revista rebeldia, el zapatismo y la sociedad civil

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Revista Rebeldia

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  • La campaa EZLN: 20 y 10,el fuego y la palabra cul-min el 12 de enero con elEncuentro El zapatismo yla sociedad civil, convoca-do por la revista Rebelda yrealizado en el Museo de laCiudad de Mxico. A travsde 22 intervenciones se ex-presaron distintas voces queprovienen de los mundos delpensamiento, la poesa, lamsica, la historia, la cultu-ra, las creencias religiosas,la participacin poltica, lospueblos indgenas, la inves-tigacin, e incluso de lasopiniones crticas que hansurgido en el seno del propio

    E Z L NE Z L N20 y10

    EEll zzaappaattiissmmoo yy llaa ssoocciieeddaadd cciivviillYo no soy pesimista, no quiero ser pesimista, no puedo ser pesimista. Soy poseedora de una gran fe y unagran esperanza. Quiero luchar, quiero seguir luchando a pesar de todos los aos que ya cargan misespaldas, que no son pocos; quiero seguir luchando con optimismo, sin amargura, con alegra, como lohacen los hermanos zapatistas, que han sufrido por muchsimo tiempo, mucho ms que nosotros.

    Palabras de Rosario Ibarra, integrante del Comit Eureka y madre de un desaparecido poltico.

    Destruccin del Palacio Municipal de Altamirano, Chiapas, 3 de enero de 1994 FRANCISCO MATA

    3Destruccin del Palacio Municipal de Altamirano, Chiapas, 3 de enero de 1994 MARCO ANTONIO CRUZ

  • es marcha, es manifestacin, es caravana, es plantn y es fies-ta. La palabra zapatista nos invita a bailar. Bailaremos,sociedad civil? Bailaremos. La palabra zapatista y el zapatis-mo nos invitan a hacer msica con ellos. Haremos msicacon ellos? Haremos msica con ellos.

    El poder del dinero nos dice: la palabra no importa, notiene valor, utilzala solamente para conseguir lo que necesi-tas, lo que quieres; utilzala para ganar dinero; di libertadcuando quieras esclavizar, di democracia cuando quierasimponer tu dictadura, di libertad cuando quieras tener a lagente como autmatas. El zapatismo ha regresado el valor ala palabra, que la palabra tenga corazn, que nos haga sentir,que la palabra nos haga pensar, que tenga cabeza, que la pala-bra nos haga actuar, que vuelva, que siga caminando comopalabra. La poesa es palabra zapatista tambin, pues su pala-bra no solamente nombra, tambin sugiere, transforma, tienecabeza, tiene corazn y tambin hace actuar.

    El poder del dinero nos dice: no pintes, la pintura no exis-te; vende, vende, anuncia, vende. El zapatismo es creacin, sonlas pinturas murales que podemos ver en Bonampack, en lapintura mural que cuenta las historias, son la infinidad de carte-les, de murales que pueblan todas las paredes de los Aguasca-lientes y ahora de los Caracoles; son los graffiteros que estnluchando y dicindole a la gente: si la calle es un espacio pbli-co, si la calle es de todos, por qu solamente nos vendencosas? por qu no podemos llenarla de dibujos, de preguntas,de sueos? por qu no podemos contar nuestra historia? Lapalabra zapatista es celebracin, es celebracin de la vida enresistencia, es un baile de todos los que sobran, los que sobranpara el poder del dinero; es un baile de los que somos ms, detodos los que somos ms en el mundo.

    ejrcito mexicano. La conmemora-cin de los diez aos del levantamien-to zapatista fue tambin un espacio dereflexin acerca de la emergencia dela sociedad civil, que en 1994 seencontr en las plazas y las calles,empeada en detener la guerra y labarbarie del gobierno contra los pue-blos indgenas chiapanecos. En lassiguientes pginas recogemos algu-nas de estas intervenciones y frag-mentos de otras ms, buscando dar aconocer las que siguen inditas.

    Palabras de Roco, vocalista del grupoMaldita Vecindad:

    La palabra zapatista es flor y canto, Inxchitl, In cucatl, flor y canto del quehablaba Nezahualcyotl, flor y canto,palabra sagrada, vivencia cotidianade los hombres, como lo dice el poetanhuatl Natalio Hernndez. Flor ycanto es la concepcin indgena de lavida como acto creativo, la vida comocelebracin, como acto colectivo decelebracin; la vida entonces esdanza, la vida es msica, la vida espoesa, la vida es pintura, la vida esuna fiesta, una fiesta cotidiana.

    El poder del dinero nos dice: lamsica es aquella tonada machaconaque se repite hasta el cansancio, esatonada que a fuerza de repetirse acabapor gustarnos. La palabra zapatista esmsica, que como toda buena msicaest formada de sonidos y de silen-cios, como toda buena msica nosinvita a participar, hacindola juntocon ellos. El poder del dinero nosdice: no bailes, marcha disciplinada-mente a la guerra; no bailes, frmateen la fila del banco; no bailes, vetecon prisa, corre por las calles, trabaja.La palabra zapatista es danza, es bailede marimba toda la noche, es caminata,

    Bailaremos, sociedad civil?

    Vivimos en el mundo de la comunicacin masiva, la era electrnica de fibraspticas, era en que la noticia es divulgada al instante... Ojal esto realmentenos acercara unos a los otros, pero estamos en un proceso de deshumaniza-cin aterrador, no nos conocemos, no sabemos el nombre de nuestro vecino,no nos saludamos en la calle, y dicen nuestros compaeros en los altos deChiapas que as como el que viene de la ciudad no conoce la montaa, el queest en la montaa tampoco conoce la ciudad y no puede moverse bien enella. En este gran pas pluricultural, no nos conocemos los mexicanos. Elmovimiento zapatista ha sido un movimiento de orientacin, de acercamien-to, de cohesin, de hermanamiento de nuestra sociedad, en el momento pre-ciso en que el mundo es vctima de ese golpe devastador, aniquilador deculturas y costumbres que nos ha dado la globalizacin. El movimientozapatista ha logrado el rescate de nuestra fortaleza y unin, que es nuestraidentidad, el orgullo de ser quienes somos y de saber quines somos.

    Anglica Aragn, actriz.4

  • 5El zapatismo nos invita a entrar a este baile, a esta cele-bracin, y junto con la poesa nos hace una pregunta quesigue estando en nuestros corazones: podemos imaginarnosun mundo donde quepan muchos mundos? podemos, al verla semilla, ver claramente al rbol que vive dentro de ella? Elzapatismo, como flor y canto, como la vida, como un actocreativo, colectivo, nos invita a vivir y a reflexionar cada unode nuestros segundos en arte.

    El tiempo es dinero, dice el poder. No. El tiempo es arte,el tiempo es vida, contestan los zapatistas, y es por eso tal vezque la palabra zapatista, donde ms resonancia ha tenido es entodo lo que es el medio cultural: los poetas, los msicos, lospintores. Tambin donde ms incide es en los jvenes, en losjvenes urbanos, en todos estos jvenes que sabemos y senti-mos que la manera como vivimos, como hablamos, como nosvestimos, todos nuestros usos y costumbres, son nuestra vidaen s. No queremos luchar por un mundo donde eso sea acepta-do, es nuestra vida misma la que va construyendo ese mundo.

    Como es desde la msica desde donde ha tocado la pala-bra zapatista el corazn de muchas gentes y en especial el moy el de los msicos con los que he trabajado, traigo una can-cin para celebrar, as como vimos en esa manifestacin dehace diez aos que estaba llena de canciones y de pinturas yde msica y de tambores y de alegra. Bien dicen los zapatis-tas: la rebelda, la resistencia, es una fiesta, es una celebra-cin. Y yo traigo una cancin para celebrar, en memoria deesos diez aos, con todos ustedes, la presencia y la continui-dad de esa memoria del porvenir que es el zapatismo. Esto sellama Caracol.

    Palabras del filsofo Luis Villoro, quien particip en elencuentro con un mensaje enviado por escrito:

    Hace diez aos reson un grito: Ya basta! El Ya basta!zapatista no era slo una exclamacin de rebelda contra un sis-tema que se negaba a escuchar, era tambin un llamado al des-pertar de una nacin. La voz del zapatismo era el anuncio de ungiro radical en nuestra manera de sentir y pensar la nacin.

    Su llamado haca callar la algaraba discordante en lasdisputas en las cmaras; con un gesto de desdn, haca a unlado el lamentable espectculo de la rebatinga por un pedazode poder. El grito zapatista de hartura daba un portazo a lafarsa. A la vez, era un llamado al despertar del verdaderoMxico que ocultaba la farsa.

    Frente a la lucha de partidos y facciones, frente al apegoa sus intereses, el llamado del zapatismo descubra de nuevo

    Desgajar la voluntad de dominacin

    el Mxico autntico: el pas real, for-mado por comunidades de hombres ymujeres concretos, que se relacionanen redes de servicio recproco, en larealizacin compartida de valorescomunes, cotidianos. Es el puebloreal, el que desdea participar en lafarsa, el que an guarda la dignidadcomo un valor, el que rechaza el poderdisfrazado de codicia.

    Porque hay un Mxico real, vivoan en la solidaridad de los pueblos,en la moral social de la convivencia ydel respeto recproco. Es el Mxicoque opone el afn de lucro y el interspor dominar, al mandar obedecien-do de las comunidades.

    El grito zapatista era una afirma-cin de rebelda. Pero no por quererremplazar un poder por otro. La claveque distingue al zapatismo de cualquierotro movimiento rebelde es el rechazoradical de todo afn de poder. Su men-saje ms profundo es la negacin delpoder para s. Al no querer el poderpara s, desgaja de cuajo la voluntad dedominacin. El poder que postula es elde los hombres y mujeres en comuni-dades concretas; es el que reside en lasociedad real, ajena a toda dominacin.Para todos todo, nada para nosotros.

    Esa es la significacin profundadel mensaje zapatista. Dice que lacomunidad real slo se alcanza en lamedida en que pueda rechazarse elpoder. Y la realizacin de la comunidades el fin que da sentido a una nacin.

    Utopa? No. Rebelda perma-nente contra una realidad desgarrada.Afirmacin de la voluntad de cons-truir una autntica nacin.

    Tal es el proyecto tico que debeorientar la marcha paulatina hacia unasociedad sin dominacin, en el reco-nocimiento a todas sus diferencias.

    Ese es el proyecto de una comu-nidad ajena al poder, el proyecto delzapatismo.

  • personas ajenas, pero hoy estamos recuperando poco a poconuestro territorio, gracias tambin a nuestros hermanos zapa-tistas, que nos han encendido una luz del sur hacia el norte.

    Por eso queremos agradecer a nuestros hermanos zapa-tistas ese entusiasmo, porque sin ellos, la organizacin deellos, todava no encontraramos el camino por dnde salir.Las Juntas de Buen Gobierno hasta all nos han llegado, lohemos analizado, traducido a nuestra lengua, para adaptarloen nuestro pueblo. Y nosotros apenas estamos renaciendo,nos falta mucho por aprender, pero aqu estamos, an segui-mos vivos despus de 500 aos de resistencia.

    Palabras de Jos Carrillo de la Cruz,wixrika de la Comunidad San Sebas-tin Teponazhuatln, Municipio Mez-quitic, Jalisco:

    Yo les traigo la palabra y elsentimiento de mi pueblo,mi regin, mi comunidad.Hace diez aos, ramospueblos muertos, no tena-mos voz ni voto en lascomunidades. Si no fuerapor nuestros hermanoszapatistas, hoy estuvira-mos como antes. Hoy meven vestido, porque esto esmi vestuario, pero antes nonos atrevamos a salir as denuestro pueblo por temor aser objeto de curiosidad.Estaban nuestras comuni-dades tan pisoteadas por

    Por qu estamos aqu? Para celebrar los20 y 10 aos de la lucha del EjrcitoZapatista de Liberacin Nacional? Paraconmemorar la marcha del 12 de enero de1994, esta movilizacin masiva de lasociedad civil? S, s, claro que s, peroeso no es lo importante. No estamos aqusolamente para festejar la lucha de losindgenas de Chiapas, para expresarnuestra solidaridad con ellos. Estamosaqu ms bien porque reconocemos quesu lucha por la dignidad es nuestra luchapor la dignidad, su lucha para vivir esnuestra lucha para vivir.

    John Holloway,pensador y escritor crtico.

    A diez aos de laerupcin del volcn

    indgena en Chiapas

    Nosotros tambin llevamos ms de un ao viviendo en resistencia, esoquiere decir que estamos impulsando el mismo proyecto histrico de lospueblos indgenas. Estamos impulsando en los hechos los derechos quetenemos como pueblos originarios. En nuestras comunidades hay dostipos de gobierno, el gobierno tradicional y el gobierno constitucional.Nosotros supuestamente estamos fuera del Estado, pero en nuestrascomunidades gobiernan nuestras autoridades tradicionales elegidas enasambleas comunitarias.

    Estoy viendo que hay mucha gente que le gusta pensar, que legusta reflexionar la realidad y qu bueno, est bien; pensamos noso-tros, pues, que la teora debe de surgir de la prctica. Entonces es tiem-po de actuar nuestro papel como actores de nuestro destino, comoactores principales para el desarrollo de nuestras comunidades.

    David Valtierra,amusgo del municipio autnomo de Xochistlahuaca, Guerrero.

    FRIDA HARTZ

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    Toma del Palacio Municipal, Las Margaritas, Chiapas, enero de 1994

  • 7Mensaje escrito, enviado por el politlogo Lorenzo Meyer alEncuentro El zapatismo y la sociedad civil:

    El trasfondo. Desde el arranque mismo de la construccin del Estadonacional mexicano al inicio del siglo XIX los cimientos fue-ron mal puestos. Los diseadores de la nueva nacin esta-blecieron, como principio fundamental, la igualdad jurdicade todos los miembros de la comunidad nacional recin crea-da, pero desde el inicio y hasta hoy esa igualdad result unaficcin, una construccin ideolgica que choc con unaaeja realidad social donde la desigualdad en todos losrdenes era la gran regla poltica, econmica, social y cul-tural.

    Por trescientos aos, la Nueva Espaa pieza clave delimperio espaol de Amrica se estructur partiendo de unadicotoma tan bsica como brutal: por un lado estaba la lla-mada repblica de los espaoles o gente de razn y por elotro las repblicas de indios con personas que por su natu-raleza estaban, supuestamente, impedidas de alcanzar ungrado de desarrollo moral e intelectual similar al de los euro-peos. Los mestizos no estaban contemplados en el orden ini-cial pero en la prctica fueron situados en algn puntointermedio de los dos polos originales, el de los de razn ylos rsticos permanentes.

    Formalmente Mxico dej de ser un pas de indios, peroen la prctica estos permanecieron y dieron una gran luchapor preservar su identidad y propiedades comunales e inclusopor extender su autonoma. Al doctor Luis Mora, el idelogodel liberalismo mexicano original, y como a tantos otros libe-rales, le pareci apropiado que en la nueva repblica se elimi-nara el concepto de indio. Al final, esta visin se impusopero no logr eliminar del todo eso que consider un elemen-to de atraso y premodernidad: lo indgena.

    La Revolucin Mexicana insisti en la igualdad polti-ca y jurdica de todos los mexicanos, pero reconoci la pro-piedad comunal de la tierra y dise programas especialespara esos descendientes de los mexicanos originales quese encontraban hasta el fondo de la pirmide social, progra-mas elaborados por no indgenas e impuestos casi sin con-sulta con los destinatarios. En todo caso, la idea era asimilara los indios al Mxico mestizo hasta que la moderniza-cin exitosa los hiciera desaparecer y lo indio quedara

    simplemente como historia y smbo-lo pasado de la identidad.Hace diez aos.El Ejrcito Zapatista de LiberacinNacional (EZLN) hizo su aparicinjusto cuando el proceso de moderni-zacin mexicana en su fase neolibe-ral se encontraba en la cspide, en sumomento de gloria nacional e interna-cional. Y por eso y de inmediato hizodos contribuciones fundamentales ymuy positivas al proceso de desarro-llo poltico del pas. Por un lado, la crisis poltica desatadapor el EZLN en un ao electoral(1994) oblig al gobierno de CarlosSalinas a aceptar una reforma electo-ral que, por primera vez, abri la posi-bilidad de que en Mxico hubiera unrgano electoral autnomo que per-mitiera que el proceso electoral pasa-ra de ser una formalidad a algorealmente sustantivo. Si el PRI fueobligado a dejar Los Pinos en el ao2000, una parte de la explicacin seencuentra en el EZLN y en la movili-zacin poltica que impuls en unaamplia zona geogrfica y social delpas.

    La otra contribucin del EZLNfue hacer visible e insoslayable la per-sistencia de la injusticia histrica ori-ginal sobre la que se haba fundado larepblica: la divisin entre un passobrexplotado, humillado en extremoy discriminado de manera sistemticael Mxico del 10 por ciento mspobre, el Mxico de los indios y elotro pas, donde tambin campea laexplotacin, la humillacin y la dis-criminacin, pero no en el gradoextremo que los indicadores de lapobreza y atraso social muestra queprevalece en las zonas indgenas deChiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz,Hidalgo, Nayarit o Chihuahua, porslo mencionar algunos ejemplosdramticos.

    Los cimientos de Mxicofueron mal puestos

  • 8Fragmentos de lo dicho por el general Francisco Gallardo:

    Por qu llama la atencin de la opinin pblica inter-nacional la insurreccin chiapaneca? En qu se distingue deotros conflictos o movimientos armados del resto del mundo?

    Las condiciones de pobreza y marginacin no explicanpor s solas el surgimiento de una insurreccin armada. Unasituacin de opresin y autoritarismo tampoco basta para que

    El EZLN ha hecho ya una grancontribucin al desarrollo poltico,social y cultural de Mxico, pero ni lademocratizacin de Mxico ha avan-zado ms all del mbito electoral necesario e indispensable peroabsolutamente insuficiente ni loque queda de las comunidades indge-nas ha recibido de la autoridad elcambio que justamente ha demanda-do en sus condiciones econmicas,sociales y jurdicas. Todo ha sidoinsuficiente.

    El EZLN ni puede ni debe ser elresponsable del cambio. Esa socie-dad urbana que con tanto entusiasmose moviliz en el inicio del 2001 porel llamado de los nuevos zapatistas afavor de una autonoma indgenareal, es a la que le corresponde hacerahora el esfuerzo mayor. El esfuerzodel 2001 fracas, pero es una obliga-cin de todo el Mxico democrticoinsistir en apoyar la demanda de unaautonoma indgena real y, sobretodo, en exigir las grandes reformasdel Estado y del modelo econmico,para superar la injusticia original.

    Dentro de seis aos se cum-plirn dos siglos de que se iniciaraen Mxico la lucha por la inde-pendencia, pero el proyecto del curade Carcuaro y Necuptaro, donJos Mara Morelos, de hacer de larecuperacin de la soberana mexi-cana la palanca para disminuir ennuestro pas los extremos entre laopulencia y la pobreza extrema larealidad creada por el sistema colo-nial an es slo una meta y muydistante. El EZLN, en medio deenormes carencias y a un costo socialdemasiado alto, ya hizo su tarea porlograr enmendar el error de origencon que naci Mxico. Ese esfuerzonos obliga al resto a hacer ms delo que hasta ahora hemos hecho alrespecto.

    Pero no slo dijeron Ya Basta! con los fierros. Tambin se organi-zaron para darse sus propias leyes, gobernarse a s mismos, educarse,cuidar su salud, garantizar el abasto y practicar la autogestin. Parahacer realidad sus sueos, pues.

    Luis Hernndez Navarro, analista poltico.

    Qu trataba de ocultarel alto mando militar?

    1 de enero de 1994, Subcomandante Insurgente Marcos,San Cristobal de las Casas, Chiapas

    CARLOS CISNEROS/LA JORNADA

  • se levanten en rebelda grupos sociales. Para que se diera ellevantamiento armado en Chiapas, se conjuntaron dos tradicio-nes de lucha. De un lado, la herencia de la guerrilla de los seten-ta, curtida por la experiencia de la opresin. Del otro, laresistencia indgena chiapaneca que se mantiene desde el sigloXVI. Ambas tradiciones coincidieron en un momento histricocaracterizado por una prdida de expectativas, propiciada porla farsa salinista de que ingresbamos al primer mundo.

    Pero no se trata de una vanguardia revolucionaria que semonta en una clase social oprimida para abanderar una revo-lucin, sino de un movimiento de sublevacin en el que lasociedad civil organizada y su lite que la dirige vivieron unproceso de fusin que, a travs de un aprendizaje mutuo, con-siguieron estructurar un ejrcito simblico que, con rifles demadera cargados con proyectiles de razn, hirieron mortal-mente al sistema poltico mexicano.

    Quiero platicarles una ancdota del impacto que tuvie-ron las armas que utilizaron los zapatistas en contra del ejr-cito mexicano, donde varios de mis compaeros perdieron lavida.

    Un da de abril de 1994, apareceen todas las instalaciones del ejrcitoy en la prisin militar del Camponmero Uno lugar donde estabarealizando un estudio de campo paraelaborar mi tesis de maestra sobre lareforma del ejrcito una pancartade difusin mensual llamada Tres deDiana. En ella aparecan fotografasde una veintena de militares queseran condecorados por decreto pre-sidencial, con bombo y platillo enceremonia militar, por haber muertoen combate en Chiapas.

    El evento fue presidido por elcoamandante supremo de las FuerzasArmadas, Carlos Salinas de Gortari;el general Antonio Riviello Bazn,secretario de la Defensa; el almiranteRuano Angulo, secretario de Marina;el Dr. Jorge Carpizo Mc Gregor,secretario de Gobernacin, el gabine-te en pleno, los familiares que iban arecibir la orden de honor y ms de 20mil efectivos militares.

    Poco despus de este gran acon-tecimiento donde se enarbol el honordel ejrcito y la memoria de los cadospor la patria, llegaron a la prisinvarios militares procesados por diver-sos delitos. Decepcionados del ejrci-to, platicaban sus tribulaciones y laspersecuciones de que eran objeto.

    Qu era lo que trataba de ocul-tar el alto mando militar con esteencarcelamiento masivo?

    Conclu que varios de los cadoshaban sido muertos en un enfrenta-miento entre dos batallones de infan-tera, provocado por negligencia o contoda intencin desde el Estado Mayorde la Defensa Nacional, en esa poca acargo del general Toms Enrique Sal-gado Cordero, secretario de SeguridadPblica en la gestin del regente OscarEspinoza Villarreal y responsabledirecto del asesinato de los jvenes dela colonia Buenos Aires.

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    Carretera a Rancho Nuevo, Chiapas, 3 de enero de 1994 FERNANDO CASTILLO

  • supuestamente muertos en combate con los zapatistas, parasorpresa del Consejo de Guerra y de los asistentes militares,quienes son llevados a ese gran circo para recibir un mensa-je ejemplificador. El militar en el patbulo fue absuelto ydado de baja por indigno de pertenecer al ejrcito, ademscon la advertencia de no hablar porque socavaba la discipli-na militar y la honorabilidad del alto mando.

    Tanto el militar liberado, como los muertos y sus deu-dos condecorados quedaron abandonados a su suerte. Lospolticos y militares responsables, viven en la impunidad bajoel manto protector del gobierno federal.

    Con todo respeto a los muertos y deudos de un lado yde otro, compaeros, compaeras, esto se los comento paraque vean en manos de quin est la defensa de la soberananacional.

    Finalmente, vaya un reconocimiento a la lucha indge-na, que ha permitido la apertura de espacios democrticos ennuestro pas, y un absoluto repudio al poder corrupto e insen-sible que nos gobierna.

    Fragmentos de las palabras del poeta chiapaneco JuanBauelos, quien fue integrante de la Comisin Nacionalde Intermediacin, Conai.

    En el ao 2004 no hay ms opciones intermedias, no hayizquierdas ni derechas, slo pobrsimos y multimillona-rios. No existe ms, en esta nueva confrontacin, el tr-mino mediacin: o se est a favor o se est en contra delos indgenas. Quiere el gobierno reeditar la batalla ideol-gica y de medios de comunicacin que bien maneja (ymejor que el PRI de hace una dcada), sin atender lascausas que lo originaron y sin reconocer como interlo-cutores a sus principales actores, los indgenas, porquesegn el gobierno ya no existe un conflicto armado.Pero al contrario, hoy el ejrcito mexicano es un actorpoltico, a veces visible otras veces invisible en la gue-rra de Chiapas, y si crecen la tensiones en la regin y anivel internacional, no nos extrae la influencia de losmilitares norteamericanos en la estrategia y accin denuestra armada, como est sucediendo en otros pases,no vaya a ser que los indgenas mayas sean convertidosen terroristas.

    El colmo del cinismo y la sir-vengenzada; uno de los militaresencarcelados estaba acusado de insu-bordinacin causando la muerte alsuperior, se acerc a que lo asesorara, me dio su expediente, al revisarlo,me percat que al superior a quien lehaba causado la muerte apareca enla lista de los condecorados.

    Entonces, cmo que cado encombate?

    Al confirmar esta gran bajezade la autoridad militar me dio unagran rabia, por estar bajo el mandode una caterva de mentirosos y cri-minales. Durante el procedimiento,se aport como prueba la pancartadel acuerdo presidencial que conde-coraba con gran pompa a los militares

    En el 2004,ya no existe el

    trmino mediacin

    Carretera San Cristbal de las Casas-Rancho Nuevo,Chiapas, 3 de enero

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    FABRIZIO LEN/LA JORNADA

  • Segn sabemos tambin, el Congreso de la Unin nosupervisa los presupuestos militares para la defensa nacional,menos sabe o intenta investigar de los grupos paramilitares yde las guardias blancas de los caciques chiapanecos o de otrogrupo civil militarizado. Si ya hay paz en Chiapas qu espe-ran para actuar el seor Fox y el seor Salazar Mendiguchaen el estado, para que regresen esos miles de soldados a suscuarteles?

    Los mexicanos bien sabemos que es la continuacindel racismo, de la corrupcin y del despotismo del poder sinningn respeto a la dignidad humana. Este es el momento enque la sociedad civil debe actuar como ya ha empezado,creo, en Monterrey, para reforzar la iniciativa de los indge-nas mayas que se inici hace diez aos, para luchar contraun gobierno que est vendiendo nuestra soberana al mejorpostor.

    Cuando en las comunidades del sureste omos frases,quejas, demandas, que se han vuelto trilladas para el gobier-no o que no las oye: l me cort la oreja izquierda, yo lequit el ojo derecho, l me sac siete dientes, esos mili-tares violaron a mi hija, esos soldados le cosieron el culoa mis dos sobrinas, esos tipos quemaron nuestros culti-vos, l me cosi los labios para que no hablara, a ese lesaqu el corazn y se lo puse boca abajo, con su machete,aqul me sac el hgado, me beb su sangre. Somos,somos todava los hurfanos de Acteal, cuando omos todoesto al recorrer las comunidades de los Altos de Chiapas,situacin mantenida por militares y paramilitares gobiernis-tas, y descubrimos que en Chiapas la vida del hombre hadejado de ser la medida de la existencia y de que hay unaguerra, una guerra que el gobierno niega, argumentando que

    la causa son los conflictos interco-munitarios, que son parte de la gue-rra de baja intensidad que elgobierno promueve.

    En Chiapas se vive una tragedia,lo quieren borrar, pero an as, paralos habitantes de la Selva y de losAltos de mi estado, el origen de lalibertad todava est en la respiracin,por eso luchan por la igualdad, el airees para todos y la libertad de respirares la primera accin notable de la dig-nidad.

    Amigos de la sociedad civil deMxico y del mundo, no temamos sertocados por lo desconocido, aprenda-mos a defender una y otra vez losderechos humanos de todo el pas ydel planeta. En este momento sobretodo, no temamos tocar la carne inde-fensa del agredido, cuando nos mez-clamos entre la gente por una causajusta se pierde el temor al agravio ynace la comprensin por los dems.Amigos de la sociedad civil, hoy nostoca reiniciar lo que empezaron losindgenas. La aparicin de la sociedadcivil ciertamente es enigmtica, perode pronto nace donde antes no habanada. Cuando un gobierno traicionala voluntad popular y vulnera los

    Sin ser el factor nico, el levantamiento del EZLN y su posterior evolucin polticafavoreci la conciencia y la organizacin de muchos de los pueblos indios de Mxico; faci-lit el surgimiento de una nueva conciencia en el pas respecto a los derechos y significadode los indgenas; anim el crecimiento y la participacin de la sociedad civil; ret a lasociedad poltica a buscar caminos nuevos; incidi en algunos de los pocos avances en lareforma del Estado. Hizo ms visible la necesidad de transformacin de la situacin de lasinstituciones y de las relaciones sociales y econmicas, evidenci las graves deficienciasdel sistema poltico mexicano y el largo camino que falta por recorrer para tener una demo-cracia digna. Exigi una respuesta responsable, todava pospuesta, a las causas del conflic-to, por parte de los poderes del Estado. Cuestion a las iglesias sobre su disponibilidadhistrica en la bsqueda de la justicia; puso en la palestra internacional el tema de los pue-blos indios y la denuncia del sistema neoliberal y sus consecuencias.

    Samuel Ruiz, ex-obispo de San Cristbal de las Casas,quien presidi la Comisin Nacional de Intermediacin.

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  • 12

    Una democracia desde abajo

    El EZLN, a fuerza de dirigirse a la sociedad civil, ha hecho deella un sujeto social, un actor poltico, un protagonista de acon-tecimientos nuevos. La sociedad civil ha devenido el principalespacio para la potencial expansin y transformacin cualitati-va de la democracia, en pases con regmenes formalmentedemocrtico-liberales. Por ello, al dirigirse a la sociedad civil, elEjrcito Zapatista est indicando el espacio donde se encuen-tran las mayores posibilidades de democratizacin del pas.

    La idea de democracia elitista est emparentada ms conla nocin de mercado que con la de ciudadana. En ella la socie-dad civil est integrada por votantes, esto es, por consumidorescautivos, y los partidos polticos desempean el papel deempresarios que ofrecen personal distinto en cada eleccin,previamente seleccionado por ellos. En el modelo elitista, lademocracia se agota en el voto y a partir de ese momento lasociedad civil no vuelve a interesarle a los lderes polticos. Aesta concepcin de democracia de las lites, para las lites ypor las lites, el EZ propone una propuesta de conceptos articu-lados que combina democracia social, democracia directa,democracia participativa, y democracia representativa, enotras palabras: los zapatistas proponen una democracia desdeabajo, desde las comunidades indgenas y los poblados rurales,desde los barrios y las colonias, desde los sindicatos y las orga-nizaciones urbanas, desde los grupos ciudadanos y las ONG, osea, una democracia del pueblo, de la sociedad civil.

    Dra. Paulina Fernndez, politloga.

    derechos, las calles, todas las calles,adquieren una sola direccin, la direc-cin espontnea del pueblo reunido ysu crecimiento es la primera carac-terstica de ese pueblo reunido, por-que la Nacin no soporta ms engaoni miseria.

    Por ultimo, que debi ser el pri-mer punto en esta conmemoracin delos diez aos de la erupcin volcnicaindgena, el poder econmico sigueen manos de la oligarqua y de lapotencia del norte, la pobreza aumen-ta en Mxico y en el mundo, por lotanto, la sociedad debe transformar suaccin mas all de lo partidos polti-cos, en luchas de liberacin nacionalen contra de las oligarquas con apa-riencias de legitimidad y combatien-do el totalitarismo imperialista delseor Bush y sus limpiabotas en Am-rica Latina. Empecemos amigos, porfavor, por descubrir dentro de lasociedad civil una tica poltica de losmexicanos y hagamos entre todos unproyecto autntico de Nacin, todos,todos juntos. Esas son mis palabras,gracias.

    Pero el EZLN hizo mucho ms, y de lo mucho que hizo queremos destacar dos triunfospara el camino de la humanidad. Organiz el primer movimiento de los pueblos llamadosetnias, o considerados como minoras tnicas, o conocidos como nacionalidades, el pri-mer movimiento mundial de los pueblos indios por un mundo mejor en que prive la demo-cracia, la justicia y la libertad. E hizo otra aportacin ms, tambin de carcter mundial:con los Caracoles esboz la prctica de un gobierno que es potencialmente mucho ms queregional, mucho ms que nacional o continental. El 6 de julio de 2003 anunci el fin de losAguascalientes, esos magnficos foros de discusin de lo universal y lo local, y su sustitu-cin por los Caracoles, nuevas estructuras de poder regional hechas para fortalecer lasautonomas de pueblos que antes estaban separados y que se unen a fin de decidir sobre sudestino en materia de educacin y cultura, de alimentacin y vivienda, de salud, seguridady buen gobierno, proyecto que llevan a la prctica hoy en una regin de Chiapas, y quemaana otros y otros y otros ms llevarn tambin a la prctica en distintas partes de Mxi-co y el mundo, con las ms variadas aportaciones de los pueblos indios y no indios, minori-tarios y mayoritarios, sean de los pases perifricos o centrales.

    Dr. Pablo Gonzlez Casanova,investigador universitario, quien fue tambin integrante de la Conai.

  • Mensaje enviado al Encuentro El zapatismo y la sociedadcivil por Jos Saramago, Pilar del Ro, Eduardo Galeano,Danielle Miterrand, Manu Chao y Ramn Chao:

    La tierra se nos rompe por muchos sitios. A las terriblescatstrofes naturales que asuelan regiones enteras hayque sumar las que causan algunos hombres ante elsilencio pavoroso de tantos otros: stas, las evitables,pretenden reducirnos a todos a la condicin de siervosy a la ms espectacular de las sumisiones. El poder hacomprendido que sembrando miedo controla hombresy pueblos, economas y beneficios. Nos quieren insta-lar en la era de la resignacin silenciosa, del acata-miento de sus injustas leyes, en la decrepitud de unsistema que para persuadir tiene que utilizar el pnicoy la amenaza sistemtica ante la falta de otros argu-mentos.

    Sin embargo, no todos los hombres han bajado lacabeza ante las patraas del poder: los zapatistas, quehace diez aos nos mostraron que Mxico y el continen-te americano eran mayores de lo que oficialmente seenseaba y nos queran hacer creer, estn ah, y hoy,como hace aos, son un ejemplo de que la insurgenciaes posible, de que no todo est perdido.

    Los hombres y las mujeres que en Chiapas empe-zaron a hablar para asombro de quienes tenan planifi-cado el decenio, hoy tienen existencia y voz ante elmundo, son ellos y por ellos, y est leccin sostenida nopuede acallarse. Porque la tierra se rompe cada da pormuchos sitios, s, pero en algunos se construye.

    Ojal que el silencio que quierenimponernos no ahogue la voz de losindgenas zapatistas, de los pueblosque luchan. Ojal que los dems, losque estamos fuera, no perdamos lacapacidad de or, entender, colaborar,agradecer. Como humildemente agra-decemos diez aos despus.

    Tal parece que las luchas de los explotados y oprimidos no han servi-do para nada. Es precisamente esto lo que los poderosos nos quierenhacer creer. Y no es cierto Veo el enorme papel que desempea elEZLN, la repercusin mundial de su actuacin, en un momento enque los poderosos quieren hacernos creer que ya se acab la historia,que ya no hay posibilidad de pugnar por un mundo de todos y paratodos. Ah veo y saludo el gran mrito del EZLN, con sus 20 y 10aos de lucha, con su fuego y su palabra.

    Juan Brom, investigador universitario.

    La tierra se nos rompe

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    Ocosingo, Chiapas, 4 de enero de 1994 FERNANDO CASTILLO