trabajo final comparada

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Contreras 1 María Belén Contreras Literatura y cultura comparada Profesora Tatiana Calderón 8 de diciembre de 2014 Heridas de la barbarie en Waiting for the Barbarians de John Maxwell Coetzee y Señales que precederán al fin del mundo de Yuri Herrera Quiero recordarle al gringo, yo no crucé la frontera, la frontera me cruzó. (Los Tigres del Norte) Resumen : El presente trabajo pretende comparar las novelas Waiting for the Barbarians (1980) del autor australiano, nacido en Sudáfrica, John Maxwell Coetzee y Señales que precederán al fin del mundo (2009) del escritor mexicano Yuri Herrera, centrando el análisis en cómo estas obras literarias se pueden hermanar en torno a la cuestión del cuerpo en espacios fronterizos. Ambas ficciones reflexionan acerca de cruces de fronteras físicas, las que complejizan la oposición civilización - barbarie, además de aparecer caracterizadas por su transitoriedad y, a la vez, por la imposibilidad del retorno tras el viaje. Los sujetos que las transitan, por necesidad o imposición, aparecen signados con

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Page 1: Trabajo Final Comparada

Contreras 1

María Belén Contreras

Literatura y cultura comparada

Profesora Tatiana Calderón

8 de diciembre de 2014

Heridas de la barbarie en Waiting for the Barbarians de John Maxwell Coetzee y Señales que

precederán al fin del mundo de Yuri Herrera

Quiero recordarle al gringo, yo no crucé la frontera,

la frontera me cruzó. (Los Tigres del Norte)

Resumen: El presente trabajo pretende comparar las novelas Waiting for the Barbarians (1980)

del autor australiano, nacido en Sudáfrica, John Maxwell Coetzee y Señales que precederán al

fin del mundo (2009) del escritor mexicano Yuri Herrera, centrando el análisis en cómo estas

obras literarias se pueden hermanar en torno a la cuestión del cuerpo en espacios fronterizos.

Ambas ficciones reflexionan acerca de cruces de fronteras físicas, las que complejizan la

oposición civilización - barbarie, además de aparecer caracterizadas por su transitoriedad y, a la

vez, por la imposibilidad del retorno tras el viaje. Los sujetos que las transitan, por necesidad o

imposición, aparecen signados con marcas violentas: el cuerpo de los personajes encarna

características que lo identifican, huellas de pertenencia a una cultura y heridas de la barbarie de

la civilización que los recibe y persigue tras el cruce. En Waiting for the Barbarians, las

cicatrices en el cuerpo de la joven bárbara connotan la imposibilidad de la representación de la

otredad, en tanto en Señales que precederán al fin del mundo, el personaje de Makina evidencia

una progresiva pérdida identitaria corporalizada. No obstante lo anterior, los sujetos que cruzan

la frontera despliegan como principal mecanismo de resistencia el silencio ante el otro que lo

somete.

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No sé si sea el término adecuado.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No se entiende tan bien la transición aquí con respecto al cuerpo. Por ejemplo, en Coetzee, el silencio es cuerpo también. La ilegibilidad de las cicatrices se convierte en silencio.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Creo que más bien revela la imposibilidad de la lectura del otro.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿?
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No está hablando de las fronteras aquí sino que de los sujetos. Cuidado con la construcción de la frase.
Page 2: Trabajo Final Comparada

Contreras 2

Palabras claves: Frontera, Cuerpo, Cruce Fronterizo, Civilización-Barbarie.

I.- Preámbulo

El presente trabajo se inicia con una cita perteneciente a un popular grupo musical de

corridos del norte de México. La razón de su inclusión corresponde a que evidencia el principal

motivo de la perspectiva comparatista con la que se estudiarán las obras Waiting for the

Barbarians (1980) del autor nacido en Sudáfrica John Maxwell Coetzee y Señales que

precederán al fin del mundo (2009) del escritor mexicano Yuri Herrera. En palabras generales, la

idea que comunica ambas obras concierne a la creación de una diégesis que reflexiona, entre

otras cosas, en torno a las fronteras físicas y sus implicancias en la experiencia de los sujetos

durante los cruces de éstas, desplazamientos que se convierten en pasos y/o transiciones que

determinan a los sujetos “cruzándolos”. Este trabajo intentará abordar cómo es representada la

experiencia de tales cruces fronterizos en los textos mencionados anteriormente, enfatizando en

las representaciones del cuerpo en ambos trabajos literarios.

John Maxwell Coetzee (Ciudad de Cabo, 1940 - ) fue el ganador del Premio Nobel de

Literatura 2003. Entre sus novelas es posible mencionar Life & Times of Michael K (1983), Foe

(1986), Disgrace (1999), entre otras. Su trabajo literario está cargado de un estilo simbólico y

metafórico, que a partir de una visión crítica del régimen del apartheid y del racismo, reflexiona

acerca de la condición humana en general. Además de ficciones, ha publicado numerosas críticas

literarias y diversas traducciones. Waiting for the Barbarians, novela en la que nos centraremos,

está dividida en seis capítulos y es narrada en la voz del Magistrate, de nombre indeterminado,

en un pueblo colonial emplazado en la frontera del Imperio. Las rutinas de este hombre se ven

interrumpidas ante la declaración de un estado de emergencia motivado por los rumores de un

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Cuidado con las repeticiones. Textos mencionados, ambos trabajos literarios…
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No se entiende muy bien la idea.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No sé si sea tan pertinente explicar el epígrafe. Normalmente se sobreentiende.
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Contreras 3

posible ataque de los indígenas del otro lado de la frontera. El Corlonel Joll, emisario del Imperio

recién llegado al lugar, conduce una expedición en la que captura a algunos nómades asentados

de manera efímera en las afueras del puesto fronterizo, a quienes denomina bárbaros y tortura al

volver a la ciudad, obligándolos con ello a realizar un cruce fronterizo forzado.

Yuri Herrera (Actopan, México, 1970) es un escritor y académico mexicano, quien ha

publicado Trabajos del reino (2004), el texto para niños ¡Éste es mi nahual! (2007), Señales que

precederán al fin del mundo (2009) y La transmigración de los cuerpos (2013). Su prosa,

simbólica y elusiva de referentes espaciales explícitos, son ambientadas en México y reflexionan

en torno a la violencia del narco y el problema de la migración, entre otros conflictos políticos y

sociales locales, permitiendo también una crítica soslayada sobre la condición humana. En

Señales, su segunda novela y objeto de este trabajo, Makina, una mujer de un pueblo mexicano

(la Ciudadcita), realiza un viaje fronterizo. Ante el encargo de su madre, atraviesa el país hasta

llegar al Gran Chilango y luego cruzar los límites fronterizos con el fin de encontrar a su

hermano. Los nueve capítulos que dividen la novela refieren intertextualmente al camino mítico

realizado por los muertos para llegar al Mictlán de la cosmogonía Maya, según la información

acopiada por fray Bernardino de Sahagún acerca de este proceso en su Historia general de las

cosas de Nueva España escrita entre 1540 y 1585.

Este trabajo pretende analizar y comparar la cuestión del cuerpo en espacios fronterizos y,

en específico, delimitar los espacios fronterizos y los cruces que realizan los sujetos/cuerpos

hacia lugares de civilización/barbarie, para luego caracterizar los cuerpos de los personajes que

cruzan la frontera y sus estrategias corporales de resistencia. La frontera, como categoría

espacial, se define como un límite entre dos realidades: Ricard Zapata- Barrero indica al respecto

que “La frontera es básicamente el límite de la tierra conocida, de la nación, del Estado. Vista

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿Quién es?
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Haría un punto a parte. Está entrando en la reflexión.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Cuidado con repetir. En este punto, plantear su hipótesis y luego el plan de la reflexión.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿hacia donde?
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Buen resumen.
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Contreras 4

siempre desde “dentro”, como protección; “desde fuera”, como obstáculo. Evoca siempre una

cosa que uno trata de extender. La frontera, junto con esta dimensión dinámica de extensión,

tiene como función servir de marcador de diferencia y generar sentido” (44). En las novelas

seleccionadas, la frontera opera según la dualidad observada por el autor: en Coetzee los límites

del Imperio, “desde dentro”, generan la ilusión de protección que debe ser mantenida; en

Herrera, “desde fuera”, es un obstáculo que los personajes deben sortear para poder cumplir sus

distintas misiones. Para el antropólogo argentino Alejandro Grimson, los lugares fronterizos:

son espacios donde antes no existían límites y donde los Estados y otros actores

sociales – a veces hegemónicos, a veces subalternos – intervienen de modos

múltiples para fabricarlos e institucionalizarlos. Estos procesos conducen a la

incorporación – las fronteras hechas cuerpo – y a la fetichización – los límites

contingentes construidos por personas devienen fronteras naturales entre cosas.

(111)

De acuerdo con la cita, el espacio de la frontera, delimitado artificialmente por el Estado,

se vuelca hacia lo privado, afectando el cuerpo humano de los sujetos que los habitan o transitan

e incorporándose en ellos para hacerse efectivo. Más allá del organismo biológico, cuando

hablamos de cuerpo lo entendemos siguiendo a Homi Bhabha, quién observa que éste siempre

está inscrito simultáneamente en “the economy of pleasure and desire and the economy of

discourse, domination and power” (19). El cuerpo, dimensión material del ser humano, vivencia

el cruce fronterizo que deja sus huellas en los sujetos de la experiencia, proceso en que se

vinculan ineludiblemente la cuestión del cuerpo y la cuestión del poder. Para la estudiosa de la

literatura Francine Masiello, el cuerpo podría interpretarse como un lienzo que registra las

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Contreras 5

cicatrices de la historia. La autora indica que la frontera “Es el momento del “entre” y del

“mientras”, la hibridación del tiempo presente que cobra forma en los cuerpos en flujo” (497).

El académico y literato mexicano Heriberto Yépez, para delimitar la noción de frontera

alude a la metáfora de los polos de los imanes: para él, las dinámicas de este espacio se

caracterizarían por una “fuerza erótica, magnética, aparentemente repulsiva, fuerza-de-

resistencia” (35), en que uno y otro lado se relacionan a partir de la fusión y la fisión constante.

Las fisiones o conflictos de la frontera distan de ser neutros y se configuran como una relación

de poder entre ambos lados. No obstante la cultura dominante caracteriza a los mexicanos que

cruzan la frontera al Gabacho y designan a las tribus nómades que habitan del otro lado del

Imperio como sujetos bárbaros, ajenos a la civilización, violentos y primitivos, acorde a su

origen etimológico griego, la crueldad que demuestran para someter al otro revierte el apelativo

para caracterizar sus prácticas. Según Michael Lowy:

Según el diccionario francés Petit Robert, el término "barbarie" tiene dos

significados diferentes, pero relacionados: "ausencia de civilización" y "crueldad

del bárbaro". La historia del siglo XX nos obliga a disociar esas dos acepciones y

a reflexionar sobre el concepto –aparentemente contradictorio, pero en realidad

perfectamente coherente– de "barbarie civilizada. (s/p)

La civilización en la frontera, en ese sentido, sostiene violencias hacia las culturas

diferentes y reduce los cuerpos a depositarios de las vejaciones, situación que permite designarla

como bárbara. Este trabajo propone que las obras literarias mencionadas reflexionan acerca de

cruces de fronteras físicas, lugares de confrontación entre culturas, caracterizados en los textos

por su transitoriedad y por limitar los retornos de los personajes, que problematizan la oposición

entre civilización y barbarie. Los sujetos que las transitan, por necesidad o imposición, aparecen

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Contreras 6

signados con marcas violentas: en ambas novelas, en el cuerpo de los personajes se encarnan

características que permiten su identificación, huellas de pertenencia a una cultura y heridas de la

barbarie de la civilización que los recibe. En Waiting for the Barbarians, las cicatrices en el

cuerpo de la joven bárbara se configuran como metáfora de la imposibilidad de la representación

del otro, en tanto en Señales que precederán al fin del mundo el cuerpo herido de Makina, desde

el momento del cruce, evidencia una progresiva pérdida identitaria corporalizada. No obstante lo

anterior, los sujetos que cruzan la frontera despliegan mecanismos de resistencia: el cuerpo

decide el silencio para negarse a la total apropiación y sometimiento del otro.

La reflexión desarrollada a continuación se articula en torno a dos apartados. El primero

de ellos aborda la particularidad de los cruces fronterizos en cada obra (su calidad que oscila

entre lo necesario y lo impuesto), además de caracterizar las fronteras en los que se ambientan

ambas novelas (transitorias y bárbaras). El segundo momento de la reflexión se focaliza en la

corporalización del cruce fronterizo en los sujetos, marcados por la violencia, y en cómo éstos se

resisten al sometimiento absoluto.

I.- Necesidad e imposición del cruce: transitar fronteras frágiles.

Unas piernas que respiran,veneno de serpiente,

por el camino del viento,voy soplando agua ardiente.

(Calle 13)

1. Cruces voluntarios y cruces forzados: motivaciones del desplazamiento.

Tanto en la novela de Coetzee como en la de Herrera, son problematizados espacios

fronterizos que comparten su dimensión desértica y de conflicto con el otro, no obstante sus

distintas lógicas (un ejemplo de sus diferencias es la titulación de capítulos y la configuración de

un narrador omnisciente en la obra del escritor mexicano, versus la ausencia de nombres de los

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Estos dos puntos ya los evocó en dos momentos de la introducción.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No duplicar la hipótesis en el resumen y en la introducción. Reformularla.
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apartados y la primera persona que narra en la obra de Coetzze). En Waiting for de Barbarians,

el asentamiento colonial indeterminado es calificado por el Magistrate como una frontera

somnolienta, pero en la que, posteriormente, se reanuda la pugna por la expansión del territorio

del Imperio que se justifica por la amenaza bárbara; en Señales que precederán al fin del mundo

la frontera es un límite a cruzar para poder llegar al Gabacho (Estados Unidos), acto realizado

por Makina a través del “pasadero de agua”, alternativa fuera de la ley para los indocumentados

ante las severas leyes de migración estadounidense.

En ambos textos es posible advertir cómo el motivo del viaje – cruce fronterizo, en

específico – es motivado por distintas situaciones. En el caso mexicano, las asimétricas

condiciones económicas entre México y Estados Unidos, la promesa del sueño americano, hacen

que la necesidad y la sobrevivencia sean la razón de traspasar los límites geopolíticos

establecidos por las naciones. En Señales, el hermano de Makina se configura como el migrante

que realiza el viaje ante la necesidad de proveer a la familia de un mejor escenario económico,

migración que se da a partir de la creencia en una mejor vida del otro lado de la frontera, la que

opera como “marcador de diferencia”, según las ideas de Zapara Barrero. Por otra parte, Makina

supera distintas etapas del cruce fronterizo tras la búsqueda del hermano que no ha regresado,

migración involuntaria y sin retorno a pesar de su insistencia en que la estadía no será

permanente, dada la esperanza inquebrantable de reagrupar a la familia y regresar a su hogar con

su pariente durante gran parte del relato.

El cruce fronterizo en la novela de Coetzee se constituye principalmente en dos

dimensiones: la primera corresponde al viaje realizado por el narrador (y algunos subalternos del

asentamiento) para permitir el retorno a una joven bárbara con quien mantiene una relación. En

segundo lugar, y desde la otra dirección, es posible leer el éxodo forzado de los bárbaros, tribus

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Contreras 8

nómades prisioneras de las tropas del Colonel Joll, que son sometidas al terror ya en el otro lado

de la frontera y cuyo caso paradigmático es la mujer mencionada anteriormente. La novela

configura un contrapunteo entre el cruce realizado por el Magistrate que intenta expiar sus culpas

y los bárbaros a los que se les imponen toda clase de torturas corporales.

No obstante sus motivaciones disímiles, tanto el hHermano de Makina como la

protagonista, el Magistrate y la joven bárbara, así como los demás paisanos que han cruzado al

Gabacho y las milicias que cruzan los límites del Imperio en búsqueda de los bárbaros, quedan

marcados por la herida del cruce: necesaria o impuesta, voluntaria o forzada, la frontera muestra

un rostro que cala a los personajes y los transforma.

2. Fronteras que se desarman: los límites transitorios.

Las fronteras cruzadas son caracterizadas, en ambas obras, como un espacio de

fragilidad/transitoriedad, configuración crítica de la fijación, institucionalización y fetichización

de las fronteras (Grimson) que reflexiona acerca su proceso de naturalización en la historia. En

una conversación que sostiene el Colonel Joll con el Magistrate, el primero indica: “But who is

going to put you in the history books? These border troubles are no significance. In a while they

will pass and the frontier will go to sleep for another twenty years” (114)1. En las palabras de

Joll, se advierte la plena conciencia de la caducidad de la vida en la frontera que, sin embargo,

ejerce una violencia que deja huellas permanentes en los sujetos al ser recurso de la expansión

territorial: el curso de la historia requiere la reanudación cíclica de los conflictos. Bajo esta

misma dinámica, en Señales la llegada de Makina al lado estadounidense es descrita por el

narrador desde una altura en la que nieva y dónde la transitoriedad de la frontera recuerda que la

cultura está sujeta al tiempo: 1 “¿Pero quién le va a incluir en los libros de historia? Estos conflictos fronterizos son intrascendentes. Pasarán

pronto y la calma volverá a reinar en la frontera durante otros veinte años” (95). (Traducción de Concha Manella y

Luis Martínez Victorio, Ediciones de Bolsillo, 2004. La misma traducción se usará en las citas posteriores)

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿?
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿La frontera ejerce la violencia?
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No queda muy clara su frase.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿?
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Contreras 9

parecía una suma de cruces o el plano de un palacio, en cualquier caso un prodigio

sólido y elaborado, y cuando se disolvió unos instantes después, se preguntó cómo

es que algunas cosas del mundo, algunos países, algunas personas, podían parecer

eternas si todo era como ese diminuto palacio de hielo: irrepetible, precioso y

frágil. (65)

Tras los límites de la frontera, el país gabacho aparece marcado por la muerte (dada la

imagen de una suma de cruces, cercana a un cementerio) y como un palacio que ostenta el poder.

La naturalización de las fronteras se pone en cuestión tal como en la novela de Coetzee, al

representar su finitud asociada a su carácter cultural y arbitrario, lo que la hace susceptible de

trasformación.

3. ¿Voy y vuelvo?: consideraciones sobre el retorno.

En la novela de Herrera el cruce fronterizo se configura a partir de la imposibilidad de

retorno. El proceso de aculturación que subyace a la estadía mexicana del otro de lado de la

frontera, las pérdidas identitarias sufridas, hacen imposible el regreso para los distintos

personajes. Durante toda la novela, hay una insistencia en la fugacidad del viaje de Makina -

“Ella se iba para nomás volver” (60) – que adquiere un tono irónico en tanto en el desenlace la

mujer adquiere una nueva identidad y ningún personaje con el que se topa regresa: el mismo

hermano buscado se queda en el país Gabacho a pesar de la voluntad de la protagonista: “Por qué

no vuelves? No, ya no. Ya pelée por esta gente. Debe haber algo por lo que pelean tanto” (106).

En Waiting for the Barbarians no hay impedimentos para el retorno. Sin embargo, tanto

para el Magistrate como para los soldados que realizan la expedición para batallar con los

bárbaros, tras el regreso la situación inicial ha cambiado radicalmente para ellos: el primero se

enfrenta a un Imperio completamente dispuesto a enfrentar a las tribus indígenas, pierde su rol y

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿?
Page 10: Trabajo Final Comparada

Contreras 10

es encarcelado; los segundos llegan completamente derrotados y sin el honor que pretendían

imbuirse luego de la guerra. Por lo tanto, tanto en la novela de Herrera como en la de Coetzee, el

retorno de los personajes al estado inicial en el que se encontraban es imposible: la frontera

queda encarnada en los sujetos como una huella que permanece.

4. Barbarie de la civilización en la frontera

En Waiting for the barbarians la frontera de la civilización tiene una doble acepción: la

primera corresponde a los límites del Imperio donde se desarrollan la gran parte de los hechos y,

la segunda, a la ruptura de la polaridad entre la civilización que intenta representar el Imperio y

la barbarie que termina practicando:“They are tearing down the houses built against the south

wall of the barracks, he tells me: they are going to extend the barracks and build proper cells.

“Ah yes” I say: “time for the black flower of civilization to bloom” (79)2. A través de la metáfora

de la flor negra que connota la oscuridad de la naturaleza humana, se manifiesta la barbarie de la

civilización, vinculada al comienzo de las torturas y vejaciones en los cuerpos de los sujetos que

cruzan la frontera.

Al igual que en el caso anterior, en Señales que precederán al fin del mundo, la

separación discreta entre civilización y barbarie muda en difusa. Tal como indica Santiago

Navarro Pastor “la violencia se presenta esta vez como en sordina, como procurando poner coto

a su presencia abrumadora y su eventual interpretación reduccionista y banalizante” (94), de

manera que la barbarie rehúye de la explicitud que sí prefiere Coetzee. De todas formas, en la

ficción los gabachos se autodenominan civilizados al ejercer la violencia: - “Se forman y piden

permiso. ¡Así hacemos las cosas aquí, la gente civilizada” (112), imponiendo la fuerza al

imponer una posición al cuerpo. Sin embargo, en la mirada de los migrantes mexicanos, sus

lógicas imperiales recaen en el absurdo:

2

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Si.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿cursiva?
Page 11: Trabajo Final Comparada

Contreras 11

Los gabachos juegan un juego con el que cada semana celebran quienes son […]

Uno pega un palazo, luego se va así como a recorrer el mundo por cada una de las

bases que tienen, usté sabe que los gabachos tienen bases por todo el mundo,

¿no?, bueno, pues el que pegó el palazo las recorre mientras otros siguen

golpeando para distraer a los enemigos, y si no se lo devuelven regresa a casa y su

gente lo recibe con abrazos y fiesta (68).

El juego del béisbol también permite la metáfora acerca de las políticas internacionales

estadounidenses, dejando entrever su fundamentación en la coacción y el sometimiento del otro a

través del campo léxico de la violencia: se pegan palazos y los enemigos se golpean. Las

fronteras, frágiles y transitorias como los cruces fronterizos mismos, son vinculadas a

brutalidades que se materializan en los cuerpos de sujetos que habitan el otro lado de la frontera

y deciden o son forzados a transitar al Imperio.

II.- Cuerpos cruzados por la frontera: miradas y silencios.

Yo llevo en el cuerpo un dolor que no me deja respirar

llevo en el alma un camino destinado a nunca llegar.

(Manu Chao)1. Cuerpos con marcas de pertenencia

Tanto en Señales que precederán el fin del mundo como en Waiting for the Barbarians

los cuerpos de los sujetos reciben la barbarie de la civilización a la que cruzan y son signados a

partir del sufrimiento físico, dolor que va más allá del lenguaje y al que se responde con la

opción del silencio. La coacción política del Imperio en Coetzee y la violencia de un sistema

desigual con efectos sobre la identidad de los sujetos en Herrera, presenta consecuencias

específicas sobre la el cuerpo humano: la no pertenencia a la cultura dominante es castigada

Page 12: Trabajo Final Comparada

Contreras 12

mediante lo que para Michael Valdéz es (refiriéndose específicamente a la novela de Coetzee

trabajada) “the imperial writing on the body” (120).

En estos contextos fronterizos, los cuerpos se convierten en una marca de pertenencia a

una cultura ajena al lugar al que se cruza, por lo que no puede eludir la cuestión de raza que lo

identifica y diferencia. En la novela de Coetzee, la mirada del Magistrate se enfoca, desde el

primer encuentro, directamente en el cuerpo de la mujer bárbara: “She has the straight black

eyebrows, the glossy black hair of the barbarians” (25)3. De la misma manera, el cuerpo moreno

no es ignorado a la hora de relatar el miedo de la población por los bárbaros; la referencia racial

queda presente como un sello en los sujetos que los separa de la civilización asumida por los

sujetos del Imperio: “There is no woman living along the frontier who has not dreamed of a dark

barbarian hand coming from under the bed to grip her ankle” (8)4. El miedo es relatado a partir

del cuerpo bárbaro y calificado a partir del color de piel diferente al de los habitantes del

Imperio.

Situación similar sucede con el cuerpo de Makina al llegar a la ciudad gabacha. La

mirada de los demás latinos se fija en ella y la identifica a partir de su apariencia:

En medio del llano de concreto y varilla, sin embargo, luego luego sintió otra

presencia, espolvoreada como remaches caídos de una ventana […] efímeras

miradas de reconocimiento que de inmediato se ocultaban para convertirse en

huida. Era el paisanaje armado de chambas. (65)

En este caso, son los propios sujetos migrantes los que reconocen a la protagonista como parte de

ellos, pero esas miradas se ocultan para no enfatizar la diferencia que mantienen con los

3

4

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Bien.
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Contreras 13

ciudadanos del gabacho. Estos cuerpos que manifiestan su contraste con el cuerpo del otro

también son figurados con marcas de la violencia tras el cruce fronterizo.

2. Cuerpos marcados por la barbarie

Para el historiador y filósofo francés Michel de Certeau, la escritura de la historia es un

gesto de dominio: esta textualización correspondería a un cuerpo que se escribe sobre el cuerpo

de otro para trazar su relato (23). La práctica de la escritura sobre el cuerpo sería una proyección

de la cultura dominante en un gesto de terror que se hace explícita en la obra de Coetzee durante

el martirio de los bárbaros:

The Colonel steps forward. Stooping over each prisoner in turn he rubs a handful

of dust into his naked back and writes a word with a stick of charcoal. I read the

words upside down: ENEMY … ENEMY … ENEMY … ENEMY. (105)5

El cuerpo se convierte en el lienzo donde quedan fijadas las vejaciones: al volverse un

objeto, la violencia queda justificada para el Imperio. Las cicatrices en el cuerpo de la joven

bárbara se configuran como una metáfora de la imposibilidad de su representación en la historia,

que el protagonista finalmente no puede descifrar ni escribir. Las cicatrices de su tortura figuran

como un mapa que el Magistrate busca aprehender sin resultado, un texto que no puede leer dada

su otredad inasible: “It is the marks on her which drew me to her but which, to my disappoiment,

I find, do not go deep enough? Too much or too little: is it she want to the traces of a history her

body bears?” (64).

La narración del viaje en Señales que precederán al fin del mundo utiliza el campo léxico

del dolor corporal para significar el proceso de cruce que desde el inicio es caracterizado como

una proeza que se va marcando en el cuerpo - “No tenían idea de lo que raspan las aventuras de

verdad” (33) -, además de hacer explícito el sufrimiento físico: la herida a bala que le provocan a

5

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No está la traducción.
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
¿En cuál historia?
Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
No es tan evidente la violencia en esta cita. Explicitarla.
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Contreras 14

la protagonista al cruzar la frontera la acompaña hasta el final de su camino. El cuerpo herido de

Makina, además, evidencia una progresiva pérdida identitaria que transfigura su ímpetu de

regreso en la resignación de su permanencia en Estados Unidos: “Makina tomó el legajo y miro

su contenido. Ahí estaba ella, con otro nombre y otra ciudad de nacimiento. Su foto, nuevos

números, nuevo oficio, nuevo hogar. Me han desollado, musitó” (123). La imagen del

desollamiento en el desenlace del relato, práctica ritual maya ejercida ante los enemigos

capturados, da cuenta de la tortura simbólica que significa para ella perder lo propio: sus

esperanzas ya derrumbadas luego de constatar la imposibilidad de regresar junto a su hermano,

quedan enfatizadas al verse arrojada al país Gabacho con una nueva identidad.

3. Miradas violentas, silencios que resisten

No obstante lo anterior, los sujetos que cruzan la frontera despliegan mecanismos de

resistencia ante la violencia: el cuerpo opta por el silencio para el refugio ante el despojo. La

opción del silencio surge como resistencia a la mirada violenta del otro dominante en la frontera:

el “patriota ranchero” que se encuentra con Makina al cruzar “le descargó una mirada

acribilladora a través de las dos ventanas” (53), encuentra su símil en el Colonel Joll de lentes

oscuros que imposibilitan la mirada directa y el reconocimiento de los bárbaros, a los que se

suman los ojos curiosos de los sujetos del Imperio que, con un morbo curioso, observan la

tortura.

La opción del silencio, del mutismo selectivo que está presente en ambas novelas, lejos

de operar como resignación al sometimiento, da cuenta de mecanismos de resistencia de los

sujetos/cuerpos que han cruzado la frontera. En la novela de Coetzee, el Magistrate indica:

“Already knowing the answer, I repeat my question. She meets it with silence” (26)6, lúcido del

obtuso silencio de la joven bárbara, replicado también por la protagonista de Señales: “Makina

6

Page 15: Trabajo Final Comparada

Contreras 15

hablaba las tres [lenguas], y en las tres sabía callarse” (20). La frontera, lugar de conflicto y

cruce, convierte los cuerpos de los sujetos que la habitan en depositarios de la memoria de sus

contradicciones y crímenes. La barbarie de la civilización encarnada en los sujetos se lee en sus

cuerpos a través de marcas y cicatrices que, no obstante el padecimiento, se resisten a través de

un silencio que grita.

Como conclusión podemos indicar que en ambas novelas surgen distintas direcciones en

torno a la palabra y el silencio que podrían proyectarse a la tensión entre la Historia oficial, la

memoria de las experiencias del cruce y su permanente tensión con el olvido. La joven bárbara

ejerce un mutismo selectivo para hacer frente al abuso de poder del Magistrate y, libre de elegir

no ser comprendida por la civilización que la violenta, toda memoria de su cruce está más allá

del lenguaje y es parte de su cuerpo; el hermano de Makina no puede verbalizar el trauma de su

participación en un guerra que no entiende, y decide diluirse en una identidad ajena y sin un

sentido claro; el elocuente Magistrado se queda sin palabras para escribir la historia luego de

humillaciones corporales en que la onomatopeya era lo único que salía de su boca, mientras la

hermética e imperturbable Makina vuelca la furia de la palabra mediante una carta

autoexecratoria que devuelve la barbarie al otro: el cuerpo “bárbaro” marcado y herido arroja a la

cara de la civilización la crueldad que ésta no quiere ver.

Obras Citadas

Bhabha, Homi. "The Other Question. Homi K. Bhabha Reconsiders the Stereotype andColonial Discourse." Screen 24.6 (1983): 18-36.

Coetzee, J.M. Waiting for the Barbarians. New York: Penguin Books, 1982 [1980]; trad. De Concha Manella y Luis Martínez Victorio. Esperando a los bárbaros. Barcelona: Debolsillo, 2004.

Grimson, Alejandro. Los límites de la cultura. Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2012.

Tatiana Calderón Le Joliff, 17/12/14,
Faltaría ahondar más en el silencio.
Page 16: Trabajo Final Comparada

Contreras 16

Herrera, Yuri. Señales que precederán el fin del mundo. Cáceres: Editorial Periférica, 2009.

Masiello, Francine. “Cuerpo y catástrofe”. Estar en el presente, Literatura y nación desde el Bicentenario. Cortéz, Enrique E. y Gwen Kirkpatrick,eds. Lima: Latinoamérica Editores, 2012.

Navarro, Santiago. “La violencia en sordina en Señales que precederán al fin del mundo de Yuri Herrera” Web. 8 Dic. 2014.

Lowy, Michael. “La dialéctica de la civilización: barbarie y modernidad en el siglo XX”. Revista Herramienta 22. Web. 8 Dic. 2014.

Valdez, Michael. “The Mmarhk of Empire: Writing, History, and Torture in Coetzee’s Waiting for the Barbarians”. The Kenyon Review, New Series 15 (1993): 115-127.

Yépez, Heriberto. Made in Tijuana. México: Instituto de Cultura de Baja California, 2005.

6,8

Su trabajo es muy interesante, bien articulado y bien escrito. Usa fuentes bibliográficas pertinentes. En la introducción, tiende a repetir argumentos. Hay que precisar algunos elementos y desarrollar el concepto de silencio. La felicito.