suplemento cultural contenido 20-10-12

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Maracay, Sábado 20 de octubre de 2012 ALBERTO HERNÁNDEZ Crónicas del Olvido Rana , de Mo Yan 1.- U no lee Rana (traducción de Yifan Li, editado por Cora Tiedra, a través de la Editorial Kailes, Madrid 2011), del recién conocido escritor chino, Premio Nobel de Literatura, Mo Yan, como quien lee una cartilla. Es un libro cuyo na- rrador da muestras claras de que estuvo sometido a decir pocas cosas por la vie- ja censura comunista del in- menso país asiático. No obs- tante, dados los cambios en la nomenclatura china, Mo Yan destiló, gota a gota, muchas de las perversiones cometidas por quienes guia- ban desde Beijing los destinos de esa poderosa administra- ción política. Es un libro de una abruma- dora sencillez. Esta novela corta de Mo Yan es la primera que se traduce al español di- rectamente del chino, porque las anteriores han sido verti- das del inglés o de otro idioma occidental, de modo que esta- mos en presencia de una lec- tura más cercana a la realidad de quien acaba de ser recono- cido con el máximo galardón de las letras mundiales. Y digo cartilla porque nuestra igno- rancia acerca de tantas cosas que sucedieron en esa nación en la década de los años cin- cuenta, que es cuando el escri- tor comenzó a ambientar la obra, es casi oceánica pese a informaciones que se filtran. Se trata de un período en el que se sentía una de las hambru- nas más inhumanas provoca- das por los delirios de un tipo llamado Mao Zedong, quien se encargó de llevar al máximo su idiotez ideológica hasta los límites más terribles, entre ellos la llamada Revolución Cultural. Mo Yan concentra su aten- ción en el tema del control de la natalidad ordenado por el Gobierno, pero alrededor de ese clima muestra una serie de tópicos que caracterizaron a la China de esos durísimos años de hambre y represión comunis- ta. Por ejemplo, la muerte de las clases sociales obtuvo rango de verdadera presencia de clases en la división que impuso el Es- tado Rojo mediante el goce de privilegios de parte de los fun- cionarios, la claque burocráti- ca, la apegada al Partido Comu- nista. Así lo dice el autor "…Tres eran los tipos de trabajadores: campesinos pobres, trabajado- res independientes o campesi- nos de un nivel mediano y tra- bajadores con tierras o campe- sinos con riquezas". Estos últi- mos, generalmente mal vistos, eran los que realmente mante- nían el país. Así, los funciona- rios y jefes se alimentaban con los cereales de los almacenes mientras el populacho comía raíces e insectos. Pues bien, en ese medio, una joven mujer estudia los cono- cimientos básicos de la medi- cina ginecológica y se encarga de traer niños al mundo, tarea que la convertiría en heroína popular, toda vez que sustitu- yó a las ancianas "abuelitas" (comadronas) que causaban desgracias y dolores en las parturientas. Es decir, se trata de una médica universitaria que se dedica enteramente a su trabajo en la comunidad. 2.- El personaje, Wan Xin, "Co- razoncito", según la tradición china de la época de poner apodos a los niños al nacer, es el eje central de esta historia relatada en 88 páginas. Ella, a quien también apodaban "Bo- dhisattva" (diosa de la natali- dad), logra conseguir novio en un miembro de la Fuerza Aé- rea, quien ilusiona a todos, pero que hace lo contrario luego al huir en su avión a Taiwán, donde gobernaba el Kuomintang, partido de Chai- Kai-Shek. Este evento la trans- forma. La hacen presa y des- pués la dejan libre. Se dedica con ahínco a sus labores mé- dicas y al Partido. El abando- no del novio piloto la lleva a un intento de suicidio. Deja escrito con su sangre "¡…Soy una persona del Partido, cuan- do muera mi alma también pertenecerá al Partido¡". Fana- tismos de la época. Se salva y es castigada con más trabajo en el hospital. Superados estos aconteci- mientos, el gobierno de Mao ordena la planificación fami- liar. Entonces, la doctora Wan Xin se convierte en una per- sona odiada por los hombres y mujeres de su ciudad. Pero ella obedece sin chistar los dictámenes de Beijing. En 1961, el hambre dobló al pueblo chino "Las mujeres perdían la menstruación y los hombres la virilidad". En 1963, con el aumento de producción de boniato la población co- menzó a alimentarse mejor, así los hombres recuperaron la virilidad, el bigote y el de- seo sexual; las mujeres los pe- chos. Después casi todas las jóvenes salieron embaraza- das. En 1965, la población aumentó brutalmente, por lo que el Gobierno tomó fuertes medidas. Un viejo slogan lo recuerda "Uno no es poco, dos son suficientes, tres son de- masiado", al referirse al núme- ro de niños. Regalaron condo- nes, pero no eran usados, píl- doras pero eran echadas a la basura. Entonces llegó la va- sectomía con persecución y prisión a quien no la acepta- ra. Hasta que finalmente se impuso a sangre y fuego. Así terminaron los días de gloria de la doctora Wan Xin, la fa- mosa "Tía", conocida así por- que los narradores hacen de sobrinos del personaje. Rana es una novela donde destacan rasgos del realismo mágico, por la cercanía lecto- ra de Mo Yan a García Már- quez. En la obra aparecen his- torias que dan cuenta de esta tendencia. Se trata de una his- toria que devela la realidad pasada y presente de la mile- naria China en manos de un régimen que la ha convertido en una potencia imperial, por su imposición demográfica y su expansión terráquea a tra- vés de quienes huyen del ex- ceso de población, motor de miserias e injusticias.

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Suplemento Cultural Contenido 20-10-12

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Maracay, Sábado 20de octubre de 2012

ALBERTO HERNÁNDEZ

Crónicas del OlvidoRana, de Mo Yan

1.-

Uno lee Rana (traducciónde Yifan Li, editado porCora Tiedra, a través de

la Editorial Kailes, Madrid2011), del recién conocidoescritor chino, PremioNobel de Literatura, MoYan, como quien lee unacartilla. Es un libro cuyo na-rrador da muestras clarasde que estuvo sometido adecir pocas cosas por la vie-ja censura comunista del in-menso país asiático. No obs-tante, dados los cambios enla nomenclatura china, MoYan desti ló, gota a gota,muchas de las perversionescometidas por quienes guia-ban desde Beijing los destinosde esa poderosa administra-ción política.

Es un libro de una abruma-dora sencillez. Esta novelacorta de Mo Yan es la primeraque se traduce al español di-rectamente del chino, porquelas anteriores han sido verti-das del inglés o de otro idiomaoccidental, de modo que esta-mos en presencia de una lec-tura más cercana a la realidadde quien acaba de ser recono-cido con el máximo galardónde las letras mundiales. Y digocartilla porque nuestra igno-rancia acerca de tantas cosasque sucedieron en esa naciónen la década de los años cin-cuenta, que es cuando el escri-tor comenzó a ambientar laobra, es casi oceánica pese ainformaciones que se filtran.Se trata de un período en el quese sentía una de las hambru-nas más inhumanas provoca-das por los delirios de un tipollamado Mao Zedong, quien seencargó de llevar al máximosu idiotez ideológica hasta loslímites más terribles, entreellos la llamada RevoluciónCultural.

Mo Yan concentra su aten-ción en el tema del control dela natalidad ordenado por elGobierno, pero alrededor deese clima muestra una serie de

tópicos que caracterizaron a laChina de esos durísimos años dehambre y represión comunis-ta. Por ejemplo, la muerte de lasclases sociales obtuvo rango deverdadera presencia de clasesen la división que impuso el Es-tado Rojo mediante el goce deprivilegios de parte de los fun-cionarios, la claque burocráti-ca, la apegada al Partido Comu-nista. Así lo dice el autor "…Treseran los tipos de trabajadores:campesinos pobres, trabajado-res independientes o campesi-nos de un nivel mediano y tra-bajadores con tierras o campe-sinos con riquezas". Estos últi-mos, generalmente mal vistos,eran los que realmente mante-nían el país. Así, los funciona-rios y jefes se alimentaban conlos cereales de los almacenesmientras el populacho comíaraíces e insectos.

Pues bien, en ese medio, unajoven mujer estudia los cono-cimientos básicos de la medi-cina ginecológica y se encargade traer niños al mundo, tareaque la convertiría en heroínapopular, toda vez que sustitu-

yó a las ancianas "abuelitas"(comadronas) que causabandesgracias y dolores en lasparturientas. Es decir, se tratade una médica universitariaque se dedica enteramente a sutrabajo en la comunidad.

2.-El personaje, Wan Xin, "Co-

razoncito", según la tradiciónchina de la época de ponerapodos a los niños al nacer, esel eje central de esta historiarelatada en 88 páginas. Ella, aquien también apodaban "Bo-dhisattva" (diosa de la natali-dad), logra conseguir novio enun miembro de la Fuerza Aé-rea, quien ilusiona a todos,pero que hace lo contrarioluego al huir en su avión aTaiwán, donde gobernaba elKuomintang, partido de Chai-Kai-Shek. Este evento la trans-forma. La hacen presa y des-pués la dejan libre. Se dedicacon ahínco a sus labores mé-dicas y al Partido. El abando-no del novio piloto la lleva aun intento de suicidio. Dejaescrito con su sangre "¡…Soy

una persona del Partido, cuan-do muera mi alma tambiénpertenecerá al Partido¡". Fana-tismos de la época. Se salva yes castigada con más trabajoen el hospital.

Superados estos aconteci-mientos, el gobierno de Maoordena la planificación fami-liar. Entonces, la doctora WanXin se convierte en una per-sona odiada por los hombresy mujeres de su ciudad. Peroella obedece sin chistar losdictámenes de Beijing.

En 1961, el hambre dobló alpueblo chino "Las mujeresperdían la menstruación y loshombres la virilidad". En 1963,con el aumento de producciónde boniato la población co-menzó a alimentarse mejor,así los hombres recuperaronla virilidad, el bigote y el de-seo sexual; las mujeres los pe-chos. Después casi todas lasjóvenes salieron embaraza-das. En 1965, la poblaciónaumentó brutalmente, por loque el Gobierno tomó fuertesmedidas. Un viejo slogan lorecuerda "Uno no es poco, dos

son suficientes, tres son de-masiado", al referirse al núme-ro de niños. Regalaron condo-nes, pero no eran usados, píl-doras pero eran echadas a labasura. Entonces llegó la va-sectomía con persecución yprisión a quien no la acepta-ra. Hasta que finalmente seimpuso a sangre y fuego. Asíterminaron los días de gloriade la doctora Wan Xin, la fa-mosa "Tía", conocida así por-que los narradores hacen desobrinos del personaje.

Rana es una novela dondedestacan rasgos del realismomágico, por la cercanía lecto-ra de Mo Yan a García Már-quez. En la obra aparecen his-torias que dan cuenta de estatendencia. Se trata de una his-toria que devela la realidadpasada y presente de la mile-naria China en manos de unrégimen que la ha convertidoen una potencia imperial, porsu imposición demográfica ysu expansión terráquea a tra-vés de quienes huyen del ex-ceso de población, motor demiserias e injusticias.

Contenido Maracay, Sábado 20 de octubre de 201210

Mataderos

JOSÉ YGNACIO OCHOA

En el III Festival Internacional de Teatro Clásico Adaptado

Siempre implica un riesgo inequívoco enfrentar un trabajo escénico sobre la

base de una escritura pre-exis-tente y más si esta es amplia-mente reconocida, nos referi-mos en este caso al riesgo dere-construcción o la intertex-tualidad del cuento El Mata-dero del escritor Esteban Eche-verría. Ocasión propicia pararealizar una aproximación altrabajo experimental realiza-do por el Grupo Mataderos(Mar de Plata, Argentina) en elmarco del III Festival Interna-cional de Teatro Clásico Adap-tado en Mar Chiquita, Argen-tina. La agrupación titula lapuesta "Mataderos" de Guiller-mo Yanícola, delirio escénicoinspirado, como ya menciona-mos anteriormente en el cuen-to de Echeverría. La responsa-bilidad de darle corporeidad al"delirio escénico" recae sobrelas actrices: Carla Areta, Ma-ría de las Victorias Garibaldi,Viviana Giménez, Claudia Gon-zález y Mariana Mora. Parti-mos de la presencia de losopuestos irracionalidad/ra-cionalidad, los cuales estándelineados con los movimien-tos de las actrices dispuestasen un cuadro que al primerencuentro entre espectador yescena da la impresión de unmanto entre plateado y blan-co que delimitan las acciones,es una suerte de experimenta-ción <como se aclara en el pro-grama de mano> que re-des-cubre la esencia de las actua-ciones, a ello se le unen los so-nidos guturales intercaladoscon textos del cuento y pasa-jes biográficos de Echeverría.La tensión está cada por el de-sarrollo orgánico pero cons-ciente de las actrices, no esacrobacia y mucho menosdanza, aun así la plasticidadestá lograda, la cual se concre-ta con la utilización de los to-nos (colores) blanco y negroen los trajes de cada uno de lasactrices-animales, categoriza-ción que deviene de la pro-puesta o temática del cuentooriginal. Por el carácter de laatmósfera el dominio del cuer-po debe y tiene que ser un ele-mento fundamental para eldesarrollo de las acciones. Laconcentración de las actriceses determinante, el riesgo esasumido con la conciencia del

director quien alude a un des-mitificación de la moral y lascostumbres ordinarias o im-puestas por la sociedad y de lostemas recurrentes vida/muer-te desde la búsqueda de imá-genes casi efímeras pero con-tundentes en su emotividad.

Yanícola rescata la presen-cia de Esteban Echeverría conla utilización de la máquina deescribir para marcar la refe-rencialidad del escritor, masno la historia de la Argentina,pues el tratamiento vida/muerte, racionalidad/irracio-nalidad, es motivo de estudiode una sociedad que se apre-cie inteligente, es decir apun-ta más a lo universal que alsentido local de la temática,en otras palabras lo local o in-mediato debe traducirse enotra realidad más universal, enello se centra Yanícola. Esta

es una propuesta, insistimos,que le exige al actor una pre-paración-concentración físicay emocional para desarrollaruna resonancia poética entanto se amplía una perspec-tiva visual-estética. El textonarrativo es sometido a unatraducción diferente desde lasnecesidades del director, enprincipio y luego la traspasa,las necesidades, a las actrices.En tanto se crea una atmósfe-ra dialogada con imágenespara luego llevarlas con abso-luta complicidad al otro tra-ductor, es decir al espectadorquien a su vez concentrará odespertará su emotividad des-de la imagen sugerida por lapropuesta escénica. En elloradica la ilusión del teatro.

La presencia de la tijera sig-na la violación o violenciapuesta en el hombre y su na-

turaleza, la tijera es el umbralentre lo racional e irracional,ella determinará ya en el finalel conflicto. La sensualidad delas actrices se trasluce en susmovimientos unos suaves yacompasados por momentosy violentos en otros instantes.Los desplazamientos generanlos movimientos-signos, esdecir las actrices hacen cons-cientes la utilización de cadapaso, cada salto, ejemplo deello cuando todas las actricescolocan sus piernas hacia arri-ba y se cruzan entre ellas, lue-go cada mirada intensa damotivo a otra movilizaciónsignificante, cargada de sensa-ciones. La sensualidad se ma-nifiesta de manera sutil, no esnecesario demarcarla, ellas,las actrices con su presenciay disposición en escena lomaterializan. Ya para el final

el recurso de la sangre es uti-lizado de manera sutil y come-dida, la cual tampoco deja deser otro riesgo, por lo reite-rado de su uso o en todo casode su indebida utilización, noes este el caso, el director loasume y las actrices se lo re-suelven con la presencia delhilo de sangre ,se desliza en elpiso plateado, muy al estilo de"Cien años de soledad", es unhilo de sangre que contiene ensí mismo una dirección, unahistoria, un devenir, un co-mienzo/final, un ida/vueltade como los personajes/ani-males, mujeres/actricesplantean un universo de si-tuaciones. En definitiva losmovimientos, los colores, elhilo de sangre, la máquina deescribir y la tijera serán tes-tigos de la entrega poética delas cinco actrices en escena.

Maracay, Sábado 20 de octubre de 2012 Contenido 31

Mo Yan, el 'Kafka chino'ELENA MENGUAL

Calificado por muchoscomo el Kafka chino, suliteratura ha sido com-

parada con la de Milan Kun-dera, Gabriel García Márquezo William Faulkner. Mo Yan,conocido en Occidente por'Sorgo Rojo', la adaptacióncinematográfica de su nove-la 'La Familia' va a dar mu-cho que hablar con 'Grandespechos amplias caderas'(Feng ru fei tun).

La obra, publicada en Chi-na por primera vez en1996, llega a España a tra-vés de la editorial Kailas. Enella, Mo Yan (seudónimoque significa 'sin hablar')describe la historia de supaís durante el siglo XX,marcada por la penuria, laviolencia, la opresión, laguerra y el machismo. Estaúltima es una de las clavesdel libro, que narra la vidade Shangguan Lu , unamujer maltratada por su fa-milia política por no 'ser ca-paz' de engendrar un varón.

Obligada a casarsecon un herrero estéril ,Shangguan Lu dará a luzocho niñas antes del naci-miento de Jintong, el espe-rado varón que deberá per-petuar la est irpe, ademásde ejercer de narrador de lahis tor ia . Mo Yan, que enrea l idad se l lama GuanMoye, pretende con estanovela épica rendir home-naje al universo feme-nino en un país aún hoy re-gido por hombres.

"Las mujeres han mostra-do una gran capacidad deaguante, un espír i tu deentrega y resistencia. Me hedado cuenta que la mujer escapaz de resistir en momen-tos en los que los hombrestiran la toalla. Son valien-tes ante el peligro y ayudana los hombres a armarse devalor. Por eso, en mis nove-las existe un homenaje aluniverso femenino", explicaMo Yan, poco procl ive aconceder entrevistas , aelmundo.es.

También en 'La familia', laobra que Zhang Yimou adap-tó para la gran pantalla bajo el

título de 'Sorgo rojo', MoYan posa sus ojos en la situa-ción de la mujer, en esta oca-

sión en la de una joven forza-da a casarse con un viejo le-proso muy rico. El filme, Oso

de Oro del Festival de Berlínen 1988, supuso asimismo ellanzamiento internacional deuna actriz hoy de sobra cono-cida en las pantallas: Gong Li.

"Me encantó la adaptaciónque hizo Zhang Yi Mou del li-bro", afirma Mo Yan. "Supodestacar la esencia de lanovela, la importancia de lalibertad. Tuvo un gran im-pacto en China porque elpueblo estaba sufriendo mu-chas represiones mentalesen esa época".

Tras nueve novelas y 70relatos, Mo Yan parece ha-ber escrito su obra definiti-va. El autor, considerado elprincipal narrador asiáticodel momento, conoce bien laChina rural, ya que nació enla provincia de Shandong en1955, en el seno de una fami-lia de agricultores.

Según el escritor, esta hu-milde infancia ha tenidouna importancia crucialen su vida. "Recordar el ham-bre, el temor, la soledad, esuna experiencia importantepara mí cuando quiero crearuna obra. Estas experienciashan formado mi actitud antela vida y mi opinión sobre lasociedad", afirma.

Tras trabajar en una fá-b r i c a d u r a n t e l a R e v o l u -c ión Cultural de Mao Ze-dong, se enroló en el Ejér-cito Popular de Libera-ción (actuales Fuerzas Ar-madas chinas), una de laspocas opciones que teníanl o s h a b i t a n t e s d e z o n a srurales para salir de la po-breza, y comenzó a escri-bir cuando aún era solda-do, en 1981.

Hoy sigue vinculado alEjército, como profesor delDepartamento de Literaturade la Academia Cultural delas FFAA, un dato omitidoen las solapas de las edi-ciones de su obra en Oc-cidente, que sí reflejan, sinembargo, las palabras deKenzaburo Oe, PremioNobel de Literatura en 1994,cuando afirma que Mo Yanes merecedor de tal galar-dón, como lo ha sido del Pre-mio Anual de EscritoresChinos.

Contenido Maracay, Sábado 20 de octubre de 201232

Dos poemas de José Félix Olalla

Cuando el ábrego llega al puebloy arremolina las hojas de los árboles,hay una cita misteriosa que se pierdebajo el tejaroz de la parroquiay cuando las gotas de lluvia imperceptiblesse ponen a llorar por los alerosunos pasos fantasmales se apresurany se alejan de los bancos ya vacíos.

En los soportales de la audienciaacechan las sombras, los cerrojos,y los enlosados dan la bienvenidaa las antiguas diligencias que llegabandesde lugares remotos con correos.Sopla el viento por los callejonesy bostas de vaca lo perfuman,ya no vive nadie en el cementerio,la hierba se ha saltado las tapiasy solamente los pardalespueden observarse a veces trajinandoentre las estelas y las cruces de madera.

Las buenas gentes que se fueronson espíritus purosque caminan en silencio por las cercanías.Son ángeles intermedios que aun no han vistoa Diospero que ya tienen la certezade su mano.

Doña Laura que cerraba a las seis la merceríapara acudir al rosarioy doña Rosa, demenciada,que contaba los cirios y los santosdesde las viejas escaleras que subían al coro.

Con su voz ajena a la materia,con sus lentes opacos a la percepción de losmédium,ellas cruzan el atrio de la iglesiay esperan desde los altos ventanalesel final de la misa rezada.

Me acompañan luego en mi regresobajo las cuernas blanquecinas de la lunay yo les dirijo una palabra limpiay les pido que me presten su esperanza.

A mano alzada esta música me descubredespeinado y sin la ducha en el cuerpo.Se pasea con sus aguas por mi despertary me lleva hasta otra estancia reservada,hasta una mina oculta con diamanteso hasta una señal azul que no comprendo.Pasa muy dulcemente por su propio ladoy me habla de mípara que recoja su cosecha y apenas pienseen el esfuerzo de los que la sembraron.Qué vanidad la mía si ahora digoque él no escuchaba más de lo que oíamospero se esforzaba en fijarse en lo que oía.

La música, esa piedra de afilaren que la inteligencia se agudiza,esa alhaja que Némesis no destruyeporque no tiene cuerpo para hacerloy el poder de su venganza claudicafrente a la ternura cristalina,frente al fuego interior que no consume.

La música, sí, esa salteadoraque entra en tu casa con escalosin que puedas protegertey que deja todo tu hogar, al alejarse,sin orden alguno ni concierto.

Concierto de Bradenburgo

Bajo el tejarozde la parroquia