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REFLEXIONES Realidad H.C. ELÍAS

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Por increíble que parezca, Jesús enseñó al respecto de lo que llamamos realidad, lo mismo que ahora ha encontrado la física cuántica, esto es, que la conciencia participa en su formación, que es tan solo una ilusión y por tanto maleable.

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REFLEXIONES

Realidad

H.C. ELÍAS

Realidad

H.C. ELÍAS

Extracto del libro: “El Hombre de las Mil y una Voces” ©H.C. Elías Registro Indautor 03-2012-110712193400-01 ISBN 978-607-00-7741-8

ESPACIO PARA LA PERSEPCION DE LO SAGRADO

La conciencia percibe la Unidad, y la mente es la que a través de los paradigmas percibe la diversidad. El olvido es la causa de la separación de la Espíritu de ALaHa y esta provoca falta de percepción consciente de nuestra pertenencia a la Unidad. (REFLEXIONES 41) El camino que nos aleja del olvido requiere de búsqueda, de hallazgo, de conflicto, de entendimiento, de asombro, para recordar conscientemente nuestro vínculo con la Unidad y finalmente hallar el reposo. Ya conocemos el camino que debemos seguir, la actitud que debemos tener para que sea posible recorrerlo, ¿pero, en qué consiste el primer paso dentro de ese camino? La respuesta es simple, para ser parte de la Unidad Sagrada debemos ser santos. Perfecto y ¿qué significa e implica ser santo? En arameo la palabra kadash se traduce como santo, esta se compone de dos raíces semíticas, la primera kd a la cual puede asociarse la idea de un punto en el que todo converge. La otra ash, que representa la imagen de un círculo que se despliega desde ese punto con fuerza y calor. De esta forma santificarse significa crear un espacio separado sobre el que todo converja y luego se expanda con gran energía. En otras palabras crear un espacio para la percepción de lo Sagrado. El espacio se crea en la mente para que la conciencia pueda percibir de forma consciente su unión con la Unidad Sagrada. Se trata de entrar en resonancia con el silencio, el cual, no es más que el sonido de la creación, y es en ese estado, cuando el silencio nos penetra que la conciencia se funde con el Todo. (REFLEXIONES 25) En Mateo 6:9 YESHÚA nos dice como parte de la oración del Padre Nuestro,

…santificado sea tu Nombre…

En arameo se escucharía así: nitkadash shmakh, la segunda palabra contiene la raíz ShM, o Shem, la cual puede significar luz, sonido, Nombre o atmósfera. Considerando esto la expresión anterior también podría entenderse como crear un espacio separado para el Nombre, la luz, el sonido, en sí un espacio para la percepción consciente del Nombre. Ahora para buscar tuvimos que darnos cuenta que es necesario crear un espacio gracias al cual lograremos encontrar. ¿Y qué es lo que encontraremos?, en realidad, más que un hallazgo será un reencuentro, un retorno del olvido, un volver a ser conscientes de nuestra pertenencia a la Unidad Sagrada.

Este espacio es un lugar de quietud, paz, un estado relajado en el interior al igual que en el exterior, pues recordemos que no hay diferencia entre adentro y afuera, ambas son lo mismo y por tanto una la extensión de la otra. Lo cierto es que a pesar de que se debe crear un espacio a través de los paradigmas [conjunto de creencias] de la mente para que la conciencia pueda percibir conscientemente la Unidad Sagrada, jamás podrán quedar fuera del juego por completo, ya que es a través de ellos que se percibe la diversidad de lo que llamamos realidad y ambas percepciones, tanto la de la diversidad como la de la Unidad detrás de aquella, son necesarias, esto en cierta forma es lo que el físico Bohm define como la realidad explicada y la realidad implicada. El punto es que por lo general la primera no nos deja percatarnos de la segunda quedando esta en el olvido. Cuando se es capaz de percibir la diversidad desde un espacio lleno de paz y silencio, entonces es posible percibir la Unidad detrás de la aparente diversidad. Esto es la Unidad detrás de las imágenes.

LA ORACIÓN COMO UN ESPACIO

Ahora es momento de crear una imagen personal de lo Sagrado, y luego hacer un espacio para que esa imagen se desarrolle. Cada quien desarrollará su propia imagen, pues la imagen misma depende de los paradigmas de la persona. Sus discípulos le preguntaron en cierta ocasión a YESHÚA, ¿cómo debemos orar?, en apariencia esta pregunta no tiene nada que ver con la creación de espacio para la percepción de lo sagrado, ¿o sí? En arameo la palabra sela significa orar, pero también inclinarse, doblarse hacia, escuchar a, o tender un lazo. La raíz ls puede interpretarse como un abismo sin fondo, una caverna o la sombra creada por un dosel, techo o velo. La idea de abismo sin fondo sugiere la sensación de profundidad y amplitud, propiedades que la oración debe cultivar. Esto de inmediato se asocia a la frase, abrir un espacio para la percepción de lo sagrado. Por su parte la imagen de la sombra creada por un dosel o velo, una vez más sugiere la creación de un espacio. Todo esto en conjunto indica la forma en que nuestra imagen de lo sagrado dentro del espacio creado, proporciona una sombra para la realidad Divina más indefinible e inexorable que trasciende las imágenes humanas. YESHÚA dice: Las imágenes son visibles para la humanidad, pero la luz dentro de ellas está oculta en la imagen de la luz del Padre. Esta luz se manifiesta a sí misma, pero la imagen verdadera

está oculta por esta luz. (Apotema 83) Evangelio de Tomás

Por una parte la oración misma sirve de vehículo de creación del espacio para la percepción y desarrollo de la imagen personal de lo Sagrado. Por la otra, entendemos que más allá de las imágenes visibles a la humanidad, está la luz del Padre que se manifiesta a sí misma, y que es aquello que se nos permite percibir como Unidad, aunque las imágenes verdaderas queden ocultas detrás de ella. La Unidad Sagrada existe detrás de todas las cosas, pero todas las cosas esconden a ALaHa, así como la luz de ALaHa esconde la verdadera imagen de las cosas. En Mateo 6:6 YESHÚA nos dice:

Pero tú, cuando ores, entra a tu aposento, y habiendo cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Veamos la riqueza que encierra esta frase si consideramos los significados alternos de varias palabras que la conforman en el arameo. Primeramente, como ya vimos con anterioridad, orar representa un abismo sin fondo, o la sombra creada por un dosel o velo.

Por su parte la palabra aposento, sugiere tanto un espacio físico interior, como uno emotivo o espiritual. Luego la palabra puerta tar´a puede significar una apertura entre varios “mundos” de la propia existencia. Bakesya -secreto- se relaciona tanto con la percepción interior como con la idea de velo o protección. La expresión “en público” es equivalente a la palabra “abiertamente”, que representa aquello que se revela al manifestarse en estructura. Las raíces de esta palabra sugieren el crecimiento del océano conforme se va desarrollando con lentitud hasta manifestarse en un movimiento expansivo e impetuoso. Ahora escuchemos el versículo desde la perspectiva aramea,

Cuando en tu interior hagas el espacio para lo sagrado, deja que la Espíritu de ALaHa, la luz, el sonido, la vibración y tu emoción lo llenen. Cierra la puerta a todos los mundos de posibilidades que estén ligados al ego, la divinidad oculta tras el velo podrá movilizarse a

través tuyo. El aliento de vida de todo lo que existe se manifestará en la posibilidad elegida que dará forma a tu vida.

Esta forma de orar permite enfocar hacia un centro, imagen o sentimiento, lo Sagrado a nuestro ser interior. Si damos a nuestro ser consciente el espacio, interior y exterior, nos ampliamos más allá de lo que creemos que somos y permitimos que lo sagrado se manifieste a través de nuestro propio ser. En el antiguo Egipto a Ptah se le consideraba el guardián, tanto del espacio como de la creación, y quien dio vida al universo. Uno de los himnos en honor a Ptah 3000 años A.C., incluye este pasaje que habla acerca de cómo está relacionada la amplitud de espacio con el proceso de creación:

Todo trabajo y arte manual,

El movimiento de los brazos y las piernas, Todo sarmiento que se mueve Se somete al proceso de Ptah:

El espacio se desdobla El corazón se da a conocer

La voz se esclarece La vida se crea

El concepto de espacio a nivel cuántico es muy diferente al que percibimos a nivel macroscópico, de hecho contiene 7 dimensiones adicionales a las 3 que conocemos. Todo lo que nos es cotidiano en nuestro mundo tiene su origen en la interacción de partículas elementales, campos de energía dentro de un medio desconocido al que la ciencia

denomina energía oscura y materia oscura. Nada de lo que existe existiría si no hubiera un medio donde se realizaran estas interacciones y donde el resultado de las mismas se proyectara. La expresión “el espacio se desdobla”, nos sugiere que este se expande desde ese nivel cuántico, donde la “realidad” se elige de entre una infinidad de posibilidades, al nivel macroscópico, donde la posibilidad elegida se proyecta, y sus 7 dimensiones dejan de ser perceptibles para dar paso a las 3 que si estamos acostumbrados a percibir, es decir alto, ancho y profundo. En mi primer libro que lleva por título “Retorno a Edén”, explico que el ser humano no tiene la capacidad de crear, solamente de saltar o percibir conscientemente una posibilidad u otra, las cuales fueron creadas de antemano. Para poder realizar ese salto, la mente imagina la posibilidad pero es la unión del pensamiento con la emoción la que al generar el sentimiento produce la energía necesaria para que el salto se realice, cambiando de posibilidad percibida y por tanto de “realidad”. Luego el corazón aparece en escena, ya que es el encargado de codificar la energía proveniente del sentimiento, pues el único lenguaje que entiende la Matriz Divina [aquello que subyace la realidad y la materializa como reflejo de la unión del pensamiento con la emoción] es justamente ese, el del sentimiento. Y es así como “el corazón se da a conocer”, sirviendo de transductor entre la Matriz Divina y el ser. “La voz se esclarece”, en este caso si por voz entendemos lenguaje, el cual se manifiesta como sentimiento, y que a través del corazón se transmite como información codificada, información que interactúa con la Matriz Divina para definir la posibilidad elegida, y luego es decodificada por el cerebro, esta efectivamente se esclarece al ser interpretada por el cerebro como imágenes tridimensionales en movimiento en el marco del espacio que se desdobla. La última frase dice “la vida se crea”, o desde la perspectiva de la física cuántica, el salto se realiza y se plasma una “nueva realidad” perceptible conscientemente, sustentada en la posibilidad alterna. Sin duda hace al menos 5000 años alguien tenía muy clara la relación que existe entre generar o expandir el espacio y acceder a una “realidad” alterna. El crear espacio para lo sagrado [orar] es una parte de la ecuación. Seleccionar una imagen, una posibilidad alterna que represente lo sagrado y en la que podamos concentrarnos es la otra. Hablemos un poco más acerca de esta imagen. En REFLEXIONES 41 mencionamos que lo que es uno, es uno, y lo que no es uno también es uno, y de las cuatro primeras frases del himno, vimos que Ptah juega un importante papel en todo el proceso del salto cuántico

que da por resultado la elección, percepción, interpretación y participación de una “realidad” diferente. Entonces entendemos que sin importar cuál sea la imagen que nuestra mente escoge está será parte de la Unidad, sin embargo para que esta se “materialice” la elección debe estar acompañada por una cantidad de energía suficiente, la cual se obtiene a través del sentimiento, pero teniendo en cuenta dos cosas, una que ese sentimiento se debe generar dentro de un lugar donde se haya abierto espacio para la paz y por tanto en comunión con la Unidad Sagrada para que durante todo el proceso estemos conscientes que detrás de la imagen está El Nombre [o equivalentemente Ptah], aunque la imagen misma lo encubra. El resultado, lo sagrado trabajando a través de nosotros mediante la oración para dar el salto cuántico a la posibilidad alterna que sea afín al Plan Divino. O en palabras de YESHÚA,

Pedid y se os dará, buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá

Evangelio de Mateo 7:7 Aquí hay tres palabras que se relacionan a una acción, pedid - selu, buscad – be´a y llamad – qoshw y sus respectivas respuestas, se os dará - netyahb, hallaréis - eskah y se os abrirá - patah. Las primeras tres evidencian en arameo el sentido de crear espacio con una intensión sincera. Las tres palabras restantes enfatizan algunos procesos de la naturaleza que suceden con facilidad, como una acción armoniosa o una respuesta natural a algo que ya ha sucedido. Esta enseñanza de YESHÚA nos deja en claro que la oración crea el espacio para la visualización de una imagen bajo el supuesto de que lo encerrado en dicha imagen ya ha sucedido, y el sentimiento necesario para materializarla es el que correspondería a la imagen misma materializada. En otra palabras, si imagino lluvia, debo sentirla, si imagino paz, debo sentirla. Cuando nos proponemos de todo corazón alcanzar algo, es decir cuando generamos la energía requerida para lograrlo a través del sentimiento, visto este último como la conjunción del pensamiento y la emoción-amor, emanamos en la vida misma el fuego de amor que está dentro de nosotros. Sin embargo y bajo el supuesto de que lo uno y lo otro son uno, lo anterior también es cierto si en vez de la emoción amor, participa la emoción miedo, y en este caso la energía que se emana, lejos de fortalecernos nos debilita creando además un entorno de caos, lo que conlleva un aumento de entropía, es decir un incremento en el desorden.

Así es que debemos aprender a orar bajo la participación de la emoción amor, pues este proceso de aprendizaje, más que el objeto que se persigue, es la verdadera meta. En otras palabras YESHÚA nos diría, 6:31 Así que no estén preocupados, ni digan ¿qué comeremos?, o, ¿qué beberemos?, o,

¿con qué nos vestiremos?

6:32 Porque todas estas cosas buscan la gente del mundo, pero su Padre que está en el cielo sabe que ustedes también tienen necesidad de todas estas cosas.

6:33 Busquen, pues, primero el reino de Di-s y su justicia, y todas estas cosas les serán

añadidas.

Evangelio de Mateo

IMAGENES

La física cuántica nos dice que lo que llamamos “realidad” es tan solo una ilusión, que las “cosas” que conforman esta realidad perceptible por nuestros sentidos, no están hechas de más cosas, sino que de algo más parecido a información e incluso pensamiento, y en lo más profundo, este algo que subyace se comporta como un mar de conciencia en movimiento.

A este mar de conciencia en movimiento se le denomina Holograma Cuántico o Matriz Divina. Esta hace las veces de un puente de unión entre nuestro interior y el exterior, reflejando el uno en el otro. Cabe remarcar que en virtud del efecto cuántico conocido como entrelazamiento, no hay una división entre lo interior y lo exterior, todo es parte de lo mismo y juntos conforman un Todo continuo.

Aunado a esto, se ha demostrado que nuestro cerebro no distingue entre acción realizada y acción visualizada, esta última se refiere a una situación imaginada que va acompañada de una emoción, la cual da lugar a un sentimiento, cuyo efecto se percibe en el cuerpo como resultado de los neuropéptidos emitidos por el cerebro a las células del mismo, logrando de esta forma una percepción consciente de lo imaginado.

Veamos que nos dice YESHÚA al respecto,

Conoce tú a Él quien está enfrente de tu rostro, y lo que se esconde de ti se te revelará. Pues no hay nada escondido que no será manifiesto, {y nada enterrado, que no será

levantado}. (Apotema 5)

Evangelio de Tomás

Cuando veis vuestro reflejo, os regocijáis. Pero cuando percibáis vuestras imágenes, que han entrado en la existencia desde vuestra Origen- las cuales ni mueren ni representan-

¿hasta qué punto dependerán de vosotros? (Apotema 84)

Evangelio de Tomás

Bendito es quien existía antes de que entrara en el ser. Si os convertís en discípulos míos y atendéis mis dichos, estas piedras se harán siervos vuestros. Pues tenéis cinco árboles en el

paraíso, los cuales no se mueven en el verano, ni caen sus hojas en el invierno-quien los conocerá no catará la muerte. (Apotema 19)

Evangelio de Tomás

En el primero de estos tres apotemas YESHÚA se refiere a la presencia de ALaHa que está siempre frente a nosotros, en el segundo, habla de que las percepciones sensoriales no

manifiestan otra cosa más allá de, bajo de, o dentro de sí mismas, esto es, que no hay ningún sustrato material subyacente a lo percibido.

Tanto en el hebreo como en el arameo no existe ninguna palabra para ‘materia’ ni para ‘cuerpo’ [en contraste con ‘alma’], porque estos conceptos no pertenecen a ninguna realidad empírica. Nadie vio nunca ninguna ‘materia’ ni ‘cuerpo’, tal como son definidos por el dualismo substancial. Los elementos sensibles como madera, piedra, agua, no son ‘la materia’; son realidades sensibles.

Esta “materia”, que en última instancia es información la percibimos a través de los cinco sentidos (cinco árboles), luego nuestro cerebro la decodifica y la transforma en sensación acompañada de imágenes tridimensionales en movimiento.

Si conocemos, es decir, comprendemos estos sentidos, sabremos que lo que percibimos no es la “realidad” como tampoco “la materia” es su constituyente, sino su imagen, la que al pasar a través del filtro de nuestros paradigmas toma forma. Si el paradigma cambia, cambiará la imagen percibida de la ilusión que llamamos “realidad”.

Y continúa diciendo,

Quien ha conocido el sistema, ha encontrado el cuerpo; más quien ha encontrado el cuerpo, de él no es digno el sistema. (Apotema 80)

Evangelio de Tomás

Si partimos del hecho de que lo que denominamos “materia” dista de ser una experiencia directa, que no existe un objeto denominado “materia” que pueda estudiarse por sí mismo, estoy implicando que las cosas no están hechas de materia, en otras palabras “hemos conocido el sistema”; entonces podemos hablar de nuestro campo sensorial entero como “imágenes”, y como no hay diferencia entre el adentro y el afuera, estas imágenes abarcarían tanto el ambiente natural y empírico, como el interior de uno mismo, esto es la memoria, los sentimientos, la imaginación. Todo se reduce a una percepción fenomenológica, es decir a las relaciones entre las cosas y no a las cosas mismas. El que el sistema no sea digno de nosotros, implica que hemos entendido su secreto, esto nos coloca más allá de la ilusión -el sistema-, y nos permite recordar nuestra íntima pertenencia a la Unidad Sagrada.

El dijo aquel día en la Eucaristía: Oh Tú que has apareado el Resplandor Perfecto con la Sagrada Espíritu, ¡aparea también nuestros ángeles con las imágenes! (Apotema 30)

Evangelio de Felipe

De la física cuántica sabemos que cuando el electrón no es observado se comporta como onda de probabilidad y cuando es observado como partícula de experiencia.

Ambas declaraciones tanto la de YESHÚA contenida en el Evangelio de Felipe como lo expresado por la física cuántica concuerdan en algo, es necesaria la conciencia para que las imágenes puedan percibirse.

En este apotema la palabra ángel representa una conciencia pura semejante a un espejo, que ‘refleja’ (contempla) las imágenes sensibles dentro del marco del espacio-tiempo.

De esta manera se entiende que el ángel-conciencia ‘se aparea’ con sus imágenes, usando como marco lo que llamamos espacio-tiempo.

Sin embargo sabemos que tanto el espacio como el tiempo distan de ser experiencias directas, al igual que ocurre con la “materia”, no existen objetos llamados tiempo o espacio que puedan estudiarse por sí mismos. Estos son meramente relaciones entre las imágenes, en el caso del tiempo estas relaciones están ligadas al cambio y el movimiento, en el caso del espacio, se vinculan a la separación entre imágenes.

Dado que el ángel-conciencia es parte de la Unidad Sagrada, no está sujeta a las limitantes espacio-temporales, siendo además eterna.

Siguiendo con el tema, YESHÚA en Mateo 18:10 nos dice,

Cuídense de no menospreciar a uno de estos pequeños, porque les digo que sus ángeles en los Cielos ven constantemente el rostro de mi Padre que está en los Cielos.

Para que lo que llamamos “realidad” se perciba es necesario que exista una conciencia que observe, el asunto es que cada uno de nosotros solo podremos actuar como conciencias observando si a su vez existe otra conciencia que nos observe y la cadena sigue, pues quien nos observa debe ser observado y a así sucesivamente lo que nos lleva a la conclusión de que hay una Conciencia Universal que corresponde a la totalidad de todas las imágenes, la que por definición es Di-s [ALaHa- La Unidad Sagrada] u observador final.

Cuando en el versículo YESHÚA dice… sus ángeles en los Cielos ven constantemente el rostro de mi Padre que está en los Cielos, se refiere a que cada conciencia o ángel se asemeja a un espejo en la mente de Di-s, reflejando individualmente la totalidad de la imaginación Divina.

Sin embargo no necesariamente somos conscientes de esta situación, así que lo que nuestros sentidos perciben, esto es las imágenes sensibles son “distorsiones” de las imágenes sagradas. ¿Por qué distorsiones?, porque a pesar de que nuestras conciencias contemplan las imágenes sagradas, y nuestros sentidos las perciben como tales, es la mente la que las distorsiona, pues utiliza distintos lentes (paradigmas y apegos materiales) para interpretarlas.

Y aunque es cierto que todos los aspectos de las cosas son pensamientos de Di-s, aquellos aspectos que logramos percibir son pensamientos de nosotros.

En la medida que observemos más con la conciencia que con la mente, nos acercaremos al aspecto sagrado de las imágenes e irá desapareciendo su aspecto sensible.

Así, referente a la pregunta primordial de Tales de Mileto (625-546 a.C.) sobre la sustancia básica del Universo perceptible, YESHÚA enseñó que se compone de la imaginación de el Di-ses, en otras palabras, lo que hoy la física cuántica designa como Holograma Cuántico o Matriz Divina. Este concepto es sin duda algo en extremo innovador, y a pesar de eso, YESHÚA lo explicó con tal sencillez que pudo hacerlo asequible a las personas que en su tiempo le escucharon.

En Juan 5:19 YESHÚA dice,

De cierto, de cierto les digo que el Hijo nada puede hacer por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre, porque las cosas que el Padre hace, esas también hace el Hijo de igual

modo.

Cada conciencia-ángel refleja la totalidad de la imaginación Divina, pero ¿a quién la refleja?, desde luego a otras conciencias o ángeles. Y son estas conciencias las que se perciben unas a otras de forma imperfecta, es decir, se perciben entre sí como imágenes sensibles y no como imágenes sagradas.

En tal simetría son unidos la pareja, ángel-conciencia e imagen. Pues en última instancia así como la imagen es conciencia, la conciencia se comporta como imagen. Esto explica de manera natural lo que se conoce como entrelazamiento cuántico. Todo ente que existe en el Universo creado esta entrelazado. La unión de la pareja ángel-conciencia, imagen, explica claramente el por qué la conciencia participa activamente en la observación de cualquier fenómeno ocurrido en el ámbito de lo que llamamos “realidad”.

Retomando la idea de que cada individuo es una reflexión particular dentro de la imaginación divina, JESHÚA encarnado representa la imagen reflejada perfecta del Padre. Esta imagen es en la que Di-s se contempla a sí mismo perfectamente reflejado. Pero también es la Conciencia- Ángel que contempla la perfección del Padre, pues aunque encarnada no participa de los apegos del mundo material ni de la sabiduría del hombre a través de los paradigmas de su tiempo. Es un Ser sin apegos y su conocimiento es aquel que viene de la Palabra de el Di-ses.

Siendo el Di-ses perfecto no ha podido crear nada imperfecto, por tanto aunque el Di-ses se contemple a sí mismo perfectamente reflejado en toda su creación, la conciencia en el cuerpo encarnado hace que la imagen que esta perciba tanto de el Di-ses como de todo lo

creado sea imperfecta o “deformada”, e incluso “oscurecida” debida a sus paradigmas y apegos al mundo material.

En Juan 5:48 YESHÚA continúa diciendo

Sean pues perfectos, tal como su Padre que está en el Cielo es perfecto

Ser perfecto no implica un cambio en nuestra esencia, implica un reencuentro con Él, a través de un cambio de paradigmas, esto es hacer de lado la sabiduría del hombre para sustituirla por la sabiduría de el Di-ses y lograr un desapego del mundo material, reencuentro que nos permitirá percibir más allá de las imágenes sensibles, esto es las imágenes sagradas, en sí el rostro de la creación. Al percibir lo sagrado, nuestro propio ángel-conciencia se hará consciente de su esencia sagrada, esto es, se hará perfecto.

La búsqueda de la perfección es la perfección misma.

EL CAMINO

YESHÚA le contestó:

Yo soy el camino, la verdad y la vida; Nadie viene a mi Padre sino por mí.

Evangelio de Juan 14:6

Analicemos estas palabras de YESHÚA a la luz de la riqueza de significados que nos da la semántica aramea.

“Yo soy”, se representa por la palabra Yo repetida dos veces, ena, ena, esto tiene varias interpretaciones, como la esencia de la individualidad, el “Yo” dentro del “Yo” o algo como el “Yo soy”. Recordemos que en el mundo donde vivió YESHÚA, la palabra empleada para Di-s significa Diversidad sustentada en la Unidad, en ese mundo el sentido de lo individual no podría estar separado de lo Divino, de esta forma en la mente de aquellos hombres sólo lo uno podría existir, “Yo Soy”, que es ALaHa.

YESHÚA dice:

… mi Padre que existe en secreto. Dice – Entra en tu cuarto privado, cierra tu puerta detrás de ti y órale a tu Padre que existe en secreto-, éste es el que existe adentro de todos. Pues Él que existe adentro de todos es la plenitud- más allá de Él no hay otro más adentro. Esto

es lo que significa “Él que existe arriba de ellos”. (Apotema 74c.)

Evangelio de Felipe

Éste apotema describe claramente lo que representa el “Yo Soy”, la integración de la Diversidad a la cual subyace la Unidad Sagrada en lo más profundo de nosotros.

Por otra parte urha que se traduce como camino se relaciona con una palabra que se emplea para luz (nuhra). En este caso la palabra urha se puede referir a la luz que descubre un camino que muestra una posibilidad oculta o que revela una vía práctica que no se conocía con anterioridad.

La palabra sherara-verdad se asocia a una solución o liberación, la apertura de un círculo, o el sentido de la dirección correcta que está en armonía con el universo.

Khaya que se traduce como vida, indica la fuerza sagrada de vida, la energía original que satura todo en la naturaleza y en el universo.

La expresión “sino por mi” indica una acción de algo que pasa del interior al exterior o que una idea toma forma o surge. Además como la palabra “si” expresa la percepción del tiempo presente, es decir, lo que existe ahora, esta expresión está vinculada a un proceso

que reconoce que las formas o imágenes pasan, utiliza formas o imágenes en el presente para crear una sensación de presencia y reconoce que las formas o imágenes sirven de vehículo para pasar de una realidad a otra.

YESHÚA los cogió a todos desprevenidos. Pues no se manifestó como verdaderamente era, sino se ha revelado a sí mismo de manera que podrán percibirlo en su esencia. Eran susceptibles a morir, pero se les reveló. Se reveló a los grandes como grande, se reveló a los pequeños como pequeño, se reveló a los ángeles como ángel y a la humanidad como

hombre. Así su Logos lo escondió de todos los seres. Algunos en verdad lo vieron, pensando que se miraban a sí mismos. Pero cuando se manifestó a sus discípulos en gloria encima de

la montaña no se hacía pequeño. Se hizo grandioso, pero también hizo grandioso a sus discípulos para que fueran capaces de percibirlo hecho grandioso. (Apotema 29)

Evangelio de Felipe

En virtud de que YESHÚA es el reflejo perfecto del Padre, hace las veces en este mundo de la imagen del “Yo” personificado enlazado con el “Yo Soy” fundamental que sirve de vehículo para pasar de una realidad a otra.

Veamos cómo habría escuchado un discípulo de YESHÚA el versículo que nos ocupa,

El “Yo Soy” es la luz que descubre un camino, una posibilidad oculta, el sentido de la dirección correcta que está en armonía con el universo,

la fuerza sagrada de vida que nos vincula con la energía original que satura todo en la naturaleza y el universo.

Nadie entra en ritmo con la Unidad Sagrada,

excepto a través de otro “Yo” personificado enlazado con el “Yo Soy” fundamental

A YESHÚA sus discípulos lo podían ver, hablaba y comía con ellos, era por esto que a través de su presencia podían encontrar un vínculo personal con el Padre y con la Sagrada Espíritu, vivificadora de todo. El estar a tono con la Espíritu de YESHÚA les conducía a experimentar lo que él experimentaba. YESHÚA dice: Cualquiera que beba de mi boca, llegará a ser como yo soy y yo mismo seré como él y se le

revelarán las cosas ocultas. (Apotema 108)

Evangelio de Tomás

No es posible que alguien vea a nada de los establecidos, a menos que se haya asemejado a ellos. No es como la persona en el mundo: mira el sol sin convertirse en el sol, mira el

cielo y la tierra y todas las demás cosas sin haber sido convertido en ellos. Pero en la verdad es así- tú viste algo de aquel lugar y te hiciste entre ellos allí. Miraste a la Espíritu,

te convertiste en espiritual, miraste al Cristo, te convertiste en Crístico, miraste al Padre, te convertirás en paternal. Así verdaderamente en el mundo lo miras todo y no te ves a ti mismo, pero te ves en aquel lugar, pues lo que ves, en eso te convertirás. (Apotema 48)

Evangelio de Felipe

Al beber de la boca de YESHÚA nos convertiremos en Crísticos, esto es, conforme más escuchemos, entendamos y guardemos en nuestro corazón sus enseñanzas, más a tono o en ritmo estaremos con su Espíritu.