suplemento cultural contenido 28-04-12

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Maracay, Sábado 28 de abril de 2012 Crónicas del Olvido “Poemas para combatir la calvicie” y otros pelos en la lengua -ALBERTO HERNÁNDEZ- (Muestra de antipoesía o Nicanor Parra promete un discurso) 1.- A bro el libro. Un ataque de asma verbal me in- clina sobre las pági- nas. Y allí está el pei- ne empujando las letras hacia el cráneo desértico de una hoja de block recién arranca- da de cuajo. Con sus líneas in- tactas y un Julio Ortega que intenta interpretar la voz de Nicanor Parra, el poeta revol- toso de Chile ha llenado de provocaciones el mundo y ha cubierto las paredes de Amé- rica Latina con los graffitis de la amargura ajena. Se trata de un poeta paródico, signado por una locura que bebe el agua de un idioma como el español, fra- seado por la lengua viperina de Cervantes y por los ganglios de Vallejo a la hora de hurgar y sa- car a la sombra los recados de todos los demonios. En un coloquio con su día a día, este Parra, el llamado Ni- canor, hermano de Violeta, nos llena de inclinaciones ante precipicios y montañas. No en vano le cantó a la Cor- dillera de los Andes con una letanía propia de un cura des- nudo en medio de la lluvia. Ortega lo trae en el prólo- go de Poemas para combatir la calvicie (Muestra de anti- poesía), que el Consejo Na- cional para la Cultura y las Artes, la Universidad de Gua- dalajara y el Fondo de Cultu- ra Económica de México en- tregaron como libro en 1993, y que hoy, a propósito del Premio Cervantes que Parra no fue a recoger porque ne- cesita un año para escribir el texto que oirían los asisten- tes al evento, a los 98 años, se nos ocurre más antipoeta, más soliloquio, más contra- punto, más notación, más can- ción y más articulado al mapa de sus temblores nacionales. 2.- Arrebatado por un humor cuantioso, sacado de la calle, de los rincones de los barrios, de las mismas academias, de los burdeles, de los confesio- narios, de las casas de Gobier- no, en una inusitada precisión canónica, por decir que ha ge- nerado escuela y seguidores, fue impulsado con la acidez de sus textos a un tiempo para decir y a un tiempo para se- guir diciendo mientras el pei- ne va y viene sobre la cabeza pelada del Universo. Tendría que preguntarle a la máquina de escribir de Ni- canor Parra que el nieto llevó a Asturias para poder enten- der esa prédica permanente, moldeada de artefactos, poe- mas de emergencia, discursos, sermones, chistes, coplas, ecopoemas, hojas que llevan su apellido, trabajos prácticos y poco prácticos y hacerme a la idea de que navego en un poemario lleno de respuestas que nunca tuvieron preguntas porque no hacían falta. Y así, insatisfecho con el ritmo de su respiración, se desmintió y hasta se mintió para decirse y hablarse en una poesía que es antitodo o antídoto, pero que en el fondo, en lo más oscuro de su silencio, es poesía. Y mire que ha andado el hom- bre en medio de voces, de fra- ses, rasgaduras, diálogos y monólogos. Tanto que nos deja pasmados como lectores y nos seduce con la cierta amargura de su destreza para demostrar que es tan feliz como una ostra, lo cual enor- gullece a quien lo lee y lo esti- ma o lo deja a un lado mien- tras el mundo se abre en ma- nifiesto político, ecológico, crítico y hasta lacónico, por decirlo un poco con Ortega, quien lo desgrana y casi lo hace ver el panteón nacional de no sabemos qué cosa y has- ta de la poesía. Que vale de- cirlo con todas sus letras y pausas: Nicanor Parra no es calvo, pero es poeta y muchas veces no usa peine, pero sí es- cribe. Oral también es porque habla y cuando calla también es oral. Es decir, como cual- quier poeta de trasnocho que corre para rebajar y mira la luna para no caer de bruces contra el asfalto que lo sostie- ne. Una bobada más. Abrigo la lectura de otro prólogo, el de Enrique Lafourcade, en el que afirma "Humaniza lo so- lemne. Es su método. Le quita tontería a las cosas mediante lo cotidiano y directo, la voz coloquial, el dicho, el remo- quete…", y así en medio de un bochinche de voces, gritos y anuncios donde revisa fechas, países, candidatos al infier- no… es un decir. Y también quien lo mide y lo medita, José M. Ibáñez-Langlois, quien lo presenta en sus Antipoemas, como el anterior en su Poesía política. Este Ibáñez dice "En- tre risas y acrobacias ha roba- do el fuego sacro donde lo ha encontrado, tomando a los simbolistas la música, a los surrealistas el sueño, y al ha- blar espontáneo de su pueblo la intuición". Y así, es Nicanor Parra. 3.- Sus Versos, los publicados en entrega ilustrada con foto- grafías de Daniel Vittet por la editorial Nascimiento, en un año que no aparece por nin- gún lado, Nicanor Parra le dice al lector "Yo no permito que nadie me diga/ Que no comprende los antipoemas/ Todos deben reír a carcaja- das.// Para eso me rompo la cabeza/ Para llegar al alma del lector.// Déjense de pregun- tas. / En el lecho de muerte/ Cada uno se rasca con las uñas.// Además una cosa:/ Yo no tengo ningún inconvenien- te/ En meterme en camisa de once varas". Y lo hizo, se me- tió y salió bien librado. Hasta elegante. Pero dejemos esos pasmos a un lado y volvamos a los Poemas para combatir la cal- vicie, porque, total, se trata de una recopilación de muchos de los textos que aparecen en los libros mencionados, y que hacen y deshacen en estas pá- ginas donde el chileno sigue siendo chileno y donde en los "Artefactos" nos regala "Revo- lución/ Revolución…cuántas contrarrevoluciones/ se co- meten en tu nombre", en una pregunta que anda de respues- ta en respuesta. Y que nos afinca en este ahora donde saltan y cansan los que no tie- nen respuesta. También "El pensamiento muere en la boca". O "Para ser Presidente hay que ser escupido previa- mente". O éste "…Y así fue como lo convirtieron en ton- to útil de izquierda y en tonto inútil de derecha". Como si nada. Y es mejor no seguir porque estos artefactos son herramientas de peligro. Así es Parra, da con porra. En "Acto sedicioso" canta "el poeta se corta la venas/ en homenaje a su país natal". Otros cobran. Como si lo atajara, puesto que este texto lo escribió hace muchos años, digamos que en los 90, Nicanor Parra imaginó "con este premio paso a la cate- goría/ de caballero de la triste figura: // donde me siente yo/ está la cabecera de la mesa ca- ramba¡…". Quién iba a creerlo. Un poco más adelante en las mismas páginas dejó escrito "Después el Rulfo sueña con el Nobel? / me pregunta al oído una prostituta/ como si yo fuera la Susana San Juan/ y ella el padre Rentería// y yo le res- pondo con otra pregunta:// si no se lo dieron a Rulfo/ por qué me lo van a dar a mí? Y se lo dieron. Después, el Cervantes, que no ha ido a recibir porque no ha terminado de escribir el discurso mientras un elefante sostiene su muerte con la trompa detrás de los respeta- bles cazadores. Cosas de un antipoeta que también dijo: "Se escribe contra uno mismo/ Por culpa de los demás". Así es Nicanor Parra. Cierro el libro.

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Maracay, Sábado 28de abril de 2012

Crónicas del Olvido

“Poemas para combatir la calvicie”y otros pelos en la lengua

-ALBERTO HERNÁNDEZ-

(Muestra de antipoesía o Nicanor Parra promete un discurso)

1.-

Abro el libro. Un ataquede asma verbal me in-clina sobre las pági- nas. Y allí está el pei-

ne empujando las letras haciael cráneo desértico de unahoja de block recién arranca-da de cuajo. Con sus líneas in-tactas y un Julio Ortega queintenta interpretar la voz deNicanor Parra, el poeta revol-toso de Chile ha llenado deprovocaciones el mundo y hacubierto las paredes de Amé-rica Latina con los graffitis dela amargura ajena. Se trata deun poeta paródico, signado poruna locura que bebe el agua deun idioma como el español, fra-seado por la lengua viperina deCervantes y por los ganglios deVallejo a la hora de hurgar y sa-car a la sombra los recados detodos los demonios.

En un coloquio con su día adía, este Parra, el llamado Ni-canor, hermano de Violeta,nos llena de inclinacionesante precipicios y montañas.No en vano le cantó a la Cor-dillera de los Andes con unaletanía propia de un cura des-nudo en medio de la lluvia.

Ortega lo trae en el prólo-go de Poemas para combatirla calvicie (Muestra de anti-poesía), que el Consejo Na-cional para la Cultura y lasArtes, la Universidad de Gua-dalajara y el Fondo de Cultu-ra Económica de México en-tregaron como libro en 1993,y que hoy, a propósito delPremio Cervantes que Parrano fue a recoger porque ne-cesita un año para escribir eltexto que oirían los asisten-tes al evento, a los 98 años,se nos ocurre más antipoeta,

más soliloquio, más contra-punto, más notación, más can-ción y más articulado al mapade sus temblores nacionales.

2.-Arrebatado por un humor

cuantioso, sacado de la calle,de los rincones de los barrios,de las mismas academias, delos burdeles, de los confesio-narios, de las casas de Gobier-no, en una inusitada precisióncanónica, por decir que ha ge-nerado escuela y seguidores,fue impulsado con la acidez desus textos a un tiempo paradecir y a un tiempo para se-guir diciendo mientras el pei-ne va y viene sobre la cabezapelada del Universo.

Tendría que preguntarle ala máquina de escribir de Ni-canor Parra que el nieto llevóa Asturias para poder enten-der esa prédica permanente,moldeada de artefactos, poe-mas de emergencia, discursos,sermones, chistes, coplas,ecopoemas, hojas que llevansu apellido, trabajos prácticosy poco prácticos y hacerme ala idea de que navego en unpoemario lleno de respuestasque nunca tuvieron preguntasporque no hacían falta. Y así,insatisfecho con el ritmo de su

respiración, se desmintió yhasta se mintió para decirse yhablarse en una poesía que esantitodo o antídoto, pero queen el fondo, en lo más oscurode su silencio, es poesía. Ymire que ha andado el hom-bre en medio de voces, de fra-ses, rasgaduras, diálogos ymonólogos. Tanto que nosdeja pasmados como lectoresy nos seduce con la ciertaamargura de su destreza parademostrar que es tan felizcomo una ostra, lo cual enor-gullece a quien lo lee y lo esti-ma o lo deja a un lado mien-tras el mundo se abre en ma-nifiesto político, ecológico,crítico y hasta lacónico, pordecirlo un poco con Ortega,quien lo desgrana y casi lohace ver el panteón nacionalde no sabemos qué cosa y has-ta de la poesía. Que vale de-cirlo con todas sus letras ypausas: Nicanor Parra no escalvo, pero es poeta y muchasveces no usa peine, pero sí es-cribe. Oral también es porquehabla y cuando calla tambiénes oral. Es decir, como cual-quier poeta de trasnocho quecorre para rebajar y mira laluna para no caer de brucescontra el asfalto que lo sostie-ne. Una bobada más. Abrigo

la lectura de otro prólogo, elde Enrique Lafourcade, en elque afirma "Humaniza lo so-lemne. Es su método. Le quitatontería a las cosas mediantelo cotidiano y directo, la vozcoloquial, el dicho, el remo-quete…", y así en medio de unbochinche de voces, gritos yanuncios donde revisa fechas,países, candidatos al infier-no… es un decir. Y tambiénquien lo mide y lo medita, JoséM. Ibáñez-Langlois, quien lopresenta en sus Antipoemas,como el anterior en su Poesíapolítica. Este Ibáñez dice "En-tre risas y acrobacias ha roba-do el fuego sacro donde lo haencontrado, tomando a lossimbolistas la música, a lossurrealistas el sueño, y al ha-blar espontáneo de su pueblola intuición". Y así, es NicanorParra.

3.-Sus Versos, los publicados

en entrega ilustrada con foto-grafías de Daniel Vittet por laeditorial Nascimiento, en unaño que no aparece por nin-gún lado, Nicanor Parra ledice al lector "Yo no permitoque nadie me diga/ Que nocomprende los antipoemas/Todos deben reír a carcaja-das.// Para eso me rompo lacabeza/ Para llegar al alma dellector.// Déjense de pregun-tas. / En el lecho de muerte/Cada uno se rasca con lasuñas.// Además una cosa:/ Yono tengo ningún inconvenien-te/ En meterme en camisa deonce varas". Y lo hizo, se me-tió y salió bien librado. Hastaelegante.

Pero dejemos esos pasmosa un lado y volvamos a losPoemas para combatir la cal-vicie, porque, total, se trata deuna recopilación de muchosde los textos que aparecen enlos libros mencionados, y quehacen y deshacen en estas pá-

ginas donde el chileno siguesiendo chileno y donde en los"Artefactos" nos regala "Revo-lución/ Revolución…cuántascontrarrevoluciones/ se co-meten en tu nombre", en unapregunta que anda de respues-ta en respuesta. Y que nosafinca en este ahora dondesaltan y cansan los que no tie-nen respuesta. También "Elpensamiento muere en laboca". O "Para ser Presidentehay que ser escupido previa-mente". O éste "…Y así fuecomo lo convirtieron en ton-to útil de izquierda y en tontoinútil de derecha". Como sinada. Y es mejor no seguirporque estos artefactos sonherramientas de peligro. Asíes Parra, da con porra. En"Acto sedicioso" canta "elpoeta se corta la venas/ enhomenaje a su país natal".Otros cobran.

Como si lo atajara, puestoque este texto lo escribió hacemuchos años, digamos que enlos 90, Nicanor Parra imaginó"con este premio paso a la cate-goría/ de caballero de la tristefigura: // donde me siente yo/está la cabecera de la mesa ca-ramba¡…". Quién iba a creerlo.

Un poco más adelante en lasmismas páginas dejó escrito"Después el Rulfo sueña con elNobel? / me pregunta al oídouna prostituta/ como si yofuera la Susana San Juan/ y ellael padre Rentería// y yo le res-pondo con otra pregunta:// sino se lo dieron a Rulfo/ por quéme lo van a dar a mí? Y se lodieron. Después, el Cervantes,que no ha ido a recibir porqueno ha terminado de escribir eldiscurso mientras un elefantesostiene su muerte con latrompa detrás de los respeta-bles cazadores. Cosas de unantipoeta que también dijo: "Seescribe contra uno mismo/Por culpa de los demás". Así esNicanor Parra. Cierro el libro.

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Contenido Maracay, Sábado 28 de abril de 201210

Oralidad ancho horizontepor donde nos adentramos a la historia

JOSÉ SÁNCHEZARÉVALO

Cuando hablamos delhecho histórico, esporque salta en el ho-rizonte del saber, la

flama inocultable de la memo-ria, relatándose dentro de laoralidad hacia los confines dela historia y se vierte en escri-tura decantada ya en sus dis-tintas expresiones (crónica, en-sayo, narrativa, poesía, teatro,música, proyecto, anécdota,artículo científico) como ac-ción investigada rigurosamen-te haciéndose eco por un terri-torio y todos los territorios.

Ese acto de reanimaciónpara restituir la historia y lastradiciones, inicia un procesoirreversible desde la mismaoralidad, expresándose y ma-nifestándose en tradición oralcon su discurso ancestral. Nosparece así que tanto el hom-bre y la mujer se asumen comoactivadores(as) y asumen a lavez la memoria social o colec-tiva, la oralidad como formastangibles porque se identificacon ellas.

La garantía de este funda-mento nos implica en la con-vicción experiencial y cien-tífica para considerar y sus-tantivar que el patrimoniocultural no se ha de oficiali-zar, sino que proviene de lafundamentación valorativadel hombre y la mujer comoseres colectivos con su cono-cer como proceso instruccio-nal formal e informal; en suepisteme como conocimien-to específico de un lugar quelleva consigo el hacer científi-co; de la epistemología que seinscribe teoría del conoci-miento científico desde unaespecialidad o especificidadde un modo de hacer, y porúltimo, del saber, concebidocomo síntesis o confluenciadel conocer, la episteme y laepistemología, para trascen-der a un conocimiento nuevo.Esta firme persistencia del va-lor nos permite compartir laafirmación de F. Nietzchecuando postula "Sin apreciarlos valores no podría vivirningún pueblo". (p 40).

Convergen y confluencianen un delta, que aún bifurca-dos, se imbrican de nuevo enun mar de saberes como me-moria íngrima en su palpitarsocial, donde la oralidad sesume para verterse en histo-ria, adentrándonos a la histo-ria. La identificación plena secruza en eje de síntesis socialmediante la sabia escogenciade lo real, pronto de inquie-tud y de cohesión aunque nosparezca ruptura en un dadomomento y se moldea al cuer-po integrado e integratorio detodo saber.

Sin duda, que cuando nosadentramos a la historia porel ancho horizonte propicia-do por la oralidad, con con-creción del saber en accióndel hacer, se atesora el espa-cio-tiempo en creación con-tinua, valorando al propio yoen colectivo, Así surge o co-mienza la investigación a per-tenecer al mundo que se abrepor medio de ella, con la fuer-

za de la voluntad, con el servolitivo e intenso como lorefleja F. Nietzche en su enun-ciado "En la investigación delconocimiento sólo siento enmí la alegría de la voluntad,la alegría de engendrar y dellegar a ser". (p 58).

En la discusión de los ele-mentos señalados y en eseproceso investigativo, nuncaha de darse la espalda al fac-tor primordial, el saber delpueblo, al cual en sus pode-res creadores, la soberbia dela superestructura culturalcapitalista, continúa mirandoafrentosamente por encimadel hombro en el mundo, yaún en Venezuela, para seña-larlo como sustrato y no comosustancia en su interpretaciónontológica, emanación detoda investigación social.

Mas allá de todo ardorsimplista y de inmediatez, hade dudarse, ha de hurgarse yde revelarse el ser en mímismo(a), en sí mismo(a)

como uno(a) y lo otro(a), enotredad, para que el acentometafísico se explique desdelo remoto, objetivándose avoluntad de la reanimación,sin desdeño de la visión parala interpretación profunda yética de la obra colectiva, su-mida en el olvido y que la sim-ple circunstancia de protago-nismo y notoriedad en un de-terminado lapso de tiempo,más bien desvincula, desvir-túa, desorienta todo el con-junto humano de saberes quees la memoria. Así, OctavioPaz en su obra Las Peras delOlmo, asiente "La nostalgia denuestro origen, oscuro movi-miento del hombre hacia suraíz, hacia su propio naci-miento". (p 92).

No es exagerado expresarque la actitud del investigadoro la investigadora han de pro-nunciarse como en manifies-to estado convulsivo que dael amor hacia el trabajo de in-vestigación, porque se some-

te a la realidad de la memoria,hecho vivo, al escarnio desustituciones irreales y fala-ces. Homologando el sentidode nuestra propuesta a la deB. Russell, acudimos a sus pos-tulados "Los hechos son losque hacen verdaderos o falsoslos enunciados". (p 155). Másadelante la sustenta al referir-nos: "Entiendo por un "hecho"algo que está allí, lo crea asíalguien o no". (p 156).

En la construcción de la sis-tematización del sentidoorientado y orientador quedevengamos en la constata-ción de la memoria como acer-vo de los pueblos o de un de-terminado pueblo, el movi-miento colectivizado y vincu-lado en acción con la interde-pendencia consecuente, ma-nifestará vivamente, cómovamos a su encuentro con lavoluntad plena de compren-der y aprehender el saber,concienciadamente recípro-cos y recíprocas.

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Maracay, Sábado 28 de abril de 2012 Contenido 31

EntretextosDiario de Aguas

FRANCISCO ARÉVALO

Diario de Aguas. JoséIgnacio Ochoa. Edicio-nes Estival . Colección

El Divino Narciso75 páginas

Miguel Ramón Utre-ra fue un poetasembrado en elpueblo de San Se-

bastián de Reyes en el EstadoAragua. De él celebro su frugalpoesía y su modestia que ra-yaba en la odiosidad. Nunca seborrará de las páginas de nues-tra literatura cuando los poe-tas luis Pastori y José RamónMedina le adjudicaron el Pre-

mio Nacional de Literatura,que tenía más que merecido.Miguel Ramón Utrera en unacto de humildad con tono deingenuidad lo rechazó dicien-do que el era maestro de es-cuela y que en su vida lo que

había hecho era publicar unoscuadernitos de poesía queconsideraba que no merecíantan altísima distinción, ademásde vivir preocupado por laeducación de los muchachosdel pueblo y vivir conversan-

do con los moradores en suscalles de infancia.

Este introito viene porque elpoeta José Ignacio Ochoa acabade publicar su libro Diario deAguas en homenaje a tan singu-lar personaje. Este poemario nosdispara desde la esquina de losrecuerdos y sus implicaciones.No en vano Ochoa me comentóque en las cuatro ocasiones quefue a San Sebastián en busca deluces para estructurar el libro,entró y salió con la lluvia comoprotagonista. Es Diario de Aguaun accionar contemplativo quetiene como principio y fin las in-fluencias lugareñas de la comar-ca, de la aldea, que dieron saviay cuerpo a Miguel Ramón Utreray han servido de aprendizaje de-licioso en el universo poético deJosé Ignacio Ochoa, que la me-moria no es una cosa del otromundo, pero salva. Reconfortan-te es leer al filo de frescura este poe-mario que nos descubre y reafirma

en el oficio de la palabra. Ochoaademás de especialista en Litera-tura latinoamericana es hombre deteatro al igual que Juan Martins yAlberto Hernández.

COPA DE HUESOSProfanaciones (1972). Cau-

policán Ovalles. Ediciones de laGobernación de Anzoátegui.Fondo Editorial Eduardo Sifon-tes. 326 páginas.

Ojala y usted corra con la suer-te de que llegue a sus manos estaobra de uno de los poetas másirreverentes, consecuentes y so-lidarios de nuestra tierra de gra-cia. El caupo se nos fue en el2001, pero los que fuimos suspanas lo recordamos y lo cele-bramos cuando podemos. Estacompilación es un tributo a suobra poética que quedará por lossiglos de los siglos amén. Cele-brando siempre los buenos ofi-cios de la palabra. Desde la hie-dra celeste del más allá salud!.

Que el invierno le bendiga, señor AusterCARLOS BOYERO

La perversa anécdota lacuenta Christopher Hitchens en la impagable antología de sus ensa-

yos, reportajes, perfiles y ar-tículos titulada Amor, pobre-za y guerra. Asegura que enParís se acercó a James Joyceuna dama de gesto embelesa-do y le suplicó que le permi-tiera besar la mano que habíaescrito Ulises. Él le contestó"Permítame recordarle, seño-ra, que esta mano ha hechootras muchas cosas". Vuelvoa encontrarme con esa acla-ración sugerente, realista ycruel de Joyce en Diario deinvierno, de Paul Auster, aun-que este lo describe de formamás púdica. Según él, la seño-ra no pretendía besar la manodel creador de Leopold Bloomsino algo más convencionalcomo estrecharla.

Auster cita la frase de Joycepara hablar de la relación queél ha tenido a lo largo de la exis-tencia con sus manos, sus pies,su boca, sus piernas, sus sue-ños, su tos, sus resacas, susronquidos, ante la inminenciade que va a entrar en el invier-no de su vida, de que como en

la novela de Martin Amis yasabe en qué consiste La infor-mación, en despertar a ciertaedad en medio de la noche yque te asalte la inapelable re-velación de que vas a morir,que eso puede ocurrir en cual-quier momento, que lo quequieres se está yendo.

Que nadie se alarme pen-sando que la búsqueda deltiempo perdido (y ganado)que ha emprendido ese escri-tor con pinta de estrella decine, tan leído y admirado, tancool, que comprensiblemen-te siempre ha estado de moday llamado Paul Auster, es elejercicio narcisista de alguienencantado consigo mismocada vez que se mira en el es-pejo. Además de hablar de los

órganos de su anatomía y lastrascendentes cosas que lehan ocurrido a estos, de trom-bos en sus piernas, cicatricesde los accidentes de infancia yadolescencia, lacerante se-quedad de ojos y persistentesroturas de córnea, Auster des-cribe con un lenguaje muyhermoso y la sensación de lan-zarse a tumba abierta y nopermitirse en ningún momen-to el lujo del autoengaño surecuerdo de todas las casaspermanentes y lugares que harecorrido en su vida, de supenosa convivencia con losataques de pánico ("el pánicoes la expresión de una huidamental, la fuerza que surgeespontáneamente en tu inte-rior cuando te sientes atrapa-do, cuando no puede sopor-tarse la verdad, cuando resul-ta imposible afrontar la injus-ticia de esa verdad ineludible,y por lo tanto la única res-puesta es la fuga, desconectarla mente transformándote enun cuerpo jadeante, crispado,delirante", asegura Auster), dela mosqueante insistencia detoda su familia en morir de unrepentino ataque al corazón(aunque en algún benditocaso, como el de su padre, estele enviara al otro barrio mien-tras estaba fornicando), de ladesconexión con tu verdade-

ra identidad (está convencidode que "todos somos extrañospara nosotros mismos y si te-nemos alguna sensación dequiénes somos, es solo porquevivimos dentro de la miradade los demás"), de lacerantesenigmas familiares, de la pa-ternidad, de amantes de lasque deseaba enamorarse y nopudo y al revés, del infamedescubrimiento de la gono-rrea y del milagro de encon-trarse con una puta que ade-más de follar maravillosa-mente le recitaba a Baudelai-re, de amores por los que lu-chó sin poder evitar su amar-ga extinción, de su genéticacapacidad para equivocarsede dirección al tomar cual-quier camino, de la angustio-sa imposibilidad de llorar antelas verdaderas tragedias y laspérdidas que sufres en la vidaen un hombre cuyos ojos sehumedecen frecuentementecon el cine, los libros, su tris-teza o su soledad, de esa eter-na máquina de escribir de se-gunda mano en la que ha in-tentado plasmar todo lo quele dictaba su imaginación, sucabeza y sus sentimientos.

Pero este hombre tan com-plejo, hipersensible y tortura-do, también confiesa haber sidobendecido por la suerte (¿o ha-bría que denominarlo como la

música del azar?, recordandoparadójicamente el título deuna de las novelas más inquie-tantes y desoladoras que ha es-crito) de llevar treinta añosamando y siendo amado poruna mujer, sin tormentas ni ba-jones, bendiciendo cada mo-mento en su compañía. Y com-parte la reflexión de Joubert deque el fin de la vida es amargopero hay que morir inspirandoamor (si se puede).

El cansancio que sentía antela escritura de Auster en los úl-timos tiempos ha desaparecidocon este veraz y emocionanteDiario de invierno. Me apenaque llegue el final de un libroque he devorado de un tirón. Yme despido de él con un nudoen la garganta cuando Austerescribe "Abrazando a tus hijospequeños. Abrazando a tu mu-jer. Tus pies descalzos cuandote levantas de la cama y vas a laventana. Tienes 74 años. Afue-ra, la atmósfera es gris, casiblanca, no se ve el sol. Te pre-guntas ¿cuántas mañanas que-dan? Se ha cerrado una puerta.Otra se ha abierto. Has entradoen el invierno de tu vida".Diario de invierno / Diari d'hivern.Paul Auster. Traducción de Beni-to Gómez Ibáñez / Albert Nolla.Anagrama / Ediçions 62. Barce-lona, 2012. 248 / 192 páginas.18,90 euros (electrónico: 14,99).

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Contenido Maracay, Sábado 28 de abril de 201232

Poemas de Erasmo Fernández** Desde el exilioLa sonrosada auroracomo la viera Homerose asoma a la ventana.Un ave indica el amanecery la luz artificialavergonzadacon el nuevo día se esfuma.Tórnase todo esplendoroso.Hoy vendrá Rosa Amazoniaa traerme manojos de alegría.

**Pisada sobre un papel en blancoEn esta hoja de papel tiradopor ahíalguien dejó estampada su huellatal como la pisada del hombresobre la cara de la luna.

Así quedó esta máculaen la hoja que antes fue blancay aunque soportó el pasadomanchón de una pasajera vidala utilizo para esta escrituraque no podrá borrar ni el tiempo.

El Toro ConsteladoNi en blanco ni en negrosino en sepiacomo las fotografías de antañobostezó la nocheun mugido incandescente.

Los seres nocturnales en alertaobservaron el cielorevuelto en resplandores.Era el Toro Consteladovisto por el maestro Mario Abreupastando estrellas en el vallede Tucutunemoa orillas de un día festivo.

** Ocurrencia de un pájaro burlónUna hoja de almendrónlánzase en picadahacia el libro que leo.

Otra hojita verde asoleadapor demás tambiénla imita y falla.

Como loco un pájaro urbanopicotea en mi hombrocomo lo haría un Martín pescadorcon las corredizas aguas de un ríoy desde la rama de un mangoburlón gorjeacelebra su ocurrencia.

** Desde aquí veo caer la lluviaDesde esta terraza al oeste de la ciudadel mundo es reducidoa un punto suspensivo.Más visible es la lunacon su cara de niña enfermiza.

Calles y árboles no vuelancomo halcón más alto que las nubes-pero en su cinetismo-Hacen uso del cieloReflejando en sus espejos de aguaEl rostro de algún esperanzado.