imprenta
Silencio (poema)
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TIEMPO DE SIL ENCIO
¡Vacaciones! - ¿De Dios también?
La temporada de vacaciones ha comenzado. Para
algunos tal vez ya ha finalizado. Pero la mayoría
estará planeando, considerando y organizando.
¡Esto será un tiempo maravilloso! - ¡Vacaciones del
yo! - ¡Vacaciones de la rutina! - ¡Serán destellos de
luz en el ritmo de un largo año! - ¡Vacaciones! -
¡Podremos estar libres por un tiempo! Podremos
librarnos de las ataduras y responsabilidades de todos
los días y dejarlas atrás. Pero tenemos que pensar en
una cosa que no podemos dejar atrás aunque
tengamos toda la alegría por las vacaciones. Esto es el
encuentro cotidiano con Dios y su palabra.
Ciertamente hay personas que por mucho tiempo en
sus vidas se toman tiempo de “ocio” de Dios y su
iglesia. Hace mucho se retiraron y se tomaron
“vacaciones” de todo el cristianismo. O tal vez podría
suceder que algunos encuentren justamente en su
tiempo de ocio una oportunidad para Dios. Y podría
ser que en sus vacaciones suceda algo así como un
gran cambio mientras esté descansando, libre y bien
consciente busque en la palabra de Dios un nuevo
encuentro con él. Oportunidades se dan en cada lugar,
aunque hay que tener la disposición de aprovecharlas.
¿Vacaciones de mí? - ¿Vacaciones de la vida
cotidiana? - sí, pero por favor no pienses que puedes
tomarte vacaciones de Dios y su palabra. Se puede
decir más bien que: vacaciones de todas las
preocupaciones, de las cargas, de los acontecimientos
cotidianos de todo un año, y tiempo libre para Dios.
Si, el tiempo de ocio y las vacaciones albergan el
anhelo humano de libertad y salvación, no podemos
tomarnos vacaciones de la comunión con Dios aunque
solo fueran 15 días, menos aún la vida entera.
¿Y por qué no? Nos haríamos más miserables a
nosotros mismos. Pero Dios quiere acercarse en la
quietud y hacernos ricos en Él.
Estemos en silencio
Del trabajo, el ruido y el tráfago, volvemos a tu
silencio Señor Jesús. Tú conoces nuestra inquietud,
todas las razones por las que nos cuesta estar en
silencio delante de ti. Hazlo con nosotros:
¡Concentra nuestros pensamientos en tu palabra!
¡Derrama sobre nosotros tu perdón! ¡Haznos estar
en quietud, ser pequeños!
No tenemos nada más que ofrecerte que nuestra
completa necesidad.
Tú has escogido lo vil y lo débil, ¡No permitas que
nos sintamos falsamente fuertes e inteligentes!
¡Amén!
¿Conoces tú el lugar?
Conozco un lugar, donde mora la alegría, exuberante
y jubilosa alegría; un lugar, donde huye la tristeza,
¡Donde se encuentra el real y verdadero consuelo!
Conozco un lugar, donde hay profundo e inescrutable
silencio. No el silencio de muerte o abandono en la
soledad en este mundo - no, un silencio como el
momento de descanso, como el que siente el niño en
los brazos de su madre - profunda, ¡profunda paz
divina! Conozco un lugar, allí hay vida, ¡entusiasta y
vibrante vida! - no el precipitarse persiguiendo a un
becerro de oro, pero vida, que lucha hacia adelante,
fuerza de despliegue que sigue fluyendo desde este
punto central de la vida, ¡que actúa y produce! Aquí
produce verdadera vida, para originar nuevas fuerzas,
fluye en un constante cambio. Aquí obra el poderoso
nervio de la vida ¡Que está entre el cielo y la tierra!
¿Dónde se encuentra este lugar, donde mora la
felicidad y el amor, el silencio y la abundante vida?
A los pies del príncipe de la vida - ¡en Jesús!
EP
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Recuperación
Nuestro tiempo con su emocionante vida, con su febril inquietud que trae consigo, que es
necesario recuperarse. Si cada uno tendría su tiempo de descanso y su domingo tranquilo, y si
la vida profesional y las muchas actividades auxiliares no afectarían tanto la recuperación
natural, las recuperaciones específicas no serían tan necesarias. Pero el individuo no puede
cambiar mucho en las situaciones normales de la actualidad. En general estamos puestos en un
trabajo y no podemos hacer mucho al respecto. A menudo es más grande de lo que
desearíamos para nuestra fuerza. Así necesitamos de vez en cuando una recuperación.
La recuperación más importante para un cristiano es, ante todo el descanso en Dios.
Finalmente afecta infinitamente nuestro trabajo, si nuestro corazón está quieto delante de Él o
no. También en el impulso de los negocios cotidianos nos podemos concentrar en la oración y
llevar nuestras inquietudes al Padre Celestial. Esto nos ayuda a sobrepasar a muchas cosas.
Nos guarda de la estresante prisa, que nos agota rápidamente. Con una mente tranquila y con
un corazón establecido en Dios, podemos hacer nuestro trabajo mucho más fácilmente.
También experimentamos que Dios cumple con su palabra bajo el peso del trabajo: “Mi poder
se perfecciona en la debilidad”. Naturalmente, tenemos también la responsabilidad de cuidar
nuestro cuerpo natural y proveer su recuperación. A menudo nosotros mismos podemos poner
atención en su recuperación. Por ejemplo quien trabaja mentalmente, puede recuperarse con el
trabajo físico. Al contrario, quien trabaja físicamente, puede recuperarse con leer un libro.
Pero el hecho de que todas estas recreaciones, que interrumpen nuestro trabajo por un corto
tiempo, generalmente no son suficientes vemos hoy en día en las innumerables personas que
realizan viajes de vacaciones. ¡Qué corriente de personas se embarca en viajes de descanso al
comenzar la temporada de vacaciones! pero, ¿Vuelven siempre recuperados? Si nosotros
como hijos de Dios queremos viajar, debemos asegurarnos que nuestros viajes realmente nos
beneficien y seamos una bendición para los demás. Se dice que en los viajes se puede conocer
realmente a las personas. En esto hay mucha verdad. Porque durante un viaje las personas se
sienten libres. Él piensa, aquí nadie me conoce. ¡Aquí puedo hacer lo que quiero! Pero ahí
salen a menudo pocas buenas virtudes a la luz. El hombre natural es egoísta, y el que no ha
puesto el Yo bajo el sagrado amor de Dios, trae a menudo frutos desagradables y amargos.
En nuestros viajes nos encontramos con distintas personas. Debemos recordar que ellos
también están cansados como nosotros. ¡Debemos mostrar algo de la clemencia y bondad de
Cristo! En nuestros viajes descanso, nuestro primer anhelo debería ser: ¿Cómo puedo renovar
mis fuerzas para volver verdaderamente renovado y fortalecido a mi trabajo? Para un hijo de
Dios, el viaje no es un fin en sí mismo, sino un medio para un fin. Toda su vida, toda su fuerza
pertenecen a Dios. Su deseo debe ser siempre poner sus fuerzas al servicio de Dios, en lo que le
ha confiado. Por lo tanto, debe abstenerse de todo lo que es solamente diversión y no
recuperación; de todo lo que destruye, en lugar de reunir y fortalecer. Frecuentemente es poco
considerado. Y por eso muchos son decepcionados, porque la “recuperación” no ha tenido el
éxito que se esperaba.
A.V.
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TIEMPO DE SIL ENCIO
Elogio del silencio
La profunda necesidad del hombre moderno radica en
que ya no escucha la voz de Dios entre los gritos del
mercado del mundo e ignora el deseo de su propio
corazón por la eternidad. La Biblia nos indica
repetidamente, que debemos percibir en el silencio el
llamado al conocimiento y a la adoración del Dios
vivo. Con esto quiere decir, no un silencio vacío, sino
el completo y fructífero silencio. Estar libre de ruidos
no es todavía silencio. ¡Cuánto ruido hay alrededor
nuestro o incluso, en nosotros mismo! “Que nos
parezca pequeño lo pequeño y grande lo grande,”
¡esto es el camino al silencio!
En el Salmo 46 Dice: “Estad quietos, y conoced que
yo soy Dios.” Para reconocer a Dios es probable que
la rebelión y la oposición contra Él en nosotros deben
callar, que aprendamos a inclinarnos ante Él. También
el conocimiento de la maravillosa y plena salvación en
Jesucristo se encuentra bajo la ley del silencio y va
directo a un crecimiento moderado. “Como las flores delicadas obedientes se despliegan y se mantienen quietas al sol que así nosotros, tranquilos y feliz tomemos tus rayos dejándote en nosotros obrar”, debe ser nuestra
constante oración. Esta quietud ante Dios y en Dios
necesita urgente horas o minutos del silencio exterior,
en que todas las voces de las personas que nos rodean
lleguen a silenciarse.
Este es un campo de batalla muy específico: Luchar
por momentos de silencio. El diablo es de hecho, un
enemigo del silencio y quiere destruir y quitárnoslo.
En este ámbito hay mucha dificultad. Es como la falta
de espacio. Cuantos hay hoy que simplemente no
tienen un lugar tranquilo, donde pueden estar a solas
con Dios.
También en ocasiones tenemos que batallar con
diversas perturbaciones externas del silencio. También
hay que vencer dificultades internas. En una canción
dice: “[...] Que el alma no se distraiga con las
imágenes de este mundo.” Qué difícil es para la gente
hoy, concentrarse diez minutos en la oración. ¿No
sufrimos todos en que se nos vuelen los
pensamientos? ¡Elogia al silencio! ¡Un tema sin fin!
Todas las grandes cosas tienen su origen en el
silencio. También para nosotros está allí la secreta
fuente de la fortaleza espiritual.
M. H.
¿Cuándo tienes tiempo para el silencio?
El pastor Harms de Hermannsburg le comenta a un
invitado la cantidad de trabajo que tiene. Sobre esto le
pregunta éste: “¿Pero, cuando tiene tiempo usted para
estar en silencio? Un soldado no siempre puede
disparar, también debe cargar el arma nuevamente. No
podemos siempre dar, también debemos recibir.”
Si, tiempo para el silencio es necesario. Yo creo, que
el diablo especialmente se complace que muchos
cristianos, incluyendo a los que anuncian el evangelio,
se toman muy poco tiempo para estar en el necesario
silencio. No hay nada más fatal para nuestra vida
interior y nuestra eficacia, que la falta de tiempo para
estar en silencio con Dios y la profundización en su
palabra. ¡Cuántas quejas escuchamos acerca de la
lucha infructuosa con el pecado! ¿De dónde proceden
estas quejas? Oh, las personas no se toman el tiempo
para el silencio, que es indispensable para el hombre
interior. Las personas hoy en día tienen tiempo posible
para todo: Para correr, caminar y hablar; ¡pero no para
el silencio! - Oh, ¡más silencio, más silencio! ¡Más
constante oración y más poder de Dios!
Preocupémonos, que nuestros ingresos espirituales y
nuestra entrega espiritual estén en la correcta
relación entre sí. ¡Estemos en silencio ante Dios y
tomémonos el tiempo de leer su palabra! Hablemos
menos con las personas y de las personas, ¡pero más
con Dios! Entonces Dios también hablará con
nosotros y a través de nosotros. ¡Que poder y que
bendición podría fluir del pueblo de Dios, si cada
individuo estaría más en silencio ante Dios en oración
y en la profundización de su palabra! “En quietud y en
confianza será vuestra fortaleza” (Isaías 30,15). M. R.
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Necesitamos silencio
“Descansad un poco.” (Marcos 6,31)
El período de verano es la época del receso y de
vacaciones. No solo nuestros hijos cuentan meses y
semanas antes, del comienzo de receso,
También el hombre moderno, sobrecargado y
agobiado por tanta inquietud y prisa, anhela el tiempo
de calma. Alegrémonos por cada uno, a quien se le
concede esta posibilidad. Si tales vacaciones son
aprovechadas correctamente, es otra pregunta. No es
tan sencillo quitarse la inquietud cotidiana como
quitarse una vestimenta, pues los nervios aún están
tensos y el ser humano de hoy, ha perdido en gran
parte la capacidad de llegar a la quietud.
Debería ser lógico para nosotros que las vacaciones
no deben ser sobrecargadas con una gran cantidad de
nuevas impresiones, las cuales finalmente fatigan. No
son la cantidad de kilómetros que dejamos atrás con
el auto, con el bus repleto o con el avión, los que
deciden sobre el resultado del tiempo de tranquilidad.
También aquí rige la palabra de Jesús: “No sólo de
pan vivirá el hombre.” La cómoda cama, la linda
vista, la buena mesa para almorzar – toda una honra,
todo nos sea bien complacido. Pero cuando nuestro
interior no es alimentado, entonces podría ser que tras
pocas semanas hayamos llegado al mismo punto,
interiormente, donde estabamos al comienzo de las
vacaciones. Preguntémonos a nosotros mismos,
cuánto tiempo nos tomamos en el transcurso del día,
para meditar sobre la Biblia y llegamos a conversar
con Dios. Como la mayoría de nosotros estamos
laboralmente tan ocupados, debería ser recuperada
esta pérdida en los días de vacaciones. También eso
debe ser practicado y mayormente no se da de un día
a otro.
Estos silenciosos minutos deben ser preguntas de
Dios a nosotros, y los calmados paseos o la
tranquilidad de la tarde deberían darnos la
oportunidad de descargar el corazón de todos los
escombros y todo el polvo que se juntó, ante el rostro
del Dios santo. Entonces las vacaciones cumplieron
su propósito, cuando el ser humano encontró nuevas
fuerzas para el cuerpo, alma y espíritu. Pero las pocas
semanas de vacaciones no alcanzarán para el resto del
año. Ya en la creación dispuso Dios el día de
descanso. Realmente no es significativo si éste es el
sábado o el domingo o el miércoles. Pero el sábado de
tu alma no debes dejártelo hurtar. Nosotros mismos
somos culpables si nos volvemos máquinas. No la
radiodifusión y la mucha distracción, ni mucho menos
la televisión trae al alma al reposo. Aún nuestro
himnario no está allí sólo para cantar. También
deberíamos usarlo como estímulo para la oración.
Aún hay familias, en los que hay un momento de silencio,
que cada día después del almuerzo, el padre de
familia lee un capítulo en la Biblia. Deberías tomarte
estos diez minutos de tiempo.
Para el correcto arte de vida corresponde un
correcto ritmo de vida. Conocí una habitación, en la
que con frecuencia podía leer: “El afilado de la
guadaña no detiene el segado.” En los antiguos
tiempos habría sido un campesino necio, quien diría,
poder ahorrar tiempo y entonces terminar antes con el
trabajo. En realidad sólo pierde tiempo cuando olvida
afilar la hoz. ¿Debería sernos realmente demasiado
elevado este saber? Ahorraríamos nervios,
fortaleceríamos el poder de nuestros pensamientos,
nuestra mente se activarían mejor, el vínculo con
nuestros semejantes resultaría mejor, si buscáramos el
silencio ante Dios.
Jesús dice a sus discípulos: “¡Descansad un poco!”
Los quiere formar, para que consideren, que la
hiperactividad aún no es señal alguna de verdadero
seguimiento. Lucas informa en su evangelio alrededor
de media docena de veces de cómo Jesús se retiraba al
silencio para la oración. ¿Lo necesitamos nosotros
menos que el eterno Hijo de Dios? Käte Walter ruega
de manera imponente:
“Silencio es poder, ¡por ello hazme en quietud estar, mi voluntad en tu protección! llevame a la calma en preocupación e inquietud. ¡Hazme en silencio estar y habla tú!”
H.B.
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TIEMPO DE SIL ENCIO
Mi alma
tiene sed de Dios
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios,
el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;¿cuándo vendré, y me
presentaré delante de Dios?” (Salmos 42,1-2)
¿Podemos imaginarnos, que nos sentásemos en
cualquier parte y y escribiésemos palabras como
estas? ¿Qué circunstancías habrán motivado tan
fuertemente al autor, que expresó el grito de su
corazón de tal manera ilustrativa? ¿Qué provocó
esa necesidad de Dios? ¿Había llegado este
hombre a un callejón sin salida? El tercer versículo
del salmo nos da una pequeña imagen: “Fueron mis
lágrimas mi pan de día y de noche […]”
Evidentemente estaba en medio de grandes
dificultades. Oraba con ayuno. Esperaba
ansiosamente la intervención de Dios – pero Dios no
respondía. El salmista debió haber dicho a sus
semejantes que él había puesto su confianza en Dios,
porque ellos se burlaban: “¿Dónde está tu Dios?” Con
cada golpe como ese, él descargaba su corazón ante el
Señor y fortalecía su fe en Dios.
Que una persona se extienda hacia Dios con anhelo
y deseo en una situación difícil, podemos comprender
fácilmente. Quizás ya hemos tenido una experiencia
muy similar en nuestra vida. Clamamos en nuestra
gran angustia a Dios. Reiteradas veces buscamos su
rostro y su presencia, hasta que – para nuestra gran
alegría y alivio – Él nos escuchó y rescató. ¡Cómo nos
alegramos entonces en nuestro Dios y Salvador!
¿Pero cómo ha sido desde entonces? ¿Creció nuestro
anhelo por Dios o decayó a su “estado normal”
nuevamente? ¿Aún tenemos sed de Dios?
¿Qué provoca el tener sed de Dios? Cuando leemos estas palabras del salmista, nos
preguntamos como honestos cristianos: “¿Tengo yo
también así un anhelo ardiente por Dios? ¿Tengo yo
sed de Dios como este hombre o como yo mismo lo
hice un día en el pasado?” Entonces admitimos:
“Realmente debería esforzarme más. Algo debería
cambiar en mi vida, de modo que tenga nuevamente
más sed de Dios.”
Sin embrago, el tener hambre y sed no se producen
por medio de nuestro esfuerzo. Ellos son antes la
reacción a una necesidad, la consecuencia de una
causa. Nosotros sentimos hambre porque nuestro
cuerpo necesita la energía que toma de los
nutrientes de nuestro alimento. Tenemos sed cuando
nuestro cuerpo tiene que reemplazar sus líquidos. De
manera similar, el tener sed de Dios es el efecto de
una comunión íntima con Dios. Es el resultado de una
relación de amor con Jesucristo.
En salmo 34,8 escribió David: “Gustad, y ved que
es bueno Jehová; dichoso el hombre que confía en
él.” Evidentemente se alegraba de una maravillosa
relación con Dios, y ahora quería entusiasmar a otros
a ello. Su corazón estaba tan lleno con su Dios y
Salvador, que no tenía otro anhelo que servirle a él
toda su vida y permanecer en su casa. No podía otra
cosa que amar de todo corazón al Dios que lo había
bendecido tanto y que le era tan maravilloso ante sus
ojos. Reiteradamente exclama: “Engrandeced a
Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre.”
David no podía recibir lo suficiente de Dios; anhelaba
más y más de él. Sí, su alma tenía sed de Dios. En el
salmo 63 escribe: “Dios, Dios mío eres tú; de
madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi
carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay
aguas.” ¿Notamos, lo que él dice? ¡El deseo de su
alma por Dios, era más grande que su deseo de agua
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en medio del desierto! El tener sed de Dios viene del
reconocimiento de que únicamente Dios puede saciar
el anhelo del corazón del ser humano. Pero las
personas buscan todo tipo de otras cosas que les
distraiga, anime y les satisfaga. Generalmente siguen
a la multitud de aquellos que buscan su cumplimiento
en el mundo. ¿Pero cómo es con los cristianos? ¿Qué
buscan ellos, cuando su alma está cansada,
desalentada y agotada?
¿Cuál será, por ejemplo, la meta de nuestro tiempo
de vacaciones en este verano? ¿Dejaremos atrás
nuestras preocupaciones y responsabilidades, para
disfrutar de las alegrías y de los placeres, los cuáles el
mundo ofrece a una sociedad pudiente? ¿Dejaremos
atrás nuestras responsabilidades en la iglesia, para
refrescarnos internamente mediante “un cambio de
aire”? ¿O tenemos el deseo de usar este tiempo y dar
lugar al tener hambre y sed por la cercanía de Dios?
¿Saciarnos simplemente en su palabra y abrigarnos en
su presencia? Un respiro o un cambio de aire pueden
ser de bendición. Pero prestemos atención a los
motivos de nuestros planes de vacaciones. ¿Nuestra
sed de Dios, nos traerá también más cerca a él en las
vacaciones?
Si reconocimos una vez que todo en el mundo deja
a nuestra alma insatisfecha, si experimentamos una
vez la verdadera satisfacción, la cual sólo Dios puede
dar, entonces nada más nos podrá satisfacer
correctamente. Anhelaremos más y más de Dios.
Finalmente llegaremos a tal punto, en que ya no
soportamos en nuestras vidas sin una constante
renovación de su presencia. ¡Verdaderamente
tendremos hambre y sed de Dios!
¿Qué impide el tener sed de Dios? Por supuesto que Satanás intentará todo para impedir
nuestro anhelo de Dios, y utilizará una cantidad de
falsificaciones y maniobras de distracción para
hacerlo. El puede animarnos a ocuparnos con muchas
buenas obras y proyectos. Nos puede hacer creer que
nos perdemos de cosas en la vida que todos los demás
pueden disfrutar, y que sin ellas, nuestra vida
empobrece. O guiará nuestra atención sobre
malentendidos y ofensas, para desanimarnos en
nuestro servir a Dios. Entonces vienen luchas,
desalientos, problemas, precupaciones financieras,
emfermedades y muchas otras cosas, que nos pesan
tanto, que parece que ya no podemos tener comunión
con Dios, ¡ni mucho menos tener sed de él!
Pero una falta de sed de Dios puede venir también
todavía de otra fuente. Cuando todo en nuestra vida
va por un tiempo demasiado bien, podemos volvernos
fácilmente indiferentes. Dios nos bendice ricamente
en lo natural, y no tenemos ningún motivo muy
urgente para acercarnos a él. Es una triste realidad
que, cuanto más bendice Dios a su pueblo con bienes
materiales, ¡menos sed tienen ellos de él! Uno se
acostumbra simplemente a la bendición exterior y al
final incluso siente un derecho sobre ella. Y así
comienza a entibiarse la relación cotidiana con él, a
ensancharse, menos intensiva, más cómoda y menos
notoria, el fervoroso amor por él. Aún se sirve a Dios
y no se tiene en absoluto intención de terminar con
ello alguna vez. Uno encaja muy bien en la marea
general del cristianismo. ¡Pero algo valioso se perdió
inadvertidamente! El alma no ansía ni tiene mas sed
del Dios vivo. Uno ya no está más tan ansioso “de ver
el rostro de Dios”, de continuar y orar en la presencia
directa de Dios.
Un alma, que tiene sed de Dios Pero qué diferente es cuando nuestra sed de Dios se
vuelve tan grande, que no podemos soportar el no
experimentarlo de una manera maravillosa. Tener
experiencias que nos llenan con su presencia,
impresionados por su gloria. Experiencias con Dios,
que nos hacen “adictos” a él, de modo que el deseo y
anhelo de nuestra alma, por Dios, no disminuye ni
muere, ¡sino que se vuelve más grande y más
grandioso año tras año!
Una relación así desea Dios contigo. Como un
joven y una joven mujer, que se enamoraron y no
quieren nada más que estar constantemente juntos y
comparten sus ideas y sueños, sí, quieren pasar juntos
cada momento de sus vidas, así quisiera tener Dios tu
corazón. Él te ama y quiere que tú lo desees por sobre
todo lo demás. Pídele que te llene con un anhelo tal,
para que tú también puedas decir: “Mi alma tiene sed
de Dios, del Dios vivo.” ¡ bendición generará
esto! Corrientes de agua viva correrán de tu vida, las
cuales traerán frutos para la vida eterna. La gloria de
Dios descansará visiblemente sobre tu vida. ¡Sentirás
que eres la persona más feliz del mundo!
Ron Taron
Qué
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C.W. NA YLOR – LO QUE MUEVE AL CORA ZÓN
Mi sueño - Mensaje
Si bien la mayoría de los sueños son últimamente sin significados, de tiempo
en tiempo, puede darnos un importante estímulo por medio de un sueño.
Salomón dice que los sueños llegan a través de una
actividad frenética. Nuestros pensamientos en la
noche igualan en muchos aspectos a los del día. Pero
nuestros sueños a menudo carecen del contexto y la
capacidad de ver lo racional y lo consciente. En raras
ocasiones los sueños son realizados por Dios. Incluso
los profetas, con quien Él se comunicaba de esta
manera más que con la gente común, solo de vez en
cuando recibían estos sueños - mensajes y sus demás
sueños no tenían ningún significado.
Algunas personas siempre tratan de encontrar un
significado oculto en sus sueños. Si han tenido un
sueño extraño, tratan de interpretarlo o dejan
interpretárselo. Pues bien, Dios es razonable. Él sabe
que podemos entender mucho mejor cuando estamos
despiertos, que cuando dormimos. Por lo general Él
nos habla mientras estamos despiertos. A veces
tenemos sueños significativos, pero no significa que
Él Señor los ha enviado. Conocí a personas que por
los sueños han actuado muy imprudentemente.
Un sueño es un sueño y probablemente de Dios no
viene más que uno entre diez mil. De vez en cuando
también puede suceder que podemos sacar buenas
lecciones de nuestros sueños. Un sueño así tuve yo y
la lección que aprendí de él fue buena para mi alma.
Soñé, que estaba al lado de un gigante arbusto de
rosas. En una de mis manos tenía una de las flores
más fragantes. La observé y disfruté de su dulce
fragancia. Pero también vi una gran cantidad de flores
y quería aún más que solo esta una. Entonces la sujeté
en la mano izquierda y extendí mi mano por otras.
Dado que las flores estaban muy altas, me sujeté de las
ramas exteriores y me estiré al máximo, pero no pude
alcanzarlas, estaban demasiado altas. Me volví un paso
atrás del arbusto. En ese preciso momento mi vista se
dirige hacia la rosa que tenía en mi mano, justo para
ver como los pétalos caían al suelo. En cuanto me
esforcé hacia lo inalcanzable para mí, destruí esta una
que ya era mía. Lamentándome, quedé mirando el
tallo vacío en mi mano y los pétalos aplastados en el
suelo.
La escena cambió. En mi sueño, me senté a la mesa
con lápiz y papel y escribí estas palabras: “Si sólo
tienes una rosa, disfrútala al máximo. No disipes su
fragancia en el aire vacío y no dejes que su belleza
pase desapercibida, mientras pasas el tiempo
buscando en vano lo inalcanzable.” Cuando desperté,
escribí estas palabras, las cuales había escrito en
mi sueño, y a través de los años me han dado algún
sermón. ¡Qué natural es para nosotros, olvidar lo que
tenemos, mientras miramos a los demás, que en
nuestra opinión, están en mejor situación! Nos
fijamos en las bendiciones que otros disfrutan y nos
olvidamos de agradecer por las nuestras. Miramos
hacia las posesiones de los demás, porque son
mayores que las nuestras, y dejamos de valorar las
nuestras. Nuestra situación de vida puede ser muy
humilde, pero no importa lo modesto, nuestra vida
está llena de bendiciones, si tenemos los ojos para
reconocerla.
En el tiempo de este sueño, yo había perdido mi
salud y pasaba largas horas del día solo en mi cama.
Mientras mi esposa trabajaba para nuestro sustento.
Debido a mis ojos podía leer muy poco. Teníamos dos
habitaciones en una casa con otra familia. Alrededor
nuestro habían personas con una fortalecida salud.
Fácilmente pude ver la diferencia entre mi situación y
la de ellos. A veces miraba por la ventana, como las
personas pasaban caminando: fuertes, llenos de
energía, sin preocupaciones. Oía la risa alegre y el
sonido de voces felices, mientras yacía allí – enfermo
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y solo. ¡Qué fácil era reconocer sus bendiciones! Y
mientras veía sus bendiciones, ¡qué fácil era, olvidar
las mías propias!
Pero este sueño me vino en la mañana de mi
cumpleaños. Mientras estaba acostado allí y pensaba
sobre ello, decidí, no permitir que se arruine mi única
rosa en el siguiente año, por querer alcanzar algo, que
estaba fuera de mi alcance. Decidí disfrutar de mis
propias bendiciones. Si otras personas reciben
bendiciones, ¿no debería alegrarme junto con ellos
por esto? El anhelo, de ser como ellos, no me deja ser
como ellos. Y si no tuviera mucho, sin embargo
quisiera disfrutar de lo poco. Así comencé a examinar
mis bendiciones y cuando las descubrí, las encontré
aun mayores de las que suponía. Muchas cosas
tenia, que dan consuelo. Tenía alimento, para
satisfacer mi hambre. Tenía una casa y vestimenta.
Tenía el cuidado de mi amorosa esposa. Tenía buenos
amigos, que francamente me mostraban su afecto,
listos para cumplir todos los deseos, en cuanto les era
posible a ellos. Aun mejor que cualquier otra cosa,
tenía la paz de Dios en mi corazón. Comencé a darme
cuenta de que mi condición podría ser mucho peor.
Cuanto más pensaba, más me daba cuenta el porqué
puedo estar agradecido. Cuanto más miraba mis
bendiciones, más le apreciaba a Él. Desde entonces, a
menudo miraba a los transeúntes escuchando su
alegría y me dije: “Yo no quisiera cambiar con
ustedes, porque yo soy salvo. Tengo el tesoro del
amor de Dios y la presencia del Espíritu Santo. Tengo
la alegría de la salvación, tengo un hermoso hogar en
el cielo.” Sabía, que la mayoría de los transeúntes no
tenían estas cosas y es por esto que era más bendecido
que ellos. ¿Qué seria salud y fuerzas si se las aplica en
forma incorrecta? ¿Qué sería de bendiciones
temporales, que están relacionadas solo entre sí? ¿Qué
sería felicidad y alegría sin Dios? ¿Qué sería de los
placeres temporales del pecado, si traen una cosecha
de sufrimiento? Oh no, no tenía ningún motivo de
envidiarlos, porque mis bendiciones eran mayores que
las de ellos y no desaparecen como la niebla ante el
sol.
Mi hermano, mi hermana, tu puedes ser feliz en tu
propio rincón, si has entendido la lección, disfrutar de
lo que tienes. Aprende a conformarte con las cosas
simples. Aprende, que la verdadera alegría no viene
de las cosas externas. Ella fluye de un corazón
contento. Si Dios quiere, que te encuentres allí, donde
tú estás, ¿No querrá Él hacerte feliz allí? La Biblia
dice: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de
contentamiento [...] Así que, teniendo sustento y
abrigo, estemos contentos con esto” (1. Timoteo 6,6-
8). Tal vez no tienes muchos bienes terrenales. Quizás
no estés provisto con muchos talentos. Tus
bendiciones aparentemente parecen pequeñas. Pero
acuérdate de mi sueño-mensaje: “Si solo tienes una
rosa, disfrútala al máximo”. Si otro tiene las dos
manos llenas de flores, quizás disfrute menos que tú
con esa una sola. No pierdas tu tiempo en el anhelo
infructuoso. No desprecies lo que tienes, solo porque
es poco. Practica el hábito de la gratitud y el aprecio.
Sé feliz con lo que tienes. Confórmate. Si puedes,
mejora tu situación, pero no destruyas lo que tienes,
solo para alcanzar más. Si solo tienes un talento,
dáselo para el Señor y sé agradecido. No lo
menosprecies, porque otros tienen más talentos.
Aplica el tuyo y confórmate. La satisfacción no está
en las cosas que tenemos, sino en nuestra apreciación
y el uso de las mismas. Por lo tanto, regocíjate en tu
única rosa. Sumérgete en su dulce aroma, mira su
magnífico color, y disfrútala al máximo.
Dad gracias
en todo•
1. Tesalonicenses 5; 18
Trompeta Evangelizadora 07/2014 12
Mensaje Radial Mensaje de Salvación Friedrich Krebs, Kitchener (CA)
Caminos que
conducen a la alegría
En cada corazón humano se oculta un anhelo de
alegría. Desde el principio, el sabio Creador se
preocupó por dar al ser humano pura alegría natural.
Por esta razón Dios ha embellecido la visible creación
para que nos sirva de alegría. Es una lástima que
muchas personas pasan indiferentes al respecto. La
alegría es un alto valor en nuestras vidas, y la
necesitamos. En realidad, se asemeja a lo que
significa el sol. El sol es luz, despierta el crecimiento,
la fertilidad y la vida. ¿Quién de nosotros no quisiera
estar mejor constantemente bajo el sol que en la
sombra? De la misma manera la alegría despierta en
nosotros nueva luz, ánimo y estimulación. ¿Quién no
estaría mejor siempre alegre que estar en nostalgia y
tristeza? Por lo tanto debemos agradecer mucho más
al Creador por la belleza versátil que creó para alegría
de los seres humanos.
Además de las alegrías naturales hay muchas
alegrías en placeres de entretenimientos en el mundo.
Por supuesto, los intereses son muy diferentes. El
hecho es que hay una gran búsqueda en esta área.
Muchas personas hacen largos viajes y con altos
costos para encontrar esta alegría. ¡Uno se lanza a
esta búsqueda como en águila sobre su presa! Se
busca de muchas maneras con la esperanza de
encontrarla. Pero nunca se puede ser realmente feliz.
Lamentablemente, la mayoría de las personas no
conocen el camino que conduce a la verdadera
alegría. Muy acertado dice el verso de una canción:
Buscan lo que no encuentran en amor, prestigio y felicidad, vuelven insatisfechos y cargados de pesar.
Otro poeta complementa este hecho cuando escribe:
Los placeres aquí en la tierra lo vi como espuma perecer; no podrían ser nada para mí, solo tu cruz está para mí allí.
Aquí se manifiesta claramente el camino que conduce
a la verdadera y duradera felicidad. De esta alegría
habla Jesús en Juan 15,9-11: “Permaneced en mi
amor. Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; […] Estas cosas os he
hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro
gozo sea cumplido.” Se trata de una profunda,
significativa y salvadora alegría. ¡Se trata de una
verdadera y duradera alegría del corazón! No está en
lo terrenal, sino en la riqueza espiritual y celestial. Es
la alegría del puro y honesto corazón. Esta alta
posesión se puede obtener sólo a través de Jesucristo.
Hay cuatro cosas que nos muestran el camino al
verdadero gozo: el amor, la obediencia a la palabra de
Dios, la justicia y la paz. Quien no cumple con estos
requerimientos y no considera al Salvador, este nunca
encontrará la bendita alegría del corazón. Por lo tanto,
Trompeta Evangelizadora 07/2014
13
queremos profundizarnos en estas cuatro condiciones.
Jesús les hace recordar primeramente a los discípulos en el amor. Dejó en
claro, que la verdadera alegría está íntimamente relacionada con el amor.
Es el requisito previo y al mismo tiempo el fundamento mismo de la
alegría. Se trata aquí del verdadero amor de corazón y al mismo tiempo la
verdadera alegría del corazón. En un matrimonio, en una familia, en cada
iglesia o congregación donde hay falta de comprensión y amor, no puede
haber una verdadera alegría. De la misma manera es nuestra relación con
Dios. Por lo tanto Jesús dice explícitamente: “¡Permaneced en mi amor,
así también mi gozo permanecerá en vosotros!” Experimentaremos esto
en la relación que tengamos con las personas. Dondequiera que nos
relacionemos con el prójimo en amor y en hacer el bien, surge la alegría.
La alegría que producimos a otros, por lo general vuelve hacia nosotros.
Donde hay una frívola relación, rechazos, lesión o incluso odio, donde no
hay el uno para el otro, sino se resiste uno contra el otro, ¡la alegría queda
excluida!
Luego dice Jesús: “¡Guardad mis mandamientos!” Eso es la obediencia a
la Palabra de Dios. ¡Este es también el camino hacia la alegría! Con qué
alegría un hijo puede mirar a los ojos a sus padres cuando ha cumplido
con la esperada obediencia. La obediencia protege las interrupciones y
disturbios internos y revive el amor. Jesús les recuerda a los discípulos su
propia obediencia. Dice textualmente: “Si guardareis mis mandamientos,
permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de
mi Padre, y permanezco en su amor.” Obediencia es estar complaciente y
dispuesto al deber. Si se hace en amor y humildad, surge la alegría. Si Si
la obediencia se realiza con repugnancia, soberbia y entorno de
resistencia, nadie se podrá alegrar sobre ella. Sólo la obediencia que viene
con amor puede traer alegría y bendición. Así lo experimentará cada hijo
en casa de sus padres y cada cristiano en el servicio a Dios.
Otro camino a la alegría es la justicia. Vivimos en un mundo lleno de
injusticia. En todas partes hay desvíos, fraude, avaricia, burlas, mentiras,
etc. Injusticia de cualquier tipo causa irritación, interrupciones y
disturbios. Injusticia nunca pueden surgir con amor, y nunca dejará surgir
una mínima alegría. ¡Es por eso que en el tiempo en que vivimos, hay
lamentablemente pobreza en alegría! Sin embargo la justicia causa afecto,
respeto, confianza, vínculo y alegría. “Justicia engrandece a una nación”,
dice la Biblia. También nos engrandece a nosotros. Es el camino al favor,
a la honestidad, a la buena reputación y a las condiciones de paz. El
camino a la justicia es un camino rentable, porque hace feliz y guía a la
alegría. Vale la pena y es de mucha importancia el camino a la paz. “En
los que promueven la paz hay alegría”, leemos en Proverbios 12,20. Que
valiosa es la paz bajo la humanidad. Sin embargo cuánto más valioso y
gratificante es la paz con Dios. En Romanos 5,1 leemos: “Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo.” Así se logra la paz y profunda alegría del corazón. El camino
pasa por la cruz. Es el camino de fe, humillación, perdón y
reconciliación.
Querida alma, ¿has encontrado, elegido y pisado este camino? Sólo en
este camino encontramos el gozo en el Señor para este tiempo y para la
eternidad. ¡Por lo tanto, haz hoy de este camino, tú camino!
Trompeta Evangelizadora 07/2014 14
ENSEÑA NZA S BÍBL ICA S - FÁ CIL DE COMPRENDER │ LECCIÓN 37
El efecto
de la Sanidad Divina
¿Cómo puede Dios sanar a las personas?
En Jesucristo no tenemos solamente la promesa de la
salvación de nuestras almas. También contamos con
la garantía de la sanidad divina para el cuerpo.
Leemos: “Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores. Y nosotros
le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre
él, y por su llaga fuimos nosotros curados”
(Isaías 53,4-5).
Jesús cumplió esta promesa cuando vivió en esta
tierra. Él sanó a personas con fiebre (Mateo 8,14-17),
personas con parálisis (Marcos 2,1-12), con lepra
(Lucas 5,12-14). Sanó a cojos (Juan 5,5-9) y ciegos
(Marcos 10,46-52). Echó fuera demonios (Mateo
8,28-34). Esta es una pequeña selección de lugares
donde podemos ver el poder sanador de Dios. Jesús
sanó a tanta gente en su tiempo de misión que no
todas pueden ser enumeradas. “Y dondequiera que
entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las
calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que
les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos
los que le tocaban, quedaban sanos” (Marcos 6,56).
Pero no sólo Jesús sanó. Él dio ese poder a sus
discípulos. “Habiendo reunido a sus doce discípulos,
les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y
para sanar enfermedades, y los envió a predicar el
reino de Dios, y a sanar a los enfermos” (Lucas 9,1-2)
Este poder mantuvieron también los discípulos
después que Jesús ascendió al cielo. Leemos en los
Hechos de los Apóstoles: “Y los que creían en el
Señor aumentaban más, gran número así de hombres
como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a
las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al
pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre
alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas
muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y
atormentados de espíritus inmundos; y todos eran
sanados” (Hechos 5,14-16).
El hecho de que este poder no ha concluido con el
tiempo de los apóstoles podemos volver a leer en
1. Corintios 12,7-10. Aquí se enumeran los dones del
Espíritu y encontramos allí también entre otros el don
de la sanación.
Y también sabemos de la sanidad divina de los
informes de los santos en los tiempos pasados y de
testimonios y experiencias en nuestro tiempo.
Pero, ¿qué es exactamente la sanidad divina? Para
responder a esta pregunta tenemos que dar un paso
atrás y ver las enfermedades. Cuando tratamos con
las fuentes de la enfermedad nos encontramos que las
enfermedades tienen tres causas. Cualquiera sea la
causa, podemos afirmar en este momento que el Dios
Todopoderoso puede sanar cualquier enfermedad.
1. Causas naturales: Son signos de desgaste en las
personas mayores, son lesiones o enfermedades
víricas. Estas enfermedades se pueden diagnosticar
fácilmente por la medicina moderna. Ellos pueden ser
tratados mediante las defensas del organismo o por el
uso de agentes naturales o químicos y a veces son
curadas.
2. Causas demoníacas: Por favor lea Lucas 13,10-17
y preste especial atención a los versos 11 y 16, los
poderes oscuros pueden revestir a las personas con
enfermedades. La medicina convencional no puede
hacer nada en estos casos. Los médicos están
Trompeta Evangelizadora 07/2014
15
perplejos en el diagnóstico y el tratamiento por lo
general no es eficaz. Mediante el uso de métodos
ocultos tales enfermedades pueden ser curadas. Estas
fuerzas del mal, incluso tienen la capacidad de curar
algunas enfermedades con origen natural. Sin embar-
go, la sanación del cuerpo por las fuerzas del mal
tiene un alto precio: la carga o la posesión del alma.
3. Causa Divina: También Dios nos puede cargar de
enfermedades y discapacidades. Por favor, lea Juan
9,1-4. Contra estas enfermedades, ni las personas y ni
las fuerzas oscuras pueden lograr algo. Sólo Dios
puede curar estas enfermedades. Y también puede
sanar cualquier enfermedad con una causa
demoníaca o natural.
La sanidad divina es un proceso sobrenatural. Es un
milagro que no puede ser explicado médicamente o
psicológicamente. En contraste con la mayoría de los
métodos de curación de las personas Dios no impone
a los síntomas, pero resuelve de manera maravillosa
directamente la causa de la enfermedad. Incluso con
el ciego de nacimiento, según criterio humano una
cura imposible. Como la obra de Dios en el
renacimiento, es una intervención sobrenatural de
Dios en el alma de las personas, así también la
sanidad divina es una intervención sobrenatural de
Dios en el cuerpo de un ser humano.
También tenemos en la actualidad, como hijos de
Dios la promesa para orar por este milagro y
experimentarlo. “Y estas señales seguirán a los que
creen: En mi nombre echarán fuera demonios,... sobre
los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”
(Marcos 16,17-18).
Robert Witt, Gifhorn (DE)
Huir de sí mismo
¿Por qué hay personas que no pueden estar solas? ¿Por qué es insoportable para ellos el silencio?
Muchas personas se encuentran huyendo de sí mismos.
No pueden soportar estar solos. Un domingo, cuando
no acontece nada especial, se encuentran muertos de
aburrimiento. Al entrar el alba, sentarse en el banco
frente a la casa tampoco pueden. Ellos no saben nada de
escuchar las silenciosas voces de la naturaleza cuando
se inclina el día. Cuando se levanta la estrella de la
noche, los pájaros cantan sus últimas canciones y los
vientos susurran por el bosque y marcan los campos.
También se encuentran en la noche a menudo
innecesariamente ocupados, o persiguen diversas
distracciones. No pueden estar solos, estar quietos e
incluso mirar las profundas preguntas de la vida con
calma en los ojos.
Y sin embargo, esa sería la mejor cura para estar libre
de las disposiciones nerviosas. Quién nunca está en
silencio, empobrece interiormente. Pierde las normas
adecuadas para vivir. Él ve lo pequeño grande y lo
verdaderamente grande pequeño. A menudo percibe el
miedo al futuro. Luego trata de olvidar por medio de
entretenimientos excesivos. Así frota las fuerzas, pierde
la felicidad de vivir y el coraje de cumplir con alegría
sus obligaciones. La huida del silencio y la
introspección hace al alma inquietar y enfermar. Esta
huida de la quietud es hoy una terrible enfermedad del
tiempo. También las operaciones masivas, que a
muchos les gusta complacer en nuestro tiempo, tienen
su fundamento en esta huida. El individuo es
insostenible en sí mismo, por lo que se refugia en la
multitud. Y sin embargo, es importante para la salud del
alma, que el hombre tenga el valor de ser él mismo.
La causa más profunda de esta huida de sí mismo es
la huida delante de Dios. Quien huye ante Dios, no
tolera la quietud. La soledad le atemoriza. Tampoco
puede soportar pensar honestamente acerca de sí mismo
y mirar en su propio interior. Ve por todas partes
misterios y oscuridad, que lo llenan de miedo. Para
evadir esto, se refugia en la ocupación, en lo
ensordecedor, en la vida ruidosa. Pero quien ha
encontrado a Dios, quien se ha reconciliado con él,
quien tiene su paz en el corazón, ese puede
experimentar en el silencio deliciosas horas de
bendiciones. Él no tiene necesidad de huir de sí mismo,
porque ha encontrado el hogar en Dios.
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”
(Salmo 46,10).
Trompeta Evangelizadora 07/2014 16
PÁGINA JUVENIL
SERIE: LAS PROPIEDADES DE DIOS
III OMNICIENCIA
IV SANTIDAD
V AMOR
DIOS ES AMOR
“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que
Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que
permanece en amor, permanece en Dios y Dios en él”
(1. Juan 4,16).
Qué increíble verdad: ¡Dios es Amor! ¡No es sólo
algo que él hace, sino que en realidad describe la
forma en que lo es! Si comprendemos esta verdad,
tendrá un profundo impacto en nuestras vidas.
Nuestra fe y nuestra idea de quién es Dios y lo que es,
determinan directamente nuestra vida espiritual. Al
mismo tiempo no sólo cuenta lo que hacemos, pero
sobre todo cómo y por qué lo hacemos – por tanto,
los motivos detrás de nuestras acciones. ¡Qué impor-
tante es entonces, que la imagen que tenemos de Dios
no se base en nuestra imaginación, sino totalmente en
la verdad de la Palabra de Dios! Si alguien cree que
Dios es un ser distante, que se preocupa poco por
cada individuo, el mismo tampoco va a experimentar
esta relación personal con Dios. Del mismo modo, si
alguien cree que Dios es un juez duro y crítico, que
solamente espera que nos equivoquemos - tal persona
será impulsada por el temor en lo que hace, en lugar
de amor o de gratitud. Sin embargo, si entendemos
por medio del espíritu de Dios, que Dios es amor y
todo lo que hace, sucede en y por amor, entonces
nuestra respuesta será amor recíproco. Queremos
acercarnos a él, obedecerle, honrarle y adorarle.
Esta preocupación, para entender correctamente el
amor de Dios, es exactamente lo que Pablo tenía en
mente cuando oró por la iglesia de Éfeso. El describe
esta oración en su carta a los Efesios. Pablo rogó al
Padre Celestial que a través del poder de su Espíritu
Santo obre en sus corazones, así: “para que habite
Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que,
arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente
capaces de comprender con todos los santos cuál es la
anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de
conocer el amor de Cristo, que excede a todo conoci-
miento, para que seáis llenos de toda la plenitud de
Dios” (Efesios 3,17-19) . ¿A qué se refirió Pablo que
traería abundancia en sus vidas espirituales? A tomar
en fe la grandeza del amor de Dios.
Cuando estudiamos la Biblia, vemos desde el
principio hasta el fin el grandioso amor de Dios, que
una y otra vez es visible por lo que él hace. Lo vemos
en las acciones del Padre, así como en todo lo que
Jesús, y el Espíritu Santo hacen. Dios no nos ama solo
por algo que está fuera de sí mismo.
No hay nada de lo que hemos hecho o que podríamos
hacer para ganarnos este gran amor. El hecho es, que
lo que hemos merecido por nuestra rebelión contra
Dios, es exactamente lo contrario. Y sin embargo,
Dios nos ama - porque es su naturaleza. Él siempre
desea lo mejor para nosotros. Es importante saber,
que el amor de Dios es siempre perfecto, en armonía
con todas sus otras propiedades: su gracia, su
misericordia, su paciencia, su fidelidad. Del mismo
modo, también su justicia, su verdad y su perfecta
santidad. Su gran amor implica, que él nunca nos
decepciona, que encierra compromisos con la verdad,
o haría algo por motivos impuros. Debemos ser
cuidadosos de que nuestra imagen de Dios no sea
distorsionada por una comprensión reducida del amor
divino. A veces la gente hace afirmaciones como:
“Un Dios amoroso nunca nos permitiría pasar por
tanto sufrimiento habiendo tanta maldad”, o “Un Dios
amoroso nunca va a castigar eternamente a las
personas.” No vemos las cosas como Dios lo ve con
su conocimiento y sabiduría ilimitada. Detectamos
muy poco su infinita inteligencia - Él es el Dios
eterno, es perfectamente justo y santo. Su plan
perfecto, al igual que todos sus hechos, sucede en
armonía con su amor.
Este gran amor que Dios tiene para con nosotros, es
evidente en su anhelo de una relación con nosotros y
su deseo es que respondamos a su amor. Es
precisamente ese anhelo que Dios trajo a la mayor
demostración de su amor: “Porque de tal manera amó
Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida
eterna” (Juan 3,16). A causa de nuestro pecado, una
relación con un santo Dios era imposible - sin que
abriera un camino para nosotros a través del cual
seamos limpios y reconciliados con él. Es por eso que
- en un amor que no podemos captar mentalmente - el
Trompeta Evangelizadora 07/2014
17
Padre envió a su Hijo Jesús a este mundo, para ser
humano, a vivir una vida perfectamente santa, y morir
en la cruz, llevando sobre él el pecado del mundo.
Sabemos, que Jesús resucitó victorioso sobre la
muerte. Por lo que demostró, que su Padre había
aceptado el sacrificio, y que todo lo que necesitamos
para ser salvos, se ha proporcionado por la sangre de
Jesús. Debido a su inmenso amor, Dios atrae a todos
hacia sí a través de su Espíritu Santo y anhela que
todo el mundo acepte el don de su perdón y la vida
eterna. “Con amor eterno te he amado; por tanto te
prolongué mi misericordia” (Jeremías 31,3).
¿Cómo respondemos a este tipo de amor? Juan
escribe en su carta: “Nosotros le amamos a él, porque
Él nos amó primero” (1. Juan 4,19). Sabemos que el
mandamiento más grande es: “Amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente y con todas tus fuerzas”
(Marcos 12,30). Oremos para que Dios nos ayude a
comprender cuán grande es su amor, para que toda
nuestra vida sea un acto de adoración verdadera -
motivada por el amor de Dios.
Ryan Henkelmann, Edmonton (CA)
“Hola Hno.... ¿cómo está?
Cuando tuvimos bautismo el pasado Domingo, anhelaba mucho ser uno de los que estaban siendo bautizados, pero
tuve la sensación de que no estaba preparado para ello. - ¡También tuve la sensación de que yo todavía no entiendo todo lo que incluye el bautismo! ¿Para qué necesitamos el
bautismo? ¡Nuestra alma de todas maneras no es salva de
ese modo! Sé que Jesús quiso, Él ha ordenado dejarse
bautizar, pero ¿por qué? Uno no necesita estar bautizado
para llegar al cielo, ¿o? No nos perdemos si no nos bautizamos; Quiero decir, si se ama a Jesús y lo has aceptado, si has reconocido los pecados, entonces no te
vas a perder si te falta solamente el bautismo, ¿verdad?
¡Yo creo, que lo entiendo, pero tampoco lo entiendo! ¡Muchas gracias!”
Jesús cuelga de la cruz. Uno de los cruzificados con Él
se dirige a Jesús: “¡Señor, acuérdate de mí cuando
vengas en tu reino!” Jesús le promete, que estará con Él
en el paraíso. No bautizado y sin embargo se ha salva-
do, así lo podríamos decir. Él no tuvo ninguna
oportunidad en dejarse bautizar. El elemento de
salvación es siempre la fe beatífica en Jesús. Pablo
respondió al carcelero a su pregunta sobre la salvación
así: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu
casa” (Hechos 16,31). Por lo tanto el hombre, incluso
cuando se encuentra solo, puede ser salvo por la fe. Él
no está pendiente de una segunda persona (que sería el
caso del bautismo).
¿Uno se pierde, si no está bautizado? En el caso del
del ladrón en la cruz, el hombre no se pierde. No
podemos afirmar en forma global, porque el bautismo
sigue siendo considerado un mandamiento de Dios y
debe ser cumplido por nosotros. Nadie debe tener la
idea de actuar así, como ocurrió con el ladrón. Si
somos creyentes, el Señor espera que seamos
bautizados. A la persona que no le importa o rechaza el
bautismo, este comportamiento con el tiempo será una
desobediencia en contra de los mandamientos de Dios.
¿Entran personas desobedientes en el cielo? No. En
texto claro: Se puede entrar al cielo sin ser bautizados y
se puede, sin ser bautizados, ser excluidos del cielo. La
respuesta depende de nuestra actitud. ¿Qué razón puede
haber para un renacido, en no dejarse bautizar con
alegría? Dios ha ordenado el bautismo, a fin de que la
transformación interna radical del hombre esté
representada por el símbolo del bautismo. La Biblia
habla al respecto, que Dios le da al hombre en el
renacimiento un nuevo corazón (Ezequiel 36,26-27).
Pablo describe la experiencia de esta manera: “De modo
que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”
(2 Corintios 5,17).
Cuando el creyente entra al agua bautismal y se
sumerge, esto se conoce como “sepultado”. Se sabe que
sólo los muertos son sepultados. En sentido figurativo
escribe Pablo en Colosenses 3,3: “Porque habéis
muerto, [...]”. Es así. El creyente es muerto a la vieja
vida, al mundo y el pecado. En consecuencia, debe ser
sepultado, lo que sucede en el bautismo. Sin embargo,
la persona que está siendo bautizada no queda bajo el
agua, sino que sale del agua, representa la nueva vida,
totalmente diferente. Todo el proceso se describe en
Romanos 6,1-4. Pablo retoma la idea también en
Colosenses 3,1: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba [...]”.
El bautismo es una manifestación externa de una
experiencia realizada en el interior de una persona.
Cualquiera que haya vivido esta experiencia, puede
expresar el gozo ante todo el mundo. Y sólo una
persona así debe ser bautizada.
Harry Semenjuk, Edmonton (CA)
PREGUNTAS PARA EL BAUTISMO
(Extraído de un e-mail, difundido con permiso)
Trompeta Evangelizadora 07/2014 18
Lörrach (DE)
¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el
obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la
grosura de los carneros”
(1. Samuel 15,22)
Mi experiencia con el Señor la tuve en marzo de 2014. Estaba enferma y
no podía ir a trabajar. Por lo tanto, decidí descansar en mi casa. Tuve la
intención de edificarme con predicaciones. Entonces encontré en internet
un video sobre aviones, como estas máquinas me apasionan mucho,
comencé a mirar. Lamentablemente el video no se trataba solamente de
aviones, sino de muchas otras cosas. Cuanto más miraba, más me
interesaba de lo que trataba la película. La voz de Dios me instaba que
deje de mirar, pero yo no le di oído.
Al día siguiente cuando nuevamente me encontraba sola, en mi mente
estaba el video que no había culminado de ver. Lo encendí nuevamente y
continué mirando. El final de la película mostraba a jóvenes pilotos que
encontraron un tesoro. Cuando estaban felices por aquello, vino una
persona mayor con un arma y les ordenó que le entregasen el tesoro. El
dijo: “por este tesoro he vendido mi alma al diablo!!!”. En ese momento
sentí la cercanía del diablo y una voz que dijo, (como si hubiera esperado
ese momento): “Vamos, dame tu alma.” Me asusté de tal manera, que no
pude continuar acostada. Inmediatamente apagué la película.
Comencé a orar. Me vino al pensamiento que pequé y fui desobediente a
la voz de Dios. Pedí a Dios que perdone mi culpa. El me perdonó y quitó
el miedo de mí. Recuerdo muy bien, hace un año en el encuentro de días
bíblicos juveniles, habíamos hablado sobre el mirar películas. Allí se nos
aclaró, como puede ser perjudicial para el alma. A nuestro salvador no le
agrada, que en vez de darle el tiempo a Él, lo ocupemos en películas. Mis
padres lo han dicho así: “Has la prueba una vez, arrodillarte a orar
después de mirar una película. No funciona, porque estás influenciado
con en el espíritu del mundo y así no puedes estar ante el Santo Dios.”
El tiempo que le damos a Dios, un día tendrá valor en el cielo. En la
palabra de Dios tenemos un valioso requerimiento que dice: “Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche
meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá
bien” (Josué 1,8)
Julia Repp
Experiencias con Dios
Trompeta Evangelizadora 07/2014
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PÁGINA INFANTIL
Verdaderos amigos
Después que David venciera al gigante Goliat
(seguramente ya conoces esta historia), habló el rey
Saúl con David. En aquel momento el hijo del rey,
Jonathan, se enteró que David era un simple pastor en
Belén, pero Jonathan no lo tuvo en poco por ello, más
bien su corazón estaba lleno de afecto hacia él. ¿Por
qué?, porque los dos tenían mucho en común – los dos
amaban a Dios y al pueblo de Israel de todo corazón.
Habían aprendido a escuchar y confiar en Dios también
en las dificultades. Recientemente Jonathan había
obtenido una victoria similar de fe.
(1. Samuel 14, 1-22) Por lo tanto hicieron un pacto entre
ambos, y Jonathan le regaló a David como muestra de
afecto sus armas y su capa (1. Samuel 18,1-4).
Esa amistad es algo especial. Es más fuerte que
cualquier dificultad. Cuando Saúl intentó matar a David
para que el reino siga perteneciendo a él y a sus hijos,
Jonathan intervino por David bajo el riesgo de su propia
vida, ayudándole a huir. Más tarde, cuando David
estaba en el desierto, Jonathan buscó a su amigo para
animarlo. No siente celos de David, sino que le dice
que Dios quiere hacerle rey, y que él, Jonathan, estará
en segundo lugar (1. Samuel 23,16-17). Pero también
Jonathan podía confiar en David. Él sabía que David no
tramaba nada a sus espaldas, sino que era temeroso de
Dios y cumpliría su palabra en cualquier circunstancia.
Cuando Jonathan muere en combate contra los filisteos,
David se lamenta y llora mucho, luego cuida de
Mefiboset el hijo lisiado de Jonathan, a quien trataba
como a uno de sus hijos y lo hacía comer cada día en su
mesa. La relación entre Jonathan y David es la imagen
de una verdadera amistad. Quien tiene un buen amigo,
debe saber que Dios lo bendijo ricamente. Pero lo
mejor que Dios nos ha dado, es su único hijo Jesucristo
quien quiere ser nuestro - también tu amigo. Por lo cual
vivió como hombre en esta tierra, murió y resucitó por
nosotros. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno
ponga su vida por sus amigos” (Juan 15,13).
Por favor, lee los pasajes bíblicos mencionados, luego
reflexiona detenidamente sobre las siguientes
preguntas:
• ¿Eres un buen amigo?
• ¿Puedes decir que tus amigos son buenos?
• ¿Qué tipo de influencia ejerce uno hacia el otro?
• ¿Qué tanto conoces a Jesús, el mejor amigo?
Helene Rotfuss, Neubulach (DE)
Trompeta Evangelizadora 07/2014 20
PÁGINA FAMILIAR
Ánimo en medio
“Ella […] ciñe de fuerzas sus lomos […] su lámpara no se apaga de noche”
(Proverbios 31,17-18)
Hoy en día hay un número sorprendente de cargas
físicas y psicológicas. También muchas madres se
ven afectadas. Allí está la madre, cuyo niño no
puede dormir bien en la noche, y a la mañana se
encuentra abatida. Otra, noche y día busca cumplir
las necesidades de los familiares deteriorados por
alergias. O las dificultades de la madre, cuyo
entrañable adolescente, es difícil de criar y conducir-
lo en la vía buena y pura. O la mujer, que aparte de
sus tareas domésticas está en pacial o completamente
en su profesión. Ahí está la mujer del cónyuge, que
está para satisfacer a un marido exigente. O la amiga,
quien debe pasar con bajos recursos financieros. Si
bien esta incompleta lista se podría extender,
queremos dirigir nuestra vista a lo dice el apóstol
Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fotalece
(Filipenses. 4,13).
Verdaderamente, la oración y el aprobado libro de
los libros es el medio eficaz, también en nuestro
tiempo moderno, para enfrentar el estrés cotidiano.
Nuestro texto lo expresa maravillosamente: “Ella
ciñe de fuerzas sus lomos y su lámpara no se apaga
de noche.” Ella ciñe de fuerzas sus lomos en la
oración y la palabra de Dios es su lumbrera para sus
pies. Estas son dos de las muchas cualidades que nos
son dadas en proverbios 31 de la mujer virtuosa.
Parece que la moderna tecnología nos da hoy
ilimitadas posibilidades, pero en esto estamos en
gran peligro de ser desviados de la eficacia de las
armas espirituales y perder su protección y efecto.
La gran masa de información nos ocupa para
investigar, ver, escuchar, aprender - hasta que
nuestro sentido esté completamente agotado.
¿Dónde encontramos todavía el tiempo para estar en
íntima comunión con el poder del cielo? ¿Dónde
encontramos tiempo para orar por todas las alegrías,
preocupaciones y cargas, que se acumularon?
¿Cómo podemos encontrar a nuestro Salvador y
mirarlo a los ojos, si se han estibados tantas capas?
¿No le pasa a alguna madre o ama de casa así como
dice un himno: “Muchas veces perturbamos nuestra
paz, y lejos está la tranquilidad, porque no traemos
siempre todo en oración a Él?”
Reconocemos, que hay muchas cosas valiosas que
se pueden ver, escuchar y aprender. Pero todo esto
no reemplaza a la palabra de vida, que satisface el
alma con su alimento, que colma de profunda paz.
Se cuenta, que una mujer que sufría de nervios,
vino a un famoso médico para quejarse de su
situación: Que no puede trabajar, no puede comer.
Muchas veces parece ser que va a perder la razón,
etc. El médico le hizo todavía algunas preguntas y
luego le dio un único consejo: “¡Usted debe leer más
su Biblia!” La mujer quedó muy asombrada y al
mismo tiempo profundamente ofendida. Pero el
médico no se dejó impresionar y repitió: “¡Usted
debe leer más su Biblia - y dentro de unas semanas
vuelva!” La señora tuvo que irse. Pero en el camino
a su casa admitió: “¡Sí, es cierto – demasiadas
preocupaciones terrenales - muy poca oración - muy
poca lectura bíblica!” Llegando a la casa,
inmediatamente comenzó a seguir el consejo, y no
duró demasiado, sabía de nuevo lo que tenía en la
Biblia, la oración, Dios y su Salvador. (Quién es un
”
de lo cotidiano
Trompeta Evangelizadora 07/2014
21
lector de la Biblia, no se sorprenderá de esto)
Cuatro semanas después la mujer visitó al médico. El sólo
necesitaba observarla, para notar un gran cambio en ella. –
“Veo, que usted es un paciente obediente” – dijo él. –“¿Debo
recetarle algo más?” – “Oh no, yo ya estoy renovada, – pero,
¿Cómo supo usted que justo ahí estaba mi falta?"
El médico le indicó la Biblia abierta sobre su escritorio, y dijo
despacio y solemnemente: “¡si yo no leería todos los días este
libro, pronto terminaría mi fuerza y mi sabiduría! En cuanto a
usted, pude ver fácilmente que le faltaba paz interior y fuerza
de lo alto, por ello, mi consejo.” – “Pero por poco no lo
obedecía”, respondió la mujer. Sonriendo el médico, dijo:
“¡Sí, lamentablemente la mayoría no quiere saber nada de esta
medicina, pero yo conozco cientos de casos en los que obraría
maravillosamente!”
Bueno, es verdad, a veces es inevitable que a pesar de tener
una bendita comunión con el Señor entramos en tiempos,
donde el estrés, nuestras obligaciones y deberes parecen ser
que nos quieren aplastar. Qué bien, cuando en la palabra de
Dios podamos encontrar la indicación del camino, la cual nos
ayuda y nos lleva a entender lo que significa llevar la
“vestidura de fuerza y honor” (Proverbios 31,25). Fuerza para
soportar todo, creerlo todo, esperar y tolerar todo. Esto es una
belleza interior completamente inconsciente que agrada al
prójimo.
¿Has pensado alguna vez, que no es la voluntad de Dios
poner en nuestros días más de lo que cabe en él?
También ayuda, si hacemos una pausa para un descanso de
nuestra rutina. Que bendición, si prestamos atención en lo que
nos causa el “reír del porvenir” (verso 25), o “ceñir de fuerzas
los lomos” (verso 17). Realmente vale la pena llenar la mente
con pensamientos agradecidos e interceder por el prójimo.
Nos lleva en asombro, si algunas circunstancias u otros
personas de repente cambiaron, que se sienta inesperada
alegría en vez de pesadillas. Entonces, la alegría puede ser
nuestra fortaleza en el Señor. Entre otros podemos “hacer el
bien” a nuestro marido (verso 12) o pensar en los demás y
“extender las manos al menesteroso” y “tender nuestras
manos” (verso 20). El marido sabe valorar que su esposa se
lleva el tiempo y busca en hacer algo que le agrada. Estar
dispuesto desinteresadamente por el prójimo siempre trae
bendición y alegría.
No olvidemos que la palabra de Dios no envejece, si bien
los métodos de enseñanza y filosofía estás sujetos a cambios
constantes. Si la comunión íntima con nuestro Señor Jesús en
cada momento tiene la más alta prioridad, las tormentas de la
vida van a sacudir, pero al mismo tiempo nos llevarán
adelante con mayor fuerza.
Susie Schulz, Kichener (CA)
Trompeta Evangelizadora 07/2014 22
Hudson TaylorParte 16
EL M ISIONERO EN CHINA
Después de años de preparación, Hudson Taylor se encontraba ahora parado en el umbral para la obra, para la cual Dios lo había designado. Dios lo hizo madurar, abrió puertas y le regaló su maravillosa dirección .
A menudo Hudson Taylor y sus colaboradores
interrumpían sus trabajos y buscaban a Dios en
oración, él anhelaba enviar el evangelio a todas las
partes de china. También entablaban conversaciones
con representantes de las asociaciones misioneras más
grandes, para lograr que aceptaran hacer misión al
interior de china. En cada lugar los escuchaban con
amabilidad. Conocían los hechos, pero nadie quería
emprender algo. Dos objeciones eran citadas
reiteradamente: la carencia de dinero, y la falta de
misioneros. A esto surgía la pregunta de como
podrían hacer llegar el evangelio a esas lejanas
provincias, teniendo a disposición el dinero y los
misioneros para ello.
Estas objeciones no fueron capaces de aligerar la
carga y el pesar del corazón de los misioneros. En su
mandato: “¡Id por todo el mundo y predicad el
evangelio a todo el mundo!”, el Maestro no dijo nada
sobre política o finanzas. Su orden fue: “por todo el
mundo.” Y su promesa: “yo estaré con vosotros todos
los días” ¿No se debería tomar este mandato en
confianza y absoluta obediencia?
Pero había también otros que pensaban como ellos.
Eran los amigos, que se reunían todos los sábados en
su casa de la calle Beaumont, después que Meadows y
su señora se habían mudado a China. Pero nadie se
interesaba más por los cristianos de Ningpo que el sr.
y la sra. Berger, quienes participan regularmente en
las reuniones de oración. Al sr. Berger no le pasó
desapercibida la preocupación de Hudson Taylor. Él
se unió a la causa y fue un valioso asesor, mientras
que María encontró en la sra. Berger una amistad
maternal. Al final de una conmovedora reunión, el sr.
Berger se manifestó y dijo: “Lo que experimenté aquí
me avergüenza, porque he hecho relativamente poco
por la causa de Cristo. Pero mi decisión recién tomada
me llena de profunda alegría. En el futuro y con la
ayuda de Dios, de la décima parte que he hecho,
quiero hacer cien veces más.”
Tres meses más tarde en la playa de Brighton,
Hudson Taylor tuvo que vivir la crisis más decisiva
de su vida. En ese lapso le habían dado una nueva
tarea. Se le había pedido escribir una serie de artículos
sobre China, para despertar el interés de la misión.
Durante el trabajo de desarrollo de las imágenes que
debían representar a la lejana China, a la gran
densidad poblacional de sus provincias y el abandono
de la misión, la vergüenza y el pecado de esa
indiferencia le resultaron muy evidentes. No se había
dado ningún paso para cambiar la situación. ¿En
realidad que es lo que se podía hacer? Estos hechos
alimentaron el fuego que consumía su interior. Él
había hecho todo lo que estaba a su alcance, y nadie
se había dejado conmover por este tema.
Sencillamente él debía dejar el asunto hasta que el
Señor… ¡Seguramente esta no podría ser la última
palabra!
El escribió sobre este tiempo crítico: “Yo sabía que
Dios estaba hablando. También sabía que Dios daría
oídos a la oración por los evangelistas y los recursos
necesarios, porque el nombre de Jesús responde por
ellos.” Pero al mismo tiempo una terrible batalla se
desataba en su alma. Por un lado, la secreta
incredulidad que tendría un posible fracaso y por otro
Trompeta Evangelizadora 07/2014
23
lado millones de personas que mes tras mes morían
sin Dios. “Esto arde en mi alma como fuego. Pasaron
dos o tres meses de ardua lucha. Por las noches
apenas podía dormir una hora. Temí perder la razón,
pero no desistí. No podía desahogarme con nadie, ni
siquiera con mi esposa. Obviamente ella sabía que
algo me sucedía, pero supe que debía esperar el
tiempo que fuera posible, antes de hacerle partícipe de
tan agotadora carga: ¡Esas almas! ¿Dónde pasarán la
eternidad? ¡Todo lo que obraría el evangelio en
aquellos que pudieran creer en él! ¡Si tan solo lo
podríamos llevar!”
Es significativo que dejó de escribir en su diario
durante aquel tiempo. Dos años y un cuarto lo había
hecho fielmente y ahora – silencio. ¡Siete semanas
pasaron sin ningún registro! ¡Podemos ver cuánto nos
dice esa primera y única brecha en las páginas de su
diario, antes con un contenido tan rico! Realmente
estaba ante del plan de Dios. No se animaba
aceptarlo; pero tampoco podía huir de él. Le sucedió
como a Jacob en los tiempos antiguos: “Luchó con él
un varón, hasta que rayaba el alba.”
Exhausto y enfermo fue Hudson Taylor hasta
Brighton para ver a sus amigos. Sucedió el 25 de
Junio, un agradable domingo de verano que caminó
solo por los vatios que la marea había dejado
expuestos. A su alrededor había paz, sin embargo en
su interior la batalla continuaba. Sabía que tenía que
tomar una decisión, no podía soportar más ese
conflicto. “Entonces tuve este pensamiento”, escribió
más tarde, “si Dios daría un grupo de misioneros para
China y ellos yendo murieran todos de hambre,
entonces estarían con Dios. Si gracias a eso tan solo
un alma pagana se hubiera salvado, ¿entonces el
esfuerzo no habría valido la pena?”
Un extraño desvío para la fe: ¡si lo peor realmente
sucediera, aun así valdría la pena! Algo del culto
había obrado aquí. Los pensamientos hacia Dios
tomaron el lugar de la incredulidad. Algo nuevo,
como el amanecer que desplaza la noche se abrió ante
él. “Si obedecemos a Dios, la responsabilidad recae
sobre Él y no sobre nosotros.” Este pensamiento que
el Espíritu de Dios le puso en el corazón, hizo que
todo sea nuevo. “A ti Señor, a ti te dejo toda esta
carga”, dijo él con la sensación de una inexplicable
libertad. “¡A tu mandato, como tu siervo sigo adelante
y te lo dejo todo a ti!” Desde algún tiempo le
inquietaba esta pregunta, si no debía pedir a Dios por
dos evangelistas para cada una de las once provincias,
y dos más para el Turkestán chino. Con la inmensidad
del mar ante sus ojos, cuyas olas se rompían
incesantemente a sus pies en la orilla, abrió él su
Biblia y escribió: “Ora por veinticuatro obreros
dispuestos y capaces. Brighton, 25 de Junio de 1865.”
“Lleno de paz profunda me fui de la orilla”, escribió
en memoria de la liberación experimentada, “La lucha
terminó, todo en mí es alegría y paz. Pareciera que
podría volar hasta la casa del sr. Pearse. ¡Y como
pude dormir esa noche! Cuando volví a Londres, mi
esposa dijo que Brighton había hecho un milagro. ¡En
realidad así había sido! Nueva vida fluía a través de
Hudson Taylor después de esta decisión. A primera
hora del siguiente día estaba de camino a Londres. Lo
registrado en su diario al siguiente día fue: “27 de
junio. Fui con el sr. Pearse al Banco London y
County, y abrimos una cuenta para la Misión al
interior de China. Puse diez libras” Aquí surgió por
primera vez el nombre que luego sería ampliamente
conocido – Misión al interior de China.
”
Trompeta Evangelizadora 07/2014 24
Colaboradores Bendecidos
Dios no ha mandado a Pablo solo en la misión, sino
que puso valerosos ayudantes a su lado.
En el segundo viaje de la misión, Pablo vino de
Atenas a Corinto. Él vino por primera vez a esta gran
ciudad portuaria, pero pronto encontró un lugar de
detención. Encontró un judío de nombre Aquila con
su esposa Priscila.
¿Quiénes eran estos dos? Aquila era un judío que
nació en Ponto, en el norte de Asia Menor. Fue a
Roma, capital de Italia, y allí conoció a Priscila y se
casó con ella. Algunos intérpretes de la Biblia creen
que Priscila nació en Roma y provenía de una familia
rica. Probablemente ambos eran estudiados.
Después, como a menudo acontece en la vida, llegó
un cambio trágico. Tuvieron que dejar su casa, su
hogar, amigos y tal vez oportunidades de un buen
ingreso. El emperador Claudio había expulsado a
todos los judíos de Roma. Sin embargo, para los hijos
de Dios la pérdida es a veces ganancia. - ¿Cómo era
con José cuando fue vendido por sus hermanos y
perdió a su padre y su hogar? A veces no vemos en el
momento el propósito de Dios, pero más tarde
podemos decir: “¡Él ha hecho todo bien!”
Así también fue con el matrimonio Aquila y
Priscila. ¡Era claramente la guía de Dios! Pablo
encontró un cálido recibimiento. Además, el apóstol
y Aquila tenían el mismo oficio: ambos eran
fabricantes de tiendas, y Pablo pudo de inmediato
trabajar junto.
Que bendición trajeron estos siervos de Dios en esa
casa. El Salvador había prometido a sus discípulos:
“Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere
digna, vuestra paz vendrá sobre ella” (Mateo 10,12-
13). Con gran certeza podemos decir que Pablo dejó
una gran bendición y la paz de Dios al matrimonio
por el tan amable hospedaje, en las devociones y
oraciones. Como habrán escuchado Aquila y Priscila
los mensajes, porque leemos que Pablo “discutía en
la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a
judíos y a griegos […], que Jesús era el Cristo”
(Hechos 18,4-5).
Estimado lector ¿Te puedes imaginar la casa de
Aquila y Priscila? Pablo y sus colaboradores, Silas y
Timoteo también llegaron. Cuanto trabajo y esfuerzo
extra tuvo esta familia en hospedarlos, sobre todo
Priscila. Y no sólo por uno o dos días, no. Leemos:
“Él (Pablo) se detuvo allí un año y seis meses,
enseñándoles la palabra de Dios” (Hechos 18,11).
¡Qué servicio leal y abnegado ha hecho esta pareja!
De Corinto a Éfeso En este segundo viaje misionero, Pablo se despide de
los creyentes en Corinto y viaja en barco con los
hermanos a Éfeso. Lo sorprendente: Priscila y Aquila
dejaron su hogar y su lugar de residencia y se fueron
juntos a Éfeso.
Mientras el apóstol Pablo, después de un corto
periodo, se despidió y se fue a la fiesta a Jerusalén,
Aquila y Priscila quedaron en Éfeso. Y aquí les
esperaba una tarea especial a ellos. Ambos estaban
firmemente fundamentados en las escrituras y
doctrina. Después de algún tiempo apareció un judío
llamado Apolos y comenzó a predicar allí en la
escuela, Dios ha provisto una importante tarea para
ellos.
Este Apolos era un brillante predicador y un
conocedor de las escrituras del antiguo testamento.
Pero él sabía solamente del bautismo de Juan el
bautista, que este profetizó del Mesías, el Salvador de
todos los hombres y anunció su venida. Tenemos
solo el verso corto en la palabra de Dios: “pero
cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte
y le expusieron más exactamente el camino de Dios”
(Hechos18,26). Encontramos nuevamente el
Trompeta Evangelizadora 07/2014
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maravilloso hecho: ¡los corazones y las puertas están
abiertas! Invitan a Apolos. Cuantas veces lo hicieron,
no leemos. Ciertamente lo han expuesto con cautela y
detenidamente la palabra de Dios a este talentoso
mensajero de Dios. ¡Nos podemos imaginar
claramente como Aquila y Priscila han rogado a
Dios, que el Espíritu Santo bendiga sus esfuerzos! Y
sabemos que Apolos aceptó esta instrucción
adicional, y a partir de ahí el podía predicar aún más
decisivamente y con claridad el evangelio, “porque
con gran vehemencia refutaba públicamente a los
judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era
el Cristo” (Hechos 18,28).
¡Cuán valiosos colaboradores eran Aquila y Priscila
en el reino de Dios! ¡Ya muchas veces he deseado y
orado, de que el Señor tenga en cada lugar y en cada
iglesia unos matrimonios así!
Aquila y Priscila en Roma A principios del año 50 debían salir de Roma en la
época del emperador Claudio, el cual reinó a Roma
entre el 41 al 52. Ahora reinaba en la capital el
emperador Nerón (54-68), y Aquila y Priscila habían
vuelto a Roma.
En la carta a los Romanos, Pablo revela su deseo de
ir a Roma, para anunciar el evangelio y de allí, si Dios
le concede la gracia, viajar a España. Al final de esta
carta leemos: “Saludad a Priscila y a Aquila, mis
colaboradores en Cristo Jesús, que expusieron su vida
por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino
también todas las iglesias de los gentiles. Saludad
también a la iglesia de su casa” (Romanos 16, 3-5).
Aquí tenemos el mismo testimonio de personas que
han servido al Señor de corazón, como se informó en
la carta del Concilio Apostólico en Jerusalén por
medio de Bernabé y Pablo: “[…] nuestros amados
Bernabé y Pablo, hombres que han expuesto su vida
por el nombre de nuestro Señor Jesucristo”
(Hechos 15, 25-26). Lamentablemente no tenemos
más información de lo que estos bendecidos
colaboradores han hecho con respecto a esta
declaración, pero la eternidad revelará lo que esta
pareja ha hecho.
De vuelta a Éfeso La carta a los Filipenses y la segunda a Timoteo son
las últimas noticias del apóstol Pablo. Él ya está
varios años en Roma. El malvado emperador Nerón
gobierna Italia y es también gran enemigo de los
cristianos. Por lo tanto Aquila y Priscila dejan
nuevamente su hogar. Con probabilidad Pablo
escribe en los años 65/66: “Porque yo ya estoy para
ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está
cercano” (2. Timoteo 4,6). Y a continuación el verso
6: “En mi primera defensa [en el juicio] ninguno
estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon.”
Pero al final de su vida menciona una vez más en
particular este matrimonio: “Saluda a Priscila y
Aquila, y a la casa de Onesíforo" (2. Timoteo 4,19).
Por último quiero señalar que en los seis informes
sobre Aquila y Priscila, el hombre es mencionado
tres veces primero, pero también la mujer es
mencionada al principio. En aquel entonces, la
posición de la mujer no era tan respetada y valorada.
Pero Priscila puso todo su empeño en el trabajo del
Salvador, para la obra del Señor y la iglesia de
nuestro Dios. El apóstol menciona en la palabra del
último saludo como primero el especial nombre
“Prisca” que significa “venerable”.
Una vez más quiero repetir mi deseo y oración:
¡Oh, si tuviéramos en todos los lugares tan
bendecidos colaboradores! ¡Estoy seguro, que si el
Señor nos da gracia a ti y a mí, de ser fiel y digno
para entrar en su gloria, entonces vamos a encontrar
allí a Priscila y Aquila!
H. D. Nimz
Trompeta Evangelizadora 07/2014 26
Experiencias con Dios
Jesús es el mismo, que en tiempos pasados,
cada corazón, que en fe le conmueve,
a pesar del dolor que trajo el pecado,
sentirá fortaleza y salvación en Él.
“¡Oh grandioso Dios, quien soy yo que te acuerdes de
mi!” Estas palabras son expresadas desde mi corazón
en temor, humildad y gratitud para la gloria de Dios.
El Señor me ha hablado en mi juventud y me convertí
a Dios. Le hice muchas promesas y fui bautizado
según su palabra. Después de un tiempo de alegría,
me di cuenta de que no avanzaba, porque la tibieza
desplazaba mi alegría. El mandato de Jesús: “Velad y
orad” no lo tomé en serio. Si, el enemigo del alma
buscaba a quien pudiera hacer caer. El momento de la
detención y retroceso me sucedió a mí. El gozo de la
salvación se había perdido.
“El que es nacido de Dios, no practica el pecado” así
dice la palabra de Dios. Esto ya no podía decir de mí.
El tiempo de tibieza duró 18 años. Pero Dios me dio
gracia para un despertar de mi estado. Su palabra me
tocó y me puso sobre el camino al cielo.
VERNON (CA)
Con un corazón exaltado David, el rey de Israel canta
en el Salmo 103,1-2: “Bendice, alma mía a Jehová, y
bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma
mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus
beneficios.”
¿Quién de nosotros se ha conmovido internamente o
se sintió acusado con estas palabras? Juan añade:
“Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre
gracia.” (Juan 1,16). Muchas veces simplemente
tomamos sin pensar, - sin agradecer al dador de todos
los beneficios. Una vez vi a un hombre sin manos y
sin pies, que agradecía repetidamente a su creador por
los múltiples privilegios y beneficios. A su alrededor
había muchas personas, que una y otra vez limpiaban
sus lágrimas. ¿Por qué? Ciertamente porque habían
recibido muchos más dones de la gracia del Señor,
que esta persona con discapacidad - y simplemente se
habían olvidado de dar gracias por ello.
La mayor deuda de gratitud pesa sobre la humanidad
contra nuestro Señor y Salvador. En Juan 1,29 dice:
“¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo!” Sí, la culpa del pecado del mundo llevó él a
la Cruz; y la expió con su amarga muerte. El que no
reconoce y acepta el costo, se carga con una deuda de
gratitud inexpresable. ¡Por tanto, Bendice alma mía al
Señor y no olvides!
A esto se suman los muchos y grandes beneficios, con
que el Señor bendice al mundo occidental. Un
hermano testificó que durante 10 años nunca pudo
satisfacer su apetito. ¿Podemos imaginarnos? ¿¡Pasar
hambre durante diez años!? Por lo tanto, si nos
sentamos ante una mesa ricamente servida, ¡no nos
olvidemos de agradecer! El Señor lo espera. ¡Y si
tenemos paz y tranquilidad en nuestro país y estamos
protegidos de diversas catástrofes: ¡Bendice alma mía
al Señor!
Como último beneficio inmerecido, quisiera nombrar
nuestra salud. En mi vida he sufrido aproximadamente
25 años de migraña. Oré sin cesar, pidiendo ayuda y
sanación. Y cuando llegó al límite mi sufrimiento, el
Señor me sanó. Cuando lo recuerdo a menudo, de mi
corazón emanan alabanzas y acciones de gracias a
Dios. ¡Aún hoy Dios escucha oraciones! Por tanto, sea
cual sea nuestra posición, seamos siempre agradecidos
a Dios y confiemos en Él, como está escrito: “Y
cuando comenzaron a entonar alabanzas […]” - el
Señor intervino (2.Crónica 20,22).
Agradezcamos más, sin quejarnos, alabar, cuando el ánimo decae; entonces experimentaremos que Dios milagros hace.
J. Jacobsh
LUDWIGSBURG (DE)
Trompeta Evangelizadora 07/2014
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La TROMPETA EVANGELIZADORA es una escritura cristiana que se presenta clara y decididamente para la plena salvación en Cristo, la unidad de los hijos de Dios, y revelar todas las verdades de la Santa Palabra. Publicado en intereses de la Iglesia de Dios. Editor responsable: Hans-Dietrich Nimz (CA) Colaboradores: Sieghard Schulz (CA), Ron Taron (CA), Dieter Jeske (DE), Hermann Vogt (DE) Los editores se reservan el derecho de resumir o no publicar los artículos recibidos. Preguntas o sugerencias pueden ser enviadas a: [email protected]
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La Trompeta Evangelizadora es distribuida gratuitamente. Los costos se sustentan por donaciones.
www.trompetaev.com
PIE DE IMPRENTA Año 120
“Si vuestros pecados fueren como
la grana, como la nieve serán
emblanquecidos” (Isaías 1,18).
Después de la experiencia del
nuevo nacimiento, tuve un
profundo deseo hacia la voluntad
de Dios. Y esta voluntad de Dios
es nuestra santificación. Debemos
entregarnos como un sacrificio
vivo a Dios. Si, el Espíritu de Dios
da testimonio a nuestro espíritu de
que somos hijos de Dios. Y por
esta gracia, quiero agradecer a
Dios. Por medio de Jesucristo
realizó este milagro en mí. Ya no
le quiero entristecer, sino ser de
bendición a otros para su gloria.
Queridos hermanos, oren por mí
para que sea obediente a su
voluntad y permanezca fiel.
Waldemar Raimann
A N U N C I O S
Congresos 2014 A l e m a n i a
3 al 8 de Agosto 2014
C a n a d á
2 al 4 de Agosto 2014
Días bíblicos juveniles en Tunningen:
Congreso y 60 aniversario en
Chilliwack:
11 al 13 de Octubre 2014 Congreso en Edmonton:
Argen tin a:
Buenos Aires: 16 al 21 de Septiembre 20 14
Oberá - Misiones: 24 al 28 de Septiembre 20 14
Año 120
Silencio
Hijo de Dios, ten ánimo para el silencio
en el estrépito y presente mundo,
porque es la voluntad de Dios,
que tengas paz y tranquilidad.
El hijo de Dios te quiere dar
como un milagro este don,
dirige tu alma hacia Él. –
en silencio regresa a Dios.
Hijo de Dios, ¿estás abandonado?
¿Nadie se preocupa por ti?
Puedes tomar la mano de Dios. –
¡En el silencio te protegerá!
Max Meier