tonino guerra - entrevista

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Entrevista a Tonino Guerra por Juan Vicente Piqueras Tonino Guerra es un nombre clave en la literatura y el cine italianos desde los años 50 hasta hoy, un gran poeta retirado en las montañas de la Valmarecchia, un narrador magistral a quien el cine italiano debe algunos de sus mejores títulos: Amarcord, Y la nave va, Ginger y Fred, con Fellini; La noche, La aventura, Zabriskie Point, Blow-Up, y muchas más con Antonioni; La noche de San Lorenzo y Kaos con los hermanos Taviani; Carmen, Tres hermanos, Cristo se paró en Eboli, con Francesco Rosi; Nostalgia con Tarkovski, y un etcétera asombroso de más de 80 películas que lo convierten en uno de los guionistas fundamentales del cine europeo. Simultáneamente ha escrito varias novelas espléndidas (El hombre paralelo, El equilibrio, Los cien pájaros, La lluvia tibia), libros de relatos (El viejo con un pie en Oriente, La polvareda) y textos teatrales (En Pekín cae la nieve). Todos ellos inéditos en español. Pero Tonino Guerra es, sobre todo , un poeta. Un poeta que se sirve de diferentes len- guajes para expresarse: el cine, la pintura, la narración, el diseño, la defensa de la natu- raleza y el patrimonio de la Valmarechia y libros de poesía tan asombrosos como La miel, El libro de las iglesias abandonadas, El huerto de Eliseo, El viaje, La cabaña, El árbol de agua, etc. Hace ya varios años que Tonino decidió largarse de Roma, regresar al valle de su niñez y construirse allí su nido, junto a Lora, su mujer rusa. Dice un poema suyo: "Yo abandono Roma. Los campesinos abandonan la tierra. Las golondrinas abandonan mi pueblo. Los fieles abandonan las iglesias. Los molineros abandonan los molinos. Los mon- tañeros abandonan los montes. La gracia abandona a los hombres. Alguien abandona todo." Tonino, ahora, tiene más de setenta años y una curiosidad y un coraje infatigables. Sigue trabajando para el cine (ahora está escribiendo una historia para Angelopoulos que será rodada en las ruinas de Sarajevo), sigue escribiendo, pinta, dibuja, cultiva la tie- rra. Su casa en Pennabilli, visitada continuamente por sus amigos (Federico Fellini, 1

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Entrevista al guinista italiano Tonino guerra

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  • Entrevista a Tonino Guerrapor Juan Vicente Piqueras

    Tonino Guerra es un nombre clave en la literatura y el cine italianos desde los aos 50hasta hoy, un gran poeta retirado en las montaas de la Valmarecchia, un narradormagistral a quien el cine italiano debe algunos de sus mejores ttulos: Amarcord, Y la naveva, Ginger y Fred, con Fellini; La noche, La aventura, Zabriskie Point, Blow-Up, y muchasms con Antonioni; La noche de San Lorenzo y Kaos con los hermanos Taviani; Carmen,Tres hermanos, Cristo se par en Eboli, con Francesco Rosi; Nostalgia con Tarkovski, y unetctera asombroso de ms de 80 pelculas que lo convierten en uno de los guionistasfundamentales del cine europeo. Simultneamente ha escrito varias novelas esplndidas(El hombre paralelo, El equilibrio, Los cien pjaros, La lluvia tibia), libros de relatos (El viejocon un pie en Oriente, La polvareda) y textos teatrales (En Pekn cae la nieve). Todos ellosinditos en espaol.

    Pero Tonino Guerra es, sobre todo , un poeta. Un poeta que se sirve de diferentes len-guajes para expresarse: el cine, la pintura, la narracin, el diseo, la defensa de la natu-raleza y el patrimonio de la Valmarechia y libros de poesa tan asombrosos como La miel,El libro de las iglesias abandonadas, El huerto de Eliseo, El viaje, La cabaa, El rbol deagua, etc. Hace ya varios aos que Tonino decidi largarse de Roma, regresar al valle desu niez y construirse all su nido, junto a Lora, su mujer rusa. Dice un poema suyo: "Yoabandono Roma. Los campesinos abandonan la tierra. Las golondrinas abandonan mipueblo. Los fieles abandonan las iglesias. Los molineros abandonan los molinos. Los mon-taeros abandonan los montes. La gracia abandona a los hombres. Alguien abandonatodo." Tonino, ahora, tiene ms de setenta aos y una curiosidad y un coraje infatigables.Sigue trabajando para el cine (ahora est escribiendo una historia para Angelopoulosque ser rodada en las ruinas de Sarajevo), sigue escribiendo, pinta, dibuja, cultiva la tie-rra. Su casa en Pennabilli, visitada continuamente por sus amigos (Federico Fellini,

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  • Marcello Mastroianni, los Taviani,etc.), es el cuartel desde donde Tonino moviliza a artis-tas, arquitectos, escritores y amantes de la belleza a actuar contra la dejadez, "contra labrutalidad que amenaza con destruir el mundo".

    El da que yo fui a verlo, l no estaba en Pennabilli, pero encontr a su amigo, GianniGiannini, que me llev a ver las maravillas con las que Tonino y sus amigos han embelle-cido el lugar: "El huerto de los frutos olvidados", una especie de jardn colgante alrededordel antiguo lavadero donde han plantado un centenar de rboles frutales en peligro deextincin ("confo -me confes despus Tonino- en que estos frutos mantendrn viva y reu-nida la memoria de los sabores y los olores antepasados"); una pequea iglesia construi-da con las piedras de viejos templos derruidos, homenaje a su amigo Tarkovski; "El san-tuario de los pensamientos", una casa del siglo XII sin techo, en ruinas, sobre cuyo suelode hierba encontramos, adems de un nogal y una higuera, siete piedras esculpidassegn diseo de Tonino, y una pequea lpida que dice: "Siete piedras misteriosas, sieteespejos opacos para la mente, siete confesores mudos, para tus palabras bellas, para tuspalabras feas." Es un rincn metafsico donde el tiempo se acerca al visitante y le susurraal odo verdades elementales. O "El refugio de las Vrgenes abandonadas", un coleccinde madonnas de cermica o terracota de aquellas que, en otros tiempos, bendecan lasencrucijadas de los caminos y que ahora estn all hablando entre s de la fe perdida, delos caminantes que las veneraron. Asimismo, "El jardn petrificado", siete alfombras decermica colocadas en pequeas hondonadas al pie de una torre medieval y dedica-das a grandes personajes que nacieron en el valle del Marecchia o lo visitaron (Dante,Giotto, Ezra Pound). "La calle de los relojes de sol" en Pennabilli tiene hallazgos tan her-mosos como un San Sebastin cuyas flechas son los veneros. Son famosos sus carteles lla-mando la atencin sobre casas en peligro, invitando a respetar la hermosura del lugar oproponiendo a los alcaldes de la zona medidas para salvar lo salvable.

    Tonino Guerra escribe su poesa en dialecto romaolo, la lengua que se habla en Rimini,Ravenna, Forl, Faenza, y yo como un estpido le pregunto por qu.

    -"Escribo en dialecto porque es mi lengua madre, la lengua de mi infancia, de mi sangre,la lengua que respiro".

    Yo insisto en mi estupidez:

    -Hay alguna intencin reivindicativa en este regreso al romaolo?

    - Qu va, qu va! Dios me libre. Yo sueo un mundo sin fronteras ni estados, imagnate sime voy a poner ahora a reivindicar la independencia de Romaa o algo as. Sera absur-do. Yo escribo tambin en italiano, soy italiano. Pero uno se pasa la vida dialogando consu infancia y a m la ma me habla en romaolo. Adems, cules son las mejores cosasdel mundo? Las que comamos en la infancia. Oyes a la gente que dice: "las albndigascomo las haca mi madre..." o "las natillas aquellas...".

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  • Te acostumbras de nio a unos sabores que sern siempre los tuyos. Es como una droga.Acaso comemos otra cosa que infancia?

    -Qu piensas de la extincin de las culturas dialectales en Italia?

    -Que es una pena inevitable. Las lenguas son seres vivos: nacen, crecen, enamoran, mue-ren. Como nosotros. El romaolo va, poco a poco, desapareciendo. Los jvenes lo hablancada vez menos porque la lengua de la riqueza, de la cultura y de la unidad italiana esel italiano, es decir el viejo dialecto toscano en el que escribieron Dante, Petrarca yBocaccio y que tuvo mayor fortuna que los dems. Slo que el romaolo es una lenguams sudada, ms labrada, ms ligada a la tierra, una lengua que, por no estar fijada gra-maticalmente, poda ser reinventada a cada momento, se poda jugar con ella. Un cam-pesino no se atreve a jugar con el italiano. Hasta la segunda guerra mundial toda la cul-tura italiana estaba empapada, incluso elaborada, en los diferentes dialectos, el ligur, elfriulano, el veneciano, el romanesco, etc. Y, por supuesto, los grandes dialectos-lenguasde Italia, el siciliano, el sardo, el napolitano. Yo creo que ha sido la escolarizacin gene-ralizada y los medios de comunicacin, sobre todo la tele, los que han conseguido unifi-car lingsticamente Italia. Mi poesa habla de un mundo que est desapareciendo enuna lengua que tambin est desapareciendo.

    - Italo Calvino, que admiraba enormemente tu obra, deca que dentro de cien aos lagente aprender romaolo para leer tu poesa en su lengua original...

    - Dentro de cien aos me temo que la gente no podr encontrar a nadie que le enseeromaolo. O ser muy costoso: creo que los muertos cobran muy caras sus clases parti-culares.

    - Deca tambin Calvino que en tus poemas siempre hay un relato, unos personajes, unaperipecia. Son historias y personajes reales?

    - S, casi todos han existido: la Bina, Pinela, Pidio, Eliseo... Ahora ya estn muertos, pero elloshan sido mis ltimos maestros. Recuerdo una vez, en otoo, que fui a Santarcngelo, mipueblo natal, y era el da de difuntos y todos iban al cementerio a llevar flores, a limpiarlas lpidas y esas cosas, ya sabes. Haba niebla y yo, que no me apeteca nada ir alcementerio, me puse a caminar por los campos y vi a un hombre que estaba trabajandoen sus vias, las podaba, ataba los sarmientos... Yo me acerqu a l, buenos das, bue-nos das, cmo va, y nos pusimos a charlar y yo le dije: "Me he puesto a dar vueltas poraqu porque no me atrevo a ir al cementerio. A m la muerte me da miedo". El dej de tra-bajar, me mir extraado y me dijo: "Miedo, por qu? La muerte no es aburrida, vieneslo una vez".

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  • - Esto aparece en La miel, no?

    - S, yo parto siempre de la realidad de cada da. Creo que la poesa est ah y se tratade saber descubrirla. El poeta, ms que un inventor, es un descubridor, un explorador.Alguien que sabe buscar y encontrar la poesa en las pequeas cosas que parecen insig-nificantes. Un poeta es aqul que se quita el sombrero ante un cerezo en flor.

    -Hay en tu poesa una voz, un tono, asombrosamente originales en la poesa italiana con-tempornea, una sencillez y una inocencia entre franciscana y taosta, un himno humildea las cosas ms elementales.

    - Mi poesa es original en lo que tiene de regreso a sus orgenes, a la tierra. Yo comenca escribir en el campo de concentracin de Troissdorf, en Alemania, donde estuve preso. All escriba poemas y canciones para hacer compaa a los prisioneros romaolos queestaban conmigo. Desde entonces toda mi poesa slo pretende eso: hacer compaa aquien la lea.

    -Cmo te cogieron preso?

    -Por una tontera. Estbamos en el campo y mi padre me mand al pueblo a dar decomer al gato. Yo fui y me cogieron. A la vuelta de una esquina un grupo de fascistas mepillaron y me llevaron con ellos. Una experiencia nica, inolvidable. Yo creo que mi vidahubiera sido muy distinta y peor sin esta amarga experiencia. En la vida todo es una para-doja. Ver la muerte tan de cerca me ense para siempre a amar la vida.

    - La guerra aparece en tu obra, sobre todo en tus pelculas, de una manera obsesiva...

    - Mira, los grandes crmenes, las ms terribles guerras, la contaminacin, la brutalidad noson cosas que ocurren fuera sino dentro del hombre. La peor contaminacin est ennuestra mente. El hombre est dispuesto a destruirlo todo. Es un animal sin paz, un bichotremendo que mide su fuerza destruyendo lo que le rodea. El mundo est podrido deamor propio, del egosmo ms feroz y ms ciego. Hemos olvidado la verdad fundamen-tal: que uno slo tiene lo que da. Claro que me obsesiona la guerra.

    - En los ltimos aos te ests dedicando a ms cosas que nunca, no? Pintas, diseasmuebles, creas jardines, puentes sobre el Marecchia, eres campesino, carpintero, cera-mista, en fin una especie de Leonardo da Vinci.

    - La poesa est cada vez menos en los libros de poesa. Las palabras ocultan, tergiversany, adems, se las lleva el viento. Hay que poner la poesa en pie, hacerla slida, durade-ra, viva a los ojos de quien pase por ese puente o pasee por el jardn de los frutos olvida-dos o por la calle de los relojes de sol. Creo en la poesa de los gestos, de los cuerpos, delas piedras.

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  • Crear un reloj de sol, salvar una casa de la ruina, plantar una higuera son poemas en pie.Me halaga la comparacin con Leonardo. Precisamente ahora estoy inventando un arte-facto que vuela y puede transportar por el cielo a familias enteras, no te parece incre-ble? Pero tengo un problema, no s qu nombre ponerle.

    - Qu te parece "avin"?

    - Muy bien, me gusta. Y en cuanto acabe con l voy a inventar tambin el coche.

    - Tonino, t conduces?

    - Conduje una vez en el ejrcito porque no haba ms remedio y estuve a punto de matara 30 personas. Me hicieron suboficial. Si hubiera seguido con aquello ahora sera coronelpor lo menos... Pero no, no conduzco. Me pasa una cosa maravillosa con los coches y esque como no me interesan, como me resultan ajenos, ni los veo. Para m las calles estndesiertas. Los coches son como manchas, insectos cados de otro mundo. No me impor-tan lo ms mnimo. Este es un pas que profesa el culto al coche y oyes a los hombres mur-murar en voz baja: qu ruedas, qu faros, qu se yo. Consideraciones sobre el cochecomo si fuera una mujer con la que quieren acostarse. A m me parece que acostarsecon un coche es una barbaridad. En fin, que tengo esta ventaja, que para m las callesdel mundo siguen estando desiertas y veo el mundo como lo vea de Chirico en sus cua-dros metafsicos.

    - Pretendes cambiar el mundo?

    - Hombre, cambiar el mundo! Si fuese un dios, un santo... Pero s, s, me gustara cambiarel mundo. Vivimos una poca brutal, gobernada por cnicos que comercian con la muer-te, que son esbirros de la muerte, con una humanidad adoctrinada, infeliz, un rebaoabsurdo cuya mayor alegra es comprar, comprarlo todo. Me gustara decirle a la genteque hay muchas cosas en la vida que no tienen precio, cosas mnimas, milagrosas, queya casi nadie ve. Yo, por ejemplo, en Alemania durante la guerra, saba que poda morirde un momento a otro y pensaba: qu cosas echara de menos si me muriera? No podercomer ms castaas con los amigos frente al fuego, no volver a ver la lluvia. Estas son lasgrandes cosas de la vida: comer castaas, escuchar el rumor de la lluvia, el silencio de lanieve que cae. Estas son las cosas por las que te sabe mal morir. Lo dems, no s: unamujer? s, pero tambin se hace vieja, tambin muere, o simplemente se va. Todo lohumano decae. En cambio, la nieve no envejece, el olor de la lluvia no miente, los olivosno se van. Son cosas que estn ah, dispuestas siempre a iluminar la niebla que somos.

    -Qu lees t ahora?

    -Leo diarios, cartas, confesiones. Las historias ya no me interesan. Busco la vida cruda.Descreo cada vez ms del arte y creo cada vez ms en la vida. Tambin leo cosas orien-tales: poesa china, cosas zen... Uno acaba en lo ms elemental.

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  • Yo ya prefiero el silencio a la msica. El tiempo pasa, el miedo a morir crece, y t miras aver si hay alguien que haya descubierto algn sistema para seguir viviendo. Un doctorruso, amigo mo, me dijo: la muerte es lo nico sobre lo que los hombres pueden estarseguros. Yo quera pegarle y siempre le pregunto si no habr una excepcin. El me loniega. Y cada vez que nos vemos yo lo miro como dicindole; qu, no hay excepcio-nes?: y l en cuanto me ve me hace seas de que no con las manos... Pero te dir unsecreto: he encontrado la frmula para no morir.

    - Por favor.

    - La nica manera de vencer a la muerte es permanecer durante mucho tiempo en lamemoria de los dems. Yo creo que todo lo que he escrito y he hecho en esta vida notena otro objetivo.

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