sistemas de defensa

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Sistemas de defensa Los principales componentes del sistema inmunitario son la médula ósea y el timo. En la médula ósea roja es donde se inicia la proliferación de los linfocitos B y T (tipos de glóbulos blancos) que son células que participan en la respuesta inmunitaria. El timo es el órgano en donde ocurre la posterior maduración de los linfocitos T. Los otros integrantes de este sistema son los vasos y ganglios linfáticos, abundantes en el bazo y en las amígdalas. Las defensas del organismo contra la infección incluyen barreras naturales como la piel, mecanismos inespecíficos como ciertas clases de glóbulos blancos y fiebre, y mecanismos específicos, como los anticuerpos Inmunidad innata o inespecífica y sus componentes Este tipo de inmunidad te protege del ingreso o permanencia de microorganismos u otras partículas extrañas en tu organismo. Los principales componentes de esta inmunidad son las barreras físicas, mecánicas o químicas, y células fagocitarias (neutrófilos, macrófagos) (Fig. 9). Estos componentes se caracterizan por estar presentes desde el nacimiento del individuo, ser inespecíficos y no dejar memoria después de su acción. Barreras naturales La piel evita la invasión de muchos microorganismos si no existe alguna lesión, picadura de insecto o quemadura. El organismo también cuenta con las membranas mucosas, que revisten las vías respiratorias e intestino. Estas membranas producen secreciones que combaten los microorganismos y evitan infecciones. Además de las mucosas, las vías respiratorias constan de cilios que expulsan las partículas y microorganismos hacia el

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Sistemas de defensaLos principales componentes del sistema inmunitario son la médula ósea y el timo. En la médula ósea roja es donde se inicia la proliferación de los linfocitos B y T (tipos de glóbulos blancos) que son células que participan en la respuesta inmunitaria. El timo es el órgano en donde ocurre la posterior maduración de  los linfocitos T. Los otros integrantes de este sistema son los vasos y ganglios linfáticos, abundantes en el bazo y en las amígdalas.

Las defensas del organismo contra la infección incluyen barreras naturales como la piel, mecanismos inespecíficos como ciertas clases de glóbulos blancos y fiebre, y

mecanismos específicos, como los anticuerpos

Inmunidad innata o inespecífica y sus componentes

Este tipo de inmunidad te protege del ingreso o permanencia de microorganismos u otras partículas extrañas en tu organismo. Los principales componentes de esta inmunidad son las barreras físicas, mecánicas o químicas, y células fagocitarias (neutrófilos, macrófagos) (Fig. 9). Estos componentes

se caracterizan por estar presentes desde el nacimiento del individuo, ser inespecíficos y no dejar memoria después de su acción.

Barreras naturales

La piel evita la invasión de muchos microorganismos si no existe alguna lesión, picadura de insecto o quemadura. El organismo también cuenta con las membranas mucosas, que revisten las vías respiratorias e intestino. Estas membranas producen secreciones que combaten los microorganismos y evitan infecciones. Además de las mucosas, las vías respiratorias constan de cilios que expulsan las partículas y microorganismos hacia el exterior. También actúan como barreras el ácido estomacal, el reflejo de la tos y enzimas en las lágrimas y grasas de la piel.

Fagocitos y complemento: Cuando las barreras naturales no controlan el ingreso de patógenos, se activan otros mecanismos de defensa inespecíficos. Este tipo de respuesta es mediada por:

Fagocitos: que incluyen neutrófilos y macrófagos y se caracterizan por activarse de forma inmediata cuando cualquier sustancia extraña penetra en el organismo (por

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ejemplo, después de una herida). La activación consiste en la movilización de estas células hacia el foco de la lesión, luego reconocen y toman contacto con la sustancia extraña y la destruyen mediante el proceso de fagocitosis y posterior lisis intracelular.

Complemento: “complementa” la acción de otros mecanismos de defensa. Consiste en proteínas presentes en el plasma que, luego de activarse, sus acciones pueden incluir lisis de la pared celular, recubrimiento de patógenos para facilitar la acción de fagocitos y atracción de linfocitos al sitio de la infección.

Los mecanismos de defensa inespecíficos aportan un buen sistema de protección. Sin embargo, en muchas ocasiones no es suficiente para defender eficazmente al organismo. Por fortuna éste dispone de otros mecanismos de defensa, como es la respuesta inmune adaptativa.

Inmunidad adaptativa

¿Has notado que algunas enfermedades infecciosas que padeciste en tu infancia no se han repetido? La causa de esto se relaciona con la inmunidad adaptativa o específica, que tiene la capacidad de reconocer una enorme variedad de sustancias extrañas (antígenos) de manera específica y “recordarlas” (memoria), permitiendo una respuesta más rápida a nuevas exposiciones de un mismo agente patógeno.

En la activación de la inmunidad adaptativa se requiere que actúen las células presentadoras de antígenos (CPA), las cuales exhiben fragmentos de patógenos en la superficie, para que sean reconocidos por linfocitos B y T. Las CPA pueden ser macrófagos, células dendríticas y linfocitos B.

Existen dos tipos principales de inmunidad adaptativa:

Humoral: está a cargo de los linfocitos B y se caracteriza por la producción de anticuerpos, un grupo complejo de proteínas denominadas inmunoglobulinas (Ig). Ante la presencia del antígeno los linfocitos B se activan produciéndose dos tipos de células: plasmáticas y de memoria. Las células plasmáticas producen los anticuerpos con los que se combate la infección, mientras las células de memoria solo actúan después de la segunda infección.

Celular: participan los linfocitos T, los cuales se originan en la médula ósea, pero adquieren la capacidad de ser inmunocompetentes en el timo. Los linfocitos T, gracias a la producción de proteínas, se encargan de destruir células infectadas por virus o aquellas que han sido modificadas (como las cancerosas). Los linfocitos T actúan cuando virus o bacterias sobreviven en células infectadas. Los antígenos quedan expuestos en las células afectadas como verdaderos marcadores permitiendo que las células T citotóxicas (T8) reconozcan específicamente la estructura de la célula que expone estos antígenos y de esta manera se activen los linfocitos. La activación

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produce la proliferación de células T y la diferenciación de las células hijas en clones de células de memoria; estas células son inactivas durante la infección inicial, pero se activan en una segunda exposición al antígeno extraño.

La inflamación (del latín inflammatio: encender, hacer fuego) es la forma de manifestarse de muchas enfermedades. Se trata de una respuesta inespecífica frente a las agresiones del medio, y está generada por los agentes inflamatorios. La respuesta inflamatoria ocurre sólo en tejidos conectivos vascularizados y surge con el fin defensivo de aislar y destruir al agente dañino, así como reparar el tejido u órgano dañado. Se considera por tanto un mecanismo de inmunidad innata, estereotipado, en contraste con la reacción inmune adaptativa, específica para cada tipo de agente infeccioso.

Inflamación Aguda:

La fase aguda de la inflamación es sinónimo de reacción inmune innata. En la inflamación aguda distinguimos tres puntos clave: cambios hemodinámicos, alteración de la permeabilidad vascular y las modificaciones leucocitarias. Se producen ciertos cambios hemodinamico en el calibre y el flujo:

Después de un periodo inconstante y transitorio de vasoconstricción arteriolar, se produce vasodilatación e hiperemia activa (aumento de flujo sanguíneo en la zona de la lesión), que causa enrojecimiento y aumento de la temperatura. Después se produce un periodo de hiperemia pasiva en la que disminuye el flujo por un aumento de la permeabilidad microvascular con extravasación de líquido y aumento de la viscosidad sanguínea en los vasos de menor calibre, que es lo que se denomina estasis (parálisis total del flujo). A medida que evoluciona la estasis se produce la orientación periférica (marginación) de los leucocitos, que se adhieren al endotelio, atraviesan la pared vascular y se dirigen al intersticio.

Paso por paso (sólo de manera didáctica, ya que estos eventos ocurren superponiéndose) se observa lo siguiente:

1- Vasodilatacion arteriolar y capilar, que provoca la apertura de capilares y venulas; inducida por la acción de diferentes mediadores sobre el músculo liso vascular, principalmente histamina y óxido nítrico;

2- Aumento de la velocidad del flujo sanguíneo (hiperemia) por las arteriolas, que es la causa de la aparición de eritema (rojez) en el sitio de la inflamación;

3- Aumento de la permeabilidad de la microvasculatura: salida de un exudado inflamatorio hacia los tejidos extravasculares y aparición de edema inflamatorio;

4- Acumulación anormal y excesiva de sangre: la salida de líquido provoca un aumento de la viscosidad de la sangre, lo cual aumenta la concentración de los glóbulos rojos (congestión venosa);

5- Disminución de la velocidad de la sangre en pequeños vasos (estasis sanguínea);

6- Acumulación periférica de los leucocitos: marginación y pavimentación leucocitaria;

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7- Al mismo tiempo, las células endoteliales son activadas por los mediadores de la inflamación, expresando moléculas en sus membranas que favorecen la adhesión de los leucocitos, fundamentalmente los polimorfonucleares neutrófilos (PMN);

8- Paso de leucocitos (PMN en primer lugar, seguidos por los macrófagos) desde los vasos al intersticio: migración celular, con formación del infiltrado inflamatorio.

Asimismo, durante la fase de reparación que sigue a la inflamación aguda y durante la inflamación crónica se produce un fenómeno de proliferación de vasos sanguíneos denominado angiogénesis.

Alteración de la permeabilidad vascular

En condiciones normales el endotelio no permite la salida de proteínas y el intercambio se produce por pinocitosis. Durante la inflamación, se alteran las bases morfológicas del endotelio por acción de los mediadores químicos, produciéndose una alteración de las uniones celulares y las cargas negativas de la membrana basal: Maino y Palade vieron aperturas entre las células que no se encontraban rotas. Generalmente, este efecto se produce en las vénulas, pero si es muy intenso se alcanza a los capilares y se produce extravasación por rotura.

La salida de líquidos, proteínas y células a partir de la sangre se denomina exudación. Es importante distinguir los siguientes conceptos:3

un exudado es un líquido extracelular que contiene alta concentración de proteínas y restos celulares, muy denso; su presencia implica una reacción inflamatoria;

un transudado, sin embargo, es un fluido con bajo contenido en proteínas (contiene sobre todo albúmina); es un ultrafiltrado del plasma debido a la existencia de una diferencia depresión osmótica o hidrostática a través de la pared de un vaso, sin aumento de la permeabilidad vascular ni proceso inflamatorio;

un edema es un exceso de líquido en el tejido intersticial, que puede ser un exudado o un transudado;

el pus es un exudado purulento, un exudado inflamatorio rico en leucocitos (sobre todo PMN), restos de células muertas y, en muchos casos, microbios.

El aumento de la permeabilidad vascular se genera por varios mecanismos, que pueden producirse simultáneamente:3

Contracción de las células endoteliales

Es el mecanismo más común, desencadenado por diferentes mediadores, como la histamina, la bradiquinina, los leucotrienos y la sustancia P, entre otros. Estas sustancias provocan la contracción brusca de los filamentos de actina y miosina de las células endoteliales que se retraen, de forma que los espacios interendoteliales aumentan. Después el citoesqueleto se reorganiza para mantener la contracción durante más tiempo. Las sustancias inflamatorias deben disolver la membrana basal de estas aperturas.

Daño endotelial

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La necrosis de las células endoteliales provoca su separación de la pared del vaso, creando de esta forma una apertura en el mismo. Puede producirse en heridas severas, como quemaduras, o por la acción tóxica de microbios que afectan directamente el endotelio. Los PMN que se adhieren a las células endoteliales también pueden dañarlas. En este caso, la pérdida de líquido continúa hasta que se forma un trombo o se repara el daño.

Aumento de la transcitosis

El transporte de fluidos y proteínas a través de las propias células endoteliales (y no entre ellas) puede realizarse mediante canales que se forman a partir de vacuolas y vesículas no recubiertas interconectadas (denominado orgánulo vesiculovacuolar). Parece que VEGF estimula el número y el tamaño de estos canales.

Respuestas de los vasos linfáticos

En condiciones normales, el sistema linfático filtra y controla las pequeñas cantidades de líquido extravascular que se ha perdido en los capilares. Durante la inflamación, la cantidad de líquido extracelular aumenta, y el sistema linfático participa en la eliminación del edema. Asimismo, en este caso una mayor cantidad de leucocitos, restos celulares y microbios pasa a la linfa. Como ocurre con los vasos sanguíneos, los linfáticos también proliferan en los procesos inflamatorios, para atender al incremento de la demanda. Puede ocurrir que los vasos linfáticos se inflamen de forma secundaria (linfangitis), o que se inflamen los ganglios (linfadenitis), a causa de la hiperplasia de los folículos linfoides y al mayor número de linfocitos y macrófagos.

Modificaciones leucocitarias

Los leucocitos fagocitan a los patógenos, destruyen a las bacterias y a los microorganismos, y degradan el tejido necrótico, pero también pueden prolongar la lesión tisular al liberar enzimas, mediadores químicos y especies reactivas del oxígeno (ERO, o también ROS, por sus siglas en inglés; también denominados radicales libres de oxígeno, RLO). Los dos grupos de leucocitos más importantes en un proceso de inflamación son los leucocitos polimorfonucleares neutrófilos (PMN) y los macrófagos.3

El tejido conjuntivo contiene macrófagos y mastocitos, que son células centinelas capaces de reconocer la presencia de microbios, células muertas o cuerpos extraños. Los macrófagos son los elementos principales en el inicio del proceso de inflamación, ya que poseen receptores específicos capaces de reconocer microbios y células muertas. Cuando reconocen estos elementos, los macrófagos producen las citoquinas IL-1 y TNF-α, que desecadenan la inflamación propiamente dicha actuando sobre las células endoteliales de los vasos sanguíneos cercanos (sobre todo las vénulas post-capilares), para permitir la migración transendotelial de los leucocitos.

Los mastocitos reaccionan al estrés físico que se detecta en los tejidos (calor, frío, presión) y producen los mediadores serotonina e histamina, que son potentes agentes vasoactivos que actúan sobre la contracción y la permeabilidad de los vasos, tanto arteriales como venosos.

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Como consecuencia de la activación de macrófagos y mastocitos, se produce la liberación de los mediadores químicos de la inflamación. Estos mediadores inducen vasodilatación en la zona afectada, lo que provoca la salida de líquido de la sangre hacia los tejidos, generando un edema. Por esta razón, la viscosidad de la sangre aumenta, debido al aumento de concentración de los glóbulos rojos, lo que provoca un descenso en el flujo sanguíneo (estasis). En estas condiciones hemodinámicas, los leucocitos se redistribuyen en posición periférica, un fenómeno denominado marginación. A continuación, los leucocitos ruedan sobre la superficie del endotelio, estableciendo contactos transitorios con las células endoteliales, soltándose y volviéndose a unir. Finalmente, los leucocitos se adhieren firmemente al endotelio, antes de iniciar la migración a través de los capilares (ver el apartado "Diapédesis" de los neutrófilos para un detalle molecular completo).

Los leucocitos que han atravesado los capilares se dirigen hacia la zona afectada por un proceso de quimiotaxis. Una vez allí, fagocitan los microbios y los destruyen, generando la producción de pus. El pus será eliminado hacia el exterior si la lesión está en contacto con el exterior, o generará un abceso si la zona donde se ha formado el pus está en el interior de un órgano.

Una vez eliminado el pus (bien de manera natural o por intervención quirúrgica en caso de absceso), los macrófagos y los linfocitos proceden a la reparación del tejido dañado por la inflamación aguda. El daño tisular está producido generalmente por los PMN, que son muy numerosos y liberan enzimas hidrolíticas y radicales libres que dañan los tejidos. La reparación se produce gracias a los macrófagos, que estimulan a los fibroblastos a sintetizar colágeno y a las células endoteliales a generar nuevos vasos, mediante la secreción defactores de crecimiento. Sin embargo, la reparación es siempre incompleta, ya que no se recupera la estructura original: las glándulas y los pelos de la zona no se regeneran.

La naturaleza de los leucocitos infiltrados varia según el momento de la respuesta inflamatoria y el tipo de estímulo. En la mayor parte de los casos de inflamación aguda, los neutrófilos(PMN) predominan durante las primeras 6-24h, y luego son reemplazados por monocitos en 24-48h. La rápida aparición de los PMN se debe a que son más abundantes en la sangre, responden más rápido a las quimioquinas y se adhieren más fuertemente a las moléculas de adhesión que aparecen en las células endoteliales activadas, como las selectinas E y P. Sin embargo, después de entrar en los tejidos, los PMN tienen una vida media corta: sufren apoptosis y desaparecen después de 24-48h. Los monocitos responden más despacio, pero no sólo sobreviven en los tejidos, sino que además proliferan y dan lugar a los macrófagos, de manera que se convierten en la población dominante en las reacciones inflamatorias crónicas. Sin embargo, en algunos casos las poblaciones de leucocitos pueden variar: en infecciones por Pseudomonas, los neutrófilos se reclutan de forma continua durante varios días, y en infecciones virales, los linfocitos son los primeros en llegar, por ejemplo.

Mediadores de la inflamación

Estos mediadores son pequeñas moléculas que consisten en lípidos (prostaglandinas, leucotrienos y tromboxano), aminoácidos modificados (histamina, serotonina) y pequeñas proteínas (citoquinas, factores de crecimiento, interleuquinas...) que representan información específica destinada a las células capaces de utilizar esta información gracias a la presencia de receptores específicos en su membrana

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plasmática. Los mediadores de la inflamación son de origen plasmático (sintetizados por el hígado) o celular.

Estreptococos Beta-Hemolíticos del Grupo A

S. pyogenes (también conocido como GAS) es el agente causal en las infecciones estreptocócicas del Grupo A, (GAS) incluyendo faringitis estreptocócica ("amigdalitis"), fiebre reumática aguda, fiebre escarlata, glomerulonefritis aguda y fascitis necrotizante. Si la amigdalitis no es tratada, puede desarrollarse fiebre reumática, una enfermedad que afecta las articulaciones y las válvulas cardiacas. Otras especies de Streptococcus también pueden poseer el antígeno del Grupo A, pero las infecciones en humanos por cepas no-S. pyogenesGAS (algunas cepas S. dysgalactiae subsp. equisimilis y del Grupo S. anginosus) parecen no ser comunes.

La infección por Estreptococo Grupo A es diagnosticada generalmente con una Prueba Rápida de Estreptococos o mediante Cultivo.

El método más comúmente empleado en los laboratorios clínicos para la identificación presuntiva en cultivos de Streptococcus Beta-hemolítico del grupo A (Streptococcuss pyogenes) es la prueba de susceptibiidad a la bacitracina o Taxo A. Otra manera es detectar el antígeno A mediante enzimoinmunoanálisis o inmunoaglutinación.

S. pyogenes se asocia a muchas enfermedades, algunas muy importantes: faringitis estreptocócica, infecciones de piel por estreptococo (celulitis,  erisipelas, impétigos, fascitis necrotizante). La faringitis se puede complicar con la aparición de un exantema difuso (escarlatina), lo que ocurre con algunas cepas de estreptococo. Otras enfermedades que puede causar son la bartolinitis y síndrome de shock tóxico por estreptococo. También puede causar enfermedad a través de la reacción del sistema inmune, como en la fiebre reumática y la glomerulonefritis  postestreptocócica. Es una bacteria muy sensible a la penicilina.

S. pyogenes tiene varios atributos que lo hacen más virulento. Una cápsula de ácido hialurónico, un carbohidrato polisacarídico, envuelve la bacteria, protegiéndola de ataques de macrófagos (parte del sistema inmune). Además, hay ácidos lipoteicoicos y proteínas que embeben la cápsula (M proteína) que también incrementan la virulencia por facilitar la adherencia y la invasión de las células huésped.3 La proteína M inhibe una parte del sistema inmune: el sistema del complemento, que participa en la identificación y destrucción de las bacterias invasoras. Sin embargo, la proteína M es también un punto débil en el mecanismo de defensa porque es un patrón en la producción de anticuerpos del sistema inmune del hospedador, usado para reconocer las bacterias. Las proteínas M son únicas en cada cepa y su identificación puede usarse clínicamente para confirmar el germen causante de una infección.

Hay varias toxinas y enzimas que contribuyen a la virulencia de S. pyogenes:

Estreptolisina O y S

Tóxinas que son la base de las propiedades beta-hemolíticas del organismo. La estreptolisina O causa una respuesta inmune y la detección de anticuerpos en el suero sanguíneo; la antiestreptolisina O (ASLO) puede usarse clínicamente para confirmar una reciente infección.

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La estreptolisina S es una hemolisina adherida a la célula y estable frente al oxígeno, no es inmunogénica, es capaz de lisar eritrocitos, así como leucocitos y plaquetas tras contacto directo.

Toxina Piogénica

Encontrada en las cepas de S. pyogenes responsables de la fiebre escarlatina y en las responsables del síndrome de shock tóxico estreptocócico. El gen de la toxina es proporcionado por un fago lisogénico.

Estreptoquinasa

La estreptoquinasa activa enzimáticamente al plasminógeno, una enzima proteolítica plasmática que digiere a la fibrina (proteína que forma los coágulos) y otras proteínas.

Hialuronidasa

La hialuronidasa rompe el ácido hialurónico, un importante componente del tejido conectivo, facilitando la expansión de la infección.

Estreptodornasa

Una ADNasa, la estreptodornasa depolimeriza el ADN. El huésped produce anticuerpos contra esta enzima, que pueden ser utilizados para el diagnóstico serológicos de las infecciones por Streptococcus pyogenes.

El periodo de incubación es de uno a tres días. Los gérmenes entran a través de lesiones cutáneas o mucosas y causan infecciones locales que pueden evolucionar a una sepsis. La mayor parte de las infecciones afectan al tracto respiratorio superior. Primero se produce una faringitis estreptocócica que, en general, se presenta como una amigdalitis exudativa acompañada de fiebre alta. Posteriormente puede pasar a abscesos periamigdalares, sinusitis u otras complicaciones. La escarlatina es una forma especial de faringitis estreptocócica que, además de la amigdalitis, provoca un exantema miliar (y un enantema).

Un segundo grupo de enfermedades son las infecciones cutáneas (pioderma, impétigo, erisipela). Una enfermedad muy grave es la fascitis necrotizante, con o sin miositis. El aspecto especial de esta infección reside en el inicio súbito de los síntomas, la rápida progresión en personas por lo demás sanas, y el síndrome de shock tóxico.

Una importante secuela tardía es la fiebre reumática aguda, una enfermedad sistémica inflamatoria que se presenta después de una infección estreptocócica respiratoria. Puede tener manifestaciones cardiacas, articulares, neurológicas, cutáneas y de partes blandas. Otras enfermedades secundarias son la glomerulonefritis.

Nombre Tipos Descripción

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IgA 2

Se encuentra en las mucosas, como el tubo digestivo, eltracto respiratorio y el tracto urogenital. Impide su colonización por patógenos. También se encuentran en la saliva, las lágrimas y la leche.

IgD 1Su función consiste principalmente en servir de receptor de antígenos en los linfocitos B que no han sido expuestos a los antígenos.30 Su función está menos definida que en otros isotipos.

IgE 1Se une a alérgeno y desencadena la liberación dehistamina de las células cebadas y basófilos y está implicada en la alergia. También protegen contra gusanos parásitos.5

IgG 4

Proporcionan, en sus cuatro formas, la mayor parte de la protección inmunitaria basada en anticuerpos contra los patógenos invasores.5 Es el único anticuerpo capaz de cruzar la placenta para proporcionar al feto inmunidad pasiva.

IgM 1

Se expresa en la superficie de los linfocitos B y en forma de secreción con gran avidez por su diana. Elimina los patógenos en los estadios tempranos de la respuesta inmune mediada por linfocitos B (humoral) hasta que existen suficientes IgGs.

Faringitis virica es provocada por el virus de la gripe y del resfriado, adenovirus y virus de Epstein-Barr, la faringitis provocada por bacteria es producida principalmente pod estreptococo del grupo A, esta afecta mas a niños que se infectan por contacto de saliva o dde los mocos, ademas se puede producir por medio de la bacteria de la gonorrea quese produce por infeccion a traves de contacto sexual oral buco-genital con una persona infecctada