Mario Alejandro Medina Ayala

Reseña

Conflictos socio ambiental y pobreza: el caso de la zona metropolitana ciudad de México. Por Rolando Espinosa Hernández.

El texto es una evaluación sobre los conflictos medioambientales, la relación que tienen estos con la precarización que viene aferrada con el crecimiento masivo de las ciudades capitalistas. Todo esto bajo el contexto de ciudad de México, pero no se restringe solamente en esta ciudad sino que trata de dar una idea general de cómo es la situación en las grandes urbes

El autor empieza diciendo que lo que se ha visto en las últimas décadas ha sido una urbanización de la pobreza. La ciudad ha ido tragándose a la ruralidad y a este ritmo ha ido pauperizando. La ruralidad se ha visto obligada a anexarse a la urbanidad pero en un estado de pobreza y exclusión. Por otro lado, el autor tiene la concepción de que la contaminación es un producto directo del crecimiento capitalista, y que a la misma vez afecta a las masas excluidas de la ciudad. Históricamente este tema se ha tratado como dos caras de una misma moneda, como si la pobreza fuera la que produjera la contaminación y el problema fueran ellos mismos. Más adelante hablaremos de esto.

El autor define la pobreza como la disposición de medios insuficientes o inadecuados para la satisfacción de necesidades “la pobreza indica el grado en que no están siendo satisfechas materialmente las necesidades” (Pág. 195) el problema se agrava más en un contexto citadino pues los costos de vivir en una urbe no son los mismos que en el campo, como tampoco las condiciones ambientales y mucho menos las distancias. El efecto de la ciudad en la pobreza es vulnerarla aún más. El autor argumenta que la mayoría de los conflictos ambientales desarrollados en la ciudad tienen todo que ver con el proceso de precarización. Acceso al agua, aire limpio, transporte. Todo esto tiene que ver con la difícil situación de la pobreza.

Espinoza hace un apunte importante sobre cómo se ha venido pensando la pobreza y la contaminación en conjunto. Encuentra que más que una relación multilateral entre los dos fenómenos, se ha solido pensar como una causal, en la que la pobreza causa el malestar ambiental. “los hambrientos con frecuencia destruyen su medio hambiente inmediato a find e poder sobrevivir: talan los bosques, su ganado pasta con exceso las praderas, explotan demasiado las tierras marginales y en número creciente se apiñan en ciudades congestionadas (naciones unidas 1987, 40-41)”. Esto se evita con un desarrollo sostenible. El autor contrasta esta forma de ver el problema con una concepción que complejiza el ya simplificado problema. Dice que la contaminación pauperiza aún más a estos sectores que de hecho ya eran vulnerables y que la respuesta de estos es contaminar. Cosa que se vuelve una suerte de circulo vicioso (Pág. 196)

Hay que considerar como empieza este circulo vicioso. El autor encuentra que mediante el uso intensivo del suelo, tan propio de las ciudades causa daños irremediables al territorio, y los habitantes empiezan a ser una carga que este naturalmente no puede soportar. La solución suele ser deshacerse de estos derechos para hacerla habitable. Estos desechos son los que terminan en los cinturones de miseria. Se llega entonces a la conclusión de que los pobres no es que produzcan

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más basura sino que no tienen suficientes recursos para deshacerse de la suya y mucho menos de la que les ponen o de la que ya estaba antes de asentarse. “Lo que contamina crecientemente es el modo en que se produce y reproduce la riqueza y la sociedad en el mundo capitalista” (196) por eso la cuestión debe ser más entre quien produce la basura y como se distribuye. En el caso de la pobreza, está ya se acostumbra a este estado de la situación y no le queda más remedio que seguir reproduciendo el sistema en el que se vieron obligados a vivir, pues deshacerse de los derechos biológicos, de la basura no biodegradable y desechos sólidos es técnicamente imposible por ende se acumula y afecta enfermando a la población.

El autor argumenta que la pobreza no es sino un efecto del crecimiento y del pretendido desarrollo económico que planea mermar la pobreza (crecimiento de la ciudad, modernización). Se podría pensar a la pobreza y la contaminación como dos efectos colaterales, pero son más bien dos efectos directos del crecimiento urbano. Si se mira así se destruye la idea de que se está generando un progreso. La dinámica de la urbe pone la tierra contaminada y el bajo acceso a recursos hace que el pobre tenga que ocupar la tierra contaminada, pues no puede costearse otra. Es también importante tener en cuenta que la creciente privatización de los recursos naturales y de territorios sanos, cada vez relegan más a los que no tienen los medios de obtenerlos.

Ecologismo

La lucha de los pobres por el medio ambiente difiere mucho del ambientalista común, pues no consiste en salvar el medio, sino salvarse a sí mismos de uno nocivo. Es decir, no es un ecologismo centrado en el culto de lo silvestre y en el conservacionismo del patrimonio medioambiental. no es un ecologismo por gusto, sino por necesidad. Son sus propias vidas las que se ven duramente afectadas y son por ellas por las que generan conflicto. Les interesara otros seres en el medio si los pobladores dependen de estos. Por ende si les ofrecen cambiar sus viviendas de lugar y ellos no tienen ningún sentido de pertenencia con el lugar, lo más probable es que acepten. Lo que se pedirá en la mayoría de los casos es una compensación por los daños, la corrección del degenero en el ambiente o se demandará justicia a instituciones sociales.

Este tipo de ecologismo viene con algunos problemas. El primero es que se está pensando los problemas en un término muy medioambiental. pero la causa del problema está en las políticas de desarrollo y por ende en una pugna entre los más favorecidos y los menos favorecidos, dejando a los pobres con la peor parte. Pero estos últimos combaten en términos de medio ambiente mientras lo que deberían de hacer sería enfrentarse a esta clase dominante en términos de eso mismo: clase económica. Pues este es el núcleo de la situación. El segundo es que lo anterior se ve evidencia en el hecho en que no son los pobres puramente ecologistas, pues no siempre los desenlaces de estos conflictos salen a favor del medio ambiente. Una vez más; no es un conflicto para recuperar una naturaleza en riesgo, sino de no dejarse aplastar por la clase dominante. En donde lo que se gana no es la conservación del ambiente sino la vida misma. El tercer problema tiene que ver con el anterior pues consiste en que lo que se protesta en la mayoría de las veces no es por dañar el cambiante sino porque se hizo algo sin el consentimiento de los que lo habitaban.

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Entonces las soluciones a estas problemáticas no siempre van a tener resultados positivos para el medio de hecho pueden venir cargadas de otros problemas

Como queda demostrado el problema de la pobreza y el medio ambiente es mucho más profundo y complicado que una simple relación de causalidad en donde el pobre arbitrariamente afecta el ambiente. Es más bien una relación de lado y lado en donde casi siempre termina siendo un círculo vicioso. Porque al fin y al cabo tanto la pobreza como la contaminación son un proceso directamente relacionado con el crecimiento de las ciudades. Pero esta situación no es sentida como un conflicto de clase sino como una problemática ambiental, por eso es canalizada como ecologismo, pero gran parte del problema queda escondido si se sigue tratando de esta manera y no se llega al punto duro de la situación: Que es la competición de unos cuantos favorecidos en contra de unos muchos desfavorecidos