revista dma - centinela ¿en qué punto está la noche? (enero - febrero 2011)

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REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORA damihi animas 2011 Año LVIII Mensile n. 1/2 Enero/Febrero Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma CENTINELA ¿ EN QUÉ PUNTO ESTÁ LA NOCHE?

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Revista de la Hijas de María Auxiliadora

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damihianimas2011Año LVIII Mensile n. 1/2 Enero/Febrero

Poste Italiane SpA Spedizione in Abbonamento Postale D.L. 353/2003 (conv. in L. 27/02/2004 n° 46) art.1, comma 2 - DCB Roma

CENTINELA

¿EN QUÉ PUNTO

ESTÁ LA NOCHE?

4 EditorialUn año rico de acontecimientosde Giuseppina Teruggi

5DossierCentinela ¿en qué punto está la noche?

13Primerplano14Paso tras pasoEl porqué de una reflexiónsobre el acompañamiento

16Raíces de futuroLa joven Maín

18Amor y Justicia“… de ellos es el Reino”

20Hilo de AriadnaLa espera

REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

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dmaRevista de las Hijas

de María AuxiliadoraVía Ateneo Salesiano 81

00139 Roma

tel. 06/87.274.1 • fax 06/87.13.23.06e-mail: [email protected]

Directora responsableMariagrazia Curti

RedacciónGiuseppina TeruggiAnna Rita Cristaino

ColaboradorasTonny Aldana • Julia Arciniegas

Mara Borsi • Piera Cavaglià

María Antonia Chinello • Anna CondòEmilia Di Massimo • Dora Eylenstein

Laura Gaeta • Bruna GrassiniMaría Pía Giudici • Palma Lionetti

Anna Mariani • Adriana NepiLouise Passero • María PerentalerPaola Pignatelli • Lucía M. Roces

María Rossi • Loli Ruiz Pérez

27En búsqueda28CulturasLa sonrisa de Dios

30 Pastoralmente“Cerca o lejos ¡yo pienso siempre en vosotros!”

32Mujeres en contextoEspiritualidad femenina

34Nuestra TierraLa creación signo de la belleza de Dios

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AÑO LVIII • MENSUAL / ENERO FEBRERO 2011

35Comunicar36Testimonios digitalesNo tengáis miedo

38De persona a persona¿Qué vida es?

40Vídeo Hombres de Dios

42VitrinaRecensiones de vídeo y libros

44LibroDoce momentosen la vida de toda mujer

46Carta a una amiga

n.1/2 enero-febrero 2011Tip. Istituto Salesiano Pio XI

Via Umbertide 11,00181 Roma

ASSOCIATAUNIONE STAMPA PERIODICA ITALIANA

Bernadette Sangma• Martha SéïdeTraductoras

Alemán • Inspectorías alemana y austriaca Español • Amparo Contreras Álvarez

Francés • Anne Marie BaudInglés • Louise Passero

Japonés • Inspectoría japonesaPolaco • Janina Stankiewicz

Portugués • María Aparecida NunesEDICIÓN EXTRACOMERCIAL

Istituto Internazionale Maria AusiliatriceVia Ateneo Salesiano 81, 00139 Roma

c.c.p. 47272000Reg. Trib. Di Roma n. 13125 del 16-1-1970Sped. abb. post. art. 2, comma 20/c,

legge 662/96 – Filiale di Roma

El Aguinaldo del Rector Mayor, sobre el te-ma “Venid y veréis”, enfoca la atención detoda la Familia Salesiana en torno a la di-mensión vocacional de la pastoral. “Crite-rio de autenticidad de una buena evangeli-zación es su capacidad de suscitar vocacio-nes”, recuerda Don Pascual Chávez.

Importante para nosotras FMA es el cente-nario de la aprobación pontificia del Institu-to. El primer artículo de las Constitucionesnos los recuerda: fuimos aprobadas el 7 deseptiembre de 1911 por Pío X, mientras eraRector Mayor Don Pablo Albera y MadreGeneral M. Catalina Daghero. En este mis-mo año se abrió el proceso para la causa deBeatificación de Madre Mazzarello, decla-rada santa 40 años más tarde (1951).En el contexto de las celebraciones para los150 años de la unidad de Italia, colabora-mos, como Instituto, mediante un proyec-to de búsqueda realizado por la Facultadde Ciencias de la Educación “Auxilium”, so-bre la aportación de las Hijas de María Au-xiliadora a la educación de las mujeres enItalia en los años 1872-2010.

Un año rico de acontecimientos el 2011.Muchas oportunidades para acoger y acre-centar el don y el compromiso de ser testi-monios del Señor Jesús.

[email protected]

Un año rico de acontecimientosGiuseppina Teruggi

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La línea capitular sigue orientando, comohilo conductor, este año de la Revista. Elcompromiso para “ser signo y expresióndel Amor preventivo de Dos” se declina enla óptica del ser Testimonios de un Encuen-tro, de la escucha, de gratuidad, de espe-ranza. Ser Testimonios: respuesta en el hoyde nuestra identidad carismática, para ser“centinelas” que vigilan en la noche en es-pera de una aurora que está por llegar.

DMA se presenta con nuevas Secciones:sobre los temas de acompañamiento, de laecología, de la relación amor-justicia, refle-xiones sobre la realidad contemporánea.Camila suspende sus comunicaciones. Hadecidido un paso de consigna, lleno desorpresas.

Los contenidos de la Revista reflejan algu-nos acontecimientos que señalan el 2011.En la vertiente eclesial, se celebran enagosto en Madrid las Jornadas Mundiales dela Juventud con el tema: “Enraizados y fun-dados en Cristo, firmes en la fe”.“Libertad religiosa, camino para la paz” esel lema elegido por Benedicto XVI para laJornada Mundial de la paz.

La Asamblea de la ONU ha proclamado el2011 Año Internacional de la Química, perotambién – a partir del 12 de agosto de 2011– Año Internacional de la juventud, mientrasque el Consejo de la Unión Europea cele-bra el Año Europeo del Voluntariado.

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Centinela,¿en qué punto

está la noche?

che. ¿Ninguna vía de salida? La espiral con-tinúa y no hay claridad sobre ¿cómo salirfuera de ella?

“Centinela ¿en qué punto está la no-che?”

Sin embargo, el hecho es que las cosaspueden mejorar. Hay que entrenar la mira-da para descubrir los signos premonitoresdel alba; aprender a acoger el reto cotidia-no de marchar por caminos que no cono-cemos; indicar al mismo tiempo el hori-zonte lejano que espera el nacimiento delnuevo día, aquel que todavía se escondeen el seno de la luz. Es la vocación de la vida religiosa: ser cen-tinela. Ésta no es noche, porque el centine-la sabe que la noche antes o después pasa.Es un tiempo de discernimiento, comoafirma H. Martín, de búsqueda-escucha,de paciencia y diálogo, para recoger losfrutos en tiempo oportuno y sin juzgar an-tes de tiempo; de grandes oportunidadespara cosas nuevas, para un re-crear que yaen parte han forjado los que nos han pre-cedido, en comunión con el Espíritu quehace “nuevas todas las cosas”.

Anticipar el alba para testimoniar laLuz

Estamos llamadas a ser centinelas de la au-rora, personas incansables llenas de espe-ranza, testimonios de la ternura de Dios enmedio de los últimos, de los empobreci-

Centinela ¿en qué puntoestá la noche?Julia Arciniegas, Lucy Roces

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Una mirada hacia el presente

En numerosos artículos y libros está des-crita la crisis que atraviesa la Vida religiosahoy.Muchos de ellos se detienen en la dismi-nución numérica de los consagrados, de-bida tanto a las dimisiones de los profesos,como a una alarmante escasez de vocacio-nes. Además, describen el envejecimientode los consagrados, que está produciendocada vez más falta de recambio generacio-nal, con un consiguiente activismo desen-frenado en los servicios apostólicos y hu-manitarios por parte de los miembros to-davía eficientes, o bien con el abandonode obras, servicios pastorales y socialesdesarrollados hasta hoy. Esta situación lle-va con frecuencia a una promoción de lasvocaciones que busca primariamente pie-zas de recambio institucional.El mismo Benedicto XVI ha manifestado:“La cultura secularizada ha penetrado enla mente y en el corazón de no pocos con-sagrados, que la entienden como una for-ma de acceso a la modernidad y una mo-dalidad de acercamiento al mundo con-temporáneo. La consecuencia es que (…)la vida consagrada conoce hoy la insidia dela mediocridad, del aburguesamiento y dela mentalidad consumista” (Cf. Discurso 22de mayo de 2007).La situación parece casi una bajada en es-piral donde no se pueden ver las luces deamarre en la profunda oscuridad de la no-

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dos, para ser señales luminosas y cercanasde liberación y salvación. La misión de la vida consagrada hoy es an-ticipar el alba para testimoniar y transmitirlos valores de Aquel que da a todo signifi-cado. Dar prioridad al testimonio de vida evan-gélica es nuestra tarea fundamental. Éstaes la consigna de Benedicto XVI a los con-sagrados: “La Iglesia necesita vuestro testi-monio, necesita una vida consagrada queafronte con valentía y creatividad los retosdel tiempo presente. Ante el avance delhedonismo, a vosotros se os pide el valien-te testimonio de la castidad, como expre-sión de un corazón que conoce la bellezay el precio del amor de Dios. Ante la seddel dinero, vuestra vida sobria y dispuesta

al servicio de los más necesitados recuer-da que Dios es la verdadera riqueza queno perece. Ante el individualismo y el re-lativismo, que inducen a las personas a serúnica norma para sí mismas, vuestra vidafraterna, capaz de dejarse coordinar y, porlo tanto, capaz de obediencia, confirmaque vosotros ponéis en Dios vuestra reali-zación. ¿Cómo no desear que la cultura delos consejos evangélicos, que es la culturade las Bienaventuranzas, pueda crecer enla Iglesia para sostener la vida y el testimo-nio del pueblo cristiano?” (10 de diciem-bre de 2005).Por consiguiente, es necesario volver a en-contrar la pasión de un testimonio que ha-ga posible la propia vida “una carta deCristo, escrita no con tinta, sino con el Es-

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volvente del Otro, la vivencia profética es-tá caracterizada por la escucha de la Pala-bra, que el profeta se siente obligado atransmitir y que le hace anunciador delmensaje salvador. La Palabra escuchada ytransmitida comporta siempre la exigencia

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píritu del Dios vivo” (2 Co 3, 2-3), una cartalegible por todos. “Seréis mis testigos has-ta los confines de la tierra” (Hch 1, 8) es lamisión confiada por Jesús a sus discípulos.“Brille vuestra luz delante de los hombres,para que vean vuestras buenas obras y glo-rifiquen a vuestro Padre que está en loscielos” (Mt 5, 16). Hacernos propuesta cre-íble, contagiosa, de un estilo evangélico devida, que esté en grado de “hablar” a las jó-venes generaciones.

Mística y profecía

La urgencia de reflexionar sobre la VR hoyse afrontó en la Asamblea Plenaria de laUnión Internacional de las Superioras Ge-nerales (Roma, mayo de 2010). La eleccióndel tema: “El futuro de la Vida Religiosa es-tá en la fuerza de su mística y de su profe-cía”, se ha inspirado en la frase de San Juande la Cruz: “Conozco bien la fuente quebrota y corre, aunque es de noche…”. Seha querido subrayar el dinamismo insepa-rable de la mística y de la profecía: “No sepuede ser místicos si no se es profetas” yviceversa.La mística, para Ciro García, OCD, esen-cialmente es experiencia de la presenciade Dios; es una conexión, una relación, uncontacto ininterrumpido con Aquel quenos habita en el centro secreto más íntimode nuestra existencia. La experiencia mís-tica va más allá del conocimiento intelec-tual, no se aprende leyendo o pensando,sino viviendo y experimentando. San Juande la Cruz la define “conocimiento por ex-periencia”, contrapuesta al “conocimientocientífico” (Cántico Espiritual, pról. 3). Surealidad fundamental es la experiencia delamor de Dios. Ante este Dios de amor, laúnica respuesta verdadera es aprender adejarse amar.Así como la vivencia mística está caracteri-zada por la experiencia de la presencia en-

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“Esta no es noche,si mujeres en secreto preparan aromas, si las plantas sacan brotes de luz.

Esta no es noche, si sube la luna llena, si el corazón está limpio.

Esta no es noche,si perfuma el azul apenas recorrido por el viento de prima-vera,si despiertos vigilan los sentidos como pájaros no adormecidos en la rama.

Esta no es nochesi llena está la tierra de luz sepultada,en espera del alba,si inclinado el oídooye un rodar profundo de piedras removidas.

Esta no es noche,si enrojece con gozo la sagrada brasa chispeante,si, en la oscuridad ardiente,pare el silenciolos frescos vagidos del aleluya.

¡Esta no es noche!”

(P. David María Montagna)

de una acción transformadora de la histo-ria. Su espacio es el mundo, el cambio delas estructuras sociales, para crear condi-ciones de vida más humanas para todos. La profecía de la vida consagrada no impli-ca sólo hablar de Dios, comenta AnselmGrün (2009), sino testimoniar con todanuestra existencia que Dios nos interesa.Siempre es Dios en torno al que gira todo.Ante todo tenemos la tarea de escuchar alas personas, de entrar dentro de su anhe-lo y, luego, anunciar el mensaje de Jesúscon un lenguaje que responda y toque talanhelo. Mientras nosotros nos afanamospara tener este lenguaje, ejercemos nues-tra misión profética. Las personas han deleer a qué hacemos referencia nosotros, sia nosotros mismos o al Dios de Jesucristo.El testimonio de nuestra vida consagradadepende de esto: si las personas puedenleer en nosotros que Dios nos interesa.

La profecía de la misión educativa

Lugar teológico y concreto de la mística yde la profecía, para nosotras FMA, es la ‘vi-da’ vivida en nuestra misión educativa; so-mos educadoras ¡siempre! La consagra-ción, vivida como entrega a Dios, comoamor a Jesús y como servicio al pueblo deDios es ya misión. Anunciar a Cristo a losjóvenes, hacerlo presente, repitiendo losgestos existenciales de su vida trámite losconsejos evangélicos; ésta es la dimensiónprofética de nuestra vida consagrada.Madre Yvonne Reungoat, en su Carta Cir-cular 912, compartiendo su experiencia departicipación en la Asamblea arriba citada,afirma que: “Nuestra vida religiosa seráprofética sólo si se hace humanizadora desus miembros, superando los criterios dela productividad y de la eficiencia propiosdel mercado y abriéndose a acoger la fra-gilidad como dimensión de la persona,cuidando la formación del corazón y el

servicio de la caridad; valorando la sabidu-ría de los pequeños signos. En nuestra po-breza, podemos engendrar vida y desper-tar la esperanza, podemos hacer percibirel paso de Dios por nuestros caminos; unDios que transforma nuestro corazón y lohace humilde, gozoso, confiado.La emergencia educativa a menudo esemergencia de esperanza no sólo en losjóvenes, sino también en los adultos edu-cadores y, a veces, hasta en nuestras comu-nidades. La vida profética no se revela só-lo en los grandes proyectos, sino en el co-razón grande con que realizamos el pro-yecto de Dios, en los pequeños signos quehacemos cada día, en la caridad paciente ybenigna recomendada por Don Bosco.Hoy, más que en otros tiempos, los peque-ños gestos están llenos de una imprevisi-ble profecía (…). Las comunidades anima-das por el espíritu de familia se conviertenen lugar donde la imagen de Dios resplan-dece no obstante nuestras pobrezas, don-de el amor mutuo abre cada vez más a losotros”.

Comunidades místicas y proféticas

La fecundidad de nuestra misión educati-va reside en la fuerza de la mística y de laprofecía que nos habita y que se respira ennuestras comunidades. Para que esto seaposible estamos llamadas a redescubrir laFuente que habla en nuestro corazón, enlos otros y en el Universo, a sacar conti-nuamente del manantial de nuestro caris-ma salesiano para volver a encontrar el di-namismo de la primera llamada; a gustar ycompartir la Palabra y el Pan, a promoverun diálogo constante entre la Palabra deDios y los acontecimientos del mundo, aanimar a otros a beber en la Fuente (cf. De-claración UISG 2010).El compromiso tomado por las superiorasgenerales nos invita a hacer de forma que

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responde de tal forma que deja la últimapalabra a quien pregunta, el gesto finalque compromete toda la responsabilidadpersonal: “Se hizo de mañana y tambiénde noche. Si queréis preguntar, volveos,venid” (Is 21, 12).Hasta el fin de los tiempos el profeta queviene de Dios no podrá anunciar nuncauna mañana sin fin. “Se hizo de mañana ytambién de noche”. Es falso profeta quienen la noche no sabe ver la mañana que vie-ne. Pero también lo es quien en la mañanaque surge no sabe entrever la noche quellegará de improviso.Es por esto que el centinela, al identificarel alternarse de mañana y noche no se sus-trae al diálogo y a la paciencia de la escu-cha: “Si queréis preguntar, volveos”. Perono agota en el diálogo todo su ser centine-la. Hay dos palabras que debe decir, queno tiene el poder de eliminar de su voca-bulario: ‘Volveos, ¡venid!’ Él sabe que elanuncio de la noche que vuelve despuésde la mañana es anuncio de esperanza. Élno teme, osa, acepta todos los retos; es li-bre y con alegría introduce con su presen-cia un soplo en la historia de libertad y ale-gría (E. Grasso). Las personas consagradas escrutan ince-santemente los signos del Reino de Dios yde su justicia, y están iluminadas por elamor personal por Cristo y por los pobresen los que Él vive. Aquí encontramos denuevo las dos configuraciones, mística yprofética. Nuestra vocación es ser porta-doras de esperanza por los caminos delmundo, con la certeza de que el Reino deDios ya está aquí presente.

[email protected]@cgfma.org

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nuestras comunidades sean espaciosabiertos a la hospitalidad y a la acogida,donde el respeto de las diferencias y la ca-pacidad de reconocer la riqueza de las dis-tintas culturas penetran las relaciones. Setrata de construir comunidades místicas yproféticas que se inspiren en María, mujerque conservaba la Palabra en su corazón;de reinventar un arte de vivir juntas funda-do en las relaciones humanizadoras, de es-cucha, de empatía, de no-violencia, paraser testimonios de los valores evangélicosentre nosotras y entre los jóvenes, a fin deque todos puedan sentirse “amados por elAmor” y vivir según su dignidad de hijos ehijas de Dios.Se creará en nuestras comunidades un cli-ma vocacional que nos permita decir:nuestra casa es ¡la casa del amor de Dios!‘Venid y ved’. Es necesario que nos interroguemos con-tinuamente, como nos sugiere la Madre enla Circular citada. “Para nosotras ¿quién esel Señor, advertimos verdaderamente supresencia? Él ¿Cuánto cambia nuestra vida,transforma nuestros pensamientos, orien-ta nuestras opciones a favor de los jóve-nes? ¿Estamos en grado de reconocer lashuellas de su paso en comunidad y decompartir nuestra experiencia de encuen-tro con Él?

“Centinela ¿cuánto queda de la no-che?”

La misión de la vida consagrada hoy es,pues, anticipar las luces del alba; pero lanoche se comprende y se define en rela-ción con el día, como las tinieblas en rela-ción con la luz. “Centinela, ¿cuánto queda de la no-che?”¿Cuánto hay aún que esperar? Final-mente ¿cuándo veremos despuntar la au-rora?A las preguntas planteadas, el centinela

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Sor Mary Lou es miembro del Instituto delas Hermanas Franciscanas Hijas de los Sa-grados Corazones de Jesús y María, es origi-naria de Estados Unidos. Antes de su elec-ción como Presidenta de la UISG, trabajóen Roma como Consejera General durante12 años, y actualmente es la Superiora Ge-neral de su Congregación, cuyas Hermanasestán presentes en 10 países. Tiene muchaexperiencia en el campo hospitalario, co-mo consultora pastoral, en la formación, enla dirección espiritual y en el servicio en elgrupo dirigente de su provincia en EstadosUnidos, durante nueve años.

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¿Cuál fue su experiencia en la AsambleaUISG del pasado mayo, sobre el tema Místi-ca y Profecía?

Mi experiencia en la Asamblea sobre el te-ma de la mística y de la profecía en nues-tros tiempos ha sido una búsqueda inten-sa sobre el significado más profundo de lavida religiosa hoy. El sentido de solidari-dad entre las Superioras Generales reuni-das para este acontecimiento era fuerte. Eltema de la Asamblea se inspiró en SanJuan de la Cruz: “Conozco bien la fuenteque brota y corre aunque es de noche…”.A la luz de las Relaciones y de las mesas

Sor Mary Lou Wirts, FCJM, presidenta de la Unión Internacionalde las Superioras Generales, ha respondido para nuestra revista a algunas preguntas sobre el tema de este Dossier.

ENTREVISTA

Un signo de esperanza

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redondas, hemos reflexionado y explora-do este tema. Como dijo Don Ciro García,OCD, en su presentación: Mística y Profe-cía son dos dimensiones esenciales de ca-da identidad religiosa, de la vida cristiana yde la vida consagrada, estrechamente rela-cionadas. Como religiosas, estamos llama-das a estar más atentas al movimiento delEspíritu, a la presencia de lo sagrado ennuestra vida y en la vida de nuestras co-munidades. He sentido la presencia deuna energía que empujará adelante la vidareligiosa.

Usted ¿ve en la mística y en la profecía elcamino privilegiado para un reflorecimien-to de la vida consagrada? ¿Por qué?

Ante los retos de estos tiempos de incerti-dumbre y caos y las dificultades de la igle-sia, las voces religiosas son importantesmás que nunca. Los retos nos llevan a sa-car profundamente de aquella Fuente, dela que tomamos nuestra fuerza y nuestravalentía en la complejidad del mundo dehoy. Nosotras religiosas estamos llamadasa ser una presencia profética y curativa enla iglesia y en el mundo, a ser un signo deesperanza. La vida religiosa ha padecidomuchos cambios en los últimos 30 añosdespués del Concilio Vaticano II, y los re-tos de hoy nos llaman a escuchar atenta-mente al Espíritu dentro de nosotras, quees Fuente de sabiduría.

¿Cuáles son los signos de esperanza que us-ted percibe en las congregaciones hoy?

Un signo de esperanza para mí ha sido elfuerte sentido de solidaridad que he per-cibido en las religiosas llegadas de variasnaciones y culturas. Había el deseo deapoyarse y de asistirse recíprocamente.Juntas, hemos buscado donde nos llamael Señor hoy, donde colmar situaciones de

oscuridad con la luz profética. Este deseode profundizar nuestra vida contemplati-va para poder responder a la llamada a sermísticas y proféticas es en sí un signo deesperanza y de renovación, y habla al co-razón de nuestra vida como religiosas. Laoportunidad de compartir esperanzas,sueños, y dificultades nos ha inspirado ynos ha dado valentía y todo esto nos lo lle-vamos con nosotras al final de la Asam-blea.

Al final de la Asamblea plenaria UISG 2010,vosotras, Superioras Generales habéis he-cho una Declaración muy comprometidasobre el futuro de la vida religiosa. ¿Cuál esla resonancia que usted espera de este do-cumento?

Todavía es demasiado pronto para decircuáles serán los frutos de la Declaraciónformulada al final de la Asamblea. Cadauna de nosotras ha sido animada a difun-dirla en la propia comunidad, en la propianación, y a continuar la reflexión y el diá-logo sobre el contenido. El Comité ejecu-tivo de la UISG continuará profundizandola sabiduría recogida en esta Declaraciónpara captar cada vez más su importanciaen nuestra vida hoy, y esperamos que estosuceda en muchos niveles distintos. Todaslas presentaciones de la Asamblea han si-do publicadas en el Boletín UISG a fin deque las religiosas esparcidas en el mundopuedan reflexionar sobre este tema connosotras.

Profundizaciones

pedagógicas bíblicas

y educativas

¿Para qué el acompañamiento?Al elegir dedicar una sección a esta temáti-ca hemos partido de algunas preguntas:¿Por qué seguimos hablando de acompa-ñamiento? Detrás de esta palabra ¿Qué ne-cesidades se esconden? ¿De dónde nace eldeseo de ser acompañados? Y ¿por quésentimos la urgencia de acompañar? ¿Quédeseos de crecimiento interpelan el acom-pañamiento?La realidad del acompañamiento está muyunida a la del discernimiento. Nuestro cre-cimiento vocacional es directamente pro-porcional a nuestra capacidad de estar a laescucha continua de cuanto Dios nos pidecada día. Sabemos que el suyo es un hablarque se manifiesta en la brisa ligera y a me-nudo deseamos encontrar a alguien quenos ayude a oír la palabra que Dios dice acada una en aquel momento. Palabra únicae irrepetible.El acompañamiento tiene más dimensio-nes. Una que concierne a nuestra relacióncotidiana con Dios y con la parte más ínti-ma y profunda de nosotras mismas, unaque concierne a nuestra relación cotidianacon nuestro prójimo, con las Hermanascon las que vivimos y con los jóvenes.Dejarse guiar, aceptar el ser acompañadas,entrar en la lógica que nos permite decir-nos a nosotras mismas que hay un límiteen nuestra comprensión de la voluntad deDios y que quizás algún otro podrá ayudar-nos, nos parece el primer paso para poderser buenas acompañantes. Comúnmente ocurre así, cuando se logra

El porqué de una reflexiónsobre el acompañamientoAnna Rita Cristaino

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Durante el último Capítulo General se hahablado de acompañamiento como unaopción carismática que se expresa en lasrelaciones.En el número 35 se lee: “En nuestra historiacarismática, la experiencia del acompaña-miento está presente desde el principio. Esuna de las maneras de actuar el SistemaPreventivo como comunidad que vive elespíritu de familia, una comunidad en laque nos cuidamos las unas a las otras y, jun-to a las seglares y los seglares, cuidamos alas jóvenes y a los jóvenes que nos son con-fiados”. Y todavía “La promesa hecha a DonBosco: Yo te daré la maestra y la llamadapercibida por María D. Mazzarello: A ti telas confío, nos orientan a asumir “el acom-pañamiento como experiencia de comu-nión y estilo para expresar el amor”. En el número 36 se pone el acento en las re-laciones. “La experiencia del acompaña-miento, en todas las etapas de la vida se re-aliza en la relación con las personas que dediferentes modos expresan el amor deDios. La meta a la que tiende toda relaciónde acompañamiento es la de realizar el de-signio de Dios sobre cada persona: formaren cada una la imagen de Cristo impresa entodos desde la creación”.Hemos empezado esta sección recordan-do cuanto nos ha dicho el CG XXII. En elcurso de los seis números de este año, in-tentaremos profundizar algunas caracterís-ticas del acompañamiento haciendo quelas necesidades actuales y contemporáneasdialoguen con algunas figuras carismáticas.

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escuchar a la parte más íntima y profundade uno mismo, cuando se llega casi a tocarla verdad de uno mismo, logramos mirar alotro en su integridad, entramos en sintoníacon su ser profundo, logramos hacer dialo-gar nuestra alma con la suya. En este diálogo de almas entra en juego elacompañamiento que no es sino adentrar-se en los senderos de una vida con Diosauténtica. En el fondo el acompañamientopresupone un camino, y este camino unameta. La meta es Dios. Y nosotros en él. Nopodemos indicar el camino a alguien si no-sotros los primeros no lo emprendemos, sino somos gente de la calle.

Qué piden los jóvenesLos jóvenes con los que nos relacionamoscotidianamente esconden un gran deseode felicidad. Ellos, en cualquier parte delmundo vivan, a cualquier cultura perte-nezcan, están dispuestos a atravesar aque-lla famosa “línea de sombra”, que parecees necesario traspasar para poder entraren la vida adulta. Una vida adulta que significa autonomía,libertad, responsabilidad en la opción, va-

lentía de osar y de amar.Pero para poder conducir hacia esta reali-dad quizás es necesario recuperar el senti-do de nuestro caminar. A menudo cuandonos hallamos en encuentros de formaciónpermanente nos repetimos que para “con-servarnos” jóvenes en el espíritu es nece-sario no sentirnos nunca que hemos llega-do. Por lo tanto también nosotras gente encamino que acepta ser acompañada, quebusca guías que indiquen los caminos, in-térpretes que descodifiquen algunas reali-dades que no logramos entender solas.Quien no ha vivido intensamente, aceptan-do y confrontándose con las luchas implí-citas en la vida, no puede ayudar a otros avivir, quien no ha aprendido a estar en ca-mino, afrontando cotidianamente las pro-pias fragilidades y contradicciones, no sa-brá ayudar a quien quiere caminar hacia lameta.Nuestro primer gran acompañante es el Es-píritu Santo. Él nos enseña un método, Élestá siempre presente y espera sólo quenosotros le invoquemos. Es discreto, hablacon un hilo de voz. Es paciente, esperanuestros tiempos. Escucha, habla y espera.Convertirnos en mujeres que acompañanno significa asumir una actitud de gurú, ode chamán. Las guías en las montañas noexplican el camino quedándose quietos alinicio del sendero, los capitanes de las na-ves, no indican una ruta permaneciendoen la orilla, sino en la nave miran la cartas,escrutan el horizonte e interpelan a las es-trellas.Dietrich Bonhoeffer manifiesta cuanto larealidad del acompañamiento hace dialo-gar la escucha del otro con la escucha de símismo y la escucha de Dios. “Quien no sa-be escuchar al hermano bien pronto no sa-brá ni siquiera escuchar a Dios, tambiéndelante de Dios será siempre él quien ha-ble. Aquí tiene comienzo la muerte de la vi-da espiritual, y al final no quedan sino laschácharas espirituales”.

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de un trabajo intenso, no exento de fati-gas y luchas, momentos de estasis y re-novaciones valientes.Los padres de Maín, como primeros for-madores, ponen las premisas para que suprimogénita pueda crecer orientandosus talentos hacia aquel “Sol meridiano”que quiere tener en la mano la direcciónde su vida. Don Domingo Pestarino, vice-párroco de Mornés, con sabiduría deeducador continúa la obra y predisponelas condiciones para que el pequeño gra-no crezca.La Hija de María Auxiliadora del mañanaenraíza en este período sus rasgos carac-terísticos y originales que la harán la pri-mera no sólo en el sentido cronológico,sino sobre todo carismático.

La amistadComo en la adolescencia de Juan Bosco,así en la de Maín, la amistad asume unatarea tan importante que se convierte enun aspecto irrenunciable de la pedagogíasalesiana. Maín, sociable y expansiva, es-tá rodeada de amigas, pero ella prefierelas relaciones que le permiten compartirsu ideal y cuya realización lleva a un recí-proco intercambio de bien y de vida.La amistad con Petronila es su emblema.Las dos amigas son muy distintas entre sí;María vivaz, rápida en el trabajo, aguda yvivaz; Petronila sosegada, bondadosa,más lenta y reflexiva. Dos personalidadesque se completan en la reciprocidad tan-to que hacen que el biógrafo Fernando

La joven MaínPiera Ruffinatto

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¿Quién es la joven María Dominica Mazzarello? La pregunta es legítima tanto para quien se acerca a ella por vez primera como para los que desde hace tiempo la frecuentan como amiga, hermana, guía.

Maín, como familiarmente es llamada enMornés, para los coetáneos es una jovenrica de talentos; inteligente y emprende-dora, simpática y vivaz; su físico robustoy fuerte hace de ella una campesina envi-diada hasta por los obreros del padre;con su alegría de vivir y la personalidaddecidida atrae a las coetáneas, siendo lalíder indubitable. También en familia, siendo la primogéni-ta, es el punto de referencia; papá José laconsidera su brazo derecho”; mamáMagdalena le confía con gusto la educa-ción de los hermanos. Maín no es indife-rente al ascendiente que siente que tienesobre los otros y se sirve de él para hacerel bien.Pero para comprender realmente quienes Maín es necesario ir más allá de la apa-riencia. Lo que más que todo caracterizala juventud de Maín es la presencia deDios que toma posesión de su corazónsiendo su “Sol meridiano”; de Jesucristoque entra con dulce prepotencia en suvida, la fascina y la conquista a su Evange-lio; del Espíritu Santo al que dócilmentese abandona y que interiormente latransforma. Todo esto se realiza a través

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de indicar su “natural” predisposición ala misión educativa, revela como Maín,desde la juventud, está acompañada a vi-vir la “espiritualidad salesiana” que esesencialmente espiritualidad de los jóve-nes y para los jóvenes. Ella no sólo viveespontáneamente tal espiritualidad, sinoque la asimila con sus rasgos de mujer jo-ven, ofreciendo de esta manera a la espi-ritualidad salesiana el toque femeninoque le faltaba.Maín vive un cristianismo gozoso y atra-yente que se hace propuesta vocacionaly, en estilo salesiano, proyecto educativo,escuela de vida y para la vida, lejana detoda abstracción. En ésta ella expresa lapedagogía del trabajo como compromi-so para cumplir el propio deber conatención y pasión con el conocimientode participar en la obra de Dios. Trabajoen los campos o recreo con las mucha-chas, cuidado de la casa o compromisosde caridad en el pueblo, todo para Maínos ocasión para realizar “a tiempo y lu-gar” sus tareas por amor de Dios.Para Maín, la alegría es un mandamiento,un imperativo, porque no puede estartriste un corazón habitado por el amorde Dios y cada joven tiene el derecho depoderse saciar en esta fuente inagotable. De aquí la pedagogía de la unión conDios que orienta a Maín a hacer de cadainstante el momento justo para “perma-necer en Él” continuamente, sin soluciónde continuidad entre los momentos de laoración y los de la caridad.La juventud de Maín; tan sencilla y límpi-da, tan hermosa y verdadera, es una pro-puesta accesible a todos, es una vida quetransmite vida, es un canto que esperatambién hoy nuestras voces para ser eje-cutado y llevar el mensaje gozoso de lasalvación a los jóvenes y a las jóvenes deltercer milenio.

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Maccono diga: “María sin Petronila, no sabemos si habría podido hacer cuan-to ha hecho”.En efecto, las dos amigas son como doshermanas: “El alma de todo era siempreMaría. Inconscientemente ella era la in-teligencia, el ojo; la otra era el brazo, lamano, pero esto acontecía así, como unacosa natural, y todo procedía con la má-xima armonía”. Aquella entre María y Pe-tronila es por eso una amistad sólida, seaporque fundada en el ser profundo decada una, y sea porque acude a Dios y aÉl se refiere continuamente para las pe-queñas opciones cotidianas, pero tam-bién en el momento de los grandes cam-bios, como acontece en la fundación deltaller. En efecto, la primera confidente dela inspiración de María es Petronila lacual, aún no entendiendo plenamente elproyecto propuesto, lo abraza con totalconfianza y desde el inicio colabora en élcon todo el corazón y todas las fuerzas.

Vocación salesianaEn la juventud de Maín, Dios pone la se-milla de la vocación salesiana. Aún sinconocer al fundador del oratorio de Val-docco, ella realiza en Mornés cuanto eljoven Bosco hacía en Becchi de Castel-nuovo; reúne a las muchachas, las atrae así con buenas maneras y la dulzura, lashace jugar y les habla de la bondad deDios. Ella, afirma Alberto Caviglia, es sa-lesiana por instinto. Tal certeza, además

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últimos datos difundidos por UNICEF, con-tenidos en la relación Levels & Trends inChild Mortality de 2010, nos dicen que latasa de mortalidad infantil se ha reducidoun tercio en los últimos veinte años. Y, sinembargo, cada día mueren en el mundo to-davía alrededor de 22.000 niños de edad in-ferior a los cinco años a causa de la extre-ma miseria y de enfermedades fácilmentecurables. Además, 190 millones de niñoshoy tienen un peso insuficiente, 230 millo-nes sufren retrasos del crecimiento, 50 mi-llones no reciben alimento suficiente, 130millones entre los 6 y los 11 años no van aclase, dos millones de niños en los últimosdiez años han muerto en el curso de con-flictos armados.Más allá de las cifras basta pensar que conmenos del 1% de cuanto el mundo inviertecada año para los armamentos se podríaresponder a las necesidades fundamenta-les de todos los niños de los países pobres.Un mundo globalizado que tiene todas lascapacidades para resolver un escándalotan grave, aún mantiene abiertas sus gran-des contradicciones y debilidades. A estosdatos, se añade la voz de niños concretosque explican su drama:Ésta es mi vida, tengo 11 años, vivo en Sara-jevo, soy una escolar sin escuela… una niñaque vive sin juegos, sin amigos, sin carame-los, sólo con un poco de leche en polvo. Enpocas palabras una niña sin infancia. Unaniña de la guerra. Junto a mí miles de otrosniños de esta ciudad que es destruida, que

“… de ellos es el Reino”Julia Arciniegas, Martha Sëide

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Sólo las personas recreadas por una rela-ción vital con Dios están en grado de con-jugar amor y verdad, amor y justicia. El di-namismo de estos binomios sostiene elcompromiso para cambiar las reglas y la ca-lidad de las relaciones y también las estruc-turas sociales. Insertado en esta perspecti-va, cada educador, cada educadora está lla-mado/a a cumplir una operación originalde ‘perforación de lo cotidiano’ para des-enmascarar y contrastar aquellas fuerzasque aparecen contrarias al espíritu delEvangelio.Las grandes problemáticas manifestadaspor los Objetivos del Milenio no cesan deinterpelar a las conciencias. Es posible queen nuestro tiempo ¿haya aún quien muerede hambre? ¿Quién esté condenado alanalfabetismo? ¿Quién carece de los cui-dados médicos más elementales? El esce-nario de la pobreza puede ensancharse in-definidamente… Y, además ¿cómo mante-nernos aparte ante la violación de los dere-chos humanos fundamentales de muchaspersonas, especialmente de los niños? Es cuanto entiende afrontar esta secciónpara proponer una lectura creyente de lasproblemáticas de hoy, manifestar nuestraresponsabilidad educativa y sugerir accio-nes alternativas.

Hablan los hechosLa infancia negada y abusada interpela dra-máticamente el presente y el futuro de lahumanidad. Las estadísticas no faltan… Los

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llora y se desespera, soñando una ayudaque no llega nunca. ¿Por qué? Estoy deses-perada. Tengo ganas de llorar. Estoy lloran-do (Cf. Diario de Zlata 61). Me llamo Jorge. Vivo en uno de los sitiospobres entre los más pobres de la ciudad…estas cicatrices que llevo en el brazo y en elcuello, las llevo conmigo desde que era pe-queño. Mi mamá vendía por la calle… Undía cuando empecé a consumir droga, ellame pegó y me dijo que no volviera más conlas manos vacías. Desde entonces, paso lanoche en la calle, y así nos acostumbramosa todo (Cf. Cicatrices en mi piel 84-86).

En las fuentes del amorEl pensamiento de Jesús sobre los niños ysobre la ejemplaridad de la infancia en re-lación con la justa relación con Dios en elReino está claramente expresado en elEvangelio en ocasiones y formas distintas.“Dejad que los niños vengan a mí… por-que de los que son como éstos es el Reinode Dios“ (Mc 10, 14; cf. 13-16; cf. Mt 19, 13-15; Lc 18, 15-17). Esta afirmación de Jesús esla revelación de una verdad fundamentalsobre el reino de Dios que se puede aco-ger sólo con la sencillez del corazón. El rei-no pertenece precisamente a los niñosporque están totalmente desprovistos sinseguridad, sin pretensiones, su vida es dedependencia total.La Doctrina Social de la Iglesia indica la exi-gencia de respetar la dignidad de los niños,desarrollando una estima profunda porellos, como también un generoso serviciopor sus derechos. Esto vale para cada niño,pero adquiere una urgencia singular cuan-to más pequeño es y necesitado de todo(Cf. Compendio DSC 244).

Me toca a mí… nos toca a nosotrosLa lectura de la situación de los niños hoy ala luz del Evangelio y de la Doctrina Social

de la Iglesia requiere responsabilidad y ac-ciones concretas para educarnos y educaral amor y a la justicia hacia los niños. Enefecto, el amor cristiano empuja a la de-nuncia, a la propuesta y al compromiso deproyectos culturales y sociales y a una la-boriosa actividad. Se comprende cada vezmás claramente que estamos unidos en unúnico destino que requiere asumir una co-mún responsabilidad, inspirada por un hu-manismo integral y solidario (Cf. Compen-dio DSC 6).

• Muchos niños se encuentran en situa-ción de riesgo, de explotación, de esclavi-tud, parece que son mercancía humana enla economía global.¿Nos preocupamos por conocer más decerca eventuales situaciones de niños conmalestar en el contexto en que estamos in-sertados? ¿Qué acciones concretas expre-san nuestro amor hacia ellos?

• Redescubrir el mundo de los niños y loque ellos son en el pensamiento de Dios esuna tarea que la comunidad educativa estállamada a asumir para hacer frente a la“emergencia infancia”.¿Somos conscientes de la necesidad de ha-cer al niño, al muchacho protagonista de sucrecimiento? ¿Qué estrategias están en ac-to para alcanzar esta meta?

• Puede recoger el grito de los niños unacomunidad educativa que se moldea se-gún las orientaciones evangélicas de la ca-ridad y de la opción preferencial por losdébiles y los últimos.La voz de los niños más desaventajados¿qué resonancia tiene en nuestras opcio-nes?

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salvaguarda del ambiente, de la política.A los 18 años las cosas cambian un poco.Las esperas, aún permaneciendo más omenos las mismas, se hacen más conteni-das y realistas. En estos últimos años, dadoel clima social de incertidumbre, se expre-san con muchos si y pero. Las dudas agran-dan las dificultades y éstas impiden la ex-presión de los recursos personales y noconsienten a las personas realizarse y reali-zar cuanto podrían. También los adultos esperan: los padres es-peran que los hijos crezcan sanos y luegoque hagan las elecciones mejores para suvida y para la familia; los enfermos esperanla curación, los profesionales tener un tra-bajo bastante seguro, satisfactorio, adecua-damente remunerado y con posibilidad decarrera. ¿Las Hermanas? He interpelado aalgunas de ellas de diferentes edades. UnaHermana joven, durante una breve y densaconversación, se ha expresado así: “De lavida espero hacer experiencia de Dios y delas Hermanas que se quieran”. Otra jovenha respondido: “De la vida me espero la fe-licidad y del Instituto y de la sociedad quecambien para mejor”. Algunas Hermanas,entre 60 y 70 años, interpeladas en sedesseparadas, han respondido casi unánime-mente entre sorprendidas y gozosas: “Dela vida no espero ya nada porque ya he re-cibido todo. Ahora me estoy preparandopara el gran encuentro”. Una de éstas, decarácter más bien pronto, ha añadido: “DelSeñor espero la ayuda para lograr interac-

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El fin y también la actitud de espera puedeconsiderarse desde varios puntos de vista.El Dizionario di Psicología de U. Galimberti(1994) lo define como “la dimensión quecaracteriza la actitud psíquica dirigida al fu-turo”.Es una dimensión muy presente en eltranscurso de la vida. Los días, los meses,los años, están sembrados tanto de esperascotidianas como de esperas a largo plazo.Todas son importantes. Las esperas cotidia-nas, aún diferenciándose de persona a per-sona, son bastante comunes. Se esperaque el dolor de dientes pase; que el exa-men dé buenos resultados; que la confe-rencia aburrida acabe pronto; que las/losestudiantes entiendan las cosas importan-tes; que el tiempo sea suficiente para hacercuanto se desea (pero esto, por desgraciaparece que nunca lo es); que el día termineen paz y que el sueño repare de las fatigasy de las tensiones de la jornada y otras co-sas.

Las esperas según la edadLas esperas a largo plazo, además que depersona a persona, se diferencian muchocon la edad. Las muchachas y los mucha-chos de 13-14 años, además de encontrar alpríncipe azul o a la Beatriz de la vida, espe-ran seguros y sin indecisiones ser médicos,abogados, ecologistas, inventores de tec-nologías avanzadas, en grado de resolverlos espinosos problemas de la guerra, de ladroga, del hambre, de la violencia, de la

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tuar positivamente con las personas queencuentro”. Una Hermana de unos 60 añosha respondido con alegría, iluminándoseleel rostro: “Me espero crecer cada vez másen el amor del Señor y trabajar sólo para Élhasta la muerte”.Pero, con el derecho de la medalla, estátambién el revés. En efecto, una Hermanainterpelada como las otras, ha comprendi-do mal la pregunta y se ha prodigado enobservaciones negativas.

De lo sano a lo patológicoLas esperas, tanto aquellas que se cierranen el horizonte de la jornada, como aque-llas que abrazan los horizontes de la vida,prevén, generalmente, acontecimientospositivos, a veces también con la certezadel “centinela de la noche”. En efecto, elcentinela no duda de que a la noche le si-gue el día. Y parece que esto es propio dela naturaleza sana. También Job (o su au-tor), en el momento del despojamiento ex-tremo, abandonado y burlado por los ami-gos, afirma que al final verá a Dios y lo con-templará con sus ojos. (Cf. Job 19, 27). Lue-go añade: “Esta mi esperanza está grabadaen mi seno”.Pero, no siempre y no para todos es así. Ba-jo la presión de experiencias fuertementenegativas como una traición o la incom-prensión o la muerte repentina de una per-sona amiga y significativa; una enfermedadgrave inesperada; la pérdida del trabajo, larespiración se hace más corta, el malestarpesado y la angustia se apodera tambiénde las personas que de ordinario están se-renas y son optimistas. Estas situacionespueden tener repercusiones dolorosastambién en lo físico. Pero, la mayoría de laspersonas, después de una desorientaciónmomentánea, vuelve a mirar al futuro conesperanza. Ante acontecimientos dolorosos que la vi-

da no ahorra ni siquiera a los que parecenafortunados, algunos, no habiéndose en-trenado a esperar lo mejor, tienden a res-tringir los horizontes, a cerrarse en sí mis-mos y a esperar eventos negativos. Haytambién quien absurdamente, como en eldrama/comedia de Beckett, Esperando aGodot, espera dudando que llegue al-guien. En efecto, al final del drama no lleganadie. Quien se pone en esta posición, aveces, no logra captar lo positivo de unacontecimiento y termina con la interpre-tación de todo o casi como negativo.La espera puede crear alegría, entusiasmo,creatividad, poesía, pero también ansia.Cuando el ansia supera ciertos niveles sehace patológica, bloquea los sanos dina-mismos psíquicos y no consiente alcanzarresultados satisfactorios. Uno que se preo-cupa excesivamente por el éxito, peligra nolograr superar la prueba u obtener resulta-dos inadecuados. Se trata, y no sólo paraniños, adolescentes y jóvenes, del ansia deprestación. Puede estar causada por unaprofunda inseguridad o una exageradapreocupación por sí mismos. Para los ni-ños, esto a menudo se debe a las esperasexcesivas de los padres. Las esperas de lospadres, de las educadoras y de los educa-dores, si quedan en los justos límites, ma-nifiestan confianza. Y quien se siente inves-tido de confianza, generalmente, da lo má-ximo. Pero, si son excesivas, bloquean. Elproblema es el de encontrar para cada per-sona y también para uno mismo la justamedida.El restringir los horizontes, el ansia, la an-gustia, la incapacidad de mirar más allá deuno mismo, de aguardar y esperar en unacontecimiento que serena y salva, puedenllevar a la autodestrucción, a la muerte o aconducir una existencia triste para uno ypesada para quien se encuentra compar-tiendo su vida. Esta situación puede depen-

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previendo posibles retrasos y decepcionesy pensando en una posible superación.Las grandes esperas son propias de losadolescentes, de los jóvenes y de los adul-tos. Y el soñar a lo grande a menudo es unbien, no sólo de cada uno, sino también dela sociedad, porque, a menudo a los sue-ños siguen las realizaciones. Una persona-lidad fuerte no teme las dificultades, ni sedetiene ante las críticas y las posiblesafrentas.

No se puede ser optimista por haber toma-do partido o por ingenuidad. Pero, mien-tras se reconoce con humildad el andar atientas cotidiano, también se puede mirarcon serenidad el futuro y cultivar la con-fianza que después del temporal volverá aresplandecer el sol, que después de laprueba y la fatiga llegará lo mejor, la salva-ción, Alguien. Y esto también ante la muer-te que, por su misterio, es el acontecimien-to que causa en todos un cierto miedo y re-pulsión.También desde el punto de vista humano,psicológico, las pruebas se consideran unaposibilidad de crecimiento y el final de lavida no se ve como un destrozo, sino comoun cumplimiento, como el ápice de la ma-duración humana (Erikson). En el estribillode una poesía suya, Rabindranath Tagore,la llama: “¡Oh última plenitud de mi vida,muerte, o muerte mía, háblame!”.La persona humana por empuje natural es-tá llevada a levantarse después de la caída,a ver lo positivo posible y a hacer algo paraque esto acontezca. La fe, refuerza y facili-ta lo positivo de esta actitud psíquica dirigi-da al futuro y presenta también la últimaespera, como la plenitud de la vida, el en-cuentro con Él, la posibilidad de contem-plar su Rostro. Para siempre.

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der de múltiples y complejos factores. Nose puede, generalizar superficialmente. Amenudo es la consecuencia de una viven-cia marcada por pesadas desilusiones,abandonos, molestias, pero también poropciones personales inducidas a veces porel ejemplo de las personas significativas.Cuando un padre tiende a la depresión, elhijo podría aprender y asumir la misma ac-titud. Algunos estudios, en el ámbito de lapsicología, manifiestan como, quien, sobretodo en la primera infancia, ha sido desa-tendido por las personas significativas o hatenido la impresión de serlo, le cuesta mása ponerse en una perspectiva positiva.Últimamente, especialmente en los Paísesdel bienestar, se está verificando que tam-bién quien ha tenido demasiado y no ha si-do suficientemente entrenado a superarlas dificultades normales de la vida, puedeencontrarse en las mismas condiciones.

Para una espera que ilumine la vidaQuien vive en perspectiva positiva, por logeneral, no está mano sobre mano, sinoque se esfuerza para que el acontecimien-to corresponda a la espera. La mujer encin-ta evita con mucho cuidado cuanto podríadañar al que está para nacer; el agricultorriega, abona, quita cuanto impide el creci-miento; la educadora prepara con cuidadola intervención, estudia, escucha, reza, pro-pone; el enfermo respeta las reglas y las su-gerencias de la terapia; el enamorado seatavía y se perfuma para agradar a la amada.En cambio, otras y otros, o hablan y hablanen un tiempo inmóvil sin hacer nada, obien son derrotistas, es decir, no sólo nohacen nada, sino que con su pesimismodesaniman a los que buscan construir algo.Para estar menos expuestos a la desilusión,la prudencia sugiere apuntar alto en las es-peras, pero también tomar las justas medi-das relativizando lo que no es esencial,

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ENRAIZADOS Y FUNDADOS EN CRISTO,FIRMES EN LA FE

(SAN PABLO)

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“Dios nos ha hecho capacesde vivir con Él”.

Las preguntas más urgentes y decisivas sobre la vida,

la búsqueda del sentido, la inquietud del corazón,

la capacidad de problematizarse,son signos de que Dios

nos ha creado para Él, “capaces de Dios”.

AMIGO Y SEÑOR NUESTRO JESUCRISTO,

¡QUÉ GRANDE ERES!QUEREMOS IR ADONDE

TÚ NOS ENVÍES,A ANUNCIAR TU NOMBRE,A CURAR EN TU NOMBRE,

A ACOMPAÑAR A NUESTROS HERMANOS HACIA TI.

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Lecturaevangélica

de los hechos

contemporáneos

La sonrisa deDiosMara Borsi, Margina Cuadra

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La sección en este año entiende presentar la misión educativa realizada en los distintos continentes. El objetivo es mostrar las modalidades y el estilo de la presencia de las FMA entre las/los jóvenes. En este artículo S. Margina Cuadra de la Inspectoría Centroamericana CAR respondiendo a algunas preguntas nos da la posibilidad de conocer el trabajo misionero en Darién (Panamá).

Cuando piensas en tu experiencia en el Vica-riato apostólico del Darién ¿qué te viene a lamente?

Recuerdo que para mi primera visita fuidestinada a la aldea más grande y cuandollegué, apenas puse el pie en tierra, una se-ñora se me acercó y me dijo: “Venga “ma-drecita”, cuando las misioneras llegan aquíresiden en mi casa”. Sus niños cogieron enseguida mi mochila y me condujeron a sucasa, allí la señora me ofreció café y me ex-plicó la organización de la comunidad indí-gena. Alrededor de una hora después sushijos me acompañaron a visitar las casas dela aldea y al final de la velada invité a todoslos niños y las niñas a jugar y a cantar. Re-cuerdo que aquella primera semana fue lamás fatigosa de mi vida, pero también fuela que me llenó de entusiasmo por mi voca-ción, en aquel momento me pareció com-prender mejor la frase de Don Bosco: “has-ta el último respiro será para mis jóvenes”.

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¿Cuál es la situación de la provincia del Da-rién?

La provincia se encuentra en el Estado dePanamá, limita al Este con Colombia. Es lamás extendida del Estado, tiene una pobla-ción igual a 53.832 habitantes, de los cuales15.168 son indígenas de distintos grupos ét-nicos: kuna, wounaam, emberá. El resto dela población está constituida por afroame-ricanos y por refugiados colombianos. Laprovincia es una de las zonas de mayor ex-clusión y marginación dentro del Estado dePanamá. Los habitantes históricamente hanaprendido a vivir en la exclusión social yhan sido obligados a hacer de la pobrezauna cultura. Los niños y las niñas indígenassufren a causa de esta injusticia social y noreciben una educación de calidad. Para lamisión el reto es precisamente la educa-ción, sobre todo de las niñas, obligadas acasarse muy pronto porque no tienen otrasposibilidades de elección. Niñas que muypronto se convierten en “mamás niñas”.En la Nación existen dos estados que no semiran; aquel de los no pobres y el de lospobres. Naturalmente en el Darién hay po-bres que no obstante todo siguen creyen-do que es posible otro Darién.

¿Qué comporta anunciar el Evangelio en unasituación tan difícil?

Anunciar el Evangelio en este lugar es po-nerse la mochila en la espalda, llenarla deesperanza y alegría porque vamos a anun-ciar a un Dios que se hace gesto concreto.

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Prepararse con la oración a compartir la vi-da, con sus alegrías y sufrimientos, saberdemostrar cercanía, pero sobre todo escu-char con el corazón. Uno de los secretosque he aprendido en la misión es escuchara los ancianos, aquellos que poseen la sabi-duría de la vida. Cuando los indígenas veí-an que me sentaba largo tiempo a escucharlos mitos y las leyendas, empezaron a decirentre ellos: “Es una de nosotros, estáaprendiendo nuestras cosas”. Sólo de estaforma luego pude inculturar y anunciar labuena noticia del Evangelio. Tambiénaprender el idioma de las distintas comuni-dades es muy importante y esto requieremucho tiempo, compromiso y sacrificio.Durante el verano caminamos kilómetros ykilómetros en la selva, en invierno vamosen barca por los ríos bajo el sol o bajo in-terminables chubascos.

¿Cuál es el objetivo de la presencia misionerade las FMA?

El proyecto misionero del Darién está sos-tenido por dos Inspectorías; aquella a laque pertenezco, la centroamericana CAR, yla colombiana María Auxiliadora. El Vicaria-to Apostólico ha confiado a las FMA 20 co-munidades. Compartimos la misión con lossacerdotes, misioneros de Yarumal y conellos preparamos a los laicos a llevar la bue-na noticia del Evangelio. El objetivo denuestra presencia misionera es entrar endiálogo con las distintas poblaciones, ha-ciendo de la vida un encuentro, una cele-bración, descubriendo en cada momentoal Dios del amor y de la solidaridad. Una denuestras opciones es la inculturación, vivirla fe a partir de las diferencias culturales.Otro objetivo importante es la promociónhumana, prestamos atención a la personaconcreta, sólo así se puede conocer su rea-lidad, los sueños, las necesidades, los sufri-mientos.

¿En qué consisten las visitas misioneras a lasaldeas?

Las visitas misioneras duran alrededor deuna semana. En las aldeas no tenemos unacasa nuestra, somos hospedadas en una delas casas de la comunidad y al final despuésde tanto compartir la vida quien nos hos-peda nos considera como verdaderosmiembros de su familia, y es esto lo quellena el corazón de una misionera; el Diosque se comunica es aquel que te acoge ca-da vez que lo visitas. Las visitas a las aldeasson una escuela itinerante para las misio-neras, de cada comunidad que se visita seaprende a vivir con creatividad y a emplearlos recursos que hay dentro de cada perso-na. Se aprende a acoger la sonrisa de Dios.Su sonrisa se concreta en cada historia, so-bre todo cuando se toca en profundidad lavida. Para mí la sonrisa más significativaque he recibido fue cuando una señora in-dígena muy joven, enferma de tuberculo-sis, en los umbrales de la muerte dijo: “Porfavor, Hermanas, después de mi muertecuidaos de mi niña, mi único tesoro, sólovosotras sé que haréis de ella una personabuena”. Así fue; cuando murió, la comuni-dad FMA llevó a la niña a la ciudad de Pana-má y la confió a una comunidad que seocupa de niñas sin familia. Algún tiempodespués la misma niña indígena con unaprofunda sonrisa nos dijo gracias por todolo que habíamos hecho por ella.La misión cambia la vida de cada misionera,no se puede permanecer la misma, y no sepuede no dar gratuitamente lo que se reci-be, no se puede tener miedo porque Diosestá presente en cada momento de tristezao de alegría, de cansancio o de fuerza. Esun don grande que no se puede no com-partir. “La pasión por Dios se convierte enpasión por la humanidad”.

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da, no solamente de leerla o escucharla.Pensar en los jóvenes podría significar pen-sar en cómo encontrarlos, cómo hacernosencontrar por ellos y en cómo proponersepara que el encuentro sea significativo. Ensíntesis, es hacer concreto y visible el pen-sar, hacer que las emociones sean vivas yverdaderas, porque hoy los jóvenes son fá-ciles presas del mercado de consumo y deun mundo artificial por las emociones; ellosestán dentro del mundo pero, al mismotiempo, viven una gran soledad, definidaactualmente como “sentimiento oceánico”.Hay que acostumbrar a los jóvenes a las“emociones-contemplación”. La contem-plación no es una realidad abstracta sinoque es la capacidad de gozar de las cosasbellas, que cuestan fatiga. El teatro, la músi-ca y otras actividades típicamente salesia-nas, son necesarias para educar a los jóve-nes a vivir correctamente las propias emo-ciones y no de corta duración. Así, las emo-ciones pueden transformarse en sentimien-tos de donación de sí mismo estable y dura-dera.Pensar en los jóvenes, desear el encuentrocon ellos; podríamos afirmar que esto es unjuego de miradas, y sabemos que los mu-chachos están disponibles e interesados asintonizarse bajo la mirada del educador.Pensar en cómo romper el muro dentro delcual tan a menudo nuestros jóvenes se re-fugian quiere decir suscitar su respuesta re-lativamente a expectativas, esperanzas, sue-ños.

“Cerca o lejos yo pienso ¡siempre en vosotros!”Emilia Di Massimo

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Don Bosco, Madre Mazzarello: mentes ha-bitadas por la pasión educativa. Nos gustaimaginar a nuestros santos mientras, en lamultiplicidad de las actividades cotidianas adespachar, piensan en qué estrategias pas-torales inventar para conducir a los jóvenesal encuentro con Jesús. Don Bosco y MadreMazzarello ciertamente habrán tenido elgusto de pensar, deteniéndose en los jóve-nes y en sus mil historias, en sus incerti-dumbres y en sus entusiasmos.Pero hoy, nuestra sociedad ¿cómo “piensa”a los jóvenes? Una lectura actualmente muydifundida podría ser la siguiente: los jóve-nes de hoy son una suerte de nihilismo deépoca (Galimberti U., 2008), dentro de ellosadvierten la presencia de un huésped oscu-ro (la tristeza, la falta de perspectivas futuras“ciertas”) que corta la respiración, esperan-zas; ellos buscan un futuro que no es paranada fácil. Ellos viven una época de transi-ción donde los pilares precedentes (escue-la, trabajo, familia) no tienen raíces sólidas.Además siempre hacen experiencias filtra-das, difícilmente hacen experiencias direc-tas. Mucho más a menudo, hacen experien-cias mediatizadas por la televisión, por elordenador, por los teléfonos móviles. Por lotanto uno de los puntos operativos podríaser el de hacer que los jóvenes pasaran dela experiencia mediatizada a la experienciadirecta del encuentro, o bien llevarles a ver,a hacer experiencia concretamente de la vi-da que acaece día tras día. En los jóveneshay una fuerte necesidad de encontrar la vi-

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El educador que piensa está en grado de re-cuperar la fragilidad/ternura como dimen-sión normal de la vida. Hay que preparar alos jóvenes a la resiliencia, acostumbrar asoportar pequeñas y grandes frustraciones.Hay que acostumbrar a habituar a los jóve-nes a habitar las propias fragilidades. Los jó-venes han de oír que les dicen que el dolores fuente de aprendizaje. Nosotros “educa-dores pensadores” no podemos proponerel oasis de felicidad como los medios de co-municación proponen por todas partes yen cada lugar del planeta. Hay que crear unlugar donde poder encontrar adultos signi-ficativos y no héroes, que sepan explicarsecon humildad. Es fundamental el encuentropersonal vivo, hay necesidad de “sanas bio-grafías vivientes”, nuevas y curadas en sushumanas heridas, e incesantemente en ca-mino hacia el infinito que todavía se busca.Pensar en los jóvenes no significa sólo poner-se al día o continuar estudiando. Nuestra mi-sión educativa, sustancialmente, está en

cia permite que estemos y trabajemos, másallá del estar “cercanos” o “lejanos” de los jó-venes. La medida de nuestra presencia apos-tólica es el amor que nos anima.Misión apostólica y unión con Dios: bino-mio inseparable tanto para quien está al la-do de los jóvenes como para quien no lo es-tá, en cuanto la oración es un servicio apos-tólico, y vivir como consagrados es nuestroprimer y verdadero apostolado.En la famosa carta desde Roma, de 1884,Don Bosco así escribía:“Mis queridos hijos en Jesucristo, cerca o le-jos yo pienso siempre en vosotros. Uno so-lo es mi deseo, el de veros felices en el tiem-po y en la eternidad. Este pensamiento, estedeseo me decidieron a escribiros esta car-ta…”.Y nosotros hoy ¿no seguiremos “escribien-do” con “corazón que piensa” para que losjóvenes encuentren la felicidad auténtica?

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proporción del Amorque la genera.Porque pensar, en-contrar, educar, noconcierne sólo aquien está en contac-to directo con los jó-venes. El pensamien-to de los jóvenes, paranosotros afectivamen-te implicado, osare-mos decir recibidocomo carisma, nostendría que acompa-ñar siempre, en cuan-to nos es imposiblerenunciar a ser educa-doras, y esto indepen-dientemente del lugaren el que la Providen-

Las categorías de lo ferial y de lo ordina-rio son uno de los aspectos valorados enla espiritualidad de las mujeres. LigiaMaggi, en su artículo publicado en la Re-vista “Tempi di fraternità” en el mes demarzo de 2010, afirma que, “está naciendouna espiritualidad parida en las casas, enlugares no de monitores reveladores de laaudiencia”. Y aún: “El lugar doméstico delo cotidiano se presenta como terrenooportuno para construir una espirituali-dad al femenino, en el escondido cuerpoa cuerpo con Dios y con su Palabra. Resti-tuyendo a la casa aquella fe, demasiado amenudo pensada únicamente en los luga-res institucionales: las iglesias, la ense-ñanza de la religión. (…) Una espirituali-dad de lo cotidiano, además de referir laconfrontación en el espacio habitado porlas personas normales, se hace cargo decontrastar la cultura de la delegación, re-conociendo que Dios habla a ti personal-mente dentro de tu vida y no sólo el do-mingo o en las ocasiones solemnes”.Tal espiritualidad es capaz de rescatar elvalor de lo pequeño, de lo menudo, de lainsignificancia, del margen y de la mino-ría. Por lo tanto, se tiene la valoración delas categorías tendenciosamente dejadasa parte para pensar en cambio en modounitario, armónico y en comunión. Poreso emerge evidente que la espiritualidadno concierne sólo a lo sobrenatural, sinoque abraza el cuerpo, las relaciones, eltrabajo. Se trata del cuerpo y del espíritu,de los seres humanos y del universo ente-

Espiritualidad femeninaPaola Pignatelli, Bernadette Sangma

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¿Cuál es la espiritualidad de la mujer?Existe ¿de hecho? ¿Es diferente de la delhombre? ¿En qué? ¿Cómo es posible sa-ber? Son una serie de interrogantes queplantea María Teresa Porcile, una teólogauruguaya.De hecho hoy existen círculos de mujeresde cada fe, cultura, religión, grupo étnicoy estado legal que intentan elaborar unaespiritualidad al femenino partiendo sen-cillamente del ser mujeres. Es un acerca-miento que hace hincapié en las expe-riencias fundamentales de las mujeres,dando sentido, dirección, riqueza, solidezy fecundidad capaces de incidir intensa-mente no sólo en su vida, sino en su co-munidad entera.Una consideración de fondo de la quepartir parece ser la de Shekhinah Morgande Australia, la cual dice que la espirituali-dad de la mujer “es lo que viene del cuer-po de la mujer”. Es un cuerpo fuertemen-te regulado por las dimensiones del tiem-po y del espacio, que conoce qué signifi-ca estar condicionados mensualmentepor los ciclos vitales de la vida, ser fecun-da, acoger la vida en el propio cuerpo, ha-cerla crecer, cuidarla, engendrarla, cuidar-se de ella, alimentarla, sostenerla, acom-pañarla… De ahí deriva que la espirituali-dad de la mujer “valora la vida, la creativi-dad, la empatía, la receptividad, la diversi-dad y los ciclos naturales que inducencambios constantes. Valora los ritmos or-dinarios y cotidianos de la vida” (Shekhi-nah Morgan).

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ro, del cielo y de la tierra, del individuo yde la humanidad entera. Un filón muy rico de espiritualidad feme-nina en comunión con las fuerzas de lanaturaleza viene de las poblaciones indí-genas. Victoria Tauli-Corpuz, una mujerIgorot de Filipinas dice que la “espirituali-dad de las mujeres indígenas está funda-mentalmente unida a la tierra. Ésta derivade la creencia que el universo es un servivo, que tiene su espíritu. En efecto, to-das las cosas en el universo tienen el pro-pio espíritu. Las mujeres Igorot creen quesu capacidad de producir y reproducir esdirectamente proporcional a la capacidadde la tierra de renovarse. Por lo tanto larelación entre la mujer y la tierra es recí-proca. Las mujeres cuidan la tierra mien-tras la tierra provee a las necesidades delas mujeres. Cuando la tierra está en eldolor, lo están también las mujeres. Cuan-do las mujeres están en el dolor, tambiénestá herida la tierra. La espiritualidad uni-da a la tierra se manifiesta en la vida y enlas vicisitudes cotidianas”.La relación espiritual que la mujer tejecon las fuerzas de la naturaleza se extien-de luego a las personas humanas dandoun toque especial a las relaciones inter-personales, al trabajo y al servicio. ElenaNelly una mujer nicaragüense pertene-ciente a la Iglesia Protestante, dice: “Enmis doce años de servicio de enfermera,he vivido siete años al servicio de las co-munidades más necesitadas. Siento queno estoy sencillamente ofreciendo mi ser-vicio, sino que estoy compartiendo la vi-da de las personas. Vivo con ellas los ries-gos de la vida viajando a caballo, en lasbarcas, durmiendo en las casitas improvi-sadas. Reconozco que todo esto me damucha satisfacción y profundo sentidoespiritual. Esto para mí es también partede la espiritualidad”.En un mundo donde a menudo se vivensituaciones de conflicto y donde la segu-

ridad de la mujer a veces está comprome-tida también entre las paredes domésti-cas, la espiritualidad se convierte en unpunto firme en el que las mujeres se aga-rran, para encontrar la fuerza y activar laresiliencia. Un ejemplo elocuente de esta fuerza inte-rior nos viene de una mujer musulmana.Shah Vahan Begur ha ayudado a crear unacasa de acogida denominada Shaktishali-ni en Nueva Delhi, después de una expe-riencia traumática. La mujer explica: “Mihija fue asesinada por sus suegros. No po-día tener justicia, estaba desesperada. Noobstante esto tenía fe en la misericordiade Allah y empecé a trabajar en esta so-ciedad a fin de que tales horrores no se¡repitan nunca!”.Otra mujer socióloga de religión budista,Renuka Jane Ramanujan, estaba destruidapor la pérdida de su primogénita. Decía:“Una amiga mía participaba en la oración-canto budista. Fui yo también. La oración-canto me dio una energía enorme. Sientonuevamente el sentido de poder y decontrol. (…) Con oración y canto yo creouna energía limpia en torno a mí. Esto meayuda a tomar las cosas en mis manos”. Está claro que la espiritualidad de la mu-jer es portadora de características y pers-pectivas distintas, que tiene todas las ca-pacidades para enriquecer a la humani-dad.En nuestras Comunidades proféticas y vo-cacionales el termómetro de la espirituali-dad ¿qué indica? ¿Somos capaces de ela-borar no sólo con palabras, sino en la car-ne una mística vulnerable a lo cotidiano?¿De conciliar “cielo y tierra”, de ser signode un “más allá”, distante y próximo a ca-da hombre, con nuestra presencia de mu-jeres, ante todo, ricas de los matices deuna consagración salesiana?

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y “desarrollar” para lo mejor.El Papa Benedicto XVI invita a ser guardia-nes y administradores responsables. Cus-todios del Universo porque guardianes dela Belleza de Dios. Belleza que se hace op-ción de comportamiento no violento hacialos hombres y hacia todas las criaturas.“Si acogemos en nuestro interior – dice S. María Pía Giudici en el libro Suore, deMaría Pía Bonanate – no sólo a la personadel hermano, sino el rostro de la piedra, elestallido de la llama, el fragor del trueno,el ímpetu del viento, el rumor de la lluviay el llover a cántaros, el pálpito de la gotitade rocío, el canto de los pájaros, logra-mos penetrar en la infinita sencillez de laexistencia. Nos despojamos de las supe-restructuras inútiles, volvemos a nuestroser más auténtico, simplificamos nuestrosgestos y nuestros pensamientos, redescu-brimos el significado de las pequeñas ac-ciones de todos los días, también de lasmás humildes y descuidadas. En la crea-ción, después de la encarnación del Verboy el Misterio Pascual, nada es insignifi-cante, nada es opaco, ni definitivamentepresa de la muerte. Antes bien, todo revelamisteriosamente un pálpito, una vida suya,una palabra suya, donde es posible reco-nocer sin esfuerzo al Otro Rostro delVerbo de Dios”.

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“De la grandeza y belleza de las criaturas,por analogía se contempla a su creador”(Cf. Sal 8, 10).

Dios con su obra creadora ha sembradobelleza. Montes, ríos, árboles, flores, ani-males, el hombre y la mujer. Su armónicovivir juntos es signo e imagen de la bellezadel Creador.Creer en Dios Creador nos ayuda a perci-birnos como criaturas y a acoger a Dioscomo la fuente de todo lo que existe. Mi-rar a la creación entera con mirada con-templativa, también a aquella herida, quesufre y gime, significa ser conscientes deque todas las criaturas están en Dios yDios está en todas las criaturas, como can-taba San Francisco en su Cántico.Tierra, aire, agua, y todos los seres vivien-tes, piden al género humano, custodia,responsabilidad.La responsabilidad hacia las generacio-nes que vendrán nos debe llevar a adqui-rir conciencia del tener cuidado. En elMagisterio de la Iglesia se habla de “Salvaguardia” del Universo, que da elsentido del custodiar de las amenazasque pueden venir de varios factores:contaminación, explotación irresponsa-ble de los recursos, consumo excesivo,intereses privados, pero en la “Salvaguar-dia” está también implícito el conceptodel cuidarse, que se preocupa no sólo de“conservar”, sino también de “cultivar”

La creación signo de la belleza de DiosAnna Rita Cristaino

Informaciones

noticias novedades

del mundode los media

– con la metáfora introducida hace casiveinte años por el Cardenal Carlos MaríaMartín, Arzobispo de Milán – “el ambien-te en el que nos movemos y el aire querespiramos”. El Papa en el Mensaje para la44 Jornada Mundial de las Comunicacio-nes Sociales (2010), nos suministra la cla-ve para ser “testimonios” digitales y en eltiempo de lo digital; no se trata de “ocu-par la Web” cuanto más bien de ofrecertambién en este contexto nuestro testi-monio para alimentar la cultura y, por lotanto, contribuir a la construcción de unasociedad más humana y humanizadora, lacivilización del amor.

Porqué testimonios digitales

El adjetivo “digital” subraya el hecho quese están definiendo de nuevo tanto losviejos como los nuevos medios de comu-nicación, que está cambiando nuestra vi-da cotidiana y las relaciones. Hoy la tec-nología, y en particular los objetos tecno-lógicos, están inmersos en una red de sig-nificados sociales cambiantes, innovado-res, continuamente negociados. La tecno-logía nunca es inerte ni neutral; significacosas distintas para sujetos diversos.El sustantivo “testimonios”, sin embargo,es el elemento fundamental en los proce-sos y en los escenarios culturales que vandefiniéndose en cada contexto social ypolítico; éste evoca la actitud, ante la in-novación apremiante, al cambio impara-ble. Una actitud que no ha de ser ni pre-

No tengáis miedo…María Antonia Chinello

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Una sección que, en continuidad con el tema del año pasado (cara-a-cara) entiende considerar la necesidad de habitar con mayor conocimiento el territorio digital, cuyo límite no es tecnológico, sino humano: tiene los rostros de las personas, de las familias y de las comunidades, que sacan luz de verdad y de vida de una mirada creadora.

El título de esta sección lo tomamos enpréstamo del Convenio promovido del 22al 24 de abril de 2010, en Roma, por la Ofi-cina de las Comunicaciones Sociales ypor el Proyecto cultural de la CEI: “Testi-monios digitales. Rostro y lenguajes en laera crucial de los medios”.Un convenio que ha llamado a cosechar,ocho años después de Parábolas mediáti-cas, un congreso semejante vivido en2002, al pueblo de la comunicación italia-no y no. Tres días para reflexionar sobreel hecho de que más que las tecnologíasa la Iglesia, sobre la base del magisteriode Benedicto XVI (y aún antes de Juan Pa-blo II), le importan el hombre y la mujer,la persona humana en su integridad y enel desplegarse de su historia. Un camino pues con el conocimiento quelo digital, las nuevas tecnologías, estánahora ya delineando las coordinadas de lahistoria y de la cultura, hasta convertirse

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judicial ni resignada. Ser testimonios sig-nifica enviar de nuevo a algo ulterior y enla acepción cristiana el testimonio hacereferencia al Evangelio. Por lo que el retoes el de estar dentro del contexto digitalhaciendo resonar la palabra del Evangeliode la que cada cual es testimonio.

No perdamos a nadie por el camino

La era digital está caracterizada por la for-mación de una generación nacida con las

nuevas tecnologías, que viene plasmadapor ellas, que las emplea con gran desen-voltura y, por desgracia, también con granindiferencia e inconsciencia de los meca-nismos profundos que las regulan, aten-tos a un empleo sólo de conveniencia,funcional. Para nosotras educadoras todoesto ha de traducirse en preocupaciónética, educativa, formativa, comunicativaporque está cambiando la forma de tenerhijos, de criarlos y de educarlos. Cambiala forma de comunicar, de aprender y deenseñar, cambian las nociones de tiempo,la percepción del espacio, el concepto derealidad.Las velocidades de cambio no son unifor-mes, en cuanto ciertos componentescambian más rápidamente que otros y es-te intervalo, esta distancia engendra ten-siones, molestias, sufrimiento: “La transi-ción es tan rápida que no nos permite en-focar y seguimos viendo el futuro con losojos, los parámetros y los valores de unpasado que nos cuesta superar. Esto pro-voca una desorientación y una sensaciónde insuficiencia que pueden desembocaren angustia o, en lo opuesto, en precipi-tadas fugas hacia delante”.Según Antonio Spadaro, jesuita, “La Redy la Iglesia son dos realidades destinadasdesde siempre a encontrarse. Sabemosbien que desde siempre la Iglesia tieneen el anuncio de un mensaje y en las re-laciones de comunión dos pilares funda-mentales de su ser. La Iglesia que evange-liza está pues naturalmente presente – yestá llamada a estarlo – allí donde el hom-bre desarrolla su capacidad de conoci-miento y de relación. La lógica de la Webtiene un impacto en la lógica teológica eInternet empieza a plantear retos a lacomprensión misma del Cristianismo”.

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Los “nativos digitales” – o sea las gene-raciones crecidas conectadas a las nue-vas tecnologías han asumido su lengua-je rápido, esencial e invasor, nadan enuna comunicación horizontal, descen-trada e interactiva; se mueven en unageografía que conoce lo transversal delos conocimientos y expone a una plu-ralidad de perspectivas. (…) A este respecto, nuestro compromisode cultivar una nueva alfabetización hayque llevarlo adelante junto con el cono-cimiento de que no se trata sencilla-mente de desarrollar una cercanía em-pática a las tecnologías digitales, cuantode estar presentes también en este am-biente con modalidades que no disper-sen la identidad cristiana, el superávitrepresentado por el Evangelio: “Hayque estar dentro de lo contemporáneo,pero yendo más allá, con una obra aten-ta de discernimiento por parte de la co-munidad eclesial”.

(De la intervención de Mons. Mariano Cro-ciata, Secretario de la CEI, en el ámbito delConvenio “Testimonios digitales”).

queño mundo, para él todo será distinto,todo cambiará.Su deseo es el de renacer, dejar a la espal-da lo que no le gusta de sí mismo, ponien-do en su equipaje sólo pocas cosas. Tieneganas de ligereza. Quiero sentirse libre devolver a empezar. Pero después de los pri-meros meses en su nueva ciudad se en-cuentra que tiene que contar con la nos-talgia, con la soledad, el deseo de afectosy amistades sinceras. Pero ha decidido. Allíha de volver a empezar. Y para poder ha-cerlo ha renunciado a escucharse, a inte-rrogar a su corazón. Ahora tiene 25 años.Ha cambiado varias veces de apartamento,nuevos inquilinos, amigos. Ha empezadoa creer que basta con trasladarse algo másallá para sacudirse de encima las cosas queno funcionan, para enderezar eventos queno siguen la línea de los propios deseos.Pero esta convicción, al menos me parecea mí, está empezando a vacilar. Cuanto

¿Qué vida es?Anna Rita Cristaino

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A parte de lo que se me concede que haga por el bien de otros seres humanos, para mí personalmente la vida no tiene otro sentido, y nunca lo ha tenido hasta el fondo sino la espera de la verdad.

(Simon Well)

En el tren mientras que desde casa vuelvoa Roma estoy sentada al lado de un mucha-cho: Francisco. Él estudiante de Potenzaque estudia en Sena. Ánimo de artista que,sin embargo, ha elegido la Facultad deCiencias Bancarias por cuestiones prácti-cas esperando en un futuro no demasiadoprecario.Empezamos a hablar intercambiándonosconsideraciones sobre los libros que cadauno de nosotros está leyendo. Libros quenos llevan a hablar de la vida, de lo quebusca el hombre y de lo que da más mie-do en la propia existencia.Me habla de sus estudios, de sus sueños,de aquellos ya rotos y de los que aún espe-ra realizar.Hasta los 18 años ha vivido entre la escue-la, la plaza, los amigos y también algo en eloratorio. Luego decide inscribirse en launiversidad en una ciudad bastante lejana.Está convencido de que dejando su pe-

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más habla de sí mismo, más preguntas seplantea y más sale afuera un gran deseo devivir. Es como si quisiera coger a mordiscostodo lo que le da perfume de vida, me dala impresión de un hambriento de vida. El tren no tiene paradas entre Nápoles yRoma, el viaje prosigue tranquilo y linealdurante dos horas.Francisco habla, y parece que necesita na-rrarla para considerar su ¡verdadera exis-tencia! Cuanto más explica y más se con-vence de que el protagonista de aquellahistoria es él, son sus experiencias de lasque habla. Describe muchos particulares y al final sedetiene sobre las muchas relaciones deamor.En particular amó a una muchacha, Simo-na, durante casi cuatro años. Estudiante,con las ideas más claras que las suyas.Quería más compromiso en aquella rela-ción. Quería jugarse todas sus cartas enaquella danza de dar y tener, en plena gra-tuidad. Quería crecer. Él no estaba prepa-rado. Tenía miedo. Ella le dejó.Después de aquella desilusión ya no creeque pueda haber una relación estable, enel fondo no cree que el amor exista, ahorapara él también el amor puede inscribirseen la lista de las cosas que se consumen.Y él dice que ha “consumido” muchas mu-chachas. Le pregunto qué busca en aque-llas relaciones. Él me dice que la suya esuna actitud compulsiva de dependencia.Como quien se droga o se da al alcohol, élbusca no pensar, olvidar. Las relacionesconsumadas le dan la percepción de sen-tirse vivo. Es la única forma de permanecersordos para consigo mismo.Es una verdadera y propia fuga, una formapara no escucharse para nada, para hacercallar la parte más auténtica de si mismo.Él me mira, se da cuenta de que está ha-blando de sí mismo y de las cosas más per-sonales e íntimas con una desconocida. Le

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hago señal de que continúe. Él vacila. Con-siente. Ahora hay algo de silencio. Luegoél sonríe y sigue explicando.Parece que busque en esta forma particu-lar de alienación lo verdadero de sí mismo.Tiene miedo de su soledad, tiene miedode sentirse muerto viviendo. He ahí por-que necesita a alguna que le haga sentirque su corazón late y que su sangre fluyeen sus venas. Casi estamos en Roma. Nos miramos y ca-si como síntesis final de todo lo que noshabíamos dicho él dice: “Pero ¿qué vida essi para vivirla has de evadirte de ti mismo?¿Si tienes que huir continuamente?”. “¿Sisólo has de buscar no pensar?”.Nos saludamos.En el autobús que me conduce a casa vuel-vo a pensar en Francisco: “¿Qué vida es sipara vivirla has de evadirte de ti mismo?”.“¿Qué vida es si tienes miedo de ella?”.“¿Qué vida es si no se tiene el valor deahondar en todos sus pliegues y de sabo-rear todo lo dulce y lo amargo?”.Me viene a la mente a menudo la historiade Francisco. Su mirada, la forma con quemueve las manos, parece contrariado poruna gran inquietud. Tiene el ansia de quientiene sed pero no encuentra nada con quesaciarla. El torbellino de emociones queexplica es el mundo en el que quisiera ha-cer entrar a alguien que le explique comofunciona. El mundo le parece que avanzademasiado aprisa. Corre más rápido queél. Pienso en él y me vienen a la mente mu-chos otros jóvenes como él.Y pienso también en mi vida, reflexiono yme doy cuenta de que precisamente allídonde a veces nos sentimos más solos, “enlas hendiduras de la roca”, allí para mí estáAquel que la ha hecho especial.Gracias Francisco.

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En comunión con los hermanos musulmanesPero ¿quiénes eran los sietemonjes de Tibhirine? Por la vi-sión del film y por la lectura de“Más fuertes que el odio” (edi-ciones Qiqajon) sale de ahíuna encendida y maravillosadiversidad. El hijo de un mili-tar, un médico, un septuage-nario, un campesino, un sacer-dote educador de la calle, unhidráulico y un profesor; to-dos habían elegido a Dios. Losdatos registrados por la histo-ria refieren que el monasteriode Nôtre-Dame del Atlas enTibhirine en Argelia se fundóen 1938. En el ‘84 frère Chris-tian de Chergé se convierte enprior, y cuando en el primerturno de las elecciones del ‘91,el Fis (Frente islámico de salva-ción) refiere un éxito arrolla-dor, el ejército lleva a cabo ungolpe de estado para evitar el

segundo turno de las eleccio-nes y disolverlo. Para Argeliada comienzo el terror y la vio-lencia que llevará a la muertede más de ciento mil perso-nas. Durante el adviento del‘93 catorce obreros croatas(cristianos) de un astillero cer-cano a Tibhirine, son degolla-dos por un comando terroris-ta y pocos días después, la vi-gilia de Navidad, otro grupoarmado se presenta en el mo-nasterio imponiéndose a losmonjes y amenazándoles demuerte. En el mismo períodoel prior escribe su testamentoespiritual y – tras un períodode fuerte inquietud e incerti-dumbre – la comunidad deci-de quedarse al lado del pue-blo argelino. Se siguen homi-cidios de mujeres y hombresde diversas órdenes religiosas,hasta que entre la noche del26 y 27 de marzo un comandorapta también a siete de losnueve monjes presentes en el

monasterio de Tibhirine. Des-pués de un mes un comunica-do de la Gia (Grupos islámicosarmados) reivindica la acción ysu motivación teológica. Al fi-nal de mayo comunica su de-güello. La opción ganadora deldirector de cine Xavier es la deno describir su martirio. Encambio, narrar lo cotidiano delas semanas precedentes, enlas que los protagonistas deci-den no abandonar la vida y lasactividades que llevan a cabodesde hace años, no obstanteel acoso de las violencias y delas amenazas. Una opción su-frida, difícil, motivada en cadauno y por cada uno, con un re-corrido personal de fe. Since-ramente – declara el joven au-tor de 43 años, hasta hoy másactor que director de cine –“no me he interesado en el ca-so porque ‘de pesquisa políti-ca’ aún abierta. El corazón delfilm es la fuerza moral deaquellos monjes, algunos an-

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a cargo de Mariolina Perentaler

HOMBRES DE DIOS(Des Hommes et des Dieux) di Xavier Beauvois – Francia 2010

“Verdaderamente es un pequeño milagro elque el P. Christian de Chergé y sus monjes cis-tercienses están haciendo en estos días en Fran-cia. El film de Xavier Beauvois que narra los úl-timos tres años de su vida en el monasterio deTibhirine, en el Atlas argelino antes de ser rapta-dos y asesinados, está desbancando la taquilla”– confiesa sonriendo a la prensa Delphine Ben-roubi. Administra una red de 130 salas indepen-dientes esparcidas en todo el país y añade: puestoprudentemente en circulación con sólo 252 co-pias por su distribuidor, después de dos semanasha superado brillantemente todo récord con lacuota de un millón de espectadores. Las copias

se han convertido en424 y las salas lo ten-drán en cartel hasta no-viembre. Su éxito tuvoinicio por la crítica conel inesperado y presti-gioso “Gran Premio del

Jurado de juicio” otorgado en Cannes y la seña-lación al Oscar como mejor film extranjero. Peropara el público ha sido ciertamente el más sin-cero ‘de boca en boca’ el que lo ha promovidoy señalado. Conmueve, interroga, inquieta. Nin-guna denuncia política, ninguna indecisión es-pectacular sobre la violencia. Sólo la vida desiete hombres que siguieron a su Dios y obede-cieron a la gente, más bien que a la amenaza delas armas. Un pequeño, gran film que sabe sacu-dir nuestra conciencia entorpecida.

cianos y enfermos, que se en-contraron de frente al dilemasi partir o quedarse. Aquí estásu mensaje”. La vida benedic-tina les educa a no tener mie-do de los “hermanos de lamontaña” (terroristas) y de los“hermanos de la llanura” (elejército). Celebrar, cultivar,charlar, cuidar, escuchar sonsólo algunos de los verbos

que viven y atestiguan con lagente sencilla e indefensa dellugar. El suyo es un cristianis-mo del “signo y de la cercanía”que no se propone hacer pro-sélitos. En el que el evangelioes una declaración de amor alpueblo argelino que se encar-na en el testamento de frèreChristian y en la progresiva,democrática y al final “unáni-

me” decisión de no ponerse asalvo. “Un hecho verdadero –sintetiza la ficha ACEC – comosu fe, sobre la cual, a través delplazo lento, seco, en ciertospasajes solemne, la direccióndibuja el diario apasionado deuna misión sin fin”. Una pelí-cula de reflexión profunda yalta a ver y volver a ver. Abso-lutamente a no perderse. co

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La idea del filmUna suerte de testamento espiritual de losmonjes del Atlas: la opción extrema de per-manecer en Argelia, a costa de perder la vi-da, como respuesta a la llamada interior desolidaridad con un pueblo martirizado por laviolencia.

Lo explicita de la forma más impactante einolvidable en su forma incisiva, el testo defrère Christian:“Si me ocurriera un día (y podría ser tam-bién hoy) que fuera víctima del terrorismoque parece querer implicar ahora a todoslos extranjeros que viven en Argelia, megustaría que mi comunidad, mi iglesia, seacordaran de que mi vida estaba dada aDios y a este país”. Por lo tanto “hombresde Dios”. Capaces de enseñar que elegir aDios es elegir a los hombres. Hombres delDios de todos, indistintamente. Esto signi-fica “Yo soy SUYO y sigo SUS huellas”, tam-bién en comunidad. En efecto, es en su in-terior donde nace la opción de quedarse.Por las relaciones personales, en el com-partir los pensamientos y los sentimientos,en los gestos de premura, en la confronta-ción comunitaria. Con otras palabras don-de se vive los unos para los otros y, en elAmor, se engendra fe.

El sueño del film:Enseñar una fe y una oración que narra la vi-da y viceversa. Una vida que narra la oracióny hace comprender sus efectos. Nosotros so-mos los pájaros, pero vosotros sois la ramaen la que los pájaros se posan” afirma, enefecto, una mujer argelina.

La vida de la comunidad benedictina estáadaptada a un ritmo por la oración y por eltrabajo. Sobre todo la oración se muestraen su marcha ordinaria, la de los salmosque componen la liturgia de las horas, des-poseída de auras místicas, y sin embargode una elocuencia que incide y asombra.Conmueve sobre todo por la claridad conque da sentido a lo que está aconteciendoen torno a ellos y en ellos. La misma litur-gia en su línea parece amansar su angustiae incertidumbre. No sólo; mientras hacepercibir una profunda comunión con Diosexpresa también la pertenencia a un pue-blo de creyentes que se dilata en el tiempoy en el espacio. La misma dimensión euca-rística se nos expresa con imágenes suge-rentes que amasan los signos de la vida conlos signos del rito, en los gestos de la vida.

PARA HACER PENSAR

y simbólica al mismo tiempo” – ya ampliamenteexperimentada por el cine de área francesa – pue-de satisfacer menos a otros contextos, sobre todoel público más joven. Las secuencias en las quelos pequeños protagonistas se desencadenan enembrollos y desastres son poca cosa respecto alas empresas catastróficas de otros personajes si-milares. Se ha hablado de una Francia “atrasaday paradójica” que, precisamente al término de losaños Cincuenta “descubría los afanes de una mo-dernidad y de un éxito buscado a toda costa”. Lodice bien la secuencia ‘tragicómica’ de los padresempeñados en preparar cenas de promocióntambién con el encargado. Es cierto que el mun-do de los adultos filtrado por la mirada de Nico-lás y de sus compañeros de clase aparece ridícu-lo en su intento de adecuarse a los presuntos mo-delos sociales. Pero estamos en una comedia decostumbres – recuerda la Valoración Pastoral – sa-zonada con algún chiste acertada sobre todo gra-cias a la valentía de los intérpretes, comprendi-dos los niños y Nicolás, que ha de tener en cuen-ta la temida llegada de un presunto hermanitoque le desposeería de su primacía en familia.

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Una vicisitud y un tema a rechazar se piensainmediatamente. En cambio, los apasionadosdel buen cine osan insistir repitiendo: “Id a verDepartures” y los críticos lo aclaman con títu-los de realce: “Ironía y emoción para una refle-xión no vulgar sobre el sentido de la muerte” –“El viaje del adiós con dignidad y belleza; el exmúsico se ocupa mucho en el obituario”.En Departures el tema de la muerte viene tra-tado con una franqueza y una delicadeza in-sospechadas. “Nada de macabro – escribe lacrítica – sino un himno a la compenetraciónentre vida y muerte en una época en la que lapartida final se esconde y se niega, porque nosindica nuestros límites y nos recuerda nues-tros deberes terrenos”. Además subraya el va-lor del desarrollo final de la vicisitud en queDepartures se convierte en himno a la recon-ciliación y al perdón, reservando el elogio con-clusivo al protagonista: “el extraordinario Ma-sahiro Motoki, una figura masculina de la quese siente mucha necesidad en nuestro mundocontemporáneo…”

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IDEO

Yojiro Takita

DEPARTURES

Japón - 2010

La historia comienza narrando que – disuelta laorquesta en la que tocaba el violonchelo – eljoven Daigo junto a la mujer Mika deja Tokio yse traslada al campo. Aquí, leyendo un anunciopara un trabajo de ayudante se presenta y, ape-nas después de una mirada, Sasaki, titular de laagencia lo asume. En este momento Daigo des-cubre que su trabajo tendrá que ver con la pre-paración ceremonial de los cuerpos antes de lacremación. Primero nauseado, poco a poco escogido por la armonía de aquellos adioses alos que él, con su habilidad gentil, da dignidady belleza. Pero el oficio es impuro, los amigosya no le saludan, la mujer lo deja y sólo al finaltodo se recompondrá, en un nuevo viaje deadiós que repara toda herida del pasado.

Laurent Tirard

EL PEQUEÑO NICOLÁS Y SUS PADRES

Francia - 2010

Este film muy simpático se abre con el título deun tema que la maestra de Nicolás escribe en lapizarra y lo encuentra desorientado del todo. Encambio se cierra en su primer plano feliz que dicea sí mismo cuanto una vocecita fuera del lugar ex-plícita en tono satisfecho del todo: “Extraño,…eneste momento me he acordado del tema de lamaestra ‘¿Qué haréis de mayores?’ Porque aho-ra yo lo soy: ¡es hacer reír a la gente!”. Está saca-do del libro “El pequeño Nicolás” de René Gos-cinny (1959) enriquecido por el cautivador dibu-jo del ilustrador Jean Jacques Sempé que el di-rector transforma en una deliciosa comedia.Estando ambientado en los lejanos años 50, la di-mensión en la que se mueven Nicolás y sus com-pañeros de clase “cotidiana y fabulosa, prosaica

M. Calabresi

EMPUJA LA MUERTE MÁS HACIA ALLÁ

Mondadori 2008

Si tratta di una sorta di parabola, quasi au-tobiografia ideale del grande autore russodalla spiritualità profonda e irrequieta. È lastoria di un uomo dominato da un sognoorgoglioso di perfezione. Principe, bell’uo-mo, avviato a una brillante carriera militare,lascia il mondo e si fa monaco. Si apre unalunga lotta contro se stesso: ha scopertoche è la santità la sola perfezione possibileall’uomo, ma la santità non si raggiungesenza vincere le passioni, e per questo ènecessaria un’incessante preghiera. Attra-versa vittorioso terribili prove, i dubbi, letentazioni della sensualità, finché dopo an-ni di reclusione si scopre dotato di virtùtaumaturgiche e diviene famoso e venera-to come un santo. Ma avverte la segretacompiacenza di essere tanto cercato e am-mirato e sta per soccombere alla dispera-zione. Spinto da un sogno chiaro come unavisione, si mette in cammino per ritrovareuna sua antica conoscenza, Pasen’ka, ragaz-za insignificante benché di nobile casato. Un angelo gli ha detto: Va’ da lei, troverai lasalvezza. E trova una vecchia donna che iguai della vita hanno ridotto in miseria, chevive per gli altri, addossandosi umilmentela responsabilità di colpe e di errori nonsuoi e credendo di essersi lasciata andareperché, carica com’è di persone da accudi-re, non riesce sempre ad andare in chiesa esi lamenta di pregare macchinalmente …Sergeij ha compreso: “Ecco ciò che io dove-vo essere e non sono stato. Io ho vissutoper gli uomini con il pretesto di Dio, lei vi-ve per Dio, immaginandosi di vivere per gliuomini…”. E riparte, pellegrino di Dio, no-to a Lui solo.

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ICINojoud Ali

YO, NOJOUD, DIEZ AÑOS, DIVORCIADA

Piemme 2009

Es la historia verdadera de una niña que, so-la e inerme, logra con desesperada valentíaromper las leyes de una tradición inhumanasecular; la que reconoce el derecho a con-traer matrimonios con esposas niñas, inclu-so de ocho, nueve, diez años. No se trata deleyes oficiales, sancionadas por el Estado, si-no de costumbres enraizadas.Estamos en Yemen, tierra de fuertes atracti-vos turísticos por la belleza de los lugares yla milenaria cultura, pero donde la riquezaestá en contraste con la miseria.Nojoud es una muchachita vivaz e inteligen-te a quien le gusta mucho jugar. Aún no tie-ne nueve años cuando de improviso oyeque le anuncian que su matrimonio ya ha sidoconvenido. Hacen que parta inmediatamen-te cuando es ignorante hasta de qué signifi-que propiamente la palabra matrimonio.El padre (un pobre hombre a menudo deso-cupado) pide al esposo, tres veces más viejoque la pequeña que la respete antes de ejer-cer sus derechos conyugales. De hecho No-joud se encuentra a merced de un hombrebrutal que desde la primera noche la aterro-riza y la golpea. De día las horas de la niñatranscurren entre fatigas desproporcionadaspara su edad y el íncubo de la noche que seacerca.A un cierto punto se presenta la ocasión pe-ligrosa de una fuga. Pero ¿adónde ir? Ha oí-do decir que sólo está el tribunal que puededisolver los matrimonios. Logra esconderseen el tumulto de la gran ciudad, encuentra elcamino del tribunal y allí… estalla el caso;magistrados, abogados, periodistas están asu alrededor, la escuchan, divulgan el hechoa escala mundial… En el transcurso de pocassemanas, Nojoud está libre. Y se espera quesu valentía pueda contribuir a la liberaciónde muchas de sus coetáneas.

realmente de una serie de momentos quemarcan el paso de una mujer por esta vidade forma distinta a la de los hombres. El mo-do en que los afrontamos determina quién yqué somos, quién y qué estamos llamadas aser, quién y qué podemos llegar a ser, tantoen el ámbito espiritual como en el social. EnRut todos estos momentos aparecen de ma-nera sobria y sin adornos, reducidos a loesencial y claros en sus desafíos.

La lección espiritual de la pérdidaEn la pérdida se halla una lección espirituala la que prácticamente no puede llegarsepor ningún otro medio y a la que a menudose accede contra nuestra voluntad. Justocuando creemos que no tenemos nada,cuando sentimos que no queda nada buenoen el mundo, entonces aprendemos que to-davía nos queda nuestra propia vida. Dentro de nosotros tenemos algo que nadiepuede arrebatarnos, algo que ni el tiempo nila casualidad nos puede hacer perder. Tene-mos el yo que nos ha traído hasta aquí… yque nos llevará más lejos. Tenemos unaabundancia de dones de Dios, nunca des-piertos, nunca tocados. Sin embargo, cons-tituyen un respiro que espera despertar. Y,aún más, lo que hayamos desarrollado ennosotros a lo largo de los años –la valentía,la esperanza, la calma, la infinita confianzaen la providencia- esta ahí para que lo ex-plotemos como una mina de oro y la trans-formemos en una vida enteramente nueva.El objetivo de la pérdida es llevarnos nueva-mente al camino de nuestra plenitud. So-mos una mezcla de posibles inicios, todosen tensión hacia su plenitud.

Doce momentosen la vida de toda mujerMaría Dolores Ruiz Pérez

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Tomando como telón de fondo la historia deRut, una mujer de hace 2500 años, la autora,la reconocida escritora y conferenciante be-nedictina, nos invita a contemplar nuestravida de hoy como historia de salvación queprogresa cuando en ella asumimos el papelde protagonistas. Doce momentos en la vida de toda mujer esuna llamada a ponerse en camino en buscade la propia libertad. Nuestra existencia nies lineal, ni se encuentra predeterminada.En ella van surgiendo acontecimientos –lapérdida de un ser querido, el cambio de tra-bajo, la llegada de un nuevo miembro anuestra casa- que trastocan radicalmente laimagen que nos habíamos fabricado de no-sotros mismos y el equilibrio que fatigosa-mente habíamos conseguido. Tales momen-tos significativos pueden convertirse en si-tuaciones privilegiadas para nuestro desa-rrollo personal. La autora lee y presenta el libro de Rut comoun itinerario espiritual que puede ser pro-puesto a toda mujer. Las doce etapas de esteitinerario son: sufrir la pérdida, cambio,transformación, envejecimiento, indepen-dencia, respeto, reconocimiento, intuición,ofrecer siempre nuevas posibilidades, auto-definición, invisibilidad, cumplimiento.

Rut y Noemí, tu historia y la míaEl libro bíblico de Rut ha quedado en la his-toria, al ser escritura inspirada, como unaluz para todas las generaciones sobre lo quesignifica ser una mujer que vive bajo el im-pulso de Espíritu y, por ello, con poder crea-tivo para conducirse en medio de la vida. La vida, su sustancia y su sentido, esta hecha

REVISTA DE LAS HIJAS DE MARÍA AUXILIADORAdma damihianimas

Transformación y envejecimientoUn momento de transformación es aquel enque cambia algo dentro de nosotras y des-cubrimos, a nuestro pesar, que ya no somosla persona que solíamos ser. Como en Noe-mí y Rut, no sólo ha cambiado la vida, sinoque nosotras mismas hemos cambiado. De alguna forma, sin darnos cuenta de loque ha ocurrido, despertamos y nos descu-brimos transformadas. Algo muere y algonuevo ha comenzado a existir.Decidiendo ir con Noemí, Rut deja su mun-do y se adentra en su propia definición. Hadecidido comenzar a vivir en vez de dejarque otros la definan. Aunque pueda asustar,es un camino necesario si se quiere llegar aser lo que el Dios creador espera de todapersona; que sea autónoma, única y enconstante desarrollo.La edad encierra un tesoro que sólo se ob-tiene al vivir. Sólo quienes de forma rutina-ria, han abandonado y han perdido trozos

de su vida y han continuado viviendo pue-den mostrarnos que aquello que el mundollama insuperable –la humillación, la esca-sez, el fracaso, la pérdida- puede, de hechoser superado. Y con frecuencia para bien.Sólo lo que llevamos dentro permanece.

Realizar el sueño de nuestro corazónLas implicaciones de la historia de Rut parala mujer de hoy hacen palidecer todo presu-puesto que, basado en costumbres centena-rias, pueda enturbiar su participación encualquier institución en todo el mundo. Esla carta magna espiritual de la mujer, dice laautora. Rut sigue viva en la Escritura para recordar-nos que el origen no es lo mismo que eldestino. Noemí sigue viva invitando a todaslas generaciones, cualquiera que sea laedad, a comenzar de nuevo, a construir unavida para nosotras mismas, a negarnos a es-perar que otro se abaje para hacernos feli-ces, a no temer los riesgos que supone reali-zar el sueño de nuestro corazón, a aprendera creer en nosotras mismas, a encontrarnosen los demás, siendo así más valiosas quenunca para nuestro mundo y, finalmente, avernos como portadoras de la palabra deDios que aún ha de pronunciarse y que aúnha de ser escuchada. También se necesitan hombres buenos, co-mo Booz, que despierten a la presencia cre-ativa de la mujer y la acojan en sus vidas. El libro de Rut, trata en definitiva de la re-dención. Pero no solamente de la de Rut yNoemí, sino también de la de Booz y de lanación, de la familia y de la cultura, de la fu-tura generación de hombres y mujeres. Se-res humanos ayudándose y ayudando aromper el aislamiento de la impotencia queafecta a tantos: hombres, mujeres y niños.Escrito en clave feminista, este libro no essólo para afirmación y animación de las po-sibilidades de las propias mujeres, sino quedeberían leerlo todos los hombres. El femi-nismo no es una cuestión de mujeres, sinocuestión del ser humano.

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ria de Cristo, frutos de su pasión, investi-dos del don del Espíritu, cuya alegría se-creta será siempre el establecer la comu-nión y el restablecer la semejanza, jugan-do con las diferencias”.

Carta de una madre argelina musulmana después del asesinatode los siete monjes

“Después de la tragedia y el sacrificio vivi-do por vosotros y por nosotros, despuésde las lágrimas y el mensaje de vida, de ho-nor y de tolerancia transmitido a vosotrosy a nosotros por nuestros hermanos monjes, he decidido leer el testamento deChristian, en voz alta y con profunda con-moción, a mis hijos porque he sentido queestaba destinado a todos y a todas. (…)Yo y mis hijos estamos muy conmovidospor una humildad tan grande, un corazóntan grande, por la paz del alma y por el per-dón. El testamento de Christian es muchomás que un mensaje, es como un sol quese nos ha transmitido, tiene el inaprecia-ble valor de la sangre derramada. Nuestra tarea es la de continuar el cami-no de paz, de amor de Dios y del hombrecon sus diferencias. Nuestra tarea es re-gar las semillas que se nos han confiadopor nuestros hermanos monjes a fin deque las flores crezcan un poco por todaspartes, hermosas en su variedad de colo-res y perfumes”.

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Amigos y testimonios

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Esperabais que encontraríais a Camila.No obstante que ella nos había saludadodejándonos como herencia sueños, qui-zás todas hemos pensado: “Veamos en laúltima página del DMA si es ciertamenteverdad que nuestra Camila ¡ya no escri-be!”. Es así precisamente. Es difícil susti-tuirla. Sentiremos nostalgia.Me han dicho, ahora te toca a ti. Escribeuna carta para las lectoras y los lectoresdel DMA. Para esta vez he elegido cartasde otros. Me quedé asombrada por lahistoria de los monjes Argelinos víctimasdel terrorismo. Quizás parecen demasia-do fuertes para esta sección. Pero vale lapena leerlas.

Carta testamento de Fr. Christian“Si me ocurriera un día (y podría ser hoy)que fuera víctima del terrorismo que pa-rece querer implicar ahora a todos los ex-tranjeros que viven en Argelia, quisieraque mi comunidad, mi iglesia, mi familiase acordaran de que mi vida estaba dadaa Dios y a este país. (…)Llegado el momento, quisiera teneraquel instante de lucidez que me permi-tiera solicitar el perdón de Dios y el demis hermanos en humanidad, y en elmismo tiempo perdonar con todo el co-razón a quien me hubiera herido. (…) Heaquí que podré, si Dios quiere, sumergirmi mirada en la del Padre, para contem-plar con él a sus hijos del Islam como élles ve, totalmente iluminados por la glo-

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DOSSIER: Testimonios de un encuentro

PRIMER PLANO: Raíces de futuro Salesiana por instinto

EN BÚSQUEDA: Mujeres en Contexto Mujeres en diálogo

COMUNICAR Testimonios digitales ¿Qué humanismo en el continente digital?

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EL TIEMPO CON SU TRANSCURRIR ENSEÑA TODAS LAS COSAS

(Esquilo)

SEGÚN TU PALABRA

Pero Jesús dijo: “Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis porque de los que son como éstos es el Reino de los Cielos”

(Mateo 19,14)