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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO ESCUELA DE POSTGRADO MAESTRÍA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA E INVESTIGACIÓN EDUCATIVA TESIS II MATERIALES DE LECTURA PROFESOR: Dr. LUIS FACUNDO ANTÓN 2014

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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO

ESCUELA DE POSTGRADO

MAESTRÍA EN DOCENCIA UNIVERSITARIA

E INVESTIGACIÓN EDUCATIVA

TESIS II

MATERIALES DE LECTURA

PROFESOR:

Dr. LUIS FACUNDO ANTÓN

2014

INDICE

Intervención psicopedagógica y currículum

Guía para la elaboración de un proyecto de intervención

Orientaciones para la construcción de instrumentos

Procesamiento de la información

Introducción

Los materiales que se presentan en esta selección constituyen referentes

informativos para el desarrollo de la Asignatura TESIS II. Junto a otros de tipo

electrónico tienen como propósito apoyar el proceso de elaboración de

instrumentos y de recojo de información, que conduzca al procesamiento de ésta y

a la presentación de los primeros resultados.

En los materiales de trabajo entregados en la primera parte del curso existe

también información que se complementa con la que entregamos en este avance

y que debe ser considerada para logra el propósito de este curso.

Esperamos que los participantes del curso logren realizar exitosamente las

actividades de investigaciones relacionadas con su proyecto de Tesis.

Lambayeque junio del 2014

Dr. Luis Facundo Antón

Profesor responsable de la asignatura

INTERVENCIÓN PSICOPEDAGÓGICA Y CURRÍCULUM

Tomado de: Dificultades en el aprendizaje: Unificación de criterios diagnósticos,

Pág. 16 a 20 Dificultades en el Aprendizaje: Unificación de Criterios Diagnósticos

III. Criterios de Intervención Pedagógica. Andalucía 2004

1.3. Intervención psicopedagógica centrada en el currículum y su ajuste al

alumnado.

La Intervención Psicopedagógica se sitúa en un marco de atención educativa que,

en general, se centra en el reconocimiento de la diversidad del alumnado y en el

favorecimiento de un entorno educativo capaz de su atención, considerando al

alumno desde la perspectiva de sus necesidades educativas, lo que nos lleva a

una atención en su individualidad, pero cargando sobre todo en los niveles de

respuesta educativa. De esa atención se sigue que, dadas unas necesidades, se

ofrece la intervención educativa, dentro de su propio contexto y con la finalidad del

progreso personal, social y del currículum. De aquí que, en el ámbito concreto del

alumnado con dificultades, la Intervención Psicopedagógica deba ser un

instrumento y vía de desarrollo práctico, con resultados en el proceso de

enseñanza-aprendizaje del alumnado, discurriendo a través de la integración y con

soluciones de normalización.

Desde este modelo de intervención, cuando un profesor detecta dificultades de

aprendizaje en un determinado alumno, no sólo se ha de preguntar cuáles son las

tareas en las que tienen limitaciones para aprender; o los contenidos y objetivos

en la planificación de su proceso de instrucción, sino que deberá cuestionarse

sobre la competencia curricular del alumno (qué puede aprender como los

demás), qué puede aprender con ayuda y cómo aprende (estilos de aprendizaje).

De esta forma, y tras su evaluación y planificación del proceso de enseñanza-

aprendizaje, se establecen los programas ajustados al alumno y sus

características, se desarrollan y ejecutan dentro del currículum del aula, para

pasar a su evaluación y valoración de su grado de cumplimiento. Todo ello tiene

cabida en el marco y diseño de la adaptación curricular, entendida como estrategia

o instrumento de planificación y actuación docente, que hace operativa la

respuesta a las necesidades educativas del alumno en concreto, y la

individualización de su proceso de enseñanza-aprendizaje.

Sin entrar en un análisis de su significatividad (véase Luque y Romero, 2002), la

adaptación curricular en el caso de alumnado con Dificultades de Aprendizaje, se

hace individual por su aplicación a un alumno o alumna en concreto, aunque no

individualizada, por cuanto no se da una valoración psicopedagógica de

necesidades educativas especiales. En cualquier caso, se habrán de precisar

recursos y adecuaciones del currículum, que respondan a su situación personal y

de aprendizaje, modificándose los elementos de ese currículum (salvo objetivos y

contenidos nucleares), y no conllevando, desde la perspectiva del sistema

educativo, un alejamiento del currículum general para Etapa y/o Ciclo1 3.

En consecuencia, los programas de intervención son instrumentos que se integran

en la planificación de aula y/o área y dirigidos hacia el desarrollo de objetivos de la

misma (cuadro 3). Esto es así, porque como han señalado Schumm y Vaughn

(1998), los profesores en sus aulas ordinarias, tienen el reto de adecuarse a las

necesidades de todos los alumnos, incluidos los que presentan Dificultades de

Aprendizaje.

Cuadro 3. Consideraciones sobre los programas en el aula.

- Ajuste y adaptación de los programas a las necesidades educativas del alumnado, previo

conocimiento y evaluación de ellos. - Conocimiento de los programas así como de la valoración de su necesidad, para los

casos concretos que los precisen. - Implementar los programas dentro del currículum de aula o área, a modo de instrumentos

integrados e integradores en el desarrollo curricular, y no sólo para el alumnado con dificultades.

- Reflexión sobre el estilo docente, competencia profesional y determinación hacia el alumnado con dificultades, con actitudes y expectativas positivas de consecución en sus aprendizajes.

Pero es un hecho que ese profesorado en general, planifica y/o ejecuta el

desarrollo instruccional sin diferencias o con adaptaciones mínimas en el

currículum para los alumnos con dificultades, siendo por otro lado conocido que, la

adaptación curricular, se valora como documento a realizar en un añadido de

esfuerzo docente, o de ser una herramienta pedagógica de difícil aplicación al aula

y desarrollo de áreas. Ello no quiere decir que el profesorado no aprecie la

adecuación del currículum al alumnado que lo precise, sino que considera más las

dificultades en su integración en la planificación de aula y/o área. Así expresan la

menor disponibilidad de tiempo para su atención al alumnado con Dificultades de

Aprendizaje, su relación al resto del grupo, la menor coordinación con el Profesor

de apoyo , etc. En cualquier caso, habrá que reflexionar, al igual que expresan

algunos autores1 4, sobre qué es razonable pedirle, a los profesores-tutores, en

su actuación educativa con alumnos con Dificultades, reflexión que estará

enmarcada en los límites de la atención individualizada a las necesidades propias

del alumno y a una actuación docente ajustadamente distribuida

.

1.4. Programas de intervención en el aula y adaptación del currículum.

Los programas, como conjuntos estructurados de actividades y materiales,

fundamentados en un modelo teórico y orientado a la consecución de objetivos

educativos, tienen cabida, como se ha señalado anteriormente, en una adaptación

curricular al ser ésta un medio de planificación docente y un instrumento de

estructuración y desarrollo del currículum del aula y/o área al alumnado. La

integración de los programas y en general todas las actividades que se realicen,

ganan en ajuste y eficacia sobre el alumno que los precisa, siendo además un

mecanismo de compensación a sus necesidades, sin que ello suponga elementos

de diferenciación discriminadora por sus dificultades. Este marco contrastaría con

el de una aplicación parcial centrada en el déficit, en el que los programas de

intervención específicos, corren el riesgo de generar actuaciones

descontextualizadas o fuera del currículum ordinario, siendo éste donde el

alumnado presenta sus dificultades y conformando un tratamiento singular

(entrenamiento rehabilitador exclusivo de una materia) y apartado del resto de la

clase. Dada su necesidad y uso, la aplicación de programas de intervención

psicopedagógica en el aula, debería apreciarse desde la acción tutorial, a la que

sigue y complementa una acción especializada o de apoyo, sin perder la

perspectiva referencial de aquélla, que unifica y coordina los elementos de la

enseñanza y del aprendizaje del alumnado.

Desde una perspectiva de planificación educativa, los programas se podrían

clasificar en Programas de Refuerzo académico (instrumentales o de áreas), y en

Programas de Intervención Específicos, en función del ajuste curricular a las

necesidades educativas del alumnado (cuadro 4), agrupación que sería

consistente con una visión tradicional en el Profesorado, en la que los elementos

de intervención se dirigen, bien a un complemento curricular (corrector o potencial

de aprendizajes), bien a una intervención muy centrada en individuo y área, con

un objetivo básicamente específico, de modificación o de actuación exclusiva en el

desarrollo de habilidades o aptitudes.

Cuadro 4. Programas (agrupación en función del ajuste curricular).

Criterios prácticos de selección.

Programas.

- Tener un amplio número de actividades o ejercicios.

- Consistencia en su organización, metodología y evaluación.

- Estructura interna coherente con objetivos de desarrollo en las áreas. - Susceptibles de inclusión o de

adaptación en el currículum. - Fácil adquisición y economía.

Programas de Refuerzo. - Reestructuración mínima de contenidos.

- Redistribución de actividades. - Temporalidad y metodología ajustadas al alumnado

(mayor individualización). - Consecución de objetivos generales de aula. Problemas Escolares y de Bajo Rendimiento.

Programas Específicos.

- Reestructuración de contenidos en progresión y complejidad de las dificultades

individuales. - Actividades y metodología individualizadas. - Actuación sobre áreas específicas (atención,

percepción, memoria, ...) - Consecución de objetivos en una

temporalidad mayor al resto del aula.

Dificultades Específicas de Aprendizaje, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad y Discapacidad Intelectual

En esta clasificación, los programas de refuerzo son aquellos en los que, con una

reestructuración de contenidos y una redistribución de actividades, se han de

conseguir los mismos objetivos que el resto del alumnado, si bien ello deba de

hacerse considerando otra temporalidad y metodologías, tratándose de ajustar los

elementos curriculares (alumnos con Problemas Escolares y de Bajo

Rendimiento). En cambio, los programas específicos, implicarían una

reestructuración de contenidos de mayor complejidad, en orden a las dificultades

individuales. Las actividades y metodología serán de carácter individual, al igual

que su actuación, que deberá centrarse en áreas o aspectos como la atención,

percepción, memoria, razonamiento, lectura comprensiva, estrategias cognitivas,

etc., (alumnos con Dificultades Específicas de Aprendizaje, TDAH, Discapacidad

Intelectual Límite). Los programas de refuerzo pueden tener una mayor aplicación

a grupos de alumnos y a la generalidad de áreas del currículum, sobre bases

instrumentales de lectura, expresión escrita, cálculo y razonamiento..., así como

un carácter suplementario a la planificación del aula, en su adecuación a las

necesidades del alumnado, mientras que los programas específicos tendrán un

carácter individualizado y centrado en la dificultad o área de trabajo en el

alumnado.

Considerando que el análisis y aplicación de programas de intervención

psicopedagógica, debe hacerse no sólo desde su fundamento teórico, estructura y

metodología, sino desde su adecuación al desarrollo de sus actividades en el aula,

dentro del currículum de la misma y en su ajuste al alumnado, podríamos concluir

en algunas reflexiones psicopedagógicas, antes de introducirnos en los capítulos

siguientes, específicos de intervención.

1. Enlazando el marco de actuación psicopedagógico con los acercamientos

teóricos clásicos (programas de desarrollo de habilidades vs específicos),

insistiríamos en la integración de lo cognitivo y lo instrumental, tratando de

conseguir una planificación y desarrollo curriculares, en la que se unan la

intervención en procesos básicos y habilidades generales, con las de técnicas

instrumentales o académicas. Puede ser en consecuencia recomendable el

incremento de esas actuaciones, tanto en lo psicopedagógico, como en lo

propiamente docente, a fin de que, incardinados en las actividades de aula y su

planificación curricular, se optimice la enseñanza-aprendizaje y se adecue el

currículum al alumnado.

En esa adecuación, considerando las dificultades de aprendizaje en un extremo de

necesidades curriculares del alumnado, los programas deben ser propuestas de

trabajo, estimadas oportunas a un alumno en concreto (programa ad-hoc) o tipo

de alumnado y situación (programas generales susceptibles de aplicación

individual). No debe darse contradicción alguna en ambos casos de diseño,

siempre que, tanto en estructura y objetivos, se persiga la mayor aplicabilidad y

adaptación del currículum, como una compensación y nunca un apartamiento por

individualización. En suma, un diseño en el que no hay una generalidad

descontextualizadora, ni una individualidad discriminadora, sino una dinámica

organizada de programas de intervención, entendida como conjunto estructurado

de contenidos y actividades, para la consecución de objetivos psicopedagógicos,

dentro del ámbito y currículum ordinarios.

Desde un ámbito psicoeducativo y establecido el núcleo o área de intervención,

los programas se ejecutan de acuerdo a una acción tutorial (estrategias y prácticas

instruccionales en las que se hace operativo el programa) y se dirigen a conseguir

unos objetivos de desarrollo de capacidades personales, además de su ajuste

curricular (Cuadro 5). En este sentido, las áreas de lectura, escritura, matemáticas,

pero también las habilidades sociales y los procesos básicos de atención,

percepción, memoria, habilidades metacognitivas, motivación y estrategias de

desarrollo intelectual, o de aprender a aprender, forman el campo de aplicación de

cualquier propuesta de actuaciones. Es de añadir, aunque resulte evidente que,

en un alumnado con dificultad en su proceso de enseñanza-aprendizaje, la

utilización de programas es resultado de una evaluación individual (del alumno) y

de las áreas con dificultad, para la selección y/o aplicación de los mismos.

En este marco de aplicación, a riesgo de ser reiterativos, se debería favorecer la

inclusión de los programas en la planificación de aula / área, de acuerdo a un

criterio general de adaptación curricular. En suma, analizados los objetivos,

contenidos, recursos, metodología y evaluación, se conduce la atención de los

distintos tipos de capacidades del alumnado, encontrando la respuesta a sus

necesidades. Los programas tienen un carácter subsidiario o de apoyo al

desarrollo curricular en el aula, por lo que no habrían de apreciarse como

elemento exclusivo de tratamiento específico de una dificultad, sino de

complementariedad al proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado que los

necesite

Cuadro 5. Programas de Intervención Psicopedagógica y desarrollo curricular.

- Conjunto ordenado de elementos curriculares para la consecución de objetivos referidos

a una evaluación del alumnado y áreas del currículum.

- Se inserta en un marco curricular ordinario como medio de normalización, siendo

herramientas psicopedagógicas con las que satisfacer las necesidades educativas del

alumnado.

- Pueden ser ad-hoc o de un carácter general susceptible de aplicación a casos que lo

precisen. En ambos se han de buscar la individualización y su contextualización.

- Han de planificarse o estructurarse temporalmente en sus actividades y en su integración

con el plan de aula.

.

2. Circunscritos al aula, y como quiera que haya de pensarse en una aplicación

llevada a cabo por los profesores y/o educadores, el orientador o profesional de la

psicopedagogía, deberá cuidar los elementos de hipótesis de trabajo o puntos de

partida (evaluación y objetivos), a fin de comprobar los efectos en el aprendizaje

del alumnado. Si los profesores son los encargados de ejecutar el programa, sus

actividades y consecuencias, en la medida que se ajusten a los supuestos de

partida, se obtendrán resultados relacionados con aquellos, y su labor de

enseñanza será valorada dentro del programa. El psicopedagogo será no tanto

responsable de la ejecución (aunque sí de su asesoramiento y control), como de la

valoración del programa en su desarrollo y resultados, tanto en el alumnado, como

en el profesorado

y su análisis, ya que la atención a la diversidad y la actuación en los procesos de

enseñanza-aprendizaje, son dos de los diversos ámbitos de intervención

psicopedagógica15, en los que se desarrolla la actividad profesional, no sin cierta

tensión tanto en el trabajo en sí, como en las relaciones con el profesorado.

Obviamente, un desarrollo y resultados óptimos, sólo podrá obtenerse si se

establece un ámbito de coordinación y de estructura organizada por ambas

instancias.

Consecuentemente, el profesorado supone la base y el protagonismo en la

aplicación y desarrollo de los programas, de tal forma que, como en todo buen

programa de intervención, se deba perseguir que quien lo aplica, consiga transferir

a otras actividades de su desarrollo docente y curricular, elementos aplicados y/o

de reflexión de ese programa. Esto, además de enriquecer su labor de enseñanza,

contribuye a extender a todo, o buena parte de su alumnado, actividades que

pudiendo ser diseñadas para casos particulares (alumno-área), se generalicen,

favoreciendo la normalización y no incidiendo en la individualidad, como sinónimo

de dificultad exclusivamente. Se demuestra16 que esa transferencia de

actividades (del programa hacia otras actividades del aula) es eficaz, permitiendo

además su uso en la adecuación del currículum a los alumnos. De esta forma, con

relación a los extremos de aplicación de programas comentados anteriormente, se

podría estar en una línea de superar la dialéctica entre programas sobre

estrategias generales vs programas de estrategias vinculadas a contenidos

específicos.

En esta dialéctica de enseñanza, finalmente, señalemos la relación del desarrollo

de los programas, tanto con el contexto como con el estilo docente. En efecto, la

aplicación de los programas deberá de hacerse por el profesorado en un medio lo

menos restrictivo posible, contexto que debe ser el marco en el que los programas

se implementan en el desarrollo curricular y proceso de enseñanza-aprendizaje,

consiguiéndose que, tanto las estrategias y técnicas, como las actividades propias

de ese programa, se integren con los elementos aprendidos en el aula. Por otro

lado, con relación al estilo docente, y con independencia de la bondad y ajuste a

las necesidades del alumnado, los programas no sólo deberían ser aplicados con

una actitud positiva y afectiva (creencia en la persona del alumno/a), sino que

además se valorará en los programas su eficacia, así como el rendimiento del

alumnado (efectividad), no medido por la consecución de objetivos terminales de

aquellos, sino por el desarrollo de las capacidades de éstos.

Se puede concluir en que cualquier programa es válido en el proceso de

enseñanza aprendizaje y, en general en el desarrollo educativo del alumnado, si

se basa en una exhaustiva evaluación de éste, se trata el ajuste a sus

necesidades individuales y el profesorado se implica en su docencia, tratando de

conseguir la adecuación del currículum. La observación, selección y reflexión de

cualquier instrumento en su planificación curricular, ha de llevar la tarea docente

hacia el mejor desarrollo de sus alumnas y alumnos que son, al fin y al cabo, sus

beneficiarios.

GUÍA PARA LA ELABORACIÓN DE UN PROYECTO DE INTERVENCIÓN CON

ADOLESCENTES Y JÓVENES.

Documento elaborado por Carmen Lineros González y revisado por Pilar López Pérez, Elisa Vizuete Revollo, Agustín Gómez Jiménez, Eduardo Zarza y Olga Leralta. Escuela Andaluza de Salud Pública. Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, España 2009

3. GUIÓN PARA ELABORAR EL PROYECTO DE INTERVENCIÓN Existen numerosas y variadas propuestas sobre los apartados que deben figurar

en un proyecto de promoción de la salud. En este caso, hemos seleccionado y adaptado los propuestos por el Centro de Investigación y Documentación

Educativa (CIDE) del Ministerio de Educación y Ciencia, y por la Red Aragonesa de Proyectos de Promoción de la Salud (RAPPS).

Este guión, pretende facilitar la elaboración del proyecto, por lo que es sólo un instrumento orientativo.

En el proyecto pueden constar los siguientes apartados:

a. Información Básica del proyecto b. Justificación: Análisis de situación, identificación de necesidades y priorización.

c. Objetivos. d. Metodología y Actividades. e. Organización prevista y funcionamiento.

f. Evaluación. g. Recursos necesarios.

4. EL PROYECTO

a. INFORMACIÓN BÁSICA DEL PROYECTO

Se refiere a datos generales de identificación tales como:

Nombre del Proyecto

Institución de referencia.

Nombre de la Institución/es que presenta/n y participa/n en el proyecto. Dirección, e-mail y teléfono contacto.

Nombre de la persona referente del Proyecto

Integrantes del Equipo que participa en el proyecto. b. JUSTIFICACIÓN: ANALISIS DE SITUACIÓN, IDENTIFICACION DE

NECESIDADES Y PRIORIZACIÓN.

Un proyecto surge como una intervención que busca resolver un problema,

establecer una mejora y/o instrumentar acciones novedosas en una comunidad

concreta y sus jóvenes.

La fundamentación o justificación de un proyecto representa una descripción

del condicionante o condicionantes que motivan la propuesta de intervención o

proyecto operativo. Describe el contexto de partida (momento, situación y

características de la comunidad, instituciones, personas, etc.) en donde se sitúa

el análisis que proveerá de indicadores iniciales y variables para conformar un

diagnóstico de situación.

Incluye el análisis de enfoques de otros autores por medio de investigaciones

relacionadas con la problemática, documentos de elaboración bibliográfica,

otros proyectos que abordaron temas similares o vinculantes, etc. Justifica

desde el análisis el por qué de la/s intervención/es que se proyectan.

Es importante recopilar información sobre la población con la que se va a

trabajar, la situación de la zona, sus características generales (realidad

socioeconómica y cultural), perfil de adolescentes y jóvenes al que nos

dirigimos (edades, cursos, demandas de grupo, ocupación del tiempo libre,

capacidad adquisitiva, motivaciones, problemas). También es lógico valorar qué

información recoger y cómo recopilar la información existente sobre los activos

y los problemas de salud más prevalentes en el entorno.

Después, se han de establecer las prioridades, expresando los pasos a

seguir: temas a tratar según el contexto, grupos destinatarios, servicios o

actividades (Asesorías individuales, grupales, talleres, etc.).

Una vez realizada la fundamentación y diagnóstico del proyecto, estamos en

condiciones de ejecutar la planificación, que es el proceso que determina la

dirección hacia las metas y los requisitos necesarios para poner en práctica el

proyecto.

La planificación del proyecto da respuestas a preguntas que facilitarán la

formulación de los objetivos y la metodología:

5 ¿QUE HACER? Propuesta

¿PARA QUÉ? Planteamiento de contexto y

problemática

¿A QUIENES? Personas implicadas como

destinatarias

¿CON QUIENES? Personas implicadas como

responsables y colaboradoras

¿DÓNDE? Lugares y espacios donde

realizar las actividades

¿CUANDO? Cuadro temporal en el que se realizarán

¿CUANTO? Etapas previstas y actividades específicas a llevar a cabo

¿CÓMO? Técnicas a utilizar

¿CON QUÉ? Medios e instrumentos con que contamos

EVALUACION Monitoreo-Evaluación Parcial-Evaluación Final

c. OBJETIVOS

Los objetivos de un proyecto son los logros que queremos alcanzar con la

ejecución de una acción planificada. Surgen del diagnóstico de necesidades

realizado, y constituyen el punto central de referencia, dan coherencia al plan

de acción. Por ello, es muy importante que sean:

Claros: Formulados en un lenguaje comprensible y preciso, fáciles de

identificar.

Factibles: Posibles de alcanzar con los recursos disponibles, con la metodología

adoptada y dentro de los plazos previstos.

Pertinentes: Tienen una relación lógica con la cuestión que pretende abordar.

Se aconseja abordar uno o dos objetivos generales, para no sobredimensionar

el proyecto de intervención en una proporción de dudoso alcance. Lo mismo se

sugiere para los objetivos específicos.

Los objetivos generales

Son los propósitos o metas que conforman el marco de referencia del proyecto. Por su

formulación pueden admitir varias interpretaciones.

Como ejemplo podemos indicar que para formular objetivos generales se suelen

utilizar verbos del estilo de: conocer, comprender, analizar, evaluar, etc., es

evidente que estos verbos admiten varias interpretaciones y no son directamente

observables.

Los objetivos específicos

Son especificaciones más concretas y pormenorizadas de los objetivos generales.

Identifican de forma más clara y precisa lo que se pretende alcanzar con el proyecto.

Estos objetivos restringen el significado de los generales. Sólo admiten una

interpretación, facilitan la mejor estructuración del proyecto y pueden desglosarse

para su análisis.

Para formular objetivos específicos es necesario utilizar verbos de acción, tales como:

diseñar, enumerar, resolver, clasificar, calcular, comprobar, repetir, ordenar,

diferenciar, juzgar críticamente, comparar, decidir, etc.

Es conveniente que todo el equipo que va a llevar a cabo el proyecto participe en

la elaboración de los objetivos, se debatan y se llegue a un consenso,

comprometiéndose todos los miembros para su consecución.

d. METODOLOGIA y ACTIVIDADES

La metodología constituye el eje central de un proyecto y hace referencia al

camino que se va a recorrer, la forma de organizar los recursos y presentar las

actividades para llegar a lograr los objetivos, describiendo el uso de diferentes

técnicas.

Para el proceso metodológico es conveniente tener en cuenta:

Las características o variables que describen a la población a la que va dirigida el

proyecto

Las actividades a desarrollar en el proyecto.

El espacio geográfico o local en el que tendrán lugar las actividades

El periodo o momentos en los que se desarrollará el proyecto

Las técnicas e instrumentos que se van a usar

También es importante definir la comunicación/proyección de las

intervenciones, cómo vamos a comunicar para motivar a la participación.

En cuanto a las actividades, existen variadas opciones (actividades didácticas,

asesorías individuales o en grupo, actividades grupales como sesiones

informativas o talleres, concursos, etc.), que lejos de ser antagónicas o

excluyentes se complementan entre sí, por lo que se dispone de un abanico de

posibilidades para adaptarse a las necesidades y posibilidades de cada entorno

concreto. En el proyecto se han de especificar y describir.

e. ORGANIZACIÓN PREVISTA Y FUNCIONAMIENTO

Es preciso describir las fórmulas de coordinación que se van a establecer para la

realización de las actividades, las personas involucradas en esa

conducción/coordinación y en la realización de las actividades.

Por otra parte hay que indicar en qué lugar y fechas han de llevarse a cabo las

actividades, cuándo se hacen cada una de las actividades, en qué tiempos y

horarios.

f. EVALUACIÓN

Para conocer si un proyecto o programa se está desarrollando conforme estaba

previsto y ajustar lo más posible el diseño a la realidad, y para enriquecerlo y

subsanar posibles problemas es imprescindible evaluar. Todo proyecto debe

contar con una metodología de evaluación explícita, para poder conocer en qué

medida se han conseguido alcanzar los objetivos que se proponen y se han

desarrollado las actividades previstas.

La evaluación es un proceso que consiste en determinar y en aplicar criterios y

normas, con el fin de emitir un juicio sobre los diferentes componentes del

programa y en todas las etapas del mismo, para rediseñar acciones, detectar

nuevas necesidades y mejorar.

Una evaluación debe de cumplir cuatro condiciones principales. Según el Joint

Committee on Standards for Educational Evaluation, la evaluación debe ser:

UTIL: proporcionar información práctica y oportuna, identificar lo positivo y lo

negativo de lo que se evalúa, plantear las cuestiones de mayor importancia y las

soluciones para mejorarlo.

FACTIBLE: emplear métodos de evaluación que puedan ser asequibles,

eficientes y equilibrados respecto al proyecto.

ÉTICA: asegurar la cooperación de las partes implicadas y la honestidad de los

resultados.

PRECISA: describir con claridad aquello que se evalúa en su evolución y

contexto.

La evaluación debe estar integrada en todo el proyecto, es decir debe diseñarse

desde el principio y tener en cuenta el contexto del centro, organización o

institución u en la que se realiza. También debe ser flexible para adaptarse a las

diferentes necesidades del proyecto y valorar los efectos no previstos.

Es preciso tener presente la complejidad que supone evaluar en promoción y

educación para la salud. Algunos aspectos a tener en cuenta son:

La dificultad de medir actitudes, capacidades y en general todos los procesos

socioculturales.

Los resultados sobre el nivel de salud, generalmente, se deben valorar a largo

plazo.

La multiplicidad de factores que modelan los comportamientos. Los cambios

producidos pueden deberse a la concurrencia de diversos factores.

La intervención en educación para la salud debe adaptarse a cada realidad, por lo

que generalmente no pueden aplicarse normas estandarizadas. Por consiguiente

es necesario valorar las modificaciones producidas mediante la utilización de

métodos cuantitativos y cualitativos.

Ante todo ello, el equipo del proyecto ha de plantearse una serie de cuestiones clave para abordar la evaluación: ¿PARA QUÉ EVALUAR?

Se trata de reflexionar y poner en común las finalidades y expectativas del equipo sobre la

evaluación del proyecto.

¿QUÉ EVALUAR?

Se trata de decidir qué componentes del programa o proyecto interesa monitorizar (seguir su curso).

¿CUÁNDO EVALUAR?

Decidir la fecha de recogida de la información, identificar los diferentes momentos de la evaluación del programa.

¿QUIÉN EVALÚA?

Decidir quién recoge esta información. Identificar a los agentes implicados.

¿CÓMO EVALUAR?

Elaborar y hacer llegar a los actores del proyecto o programa un instrumento de recogida de

información.

Se sugiere la discusión para llegar a un acuerdo sobre:

Criterios de evaluación

Métodos e instrumentos

Indicadores cuantitativos y/o cualitativos

DÓNDE

Dónde enviar la información recogida

Además, en función de lo que observemos, estaremos evaluando una cosa u otra.

se trata de ver la adecuación de los recursos, estaremos evaluando la estructura

del programa, si se mide la idoneidad de las actividades o servicios, estamos

evaluando el proceso, y si medimos la consecución de los objetivos, y sus

efectos, estamos evaluando los resultados.

Es preciso saber cuáles son las dimensiones que se van a evaluar, porque en

función de ello estaremos dando respuestas a unas cuestiones u otras. A modo

de ejemplo, éstas son algunas cuestiones a responder en Forma Joven:

EL PROCESO:

¿Se ha realizado el proceso de capacitación?

¿Ha llegado a los y las profesionales previstos?

¿Las actividades formativas han sido de calidad?

¿Cómo se está llevando a cabo el proyecto en los centros, asociaciones, etc?

¿Se realizan actividades?

¿De que tipo?

¿Qué temáticas se han abordado?

¿Qué problemas y necesidades han surgido?

LOS RECURSOS:

¿Conocen los profesionales los materiales existentes?

¿Son suficientes?

¿Se utilizan los materiales?

¿Son útiles para el Equipo Forma Joven?

¿Valoran el apoyo recibido?

EL IMPACTO: ¿Qué efectos ha tenido el proyecto en los estilos de vida de los participantes?

¿Qué efectos ha tenido en la salud de los participantes?

¿Se han disminuido los problemas priorizados?

A modo de resumen, estos son diferentes aspectos a evaluar en función de las

dimensiones:

DISEÑO PROCESO RESULTADOS

- Análisis de situación - Prioridades - Objetivos - Estrategia - Evaluación

- Actividades - Materiales - Metodología - Organización

- Sensibilización comunitaria -Nuevas expectativas y demandas - Superación de

prejuicios - Desarrollo de capacidades y actitudes - Aumento de conocimientos - Cambios: ambiente comportamiento organización del centro metodología de trabajo papel de los y las profesionales

A continuación y a modo de ejemplo, se expone un proceso de seguimiento y

evaluación que puede ser de utilidad durante el desarrollo del proyecto:

i. Evaluación Inicial

En una primera fase, es importante partir del análisis de situación ya propuesto (o

análisis estratégico), realizando con ésto una evaluación previa o inicial para

establecer prioridades en las acciones a desarrollar.

Para ello se pueden utilizar varios canales de información:

Reuniones del equipo, comunidad educativa, otras instituciones: recoger

manifestaciones, deseos, intereses de la comunidad, de los padres y las madres,

nivel de participación.

Cuestionarios a adolescentes y jóvenes.

Observaciones: qué actividades realizan, sobre qué preguntan, etc.

En las Asesorías y dentro del aula: adecuar los contenidos a grupo con el que se

trabaja (considerar la edad y el sexo). Ese análisis permite además detectar los “puntos fuertes” (situaciones que deben

mantenerse) y los “puntos débiles” (situaciones a mejorar).

ii. Evaluación Continua

Es importante evaluar el proceso antes de realizar otro tipo de valoración, ya que

no se puede medir el efecto de un programa si éste no funciona correctamente.

Debemos conocer si el programa ha llegado a las personas adecuadas, si los

contenidos son los adecuados y si las personas participantes se encuentran

satisfechas con la implementación, desarrollo, materiales y apoyos relacionados

con el mismo. Conocer estos aspectos permitirá rediseñar aspectos mejorables

detectar necesidades futuras, y diseñar la evaluación del efecto que el programa

pueda tener en la población adolescente y joven a la que se dirige.

Disponer de un sistema de recogida de información continuo y sistemático, nos

permite identificar los logros y debilidades del proyecto, comprobar

periódicamente su marcha. Además esta información puede expresarse por medio

de indicadores.

A modo de ejemplo, se indican a continuación diferentes componentes sobre los que se puede seguir su curso o marcha a lo largo de

todo el desarrollo del proyecto: QUÉ (Componentes)

CÓMO

(instrumento)

QUIÉN

(Quién registra)

CUÁNDO

(fecha y periodicidad

)

DÓNDE

(donde enviar la información)

PARTICIPACION Formulario

Inscripción

Responsable

Punto (Centro

-De 1/9 a

31/10 en

A Seneca/Web

en Séneca/Web

educativo, Salud) Séneca -Durante el

año Web

MATERIALES, RECURSOS

Formulario seguimiento

Responsable Punto

-Principio/Fin

curso -A lo largo

proyecto

A Distrito/provincia

FORMACIÓN

Participación Calidad de las

acciones formativas

- Listado

asistencia -

Cuestionario de

evaluación de cada

actividad

Coordinación curso

Alumnos y alumnas de cada actividad

Al final de

cada actividad

formativa

A la dirección del

centro A Distrito/provincia

ACTIVIDADES DESARROLLADAS Tipo y temática

- Programación de las

actividades - Proyecto de

Centro - Formulario

Responsable de cada actividad Responsable Punto

Al final cada año escolar

A Séneca/Centro Salud A Distrito

A Medios de Comunicación

COORDINACION Actas

Proyecto de Centro

Responsables de

cada actividad

Al inicio y

final del año escolar

Dirección Centro

salud

RESULTADOS DE LAS INTERVENCIÓNES

(IMPACTO) Hábitos de salud

Encuesta a escolares

usando “Health

Behaviour in School aged

Children” HBSC

En este caso se trata de realizar

un proyecto de investigación

Durante el curso escolar

A la dirección del centro

A Distrito/provincia

iii. Evaluación final

En cuanto a la evaluación final, junto con el sistema de seguimiento se pueden

establecer los Indicadores necesarios a obtener de las intervenciones:

1INDICADORES PARTICIPACION

N y % de alumnos y alumnas participantes Nº y % de aulas participantes Nº y % de profesores y profesoras Nº y % padres y madres Nº de profesionales de otras entidades (por sexo) Nº mediadores y mediadoras

INDICADORES MATERIALES Nº de centros que han usado materiales Nº de centros a los que les ha llegado a tiempo Materiales más usados

INDICADORES FORMACION Nº de actividades realizadas (con profesionales, mediadores y mediadoras, etc) Nº asistentes (por sexo) Satisfacción

INDICADORES ACTIVIDADES Nº actividades realizadas

Nº alumnado, profesionales, mediadores y mediadoras, etc

INDICADORES COORDINACION

Nº reuniones (al menos 3 al año) Nº de entidades que participan

INDICADORES IMPACTO

Seguimiento y evolución problemas de salud Resultados Estudio

g RECURSOS NECESARIOS

Las propuestas deben ser realistas y tener en cuenta que no se dispone de

recursos infinitos. Pero es necesario analizar los recursos que posibiliten que el

proyecto se lleve a cabo:

Recursos humanos: Identificar a las personas que participarán para llevar a cabo

el proyecto y cada una de sus actividades. Definir y distribuir las distintas

funciones y tareas. Identificar las distintas actividades y las personas responsables

de su realización, así como la experiencia y el tiempo que podrán dedicar al

proyecto. Es importante que las personas que van a formar parte de las

intervenciones cuenten con la formación necesaria para desarrollar

adecuadamente su función, por lo que se han de detallar las necesidades

formativas del equipo.

Recursos materiales: Se debe hacer una enumeración lo más detallada posible de

los recursos materiales que deberán ser utilizados en las tareas del proyecto. Por

ello, hay que tener presente: las instalaciones necesarias, el material fungible de

índole diversa que es necesario para diseñar las actividades, los instrumentos,

herramientas, material audiovisual, deportivo, cultural, etc.

Recursos financieros: Se recomienda elaborar un presupuesto realista que cubra

los gastos materiales, de reuniones, de equipos, etc., ya que esto permite enunciar

la previsión de gastos y qué institución, organización o actividades pueden llegar a

financiar el proyecto.

ORIENTACIONES PARA LA CONSTRUCCIÓN DE INSTRUMENTOS

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESCUELA DE GRADUADOS

MAESTRÍA EN EDUCACIÓN

SEMINARIO DE TESIS 2

Carmen Diaz Bazo

2007

CONSTRUCCIÓN DE INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN ALGUNAS

SUGERENCIAS PARA SU DISEÑO Y VALIDACIÓN

Para iniciar el trabajo empírico de la tesis es necesario construir los instrumentos

que permitirán recoger información sobre el objeto de estudio. De acuerdo al tipo,

nivel y metodología se han seleccionado los instrumentos adecuados para

recoger la información. Una vez definido el tipo de instrumento con el que se va a

trabajar sugerimos considerar lo siguiente:

1. Revisar la matriz de coherencia para tener muy claro el objetivo, las variables o

categorías de la investigación. Así se asegura que el instrumento se construya en

coherencia con las variables / categorías de estudio.

2. A partir de la matriz de coherencia elaborar otra matriz que permita organizar

los ítems o preguntas del instrumento, según variables o categorías.

objetivo Variables/categorías Indicadores / subcategorías

instrumento información

Instrumento Variables/categorías Indicadores / subcategorías

instrumento Ítem/pregunta

Un ítem o pregunta puede corresponder a un indicador o a varios indicadores. Del

mismo modo, pueden formularse varios ítems / pregunta para cada indicador. Lo

importante es que los ítems formulados recojan la información necesaria para

conocer el objeto de estudio y lograr el objetivo propuesto en la investigación.

3. Los ítems deben formularse en forma clara y concisa, sin ambigüedades.

Cuando se trata de entrevistas semi-estructuradas o el guión de focus group lo

recomendable son preguntas abiertas. En caso de cuestionarios se puede elegir

entre preguntas abiertas o cerradas. Un ejercicio para probar el ítem es que uno

mismo responda a la pregunta y analizar si la respuesta recoge la información

que se necesita. Al formular las preguntas evitar insinuar la respuesta que nos

gustaría oír o evitar dirigir la respuesta a nuestros intereses.

4. Para redactar los ítems es importante tener en cuenta a los sujetos a quienes

está dirigido el instrumento (edad, sexo, años de estudios, cultura). Asimismo,

cuidar el vocabulario que se utiliza para asegurar la comprensión de las preguntas

.5. Una vez formulado el listado de los ítems se procede a diseñar el instrumento.

Para ello, es necesario ordenar los ítems de acuerdo a criterios. Por ejemplo de

los más sencillos a los más complejos, de los más personales a los más

abstractos o viceversa. Se pueden organizar en áreas o secciones o se pueden

organizar de acuerdo a la estructura de los ítems (por ejemplo, en un cuestionario

primero las preguntas cerradas, y al final las preguntas abiertas). Ello supone

decidir la mejor manera de presentar las preguntas de acuerdo a los objetivos de

la investigación y los sujetos informantes. Asimismo, es momento de delimitar el

número de ítems lo que permitirá eliminar, integrar o construir ítems

6. Definido el orden de los ítems, se define el formato y la estructura del

instrumento. El formato debe permitir un fácil manejo y óptimo uso durante la

aplicación y organización de la información, más aun en casos que el instrumento

sea autoadministrado. El instrumento debe tener las siguientes partes:

Título: vinculado con el objeto de estudio

cuerdo a la información que se necesita

para organizar la información.

cación. En caso de ser un instrumento que se

autoadministra se debe cuidar mucho esta parte.

Cuidar la redacción y aspectos formales del instrumento (tipo de letra, espacios)

más aun cuando se trata de un cuestionario que es autoadministrado. La forma

de presentación del instrumento es importante para que el sujeto que lo utilice se

sienta motivado a responderlo. Por tanto, no debe ser de muchas páginas.

7. Planificar la administración del instrumento.

Solicitar permisos y explicar los objetivos del trabajo.

umento. Prever los espacios en donde se

aplicará el instrumento.

derar la disponibilidad de los sujetos.

estionarios, papeles, lapiceros,

entre otros, según sea el caso. En focus group se suele invitar algo para compartir

(café, galletas).

8. Concluida una primera versión del instrumento es necesario someterlos a

prueba (juicio de expertos, juicio de pares, aplicación a muestra similar – estudio

piloto). La prueba sirve para:

si realmente permiten recoger la información que buscamos recoger de

acuerdo al objetivo del trabajo.

a

cabalidad. Evaluar el vocabulario utilizado.

rden y secuencia de las preguntas.

sa utilidad para los objetivos de la

investigación.

tal (cuestionarios, grabadora, espacios).

untas cerradas, evaluar si las categorías

son exhaustivas y mutuamente excluyentes.

Para la prueba piloto:

Escoger una muestra similar a la muestra de estudio. Organizar la administración

del instrumento según las indicaciones dadas en el acápite 7. Después que el

instrumento ha sido sometido a prueba se debe revisar y reformular el

instrumento con las observaciones realizadas. Puede ayudar el siguiente cuadro

comparativo para dar cuenta de los cambios realizados.

Ítem o pregunta original Ítem o pregunta modificada

Razones del cambio

Con todo ello, el instrumento está listo para ser aplicado.

Bibliografía:

Briones, G. (1990). Formación de docentes en investigación. Módulos 1,2,3,4.

Secretaría Ejecutiva del Convenio Andrés Bello. Colombia: Litografías

CISE (1997). La investigación educativa para la innovación curricular. Módulo 2.

Lima: CISE PUC

Flick, Uwe (2004). Introducción a la investigación cualitativa. Madrid: Morata.

Vallés, M. (1997). Técnicas cualitativas de investigación social: reflexión

metodológica y práctica profesional. Madrid: Síntesis

1. PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIÓN

En: Aspectos Técnicos de los Sistemas de Información

http://fccea.unicauca.edu.co

Procesamiento de datos

Definición: Por procesamiento de datos se entienden habitualmente las técnicas

eléctricas, electrónicas o mecánicas usadas para manipular datos para el empleo

humano o de máquinas. Por supuesto, dado que se ha avanzado mucho en la

comparación entre computadoras y cerebros, ¿por qué no invertir la situación y

afirmar que el cerebro es capaz de procesar datos?

Datos

Definición: Un dato es un símbolo lingüístico o numérico que representa ya sea

algo concreto como abstracto. "1, 2, 3" son datos. En el momento de enlazar

datos. como por ejemplo, "1, 2, 3" = "ventas diarias de enero 1,2,3", los datos se

convierten en información. Es habitual confundir datos con información.

Podemos definir, primeramente, a un “sistema”, como el conjunto de individuos,

objetos, etc., interrelacionados que concurren a un mismo fin, es decir, que

realizan una misma función con un mismo propósito. Los integrantes se modifican

entre sí, y los agentes externos modifican al sistema.

Procesamiento: esta es la acción (cualquiera que sea), que se ejecuta, en este

caso sobre los datos, y que logra en ellos una transformación.

Entonces podemos concluir que el procesamiento de Datos es cualquier

ordenación o tratamiento de datos, o los elementos básicos de información,

mediante el empleo de un sistema.

Entonces se logra sobre los datos algún tipo de transformación. Es esta

transformación la que convierte al dato en información.

Entonces, ¿a partir de qué momento un dato pasa a ser información? Bueno a

partir del momento en que esos datos (procesados ya) llegan a ser útiles para

determinada persona.

Quién procesa los datos realiza un control de calidad sobre los mismos, pero

¿cómo sabe éste si finalmente su trabajo ha cumplido o no su objetivo? Mediante

recibir una respuesta inteligente del otro. Podemos entonces, resumir el sistema

de procesamiento de datos en el siguiente cuadro sinóptico:

Información adicional acerca de “Dato”:

Podemos definir a un dato como la principal unidad, la unidad más simple de la

información.

Una enciclopedia dice sobre el dato que es un documento (cualquier cosa,

especialmente escrita que ilustra o sirve para comprobar algo), fundamento

(principio, base u origen de una cosa; elemento básico), antecedente o noticia que

sirve de punto de partida en la investigación para obtener cualquier tipo de

información.

Es la representación convencional de ideas o hechos capaces de ser

comunicados o manipulados por medio de algún proceso. Es al primer término

necesario para formar idea de una cosa o deducir las consecuencias de algún

hecho.

Sin embargo, la decisión más precisa sobre “dato” es:

Es la representación de la observación de un atributo cualquiera sin ninguna clase

de proceso. Es decir que si se observa algo (señales, atributos), esa observación

es para el observador un dato. Hay que separar el concepto de dato del concepto

de información. El dato implica la observación pura, dato es la simple observación

de un hecho.

Introducción al Sistema de Procesamiento de Datos:

¿Para qué sirve Sistemas de Procesamiento de Datos?

Procesar datos es generar información para la toma de decisiones.

Para llegar a comprender la correcta definición de procesamiento de datos,

podemos hablar del modelo matemático. Esto es la representación de algo

mediante números y operaciones entre estos. ¿Para qué sirve el modelo

matemático? Por ejemplo, una venta no puede verse literalmente, entonces, el

modelo matemático hace una factura, que representa un acto de compra-venta.

Esta es la manera en que una situación que no puede representarse, se resuelve

usando un sistema. En realidad, esto se transmite en todos los órdenes de la vida.

Por ejemplo, los conocimientos que uno tiene son siempre relativos a un modelo.

Lo que tenemos que aprender de Sistema de Procesamiento de Datos son sus

elementos invariantes: dato, proceso y concepto de información. Todo eso

conforma un modelo.

El resto depende de nosotros y nuestra voluntad de hacer algo. Los datos los

ponemos nosotros, los programas los inventamos nosotros y los resultados,

nosotros los obtenemos. Es decir que el proceso empieza y termina con nosotros.

Entonces, podemos decir que procesar datos es:

Elaborar las normas administrativas necesarias para que el dato llegue al

proceso en tiempo y forma.

Saber qué se va a hacer con ese dato.

Cada proceso atiende a la obtención de una información determinada. Una vez

obtenido el proceso, alguien observa el resultado que obtuvo nuestro sistema y

analiza su coherencia (operación antes mencionada como “Control de calidad”).

Los datos y su proceso:

Un dato es todo aquello que ingresa en mi proceso. Todo proceso consta de

cuatro subprocesos constantes e invariables:

Ingreso (dato)

Memorización

Proceso

Salida (Información)

En un proceso pueden existir diferentes variaciones. Puede suceder que no haya

transformación de datos. Este caso se daría cuando, por ejemplo, ingreso una

lista, la cual ya, de hecho conforma una lista, pero al obtenerla ordenada para

imprimirla hay un proceso.

En este caso, la información prácticamente es el dato.

También puede haber muchos procesos con pocos datos, este sería el caso de un

programa de contabilidad, en el que los datos son ingresados una sola vez, pero

con esos se obtienen muchas informaciones diferentes (asientos, balances,

ajustes, etc.)

Ingreso de datos: se determina según la forma en la que los datos son ingresados

al sistema, se pueden clasificar de la siguiente manera:

-Manual: mediante teclado, medio magnético, medio óptico, scanner, cámara, o

cualquier medio por el cual el hombre interviene directamente en el ingreso de los

datos.

-Automático: interfase automática entre maquinas o al interior de estas.

La memorización es:

Automatizada: mediante software en un dispositivo de almacenamiento.

La salida: se refiere a la producción de la información que es útil para un usuario

determinado.

LAS VARIABLES

1. ¿Qué son las variables?

El concepto de variable es uno de los más importantes y de mayor difusión cuando

se hacen investigaciones científicas, pues casi no es posible hacer ningún avance

sin emplearlo profusamente. También es muy usado el concepto contrario:

constante.

Una variable es alguna propiedad que se asigna a los fenómenos o eventos de la

realidad susceptible de asumir dos o más valores, es decir, una variable es tal

siempre y cuando sea capaz de variar. Una variable que no varía no es variable,

es constante. En estricto sentido, una variable es un símbolo al que el investigador

asigna dos o más valores. Por ejemplo, sea A la variable, ésta puede variar en A1

y A2 que son los valores o niveles de variación de la variable. Si A es inteligencia,

A1 puede ser bajo nivel de inteligencia y A2 puede ser alto nivel de inteligencia.

Aquí se ve en forma clara cómo varía una variable.

Las variables no son entes de la realidad, no existen de modo independiente de la

conceptualización que de ellas hace el investigador. Las variables son constructos,

conceptos abstractos, construcciones hipotéticas que elabora el investigador en

los más altos niveles de abstracción, para poder referirse con ellos a determinados

fenómenos o eventos de la realidad; son denominaciones muy genéricas que

tratan de abarcar una amplia gama conceptual que permita al investigador

disponer de un referente teórico para aludir a determinados aspectos de la

realidad que estudia.

El investigador elabora sus propias variables cada vez que va a realizar una

investigación. Sin embargo, la tradición escrita en esta materia permite que las

variables usadas por otros investigadores, que previamente trataron los mismos

temas de estudio, sean de utilidad y puedan ser usados cuando se acometa la

empresa de realizar una investigación científica.

Así, los psicólogos han estudiado aquella manifestación de la conducta humana

de responder originalmente ante nuevos estímulos. Ellos la han llamado

inteligencia y empleando este constructo, muchos investigadores, han abordado el

estudio de sus características y de sus relaciones. Es más, se han elaborado

teorías acerca de la inteligencia, porque ella resulta ser uno de los fenómenos más

importantes en el campo de la psicología. Y si la psicología ya ha descrito este

fenómeno y lo ha denominado inteligencia quiere decir que es un aspecto digno de

seguir siendo estudiado por lo que los nuevos investigadores ya no necesitarán

elaborar un nuevo concepto para referirse a este fenómeno de la conducta

humana. La variable inteligencia es un concepto, una creación de la ciencia y se

emplea cada vez que los investigadores tratan de aproximarse para auscultar su

naturaleza o sus características.

En la pedagogía predomina la preocupación por conocer los resultados de la

acción del docente: el aprendizaje de los estudiantes. Los investigadores, para

conocer en mayor profundidad este fenómeno, han propuesto diversos conceptos

tales como rendimiento académico, aprendizaje, aprovechamiento en los estudios,

logro de objetivos, éxito académico, etc. Todos ellos se refieren al mismo

fenómeno y, por tanto, son las denominaciones con las que normalmente los

investigadores se refieren a esta variable.

En cambio, si un investigador no halla en la literatura un concepto que exprese el

fenómeno que pretende estudiar, tendrá que elaborar un concepto ad hoc, es

decir, tendrá que elaborar un constructo hipotético, el que posteriormente se

convertirá en la variable de estudio. Por ejemplo, si supuestamente no se

dispusiera de un concepto para hacer referencia a las expectativas que tienen los

estudiantes y a su empeño, esfuerzo o tenacidad para lograr éxitos académicos,

se tendría que elaborar el constructo motivación de logro que, obviamente, ya fue

elaborado por otros investigadores, pero que para efectos de la ejemplificación se

considera nuevo.

Cuando los investigadores hablan de variables en el campo de las ciencias

naturales, se remontan a sus orígenes matemáticos, por lo que tales variables

asumen cierto prestigio y aparecen como conceptos preestablecidos o

permanentes. Las variables que se elaboran en las ciencias de la conducta son

más recientes y no necesariamente deben adquirir connotaciones matemáticas.

Como se ha dicho, las variables no son entidades que existen en la realidad, sino

son conceptos elaborados con los que los investigadores tratan de aprehender

ciertos aspectos de la realidad. Las variables que se emplean, muy a menudo, en

la investigación socio–educativa, en lo que respecta al factor estudiante, entre

otras son las siguientes:

Psicológicas: inteligencia, personalidad, motivación de logro, ansiedad, hábitos

académicos, motivación, frustración, afectividad, ansiedad, desarrollo psicomotriz,

aprendizaje, aptitud verbal, agresividad, etc.

Sociológicas: cohesión social, sentido de pertenencia al grupo, liderazgo,

condición socio–económica, marginación, trabajo juvenil, lugar de residencia,

adecuación a situaciones nuevas, respeto a la normatividad, movilidad social,

preferencias políticas, creencias religiosas, etc.

Biológicas: sexo, edad, talla, contextura física, velocidad en la carrera, fuerza,

resistencia, velocidad, fijación de la lateralidad, etc.

Pedagógicas: éxito académico, hábitos de estudio, nivel de concentración,

estrategias cognitivas, métodos de enseñanza, estrategias de aprendizaje,

metodología activa, evaluación, currículo, nivel de escolaridad, deserción, etc.

En lo que respecta al factor docente, las variables son las siguientes: capacitación

profesional, actitudes hacia los alumnos, calidad del trabajo docente, nivel

profesional, aptitudes pedagógicas, creatividad, motivación, autoritarismo, y

muchas otras más.

En lo que respecta al factor entorno familiar, las variables son las siguientes:

apoyo familiar, participación de los padres de familia, condición socio– económica,

estructura de la familia, etc.

En lo que respecta al factor institucional, las variables son las siguientes: currículo,

infraestructura física, equipamiento, materiales didácticos, laboratorios, tipo de

gestión institucional, etc.

2. Clasificación de las variables

Para una mejor comprensión del concepto de variable, se requiere organizarlas y

clasificarlas. La clasificación es un proceso exhaustivo y excluyente que consiste

en ubicar, en una u otra categoría a los fenómenos que se clasifica. Pero no es

posible realizar ninguna clasificación si previamente no se establecen los criterios

según los cuales se debe realizar la clasificación. Para clasificar variables

conductuales, se proponen los siguientes criterios:

1° Por la función que cumplen en la hipótesis. Las variables son elementos

imprescindibles de las hipótesis. No se concibe ninguna hipótesis en la que no

estén presentes las variables. Las variables, según este criterio, pueden ser:

a) independientes,

b) dependientes, e

c) intervinientes.

En la hipótesis, algunas variables cumplen la función de supuestas causas y se

denominan independientes y otras cumplen la función de posibles efectos y se

denominan dependientes. Esto no significa que permanentemente unas variables

deben cumplir las mismas funciones, pues no siempre las variables son

independientes o dependientes, sino que una misma variable en una hipótesis

puede funcionar como variable independiente y en otra hipótesis puede funcionar

como variable dependiente.

Por ejemplo, en la siguiente hipótesis: Los niveles de ansiedad de los estudiantes

facilitan sus aprendizajes, la variable que aquí actúa como supuesta causa, es

decir, como variable independiente es niveles de ansiedad. Esta misma variable,

en otra hipótesis, puede actuar como variable dependiente, tal como puede verse

en el siguiente ejemplo: La actitud intolerante de los docentes, genera situaciones

de ansiedad en los estudiantes. Situaciones de ansiedad aquí es variable

dependiente, pues se considera un posible efecto de la variable independiente, en

este caso, la actitud de intolerancia de los docentes. En resumidas cuentas, una

misma variable puede actuar como independiente en algunos casos y como

dependiente en otros.

Para otros autores, las variables independientes son aquellas susceptibles de ser

manipuladas por el investigador y las variables dependientes son el resultado de la

manipulación de las variables independientes, es decir aquellas que siempre

reciben los efectos de las variables independientes. Creemos que esta distinción

entre variables independientes y dependientes, es válida sólo en los casos en que

se usa el método experimental para contrastar hipótesis o se trabaje con variables

activas, pues no siempre, con fines de investigación, es posible manipular

variables tales como el sexo o la inteligencia, pues no puede ser que, para

contrastar cierta hipótesis, los estudiantes del sexo masculino, vayan a ser

considerados como del sexo femenino, en un caso, y las del sexo femenino, vayan

a ser consideradas como del sexo masculino, en otro caso. Asimismo, se debe

tener en cuenta que en la investigación ex post facto, es totalmente imposible

manipular la variable independiente, pues los efectos ya ocurrieron por causa de

un factor que precisamente es el que se debe identificar en este tipo de

investigación.

Dentro de este criterio podría considerarse un tercer tipo, las variables

intervinientes que, efectivamente, producen efectos en la variable dependiente,

pero que estos efectos no son los deseados ni mucho menos esperados por el

investigador. Las variables intervinientes, al alterar o influir en los valores de las

variables dependientes, se comportan como variables independientes, pero no lo

son debido a que el investigador no las ha considerado como supuestas causas.

Las variables intervinientes, llamadas también variables extrañas, se presentan sin

que el investigador las haya advertido, ni mucho menos previsto su estudio. Si el

investigador no advierte que estas variables influyen en la dependiente, puede

ocurrir lo que Kerlinger denomina resultados espúreos en la investigación, es decir

resultados equivocados. Entonces, lo que el investigador debe hacer es trazar una

buena estrategia que le permita controlar o neutralizar la influencia no deseada de

tales variables.

2° Por su naturaleza. Según este criterio, las variables pueden ser:

a) atributivas, y

b) activas.

Se denomina variables atributivas porque las características que poseen las

personas o los objetos de estudio son consustanciales a su naturaleza, son

características que no pueden separarse de quienes las poseen. Inteligencia,

personalidad, éxito académico, hábitos de estudio, edad, sexo, peso, talla, etc.,

son, todas ellas, variables atributivas pues quienes las poseen las tienen como

cualidades personales o particulares, son inseparables de las personas que las

poseen, son sus atributos propios y, como es natural, no pueden manipularse.

Para estudiar este tipo de variable se debe emplear la observación. Por eso,

cuando se diseña la estrategia para probar las hipótesis de una investigación, se

debe tener en cuenta la naturaleza de las variables que se estudian y si las

variables son atributivas, no se podrá realizar ninguna manipulación y para

estudiarlas se deberán elaborar instrumentos de observación o de medición que

permitan recopilar información acerca de sus características.

En cambio, las variables activas no son consustanciales a la persona u objeto de

estudio. Por ejemplo, los métodos de enseñanza, el currículo de formación

profesional, el horario de clases, los profesores que se asignan para conducir los

cursos, la institución en la que se realiza la formación profesional, los materiales y

el equipamiento que se emplea, etc., son variables totalmente ajenas a la

naturaleza de los sujetos de estudio y por tanto, en estos casos, al diseñar

estrategias de contraste de hipótesis se deben aplicar técnicas de manipulación,

es decir, se puede ensayar distintos horarios de clase, aplicar diversos tipos de

currículo o poner en práctica diversos métodos de enseñanza para establecer sus

efectos sin afectar, con tales tratamientos, la esencia de las personas. Este tipo de

variables puede, según los casos, estimarse cualitativa o cuantitativamente.

3° Por la posesión de la característica. Según este criterio, se distinguen dos tipos

de variables:

a) categóricas, y

b) continuas.

En las variables categóricas, las características que poseen unos sujetos son

distintas a las características que poseen otros sujetos; y entre una y otra

situación, existe lo que se llama solución de continuidad. Por ejemplo, cuando la

variable varía en: “vivo” o “muerto”, existe una situación de estar vivo y otra

situación de estar muerto, es decir, hay un punto de ruptura entre las

características del vivo con respecto a las características del muerto, pues las

características del vivo son totalmente distintas de las características del muerto,

así como las características del muerto son totalmente distintas a las

características del vivo. La distinción entre vivo y muerto es completamente clara,

terminante y de ahí su nombre: categórica.

En este caso es imposible confundir y no saber si alguien está vivo o está muerto,

porque la evidencia es de claridad meridiana. Lo mismo ocurre con el género,

pues resulta evidente que alguien es hombre o mujer. Tanto hombre como mujer

son sujetos que ostentan características diferentes, inconfundibles.

Cuando se estudian variables categóricas no es necesario emplear instrumentos

de medición, pero sí instrumentos de observación o constatación, cuando sea

necesario, para distinguir unas de otras características y luego constatar una u

otra situación. El resultado de estas observaciones no se puede expresar en

cifras, ni mucho menos en cifras decimales, porque alguien no puede, por ejemplo,

estar muerto en 2,56 puntos, pues es imposible medir la condición de estar vivo o

estar muerto. Se asigna la condición de vivo o muerto como resultado de una

constatación fáctica de una situación que es, a todas luces, evidente. Los

instrumentos que se aplican para estudiar este tipo de variable son, entonces, las

pruebas de observación, el análisis documental, la lista de cotejo, entre otros.

Las siguientes son variables categóricas: sexo, nacionalidad, estado civil, lugar de

residencia, opción ideológica, tipo de gestión institucional, etc. Los valores que

adquieren todas ellas son evidentes y se pueden constatar en los hechos. Por

ejemplo, alguien es soltero, o casado, o viudo o divorciado, y no puede ser que

algunas veces sea soltero y otras sea casado. Tampoco puede ser el caso que

alguien esté en el término medio entre ser soltero o casado, que haya una

continuidad entre estos dos niveles de variación. Para constatar que alguien es,

por ejemplo, casado, habrá que ver su partida de matrimonio, es decir, por la vía

del análisis documental se puede constatar su estado civil.

Para efectos de sistematización de los datos o de presentar la información

recopilada luego del trabajo de campo, las variables categóricas no pueden

convertirse en continuas.

En cambio, cuando se estudian variables continuas, se observa que todos los

sujetos poseen la misma característica y la variabilidad de la variable radica en

que unos sujetos poseen dicha característica en mayor medida y otros la poseen

en menor medida. Por ejemplo, tratándose de la inteligencia, se puede decir que

todos los seres humanos poseen la característica de ser inteligentes, y la

variabilidad radica entonces que unos sujetos tienen mayor inteligencia y los otros

también tienen inteligencia pero en menor medida. En este caso, la variable varía

en términos de considerar que unos sujetos son más inteligentes que otros.

Por eso es que las variables continuas no pueden constatarse, sino medirse. Es

más, las variables categóricas se muestran de manera evidente, mientras que, por

ejemplo, la inteligencia, requiere ser medida para poder decir quién es más o

menos inteligente. La medición de las variables continuas puede ser más o menos

exacta, dependiendo de la calidad del instrumento de medición que se aplique.

Para medir la variable inteligencia, se deberá elaborar previamente una escala

para medirla. Esta escala será más precisa si sus unidades pueden dividirse en

sub múltiplos, así por ejemplo, el resultado de la medición de la inteligencia se

puede expresar en fracciones decimales: coeficiente intelectual de 106,75, en la

escala que se usa para medir la inteligencia o el éxito académico de un estudiante

que obtiene 17,84 en un escala vigesimal de intervalo.

Para presentar la información recogida con respecto a las variables continuas,

éstas pueden convertirse en categóricas: tratándose del rendimiento académico,

en vez de presentar la diversidad de notas o puntuaciones alcanzadas por los

estudiantes en la escala vigesimal, se puede simplemente decir que unos están

aprobados mientras que otros están desaprobados, con lo que la variable

rendimiento académico asume la típica apariencia de variable categórica.

Las siguientes son variables continuas: rendimiento académico, inteligencia,

motivación por los estudios, competencia profesional docente, ansiedad,

autoritarismo, apoyo familiar, condición socioeconómica, talla, peso, etc. Por ser

continuas, todas estas variables pueden medirse y los resultados de la medición

se expresan con valores numéricos, como no podría ser de otra manera. Los

investigadores previamente deben haber elaborado las respectivas escalas para

medir tales variables. En dichas escalas es posible que cada intervalo de la escala

se divida en intervalos más pequeños, como se trata de expresar en el siguiente

gráfico:

x

|——|——|——|——|——|——|-|-|-|-|——|——|——|

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Gráfico N.° 188

En esta escala de 10 intervalos, el intervalo comprendido entre el 6 y el 7 se ha

dividido en partes iguales. Así, si el resultado de un proceso de medición cayera

en el punto señalado por el aspa, se puede decir que el resultado de esta

medición es 6,3, por ejemplo.

4° Por el método de medición de las variables. Atendiendo a este criterio, las

variables pueden ser:

a) cuantitativas, y

b) cualitativas.

Se denominan variables cuantitativas cuando pueden medirse en escalas

numéricas, como por ejemplo, la escala de inteligencia, la escala de éxito

académico, la escala de ansiedad, etc. La tradición científica de occidente se

distingue por la búsqueda de sistemas de medición de los fenómenos que se

observan y así, la medición es más precisa, como en el caso de la medición del

tiempo o del espacio que, por el avance científico, es posible expresar sus valores

en fracciones infinitamente pequeñas. En cambio, otros fenómenos o variables,

especialmente las que se estudian en las ciencias sociales, aún no pueden ser

medidos con la exactitud con la que se mide el tiempo o el espacio y sólo se

dispone de sistemas o instrumentos que permiten expresar la magnitud de la

inteligencia o el aprendizaje, por ejemplo, sólo en forma de aproximaciones más o

menos exactas, lo que no significa negar la posibilidad de medir tales variables.

Las variables cuantitativas pueden expresarse numéricamente en términos de

cantidades. Son variables cuantitativas, la inteligencia, el nivel de rendimiento

académico, la talla, el peso, la edad, la motivación por los estudios, la condición

socioeconómica, los niveles de deserción, la calidad del currículo, etc. Las

variables cuantitativas, para efectos de mejorar la presentación de los datos,

pueden convertirse en cualitativas, es decir, sufren lo que algunos autores llaman

un proceso de degradación. Por ejemplo, el nivel de rendimiento académico,

medido con una escala vigesimal, para efectos de un mejor análisis, puede

expresarse en términos de aprobado o desaprobado, lo que ya es una forma de

cualificación. La inteligencia, medida en una escala de muchos intervalos y

expresada en forma de un coeficiente, puede ser también expresada en términos

de inteligencia superior a la normal o inferior a la normal, es decir,

cualitativamente.

En cambio, existen otras variables que no pueden medirse cuantitativamente y

sólo pueden estimarse cualitativamente. Son las variables cualitativas. Los valores

de estas variables se expresan con denominaciones tales como soltero, casado,

conviviente, viudo, divorciado, para referirse, en este caso, al estado civil de las

personas. No es necesario expresar cuantitativamente cada una de estas

situaciones, sino intrínsecamente estos valores tienen su propia significación y no

quiere decir que la situación de casado implique mayor cantidad que la situación

de ser soltero o conviviente. Son variables cualitativas, el sexo, las opciones

ideológicas, el estado civil, la procedencia, la nacionalidad, el lugar de residencia,

etc. Estas variables cualitativas no pueden convertirse en variables cuantitativas.

5° Por el número de valores que adquieren. Las variables, por el número de

valores que adquieren, pueden ser:

a) politomías, y

b) dicotomías.

Las politomías varían en más de dos valores. Estos valores pueden ser muchos o

pocos. En el caso de las variables continuas, por ejemplo, el número de valores de

dichas variables es tanto como el número de múltiplos o sub múltiplos que posea

la escala según la cual se mide: es el caso de la edad que puede expresarse en

años, meses, días, minutos o segundos, o de la longitud, que puede medirse en

metros, centímetros o milímetros. Estas variables poseen muchos valores.

En cambio, las dicotomías son variables que varían sólo en dos valores. Por

ejemplo, vivo o muerto, masculino o femenino. Sin embargo, en la investigación de

la conducta se suele convertir politomías en dicotomías con la finalidad de mejorar

la estrategia para contrastar hipótesis, pues con sólo dos niveles de variabilidad se

incrementan las posibilidades de lograr mayor precisión en el estudio de tales

variables. Por ejemplo, una politomía natural como es el éxito académico, que se

expresa en una escala de intervalo de diez, veinte, cincuenta, cien o más valores,

puede finalmente ser expresada como una dicotomía, cuando se habla de

aprobados o desaprobados. Así pues, una politomía puede convertirse en una

dicotomía, pero una dicotomía no puede convertirse en politomía.

Es muy raro hallar dicotomías naturales, sin embargo la condición de ser nacional

o extranjero, alfabeto o analfabeto, rural o urbano, hombre o mujer, son algunas

dicotomías naturales muy usadas en la investigación de la conducta.

3. Operacionalización de variables

3.1. Connotación y denotación

El lenguaje es para el hombre una herramienta muy útil y variada y

cumpledistintas funciones. Las principales funciones del lenguaje son la función

estética, la

función metalingüística, la función connotativa y la función denotativa. Por lo

general, el hombre hace uso de la función connotativa. Usar el lenguaje

connotativamente es hacer referencia a los fenómenos de la realidad, pero

añadiendo la experiencia del hablante. Como consecuencia del uso del lenguaje

en la función connotativa, se pueden definir conceptualmente las variables que se

estudian. Este tipo de definición conceptual, funciona básicamente añadiendo

conceptos conocidos a otros desconocidos y de este modo se aclara o se amplía

el campo semántico de los conceptos que no son conocidos. Por ejemplo se

puede definir níveo, como blanco o la cualidad de blanco. En este caso, el

concepto desconocido: níveo, se asocia al concepto conocido: blanco y así se

logra comprender su significado.

Sin embargo, hablar connotativamente no es lo recomendado en la ciencia. El

hombre de ciencia necesita comunicarse con otros miembros de su comunidad

con precisión, objetividad, exactitud y sin ambigüedades. Por eso en la ciencia se

usa otra función del lenguaje: la denotación que consiste en usar el lenguaje

haciendo referencia a los hechos o fenómenos sólo en términos objetivos,

observables, operables. El lenguaje científico–técnico demanda imparcialidad y

objetividad al hombre de ciencia, por eso se usan términos elaborados

denotativamente.

3.2. Intención y extensión

El científico elabora constructos teóricos que en cierta medida constituyen

categorías para comprender los fenómenos que estudia. Naturalmente, este

primer esfuerzo para identificar variables exige pensar en los mayores niveles de

abstracción.

Sin embargo, se puede afirmar que las variables son características observables

de algo y susceptibles de cambio o variación con relación al mismo o diferentes

objetos y, naturalmente, para expresarse en varias categorías: blanco y negro son

categorías de color; masculino y femenino son categorías de género; ricos y

pobres son categorías de condición social.

El científico, en su afán de identificar las variables que le permiten comprender la

realidad que estudia, algunas veces actúa en el plano concreto mientras que en

otras oportunidades está obligado a pensar la realidad en los mayores niveles de

abstracción. Abstracción y concreción son extremos de un mismo proceso mental

de percepción de la realidad, de lo que se deriva que las variables tienen dos

elementos fundamentales:

a) la intención, y

b) la extensión.

La intención se refiere al contenido del término, al conjunto de propiedades o

relaciones que comprende. En cambio, la extensión es la amplitud del término y

está en función del conjunto de sujetos a los que se aplica o puede aplicarse el

término. Según esto, la mayor o menor intención o extensión de los términos

determina su grado de abstracción o concreción, es decir, de su separación o

cercanía con respecto de la realidad depende que sean más concretos o más

abstractos los términos.

Cuando el investigador se ubica en el plano concreto, la extensión es mínima y

máxima la intención. Sucede todo lo contrario cuando se ubica en el plano

abstracto en donde la extensión es máxima y mínima la intención. Los conceptos

“humanidad” y “Sócrates”, ejemplifican esta situación. Humanidad es un concepto

de máxima extensión y mínima intención, y por lo tanto más abstracto. En cambio

“Sócrates” es todo lo contrario. Tiene mayor intención y menor extensión.

Para ejemplificar el caso, Sierra Bravo, analiza los siguientes conceptos: “clase

social”, “clase alta” y “directores y grandes empresas”. Cada uno de estos

términos está planteado en un nivel específico de abstracción: “Clase social” está

pensada a un nivel general, es el más abstracto y por tanto, el de mayor amplitud

en cuanto a contenido y extensión. “Clase alta”, corresponde a un nivel intermedio,

mientras que “directores de grandes empresas” pertenece a un nivel muy concreto

y hasta se diría empírico. Éste es un concepto de muy poca extensión pero de

mayor intención.

Los conceptos con los que el investigador se refiere a la realidad son los nombres

de las variables. De aquí radica su importancia en la investigación. Los nombres

de las variables son tan importantes como lo son las hipótesis. Éstas no podrían

existir sin aquellas y los conceptos aislados no tendrían mayor relevancia si no se

hallan relacionados entre sí. Por eso se dice que la ciencia es un sistema

básicamente conceptual y es en esta medida en que deben comprenderse, tanto

las hipótesis como las variables.

3.3. Niveles de abstracción y concreción

El investigador, para referirse a los fenómenos de la realidad, elabora variables.

Para ello parte del nivel concreto y asciende hacia el nivel abstracto. Elaborar

variables es pues abstraer conceptos concretos. Sin embargo, cuando el

investigador dispone de conceptos abstractos, muy difícilmente los puede

manipular, observar u operar. Entonces requiere trabajar empleando conceptos

concretos y debe recorrer el camino inverso: debe ir de lo abstracto a lo concreto.

Por eso se dice que operacionalizar variables es un proceso que consiste en partir

de lo abstracto para llegar a lo concreto. En otras palabras, operacionalizar

variables es un proceso que consiste en concretar conceptos abstractos. El

siguiente gráfico ilustra mejor lo dicho:

Nivel de lo abstracto Proceso de elaboración

de variables

Gráfico N.° 2

Proceso de

operacionalización de variables

Nivel de lo concreto

Gráfico N.° 2

Los científicos, al estudiar las variables necesitan ubicarse, una veces, en el nivel

de lo abstracto, como cuando deben elaborar variables o bien necesitan ubicarse

en el nivel de lo concreto, como cuando deben manejar u operar las variables. No

es posible que los hombres de ciencia se sitúen en un solo nivel. Para trabajar con

las variables, es decir cuando se hallan en el nivel abstracto y necesitan referirse a

los fenómenos en forma más concreta operacionalizan las variables, con lo que

consiguen mayor fluidez en la comunicación con los miembros de la comunidad

científica a la que pertenecen.

En efecto, los científicos necesitan comunicarse entre sí y lo hacen a través del

lenguaje. Pero como el lenguaje sirve al hombre para los más diversos usos, el

común de las personas emplea el lenguaje sin preocuparse tanto por la precisión.

Las formas coloquiales del lenguaje son usadas por el común de los seres

humanos para comunicarse con los miembros de su entorno familiar en el que no

se exige formalidad ni mucha precisión, antes bien se reclama afectividad y ciertas

dosis de subjetividad. Naturalmente esta forma de usar el lenguaje no es

conveniente para la ciencia, por lo que ésta trata de elaborar formas de

comunicación más precisas y efectivas, asignando significados unívocos a los

términos y tratando de evitar todo tipo de ambigüedad. Los científicos requieren

usar el lenguaje en niveles de precisión muy altos para evitar las ambigüedades

del lenguaje coloquial. Lo que tratan los científicos es elaborar un lenguaje capaz

de facilitar la comunicación y esto sólo se logra operacionalizando los conceptos

cuyo empleo requieren.