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Diferencias entre los eucariotas y los procariotas Las células de los animales, las plantas y los hongos son eucariotas (del griego, «núcleo verdadero»), mientras que las de las bacterias y las cianobacterias son procariotas (del griego, «núcleo primitivo»). Además de carecer de un núcleo y de otros orgánulos, los procariotas poseen un ribosoma más pequeño (el ribosoma 70S); asimismo, la mayoría de las bacterias poseen una pared celular de peptidoglucano cuya estructura es semejante a una malla que rodea a las membranas para protegerlas del entorno. Las bacterias son capaces de sobrevivir (y, en ciertos casos, incluso de proliferar) en el seno de unos ambientes hostiles en los que la presión osmótica extracelular es tan baja que provocaría la lisis de la mayoría de las células eucariotas, o bien en presencia de temperaturas extremas (tanto de frío como de calor), en un ambiente seco y con fuentes de energía diversas y exiguas. Las estructuras y las funciones bacterianas han sufrido un proceso evolutivo con el fin de adaptarse a estas condiciones adversas. Diferencias entre los procariotas Las bacterias pueden distinguirse entre sí por su morfología (tamaño, forma y características de tinción) y sus propiedades metabólicas, antigénicas y genéticas. Aunque es difícil diferenciar a las bacterias en función de su tamaño, estas presentan formas diferentes. De este modo, una bacteria esférica (p. ej., Staphylococcus) es un coco; una bacteria en forma de bastoncillo (p. ej., Escherichia coli) es un bacilo, y Treponema, que tiene forma helicoidal, es un espirilo. Asimismo, las especies de Nocar-día y Actinomyces poseen unos filamentos ramificados semejantes a los que se observan en los hongos. Algunas bacterias forman agregados, como los cúmulos arracimados de Staphylococcus aureus o el diplococo (dos células juntas) habitual en las especies de los géneros Streptococcus y Neisseria. La tinción de Gram es una prueba útil y de fácil realización que permite al médico diferenciar las dos principales clases de bacterias con el objeto de

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Diferencias entre los eucariotas y los procariotas

Las células de los animales, las plantas y los hongos son eucariotas (del griego, «núcleo verdadero»), mientras que las de las bacterias y las cianobacterias son procariotas (del griego, «núcleo primitivo»). Además de carecer de un núcleo y de otros orgánulos, los procariotas poseen un ribosoma más pequeño (el ribosoma 70S); asimismo, la mayoría de las bacterias poseen una pared celular de peptidoglucano cuya estructura es semejante a una malla que rodea a las membranas para protegerlas del entorno. Las bacterias son capaces de sobrevivir (y, en ciertos casos, incluso de proliferar) en el seno de unos ambientes hostiles en los que la presión osmótica extracelular es tan baja que provocaría la lisis de la mayoría de las células eucariotas, o bien en presencia de temperaturas extremas (tanto de frío como de calor), en un ambiente seco y con fuentes de energía diversas y exiguas. Las estructuras y las funciones bacterianas han sufrido un proceso evolutivo con el fin de adaptarse a estas condiciones adversas.

Diferencias entre los procariotas

Las bacterias pueden distinguirse entre sí por su morfología (tamaño, forma y características de tinción) y sus propiedades metabólicas, antigénicas y genéticas. Aunque es difícil diferenciar a las bacterias en función de su tamaño, estas presentan formas diferentes. De este modo, una bacteria esférica (p. ej., Staphylococcus) es un coco; una bacteria en forma de bastoncillo (p. ej., Escherichia coli) es un bacilo, y Treponema, que tiene forma helicoidal, es un espirilo. Asimismo, las especies de Nocar-día y Actinomyces poseen unos filamentos ramificados semejantes a los que se observan en los hongos. Algunas bacterias forman agregados, como los cúmulos arracimados de Staphylococcus aureus o el diplococo (dos células juntas) habitual en las especies de los géneros Streptococcus y Neisseria. La tinción de Gram es una prueba útil y de fácil realización que permite al médico diferenciar las dos principales clases de bacterias con el objeto de instaurar un tratamiento. Se colocan sobre un portaobjetos bacterias fijadas por calor o secadas de algún otro modo y se tiñen con cristal violeta; a continuación, se añade una solución yodada que actúa como mordiente y luego se realiza un lavado con un agente decolorante (acetona) y agua con el fin de eliminar el colorante no fijado. Posteriormente se cubre con un colorante de contraste, safranina, para teñir de rojo las células que no hallan retenido el cristal violeta. Todo este proceso tiene una duración inferior a 10 minutos. En las bacterias grampositivas, las cuales se tiñen de color púrpura, el colorante queda atrapado en la capa de peptidoglucano (una estructura entrecruzada y gruesa que tiene forma de malla y rodea a la célula). En cambio, las bacterias gramnegativas presentan una delgada capa de peptidoglucano incapaz de retener el colorante cristal violeta, por lo que las células se tiñen con el colorante de contraste y adquieren un color rojo. Una regla nemotécnica para recordarlo es «P-PÚRPURA-POSITIVO». La tinción de Gram no es una prueba fiable de tinción de bacterias en medios de cultivo con escasos nutrientes (p. ej., cultivos viejos o en fase estacionaria) o tratados con antibióticos debido a la degradación del peptidoglucano por parte de estos fármacos. la

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membrana se encuentra tapizada de filamentos proteicos tipo actina, los cuales participan en la determinación de la forma de la bacteria y el lugar de formación del tabique en la división celular. Estos filamentos son característicos de los treponemas, unas bacterias con forma helicoidal, si bien se han descrito recientemente en otros grupos bacterianos.

VIRUS

Los virus son las partículas infecciosas de menor tamaño, con un diámetro que oscila entre los 18 hasta casi los 300 nm (el tamaño de la mayor parte de los virus es inferior a 200 nm y no pueden visualizarse mediante el microscopio óptico). Se han descrito más de 25 familias víricas que contienen más de 1.550 especies de virus, muchas de las cuales se asocian a enfermedad en el ser humano. Los virus están formados por ácido desoxirribonucleico (ADN) o ácido ribonucleico (ARN) (no por ambos a la vez) así como por las proteínas necesarias para su replicación y patogenia. Estos componentes se encuentran rodeados por una capa de proteínas, asociada o no a una envoltura membranosa lipídica. Estos microorganismos son verdaderos parásitos cuya replicación exige la existencia de unas células antrionas. La naturaleza de las manifestaciones clínicas de la enfermedad depende de las células infectadas y de los resultados de la infección. La infección puede ocasionar una replicación rápida y la destrucción celular, o dar lugar a una relación crónica latente en la que puede ocurrir que la información genética del virus se integre en el genoma del organismo anfitrión. Se conocen tan sólo parcialmente los factores que determinan estas posibles opciones. Por ejemplo, en la infección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el cual es el agente etiológico del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), puede provocar una infección latente de los linfocitos CD4 o una replicación activa con destrucción de estas células de gran importancia para el sistema inmunitario. Asimismo, la infección puede propagarse a otras células susceptibles (p. ej., las células microgliales del cerebro), lo que ocasiona la aparición de las manifestaciones neurológicas del SIDA. Por tanto, las enfermedades causadas por virus pueden variar desde un resfriado común y episodios de gastroenteritis hasta cuadros clínicos mortales como la rabia, el ébola, la viruela y el SIDA.

BACTERIAS

Las bacterias poseen una estructura relativamente simple. Son microorganismos procariotas, es decir, unos microorganismos unicelulares sencillos, sin membrana nuclear, mitocondrias, aparato de Golgi ni retículo endoplásmico que se reproducen por división asexual. La pared celular que rodea a las bacterias es compleja, y existen dos formas básicas: una pared celular grampositiva con una gruesa capa de peptidoglucano y una pared celular gramnegativa con una delgada capa de peptidoglucano, así como una membrana externa (en el capítulo 3 se describe en mayor medida esta estructura). Algunas bacterias carecen de pared celular y compensan su ausencia sobreviviendo tan sólo en el interior de células del organismo anfitrión o en un ambiente hipertónico. Para realizar una clasificación preliminar de las bacterias se utiliza su tamaño (de 1 a 20 Jim o más),

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forma (esferas, bastoncillos, espirales) y disposición espacial (células aisladas, en cadenas y formando cúmulos); mientras que su clasificación definitiva se refiere a sus propiedades fenotípicas y genotípicas. El organismo humano está habitado por miles de especies bacterianas distintas; mientras algunas mantienen una relación parasitaria temporal, otras habitan en el ser humano de manera permanente. También se encuentran bacterias en el ambiente, como el aire que se respira, el agua que se bebe y los alimentos que se comen; aunque muchas de ellas son relativamente avirulentas, otras son capaces de provocar enfermedades potencialmente mortales. La enfermedad puede deberse a los efectos tóxicos de los productos bacterianos (toxinas) o bien a la invasión de regiones corporales que acostumbran a ser estériles.

HONGOS

A diferencia de las bacterias, la estructura celular de los hongos es más compleja. Son microorganismos eucariotas que poseen un núcleo bien definido, mitocondrias, aparato de Golgi y retículo endoplásmico. Los hongos pueden existir en una forma unicelular (levadura) capaz de replicarse de manera asexual, o en una forma filamentosa (moho), capaz de replicarse de forma tanto asexual como sexual. La mayor parte de los hongos existen en forma de levadura o bien en forma de moho. Sin embargo, algunos de ellos pueden adoptar ambas morfologías; se trata de los llamados hongos dimórficos, como Histoplasma, Blastomyces y Coccidioides.

PARÁSITOS

Los parásitos son los microorganismos con mayor grado de complejidad. Aunque todos los parásitos se clasifican como eucariotas, algunos son unicelulares y otros son pluricelulares. Su tamaño oscila desde diminutos protozoos de 1-2 nm de diámetro (es decir, el tamaño de muchas bacterias) a los artrópodos y cestodos que llegan a medir hasta 10 m de largo. De hecho, resulta difícil imaginar cómo pudo clasificarse a estos microorganismos como «microbios» teniendo en cuenta el tamaño de algunos de ellos. Su ciclo de vida es, igualmente, complejo, de forma que algunos establecen una relación permanente con el ser humano y otros atraviesan un conjunto de etapas de desarrollo en una serie de anfitriones animales. Una de las dificultades a que deben enfrentarse los estudiantes es no sólo comprender el conjunto de enfermedades causadas por los parásitos, sino también conocer la epidemiología de estas infestaciones (la cual es fundamental para entender el modo de controlarlas y prevenirlas).

Referencia: Microbiología Medica. Murray Patrick. Ed. ELSEVIER 5ta en Ingles.

Alumno: Sánchez Lomelí Martín Alfredo