tarea jesus y el cielo

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Paredes Montes de Oca Elizabeth del Socorro Unidad 2 El cielo Tutor: José Humberto García Puerta Semana del 27 de diciembre al 03 de enero 2011 Jesús nos habla del cielo. Nos habla del cielo como promesa del Padre. El cielo es una comunión perfecta con Dios Trino, con María, los ángeles y los santos. Jesús nos dice que el cielo será una recompensa. Nos da imágenes del cielo, (metáforas): Casa del Padre: Lugar de encuentro definitivo con él, donde se encuentra uno a gusto. Boda y banquete: Encuentro feliz y amoroso entre Dios y el hombre. Paraíso: Regresar al origen feliz antes del pecado. La nueva Jerusalén: Una ciudad nueva, contemplación de Dios. El Reino de Dios: Lugar de la majestad y entera voluntad de Dios. Jesús es el camino al cielo. La vida es una sola, y toda la vida proviene de Dios. El sacrificio de Cristo asume valor perfecto y definitivo, nos abre la posibilidad de ir al cielo, de volver al Padre. El pecado en la contradicción a la voluntad de Dios, y por él se da la ausencia de vida. Dios no crea al hombre para morir, y lo reivindica por medio de su Hijo. Su Hijo asume la carne humana, para redimirla, divinizarla, es decir regresarla al estado de gracia e imagen y semejanza de Dios. El hombre puede o no aceptar a Cristo, si lo acepta, debe convertirse, es decir, dejar la vida de pecado, vivir la vida de Cristo (cristocentrismo) y bautizarse, es decir morir con él para vivir eternamente con él.

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El cielo

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Page 1: Tarea Jesus y El Cielo

Paredes Montes de Oca Elizabeth del Socorro Unidad 2 El cielo

Tutor: José Humberto García Puerta Semana del 27 de diciembre al 03 de enero 2011

Jesús nos habla del cielo.Nos habla del cielo como promesa del Padre.El cielo es una comunión perfecta con Dios Trino, con María, los ángeles y los santos.Jesús nos dice que el cielo será una recompensa.Nos da imágenes del cielo, (metáforas):Casa del Padre: Lugar de encuentro definitivo con él, donde se encuentra uno a gusto.Boda y banquete: Encuentro feliz y amoroso entre Dios y el hombre.Paraíso: Regresar al origen feliz antes del pecado.La nueva Jerusalén: Una ciudad nueva, contemplación de Dios.El Reino de Dios: Lugar de la majestad y entera voluntad de Dios.

Jesús es el camino al cielo.La vida es una sola, y toda la vida proviene de Dios.El sacrificio de Cristo asume valor perfecto y definitivo, nos abre la posibilidad de ir al cielo, de volver al Padre.El pecado en la contradicción a la voluntad de Dios, y por él se da la ausencia de vida.Dios no crea al hombre para morir, y lo reivindica por medio de su Hijo. Su Hijo asume la carne humana, para redimirla, divinizarla, es decir regresarla al estado de gracia e imagen y semejanza de Dios.El hombre puede o no aceptar a Cristo, si lo acepta, debe convertirse, es decir, dejar la vida de pecado, vivir la vida de Cristo (cristocentrismo) y bautizarse, es decir morir con él para vivir eternamente con él. Desde nuestro bautismo vivimos ya una nueva vida.Nuestra vida temporal tiene continuidad en la vida definitiva, porque una sola es la vida.En nuestra vida temporal construimos la otra.La salvación, la vida eterna, el cielo, es la participación de la naturaleza de Dios, la posesión de él, que se da en grado imperfecto en esta vida temporal pero que tiende al grado sumo en la vida definitiva, es decir, el cielo lo vivimos en la tierra, en grado limitado, si seguimos las enseñanza evangélicas, participamos de los sacramentos que nos dan gracia (Dios mismo que se nos da) y vivimos como “alter Christi”.Los místicos, tienen un acercamiento anticipado con el cielo, porque en esta vida temporal gozan de ver a Dios cara a cara, pero sin duda, tendrán limitantes porque aun no acceden a la vida eterna, es decir no han muerto a su vida temporal para acceder sin accidentes a la presencia de Dios, y a su definitiva contemplación.

Veremos a Jesús en el cielo.

Page 2: Tarea Jesus y El Cielo

Los creyentes en cuanto amados de modo especial por el padre, son resucitados con Cristo y hechos ciudadanos del cielo.Las creaturas experimentan la paternidad de Dios, rico en misericordia a través del amor del Hijo de Dios, el cual, como Señor, está sentado en los cielos a la derecha del Padre.Así pues, la participación en la completa intimidad con el Padre, después de nuestra vida terrena, pasa por la inserción en el misterio pascual de Cristo. El cielo no es una abstracción ni un lugar físico entre nubes, sino una relación viva y personal con Dios Trino.El encuentro con el Padre, se realiza en Cristo resucitado, gracias a la comunión del Espíritu Santo.Hoy en nuestra vida temporal podemos anticiparnos limitadamente al gozo de la intimidad con Dios, acercándonos a los sacramentos, especialmente a la Eucaristía, mediante la caridad. Si sabemos gozar de los bienes que el Señor nos regala cada día, experimentaremos la alegría y la paz que un día gozaremos.