El celo

« Seguid teniendo mucho celo por la salvación de las almas y para formar bien a vuestras alumnas, sobre todo en el amor y el temor de Dios». Carta 16

« Le deseo un año muy feliz, pero sobre todo mucho amor de Dios y mucho celo para ganarle almas, en fin, mi querida Hija, todas las gracias que necesita para hacerse santa y para santificar a todas sus alumnas. » Carta 27 « Le deseo el año más fervoroso, más santo y lleno de méritos; por su parte no descuide nada para ello y redoble su celo para procurar la gloria de Dios ». Carta 31 « Siga cumpliendo sus deberes con fidelidad; tenga mucho celo, para formar bien, para todo, a esa juventud que el cielo le ha confiado. » Carta 35 « Dé a conocer y haga amar a Jesucristo a sus alumnas; le deseo mucho celo por la salvación de las almas; procure que se evite el pecado si es posible y rece por la conversión de los pecadores. » Carta 121 « Siga teniendo mucho celo por el progreso de las alumnas. Le deseo el celo de Jesucristo por la salvación de las almas. » Carta 139 « ¡Qué alegría tendrá la Santísima Virgen y San Francisco de Regis si renovamos el celo para instruir en el terruño donde él trabajó hasta el agotamiento!. Caminad tras sus huellas y vuestro trabajo tendrá el mismo éxito. »Carta 259 « Tengamos siempre mucho celo para instruir a esa querida juventud y hagamos todo únicamente por el amor de Dios y por su mayor gloria. » Carta 267 « Le recomiendo sobre todo, Hija mía, un celo ardiente por todas sus obligaciones, por el progreso de los niños, por la vigilancia y el cuidado de todo; no tener miedo al esfuerzo, al trabajo, ser muy entregada para todo y trabajar bien en su santidad. » Carta 280 (1) « Medite bien a Jesucristo y a los Santos; camine tras sus huellas, y no tenga miedo más que al pecado; lo demás no es nada, pero nos sirve mucho para ganar el cielo. Trabaje con ardor en su santidad, en combatir sus defectos, en adquirir las virtudes de Jesucristo, en desprenderse de todo; en llegar a ser afable y humilde de corazón, ardiente de celo y de caridad; cuídese mucho de no herir en nada esta virtud. » Carta 501 « Arda de celo, mi querida Hija, por su santidad y por la salvación del prójimo; haga cuanto pueda por llevar a buen término el establecimiento nuevo que Dios le ha confiado. » Carta 650 « Deseo que todas estén animadas de ese espíritu de celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas, y que se renueven en el fervor con motivo de la fiesta de San Francisco de Regis. » Carta 740 « Redoblad de celo para que vuestras alumnas aprovechen, e inspiradles una sólida piedad. » Carta 833

« ¡Que necesidad tenemos de todo nuestro celo para nuestra perfección y la de los demás!. » Carta 1187 « Ardamos de fuego y de celo por nuestra alma y la del prójimo, Dios nos colmará de sus bienes. » Carta 1211 (5) « Por amor de Jesucristo, arda de celo. » Carta 1221 (3) « Le deseo el celo más ardiente y persistente para todas sus obligaciones y para la práctica de todas las virtudes de Jesucristo; hágalo todo por su amor y por su gloria. »; pero sobre todo, Hija mía, sea humilde y muy interior y corrija del todo la pereza, la lentitud y su falta de orden, y haga morir a su amor propio, hay que matarlo completamente. » Carta 1244 (2) « Tenga mucho celo y vaya siempre progresando en todas las virtudes y cualidades propias de su estado. Oh! cuánto deseo que sea una muy fervorosa y fiel esposa de Jesucristo. » Carta 1244 (22) « Vd. puede hacer mucho bien si tiene el celo que le deseo». Carta 1248 (27)