programa de gobierno revolucionario tupamaro

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1 Política y Participación

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Programa de Gobierno Revolucionario Tupamaro Venezuela

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    Poltica y

    Participacin

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    MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO

    TUPAMARO

    PROPUESTA Programa de gobierno

    revolucionario: polticas de alianzas con las fuerzas

    anti-fascistas.

    El problema de si al pensamiento humano se le puede atribuir una verdad objetiva, no es un problema terico,

    sino un problema prctico. Es en la prctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el podero,

    la terrenalidad de su pensamiento.

    Carlos Marx. Tesis sobre Feuerbach. N 2

    Venezuela, Mayo 18- 2.008

  • 4

    Ttulo: PROPUESTA Programa de gobierno revolucionario: polticas de alianzas con las fuerzas anti-fascistas. Autor: Colectivo Tupamaro. Diseo y Diagramacin: Jos Gregorio Figuera. Impreso en la Repblica Bolivariana de Venezuela. Se permite la reproduccin total o parcial de este libro con el objeto de difundir y facilitar el acceso a material escrito o digital que de cuenta de experiencias y valores, planes y proyectos, acciones y movimientos, clases sociales y generaciones, ideas y culturas, momentos y circunstancias de la historia de la lucha de los pueblos por construir y componer un mundo mas justo.

    Agradecemos mencionar la fuente

    Para sus aportes tericos: [email protected]

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    CAMARADA. * Alexis Romero Salazar.

    A Hilario Daz* y Jos Rafael Zavala In memoriam

    Se dice y se experimenta el temblor en el escondite

    y el crujir de las tripas en la indigencia por el puro compromiso

    Se dice Camarada

    y se siente el agua presionando los pulmones y las garras del esbirro hundiendo la cabeza en la tina

    Se dice camarada

    y se siente el corrientazo en los testculos el cigarro encendido sobre el pecho y la plancha quemndote las nalgas

    Se dice

    y se evoca la lista negra de Guayana el desamparo de la mujer e hijos y la descarga que te quit un brazo haciendo un oficio que no era el tuyo

    y se piensa en la condicin de hombre del pueblo y en el firme propsito de seguir sindolo por siempre

    Se dice camarada

    y se piensa en la temprana apuesta por la justicia social y en el sacrificio extremo.

    Se dice

    y se recuerda la terca voluntad de hierro

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    y la disposicin de echarle bolas para ganarse solamente unos coazos

    Se dice camarada

    y se recuerda la alegra del invencible en la tortura y en la vida

    Se dice camarada y se piensa en amigos verdaderos que ni en el ms feroz

    hostigamiento vendieron la patria

    Se dice camarada aunque no se pongan el trapo rojo y con toda la humildad del mundo se prohban decirle mascarada

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    INDICE.

    PRESENTACIN. 9

    INTRODUCCIN. 13

    EL IMPERIALISMO, PRINCIPAL ENEMIGO DE LA HUMANIDAD. 14

    LECCIONES HISTRICO-UNIVERSALES. 21

    UN NUEVO CICLO DE LA LUCHA DE CLASES: 23

    VA AL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO 25

    EN VENEZUELA LA CONSIGNA "NO VOLVERN" DEBE SER TRANSFORMADA EN UNA FORTALEZA ORGANIZATIVA, POLTICA, TICA, SOCIAL Y COLECTIVA. 31

    CULES SON NUESTRAS DIFERENCIAS CON LA ALIANZA PATRIOTICA 37

    POLTICA DE ALIANZAS DESDE LA PERSPECTIVA DEL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO. 41

    CUL, LA POLTICA DE ALIANZA EN LA ACTUALIDAD? 47

    VANGUARDIA ORGANIZADA EN LUCHA CONTRA LAS POLTICAS FASCISTAS Y EL

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    SOCIAL REFORMISMO A TRAVS DEL PODER POPULAR. 52

    BLOQUE SOCIAL REVOLUCIONARIO. INSTRUMENTO ORGANIZATIVO DE LOS COLECTIVOS CONTRA LA HEGEMONA BURGUESA. 59

    APORTES PARA LA CONCRECIN DE UN PROGRAMA REVOLUCIONARIO. 83

    PROPUESTAS A CONSTRUIR. 86

    A MANERA DE CONCLUSIN 103

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    PRESENTACIN.

    Creemos necesario, gracias a la coyuntura tctica electoral particular que vive Venezuela, as como a la situacin general del continente, presentar la PROPUESTA Programa de gobierno revolucionario: polticas de alianzas con las fuerzas anti-fascistas. Se trata de un aporte, generador de conciencia crtica, para iniciar el debate, creador de ideas libertarias, crticas y autnomas; sostenidas, claro est, por la praxis.

    Hoy, como ayer, a Venezuela, como al resto de Amrica Latina, pretenden imponerle un modelo de integracin, bajo el auspicio del gran capital de los pases desarrollados llmense empresas multinacionales, transnacionales, asociadas a la gran burguesa (ayer fueron los Welsares y los mantuanos) -; un modelo injusto e inicuo como base para una sociedad explotadora, saturada de miseria, individualista, que produce vctimas que carecen de condiciones mnimas, para dejar de constituirse en un dato estadstico. Por otro lado, el modelo al cual nos referimos, incita al consumo de objetos intrascendentes, al despilfarro de los recursos no renovables, como la energa y el elemento hdrico.

    Hoy, la correlacin de fuerzas de la unidad de nuestro continente, se diferencia de la de 1994, cuando en la Cumbre de las Amricas, en Miami, el gobierno estadounidense impuso, como fecha tope 2005, un modelo de integracin regional que se opona a toda forma de organizacin autogestionaria, autnoma o econmicamente endgena, como por ejemplo, el MERCOSUR, la Comunidad Andina de Naciones, las Cumbres Iberoamericanas, etc.

    El Imperio estadounidense acaba de sufrir una serie de derrotas en la regin: el triunfo de Fernando Lugo en Paraguay, la inminente creacin del Consejo Suramericano de Defensa a peticin de Brasil y de Venezuela, la consolidacin del proceso conducido por Rafael Correa, en Ecuador, estos inconvenientes implican reveses para las multinacionales petroleras y mineras; hay

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    que hacer notar que la consolidacin de la independencia econmica de un pas como Brasil, que refuerza a un MERCOSUR cada vez menos dependiente de economas del primer mundo aumenta el caudal de fracasos del Imperio en nuestra territorio.

    A todo esto debemos agregarle las fuertes tendencias a la inestabilidad en la regin, como lo muestran las revueltas en Hait, el conflicto intenso por la hegemona en Bolivia y la ofensiva de sectores del gran patronato contra el gobierno de Cristina Fernndez en Argentina.

    Esta nueva realidad poltica ha obligado al presidente de los EEUU, George W. Bush, a intentar por todos los medios, detener el avance de los cambios, de la transformacin de las estructuras sociales por la construccin de un nuevo modelo de equidad social, sustentado sobre la independencia econmica, la justicia social y la lucha por la soberana nacional, planteados por muchos de los gobiernos de nuestro continente.

    Los poderosos de la tierra impulsan desde programas como Santa Fe IV, mecanismos de dominacin a travs de medios de noticias y periodistas extranjeros y a partir de dependencias pblicas como el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa, la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (US Agency for International Development, USAID), el Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED), el Consejo Superior de Radiodifusin (Broadcasting Board of Governors, BBG) y el Instituto de EEUU para la Paz (US Institute for Peace, USIP), generadora de polticas para alimentar sus pretensiones hegemnicas.

    Hoy las fuerzas nefastas de la anti-humanidad han tropezado con la Revolucin Bolivariana y una Amrica Latina que decidieron transitar por el camino de la conquista de la dignidad de los pueblos, de una nacin, de un continente donde impere la justicia social como esencia de una Sociedad Socialista.

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    La idea de que el control capitalista de la sociedad y del estado capitalista, cada vez ms represivo, pueden ser abolidos a travs de un medio que no sea el revolucionario, es un espejismo. Las esperanzas reformistas de un capitalismo ms suave, ms gentil, o soluciones basadas en la descentralizacin econmica o de pequeos grupos autnomos son igualmente imposibles.

    La necesidad de construir el socialismo, un sistema basado en la satisfaccin de las necesidades a travs de la tenencia comn de las riquezas productivas y de una economa sostenible y planificada, es de cada vez ms urgente. El socialismo slo puede obtenerse por la accin consciente, organizada y unitaria de la clase trabajadora dirigida por el Bloque Social Revolucionario.

    La reflexin y debate sobre la participacin, el partido y las alianzas estn sobre la mesa de debates. Los programas de opinin, los artculos de prensa, foros y publicaciones nos indican que la unidad es el punto comn de las fuerzas revolucionarias.

    Para edificar esa unidad, debemos propugnar el protagonismo de los hombres y mujeres reivindicando el Poder Dual 1 revolucionario como plataforma de una nueva forma de hacer poltica y dedicarnos a construir espacios de autntica participacin para generar una cultura colectiva del conocimiento en pugna con el monopolio y la jerarqua del saber.

    Alianza como hegemona, basada en una actuacin edificadora de aprendizaje, de interaccin favorable a las luchas revolucionarias de los pueblos, as como tambin para la disolucin de la cultura que incita al individualismo, egosmo, egolatra, sectarismo, divisionismo, concebidos como instrumentos para diezmar lo colectivo, social y, sobre todo, para favorecer los intereses de la mayora, el proletariado.

    Alianza generada desde la racionalidad comunicativa, donde el debate, las ideas, valores y relaciones en trminos sociales estn

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    relacionados con lo colectivo por encima de lo individual, dirigida a unificar voluntades en torno a una estrategia de organizacin, no burocrtica, como instrumento para enfrentar los resabios legitimados del Pacto de Punto Fijo, reproducidos muchas veces desde el poder constituido.

    En las pginas del presente material encontraremos propuestas para iniciar debates y confrontaciones entre la aeja manera dominante de hacer poltica y el paradigma emergente.

    Sirvan pues estos aportes para dar al traste con el predominio de los poderosos y constituyan stos herramientas para dar inicio al combate poltico y a la lucha social transformadora.

    Los Editores

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    INTRODUCCIN.

    Consideramos que existe un conjunto de premisas necesarias para la formulacin de la poltica de alianzas, aplicables, no slo a los militantes revolucionarios sino a todas las organizaciones polticas: Cmo caracterizamos en la actualidad la situacin y perspectivas del sistema de produccin capitalista? Luego de esa definicin, preguntarnos: objetivos que nos proponemos? Qu sector o sectores socio clasistas conforman el sujeto o bloque fundamental de la lucha por la consecucin de tales objetivos hoy? Qu otros sectores constituyen el espectro de sus aliados potenciales? Y, Cules son las condiciones y las bases para el establecimiento de alianzas entre el sujeto o bloque fundamental de las luchas y el resto de los sectores susceptibles de participar en ellas?

    Al primer interrogante podramos darle respuesta colectiva a travs de debates y haciendo investigaciones que describan, de manera categrica e inequvoca al capitalismo globalizado, -"civilizacin salvaje y fracasada" , segn expresara Mario Briceo Irragorry-, como un sistema social en decadencia, que se encuentra en estado de avanzada e irreversible descomposicin; por otro lado, el objetivo estratgico consiste en construir una sociedad basada en un socialismo revolucionario, nica alternativa capaz de enfrentar la barbarie a la que se refiriera Rosa Luxemburgo. Con respecto al resto de los interrogantes generadores planteados, an cuando podamos hacer consideraciones generales que fortalezcan soluciones apropiadas, sern las condiciones imperantes en cada regin, municipios y Estado-Nacin -y en cada coyuntura- las que determinen el contenido de tales soluciones.

    Se podra pensar que los colectivos organizados en su diario discurrir, con arrojo permanente, contribuirn a generar debates centrados sobre los temas antes presentados, sus antecedentes histricos e igualmente analizarn la forma en que se proyectan las

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    influencias y desenlaces del proceso desarrollado en Venezuela, determinando sus rasgos ms definitorios.

    EL IMPERIALISMO, PRINCIPAL ENEMIGO DE LA HUMANIDAD.

    Consideramos de suma importancia hacer un anlisis de la influencia globalizada que dej la desaparicin de la Unin Sovitica y de otros pases del llamado socialismo real, en efecto, a raz de esa cada el afianzamiento de la doctrina neoliberal vinculada a seudo-teoras asociadas a ella por ejemplo Francis Fukuyama y el "fin de la historia"- se crea un conjunto de mitos sostenido por concepciones retrgradas, por un lado, y determinantes en lo terico-poltico sobre el capitalismo contemporneo desde el inicio de los noventa: el primero, definido como "globalizacin", impide el desarrollo dialctico y las transformaciones de la sociedad, constituye una ruptura histrica de la humanidad, elimina los estados-nacin, la historia patria y toda accin que represente cambios histricos a favor de las fuerzas transformadoras; el segundo elemento consiste en lo que las fuerzas reaccionarias denominan la "revolucin cientfico tcnica", mecanismo de dominacin opresivo contra los llamados pases del "tercer mundo", control de mercados, y se propone fundamentalmente suspender el estallido de las contradicciones antagnicas dentro del sistema capitalista.

    Defensa de las reformas neoliberales en lo econmico y lo poltico implica una apertura internacional (globalizacin) que produzca competitividad desleal al mercado interno; adems, exigen libertades polticas para evitar los gobiernos "autoritarios o represivos". En la economa, el Estado debe jugar un papel mnimo, admitiendo que el capital privado se mueva con la mayor libertad jurdica posible: Todo funciona mejor si puede dar por sentado un marco jurdico estable y efectivo, que permita la seguridad de los

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    derechos de propiedad y de las personas, y un sistema de asociacin privada relativamente transparente.

    Los fetiches de la "globalizacin" y la "Revolucin Cientfico-Tcnica" representan la base fundamental de dominacin imperial sobre nuestros pases en los actuales momentos, y, a partir de 1.989, con la cada del muro de Berln, no pretendieron colocarse entre polos polticos e ideolgicos, es decir, entre el capitalismo y el socialismo, sino que, ubicado dentro del capitalismo, ocupan un espacio entre el neoliberalismo ms descarnado (simbolizado por los gobiernos de Ronald Reagan y Margaret Tatcher), y los desechos del llamado Estado de Bienestar que funcion en una parte de Europa Occidental durante la segunda postguerra mundial del siglo XX. "Este fue el resultado combinado de diversos factores () El reformismo socialdemcrata, el socialismo cristiano, lites polticas y econmicas conservadoras ilustradas, y grandes sindicatos industriales fueron las fuerzas ms importantes que abogaron en su favor y otorgaron esquemas ms amplios de seguro obligatorio, leyes sobre proteccin del trabajo, salario mnimo, expansin de servicios sanitarios y educativos y alojamientos estatalmente subvencionados, as como el reconocimiento de los sindicatos como representantes econmicos y polticos legtimos del trabajo" 2 para enfrentar al modelo econmico y social alternativo, el paraso de los trabajadores, libre de crisis y restricciones sociales, la Revolucin Bolchevique de 1.917.

    Keynes es el principal exponente de la capacidad de "auto-renovacin permanente" del sistema capitalista de produccin, y se corresponde con: a) una estrategia orientada a limitar los efectos ms desestabilizadores del proceso de concentracin del poder poltico y econmico, cuya esencia no se plantea alterar en lo absoluto; b) una tctica basada en concesiones dirigidas a conseguir o mantener la tolerancia del capital para el ejercicio de la funcin de gobierno o la preservacin de cuotas de representacin institucional, desprovistas de la capacidad de ejercicio del poder

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    poltico real en cuestiones medulares; c) una definicin no clasista del sujeto de las luchas que, a pesar del proceso sin precedentes de concentracin de la riqueza y polarizacin social que se desarrolla a escala universal, pasa por alto la ubicacin de los seres humanos respecto a las relaciones de propiedad; d) una definicin imprecisa de los "aliados", derivada, en primer trmino, de la falta de una concepcin clasista de quines conforman el sujeto fundamental de las luchas y, e) el desempeo de un papel subordinado y secundario en la poltica de alianzas.

    A diferencia de la imagen que proyecta de s mismo, el imperialismo contemporneo se caracteriza, por la alta concentracin transnacional de la propiedad, la produccin y el poder poltico, cuyo ncleo lo constituyen los monopolios transnacionales, fundidos con los Estados de las principales potencias imperialistas, los cuales tambin asumen funciones transnacionales. Es Necesario incluir los inmensos proyectos de guerra (Lo anunciado en la primera semana de abril, por el Jefe del Comando Sur de Estados Unidos, almirante James Stavrides, de restablecer la IV Flota casi un mes despus de que el territorio de Ecuador fuera atacado con bombas y tecnologa de Estados Unidos "para combatir el terrorismo y las actividades ilcitas como el narcotrfico", precisamente las acusaciones emanadas desde Washington respecto a Venezuela), 3 experimentos desarrollados e implementados en el pasado y que hoy nuevamente son usados y abarcan desde el control mental hasta la manipulacin gentica y climtica.

    A este proceso, analizado por Carlos Marx y Federico Engels, que constituye la actual etapa del avance hacia la universalizacin de las relaciones humanas, se alude con mayor frecuencia con el trmino "globalizacin". La globalizacin constituye la continuidad histrica de la tendencia a la universalizacin del capitalismo, iniciada con la formacin del mercado mundial; se asienta sobre premisas polticas y econmicas acumuladas en el transcurso del

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    siglo XX y, en particular, durante la segunda postguerra; inicia su etapa de despliegue a partir de los aos setenta, es decir, a partir del fin de las dos dcadas de crecimiento expansivo de la economa capitalista mundial, abierto, por la destruccin de fuerzas productivas ocasionadas por la Segunda Guerra Mundial y, recibe un decisivo impulso poltico e ideolgico con la agudizacin de la crisis y el derrumbe de la Unin Sovitica, que le permiten alcanzar su mxima intensidad y violencia, defendida por el neoliberalismo en la ciudad de Bretton Woods, y encarnada en los organismos internacionales OMC, FMI y BM.

    Tampoco creemos en los postulados defensores del capitalismo globalizado que propone procesos de cambio, con la llamada Revolucin Cientfico Tcnica, en los pases del tercer mundo, imponiendo mecanismos de fuga de cerebros; sta en modo alguno resuelve o permite superar de manera indefinida las contradicciones antagnicas del sistema capitalista de produccin, slo responde a las determinaciones de las tradicionales crisis peridicas de un sistema econmico cuyas reglas de juego conducen, fatalmente, a la opulencia de una minora y a la miseria excluyente de las mayoras.

    La ciencia y la tcnica son una forma ms de dominacin, similares a la imposicin poltica, econmica y militar de las fuerzas ms conservadoras y reaccionarias representadas en el mbito global por los EE.UU. y los representantes del Grupo de los 8.

    Otro elemento que ha influido en hacernos creer tal engao son los medios de comunicacin y el poder de stos en manos de las grandes empresas multinacionales. Para lograrlo, estos medios manipulan la informacin, disfrazan el mensaje, deforman la realidad social y econmica del mundo, difundiendo ideas y valores que conducen a la enajenacin.

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    Y el trmino ms utilizado para hacer referencia al desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas del capital durante la posguerra es el de la Revolucin Cientfico Tcnica que obedeci, entre otros aspectos, al estmulo de la intensificacin de los procesos productivos provocados por la reconstruccin europea y la carrera armamentista. Ahora bien, esas contradicciones se hicieron antagnicas a finales de la dcada de los sesenta -ya reconstruida la capacidad productiva de Europa Occidental y Japn-, y provocan el retorno de las crisis de superproduccin de mercancas, capitales y de poblacin.

    El avance de las ciencias en este siglo es fiel reflejo del desarrollo socioeconmico de los pases, resultando tan irregular y desigual como absurda es la distribucin de riquezas heredada del pasado colonial. La brecha entre ricos y pobres contina amplindose y se refleja indudablemente en el estado de la ciencia y la tcnica. Los pases "del tercer mundo", "subdesarrollados" o "en vas de desarrollo" sufren un fenmeno peor: la fuga de cerebros.

    El capital humano, tcnico, cientfico, tal vez el mayor capital que atesora un pas, se ve tentado en los pases en desarrollo por las oportunidades que ofrecen las grandes tecnologas industrializadas contemporneas de las ciencias y ejecutando el triste fenmeno de la emigracin selectiva asiste como reo, sin posible defensa, ante el mercado de la inteligencia.

    En una economa mundial sobresaturada de mercancas, capitales y fuerza de trabajo, en la que rige la ley del ms fuerte, las empresas monopolistas transnacionales utilizan, con una intensidad sin precedentes, todo su podero econmico y su control sobre las innovaciones cientfico tcnicas, junto con el poder poltico y militar de los Estados imperialistas de sus naciones de origen, para penetrar en las reas de mayor desarrollo relativo del llamado Tercer Mundo, con el propsito de absorber o destruir los capitales locales, la materia prima, energtica, acufera, etc., cuyos mercados necesitan captar para garantizar su propia subsistencia.

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    Un cientfico argentino asesinado por una dictadura del cono Sur expresaba "Si en nuestra vida cotidiana, en nuestra ciencia y nuestro arte imitamos a los EEUU, es intil que tengamos un ejrcito propio y elecciones presidenciales: seremos igual una colonia, y con menos probabilidades de liberarnos que hace 150 aos, porque estaremos satisfechos con nuestra manera de vivir. El colonialismo cultural es como un lavado de cerebro: ms limpio y ms eficaz que la violencia fsica" 4.

    El imperio de los monopolios transnacionales enaltece en el mundo subdesarrollado un crculo vicioso de apertura irrestricta a la importacin de mercancas y capitales, quiebra de la industria nacional, dolarizacin o sobrevaluacin monetaria, aumento del desempleo y la inestabilidad del trabajo, descenso del nivel de vida de la poblacin y, por consiguiente, reduccin de la capacidad de solvencia del mercado nacional del que se han apropiado.

    Como lo demuestra -entre otras- la crisis argentina, una vez destrozada toda su economa, agotadas todas las posibilidades de captacin de ingresos y reduccin de egresos del Estado nacional dependiente con el propsito de mantener la espiral del endeudamiento externo, el mercado nacional, tan diligentemente "reestructurado" y "reformado" de acuerdo con las recetas neoliberales, es abandonado, a menos que el temor de un efecto en cadena de la crisis econmica y financiera aconseje una operacin de rescate, que comprometa an ms el futuro nacional.

    Sobre el aspecto anterior, recomendamos leer por su valor histrico el informe Rockefeller, delegado presidencial de los Estados Unidos, sobre la situacin de Amrica Latina 5 y de igual manera llamar la atencin acerca del riesgo de naufragio que correra cualquier proyecto socio-poltico alternativo al capitalismo, al dejarse capturar por el crculo vicioso de la copia compulsiva de los "avances" tcnicos tanto productivos como destructivos - de su adversario, sin una evaluacin permanente de sus efectos ecolgicos, sociales, polticos y culturales.

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    No haber advertido este riesgo fue una de las principales razones del fracaso del socialismo del siglo XX o, ms especficamente, de la implosin del socialismo real ensayado en la Unin Sovitica y la regresin del socialismo chino hacia las formas ms extremas del "capitalismo salvaje". Pues tanto el colapso sovitico como la recolonizacin de China por el capitalismo globalizado, son en gran medida el resultado de la opcin de enfrentarse a la dinmica envolvente de la Guerra Fra desde el mismo marco epistmico de la modernidad industrialista de su oponente. Es as como la competencia tecnolgica y militar con las potencias capitalistas de Occidente asfixia, hasta hacer perecer.

    La senilidad del capitalismo de nuestros das se hace evidente porque una sociedad que, por definicin, est asentada en el trabajo asalariado y la venta de mercancas, de manera creciente depende de la reduccin del trabajo y los salarios y, por tanto, se ve obligada a acortar el horizonte del mercado que constituye su fuente de subsistencia.

    La degradacin poltica, econmica, social, moral y medioambiental del presente es el mayor signo de que ya el mundo ingres en la fase de barbarie. Poco dur la fbula del "efecto de derrame", en virtud del cual el mundo entero estara llamado a alcanzar los niveles de desarrollo econmico que hoy monopolizan los Estados Unidos, la Unin Europea y Japn.

    Son cada da menos los que se resisten a constatar la realidad de que el programa de apertura y desregulacin unilateral impuesto por el neoliberalismo no es una ventana al "Primer Mundo", sino una puerta abierta de par en par a la crisis poltica, econmica, social y moral. En realidad lo nico que el sistema de bienestar ha hecho es tratar de maquillar el sistema capitalista, de dibujar una sonrisa o una cara ms humana. En ninguno de los pases en que se lleva a cabo este proyecto se han observado cambios econmicos y sociales que conlleven a transformaciones estructurales en la

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    sociedad, cambios que signifiquen y tiendan a mejorar las condiciones de vida de las mayoras, que no tienen acceso y posibilidad al trabajo, a la salud, a la educacin, a la cultura y a la vivienda.

    En todos los pases de Amrica Latina en que se lleva a cabo este proyecto, generalmente los polticos, en su programa electoral llevan promesas al pueblo, a los sectores ms desposedos y marginados, que son credas por stos; lo que conlleva a que llegarn al poder y no habrn hecho en l nada ms que continuar con la poltica neoliberal.

    Esto sucede en Chile y es la tendencia que se da en el Brasil de Lula Da Silva. Por eso, detrs del maquillaje sutil que le han dado a este sistema, amorfo e hbrido, se puede vislumbrar tras las tenues cortinas del revisionismo, del reformismo y el oportunismo la cara siniestra y cruel del capital.

    LECCIONES HISTRICO-UNIVERSALES.

    Las luchas polticas contemporneas del movimiento revolucionario se han delimitado a partir de grandes acontecimientos de la lucha de clases. Estas se definen, alrededor de experiencias histricas de valor universal (denominada internacionalismo proletario), esa experiencia histrico-universal como fortaleza de la clase obrera del siglo XX, dio lugar a un determinado recorrido sin precedentes en el mundo (la revolucin Rusa y todas las que de una manera u otra manera, fortalecieron la aspiracin de la toma del poder y frustracin, al ver perdidos a travs del aparato burocrtico, las pretensiones y anhelos de la humanidad proletaria, a partir de la cada del muro de Berln), por lo cual, no hay manera de iniciar una corriente socialista revolucionaria en este siglo XXI, sin poner en limpio esa

  • 22

    experiencia: la de los Estados obreros y sociedades no capitalistas que llegaron a cubrir un tercio del globo.

    Tenemos que un hecho era extender la bandera de la revolucin socialista a comienzos del siglo XX, cuando esa experiencia histrica no se haba vivido, y otra distinta, desplegarla hoy, a comienzos del siglo XXI, cuando aparentemente la experiencia del socialismo habra fracasado y todas las personas, inclusive la izquierda moderada, reformista, revisionista y hasta socialdemcrata, acepta el fin de las ideologas. A nuestro entender, no hay forma de ver y expresar el socialismo revolucionario actualmente, sin hacer un inflexible balance de esa experiencia histrica de la clase obrera, bajo una periodicidad histrica que ira de 1.924 hasta 1.989.

    Este abordaje no es nada original, Marx dedic su vida y batall en la Primera Internacional para generar debates, llevar las experiencias y conclusiones acerca de lo que significaba para el proletariado internacional la experiencia de la Comuna de Pars. En la actualidad, debera ser un compromiso ideolgico que los socialistas revolucionarios investiguen y revisen las propuestas y experiencias extraordinarias, aunque frustradas y burocratizadas, que significaron las revoluciones obreras y socialistas y/o anticapitalistas del siglo XX y los Estados a los que dieron lugar.

    Respecto a Amrica Latina, es necesario analizar, compartir y estudiar las experiencias de la vanguardia revolucionaria de pases como Argentina, Bolivia, Brasil. Mxico, Chile, Per, entre otros. Las enseanzas y conclusiones que dejaron las experiencias militantes de las rebeliones populares, procesos revolucionarios y de recomposicin de los trabajadores en la regin en los ltimos aos. En este contexto debemos concretar nuestras luchas y perspectivas para enfrentar al imperio, todos unidos y slo a travs de una internacional revolucionaria para luchar por relanzar la revolucin socialista revolucionaria, por su conformacin,

  • 23

    distinguindola de las revoluciones democrticas, antiimperialistas y anticapitalistas.

    UN NUEVO CICLO DE LA LUCHA DE CLASES:

    En cuanto a nosotros, y teniendo en cuenta todo nuestro pasado, no nos queda ms que un camino. Durante cerca de cuarenta aos

    hemos venido destacando la lucha de clases como fuerza directamente propulsora de la historia, y particularmente la lucha de clases entre la

    burguesa y el proletariado como la gran palanca de la revolucin

    social moderna. Esta es la razn de que no podamos marchar con unos hombres que pretenden extirpar del movimiento esta lucha de

    clases. Al ser fundada la Internacional, formulamos con toda claridad su grito de guerra: la emancipacin de la clase obrera

    debe ser obra de los obreros mismos. No podemos, por consiguiente, marchar con unos hombres que declaran

    abiertamente que los obreros son demasiado incultos para

    emanciparse ellos mismos, por lo que tienen que ser liberados desde arriba, por los filntropos de la gran burguesa y de la

    pequea burguesa.

    Carlos Marx y Federico Engels:

    Primer elemento.

    La lucha de clases en la actualidad recorre un nuevo ciclo histrico desde la ltima dcada del siglo XX a escala mundial. A raz de la cada del muro de Berln y las consecuencias trgicas acontecidas luego, esta lucha sufri una doble derrota -fsica y poltico-ideolgica,- que posibilit la aplicacin de planes neoliberales y la introduccin de la globalizacin. Y esa herencia estructural pesa hoy en la lucha de clases, y la tremenda condicin de divisin de la clase trabajadora entre ocupados y desocupados,

  • 24

    en el interior mismo de los ocupados, clase media, comercio informal, etc.

    La debacle se reparte por todo el planeta, en Europa, por ejemplo, va desde el aborto de la revolucin alemana de principios de siglo XX, la cada de revolucin espaola frente al fascismo (1939), la cada de la revolucin turca hasta la revolucin portuguesa, el Mayo francs, la ascensin al poder de Margaret Thatcher en Inglaterra, la prdida de la huelga minera inglesa en 1985, la casi desaparicin de la izquierda italiana, etc. En Amrica, el gravsimo traspis de los controladores areos en EEUU (en los 80 de Reagan). La intervencin de Francia en Ruanda y de los EE.UU. en Hait, bajo resolucin de la ONU. Una debacle objetiva en los 70, con masacres de latinoamericanos en Uruguay, Chile, Argentina, como aquella del Estadio Nacional de Chile, 30.000 desaparecidos en Argentina, la prdida de la revolucin Sandinista (1990) y por efecto domin, de todo el anhelo puesto en Centroamrica.

    Pero a comienzos del siglo XXI esas dificultades empiezan a revertirse. Se hace difcil desde el punto de vista histrico precisar si este ciclo se abri en 1989, con la cada del Muro de Berln, en Seattle, a raz de la Tercera Conferencia Interministerial de la OMC (Organizacin Mundial del Comercio), reunin que sirvi de escenario para una de las mayores concentraciones frente al modelo de globalizacin que impone el sistema capitalista, o, el 1 de enero de 1.994, con la ocupacin por parte del FZLN de varias ciudades y pueblos de Chiapas, en el extremo sur Mxico, al entrar en vigencia el Acuerdo de Libre Comercio (TLC) entre este pas, Canad y los EE.UU.

    Segundo elemento

    Entre los retrocesos o derrotas reseados aqu, no se puede perder de vista la restauracin capitalista de Europa Oriental que se gest en una derrota anterior, la econmico-social de la clase

  • 25

    trabajadora en Polonia, Hungra, Yugoslavia, Rumania, Bulgaria, etc. Sobre este aspecto, manejamos dos hiptesis, la primera: que la clase obrera en esos pases socialistas no haba detentado nunca el poder realmente, y otra, que se centrara en que esa clase perdi el poder a causa de la burocracia, la nomenclatura y el Aparatchick (Hombre de Aparato), a lo que se suma una nueva derrota que se ha consignado: la restauracin del capitalismo y la situacin general de los trabajadores que empeor an ms con esto.

    Despus de la cada del muro de Berln aparece una crisis de alternativa porque los supuestos "Estados obreros" no lo eran. Los hechos arbitrarios conocidos despus de la cada del estalinismo, -aunque algunos logros se hayan salvado-, deslucieron la validez de una propuesta socialista autntica y tangible.

    Con este hecho histrico se ha producido (a mediano plazo) una situacin de desbloqueo de la perspectiva socialista autntica. Para el anlisis de estos hechos, debemos establecer que desde la dcada de los aos 30 del siglo XX, la clase obrera rusa haba dejado de ser clase dominante en la URSS. Es decir, la clase trabajadora rusa ya haba sufrido una gran derrota anterior, una derrota terrible: se trata de todo lo que ocurri en los aos 30, bajo la conduccin de Stalin, quien liquid el primer Estado obrero de la historia, lo que constituy una derrota fsica, poltica e ideolgica.

    Sin embargo, ahora es importante referirse a las consecuencias positivas que se comienzan a sentir en la actualidad, a pesar de la sucesin de desatinos que acabamos de resear, tales como los elementos de participacin de las bases populares y la auto-organizacin conocidos en varios procesos mundiales.

    VA AL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO

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    "...El nuevo desarrollo, que inspira al proletariado la esperanza y la

    confianza, llena a la clase dominante de miedo por su futuro.

    Cuanto ms rpido el proletariado, su enemigo, incrementa su

    nmero, ms rpido la clase propietaria decrece, ms ciertamente ve la burguesa que se aproxima su condena."

    Anton Pannekoek.

    La poltica marxista de alianzas desde los primeros aportes clsicos ha sido objeto fundamental para que comencemos a creer en nuestras propias fuerzas y empecemos a vivir un momento de inflexin desde el empeo de querer cambiar las cosas y de tener confianza en que podemos transformar el actual sistema de dominacin.

    Ahora bien, es imposible tratar el tema de las alianzas olvidando las tres categoras que interactan ntimamente en ellas: la contradiccin del fortalecimiento interno del movimiento y su programa revolucionario; la hegemona poltica en el movimiento popular en su sentido ms amplio; y la fundamental, el de la crtica y la auto-crtica.

    Es esencial expresar que nuestra principal poltica de alianzas entre las diferentes fuerzas polticas y sociales no debe estar dirigida en funcin de llegar al poder, slo por llegar. Sostenemos, como Lenin, que " nuestra poltica es de principios, y no coyuntural; la tctica est subordinada a la estrategia; para

    nosotros, el contenido principal de cada campaa poltica es guiar

    a los trabajadores desde los problemas concretos a los generales,

    para ensearles el verdadero carcter de la sociedad moderna y de

    sus fuerzas fundamentales".

    Carlos Marx y Federico Engels lo expresaron en el Manifiesto Comunista, "de todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesa, slo el proletariado es una clase verdaderamente

    revolucionaria". Con este antecedente histrico, adems, orientan

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    su anlisis hacia el papel de los "estamentos medios", desempeando el papel ambivalente entre la burguesa y el proletariado, concluyendo en las condiciones sobre las cuales esos "estamentos medios" mantienen una posicin reaccionaria al pretender "volver atrs la rueda de la historia" y sobre las condiciones en las cuales pueden llegar a ser participantes de la revolucin social, a saber, "cuando tienen ante s la perspectiva de su trnsito inminente al proletariado". Marx y Engels tambin enfocan su atencin en el lumpen proletariado, que "puede a veces ser arrastrado al movimiento por una revolucin proletaria", pero "est ms bien dispuesto a venderse a la reaccin para servir a sus

    maniobras".

    Gramsci llamaba la atencin sobre los puntos de vista que aslan la vida interna de los partidos del entorno poltico, desligando los asuntos organizativos de las cuestiones polticas. Y entre esas cuestiones polticas se encuentra la creciente divisin del trabajo que va en contra de la organizacin y la lucha del proletariado y que alcanza su mxima expresin con la divisin transnacional del trabajo y las consecuencias polticas e ideolgicas del surgimiento de la "aristocracia obrera" y de otros sectores de su propia clase. "El que no hayamos logrado desarrollar unos cuadros revolucionarios de los trabajadores en los ltimos nueve aos, es grave de verdad; pero ms peligroso es el hecho de que dentro de nosotros naci una clase media poltica opulenta, que ama la 'dolce vita', los vehculos 'Hummer' y el whisky gringo." 6

    La meta poltica trazada estratgicamente es convertirnos, como movimiento, en constructores de un modelo alternativo al neoliberalismo, de lo contrario, habremos dejado de asumir la funcin bsica y mnima- de un partido de izquierda en Venezuela, sabiendo como sabemos que la polmica entre burgueses y proletarios sigue siendo la contradiccin antagnica fundamental del capitalismo.

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    En las condiciones del nuevo siglo, existe una dialctica de motivos transcendentales y renovadores que se mantiene cnsona con los hechos histricos estudiados por los clsicos, fortalecidos, de manera independiente, por quienes sostienen hoy que con el desarrollo del capitalismo globalizado, la clase proletaria no necesariamente sera la clase dominante y revolucionaria.

    Suponen que diferentes estratos, de distintas clases, seran quienes lograran los objetivos transformativos, descartando as la hegemona de los trabajadores como fuerza motriz, sin embargo, nadie puede negar el concepto central que aporta el marxismo al conflicto permanente, entre explotadores y explotados desde el surgimiento del capitalismo.

    En las luchas del movimiento obrero existen hechos que tienen una vigencia trascendente, que van ms all de los ciclos histricos, a saber: el enfrentamiento entre obreros y patrones, entre obreros y capitalistas, entre los que venden su fuerza de trabajo y los poseedores de capital, que las compran.

    Para refutar las teoras "del fin de las ideologas", el "tercerismo" y otras teoras recalcitrantes, es importante recordar: 1) la lucha de clases sigue siendo determinante mientras la clase obrera se ocupe de producir la totalidad de la masa de riqueza social sobre la que se asienta el capitalismo, independientemente de la sociedad globalizada y el altsimo desarrollo tecnolgico, 2) el mantenimiento del llamado Estado de Bienestar, considerado por los neoliberales como el definitivo estadio por el cual avanza el sistema capitalista de produccin, ya no es compatible con el incremento general del empleo, los salarios y otras formas de redistribucin social ocurridos durante el crecimiento expansivo de la economa capitalista mundial de posguerra.

    Mucho se ha escrito sobre las luchas sociales no originadas por las contradicciones de clases. Toda lucha social no lleva en su seno la estructura de clases en la cual se desarrolla? No pretenden

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    estos tericos con lgica intencin poltico-ideolgica imponer sus seudo teoras fragmentarias y unilaterales de las transformaciones supuestamente provocadas por la globalizacin y la revolucin cientfico tcnico?

    Las propuestas emitidas desde las metrpolis globalizadas del capitalismo contemporneo han provocado cambios en las estructuras socio-clasistas, que fragmentan, desmovilizan, enajenan, dividen, polarizan a los sectores que conforman el bloque social revolucionario, metamorfosis impuesta por el capital como forma fundamental para reproducir el capital con la expropiacin de otros.

    Todos los factores mencionados anteriormente han de ser incorporados dentro del anlisis marxista con respecto a la edificacin del bloque revolucionario y sus luchas, con la identificacin de los aliados potenciales, con la definicin programtica y tangible sobre la proposicin de alianzas, mtodos polticos para desarrollar las luchas, y, a nuestro modo de ver, con el concepto del socialismo incorporado al debate.

    Marx, conceptualizando al SOCIALISMO REVOLUCIONARIO y diferencindolo del resto de los "socialismos" (que por cierto tienen rasgos bastantes parecidos a nuestros "modernos socialistas"), dice en su trabajo "La lucha de clases en Francia" lo siguiente:

    Mientras la UTOPA,- EL SOCIALISMO DOCTRINARIO-, supedita el movimiento total a uno de sus aspectos, aspecto que suplanta la produccin colectiva, social, por la actividad cerebral de un intelectual suelto y que, sobre todo, mediante pequeos trucos o grandes sentimentalismos, elimina en su fantasa la lucha revolucionaria de las clases y sus necesidades, mientras que este socialismo doctrinario, que en el fondo no hace ms que idealizar a la sociedad actual, forjarse de ella una imagen limpia de defectos y quiere imponer su propio ideal a despecho de la realidad social; mientras que este socialismo es traspasado por el

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    proletariado a la pequea burguesa; mientras que la lucha de los distintos jefes socialistas entre s pone de manifiesto que cada uno de los llamados sistemas se aferra pretenciosamente a uno de los puntos de transicin de la transformacin social, contraponindolo a otros, EL PROLETARIADO va agrupndose ms en torno al SOCIALISMO REVOLUCIONARIO, en torno al COMUNISMO, que la misma burguesa ha bautizado con el nombre de BLANQUI. Este socialismo es la DECLARACION DE LA REVOLUCION PERMANENTE, de la DICTADURA DE CLASE del proletariado como punto necesario de transicin para la SUPRESION DE LAS DIFERENCIAS DE CLASE EN GENERAL, para la supresin de todas las relaciones de produccin en que stas descansan, para la supresin de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de produccin, para la subversin de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales.

    Ya en aquella poca Marx adverta sobre las caractersticas del socialismo reformista:

    a.- Supedita los objetivos finales a algunos logros parciales, momentneos. b.- Elimina la lucha de clases e impulsa el colaboracionismo, idealizando la sociedad burguesa. c.- Se aferra a algunos puntos de transformacin, enfrentndolos a los dems aspectos. A este socialismo reformista contrapone el SOCIALISMO REVOLUCIONARIO, entre cuyos rasgos destacan: 1.- La dictadura de clase como punto necesario de transicin para la supresin de las diferencias de clase en general (realizacin del programa autnomo de clase).

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    2.- Supresin de todas las relaciones en que descansan las clases: formas de apropiacin del producto social, divisin del trabajo. 3.- Supresin de todas las relaciones sociales que corresponden a estas relaciones de produccin: hegemona y dominacin de clase. 4.- Subversin de todas las ideas que brotan de esas relaciones sociales: revolucin cultural, reforma intelectual y moral. 7

    El socialismo revolucionario es la alternativa programtica ante el socialismo reformista; y ante el llamado "socialismo economicista" y "tecnocrtico" que conocemos en la China y el "socialismo real" conocido en la extinta URSS: la aplicacin consecuente de sus principios fundamentales, de la REVOLUCION PERMANENTE, es lo que garantiza que dicho proceso no se deforme y burocratice

    Al mismo tiempo, el elemento renovador proviene de la constatacin de que es un hecho que la lucha de clases continu luego de una serie de dcadas presentando un sinnmero de procesos estratgicos para la clase obrera y los revolucionarios, por lo cual, es una tarea imprescindible de los revolucionarios de hoy pasar pgina y dar cuenta de ello.

    Se trata pues de un debate en varios frentes: en contra del "revisionismo" superficial, del "reformismo" impositivo, de las corrientes "economicistas" que adjudican la totalidad de los problemas a las luchas reivindicativas, de los "ortodoxos" que observan todo programa como un dogma y, sobre todo, del emprico-criticismo, en el que pensar lo arregla todo.

    EN VENEZUELA LA CONSIGNA "NO VOLVERN" DEBE SER TRANSFORMADA EN UNA FORTALEZA

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    ORGANIZATIVA, POLTICA, TICA, SOCIAL Y COLECTIVA.

    "La crtica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por la

    mala costumbre de criticar solo despus de consumados los hechos

    Mao Tse Tung

    Golpe de estado silencioso.

    Ante la no aceptacin de la reforma constitucional planteada por el presidente de la Repblica, debemos introducir en el anlisis lo que hemos denominado un golpe de estado silencioso y de igual manera, hacer una evaluacin del carcter capitalista de nuestro sistema de gobierno, del asistencialismo como forma de populismo de Estado, de la aplicacin de polticas neoliberales desde los estados-regin y de la similitud con otras experiencias populistas en Amrica Latina, Lo hemos vivido en casi toda Amrica Latina; las fuerzas revolucionarias del MNR en Bolivia durante el ao 1.952, se transforman en gobierno y aos despus, como poder, se codean con la poltica rapaz colonialista. Velasco Alvarado, el general nacionalista con sus tesis del Per floreciente, muri sin observar como los cuadros militares se corrompan, (similar a su par en Panam, asesinado por las fuerzas imperialistas para asumir como suyos la estructura del Canal de Panam y todo lo que representa; observamos hoy como este pas, se encuentra atrapado en las garras globalizadoras del neoliberalismo), o en el Chile sangriento del derrocado presidente Salvador Allende, donde los dos partidos mayoritarios, el PS Y PCCH, no aceptaban sealamientos, alegando la defensa de la revolucin, enriquecindose algunos sus cuadros" (desde y a travs del poder) 8, etc. Por tal motivo proponemos dentro de la perspectiva que adoptamos, presentar para el debate los siguientes puntos:

    < Escenarios de la Revolucin Venezolana: a.- Estado, b.- Gobierno, c.- Partido, d.- Colectivos

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    < Anlisis de la actual situacin nacional (post 02 de Diciembre) y su influencia en el desarrollo poltico; < Consecuencias de la prdida del referndum en el resto de los pases de Amrica Latina y el mundo < Propuestas para desafiar el viejo orden poltico-social-neoliberal basado en el imperio.

    No obstante, debemos sealar queEl 2 de diciembre las fuerzas revolucionarias izaron banderas de fortalezas contra las polticas neoliberales del imperialismo y de (la) oligarqua asesina pro-imperialista. Pese a la diferencia de 124.962 votos a favor del NO, contra la propuesta del SI, obtuvimos un triunfo moral, tico de 4.739.392 de votos a favor del socialismo y fundamentndose en lo siguiente: 1.- Se desmont la mentira de dictador que las fuerzas reaccionarias, utilizando los medios de comunicacin, acuaron en Venezuela luego del triunfo electoral del camarada Presidente Chvez desde diciembre de 1.998. 2.- Aman y defienden la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela de 1999, la cual antes haban derogado (con) el golpe de estado del 2002. 3.- Aceptanque existe un Consejo Nacional Electoral imparcial. 4.- Las fuerzas reaccionarias reconocen como su Presidente Constitucional al Comandante-camarada-Presidente Hugo Chvez Fras. 5.- Derrumbamos (las fuerzas revolucionarias) todos los planes conspirativos, emanados desde el Departamento de Estado, (incluyendo las guarimbas), incidiendo as en la desactivacin de la "operacin tenaza", planificada por los sectores violentos de la oposicin, bajo la tutela de los Estados Unidos y que esa misma noche (el domingo 2) entraba en la fase de ejecucin ms violenta." 9

    Mientras tanto, tendremos que defendernos de los multimillonarios empresarios televisivos tal como se hizo en los primeros aos de este gobierno. Construir tambin un modelo comunicacional que rompa con la insuficiencia burocrtica

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    reproductora del Estado de Bienestar que nos sigue induciendo hacia la sociedad democrtico-burguesa global.

    Habr, de la misma manera, que desmontar las interminables hiptesis que an hoy intentan explicar la inhibicin de los tres millones de abstinentes y fortalecer la construccin de un poder social desde las clases oprimidas, concertar una hegemona que cohesione, aglutine, consolide al autnomo, liberador y crtico poder popular como poder dual, y simultneamente debilite, mejor dicho, destruya, el poder de la clase dominante. Durante una dcada los parias, abandonados y "borrachines" como nos denomin El Nacional, han demostrado que apoyan ampliamente el proceso venezolano y que el presidente Chvez es el presidente con mayor apoyo de su pueblo.

    Chvez tiene una enorme responsabilidad porque en esta batalla estn incluidas las luchas de Amrica Latina por su liberacin; dando la cara por las luchas de pueblos autctonos, campesinos, obreros, que diariamente se enfrentan con los explotadores, intentando as salir de la pobreza y la miseria.

    Ms temprano que tarde, como expres Salvador Allende, asumiremos que la propiedad privada de los medios de produccin y de las instituciones edificadas para mantener el poder, como el Estado, son los impedimentos que hacen imposible una transformacin social, adems de ser incompatibles para la liberacin de las clases menesterosas y para el gnero humano.

    Coincidiendo con el periodista Eleazar Daz Rangel, 10 nos preguntamos: Son las elecciones del 23 de noviembre las ms importantes de los ltimos aos? Ms importantes que las del 2.000, cuando la relegitimacin? O las del 2.004 cuando el referndum? Luego de haber superado un golpe de Estado y un paro y sabotaje petrolero que se prolongaron por ms de dos meses 11 Cules son las condiciones actuales? Ha creado la derrota de la reforma constitucional un impasse insalvable en las fuerzas

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    revolucionarias? Por qu millones de campesinos y trabajadores sin conciencia poltica apoyan la revolucin? Por qu el sector que ms beneficios ha recibido por parte de la revolucin, se abstiene durante el referndum? Qu sectores sociales decidieron no seguir el proyecto de Reforma Constitucional? Sin duda, el interrogante ms difcil de contestar es por qu?, y esta respuesta se dificulta porque el nmero de artculos contenidos en las reforma podra fragmentar las razones de la abstencin.

    Las preguntas claves en relacin con este tema, deben ser muy concisas. Despus de la inesperada derrota electoral de la reforma de la constitucin venezolana, se abren nuevos escenarios, mtodos, estilos, y fundamentalmente, una lectura de la alta abstencin expresada, por eso surgen diferencias, agudizadas dentro de la estructura del campo revolucionario, en el modo de resolver la problemtica y sobre todo en cmo reforzar y agrandar el proyecto revolucionario que, partiendo de Venezuela, se proyecte hacia nuestro continente? Cmo preservar y profundizar las transformaciones sociales que nueve aos de gobierno de Chvez han logrado producir?

    Aunque en esta oportunidad no se juega la Presidencia, existe el riesgo de que si ahora perdieran tantos estados y municipios como en la consulta del 02D, luce inevitable el referendo revocatorio en 2.009.Comenzara un perodo de inestabilidad en todo el pas, alentado desde el exterior. 12.

    Nosotros consideramos que el problema va ms all del fracaso de la reforma constitucional o de las elecciones de alcaldes y gobernadores; pensamos que en la lucha histrica que se libra entre el capital y el trabajo, el primero se mantiene discreto, escondido en los entretelones ideolgicos de los sustentadores del poder, mientras que el segundo, lucha por desprenderse y tratar de construir una sociedad igualitaria y justa. Esta es la confrontacin por el poder entre el creciente sector conservador neoliberal y las

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    reducidas fuerzas revolucionarias que, pensamos, se hallan en el gobierno.

    En Venezuela, por ejemplo, deberamos tener una estrategia de clase, pero adecuada a la realidad actual. Ya lo expresamos en el artculo "Bloque Social Revolucionario, soporte para establecer la hegemona proletaria", y repetido en varias oportunidades "Actualmente muchos integrantes de los nuevos movimientos desconocen el rol histrico de los trabajadores como clase dirigente de la revolucin socialista. El pragmatismo los lleva a creer que basta con un movimiento policlasista (planteamiento hecho por Rmulo Betancourt), impreciso, sin doctrina de clase, para conducir la lucha, tomar el poder, asumir el control del aparato y llegar al socialismo. Segn los nuevos postulados de las complejidades sociales, el sujeto histrico tradicional est siendo sustituido por nuevos protagonistas del proceso, ms dinmico, sin ningn sentido de clase que no sea su sobrevivencia.

    "En Venezuela la fuerza de trabajo asciende aproximadamente a 12 millones de trabajadores, de los cuales el 50% se encuentra ocupado en el sector informal de la economa. De los trabajadores del sector formal, la mayora se encuentra ubicada en el sector privado y, en ste, es el sector terciario de la economa -comercio y servicios- el mayor empleador. El proletariado industrial ha disminuido cuantitativamente su peso especfico dentro de la clase obrera venezolana, como resultado del intenso proceso de des industrializacin experimentado por el pas durante los aos 90, en el marco de la implementacin de las polticas neoliberales. Otro factor de notable incidencia ha sido la escasa inversin del capital privado por ms de 30 aos. Pese a esas tendencias, los trabajadores siguen constituyendo el sector ms numeroso de la sociedad venezolana y el que, por su posicin dentro del proceso de produccin, juega el papel ms importante en la generacin de la riqueza." 13

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    CULES SON NUESTRAS DIFERENCIAS CON LA ALIANZA PATRIOTICA?

    En nosotros siempre ha estado presente la necesidad de un programa de gobierno que asegure la autonoma de decisin en los espacios organizados del poder popular, el gran debate con el anterior Polo Patritico, (hoy Alianza Patritica), ha sido el de la necesidad de construir el poder dual que permita a las fuerzas revolucionarias asumir decisiones en los espacios de poder, sin imposiciones ni coacciones, sin aplicacin de polticas parciales, de cambios excluyentes de hombres y mujeres e incorporando adems en el debate, el tema de la propiedad colectiva, del burocratismo, de la desmovilizacin de las fuerzas revolucionarias, etc..

    Expresamos la necesidad de profundizar, de manera colectiva, el programa de educacin (a pesar de los grandes esfuerzos y logros alcanzados, hay que modificar las axiologas que lo subtienden) y de romper con los valores dominantes, reproductores del valor-trabajo. Manifestamos que no vale la pena construir escuelas, misiones educativas, proyectos de transformacin y universidades mientras no apliquemos polticas liberadoras y revolucionarias en la educacin, es decir, la creacin de un factor subjetivo revolucionario, un colectivo social para depurarla.

    Observamos como buena parte del movimiento estudiantil y profesoral se ha convertido en el principal agente de la oposicin, mientras desde el gobierno se siguen subsidiando escuelas catlicas y universidades privadas y el resto de la poblacin (base y sostn del proceso) estn siendo educadas dentro del estilo del american way of life, desmotivando ideolgicamente a los colectivos, implantando la cultura del egosmo, de la codicia, del consumo y "la falsa ilusin" televisiva, para generar confusin en el pueblo.

    No nos queda ms remedio que expresarlo, a casi una dcada de la llegada del proceso revolucionario al poder "muchos

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    'revolucionarios' (venezolanos), aunque pretenden ser 'antiimperialistas', an siguen fascinados por el capitalismo." 14

    Hemos criticado las vacilaciones y la poca confianza en la acumulacin de fuerzas propias y el cercenamiento del desarrollo de las movilizaciones de los colectivos; tambin hemos estado en contra del burocratismo del extinto MVR y sus cuadros, que creemos desvinculados del accionar diario de las masas y por lo tanto del entendimiento con "partidos revolucionarios", reproductores del poder constituido. El programar alianzas con la pequea burguesa no garantiza ni favorece al proceso revolucionario. De ello saldra algo que ya ha sido mencionado reiteradamente: el chavismo sin Chvez.

    Pese a los esfuerzos realizados, seguimos reproduciendo en nuestro pas el modelo econmico instaurado por los gobiernos adecos y copeyanos, a saber, el libre mercado, la acumulacin de capital, la produccin neoliberal antihumana, la concentracin de riquezas en pequeos grupos econmicos, el mal manejo de la cosa pblica, etc.

    Nuestra organizacin es catalogada por un sector del proceso revolucionario como radical, por no propugnar el liberalismo y, por el contrario, mantener posiciones acordes con la tica revolucionaria. A esto respondemos, manifestando que una radicalizacin de la revolucin significara un obstculo inexpugnable para la poltica golpista desde sus races.

    Sera asumir una posicin de clase para "desalojar esa boliburguesa a la que le bast un lustro para apropiarse de amplsimos espacios de riqueza y ostentacin, y que gan la reprobacin popular" 15. Construyamos una generacin de cuadros que no slo asuma compromisos polticos ticos y morales, que deje atrs la pasividad, el autoritarismo. Emprendamos el camino de la conciencia emancipadora. Mientras en Venezuela avalemos y reproduzcamos los valores capitalistas del mercado, "siempre y

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    eternamente fomentaremos la explotacin econmica, generaremos dominacin poltica, produciremos discriminacin social y racismo, organizaremos el genocidio militar y fomentaremos la alienacin humana universal." 16

    Nos encontramos ante una situacin compleja, por un lado, tenemos una derecha que acta con la orientacin de los centros hegemnicos de poder internacional y, por el otro, un sector llamado de "izquierda", que denominaremos "neoliberal", que intenta establecer concertaciones, alianzas electorales y negociaciones en pos de candidaturas, que desorganiza y desmoviliza a los sectores crticos que se hallan en permanente lucha para desbancar a las tendencias proclives a la coexistencia indefinida con el capitalismo, o, mejor dicho, con la economa de mercado y a permanecer en la democracia representativa habitual.

    Si nuestros "dirigentes" izquierdistas, socialistas, por miedo a la derecha y al imperialismo, no comprenden que la revolucin bolivariana como otros procesos progresistas de Amrica Latina, est atravesada en todos los planos: gobierno, dirigentes, militancia, cuadros y colectivo en general, por el accionar de la lucha de clases, se harn cmplices de los sectores empresariales y conservadores.

    En la actualidad dos concepciones coexisten dentro de la construccin poltica y social del mismo chavismo. Por un lado, la que sostienen los empresarios, la iglesia catlica, la burguesa emergente y los polticos de derecha, mantenida durante siglos, que consiste en la reproduccin de la ideologa de dominacin. La expresin lingstica de esta concepcin ideolgica, la tenemos en frases como: "as tiene que ser", "si no hubiera ricos los pobres no tendran trabajo", o "son pobres por ser flojos y borrachos", para calificar a aborgenes, campesinos, obreros.

    Esa ideologa de dominacin, representada por banqueros, financistas, burguesa emergente e industrial, prsperos creadores de riquezas y empleos, difunde que la delincuencia est entre las

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    familias de los ms pobres. Este es un mensaje diario que los medios de comunicacin se encargan de hacer asimilar a esos mismos pobres y a los posibles propulsores del fin de la relacin amo/esclavo as como tambin a los partidarios de la democracia protagnica, decisoria, revolucionara, que pertenecen a la otra concepcin dentro de nuestra sociedad.

    Sera necesario acabar con la irresponsabilidad poltica que consiste en fortalecerse haciendo alianzas con sectores nada favorables para cohesionar las fuerzas mayoritarias del pueblo.

    Es imprescindible retomar nuestra conducta revolucionaria, conquistar la mayora del pueblo, construyendo el poder dual, participando en la organizacin de los poderes locales y no en alianzas con politiqueros profesionales, que no representan a nadie, secuestradores de la participacin autnoma del colectivo y que estn ubicados estratgicamente en los puestos de mando de la revolucin, que se expresan a travs de discursos revolucionarios, pero que en la prctica, repudian a los hombres y a las mujeres del pueblo, atacan las iniciativas del gobierno, se oponen a la ejecucin de leyes que favorezcan a los trabajadores, y con su conducta burocrtica, en vez de contribuir a aumentar el mpetu organizativo popular, lo debilitan con una actitud completamente plegada a la ideologa burguesa.

    Para cambiar la correlacin de fuerzas existente, hara falta fortalecer la alianza con todos los sectores afines al proceso revolucionario: con los obreros y campesinos, con los sectores desposedos de la pequea burguesa no propietaria, con la pequea y mediana burguesa. Para que estas alianzas tengan contenido revolucionario, deben dirigirla los trabajadores explotados, lo que significara la profundizacin en la lucha de clases, y la conduccin autnoma sobre la base de las experiencias concretas, sin la aceptacin de imposiciones provenientes de los aparatos cercenadores de la participacin, de las lneas programadas desde el estatus del poder, de las procedentes de los escaos parlamentarios,

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    tanto nacionales como regionales, de las propuestas desmovilizadoras de las masas, de aquellas que tratan de imponer un ritmo tipo Podemos, general Baduel, o tal vez las compras de conciencia, tan peligrosas como la reaccionarias.

    POLTICA DE ALIANZAS DESDE LA PERSPECTIVA DEL SOCIALISMO REVOLUCIONARIO.

    La poltica revolucionaria de alianzas no puede ser una especie de sumatoria poblacional, sindical o estudiantil de izquierda, neutra o de centro-izquierda que emerja revolucionariamente y luego desemboque en posiciones de derecha, y todo en nombre de la unidad de las organizaciones populares y en defensa del "proceso".

    Tampoco puede ser una forma reducida de lucha tal como la toma de calles por las milicianas radicales de "vanguardia", o formas excluyentes de actitudes impositivas dentro del espacio poltico en construccin, una versin del socialismo real y dominante de la "Accin Democrtica" del ao 1948 o del "APARATCHICK" del Este europeo.

    Tampoco debemos concebirla como una nocin militarista de aparato, que tras una fingida apariencia estratgica, renuncia a la concepcin de la lucha de clases actual y en su prctica secuestra la participacin del pueblo bajo la premisa de la representatividad y lo ubica fuera de su propio proceso de liberacin.

    No consiste en imponerle al movimiento de los trabajadores y dems sectores populares, la accin de la "bendicin papal" del partido y confundir el porcentaje de votos que se logra sacar en cuanta eleccin se participa con un verdadero movimiento de masas, en el cual el pueblo se organiza, moviliza y lucha con autntica independencia de clase y en el cual los partidos,

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    organizaciones sociales y colectivos tienen roles bien diferenciados y complementarios.

    Una poltica de alianza revolucionaria no es el encuentro habitual de excombatientes en remembranza casi chovinista de hazaas pasadas, reivindicando hechos notables, pero tendiendo a olvidar su compromiso, poltico e ideolgico, el cual exige de manera decidida la continuidad de la lucha en las condiciones actuales.

    Esta poltica de alianza revolucionaria, en ningn momento, se realizara bajo el subterfugio de "unidad" para consumar prcticas maquiavlicas y presiones polticas totalitarias bajo un mismo techo, imponiendo y haciendo lo que a cada quien le venga en gana, en una interminable articulacin y desarticulacin de iniciativas insoportables, de largas y estriles reuniones, o por el contrario, en prcticas locales sin orientacin ni cohesin programtica que dan como resultado la asfixia creativa, la parlisis de la combatividad y de las energas colectivas que con el tiempo son sustituidas por el asistencialismo. Y mucho menos, con el vicio de hacer funcionar formas de organizacin y de luchas impositivas que no tienen nada que ver con la autonoma de clases que el mismo pueblo va gestando.

    Una poltica de alianza revolucionaria no es hacer discursos vacos sin contenidos, no es crear siglas de la organizacin o movimiento para colmar las apariencias, ni hacer anlisis tericos "reivindicativos" del marxismo abstracto, sin tomarse la molestia de entender que las reivindicaciones sin contenido de clases, nos lleva al reformismo.

    Una poltica revolucionaria no se traducir en la emisin de opiniones o en la escritura de anlisis crticos, sin el trabajo de intentar construir algo (obrero, comunal, campesino, estudiantil), por unilateral que sea, en una realidad social concreta de alguna parte.

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    Una poltica revolucionaria de alianza se sustenta en un anlisis cientfico de la realidad, pero ese anlisis debe realizarse desde la sumatoria de organizaciones con vocacin de poder, estratgicamente coherente, inmersa en la lucha cotidiana del pueblo junto al reconocimiento y a las precisas demandas de los humillados y con la exigencia de reafirmar nuestra participacin y solidaridad con las luchas de los excluidos del mundo actual. Es decir, debe ser el resultado de la ms extensa, coherente y concreta unidad dentro de la diversidad poltica e ideolgica.

    Lo sealado anteriormente debe constituir una crtica sobre la denominada poltica de alianzas, son elementos parciales e incluso deformados de ella. Para que haya poltica de alianza revolucionaria, creemos que deben reunirse entre otras premisas, las siguientes:

    a) Anlisis concreto, o quizs una acertada aproximacin del entorno en el cual se hace patente la lucha de clases en nuestro Estado-nacin, estado-regin, municipio, comuna e inclusive continente. Ser importante pues incorporar las cantidades de acumulacin de capital, la formacin social, el modelo de dominacin, el perodo, la etapa y la fase poltica de la lucha de clases en la que se encuentra; la correlacin social y poltica de fuerzas entre las clases dominantes y los sectores populares y el anlisis de coyuntura.

    A partir de este fundamento, pensamos, se derivan las "tareas" revolucionarias de la actualidad, combinado elementos tcticos con elementos "programticos", insertando en el anlisis los aspectos de la realidad que buscamos cambiar. De igual forma se utilizan las vas para lograrlo, entre stas tenemos: lo electoral, la acumulacin de fuerzas, el aspecto militar, etc. El cmo lograrlo parte de los "diseos estratgicos" para inducir a esos cambios, que contemplan tanto formas principales de lucha a utilizar como formas organizacionales, alianzas necesarias para emprender el esfuerzo de la unidad, tareas comunes generadoras de "acumulacin activa de

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    fuerzas". Estos elementos son las guas que orientan el diario quehacer y sealan, junto al programa revolucionario, la bitcora a seguir.

    La esencia de una poltica verdaderamente revolucionaria se fundamenta en una visin global de las estrategias que conducen a crear y a acumular fuerzas ideolgicas, polticas, sociales y militares que, por medio de una cadena de enfrentamientos parciales logren modificar globalmente la correlacin de fuerzas, desorganizar las filas de los empresarios de la estructura dominante y su riqueza, y vencer valindose de la puesta en prctica de un poder dual que siga los postulados del socialismo revolucionario.

    b) La voluntad prctica, unida a la solidez y a una resistente conviccin para impulsar esta poltica revolucionaria, debe ser permanente para acumular fuerza social transformadora, sta no debe ser construida jams por orden de un "ente superior" estratgico o una organizacin "supra" privilegiada, sin conviccin, sin fuerza y sin perseverancia, sin voluntad, sin "vocacin de poder" militante y sin compromiso revolucionario, que actuara como un conjunto de pequeos miserables detentadores del poder, siendo as reproductores de la "alienacin humana, de la explotacin econmica, de la dominacin poltica, de la discriminacin social, reproductores de caricaturas del socialismo", 17 totalmente desvinculados de lo social y, en lo poltico, aislados de los procesos de lucha en que estn inmersos los sectores populares. Esos detentadores espurios del poder actan como organizacin oportunista, demuestran menos sensibilidad que la organizacin revolucionaria, y porque la conexin organizativa es esencialmente una jerarqua de dirigentes y funcionarios fijada por una divisin del trabajo mecnica y fija." 18.

    De acuerdo con la coyuntura actual, las tareas programticas, el plan de accin histrico y el programa autnomo de clases que propuso, desde sus inicios, no han sido cumplidos ni concluidos; el momento actual nos indica que no slo mantienen su vigencia y

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    validez, sino que la construccin del Socialismo Revolucionario es prioritaria en la actualidad.

    En que se sustentan las concepciones programticas y estratgicas del Movimiento Revolucionario? Cules son stas?

    Nos basamos en "la creacin de una metodologa que active los canales de comunicacin inter-grupales, estimule la revisin de posturas individuales y fomente las condiciones para la organizacin colectiva, sta debe surgir al calor de las experiencias colectivas y su componente insuperable, la direccin colectiva". 19

    Respecto a lo programtico nos referimos a la profundizacin de una estrategia anticapitalista y antiimperialista, con dimensin continental de lucha generadas a partir de conquistas en los espacios nacionales y que se expresan en la revolucin permanente, en la construccin de la alianza social de clases y multitnica, de alianza poltica que "organice, eduque y dirija al proletariado y al resto del pueblo en la lucha por la toma del poder", 20 y que permitan la defensa y construccin del Poder Popular, como expresin superior del poder dual y una hegemona revolucionaria en transicin al socialismo.

    Las tareas antes descritas slo pueden ser abordadas desde una perspectiva de poder estratgico, y slo resueltas a travs de una concepcin integral de lo poltico, ideolgico, cultural, social, econmico, militar de la lucha, que consiste en la estrategia de Acumulacin Activa de Fuerzas, y que se realiza a travs de la construccin de un instrumento organizacional adecuado para avanzar en las tareas programadas, concebidas como un partido que realizando una lucha poltica revolucionaria justa dentro del pueblo convierta a ste en un verdadero movimiento clasista", 21 de cuadros, poltico militar, abierto, legal y clandestino.

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    La concepcin revolucionaria para una poltica de alianzas debe establecer las bases integradoras y unitarias de todos los sectores oprimidos y explotados que se identifiquen con el proyecto socialista -obreros, campesinos, desempleados, pequeos propietarios, profesionales, intelectuales, analfabetos, blancos, negros, desposedos, mestizos, militantes religiosos, hombres, mujeres, jvenes, ancianos, pequeos comerciantes-, conformando el Bloque Social Revolucionario, que conduzca a la consolidacin del proceso revolucionario, cohesionando una slida unidad para evadir, enfrentar y resistir las diferentes agresiones, dificultades y sabotajes programados en contra de la construccin del socialismo, esto sustentado por un programa de lucha revolucionaria,

    Cul debe ser ese programa conforme a la coyuntura que se vive Venezuela?

    ste debe estar sustentado en la transformacin de los colectivos en "clase para s", en poder efectivo, en su ejercicio, administracin y control; una fortaleza capaz de enfrentar a los reformistas infiltrados, combatir el estatismo, la conciliacin burguesa, nica forma de salvar la revolucin venezolana y derrotar a la contrarrevolucin desmovilizadora, enquistada en el aparato burocrtico del Estado.

    En febrero de 2.004 decamos: "Observamos como en Venezuela, muchos de los integrantes del movimiento revolucionario vinculados a la esfera del poder, sustituyen las tareas fundamentales de crecimiento poltico, (movilizacin), formacin, captacin y preparacin de cuadros idneos para eliminar los falsos valores morales de la clase dominante; por actividades que consisten en fortalecer el poder constituido y burocrtico de las estructuras del Estado, cuando lo imprescindible, es modificar "nuestro estilo de trabajo", para desde all, construir las bases del Estado primigenio, solidario, participativo, impregnado de motivaciones polticas, educativas, hasta llevarlo al nivel de conciencia revolucionaria." 22

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    CUL, LA POLTICA DE ALIANZA EN LA ACTUALIDAD? (A nuestro criterio, consiste en dos elementos bsicos:)

    a.- De Carcter General:

    1.- Reconocimiento del rgimen de produccin capitalista, como sistema que se sustenta sobre la explotacin del trabajo, la dominacin poltica y el podero cultural; cualquier proyecto liberador debe destruir ese dominio, tarea histrica asignada por Carlos Marx en el Programa de Ghota, conceptuada como Socialismo Revolucionario, este rgimen de transicin genera rasgos de autogestin en los asuntos pblicos, a saber:

    1.1.- Sin la mediacin del Estado, los trabajadores toman posesin de la propiedad de los medios de produccin. 1.2.- Todos los productores se apropian del producto de su trabajo. 1.3.- Planificacin participativa, las decisiones son generadas a travs de asambleas colectivas. Direccin colectiva anti-burocrtica. 1.4.- En esta etapa predominan las relaciones de produccin no capitalista.

    2.- La formacin desde la perspectiva del Socialismo Revolucionario para superar la concepcin divisionista del trabajo como camino para romper los obstculos generados por el capitalismo. El fomento desde las estructuras de poder, y a travs de decisiones colectivas de la cultura de participacin y gestin asamblearia, no asamblesta, en los espacios pblicos, mecanismos stos para superar el individualismo, la competencia, el secuestro del saber, la intolerancia, opresin y discriminacin por gnero.

    3.- Las principales tareas en la etapa de transicin dentro del Socialismo Revolucionario las deben cumplir las organizaciones autnomas sociales, cuya accin se caracteriza por la concienciacin poltico-ideolgica para ejercer su propio destino

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    como clase. Incorporando una nueva racionalidad en la produccin de los bienes y servicios, entre ellas: 23

    3.1.- Ruptura del afn de lucro con el argumento de satisfacer necesidades colectivas. 3.2.- Combate contra el trabajo alienado y las relaciones mercantiles. Asumiendo desde los Consejos de Trabajadores el control de la produccin para construir la "oposicin entre el trabajo intelectual y el trabajo manualsuperando a ste como un medio de viday hayan crecido sus capacidades productivas y todos los manantiales de la riqueza colectiva fluyan con plenitud." 24 Negacin del concepto de subsistencia. 3.3. Reestructuracin de la gestin pblica para que los colectivos puedan decidir, ejercer funciones y tener el derecho a tomar decisiones gubernamentales: 3.3.1.- Colectivizacin del saber y permanencia en todos los debates. 3.3.2.- Emancipacin informativa y libre acceso a todos los documentos. 3.3.3.- Colegiacin en las decisiones por medio de la instrumentacin del trabajo en equipo. 3.3.4.- Ruptura con el papeleo burocrtico y puerta abierta en las instituciones gubernamentales. 3.3.5.- Rendicin de cuentas bajo el ejercicio de la contralora social colectiva.

    4.-La implementacin del socialismo en hechos concretos, en la vida diaria, como va hacia el logro de una sociedad equitativa, reformulando el proyecto socialista tiene como objetivos:

    4.1.- "Evitar que se repitan las desviaciones y errores del pasado. 4.2.- Contrarrestar a quienes siguen reproduciendo en el presente las mismas desviaciones y errores del pasado.

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    4.3.- Identificar las lecciones positivas y los aciertos de las experiencias socialistas para desarrollarlas.

    4.4.- Impedir que sean las derechas quienes encabecen la crtica que nos corresponde." 25

    5.- La lucha contra el imperialismo donde quiera que est. Promoviendo la convergencia, la unidad e integracin de los colectivos, pueblos, fuerzas polticas y movimientos populares en Venezuela, el continente y el mundo, sobre la base de una plataforma antiimperialista, de defensa de la soberana, la autodeterminacin y la independencia, que constituye el punto de partida para el diseo y ejecucin de cualquier estrategia orientada a alcanzar el desarrollo econmico y social sustentable, con verdadero sentido de justicia y equidad.

    6.- Consolidar una poltica internacional de las fuerzas revolucionarias en temas como el internacionalismo proletario, la independencia y la autodeterminacin de los pueblos, la promocin de una integracin y unidad regional en funcin de intereses colectivos, la reversin del proceso de apertura, desregulacin, privatizacin e imposicin de signo neoliberal y la oposicin a la guerra y los intentos de criminalizar las luchas populares. El punto principal de partida en la construccin de nuestras alianzas es la batalla contra el ALCA, que encarna los peores designios anexionistas del imperialismo norteamericano.

    Estamos adems en contra de la balcanizacin de nuestro continente, as como lo intenta Branco Marinkovic y el imperio estadounidense, y por detrs de l, el artfice de Kosovo, el embajador Philip Goldberg. Por supuesto, nos manifestamos en contra del desarrollo del plan de guerra estatal que auspicia el gobierno estadounidense de George Bush, conocido como Plan Colombia: programa poltico y militar diseado y controlado por EE.UU. a travs de representantes del poder colombiano, cuyo objetivo, aparte de derrotar a la oposicin poltica y armada, es el

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    de consolidar un modelo de acumulacin hegemnica del capital financiero y de las transnacionales.

    La actual "ayuda" militar al gobierno de Colombia, la consolida, como el tercer receptor de apoyo militar estadounidense en el planeta. Constituye, adems, la punta de lanza del intervencionismo en esta regin del mundo, con el pretexto de combatir el narcotrfico, y la implementacin de la pretendida rea de Libre Comercio de las Amricas - ALCA. 26

    b.- De Carcter Local

    1) En la Venezuela de hoy, romper con viejos paradigmas que nos encadenan a la indolencia tradicional del funcionario pblico y la burocracia de los procedimientos debe ser tarea principal. Transformar las decisiones en asamblea de clase y vinculante como expresin de la voluntad de la mayora, ordenadas por la razn hacia el bienestar comn.

    2) Superar los impedimentos para la participacin popular, entendindolos como la negacin libertaria y emancipadora de la clase.

    3) Instrumentar tcticas polticas para evitar en el seno del proceso revolucionario el sectarismo, paternalismo de Estado, taresmo, asistencialismo gubernamental, arbitrariedad en el mando dentro del partido, y fundamentalmente, la indisciplina de nuestros funcionarios pblicos, quienes siendo los pilares del status quo, opinan y creen que los cargos administrativos son de propiedad individual, vicios impuestos por la clase dominante que se propone quebrar la reciprocidad y el trabajo en equipo.

    4) Crear polticas acertadas para la consolidacin de un movimiento revolucionario, que permita concentrar alrededor de l, la autonoma de decisin, sin injerencia del poder constituido.

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    Adelantar una lnea de masas, estudiantil, obrera e inclusive militar basadas sobre una lnea poltica supeditada a una tctica y estrategia con asiento en la consolidacin del poder popular y revolucionario, ajustado al poder local, procurando as llevar a la produccin de acciones colectivas.

    Eliminar las trabas que obstaculizan el poder representativo slo se logra a travs de una organizacin revolucionaria "creada sobre la teora revolucionaria... en el estilo revolucionario" 27 y en el accionar revolucionario.

    5) En este contexto, es impostergable abordar la tarea de la reconstruccin del proyecto histrico revolucionario en el que figuren en un lugar muy destacado las siguientes prioridades:

    5.1.- La recuperacin de la unidad de clase slo puede ser comprendida como el conjunto de sus relaciones sociales y a su vez stas no son sino el resultado de individuos, de sus fuerzas y sus relaciones de produccin.

    5.2.- Todas las ideas, conceptos, pensamientos tienen origen y se corresponden en las relaciones sociales concretas, por lo tanto hay que redefinirlas sobre la base de debates crticos para que sirvan como movilizacin continua y creadora de participacin popular permanente en todas las reas de la vida social, poltica, econmica, comunicativa, etc., debe ser principio revolucionario. 5.3.- Partiendo del debate, las condiciones objetivas y subjetivas slo pueden ser analizadas comprendiendo y transformando y teniendo como apoyo la praxis revolucionaria. 5.4.- Construir con carcter de urgencia nuevas acciones, un pensamiento renovado, una nueva ciencia, tica y filosofa, "un hombre nuevo", como dijera el Che, es decir, una revolucin cultural. 5.5.- "As como Marx descubri la Ley del desarrollo de la historia humana:antes de hacer poltica el hombre necesita vestirse, comer, beber, tener un techo", 28 es de imperiosa necesidad, luego de una dcada de revolucin, que colectivamente

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    nos dediquemos a la construccin y profundizacin de un modelo de debate con organicidad activa en su desarrollo, as como tambin que nos aboquemos a construir espacios econmicos colectivos para hacer estudios, poltica, ciencia y revolucin retomando las experiencias de algunos movimientos sociales alternativos y anticapitalistas. En dicho proceso debe formar parte decisiva nuestro programa poltico.

    VANGUARDIA ORGANIZADA EN LUCHA CONTRA LAS POLTICAS FASCISTAS Y EL SOCIAL REFORMISMO A TRAVS DEL PODER POPULAR.

    Qu es exactamente el poder popular?

    Es el poder que emana del pueblo, pero no esa delegacin simblica, blanda y desabrida, de la democracia representativa, en la que cada cierto perodo se cumple con el rito de elegir a supuestos representantes de la voluntad popular. No! En absoluto. El poder popular es el ejercicio efectivo, a travs de la organizacin y la participacin real, de la amplia mayora de un pueblo en la decisin de los asuntos bsicos que le conciernen. El poder popular es ms, infinitamente ms que la atencin de los problemas puntuales de una comunidad vecina, el alumbrado pblico o el pavimentado de un barrio, la resolucin de un problema especfico del transporte colectivo de un sector urbano, o la instalacin del agua potable o la edificacin de una escuela en una comunidad rural. El poder popular es la democracia real, directa, efectiva, participativa del pueblo soberano, no slo para atender problemas prcticos puntuales sino para definir, construir, controlar e instrumentar la puesta en marcha de polticas macro, micro en el mbito local, municipal, nacional, e incluso internacional.

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    El Poder Popular se gesta durante un perodo pre-revolucionario, (leer a Lenin), en Venezuela este poder se desarrolla con la ascensin a la primera magistratura de Hugo Rafael Chvez Fras y el llamado Polo Patritico.

    Antes de entrar en el tema, consideramos necesario mencionar tres hechos histricos que marcaron radicalmente la participacin de los colectivos populares en la vida poltica venezolana, principalmente en Caracas: el 27 de febrero de 1989, durante el inicio de mandato de Carlos Andrs Prez, en su segundo mandato, quien bajo los dictados del Fondo Monetario Internacional impuls polticas neoliberales y con objeto de ahogar a las mayoras, logr activar al pueblo venezolano en lo que los medios mal denominaron "el caracazo", en el cual las olas de descontento produjeron saqueos y protestas callejeras (oficialmente se habla de 300 muertos, aunque en realidad pasaban de miles y an existen decenas de desaparecidos) como signo de desacuerdo con el Gobierno que recin se instalaba imponiendo las tesis del Fondo Monetario Internacional.

    La presin y el descontento se mantuvieron en los aos siguientes a 1989.

    Surge entonces en 1992, durante el mismo Gobierno de CAP, lo que se denomin el 4F (4 de febrero) comandado por el Teniente-Coronel Hugo Chvez Fras, quien, con la expresin meditica pblica y esperanzadora de un "por ahora" aglutin el sentimiento de libertad colectiva. (En este hecho particip el sector militar).

    Meses despus se produce otra intentona, abortada el 27 de noviembre de 1992, tambin con participacin de la aviacin y la armada.

    Un repliegue durante algunos aos redujo la participacin pre-revolucionaria, el sentimiento cvico-militar se arraig de manera

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    colectiva y en forma clandestina, mientras Rafael Caldera presida el gobierno de la nacin, en un segundo mandato con Teodoro Petkoff a la cabeza de la economa, confiscndoles a los trabajadores las prestaciones sociales en una modificacin irrita de la Ley del Trabajo. En general, el descontento en las calles era evidente, slo un catalizador se esperaba para demostrarlo con hechos. Y este es recogido en las propuestas programticas del discurso aglutinador del actual presidente.

    Durante este perodo se ampliaron las libertades democrticas y esto permiti un fuerte ascenso de la movilizacin social en todos los sectores potencialmente activo.

    El Polo Patritico llega al gobierno en plena crisis del sistema de dominacin, entre los elementos de esta crisis tenemos: crisis en las clases dominantes, divisin de la pequea burguesa, ascenso de las luchas y movilizaciones obreras, descontento del pueblo en general por las polticas conciliatorias pro-imperialistas y oligarcas durante el segundo mandato de Rafael Caldera y la poca credibilidad existente en los partidos polticos del status.

    El Polo Patritico constituye un gobierno pequeo-burgus de izquierda, expresin de las alianzas realizadas para llevar al poder a Hugo Chvez Fras y el viejo bloque histrico dominante conformado por Luis Miquilena (fraccin dominante dentro de la estructura del MVR, grupos disidentes de AD y COPEI), el reformismo pequeo burgus (MAS, SI, partidos regionales, profesionales universitarios, burocracia obrera), el revisionismo ortodoxo (PCV), partidos centristas de izquierda (PPT, GE, MEP, IPCN) y una fuerza militar participante en los golpes de estado (febrero y noviembre del 92).

    Esta conjugacin de fuerzas lleva a la presidencia al comandante Hugo Chvez Fras para el perodo 1999/2004 (en ese lapso se modific la Constitucin Nacional, se extiende el perodo presidencial a seis aos), Chvez fue ratificado y reelecto para otro

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    perodo. Nace la llamada "Quinta Repblica" propugnadora de la democracia participativa y protagnica.

    El Polo Patritico no slo conquist la principal figura del aparato del Estado, el gobierno por medio